1984 George Orwell 1 GEORGE ORWELL 1984 This site is full of FREE ebooks - Project Gutenberg of Australia Title: Nineteen eighty-four Author: George Orwell (pseudonym of Eric Blair) (1903-1950) * A Project Gutenberg of Australia eBook * eBook No.: 0100021.txt Language: English Date first posted: August 2001 Date most recently updated: August 2001 Project Gutenberg of Australia eBooks are created from printed editions which are in the public domain in Australia, unless a copyright notice is included. We do NOT keep any eBooks in compliance with a particular paper edition. Copyright laws are changing all over the world. Be sure to check the copyright laws for your country before downloading or redistributing this file. This eBook is made available at no cost and with almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or re-use it under the terms of the Project Gutenberg of Australia License which may be viewed online at http://gutenberg.net.au/licence.html To contact Project http://gutenberg.net.au Gutenberg of Australia go to Title: Nineteen eighty-four Author: George Orwell (pseudonym of Eric Blair) (1903-1950) 1984 George Orwell Título original: 1984 Traducción: Rafael Vázquez Zamora © 1948 by George Orwell © 1980 Salvat Editores S.A. Edición electrónica de Utopía (solo en español) Otras ediciones electrónicas (pero basadas en la misma aquí seguida): http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Orwell/GeorgeOrwell_1984_Parte01.htm http://www.docstoc.com/docs/126227/1984-George-Orwell George Orwell 1984 2 1984, de George Orwell Juan Manuel Santiago Resumen 1984 es la antiutopía o distopía más célebre de todas cuantas fueron escritas durante la primera mitad del siglo XX. En ella, Orwell presenta un futuro en el que una dictadura totalitaria interfiere hasta tal punto en la vida privada de los ciudadanos que resulta imposible escapar a su control. La odisea de Winston Smith en un Londres dominado por el Gran Hermano y el partido único se puede interpretar como una crítica de toda dictadura, aunque en las analogías con el comunismo estalinista resultan evidentes, dada la trayectoria vital del autor. La novela cobra nueva vigencia en la sociedad actual, en la que el control a los ciudadanos, coercitivo o no, se halla más perfeccionado que en ningún otro momento de la historia de la Humanidad. Por último, veremos la influencia de la obra en la cultura del siglo XX, tanto en su vertiente literaria como en la cinematográfica. 1. Objetivo e intenciones Este texto se corresponde con el de la conferencia impartida durante la Feria del Libro de Cádiz de 2003, en el marco de la Jornadas de la Ciencia-Ficción organizada por el Ayuntamiento y coordinadas por Luis G. Prado, así como en la HispaCon Xatafi 2003. Al confeccionar el programa de actos de los encuentros de Cádiz nos pareció prioritario referirnos a esta obra, por cuanto que se trata de una de las novelas de ciencia—ficción más conocidas por el gran público, al mismo tiempo que una de las que, pese al transcurso del tiempo, conserva mayor vigencia. ¿Quién no ha oído expresiones como "El Gran Hermano te vigila", referidas al control omnímodo que el aparato estatal ejerce sobre el ciudadano, o "La guerra es la paz", expresión máxima de la manipulación informativa? Para bien o para mal, el futuro trazado por George Orwell en su novela nos alcanzó tiempo ha y, pese a algunas diferencias notables (a saber, vivimos en democracia y no todo el control se ejerce de manera coercitiva: existen métodos más sutiles que los descritos en 1984), en líneas generales se trata de una novela cuyo mensaje permanece completamente vigente. Similares motivaciones nos llevaron a repetir la conferencia en el marco de unos encuentros más especializados como son las HispaCones. En todo caso, el texto que vais a leer a continuación se corresponde con el de ambas conferencias. 2. Biografía de George Orwell Para entender 1984 tenemos que conocer la vida de George Orwell. Nacido en 1903 en Montihari (India), Eric Arthur Blair es hijo de un funcionario del gobierno imperial. Es enviado a Inglaterra, donde su madre, de origen anglofrancés, le mete el gusanillo de la lectura y le alienta en sus pinitos literarios: a la edad de cinco años compone un poema del que más tarde renegaría, aduciendo que se trataba de una copia del "Tigre, tigre" de William Blake. Tras su paso por la escuela de St. Cyprien obtiene una beca para estudiar en el colegio de Eton, en el que Aldous Huxley fue su profesor de francés durante un curso. Su origen humilde le granjea problemas en ambos centros, siempre en el punto de mira de sus compañeros más clasistas: es su primer contacto con la lucha de clases. Renuncia a seguir estudios universitarios y en 1922 se enrola en la Policía Imperial, a la que sirve en Birmania durante cinco años. Allí observa auténticas atrocidades por George Orwell 1984 3 parte de sus compañeros de armas, lo cual lo lleva a afirmar: "Cuando el hombre blanco se convierte en tirano, destruye su propia libertad". Su renuncia a la Policía Imperial va acompañada por otra doble renuncia: a su nombre (a partir de ahora será conocido por el seudónimo George Orwell; George, por San Jorge, patrón de Inglaterra; Orwell, por un río que conoció en su infancia) y a su clase social: pasa una década al borde de la indigencia, alternando la escritura con la vida entre las clases más humildes. Fruto de esta experiencia es su primer libro, Sin blanca en París y Londres (1933). La paulatina adquisición de conciencia social, que lo ha llevado a franquear las fronteras de una vida cómoda entre las fuerzas de ocupación imperiales para sumirse en la pobreza, da paso a una nueva etapa en la que Orwell ejerce el periodismo de denuncia. Hasta ahora, Orwell ha vivido la situación de las clases inferiores; a partir de ahora, consagra su tiempo a explicar y divulgar esta situación. Su nuevo objetivo son los mineros y obreros desempleados de una región industrial atrasada. Al término del libro, El camino de Wigan Pier (1936), Orwell radicaliza su discurso. Ha descubierto el socialismo. No obstante, la dictadura del proletariado propugnada por el comunismo estalinista lo inquieta: no deja de ser una dictadura. Tras contraer matrimonio con Eileen O'Shaughnessy, viaja a España. El libro resultante, Homenaje a Cataluña (1938), su obra maestra según este conferenciante, va un paso más allá en su discurso. Orwell viaja como periodista pero se afilia a una milicia del POUM, el Partido Obrero de Unificación Marxista de Andreu Nin y Joaquín Maurín, de raíz trotskista. Es testigo de una serie de hechos que trastornan sus convicciones ideológicas. La experiencia de la autogestión colectivizadora en el frente aragonés, en un codo a codo entre trotskistas y anarquistas (con el recurrente "Mañana tomamos el café en Huesca", en alusión al objetivo militar que se pretendía conquistar), contrasta con los sucesos que presencia en mayo de 1937 en Barcelona. Herido en el frente, Orwell regresa a Barcelona. Durante su convalecencia, presencia un conato de guerra civil dentro de la guerra civil. Los enfrentamientos armados entre el ejército regular republicano (bien equipado por la Unión Soviética) y las milicias anarquista-trotskistas dan lugar a una auténtica purga a la manera de las soviéticas, y conllevan el desarme de las milicias. Las convicciones de Orwell sufren un duro revés. El comunismo ortodoxo, según él, es otra forma de dictadura equiparable al nazismo, dos caras de una misma moneda que no hacen sino despojar a las clases trabajadoras. La manipulación informativa y propagandística puede obviar los hechos de Barcelona como si no hubiesen existido. Nada diferencia al capitalismo del fascismo del estalinismo. Orwell ya maneja los dos puntos centrales de 1984. La II Guerra Mundial termina de ofrecernos un cuadro cabal de las inquietudes político-literarias de Orwell. Durante el conflicto es miembro de la Home Guard, colabora en la BBC y es director literario del periódico Tribune. Es, pues, un personaje de relieve en la vida cultural británica. Mientras Londres padece los bombardeos de las V-2, Orwell escribe Rebelión en la granja (1945). Tras aquella en apariencia inofensiva fábula acerca de unos animales que despojan al propietario de una granja y se lanzan a la autogesión de la misma se puede adivinar la parodia definitiva del comunismo estalinista. El cerdo Mayor es un trasunto de Lenin, que antes de morir marca las pautas a seguir hacia la definitiva liberación del yugo de los humanos (el capitalismo). Sus herederos, Napoleón (Stalin, evidentemente) y Snowball (Trotski), terminarán enfrentados por el control de la granja. Esta fábula muestra la progresiva degradación de los ideales revolucionarios, el linchamiento público de la memoria del cerdo traidor (Snowball), la instauración de la dictadura más opresiva, la implantación de eslóganes a cuál más surrealista (se pasa del "Cuatro patas sí, dos pies no" identificativo de la clase animal al "Cuatro patas sí, dos pies mejor" con el que se advierte el alejamiento definitivo de los principios revolucionarios por parte de la clase dirigente) y el resentimiento de Orwell contra un comunismo traidor de sus propios ideales. Aunque Bernard Crick opina que la fecha de escritura data de 1945 y que en todo caso su publicación se demoró debido a la escasez de papel, la tradición afirma que Orwell concluyó el libro en torno a finales de 1943, pero tuvo que moverlo durante más de un año, de editor en editor, sorteando una especie de censura editorial: nadie estaba dispuesto a publicar un libro que era un ataque frontal a la Unión Soviética, en un momento en el que la Unión Soviética resultaba la mayor y mejor garantía de triunfo en la George Orwell 1984 4 guerra frente al fascismo internacional. "Cualquier crítica seria al régimen soviético, cualquier revelación de hechos que el gobierno ruso prefiera mantener ocultos, no saldrá a la luz", escribe Orwell en su ensayo "La libertad de prensa". "Vemos, paradójicamente, que no se permite criticar al gobierno soviético, mientras se es libre de hacerlo con el nuestro. Será raro que alguien pueda publicar un ataque contra Stalin, pero es muy socorrido atacar a Churchill desde cualquier clase de libro o periódico." Éste es el Orwell que, desencantado definitivamente con la clase política británica (más celosa, según él, de defender a los comunistas soviéticos que a sus propios políticos), con la censura ejercida por los medios de comunicación (hecho que le lleva a dimitir de la BBC), con la vida misma (su mujer fallece en 1945), con su propia salud (sus problemas de tuberculosis se acentúan, postrándolo en hospitales), acomete su obra más conocida, su testamento literario, la novela que ha marcado el devenir de la literatura fantástica de carácter político en la segunda mitad del siglo XX y, por qué no, el devenir de la propia Humanidad: 1984. Tras su publicación en 1949, Orwell entra en estado terminal. Fallece el 21 de enero de 1950, recién desposado con Sonia Brownel. Orwell ya había dicho cuanto tenía que decir. 3. 1984, la novela 3.1 Utopía y distopía Ante la pregunta "¿Qué es 1984?", la respuesta más evidente es: la distopía más célebre de cuantas han sido escritas. Ahora bien, ¿qué es una distopía? Antes de proseguir con la exposición hemos de hacer un paréntesis y definir el término. También conocida como antiutopía, una distopía es lo opuesto a una utopía. Esta definición, facilona si se quiere, sólo puede ser entendida si definimos utopía. Tomo prestadas ambas definiciones de la obra colectiva Las cien mejores novelas de ciencia ficción del siglo XX, coordinada por Julián Díez: "Utopía. Obra que describe un futuro estado feliz de la humanidad, en el que cada persona tiene satisfechas sus necesidades y existe un gobierno benévolo que provee de todo lo necesario (o bien el gobierno ha desaparecido absolutamente, tras resultar innecesario). El nombre procede de la obra homónima de Tomás Moro (que viene del griego u topos, ningún lugar)." "Distopía. Por contraposición a «utopía», obra en la que se describe una sociedad opresiva y cerrada sobre sí misma, generalmente bajo el control de un gobierno autoritario, pero que es presentada a los ciudadanos de a pie como una utopía." En resumen: la utopía es el mejor de los mundos, la libertad definitiva y absoluta, el sueño de todo ciudadano hecho realidad. La distopía es el peor de los mundos, la sumisión definitiva y absoluta, el sueño de todo gobernante hecho realidad, y será tanto más efectiva cuanto mayor grado de satisfacción produzca en el ciudadano. Es lo que Sam J. Lundwall define en su Historia de la ciencia ficción como "la pesadilla con aire acondicionado". Las utopías arrancan con la obra ya citada de Tomás Moro (1516). Concebidas en un principio como obras de carácter cuasi teórico político en las que se ofrecía luz y guía al benévolo gobernante, conforme avanza el tiempo empiezan a adquirir mayores matices. La posibilidad de plasmar el pensamiento utópico en una organización política real nos lleva a varios intentos de George Orwell 1984 5 comunidades, las más destacadas de ellas las reducciones jesuíticas del Paraguay del siglo XVIII y los falansterios de los socialistas utópicos franceses del siglo XIX, que no dejan de ser tentativas aisladas abocadas al fracaso. La publicación del Leviatán de Thomas Hobbes en 1651 constituye la primera advertencia seria de que la utopía definitiva, en caso de alcanzarse, ha de contar con la naturaleza intrínsecamente rapaz de la especie humana. Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift (1726) introducen el elemento satírico en la tradición utópica. Finalmente, la doble revolución industrial y liberal que conforma nuestra sociedad occidental presente no hace sino recordarnos que la utopía, entendida bajo la definición anteriormente expuesta, es inalcanzable para todos: siempre habrá clases. Salvo contadas excepciones (el socialismo fabiano de H.G. Wells o el socialismo determinista de Jack London), las utopías se van separando de la teoría política, para pasar a ser coto casi exclusivo de la creación literaria. Ahora bien, la literatura también sufre un cambio como consecuencia de la doble revolución industrial y liberal. De acuerdo con Brian Aldiss, la publicación en 1818 de Frankenstein o El moderno Prometeo de Mary Shelley marca el comienzo del género literario conocido como cienciaficción. El nacimiento del género como tal es objeto de una controversia permanente, cuyos pormenores no viene al caso comentar aquí. Sea cual sea el origen de la ciencia-ficción (el Frankenstein de Mary Shelley, 1818; La máquina del tiempo de H.G. Wells, 1895; la edición del primer número de la revista Amazing Stories en 1926), el caso es que las utopías van poco a poco acercándose a él. Durante el siglo XIX, la literatura utópica aún recurre al recurso tradicional inaugurado por Tomás Moro: el viaje fantástico a territorios lejanos, en los que poder desarrollar sin complejos el modelo político propuesto. Ecos de esta concepción se perciben en una de las obras maestras de la literatura utópica, Erewhon de Samuel Butler (1872). La tierra de Erewhon (que no es sino nowhere puesto del revés, es decir, "ningún lugar", es decir "utopía") nos muestra algunos claroscuros en su retrato del impacto de la industrialización sobre los habitantes de un mundo que ya no es perfecto, tan sólo casi perfecto. Sin embargo, esta forma de fabulación tiene los días contados. Los territorios inexplorados se terminan, hacia 1911, con la conquista del Polo Sur, ya no queda ningún lugar sin hollar por el ser humano. La búsqueda de utopías ya sólo puede acontecer en dos direcciones: el tiempo futuro, o bien en otras tierras. El cambio de escenario de la literatura de viajes utópicos acompaña al cambio de escenario en la literatura de aventuras. Ambos géneros, utópico y aventurero, integran parte de su producción (sólo parte, me gustaría aclarar este punto) en el género fantástico, y más concretamente en la ciencia-ficción. No obstante, estamos hablando de una clase de literatura cada vez más escapista. Con las excepciones de H.G. Wells y Jack London, empeñados en buscar los aspectos menos optimistas del futuro mundo feliz, la utopía se muestra benévola con el devenir de la humanidad. Dos hechos cambian la percepción de las cosas. La I Guerra Mundial (1914-1918) demuestra que es posible una castástrofe global, con ella viene a ponerse fin a un equilibrio continental que se había mantenido casi intacto durante cerca de medio siglo. La Revolución soviética de 1917 demuestra que la utopía es posible, no sólo a una escala reducida, como pretendieron los socialistas utópicos con sus pequeñas comunidades, sino nada menos que en el país más extenso del orbe. El optimismo desaforado de los años veinte, los felices años veinte, es sólo una verdad a medias. Durante los años de entreguerras se producen tres obras fundamentales en la llamada literatura distópica, tres obras que a su manera influyen en el 1984 de George Orwell y que constituyen advertencias muy serias, aún no igualadas desde los punto de vista literario y admonitorio, de cuán terrible podrá llegar a ser el futuro si el poder recae en unas manos dispuestas a partes iguales a coartar los derechos del individuo y a manipular su percepción de la realidad hasta el punto de que, aun padeciendo una horrible represión, se crean en posesión del mayor grado de libertad nunca visto. Estas obras son Nosotros de Yevgueni Zamiatin (1921), Un mundo feliz de Aldous Huxley (1932) y La guerra de las salamandras de Karel Capek (1936). Llegados a este punto y expuestos los antecedentes personales y literarios de la obra, podemos entrar ya a analizar la novela de Orwell. George Orwell 1984 6 3.2 Sinopsis argumental 1984 nos presenta, como ya hemos explicado, una distopía. En ella, el mundo está dividido en tres grandes superpotencias: Oceanía, Eurasia y Asia Oriental. La primera de ellas comprende América, Australia, Gran Bretaña y el sur de África. Eurasia es el resultado de la absorción de Europa por parte de la Unión Soviética. Asia Oriental comprende China, Japón e Indochina. El resto del planeta padece una guerra interminable que enfrenta a las tres potencias, en un cambiable ir y venir de alianzas y quebrantamientos de alianzas. Al iniciarse la novela, Oceanía está en guerra con Eurasia, siempre ha estado en guerra con Eurasia, y está aliada con Asia Oriental. Winston Smith es un funcionario del Departamento de Registro del Ministerio de la Verdad, que irónicamente es el organismo encargado de falsear la realidad y manipular la opinión pública. Es un cuadro inferior del todopoderoso Partido, muy lejos del nivel de vida alcanzado por los miembros del Partido Interior (la auténtica élite de la sociedad, cuya cúspide es el todopoderoso Gran Hermano) y muy por encima de las privaciones de los proles, la clase inferior. Winston Smith es, pues, un representante de la llamémosle clase media de uno de los Estados más represores que ha presentado la literatura. Pero Winston tiene dudas. Un incidente aislado, ocurrido años antes, le hace sospechar que el Partido manipula la realidad hasta extremos inauditos. Por error, cayó en sus manos un documento que demostraba que tres disidentes políticos caídos en desgracia (Jones, Aaronson y Rutherford), a quienes él mismo había visto en una ocasión, habían sido considerados héroes del Partido para, a continuación, desaparecer de cualquier fuente documental como si nunca hubiesen existido. El trabajo de Winston consiste precisamente en eso: en alterar la prensa de tal manera que las noticias que incomodan al Partido sean sustituidas por otras que se adecuen a la verdad oficial. Al desaparecer de la prensa y de cualquier otro medio de comunicación, se puede decir que estas noticias nunca han existido. De manera análoga, las personas caídas en desgracia a los ojos del Partido dejan de existir a los ojos del mundo. Más aún: nunca han existido. Son nopersonas. Oceanía puede estar en guerra con Asia Oriental, más aún: Oceanía siempre ha estado en guerra con Asia Oriental; pero si el Partido dice que Oceanía está en guerra con Eurasia, habrá que creer al Partido: Oceanía está en guerra con Eurasia; más aún, Oceanía siempre ha estado en guerra con Eurasia. La facultad de cambiar de idea al compás de las consignas del Partido se conoce como doblepensar. Un objeto blanco puede ser negro si el Partido dice que es negro, y la tarea del buen miembro del Partido (y, por ende, del buen doblepensador) estriba en adquirir la habilidad mental necesaria para convencerse a sí mismo de cuándo un objeto blanco es negro. La capacidad del doblepensar de generar paradojas se manifiesta en la nomenclatura de los órganos gubernamentales: el Ministerio de la Verdad se encarga de manipular la mente de los ciudadanos; el Ministerio de la Abundancia gestiona los cada vez más escasos recursos alimenticios y de materias primas; el Ministerio de la Paz es el que moviliza tropas; y el Ministerio del Amor es el encargado de ejercer la coerción física y mental sobre la población. El doblepensar es sólo un estado mental conducente a afianzar una concepción inmutable de la Historia; una herramienta intelectual, en resumen, que encuentra su plasmación en la neolengua, un lenguaje artificial creado por el Partido y que modelará la mentalidad de los súbditos del Gran Hermano. El lenguaje determina la estructura del pensamiento humano. Al prescindir de determinadas palabras, se prescinde de su concepto. De este modo, el Partido puede controlar y uniformar con mayor facilidad los pensamientos de sus miembros, para así evitar el mayor de los George Orwell 1984 7 delitos concebibles en la sociedad de Oceanía (y, suponemos, de las otras dos potencias): el crimental, o crimen mental. El delito de pensamiento opuesto al doblepensar y las directivas del Partido (o Ingsoc, Socialismo Inglés). Un ciudadano puede tener una conducta irreprochable, ser un miembro modélico del Partido, cantar todas sus consignas y dominar la neolengua; pero, si en su fuero interno no está convencido de la verdad del Ingsoc y esquiva con pericia la tupida red de delaciones en que se sustenta la sociedad oceánica (desde la Policía del Pensamiento hasta tus propios hijos), tarde o temprano se delatará a sí mismo mediante el crimental. Un hecho, un indicio, un pensamiento a destiempo, un lapsus linguae o incluso una frase murmurada entre sueños bastarán para acabar con esa persona. Y ese "acabar con esa persona" funciona tanto en el sentido individual (será vaporizado) como en el colectivo (al ser una nopersona, nunca habrá existido; nada demostrará que ha existido; nadie lo recordará). Syme, uno de los compañeros de charla de café de Winston, encargado de confeccionar la undécima y casi definitiva edición del Diccionario de neolengua, explica su funcionamiento: "¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente? Al final, acabaremos haciendo imposible todo crimen del pensamiento. En efecto, ¿cómo puede haber crimental si cada concepto se expresa claramente con una sola palabra, una palabra cuyo significado está decidido rigurosamente y con todos sus significados secundarios eliminados y olvidados para siempre? (...) ¿Cómo vas a tener un eslogan como el de "la libertad es la esclavitud" cuando el concepto de libertad no exista?" El miedo a cometer crimental es la primera señal de que se está cometiendo un crimental. Y Winston ya ha alcanzado esa fase desde el momento en que comienza a escribir un diario. Lo hace a pluma, a hurtadillas, sorteando las telepantallas instaladas en su dormitorio que detectan su comportamiento huraño y le impelen a practicar su gimnasia. No existe intimidad. Cualquier acto solitario es antisocial, contrario a los principios del Ingsoc y conlleva la semilla del crimental. Ante semejante panorama, a Winston, como a cualquier otro habitante de este Londres espectral sacudido por los bombardeos enemigos, no le queda más remedio que adoptar las formas externas que determinan el buen comportamiento de un miembro del Partido, consciente de que ya ha comenzado la cuenta atrás para su captura. La primera manifestación de sumisión al partido es el acatamiento de sus tres grandes eslóganes: La guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza. Estas tres consignas constituyen el resumen del pensamiento del Ingsoc, son todo lo que un buen miembro del Partido necesita saber para ser un ciudadano de comportamiento correcto. La única manera de alcanzar la paz es mantenerse en estado de guerra contra las otras dos potencias, pues tarde o temprano Oceanía habrá de triunfar. La sumisión al Partido es la única manera de mantener un prurito de libertad; en caso contrario, mueres, dejas de existir. El falseamiento de la realidad es la base del sistema: creer las mentiras impuestas nos hará fuertes para mantenernos dentro del juego propuesto por el Partido; cuanto más ignorantes seamos, menos riesgo de descubrir incoherencias, menos posibilidades de caer en el crimental. El segundo acto que entraña sumisión al partido es la abstinencia sexual. Winston odia con todas sus fuerzas a dos mujeres: su esposa Katharine y Julia. Ambas son el prototipo de mujer entregada al partido. Su esposa no quiso darle descendencia, al considerar la maternidad un acto de sumisión al Partido: está condicionada para considerar el sexo por placer como una abominación, su frigidez es su fuerza. Julia encarna a la mujer militante en la Liga Juvenil Anti—Sex, que paradójicamente trabaja en el Departamento de Novela del Ministerio de la Verdad; es decir, se encarga de escribir novelas pornográficas que luego son distribuidas clandestinamente entre los proles, para hacerles creer que consumen un producto prohibido. Su cinturón de castidad es el recordatorio de que el sexo es intrínsecamente abominable. Prohibido el amor, ¿qué otra alternativa tienen los habitantes de Oceanía (y, suponemos, de las otras dos potencias)? El odio. George Orwell 1984 8 El odio hasta el dolor. El tercer y más fuerte motor de cohesión de la sociedad de 1984. Pero odio... ¿a qué? A lo extraño, al extranjero, al contrario al Partido. Las manifestaciones populares más lúdicas son las películas de propaganda bélica (en las que abunda la violencia explícita y, por lo que nos sugiere Orwell, real: imagínense una snuff movie perpetrada por miles de Rambos), las ejecuciones —previo escarnio público— de prisioneros de guerra enemigos y, sobre todo y por encima de cualquier otra, los Dos Minutos de Odio. ¿Qué son los Dos Minutos de Odio? La ración diaria de odio necesaria para hacer funcionar el sistema. ¿Quién es el objeto del odio? Emmanuel Goldstein. El gran enemigo de Oceanía, el Partido y el Gran Hermano. El adversario necesario. El traidor al Ingsoc. El artíficice de la Revolución que se vendió a las potencias extranjeras. La población expresa su odio irracional, válvula de escape de todos sus instintos primarios, mientras se superponen imágenes apenas subliminales de Goldstein con un fondo de matanzas y atrocidades del enemigo de turno, sea Eurasia o Asia Oriental. Los ciudadanos están condicionados para odiar a Goldstein. Odiar a Goldstein es amar al Partido y al Gran Hermano y todo lo que representa el Ingsoc. Dudar de la maldad de Goldstein es la peor forma de crimental. Y Winston ha caído en ella. Winston odia al Partido. Odia al Gran Hermano. Sabe que el Partido manipula la información, altera la percepción cotidiana de la realidad. Lo sabe porque él mismo ha tenido en sus manos una prueba de este fraude. Pero al mismo tiempo sabe que otros como él odian también al Partido. Por ejemplo, O'Brien, un destacado miembro del Partido Interior, que se le aparece en sueños prometiéndole un pronto encuentro en "el lugar donde no hay oscuridad". Guiado por una complicidad inexplicable, más intuitiva que fundamentada, Winston sigue los pasos de O'Brien, convencido de que le puede aclarar dudas acerca de la existencia de la Hermandad, una organización clandestina, no se sabe si existente o no, enemiga jurada del Partido y el Gran Hermano, tal vez impulsada por el propio Goldstein, el archienemigo. Pero antes de acceder a O'Brien, Winston debe consumar su crimental, debe trasgredir todas las reglas impuestas por el Partido, debe vulnerar todos sus condicionamientos. La primera parte de la novela nos refiere el proceso mental que sigue Winston antes de estar preparado para saltar a esa fase. El acto de escribir el diario hace a Winston plantearse cada vez más interrogantes acerca del funcionamiento del Partido y su sistema de mentiras. Es la toma de conciencia por parte de Winston de que la pretendida utopía no es sino una terrible distopía. El siguiente razonamiento llevará a Winston a plantearse la manera más idónea de contestación al régimen. Pronto llegará al punto en que la única solución posible le parece el derrocamiento del Gran Hermano. Pero los miembros del Partido, sujetos a férreos condicionamientos, no serán la fuerza capaz de acabar con la opresión. Winston fija sus ojos en los proles, los proletarios, aquellos ciudadanos ajenos al juego del Gran Hermano, la masa acrítica y no condicionada. Los proles recuerdan una existencia anterior al Gran Hermano, en ocasiones parecen inmunes al lavado de cerebro que ha hecho creer a toda la sociedad que la inmensa mayoría de los adelantos científicos y tecnológicos de la Humanidad son obra del Gran Hermano. Winston, que carece de familia (fue separado de su madre y su hermana a temprana edad) y ha sido criado por el Partido, recuerda líneas sueltas de una canción de su infancia, que convertirá en el símbolo de su individualidad y de su rebeldía. Esta rebeldía lo lleva a alquilar una habitación en un barrio proletario. Allí podrá escribir su diario y dar rienda suelta a sus fantasías, ajeno a la mirada omnipresente de las telepantallas. Tras la toma de conciencia, la comisión del crimental, es hora de pasar a la acción. La segunda parte de la novela nos muestra el acercamiento entre Winston y Julia. La al principio odiada Julia se revela como una sediciosa. Pero, al contrario que Winston, la rebeldía de Julia es acrítica e intuitiva. Julia carece de base teórica, todas las proclamas de Winston a favor del proletariado y en contra del Partido le resultan ajenas e incomprensibles. La rebeldía de Julia es de otra índole. Ella busca la George Orwell 1984 9 libertad sexual. En un mundo puritano, Julia predica con el ejemplo el amor libre, pero tiende a creerse de manera acrítica todas las proclamas del Partido y los principios del Ingsoc. Ello lleva a Winston a definir su rebeldía como exclusivamente «de piernas abajo». El amor clandestino entre Julia y Winston es desesperado: ambos saben que sus días están contados. No hacen planes de futuro: no tiene sentido hacerlos. Justo en ese instante entra O'Brien en acción. O'Brien viene a cerrar el proceso de rebeldía a los tres principios motores de la sociedad de Oceanía. Perpetrado el crimental gracias a su inteligencia y su capacidad de síntesis, vulnerada la abstinencia sexual gracias a Julia, Winston penetra en el mundo del odio gracias a O'Brien. O'Brien lo ayudará a odiar al Partido introduciéndolo en la Hermandad. El juramento de fidelidad a esta organización es una buena muestra de ello: "—¿Qué estáis dispuestos a hacer? —Todo aquello de lo que seamos capaces. —¿Estáis dispuestos a dar vuestras vidas? —Sí. —¿Estáis dispuestos a cometer asesinatos? —Sí. —¿A cometer actos de sabotaje que puedan causar la muerte de centenares de personas? —Sí. —¿A vender vuestro país a potencias extranjeras? —Sí. —¿Estáis dispuestos a hacer trampas, a falsificar, a hacer chantaje, a corromper a los niños, a distribuir drogas, a fomentar la prostitución, a extender enfermedades venéreas... a hacer todo lo que pueda causar desmoralización y debilitar el poder del Partido? —Si, por ejemplo, sirviera de algún modo a nuestros intereses arrojar ácido sulfúrico a la cara de un niño, ¿estaríais dispuestos a hacerlo? —Sí. —¿Estáis dispuestos a suicidaros si os lo ordenamos y en el momento en que lo ordenásemos? —Sí. —¿Estáis dispuestos, los dos, a separaros y no volveros a ver nunca? —No —interrumpió Julia." Juramentados ambos, Julia y Winston brindan con O'Brien por el pasado. Por el pasado que existió, no por el pasado eternamente mutable que defiende el Partido. Es el momento en que ambos pasan a formar parte de la Hermandad. Por fin pueden leer el libro clave de la rebelión, el tratado teórico escrito por Emmanuel Goldstein: Teoría y práctica del colectivismo oligárquico. En realidad, se trata de un ensayo analítico, sin apenas contenido subversivo: es una simple descripción de las instituciones y la historia de Oceanía. La respuesta a la pregunta que Winston se había formulado alguna que otra vez en su diario: "Comprendo CÓMO. No comprendo POR QUÉ". La certeza del porqué de las cosas, la comprensión por parte de Winston de por qué odia al Partido y todo lo que encarna, es el último paso en su trayectoria moral y política. Sólo ahora, y no antes, podrá enfrentarse a la siguiente etapa, referida en la tercera parte de la novela: su tortura. Evidentemente, Winston no podía eludir su destino: ser encarcelado. El propio O'Brien, comisario de la Policía del Pensamiento, se encarga de capturarlo y conducirlo al Ministerio del Amor. Allí sufrirá todas las vejaciones imaginables, un lavado de cerebro que lo lleve a amar al Partido y el Gran Hermano. La temible habitación 101 marca el final de Winston como persona; en ella ha de enfrentarse a sus fantasmas más terribles. Una vez superada la humillación que anida allí adentro, Winston estará dispuesto a creer cualquier consigna del Partido. Los discursos adoctrinadores de O'Brien surten efecto. Winston ya es capaz de doblepensar. Ve cinco dedos cuando O'Brien le enseña cuatro. Y, mejor aún, ama al Gran Hermano. Ya es un miembro respetable del Partido. George Orwell 1984 10 3.3 Control social, dictadura, realidad y violencia Tras este resumen de la novela, podemos detenernos en los cuatro aspectos fundamentales de la exposición de Orwell. 3.3.1 Control social El sistema político presentado por Orwell está encaminado a alienar al individuo, a hacerlo virtualmente incapaz de pensar por sí mismo. Siguiendo la definición anteriormente expuesta de distopía, es una sociedad cerrada sobre sí misma, que se presenta como la sociedad perfecta. Sólo aislando las influencias externas se podrá realizar el ideal del Ingsoc. El exterior sólo puede ser malo. Sólo el Gran Hermano y el Partido son capaces de ofrecer algo bueno al ciudadano de Oceanía. A tenor de lo que hemos leído en la obra de Goldstein, todo nos hace suponer que este esquema de sociedad es idéntico en Eurasia y en Asia Oriental. La guerra exterior frente a dos enemigos identificables (un enemigo físico: las potencias enfrentadas a Oceanía; un enemigo ideológico: Goldstein) es el factor de cohesión, que llega adonde el Gran Hermano no alcanza con sus eslóganes. Existen medios coercitivos para asegurarse este control. El Ministerio del Amor dispone un aparato represor sin fisuras. No es infrecuente que tu propio hijo te delate, a semejanza de los jóvenes camisas pardas nazis. Así pues, vemos que existen diversos niveles de control social: 1. La guerra exterior contra el enemigo físico e ideológico. Es la razón de ser última del Estado. Hay que odiar a Goldstein y a la potencia enemiga de turno; sólo así, por contraposición, se podrá amar al Gran Hermano. 2. La guerra interior contra el crimental. Fomenta la participación de los propios ciudadanos en su sistema represor. Pasa ineludiblemente por el aprendizaje y repetición de las consignas fundamentales del Partido. Es el segundo nivel de cohesión: el amor al Gran Hermano. 3. La guerra contra la verdad. Orquestada por los medios de comunicación, consiste en un lavado de cerebro permanente de las masas. Configura la realidad que el Partido quiere imponer. A falta de pruebas en contrario, termina por ser La Verdad. Es un nivel más profundo de cohesión del sistema: si el recurso al enemigo externo y a la desviación ideológica no son suficientes, se encarga de anular las últimas manifestaciones espontáneas de contestación. No sólo hay que amar al Gran Hermano: además hay que agradecerle el bienestar actual. Todos los adelantos, sean de la índole que sean, son obra exclusiva del Gran Hermano. 4. La guerra contra las costumbres. Consiste en dar apariencia de virtuosismo a todos los actos cotidianos. Ninguna conducta puede ser considerada errónea, so pena de incurrir en el crimental. Hay que practicar la abstinencia sexual. Hay que acudir a los autos de fe contra los enemigos del Partido y del Estado. Hay que gritar en los Dos Minutos de Odio. No hay que dar pie a conductas ambiguas en la calle. Hay que estar siempre visible para la telepantalla. El Gran Hermano te vigila y, como corresponde a una figura fuertemente paternalista, está dispuesto a castigar al hijo descarriado que traiciona su confianza y desprecia su amor. 3.3.2 Dictadura El régimen así caracterizado es, evidentemente, una dictadura. Se ejerce un autoritarismo sin límites. No se contempla ninguna institución de participación ciudadana, ni siquiera un parlamento ficticio en el que exista una democracia fingida. No hay que convencer a nadie de las bondades del régimen. Al estar cerrado al exterior, el Estado no tiene que rendir cuentas a institución o potencia extranjera alguna. Al ser la dictadura perfecta, la opinión pública es irrelevante. Es más: la opinión pública no existe. George Orwell 1984 11 Conocemos la trayectoria vital de George Orwell. Sabemos de sus querellas internas en el seno de las fuerzas izquierdistas. Estamos al corriente de su desencanto con los partidos denominados obreros. A tenor de sus experiencias en el frente aragonés y en Barcelona durante la guerra civil española, descritas en Homenaje a Cataluña, y a raíz de lo leído en Rebelión en la granja, resultaría muy fácil ceder a la tentación de catalogar 1984 como una obra anticomunista. Lo cual es cierto pero inexacto. Orwell se cuida de trazar un mapa geopolítico en el que tienen cabida tres totalitarismos feroces y sin fisuras, producto de un reparto del mundo que, por lo sugerido en la novela, debió de producirse en algún momento en torno a la década de 1950. Asia Oriental cayó bajo el influjo de China, y ya sabemos que China es un Estado comunista desde que Mao Zedong desalojara a Chiang Kai Chek de la China continental e instaurara su régimen, allá por 1949, todavía en vida de Orwell, con 1984 en proceso de redacción. Eurasia es una colonia de la Unión Soviética, en funcionamiento desde el triunfo de la Revolución bolchevique de 1917 pero con el estatus de superpotencia mundial desde que en 1945, al vencer al nazismo alemán de Hitler, se hiciera virtualmente con el control la Europa del Este, tras la constitución, en 1949, del Consejo de Ayuda Económica (COMECON), germen del Pacto de Varsovia. Oceanía es el resultado de la absorción por parte de los Estados Unidos de América de todos los países de habla inglesa (Canadá, Gran Bretaña, Suráfrica, Australia y Nueva Zelanda) más sus colonias naturales (de acuerdo con lo establecido en la Doctrina Monroe y la Doctrina del Destino Manifiesto, México y Centro y Sudamérica). Vemos, pues, que si la crítica de Orwell hubiera tenido como único objetivo el comunismo estalinista, habría hecho caer Gran Bretaña bajo la influencia de Eurasia, algo que desde el punto de vista geográfico tenía más sentido que hacer bascular a su patria natal hacia la influencia estadounidense. El Gran Hermano practica una ideología, el Ingsoc, indistinguible del comunismo estalinista, cierto, pero también indistinguible del nazismo o cualquier otra forma de fascismo. Su antisemitismo (Goldstein es un apellido judío) puede ser tan propio de un nazi alemán como de un comunista soviético como de un ultrarrepublicano estadounidense (Henry Ford, por poner un ejemplo, fue cabeza visible del antisemitismo en su país) o un tory británico. Su xenofobia adentra sus raíces en la supremacía de la raza blanca y en la primacía de la lengua inglesa, que sólo será superada por la neolingua, de raíces asimismo inglesas. Si Orwell lo hubiera querido, el Gran Hermano podría haber sido ruso, o chino, o alemán. Pero no. El Gran Hermano es anglosajón. Oceanía es una dictadura, una de las tres dictaduras globales surgidas a raíz de la Segunda Guerra Mundial, y acompaña al comunismo estalinista soviético y al comunismo maoísta chino, pero no es ninguna de las dos, aunque comparte elementos ideológicos y de modus operandi. También posee todos los atributos que convierten en dictadura totalitaria al fascismo italiano y al nazismo. Pero no es ninguna de ellas. No se puede identificar con ningún totalitarismo existente en el momento de redacción de la novela. Es una extrapolación de lo que podría ser un comunismo o un fascismo a la anglosajona. De donde debemos colegir que Orwell está criticando todos los tipos de totalitarismo. Su crítica es de carácter universal, y tanto da la forma que este totalitarismo adquiera: comunismo, nazismo, fascismo o Ingsoc. 3.3.3 Falseamiento de la realidad La única manera de perpetuar un régimen dictatorial como el presentado por Orwell es falseando la realidad, perpetuando la mentira. Para que el sistema funcione, hay que acabar con la disidencia. El crimental es el mayor delito, y para evitarlo hay que terminar con las causas que conducen al mismo. Hay que manipular el pasado, hacerlo inexistente si es necesario. "Quien controla el presente controla el futuro. Quien controla el pasado controla el presente." Este axioma tiene una interpretación evidente: el futuro será de quienes han manipulado el pasado hasta el punto de modelarlo a su antojo. Mediante la anulación de cualquier tiempo que no sea el mismo presente se podrá evitar la contestación al régimen: la disidencia suele recurrir a factores históricos, a un pasado en el que las cosas no eran como ahora, y ese recurso al pasado conduce a rectificar el presente y George Orwell 1984 12 mejorar el futuro. Anulando la línea temporal se atajan de raíz estas posibilidades. El único pasado existente es aquel que el Partido dispone, y puede cambiarlo a su antojo, si una cifra de producción de chocolate no cuadra, si un objetivo del plan trienal no se cumple, si tres líderes antirrevolucionarios deben ser vaporizados. Cualquier discordancia entre el pasado y la propaganda oficial puede inducir a pensar que el presente no es perfecto o no está completamente controlado. Ante la imposibilidad de viajar en el tiempo para modificar esos parámetros descontrolados, la única manera posible de eliminar el problema es borrándolos de la memoria. Si se manipulan y adulteran, los nuevos registros pasarán a ser la única verdad. La antigua verdad nunca habrá existido, luego no será verdad. No será. Una persona incómoda para el régimen, un culpable confeso de crimental (pues el crimental siempre conlleva una confesión de culpabilidad), será anulado como persona, primero se le despojará de su personalidad y más tarde, cuando su ejemplo viviente ya haya sido interiorizado por el súbdito, será vaporizado, será una nopersona. No será. No habrá sido nunca. Esta realidad configura un futuro perfecto. El pasado, en perpetuo movimiento, dará lugar a un futuro inmóvil, en el que no quepa la disidencia porque ya no existirá palabra para la disidencia. La neolengua se encargará de ello. El lenguaje modelará la mentalidad de los hombres y mujeres futuros, en la misma medida que la manipulación de la Historia. Llegará un momento en que el tiempo se estanque, pues, como todo cuerpo perfecto, la entropía habrá desaparecido y se encontrará en estado de reposo absoluto. Sólo en ese momento darán igual el pasado y el futuro, puesto que sólo se vivirá en el presente. Ese momento no está lejano. Los expertos prevén que hacia 2050 se publicará la edición definitiva del Diccionario de neolengua. Esa es la fecha que el Ingsoc se ha marcado para controlar la realidad. Una fecha tal vez utópica, puesto que (y esto sólo puede significar que el Partido está próximo a alcanzar sus fines) Winston no tiene la certeza de la fecha en que vive. Elige 1984 como fecha para comenzar su diario por aproximación, no porque le conste. Es probable que la acción de 1984 ni siquiera transcurra en el año 1984. El tiempo está dejando de existir. Pero este ideal puede no alcanzarse. En tanto no se hayan borrado todos los registros del pasado que puedan comprometer el presente, y en tanto no se haya perfeccionado la estructura mental de los habitantes de la Oceanía futura, existe el riesgo del libre pensamiento. Y sólo con la violencia se puede erradicar el germen del individualismo. 3.3.4 Violencia El Estado debe ejercer la coerción para asegurarse el cumplimiento de las leyes. Esto es aplicable a cualquier tipo de Estado, sea totalitario o democrático. Sólo el nivel en que se ejerce esa coerción determina el tipo de régimen político. Un Estado en el que priman los mecanismos violentos de coerción es un Estado totalitario. La Oceanía de 1984 lo es. Bajo la apariencia de utopía, todos saben lo que les espera si caen en desgracia. El crimental es arbitrario, no respeta a nadie, padres de familia o miembros del Partido. Ni siquiera Syme, el ideólogo de la neolengua, escapa a la prisión, a las siniestras mazmorras del Ministerio del Amor. La violencia es el último recurso, al que tarde o temprano llegarán todos los culpables de crimental, y se ejerce de una manera desmedida. El Gran Hermano parece un dios bíblico, ejerciendo su castigo. O'Brien es una figura casi paternalista, intenta por todos los medios enseñar a Winston sus errores, convencerlo de lo erróneo de su actitud, modelando su mente al antojo del Partido, induciéndolo al doblepensar. Para ello, Winston ha de traicionar aquello que más quiere y, pese a que Orwell se recrea sin piedad en las escenas de tortura física (las referencias a la Inquisición son abundantes), lo más terrible de la novela es lo que acontece dentro de la habitación 101, donde Winston se enfrenta a lo que más teme. Violencia intelectual y violencia física van unidas en un binomio indisoluble que sólo tiene una finalidad: perpetuar el Estado de terror y opresión, y no sólo eso, sino hacerlo con el beneplácito y la firme adhesión y convicción de los ciudadanos oprimidos. En palabras de O'Brien: «Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, figúrate una bota aplastando un rostro humano... incesantemente». George Orwell 1984 13 4. Influencias literarias en 1984 1984 es la más famosa de las distopías. Pero, como hemos visto, no es la primera de ellas. Tal vez no sea la mejor desde el punto de vista literario. Ni siquiera es la más terrible. Todos los aspectos analizados por Orwell están presentes en obras anteriores. Lo cual, evidentemente, no es un demérito para 1984. Podemos afirmar que 1984 es el ejemplo más depurado de distopía, la continuación de una tradición narrativa que no hace sino advertirnos de los riesgos que entraña la concentración de poder en unas pocas manos y trata de adoptar una postura ética para evitar tales situaciones. El antecedente más claro de 1984 es la novela Nosotros, de Yevgueni Zamiatin. Su autor era un ingeniero ruso (1884-1937) que hizo la Revolución con los bolcheviques y cayó en desgracia, hasta el extremo de padecer el exilio gracias a la intercesión directa de Stalin. Fruto de su experiencia es la novela Nosotros (1921). En ella se nos presenta un futuro remoto en el que en apariencia sólo existe el Estado Único dominado por el Bienhechor. La intimidad es imposible: las paredes son transparentes y las prácticas sexuales están reglamentadas muy estrictamente. El pronombre "yo" está proscrito. Los habitantes del Estado Único ni siquiera tienen derecho a emplear un nombre propio. D-503 anota sus experiencias en un diario. D-503 es el ingeniero encargado de construir la primera nave espacial del Estado Único. Una mujer, I-330, irrumpe en la vida de D-503 y lo pervierte. D-503 empieza a soñar y desarrolla un alma. El Estado Único tiene que intervenir para extirparle la fantasía y las ansias individualistas. La novela de Zamiatin no llegó a ser publicada en Rusia hasta fechas recientes. Sin embargo, circuló por Europa Occidental durante la década de los 20 y los 30, y sin duda Orwell la leyó para perfilar algunos de los aspectos argumentales de 1984. La dictadura que nos presenta Nosotros es más terrible aún que la de 1984, puesto que se nos presenta como un Estado Único y los ciudadanos carecen de derecho a la intimidad (con las paredes de cristal de Nosotros, ¿qué necesidad hay de utilizar las telepantallas de 1984?). Podemos considerar a I-330 como el antecedente de Julia, aunque con una salvedad: Julia permanece inmune a las enseñanzas de Winston, no lo pervierte ni se deja influir por él, tan sólo vive una historia de amor con él y expresa una rebelión a su manera (mediante la liberación sexual), pero por lo demás es una persona completamente acrítica. I-330, por el contrario, enseña a pensar a D-503, le abre las puertas de la duda metódica, lo lanza hacia la clandestinidad. En este aspecto, el personaje de I-330 resulta más atractivo y poderoso que el de Julia, mientras que el de D-503 se nos presenta dotado de mayor personalidad que Winston. Otra novela que sin duda ejerció una fuerte influencia en 1984 es Un mundo feliz, de Aldous Huxley (1932). Este británico (1884-1963), curiosamente alumno de Eton, al igual que el joven Orwell, se muestra más preocupado por la psicología de personajes. Fiel a sus inquietudes sobre el consumo de sustancias psicotrópicas, Huxley fundamenta su distopía en el consentimiento de los alienados. La alienación se produce gracias al consumo de una droga, el soma, que hace posible ese mundo feliz. Mediante el consumo de soma los ciudadanos huyen de sus problemas. La sociedad de consumo hace el resto. Vivimos en el año 632 después de Ford, el santo patrón de este Estado Mundial. El consumo es una necesidad. Para concienciar a las masas, nada mejor que convencerlas desde la misma cuna. Gracias a la ingeniería genética se ha perfeccionado lo que en la actualidad llamaríamos clonación. Legiones de seres idénticos, producidos en tubos de ensayo, rígidamente divididos en castas (desde los superiores alfa, dotados para el trabajo intelectual y directivo, hasta los disminuidos épsilon, simple mano de obra), todos son meros engranajes necesarios de una enorme cadena de montaje, y todos ellos están condicionados desde la infancia mediante el aprendizaje hipnagógico. Bernard Marx, un alfa con una tara de nacimiento, trabaja como diseñador de esos programas hipnagógicos, elabora las frases que, a fuerza de ser repetidas durante el sueño de los infantes, determinarán el pensamiento de las masas. Pero Bernard, debido a su tara física, es antisocial. Es contrario al amor libre imperante, representado por Lenina Crowne, una beta trabajadora en la Sala de Decantación (el lugar donde los fetos crecen). Ella accede a acompañarlo a George Orwell 1984 14 una reserva en la que viven seres humanos sin civilizar, es decir ajenos a este estado de cosas. Allí topan con Linda, una nacida en el Estado Mundial que cometió el crimen de quedarse embarazada (el mayor pecado en este mundo) y engendrar a John, el Salvaje. Con el Salvaje de la mano, Bernard regresa a Londres. Vemos el idílico mundo feliz bajo la mirada atenta, crítica y escandalizada de John, sólo para darnos cuenta de que este mundo feliz, esta inmensa utopía, es terrible, acaso más terrible que la trazada por Orwell en 1984. Orwell leyó Un mundo feliz. Las similitudes, desde luego, existen. Bernard, igual que Winston, trabaja configurando la realidad que aprenderán los habitantes de Londres: el primero, creando la realidad; el segundo, sustituyéndola. Lenina y su falta de complejos en materia sexual son una buena materia prima para Julia. El resto, a fuerza de presentarnos una distopía basada en la felicidad de los súbditos del Estado opresor, podría parecer distinto, pero en el fondo es mucho más terrible: un habitante del mundo presentado por 1984, véase Winston, sabe que está siendo oprimido; un habitante del Estado Único de Un mundo feliz cree que vive en el mejor de los mundos posibles, donde imperan el consumismo y el amor libre. No son las únicas influencias de 1984, pero sí las más destacables. Entre las distopías más célebres cabría hablar también de La guerra de las salamandras, de Karel Capek (1936), que nos presenta, con un agudo sentido del humor, una guerra total, triste anticipo de la Segunda Guerra Mundial, entre la humanidad y una raza de reptiles dotados de inteligencia. Pero esto apenas se observa en la obra de Orwell. Busquemos, pues, influencias fuera de la corriente distópica de la literatura fantástica. La más evidente es El cero y el infinito, de Arthur Koestler (1941). Húngaro de nacimiento (1905-1983) y británico de adopción, fue amigo personal de Orwell, con quien mantuvo un interesante flujo de correspondencia. Su militancia comunista (1931-1937) lo llevó, entre otras cosas, a ser condenado a muerte durante la Guerra civil española. Fruto de sus experiencias y del desencanto sufrido por una Unión Soviética inmersa de lleno en las purgas estalinistas, escribió El cero y el infinito, una de las novelas más dolorosas que leerse puedan, e inspiradora directa de la tercera parte de 1984. Los interrogatorios y torturas a que es sometido Winston por O'Brien beben directamente de los de esta novela. 5. Influencias de 1984 Pero 1984 es una novela que también ha influido a posteriori, no sólo en la literatura sino también en el cine y en la vida cotidiana. 5.1 Influencias literarias Las influencias literarias de 1984 se encuentran en la tradición distópica de la ciencia-ficción. La novela puso el listón tan alto que nunca más se volvió a presentar un futuro tan negro: hacerlo hubiera equivalido a incurrir en la autoparodia o la hipérbole increíble, y la efectividad de 1984 radica en que resulta inquietantemente creíble. Una distopía como Limbo, de Bernard Wolfe (1952), tal vez deba más a Un mundo feliz que a 1984, pero contiene puntos de interés para el estudioso de la obra de Orwell. El estadounidense Bernard Wolfe (1915-1986) fue guardaespaldas de Trotski en su exilio mexicano de Coyoacán y dio a publicar Limbo, una distopía tan inteligente como mordaz, en la que las diferencias entre Estados se solucionan mediante una especie un tanto desquiciada de Juegos Olímpicos. Tras la guerra atómica (fantasma que, curiosamente, apenas desarrolla Orwell), el credo imperante es el vol amp, la amputación voluntaria de miembros, que determina el prestigio social. El mundo está dominado por dos grandes superordenadores. El futuro es incomprensible. El Gran Hermano no lo entendería: ha quedado superado por la informática. También sería aventurado hablar de puntos de contacto entre 1984 y La naranja mecánica, de Anthony Burguess (1962). La violencia está consagrada como entretenimiento para la juventud. La caída en desgracia de uno de los practicantes de la ultraviolencia, Alex, corre en paralelo a la George Orwell 1984 15 narración de su reinserción. Pero no se trata de una reinserción destinada a erradicar la violencia de su ser (se intenta en un primer momento, dejándolo indefenso ante el mundo exterior), sino encaminada a hacerle recuperar el instinto agresivo y violento. Es tal vez la única concomitancia entre ambas obras: un largo proceso, mezcla de rehabilitación y tortura, que da como resultado una persona del agrado del poder, hecha a imagen y semejanza de las directrices gubernamentales. 5.2 Influencias cinematográficas Podemos hablar de dos adaptaciones cinematográficas de 1984. o mejor dicho, de dos y media. La primera data de 1956. Fue dirigida por Michael Anderson y estuvo protagonizada por Edmond O'Brien (como Winston), Jan Sterling (como Julia), Michael Redgrave y Donald Pleasence. La segunda, fechada precisamente en 1984, fue dirigida por Michael Radford y protagonizada por John Hurt (Winston), Suzanna Hamilton (Julia) y Richard Burton (O'Brien). Ambas son correctas, pero demasiado literales, fallan precisamente por su intento de ser fieles a la novela de Orwell. Puestos a destacar, destaquemos un elemento heterodoxo en la segunda: la música, a cargo del grupo Eurythmics. Además de estas dos películas, cabe consignar al menos dos adaptaciones televisivas, una fechada en 1954 (dirigida por Rudolph Cartier y protagonizada por Peter Cushing) y la otra en 1965 (dirigida por Christopher Morahan y protagonizada por David Buck). De este modo, nos vemos en la obligación de hablar de la adaptación cinematográfica que haría el lugar "dos y medio": Brazil, de Terry Gilliam (1985). El director nunca se cansa de repetir que no había leído el libro, si bien el título provisional de la película era 1984 y medio, un claro homenaje a la novela de Orwell y a la película de Federico Fellini 8 y medio. La odisea burocrática de Sam Lowry (Jonathan Pryce) se da un aire al ambiente en que trabaja Winston; muy bien podría ser el Ministerio de la Verdad, del mismo modo que Ian Holm en el papel de Kurtzmann parece un doble de George Orwell. Las ensoñaciones de Sam con Jill Layton parecen los momentos más arrebatados de la historia de amor entre Winston y Julia. El mundo opulento en que vive la madre de Winston podría ser el ambiente de las élites del Partido Interior. La caída en desgracia de Sam y su posterior tortura parecen la plasmación en imágenes más perfecta y estremecedora de la tercera parte de 1984 novela. Por supuesto, Gilliam confiere al conjunto un tono satírico (esas bromas acerca de la inoperancia de la policía secreta, incapaz de horadar un agujero de las dimensiones adecuadas para capturar –por error—— a un supuesto disidente político porque «se han vuelto a pasar al sistema métrico decimal»), así como un componente entre kafkiano y onírico (ese fontanero comando encarnado por Robert De Niro) de los que carece la novela de Orwell. Se podrían encontrar ecos marginales de 1984 en otras películas como The Wall (Alan Parker, 1982), que nos presenta otra "pesadilla de aire acondicionado" con el leitmotiv de la música de Pink Floyd, pero sus similitudes con la novela no dejan de ser eso: marginales. George Orwell 1984 16 5.3 Influencias en la vida cotidiana Lo más terrible de 1984 es que ha trascendido el ámbito puramente literario y podemos encontrar ecos de la novela en la vida cotidiana. Cabe hablar de la capacidad anticipatoria de la novela, un asunto que ha levantado multitud de controversias y que en torno al año 1984 se convirtió prácticamente en el asunto del día en las columnas de prensa. ¿Qué había en al año 1984 de la novela 1984?, se preguntaban periodistas, columnistas y tertulianos. La conclusión más extendida era que Orwell había fracasado como profeta: la dictadura predicha en sus páginas no había tenido lugar. El mundo parecía respirar tranquilo: el Gran Hermano nunca gobernó. Orwell ya no era fiable. Sin embargo, huelga decir que Orwell no era un profeta, sino un escritor concienciado. No es pequeña la diferencia: como buen distopista, como buen escritor, como buena persona, Orwell no intentaba adivinar el futuro, sino evitar un futuro posible mediante un alegato que sacudiese conciencias e indujese a la reflexión. El futuro previsto en 1984 resultaba terrible no por el hecho de que Orwell creyese que iba a tener lugar, sino porque temía que, si las cosas seguían así, podría llegar a suceder. ¿A qué temía Orwell? Ya hemos visto que la posibilidad de una dictadura casi mundial, capaz de manipular los medios de comunicación y anular la voluntad y la memoria de los ciudadanos, le parecía la peor de las posibilidades. 1984 es una advertencia demasiado poco sutil, desesperada, muy evidente. Homenaje a Cataluña llegaba en mal momento: la Unión Soviética aún era la mejor garantía en la lucha contra el fascismo internacional. La II Guerra Mundial aún no había empezado. Rebelión en la granja tampoco llegó en buen momento: la guerra estaba recién ganada, la Unión Soviética había salvado la democracia en el mundo y la fábula moral propuesta por él resultaba demasiado evidente. Por momentos, Orwell cree que la batalla está perdida, que de nada servirá denunciar el totalitarismo. Parece que la Unión Soviética ha formado una alianza contra natura con las potencias democráticas occidentales, con el único fin de silenciar la verdad. El inicio de la guerra fría da lugar a una lucha de bloques que, con la irrupción de la China comunista, conforma un panorama internacional inquietante: el fantasma de una guerra total acecha. Es una guerra de baja intensidad, manifestada en conflictos puntuales, pero siempre con el fantasma de la conflagración mundial rondando. Puesto que la guerra militar no resulta conveniente, las mejor arma para ganar el conflicto no declarado es otra: la guerra propagandística. Para ganarse a la opinión pública, ambos bandos crean un ambiente de confrontación (un enemigo identificable) y no dudan en tergiversar los medios de comunicación, e incluso la historia, de acuerdo con sus propios fines. Sólo así se tendrá una ciudadanía completamente convencida de la maldad del enemigo (lo cual garantiza la cohesión del grupo) y dispuesta a casi todo por defender su integridad territorial. La disidencia interna se castiga con la cárcel y la tortura (los gulags soviéticos) o con el silenciamiento (la caza de brujas maccarthista en los Estados Unidos). Si el odio al rival no bastase para mantener unida a la nación, existen otros métodos para hacerlo: el recurso a una figura carismática, un líder. Si aun así ello no bastase, el poder dispone de suficientes medios de comunicación y mecanismos ideológicos para anular todo vestigio de discrepancia. Si el equilibrio de poderes variase, si cambiasen las circunstancias o las alianzas, el sistema no puede permitirse el lujo de reconocer su error. Necesita, por tanto, modificar la realidad, hacer creer a la ciudadanía que todo lo que sucede obedece al interés común, que éste siempre ha sido inmutable y que quien se atreva a desenmascarar las contradicciones surgidas a lo largo de este proceso es necesariamente antipatriota y, por tanto, merece ser castigado. El ciudadano tiene que aprender a pensar que el George Orwell 1984 17 enemigo de hoy, por muy odiado que sea, puede ser el aliado de mañana; que lo que hoy es blanco mañana puede ser negro. Si no se confía en la nación y en el líder, difícilmente se podrá ganar la guerra contra el Otro, fin último de la existencia del Estado. Si en el camino hay que prescindir de la verdad o adecuarla a la situación existente, se hace. Si hay que hacer pequeñas trampas mentales, mentirse a sí mismos, también se hace. Este esquema resulta independiente de la forma de gobierno. En democracia o bajo una dictadura, el poder sólo busca perpetuarse, y la superestructura ideológica es la mejor aliada de los mecanismos coercitivos. De este modo, Orwell no está aventurando un futuro terrible, sino describiendo un modus operandi propio de un enfrentamiento entre bloques. Orwell, en primer lugar y como objetivo inmediato, critica toda forma de totalitarismo, en particular el comunismo estalinista, pero ya ha ido un paso más allá de la denuncia efectuada en Rebelión en la granja. Su denuncia es mucho más radical. Nos advierte en contra de todos los mecanismos de manipulación de masas. Emplazando su distopía en una Gran Bretaña colonizada por los Estados Unidos da a entender que ninguna región del mundo escapa a la manipulación. Orwell, por tanto, retrata la situación del mundo en 1948, año en que comenzó a escribir la novela. De hecho, 1984 es el resultado de invertir las dos últimas cifras de aquel año. Esta situación persiste en la actualidad. La caída del bloque comunista soviético y el acercamiento de China a los postulados de la economía capitalista de mercado tal vez tracen un panorama geoestratégico distinto. El enemigo ha pasado a ser difuso, toda vez que el posible enfrentamiento entre mundo occidental y mundo árabe no parece ser tal (no olvidemos que los Estados Unidos y sus aliados cuentan con el apoyo de casi todos los gobiernos árabes y arrastran en su contra a casi toda la opinión pública de sus países). La amenaza ha pasado a ser genérica, la lucha contra el terrorismo o el «eje del mal», tan sólo existe una potencia que pueda ser considerada hegemónica. Este cuadro no tiene nada que ver con la situación descrita por Orwell. Sería muy fácil ceder a la tentación de considerar 1984 como una falsa profecía. Y, sin embargo, las actitudes descritas por Orwell siguen ahí. No es necesario recurrir a la represión pura y dura para mantener cohesionada la sociedad. Una dictadura como las descritas por Orwell no es viable en una sociedad capitalista liberal. ¿Por qué? Pues porque existen mecanismos más sutiles para sojuzgar a la ciudadanía. El control social ha mutado. Se puede incrementar el recorte de los derechos civiles sin que ello suponga un coste electoral para las fuerzas que lo ponen en marcha: al fin y al cabo, se realizan para garantizar la libertad de los ciudadanos frente a amenazas exteriores (la guerra contra el terrorismo internacional) o internas (la lucha contra el terrorismo local, la delincuencia y la inmigración ilegal). No es necesario recurrir a la dictadura y las torturas no dejan de ser incidentes aislados y relativamente justificados por la Constitución (sólo cuando se produce la supresión de libertades individuales del ciudadano, para los supuestos de estado de excepción y estado de sitio). Mediante los mecanismos democráticos y constitucionales, la ciudadanía cede parte de su soberanía al Estado, con la finalidad de proteger su integridad física. Es en este punto donde la terminología de Orwell ha arraigado en la opinión pública. 1984 no sólo describe una situación existente, sino que proporciona las herramientas para dar nombre a determinados comportamientos descritos. Cuando decimos "el Gran Hermano te vigila", evidentemente no nos referimos al dictador benevolente y temible de la novela de Orwell, sino a la maquinaria estatal aplicada al escrutinio sistemático de los comportamientos del individuo. El Gran Hermano no es un partido político o una persona, sino el Estado mismo. El Ministerio de Hacienda, que posee todos nuestros datos fiscales. El Ministerio del Interior, que posee todos nuestros historiales delictivos. El Ministerio de Sanidad, que posee todos nuestros historiales clínicos. La Agencia de Protección de Datos, que posee la llave para que empresas, bancos y compañías de seguros sepan quiénes somos, qué comemos, qué enfermedades padecemos, qué situación económica atravesamos... en resumen, la clave para conocernos mejor de lo que nosotros nos conocemos a nosotros mismos. Éste es el Gran Hermano real y actual, una maquinaria puesta a nuestro servicio y, por tanto, mucho más temible que el dictador de Orwell, puesto que existe y es inevitable. George Orwell 1984 18 No es el único punto de la realidad cotidiana en que el lenguaje orweliano se ha infiltrado en el habla coloquial. La manipulación informativa a veces hace aflorar las referencias a Orwell y su obra. Cuando el político de turno afirma como dogma de fe indiscutible una opinión que poco antes denigraba, la expresión doblepensar acude a nuestras mentes. Ya ha dejado de resultar extraño que expresiones que parecen salidas de 1984, tales como "la guerra es la paz", estén en boca de la clase dirigente y, peor aún, ya no nos extrañen. Ya están asumidas como parte indisoluble de su discurso político. 6. Conclusiones A modo de conclusión, ¿qué hay de 1984 en nuestro mundo actual? Parece ser que mucho, y más de lo que quisiéramos. La advertencia de Orwell parece haberse convertido en realidad, tal vez de una manera más sutil y, por supuesto, menos lesiva para la sensación de libertad individual. El futuro opresivo descrito por Orwell se ha convertido en un presente en el que impera la sensación generalizada de libertad y comodidad, de utopía realizada, pero en realidad los mecanismos de control son los mismos. En resumen, la definición misma de distopía, tal como la enunciábamos en otro momento de esta conferencia. Una situación más próxima a la distopía descrita por Aldous Huxley en Un mundo feliz, en la que la sumisión de las masas pasaba ineludiblemente por el condicionamiento hipnagógico, las drogas de diseño y la sociedad de consumo; un modelo igual de impersonal que el de 1984, pero envuelto en una apariencia mucho más humana y deseable. Motivos que hacen que la distopía de Aldous Huxley sea mucho más temible que la de George Orwell. Pese a su fama, 1984 no nos presenta, ni de lejos, el peor de los futuros posibles. A decir verdad, es probable que 1984 ni siquiera sea el libro más terrible de Orwell. Demasiado maniqueo, como por otra parte la mayoría de su obra, carece de los matices de Rebelión en la granja y de la espontaneidad y vividez de Homenaje a Cataluña. Es demasiado poco sutil, y ello le hace perder parte de su pretendido efecto denuncia. Pese a que su fin último es denunciar cualquier forma de totalitarismo, tanto los existentes en el momento de ser escrita como los que probablemente habrían de surgir (siguiendo la cronología interna de la novela, el Gran Hermano no aparece en la historia hasta los años 60, con la revolución ya consolidada), es asimismo una metáfora demasiado transparente del estalinismo. El Gran Hermano es Stalin. Emmanuel Goldstein es Trotski, su archienemigo, su compañero de revolución, a la cual supuestamente traiciona. Orwell ha vivido la persecución de las milicias trotstkistas del POUM durante su estancia en Cataluña y Aragón. También sabe lo que es exponerse a la censura por divulgar opiniones opuestas al estalinismo. Todo ello lo convierte en un compañero de viaje de Trotski. Aunque la ideología de Orwell no era propiamente trotskista, el hecho de denunciar los excesos del estalinismo (en Homenaje a Cataluña, por la vía del periodismo de denuncia; en Rebelión en la granja, mediante una fábula animal; en 1984, recurriendo al tremendismo), en la práctica termina por servir a los intereses de Trotski. La crítica abierta de la represión de las milicias del POUM en Homenaje a Cataluña, la persecución de Snowball en Rebelión en la granja y la introducción del personaje de Emmanuel Goldstein en 1984 son manifestaciones de un alineamiento inequívoco del lado de Trotski. O tal vez no. Del mismo modo que jamás vemos al Gran Hermano, es tan sólo una referencia abstracta, una suerte de divinidad que encarna los valores fundamentales del Estado de Oceanía, tampoco sabemos a ciencia cierta quién es ni cómo se comporta Emmanuel Goldstein. Las únicas manifestaciones de la existencia de Goldstein, aparte de la confusa Hermandad (en realidad, un cebo para atraer disidentes a las garras de la Policía del Pensamiento), es un texto completamente inocuo y meramente descriptivo del funcionamiento de Oceanía y de las interioridades del Partido. Teoría y práctica del colectivismo oligárquico apenas tiene elementos escandalosos; no es más que un manual de divulgación. De hecho, podría ser un libro de texto para los cuadros del Partido Interior, ya convencidos de las bondades del régimen gracias al proceso del doblepensar. George Orwell 1984 19 Ni el Gran Hermano ni Goldstein se nos muestran a lo largo de 1984. Tan sólo disponemos de referencias inconcretas: el Gran Hermano es bueno, es la esencia y elemento unificador del Estado, es amor; Goldstein es malo, es el enemigo externo e interno que amenaza con disgregar el Estado, es odio. Sin el uno, el otro no podría existir. El Gran Hermano necesita a Goldstein para que su dictadura y el estado de guerra perpetuo que su régimen mantiene adquieran algún sentido. Siguiendo la lógica de la novela, el Gran Hermano tiene agentes muy poderosos encargados de perpetuar al Partido en el Poder. El Ministerio del Amor es el más notable. Todo el peso del Estado se encamina a mantener a los súbditos fuera del alcance de la nefasta influencia de Goldstein. O'Brien es el máximo ejemplo, capaz de tender una trampa a Winston y Julia para anularlos como personas, pues han caído en el crimental. Ahora bien, ¿cuáles son los agentes de la Hermandad de Goldstein? En los Dos Minutos de Odio se proyectan imágenes de Goldstein, el enemigo eterno, sobre un fondo bélico, la guerra que Oceanía libra con Eurasia. Pero Goldstein no es el Gran Hermano eurasiático, sus motivaciones pueden haberlo llevado a traicionar a su país, probablemente se encuentre refugiado en Eurasia si con ello ayuda a derrocar al Gran Hermano, pero en ningún caso resulta creíble la idea de que domine los destinos de los eurasiáticos. Goldstein lucha contra el Gran Hermano (y, por ende, contra Oceanía), pero no es un líder con poder efectivo. Según la propaganda de guerra, es identificado con Eurasia, el actual enemigo de Oceanía. Pero, como vemos al final de la novela, el enemigo de Oceanía ya no es Eurasia sino Asia Oriental, y siempre ha sido el enemigo, el único enemigo. Goldstein pasará entonces a ser un traidor vendido a Asia Oriental. Realmente hace falta un esfuerzo de doblepensamiento, al alcance de todos los miembros del Partido y muchos de los perfectos ciudadanos, para creer en estos vaivenes. Pero el combate contra el Gran Hermano no se desarrolla en el frente exterior, sino en la realidad cotidiana. La Hermandad es una organización que funciona dentro de Oceanía. Necesita, pues, agentes infiltrados en la sociedad. ¿Quiénes son estos agentes? Durante un tiempo, Winston y Julia. Son los únicos que conocemos. O'Brien les advierte de que tarde o temprano los detendrán y sustituirán por otros, en una espiral aparentemente sin fin, en la que el crimental conduce irrevocablemente a la Hermandad, la Hermandad conduce irremediablemente al Ministerio del Amor (la temida habitación 101) y el Ministerio del Amor conduce irremediablemente a la vaporización y la nopersona, el no ser, el no haber existido nunca. "Tú no existes", replica O'Brien a Winston en un momento de su lavado de cerebro. O'Brien. Siempre O'Brien. El agente secreto de la Policía del Pensamiento. El amigo de Winston que se le aparece en sueños para inducirlo al crimental. El agente de la Hermandad. Gran Hermano. Hermandad. O'Brien. Tres vértices de un triángulo. Una persona que, en apariencia, actúa como agente doble. Aunque, si nos detenemos a pensar, se trata de un pésimo agente doble, pues siempre, inevitablemente, los agentes que gana para la causa de la Hermandad (Goldstein) terminan siendo torturados por él mismo en el Ministerio de la Verdad. La pregunta que uno se plantea es: ¿Existe verdaderamente Emmanuel Goldstein? ¿No se tratará de un cebo que las autoridades ponen a disposición de los incautos cuyas convicciones flaquean y, no siempre por su propia voluntad, incurren en el crimental? Goldstein es el enemigo del Gran Hermano, resulta evidente que su naturaleza ha sido desvirtuada por la propaganda del régimen para convertirlo también en el enemigo de Oceanía, en la encarnación de todos sus males. El juramento que Winston y Julia realizan de sumisión a la Hermandad es una declaración de guerra al Estado. Si la naturaleza de Goldstein ha sido desvirtuada tras su presunta huida de Oceanía; si nada de lo que asegura la propaganda es cierto; si nadie ha visto a Goldstein y sus únicos agentes son en realidad miembros de la policía secreta del régimen, ¿qué nos impide pensar que en realidad Goldstein es una fabulación, un invento del régimen, un archienemigo diseñado para glorificar por defecto al Gran Hermano y para cazar a los disidentes? Es probable que en el pasado existiera un Emmanuel Goldstein, que se enfrentase con el Gran Hermano y que tuviese que huir de Oceanía; pero de ahí a suponer que ejerza una influencia decisiva en la lucha contra el régimen media todo un abismo. Sabemos que el trotskismo no influyó en la lucha interna contra el estalinismo. Había otras fuerzas (religiosas, nacionalistas, cívicas) que, indiscutiblemente apoyadas desde el exterior (por el George Orwell 1984 20 Vaticano, Irán y los Estados Unidos), encabezaron la democratización e independencia de las repúblicas que componían la URSS. Pero en ningún momento hubo ningún partido trotskista que interviniese de forma directa en este proceso. Y, sin embargo, durante muchos años la propaganda oficial estalinista se encargó de culpar a conciencia a Trotski, al traidor, de todos los males de la Nación. Orwell no vivió para ver este proceso, pero la lógica planteada en 1984 es la misma. Goldstein es el enemigo oficial, pero en la práctica no es relevante para derrocar el régimen. No cuenta con agentes, los que se presentan como miembros de la Hermandad son en realidad sicarios del Gran Hermano, y su ideología es casi inexistente, apenas un puñado de obviedades. Las esperanzas de Winston siempre estuvieron puestas en los proles, los miembros de la sociedad más ajenos a las proclamas del Gran Hermano, algunos de ellos incluso conscientes de que hubo un pasado anterior al Gran Hermano en el que existía un nivel de vida equiparable o superior al actual. Para ellos, en cierto modo el Gran Hermano no existe. Porque esta es la pregunta fundamental: ¿existe el Gran Hermano? El Gran Hermano irrumpe en la historia de Oceanía en un momento inconcreto. Winston cree recordar que en torno a la década de los 60, veinte años antes de la fecha en que transcurre la novela. A diferencia de Goldstein, el Gran Hermano no participó en la Revolución, al menos con ese título. El Gran Hermano no realiza apariciones en público. Es glorificado, es el líder, el conductor del ejército hacia la victoria sobre el enemigo externo, el garante de la victoria sobre la disidencia interna, el caudillo que proporcionó todos los adelantos científicos y técnicos conocidos a sus amantísimos hijos, es el padre, es el dios. Pero nadie recuerda haberlo visto en persona. Nadie recuerda en qué momento apareció en la vida pública. No tiene un origen definido, es un ser casi mítico sin historia, en una sociedad que, gracias a la manipulación ideológica e informativa, sabe que la historia no existe, que lo que hoy es mañana no será, no habrá sido nunca. ¿Existe el Gran Hermano? La pregunta es difícil de responder. Tal vez sí, tal vez no. ¿Existe Goldstein? Por lo que hemos visto, es cierto que en un pasado remoto existió un Emmanuel Goldstein, pero no es el mismo contra el que alertan las autoridades, pues el Goldstein actual no existe, es una mera invención, una herramienta represora más. Tenemos, pues, a un Goldstein que en el pasado existió pero en la actualidad es sólo un nombre, una franquicia que encarna al mal, y a un Gran Hermano, su opuesto, que no tiene pasado, nadie sabe en qué momento apareció en escena y representa todos los valores positivos de la sociedad. Todas las atrocidades represoras se cometen en nombre del Gran Hermano. Todas las atrocidades que conducen a la represión se cometen en nombre de Goldstein. Sin las primeras, no se podrían justificar las segundas, que son la razón de ser del Régimen. Goldstein y el Gran Hermano se necesitan mutuamente y, si el primero no existe, ¿por qué habría de hacerlo el segundo? O son la misma persona o no son ninguna persona en absoluto. La decisión queda a la libre interpretación de cada cual. Según leemos en Teoría y práctica del colectivismo oligárquico, es probable que Eurasia y Asia Oriental tengan sus propios Grandes Hermanos (y, suponemos, sus Goldstein particulares). En un ejercicio de imaginación, podemos suponer que si Eurasia es la evolución lógica de una Europa continental invadida por la Unión Soviética, ambos papeles correspondan a los propios Stalin y Trotski, respectivamente. Lo cual nos lleva a preguntarnos si Stalin y Trotski, de manera análoga al Gran Hermano y Goldstein, existen en realidad. Y, más allá, si existen la propia guerra en la que se sustentan el Gran Hermano y su régimen o incluso si existen los tres grandes bloques que pugnan en esa guerra. Queda un último punto por analizar. 1984 es la historia de la resistencia de un individuo, Winston, a ser absorbido por todo un sistema. En toda distopía que se precie, este intento está abocado al fracaso. El D-503 de Nosotros es reinsertado en la comunidad. Bernard Marx y el Salvaje de Un mundo feliz padecen destinos diferentes, pero ambos se saldan con derrota: el primero es deportado a Islandia, el segundo se ahorca ante su desesperación por la sociedad perfecta descrita por Huxley. Winston y Julia se traicionan mutuamente y a ellos mismos y son vaporizados en 1984. Toda forma de lucha del individuo frente al sistema represor es una quijotada que no puede acabar bien. Frente a ello, sólo cabe una opción: integrarse en la multitud, de modo que no puedan anularte como persona. Si no piensas como la masa, al menos camúflate bien entre ella. En George Orwell 1984 21 cierto modo, es el destino al que están abocados los héroes solitarios de las novelas de aventuras (el señor Kurtz de El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, ha de ser eliminado como castigo a su heterodoxia) y terror (el Robert Neville de Soy leyenda, de Richard Matheson, termina convertido en un monstruo: es el único ser humano vivo entre una sociedad de vampiros; él es el extraño, el que debe ser eliminado). Las distopías radicales del periodo clásico de este subgénero no nos ofrecen ninguna solución, se limitan a recordarnos que el empeño es inútil. Ahora bien, cabe preguntarse si en realidad Winston Smith es derrotado. 1984 concluye con la derrota de Winston, con su lavado de cerebro y reinserción momentánea en la vida laboral, presagio de una pronta vaporización. Sin embargo, Orwell ofrece un post-scriptum, el ensayo titulado "Los principios de la neolengua", en el que teoriza acerca de lo que hemos visto en la novela. Comprendemos el funcionamiento de la neolengua, su estratificación en niveles de dificultad, tanto más desarrollados cuanto más elevado el nivel de jerarquía dentro del Partido. Desde el punto de vista de un filólogo, sin duda resulta una lectura fascinante. Para el interesado en la sociología y en la política, también. Para el aprendiz de literato, es un modelo de construcción de un universo narrativo coherente. Para el conferenciante empeñado en sacarle punta a la novela, arroja las claves que necesitamos para descubrir un hecho que tal vez pasara desapercibido para los lectores: es posible que el régimen del Gran Hermano haya sido derrotado. Orwell nos ofrece indicios que apuntan en esta dirección. Bien es cierto que son indicios un tanto inconsistentes, pero merece la pena pensar en ellos. Para empezar, este apéndice está escrito bajo la forma de un ensayo. La tercera persona del narrador, implicado en la historia que relata, desaparece para dar paso a una tercera persona completamente aséptica, ajena a la novela: tan sólo se nos ofrece un ensayo sobre lingüística. Lo habitual en la literatura especulativa, cuyo marco temporal se desarrolla en el futuro del lector, es recurrir a este tipo de ensayos para aclarar algunos aspectos confusos o no suficientemente desarrollados en la narración. Orwell recurre, pues, a este subterfugio para explicarnos el funcionamiento de la neolengua. El ensayo comienza así: "La neolengua era la lengua oficial de Oceanía y fue creada para solucionar las necesidades ideológicas del Ingsoc o Socialismo Inglés. En el año 1984 aún no había nadie que utilizara la neolengua como elemento único de comunicación, ni hablado ni escrito. (...) Se esperaba que la neolengua reemplazara a la vieja lengua (o inglés corriente, diríamos nosotros) hacia el año 2050." En apariencia se trata de un texto muy aséptico. Demasiado, de hecho. Sin embargo, ¿no llama la atención el empleo de tiempos verbales? La toma de partido de Orwell en la novela hace más llamativa esta asepsia. El recurso al tiempo verbal con que se narran los orígenes de la neolengua, sin embargo, resulta muy revelador. Según la lógica de 1984, Winston cae, la resistencia es aplastada una vez más, la maquinaria estatal se comporta como la bota que pisa indefinidamente cuantos rostros humanos se le interpongan. El Partido triunfa y está más cerca de lograr sus objetivos: mantenerse en el poder perpetuamente, borrar la corriente temporal, controlar el futuro. Orwell debería narrar el desarrollo de la neolengua desde un futuro en el que el Partido ha conseguido sus objetivos, pues el final de la novela es meridianamente claro: el Partido ha triunfado sobre Winston y Julia. Sin embargo, "Los principios de neolengua" matizan este discurso. Para empezar, Orwell escribe el ensayo en inglés. Quiere decirse con esto que en el futuro desde el que Orwell escribe el ensayo, posterior al año 1984, las referencias a la neolengua están escritas en inglés corriente, no en neolengua. De la neolengua se nos precisa que era la lengua oficial de Oceanía y que estaba prevista su completa implantación antes del 2050. Aunque parezca una perogrullada, no se nos afirma que la neolengua sea la lengua oficial de Oceanía en el momento, posterior a los sucesos narrados en la novela, en que está escrito el ensayo. Se habla de la neolengua en pasado, así como del calendario fijado para su implantación. Podemos suponer, por tanto, que la neolengua ya no existe. Lo cual nos permite suponer, sólo suponer, que el empeño del Gran Hermano y del Ingsoc de implantar una lengua artificial ha fracasado. Lo cual nos lleva a suponer, sólo suponer, que tal vez con el derrumbe de este empeño faraónico se vino abajo todo el edificio en que se sustentaba el sistema. Orwell nos está ofreciendo un indicio razonable de que se puede luchar contra el Gran Hermano y, quién sabe, quizá derrotarlo. George Orwell 1984 PART ONE PRIMERA PARTE Chapter 1 CAPÍTULO I 22 It was a bright cold day in April, and the clocks were striking thirteen. Winston Smith, his chin nuzzled into his breast in an effort to escape the vile wind, slipped quickly through the glass doors of Victory Mansions, though not quickly enough to prevent a swirl of gritty dust from entering along with him. Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece. Winston Smith, con la barbilla clavada en el pecho en su esfuerzo por burlar el molestísimo viento, se deslizó rápidamente por entre las puertas de cristal de las Casas de la Victoria, aunque no con la suficiente rapidez para evitar que una ráfaga polvorienta se colara con él. The hallway smelt of boiled cabbage and old rag mats. At one end of it a coloured poster, too large for indoor display, had been tacked to the wall. It depicted simply an enormous face, more than a metre wide: the face of a man of about forty-five, with a heavy black moustache and ruggedly handsome features. Winston made for the stairs. It was no use trying the lift. Even at the best of times it was seldom working, and at present the electric current was cut off during daylight hours. It was part of the economy drive in preparation for Hate Week. The flat was seven flights up, and Winston, who was thirty-nine and had a varicose ulcer above his right ankle, went slowly, resting several times on the way. On each landing, opposite the lift-shaft, the poster with the enormous face gazed from the wall. It was one of those pictures which are so contrived that the eyes follow you about when you move. BIG BROTHER IS WATCHING YOU, the caption beneath it ran. El vestíbulo olía a legumbres cocidas y a esteras viejas. Al fondo, un cartel de colores, demasiado grande para hallarse en un interior, estaba pegado a la pared. Representaba sólo un enorme rostro de más de un metro de anchura: la cara de un hombre de unos cuarenta y cinco años con un gran bigote negro y facciones hermosas y endurecidas. Winston se dirigió hacia las escaleras. Era inútil intentar subir en el ascensor. No funcionaba con frecuencia y en esta época la corriente se cortaba durante las horas de día. Esto era parte de las restricciones con que se preparaba la Semana del Odio. Winston tenía que subir a un séptimo piso. Con sus treinta y nueve años y una úlcera de varices por encima del tobillo derecho, subió lentamente, descansando varias veces. En cada descansillo, frente a la puerta del ascensor, el cartelón del enorme rostro miraba desde el muro. Era uno de esos dibujos realizados de tal manera que los ojos le siguen a uno adondequiera que esté. EL GRAN HERMANO TE VIGILA, decían las palabras al pie. Inside the flat a fruity voice was reading out a list of figures which had something to do with the production of pig-iron. The voice came from an oblong metal plaque like a dulled mirror which formed part of the surface of the right-hand wall. Winston turned a switch and the voice sank somewhat, though the words were still distinguishable. The instrument (the telescreen, it was called) could be dimmed, but there was no way of shutting it off completely. He moved over to the window: a smallish, frail figure, the meagreness of his body merely emphasized by Dentro del piso una voz llena leía una lista de números que tenían algo que ver con la producción de lingotes de hierro. La voz salía de una placa oblonga de metal, una especie de espejo empeñado, que formaba parte de la superficie de la pared situada a la derecha. Winston hizo funcionar su regulador y la voz disminuyó de volumen aunque las palabras seguían distinguiéndose. El instrumento (llamado telepantalla) podía ser amortiguado, pero no había manera de cerrarlo del todo. Winston fue hacia la ventana: una figura pequeña y frágil cuya delgadez resultaba realzada por el «mono» azul, George Orwell 1984 23 the blue overalls which were the uniform of the party. His hair was very fair, his face naturally sanguine, his skin roughened by coarse soap and blunt razor blades and the cold of the winter that had just ended. uniforme del Partido. Tenía el cabello muy rubio, una cara sanguínea y la piel embastecida por un jabón malo, las romas hojas de afeitar y el frío de un invierno que acababa de terminar. Outside, even through the shut window-pane, the world looked cold. Down in the street little eddies of wind were whirling dust and torn paper into spirals, and though the sun was shining and the sky a harsh blue, there seemed to be no colour in anything, except the posters that were plastered everywhere. The black-moustachio'd face gazed down from every commanding corner. There was one on the house-front immediately opposite. BIG BROTHER IS WATCHING YOU, the caption said, while the dark eyes looked deep into Winston's own. Down at street level another poster, torn at one corner, flapped fitfully in the wind, alternately covering and uncovering the single word INGSOC. In the far distance a helicopter skimmed down between the roofs, hovered for an instant like a bluebottle, and darted away again with a curving flight. It was the police patrol, snooping into people's windows. The patrols did not matter, however. Only the Thought Police mattered. Afuera, incluso a través de los ventanales cerrados, el mundo parecía frío. Calle abajo se formaban pequeños torbellinos de viento y polvo; los papeles rotos subían en espirales y, aunque el sol lucía y el cielo estaba intensamente azul, nada parecía tener color a no ser los carteles pegados por todas partes. La cara de los bigotes negros miraba desde todas las esquinas que dominaban la circulación. En la casa de enfrente había uno de estos cartelones. EL GRAN HERMANO TE VIGILA, decían las grandes letras, mientras los sombríos ojos miraban fijamente a los de Winston. En la calle, en línea vertical con aquél, había otro cartel roto por un pico, que flameaba espasmódicamente azotado por el viento, descubriendo y cubriendo alternativamente una sola palabra: INGSOC. A lo lejos, un autogiro pasaba entre los tejados, se quedaba un instante colgado en el aire y luego se lanzaba otra vez en un vuelo curvo. Era de la patrulla de policía encargada de vigilar a la gente a través de los balcones y ventanas. Sin embargo, las patrullas eran lo de menos. Lo que importaba verdaderamente era la Policía del Pensamiento. Behind Winston's back the voice from the telescreen was still babbling away about pig-iron and the overfulfilment of the Ninth Three-Year Plan. The telescreen received and transmitted simultaneously. Any sound that Winston made, above the level of a very low whisper, would be picked up by it, moreover, so long as he remained within the field of vision which the metal plaque commanded, he could be seen as well as heard. There was of course no way of knowing whether you were being watched at any given moment. How often, or on what system, the Thought Police plugged in on any individual wire was guesswork. It was even conceivable that they watched everybody all the time. But at any rate they could plug in your wire whenever they wanted to. You had to live—did live, from habit that became instinct—in the assumption that every sound you made was overheard, and, A la espalda de Winston, la voz de la telepantalla seguía murmurando datos sobre el hierro y el cumplimiento del noveno Plan Trienal. La telepantalla recibía y transmitía simultáneamente. Cualquier sonido que hiciera Winston superior a un susurro, era captado por el aparato. Además, mientras permaneciera dentro del radio de visión de la placa de metal, podía ser visto a la vez que oído. Por supuesto, no había manera de saber si le contemplaban a uno en un momento dado. Lo único posible era figurarse la frecuencia y el plan que empleaba la Policía del Pensamiento para controlar un hilo privado. Incluso se concebía que los vigilaran a todos a la vez. Pero, desde luego, podían intervenir su línea de usted cada vez que se les antojara. Tenía usted que vivir — y en esto el hábito se convertía en un instinto — con la seguridad de que cualquier sonido emitido por usted sería registrado y escuchado por alguien y que, excepto George Orwell 1984 24 except in darkness, every movement scrutinized. en la oscuridad, todos sus movimientos serían observados. Winston kept his back turned to the telescreen. It was safer; though, as he well knew, even a back can be revealing. A kilometre away the Ministry of Truth, his place of work, towered vast and white above the grimy landscape. This, he thought with a sort of vague distaste—this was London, chief city of Airstrip One, itself the third most populous of the provinces of Oceania. He tried to squeeze out some childhood memory that should tell him whether London had always been quite like this. Were there always these vistas of rotting nineteenth-century houses, their sides shored up with baulks of timber, their windows patched with cardboard and their roofs with corrugated iron, their crazy garden walls sagging in all directions? And the bombed sites where the plaster dust swirled in the air and the willow-herb straggled over the heaps of rubble; and the places where the bombs had cleared a larger patch and there had sprung up sordid colonies of wooden dwellings like chicken-houses? But it was no use, he could not remember: nothing remained of his childhood except a series of bright-lit tableaux occurring against no background and mostly unintelligible. Winston se mantuvo de espaldas a la telepantalla. Así era más seguro; aunque, como él sabía muy bien, incluso una espalda podía ser reveladora. A un kilómetro de distancia, el Ministerio de la Verdad, donde trabajaba Winston, se elevaba inmenso y blanco sobre el sombrío paisaje. «Esto es Londres», pensó con una sensación vaga de disgusto; Londres, principal ciudad de la Franja aérea 1, que era a su vez la tercera de las provincias más pobladas de Oceanía. Trató de exprimirse de la memoria algún recuerdo infantil que le dijera si Londres había sido siempre así. ¿Hubo siempre estas vistas de decrépitas casas decimonónicas, con los costados revestidos de madera, las ventanas tapadas con cartón, los techos remendados con planchas de cinc acanalado y trozos sueltos de tapias de antiguos jardines? ¿Y los lugares bombardeados, cuyos restos de yeso y cemento revoloteaban pulverizados en el aire, y el césped amontonado, y los lugares donde las bombas habían abierto claros de mayor extensión y habían surgido en ellos sórdidas colonias de chozas de madera que parecían gallineros? Pero era inútil, no podía recordar: nada le quedaba de su infancia excepto una serie de cuadros brillantemente iluminados y sin fondo, que en su mayoría le resultaban ininteligibles. The Ministry of Truth—Minitrue, in Newspeak [Newspeak was the official language of Oceania. For an account of its structure and etymology see Appendix.]—was startlingly different from any other object in sight. It was an enormous pyramidal structure of glittering white concrete, soaring up, terrace after terrace, 300 metres into the air. From where Winston stood it was just possible to read, picked out on its white face in elegant lettering, the three slogans of the Party: El Ministerio de la Verdad — que en neolengua1 se le llamaba el Miniver — era diferente, hasta un extremo asombroso, de cualquier otro objeto que se presentara a la vista. Era una enorme estructura piramidal de cemento armado blanco y reluciente, que se elevaba, terraza tras terraza, a unos trescientos metros de altura. Desde donde Winston se hallaba, podían leerse, adheridas sobre su blanca fachada en letras de elegante forma, las tres consignas del Partido: WAR IS PEACE LA GUERRA ES LA PAZ FREEDOM IS SLAVERY LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD IGNORANCE IS STRENGTH LA IGNORANCIA ES LA FUERZA 1 Era el idioma oficial de Oceanía George Orwell 1984 25 The Ministry of Truth contained, it was said, three thousand rooms above ground level, and corresponding ramifications below. Scattered about London there were just three other buildings of similar appearance and size. So completely did they dwarf the surrounding architecture that from the roof of Victory Mansions you could see all four of them simultaneously. They were the homes of the four Ministries between which the entire apparatus of government was divided. The Ministry of Truth, which concerned itself with news, entertainment, education, and the fine arts. The Ministry of Peace, which concerned itself with war. The Ministry of Love, which maintained law and order. And the Ministry of Plenty, which was responsible for economic affairs. Their names, in Newspeak: Minitrue, Minipax, Miniluv, and Miniplenty. Se decía que el Ministerio de la Verdad tenía tres mil habitaciones sobre el nivel del suelo y las correspondientes ramificaciones en el subsuelo. En Londres sólo había otros tres edificios del mismo aspecto y tamaño. Éstos aplastaban de tal manera la arquitectura de los alrededores que desde el techo de las Casas de la Victoria se podían distinguir, a la vez, los cuatro edificios. En ellos estaban instalados los cuatro Ministerios entre los cuales se dividía todo el sistema gubernamental. El Ministerio de la Verdad, que se dedicaba a las noticias, a los espectáculos, la educación y las bellas artes. El Ministerio de la Paz, para los asuntos de guerra. El Ministerio del Amor, encargado de mantener la ley y el orden. Y el Ministerio de la Abundancia, al que correspondían los asuntos económicos. Sus nombres, en neolengua: Miniver, Minipax, Minimor y Minindantia. The Ministry of Love was the really frightening one. There were no windows in it at all. Winston had never been inside the Ministry of Love, nor within half a kilometre of it. It was a place impossible to enter except on official business, and then only by penetrating through a maze of barbed-wire entanglements, steel doors, and hidden machine-gun nests. Even the streets leading up to its outer barriers were roamed by gorilla-faced guards in black uniforms, armed with jointed truncheons. El Ministerio del Amor era terrorífico. No tenía ventanas en absoluto. Winston nunca había estado dentro del Minimor, ni siquiera se había acercado a medio kilómetro de él. Era imposible entrar allí a no ser por un asunto oficial y en ese caso había que pasar por un laberinto de caminos rodeados de alambre espinoso, puertas de acero y ocultos nidos de ametralladoras. Incluso las calles que conducían a sus salidas extremas, estaban muy vigiladas por guardias, con caras de gorila y uniformes negros, armados con porras. Winston turned round abruptly. He had set his features into the expression of quiet optimism which it was advisable to wear when facing the telescreen. He crossed the room into the tiny kitchen. By leaving the Ministry at this time of day he had sacrificed his lunch in the canteen, and he was aware that there was no food in the kitchen except a hunk of dark-coloured bread which had got to be saved for tomorrow's breakfast. He took down from the shelf a bottle of colourless liquid with a plain white label marked VICTORY GIN. It gave off a sickly, oily smell, as of Chinese rice-spirit. Winston poured out nearly a teacupful, nerved himself for a Winston se volvió de pronto. Había adquirido su rostro instantáneamente la expresión de tranquilo optimismo que era prudente llevar al enfrentarse con la telepantalla. Cruzó la habitación hacia la diminuta cocina. Por haber salido del Ministerio a esta hora tuvo que renunciar a almorzar en la cantina y en seguida comprobó que no le quedaban víveres en la cocina a no ser un mendrugo de pan muy oscuro que debía guardar para el desayuno del día siguiente. Tomó de un estante una botella de un líquido incoloro con una sencilla etiqueta que decía: Ginebra de la Victoria. Aquello olía a medicina, algo así como el espíritu de arroz chino. Winston se sirvió una tacita, se preparó los nervios para el George Orwell 1984 26 shock, and gulped it down like a dose of medicine. choque, y se lo tragó de un golpe como si se lo hubieran recetado. Instantly his face turned scarlet and the water ran out of his eyes. The stuff was like nitric acid, and moreover, in swallowing it one had the sensation of being hit on the back of the head with a rubber club. The next moment, however, the burning in his belly died down and the world began to look more cheerful. He took a cigarette from a crumpled packet marked VICTORY CIGARETTES and incautiously held it upright, whereupon the tobacco fell out on to the floor. With the next he was more successful. He went back to the living-room and sat down at a small table that stood to the left of the telescreen. From the table drawer he took out a penholder, a bottle of ink, and a thick, quarto-sized blank book with a red back and a marbled cover. Al momento, se le volvió roja la cara y los ojos empezaron a llorarle. Este líquido era como ácido nítrico; además, al tragarlo, se tenía la misma sensación que si le dieran a uno un golpe en la nuca con una porra de goma. Sin embargo, unos segundos después, desaparecía la incandescencia del vientre y el mundo empezaba a resultar más alegre. Winston sacó un cigarrillo de una cajetilla sobre la cual se leía: Cigarrillos de la Victoria, y como lo tenía cogido verticalmente por distracción, se le vació en el suelo. Con el próximo pitillo tuvo ya cuidado y el tabaco no se salió. Volvió al cuarto de estar y se sentó ante una mesita situada a la izquierda de la telepantalla. Del cajón sacó un portaplumas, un tintero y un grueso libro en blanco de tamaño in—quarto, con el lomo rojo y cuyas tapas de cartón imitaban el mármol. For some reason the telescreen in the living-room was in an unusual position. Instead of being placed, as was normal, in the end wall, where it could command the whole room, it was in the longer wall, opposite the window. To one side of it there was a shallow alcove in which Winston was now sitting, and which, when the flats were built, had probably been intended to hold bookshelves. By sitting in the alcove, and keeping well back, Winston was able to remain outside the range of the telescreen, so far as sight went. He could be heard, of course, but so long as he stayed in his present position he could not be seen. It was partly the unusual geography of the room that had suggested to him the thing that he was now about to do. Por alguna razón la telepantalla del cuarto de estar se encontraba en una posición insólita. En vez de hallarse colocada, como era normal, en la pared del fondo, desde donde podría dominar toda la habitación, estaba en la pared más larga, frente a la ventana. A un lado de ella había una alcoba que apenas tenía fondo, en la que se había instalado ahora Winston. Era un hueco que, al ser construido el edificio, habría sido calculado seguramente para alacena o biblioteca. Sentado en aquel hueco y situándose lo más dentro posible, Winston podía mantenerse fuera del alcance de la telepantalla en cuanto a la visualidad, ya que no podía evitar que oyera sus ruidos. En parte, fue la misma distribución insólita del cuarto lo que le indujo a lo que ahora se disponía a hacer. But it had also been suggested by the book that he had just taken out of the drawer. It was a peculiarly beautiful book. Its smooth creamy paper, a little yellowed by age, was of a kind that had not been manufactured for at least forty years past. He could guess, however, that the book was much older than that. He had seen it lying in the window of a frowsy little junk-shop in a slummy quarter of the town (just what quarter he did not now remember) and had been stricken Pero también se lo había sugerido el libro que acababa de sacar del cajón. Era un libro excepcionalmente bello. Su papel, suave y cremoso, un poco amarillento por el paso del tiempo, por lo menos hacía cuarenta años que no se fabricaba. Sin embargo, Winston suponía que el libro tenía muchos años más. Lo había visto en el escaparate de un establecimiento de compraventa en un barrio miserable de la ciudad (no recordaba exactamente en qué barrio había sido) y en el mismísimo instante George Orwell 1984 27 immediately by an overwhelming desire to possess it. Party members were supposed not to go into ordinary shops ('dealing on the free market', it was called), but the rule was not strictly kept, because there were various things, such as shoelaces and razor blades, which it was impossible to get hold of in any other way. He had given a quick glance up and down the street and then had slipped inside and bought the book for two dollars fifty. At the time he was not conscious of wanting it for any particular purpose. He had carried it guiltily home in his briefcase. Even with nothing written in it, it was a compromising possession. en que lo vio, sintió un irreprimible deseo de poseerlo. Los miembros del Partido no deben entrar en las tiendas corrientes (a esto se le llamaba, en tono de severa censura, «traficar en el mercado libre»), pero no se acataba rigurosamente esta prohibición porque había varios objetos como cordones para los zapatos y hojas de afeitar — que era imposible adquirir de otra manera. Winston, antes de entrar en la tienda, había mirado en ambas direcciones de la calle para asegurarse de que no venía nadie y, en pocos minutos, adquirió el libro por dos dólares cincuenta. En aquel momento no sabía exactamente para qué deseaba el libro. Sintiéndose culpable se lo había llevado a su casa, guardado en su cartera de mano. Aunque estuviera en blanco, era comprometido guardar aquel libro. The thing that he was about to do was to open a diary. This was not illegal (nothing was illegal, since there were no longer any laws), but if detected it was reasonably certain that it would be punished by death, or at least by twenty-five years in a forced-labour camp. Winston fitted a nib into the penholder and sucked it to get the grease off. The pen was an archaic instrument, seldom used even for signatures, and he had procured one, furtively and with some difficulty, simply because of a feeling that the beautiful creamy paper deserved to be written on with a real nib instead of being scratched with an inkpencil. Actually he was not used to writing by hand. Apart from very short notes, it was usual to dictate everything into the speak-write which was of course impossible for his present purpose. He dipped the pen into the ink and then faltered for just a second. A tremor had gone through his bowels. To mark the paper was the decisive act. In small clumsy letters he wrote: Lo que ahora se disponía Winston a hacer era abrir su Diario. Esto no se consideraba ilegal (en realidad, nada era ilegal, ya que no existían leyes), pero si lo detenían podía estar seguro de que lo condenarían a muerte, o por lo menos a veinticinco años de trabajos forzados. Winston puso un plumín en el portaplumas y lo chupó primero para quitarle la grasa. La pluma era ya un instrumento arcaico. Se usaba rarísimas veces, ni siquiera para firmar, pero él se había procurado una, furtivamente y con mucha dificultad, simplemente porque tenía la sensación de que el bello papel cremoso merecía una pluma de verdad en vez de ser rascado con un lápiz tinta. Pero lo malo era que no estaba acostumbrado a escribir a mano. Aparte de las notas muy breves, lo corriente era dictárselo todo al hablescribe, totalmente inadecuado para las circunstancias actuales. Mojó la pluma en la tinta y luego dudó unos instantes. En los intestinos se le había producido un ruido que podía delatarle. El acto trascendental, decisivo, era marcar el papel. En una letra pequeña e inhábil escribió: April 4th, 1984. He sat back. A sense of complete helplessness had descended upon him. To begin with, he did not know with any certainty that this was 1984. It 4 de abril de 1984 Se echó hacia atrás en la silla. Estaba absolutamente desconcertado. Lo primero que no sabía con certeza era si aquel era, de verdad, el año 1984. Desde George Orwell 1984 28 must be round about that date, since he was fairly sure that his age was thirty-nine, and he believed that he had been born in 1944 or 1945; but it was never possible nowadays to pin down any date within a year or two. luego, la fecha había de ser aquélla muy aproximadamente, puesto que él había nacido en 1944 o 1945, según creía; pero, «¡cualquiera va a saber hoy en qué año vive!», se decía Winston. For whom, it suddenly occurred to him to wonder, was he writing this diary? For the future, for the unborn. His mind hovered for a moment round the doubtful date on the page, and then fetched up with a bump against the Newspeak word DOUBLETHINK. For the first time the magnitude of what he had undertaken came home to him. How could you communicate with the future? It was of its nature impossible. Either the future would resemble the present, in which case it would not listen to him: or it would be different from it, and his predicament would be meaningless. Y se le ocurrió de pronto preguntarse: ¿Para qué estaba escribiendo él este diario? Para el futuro, para los que aún no habían nacido. Su mente se posó durante unos momentos en la fecha que había escrito a la cabecera y luego se le presentó, sobresaltándose terriblemente, la palabra neolingüística doblepensar. Por primera vez comprendió la magnitud de lo que se proponía hacer. ¿Cómo iba a comunicar con el futuro? Esto era imposible por su misma naturaleza. Una de dos: o el futuro se parecía al presente y entonces no le haría ningún caso, o sería una cosa distinta y, en tal caso, lo que él dijera carecería de todo sentido para ese futuro. For some time he sat gazing stupidly at the paper. The telescreen had changed over to strident military music. It was curious that he seemed not merely to have lost the power of expressing himself, but even to have forgotten what it was that he had originally intended to say. For weeks past he had been making ready for this moment, and it had never crossed his mind that anything would be needed except courage. The actual writing would be easy. All he had to do was to transfer to paper the interminable restless monologue that had been running inside his head, literally for years. At this moment, however, even the monologue had dried up. Moreover his varicose ulcer had begun itching unbearably. He dared not scratch it, because if he did so it always became inflamed. The seconds were ticking by. He was conscious of nothing except the blankness of the page in front of him, the itching of the skin above his ankle, the blaring of the music, and a slight booziness caused by the gin. Durante algún tiempo permaneció contemplando estúpidamente el papel. La telepantalla transmitía ahora estridente música militar. Es curioso: Winston no sólo parecía haber perdido la facultad de expresarse, sino haber olvidado de qué iba a ocuparse. Por espacio de varias semanas se había estado preparando para este momento y no se le había ocurrido pensar que para realizar esa tarea se necesitara algo más que atrevimiento. El hecho mismo de expresarse por escrito, creía él, le sería muy fácil. Sólo tenía que trasladar al papel el interminable e inquieto monólogo que desde hacia muchos años venía corriéndose por la cabeza. Sin embargo, en este momento hasta el monólogo se le había secado. Además, sus varices habían empezado a escocerle insoportablemente. No se atrevía a rascarse porque siempre que lo hacía se le inflamaba aquello. Transcurrían los segundos y él sólo tenía conciencia de la blancura del papel ante sus ojos, el absoluto vacío de esta blancura, el escozor de la piel sobre el tobillo, el estruendo de la música militar, y una leve sensación de atontamiento producido por la ginebra. Suddenly he began writing in sheer panic, only imperfectly aware of what he was setting down. His small but childish handwriting straggled up De repente, empezó a escribir con gran rapidez, como si lo impulsara el pánico, dándose apenas cuenta de lo que escribía. Con su letrita infantil iba George Orwell 1984 29 and down the page, shedding first its capital letters and finally even its full stops: trazando líneas torcidas y si primero empezó a «comerse» las mayúsculas, luego suprimió incluso los puntos: April 4th, 1984. Last night to the flicks. All war films. One very good one of a ship full of refugees being bombed somewhere in the Mediterranean. Audience much amused by shots of a great huge fat man trying to swim away with a helicopter after him, first you saw him wallowing along in the water like a porpoise, then you saw him through the helicopters gunsights, then he was full of holes and the sea round him turned pink and he sank as suddenly as though the holes had let in the water, audience shouting with laughter when he sank. then you saw a lifeboat full of children with a helicopter hovering over it. there was a middle-aged woman might have been a jewess sitting up in the bow with a little boy about three years old in her arms. little boy screaming with fright and hiding his head between her breasts as if he was trying to burrow right into her and the woman putting her arms round him and comforting him although she was blue with fright herself, all the time covering him up as much as possible as if she thought her arms could keep the bullets off him. then the helicopter planted a 20 kilo bomb in among them terrific flash and the boat went all to matchwood. then there was a wonderful shot of a child's arm going up up up right up into the air a helicopter with a camera in its nose must have followed it up and there was a lot of applause from the party seats but a woman down in the prole part of the house suddenly started kicking up a fuss and shouting they didnt oughter of showed it not in front of kids they didnt it aint right not in front of kids it aint until the police turned her turned her out i dont suppose anything happened to her nobody cares what the proles say typical prole reaction they never— 4 de abril de 1984. Anoche estuve en los flicks. Todas las películas eras de guerra Había una muy buena de su barrio lleno de refugiados que lo bombardeaban no sé dónde del Mediterráneo. Al público lo divirtieron mucho los planos de un hombre muy muy gordo que intentaba escaparse nadando de un helicóptero que lo perseguía, primero se le veía en el agua chapoteando como una tortuga, luego lo veías por los visores de las ametralladoras del helicóptero, luego se veía cómo lo iban agujereando a tiros y el agua a su alrededor que se ponía toda roja y el gordo se hundía como si el agua le entrara por los agujeros que le habían hecho las balas. La gente se moría de risa cuando el gordo se iba hundiendo en el agua, y también una lancha salvavidas llena de niños con un helicóptero que venía dando vueltas y más vueltas había una mujer de edad madura que bien podía ser una judía y estaba sentada la proa con un niño en los brazos que quizás tuviera unos tres años, el niño chillaba con mucho pánico, metía la cabeza entre los pechos de la mujer y parecía que se quería esconder así y la mujer lo rodeaba con los brazos y lo consolaba como si ella no estuviese también aterrada y como sí por tenerlo así en los brazos fuera a evitar que le mataran al niño las balas. Entonces va el helicóptero y tira una bomba de veinte kilos sobre el barco y no queda ni una astilla de él, que fue una explosión pero que magnífica, y luego salía su primer plano maravilloso del brazo del niño subiendo por el aire yo creo que un helicóptero con su cámara debe haberlo seguido así por el aire y la gente aplaudió muchísimo pero una mujer que estaba entro los proletarios empezó a armar un escándalo terrible chillando que no debían echar eso, no debían echarlo delante de los críos, que no debían, hasta que la policía la sacó de allí a rastras no creo que le pasara nada, a nadie le importa lo que dicen los proletarios, la reacción típica de los proletarios y no se hace caso nunca... Winston stopped writing, partly because he was suffering from cramp. He did not know what had Winston dejó de escribir, en parte debido a que le daban calambres. No sabía por qué había soltado George Orwell 1984 30 made him pour out this stream of rubbish. But the curious thing was that while he was doing so a totally different memory had clarified itself in his mind, to the point where he almost felt equal to writing it down. It was, he now realized, because of this other incident that he had suddenly decided to come home and begin the diary today. esta sarta de incongruencias. Pero lo curioso era que mientras lo hacía se le había aclarado otra faceta de su memoria hasta el punto de que ya se creía en condiciones de escribir lo que realmente había querido poner en su libro. Ahora se daba cuenta de que si había querido venir a casa a empezar su diario precisamente hoy era a causa de este otro incidente. It had happened that morning at the Ministry, if anything so nebulous could be said to happen. Había ocurrido aquella misma mañana en el Ministerio, si es que algo de tal vaguedad podía haber ocurrido. It was nearly eleven hundred, and in the Records Department, where Winston worked, they were dragging the chairs out of the cubicles and grouping them in the centre of the hall opposite the big telescreen, in preparation for the Two Minutes Hate. Winston was just taking his place in one of the middle rows when two people whom he knew by sight, but had never spoken to, came unexpectedly into the room. One of them was a girl whom he often passed in the corridors. He did not know her name, but he knew that she worked in the Fiction Department. Presumably— since he had sometimes seen her with oily hands and carrying a spanner—she had some mechanical job on one of the novel-writing machines. She was a bold-looking girl, of about twenty-seven, with thick hair, a freckled face, and swift, athletic movements. A narrow scarlet sash, emblem of the Junior Anti-Sex League, was wound several times round the waist of her overalls, just tightly enough to bring out the shapeliness of her hips. Winston had disliked her from the very first moment of seeing her. He knew the reason. It was because of the atmosphere of hockey-fields and cold baths and community hikes and general clean-mindedness which she managed to carry about with her. He disliked nearly all women, and especially the young and pretty ones. It was always the women, and above all the young ones, who were the most bigoted adherents of the Party, the swallowers of slogans, the amateur spies and nosers-out of unorthodoxy. But this particular girl gave him the impression of being more dangerous than most. Once when they passed in the corridor she gave him a quick sidelong glance which seemed to Cerca de las once y ciento en el Departamento de Registro, donde trabajaba Winston, sacaban las sillas de las cabinas y las agrupaban en el centro del vestíbulo, frente a la gran telepantalla, preparándose para los Dos Minutos de Odio. Winston acababa de sentarse en su sitio, en una de las filas de en medio, cuando entraron dos personas a quienes él conocía de vista, pero a las cuales nunca había hablado. Una de estas personas era una muchacha con la que se había encontrado frecuentemente en los pasillos. No sabía su nombre, pero sí que trabajaba en el Departamento de Novela. Probablemente — ya que la había visto algunas veces con las manos grasientas y llevando paquetes de composición de imprenta — tendría alguna labor mecánica en una de las máquinas de escribir novelas. Era una joven de aspecto audaz, de unos veintisiete años, con espeso cabello negro, cara pecosa y movimientos rápidos y atléticos. Llevaba el «mono» cedido por una estrecha faja roja que le daba varias veces la vuelta a la cintura realzando así la atractiva forma de sus caderas; y ese cinturón era el emblema de la Liga juvenil Anti—Sex. A Winston le produjo una sensación desagradable desde el primer momento en que la vio. Y sabía la razón de este mal efecto: la atmósfera de los campos de hockey y duchas frías, de excursiones colectivas y el aire general de higiene mental que trascendía de ella. En realidad, a Winston le molestaban casi todas las mujeres y especialmente las jóvenes y bonitas porque eran siempre las mujeres, y sobre todo las jóvenes, lo más fanático del Partido, las que se tragaban todos los slogans de propaganda y abundaban entre ellas las espías aficionadas y las que mostraban demasiada curiosidad por lo heterodoxo de los demás. Pero esta muchacha determinada le había George Orwell 1984 31 pierce right into him and for a moment had filled him with black terror. The idea had even crossed his mind that she might be an agent of the Thought Police. That, it was true, was very unlikely. Still, he continued to feel a peculiar uneasiness, which had fear mixed up in it as well as hostility, whenever she was anywhere near him. dado la impresión de ser más peligrosa que la mayoría. Una vez que se cruzaron en el corredor, la joven le dirigió una rápida mirada oblicua que por unos momentos dejó aterrado a Winston. Incluso se le había ocurrido que podía ser una agente de la Policía del Pensamiento. No era, desde luego, muy probable. Sin embargo, Winston siguió sintiendo una intranquilidad muy especial cada vez que la muchacha se hallaba cerca de él, una mezcla de miedo y hostilidad. The other person was a man named O'Brien, a member of the Inner Party and holder of some post so important and remote that Winston had only a dim idea of its nature. A momentary hush passed over the group of people round the chairs as they saw the black overalls of an Inner Party member approaching. O'Brien was a large, burly man with a thick neck and a coarse, humorous, brutal face. In spite of his formidable appearance he had a certain charm of manner. He had a trick of resettling his spectacles on his nose which was curiously disarming—in some indefinable way, curiously civilized. It was a gesture which, if anyone had still thought in such terms, might have recalled an eighteenth-century nobleman offering his snuffbox. Winston had seen O'Brien perhaps a dozen times in almost as many years. He felt deeply drawn to him, and not solely because he was intrigued by the contrast between O'Brien's urbane manner and his prize-fighter's physique. Much more it was because of a secretly held belief —or perhaps not even a belief, merely a hope— that O'Brien's political orthodoxy was not perfect. Something in his face suggested it irresistibly. And again, perhaps it was not even unorthodoxy that was written in his face, but simply intelligence. But at any rate he had the appearance of being a person that you could talk to if somehow you could cheat the telescreen and get him alone. Winston had never made the smallest effort to verify this guess: indeed, there was no way of doing so. At this moment O'Brien glanced at his wrist-watch, saw that it was nearly eleven hundred, and evidently decided to stay in the Records Department until the Two Minutes Hate was over. He took a chair in the same row as Winston, a couple of places away. A small, sandy-haired woman who worked in the next cubicle to Winston was between them. The girl La otra persona era un hombre llamado O'Brien, miembro del Partido Interior y titular de un cargo tan remoto e importante, que Winston tenía una idea muy confusa de qué se trataba. Un rápido murmullo pasó por el grupo ya instalado en las sillas cuando vieron acercarse el «mono» negro de un miembro del Partido Interior. O'Brien era un hombre corpulento con un ancho cuello y un rostro basto, brutal, y sin embargo rebosante de buen humor. A pesar de su formidable aspecto, sus modales eran bastante agradables. Solía ajustarse las gafas con un gesto que tranquilizaba a sus interlocutores, un gesto que tenía algo de civilizado, y esto era sorprendente tratándose de algo tan leve. Ese gesto — si alguien hubiera sido capaz de pensar así todavía — podía haber recordado a un aristócrata del siglo XVI ofreciendo rapé en su cajita. Winston había visto a O'Brien quizás sólo una docena de veces en otros tantos años. Sentíase fuertemente atraído por él y no sólo porque le intrigaba el contraste entre los delicados modales de O'Brien y su aspecto de campeón de lucha libre, sino mucho más por una convicción secreta que quizás ni siquiera fuera una convicción, sino sólo una esperanza — de que la ortodoxia política de O'Brien no era perfecta. Algo había en su cara que le impulsaba a uno a sospecharlo irresistiblemente. Y quizás no fuera ni siquiera heterodoxia lo que estaba escrito en su rostro, sino, sencillamente, inteligencia. Pero de todos modos su aspecto era el de una persona a la cual se le podría hablar si, de algún modo, se pudiera eludir la telepantalla y llevarlo aparte. Winston no había hecho nunca el menor esfuerzo para comprobar su sospecha y es que, en verdad, no había manera de hacerlo. En este momento, O'Brien miró su reloj de pulsera y, al ver que eran las once y ciento, seguramente decidió quedarse en el Departamento de Registro hasta que pasaran los Dos Minutos de Odio. Tomó asiento en George Orwell 1984 32 with dark hair was sitting immediately behind. la misma fila que Winston, separado de él por dos sillas., Una mujer bajita y de cabello color arena, que trabajaba en la cabina vecina a la de Winston, se instaló entre ellos. La muchacha del cabello negro se sentó detrás de Winston. The next moment a hideous, grinding speech, as of some monstrous machine running without oil, burst from the big telescreen at the end of the room. It was a noise that set one's teeth on edge and bristled the hair at the back of one's neck. The Hate had started. Un momento después se oyó un espantoso chirrido, como de una monstruosa máquina sin engrasar, ruido que procedía de la gran telepantalla situada al fondo de la habitación. Era un ruido que le hacía rechinar a uno los dientes y que ponía los pelos de punta. Había empezado el Odio. As usual, the face of Emmanuel Goldstein, the Enemy of the People, had flashed on to the screen. There were hisses here and there among the audience. The little sandy-haired woman gave a squeak of mingled fear and disgust. Goldstein was the renegade and backslider who once, long ago (how long ago, nobody quite remembered), had been one of the leading figures of the Party, almost on a level with Big Brother himself, and then had engaged in counter-revolutionary activities, had been condemned to death, and had mysteriously escaped and disappeared. The programmes of the Two Minutes Hate varied from day to day, but there was none in which Goldstein was not the principal figure. He was the primal traitor, the earliest defiler of the Party's purity. All subsequent crimes against the Party, all treacheries, acts of sabotage, heresies, deviations, sprang directly out of his teaching. Somewhere or other he was still alive and hatching his conspiracies: perhaps somewhere beyond the sea, under the protection of his foreign paymasters, perhaps even—so it was occasionally rumoured—in some hiding-place in Oceania itself. Como de costumbre, apareció en la pantalla el rostro de Emmanuel Goldstein, el Enemigo del Pueblo. Del público salieron aquí y allá fuertes silbidos. La mujeruca del pelo arenoso dio un chillido mezcla de miedo y asco. Goldstein era el renegado que desde hacía mucho tiempo (nadie podía recordar cuánto) había sido una de las figuras principales del Partido, casi con la misma importancia que el Gran Hermano, y luego se había dedicado a actividades contrarrevolucionarias, había sido condenado a muerte y se había escapado misteriosamente, desapareciendo para siempre. Los programas de los Dos Minutos de Odio variaban cada día, pero en ninguno de ellos dejaba de ser Goldstein el protagonista. Era el traidor por excelencia, el que antes y más que nadie había manchado la pureza del Partido. Todos los subsiguientes crímenes contra el Partido, todos los actos de sabotaje, herejías, desviaciones y traiciones de toda clase procedían directamente de sus enseñanzas. En cierto modo, seguía vivo y conspirando. Quizás se encontrara en algún lugar enemigo, a sueldo de sus amos extranjeros, e incluso era posible que, como se rumoreaba alguna vez, estuviera escondido en algún sitio de la propia Oceanía. Winston's diaphragm was constricted. He could never see the face of Goldstein without a painful mixture of emotions. It was a lean Jewish face, with a great fuzzy aureole of white hair and a small goatee beard—a clever face, and yet somehow inherently despicable, with a kind of senile silliness in the long thin nose, near the end of which a pair of spectacles was perched. It El diafragma de Winston se encogió. Nunca podía ver la cara de Goldstein sin experimentar una penosa mezcla de emociones. Era un rostro judío, delgado, con una aureola de pelo blanco y una barbita de chivo: una cara inteligente que tenía sin embargo, algo de despreciable y una especie de tontería senil que le prestaba su larga nariz, a cuyo extremo se sostenían en difícil equilibrio unas gafas. George Orwell 1984 33 resembled the face of a sheep, and the voice, too, had a sheep-like quality. Goldstein was delivering his usual venomous attack upon the doctrines of the Party— an attack so exaggerated and perverse that a child should have been able to see through it, and yet just plausible enough to fill one with an alarmed feeling that other people, less level-headed than oneself, might be taken in by it. He was abusing Big Brother, he was denouncing the dictatorship of the Party, he was demanding the immediate conclusion of peace with Eurasia, he was advocating freedom of speech, freedom of the Press, freedom of assembly, freedom of thought, he was crying hysterically that the revolution had been betrayed —and all this in rapid polysyllabic speech which was a sort of parody of the habitual style of the orators of the Party, and even contained Newspeak words: more Newspeak words, indeed, than any Party member would normally use in real life. And all the while, lest one should be in any doubt as to the reality which Goldstein's specious claptrap covered, behind his head on the telescreen there marched the endless columns of the Eurasian army— row after row of solid-looking men with expressionless Asiatic faces, who swam up to the surface of the screen and vanished, to be replaced by others exactly similar. The dull rhythmic tramp of the soldiers' boots formed the background to Goldstein's bleating voice. Parecía el rostro de una oveja y su misma voz tenía algo de ovejuna. Goldstein pronunciaba su habitual discurso en el que atacaba venenosamente las doctrinas del Partido; un ataque tan exagerado y perverso que hasta un niño podía darse cuenta de que sus acusaciones no se tenían de pie, y sin embargo, lo bastante plausible para que pudiera uno alarmarse y no fueran a dejarse influir por insidias algunas personas ignorantes. Insultaba al Gran Hermano, acusaba al Partido de ejercer una dictadura y pedía que se firmara inmediatamente la paz con Eurasia. Abogaba por la libertad de palabra, la libertad de Prensa, la libertad de reunión y la libertad de pensamiento, gritando histéricamente que la revolución había sido traicionada. Y todo esto a una rapidez asombrosa que era una especie de parodia del estilo habitual de los oradores del Partido e incluso utilizando palabras de neolengua, quizás con más palabras neolingüísticas de las que solían emplear los miembros del Partido en la vida corriente. Y mientras gritaba, por detrás de él desfilaban interminables columnas del ejército de Eurasia, para que nadie interpretase como simple palabrería la oculta maldad de las frases de Goldstein. Aparecían en la pantalla filas y más filas de forzudos soldados, con impasibles rostros asiáticos; se acercaban a primer término y desaparecían. El sordo y rítmico clap—clap de las botas militares formaba el contrapunto de la hiriente voz de Goldstein. Before the Hate had proceeded for thirty seconds, uncontrollable exclamations of rage were breaking out from half the people in the room. The self-satisfied sheep-like face on the screen, and the terrifying power of the Eurasian army behind it, were too much to be borne: besides, the sight or even the thought of Goldstein produced fear and anger automatically. He was an object of hatred more constant than either Eurasia or Eastasia, since when Oceania was at war with one of these Powers it was generally at peace with the other. But what was strange was that although Goldstein was hated and despised by everybody, although every day and a thousand times a day, on platforms, on the telescreen, in newspapers, in books, his theories were refuted, smashed, ridiculed, held up to the general gaze for the pitiful rubbish that they were —in spite of Antes de que el Odio hubiera durado treinta segundos, la mitad de los espectadores lanzaban incontenibles exclamaciones de rabia. La satisfecha y ovejuna faz del enemigo y el terrorífico poder del ejército que desfilaba a sus espaldas, era demasiado para que nadie pudiera resistirlo indiferente. Además, sólo con ver a Goldstein o pensar en él surgían el miedo y la ira automáticamente. Era él un objeto de odio más constante que Eurasia o que Asia Oriental, ya que cuando Oceanía estaba en guerra con alguna de estas potencias, solía hallarse en paz con la otra. Pero lo extraño era que, a pesar de ser Goldstein el blanco de todos los odios y de que todos lo despreciaran, a pesar de que apenas pasaba día — y cada día ocurría esto mil veces — sin que sus teorías fueran refutadas, aplastadas, ridiculizadas, en la telepantalla, en las tribunas públicas, en los periódicos y en los libros... a pesar George Orwell 1984 34 all this, his influence never seemed to grow less. Always there were fresh dupes waiting to be seduced by him. A day never passed when spies and saboteurs acting under his directions were not unmasked by the Thought Police. He was the commander of a vast shadowy army, an underground network of conspirators dedicated to the overthrow of the State. The Brotherhood, its name was supposed to be. There were also whispered stories of a terrible book, a compendium of all the heresies, of which Goldstein was the author and which circulated clandestinely here and there. It was a book without a title. People referred to it, if at all, simply as THE BOOK. But one knew of such things only through vague rumours. Neither the Brotherhood nor THE BOOK was a subject that any ordinary Party member would mention if there was a way of avoiding it. de todo ello, su influencia no parecía disminuir. Siempre había nuevos incautos dispuestos a dejarse engañar por él. No pasaba ni un solo día sin que espías y saboteadores que trabajaban siguiendo sus instrucciones fueran atrapados por la Policía del Pensamiento. Era el jefe supremo de un inmenso ejército que actuaba en la sombra, una subterránea red de conspiradores que se proponían derribar al Estado. Se suponía que esa organización se llamaba la Hermandad. Y también se rumoreaba que existía un libro terrible, compendio de todas las herejías, del cual era autor Goldstein y que circulaba clandestinamente. Era un libro sin título. La gente se refería a él llamándole sencillamente el libro. Pero de estas cosas sólo era posible enterarse por vagos rumores. Los miembros corrientes del Partido no hablaban jamás de la Hermandad ni del libro si tenían manera de evitarlo. In its second minute the Hate rose to a frenzy. People were leaping up and down in their places and shouting at the tops of their voices in an effort to drown the maddening bleating voice that came from the screen. The little sandy-haired woman had turned bright pink, and her mouth was opening and shutting like that of a landed fish. Even O'Brien's heavy face was flushed. He was sitting very straight in his chair, his powerful chest swelling and quivering as though he were standing up to the assault of a wave. The darkhaired girl behind Winston had begun crying out 'Swine! Swine! Swine!' and suddenly she picked up a heavy Newspeak dictionary and flung it at the screen. It struck Goldstein's nose and bounced off; the voice continued inexorably. In a lucid moment Winston found that he was shouting with the others and kicking his heel violently against the rung of his chair. The horrible thing about the Two Minutes Hate was not that one was obliged to act a part, but, on the contrary, that it was impossible to avoid joining in. Within thirty seconds any pretence was always unnecessary. A hideous ecstasy of fear and vindictiveness, a desire to kill, to torture, to smash faces in with a sledge-hammer, seemed to flow through the whole group of people like an electric current, turning one even against one's will into a grimacing, screaming lunatic. And yet the rage that one felt was an abstract, undirected En su segundo minuto, el odio llegó al frenesí. Los espectadores saltaban y gritaban enfurecidos tratando de apagar con sus gritos la perforante voz que salía de la pantalla. La mujer del cabello color arena se había puesto al rojo vivo y abría y cerraba la boca como un pez al que acaban de dejar en tierra. Incluso O'Brien tenía la cara congestionada. Estaba sentado muy rígido y respiraba con su poderoso pecho como si estuviera resistiendo la presión de una gigantesca ola. La joven sentada exactamente detrás de Winston, aquella morena, había empezado a gritar: «¡Cerdo! ¡Cerdo! ¡Cerdo!», y, de pronto, cogiendo un pesado diccionario de neolengua, lo arrojó a la pantalla. El diccionario le dio a Goldstein en la nariz y rebotó. Pero la voz continuó inexorable. En un momento de lucidez descubrió Winston que estaba chillando histéricamente como los demás y dando fuertes patadas con los talones contra los palos de su propia silla. Lo horrible de los Dos Minutos de Odio no era el que cada uno tuviera que desempeñar allí un papel sino, al contrario, que era absolutamente imposible evitar la participación porque era uno arrastrado irremisiblemente. A los treinta segundos no hacía falta fingir. Un éxtasis de miedo y venganza, un deseo de matar, de torturar, de aplastar rostros con un martillo, parecían recorrer a todos los presentes como una corriente eléctrica convirtiéndole a uno, incluso contra su voluntad, en un loco gesticulador y vociferante. Y sin embargo, George Orwell 1984 35 emotion which could be switched from one object to another like the flame of a blowlamp. Thus, at one moment Winston's hatred was not turned against Goldstein at all, but, on the contrary, against Big Brother, the Party, and the Thought Police; and at such moments his heart went out to the lonely, derided heretic on the screen, sole guardian of truth and sanity in a world of lies. And yet the very next instant he was at one with the people about him, and all that was said of Goldstein seemed to him to be true. At those moments his secret loathing of Big Brother changed into adoration, and Big Brother seemed to tower up, an invincible, fearless protector, standing like a rock against the hordes of Asia, and Goldstein, in spite of his isolation, his helplessness, and the doubt that hung about his very existence, seemed like some sinister enchanter, capable by the mere power of his voice of wrecking the structure of civilization. la rabia que se sentía era una emoción abstracta e indirecta que podía aplicarse a uno u otro objeto como la llama de una lámpara de soldadura autógena. Así, en un momento determinado, el odio de Winston no se dirigía contra Goldstein, sino contra el propio Gran Hermano, contra el Partido y contra la Policía del Pensamiento; y entonces su corazón estaba de parte del solitario e insultado hereje de la pantalla, único guardián de la verdad y la cordura en un mundo de mentiras. Pero al instante siguiente, se hallaba identificado por completo con la gente que le rodeaba y le parecía verdad todo lo que decían de Goldstein. Entonces, su odio contra el Gran Hermano se transformaba en adoración, y el Gran Hermano se elevaba como una invencible torre, como una valiente roca capaz de resistir los ataques de las hordas asiáticas, y Goldstein, a pesar de su aislamiento, de su desamparo y de la duda que flotaba sobre su existencia misma, aparecía como un siniestro brujo capaz de acabar con la civilización entera tan sólo con el poder de su voz. It was even possible, at moments, to switch one's hatred this way or that by a voluntary act. Suddenly, by the sort of violent effort with which one wrenches one's head away from the pillow in a nightmare, Winston succeeded in transferring his hatred from the face on the screen to the darkhaired girl behind him. Vivid, beautiful hallucinations flashed through his mind. He would flog her to death with a rubber truncheon. He would tie her naked to a stake and shoot her full of arrows like Saint Sebastian. He would ravish her and cut her throat at the moment of climax. Better than before, moreover, he realized WHY it was that he hated her. He hated her because she was young and pretty and sexless, because he wanted to go to bed with her and would never do so, because round her sweet supple waist, which seemed to ask you to encircle it with your arm, there was only the odious scarlet sash, aggressive symbol of chastity. Incluso era posible, en ciertos momentos, desviar el odio en una u otra dirección mediante un esfuerzo de voluntad. De pronto, por un esfuerzo semejante al que nos permite separar de la almohada la cabeza para huir de una pesadilla, Winston conseguía trasladar su odio a la muchacha que se encontraba detrás de él. Por su mente pasaban, como ráfagas, bellas y deslumbrantes alucinaciones. Le daría latigazos con una porra de goma hasta matarla. La ataría desnuda en un piquete y la atravesaría con flechas como a san Sebastián. La violaría y en el momento del clímax le cortaría la garganta. Sin embargo se dio cuenta mejor que antes de por qué la odiaba. La odiaba porque era joven y bonita y asexuada; porque quería irse a la cama con ella y no lo haría nunca; porque alrededor de su dulce y cimbreante cintura, que parecía pedir que la rodearan con el brazo, no había más que la odiosa banda roja, agresivo símbolo de castidad. The Hate rose to its climax. The voice of Goldstein had become an actual sheep's bleat, and for an instant the face changed into that of a sheep. Then the sheep-face melted into the figure El odio alcanzó su punto de máxima exaltación. La voz de Goldstein se había convertido en un auténtico balido ovejuno. Y su rostro, que había llegado a ser el de una oveja, se transformó en la George Orwell of a Eurasian soldier who seemed to be advancing, huge and terrible, his sub-machine gun roaring, and seeming to spring out of the surface of the screen, so that some of the people in the front row actually flinched backwards in their seats. But in the same moment, drawing a deep sigh of relief from everybody, the hostile figure melted into the face of Big Brother, blackhaired, black-moustachio'd, full of power and mysterious calm, and so vast that it almost filled up the screen. Nobody heard what Big Brother was saying. It was merely a few words of encouragement, the sort of words that are uttered in the din of battle, not distinguishable individually but restoring confidence by the fact of being spoken. Then the face of Big Brother faded away again, and instead the three slogans of the Party stood out in bold capitals: 1984 36 cara de un soldado de Eurasia, el cual parecía avanzar, enorme y terrible, sobre los espectadores disparando atronadoramente su fusil ametralladora. Enteramente parecía salirse de la pantalla, hasta tal punto que muchos de los presentes se echaban hacia atrás en sus asientos. Pero en el mismo instante, produciendo con ello un hondo suspiro de alivio en todos, la amenazadora figura se fundía para que surgiera en su lugar el rostro del Gran Hermano, con su negra cabellera y sus grandes bigotes negros, un rostro rebosante de poder y de misteriosa calma y tan grande que llenaba casi la pantalla. Nadie oía lo que el gran camarada estaba diciendo. Eran sólo unas cuantas palabras para animarlos, esas palabras que suelen decirse a las tropas en cualquier batalla, y que no es preciso entenderlas una por una, sino que infunden confianza por el simple hecho de ser pronunciadas. Entonces, desapareció a su vez la monumental cara del Gran Hermano y en su lugar aparecieron los tres slogans del Partido en grandes letras: WAR IS PEACE LA GUERRA ES LA PAZ FREEDOM IS SLAVERY LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD IGNORANCE IS STRENGTH LA IGNORANCIA ES LA FUERZA But the face of Big Brother seemed to persist for several seconds on the screen, as though the impact that it had made on everyone's eyeballs was too vivid to wear off immediately. The little sandy-haired woman had flung herself forward over the back of the chair in front of her. With a tremulous murmur that sounded like 'My Saviour!' she extended her arms towards the screen. Then she buried her face in her hands. It was apparent that she was uttering a prayer. Pero daba la impresión de un fenómeno óptico psicológico de que el rostro del Gran Hermano persistía en la pantalla durante algunos segundos, como si el «impacto» que había producido en las retinas de los espectadores fuera demasiado intenso para borrarse inmediatamente. La mujeruca del cabello color arena se lanzó hacia delante, agarrándose a la silla de la fila anterior y luego, con un trémulo murmullo que sonaba algo así como «¡Mi salvador!», extendió los brazos hacia la pantalla. Después ocultó la cara entre sus manos. Sin duda, estaba rezando a su manera. At this moment the entire group of people broke into a deep, slow, rhythmical chant of 'B-B!...BB!'—over and over again, very slowly, with a long pause between the first 'B' and the second— a heavy, murmurous sound, somehow curiously savage, in the background of which one seemed to hear the stamp of naked feet and the throbbing of tom-toms. For perhaps as much as thirty Entonces, todo el grupo prorrumpió en un canto rítmico, lento y profundo: «¡Ge-Hache. Ge-Hache... Ge-Hache!», dejando una gran pausa entre la G y la H. Era un canto monótono y salvaje en cuyo fondo parecían oírse pisadas de pies desnudos y el batir de los tam-tam. Este canturreo duró unos treinta segundos. Era un estribillo que surgía en todas las ocasiones de gran emoción colectiva. En parte, era George Orwell 1984 37 seconds they kept it up. It was a refrain that was often heard in moments of overwhelming emotion. Partly it was a sort of hymn to the wisdom and majesty of Big Brother, but still more it was an act of self-hypnosis, a deliberate drowning of consciousness by means of rhythmic noise. Winston's entrails seemed to grow cold. In the Two Minutes Hate he could not help sharing in the general delirium, but this sub-human chanting of 'B-B!...B-B!' always filled him with horror. Of course he chanted with the rest: it was impossible to do otherwise. To dissemble your feelings, to control your face, to do what everyone else was doing, was an instinctive reaction. But there was a space of a couple of seconds during which the expression of his eyes might conceivably have betrayed him. And it was exactly at this moment that the significant thing happened—if, indeed, it did happen. una especie de himno a la sabiduría y majestad del Gran Hermano; pero, más aún, constituía aquello un procedimiento de autohipnosis, un modo deliberado de ahogar la conciencia mediante un ruido rítmico. A Winston parecían enfriársele las entrañas. En los Dos Minutos de Odio, no podía evitar que la oleada emotiva le arrastrase, pero este infrahumano canturreo «¡G-H... G-H... G-H!» siempre le llenaba de horror. Desde luego, se unía al coro; esto era obligatorio. Controlar los verdaderos sentimientos y hacer lo mismo que hicieran los demás era una reacción natural. Pero durante un par de segundos, sus ojos podían haberío delatado. Y fue precisamente en esos instantes cuando ocurrió aquello que a él le había parecido significativo... si es que había ocurrido. Momentarily he caught O'Brien's eye. O'Brien had stood up. He had taken off his spectacles and was in the act of resettling them on his nose with his characteristic gesture. But there was a fraction of a second when their eyes met, and for as long as it took to happen Winston knew—yes, he KNEW!—that O'Brien was thinking the same thing as himself. An unmistakable message had passed. It was as though their two minds had opened and the thoughts were flowing from one into the other through their eyes. 'I am with you,' O'Brien seemed to be saying to him. 'I know precisely what you are feeling. I know all about your contempt, your hatred, your disgust. But don't worry, I am on your side!' And then the flash of intelligence was gone, and O'Brien's face was as inscrutable as everybody else's. Momentáneamente, sorprendió la mirada de O'Brien. Éste se había levantado; se había quitado las gafas volviéndoselas a colocar con su delicado y característico gesto. Pero durante una fracción de segundo, se encontraron sus ojos con los de Winston y éste supo — sí, lo supo — que O'Brien pensaba lo mismo que él. Un inconfundible mensaje se había cruzado entre ellos. Era como si sus dos mentes se hubieran abierto y los pensamientos hubieran volado de la una a la otra a través de los ojos. «Estoy contigo», parecía estarle diciendo O'Brien. «Sé en qué estás pensando. Conozco tu asco, tu odio, tu disgusto. Pero no te preocupes; ¡estoy contigo!» Y luego la fugacísima comunicación se había interrumpido y la expresión de O'Brien volvió a ser tan inescrutable como la de todos los demás. That was all, and he was already uncertain whether it had happened. Such incidents never had any sequel. All that they did was to keep alive in him the belief, or hope, that others besides himself were the enemies of the Party. Perhaps the rumours of vast underground conspiracies were true after all—perhaps the Brotherhood really existed! It was impossible, in spite of the endless arrests and confessions and executions, to be sure that the Brotherhood was not simply a myth. Some days he believed in it, Esto fue todo y ya no estaba seguro de si había sucedido efectivamente. Tales incidentes nunca tenían consecuencias para Winston. Lo único que hacían era mantener viva en él la creencia o la esperanza de que otros, además de él, eran enemigos del Partido. Quizás, después de todo, resultaran ciertos los rumores de extensas conspiraciones subterráneas; quizás existiera de verdad la Hermandad. Era imposible, a pesar de los continuos arrestos y las constantes confesiones y ejecuciones, estar seguro de que la Hermandad no George Orwell 1984 38 some days not. There was no evidence, only fleeting glimpses that might mean anything or nothing: snatches of overheard conversation, faint scribbles on lavatory walls—once, even, when two strangers met, a small movement of the hand which had looked as though it might be a signal of recognition. It was all guesswork: very likely he had imagined everything. He had gone back to his cubicle without looking at O'Brien again. The idea of following up their momentary contact hardly crossed his mind. It would have been inconceivably dangerous even if he had known how to set about doing it. For a second, two seconds, they had exchanged an equivocal glance, and that was the end of the story. But even that was a memorable event, in the locked loneliness in which one had to live. era sencillamente un mito. Algunos días lo creía Winston; otros, no. No había pruebas, sólo destellos que podían significar algo o no significar nada: retazos de conversaciones oídas al pasar, algunas palabras garrapateadas en las paredes de los lavabos, y, alguna vez, al encontrarse dos desconocidos, ciertos movimientos de las manos que podían parecer señales de reconocimiento. Pero todo ello eran suposiciones que podían resultar totalmente falsas. Winston había vuelto a su cubículo sin mirar otra vez a O'Brien. Apenas cruzó por su mente la idea de continuar este momentáneo contacto. Hubiera sido extremadamente peligroso incluso si hubiera sabido él cómo entablar esa relación. Durante uno o dos segundos, se había cruzado entre ellos una mirada equívoca, y eso era todo. Pero incluso así, se trataba de un acontecimiento memorable en el aislamiento casi hermético en que uno tenía que vivir. Winston roused himself and sat up straighter. He let out a belch. The gin was rising from his stomach. Winston se sacudió de encima estos pensamientos y tomó una posición más erguida en su silla. Se le escapó un eructo. La ginebra estaba haciendo su efecto. His eyes re-focused on the page. He discovered that while he sat helplessly musing he had also been writing, as though by automatic action. And it was no longer the same cramped, awkward handwriting as before. His pen had slid voluptuously over the smooth paper, printing in large neat capitals— Volvieron a fijarse sus ojos en la página. Descubrió entonces que durante todo el tiempo en que había estado recordando, no había dejado de escribir como por una acción automática. Y ya no era la inhábil escritura retorcida de antes. Su pluma se había deslizado voluptuosamente sobre el suave papel, imprimiendo en claras y grandes mayúsculas lo siguiente: DOWN WITH BIG BROTHER ABAJO EL GRAN HERMANO DOWN WITH BIG BROTHER ABAJO EL GRAN HERMANO DOWN WITH BIG BROTHER ABAJO EL GRAN HERMANO DOWN WITH BIG BROTHER ABAJO EL GRAN HERMANO DOWN WITH BIG BROTHER ABAJO EL GRAN HERMANO over and over again, filling half a page. Una vez y otra, hasta llenar media página. He could not help feeling a twinge of panic. It was absurd, since the writing of those particular No pudo evitar un escalofrío de pánico. Era absurdo, ya que escribir aquellas palabras no era George Orwell 1984 39 words was not more dangerous than the initial act of opening the diary, but for a moment he was tempted to tear out the spoiled pages and abandon the enterprise altogether. más peligroso que el acto inicial de abrir un diario; pero, por un instante, estuvo tentado de romper las páginas ya escritas y abandonar su propósito. He did not do so, however, because he knew that it was useless. Whether he wrote DOWN WITH BIG BROTHER, or whether he refrained from writing it, made no difference. Whether he went on with the diary, or whether he did not go on with it, made no difference. The Thought Police would get him just the same. He had committed—would still have committed, even if he had never set pen to paper—the essential crime that contained all others in itself. Thoughtcrime, they called it. Thoughtcrime was not a thing that could be concealed for ever. You might dodge successfully for a while, even for years, but sooner or later they were bound to get you. Sin embargo, no lo hizo, porque sabía que era inútil. El hecho de escribir ABAJO EL GRAN HERMANO o no escribirlo, era completamente igual. Seguir con el diario o renunciar a escribirlo, venía a ser lo mismo. La Policía del Pensamiento lo descubriría de todas maneras. Winston había cometido — seguiría habiendo cometido aunque no hubiera llegado a posar la pluma sobre el papel — el crimen esencial que contenía en sí todos los demás. El crimental (crimen mental), como lo llamaban. El crimental no podía ocultarse durante mucho tiempo. En ocasiones, se podía llegar a tenerlo oculto años enteros, pero antes o después lo descubrían a uno. It was always at night—the arrests invariably happened at night. The sudden jerk out of sleep, the rough hand shaking your shoulder, the lights glaring in your eyes, the ring of hard faces round the bed. In the vast majority of cases there was no trial, no report of the arrest. People simply disappeared, always during the night. Your name was removed from the registers, every record of everything you had ever done was wiped out, your one-time existence was denied and then forgotten. You were abolished, annihilated: VAPORIZED was the usual word. Las detenciones ocurrían invariablemente por la noche. Se despertaba uno sobresaltado porque una mano le sacudía a uno el hombro, una linterna le enfocaba los ojos y un círculo de sombríos rostros aparecía en torno al lecho. En la mayoría de los casos no había proceso alguno ni se daba cuenta oficialmente de la detención. La gente desaparecía sencillamente y siempre durante la noche. El nombre del individuo en cuestión desaparecía de los registros, se borraba de todas partes toda referencia a lo que hubiera hecho y su paso por la vida quedaba totalmente anulado como si jamás hubiera existido. Para esto se empleaba la palabra vaporizado. For a moment he was seized by a kind of hysteria. He began writing in ahurried untidy scrawl: Winston sintió una especie de histeria al pensar en estas cosas. Empezó a escribir rápidamente y con muy mala letra: theyll shoot me i don't care theyll shoot me in the back of the neck I dont care down with big brother they always shoot you in the back of the neck i dont care down with big brother— me matarán no me importa me matarán me dispararán en la nuca me da lo mismo abajo el gran hermano siempre lo matan a uno por la nuca no me importa abajo el gran hermano... George Orwell 1984 40 He sat back in his chair, slightly ashamed of himself, and laid down the pen. The next moment he started violently. There was a knocking at the door. Se echó hacia atrás en la silla, un poco avergonzado de sí mismo, y dejó la pluma sobre la mesa. De repente, se sobresaltó espantosamente. Habían llamado a la puerta. Already! He sat as still as a mouse, in the futile hope that whoever it was might go away after a single attempt. But no, the knocking was repeated. The worst thing of all would be to delay. His heart was thumping like a drum, but his face, from long habit, was probably expressionless. He got up and moved heavily towards the door. ¡Tan pronto! Siguió sentado inmóvil, como un ratón asustado, con la tonta esperanza de que quien fuese se marchara al ver que no le abrían. Pero no, la llamada se repitió. Lo peor que podía hacer Winston era tardar en abrir. Le redoblaba el corazón como un tambor, pero es muy probable que sus facciones, a fuerza de la costumbre, resultaran inexpresivas. Levantóse y se acercó pesadamente a la puerta. George Orwell 1984 41 Chapter 2 CAPÍTULO II As he put his hand to the door-knob Winston saw that he had left the diary open on the table. DOWN WITH BIG BROTHER was written all over it, in letters almost big enough to be legible across the room. It was an inconceivably stupid thing to have done. But, he realized, even in his panic he had not wanted to smudge the creamy paper by shutting the book while the ink was wet. Al poner la mano en el pestillo recordó Winston que había dejado el Diario abierto sobre la mesa. En aquella página se podía leer desde lejos el ABAJO EL GRAN HERMANO repetido en toda ella con letras grandísimas. Pero Winston sabía que incluso en su pánico no había querido estropear el cremoso papel cerrando el libro mientras la tinta no se hubiera secado. He drew in his breath and opened the door. Instantly a warm wave of relief flowed through him. A colourless, crushed-looking woman, with wispy hair and a lined face, was standing outside. Contuvo la respiración y abrió la puerta. Instantáneamente, le invadió una sensación de alivio. Una mujer insignificante, avejentada, con el cabello revuelto y la cara llena de arrugas, estaba a su lado. 'Oh, comrade,' she began in a dreary, whining sort of voice, 'I thought I heard you come in. Do you think you could come across and have a look at our kitchen sink? It's got blocked up and—' — ¡Oh, camarada! empezó a decir la mujer en una voz lúgubre y quejumbrosa —, te sentí llegar y he venido por si puedes echarle un ojo al desagüe del fregadero. Se nos ha atascado... It was Mrs Parsons, the wife of a neighbour on the same floor. ('Mrs' was a word somewhat discountenanced by the Party—you were supposed to call everyone 'comrade'—but with some women one used it instinctively.) She was a woman of about thirty, but looking much older. One had the impression that there was dust in the creases of her face. Winston followed her down the passage. These amateur repair jobs were an almost daily irritation. Victory Mansions were old flats, built in 1930 or thereabouts, and were falling to pieces. The plaster flaked constantly from ceilings and walls, the pipes burst in every hard frost, the roof leaked whenever there was snow, the heating system was usually running at half steam when it was not closed down altogether from motives of economy. Repairs, except what you could do for yourself, had to be sanctioned by remote committees which were liable to hold up even the mending of a window-pane for two years. Era la señora Parsons, esposa de un vecino del mismo piso (señora era una palabra desterrada por el Partido, ya que había que llamar a todos camaradas, pero con algunas mujeres se usaba todavía instintivamente). Era una mujer de unos treinta años, pero aparentaba mucha más edad. Se tenía la impresión de que había polvo reseco en las arrugas de su cara. Winston la siguió por el pasillo. Estas reparaciones de aficionado constituían un fastidio casi diario. Las Casas de la Victoria eran unos antiguos pisos construidos hacia 1930 aproximadamente y se hallaban en estado ruinoso. Caían constantemente trozos de yeso del techo y de la pared, las tuberías se estropeaban con cada helada, había innumerables goteras y la calefacción funcionaba sólo a medias cuando funcionaba, porque casi siempre la cerraban por economía. Las reparaciones, excepto las que podía hacer uno por sí mismo, tenían que ser autorizadas por remotos comités que solían retrasar dos años incluso la compostura de un cristal roto. George Orwell 1984 42 'Of course it's only because Tom isn't home,' said Mrs Parsons vaguely. — Si le he molestado es porque Tom no está en casa —dijo la señora Parsons vagamente. The Parsons' flat was bigger than Winston's, and dingy in a different way. Everything had a battered, trampled-on look, as though the place had just been visited by some large violent animal. Games impedimenta—hockey-sticks, boxing-gloves, a burst football, a pair of sweaty shorts turned inside out—lay all over the floor, and on the table there was a litter of dirty dishes and dog-eared exercisebooks. El piso de los Parsons era mayor que el de Winston y mucho más descuidado. Todo parecía roto y daba la impresión de que allí acababa de agitarse un enorme y violento animal. Por el suelo estaban tirados diversos artículos para deportes patines de hockey, guantes de boxeo, un balón de reglamento, unos pantalones vueltos del revés y sobre la mesa había un montón de platos sucios y cuadernos escolares muy usados. On the walls were scarlet banners of the Youth League and the Spies, and a full-sized poster of Big Brother. There was the usual boiled-cabbage smell, common to the whole building, but it was shot through by a sharper reek of sweat, which—one knew this at the first sniff, though it was hard to say how—was the sweat of some person not present at the moment. In another room someone with a comb and a piece of toilet paper was trying to keep tune with the military music which was still issuing from the telescreen. En las paredes, unos carteles rojos de la Liga juvenil y de los Espías y un gran cartel con el retrato de tamaño natural del Gran Hermano. Por supuesto, se percibía el habitual olor a verduras cocidas que era el dominante en todo el edificio, pero en este piso era más fuerte el olor a sudor, que se notaba desde el primer momento, aunque no alcanzaba uno a decir por qué era el sudor de una mujer que no se hallaba presente entonces. En otra habitación, alguien con un peine y un trozo de papel higiénico trataba de acompañar a la música militar que brotaba todavía de la telepantalla. 'It's the children,' said Mrs Parsons, casting a halfapprehensive glance at the door. 'They haven't been out today. And of course—' — Son los niños dijo la señora Parsons, lanzando una mirada aprensiva hacia la puerta —. Hoy no han salido. Y, desde luego... She had a habit of breaking off her sentences in the middle. The kitchen sink was full nearly to the brim with filthy greenish water which smelt worse than ever of cabbage. Winston knelt down and examined the angle-joint of the pipe. He hated using his hands, and he hated bending down, which was always liable to start him coughing. Mrs Parsons looked on helplessly. Aquella mujer tenía la costumbre de interrumpir sus frases por la mitad. El fregadero de la cocina estaba lleno casi hasta el borde con agua sucia y verdosa que olía aún peor que la verdura. Winston se arrodilló y examinó el ángulo de la tubería de desagüe donde estaba el tornillo. Le molestaba emplear sus manos y también tener que arrodillarse, porque esa postura le hacía toser. La señora Parsons lo miró desanimada: 'Of course if Tom was home he'd put it right in a moment,' she said. 'He loves anything like that. He's ever so good with his hands, Tom is.' — Naturalmente, si Tom estuviera en casa lo arreglaría en un momento. Le gustan esas cosas. Es muy hábil en cosas manuales. Sí, Tom es muy... Parsons was Winston's fellow-employee at the Parsons era el compañero de oficina de Winston en George Orwell 1984 43 Ministry of Truth. He was a fattish but active man of paralysing stupidity, a mass of imbecile enthusiasms—one of those completely unquestioning, devoted drudges on whom, more even than on the Thought Police, the stability of the Party depended. At thirty-five he had just been unwillingly evicted from the Youth League, and before graduating into the Youth League he had managed to stay on in the Spies for a year beyond the statutory age. At the Ministry he was employed in some subordinate post for which intelligence was not required, but on the other hand he was a leading figure on the Sports Committee and all the other committees engaged in organizing community hikes, spontaneous demonstrations, savings campaigns, and voluntary activities generally. He would inform you with quiet pride, between whiffs of his pipe, that he had put in an appearance at the Community Centre every evening for the past four years. An overpowering smell of sweat, a sort of unconscious testimony to the strenuousness of his life, followed him about wherever he went, and even remained behind him after he had gone. el Ministerio de la Verdad. Era un hombre muy grueso, pero activo y de una estupidez asombrosa, una masa de entusiasmos imbéciles, uno de esos idiotas de los cuales, todavía más que de la Policía del Pensamiento, dependía la estabilidad del Partido. A sus treinta y cinco años acababa de salir de la Liga juvenil, y antes de ser admitido en esa organización había conseguido permanecer en la de los Espías un año más de lo reglamentario. En el Ministerio estaba empleado en un puesto subordinado para el que no se requería inteligencia alguna, pero, por otra parte, era una figura sobresaliente del Comité deportivo y de todos los demás comités dedicados a organizar excursiones colectivas, manifestaciones espontáneas, las campañas pro ahorro y en general todas las actividades «voluntarias». Informaba a quien quisiera oírle, con tranquilo orgullo y entre chupadas a su pipa, que no había dejado de acudir ni un solo día al Centro de la Comunidad durante los cuatro años pasados. Un fortísimo olor a sudor, una especie de testimonio inconsciente de su continua actividad y energía, le seguía a donde quiera que iba, y quedaba tras él cuando se hallaba lejos. 'Have you got a spanner?' said Winston, fiddling with the nut on the angle-joint. — ¿Tiene usted un destornillador? dijo Winston tocando el tapón del desagüe. 'A spanner,' said Mrs Parsons, immediately becoming invertebrate. 'I don't know, I'm sure. Perhaps the children—' — Un destornillador dijo la señora Parsons, inmovilizándose inmediatamente —. Pues, no sé. Es posible que los niños... There was a trampling of boots and another blast on the comb as the children charged into the livingroom. Mrs Parsons brought the spanner. Winston let out the water and disgustedly removed the clot of human hair that had blocked up the pipe. He cleaned his fingers as best he could in the cold water from the tap and went back into the other room. En la habitación de al lado se oían fuertes pisadas y más trompetazos con el peine. La señora Parsons trajo el destornillador. Winston dejó salir el agua y quitó con asco el pegote de cabello que había atrancado el tubo. Se limpió los dedos lo mejor que pudo en el agua fría del grifo y volvió a la otra habitación. 'Up with your hands!' yelled a savage voice. — ¡Arriba las manos! chilló una voz salvaje. A handsome, tough-looking boy of nine had popped up from behind the table and was menacing Un chico, guapo y de aspecto rudo, que parecía tener unos nueve años, había surgido por detrás de George Orwell 1984 44 him with a toy automatic pistol, while his small sister, about two years younger, made the same gesture with a fragment of wood. Both of them were dressed in the blue shorts, grey shirts, and red neckerchiefs which were the uniform of the Spies. Winston raised his hands above his head, but with an uneasy feeling, so vicious was the boy's demeanour, that it was not altogether a game. la mesa y amenazaba a Winston con una pistola automática de juguete mientras que su hermanita, de unos dos años menos, hacía el mismo ademán con un pedazo de madera. Ambos iban vestidos con pantalones cortos azules, camisas grises y pañuelo rojo al cuello. Éste era el uniforme de los Espías. Winston levantó las manos, pero a pesar de la broma sentía cierta inquietud por el gesto del maldad que veía en el niño. 'You're a traitor!' yelled the boy. 'You're a thoughtcriminal! You're a Eurasian spy! I'll shoot you, I'll vaporize you, I'll send you to the salt mines!' — ¡Eres un traidor! grito el chico —. ¡Eres un criminal mental! ¡Eres un espía de Eurasia! ¡Te mataré, te vaporizaré; te mandaré a las minas de sal. Suddenly they were both leaping round him, shouting 'Traitor!' and 'Thought-criminal!' the little girl imitating her brother in every movement. It was somehow slightly frightening, like the gambolling of tiger cubs which will soon grow up into man-eaters. There was a sort of calculating ferocity in the boy's eye, a quite evident desire to hit or kick Winston and a consciousness of being very nearly big enough to do so. It was a good job it was not a real pistol he was holding, Winston thought. De pronto, tanto el niño como la niña empezaron a saltar en torno a él gritando: «¡Traidor!» «¡Criminal mental!», imitando la niña todos los movimientos de su hermano. Aquello producía un poco de miedo, algo así como los juegos de los cachorros de los tigres cuando pensamos que pronto se convertirán en devoradores de hombres. Había una especie de ferocidad calculadora en la mirada del pequeño, un deseo evidente de darle un buen golpe a Winston, de hacerle daño de alguna manera, una convicción de ser va casi lo suficientemente hombre para hacerlo. «¡Qué suerte que el niño no tenga en la mano más que una pistola de juguete!», pensó Winston. Mrs Parsons' eyes flitted nervously from Winston to the children, and back again. In the better light of the living-room he noticed with interest that there actually was dust in the creases of her face. La mirada de la señora Parsons iba nerviosamente de los niños a Winston y de éste a los niños. Como en aquella habitación había mejor luz, pudo notar Winston que en las arrugas de la mujer había efectivamente polvo. 'They do get so noisy,' she said. 'They're disappointed because they couldn't go to see the hanging, that's what it is. I'm too busy to take them. and Tom won't be back from work in time.' — Hacen tanto ruido... Dijo ella —. Están disgustados porque no pueden ir a ver ahorcar a esos. Estoy segura de que por eso revuelven tanto. Yo no puedo llevarlos; tengo demasiado quehacer. Y Tom no volverá de su trabajo a tiempo. 'Why can't we go and see the hanging?' roared the boy in his huge voice. — ¿Por qué no podemos ir a ver cómo los cuelgan? Gritó el pequeño con su tremenda voz, impropia de su edad. George Orwell 1984 45 'Want to see the hanging! Want to see the hanging!' chanted the little girl, still capering round. — ¡Queremos verlos colgar! ¡Queremos verlos colgar! — canturreaba la chiquilla mientras saltaba. Some Eurasian prisoners, guilty of war crimes, were to be hanged in the Park that evening, Winston remembered. This happened about once a month, and was a popular spectacle. Children always clamoured to be taken to see it. He took his leave of Mrs Parsons and made for the door. But he had not gone six steps down the passage when something hit the back of his neck an agonizingly painful blow. It was as though a red-hot wire had been jabbed into him. He spun round just in time to see Mrs Parsons dragging her son back into the doorway while the boy pocketed a catapult. Varios prisioneros eurasiáticos, culpables de crímenes de guerra, serían ahorcados en el parque aquella tarde, recordó Winston. Esto solía ocurrir una vez al mes y constituía un espectáculo popular. A los niños siempre les hacía gran ilusión asistir a él. Winston se despidió de la señora Parsons y se dirigió hacia la puerta. Pero apenas había bajado seis escalones cuando algo le dio en el cuello por detrás produciéndole un terrible dolor. Era como si le hubieran aplicado un alambre incandescente. Se volvió a tiempo de ver cómo retiraba la señora Parsons a su hijo del descansillo. El chico se guardaba un tirachinas en el bolsillo. 'Goldstein!' bellowed the boy as the door closed on him. But what most struck Winston was the look of helpless fright on the woman's greyish face. — ¡Goldstein! Gritó el pequeño antes de que la madre cerrara la puerta, pero lo que más asustó a Winston fue la mirada de terror y desamparo de la señora Parsons. Back in the flat he stepped quickly past the telescreen and sat down at the table again, still rubbing his neck. The music from the telescreen had stopped. Instead, a clipped military voice was reading out, with a sort of brutal relish, a description of the armaments of the new Floating Fortress which had just been anchored between Iceland and the Faroe Islands. De nuevo en su piso, cruzó rápidamente por delante de la telepantalla y volvió a sentarse ante la mesita sin dejar de pasarse la mano por su dolorido cuello. La música de la telepantalla se había detenido. Una voz militar estaba leyendo, con una especie de brutal complacencia, una descripción de los armamentos de la nueva fortaleza flotante que acababa de ser anclada entre Islandia y las islas Feroe. With those children, he thought, that wretched woman must lead a life of terror. Another year, two years, and they would be watching her night and day for symptoms of unorthodoxy. Nearly all children nowadays were horrible. What was worst of all was that by means of such organizations as the Spies they were systematically turned into ungovernable little savages, and yet this produced in them no tendency whatever to rebel against the discipline of the Party. On the contrary, they adored the Party and everything connected with it. The songs, the processions, the banners, the hiking, Con aquellos niños, pensó Winston, la desgraciada mujer debía de llevar una vida terrorífica. Dentro de uno o dos años sus propios hijos podían descubrir en ella algún indicio de herejía. Casi todos los niños de entonces eran horribles. Lo peor de todo era que esas organizaciones, como la de los Espías, los convertían sistemáticamente en pequeños salvajes ingobernables, y, sin embargo, este salvajismo no les impulsaba a rebelarse contra la disciplina del Partido. Por el contrario, adoraban al Partido y a todo lo que se relacionaba con él. Las canciones, los desfiles, las pancartas, las George Orwell 1984 46 the drilling with dummy rifles, the yelling of slogans, the worship of Big Brother—it was all a sort of glorious game to them. All their ferocity was turned outwards, against the enemies of the State, against foreigners, traitors, saboteurs, thought-criminals. It was almost normal for people over thirty to be frightened of their own children. And with good reason, for hardly a week passed in which 'The Times' did not carry a paragraph describing how some eavesdropping little sneak— 'child hero' was the phrase generally used—had overheard some compromising remark and denounced its parents to the Thought Police. excursiones colectivas, la instrucción militar infantil con fusiles de juguete, los slogans gritados por doquier, la adoración del Gran Hermano... todo ello era para los niños un estupendo juego. Toda su ferocidad revertía hacia fuera, contra los enemigos del Estado, contra los extranjeros, los traidores, saboteadores y criminales del pensamiento. Era casi normal que personas de más de treinta años les tuvieran un miedo visceral a sus hijos. Y con razón, pues apenas pasaba una semana sin que el Times publicara unas líneas describiendo cómo alguna viborilla —la denominación oficial era «heroico niño» había denunciado a sus padres a la Policía del Pensamiento contándole a ésta lo que había oído en casa. The sting of the catapult bullet had worn off. He picked up his pen half-heartedly, wondering whether he could find something more to write in the diary. Suddenly he began thinking of O'Brien again. La molestia causada por el proyectil del tirachinas se le había pasado. Winston volvió a coger la pluma preguntándose si no tendría algo más que escribir. De pronto, empezó a pensar de nuevo en O'Brien. Years ago—how long was it? Seven years it must be—he had dreamed that he was walking through a pitch-dark room. And someone sitting to one side of him had said as he passed: 'We shall meet in the place where there is no darkness.' It was said very quietly, almost casually—a statement, not a command. He had walked on without pausing. What was curious was that at the time, in the dream, the words had not made much impression on him. It was only later and by degrees that they had seemed to take on significance. He could not now remember whether it was before or after having the dream that he had seen O'Brien for the first time, nor could he remember when he had first identified the voice as O'Brien's. But at any rate the identification existed. It was O'Brien who had spoken to him out of the dark. Años atrás —cuánto tiempo hacía, quizás siete años— había soñado Winston que paseaba por una habitación oscura... Alguien sentado a su lado le había dicho al pasar él: «Nos encontraremos en el lugar donde no hay oscuridad». Se lo había dicho con toda calma, de una manera casual, más como una afirmación cualquiera que como una orden. Él había seguido andando. Y lo curioso era que al oírlas en el sueño, aquellas palabras no le habían impresionado. Fue sólo más tarde y gradualmente cuando empezaron a tomar significado. Ahora no podía recordar si fue antes o después de tener el sueño cuando había visto a O'Brien por vez primera; y tampoco podía recordar cuándo había identificado aquella voz como la de O'Brien. Pero, de todos modos, era indudablemente O'Brien quien le había hablado en la oscuridad. Winston had never been able to feel sure—even after this morning's flash of the eyes it was still impossible to be sure whether O'Brien was a friend or an enemy. Nor did it even seem to matter greatly. There was a link of understanding between them, more important than affection or partisanship. 'We shall meet in the place where there is no darkness,' he had said. Winston did not Nunca había podido sentirse absolutamente seguro — incluso después del fugaz encuentro de sus miradas esta mañana — de si O'Brien era un amigo o un enemigo. Ni tampoco importaba mucho esto. Lo cierto era que existía entre ellos un vínculo de comprensión más fuerte y más importante que el afecto o el partidismo. «Nos encontraremos en el lugar donde no hay oscuridad», le había dicho. George Orwell 1984 47 know what it meant, only that in some way or another it would come true. Winston no sabía lo que podían significar estas palabras, pero sí sabía que se convertirían en realidad. The voice from the telescreen paused. A trumpet call, clear and beautiful, floated into the stagnant air. The voice continued raspingly: La voz de la telepantalla se interrumpió. Sonó un claro y hermoso toque de trompeta y la voz prosiguió en tono chirriante: 'Attention! Your attention, please! A newsflash has this moment arrived from the Malabar front. Our forces in South India have won a glorious victory. I am authorized to say that the action we are now reporting may well bring the war within measurable distance of its end. Here is the newsflash—' «Atención. ¡Vuestra atención, por favor! En este momento nos llega un notirrelámpago del frente malabar. Nuestras fuerzas han logrado una gloriosa victoria en el sur de la India. Estoy autorizado para decir que la batalla a que me refiero puede aproximarnos bastante al final de la guerra. He aquí el texto del notirrelámpago...» Bad news coming, thought Winston. And sure enough, following on a gory description of the annihilation of a Eurasian army, with stupendous figures of killed and prisoners, came the announcement that, as from next week, the chocolate ration would be reduced from thirty grammes to twenty. Malas noticias, pensó Winston. Ahora seguirá la descripción, con un repugnante realismo, del aniquilamiento de todo un ejército eurásico, con fantásticas cifras de muertos y prisioneros... para decirnos luego que, desde la semana próxima, reducirán la ración de chocolate a veinte gramos en vez de los treinta de ahora. Winston belched again. The gin was wearing off, leaving a deflated feeling. The telescreen—perhaps to celebrate the victory, perhaps to drown the memory of the lost chocolate—crashed into 'Oceania, 'tis for thee'. You were supposed to stand to attention. However, in his present position he was invisible. Winston volvió a eructar. La ginebra perdía ya su fuerza y lo dejaba desanimado. La telepantalla — no se sabe si para celebrar la victoria o para quitar el mal sabor del chocolate perdido— lanzó los acordes de Oceanía, todo para ti. Se suponía que todo el que escuchara el himno, aunque estuviera solo, tenía que escucharlo de pie. Sin embargo, Winston se aprovechó de que la telepantalla no lo veía y siguió sentado. 'Oceania, 'tis for thee' gave way to lighter music. Winston walked over to the window, keeping his back to the telescreen. The day was still cold and clear. Somewhere far away a rocket bomb exploded with a dull, reverberating roar. About twenty or thirty of them a week were falling on London at present. Oceanía, todo para ti, terminó y empezó la música ligera. Winston se dirigió hacia la ventana, manteniéndose de espaldas a la pantalla El día era todavía frío y claro. Allá lejos estalló una bombacohete con un sonido sordo y prolongado. Ahora solían caer en Londres unas veinte o treinta bombas a la semana. Down in the street the wind flapped the torn poster to and fro, and the word INGSOC fitfully appeared and vanished. Ingsoc. The sacred principles of Abajo, en la calle, el viento seguía agitando el cartel donde la palabra Ingsoc aparecía y desaparecía. Ingsoc. Los principios sagrados de George Orwell Ingsoc. Newspeak, doublethink, the mutability of the past. He felt as though he were wandering in the forests of the sea bottom, lost in a monstrous world where he himself was the monster. He was alone. The past was dead, the future was unimaginable. What certainty had he that a single human creature now living was on his side? And what way of knowing that the dominion of the Party would not endure FOR EVER? Like an answer, the three slogans on the white face of the Ministry of Truth came back to him: 1984 48 Ingsoc. Neolengua, doblepensar, mutabilidad del pasado. A Winston le parecía estar recorriendo las selvas submarinas, perdido en un mundo monstruoso cuyo monstruo era él mismo. Estaba solo. El pasado había muerto, el futuro era inimaginable. ¿Qué certidumbre podía tener él de que ni un solo ser humano estaba de su parte? Y ¿Cómo iba a saber si el dominio del Partido no duraría siempre? Como respuesta, los tres slogans sobre la blanca fachada del Ministerio de la Verdad, le recordaron que: WAR IS PEACE LA GUERRA ES LA PAZ FREEDOM IS SLAVERY LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD IGNORANCE IS STRENGTH LA IGNORANCIA ES LA FUERZA He took a twenty-five cent piece out of his pocket. There, too, in tiny clear lettering, the same slogans were inscribed, and on the other face of the coin the head of Big Brother. Even from the coin the eyes pursued you. On coins, on stamps, on the covers of books, on banners, on posters, and on the wrappings of a cigarette packet—everywhere. Always the eyes watching you and the voice enveloping you. Asleep or awake, working or eating, indoors or out of doors, in the bath or in bed—no escape. Nothing was your own except the few cubic centimetres inside your skull. Sacó de su bolsillo una moneda de veinticinco centavos. También en ella, en letras pequeñas, pero muy claras, aparecían las mismas frases y, en el reverso de la moneda, la cabeza del Gran Hermano. Los ojos de éste le perseguían a uno hasta desde las monedas. Sí, en las monedas, en los sellos de correo, en pancartas, en las envolturas de los paquetes de los cigarrillos, en las portadas de los libros, en todas partes. Siempre los ojos que os contemplaban y la voz que os envolvía. Despiertos o dormidos, trabajando o comiendo, en casa o en la calle, en el baño o en la cama, no había escape. Nada era del individuo a no ser unos cuantos centímetros cúbicos dentro de su cráneo. The sun had shifted round, and the myriad windows of the Ministry of Truth, with the light no longer shining on them, looked grim as the loopholes of a fortress. His heart quailed before the enormous pyramidal shape. It was too strong, it could not be stormed. A thousand rocket bombs would not batter it down. He wondered again for whom he was writing the diary. For the future, for the past—for an age that might be imaginary. And in front of him there lay not death but annihilation. The diary would be reduced to ashes and himself to vapour. Only the Thought Police would read what he had written, before they wiped it out of existence and out of memory. How could you make appeal to the future when not a trace of you, not even an anonymous word scribbled on a piece El sol había seguido su curso y las mil ventanas del Ministerio de la Verdad, en las que ya no reverberaba la luz, parecían los tétricos huecos de una fortaleza. Winston sintió angustia ante aquella masa piramidal. Era demasiado fuerte para ser asaltada. Ni siquiera un millar de bombascohete podrían abatirla. Volvió a preguntarse para quién escribía el Diario. ¿Para el pasado, para el futuro, para una época imaginaria? Frente a él no veía la muerte, sino algo peor: el aniquilamiento absoluto. El Diario quedaría reducido a cenizas y a él lo vaporizarían. Sólo la Policía del Pensamiento leería lo que él hubiera escrito antes de hacer que esas líneas desaparecieran incluso de la memoria. ¿Cómo iba usted a apelar a la posteridad cuando ni una sola huella suya, ni siquiera una palabra 1984 George Orwell 49 of paper, could physically survive? garrapateada en un papel iba a sobrevivir físicamente? The telescreen struck fourteen. He must leave in ten minutes. He had to be back at work by fourteen-thirty. En la telepantalla sonaron las catorce. Winston tenía que marchar dentro de diez minutos. Debía reanudar el trabajo a las catorce y treinta. Curiously, the chiming of the hour seemed to have put new heart into him. He was a lonely ghost uttering a truth that nobody would ever hear. But so long as he uttered it, in some obscure way the continuity was not broken. It was not by making yourself heard but by staying sane that you carried on the human heritage. He went back to the table, dipped his pen, and wrote: Qué curioso: las campanadas de la hora lo reanimaron. Era como un fantasma solitario diciendo una verdad que nadie oiría nunca. De todos modos, mientras Winston pronunciara esa verdad, la continuidad no se rompería. La herencia humana no se continuaba porque uno se hiciera oír sino por el hecho de permanecer cuerdo. Volvió a la mesa, mojó en tinta su pluma y escribió: To the future or to the past, to a time when thought is free, when men are different from one another and do not live alone—to a time when truth exists and what is done cannot be undone: Para el futuro o para el pasado, para la época en que se pueda pensar libremente, en que los hombres sean distintos unos de otros y no vivan solitarios... Para cuando la verdad exista y lo que se haya hecho no pueda ser deshecho: From the age of uniformity, from the age of solitude, from the age of Big Brother, from the age of doublethink—greetings! Desde esta época de uniformidad, de este tiempo de soledad, la Edad del Gran Hermano, la época del doblepensar... ¡muchas felicidades! He was already dead, he reflected. It seemed to him that it was only now, when he had begun to be able to formulate his thoughts, that he had taken the decisive step. The consequences of every act are included in the act itself. He wrote: Winston comprendía que ya estaba muerto. Le parecía que sólo ahora, en que empezaba a poder formular sus pensamientos, era cuando había dado el paso definitivo. Las consecuencias de cada acto van incluidas en el acto mismo. Escribió: Thoughtcrime does thoughtcrime IS death. death: El crimental (el crimen de la mente) no implica la muerte; el crimental es la muerte misma. Now he had recognized himself as a dead man it became important to stay alive as long as possible. Two fingers of his right hand were inkstained. It was exactly the kind of detail that might betray you. Some nosing zealot in the Ministry (a woman, probably: someone like the little sandy-haired woman or the dark-haired girl from the Fiction Department) might start wondering why he had been writing during the lunch interval, why he had used an old-fashioned pen, WHAT he had been Al reconocerse ya a sí mismo muerto, se le hizo imprescindible vivir lo más posible. Tenía manchados de tinta dos dedos de la mano derecha. Era exactamente uno de esos detalles que le pueden delatar a uno. Cualquier entrometido del Ministerio (probablemente, una mujer: alguna como la del cabello color de arena o la muchacha morena del Departamento de Novela) podía preguntarse por qué habría usado una pluma anticuada y qué habría escrito... y luego dar el soplo a donde not entail George Orwell 1984 50 writing—and then drop a hint in the appropriate quarter. He went to the bathroom and carefully scrubbed the ink away with the gritty dark-brown soap which rasped your skin like sandpaper and was therefore well adapted for this purpose. correspondiera. Fue al cuarto de baño y se frotó cuidadosamente la tinta con el oscuro y rasposo jabón que le limaba la piel como un papel de lija y resultaba por tanto muy eficaz para su propósito. He put the diary away in the drawer. It was quite useless to think of hiding it, but he could at least make sure whether or not its existence had been discovered. A hair laid across the page-ends was too obvious. With the tip of his finger he picked up an identifiable grain of whitish dust and deposited it on the corner of the cover, where it was bound to be shaken off if the book was moved. Guardó el Diario en el cajón de la mesita. Era inútil pretender esconderlo; pero, por lo menos, podía saber si lo habían descubierto o no. Un cabello sujeto entre las páginas sería demasiado evidente. Por eso, con la yema de un dedo recogió una partícula de polvo de posible identificación y la depositó sobre una esquina de la tapa, de donde tendría que caerse si cogían el libro. George Orwell 1984 51 Chapter 3 CAPÍTULO III Winston was dreaming of his mother. Winston estaba soñando con su madre. He must, he thought, have been ten or eleven years old when his mother had disappeared. She was a tall, statuesque, rather silent woman with slow movements and magnificent fair hair. His father he remembered more vaguely as dark and thin, dressed always in neat dark clothes (Winston remembered especially the very thin soles of his father's shoes) and wearing spectacles. The two of them must evidently have been swallowed up in one of the first great purges of the fifties. El debía de tener unos diez u once años cuando su madre murió. Era una mujer alta, estatuaria y más bien silenciosa, de movimientos pausados y magnífico cabello rubio. A su padre lo recordaba, más vagamente, como un hombre moreno y delgado, vestido siempre con impecables trajes oscuros (Winston recordaba sobre todo las suelas extremadamente finas de los zapatos de su padre) y usaba gafas. Seguramente, tanto el padre como la madre debieron de haber caído en una de las primeras grandes purgas de los años cincuenta. At this moment his mother was sitting in some place deep down beneath him, with his young sister in her arms. He did not remember his sister at all, except as a tiny, feeble baby, always silent, with large, watchful eyes. Both of them were looking up at him. They were down in some subterranean place —the bottom of a well, for instance, or a very deep grave— but it was a place which, already far below him, was itself moving downwards. They were in the saloon of a sinking ship, looking up at him through the darkening water. There was still air in the saloon, they could still see him and he them, but all the while they were sinking down, down into the green waters which in another moment must hide them from sight for ever. He was out in the light and air while they were being sucked down to death, and they were down there because he was up here. He knew it and they knew it, and he could see the knowledge in their faces. There was no reproach either in their faces or in their hearts, only the knowledge that they must die in order that he might remain alive, and that this was part of the unavoidable order of things. En aquel momento en el sueño — su madre estaba sentada en un sitio profundo junto a él y con su niña en brazos. De esta hermana sólo recordaba Winston que era una chiquilla débil e insignificante, siempre callada y con ojos grandes que se fijaban en todo. Se hallaban las dos en algún sitio subterráneo por ejemplo, el fondo de un pozo o en una cueva muy honda —, pero era un lugar que, estando ya muy por debajo de él, se iba hundiendo sin cesar. Si, era la cámara de un barco que se hundía y la madre y la hermana lo miraban a él desde la tenebrosidad de las aguas que invadían el buque. Aún había aire en la cámara. Su madre y su hermanita podían verlo todavía y él a ellas, pero no dejaban de irse hundiendo ni un solo instante, de ir cayendo en las aguas, de un verde muy oscuro, que de un momento a otro las ocultarían para siempre. Winston, en cambio, se encontraba al aire libre y a plena luz mientras a ellas se las iba tragando la muerte, y ellas se hundían porque él estaba allí arriba. Winston lo sabía y también ellas lo sabían y él descubría en las caras de ellas este conocimiento. Pero la expresión de las dos no le reprochaba nada ni sus corazones tampoco — el lo sabía — y sólo se transparentaba la convicción de que ellas morían para que él pudiera seguir viviendo allá arriba y que esto formaba parte del orden inevitable de las cosas. He could not remember what had happened, but No podía recordar qué había ocurrido, pero mientras George Orwell 1984 52 he knew in his dream that in some way the lives of his mother and his sister had been sacrificed to his own. It was one of those dreams which, while retaining the characteristic dream scenery, are a continuation of one's intellectual life, and in which one becomes aware of facts and ideas which still seem new and valuable after one is awake. The thing that now suddenly struck Winston was that his mother's death, nearly thirty years ago, had been tragic and sorrowful in a way that was no longer possible. Tragedy, he perceived, belonged to the ancient time, to a time when there was still privacy, love, and friendship, and when the members of a family stood by one another without needing to know the reason. His mother's memory tore at his heart because she had died loving him, when he was too young and selfish to love her in return, and because somehow, he did not remember how, she had sacrificed herself to a conception of loyalty that was private and unalterable. Such things, he saw, could not happen today. Today there were fear, hatred, and pain, but no dignity of emotion, no deep or complex sorrows. All this he seemed to see in the large eyes of his mother and his sister, looking up at him through the green water, hundreds of fathoms down and still sinking. soñaba estaba seguro de que, de un modo u otro, las vidas de su madre y su hermana fueron sacrificadas para que él viviera. Era uno de esos ensueños que, a pesar de utilizar toda la escenografía onírica habitual, son una continuación de nuestra vida intelectual y en los que nos damos cuenta de hechos e ideas que siguen teniendo un valor después del despertar. Pero lo que de pronto sobresaltó a Winston, al pensar luego en lo que había soñado, fue que la muerte de su madre, ocurrida treinta años antes, había sido trágica y dolorosa de un modo que ya no era posible. Pensó que la tragedia pertenecía a los tiempos antiguos y que sólo podía concebirse en una época en que había aún intimidad — vida privada, amor y amistad — y en que los miembros de una familia permanecían juntos sin necesidad de tener una razón especial para ello. El recuerdo de su madre le torturaba porque había muerto amándole cuando él era demasiado joven y egoísta para devolverle ese cariño y porque de alguna manera — no recordaba cómo — se había sacrificado a un concepto de la lealtad que era privadísimo e inalterable. Bien comprendía Winston que esas cosas no podían suceder ahora. Lo que ahora había era miedo, odio y dolor físico, pero no emociones dignas ni penas profundas y complejas. Todo esto lo había visto, soñando, en los ojos de su madre y su hermanita, que lo miraban a él a través de las aguas verdeoscuras, a una inmensa profundidad y sin dejar de hundirse. Suddenly he was standing on short springy turf, on a summer evening when the slanting rays of the sun gilded the ground. The landscape that he was looking at recurred so often in his dreams that he was never fully certain whether or not he had seen it in the real world. In his waking thoughts he called it the Golden Country. It was an old, rabbit-bitten pasture, with a foot-track wandering across it and a molehill here and there. In the ragged hedge on the opposite side of the field the boughs of the elm trees were swaying very faintly in the breeze, their leaves just stirring in dense masses like women's hair. Somewhere near at hand, though out of sight, there was a clear, slow-moving stream where dace were swimming in the pools under the willow trees. De pronto, se vio de pie sobre el césped en una tarde de verano en que los rayos oblicuos del sol doraban la corta hierba. El paisaje que se le aparecía ahora se le presentaba con tanta frecuencia en sueños que nunca estaba completamente seguro de si lo había visto alguna vez en la vida real. Cuando estaba despierto, lo llamaba el País Dorado. Lo cubrían pastos mordidos por los conejos con un sendero que serpenteaba por él y, aquí y allá, unas pequeñísimas elevaciones del terreno. Al fondo, se velan unos olmos que se balanceaban suavemente con la brisa y sus follajes parecían cabelleras de mujer. Cerca, aunque fuera de la vista, corría un claro arroyuelo de lento fluir. The girl with dark hair was coming towards them across the field. With what seemed a single La muchacha morena venía hacia él por aquel campo. Con un solo movimiento se despojó de sus George Orwell 1984 53 movement she tore off her clothes and flung them disdainfully aside. Her body was white and smooth, but it aroused no desire in him, indeed he barely looked at it. What overwhelmed him in that instant was admiration for the gesture with which she had thrown her clothes aside. With its grace and carelessness it seemed to annihilate a whole culture, a whole system of thought, as though Big Brother and the Party and the Thought Police could all be swept into nothingness by a single splendid movement of the arm. That too was a gesture belonging to the ancient time. Winston woke up with the word 'Shakespeare' on his lips. ropas y las arrojó despectivamente a un lado. Su cuerpo era blanco y suave, pero no despertaba deseo en Winston, que se limitaba a contemplarlo. Lo que le llenaba de entusiasmo en aquel momento era el gesto con que la joven se había librado de sus ropas. Con la gracia y el descuido de aquel gesto, parecía estar aniquilando toda su cultura, todo un sistema de pensamiento, como si el Gran Hermano, el Partido y la Policía del Pensamiento pudieran ser barridos y enviados a la Nada con un simple movimiento del brazo. También aquel gesto pertenecía a los tiempos antiguos. Winston se despertó con la palabra «Shakespeare» en los labios. The telescreen was giving forth an ear-splitting whistle which continued on the same note for thirty seconds. It was nought seven fifteen, getting-up time for office workers. Winston wrenched his body out of bed-naked, for a member of the Outer Party received only 3,000 clothing coupons annually, and a suit of pyjamas was 600—and seized a dingy singlet and a pair of shorts that were lying across a chair. The Physical Jerks would begin in three minutes. The next moment he was doubled up by a violent coughing fit which nearly always attacked him soon after waking up. It emptied his lungs so completely that he could only begin breathing again by lying on his back and taking a series of deep gasps. His veins had swelled with the effort of the cough, and the varicose ulcer had started itching. La telepantalla emitía en aquel instante un prolongado silbido que partía el tímpano y que continuaba en la misma nota treinta segundos. Eran las cero — siete — quince, la hora de levantarse para los oficinistas. Winston se echó abajo de la cama desnudo porque los miembros del Partido Exterior recibían sólo tres mil cupones para vestimenta durante el año y un pijama necesitaba seiscientos cupones — y se puso un sucio singlet y unos shorts que estaban sobre una silla. Dentro de tres minutos empezarían las Sacudidas Físicas. Inmediatamente le entró el ataque de tos habitual en él en cuanto se despertaba. Vació tanto sus pulmones que, para volver a respirar, tuvo que tenderse de espaldas abriendo y cerrando la boca repetidas veces y en rápida sucesión. Con el esfuerzo de la tos se le hinchaban las venas y sus varices le habían empezado a escocer. 'Thirty to forty group!' yapped a piercing female voice. 'Thirty to forty group! Take your places, please. Thirties to forties!' — ¡Grupo de treinta a cuarenta! — ladró una penetrante voz de mujer —. ¡Grupo de treinta a cuarenta! Ocupad vuestros sitios, por favor. Winston sprang to attention in front of the telescreen, upon which the image of a youngish woman, scrawny but muscular, dressed in tunic and gym-shoes, had already appeared. Winston se colocó de un salto a la vista de la telepantalla, en la cual había aparecido ya la imagen de una mujer más bien joven, musculoso y de facciones duras, vestida con una túnica y calzando sandalias de gimnasia. 'Arms bending and stretching!' she rapped out. 'Take your time by me. ONE, two, three, four! ONE, two, three, four! Come on, comrades, put a — ¡Doblad y extended los brazos! — gritó —. ¡Contad a la vez que yo! ¡Uno, dos, tres, cuatro! ¡Uno, dos, tres, cuatro! ¡Vamos, camaradas, un poco George Orwell 1984 54 bit of life into it! ONE, two, three four! ONE two, three, four!...' de vida en lo que hacéis! ¡Uno, dos, tres, cuatro! ¡Uno, dos, tres, cuatro!... The pain of the coughing fit had not quite driven out of Winston's mind the impression made by his dream, and the rhythmic movements of the exercise restored it somewhat. As he mechanically shot his arms back and forth, wearing on his face the look of grim enjoyment which was considered proper during the Physical Jerks, he was struggling to think his way backward into the dim period of his early childhood. It was extraordinarily difficult. Beyond the late fifties everything faded. When there were no external records that you could refer to, even the outline of your own life lost its sharpness. You remembered huge events which had quite probably not happened, you remembered the detail of incidents without being able to recapture their atmosphere, and there were long blank periods to which you could assign nothing. Everything had been different then. Even the names of countries, and their shapes on the map, had been different. Airstrip One, for instance, had not been so called in those days: it had been called England or Britain, though London, he felt fairly certain, had always been called London. La intensa molestia de su ataque de tos no había logrado desvanecer en Winston la impresión que le había dejado el ensueño y los movimientos rítmicos de la gimnasia contribuían a conservarle aquel recuerdo. Mientras doblaba y desplegaba mecánicamente los brazos — sin perder ni por un instante la expresión de contento que se consideraba apropiada durante las Sacudidas Físicas —, se esforzaba por resucitar el confuso período de su primera infancia. Pero le resultaba extraordinariamente difícil. Más allá de los años cincuenta y tantos — final de la década — todo se desvanecía. Sin datos externos de ninguna clase a que referirse era imposible reconstruir ni siquiera el esquema de la propia vida. Se recordaban los acontecimientos de enormes proporciones — que muy bien podían no haber acaecido —, se recordaban también detalles sueltos de hechos sucedidos en la infancia, de cada uno, pero sin poder captar la atmósfera. Y había extensos períodos en blanco donde no se podía colocar absolutamente nada. Entonces todo había sido diferente. Incluso los nombres de los países y sus formas en el mapa. La Franja Aérea número 1, por ejemplo, no se llamaba así en aquellos días: la llamaban Inglaterra o Bretaña, aunque Londres — Winston estaba casi seguro de ello — se había llamado siempre Londres. Winston could not definitely remember a time when his country had not been at war, but it was evident that there had been a fairly long interval of peace during his childhood, because one of his early memories was of an air raid which appeared to take everyone by surprise. Perhaps it was the time when the atomic bomb had fallen on Colchester. He did not remember the raid itself, but he did remember his father's hand clutching his own as they hurried down, down, down into some place deep in the earth, round and round a spiral staircase which rang under his feet and which finally so wearied his legs that he began whimpering and they had to stop and rest. His mother, in her slow, dreamy way, was following a long way behind them. She was carrying his baby sister—or perhaps it was only a bundle of blankets that she was carrying: he was not certain No podía recordar claramente una época en que su país no hubiera estado en guerra, pero era evidente que había un intervalo de paz bastante largo durante su infancia porque uno de sus primeros recuerdos era el de un ataque aéreo que parecía haber cogido a todos por sorpresa. Quizá fue cuando la bomba atómica cayó en Colchester. No se acordaba del ataque propiamente dicho, pero sí de la mano de su padre que le tenía cogida la suya mientras descendían precipitadamente por algún lugar subterráneo muy profundo, dando vueltas por una escalera de caracol que finalmente le había cansado tanto las piernas que empezó a sollozar y su padre tuvo que dejarle descansar un poco. Su madre, lenta y pensativa como siempre, los seguía a bastante distancia. La madre llevaba a la hermanita de Winston, o quizá sólo llevase un lío de mantas. Winston no estaba seguro de que su hermanita George Orwell 1984 55 whether his sister had been born then. Finally they had emerged into a noisy, crowded place which he had realized to be a Tube station. hubiera nacido por entonces. Por último, desembocaron a un sitio ruidoso y atestado de gente, una estación de Metro. There were people sitting all over the stoneflagged floor, and other people, packed tightly together, were sitting on metal bunks, one above the other. Winston and his mother and father found themselves a place on the floor, and near them an old man and an old woman were sitting side by side on a bunk. The old man had on a decent dark suit and a black cloth cap pushed back from very white hair: his face was scarlet and his eyes were blue and full of tears. He reeked of gin. It seemed to breathe out of his skin in place of sweat, and one could have fancied that the tears welling from his eyes were pure gin. But though slightly drunk he was also suffering under some grief that was genuine and unbearable. In his childish way Winston grasped that some terrible thing, something that was beyond forgiveness and could never be remedied, had just happened. It also seemed to him that he knew what it was. Someone whom the old man loved —a little granddaughter, perhaps— had been killed. Every few minutes the old man kept repeating: Muchas personas se hallaban sentadas en el suelo de piedra y otras, arracimadas, se habían instalado en diversos objetos que llevaban. Winston y sus padres encontraron un sitio libre en el suelo y junto a ellos un viejo y una vieja se apretaban el uno contra el otro. El anciano vestía un buen traje oscuro y una boina de paño negro bajo la cual le asomaba abundante cabello muy blanco. Tenía la cara enrojecida; los ojos, azules y lacrimosos. Olía a ginebra. Ésta parecía salírsele por los poros en vez del sudor y podría haberse pensado que las lágrimas que le brotaban de los ojos eran ginebra pura. Sin embargo, a pesar de su borrachera, sufría de algún dolor auténtico e insoportable. De un modo infantil, Winston comprendió que algo terrible, más allá del perdón y que jamás podría tener remedio, acababa de ocurrirle al viejo. También creía saber de qué se trataba. Alguien a quien el anciano amaba, quizás alguna nietecita, había muerto en el bombardeo. Cada pocos minutos, repetía el viejo: 'We didn't ought to 'ave trusted 'em. I said so, Ma, didn't I? That's what comes of trusting 'em. I said so all along. We didn't ought to 'ave trusted the buggers.' — No debíamos habernos fiado de ellos. ¿Verdad que te lo dije, abuelita? Nos ha pasado esto por fiarnos de ellos. Siempre lo he dicho. Nunca debimos confiar en esos canallas. But which buggers they didn't ought to have trusted Winston could not now remember. Lo que Winston no podía recordar es a quién se refería el viejo y quiénes eran esos de los que no había que fiarse. Since about that time, war had been literally continuous, though strictly speaking it had not always been the same war. For several months during his childhood there had been confused street fighting in London itself, some of which he remembered vividly. But to trace out the history of the whole period, to say who was fighting whom at any given moment, would have been utterly impossible, since no written record, and no spoken word, ever made mention of any other Desde entonces, la guerra había sido continua, aunque hablando con exactitud no se trataba siempre de la misma guerra. Durante algunos meses de su infancia había habido una confusa lucha callejera en el mismo Londres y él recordaba con toda claridad algunas escenas. Pero hubiera sido imposible reconstruir la historia de aquel período ni saber quién luchaba contra quién en un momento dado, pues no quedaba ningún documento ni pruebas de ninguna clase que permitieran pensar que la disposición de George Orwell 1984 56 alignment than the existing one. At this moment, for example, in 1984 (if it was 1984), Oceania was at war with Eurasia and in alliance with Eastasia. In no public or private utterance was it ever admitted that the three powers had at any time been grouped along different lines. Actually, as Winston well knew, it was only four years since Oceania had been at war with Eastasia and in alliance with Eurasia. But that was merely a piece of furtive knowledge which he happened to possess because his memory was not satisfactorily under control. Officially the change of partners had never happened. Oceania was at war with Eurasia: therefore Oceania had always been at war with Eurasia. The enemy of the moment always represented absolute evil, and it followed that any past or future agreement with him was impossible. las fuerzas en lucha hubiera sido en algún momento distinta a la actual. Por ejemplo, en este momento, en 1984 (si es que efectivamente era 1984), Oceanía estaba en guerra con Eurasia y era aliada de Asia Oriental. En ningún discurso público ni conversación privada se admitía que estas tres potencias se hubieran hallado alguna vez en distinta posición cada una respecto a las otras. Winston sabía muy bien que, hacia sólo cuatro años, Oceanía había estado en guerra contra Asia Orienta] y aliada con Eurasia. Pero aquello era sólo un conocimiento furtivo que él tenía porque su memoria «fallaba» mucho, es decir, no estaba lo suficientemente controlada. Oficialmente, nunca se había producido un cambio en las alianzas. Oceanía estaba en guerra con Eurasia; por tanto, Oceanía siempre había luchado contra Eurasia. El enemigo circunstancial representaba siempre el absoluto mal, y de ahí resultaba que era totalmente imposible cualquier acuerdo pasado o futuro con él. The frightening thing, he reflected for the ten thousandth time as he forced his shoulders painfully backward (with hands on hips, they were gyrating their bodies from the waist, an exercise that was supposed to be good for the back muscles)—the frightening thing was that it might all be true. If the Party could thrust its hand into the past and say of this or that event, IT NEVER HAPPENED—that, surely, was more terrifying than mere torture and death? Lo horrible, pensó por diezmilésima vez mientras se forzaba los hombros dolorosamente hacia atrás (con las manos en las caderas, giraban sus cuerpos por la cintura, ejercicio que se suponía conveniente para los músculos de la espalda), lo horrible era que todo ello podía ser verdad. Si el Partido podía alargar la mano hacia el pasado y decir que este o aquel acontecimiento nunca había ocurrido, esto resultaba mucho más horrible que la tortura y la muerte. The Party said that Oceania had never been in alliance with Eurasia. He, Winston Smith, knew that Oceania had been in alliance with Eurasia as short a time as four years ago. But where did that knowledge exist? Only in his own consciousness, which in any case must soon be annihilated. And if all others accepted the lie which the Party imposed—if all records told the same tale—then the lie passed into history and became truth. 'Who controls the past,' ran the Party slogan, 'controls the future: who controls the present controls the past.' And yet the past, though of its nature alterable, never had been altered. Whatever was true now was true from everlasting to everlasting. It was quite simple. All that was needed was an unending series of victories over your own memory. 'Reality control', they called El Partido dijo que Oceanía nunca había sido aliada de Eurasia. Él, Winston Smith, sabía que Oceanía había estado aliada con Eurasia cuatro años antes. Pero, ¿dónde constaba ese conocimiento? Sólo en su propia conciencia, la cual, en todo caso, iba a ser aniquilada muy pronto. Y si todos los demás aceptaban la mentira que impuso el Partido, si todos los testimonios decían lo mismo, entonces la mentira pasaba a la Historia y se convertía en verdad. «El que controla el pasado — decía el slogan del Partido —, controla también el futuro. El que controla el presente, controla el pasado.» Y, sin embargo, el pasado, alterable por su misma naturaleza, nunca había sido alterado. Todo lo que ahora era verdad, había sido verdad eternamente y lo seguiría siendo. Era muy sencillo. Lo único que se necesitaba era una interminable serie de victorias que cada persona George Orwell 1984 57 it: in Newspeak, 'doublethink'. debía lograr sobre su propia memoria. A esto le llamaban «control de la realidad». Pero en neolengua había una palabra especial para ello: doblepensar. 'Stand easy!' barked the instructress, a little more genially. — ¡Descansen! — ladró la instructora, cuya voz parecía ahora menos malhumorada. Winston sank his arms to his sides and slowly refilled his lungs with air. His mind slid away into the labyrinthine world of doublethink. To know and not to know, to be conscious of complete truthfulness while telling carefully constructed lies, to hold simultaneously two opinions which cancelled out, knowing them to be contradictory and believing in both of them, to use logic against logic, to repudiate morality while laying claim to it, to believe that democracy was impossible and that the Party was the guardian of democracy, to forget whatever it was necessary to forget, then to draw it back into memory again at the moment when it was needed, and then promptly to forget it again: and above all, to apply the same process to the process itself. That was the ultimate subtlety: consciously to induce unconsciousness, and then, once again, to become unconscious of the act of hypnosis you had just performed. Even to understand the word 'doublethink' involved the use of doublethink. Winston dejó caer los brazos de sus costados y volvió a llenar de aire sus pulmones. Su mente se deslizó por el laberíntico mundo del doplepensar. Saber y no saber, hallarse consciente de lo que es realmente verdad mientras se dicen mentiras cuidadosamente elaboradas, sostener simultáneamente dos opiniones sabiendo que son contradictorias y creer sin embargo en ambas; emplear la lógica contra la lógica, repudiar la moralidad mientras se recurre a ella, creer que la democracia es imposible y que el Partido es el guardián de la democracia; olvidar cuanto fuera necesario olvidar y, no obstante, recurrir a ello, volverlo a traer a la memoria en cuanto se necesitara y luego olvidarlo de nuevo; y, sobre todo, aplicar el mismo proceso al procedimiento mismo. Ésta era la más refinada sutileza del sistema: inducir conscientemente a la inconsciencia, y luego hacerse inconsciente para no reconocer que se había realizado un acto de autosugestión. Incluso comprender la palabra doblepensar implicaba el uso del doblepensar. The instructress had called them to attention again. 'And now let's see which of us can touch our toes!' she said enthusiastically. 'Right over from the hips, please, comrades. ONE-two! ONE-two!...' La instructora había vuelto a llamarles la atención: — Y ahora, a ver cuáles de vosotros pueden tocarse los dedos de los pies sin doblar las rodillas — gritó la mujer con gran entusiasmo — ¡Por favor, camaradas! ¡Uno, dos! ¡Uno, dos...! Winston loathed this exercise, which sent shooting pains all the way from his heels to his buttocks and often ended by bringing on another coughing fit. The half-pleasant quality went out of his meditations. The past, he reflected, had not merely been altered, it had been actually destroyed. For how could you establish even the most obvious fact when there existed no record outside your own memory? He tried to remember in what year he had first heard mention of Big Brother. He thought it must have been at some A Winston le fastidiaba indeciblemente este ejercicio que le hacía doler todo el cuerpo y a veces le causaba golpes de tos. Ya no disfrutaba con sus meditaciones. El pasado, pensó Winston, no sólo había sido alterado, sino que estaba siendo destruido. Pues, ¿cómo iba usted a establecer el hecho más evidente si no existía más prueba que el recuerdo de su propia memoria? Trató de recordar en qué año había oído hablar por primera vez del Gran Hermano. Creía que debió de ser hacia el sesenta y tantos, pero era imposible estar seguro. Por supuesto, en los libros de George Orwell 1984 58 time in the sixties, but it was impossible to be certain. In the Party histories, of course, Big Brother figured as the leader and guardian of the Revolution since its very earliest days. His exploits had been gradually pushed backwards in time until already they extended into the fabulous world of the forties and the thirties, when the capitalists in their strange cylindrical hats still rode through the streets of London in great gleaming motor-cars or horse carriages with glass sides. There was no knowing how much of this legend was true and how much invented. Winston could not even remember at what date the Party itself had come into existence. He did not believe he had ever heard the word Ingsoc before 1960, but it was possible that in its Oldspeak form—'English Socialism', that is to say—it had been current earlier. Everything melted into mist. Sometimes, indeed, you could put your finger on a definite lie. It was not true, for example, as was claimed in the Party history books, that the Party had invented aeroplanes. He remembered aeroplanes since his earliest childhood. But you could prove nothing. There was never any evidence. Just once in his whole life he had held in his hands unmistakable documentary proof of the falsification of an historical fact. And on that occasion— historia editados por el Partido, el Gran Hermano figuraba como jefe y guardián de la Revolución desde los primeros días de ésta. Sus hazañas habían ido retrocediendo en el tiempo cada vez más y ya se extendían hasta el mundo fabuloso de los años cuarenta y treinta cuando los capitalistas, con sus extraños sombreros cilíndricos, cruzaban todavía por las calles de Londres en relucientes automóviles o en coches de caballos — pues aún quedaban vehículos de éstos —, con lados de cristal. Desde luego, se ignoraba cuánto había de cierto en esta leyenda y cuánto de inventado. Winston no podía recordar ni siquiera en qué fecha había empezado el Partido a existir. No creía haber oído la palabra «Ingsoc» antes de 1960. Pero era posible que en su forma viejolingüística es decir, «socialismo inglés» — hubiera existido antes. Todo se había desvanecido en la niebla. Sin embargo, a veces era posible poner el dedo sobre una mentira concreta. Por ejemplo, no era verdad, como pretendían los libros de historia lanzados por el Partido, que éste hubiera inventado los aeroplanos. Winston recordaba los aeroplanos desde su más temprana infancia. Pero tampoco podría probarlo. Nunca se podía probar nada. Sólo una vez en su vida había tenido en sus manos la innegable prueba documental de la falsificación de un hecho histórico. Y en aquella ocasión... 'Smith!' screamed the shrewish voice from the telescreen. '6079 Smith W.! Yes, YOU! Bend lower, please! You can do better than that. You're not trying. Lower, please! THAT'S better, comrade. Now stand at ease, the whole squad, and watch me.' — ¡Smith! — chilló la voz de la telepantalla —; ¡6O79 Smith W! ¡Sí, tú! ¡Inclínate más, por favor! Puedes hacerlo mejor; es que no te esfuerzas; más doblado, haz el favor. Ahora está mucho mejor, camarada. Descansad todos y fijaos en mí. A sudden hot sweat had broken out all over Winston's body. His face remained completely inscrutable. Never show dismay! Never show resentment! A single flicker of the eyes could give you away. He stood watching while the instructress raised her arms above her head and— one could not say gracefully, but with remarkable neatness and efficiency—bent over and tucked the first joint of her fingers under her toes. Winston sudaba por todo su cuerpo, pero su cara permanecía completamente inescrutable. ¡Nunca os manifestéis desanimados! ¡Nunca os mostréis resentidos! Un leve pestañeo podría traicioneros. Por eso, Winston miraba impávido a la instructora mientras ésta levantaba los brazos por encima de la cabeza y, si no con gracia, sí con notable precisión y eficacia, se dobló y se tocó los dedos de los pies sin doblar las rodillas. 'THERE, comrades! THAT'S how I want to see you doing it. Watch me again. I'm thirty-nine and — ¡Ya habéis visto, camaradas; así es como quiero que lo hagáis! Miradme otra vez. Tengo treinta y George Orwell I've had four children. Now look.' She bent over again. 'You see MY knees aren't bent. You can all do it if you want to,' she added as she straightened herself up. 'Anyone under forty-five is perfectly capable of touching his toes. We don't all have the privilege of fighting in the front line, but at least we can all keep fit. Remember our boys on the Malabar front! And the sailors in the Floating Fortresses! Just think what THEY have to put up with. Now try again. That's better, comrade, that's MUCH better,' she added encouragingly as Winston, with a violent lunge, succeeded in touching his toes with knees unbent, for the first time in several years. 1984 59 nueve años y cuatro hijos. Mirad — volvió a doblarse. Ya veis que mis rodillas no se han doblado. Todos Vosotros podéis hacerlo si queréis — añadió mientras se ponía derecha —. Cualquier persona de menos de cuarenta y cinco años es perfectamente capaz de tocarse así los dedos de los pies. No todos nosotros tenemos el privilegio de luchar en el frente, pero por lo menos podemos mantenemos en forma. ¡Recordad a nuestros muchachos en el frente malabar! ¡Y a los marineros de las fortalezas flotantes! Pensad en las penalidades que han de soportar. Ahora, probad otra vez. Eso está mejor, camaradas, mucho mejor — añadió en tono estimulante dirigiéndose a Winston, el cual, con un violento esfuerzo, había logrado tocarse los dedos de los pies sin doblar las rodillas. Desde varios años atrás, no lo conseguía. George Orwell 1984 60 Chapter 4 CAPÍTULO IV With the deep, unconscious sigh which not even the nearness of the telescreen could prevent him from uttering when his day's work started, Winston pulled the speakwrite towards him, blew the dust from its mouthpiece, and put on his spectacles. Then he unrolled and clipped together four small cylinders of paper which had already flopped out of the pneumatic tube on the right-hand side of his desk. Con el hondo e inconsciente suspiro que ni siquiera la proximidad de la telepantalla podía ahogarle cuando empezaba el trabajo del día, Winston se acercó al hablescribe, sopló para sacudir el polvo del micrófono y se puso las gafas. Luego desenrolló y juntó con un clip cuatro pequeños cilindros de papel que acababan de caer del tubo neumático sobre el lado derecho de su mesa de despacho. In the walls of the cubicle there were three orifices. To the right of the speakwrite, a small pneumatic tube for written messages, to the left, a larger one for newspapers; and in the side wall, within easy reach of Winston's arm, a large oblong slit protected by a wire grating. This last was for the disposal of waste paper. Similar slits existed in thousands or tens of thousands throughout the building, not only in every room but at short intervals in every corridor. For some reason they were nicknamed memory holes. When one knew that any document was due for destruction, or even when one saw a scrap of waste paper lying about, it was an automatic action to lift the flap of the nearest memory hole and drop it in, whereupon it would be whirled away on a current of warm air to the enormous furnaces which were hidden somewhere in the recesses of the building. En las paredes de la cabina había tres orificios. A la derecha del hablescribe, un pequeño tubo neumático para mensajes escritos, a la Izquierda, un tubo más ancho para los periódicos; y en la otra pared, de manera que Winston lo tenía a mano, una hendidura grande y oblonga protegida por una rejilla de alambre. Esta última servía para tirar el papel inservible. Había hendiduras semejantes a miles o a docenas de miles por todo el edificio, no sólo en cada habitación, sino a lo largo de todos los pasillos, a pequeños intervalos. Les llamaban «agujeros de la memoria». Cuando un empleado sabía que un documento había de ser destruido, o incluso cuando alguien veía un pedazo de papel por el suelo y por alguna mesa, constituía ya un acto automático levantar la tapa del más cercano «agujero de la memoria» y tirar el papel en él. Una corriente de aire caliente se llevaba el papel en seguida hasta los enormes hornos ocultos en algún lugar desconocido de los sótanos del edificio. Winston examined the four slips of paper which he had unrolled. Each contained a message of only one or two lines, in the abbreviated jargon—not actually Newspeak, but consisting largely of Newspeak words—which was used in the Ministry for internal purposes. They ran: Winston examinó las cuatro franjas de papel que había desenrollado. Cada una de ellas contenía una o dos líneas escritas en el argot abreviado (no era exactamente neolengua, pero consistía principalmente en palabras neolingüísticas) que se usaba en el Ministerio para fines internos. Decían así: times 17.3.84 bb speech malreported africa rectify times 17.3.84. discurso gh malregistrado áfrica rectificar times 19.12.83 forecasts 3 yp 4th quarter 83 times 19.12.83 predicciones plantrienal cuarto George Orwell misprints verify current issue 1984 61 trimestre 83 erratas comprobar número corriente times 14.2.84 miniplenty malquoted chocolate times 14.2.84. Minibundancia malcitado chocolate rectify rectificar times 3.12.83 reporting bb dayorder times 3.12.83 referente ordendía gh doubleplusungood refs unpersons rewrite fullwise doblemásnobueno refs nopersonas reescribir upsub antefiling completo someter antesarchivar With a faint feeling of satisfaction Winston laid the fourth message aside. It was an intricate and responsible job and had better be dealt with last. The other three were routine matters, though the second one would probablymean some tedious wading through lists of figures. Con cierta satisfacción apartó Winston el cuarto mensaje. Era un asunto intrincado y de responsabilidad y prefería ocuparse de él al final. Los otros tres eran tarea rutinaria, aunque el segundo le iba a costar probablemente buscar una serie de datos fastidiosos. Winston dialled 'back numbers' on the telescreen and called for the appropriate issues of 'The Times', which slid out of the pneumatic tube after only a few minutes' delay. The messages he had received referred to articles or news items which for one reason or another it was thought necessary to alter, or, as the official phrase had it, to rectify. Forexample, it appeared from 'The Times' of the seventeenth of March that Big Brother, in his speech of the previous day, had predicted that the South Indian front would remain quiet but that a Eurasian offensive would shortly be launched in North Africa. As it happened, the Eurasian Higher Command had launched its offensive in South India and left North Africa alone. It was therefore necessary to rewrite a paragraph of Big Brother's speech, in such a way as to make him predict the thing that had actually happened. Or again, 'The Times' of the nineteenth of December had published the official forecasts of the output of various classes of consumption goods in the fourth quarter of 1983, which was also the sixth quarter of the Ninth Three-Year Plan. Today's issue contained a statement of the actual output, from which it appeared that the forecasts were in every instance grossly wrong. Winston's job was to rectify the original figures by making them agree with the later ones. As for the third message, it referred to a very simple error which could be set right in a couple of minutes. As short a time ago as February, Winston pidió por la telepantalla los números necesarios del Times, que le llegaron por el tubo neumático pocos minutos después. Los mensajes que había recibido se referían a artículos o noticias que por una u otra razón era necesario cambiar, o, como se decía oficialmente, rectificar. Por ejemplo, en el número del Times correspondiente al 17 de marzo se decía que el Gran Hermano, en su discurso del día anterior, había predicho que el frente de la India Meridional seguiría en calma, pero que, en cambio, se desencadenaría una ofensiva eurasiática muy pronto en África del Norte. Como quiera que el alto mando de Eurasia había iniciado su ofensiva en la India del Sur y había dejado tranquila al África del Norte, era por tanto necesario escribir un nuevo párrafo del discurso del Gran Hermano, con objeto de hacerle predecir lo que había ocurrido efectivamente. Y en el Times del 19 de diciembre del año anterior se habían publicado los pronósticos oficiales sobre el consumo de ciertos productos en el cuarto trimestre de 1983, que era también el sexto grupo del noveno plan trienal. Pues bien, el número de hoy contenía una referencia al consumo efectivo y resultaba que los pronósticos se habían equivocado muchísimo. El trabajo de Winston consistía en cambiar las cifras originales haciéndolas coincidir con las posteriores. En cuanto al tercer mensaje, se refería a un error muy sencillo que se podía arreglar en un par de minutos. Muy poco tiempo George Orwell 1984 62 the Ministry of Plenty had issued a promise (a 'categorical pledge' were the official words) that there would be no reduction of the chocolate ration during 1984. Actually, as Winston was aware, the chocolate ration was to be reduced from thirty grammes to twenty at the end of the present week. All that was needed was to substitute for the original promise a warning that it would probably be necessary to reduce the ration at some time in April. antes, en febrero, el Ministerio de la Abundancia había lanzado la promesa (oficialmente se le llamaba «compromiso categórico») de que no habría reducción de la ración de chocolate durante el año 1984. Pero la verdad era, como Winston sabía muy bien, que la ración de chocolate sería reducida, de los treinta gramos que daban, a veinte al final de aquella semana. Como se verá, el error era insignificante y el único cambio necesario era sustituir la promesa original por la advertencia de que probablemente habría que reducir la ración hacia el mes de abril. As soon as Winston had dealt with each of the messages, he clipped his speakwritten corrections to the appropriate copy of 'The Times' and pushed them into the pneumatic tube. Then, with a movement which was as nearly as possible unconscious, he crumpled up the original message and any notes that he himself had made, and dropped them into the memory hole to be devoured by the flames. Cuando Winston tuvo preparadas las correcciones las unió con un clip al ejemplar del Times que le habían enviado y los mandó por el tubo neumático. Entonces, con un movimiento casi inconsciente, arrugó los mensajes originales y todas las notas que él había hecho sobre el asunto y los tiró por el «agujero de la memoria» para que los devoraran las llamas. What happened in the unseen labyrinth to which the pneumatic tubes led, he did not know in detail, but he did know in general terms. As soon as all the corrections which happened to be necessary in any particular number of 'The Times' had been assembled and collated, that number would be reprinted, the original copy destroyed, and the corrected copy placed on the files in its stead. This process of continuous alteration was applied not only to newspapers, but to books, periodicals, pamphlets, posters, leaflets, films, sound-tracks, cartoons, photographs—to every kind of literature or documentation which might conceivably hold any political or ideological significance. Day by day and almost minute by minute the past was brought up to date. In this way every prediction made by the Party could be shown by documentary evidence to have been correct, nor was any item of news, or any expression of opinion, which conflicted with the needs of the moment, ever allowed to remain on record. All history was a palimpsest, scraped clean and reinscribed exactly as often as was necessary. In no case would it have been possible, once the deed was done, to prove that any falsification had taken place. The largest section of the Records Department, far larger than Él no sabía con exactitud lo que sucedía en el invisible laberinto adonde iban a parar los tubos neumáticos, pero tenía una idea general. En cuanto se reunían y ordenaban todas las correcciones que había sido necesario introducir en un número determinado del Times, ese número volvía a ser impreso, el ejemplar primitivo se destruía y el ejemplar corregido ocupaba su puesto en el archivo. Este proceso de continua alteración no se aplicaba sólo a los periódicos, sino a los libros, revistas, folletos, carteles, programas, películas, bandas sonoras, historietas para niños, fotografías..., es decir, a toda clase de documentación o literatura que pudiera tener algún significado político o ideológico. Diariamente y casi minuto por minuto, el pasado era puesto al día. De este modo, todas las predicciones hechas por el Partido resultaban acertadas según prueba documental. Toda la historia se convertía así en un palimpsesto, raspado y vuelto a escribir con toda la frecuencia necesaria. En ningún caso habría sido posible demostrar la existencia de una falsificación. La sección más nutrida del Departamento de Registro, mucho mayor que aquella donde trabajaba Winston, se componía sencillamente de personas cuyo deber era recoger George Orwell 1984 63 the one on which Winston worked, consisted simply of persons whose duty it was to track down and collect all copies of books, newspapers, and other documents which had been superseded and were due for destruction. A number of 'The Times' which might, because of changes in political alignment, or mistaken prophecies uttered by Big Brother, have been rewritten a dozen times still stood on the files bearing its original date, and no other copy existed to contradict it. Books, also, were recalled and rewritten again and again, and were invariably reissued without any admission that any alteration had been made. Even the written instructions which Winston received, and which he invariably got rid of as soon as he had dealt with them, never stated or implied that an act of forgery was to be committed: always the reference was to slips, errors, misprints, or misquotations which it was necessary to put right in the interests of accuracy. todos los ejemplares de libros, diarios y otros documentos que se hubieran quedado atrasados y tuvieran que ser destruidos. Un número del Times que — a causa de cambios en la política exterior o de profecías equivocadas hechas por el Gran Hermano — hubiera tenido que ser escrito de nuevo una docena de veces, seguía estando en los archivos con su fecha original y no existía ningún otro ejemplar para contradecirlo. También los libros eran recogidos y reescritos muchas veces y cuando se volvían a editar no se confesaba que se hubiera introducido modificación alguna. Incluso las instrucciones escritas que recibía Winston y que él hacía desaparecer invariablemente en cuanto se enteraba de su contenido, nunca daban a entender ni remotamente que se estuviera cometiendo una falsificación. Sólo se referían a erratas de imprenta o a citas equivocadas que era necesario poner bien en interés de la verdad. But actually, he thought as he re-adjusted the Ministry of Plenty's figures, it was not even forgery. It was merely the substitution of one piece of nonsense for another. Most of the material that you were dealing with had no connexion with anything in the real world, not even the kind of connexion that is contained in a direct lie. Statistics were just as much a fantasy in their original version as in their rectified version. A great deal of the time you were expected to make them up out of your head. For example, the Ministry of Plenty's forecast had estimated the output of boots for the quarter at 145 million pairs. The actual output was given as sixty-two millions. Winston, however, in rewriting the forecast, marked the figure down to fifty-seven millions, so as to allow for the usual claim that the quota had been overfulfilled. In any case, sixty-two millions was no nearer the truth than fifty-seven millions, or than 145 millions. Very likely no boots had been produced at all. Likelier still, nobody knew how many had been produced, much less cared. All one knew was that every quarter astronomical numbers of boots were produced on paper, while perhaps half the population of Oceania went barefoot. And so it was with every class of recorded fact, great or small. Everything faded away into a shadow-world in which, finally, even the date of the year had become uncertain. Lo más curioso era — pensó Winston mientras arreglaba las cifras del Ministerio de la Abundancia — que ni siquiera se trataba de una falsificación. Era, sencillamente, la sustitución de un tipo de tonterías por otro. La mayor parte del material que allí manejaban no tenía relación alguna con el mundo real, ni siquiera en esa conexión que implica una mentira directa. Las estadísticas eran tan fantásticas en su versión original como en la rectificada. En la mayor parte de los casos, tenía que sacárselas el funcionario de su cabeza. Por ejemplo, las predicciones del Ministerio de la Abundancia calculaban la producción de botas para el trimestre venidero en ciento cuarenta y cinco millones de pares. Pues bien, la cantidad efectiva fue de sesenta y dos millones de pares. Es decir, la cantidad declarada oficialmente. Sin embargo, Winston, al modificar ahora la «predicción», rebajó la cantidad a cincuenta y siete millones, para que resultara posible la habitual declaración de que se había superado la producción. En todo caso, sesenta y dos millones no se acercaban a la verdad más que los cincuenta y siete millones o los ciento cuarenta y cinco. Lo más probable es que no se hubieran producido botas en absoluto. Nadie sabía en definitiva cuánto se había producido ni le importaba. Lo único de que se estaba seguro era de que cada trimestre se producían sobre el papel George Orwell 1984 64 cantidades astronómicas de botas mientras que media población de Oceanía iba descalza. Y lo mismo ocurría con los demás datos, importantes o minúsculos, que se registraban. Todo se disolvía en un mundo de sombras en el cual incluso la fecha del año era insegura. Winston glanced across the hall. In the corresponding cubicle on the other side a small, precise-looking, dark-chinned man named Tillotson was working steadily away, with a folded newspaper on his knee and his mouth very close to the mouthpiece of the speakwrite. He had the air of trying to keep what he was saying a secret between himself and the telescreen. He looked up, and his spectacles darted a hostile flash in Winston's direction. Winston miró hacia el vestíbulo. En la cabina de enfrente trabajaba un hombre pequeñito, de aire eficaz, llamado Tillotson, con un periódico doblado sobre sus rodillas y la boca muy cerca de la bocina del hablescribe. Daba la impresión de que lo que decía era un secreto entre él y la telepantalla. Levantó la vista y los cristales de sus gafas le lanzaron a Winston unos reflejos hostiles. Winston hardly knew Tillotson, and had no idea what work he was employed on. People in the Records Department did not readily talk about their jobs. In the long, windowless hall, with its double row of cubicles and its endless rustle of papers and hum of voices murmuring into speakwrites, there were quite a dozen people whom Winston did not even know by name, though he daily saw them hurrying to and fro in the corridors or gesticulating in the Two Minutes Hate. He knew that in the cubicle next to him the little woman with sandy hair toiled day in day out, simply at tracking down and deleting from the Press the names of people who had been vaporized and were therefore considered never to have existed. There was a certain fitness in this, since her own husband had been vaporized a couple of years earlier. And a few cubicles away a mild, ineffectual, dreamy creature named Ampleforth, with very hairy ears and a surprising talent for juggling with rhymes and metres, was engaged in producing garbled versions—definitive texts, they were called—of poems which had become ideologically offensive, but which for one reason or another were to be retained in the anthologies. And this hall, with its fifty workers or thereabouts, was only one subsection, a single cell, as it were, in the huge complexity of the Records Department. Beyond, above, below, were other swarms of workers engaged in an unimaginable multitude of jobs. There were the huge printing-shops with their sub- Winston no conocía apenas a Tillotson ni tenía idea de la clase de trabajo que le habían encomendado. Los funcionarios del Departamento del Registro no hablaban de sus tareas. En el largo vestíbulo, sin ventanas, con su doble fila de cabinas y su interminable ruido de periódicos y el murmullo de las voces junto a los hablescribe, había por lo menos una docena de personas a las que Winston no conocía ni siquiera de nombre, aunque los veía diariamente apresurándose por los pasillos o gesticulando en los Dos Minutos de Odio. Sabía que en la cabina vecina a la suya la mujercilla del cabello arenoso trabajaba en descubrir y borrar en los números atrasados de la Prensa los nombres de las personas vaporizadas, las cuales se consideraba que nunca habían existido. Ella estaba especialmente capacitada para este trabajo, ya que su propio marido había sido vaporizado dos años antes. Y pocas cabinas más allá, un individuo suave, soñador e ineficaz, llamado Ampleforth, con orejas muy peludas y un talento sorprendente para rimar y medir los versos, estaba encargado de producir los textos definitivos de poemas que se habían hecho ideológicamente ofensivos, pero que, por una u otra razón. Continuaban en las antologías. Este vestíbulo, con sus cincuenta funcionarios, era sólo una subsección, una pequeñísima célula de la enorme complejidad del Departamento de Registro. Más allá, arriba, abajo, trabajaban otros enjambres de funcionarios en multitud de tareas increíbles. Allí George Orwell 1984 65 editors, their typography experts, and their elaborately equipped studios for the faking of photographs. There was the tele-programmes section with its engineers, its producers, and its teams of actors specially chosen for their skill in imitating voices. There were the armies of reference clerks whose job was simply to draw up lists of books and periodicals which were due for recall. There were the vast repositories where the corrected documents were stored, and the hidden furnaces where the original copies were destroyed. And somewhere or other, quite anonymous, there were the directing brains who co-ordinated the whole effort and laid down the lines of policy which made it necessary that this fragment of the past should be preserved, that one falsified, and the other rubbed out of existence. estaban las grandes imprentas con sus expertos en tipografía y sus bien dotados estudios para la falsificación de fotografías. Había la sección de teleprogramas con sus ingenieros, sus directores y equipos de actores escogidos especialmente por su habilidad para imitar voces. Había también un gran número de empleados cuya labor sólo consistía en redactar listas de libros y periódicos que debían ser «repasados». Los documentos corregidos se guardaban y los ejemplares originales eran destruidos en hornos ocultos. Por último, en un lugar desconocido estaban los cerebros directores que coordinaban todos estos esfuerzos y establecían las líneas políticas según las cuales un fragmento del pasado había de ser conservado, falsificado otro, y otro borrado de la existencia. And the Records Department, after all, was itself only a single branch of the Ministry of Truth, whose primary job was not to reconstruct the past but to supply the citizens of Oceania with newspapers, films, textbooks, telescreen programmes, plays, novels—with every conceivable kind of information, instruction, or entertainment, from a statue to a slogan, from a lyric poem to a biological treatise, and from a child's spelling-book to a Newspeak dictionary. And the Ministry had not only to supply the multifarious needs of the party, but also to repeat the whole operation at a lower level for the benefit of the proletariat. There was a whole chain of separate departments dealing with proletarian literature, music, drama, and entertainment generally. Here were produced rubbishy newspapers containing almost nothing except sport, crime and astrology, sensational five-cent novelettes, films oozing with sex, and sentimental songs which were composed entirely by mechanical means on a special kind of kaleidoscope known as a versificator. There was even a whole sub-section—Pornosec, it was called in Newspeak—engaged in producing the lowest kind of pornography, which was sent out in sealed packets and which no Party member, other than those who worked on it, was permitted to look at. El Departamento de Registro, después de todo, no era más que una simple rama del Ministerio de la Verdad, cuya principal tarea no era reconstruir el pasado, sino proporcionarles a los ciudadanos de Oceanía periódicos, películas, libros de texto, programas de telepantalla, comedias, novelas, con toda clase de información, instrucción o entretenimiento. Fabricaban desde una estatua a un slogan, de un poema lírico a un tratado de biología y desde la cartilla de los párvulos hasta el diccionario de neolengua...Y el Ministerio no sólo tenía que atender a las múltiples necesidades del Partido, sino repetir toda la operación en un nivel más bajo a beneficio del proletariado. Había toda una cadena de secciones separadas que se ocupaban de la literatura, la música, el teatro y, en general, de todos los entretenimientos para los proletarios. Allí se producían periódicos que no contenían más que informaciones deportivas, sucesos y astrología, noveluchas sensacionalistas, películas que rezumaban sexo y canciones sentimentales compuestas por medios exclusivamente mecánicos en una especie de calidoscopio llamado versificador Había incluso una sección conocida en neolengua con el nombre de Pornosec, encargada de producir pornografía de clase ínfima y que era enviada en paquetes sellados que ningún miembro del Partido, aparte de los que trabajaban en la sección, podía abrir. Three messages had slid out of the pneumatic tube Habían salido tres mensajes por el tubo neumático George Orwell 1984 66 while Winston was working, but they were simple matters, and he had disposed of them before the Two Minutes Hate interrupted him. When the Hate was over he returned to his cubicle, took the Newspeak dictionary from the shelf, pushed the speakwrite to one side, cleaned his spectacles, and settled down to his main job of the morning. mientras Winston trabajaba, pero se trataba de asuntos corrientes y los había despachado antes de ser interrumpido por los Dos Minutos de Odio. Cuando el odio terminó, volvió Winston a su cabina, sacó del estante el diccionario de neolengua, apartó a un lado el hablescribe, se limpió las gafas y se dedicó a su principal cometido de la mañana. Winston's greatest pleasure in life was in his work. Most of it was a tedious routine, but included in it there were also jobs so difficult and intricate that you could lose yourself in them as in the depths of a mathematical problem—delicate pieces of forgery in which you had nothing to guide you except your knowledge of the principles of Ingsoc and your estimate of what the Party wanted you to say. Winston was good at this kind of thing. On occasion he had even been entrusted with the rectification of 'The Times' leading articles, which were written entirely in Newspeak. He unrolled the message that he had set aside earlier. It ran: El mayor placer de Winston era su trabajo. La mayor parte de éste consistía en una aburrida rutina, pero también incluía labores tan difíciles e intrincadas que se perdía uno en ellas como en las profundidades de un problema de matemáticas: delicadas labores de falsificación en que sólo se podía guiar uno por su conocimiento de los principios del Ingsoc y el cálculo de lo que el Partido quería que uno dijera. Winston servía para esto. En una ocasión le encargaron incluso la rectificación de los editoriales del Times, que estaban escritos totalmente en neolengua. Desenrolló el mensaje que antes había dejado a un lado como más difícil. Decía: times 3.12.83 reporting bb dayorder doubleplusungood refs unpersons rewrite fullwise upsub antefiling times 3.12.83 referente ordendia gh doblemásnobueno refs nopersonas reescribir completo someter antesarchivar. In Oldspeak (or standard English) this might be rendered: En antiguo idioma (en inglés) quedaba así: The reporting of Big Brother's Order for the Day in 'The Times' of December 3rd 1983 is extremely unsatisfactory and makes references to non-existent persons. Rewrite it in full and submit your draft to higher authority before filing. La información sobre la orden del día del Gran Hermano en el Times del 3 de diciembre de 1983 es absolutamente insatisfactoria y se refiere a las personas inexistentes. Volverlo a escribir por completo y someter el borrador a la autoridad superior antes de archivar. Winston read through the offending article. Big Brother's Order for the Day, it seemed, had been chiefly devoted to praising the work of an organization known as FFCC, which supplied cigarettes and other comforts to the sailors in the Floating Fortresses. A certain Comrade Withers, a prominent member of the Inner Party, had been singled out for special mention and awarded a Winston leyó el artículo ofensivo. La orden del día del Gran Hermano se dedicaba a alabar el trabajo de una organización conocida por FFCC, que proporcionaba cigarrillos y otras cosas a los marineros de las fortalezas flotantes. Cierto camarada Withers, destacado miembro del Partido Interior, había sido agraciado con una mención especial y le habían concedido una condecoración, George Orwell 1984 67 decoration, the Order of Conspicuous Merit, la Orden del Mérito Conspicuo, de segunda clase. Second Class. Three months later FFCC had suddenly been dissolved with no reasons given. One could assume that Withers and his associates were now in disgrace, but there had been no report of the matter in the Press or on the telescreen. That was to be expected, since it was unusual for political offenders to be put on trial or even publicly denounced. The great purges involving thousands of people, with public trials of traitors and thoughtcriminals who made abject confession of their crimes and were afterwards executed, were special show-pieces not occurring oftener than once in a couple of years. More commonly, people who had incurred the displeasure of the Party simply disappeared and were never heard of again. One never had the smallest clue as to what had happened to them. In some cases they might not even be dead. Perhaps thirty people personally known to Winston, not counting his parents, had disappeared at one time or another. Tres meses después, la FFCC había sido disuelta sin que se supieran los motivos. Podía pensarse que Withers y sus asociados habían caído en desgracia, pero no había información alguna sobre el asunto en la Prensa ni en la telepantalla. Era lo corriente, ya que muy raras veces se procesaba ni se denunciaba públicamente a los delincuentes políticos. Las grandes «purgas» que afectaban a millares de personas, con procesos públicos de traidores y criminales del pensamiento que confesaban abyectamente sus crímenes para ser luego ejecutados, constituían espectáculos especiales que se daban sólo una vez cada dos años. Lo habitual era que las personas caídas en desgracia desapareciesen sencillamente y no se volviera a oír hablar de ellas. Nunca se tenía la menor noticia de lo que pudiera haberles ocurrido. En algunos casos, ni siquiera habían muerto. Aparte de sus padres, unas treinta personas conocidas por Winston habían desaparecido en una u otra ocasión. Winston stroked his nose gently with a paper-clip. In the cubicle across the way Comrade Tillotson was still crouching secretively over his speakwrite. He raised his head for a moment: again the hostile spectacle-flash. Winston wondered whether Comrade Tillotson was engaged on the same job as himself. It was perfectly possible. So tricky a piece of work would never be entrusted to a single person: on the other hand, to turn it over to a committee would be to admit openly that an act of fabrication was taking place. Very likely as many as a dozen people were now working away on rival versions of what Big Brother had actually said. And presently some master brain in the Inner Party would select this version or that, would re-edit it and set in motion the complex processes of crossreferencing that would be required, and then the chosen lie would pass into the permanent records and become truth. Mientras pensaba en todo esto, Winston se daba golpecitos en la nariz con un sujetador de papeles. En la cabina de enfrente, el camarada Tillotson seguía misteriosamente inclinado sobre su hablescribe. Levantó la cabeza un momento. Otra vez, los destellos hostiles de las gafas. Winston se preguntó si el camarada Tillotson estaría encargado del mismo trabajo que él. Era perfectamente posible. Una tarea tan difícil y complicada no podía estar a cargo de una sola persona. Por otra parte, encargarla a un grupo sería admitir abiertamente que se estaba realizando una falsificación. Muy probablemente, una docena de personas trabajaban al mismo tiempo en distintas versiones rivales para inventar lo que el Gran Hermano había dicho «efectivamente». Y, después, algún cerebro privilegiado del Partido Interior elegiría esta o aquella versión, la redactaría definitivamente a su manera y pondría en movimiento el complejo proceso de confrontaciones necesarias. Luego, la mentira elegida pasaría a los registros permanentes y se convertiría en la verdad. George Orwell 1984 68 Winston did not know why Withers had been disgraced. Perhaps it was for corruption or incompetence. Perhaps Big Brother was merely getting rid of a too-popular subordinate. Perhaps Withers or someone close to him had been suspected of heretical tendencies. Or perhaps— what was likeliest of all—the thing had simply happened because purges and vaporizations were a necessary part of the mechanics of government. The only real clue lay in the words 'refs unpersons', which indicated that Withers was already dead. You could not invariably assume this to be the case when people were arrested. Sometimes they were released and allowed to remain at liberty for as much as a year or two years before being executed. Very occasionally some person whom you had believed dead long since would make a ghostly reappearance at some public trial where he would implicate hundreds of others by his testimony before vanishing, this time for ever. Withers, however, was already an UNPERSON. He did not exist: he had never existed. Winston decided that it would not be enough simply to reverse the tendency of Big Brother's speech. It was better to make it deal with something totally unconnected with its original subject. Winston no sabía por qué había caído Withers en desgracia. Quizás fuera por corrupción o incompetencia. O quizás el Gran Hermano se hubiera librado de un subordinado demasiado popular. También pudiera ser que Withers o alguno relacionado con él hubiera sido acusado de tendencias heréticas. O quizás — y esto era lo más probable hubiese ocurrido aquello sencillamente porque las «purgas» y las vaporizaciones eran parte necesaria de la mecánica gubernamental. El único indicio real era el contenido en las palabras «refs nopersonas», con lo que se indicaba que Withers estaba ya muerto. Pero no siempre se podía presumir que un individuo hubiera muerto por el hecho de haber desaparecido. A veces los soltaban y los dejaban en libertad durante uno o dos años antes de ser ejecutados. De vez en cuando, algún individuo a quien se creía muerto desde hacía mucho tiempo, reaparecía como un fantasma en algún proceso sensacional donde comprometía a centenares de otras personas con sus testimonios antes de desaparecer, esta vez para siempre. Sin embargo, en el caso de Withers, estaba claro que lo habían matado. Era ya una nopersona. No existía: nunca había existido. Winston decidió que no bastaría con cambiar el sentido del discurso del Gran Hermano. Era mejor hacer que se refiriese a un asunto sin relación alguna con el auténtico. He might turn the speech into the usual denunciation of traitors and thought-criminals, but that was a little too obvious, while to invent a victory at the front, or some triumph of overproduction in the Ninth Three-Year Plan, might complicate the records too much. What was needed was a piece of pure fantasy. Suddenly there sprang into his mind, ready made as it were, the image of a certain Comrade Ogilvy, who had recently died in battle, in heroic circumstances. There were occasions when Big Brother devoted his Order for the Day to commemorating some humble, rankand-file Party member whose life and death he held up as an example worthy to be followed. Today he should commemorate Comrade Ogilvy. It was true that there was no such person as Comrade Ogilvy, but a few lines of print and a couple of faked Podía trasladar el discurso al tema habitual de los traidores y los criminales del pensamiento, pero esto resultaba demasiado claro; y por otra parte, inventar una victoria en el frente o algún triunfo de superproducción en el noveno plan trienal, podía complicar demasiado los registros. Lo que se necesitaba era una fantasía pura. De pronto se le ocurrió inventar que un cierto camarada Ogilvy había muerto recientemente en la guerra en circunstancias heroicas. En ciertas ocasiones, el Gran Hermano dedicaba su orden del día a conmemorar a algunos miembros ordinarios del Partido cuya vida y muerte ponía como ejemplo digno de ser imitado por todos. Hoy conmemoraría al camarada Ogilvy. Desde luego, no existía el tal Ogilvy, pero unas cuantas líneas de texto y un par de fotografías falsificadas bastarían para darle George Orwell 1984 69 photographs would soon bring him into existence. vida. Winston thought for a moment, then pulled the speakwrite towards him and began dictating in Big Brother's familiar style: a style at once military and pedantic, and, because of a trick of asking questions and then promptly answering them ('What lessons do we learn from this fact, comrades? The lesson —which is also one of the fundamental principles of Ingsoc— that,' etc., etc.), easy to imitate. Winston reflexionó un momento, se acercó luego al hablescribe y empezó a dictar en el estilo habitual del Gran Hermano: un estilo militar y pedante a la vez y fácil de imitar por el truco de hacer preguntas y contestárselas él mismo en seguida. (Por ejemplo: «¿Qué nos enseña este hecho, camaradas? Nos enseña la lección — que es también uno de los principios fundamentales de Ingsoc — que», etc., etc.) At the age of three Comrade Ogilvy had refused all toys except a drum, a sub-machine gun, and a model helicopter. At six—a year early, by a special relaxation of the rules—he had joined the Spies, at nine he had been a troop leader. At eleven he had denounced his uncle to the Thought Police after overhearing a conversation which appeared to him to have criminal tendencies. At seventeen he had been a district organizer of the Junior Anti-Sex League. At nineteen he had designed a handgrenade which had been adopted by the Ministry of Peace and which, at its first trial, had killed thirtyone Eurasian prisoners in one burst. At twentythree he had perished in action. Pursued by enemy jet planes while flying over the Indian Ocean with important despatches, he had weighted his body with his machine gun and leapt out of the helicopter into deep water, despatches and all—an end, said Big Brother, which it was impossible to contemplate without feelings of envy. Big Brother added a few remarks on the purity and singlemindedness of Comrade Ogilvy's life. He was a total abstainer and a nonsmoker, had no recreations except a daily hour in the gymnasium, and had taken a vow of celibacy, believing marriage and the care of a family to be incompatible with a twentyfour-hour-a-day devotion to duty. He had no subjects of conversation except the principles of Ingsoc, and no aim in life except the defeat of the Eurasian enemy and the hunting-down of spies, saboteurs, thought-criminals, and traitors generally. A la edad de tres años, el camarada Ogilvy había rechazado todos los juguetes excepto un tambor, una ametralladora y un autogiro. A los seis años — uno antes de lo reglamentario por concesión especial — se había alistado en los Espías; a los nueve años, era ya jefe de tropa. A los once había denunciado a su tío a la Policía del Pensamiento después de oírle una conversación donde el adulto se había mostrado con tendencias criminales. A los diecisiete fue organizador en su distrito de la Liga juvenil Anti—Sex. A los diecinueve había inventado una granada de mano que fue adoptada por el Ministerio de la Paz y que, en su primera prueba, mató a treinta y un prisioneros eurasiáticos. A los veintitrés murió en acción de guerra. Perseguido por cazas enemigos de propulsión a chorro mientras volaba sobre el Océano índico portador de mensajes secretos, se había arrojado al mar con las ametralladoras y los documentos... Un final, decía el Gran Hermano, que necesariamente despertaba la envidia. El Gran Hermano añadía unas consideraciones sobre la pureza y rectitud de la vida del camarada Ogilvy. Era abstemio y no fumador, no se permitía más diversiones que una hora diaria en el gimnasio y había hecho voto de soltería por creer que el matrimonio y el cuidado de una familia imposibilitaban dedicar las veinticuatro horas del día al cumplimiento del deber. No tenía más tema de conversación que los principios de Ingsoc, ni más finalidad en la vida que la derrota del enemigo eurasiático y la caza de espías, saboteadores, criminales mentales y traidores en general. Winston debated with himself whether to award Winston discutió consigo mismo si debía o no Comrade Ogilvy the Order of Conspicuous Merit: concederle al camarada Ogilvy la Orden del Mérito George Orwell 1984 70 in the end he decided against it because of the Conspicuo; al final decidió no concedérsela porque unnecessary cross-referencing that it would entail. ello acarrearía un excesivo trabajo de confrontaciones para que el hecho coincidiera con otras referencias. Once again he glanced at his rival in the opposite cubicle. Something seemed to tell him with certainty that Tillotson was busy on the same job as himself. There was no way of knowing whose job would finally be adopted, but he felt a profound conviction that it would be his own. Comrade Ogilvy, unimagined an hour ago, was now a fact. It struck him as curious that you could create dead men but not living ones. Comrade Ogilvy, who had never existed in the present, now existed in the past, and when once the act of forgery was forgotten, he would exist just as authentically, and upon the same evidence, as Charlemagne or Julius Caesar. De nuevo miró a su rival de la cabina de enfrente. Algo parecía decirle que Tillotson se ocupaba en lo mismo que él. No había manera de saber cuál de las versiones sería adoptada finalmente, pero Winston tenía la firme convicción de que se elegiría la suya. El camarada Ogilvy, que hace una hora no existía, era ya un hecho. A Winston le resultaba curioso que se pudieran crear hombres muertos y no hombres vivos. El camarada Ogilvy, que nunca había existido en el presente, era ya una realidad en el pasado, y cuando quedara olvidado en el acto de la falsificación, seguiría existiendo con la misma autenticidad, con pruebas de la misma fuerza que Carlomagno o Julio César. George Orwell 1984 71 Chapter 5 CAPÍTULO V In the low-ceilinged canteen, deep underground, the lunch queue jerked slowly forward. The room was already very full and deafeningly noisy. From the grille at the counter the steam of stew came pouring forth, with a sour metallic smell which did not quite overcome the fumes of Victory Gin. On the far side of the room there was a small bar, a mere hole in the wall, where gin could be bought at ten cents the large nip. En la cantina, un local de techo bajo en los sótanos, la cola para el almuerzo avanzaba lentamente. La estancia estaba atestada de gente y llena de un ruido ensordecedor. De la parrilla tras el mostrador emanaba el olorcillo del asado. Al extremo de la cantina había un pequeño bar, una especie de agujero en el muro, donde podía comprarse la ginebra a diez centavos el vasito. 'Just the man I was looking for,' said a voice at Winston's back. — Precisamente el que andaba yo buscando —dijo una voz a espaldas de Winston. He turned round. It was his friend Syme, who worked in the Research Department. Perhaps 'friend' was not exactly the right word. You did not have friends nowadays, you had comrades: but there were some comrades whose society was pleasanter than that of others. Syme was a philologist, a specialist in Newspeak. Indeed, he was one of the enormous team of experts now engaged in compiling the Eleventh Edition of the Newspeak Dictionary. He was a tiny creature, smaller than Winston, with dark hair and large, protuberant eyes, at once mournful and derisive, which seemed to search your face closely while he was speaking to you. Éste se volvió. Era su amigo Syme, que trabajaba en el Departamento de Investigaciones, Quizás no fuera «amigo» la palabra adecuada. Ya no había amigos, sino camaradas. Pero persistía una diferencia: unos camaradas eran más agradables que otros. Syme era filósofo, especializado en neolengua. Desde luego, pertenecía al inmenso grupo de expertos dedicados a redactar la onceava edición del Diccionario de Neolengua. Era más pequeño que Winston, con cabello negro y sus ojos saltones, a la vez tristes y burlones, que parecían buscar continuamente algo dentro de su interlocutor. 'I wanted to ask you whether you'd got any razor blades,' he said. — Quería preguntarte si tienes hojas de afeitar — dijo. 'Not one!' said Winston with a sort of guilty haste. 'I've tried all over the place. They don't exist any longer.' — ¡Ni una! —dijo Winston con una precipitación culpable. He tratado de encontrarlas por todas partes, pero ya no hay. Everyone kept asking you for razor blades. Actually he had two unused ones which he was hoarding up. There had been a famine of them for months past. At any given moment there was some necessary article which the Party shops were unable to supply. Sometimes it was buttons, Todos buscaban hojas de afeitar. La verdad era que Winston guardaba en su casa dos sin estrenar. Durante los meses pasados hubo una gran escasez de hojas. Siempre faltaba algún artículo necesario que en las tiendas del Partido no podían proporcionar; unas veces, botones; otras, hilo de coser; a veces, George Orwell 1984 72 sometimes it was darning wool, sometimes it was shoelaces; at present it was razor blades. You could only get hold of them, if at all, by scrounging more or less furtively on the 'free' market. cordones para los zapatos, y ahora faltaban cuchillas de afeitar. Era imposible adquirirlas a no ser que se buscaran furtivamente en el mercado «libre». 'I've been using the same blade for six weeks,' he added untruthfully. — Llevo seis semanas usando la misma cuchilla — mintió Winston. The queue gave another jerk forward. As they halted he turned and faced Syme again. Each of them took a greasy metal tray from a pile at the end of the counter. La cola avanzó otro poco. Winston se volvió otra vez para observar a Syme. Cada uno de ellos cogió una bandeja grasienta de metal de una pila que había al borde del mostrador. 'Did you go and see the prisoners hanged yesterday?' said Syme. — ¿Fuiste a ver ahorcar a los prisioneros ayer? — le preguntó Syme. 'I was working,' said Winston indifferently. 'I shall see it on the flicks, I suppose.' — Estaba trabajando — respondió Winston en tono indiferente. Lo veré en el cine, seguramente. 'A very inadequate substitute,' said Syme. — Un sustitutivo muy inadecuado — comentó Syme. His mocking eyes roved over Winston's face. 'I know you,' the eyes seemed to say, 'I see through you. I know very well why you didn't go to see those prisoners hanged.' In an intellectual way, Syme was venomously orthodox. He would talk with a disagreeable gloating satisfaction of helicopter raids on enemy villages, and trials and confessions of thought-criminals, the executions in the cellars of the Ministry of Love. Talking to him was largely a matter of getting him away from such subjects and entangling him, if possible, in the technicalities of Newspeak, on which he was authoritative and interesting. Winston turned his head a little aside to avoid the scrutiny of the large dark eyes. Sus ojos burlones recorrieron el rostro de Winston. «Te conozco», parecían decir los ojos. «Veo a través de ti. Sé muy bien por qué no fuiste a ver ahorcar los prisioneros.» Intelectualmente, Syme era de una ortodoxia venenosa. Por ejemplo, hablaba con una satisfacción repugnante de los bombardeos de los helicópteros contra los pueblos enemigos, de los procesos y confesiones de los criminales del pensamiento y de las ejecuciones en los sótanos del Ministerio del Amor. Hablar con él suponía siempre un esfuerzo por apartarle de esos temas e interesarle en problemas técnicos de neolingüística en los que era una autoridad y sobre los que podía decir cosas interesantes. Winston volvió un poco la cabeza para evitar el escrutinio de los grandes ojos negros. 'It was a good hanging,' said Syme reminiscently. 'I think it spoils it when they tie their feet together. I like to see them kicking. And above all, at the end, the tongue sticking right out, and blue —a quite bright blue. That's the detail that appeals to me.' — Fue una buena ejecución —dijo Syme añorante Pero me parece que estropean el efecto atándoles los pies. Me gusta verlos patalear. De todos modos, es estupendo ver cómo sacan la lengua, que se les pone azul... ¡de un azul tan brillante! Ese detalle es el que más me gusta. George Orwell 1984 73 'Nex', please!' yelled the white-aproned prole with the ladle. — ¡El siguiente, por favor! —dijo la prole(taria) del delantal blanco que servía tras el mostrador. Winston and Syme pushed their trays beneath the grille. On to each was dumped swiftly the regulation lunch—a metal pannikin of pinkishgrey stew, a hunk of bread, a cube of cheese, a mug of milkless Victory Coffee, and one saccharine tablet. Winston y Syme presentaron sus bandejas. A cada uno de ellos les pusieron su ración: guiso con un poquito de carne, algo de pan, un cubito de queso, un poco de café de la Victoria y una pastilla de sacarina. 'There's a table over there, under that telescreen,' said Syme. 'Let's pick up a gin on the way.' — Allí hay una mesa libre, debajo de la telepantalla —dijo Syme. De camino podemos coger un poco de ginebra. The gin was served out to them in handleless china mugs. They threaded their way across the crowded room and unpacked their trays on to the metal-topped table, on one corner of which someone had left a pool of stew, a filthy liquid mess that had the appearance of vomit. Winston took up his mug of gin, paused for an instant to collect his nerve, and gulped the oily-tasting stuff down. When he had winked the tears out of his eyes he suddenly discovered that he was hungry. He began swallowing spoonfuls of the stew, which, in among its general sloppiness, had cubes of spongy pinkish stuff which was probably a preparation of meat. Neither of them spoke again till they had emptied their pannikins. From the table at Winston's left, a little behind his back, someone was talking rapidly and continuously, a harsh gabble almost like the quacking of a duck, which pierced the general uproar of the room. Les sirvieron la ginebra en unas terrinas. Se abrieron paso entre la multitud y colocaron el contenido de sus bandejas sobre la mesa de tapa de metal, en una esquina de la cual había dejado alguien un chorretón de grasa del guiso, un líquido asqueroso. Winston cogió la terrina de ginebra, se detuvo un instante para decidirse, y se tragó de un golpe aquella bebida que sabía a aceite. Le acudieron lágrimas a los ojos como reacción y de pronto descubrió que tenía hambre. Empezó a tragar cucharadas del guiso, que contenía unos trocitos de un material substitutivo de la carne. Ninguno de ellos volvió a hablar hasta que vaciaron los recipientes. En la mesa situada a la izquierda de Winston, un poco detrás de él, alguien hablaba rápidamente y sin cesar, una cháchara que recordaba el cua-cua del pato. Esa voz perforaba el jaleo general de la cantina. 'How is the Dictionary getting on?' said Winston, raising his voice to overcome the noise. — ¿Cómo va el diccionario? —dijo Winston elevando la voz para dominar el ruido. 'Slowly,' said Syme. 'I'm on the adjectives. It's fascinating.' — Despacio — respondió Syme. Por los adjetivos. Es un trabajo fascinador. He had brightened up immediately at the mention of Newspeak. He pushed his pannikin aside, took En cuanto oyó que le hablaban de lo suyo, se animó inmediatamente. Apartó el plato de aluminio, tomó el George Orwell 1984 74 up his hunk of bread in one delicate hand and his cheese in the other, and leaned across the table so as to be able to speak without shouting. mendrugo de pan con gesto delicado y el queso con la otra mano. Se inclinó sobre la mesa para hablar sin tener que gritar. 'The Eleventh Edition is the definitive edition,' he said. 'We're getting the language into its final shape —the shape it's going to have when nobody speaks anything else. When we've finished with it, people like you will have to learn it all over again. You think, I dare say, that our chief job is inventing new words. But not a bit of it! We're destroying words-scores of them, hundreds of them, every day. We're cutting the language down to the bone. The Eleventh Edition won't contain a single word that will become obsolete before the year 2050.' — La onceava edición es la definitiva dijo —. Le estamos dando al idioma su forma final, la forma que tendrá cuando nadie hable más que neolengua. Cuando terminemos nuestra labor, tendréis que empezar a aprenderlo de nuevo. Creerás, seguramente, que nuestro principal trabajo consiste en inventar nuevas palabras. Nada de eso. Lo que hacemos es destruir palabras, centenares de palabras cada día. Estamos podando el idioma para dejarlo en los huesos. De las palabras que contenga la onceava edición, ninguna quedará anticuada antes del año 2050 —. He bit hungrily into his bread and swallowed a couple of mouthfuls, then continued speaking, with a sort of pedant's passion. His thin dark face had become animated, his eyes had lost their mocking expression and grown almost dreamy. Dio un hambriento bocado a su pedazo de pan y se lo tragó sin dejar de hablar con una especie de apasionamiento pedante. Se le había animado su rostro moreno, y sus ojos, sin perder el aire soñador, no tenían ya su expresión burlona. 'It's a beautiful thing, the destruction of words. Of course the great wastage is in the verbs and adjectives, but there are hundreds of nouns that can be got rid of as well. It isn't only the synonyms; there are also the antonyms. After all, what justification is there for a word which is simply the opposite of some other word? A word contains its opposite in itself. Take "good", for instance. If you have a word like "good", what need is there for a word like "bad"? "Ungood" will do just as well-better, because it's an exact opposite, which the other is not. Or again, if you want a stronger version of "good", what sense is there in having a whole string of vague useless words like "excellent" and "splendid" and all the rest of them? "Plusgood" covers the meaning, or "doubleplusgood" if you want something stronger still. Of course we use those forms already. But in the final version of Newspeak there'll be nothing else. In the end the whole notion of goodness and badness will be covered by only six words—in reality, only one word. Don't you see the beauty of that, Winston? It was B.B.'s idea originally, of course,' he added as an afterthought. — La destrucción de las palabras es algo de gran hermosura. Por supuesto, las principales víctimas son los verbos y los adjetivos, pero también hay centenares de nombres de los que puede uno prescindir. No se trata sólo de los sinónimos. También los antónimos. En realidad ¿qué justificación tiene el empleo de una palabra sólo porque sea lo contrario de otra? Toda palabra contiene en sí misma su contraria. Por ejemplo, tenemos «bueno». Si tienes una palabra como «bueno», ¿qué necesidad hay de la contraria, «malo»? Nobueno sirve exactamente igual, mejor todavía, porque es la palabra exactamente contraria a «bueno» y la otra no. Por otra parte, si quieres un reforzamiento de la palabra «bueno», ¿qué sentido tienen esas confusas e inútiles palabras «excelente, espléndido» y otras por el estilo? Plusbueno basta para decir lo que es mejor que lo simplemente bueno y dobleplusbueno sirve perfectamente para acentuar el grado de bondad. Es el superlativo perfecto. Ya sé que usamos esas formas, pero en la versión final de la neolengua se suprimirán las demás palabras que todavía se usan como equivalentes. Al final todo lo relativo a la bondad podrá expresarse con seis palabras; en realidad una sola. ¿No te das cuenta de George Orwell 1984 75 la belleza que hay en esto, Winston? Naturalmente, la idea fue del Gran Hermano — añadió después de reflexionar un poco. A sort of vapid eagerness flitted across Winston's face at the mention of Big Brother. Nevertheless Syme immediately detected a certain lack of enthusiasm. Al oír nombrar al Gran Hermano, el rostro de Winston se animó automáticamente. Sin embargo, Syme descubrió inmediatamente una cierta falta de entusiasmo. 'You haven't a real appreciation of Newspeak, Winston,' he said almost sadly. 'Even when you write it you're still thinking in Oldspeak. I've read some of those pieces that you write in "The Times" occasionally. They're good enough, but they're translations. In your heart you'd prefer to stick to Oldspeak, with all its vagueness and its useless shades of meaning. You don't grasp the beauty of the destruction of words. Do you know that Newspeak is the only language in the world whose vocabulary gets smaller every year?' — Tú no aprecias la neolengua en lo que vale —dijo Syme con tristeza —. Incluso cuando escribes sigues pensando en la antigua lengua. He leído algunas de las cosas que has escrito para el Times. Son bastante buenas, pero no pasan de traducciones. En el fondo de tu corazón prefieres el viejo idioma con toda su vaguedad y sus inútiles matices de significado. No sientes la belleza de la destrucción de las palabras. ¿No sabes que la neolengua es el único idioma del mundo cuyo vocabulario disminuye cada día. Winston did know that, of course. He smiled, sympathetically he hoped, not trusting himself to speak. Syme bit off another fragment of the darkcoloured bread, chewed it briefly, and went on: Winston no lo sabía, naturalmente sonrió — creía hacerlo agradablemente — porque no se fiaba de hablar. Syme comió otro bocado del pan negro, lo masticó un poco y siguió: 'Don't you see that the whole aim of Newspeak is to narrow the range of thought? In the end we shall make thoughtcrime literally impossible, because there will be no words in which to express it. Every concept that can ever be needed, will be expressed by exactly one word, with its meaning rigidly defined and all its subsidiary meanings rubbed out and forgotten. Already, in the Eleventh Edition, we're not far from that point. But the process will still be continuing long after you and I are dead. Every year fewer and fewer words, and the range of consciousness always a little smaller. Even now, of course, there's no reason or excuse for committing thoughtcrime. It's merely a question of selfdiscipline, reality-control. But in the end there won't be any need even for that. The Revolution will be complete when the language is perfect. Newspeak is Ingsoc and Ingsoc is Newspeak,' he added with a sort of mystical satisfaction. 'Has it ever occurred to you, Winston, that by the year — ¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente? Al final, acabamos haciendo imposible todo crimen del pensamiento. En efecto, ¿cómo puede haber crimental si cada concepto se expresa claramente con una sola palabra, una palabra cuyo significado esté decidido rigurosamente y con todos sus significaos secundarios eliminados y olvidados para siempre? Y en la onceava edición nos acercamos a ese ideal, pero su perfeccionamiento continuará mucho después de que tú y yo hayamos muerto. Cada año habrá menos palabras y el radio de acción de la conciencia será cada vez más pequeño. Por supuesto, tampoco ahora hay justificación alguna para cometer crimen por el pensamiento. Sólo es cuestión de autodisciplina, de control de la realidad. Pero llegará un día en que ni esto será preciso. La revolución será completa cuando la lengua sea perfecta. Neolengua es Ingsoc e Ingsoc es neolengua — añadió — con una satisfacción mística —. ¿No se te ha ocurrido pensar, Winston, que lo más tarde George Orwell 1984 76 2050, at the very latest, not a single human being will be alive who could understand such a conversation as we are having now?' hacia el año 2050, ni un solo ser humano podrá entender una conversación como esta que ahora sostenemos? 'Except—' began Winston doubtfully, and he stopped. — Excepto... empezó a decir Winston, dubitativo, pero se interrumpió alarmado. It had been on the tip of his tongue to say 'Except the proles,' but he checked himself, not feeling fully certain that this remark was not in some way unorthodox. Syme, however, had divined what he was about to say. Había estado a punto de decir «excepto los proles»; pero no estaba muy seguro de que esta observación fuera muy ortodoxa. Sin embargo, Syme adivinó lo que iba a decir. 'The proles are not human beings,' he said carelessly. 'By 2050—earlier, probably—all real knowledge of Oldspeak will have disappeared. The whole literature of the past will have been destroyed. Chaucer, Shakespeare, Milton, Byron—they'll exist only in Newspeak versions, not merely changed into something different, but actually changed into something contradictory of what they used to be. Even the literature of the Party will change. Even the slogans will change. How could you have a slogan like "freedom is slavery" when the concept of freedom has been abolished? The whole climate of thought will be different. In fact there will be no thought, as we understand it now. Orthodoxy means not thinking—not needing to think. Orthodoxy is unconsciousness.' — Los proles no son seres humanos dijo —. Hacia el 2050, quizá antes, habrá desaparecido todo conocimiento efectivo del viejo idioma. Toda la literatura del pasado habrá sido destruida. Chaucer, Shakespeare, Milton, Byron... sólo existirán en versiones neolingüístcas, no sólo transformados en algo muy diferente, sino convertidos en lo contrario de lo que eran. Incluso la literatura del partido cambiará; hasta los slogans serán otros. ¿Cómo vas a tener un slogan como el de «la libertad es la esclavitud» cuando el concepto de libertad no exista? Todo el clima del pensamiento será distinto. En realidad, no habrá pensamiento en el sentido en que ahora lo entendemos. La ortodoxia significa no pensar, no necesitar el pensamiento. Nuestra ortodoxia es la inconsciencia. One of these days, thought Winston with sudden deep conviction, Syme will be vaporized. He is too intelligent. He sees too clearly and speaks too plainly. The Party does not like such people. One day he will disappear. It is written in his face. De pronto tuvo Winston la profunda convicción de que uno de aquellos días vaporizarían a Syme. Es demasiado inteligente. Lo ve todo con demasiada claridad y habla con demasiada sencillez. Al Partido no le gustan estas gentes. Cualquier día desaparecerá. Lo lleva escrito en la cara. Winston had finished his bread and cheese. He turned a little sideways in his chair to drink his mug of coffee. At the table on his left the man with the strident voice was still talking remorselessly away. A young woman who was perhaps his secretary, and who was sitting with her back to Winston, was listening to him and seemed to be eagerly agreeing with everything Winston había terminado el pan y el queso. Se volvió un poco para beber la terrina de café. En la mesa de la izquierda, el hombre de la voz estridente seguía hablando sin cesar. Una joven, que quizás fuera su secretaria y que estaba sentada de espaldas a Winston, le escuchaba y asentía continuamente. De vez en cuando, Winston captaba alguna observación como: «Cuánta razón tienes» o «No sabes hasta qué George Orwell 1984 77 that he said. From time to time Winston caught some such remark as 'I think you're so right, I do so agree with you', uttered in a youthful and rather silly feminine voice. But the other voice never stopped for an instant, even when the girl was speaking. Winston knew the man by sight, though he knew no more about him than that he held some important post in the Fiction Department. He was a man of about thirty, with a muscular throat and a large, mobile mouth. His head was thrown back a little, and because of the angle at which he was sitting, his spectacles caught the light and presented to Winston two blank discs instead of eyes. What was slightly horrible, was that from the stream of sound that poured out of his mouth it was almost impossible to distinguish a single word. Just once Winston caught a phrase—'complete and final elimination of Goldsteinism'—jerked out very rapidly and, as it seemed, all in one piece, like a line of type cast solid. For the rest it was just a noise, a quackquack-quacking. And yet, though you could not actually hear what the man was saying, you could not be in any doubt about its general nature. He might be denouncing Goldstein and demanding sterner measures against thought-criminals and saboteurs, he might be fulminating against the atrocities of the Eurasian army, he might be praising Big Brother or the heroes on the Malabar front—it made no difference. Whatever it was, you could be certain that every word of it was pure orthodoxy, pure Ingsoc. As he watched the eyeless face with the jaw moving rapidly up and down, Winston had a curious feeling that this was not a real human being but some kind of dummy. It was not the man's brain that was speaking, it was his larynx. The stuff that was coming out of him consisted of words, but it was not speech in the true sense: it was a noise uttered in unconsciousness, like the quacking of a duck. punto estoy de acuerdo contigo», en una voz juvenil y algo tonta. Pero la otra voz no se detenía ni siquiera cuando la muchacha decía algo. Winston conocía de vista a aquel hombre aunque sólo sabía que ocupaba un puesto importante en el Departamento de Novela. Era un hombre de unos treinta años con un poderoso cuello y una boca grande y gesticulante. Estaba un poco echado hacia atrás en su asiento y los cristales de sus gafas reflejaban la luz y le presentaban a Winston dos discos vacíos en vez de un par de ojos. Lo inquietante era que del torrente de ruido que salía de su boca resultaba casi imposible distinguir una sola palabra. Sólo un cabo de frase comprendió Winston «completa y definitiva eliminación del goldsteinismo» —, pronunciado con tanta rapidez que parecía salir en un solo bloque como la línea, fundida en plomo, de una linotipia. Lo demás era sólo ruido, un cuac-cuac-cuac, y, sin embargo, aunque no se podía oír lo que decía, era seguro que se refería a Goldstein acusándolo y exigiendo medidas más duras contra los criminales del pensamiento y los saboteadores. Sí, era indudable que lanzaba diatribas contra las atrocidades del ejército eurasiático y que alababa al Gran Hermano o a los héroes del frente malabar. Fuera lo que fuese, se podía estar seguro de que todas sus palabras eran ortodoxia pura. Ingsoc cien por cien. Al contemplar el rostro sin ojos con la mandíbula en rápido movimiento, tuvo Winston la curiosa sensación de que no era un ser humano, sino una especie de muñeco. No hablaba el cerebro de aquel hombre, sino su laringe. Lo que salía de ella consistía en palabras, pero no era un discurso en el verdadero sentido, sino un ruido inconsciente como el cuaccuac de un pato. Syme had fallen silent for a moment, and with the handle of his spoon was tracing patterns in the puddle of stew. The voice from the other table quacked rapidly on, easily audible in spite of the surrounding din. 'There is a word in Newspeak,' said Syme, 'I don't know whether you know it: DUCKSPEAK, to quack like a duck. It is one of those interesting words that have two contradictory meanings. Applied to an opponent, Syme se había quedado silencioso unos momentos y con el mango de la cucharilla trazaba dibujos entre los restos del guisado. La voz de la otra mesa seguía con su rápido cuac-cuac, fácilmente perceptible a pesar de la algarabía de la cantina. — Hay una palabra en neolengua —dijo Syme que no sé si la conoces: pathablar, o sea, hablar de modo que recuerde el cuac-cuac de un pato. Es una de esas palabras interesantes que tienen dos sentidos George Orwell 1984 78 it is abuse, applied to someone you agree with, it is praise.' contradictorios. Aplicada a un contrario, es un insulto; aplicada a alguien con quien estés de acuerdo, es un elogio. Unquestionably Syme will be vaporized, Winston thought again. He thought it with a kind of sadness, although well knowing that Syme despised him and slightly disliked him, and was fully capable of denouncing him as a thoughtcriminal if he saw any reason for doing so. There was something subtly wrong with Syme. There was something that he lacked: discretion, aloofness, a sort of saving stupidity. You could not say that he was unorthodox. He believed in the principles of Ingsoc, he venerated Big Brother, he rejoiced over victories, he hated heretics, not merely with sincerity but with a sort of restless zeal, an up-to-dateness of information, which the ordinary Party member did not approach. Yet a faint air of disreputability always clung to him. He said things that would have been better unsaid, he had read too many books, he frequented the Chestnut Tree Cafe, haunt of painters and musicians. There was no law, not even an unwritten law, against frequenting the Chestnut Tree Cafe, yet the place was somehow ill-omened. The old, discredited leaders of the Party had been used to gather there before they were finally purged. Goldstein himself, it was said, had sometimes been seen there, years and decades ago. Syme's fate was not difficult to foresee. And yet it was a fact that if Syme grasped, even for three seconds, the nature of his, Winston's, secret opinions, he would betray him instantly to the Thought Police. So would anybody else, for that matter: but Syme more than most. Zeal was not enough. Orthodoxy was unconsciousness. No cabía duda, volvió a pensar Winston, a Syme lo vaporizarían. Lo pensó con cierta tristeza aunque sabía perfectamente que Syme lo despreciaba y era muy capaz de denunciarle como culpable mental. Había algo de sutilmente malo en Syme. Algo le faltaba: discreción, prudencia, algo así como estupidez salvadora. No podía decirse que no fuera ortodoxo. Creía en los principios del Ingsoc, veneraba al Gran Hermano, se alegraba de las victorias y odiaba a los herejes, no sólo sinceramente, sino con inquieto celo hallándose al día hasta un grado que no solía alcanzar el miembro ordinario del Partido. Sin embargo, se cernía sobre él un vago aire de sospecha. Decía cosas que debía callar, leía demasiados libros, frecuentaba el Café del Nogal, guarida de pintores y músicos. No había ley que prohibiera la frecuentación del Café del Nogal. Sin embargo, era sitio de mal agüero. Los antiguos y desacreditados jefes del Partido se habían reunido allí antes de ser «purgados» definitivamente. Se decía que al mismo Goldstein lo habían visto allí algunas veces hacía años o décadas. Por tanto, el destino de Syme no era difícil de predecir. Pero, por otra parte, era indudable que si aquel hombre olía sólo por tres segundos las opiniones secretas de Winston, lo denunciaría inmediatamente a la Policía del Pensamiento. Por supuesto, cualquier otro lo haría; Syme se daría más prisa. Pero no bastaba con el celo. La ortodoxia era la inconsciencia. Syme looked up. 'Here comes Parsons,' he said. Syme levantó la vista: — Aquí viene Parsons —dijo. Something in the tone of his voice seemed to add, 'that bloody fool'. Parsons, Winston's fellowtenant at Victory Mansions, was in fact threading his way across the room—a tubby, middle-sized man with fair hair and a froglike face. At thirtyfive he was already putting on rolls of fat at neck Algo en el tono de su voz parecía añadir, «ese idiota». Parsons, vecino de Winston en las Casas de la Victoria, se abría paso efectivamente por la atestada cantina. Era un individuo de mediana estatura con cabello rubio y cara de rana. A los treinta y cinco años tenía ya una buena cantidad de George Orwell 1984 79 and waistline, but his movements were brisk and boyish. His whole appearance was that of a little boy grown large, so much so that although he was wearing the regulation overalls, it was almost impossible not to think of him as being dressed in the blue shorts, grey shirt, and red neckerchief of the Spies. In visualizing him one saw always a picture of dimpled knees and sleeves rolled back from pudgy forearms. Parsons did, indeed, invariably revert to shorts when a community hike or any other physical activity gave him an excuse for doing so. He greeted them both with a cheery 'Hullo, hullo!' and sat down at the table, giving off an intense smell of sweat. Beads of moisture stood out all over his pink face. His powers of sweating were extraordinary. At the Community Centre you could always tell when he had been playing table-tennis by the dampness of the bat handle. Syme had produced a strip of paper on which there was a long column of words, and was studying it with an ink-pencil between his fingers. grasa en el cuello y en la cintura, pero sus movimientos eran ágiles y juveniles. Todo su aspecto hacía pensar en un muchacho con excesiva corpulencia, hasta tal punto que, a pesar de vestir el «mono» reglamentario, era casi imposible no figurárselo con los pantalones cortos y azules, la camisa gris y el pañuelo rojo de los Espías. Al verlo, se pensaba siempre en escenas de la organización juvenil. Y, en efecto, Parsons se ponía shorts para cada excursión colectiva o cada vez que cualquier actividad física de la comunidad le daba una disculpa para hacerlo. Saludó a ambos con un alegre ¡Hola, hola!, y sentóse a la mesa esparciendo un intenso olor a sudor. Su rojiza cara estaba perlada de gotitas de sudor. Tenía un enorme poder sudorífico. En el Centro de la Comunidad se podía siempre asegurar si Parsons había jugado al tenis de mesa por la humedad del mango de la raqueta. Syme sacó una tira de papel en la que había una larga columna de palabras y se dedicó a estudiarla con un lápiz tinta entre los dedos. 'Look at him working away in the lunch hour,' said Parsons, nudging Winston. 'Keenness, eh? What's that you've got there, old boy? Something a bit too brainy for me, I expect. Smith, old boy, I'll tell you why I'm chasing you. It's that sub you forgot to give me.' — Mira cómo trabaja hasta en la hora de comer — dijo Parsons, guiñándole un ojo a Winston—. Eso es lo que se llama aplicación. ¿Qué tienes ahí, chico? Seguro que es algo demasiado intelectual para mí. Oye, Smith, te diré por qué te andaba buscando, es para la sub. Olvidaste darme el dinero. 'Which sub is that?' said Winston, automatically feeling for money. About a quarter of one's salary had to be earmarked for voluntary subscriptions, which were so numerous that it was difficult to keep track of them. ¿Qué sub es esa? —dijo Winston buscándose el dinero automáticamente. Por lo menos una cuarta parte del sueldo de cada uno iba a parar a las subscripciones voluntarias. Éstas eran tan abundantes que resultaba muy difícil llevar la cuenta. 'For Hate Week. You know—the house-by-house fund. I'm treasurer for our block. We're making an all-out effort—going to put on a tremendous show. I tell you, it won't be my fault if old Victory Mansions doesn't have the biggest outfit of flags in the whole street. Two dollars you promised me.' — Para la Semana del Odio. Ya sabes que soy el tesorero de nuestra manzana. Estamos haciendo un gran esfuerzo para que nuestro grupo de casas aporte más que nadie. No será culpa mía si las Casas de la Victoria no presentan el mayor despliegue de banderas de toda la calle. Me prometiste dos dólares. Winston found and handed over two creased and filthy notes, which Parsons entered in a small notebook, in the neat handwriting of the illiterate. Winston, después de rebuscar en sus bolsillos, sacó dos billetes grasientos y muy arrugados que Parsons metió en una carterita y anotó cuidadosamente. George Orwell 1984 80 'By the way, old boy,' he said. 'I hear that little beggar of mine let fly at you with his catapult yesterday. I gave him a good dressing-down for it. In fact I told him I'd take the catapult away if he does it again.' — A propósito, chico —dijo—, me he enterado de que mi crío te disparó ayer su tirachinas. Ya le he arreglado las cuentas. Le dije que si lo volvía a hacer le quitaría el tirachinas. 'I think he was a little upset at not going to the execution,' said Winston. — Me parece que estaba un poco fastidiado por no haber ido a la ejecución —dijo Winston. 'Ah, well—what I mean to say, shows the right spirit, doesn't it? Mischievous little beggars they are, both of them, but talk about keenness! All they think about is the Spies, and the war, of course. D'you know what that little girl of mine did last Saturday, when her troop was on a hike out Berkhamsted way? She got two other girls to go with her, slipped off from the hike, and spent the whole afternoon following a strange man. They kept on his tail for two hours, right through the woods, and then, when they got into Amersham, handed him over to the patrols.' — Hombre, no está mal; eso demuestra que el muchacho es de fiar. Son muy traviesos, pero, eso sí, no piensan más que en los espías; y en la guerra, naturalmente. ¿Sabes lo que hizo mi chiquilla el sábado pasado cuando su tropa fue de excursión a Berkhamstead? La acompañaban otras dos niñas. Las tres se separaron de la tropa, dejaron las bicicletas a un lado del camino y se pasaron toda la tarde siguiendo a un desconocido. No perdieron de vista al hombre durante dos horas, a campo traviesa, por los bosques... En fin, que, en cuanto llegaron a Amersham, lo entregaron a las patrullas. 'What did they do that for?' said Winston, somewhat taken aback. Parsons went on triumphantly: — ¿Por qué lo hicieron? —preguntó Winston, sobresaltado a pesar suyo. Parsons prosiguió, triunfante: 'My kid made sure he was some kind of enemy agent—might have been dropped by parachute, for instance. But here's the point, old boy. What do you think put her on to him in the first place? She spotted he was wearing a funny kind of shoes—said she'd never seen anyone wearing shoes like that before. So the chances were he was a foreigner. Pretty smart for a nipper of seven, eh?' — Mi chica se aseguró de que era un agente enemigo... Probablemente, lo dejaron caer con paracaídas. Pero fíjate en el talento de la criatura: ¿en qué supones que le conoció al hombre que era un enemigo? Pues notó que llevaba unos zapatos muy raros. Sí, mi niña dijo que no había visto a nadie con unos zapatos así; de modo que la cosa estaba clara. Era un extranjero. Para una niña de siete años, no está mal, ¿verdad? 'What happened to the man?' said Winston. — ¿Y qué le pasó a ese hombre? —se interesó Winston. 'Ah, that I couldn't say, of course. But I wouldn't be altogether surprised if—' Parsons made the motion of aiming a rifle, and clicked his tongue for the explosion. — Eso no lo sé, naturalmente. Pero no me sorprendería que... — Parsons hizo el ademán de disparar un fusil y chasqueó la lengua imitando el disparo. George Orwell 1984 81 'Good,' said Syme abstractedly, without looking up from his strip of paper. — Muy bien —dijo Syme abstraído, sin levantar la vista de sus apuntes. 'Of course we can't afford to take chances,' agreed Winston dutifully. — Claro, no podemos permitirnos correr el riesgo... —asintió Winston, nada convencido. 'What I mean to say, there is a war on,' said Parsons. — Por supuesto, no hay que olvidar que estamos en guerra. As though in confirmation of this, a trumpet call floated from the telescreen just above their heads. However, it was not the proclamation of a military victory this time, but merely an announcement from the Ministry of Plenty. Como para confirmar esto, un trompetazo salió de la telepantalla vibrando sobre sus cabezas. Pero esta vez no se trataba de la proclamación de una victoria militar, sino sólo de un anuncio del Ministerio de la Abundancia. 'Comrades!' cried an eager youthful voice. 'Attention, comrades! We have glorious news for you. We have won the battle for production! Returns now completed of the output of all classes of consumption goods show that the standard of living has risen by no less than 20 per cent over the past year. All over Oceania this morning there were irrepressible spontaneous demonstrations when workers marched out of factories and offices and paraded through the streets with banners voicing their gratitude to Big Brother for the new, happy life which his wise leadership has bestowed upon us. Here are some of the completed figures. Foodstuffs—' — ¡Camaradas! exclamó una voz juvenil y resonante. ¡Atención, camaradas! ¡Tenemos gloriosas noticias que comunicaros! Hemos ganado la batalla de la producción. Tenemos ya todos los datos completos y el nivel de vida se ha elevado en un veinte por ciento sobre el del año pasado. Esta mañana ha habido en toda Oceanía incontables manifestaciones espontáneas; los trabajadores salieron de las fábricas y de las oficinas y desfilaron, con banderas desplegadas, por las calles de cada ciudad proclamando su gratitud al Gran Hermano por la nueva y feliz vida que su sabia dirección nos permite disfrutar. He aquí las cifras completas. Ramo de la Alimentación... The phrase 'our new, happy life' recurred several times. It had been a favourite of late with the Ministry of Plenty. Parsons, his attention caught by the trumpet call, sat listening with a sort of gaping solemnity, a sort of edified boredom. He could not follow the figures, but he was aware that they were in some way a cause for satisfaction. He had lugged out a huge and filthy pipe which was already half full of charred tobacco. With the tobacco ration at 100 grammes a week it was seldom possible to fill a pipe to the top. Winston was smoking a Victory Cigarette which he held carefully horizontal. The new ration did not start till tomorrow and he had only La expresión «por la nueva y feliz vida» reaparecía varias veces. Éstas eran las palabras favoritas del Ministerio de la Abundancia. Parsons, pendiente todo él de la llamada de la trompeta, escuchaba, muy rígido, con la boca abierta y un aire solemne, una especie de aburrimiento sublimado. No podía seguir las cifras, pero se daba cuenta de que eran un motivo de satisfacción. Fumaba una enorme y mugrienta pipa. Con la ración de tabaco de cien gramos a la semana era raras veces posible llenar una pipa hasta el borde. Winston fumaba un cigarrillo de la Victoria cuidando de mantenerlo horizontal para que no se cayera su escaso tabaco. La nueva ración no la darían hasta mañana y le quedaban sólo cuatro cigarrillos. George Orwell 1984 82 four cigarettes left. For the moment he had shut his ears to the remoter noises and was listening to the stuff that streamed out of the telescreen. It appeared that there had even been demonstrations to thank Big Brother for raising the chocolate ration to twenty grammes a week. And only yesterday, he reflected, it had been announced that the ration was to be REDUCED to twenty grammes a week. Was it possible that they could swallow that, after only twenty-four hours? Yes, they swallowed it. Parsons swallowed it easily, with the stupidity of an animal. The eyeless creature at the other table swallowed it fanatically, passionately, with a furious desire to track down, denounce, and vaporize anyone who should suggest that last week the ration had been thirty grammes. Syme, too—in some more complex way, involving doublethink, Syme swallowed it. Was he, then, ALONE in the possession of a memory? Había dejado de prestar atención a todos los ruidos excepto a la pesadez numérica de la pantalla. Por lo visto, había habido hasta manifestaciones para agradecerle al Gran Hermano — el aumento de la ración de chocolate a veinte gramos cada semana. Ayer mismo, pensó, se había anunciado que la ración se reduciría a veinte gramos semanales. ¿Cómo era posible que pudieran tragarse aquello, si no habían pasado más que veinticuatro horas? Sin embargo, se lo tragaron. Parsons lo digería con toda facilidad, con la estupidez de un animal. El individuo de las gafas con reflejos, en la otra mesa, lo aceptaba fanática y apasionadamente con un furioso deseo de descubrir, denunciar y vaporizar a todo aquel que insinuase que la semana pasada la ración fue de treinta gramos. Syme también se lo había tragado aunque el proceso que seguía para ello era algo más complicado, un proceso de doblepensar. ¿Es que sólo él, Winston, seguía poseyendo memoria? The fabulous statistics continued to pour out of the telescreen. As compared with last year there was more food, more clothes, more houses, more furniture, more cooking-pots, more fuel, more ships, more helicopters, more books, more babies —more of everything except disease, crime, and insanity. Year by year and minute by minute, everybody and everything was whizzing rapidly upwards. As Syme had done earlier Winston had taken up his spoon and was dabbling in the palecoloured gravy that dribbled across the table, drawing a long streak of it out into a pattern. He meditated resentfully on the physical texture of life. Had it always been like this? Had food always tasted like this? He looked round the canteen. A low-ceilinged, crowded room, its walls grimy from the contact of innumerable bodies; battered metal tables and chairs, placed so close together that you sat with elbows touching; bent spoons, dented trays, coarse white mugs; all surfaces greasy, grime in every crack; and a sourish, composite smell of bad gin and bad coffee and metallic stew and dirty clothes. Always in your stomach and in your skin there was a sort of protest, a feeling that you had been cheated of something that you had a right to. It was true that he had no memories of anything greatly different. In any time that he could accurately remember, there had never been quite Las fabulosas estadísticas continuaron brotando de la telepantalla. En comparación con el año anterior, había más alimentos, más vestidos, más casas, más muebles, más ollas, más comestibles, más barcos, más autogiros, más libros, más bebés, más de todo, excepto enfermedades, crímenes y locura. Año tras año y minuto tras minuto, todos y todo subía vertiginosamente. Winston meditaba, resentido, sobre la vida. ¿Siempre había sido así; siempre había sido tan mala la comida? Miró en torno suyo por la cantina; una habitación de techo bajo, con las paredes sucias por el contacto de tantos trajes grasientos; mesas de metal abolladas y sillas igualmente estropeadas y tan juntas que la gente se tocaba con los codos. Todo resquebrajado, lleno de manchas y saturado de un insoportable olor a ginebra mala, a mal café, a sustitutivo de asado, a trajes sucios. Constantemente se rebelaban el estómago y la piel con la sensación de que se les habla hecho trampa privándoles de algo a lo que tenían derecho. Desde luego, Winston no recordaba nada que fuera muy diferente. En todo el tiempo a que alcanzaba su memoria, nunca hubo bastante comida, nunca se podían llevar calcetines ni ropa interior sin agujeros, los muebles habían estado siempre desvencijados, en las habitaciones había faltado calefacción, los metros iban horriblemente atestados, las casas se deshacían a pedazos, el pan era pard plain negro, el té imposible de encontrar, el café sabía a cualquier cosa, George Orwell 1984 83 enough to eat, one had never had socks or underclothes that were not full of holes, furniture had always been battered and rickety, rooms underheated, tube trains crowded, houses falling to pieces, bread dark-coloured, tea a rarity, coffee filthy-tasting, cigarettes insufficient—nothing cheap and plentiful except synthetic gin. And though, of course, it grew worse as one's body aged, was it not a sign that this was NOT the natural order of things, if one's heart sickened at the discomfort and dirt and scarcity, the interminable winters, the stickiness of one's socks, the lifts that never worked, the cold water, the gritty soap, the cigarettes that came to pieces, the food with its strange evil tastes? Why should one feel it to be intolerable unless one had some kind of ancestral memory that things had once been different? escaseaban los cigarrillos y nada había barato y abundante a no ser la ginebra sintética. Y aunque, desde luego, todo empeoraba a medida que uno envejecía, ello era sólo señal de que éste no era el orden natural de las cosas. Si el corazón enfermaba con las incomodidades, la suciedad y la escasez, los inviernos interminables, la dureza de los calcetines, los ascensores que nunca funcionaban, el agua fría, el rasposo jabón, los cigarrillos que se deshacían, los alimentos de sabor repugnante... ¿cómo iba uno a considerar todo esto intolerable si no fuera por una especie de recuerdo ancestral de que las cosas habían sido diferentes alguna vez? He looked round the canteen again. Nearly everyone was ugly, and would still have been ugly even if dressed otherwise than in the uniform blue overalls. On the far side of the room, sitting at a table alone, a small, curiously beetle-like man was drinking a cup of coffee, his little eyes darting suspicious glances from side to side. How easy it was, thought Winston, if you did not look about you, to believe that the physical type set up by the Party as an ideal—tall muscular youths and deep-bosomed maidens, blond-haired, vital, sunburnt, carefree—existed and even predominated. Actually, so far as he could judge, the majority of people in Airstrip One were small, dark, and ill-favoured. It was curious how that beetle-like type proliferated in the Ministries: little dumpy men, growing stout very early in life, with short legs, swift scuttling movements, and fat inscrutable faces with very small eyes. It was the type that seemed to flourish best under the dominion of the Party. Winston volvió a recorrer la cantina con la mirada. Casi todos los que allí estaban eran feos y lo hubieran seguido siendo aunque no hubieran llevado los «monos» azules uniformes. Al extremo de la habitación, solo en una mesa, se hallaba un hombrecillo con aspecto de escarabajo. Bebía una taza de café y sus ojillos lanzaban miradas suspicaces a un lado y a otro. Es muy fácil, pensó Winston, siempre que no mire uno en torno suyo, creer que el tipo físico fijado por el Partido como ideal — los jóvenes altos y musculosos y las muchachas de escaso pecho y de cabello rubio, vitales, tostadas por el sol y despreocupadas — existía e incluso predominaba. Pero en la realidad, la mayoría de los habitantes de la Franja Aérea número 1 eran pequeños, cetrinos y de facciones desagradables. Es curioso cuánto proliferaba el tipo de escarabajo entre los funcionarios de los ministerios: hombrecillos que engordaban desde muy jóvenes, con piernas cortas, movimientos toscos y rostros inescrutables, con ojos muy pequeños. Era el tipo que parecía florecer bajo el dominio del Partido. The announcement from the Ministry of Plenty ended on another trumpet call and gave way to tinny music. Parsons, stirred to vague enthusiasm by thebombardment of figures, took his pipe out of his mouth. La comunicación del Ministerio de la Abundancia terminó con otro trompetazo y fue seguida por música ligera. Parsons, lleno de vago entusiasmo por el reciente bombardeo de cifras, se sacó la pipa de la boca: George Orwell 1984 84 'The Ministry of Plenty's certainly done a good job this year,' he said with a knowing shake of his head. 'By the way, Smith old boy, I suppose you haven't got any razor blades you can let me have?' — El Ministerio de la Abundancia ha hecho una buena labor este año —dijo moviendo la cabeza como persona bien enterada —. A propósito, Smith, ¿no podrás dejarme alguna hoja de afeitar? 'Not one,' said Winston. 'I've been using the same blade for six weeks myself.' — ¡Ni una! —le respondió Winston —. Llevo seis semanas usando la misma hoja. 'Ah, well—just thought I'd ask you, old boy.' — Entonces, nada... Es que se me ocurrió, por si tenías. 'Sorry,' said Winston. — Lo siento —dijo Winston. The quacking voice from the next table, temporarily silenced during the Ministry's announcement, had started up again, as loud as ever. For some reason Winston suddenly found himself thinking of Mrs Parsons, with her wispy hair and the dust in the creases of her face. Within two years those children would be denouncing her to the Thought Police. Mrs Parsons would be vaporized. Syme would be vaporized. Winston would be vaporized. O'Brien would be vaporized. Parsons, on the other hand, would never be vaporized. The eyeless creature with the quacking voice would never be vaporized. The little beetle-like men who scuttle so nimbly through the labyrinthine corridors of Ministries they, too, would never be vaporized. And the girl with dark hair, the girl from the Fiction Department—she would never be vaporized either. It seemed to him that he knew instinctively who would survive and who would perish: though just what it was that made for survival, it was not easy to say. El cuac-cuac de la próxima mesa, que había permanecido en silencio mientras duró el comunicado del Ministerio de la Abundancia, comenzó otra vez mucho más fuerte. Por alguna razón, Winston pensó de pronto en la señora Parsons con su cabello revuelto y el polvo de sus arrugas. Dentro de dos años aquellos niños la denunciarían a la Policía del Pensamiento. La señora Parsons sería vaporizada. Syme sería vaporizado. A Winston lo vaporizarían también. O'Brien sería vaporizado. A Parsons, en cambio, nunca lo vaporizarían. Tampoco el individuo de las gafas y del cuac—cuac sería vaporizado nunca, Ni tampoco la joven del cabello negro, la del Departamento de Novela. Le parecía a Winston conocer por intuición quién perecería, aunque no era fácil determinar lo que permitía sobrevivir a una persona. At this moment he was dragged out of his reverie with a violent jerk. The girl at the next table had turned partly round and was looking at him. It was the girl with dark hair. She was looking at him in a sidelong way, but with curious intensity. The instant she caught his eye she looked away again. En aquel momento le sacó de su ensoñación una violenta sacudida. La muchacha de la mesa vecina se había vuelto y lo estaba mirando. ¡Era la muchacha morena del Departamento de Novela! Miraba a Winston a hurtadillas, pero con una curiosa intensidad. En cuanto sus ojos tropezaron con los de Winston, volvió la cabeza. George Orwell 1984 85 The sweat started out on Winston's backbone. A horrible pang of terror went through him. It was gone almost at once, but it left a sort of nagging uneasiness behind. Why was she watching him? Why did she keep following him about? Unfortunately he could not remember whether she had already been at the table when he arrived, or had come there afterwards. But yesterday, at any rate, during the Two Minutes Hate, she had sat immediately behind him when there was no apparent need to do so. Quite likely her real object had been to listen to him and make sure whether he was shouting loudly enough. Winston empezó a sudar. Le invadió una horrible sensación de terror. Se le pasó casi en seguida, pero le dejó intranquilo. ¿Por qué lo miraba aquella mujer? ¿Por qué se la encontraba tantas veces? Desgraciadamente, no podía recordar si la joven estaba ya en aquella mesa cuando él llegó o si había llegado después. Pero el día anterior, durante los Dos Minutos de Odio, se había sentado inmediatamente detrás de él sin haber necesidad de ello. Seguramente, se proponía escuchar lo que él dijera y ver si gritaba lo bastante fuerte. His earlier thought returned to him: probably she was not actually a member of the Thought Police, but then it was precisely the amateur spy who was the greatest danger of all. He did not know how long she had been looking at him, but perhaps for as much as five minutes, and it was possible that his features had not been perfectly under control. It was terribly dangerous to let your thoughts wander when you were in any public place or within range of a telescreen. The smallest thing could give you away. A nervous tic, an unconscious look of anxiety, a habit of muttering to yourself—anything that carried with it the suggestion of abnormality, of having something to hide. In any case, to wear an improper expression on your face (to look incredulous when a victory was announced, for example) was itself a punishable offence. There was even a word for it in Newspeak: FACECRIME, it was called. Pensó que probablemente la muchacha no era miembro de la Policía del Pensamiento, pero precisamente las espías aficionadas constituían el mayor peligro. No sabía Winston cuánto tiempo llevaba mirándolo la joven, pero quizás fueran cinco minutos. Era muy posible que en este tiempo no hubiera podido controlar sus gestos a la perfección. Constituía un terrible peligro pensar mientras se estaba en un sitio público o al alcance de la telepantalla. El detalle más pequeño podía traicionarle a uno. Un tic nervioso, una inconsciente mirada de inquietud, la costumbre de hablar con uno mismo entre dientes, todo lo que revelase la necesidad de ocultar algo. En todo caso, llevar en el rostro una expresión impropia (por ejemplo, parecer incrédulo cuando se anunciaba una victoria) constituía un acto punible. Incluso había una palabra para esto en neolengua: caracrimen. The girl had turned her back on him again. Perhaps after all she was not really following him about, perhaps it was coincidence that she had sat so close to him two days running. His cigarette had gone out, and he laid it carefully on the edge of the table. He would finish smoking it after work, if he could keep the tobacco in it. Quite likely the person at the next table was a spy of the Thought Police, and quite likely he would be in the cellars of the Ministry of Love within three days, but a cigarette end must not be wasted. Syme had folded up his strip of paper and stowed it away in his pocket. Parsons had begun talking again. La muchacha recuperó su posición anterior. Quizás no estuviese persiguiéndolo; quizás fuera pura coincidencia que se hubiera sentado tan cerca de él dos días seguidos. Se le había apagado el cigarrillo y lo puso cuidadosamente en el borde de la mesa. Lo terminaría de fumar después del trabajo si es que el tabaco no se había acabado de derramar para entonces. Seguramente, el individuo que estaba con la joven sería un agente de la Policía del Pensamiento y era muy probable, pensó Winston, que a él lo llevaran a los calabozos del Ministerio del Amor dentro de tres días, pero no era esta una razón para desperdiciar una colilla. Syme dobló su pedazo de papel y se lo guardó en el bolsillo. Parsons había George Orwell 1984 86 empezado a hablar otra vez. 'Did I ever tell you, old boy,' he said, chuckling round the stem of his pipe, 'about the time when those two nippers of mine set fire to the old market-woman's skirt because they saw her wrapping up sausages in a poster of B.B.? Sneaked up behind her and set fire to it with a box of matches. Burned her quite badly, I believe. Little beggars, eh? But keen as mustard! That's a first-rate training they give them in the Spies nowadays—better than in my day, even. What d'you think's the latest thing they've served them out with? Ear trumpets for listening through keyholes! My little girl brought one home the other night—tried it out on our sitting-room door, and reckoned she could hear twice as much as with her ear to the hole. Of course it's only a toy, mind you. Still, gives 'em the right idea, eh?' — ¿Te he contado, chico, lo que hicieron mis críos en el mercado? ¿No? Pues un día le prendieron fuego a la falda de una vieja vendedora porque la vieron envolver unas salchichas en un cartel con el retrato del Gran Hermano. Se pusieron detrás de ella y, sin que se diera cuenta, le prendieron fuego a la falda por abajo con una caja de cerillas. Le causaron graves quemaduras. Son traviesos, ¿eh? Pero eso sí, ¡más finos...! Esto se lo deben a la buena enseñanza que se da hoy a los niños en los Espías, mucho mejor que en mi tiempo. Están muy bien organizados. ¿Qué creen ustedes que les han dado a los chicos últimamente? Pues, unas trompetillas especiales para escuchar por las cerraduras. Mi niña trajo una a casa la otra noche. La probó en nuestra salita, y dijo que oía con doble fuerza que si aplicaba el oído al agujero. Claro que sólo es un juguete; sin embargo, así se acostumbran los niños desde pequeños. At this moment the telescreen let out a piercing whistle. It was the signal to return to work. All three men sprang to their feet to join in the struggle round the lifts, and the remaining tobacco fell out of Winston's cigarette. En aquel momento, la telepantalla dio un penetrante silbido. Era la señal para volver al trabajo. Los tres hombres se pusieron automáticamente en pie y se unieron a la multitud en la lucha por entrar en los ascensores, lo que hizo que el cigarrillo de Winston se vaciara por completo. George Orwell 1984 87 Chapter 6 CAPÍTULO VI Winston was writing in his diary: Winston escribía en su Diario: It was three years ago. It was on a dark evening, in a narrow side-street near one of the big railway stations. She was standing near a doorway in the wall, under a street lamp that hardly gave any light. She had a young face, painted very thick. It was really the paint that appealed to me, the whiteness of it, like a mask, and the bright red lips. Party women never paint their faces. There was nobody else in the street, and no telescreens. She said two dollars. I— Fue hace tres años Era una tarde oscura, en una estrecha callejuela cerca de una de las estaciones del ferrocarril. Ella, de píe, apoyada en la pared cerca de una puerta, recibía la luz mortecina de un farol. Tenía una cara joven muy pintada. Lo que me atrajo fue la pintura, la blancura de aquella cara que parecía una máscara y los labios rojos y brillantes. Las mujeres del Partido nunca se pintan la cara. No había nadie más en la calle, ni telepantallas. Me dijo que dos dólares. Yo... For the moment it was too difficult to go on. He shut his eyes and pressed his fingers against them, trying to squeeze out the vision that kept recurring. He had an almost overwhelming temptation to shout a string of filthy words at the top of his voice. Or to bang his head against the wall, to kick over the table, and hurl the inkpot through the window—to do any violent or noisy or painful thing that might black out the memory that was tormenting him. Le era difícil seguir. Cerró los ojos y apretó las palmas de las manos contra ellos tratando de borrar la visión interior. Sentía una casi invencible tentación de gritar una sarta de palabras. O de golpearse la cabeza contra la pared, de arrojar el tintero por la ventana, de hacer, en fin, cualquier acto violento, ruidoso, o doloroso, que le borrara el recuerdo que le atormentaba. Your worst enemy, he reflected, was your own nervous system. At any moment the tension inside you was liable to translate itself into some visible symptom. He thought of a man whom he had passed in the street a few weeks back; a quite ordinary-looking man, a Party member, aged thirty-five to forty, tallish and thin, carrying a brief-case. They were a few metres apart when the left side of the man's face was suddenly contorted by a sort of spasm. It happened again just as they were passing one another: it was only a twitch, a quiver, rapid as the clicking of a camera shutter, but obviously habitual. He remembered thinking at the time: That poor devil is done for. And what was frightening was that the action was quite possibly unconscious. The most deadly danger of all was talking in your sleep. There was no way of guarding against that, so far as he could see. Nuestro peor enemigo, reflexionó Winston, es nuestro sistema nervioso. En cualquier momento, la tensión interior puede traducirse en cualquier síntoma visible. Pensó en un hombre con quien se había cruzado en la calle semanas atrás: un hombre de aspecto muy corriente, un miembro del Partido de treinta y cinco a cuarenta años, alto y delgado, que llevaba una cartera de mano. Estaban separados por unos cuantos metros cuando el lado izquierdo de la cara de aquel hombre se contrajo de pronto en una especie de espasmo. Esto volvió a ocurrir en el momento en que se cruzaban; fue sólo un temblor rapidísimo como el disparo de un objetivo de cámara fotográfica, pero sin duda se trataba de un tic habitual. Winston recordaba haber pensado entonces: el pobre hombre está perdido. Y lo aterrador era que el movimiento de los músculos era inconsciente. El peligro mortal por excelencia George Orwell 1984 88 era hablar en sueños. Contra eso no había remedio. He drew his breath and went on writing: Contuvo la respiración y siguió escribiendo: I went with her through the doorway and across a backyard into a basement kitchen. There was a bed against the wall, and a lamp on the table, turned down very low. She— Entré con ella en el portal y cruzamos un patio para bajar luego a una cocina que estaba en los sótanos. Había una cama contra la pared, y una lámpara en la mesilla con muy poca luz. Ella... His teeth were set on edge. He would have liked to spit. Simultaneously with the woman in the basement kitchen he thought of Katharine, his wife. Winston was married—had been married, at any rate: probably he still was married, so far as he knew his wife was not dead. He seemed to breathe again the warm stuffy odour of the basement kitchen, an odour compounded of bugs and dirty clothes and villainous cheap scent, but nevertheless alluring, because no woman of the Party ever used scent, or could be imagined as doing so. Only the proles used scent. In his mind the smell of it was inextricably mixed up with fornication. Le rechinaban los dientes. Le hubiera gustado escupir. A la vez que en la mujer del sótano, pensó Winston en Katharine, su esposa. Winston estaba casado; es decir, había estado casado. Probablemente seguía estándolo, pues no sabía que su mujer hubiera muerto. Le pareció volver a aspirar el insoportable olor de la cocina del sótano, un olor a insectos, ropa sucia y perfume baratísimo; pero, sin embargo, atraía, ya que ninguna mujer del Partido usaba perfume ni podía uno imaginársela perfumándose. Solamente los proles se perfumaban, y ese olor evocaba en la mente, de un modo inevitable, la fornicación. When he had gone with that woman it had been his first lapse in two years or thereabouts. Consorting with prostitutes was forbidden, of course, but it was one of those rules that you could occasionally nerve yourself to break. It was dangerous, but it was not a life-and-death matter. To be caught with a prostitute might mean five years in a forcedlabour camp: not more, if you had committed no other offence. And it was easy enough, provided that you could avoid being caught in the act. The poorer quarters swarmed with women who were ready to sell themselves. Some could even be purchased for a bottle of gin, which the proles were not supposed to drink. Tacitly the Party was even inclined to encourage prostitution, as an outlet for instincts which could not be altogether suppressed. Mere debauchery did not matter very much, so long as it was furtive and joyless and only involved the women of a submerged and despised class. The unforgivable crime was promiscuity between Party members. But—though this was one of the crimes that the accused in the great purges invariably confessed to—it was Cuando estuvo con aquella mujer, fue la primera vez que había caído Winston en dos años aproximadamente. Por supuesto, toda relación con prostitutas estaba prohibida, pero se admitía que alguna vez, mediante un acto de gran valentía, se permitiera uno infringir la ley. Era peligroso pero no un asunto de vida o muerte, porque ser sorprendido con una prostituta sólo significaba cinco años de trabajos forzados. Nunca más de cinco años con tal de que no se hubiera cometido otro delito a la vez. Lo cual resultaba estupendo ya que había la posibilidad de que no le descubrieran a uno. Los barrios pobres abundaban en mujeres dispuestas a venderse. El precio de algunas era una botella de ginebra, bebida que se suministraba a los proles. Tácitamente, el Partido se inclinaba a estimular la prostitución como salida de los instintos que no podían suprimirse. Esas juergas no importaban políticamente ya que eran furtivas y tristes y sólo implicaban a mujeres de una clase sumergida y despreciada. El crimen imperdonable era la promiscuidad entre miembros del Partido. Pero George Orwell 1984 89 difficult to imagine any such thing actually happening. — aunque éste era uno de los crímenes que los acusados confesaban siempre en las purgas — era casi imposible imaginar que tal desafuero pudiera suceder. The aim of the Party was not merely to prevent men and women from forming loyalties which it might not be able to control. Its real, undeclared purpose was to remove all pleasure from the sexual act. Not love so much as eroticism was the enemy, inside marriage as well as outside it. All marriages between Party members had to be approved by a committee appointed for the purpose, and—though the principle was never clearly stated—permission was always refused if the couple concerned gave the impression of being physically attracted to one another. The only recognized purpose of marriage was to beget children for the service of the Party. Sexual intercourse was to be looked on as a slightly disgusting minor operation, like having an enema. This again was never put into plain words, but in an indirect way it was rubbed into every Party member from childhood onwards. There were even organizations such as the Junior AntiSex League, which advocated complete celibacy for both sexes. All children were to be begotten by artificial insemination (ARTSEM, it was called in Newspeak) and brought up in public institutions. This, Winston was aware, was not meant altogether seriously, but somehow it fitted in with the general ideology of the Party. The Party was trying to kill the sex instinct, or, if it could not be killed, then to distort it and dirty it. He did not know why this was so, but it seemed natural that it should be so. And as far as the women were concerned, the Party's efforts were largely successful. La finalidad del Partido en este asunto no era sólo evitar que hombres y mujeres establecieran vínculos imposibles de controlar. Su objetivo verdadero y no declarado era quitarle todo, placer al acto sexual. El enemigo no era tanto el amor como el erotismo, dentro del matrimonio y fuera de él. Todos los casamientos entre miembros del Partido tenían que ser aprobados por un Comité nombrado con este fin Y — aunque al principio nunca fue establecido de un modo explícito — siempre se negaba el permiso si la pareja daba la impresión de hallarse físicamente enamorada. La única finalidad admitida en el matrimonio era engendrar hijos en beneficio del Partido. La relación sexual se consideraba como una pequeña operación algo molesta, algo así como soportar un enema. Tampoco esto se decía claramente, pero de un modo indirecto se grababa desde la infancia en los miembros del Partido. Había incluso organizaciones como la Liga juvenil AntiSex, que defendía la soltería absoluta para ambos sexos. Los nietos debían ser engendrados por inseminación artificial (semart, como se le llamaba en neolengua) y educados en instituciones públicas. Winston sabía que esta exageración no se defendía en serio, pero que estaba de acuerdo con la ideología general del Partido. Éste trataba de matar el instinto sexual o, si no podía suprimirlo del todo, por lo menos deformarlo y mancharlo. No sabía Winston por qué se seguía esta táctica, pero parecía natural que fuera así. Y en cuanto a las mujeres, los esfuerzos del Partido lograban pleno éxito. He thought again of Katharine. It must be nine, ten-nearly eleven years since they had parted. It was curious how seldom he thought of her. For days at a time he was capable of forgetting that he had ever been married. They had only been together for about fifteen months. The Party did not permit divorce, but it rather encouraged separation in cases where there were no children. Volvió a pensar en Katharine. Debía de hacer nueve o diez años, casi once, que se habían separado. Era curioso que se acordara tan poco de ella. Olvidaba durante días enteros que habían estado casados. Sólo permanecieron juntos unos quince meses. El Partido no permitía el divorcio, pero fomentaba las separaciones cuando no había hijos. Katharine was a tall, fair-haired girl, very straight, Katharine era una rubia alta, muy derecha y de George Orwell 1984 90 with splendid movements. She had a bold, aquiline face, a face that one might have called noble until one discovered that there was as nearly as possible nothing behind it. Very early in her married life he had decided—though perhaps it was only that he knew her more intimately than he knew most people—that she had without exception the most stupid, vulgar, empty mind that he had ever encountered. She had not a thought in her head that was not a slogan, and there was no imbecility, absolutely none that she was not capable of swallowing if the Party handed it out to her. 'The human sound-track' he nicknamed her in his own mind. Yet he could have endured living with her if it had not been for just one thing-sex. movimientos majestuosos. Tenía una cara audaz, aquilina, que podría haber pasado por noble antes de descubrir que no había nada tras aquellas facciones. Al principio de su vida de casados — aunque quizá fuera sólo que Winston la conocía más íntimamente que a las demás personas — llegó a la conclusión de que su mujer era la persona más estúpida, vulgar y vacía que había conocido hasta entonces. No latía en su cabeza ni un solo pensamiento que no fuera un slogan. Se tragaba cualquier imbecilidad que el Partido le ofreciera. Winston la llamaba en su interior «la banda sonora humana». Sin embargo, podía haberla soportado de no haber sido por una cosa: el sexo. As soon as he touched her she seemed to wince and stiffen. To embrace her was like embracing a jointed wooden image. And what was strange was that even when she was clasping him against her he had the feeling that she was simultaneously pushing him away with all her strength. The rigidity of her muscles managed to convey that impression. She would lie there with shut eyes, neither resisting nor co-operating but SUBMITTING. It was extraordinarily embarrassing, and, after a while, horrible. But even then he could have borne living with her if it had been agreed that they should remain celibate. But curiously enough it was Katharine who refused this. They must, she said, produce a child if they could. So the performance continued to happen, once a week quite regularly, whenever it was not impossible. She even used to remind him of it in the morning, as something which had to be done that evening and which must not be forgotten. She had two names for it. One was 'making a baby', and the other was 'our duty to the Party' (yes, she had actually used that phrase). Quite soon he grew to have a feeling of positive dread when the appointed day came round. But luckily no child appeared, and in the end she agreed to give up trying, and soon afterwards they parted. Tan pronto como la rozaba parecía tocada por un resorte y se endurecía. Abrazarla era como abrazar una imagen con juntas de madera. Y lo que era todavía más extraño: incluso cuando ella lo apretaba contra sí misma, él tenía la sensación de que al mismo tiempo lo rechazaba con toda su fuerza. La rigidez de sus músculos ayudaba a dar esta impresión. Se quedaba allí echada con los ojos cerrados sin resistir ni cooperar, pero como sometible. Era de lo más vergonzoso y, a la larga, horrible. Pero incluso así habría podido soportar vivir con ella si hubieran decidido quedarse célibes. Pero curiosamente fue Katharine quien rehusó. «Debían —dijo — producir un niño si podían.». Así que la comedia seguía representándose una vez por semana regularmente, mientras no fuese imposible. Ella incluso se lo recordaba por la mañana como algo que había que hacer esa noche y que no debía olvidarse. Tenía dos expresiones para ello. Una era «hacer un bebé», y la otra «nuestro deber al Partido» (sí, había utilizado esta frase). Pronto empezó a tener una sensación de positivo temor cuando llegaba el día. Pero por suerte no apareció ningún niño y finalmente ella estuvo de acuerdo en dejar de probar. Y poco después se separaron. Winston sighed inaudibly. He picked up his pen again and wrote: Winston suspiró inaudiblemente. Volvió a coger la pluma y escribió: She threw herself down on the bed, and at once, without any kind of preliminary in the most coarse, Se arregló su la cama y, en seguida, sin preliminar alguno, del modo más grosero y George Orwell 1984 91 horrible way you can imagine, pulled up her skirt. I— terrible que se puede imaginar, se levantó la falda. Yo... He saw himself standing there in the dim lamplight, with the smell of bugs and cheap scent in his nostrils, and in his heart a feeling of defeat and resentment which even at that moment was mixed up with the thought ofKatharine's white body, frozen for ever by the hypnotic power of the Party. Why did it always have to be like this? Why could he not have a woman of his own instead of these filthy scuffles at intervals of years? But a real love affair was an almost unthinkable event. The women of the Party were all alike. Chastity was as deep ingrained in them as Party loyalty. By careful early conditioning, by games and cold water, by the rubbish that was dinned into them at school and in the Spies and the Youth League, by lectures, parades, songs, slogans, and martial music, the natural feeling had been driven out of them. His reason told him that there must be exceptions, but his heart did not believe it. They were all impregnable, as the Party intended that they should be. And what he wanted, more even than to be loved, was to break down that wall of virtue, even if it were only once in his whole life. The sexual act, successfully performed, was rebellion. Desire was thoughtcrime. Even to have awakened Katharine, if he could have achieved it, would have been like a seduction, although she was his wife. Se vio a sí mismo de pie en la mortecina luz con el olor a cucarachas y a perfume barato, y en su corazón brotó un resentimiento que incluso en aquel instante se mezclaba con el recuerdo del blanco cuerpo de Katharine, frígido para siempre por el hipnótico poder del Partido. ¿Por qué tenía que ser siempre así? ¿No podía él disponer de una mujer propia en vez de estas furcias a intervalos de varios años? Pero un asunto amoroso de verdad era una fantasía irrealizable. Las mujeres del Partido eran todas iguales. La castidad estaba tan arraigada en ellas como la lealtad al Partido. Por la educación que habían recibido en su infancia, por los juegos y las duchas de agua fría, por todas las estupideces que les metían en la cabeza, las conferencias, los desfiles, canciones, consignas y música marcial, les arrancaban todo sentimiento natural. La razón le decía que forzosamente habría excepciones, pero su corazón no lo creía. Todas ellas eran inalcanzables, como deseaba el Partido. Y lo que él quería, aún más que ser amado, era derruir aquel muro de estupidez aunque fuera una sola vez en su vida. El acto sexual, bien realizado, era una rebeldía. El deseo era un crimental. Si hubiera conseguido despertar los sentidos de Katharine, esto habría equivalido a una seducción aunque se trataba de su mujer. But the rest of the story had got to be written down. He wrote: Pero tenía que contar el resto de la historia. Escribió: I turned up the lamp. When I saw her in the light— Encendí la luz. Cuando la vi claramente... After the darkness the feeble light of the paraffin lamp had seemed very bright. For the first time he could see the woman properly. He had taken a step towards her and then halted, full of lust and terror. He was painfully conscious of the risk he had taken in coming here. It was perfectly possible that the patrols would catch him on the way out: for that matter they might be waiting outside the door Después de la casi inexistente luz de la lamparilla de aceite, la luz eléctrica parecía cegadora. Por primera vez pudo ver a la mujer tal como era. Avanzó un paso hacia ella y se detuvo horrorizado. Comprendía el riesgo a que se había expuesto. Era muy posible que las patrullas lo sorprendieran a la salida. Más aún: quizá lo estuvieran esperando ya a la puerta. Nada iba a George Orwell 1984 92 at this moment. If he went away without even doing what he had come here to do—! ganar con marcharse sin hacer lo que se había propuesto. It had got to be written down, it had got to be confessed. What he had suddenly seen in the lamplight was that the woman was OLD. The paint was plastered so thick on her face that it looked as though it might crack like a cardboard mask. There were streaks of white in her hair; but the truly dreadful detail was that her mouth had fallen a little open, revealing nothing except a cavernous blackness. She had no teeth at all. Todo aquello tenía que escribirlo, confesarlo. Vio de pronto a la luz de la bombilla que la mujer era vieja. La pintura se apegotaba en su cara tanto que parecía ir a resquebrajarse como una careta de cartón. Tenía mechones de cabellos blancos; pero el detalle más horroroso era que la boca, entreabierta, parecía a oscura caverna. No tenía ningún diente. He wrote hurriedly, in scrabbling handwriting: Winston escribió a toda prisa: When I saw her in the light she was quite an old woman, fifty years old at least. But I went ahead and did it just the same. Cuando la vi a plena luz resultó una verdadera vieja. Por lo menos tenía cincuenta años. Pero, de todos modos, lo hice. He pressed his fingers against his eyelids again. He had written it down at last, but it made no difference. The therapy had not worked. The urge to shout filthy words at the top of his voice was as strong as ever. Volvió a apoyar las palmas de las manos sobre los ojos. Ya lo había escrito, pero de nada servía. Seguía con la misma necesidad de gritar palabrotas con toda la fuerza de sus pulmones. George Orwell Chapter 7 1984 93 CAPÍTULO VII 'If there is hope,' wrote Winston, 'it lies in the Si hay alguna espera, escribió Winston, está en los proles.' proles. If there was hope, it MUST lie in the proles, because only there in those swarming disregarded masses, 85 per cent of the population of Oceania, could the force to destroy the Party ever be generated. The Party could not be overthrown from within. Its enemies, if it had any enemies, had no way of coming together or even of identifying one another. Even if the legendary Brotherhood existed, as just possibly it might, it was inconceivable that its members could ever assemble in larger numbers than twos and threes. Rebellion meant a look in the eyes, an inflexion of the voice, at the most, an occasional whispered word. But the proles, if only they could somehow become conscious of their own strength. would have no need to conspire. They needed only to rise up and shake themselves like a horse shaking off flies. If they chose they could blow the Party to pieces tomorrow morning. Surely sooner or later it must occur to them to do it? And yet—! Si había esperanza, tenía que estar en los proles porque sólo en aquellas masas abandonadas, que constituían el ochenta y cinco por ciento de la población de Oceanía, podría encontrarse la fuerza suficiente para destruir al Partido. Éste no podía descomponerse desde dentro. Sus enemigos, si los tenía en su interior, no podían de ningún modo unirse, ni siquiera identificarse mutuamente. Incluso si existía la legendaria Hermandad — y era muy posible que existiese resultaba inconcebible que sus miembros se pudieran reunir en grupos mayores de dos o tres. La rebeldía no podía pasar de un destello en la mirada o determinada inflexión en la voz; a lo más, alguna palabra murmurada. Pero los proles, si pudieran darse cuenta de su propia fuerza, no necesitarían conspirar. Les bastaría con encabritarse como un caballo que se sacude las moscas. Si quisieran podrían destrozar el Partido mañana por la mañana. Desde luego, antes o después se les ocurrirá. Y, sin embargo... He remembered how once he had been walking down a crowded street when a tremendous shout of hundreds of voices women's voices—had burst from a side-street a little way ahead. It was a great formidable cry of anger and despair, a deep, loud 'Oh-o-o-o-oh!' that went humming on like the reverberation of a bell. His heart had leapt. It's started! he had thought. A riot! The proles are breaking loose at last! When he had reached the spot it was to see a mob of two or three hundred women crowding round the stalls of a street market, with faces as tragic as though they had been the doomed passengers on a sinking ship. But at this moment the general despair broke down into a multitude of individual quarrels. It appeared that one of the stalls had been selling tin saucepans. They were wretched, flimsy things, but cookingpots of any kind were always difficult to get. Now the supply had unexpectedly given out. The successful women, bumped and jostled by the rest, were trying to make off with their saucepans while Recordó Winston una vez que había dado un paseo por una calle de mucho tráfico cuando oyó un tremendo grito múltiple. Centenares de voces, voces de mujeres, salían de una calle lateral. Era un formidable grito de ira y desesperación, un tremendo ¡O-o-o-o-oh! Winston se sobresaltó terriblemente. ¡Ya empezó! ¡Un motín!, pensó. Por fin, los proles se sacudían el yugo; pero cuando llegó al sitio de la aglomeración vio que una multitud de doscientas o trescientas mujeres se agolpaban sobre los puestos de un mercado callejero con expresiones tan trágicas como si fueran las pasajeras de un barco en trance de hundirse. En aquel momento, la desesperación general se quebró en innumerables peleas individuales. Por lo visto, en uno de los puestos habían estado vendiendo sartenes de lata. Eran utensilios muy malos, pero los cacharros de cocina eran siempre de casi imposible adquisición. Por fin, había llegado una provisión inesperadamente. Las mujeres que lograron adquirir alguna sartén George Orwell 1984 94 dozens of others clamoured round the stall, accusing the stall-keeper of favouritism and of having more saucepans somewhere in reserve. There was a fresh outburst of yells. Two bloated women, one of them with her hair coming down, had got hold of the same saucepan and were trying to tear it out of one another's hands. For a moment they were both tugging, and then the handle came off. Winston watched them disgustedly. And yet, just for a moment, what almost frightening power had sounded in that cry from only a few hundred throats! Why was it that they could never shout like that about anything that mattered? fueron atacadas por las demás y trataban de escaparse con sus trofeos mientras que las otras las rodeaban y acusaban de favoritismo a la vendedora. Aseguraban que tenía más en reserva. Aumentaron los chillidos. Dos mujeres, una de ellas con el pelo suelto, se habían apoderado de la misma sartén y cada una intentaba quitársela a la otra. Tiraron cada una por su lado hasta que se rompió el mango. Winston las miró con asco. Sin embargo, ¡qué energías tan aterradoras había percibido él bajo aquella gritería! Y, en total, no eran más que dos o tres centenares de gargantas. ¿Por qué no protestarían así por cada cosa de verdadera importancia? He wrote: Escribió: Until they become conscious they will never rebel, and until after theyhave rebelled they cannot become conscious. Hasta que no tengan conciencia de su fuerza, no se revelarán, y hasta después de haberse rebelado, no serán conscientes. Éste es el problema. That, he reflected, might almost have been a transcription from one of the Party textbooks. The Party claimed, of course, to have liberated the proles from bondage. Before the Revolution they had been hideously oppressed by the capitalists, they had been starved and flogged, women had been forced to work in the coal mines (women still did work in the coal mines, as a matter of fact), children had been sold into the factories at the age of six. But simultaneously, true to the Principles of doublethink, the Party taught that the proles were natural inferiors who must be kept in subjection, like animals, by the application of a few simple rules. In reality very little was known about the proles. It was not necessary to know much. So long as they continued to work and breed, their other activities were without importance. Left to themselves, like cattle turned loose upon the plains of Argentina, they had reverted to a style of life that appeared to be natural to them, a sort of ancestral pattern. They were born, they grew up in the gutters, they went to work at twelve, they passed through a brief blossoming-period of beauty and sexual desire, they married at twenty, they were middle-aged at thirty, they died, for the most part, at sixty. Heavy physical work, the care of home and children, petty quarrels with neighbours, films, football, beer, and above all, gambling, filled up the Winston pensó que sus palabras parecían sacadas de uno de los libros de texto del Partido. El Partido pretendía, desde luego, haber liberado a los proles de la esclavitud. Antes de la Revolución, eran explotados y oprimidos ignominiosamente por los capitalistas. Pasaban hambre. Las mujeres tenían que trabajar a la viva fuerza en las minas de carbón (por supuesto, las mujeres seguían trabajando en las minas de carbón), los niños eran vendidos a las fábricas a la edad de seis años. Pero, simultáneamente, fiel a los principios del doblepensar, el Partido enseñaba que los proles eran inferiores por naturaleza y debían ser mantenidos bien sujetos, como animales, mediante la aplicación de unas cuantas reglas muy sencillas. En realidad, se sabía muy poco de los proles. Y no era necesario saber mucho de ellos. Mientras continuaran trabajando y teniendo hijos, sus demás actividades carecían de importancia. Dejándoles en libertad como ganado suelto en la pampa de la Argentina, tenían un estilo de vida que parecía serles natural. Se regían por normas ancestrales. Nacían, crecían en el arroyo, empezaban a trabajar a los doce años, pasaban por un breve período de belleza y deseo sexual, se casaban a los veinte años, empezaban a envejecer a los treinta y se morían casi todos ellos hacia los sesenta años. El duro trabajo físico, el cuidado del hogar y de los George Orwell 1984 95 horizon of their minds. To keep them in control was not difficult. A few agents of the Thought Police moved always among them, spreading false rumours and marking down and eliminating the few individuals who were judged capable of becoming dangerous; but no attempt was made to indoctrinate them with the ideology of the Party. It was not desirable that the proles should have strong political feelings. All that was required of them was a primitive patriotism which could be appealed to whenever it was necessary to make them accept longer working-hours or shorter rations. And even when they became discontented, as they sometimes did, their discontent led nowhere, because being without general ideas, they could only focus it on petty specific grievances. The larger evils invariably escaped their notice. The great majority of proles did not even have telescreens in their homes. Even the civil police interfered with them very little. There was a vast amount of criminality in London, a whole world-within-a-world of thieves, bandits, prostitutes, drug-peddlers, and racketeers of every description; but since it all happened among the proles themselves, it was of no importance. In all questions of morals they were allowed to follow their ancestral code. The sexual puritanism of the Party was not imposed upon them. Promiscuity went unpunished, divorce was permitted. For that matter, even religious worship would have been permitted if the proles had shown any sign of needing or wanting it. They were beneath suspicion. As the Party slogan put it: 'Proles and animals are free.' hijos, las mezquinas peleas entre vecinos, el cine, el fútbol, la cerveza y sobre todo, el juego, llenaban su horizonte mental. No era difícil mantenerlos a raya. Unos cuantos agentes de la Policía del Pensamiento circulaban entre ellos, esparciendo rumores falsos y eliminando a los pocos considerados capaces de convertirse en peligrosos; pero no se intentaba adoctrinarlos con la ideología del Partido. No era deseable que los proles tuvieran sentimientos políticos intensos. Todo lo que se les pedía era un patriotismo primitivo al que se recurría en caso de necesidad para que trabajaran horas extraordinarias o aceptaran raciones más pequeñas. E incluso cuando cundía entre ellos el descontento, como ocurría a veces, era un descontento que no servía para nada porque, por carecer de ideas generales, concentraban su instinto de rebeldía en quejas sobre minucias de la vida corriente. Los grandes males, ni los olían. La mayoría de los proles ni siquiera era vigilada con telepantallas. La policía los molestaba muy poco. En Londres había mucha criminalidad, un mundo revuelto de ladrones, bandidos, prostitutas, traficantes en drogas y maleantes de toda clase; pero como sus actividades tenían lugar entre los mismos proles, daba igual que existieran o no. En todas las cuestiones de moral se les permitía a los proles que siguieran su código ancestral. No se les imponía el puritanismo sexual del Partido. No se castigaba su promiscuidad y se permitía el divorcio. Incluso el culto religioso se les habría permitido si los proles hubieran manifestado la menor inclinación a él. Como decía el Partido: «los proles y los animales son libres». Winston reached down and cautiously scratched his varicose ulcer. It had begun itching again. The thing you invariably came back to was the impossibility of knowing what life before the Revolution had really been like. He took out of the drawer a copy of a children's history textbook which he had borrowed from Mrs Parsons, and began copying a passage into the diary: Winston se rascó con precaución sus varices. Habían empezado a picarle otra vez. Siempre volvía a preocuparle saber qué habría sido la vida anterior a la Revolución. Sacó del cajón un ejemplar del libro de historia infantil que le había prestado la señora Parsons y empezó a copiar un trozo en su diario: In the old days (it ran), before the glorious Revolution, London was not the beautiful city that we know today. It was a dark, dirty, miserable place where hardly anybody had enough to eat and where hundreds and thousands of poor people had no En los antiguos tiempos (decía el libro de texto) antes de la gloriosa Revolución, no era Londres la hermosa ciudad que hoy conocemos. Era un lugar tenebroso, sucio y miserable donde casi nadie tenía nada que comer y donde centenares y George Orwell 1984 96 boots on their feet and not even a roof to sleep under. Children no older than you had to work twelve hours a day for cruel masters who flogged them with whips if they worked too slowly and fed them on nothing but stale breadcrusts and water. But in among all this terrible poverty there were just a few great big beautiful houses that were lived in by rich men who had as many as thirty servants to look after them. These rich men were called capitalists. They were fat, ugly men with wicked faces, like the one in the picture on the opposite page. You can see that he is dressed in a long black coat which was called a frock coat, and a queer, shiny hat shaped like a stovepipe, which was called a top hat. This was the uniform of the capitalists, and no one else was allowed to wear it. The capitalists owned everything in the world, and everyone else was their slave. They owned all the land, all the houses, all the factories, and all the money. If anyone disobeyed them they could throw them into prison, or they could take his job away and starve him to death. When any ordinary person spoke to a capitalist he had to cringe and bow to him, and take off his cap and address him as 'Sir'. The chief of all the capitalists was called the King, and— millares de desgraciados no tenían zapatos que ponerse ni siquiera un techo bajo el cual dormir. Niños de la misma edad que vosotros debían trabajar doce horas al día a las órdenes de crueles amos que los castigaban con látigos si trabajaban con demasiada lentitud y solamente los alimentaban con pan duro y agua. Pero entre toda esta horrible miseria, había unas cuantas casas grandes y hermosas donde vivían los ricos, cada uno de los cuales tenía por lo menos treinta criados a su disposición. Estos ricos se llamaban capitalistas. Eran individuos gordos y feos con caras de malvados como el que puede apreciarse en la ilustración de la página siguiente. Podréis ver, niños, que va vestido con una chaqueta negra larga a la que llamaban «frac» y un sombrero muy raro y brillante que parece el tubo de una estufa, al que llamaban «sombrero de copa». Este era el uniforme de los capitalistas, y nadie más podía llevarlo, los capitalistas eran dueños de todo que había en el mundo y todos los que no eran capitalistas pasaban a ser sus esclavos. Poseían toda la tierra, todas las casas, todas las fábricas y el dinero todo. Si alguien les desobedecía, era encarcelado inmediatamente y podían dejarlo sin trabajo y hacerlo morir de hambre. Cuando una persona corriente hablaba con un capitalista tenía que descubrirse, inclinarse profundamente ante él y llamarlo señor. El jefe supremo de todos los capitalistas era llamado el Rey y... But he knew the rest of the catalogue. There would be mention of the bishops in their lawn sleeves, the judges in their ermine robes, the pillory, the stocks, the treadmill, the cat-o'-nine tails, the Lord Mayor's Banquet, and the practice of kissing the Pope's toe. There was also something called the JUS PRIMAE NOCTIS, which would probably not be mentioned in a textbook for children. It was the law by which every capitalist had the right to sleep with any woman working in one of his factories. Winston se sabía toda la continuación. Se hablaba allí de los obispos y de sus vestimentas, de los jueces con sus trajes de armiño, de la horca, del gato de nueve colas, del banquete anual que daba el alcalde y de la costumbre de besar el anillo del Papa. También había una referencia al jus primae noctis que no convenía mencionar en un libro de texto para niños. Era la ley según la cual todo capitalista tenía el derecho de dormir con cualquiera de las mujeres que trabajaban en sus fábricas. How could you tell how much of it was lies? It MIGHT be true that the average human being was better off now than he had been before the Revolution. The only evidence to the contrary was the mute protest in your own bones, the instinctive feeling that the conditions you lived in were ¿Cómo saber qué era verdad y qué era mentira en aquello? Después de todo, podía ser verdad que la Humanidad estuviera mejor entonces que antes de la Revolución. La única prueba en contrario era la protesta muda de la carne y los huesos, la instintiva sensación de que las condiciones de vida George Orwell 1984 97 intolerable and that at some other time they must have been different. It struck him that the truly characteristic thing about modern life was not its cruelty and insecurity, but simply its bareness, its dinginess, its listlessness. Life, if you looked about you, bore no resemblance not only to the lies that streamed out of the telescreens, but even to the ideals that the Party was trying to achieve. Great areas of it, even for a Party member, were neutral and non-political, a matter of slogging through dreary jobs, fighting for a place on the Tube, darning a worn-out sock, cadging a saccharine tablet, saving a cigarette end. The ideal set up by the Party was something huge, terrible, and glittering—a world of steel and concrete, of monstrous machines and terrifying weapons—a nation of warriors and fanatics, marching forward in perfect unity, all thinking the same thoughts and shouting the same slogans, perpetually working, fighting, triumphing, persecuting—three hundred million people all with the same face. The reality was decaying, dingy cities where underfed people shuffled to and fro in leaky shoes, in patched-up nineteenth-century houses that smelt always of cabbage and bad lavatories. He seemed to see a vision of London, vast and ruinous, city of a million dustbins, and mixed up with it was a picture of Mrs Parsons, a woman with lined face and wispy hair, fiddling helplessly with a blocked waste-pipe. eran intolerables y que en otro tiempo tenían que haber sido diferentes. A Winston le sorprendía que lo más característico de la vida moderna no fuera su crueldad ni su inseguridad, sino sencillamente su vaciedad, su absoluta falta de contenido. La vida no se parecía, no sólo a las mentiras lanzadas por las telepantallas, sino ni siquiera a los ideales que el Partido trataba de lograr. Grandes zonas vitales, incluso para un miembro del Partido, nada tenían que ver con la política: se trataba sólo de pasar el tiempo en inmundas tareas, luchar para poder meterse en el Metro, remendarse un calcetín como un colador, disolver con resignación una pastilla de sacarina y emplear toda la habilidad posible para conservar una colilla. El ideal del Partido era inmenso, terrible y deslumbrante; un mundo de acero y de hormigón armado, de máquinas monstruosas y espantosas armas, una nación de guerreros y fanáticos que marchaba en bloque siempre hacia adelante en unidad perfecta, pensando todos los mismos pensamientos y repitiendo a grito unánime la misma consigna, trabajando perpetuamente, luchando, triunfantes, persiguiendo a los traidores... trescientos millones de personas todas ellas con las misma cara. La realidad era, en cambio: lúgubres ciudades donde la gente, apenas alimentada, arrastraba de un lado a otro sus pies calzados con agujereados zapatos y vivía en ruinosas casas del siglo XIX en las que predominaba el olor a verduras cocidas y retretes en malas condiciones. Winston creyó ver un Londres inmenso y en ruinas, una ciudad de un millón de cubos de la basura y, mezclada con esta visión, la imagen de la señora Parsons con sus arrugas y su pelo enmarañado tratando de arreglar infructuosamente una cañería atascada. He reached down and scratched his ankle again. Day and night the telescreens bruised your ears with statistics proving that people today had more food, more clothes, better houses, better recreations—that they lived longer, worked shorter hours, were bigger, healthier, stronger, happier, more intelligent, better educated, than the people of fifty years ago. Not a word of it could ever be proved or disproved. The Party claimed, for example, that today 40 per cent of adult proles were literate: before the Revolution, it was said, the number had only been 15 per cent. The Party claimed that the infant mortality rate was now only 160 per thousand, whereas before the Revolution it Volvió a rascarse el tobillo. Día y noche las telepantallas le herían a uno el tímpano con estadísticas según las cuales todos tenían más alimento, más trajes, mejores casas, entretenimientos más divertidos, todos vivían más tiempo, trabajaban menos horas, eran más sanos, fuertes, felices, inteligentes y educados que los que habían vivido hacía cincuenta años. Ni una palabra de todo ello podía ser probada ni refutada. Por ejemplo, el Partido sostenía que el cuarenta por ciento de los proles adultos sabía leer y escribir y que antes de la Revolución todos ellos, menos un quince por ciento, eran analfabetos. También aseguraba el Partido que la mortalidad George Orwell 1984 98 had been 300—and so it went on. It was like a single equation with two unknowns. It might very well be that literally every word in the history books, even the things that one accepted without question, was pure fantasy. For all he knew there might never have been any such law as the JUS PRIMAE NOCTIS, or any such creature as a capitalist, or any such garment as a top hat. infantil era ya sólo del ciento sesenta por mil mientras que antes de la Revolución había sido del trescientos por mil... y así sucesivamente. Era como una ecuación con dos incógnitas. Bien podía ocurrir que todos los libros de historia fueran una pura fantasía. Winston sospechaba que nunca había existido una ley sobre el jus primae noctis ni persona alguna como el tipo de capitalista que pintaban, ni siquiera un sombrero como aquel que parecía un tubo de estufa. Everything faded into mist. The past was erased, the erasure was forgotten, the lie became truth. Just once in his life he had possessed—AFTER the event: that was what counted—concrete, unmistakable evidence of an act of falsification. He had held it between his fingers for as long as thirty seconds. In 1973, it must have been—at any rate, it was at about the time when he and Katharine had parted. But the really relevant date was seven or eight years earlier. Todo se desvanecía en la niebla. El pasado estaba borrado. Se había olvidado el acto mismo de borrar, y la mentira se convertía en verdad. Sólo una vez en su vida había tenido Winston en la mano — después del hecho y eso es lo que importaba — una prueba concreta y evidente de un acto de falsificación. La había tenido entre sus dedos nada menos que treinta segundos. Fue en 1973, aproximadamente, pero desde luego por la época en que Katharine y él se habían separado. La fecha a que se refería el documento era de siete u ocho años antes. The story really began in the middle sixties, the period of the great purges in which the original leaders of the Revolution were wiped out once and for all. By 1970 none of them was left, except Big Brother himself. All the rest had by that time been exposed as traitors and counter-revolutionaries. Goldstein had fled and was hiding no one knew where, and of the others, a few had simply disappeared, while the majority had been executed after spectacular public trials at which they made confession of their crimes. Among the last survivors were three men named Jones, Aaronson, and Rutherford. It must have been in 1965 that these three had been arrested. As often happened, they had vanished for a year or more, so that one did not know whether they were alive or dead, and then had suddenly been brought forth to incriminate themselves in the usual way. They had confessed to intelligence with the enemy (at that date, too, the enemy was Eurasia), embezzlement of public funds, the murder of various trusted Party members, intrigues against the leadership of Big Brother which had started long before the Revolution happened, and acts of sabotage causing the death of hundreds of thousands of people. After confessing to these things they had been pardoned, reinstated La historia empezó en el sesenta y tantos, en el período de las grandes purgas, en el cual los primitivos jefes de la Revolución fueron suprimidos de una sola vez. Hacia 1970 no quedaba ninguno de ellos, excepto el Gran Hermano. Todos los demás habían sido acusados de traidores y contrarrevolucionarios. Goldstein huyó y se escondió nadie sabía dónde. De los demás, unos cuantos habían desaparecido mientras que la mayoría fue ejecutada después de unos procesos públicos de gran espectacularidad en los que confesaron sus crímenes. Entre los últimos supervivientes había tres individuos llamados Jones, Aaronson y Rutherford. Hacia 1965 — la fecha no era segura — los tres fueron detenidos. Como ocurría con frecuencia, desaparecieron durante uno o más años de modo que nadie sabía si estaban vivos o muertos y luego aparecieron de pronto para acusarse ellos mismos de haber cometido terribles crímenes. Reconocieron haber estado en relación con el enemigo (por entonces el enemigo era Eurasia, que había de volver a serlo), malversación de fondos públicos, asesinato de varios miembros del Partido dignos de toda confianza, intrigas contra el mando del Gran Hermano que ya habían empezado mucho antes de George Orwell 1984 99 in the Party, and given posts which were in fact sinecures but which sounded important. All three had written long, abject articles in 'The Times', analysing the reasons for their defection and promising to make amends. estallar la Revolución y actos de sabotaje que habían costado la vida a centenares de miles de personas. Después de confesar todo esto, los perdonaron, les devolvieron sus cargos en el Partido, puestos que eran en realidad inútiles, pero que tenían nombres sonoros e importantes. Los tres escribieron largos y abyectos artículos en el Times analizando las razones que habían tenido para desertar y prometiendo enmendarse. Some time after their release Winston had actually seen all three of them in the Chestnut Tree Cafe. He remembered the sort of terrified fascination with which he had watched them out of the corner of his eye. They were men far older than himself, relics of the ancient world, almost the last great figures left over from the heroic days of the Party. The glamour of the underground struggle and the civil war still faintly clung to them. He had the feeling, though already at that time facts and dates were growing blurry, that he had known their names years earlier than he had known that of Big Brother. But also they were outlaws, enemies, untouchables, doomed with absolute certainty to extinction within a year or two. No one who had once fallen into the hands of the Thought Police ever escaped in the end. They were corpses waiting to be sent back to the grave. Poco tiempo después de ser puestos en libertad esos tres hombres, Winston los había visto en el Café del Nogal. Recordaba con qué aterrada fascinación los había observado con el rabillo del ojo. Eran mucho más viejos que él, reliquias del mundo antiguo, casi las últimas grandes figuras que habían quedado de los primeros y heroicos días del Partido. Todavía llevaban como una aureola el brillo de su participación clandestina en las primeras luchas y en la guerra civil. Winston creyó haber oído los nombres de estos tres personajes mucho antes de saber que existía el Gran Hermano, aunque con el tiempo se le confundían en la mente las fechas y los hechos. Sin embargo, estaban ya fuera de la ley, eran enemigos intocables, se cernía sobre ellos la absoluta certeza de un próximo aniquilamiento. Cuestión de uno o dos años. Nadie que hubiera caído una vez en manos de la Policía del Pensamiento, podía escaparse para siempre. Eran cadáveres que esperaban la hora de ser enviados otra vez a la tumba. There was no one at any of the tables nearest to them. It was not wise even to be seen in the neighbourhood of such people. They were sitting in silence before glasses of the gin flavoured with cloves which was the speciality of the cafe. Of the three, it was Rutherford whose appearance had most impressed Winston. Rutherford had once been a famous caricaturist, whose brutal cartoons had helped to inflame popular opinion before and during the Revolution. Even now, at long intervals, his cartoons were appearing in The Times. They were simply an imitation of his earlier manner, and curiously lifeless and unconvincing. Always they were a rehashing of the ancient themes—slum tenements, starving children, street battles, capitalists in top hats—even on the barricades the capitalists still seemed to cling to their top hats an No había nadie en ninguna de las mesas próximas a ellos. No era prudente que le vieran a uno cerca de semejantes personas. Los tres, silenciosos, bebían ginebra con clavo; una especialidad de la casa. De los tres, era Rutherford el que más había impresionado a Winston. En tiempos, Rutherford fue un famoso caricaturista cuyas brutales sátiras habían ayudado a inflamar la opinión popular antes y durante la Revolución. Incluso ahora, a largos intervalos, aparecían sus caricaturas y satíricas historietas en el Times. Eran una imitación de su antiguo estilo y ya no tenían vida ni convencían. Era volver a cocinar los antiguos temas: niños que morían de hambre, luchas callejeras, capitalistas con sombrero de copa (hasta en las barricadas seguían los capitalistas con su sombrero de copa), es decir, un esfuerzo George Orwell 1984 100 endless, hopeless effort to get back into the past. He was a monstrous man, with a mane of greasy grey hair, his face pouched and seamed, with thick negroid lips. At one time he must have been immensely strong; now his great body was sagging, sloping, bulging, falling away in every direction. He seemed to be breaking up before one's eyes, like a mountain crumbling. desesperado por volver a lo de antes. Era un hombre monstruoso con una crencha de cabellos gris grasienta, bolsones en la cara y unos labios negroides muy gruesos. De joven debió de ser muy fuerte; ahora su voluminoso cuerpo se inclinaba y parecía derrumbarse en todas las direcciones. Daba la impresión de una montaña que se iba a desmoronar de un momento a otro. It was the lonely hour of fifteen. Winston could not now remember how he had come to be in the cafe at such a time. The place was almost empty. A tinny music was trickling from the telescreens. The three men sat in their corner almost motionless, never speaking. Uncommanded, the waiter brought fresh glasses of gin. There was a chessboard on the table beside them, with the pieces set out but no game started. And then, for perhaps half a minute in all, something happened to the telescreens. The tune that they were playing changed, and the tone of the music changed too. There came into it—but it was something hard to describe. It was a peculiar, cracked, braying, jeering note: in his mind Winston called it a yellow note. And then a voice from the telescreen was singing: Era la solitaria hora de las quince. Winston no podía recordar ya por qué había entrado en el café a esa hora. No había casi nadie allí. Una musiquilla brotaba de las telepantallas. Los tres hombres, sentados en un rincón, casi inmóviles, no hablaban ni una palabra. El camarero, sin que le pidieran nada, volvía a llenar los vasos de ginebra. Había un tablero de ajedrez sobre la mesa, con todas las piezas colocadas, pero no habían empezado a jugar. Entonces, quizá sólo durante medio minuto, ocurrió algo en la telepantalla. Cambió la música que tocaba. Era difícil describir el tono de la nueva música: una nota burlona, cascada, que a veces parecía un rebuzno. Winston, mentalmente, la llamó «la nota amarilla». Y la voz de la telepantalla cantaba: Under the spreading chestnut tree I sold you and you sold me: There lie they, and here lie we Under the spreading chestnut tree. Bajo el Nogal de las ramas extendidas yo te vendí y tú me vendiste. Allí yacen ellos y aquí yacemos nosotros. Bajo el Nogal de las ramas extendidas. The three men never stirred. But when Winston glanced again at Rutherford's ruinous face, he saw that his eyes were full of tears. And for the first time he noticed, with a kind of inward shudder, and yet not knowing AT WHAT he shuddered, that both Aaronson and Rutherford had broken noses. Los tres personajes no se movieron, pero cuando Winston volvió a mirar la desvencijada cara de Rutherford, vio que estaba llorando. Por vez primera observó, con sobresalto, pero sin saber por qué se impresionaba, que tanto Aaronson como Rutherford tenían partidas las narices. A little later all three were re-arrested. It appeared that they had engaged in fresh conspiracies from the very moment of their release. At their second trial they confessed to all their old crimes over again, with a whole string of new ones. They were executed, and their fate was recorded in the Party histories, a warning to posterity. About five years after this, in 1973, Winston was unrolling a wad of documents which had just flopped out of the Un poco después, los tres fueron detenidos de nuevo. Por lo visto, se habían comprometido en nuevas conspiraciones en el mismo momento de ser puestos en libertad. En el segundo proceso confesaron otra vez sus antiguos crímenes, con una sarta de nuevos delitos. Fueron ejecutados y su historia fue registrada en los libros de historia publicados por el Partido como ejemplo para la posteridad. Cinco años después de esto, en 1973, George Orwell 1984 101 pneumatic tube on to his desk when he came on a fragment of paper which had evidently been slipped in among the others and then forgotten. The instant he had flattened it out he saw its significance. It was a half-page torn out of 'The Times' of about ten years earlier—the top half of the page, so that it included the date—and it contained a photograph of the delegates at some Party function in New York. Prominent in the middle of the group were Jones, Aaronson, and Rutherford. There was no mistaking them, in any case their names were in the caption at the bottom. Winston desenrollaba un día unos documentos que le enviaban por el tubo automático cuando descubrió un pedazo de papel que, evidentemente, se había deslizado entre otros y había sido olvidado. En seguida vio su importancia. Era media página de un Times de diez años antes — la mitad superior de una página, de manera que incluía la fecha — y contenía una fotografía de los delegados en una solemnidad del Partido en Nueva York. Sobresalían en el centro del grupo Jones, Aaronson y Rutherford. Se les veía muy claramente, pero además sus nombres figuraban al pie. The point was that at both trials all three men had confessed that on that date they had been on Eurasian soil. They had flown from a secret airfield in Canada to a rendezvous somewhere in Siberia, and had conferred with members of the Eurasian General Staff, to whom they had betrayed important military secrets. The date had stuck in Winston's memory because it chanced to be midsummer day; but the whole story must be on record in countless other places as well. There was only one possible conclusion: the confessions were lies. Lo cierto es que en ambos procesos los tres personajes confesaron que en aquella fecha se hallaban en suelo eurasiático, que habían ido en avión desde un aeródromo secreto en el Canadá hasta Siberia, donde tenían una misteriosa cita. Allí se habían puesto en relación con miembros del Estado Mayor eurasiático al que habían entregado importantes secretos militares. La fecha se le había grabado a Winston en la memoria porque coincidía con el primer día de estío, pero toda aquella historia estaba ya registrada oficialmente en innumerables sitios. Sólo había una conclusión posible: las confesiones eran mentira. Of course, this was not in itself a discovery. Even at that time Winston had not imagined that the people who were wiped out in the purges had actually committed the crimes that they were accused of. But this was concrete evidence; it was a fragment of the abolished past, like a fossil bone which turns up in the wrong stratum and destroys a geological theory. It was enough to blow the Party to atoms, if in some way it could have been published to the world and its significance made known. Desde luego, esto no constituía en sí mismo un descubrimiento. Incluso por aquella época no creía Winston que las víctimas de las purgas hubieran cometido los crímenes de que eran acusados. Pero ese pedazo de papel era ya una prueba concreta; un fragmento del pasado abolido como un hueso fósil que reaparece en un estrato donde no se le esperaba y destruye una teoría geológica. Bastaba con ello para pulverizar al Partido si pudiera publicarse en el extranjero. Y explicarse bien su significado. He had gone straight on working. As soon as he saw what the photograph was, and what it meant, he had covered it up with another sheet of paper. Luckily, when he unrolled it, it had been upsidedown from the point of view of the telescreen. Winston había seguido trabajando después de su descubrimiento. En cuanto vio lo que era la fotografía y lo que significaba, la cubrió con otra hoja de papel. Afortunadamente, cuando la desenrolló había quedado de tal modo que la telepantalla no podía verla. He took his scribbling pad on his knee and pushed Se puso la carpeta sobre su rodilla y echó hacia George Orwell 1984 102 back his chair so as to get as far away from the telescreen as possible. To keep your face expressionless was not difficult, and even your breathing could be controlled, with an effort: but you could not control the beating of your heart, and the telescreen was quite delicate enough to pick it up. He let what he judged to be ten minutes go by, tormented all the while by the fear that some accident—a sudden draught blowing across his desk, for instance—would betray him. Then, without uncovering it again, he dropped the photograph into the memory hole, along with some other waste papers. Within another minute, perhaps, it would have crumbled into ashes. atrás la silla para alejarse de la telepantalla lo más posible. No era difícil mantener inexpresivo la cara e incluso controlar, con un poco de esfuerzo, la respiración; pero lo que no podía controlarse eran los latidos del corazón y la telepantalla los recogía con toda exactitud. Winston dejó pasar diez minutos atormentado por el miedo de que algún accidente — por ejemplo, una súbita corriente de aire lo traicionara. Luego, sin exponerla a la vista de la pantalla, tiró la fotografía en el «agujero de la memoria» mezclándola con otros papeles inservibles. Al cabo de un minuto, el documento sería un poco de ceniza. That was ten-eleven years ago. Today, probably, he would have kept that photograph. It was curious that the fact of having held it in his fingers seemed to him to make a difference even now, when the photograph itself, as well as the event it recorded, was only memory. Was the Party's hold upon the past less strong, he wondered, because a piece of evidence which existed no longer HAD ONCE existed? Aquello había pasado hacía diez u once años. «De ocurrir ahora, pensó Winston, me habría guardado la foto.» Era curioso que el hecho de haber tenido ese documento entre sus dedos le pareciera constituir una gran diferencia incluso ahora en que la fotografía misma, y no sólo el hecho registrado en ella, era sólo recuerdo. ¿Se aflojaba el dominio del Partido sobre el pasado se preguntó Winston — porque una prueba documental que ya no existía hubiera existido una vez? But today, supposing that it could be somehow resurrected from its ashes, the photograph might not even be evidence. Already, at the time when he made his discovery, Oceania was no longer at war with Eurasia, and it must have been to the agents of Eastasia that the three dead men had betrayed their country. Since then there had been other changestwo, three, he could not remember how many. Very likely the confessions had been rewritten and rewritten until the original facts and dates no longer had the smallest significance. The past not only changed, but changed continuously. What most afflicted him with the sense of nightmare was that he had never clearly understood why the huge imposture was undertaken. The immediate advantages of falsifying the past were obvious, but the ultimate motive was mysterious. He took up his pen again and wrote: Pero hoy, suponiendo que pudiera resucitar de sus cenizas, la foto no podía servir de prueba. Ya en el tiempo en que él había hecho el descubrimiento, no estaba en guerra Oceanía con Eurasia y los tres personajes suprimidos tenían que haber traicionado su país con los agentes de Asia oriental y no con los de Eurasia. Desde entonces hubo otros cambios, dos o tres, ya no podía recordarlo. Probablemente, las confesiones habían sido nuevamente escritas varias veces hasta que los hechos y las fechas originales perdieran todo significado. No es sólo que el pasado cambiara, es que cambiaba continuamente. Lo que más le producía a Winston la sensación de una pesadilla es que nunca había llegado a comprender claramente por qué se emprendía la inmensa impostura. Desde luego, eran evidentes las ventajas inmediatas de falsificar el pasado, pero la última razón era misteriosa. Volvió a coger la pluma y escribió: I understand HOW: I do not understand WHY. Comprendo CÓMO: no comprendo POR QUÉ. George Orwell 1984 103 He wondered, as he had many times wondered before, whether he himself was a lunatic. Perhaps a lunatic was simply a minority of one. At one time it had been a sign of madness to believe that the earth goes round the sun; today, to believe that the past is unalterable. He might be ALONE in holding that belief, and if alone, then a lunatic. But the thought of being a lunatic did not greatly trouble him: the horror was that he might also be wrong. Se preguntó, como ya lo había hecho muchas veces, si no estaría él loco. Quizás un loco era sólo una «minoría de uno». Hubo una época en que fue señal de locura creer que la tierra giraba en torno al sol: ahora, era locura creer que el pasado es inalterable. Quizá fuera él el único que sostenía esa creencia, y, siendo el único, estaba loco. Pero la idea de ser un loco no le afectaba mucho. Lo que le horrorizaba era la posibilidad de estar equivocado. He picked up the children's history book and looked at the portrait of Big Brother which formed its frontispiece. The hypnotic eyes gazed into his own. It was as though some huge force were pressing down upon you—something that penetrated inside your skull, battering against your brain, frightening you out of your beliefs, persuading you, almost, to deny the evidence of your senses. In the end the Party would announce that two and two made five, and you would have to believe it. It was inevitable that they should make that claim sooner or later: the logic of their position demanded it. Not merely the validity of experience, but the very existence of external reality, was tacitly denied by their philosophy. The heresy of heresies was common sense. And what was terrifying was not that they would kill you for thinking otherwise, but that they might be right. For, after all, how do we know that two and two make four? Or that the force of gravity works? Or that the past is unchangeable? If both the past and the external world exist only in the mind, and if the mind itself is controllable what then? Cogió el libro de texto infantil y miró el retrato del Gran Hermano que llenaba la portada. Los ojos hipnóticos se clavaron en los suyos. Era como si una inmensa fuerza empezara a aplastarle a uno, algo que iba penetrando en el cráneo, golpeaba el cerebro por dentro, le aterrorizaba a uno y llegaba casi a persuadirle que era de noche cuando era de día. Al final, el Partido anunciaría que dos y dos son cinco y habría que creerlo. Era inevitable que llegara algún día al dos y dos son cinco. La lógica de su posición lo exigía. Su filosofía negaba no sólo la validez de la experiencia, sino que existiera la realidad externa. La mayor de las herejías era el sentido común. Y lo más terrible no era que le mataran a uno por pensar de otro modo, sino que pudieran tener razón. Porque, después de todo, ¿cómo sabemos que dos y dos son efectivamente cuatro? O que la fuerza de la gravedad existe. O que, el pasado no puede ser alterado. ¿Y si el pasado y el mundo exterior sólo existen en nuestra mente y, siendo la mente controlable, también puede controlarse el pasado y lo que llamamos la realidad? But no! His courage seemed suddenly to stiffen of its own accord. The face of O'Brien, not called up by any obvious association, had floated into his mind. He knew, with more certainty than before, that O'Brien was on his side. He was writing the diary for O'Brien—TO O'Brien: it was like an interminable letter which no one would ever read, but which was addressed to a particular person and took its colour from that fact. ¡No, no!; a Winston le volvía el valor. El rostro de O'Brien, sin saber por qué, empezó a flotarle en la memoria; sabía, con más certeza que antes, que O'Brien estaba de su parte. Escribía este Diario para O'Brien; era como una carta interminable que nadie leería nunca, pero que se dirigía a una persona determinada y que dependía de este hecho en su forma y en su tono. The Party told you to reject the evidence of your eyes and ears. It was their final, most essential command. His heart sank as he thought of the enormous power arrayed against him, the ease with El Partido os decía que negaseis la evidencia de vuestros ojos y oídos. Ésta era su orden esencial. El corazón de Winston se encogió al pensar en el enorme poder que tenía enfrente, la facilidad con George Orwell 1984 104 which any Party intellectual would overthrow him in debate, the subtle arguments which he would not be able to understand, much less answer. And yet he was in the right! They were wrong and he was right. The obvious, the silly, and the true had got to be defended. Truisms are true, hold on to that! The solid world exists, its laws do not change. Stones are hard, water is wet, objects unsupported fall towards the earth's centre. With the feeling that he was speaking to O'Brien, and also that he was setting forth an important axiom, he wrote: que cualquier intelectual del Partido lo vencería con su dialéctica, los sutiles argumentos que él nunca podría entender y menos contestar. Y, sin embargo, era él, Winston, quien tenía razón. Los otros estaban equivocados y él no. Había que defender lo evidente. El mundo sólido existe y sus leyes no cambian. Las piedras son duras, el agua moja, los objetos faltos de apoyo caen en dirección al centro de la Tierra... Con la sensación de que hablaba con O'Brien, y también de que anotaba un importante axioma, escribió: Freedom is the freedom to say that two plus two make four. If that is granted, all else follows. La libertad es poder decir libremente que dos y dos son cuatro. Si se concede esto, todo lo demás vendrá por sus pasos contados. George Orwell 1984 105 Chapter 8 CAPÍTULO VIII From somewhere at the bottom of a passage the smell of roasting coffee-real coffee, not Victory Coffee-came floating out into the street. Winston paused involuntarily. For perhaps two seconds he was back in the half-forgotten world of his childhood. Then a door banged, seeming to cut off the smell as abruptly as though it had been a sound. Del fondo del pasillo llegaba un aroma a café tostado — café de verdad, no café de la Victoria — , un aroma penetrante. Winston se detuvo involuntariamente. Durante unos segundos volvió al mundo medio olvidado de su infancia. Entonces se oyó un portazo y el delicioso olor quedó cortado tan de repente como un sonido. He had walked several kilometres over pavements, and his varicose ulcer was throbbing. This was the second time in three weeks that he had missed an evening at the Community Centre: a rash act, since you could be certain that the number of your attendances at the Centre was carefully checked. In principle a Party member had no spare time, and was never alone except in bed. It was assumed that when he was not working, eating, or sleeping he would be taking part in some kind of communal recreation: to do anything that suggested a taste for solitude, even to go for a walk by yourself, was always slightly dangerous. There was a word for it in Newspeak: OWNLIFE, it was called, meaning individualism and eccentricity. But this evening as he came out of the Ministry the balminess of the April air had tempted him. The sky was a warmer blue than he had seen it that year, and suddenly the long, noisy evening at the Centre, the boring, exhausting games, the lectures, the creaking camaraderie oiled by gin, had seemed intolerable. On impulse he had turned away from the bus-stop and wandered off into the labyrinth of London, first south, then east, then north again, losing himself among unknown streets and hardly bothering in which direction he was going. Winston había andado varios kilómetros por las calles y se le habían irritado sus varices. Era la segunda vez en tres semanas que no había llegado a tiempo a una reunión del Centro Comunal, lo cual era muy peligroso ya que el número de asistencias al Centro era anotado cuidadosamente. En principio, un miembro del Partido no tenía tiempo libre y nunca estaba solo a no ser en la cama. Se suponía que, de no hallarse trabajando, comiendo, o durmiendo, estaría participando en algún recreo colectivo. Hacer algo que implicara una inclinación a la soledad, aunque sólo fuera dar un paseo, era siempre un poco peligroso. Había una palabra para ello en neolengua: vida-propia, es decir, individualismo y excentricidad. Pero esa tarde, al salir del Ministerio, el aromático aire abrileño le había tentado. El cielo tenía un azul más intenso que en todo el año y de pronto le había resultado intolerable a Winston la perspectiva del aburrimiento, de los juegos anotadores, de las conferencias, de la falsa camaradería lubricada por la ginebra... Sintió el impulso de marcharse de la parada del autobús y callejear por el laberinto de Londres, primero hacia el Sur, luego hacia el Este y otra vez hacia el Norte, perdiéndose por calles desconocidas y sin preocuparse apenas por la dirección que tomaba. 'If there is hope,' he had written in the diary, 'it lies in the proles.' The words kept coming back to him, statement of a mystical truth and a palpable absurdity. He was somewhere in the vague, browncoloured slums to the north and east of what had once been Saint Pancras Station. He was walking up a cobbled street of little two-storey houses with battered doorways which gave straight on the pavement and which were somehow curiously «Si hay esperanza — habría escrito en el Diario —, está en los proles.» Estas palabras le volvían como afirmación de una verdad mística y de un absurdo palpable. Penetró por los suburbios del Norte y del Este alrededor de lo que en tiempos había sido la estación de San Pancracio. Marchaba por una calle empedrada, cuyas viejas casas sólo tenían dos pisos y cuyas puertas abiertas descubrían los sórdidos interiores. De trecho en trecho había charcos de George Orwell 1984 106 suggestive of ratholes. There were puddles of filthy water here and there among the cobbles. In and out of the dark doorways, and down narrow alley-ways that branched off on either side, people swarmed in astonishing numbers—girls in full bloom, with crudely lipsticked mouths, and youths who chased the girls, and swollen waddling women who showed you what the girls would be like in ten years' time, and old bent creatures shuffling along on splayed feet, and ragged barefooted children who played in the puddles and then scattered at angry yells from their mothers. Perhaps a quarter of the windows in the street were broken and boarded up. Most of the people paid no attention to Winston; a few eyed him with a sort of guarded curiosity. Two monstrous women with brick-red forearms folded across their aprons were talking outside a doorway. Winston caught scraps of conversation as he approached. agua sucia por entre las piedras. Entraban y salían en las casuchas y llenaban las callejuelas infinidad de personas: muchachas en la flor de la edad con bocas violentamente pintadas, muchachos que perseguían a las jóvenes, y mujeres de cuerpos obesos y bamboleantes, vivas pruebas de lo que serían las muchachas cuando tuvieran diez años más, ancianos que se movían dificultosamente y niños descalzos que jugaban en los charcos y salían corriendo al oír los irritados chillidos de sus madres. La cuarta parte de las ventanas de la calle estaban rotas y tapadas con cartones. La mayoría de la gente no prestaba atención a Winston. Algunos lo miraban con cauta curiosidad. Dos monstruosas mujeres de brazos rojizos cruzados sobre los delantales, hablaban en una de las puertas. Winston oyó algunos retazos de la conversación. '"Yes," I says to 'er, "that's all very well," I says. "But if you'd of been in my place you'd of done the same as what I done. It's easy to criticize," I says, "but you ain't got the same problems as what I got."' — Pues, sí, fui y le dije: «Todo eso está muy bien, pero si hubieras estado en mi lugar hubieras hecho lo mismo que yo. Es muy sencillo eso de criticar — le dije, pero tú no tienes los mismos problemas que yo». 'Ah,' said the other, 'that's jest it. That's jest where it is.' — Claro —dijo la otra —, ahí está la cosa. Cada uno sabe lo suyo. The strident voices stopped abruptly. The women studied him in hostile silence as he went past. But it was not hostility, exactly; merely a kind of wariness, a momentary stiffening, as at the passing of some unfamiliar animal. The blue overalls of the Party could not be a common sight in a street like this. Indeed, it was unwise to be seen in such places, unless you had definite business there. The patrols might stop you if you happened to run into them. 'May I see your papers, comrade? What are you doing here? What time did you leave work? Is this your usual way home?' —and so on and so forth. Not that there was any rule against walking home by an unusual route: but it was enough to draw attention to you if the Thought Police heard about it. Estas voces estridentes se callaron de pronto. Las mujeres observaron a Winston con hostil silencio cuando pasó ante ellas. Pero no era exactamente hostilidad sino una especie de alerta momentánea como cuando nos cruzamos con un animal desconocido. El «mono» azul del Partido no se veía con frecuencia en una calle como ésta. Desde luego, era muy poco prudente que lo vieran a uno en semejantes sitios a no ser que se tuviera algo muy concreto que hacer allí: Las patrullas le detenían a uno en cuanto lo sorprendían en una calle de proles y le preguntaban: «¿Quieres enseñarme la documentación camarada? ¿Qué haces por aquí? ¿A qué hora saliste del trabajo? ¿Tienes la costumbre de tomar este camino para ir a tu casa?, y así sucesivamente. No es que hubiera una disposición especial prohibiendo regresar a casa por un camino insólito, mas era lo suficiente para hacerse notar si la Policía del Pensamiento lo descubría. George Orwell 1984 107 Suddenly the whole street was in commotion. There were yells of warning from all sides. People were shooting into the doorways like rabbits. A young woman leapt out of a doorway a little ahead of Winston, grabbed up a tiny child playing in a puddle, whipped her apron round it, and leapt back again, all in one movement. At the same instant a man in a concertina-like black suit, who had emerged from a side alley, ran towards Winston, pointing excitedly to the sky. De pronto, toda la calle empezó a agitarse. Hubo gritos de aviso por todas partes. Hombres, mujeres y niños se metían veloces en sus casas como conejos. Una joven salió como una flecha por una puerta cerca de donde estaba Winston, cogió a un niño que jugaba en un charco, lo envolvió con el delantal y entró de nuevo en su casa; todo ello realizado con increíble rapidez. En el mismo instante, un hombre vestido de negro, que había salido de una callejuela lateral, corrió hacia Winston señalándole nervioso el cielo. 'Steamer!' he yelled. 'Look out, guv'nor! Bang over'ead! Lay down quick!' — ¡El vapor! — gritó —. Mire, maestro. ¡Échese pronto en el suelo! 'Steamer' was a nickname which, for some reason, the proles applied to rocket bombs. Winston promptly flung himself on his face. The proles were nearly always right when they gave you a warning of this kind. They seemed to possess some kind of instinct which told them several seconds in advance when a rocket was coming, although the rockets supposedly travelled faster than sound. Winston clasped his forearms above his head. There was a roar that seemed to make the pavement heave; a shower of light objects pattered on to his back. When he stood up he found that he was covered with fragments of glass from the nearest window. «El vapor» era el apodo que, no se sabía por qué, le habían puesto los proles a las bombas cohetes. Winston se tiró al suelo rápidamente. Los proles llevaban casi siempre razón cuando daban una alarma de esta clase. Parecían poseer una especie de instinto que les prevenía con varios segundos de anticipación de la llegada de un cohete, aunque se suponía que los cohetes volaban con más rapidez que el sonido. Winston se protegió la cabeza con los brazos. Se oyó un rugido que hizo temblar el pavimento, una lluvia de pequeños objetos le cayó sobre la espalda. Cuando se levantó, se encontró cubierto con pedazos de cristal de la ventana más próxima. He walked on. The bomb had demolished a group of houses 200 metres up the street. A black plume of smoke hung in the sky, and below it a cloud of plaster dust in which a crowd was already forming around the ruins. There was a little pile of plaster lying on the pavement ahead of him, and in the middle of it he could see a bright red streak. When he got up to it he saw that it was a human hand severed at the wrist. Apart from the bloody stump, the hand was so completely whitened as to resemble a plaster cast. Siguió andando. La bomba había destruido un grupo de casas de aquella calle doscientos metros más arriba. En el cielo flotaba una negra nube de humo y debajo otra nube, ésta de polvo, envolvía las ruinas en torno a las cuales se agolpaba ya una multitud. Había un pequeño montón de yeso en el pavimento delante de él y en medio se podía ver una brillante raya roja. Cuando se levantó y se acercó a ver qué era vio que se trataba de una mano humana cortada por la muñeca. Aparte del sangriento muñón, la mano era tan blanca que parecía un molde de yeso. He kicked the thing into the gutter, and then, to avoid the crowd, turned down a side-street to the Le dio una patada y la echó a la cloaca, y para evitar la multitud, torció por una calle lateral a la George Orwell 1984 108 right. Within three or four minutes he was out of the area which the bomb had affected, and the sordid swarming life of the streets was going on as though nothing had happened. It was nearly twenty hours, and the drinking-shops which the proles frequented ('pubs', they called them) were choked with customers. From their grimy swing doors, endlessly opening and shutting, there came forth a smell of urine, sawdust, and sour beer. In an angle formed by a projecting house-front three men were standing very close together, the middle one of them holding a folded-up newspaper which the other two were studying over his shoulder. Even before he was near enough to make out the expression on their faces, Winston could see absorption in every line of their bodies. It was obviously some serious piece of news that they were reading. He was a few paces away from them when suddenly the group broke up and two of the men were in violent altercation. For a moment they seemed almost on the point of blows. derecha. A los tres o cuatro minutos estaba fuera de la zona afectada por la bomba y la sórdida vida del suburbio se había reanudado como si nada hubiera ocurrido. Eran casi las veinte y los establecimientos de bebida frecuentados por los proles (les llamaban, con una palabra antiquísima, «tabernas») estaban llenas de clientes. De sus puertas oscilantes, que se abrían y cerraban sin cesar, salía un olor mezclado de orines, serrín y cerveza. En un ángulo formado por una casa de fachada saliente estaban reunidos tres hombres. El de en medio tenía en la mano un periódico doblado que los otros dos miraban por encima de sus hombros. Antes ya de acercarse lo suficiente para ver la expresión de sus caras, pudo deducir Winston, por la inmovilidad de sus cuerpos, que estaban absortos. Lo que leían era seguramente algo de mucha importancia. Estaba a pocos pasos de ellos cuando de pronto se deshizo el grupo y dos de los hombres empezaron a discutir violentamente. Parecía que estaban a punto de pegarse. 'Can't you bleeding well listen to what I say? I tell you no number ending in seven ain't won for over fourteen months!' — ¿No puedes escuchar lo que te digo? Te aseguro que ningún número terminado en siete ha ganado en estos catorce meses. 'Yes, it 'as, then!' — Te digo que sí. 'No, it 'as not! Back 'ome I got the 'ole lot of 'em for over two years wrote down on a piece of paper. I takes 'em down reg'lar as the clock. An' I tell you, no number ending in seven—' — No, no ha salido ninguno terminado en siete. En casa los tengo apuntados todos en un papel desde hace dos años. Nunca dejo de copiar el número. Y te digo que ningún número ha terminado en siete... 'Yes, a seven 'AS won! I could pretty near tell you the bleeding number. Four oh seven, it ended in. It were in February-second week in February.' — Sí; un siete ganó. Además, sé que terminaba en cuatro, cero, siete. Fue en febrero... En la segunda semana de febrero. 'February your grandmother! I got it all down in black and white. An' I tell you, no number—' — Ni en febrero ni nada. Te digo que lo tengo apuntado. 'Oh, pack it in!' said the third man. — Bueno, a ver si lo dejáis —dijo el tercer hombre. They were talking about the Lottery. Winston looked back when he had gone thirty metres. They were still Estaban hablando de la lotería. Winston volvió la cabeza cuando ya estaba a treinta metros de George Orwell 1984 109 arguing, with vivid, passionate faces. The Lottery, with its weekly pay-out of enormous prizes, was the one public event to which the proles paid serious attention. It was probable that there were some millions of proles for whom the Lottery was the principal if not the only reason for remaining alive. It was their delight, their folly, their anodyne, their intellectual stimulant. Where the Lottery was concerned, even people who could barely read and write seemed capable of intricate calculations and staggering feats of memory. There was a whole tribe of men who made a living simply by selling systems, forecasts, and lucky amulets. Winston had nothing to do with the running of the Lottery, which was managed by the Ministry of Plenty, but he was aware (indeed everyone in the party was aware) that the prizes were largely imaginary. Only small sums were actually paid out, the winners of the big prizes being non-existent persons. In the absence of any real intercommunication between one part of Oceania and another, this was not difficult to arrange. distancia. Todavía seguían discutiendo apasionadamente. La lotería, que pagaba cada semana enormes premios, era el único acontecimiento público al que los proles concedían una seria atención. Probablemente, había millones de proles para quienes la lotería era la principal razón de su existencia. Era toda su delicia, su locura, su estimulante intelectual. En todo lo referente a la lotería, hasta la gente que apenas sabía leer y escribir parecía capaz de intrincados cálculos matemáticos y de asombrosas proezas memorísticas. Toda una tribu de proles se ganaba la vida vendiendo predicciones, amuletos, sistemas para dominar el azar y otras cosas que servían a los maniáticos. Winston nada tenía que ver con la organización de la lotería, dependiente del Ministerio de la Abundancia. Pero sabía perfectamente (como cualquier miembro del Partido) que los premios eran en su mayoría imaginarios. Sólo se pagaban pequeñas sumas y los ganadores de los grandes premios eran personas inexistentes. Como no había verdadera comunicación entre una y otra parte de Oceanía, esto resultaba muy fácil. But if there was hope, it lay in the proles. You had to cling on to that. When you put it in words it sounded reasonable: it was when you looked at the human beings passing you on the pavement that it became an act of faith. The street into which he had turned ran downhill. He had a feeling that he had been in this neighbourhood before, and that there was a main thoroughfare not far away. From somewhere ahead there came a din of shouting voices. The street took a sharp turn and then ended in a flight of steps which led down into a sunken alley where a few stallkeepers were selling tired-looking vegetables. At this moment Winston remembered where he was. The alley led out into the main street, and down the next turning, not five minutes away, was the junk-shop where he had bought the blank book which was now his diary. And in a small stationer's shop not far away he had bought his penholder and his bottle of ink. Si había esperanzas, estaba en los proles. Ésta era la idea esencial. Decirlo, sonaba a cosa razonable, pero al mirar aquellos pobres seres humanos, se convertía en un acto de fe. La calle por la que descendía Winston, le despertó la sensación de que ya antes había estado por allí y que no hacía mucho tiempo fue una calle importante. Al final de ella había una escalinata por donde se bajaba a otra calle en la que estaba un mercadillo de legumbres. Entonces recordó Winston dónde estaba: en la primera esquina, a unos cinco minutos de marcha, estaba la tienda de compraventa donde él había adquirido el libro en blanco donde ahora llevaba su Diario. Y en otra tienda no muy distante, había comprado la pluma y el frasco de tinta. He paused for a moment at the top of the steps. On the opposite side of the alley there was a dingy little pub whose windows appeared to be frosted over but in reality were merely coated with dust. A very old Se detuvo un momento en lo alto de la escalinata. Al otro lado de la calle había una sórdida taberna cuyas ventanas parecían cubiertas de escarcha; pero sólo era polvo. Un hombre muy viejo con bigotes George Orwell 1984 110 man, bent but active, with white moustaches that bristled forward like those of a prawn, pushed open the swing door and went in. As Winston stood watching, it occurred to him that the old man, who must be eighty at the least, had already been middleaged when the Revolution happened. He and a few others like him were the last links that now existed with the vanished world of capitalism. In the Party itself there were not many people left whose ideas had been formed before the Revolution. The older generation had mostly been wiped out in the great purges of the fifties and sixties, and the few who survived had long ago been terrified into complete intellectual surrender. If there was any one still alive who could give you a truthful account of conditions in the early part of the century, it could only be a prole. Suddenly the passage from the history book that he had copied into his diary came back into Winston's mind, and a lunatic impulse took hold of him. He would go into the pub, he would scrape acquaintance with that old man and question him. He would say to him: 'Tell me about your life when you were a boy. What was it like in those days? Were things better than they are now, or were they worse?' blancos, encorvado, pero bastante activo, empujó la puerta oscilante y entró. Mientras observaba desde allí, se le ocurrió a Winston que aquel viejo, que por lo menos debía de tener ochenta años, habría sido ya un hombre maduro cuando ocurrió la Revolución. Él y unos cuantos como él eran los últimos eslabones que unían al mundo actual con el mundo desaparecido del capitalismo. En el Partido no había mucha gente cuyas ideas se hubieran formado antes de la Revolución. La generación más vieja había sido barrida casi por completo en las grandes purgas de los años cincuenta y sesenta y los pocos que sobrevivieron vivían aterrorizados y en una entrega intelectual absoluta. Si vivía aún alguien que pudiera contar con veracidad las condiciones de vida en la primera mitad del siglo, tenía que ser un prole. De pronto recordó Winston el trozo del libro de historia que había copiado en su Diario y le asaltó un impulso loco. Entraría en la taberna, trabaría conocimiento con aquel viejo y le interrogaría. Le diría: «Cuénteme su vida cuando era usted un muchacho, ¿se vivía entonces mejor que ahora o peor? Hurriedly, lest he should have time to become frightened, he descended the steps and crossed the narrow street. It was madness of course. As usual, there was no definite rule against talking to proles and frequenting their pubs, but it was far too unusual an action to pass unnoticed. If the patrols appeared he might plead an attack of faintness, but it was not likely that they would believe him. He pushed open the door, and a hideous cheesy smell of sour beer hit him in the face. As he entered the din of voices dropped to about half its volume. Behind his back he could feel everyone eyeing his blue overalls. A game of darts which was going on at the other end of the room interrupted itself for perhaps as much as thirty seconds. The old man whom he had followed was standing at the bar, having some kind of altercation with the barman, a large, stout, hook-nosed young man with enormous forearms. A knot of others, standing round with glasses in their hands, were watching the scene. Precipitadamente, para no tener tiempo de asustarse, bajó la escalinata y cruzó la calle. Desde luego, era una locura. Como de costumbre, no había ninguna prohibición concreta de hablar con los proles y frecuentar sus tabernas, pero no podía pasar inadvertido ya que era rarísimo que alguien lo hiciera. Si aparecía alguna patrulla, Winston podría decir que se había sentido mal, pero no lo iban a creer. Empujó la puerta y le dio en la cara un repugnante olor a queso y a cerveza agria. Al entrar él, las voces casi se apagaron. Todos los presentes le miraban su «mono» azul. Unos individuos que jugaban al blanco con unos dardos se interrumpieron durante medio minuto. El viejo al que él había seguido estaba acodado en el bar discutiendo con el barman, un joven corpulento de nariz ganchuda y enormes antebrazos. Otros clientes, con vasos en la mano, contemplaban la escena. 'I arst you civil enough, didn't I?' said the old man, straightening his shoulders pugnaciously. 'You telling me you ain't got a pint mug in the 'ole — ¿Vas a decirme que no puedes servirme una pinta de cerveza? — decía el viejo. George Orwell 1984 111 bleeding boozer?' 'And what in hell's name IS a pint?' said the barman, leaning forward with the tips of his fingers on the counter. — ¿Y qué demonios de nombre es ese de «pinta»? —preguntó el tabernero inclinándose sobre el mostrador con los dedos apoyados en él. ''Ark at 'im! Calls 'isself a barman and don't know what a pint is! Why, a pint's the 'alf of a quart, and there's four quarts to the gallon. 'Ave to teach you the A, B, C next.' — Escuchad, presume de tabernero y no sabe lo que es una pinta. A éste hay que mandarle a la escuela. 'Never heard of 'em,' said the barman shortly. 'Litre and half litre—that's all we serve. There's the glasses on the shelf in front of you.' — Nunca he oído hablar de pintas para beber. Aquí se sirve por litros, medios litros... Ahí enfrente tiene usted los vasos en ese estante para cada cantidad de líquido. 'I likes a pint,' persisted the old man. 'You could 'a drawed me off a pint easy enough. We didn't 'ave these bleeding litres when I was a young man.' — Cuando yo era joven — insistió el viejo — no bebíamos por litros ni por medios litros. 'When you were a young man we were all living in the treetops,' said the barman, with a glance at the other customers. — Cuando usted era joven nosotros vivíamos en las copas de los árboles —dijo el tabernero guiñándoles el ojo a los otros clientes. There was a shout of laughter, and the uneasiness caused by Winston's entry seemed to disappear. The old man's white-stubbled face had flushed pink. He turned away, muttering to himself, and bumped into Winston. Winston caught him gently by the arm. Hubo una carcajada general y la intranquilidad causada por la llegada de Winston parecía haber desaparecido. El viejo enrojeció, se volvió para marcharse, refunfuñando, y tropezó con Winston. Winston lo cogió deferentemente por el brazo. 'May I offer you a drink?' he said. — ¿Me permite invitarle a beber algo? —dijo. 'You're a gent,' said the other, straightening his shoulders again. He appeared not to have noticed Winston's blue overalls. 'Pint!' he added aggressively to the barman. 'Pint of wallop.' — Usted es un caballero —dijo el otro, que parecía no haberse fijado en el «mono» azul de Winston—. ¡Una pinta, quiera usted o no quiera! — añadió agresivo dirigiéndose al tabernero. The barman swished two half-litres of dark-brown beer into thick glasses which he had rinsed in a bucket under the counter. Beer was the only drink you could get in prole pubs. The proles were supposed not to drink gin, though in practice they Éste llenó dos vasos de medio litro con cerveza negra. La cerveza era la única bebida que se podía conseguir en los establecimientos de bebidas de los proles. Estos no estaban autorizados a beber cerveza aunque en la práctica se la proporcionaban George Orwell could get hold of it easily enough. The game of darts was in full swing again, and the knot of men at the bar had begun talking about lottery tickets. Winston's presence was forgotten for a moment. There was a deal table under the window where he and the old man could talk without fear of being overheard. It was horribly dangerous, but at any rate there was no telescreen in the room, a point he had made sure of as soon as he came in. 1984 112 con mucha facilidad. El tiro al blanco con dardos estaba otra vez en plena actividad y los hombres que bebían en el mostrador discutían sobre billetes de lotería. Todos olvidaron durante unos momentos la presencia de Winston. Había una mesa debajo de una ventana donde el viejo y él podrían hablar sin miedo a ser oídos. Era terriblemente peligroso, pero no había telepantalla en la habitación. De esto se había asegurado Winston en cuanto entró. ''E could 'a drawed me off a pint,' grumbled the old man as he settled down behind a glass. 'A 'alf litre ain't enough. It don't satisfy. And a 'ole litre's too much. It starts my bladder running. Let alone the price.' 'You must have seen great changes since you were a young man,' said Winston tentatively. — Debe usted de haber visto grandes cambios desde que era usted un muchacho empezó a explorar Winston. The old man's pale blue eyes moved from the darts board to the bar, and from the bar to the door of the Gents, as though it were in the bar-room that he expected the changes to have occurred. La pálida mirada azul del viejo recorrió el local como si fuera allí donde los cambios habían ocurrido. 'The beer was better,' he said finally. 'And cheaper! When I was a young man, mild beer-wallop we used to call it —was fourpence a pint. That was before the war, of course.' — La cerveza era mejor —dijo por último—; y más barata. Cuando yo era un jovencito, la cerveza costaba cuatro peniques los tres cuartos. Eso era antes de la guerra, naturalmente. 'Which war was that?' said Winston. — ¿Qué guerra era ésa? —preguntó Winston. 'It's all wars,' said the old man vaguely. He took up his glass, and his shoulders straightened again. ''Ere's wishing you the very best of 'ealth!' — Siempre hay alguna guerra —dijo el anciano con vaguedad. Levantó el vaso y brindó. ¡A su salud, caballero! In his lean throat the sharp-pointed Adam's apple made a surprisingly rapid up-and-down movement, and the beer vanished. Winston went to the bar and came back with two more half-litres. The old man appeared to have forgotten his prejudice against drinking a full litre. En su delgada garganta la nuez puntiaguda hizo un movimiento de sorprendente rapidez arriba y abajo y la cerveza desapareció. Winston se acercó al mostrador y volvió con otros dos medios litros. George Orwell 1984 113 'You are very much older than I am,' said Winston. 'You must have been a grown man before I was born. You can remember what it was like in the old days, before the Revolution. People of my age don't really know anything about those times. We can only read about them in books, and what it says in the books may not be true. I should like your opinion on that. The history books say that life before the Revolution was completely different from what it is now. There was the most terrible oppression, injustice, poverty worse than anything we can imagine. Here in London, the great mass of the people never had enough to eat from birth to death. Half of them hadn't even boots on their feet. They worked twelve hours a day, they left school at nine, they slept ten in a room. And at the same time there were a very few people, only a few thousands—the capitalists, they were called—who were rich and powerful. They owned everything that there was to own. They lived in great gorgeous houses with thirty servants, they rode about in motor-cars and fourhorse carriages, they drank champagne, they wore top hats—' — Usted es mucho mayor que yo —dijo Winston—. Cuando yo nací sería usted ya un hombre hecho y derecho. Usted puede recordar lo que pasaba en los tiempos anteriores a la Revolución; en cambio, la gente de mi edad no sabe nada de esa época. Sólo podemos leerlo en los libros, y lo que dicen los libros puede no ser verdad. Me gustaría saber su opinión sobre esto. Los libros de historia dicen que la vida anterior a la Revolución era por completo distinta de la de ahora. Había una opresión terrible, injusticias, pobreza... en fin, que no puede uno imaginar siquiera lo malo que era aquello. Aquí, en Londres, la gran masa de gente no tenía qué comer desde que nacían hasta que morían. La mitad de aquellos desgraciados no tenían zapatos que ponerse. Trabajaban doce horas al día, dejaban de estudiar a los nueve años y en cada habitación dormían diez personas. Y a la vez había algunos individuos, muy pocos, sólo unos cuantos miles en todo el mundo, los capitalistas, que eran ricos y poderosos. Eran dueños de todo. Vivían en casas enormes y suntuosas con treinta criados, sólo se movían en autos y coches de cuatro caballos, bebían champán y llevaban sombrero de copa. The old man brightened suddenly. El viejo se animó de pronto. 'Top 'ats!' he said. 'Funny you should mention 'em. The same thing come into my 'ead only yesterday, I dono why. I was jest thinking, I ain't seen a top 'at in years. Gorn right out, they 'ave. The last time I wore one was at my sister-in-law's funeral. And that was—well, I couldn't give you the date, but it must'a been fifty years ago. Of course it was only 'ired for the occasion, you understand.' — ¡Sombreros de copa! exclamó. Es curioso que los nombre usted. Ayer mismo pensé en ellos no sé por qué. Me acordé de cuánto tiempo hace que no se ve un sombrero de copa. Han desaparecido por completo. La última vez que llevé uno fue en el entierro de mi cuñada. Y aquello fue... pues por lo menos hace cincuenta años, aunque la fecha exacta no puedo saberla. Claro, ya comprenderá usted que lo alquilé para aquella ocasión... 'It isn't very important about the top hats,' said Winston patiently. 'The point is, these capitalists— they and a few lawyers and priests and so forth who lived on them—were the lords of the earth. Everything existed for their benefit. You—the ordinary people, the workers—were their slaves. They could do what they liked with you. They could ship you off to Canada like cattle. They could sleep with your daughters if they chose. They could order you to be flogged with something called a cat-o'-nine — Lo de los sombreros de copa no tiene gran importancia —dijo Winston con paciencia —. Pero estos capitalistas — ellos, unos cuantos abogados y sacerdotes y los demás auxiliares que vivían de ellos — eran los dueños de la tierra. Todo lo que existía era para ellos. Ustedes, la gente corriente, los trabajadores, eran sus esclavos. Los capitalistas podían hacer con ustedes lo que quisieran. Por ejemplo, mandarlos al Canadá como ganado. Si se les antojaba, se podían acostar con las hijas de George Orwell tails. You had to take your cap off when you passed them. Every capitalist went about with a gang of lackeys who—' 1984 114 ustedes. Y cuando se enfadaban, los azotaban a ustedes con un látigo llamado el gato de nueve colas. Si se encontraban ustedes a un capitalista por la calle, tenían que quitarse la gorra. Cada capitalista salía acompañado por una pandilla de lacayos que... The old man brightened again. 'Lackeys!' he said. 'Now there's a word I ain't 'eard since ever so long. Lackeys! That reg'lar takes me back, that does. I recollect—oh, donkey's years ago—I used to sometimes go to 'Yde Park of a Sunday afternoon to 'ear the blokes making speeches. Salvation Army, Roman Catholics, Jews, Indians—all sorts there was. And there was one bloke-well, I couldn't give you 'is name, but a real powerful speaker 'e was. 'E didn't 'alf give it 'em! "Lackeys!" 'e says, "lackeys of the bourgeoisie! Flunkies of the ruling class!" Parasites—that was another of them. And 'yenas-'e definitely called 'em 'yenas. Of course 'e was referring to the Labour Party, you understand.' — ¡Lacayos! Ahí tiene usted una palabra que no he oído desde hace muchísimos años. ¡Lacayos! Eso me recuerda muchas cosas pasadas. Hará medio siglo aproximadamente, solía pasear yo a veces por Hyde Park los domingos por la tarde para escuchar a unos tipos que pronunciaban discursos: Ejército de salvación, católicos, judíos, indios... En fin, allí había de todo. Y uno de ellos..., no puedo recordar el nombre, pero era un orador de primera, no hacía más que gritar: «¡Lacayos, lacayos de la burguesía! ¡Esclavos de las clases dirigentes!». Y también le gustaba mucho llamarlos parásitos y a los otros les llamaba hienas. Sí, una palabra algo así como hiena. Claro que se refería al Partido Laborista, ya se hará usted cargo. Winston had the feeling that they were talking at cross-purposes. Winston tenía la sensación de que cada uno de ellos estaba hablando por su cuenta. Debía orientar un poco la conversación: 'What I really wanted to know was this,' he said. 'Do you feel that you have more freedom now than you had in those days? Are you treated more like a human being? In the old days, the rich people, the people at the top—' — Lo que yo quiero saber es si le parece a usted que hoy día tenemos más libertad que en la época de usted. ¿Le tratan a usted más como un ser humano? En el pasado, los ricos, los que estaban en lo alto... 'The 'Ouse of Lords,' put in the old man reminiscently. — La Cámara de los Lores — evocó el viejo. 'The House of Lords, if you like. What I am asking is, were these people able to treat you as an inferior, simply because they were rich and you were poor? Is it a fact, for instance, that you had to call them "Sir" and take off your cap when you passed them?' — Bueno, la Cámara de los Lores. Le pregunto a usted si esa gente le trataba como a un inferior por el simple hecho de que ellos eran ricos y usted pobre. Por ejemplo, ¿es cierto que tenía usted que quitarse la gorra y llamarles «señor» cuando se los cruzaba usted por la calle? George Orwell 1984 115 The old man appeared to think deeply. He drank off about a quarter of his beer before answering. El hombre reflexionó profundamente. Antes de contestar se bebió un cuarto de litro de cerveza. 'Yes,' he said. 'They liked you to touch your cap to 'em. It showed respect, like. I didn't agree with it, myself, but I done it often enough. Had to, as you might say.' — Sí —dijo por fin —. Les gustaba que uno se llevara la mano a la gorra. Era una señal de respeto. Yo no estaba conforme con eso, pero lo hacía muchas veces. No tenía más remedio. 'And was it usual—I'm only quoting what I've read in history books—was it usual for these people and their servants to push you off the pavement into the gutter?' — ¿Y era habitual? — tenga usted en cuenta que estoy repitiendo lo que he leído en nuestros libros de texto para las escuelas —, era habitual en aquella gente, en los capitalistas, empujarles a ustedes de la acera para tener libre el paso? 'One of 'em pushed me once,' said the old man. 'I recollect it as if it was yesterday. It was Boat Race night—terribly rowdy they used to get on Boat Race night—and I bumps into a young bloke on Shaftesbury Avenue. Quite a gent, 'e was—dress shirt, top 'at, black overcoat. 'E was kind of zigzagging across the pavement, and I bumps into 'im accidental-like. 'E says, "Why can't you look where you're going?" 'e says. I say, "Ju think you've bought the bleeding pavement?" 'E says, "I'll twist your bloody 'ead off if you get fresh with me." I says, "You're drunk. I'll give you in charge in 'alf a minute," I says. An' if you'll believe me, 'e puts 'is 'and on my chest and gives me a shove as pretty near sent me under the wheels of a bus. Well, I was young in them days, and I was going to 'ave fetched 'im one, only—' — Uno me empujó una vez —dijo el anciano —. Lo recuerdo como si fuera ayer. Era un día de regatas nocturnas y en esas noches había mucha gente grosera, y me tropecé con un tipo joven y jactancioso en la avenida Shaftesbury. Era un caballero, iba vestido de etiqueta y con sombrero de copa. Venía haciendo zigzags por la acera y tropezó conmigo. Me dijo: «¿Por qué no mira usted por dónde va?». Yo le dije: «¡A ver si se ha creído usted que ha comprado la acera!». Y va y me contesta: «Le voy a dar a usted para el pelo si se descara así conmigo». Entonces yo le solté: «Usted está borracho y, si quiero, acabo con usted en medio minuto». Sí señor, eso le dije y no sé si me creerá usted, pero fue y me dio un empujón que casi me manda debajo de las ruedas de un autobús. Pero yo por entonces era joven y me dispuse a darle su merecido; sin embargo... A sense of helplessness took hold of Winston. The old man's memory was nothing but a rubbish-heap of details. One could question him all day without getting any real information. The party histories might still be true, after a fashion: they might even be completely true. He made a last attempt. Winston perdía la esperanza de que el viejo le dijera algo interesante. La memoria de aquel hombre no era más que un montón de detalles. Aunque se pasara el día interrogándole, nada sacaría en claro. Según sus «declaraciones», los libros de Historia publicados por el Partido podían seguir siendo verdad, después de todo; podían ser incluso completamente verídicos. Hizo un último intento. 'Perhaps I have not made myself clear,' he said. — Quizás no me he explicado bien. Lo que trato de George Orwell 1984 116 'What I'm trying to say is this. You have been alive a very long time; you lived half your life before the Revolution. In 1925, for instance, you were already grown up. Would you say from what you can remember, that life in 1925 was better than it is now, or worse? If you could choose, would you prefer to live then or now?' decir es esto: usted ha vivido mucho tiempo; la mitad de su vida ha transcurrido antes de la Revolución. En 1925, por ejemplo, era usted ya un hombre. ¿Podría usted decir, por lo que recuerda de entonces, que la vida era en 1925 mejor que ahora o peor? Si tuviera usted que escoger, ¿preferiría usted vivir entonces o ahora? The old man looked meditatively at the darts board. He finished up his beer, more slowly than before. When he spoke it was with a tolerant philosophical air, as though the beer had mellowed him. El anciano contempló meditabundo a los que tiraban al blanco. Terminó su cerveza con más lentitud que la vez anterior y por último habló con un tono filosófico y tolerante como si la cerveza lo hubiera dulcificado. 'I know what you expect me to say,' he said. 'You expect me to say as I'd sooner be young again. Most people'd say they'd sooner be young, if you arst 'em. You got your 'ealth and strength when you're young. When you get to my time of life you ain't never well. I suffer something wicked from my feet, and my bladder's jest terrible. Six and seven times a night it 'as me out of bed. On the other 'and, there's great advantages in being a old man. You ain't got the same worries. No truck with women, and that's a great thing. I ain't 'ad a woman for near on thirty year, if you'd credit it. Nor wanted to, what's more.' — Ya sé lo que espera usted que le diga. Usted querría que le dijera que prefiero volver a ser joven. Muchos lo dicen porque en la juventud se tiene salud y fuerza. En cambio, a mis años nunca se está bien del todo. Tengo muchos achaques. He de levantarme seis y siete veces por la noche cuando me da el dolor. Por otra parte, esto de ser viejo tiene muchas ventajas. Por ejemplo, las mujeres no le preocupan a uno y eso es una gran ventaja. Yo hace treinta años que no he estado con una mujer, no sé si me creerá usted. Pero lo más grande es que no he tenido ganas. Winston sat back against the window-sill. It was no use going on. He was about to buy some more beer when the old man suddenly got up and shuffled rapidly into the stinking urinal at the side of the room. The extra half-litre was already working on him. Winston sat for a minute or two gazing at his empty glass, and hardly noticed when his feet carried him out into the street again. Within twenty years at the most, he reflected, the huge and simple question, 'Was life better before the Revolution than it is now?' would have ceased once and for all to be answerable. But in effect it was unanswerable even now, since the few scattered survivors from the ancient world were incapable of comparing one age with another. They remembered a million useless things, a quarrel with a workmate, a hunt for a lost bicycle pump, the expression on a long-dead sister's face, the swirls of dust on a windy morning seventy years ago: but all the relevant facts were outside the range of their vision. They were like the ant, which can see small objects but not large ones. And when Winston se apoyó en el alféizar de la ventana. Era inútil proseguir. Iba a pedir más cerveza cuando el viejo se levantó de pronto y se dirigió renqueando hacia el urinario apestoso que estaba al fondo del local. Winston siguió unos minutos sentado contemplando su vaso vacío y, casi sin darse cuenta, se encontró otra vez en la calle. Dentro de veinte años, a lo más — pensó —, la inmensa y sencilla pregunta «¿Era la vida antes de la Revolución mejor que ahora?» dejaría de tener sentido por completo. Pero ya ahora era imposible contestarla, puesto que los escasos supervivientes del mundo antiguo eran incapaces de comparar una época con otra. Recordaban un millón de cosas insignificantes, una pelea con un, compañero de trabajo, la búsqueda de una bomba de bicicleta que habían perdido, la expresión habitual de una hermana fallecida hacía muchos años, los torbellinos de polvo que se formaron en una mañana tormentosa hace setenta años... pero todos los hechos trascendentales quedaban fuera del radio George Orwell 1984 117 memory failed and written records were falsified— when that happened, the claim of the Party to have improved the conditions of human life had got to be accepted, because there did not exist, and never again could exist, any standard against which it could be tested. de su atención. Eran como las hormigas, que pueden ver los objetos pequeños, pero no los grandes. Y cuando la memoria fallaba y los testimonios escritos eran falsificados, la: pretensiones del Partido de haber mejorado las condiciones de la vida humana tenían que ser aceptadas necesariamente porque no existía ni volvería nunca a existir un nivel de vida con el cual pudieran ser comparadas. At this moment his train of thought stopped abruptly. He halted and looked up. He was in a narrow street, with a few dark little shops, interspersed among dwelling-houses. Immediately above his head there hung three discoloured metal balls which looked as if they had once been gilded. He seemed to know the place. Of course! He was standing outside the junkshop where he had bought the diary. En aquel momento el fluir de sus pensamientos se interrumpió de repente. Se detuvo y levantó la vista. Se halle ha en una calle estrecha con unas cuantas tiendecitas oscura salpicadas entre casas de vecinos. Exactamente encima de su cabeza pendían unas bolas de metal descoloridas que habían sido doradas. Conocía este sitio. Era la tienda donde había comprado el Diario. Sintió miedo. A twinge of fear went through him. It had been a sufficiently rash act to buy the book in the beginning, and he had sworn never to come near the place again. And yet the instant that he allowed his thoughts to wander, his feet had brought him back here of their own accord. It was precisely against suicidal impulses of this kind that he had hoped to guard himself by opening the diary. At the same time he noticed that although it was nearly twentyone hours the shop was still open. With the feeling that he would be less conspicuous inside than hanging about on the pavement, he stepped through the doorway. If questioned, he could plausibly say that he was trying to buy razor blades. Ya había sido bastante, arriesgado comprar el libro y se había jurado a sí mismo no aparecer nunca más por allí. Sin embargo, en cuanto permitió a sus pensamientos que corrieran en libertad, le habían traído sus pies a aquel mismo sitio. Precisamente, había iniciado su Diario para librarse de impulsos suicidas como aquél. Al mismo tiempo, notó que aunque eran las veintiuna seguía abierta la tienda. Creyendo que sería más prudente estar oculto dentro de la tienda que a la vista de todos en medio de la calle, entró. Si le preguntaban podía decir que andaba buscando hojas de afeitar. The proprietor had just lighted a hanging oil lamp which gave off an unclean but friendly smell. He was a man of perhaps sixty, frail and bowed, with a long, benevolent nose, and mild eyes distorted by thick spectacles. His hair was almost white, but his eyebrows were bushy and still black. His spectacles, his gentle, fussy movements, and the fact that he was wearing an aged jacket of black velvet, gave him a vague air of intellectuality, as though he had been some kind of literary man, orperhaps a musician. His voice was soft, as though faded, and his accent less debased than that of the majority of proles. El dueño acababa de encender una lámpara de aceite que echaba un olor molesto, pero tranquilizador. Era un hombre de unos sesenta años, de aspecto frágil, y un poco encorvado, con una nariz larga y simpática y ojos de suave mirar a pesar de las gafas de gruesos cristales. Su cabello era casi blanco, pero las cejas, muy pobladas, se conservaban negras. Sus gafas, sus movimientos acompañados y el hecho de que llevaba una vieja chaqueta de terciopelo negro le daban un cierto aire intelectual como si hubiera sido un hombre de letras o quizás un músico. De voz suave, algo apagada, tenía un acento menos marcado que la mayoría de los proles. George Orwell 1984 118 'I recognized you on the pavement,' he said immediately. 'You're the gentleman that bought the young lady's keepsake album. That was a beautiful bit of paper, that was. Cream-laid, it used to be called. There's been no paper like that made for—oh, I dare say fifty years.' He peered at Winston over the top of his spectacles. 'Is there anything special I can do for you? Or did you just want to look round?' — Le reconocí a usted cuando estaba ahí fuera parado —dijo inmediatamente. Usted es el caballero que me compró aquel álbum para regalárselo, seguramente, a alguna señorita. Era de muy buen papel. «Papel crema» solían llamarle. Por lo menos hace cincuenta años que no se ha vuelto a fabricar un papel como ése — miró a Winston por encima de sus gafas. ¿Puedo servirle en algo especial? ¿O sólo quería usted echar un vistazo? 'I was passing,' said Winston vaguely. 'I just looked in. I don't want anything in particular.' — Pasaba por aquí —dijo Winston vagamente. He entrado a mirar estas cosas. No deseo nada concreto. 'It's just as well,' said the other, 'because I don't suppose I could have satisfied you.' He made an apologetic gesture with his softpalmed hand. 'You see how it is; an empty shop, you might say. Between you and me, the antique trade's just about finished. No demand any longer, and no stock either. Furniture, china, glass it's all been broken up by degrees. And of course the metal stuff's mostly been melted down. I haven't seen a brass candlestick in years.' — Me alegro —dijo el otro — porque no creo que pudiera haberle servido. — Hizo un gesto de disculpa con su fina mano derecha —. Ya ve usted; la tienda está casi vacía. Entre nosotros, le diré que el negocio de antigüedades está casi agotado. Ni hay clientes ni disponemos de género. Los muebles, los objetos de porcelana y de cristal... todo eso ha ido desapareciendo poco a poco, y los hierros artísticos y demás metales han sido fundidos casi en su totalidad. No he vuelto a ver un candelabro de bronce desde hace muchos años. The tiny interior of the shop was in fact uncomfortably full, but there was almost nothing in it of the slightest value. The floorspace was very restricted, because all round the walls were stacked innumerable dusty picture-frames. In the window there were trays of nuts and bolts, worn-out chisels, penknives with broken blades, tarnished watches that did not even pretend to be in going order, and other miscellaneous rubbish. Only on a small table in the corner was there a litter of odds and ends— lacquered snuffboxes, agate brooches, and the like— which looked as though they might include something interesting. As Winston wandered towards the table his eye was caught by a round, smooth thing that gleamed softly in the lamplight, and he picked it up. En efecto, el interior de la pequeña tienda estaba atestado de objetos, pero casi ninguno de ellos tenía el más pequeño valor. Había muchos cuadros que cubrían por completo las paredes. En el escaparate se exhibían portaplumas rotos, cinceles mellados, relojes mohosos que no pretendían funcionar y otras baratijas. Sólo en una mesita de un rincón había algunas cosas de interés: cajitas de rapé, broches de ágata, etc. Al acercarse Winston a esta mesa le sorprendió un objeto redondo y brillante que cogió para examinarlo. It was a heavy lump of glass, curved on one side, flat Era un trozo de cristal en forma de hemisferio. George Orwell 1984 119 on the other, making almost a hemisphere. There was a peculiar softness, as of rainwater, in both the colour and the texture of the glass. At the heart of it, magnified by the curved surface, there was a strange, pink, convoluted object that recalled a rose or a sea anemone. Tenía una suavidad muy especial, tanto por su color como por la calidad del cristal. En su centro, aumentado por la superficie curvada, se veía un objeto extraño que recordaba a una rosa o una anémona. 'What is it?' said Winston, fascinated. — ¿Qué es esto? —dijo Winston, fascinado. 'That's coral, that is,' said the old man. 'It must have come from the Indian Ocean. They used to kind of embed it in the glass. That wasn't made less than a hundred years ago. More, by the look of it.' — Eso es coral —dijo el hombre —. Creo que procede del Océano Indico. Solían engarzarlo dentro de una cubierta de cristal. Por lo menos hace un siglo que lo hicieron. Seguramente más, a juzgar por su aspecto. 'It's a beautiful thing,' said Winston. — Es de una gran belleza —dijo Winston. 'It is a beautiful thing,' said the other appreciatively. 'But there's not many that'd say so nowadays.' He coughed. 'Now, if it so happened that you wanted to buy it, that'd cost you four dollars. I can remember when a thing like that would have fetched eight pounds, and eight pounds was—well, I can't work it out, but it was a lot of money. But who cares about genuine antiques nowadays—even the few that's left?' — De una gran belleza, sí, señor — repitió el otro con tono de entendido —. Pero hoy día no hay muchas personas que lo sepan reconocer — carraspeó —. Si usted quisiera comprarlo, le costaría cuatro dólares. Recuerdo el tiempo en que una cosa como ésta costaba ocho libras, y ocho libras representaban... en fin, no sé exactamente cuánto; desde luego, muchísimo dinero. Pero ¿quién se preocupa hoy por las antigüedades auténticas, por las pocas que han quedado? Winston immediately paid over the four dollars and slid the coveted thing into his pocket. What appealed to him about it was not so much its beauty as the air it seemed to possess of belonging to an age quite different from the present one. The soft, rainwatery glass was not like any glass that he had ever seen. The thing was doubly attractive because of its apparent uselessness, though he could guess that it must once have been intended as a paperweight. It was very heavy in his pocket, but fortunately it did not make much of a bulge. It was a queer thing, even a compromising thing, for a Party member to have in his possession. Anything old, and for that matter anything beautiful, was always vaguely suspect. The old man had grown noticeably more cheerful after receiving the four dollars. Winston realized that he would have accepted three or even two. Winston pagó inmediatamente los cuatro dólares y se guardó el codiciado objeto en el bolsillo. Lo que le atraía de él no era tanto su belleza como el aire que tenía de pertenecer a una época completamente distinta de la actual. Aquel cristal no se parecía a ninguno de los que él había visto. Era de una suavidad extraordinaria, con reflejos acuosos. Era el coral doblemente atractivo por su aparente inutilidad, aunque Winston pensó que en tiempos lo habían utilizado como pisapapeles. Pesaba mucho, pero afortunadamente, no le abultaba demasiado en el bolsillo. Para un miembro del Partido era comprometedor llevar una cosa como aquélla. Todo lo antiguo, y mucho más lo que tuviera alguna belleza, resultaba vagamente sospechoso. El dueño de la tienda pareció alegrarse mucho de cobrar los cuatro dólares. Winston comprendió que se habría contentado con tres e incluso con dos. George Orwell 1984 120 'There's another room upstairs that you might care to take a look at,' he said. 'There's not much in it. Just a few pieces. We'll do with a light if we're going upstairs.' — Arriba tengo otra habitación que quizás le interesara a usted ver — le propuso —. No hay gran cosa en ella, pero tengo dos o tres piezas... Llevaremos una luz. He lit another lamp, and, with bowed back, led the way slowly up the steep and worn stairs and along a tiny passage, into a room which did not give on the street but looked out on a cobbled yard and a forest of chimney-pots. Winston noticed that the furniture was still arranged as though the room were meant to be lived in. There was a strip of carpet on the floor, a picture or two on the walls, and a deep, slatternly arm-chair drawn up to the fireplace. An oldfashioned glass clock with a twelve-hour face was ticking away on the mantelpiece. Under the window, and occupying nearly a quarter of the room, was an enormous bed with the mattress still on it. Encendió otra lámpara y agachándose subió lentamente por la empinada escalera, de peldaños medio rotos. Luego entraron por un pasillo estrecho siguiendo hasta una habitación que no daba a la calle, sino a un patio y a un bosque de chimeneas. Winston notó que los muebles estaban dispuestos como si fuera a vivir alguien en el cuarto. Había una alfombra en el suelo, un cuadro o dos en las paredes, y un sillón junto a la chimenea. Un antiguo reloj de cristal, en cuya esfera figuraban las doce horas, estilo antiguo, emitía su tic-tac desde la repisa de la chimenea. Bajo la ventana y ocupando casi la cuarta parte de la estancia había una enorme cama con el colchón descubierto. 'We lived here till my wife died,' said the old man half apologetically. 'I'm selling the furniture off by little and little. Now that's a beautiful mahogany bed, or at least it would be if you could get the bugs out of it. But I dare say you'd find it a little bit cumbersome.' — Aquí vivíamos hasta que murió mi mujer —dijo el vendedor disculpándose. Voy vendiendo los muebles poco a poco. Ésa es una preciosa cama de caoba. Lo malo son las chinches. Si hubiera manera de acabar con ellas... He was holding the lamp high up, so as to illuminate the whole room, and in the warm dim light the place looked curiously inviting. The thought flitted through Winston's mind that it would probably be quite easy to rent the room for a few dollars a week, if he dared to take the risk. It was a wild, impossible notion, to be abandoned as soon as thought of; but the room had awakened in him a sort of nostalgia, a sort of ancestral memory. It seemed to him that he knew exactly what it felt like to sit in a room like this, in an arm-chair beside an open fire with your feet in the fender and a kettle on the hob; utterly alone, utterly secure, with nobody watching you, no voice pursuing you, no sound except the singing of the kettle and the friendly ticking of the clock. Sostenía la lámpara lo más alto posible para iluminar toda la habitación y a su débil luz resultaba aquel sitio muy acogedor. A Winston se le ocurrió pensar que sería muy fácil alquilar este cuarto por unos cuantos dólares a la semana si se decidiera a correr el riesgo. Era una idea descabellada, desde luego, pero el dormitorio había despertado en él una especie de nostalgia, un recuerdo ancestral. Le parecía saber exactamente lo que se experimentaba al reposar en una habitación como aquélla, hundido en un butacón junto al fuego de la chimenea mientras se calentaba la tetera en las brasas. Allí solo, completamente seguro, sin nadie más que le vigilara a uno, sin voces que le persiguieran ni más sonido que el murmullo de la tetera y el amable tic-tac del reloj. 'There's no telescreen!' he could not help murmuring. — ¡No hay telepantalla! — se le escapó en voz George Orwell 1984 121 baja. 'Ah,' said the old man, 'I never had one of those things. Too expensive. And I never seemed to feel the need of it, somehow. Now that's a nice gateleg table in the corner there. Though of course you'd have to put new hinges on it if you wanted to use the flaps.' — Ah —dijo el hombre. Nunca he tenido esas cosas. Son demasiado caras. Además no veo la necesidad... Fíjese en esa mesita de aquella esquina. Aunque, naturalmente, tendría usted que poner nuevos goznes si quisiera utilizar las alas. There was a small bookcase in the other corner, and Winston had already gravitated towards it. It contained nothing but rubbish. The hunting-down and destruction of books had been done with the same thoroughness in the prole quarters as everywhere else. It was very unlikely that there existed anywhere in Oceania a copy of a book printed earlier than 1960. The old man, still carrying the lamp, was standing in front of a picture in a rosewood frame which hung on the other side of the fireplace, opposite the bed. En otro rincón había una pequeña librería. Winston se apresuró a examinarla. No había ningún libro interesante en ella. La caza y destrucción de libros se había realizado de un modo tan completo en los barrios proles como en las casas del Partido y en todas partes. Era casi imposible que existiera en toda Oceanía un ejemplar de un libro impreso antes de 1960. El vendedor, sin dejar la lámpara, se había detenido ante un cuadrito enmarcado en palo rosa, colgado al otro lado de la chimenea, frente a la cama. 'Now, if you happen to be interested in old prints at all—' he began delicately. — Si le interesan a usted los grabados antiguos... — propuso delicadamente. Winston came across to examine the picture. It was a steel engraving of an oval building with rectangular windows, and a small tower in front. There was a railing running round the building, and at the rear end there was what appeared to be a statue. Winston gazed at it for some moments. It seemed vaguely familiar, though he did not remember the statue. Winston se acercó para examinar el cuadro. Era un grabado en acero de un edificio ovalado con ventanas rectangulares y una pequeña torre en la fachada. En torno al edificio corría una verja y al fondo se veía una estatua. Winston la contempló unos momentos. Le parecía algo familiar, pero no podía recordar la estatua. 'The frame's fixed to the wall,' said the old man, 'but I could unscrew it for you, I dare say.' — El marco está clavado en la pared —dijo el otro —, pero podría destornillarlo si usted lo quiere. 'I know that building,' said Winston finally. 'It's a ruin now. It's in the middle of the street outside the Palace of Justice.' — Conozco ese edificio —dijo Winston por fin —. Está ahora en ruinas, cerca del Palacio de Justicia. 'That's right. Outside the Law Courts. It was bombed in—oh, many years ago. It was a church at one time, St Clement Danes, its name was.' He smiled apologetically, as though conscious of saying — Exactamente. Fue bombardeado hace muchos años. En tiempos fue una iglesia. Creo que la llamaban San Clemente. — Sonrió como disculpándose por haber dicho algo ridículo y George Orwell 1984 122 something slightly ridiculous, and added: 'Oranges and lemons, say the bells of St Clement's!' añadió —. «Naranjas y limones, dicen las campanas de San Clemente». 'What's that?' said Winston. — ¿Cómo? —dijo Winston. 'Oh—"Oranges and lemons, say the bells of St Clement's." That was a rhyme we had when I was a little boy. How it goes on I don't remember, but I do know it ended up, "Here comes a candle to light you to bed, Here comes a chopper to chop off your head." It was a kind of a dance. They held out their arms for you to pass under, and when they came to "Here comes a chopper to chop off your head" they brought their arms down and caught you. It was just names of churches. All the London churches were in it—all the principal ones, that is.' — Es de unos versos que yo sabía de pequeño. Empezaban: «Naranjas y limones, dicen las campanas de San Clemente». Ya no recuerdo cómo sigue. Pero sí me acuerdo de la terminación: «Aquí tienes una vela para alumbrarte cuando te vayas a acostar. Aquí tienes un hacha para cortarte la cabeza». Era una especie de danza. Unos tendían los brazos y otros pasaban por debajo y cuando llegaban a aquello de «He aquí el hacha para cortarte la cabeza», bajaban los brazos y le cogían a uno. La canción estaba formada por los nombres de varias iglesias, de todas las principales que había en Londres. Winston wondered vaguely to what century the church belonged. It was always difficult to determine the age of a London building. Anything large and impressive, if it was reasonably new in appearance, was automatically claimed as having been built since the Revolution, while anything that was obviously of earlier date was ascribed to some dim period called the Middle Ages. The centuries of capitalism were held to have produced nothing of any value. One could not learn history from architecture any more than one could learn it from books. Statues, inscriptions, memorial stones, the names of streets—anything that might throw light upon the past had been systematically altered. Winston se preguntó a qué siglo pertenecerían las iglesias. Siempre era difícil determinar la edad de un edificio de Londres. Cualquier construcción de gran tamaño e impresionante aspecto, con tal de que no se estuviera derrumbando de puro vieja, se decía automáticamente que había sido construida después de la Revolución, mientras que todo lo anterior se adscribía a un oscuro período llamado la Edad Media. Los siglos de capitalismo no habían producido nada de valor. Era imposible aprender historia a través de los monumentos y de la arquitectura. Las estatuas, inscripciones, lápidas, los nombres de las calles, todo lo que pudiera arrojar alguna luz sobre el pasado, había sido alterado sistemáticamente. 'I never knew it had been a church,' he said. — No sabía que había sido una iglesia —dijo Winston. 'There's a lot of them left, really,' said the old man, 'though they've been put to other uses. Now, how did that rhyme go? Ah! I've got it! — En realidad, hay todavía muchas de ellas aunque se han dedicado a otros fines — le aclaró el dueño de la tienda —. Ahora recuerdo otro verso: "Oranges and lemons, say the bells of St Clement's, You owe me three farthings, say the bells of St Martin's—" Naranjas y limones, dicen las campanas de San Clemente, me debes tres peniques, dicen las campanas de San Martín. George Orwell 1984 123 there, now, that's as far as I can get. A farthing, that was a small copper coin, looked something like a cent.' No puedo recordar más versos. 'Where was St Martin's?' said Winston. — ¿Dónde estaba San Martín? —dijo Winston. 'St Martin's? That's still standing. It's in Victory Square, alongside the picture gallery. A building with a kind of a triangular porch and pillars in front, and a big flight of steps.' — ¿San Martín? Está todavía en pie. Sí, en la Plaza de la Victoria, junto al Museo de Pinturas. Es una especie de porche triangular con columnas y grandes escalinatas. Winston knew the place well. It was a museum used for propaganda displays of various kinds—scale models of rocket bombs and Floating Fortresses, waxwork tableaux illustrating enemy atrocities, and the like. Winston conocía bien aquel lugar. El edificio se usaba para propaganda de varias clases: exposiciones de maquetas de bombas cohete y de fortalezas volantes, grupos de figuras de cera que ilustraban las atrocidades del enemigo y cosas por el estilo. 'St Martin's-in-the-Fields it used to be called,' supplemented the old man, 'though I don't recollect any fields anywhere in those parts.' — San Martín de los Campos, como le llamaban — aclaró el otro —, aunque no recuerdo que hubiera campos por esa parte. Winston did not buy the picture. It would have been an even more incongruous possession than the glass paperweight, and impossible to carry home, unless it were taken out of its frame. But he lingered for some minutes more, talking to the old man, whose name, he discovered, was not Weeks—as one might have gathered from the inscription over the shop-front— but Charrington. Mr Charrington, it seemed, was a widower aged sixty-three and had inhabited this shop for thirty years. Throughout that time he had been intending to alter the name over the window, but had never quite got to the point of doing it. All the while that they were talking the half-remembered rhyme kept running through Winston's head. Oranges and lemons say the bells of St Clement's, You owe me three farthings, say the bells of St Martin's! It was curious, but when you said it to yourself you had the illusion of actually hearing bells, the bells of a lost London that still existed somewhere or other, disguised and forgotten. From one ghostly steeple after another he seemed to hear them pealing forth. Yet so far as he could remember Winston no compró el cuadro. Hubiera sido una posesión aún más incongruente que el pisapapeles de cristal e imposible de llevar a casa a no ser que le hubiera quitado el marco. Pero se quedó unos minutos más hablando con el dueño, cuyo nombre no era Weeks — como él había supuesto por el rótulo de la tienda —, sino Charrington. El señor Charrington era viudo, tenía sesenta y tres años y había habitado en la tienda desde hacía treinta. En todo este tiempo había pensado cambiar el nombre que figuraba en el rótulo, pero nunca había llegado a convencerse de la necesidad de hacerlo. Durante toda su conversación, la canción medio recordada le zumbaba a Winston en la cabeza. Naranjas y limones, dicen las campanas de San Clemente, me debes tres peniques, dicen las campanas de San Martín. Era curioso que al repetirse esos versos tuviera la sensación de estar oyendo campanas, las campanas de un Londres desaparecido o que existía en alguna parte. Winston, sin embargo, no recordaba haber oído campanas en su vida. George Orwell 1984 124 he had never in real life heard church bells ringing. He got away from Mr Charrington and went down the stairs alone, so as not to let the old man see him reconnoitring the street before stepping out of the door. He had already made up his mind that after a suitable interval—a month, say—he would take the risk of visiting the shop again. It was perhaps not more dangerous than shirking an evening at the Centre. The serious piece of folly had been to come back here in the first place, after buying the diary and without knowing whether the proprietor of the shop could be trusted. However—! Salió de la tienda del señor Charrington. Se había adelantado a él desde el piso de arriba. No quería que lo acompañase hasta la puerta para que no se diera cuenta de que reconocía la calle por si había alguien. En efecto, había decidido volver a visitar la tienda cuando pasara un tiempo prudencial; por ejemplo, un mes. Después de todo, esto no era más peligroso que faltar una tarde al Centro. Lo más arriesgado había sido volver después de comprar el Diario sin saber si el dueño de la tienda era de fiar. Sin embargo... Yes, he thought again, he would come back. He would buy further scraps of beautiful rubbish. He would buy the engraving of St Clement Danes, take it out of its frame, and carry it home concealed under the jacket of his overalls. He would drag the rest of that poem out of Mr Charrington's memory. Even the lunatic project of renting the room upstairs flashed momentarily through his mind again. For perhaps five seconds exaltation made him careless, and he stepped out on to the pavement without so much as a preliminary glance through the window. He had even started humming to an improvised tune Sí, pensó otra vez, volvería. Compraría más objetos antiguos y bellos. Compraría el grabado de San Clemente y se lo llevaría a casa sin el marco escondiéndolo debajo del «mono». Le haría recordar al señor Charrington el resto de aquel poema. Incluso el desatinado proyecto de alquilar la habitación del primer piso, le tentó de nuevo. Durante unos cinco segundos, su exaltación le hizo imprudente y salió a la calle sin asegurarse antes por el escaparate de que no pasaba nadie. Incluso empezó a tararear con música improvisada. Oranges and lemons, say the bells of St Clement's, You owe me three farthings, say the— Naranjas y limones, dicen las campanas de San Clemente, me debes tres peniques, dicen las... Suddenly his heart seemed to turn to ice and his bowels to water. A figure in blue overalls was coming down the pavement, not ten metres away. It was the girl from the Fiction Department, the girl with dark hair. The light was failing, but there was no difficulty in recognizing her. She looked him straight in the face, then walked quickly on as though she had not seen him. De pronto pareció helársele el corazón y derretírsele las entrañas. Una figura en «mono» azul avanzaba hacia él a unos diez metros de distancia. Era la muchacha del Departamento de Novela, la joven del cabello negro. Anochecía, pero podía reconocerla fácilmente. Ella lo miró directamente a la cara y luego apresuró el paso y pasó junto a él como si no lo hubiera visto. For a few seconds Winston was too paralysed to move. Then he turned to the right and walked heavily away, not noticing for the moment that he was going in the wrong direction. At any rate, one question was settled. There was no doubting any longer that the girl was spying on him. She must have followed him here, because it was not credible Durante unos cuantos segundos, Winston quedó paralizado. Luego torció a la derecha y anduvo sin notar que iba en dirección equivocada. De todos modos, era evidente que la joven lo espiaba. Tenía que haberío seguido hasta allí, pues no podía creerse que por pura casualidad hubiera estado paseando en la misma tarde por la misma callejuela George Orwell 1984 125 that by pure chance she should have happened to be walking on the same evening up the same obscure backstreet, kilometres distant from any quarter where Party members lived. It was too great a coincidence. Whether she was really an agent of the Thought Police, or simply an amateur spy actuated by officiousness, hardly mattered. It was enough that she was watching him. Probably she had seen him go into the pub as well. oscura a varios kilómetros de distancia de todos los barrios habitados por los miembros del Partido. Era una coincidencia demasiado grande. Que fuera una agente de la Policía del Pensamiento o sólo una espía aficionada que actuase por oficiosidad, poco importaba. Bastaba con que estuviera viéndolo. Probablemente, lo había visto también en la taberna. It was an effort to walk. The lump of glass in his pocket banged against his thigh at each step, and he was half minded to take it out and throw it away. The worst thing was the pain in his belly. For a couple of minutes he had the feeling that he would die if he did not reach a lavatory soon. But there would be no public lavatories in a quarter like this. Then the spasm passed, leaving a dull ache behind. Le costaba gran trabajo andar. El pisapapeles de cristal que llevaba en el bolsillo le golpeaba el muslo a cada paso y estuvo tentado de arrojarlo muy lejos. Lo peor era que le dolía el vientre. Por unos instantes tuvo la seguridad de que se moriría si no encontraba en seguida un retrete público, Pero en un barrio como aquél no había tales comodidades. Afortunadamente, se le pasaron esas angustias quedándole sólo un sordo dolor. The street was a blind alley. Winston halted, stood for several seconds wondering vaguely what to do, then turned round and began to retrace his steps. As he turned it occurred to him that the girl had only passed him three minutes ago and that by running he could probably catch up with her. He could keep on her track till they were in some quiet place, and then smash her skull in with a cobblestone. The piece of glass in his pocket would be heavy enough for the job. But he abandoned the idea immediately, because even the thought of making any physical effort was unbearable. He could not run, he could not strike a blow. Besides, she was young and lusty and would defend herself. He thought also of hurrying to the Community Centre and staying there till the place closed, so as to establish a partial alibi for the evening. But that too was impossible. A deadly lassitude had taken hold of him. All he wanted was to get home quickly and then sit down and be quiet. La calle no tenía salida. Winston se detuvo, preguntándose qué haría. Mas hizo lo único que le era posible, volver a recorrería hasta la salida. Sólo hacía tres minutos que la joven se había cruzado con él, y si corría, podría alcanzarla. Podría seguirla hasta algún sitio solitario y romperle allí el cráneo con una piedra. Le bastaría con el pisapapeles. Pero abandonó en seguida esta idea, ya que le era intolerable realizar un esfuerzo físico. No podía correr ni dar el golpe. Además, la muchacha era joven y vigorosa y se defendería bien. Se le ocurrió también acudir al Centro Comunal y estarse allí hasta que cerraran para tener una coartada de su empleo del tiempo durante la tarde. Pero aparte de que sería sólo una coartada parcial, el proyecto era imposible de realizar. Le invadió una mortal laxitud. Sólo quería llegar a casa pronto y descansar. It was after twenty-two hours when he got back to the flat. The lights would be switched off at the main at twenty-three thirty. He went into the kitchen and swallowed nearly a teacupful of Victory Gin. Then he went to the table in the alcove, sat down, and took the diary out of the drawer. But he did not open it at once. From the telescreen a brassy female voice was squalling a patriotic song. He sat staring at the Eran más de las veintidós cuando regresó al piso. Apagarían las luces a las veintitrés treinta. Entró en su cocina y se tragó casi una taza de ginebra de la Victoria. Luego se dirigió a la mesita, sentóse y sacó el Diario del cajón. Pero no lo abrió en seguida. En la telepantalla una violenta voz femenina cantaba una canción patriótica a grito pelado. Observó la tapa del libro intentando George Orwell 1984 126 marbled cover of the book, trying without success to shut the voice out of his consciousness. inútilmente no prestar atención a la voz. It was at night that they came for you, always at night. The proper thing was to kill yourself before they got you. Undoubtedly some people did so. Many of the disappearances were actually suicides. But it needed desperate courage to kill yourself in a world where firearms, or any quick and certain poison, were completely unprocurable. He thought with a kind of astonishment of the biological uselessness of pain and fear, the treachery of the human body which always freezes into inertia at exactly the moment when a special effort is needed. He might have silenced the dark-haired girl if only he had acted quickly enough: but precisely because of the extremity of his danger he had lost the power to act. It struck him that in moments of crisis one is never fighting against an external enemy, but always against one's own body. Even now, in spite of the gin, the dull ache in his belly made consecutive thought impossible. And it is the same, he perceived, in all seemingly heroic or tragic situations. On the battlefield, in the torture chamber, on a sinking ship, the issues that you are fighting for are always forgotten, because the body swells up until it fills the universe, and even when you are not paralysed by fright or screaming with pain, life is a moment-tomoment struggle against hunger or cold or sleeplessness, against a sour stomach or an aching tooth. Las detenciones no eran siempre de noche. Lo mejor era matarse antes de que lo cogieran a uno. Algunos lo hacían. Muchas de las llamadas desapariciones no eran más que suicidios. Pero hacía falta un valor desesperado para matarse en un mundo donde las armas de fuego y cualquier veneno rápido y seguro eran imposibles de encontrar. Pensó con asombro en la inutilidad biológica del dolor y del miedo, en la traición del cuerpo humano, que siempre se inmoviliza en el momento exacto en que es necesario realizar algún esfuerzo especial. Podía haber eliminado a la muchacha morena sólo con haber actuado rápida y eficazmente; pero precisamente por lo extremo del peligro en que se hallaba había perdido la facultad de actuar. Le sorprendió que en los momentos de crisis no estemos luchando nunca contra un enemigo externo, sino siempre contra nuestro propio cuerpo. Incluso ahora, a pesar de la ginebra, la sorda molestia de su vientre le impedía pensar ordenadamente. Y lo mismo ocurre en todas las situaciones aparentemente heroicas o trágicas. En el campo de batalla, en la cámara de las torturas, en un barco que naufraga, se olvida siempre por qué se debate uno ya que el cuerpo acaba llenando el universo, e incluso cuando no estamos paralizados por el miedo o chillando de dolor, la vida es una lucha de cada momento contra el hambre, el frío o el insomnio, contra un estómago dolorido o un dolor de muelas. He opened the diary. It was important to write something down. The woman on the telescreen had started a new song. Her voice seemed to stick into his brain like jagged splinters of glass. He tried to think of O'Brien, for whom, or to whom, the diary was written, but instead he began thinking of the things that would happen to him after the Thought Police took him away. It would not matter if they killed you at once. To be killed was what you expected. But before death (nobody spoke of such things, yet everybody knew of them) there was the routine of confession that had to be gone through: the grovelling on the floor and screaming for mercy, the crack of broken bones, the smashed teeth and bloody clots of hair. Abrió el Diario. Era importante escribir algo. La mujer de la telepantalla había empezado una nueva canción. Su voz se le clavaba a Winston en el cerebro como pedacitos de vidrio. Procuró pensar en O'Brien, a quien dirigía su Diario, pero en vez de ello, empezó a pensar en las cosas que le sucederían cuando lo detuviera la Policía del Pensamiento. No importaba que lo matasen a uno en seguida. Esa muerte era la esperada. Pero antes de morir (nadie hablaba de estas cosas aunque nadie las ignoraba) había que pasar por la rutina de la confesión: arrastrarse por el suelo, gritar pidiendo misericordia, el chasquido de los huesos rotos, los dientes partidos y los mechones ensangrentados de pelo. George Orwell 1984 127 Why did you have to endure it, since the end was always the same? Why was it not possible to cut a few days or weeks out of your life? Nobody ever escaped detection, and nobody ever failed to confess. When once you had succumbed to thoughtcrime it was certain that by a given date you would be dead. Why then did that horror, which altered nothing, have to lie embedded in future time? ¿Para qué sufrir todo esto si el fin era el mismo? ¿Por qué no ahorrarse todo esto? Nadie escapaba a la vigilancia ni dejaba de confesar. El culpable de crimental estaba completamente seguro de que lo matarían antes o después. ¿Para qué, pues, todo ese horror que nada alteraba? He tried with a little more success than before to summon up the image of O'Brien. 'We shall meet in the place where there is no darkness,' O'Brien had said to him. He knew what it meant, or thought he knew. The place where there is no darkness was the imagined future, which one would never see, but which, by foreknowledge, one could mystically share in. But with the voice from the telescreen nagging at his ears he could not follow the train of thought further. He put a cigarette in his mouth. Half the tobacco promptly fell out on to his tongue, a bitter dust which was difficult to spit out again. The face of Big Brother swam into his mind, displacing that of O'Brien. Just as he had done a few days earlier, he slid a coin out of his pocket and looked at it. The face gazed up at him, heavy, calm, protecting: but what kind of smile was hidden beneath the dark moustache? Like a leaden knell the words came back at him: Por fin, consiguió evocar la imagen de O'Brien. «Nos encontraremos en el sitio donde no hay oscuridad», le había dicho O'Brien en el sueño. Winston sabía lo que esto significaba, o se figuraba saberlo. El lugar donde no hay oscuridad era el futuro imaginado, que nunca se vería; pero, por adivinación, podría uno participar en él místicamente. Con la voz de la telepantalla zumbándole en los oídos no podía pensar con ilación. Se puso un cigarrillo en la boca. La mitad del tabaco se le cayó en la lengua, un polvillo amargo que luego no se podía escupir. El rostro del Gran Hermano flotaba en su mente desplazando al de O'Brien. Lo mismo que había hecho unos días antes, se sacó una moneda del bolsillo y la contempló. El rostro le miraba pesado, tranquilo, protector. Pero, ¿qué clase de sonrisa se escondía bajo el oscuro bigote? Las palabras de las consignas martilleaban el cerebro de Winston: WAR IS PEACE LA GUERRA ES LA PAZ FREEDOM IS SLAVERY LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD IGNORANCE IS STRENGTH LA IGNORANCIA ES LA FUERZA George Orwell 1984 128 PART TWO SEGUNDA PARTE Chapter 1 CAPÍTULO I It was the middle of the morning, and Winston had left the cubicle to go to the lavatory. A media mañana, Winston salió de su cabina para ir a los lavabos. A solitary figure was coming towards him from the other end of the long, brightly-lit corridor. It was the girl with dark hair. Four days had gone past since the evening when he had run into her outside the junkshop. As she came nearer he saw that her right arm was in a sling, not noticeable at a distance because it was of the same colour as her overalls. Probably she had crushed her hand while swinging round one of the big kaleidoscopes on which the plots of novels were 'roughed in'. It was a common accident in the Fiction Department. Una figura solitaria avanzaba hacia él desde el otro extremo del largo pasillo brillantemente iluminado. Era la muchacha morena. Habían pasado cuatro días desde la tarde en que se la había encontrado cerca de la tienda. Al acercarse, vio Winston que la joven llevaba en cabestrillo el brazo derecho. De lejos no se había fijado en ello porque las vendas tenían el mismo color que el «mono». Probablemente, se habría aplastado la mano para hacer girar uno de los grandes calidoscopios donde se fabricaban los argumentos de las novelas. Era un accidente que ocurría con frecuencia en el Departamento de Novela. They were perhaps four metres apart when the girl stumbled and fell almost flat on her face. A sharp cry of pain was wrung out of her. She must have fallen right on the injured arm. Winston stopped short. The girl had risen to her knees. Her face had turned a milky yellow colour against which her mouth stood out redder than ever. Her eyes were fixed on his, with an appealing expression that looked more like fear than pain. Estaban separados todavía por cuatro metros cuando la joven dio un traspié y se cayó de cara al suelo exhalando un grito de dolor. Por lo visto, había caído sobre el brazo herido. Winston se paró en seco. La muchacha logró ponerse de rodillas. Tenía la cara muy pálida y los labios, por contraste, más rojos que nunca. Clavó los ojos en Winston con una expresión desolada que más parecía de miedo que de dolor. A curious emotion stirred in Winston's heart. In front of him was an enemy who was trying to kill him: in front of him, also, was a human creature, in pain and perhaps with a broken bone. Already he had instinctively started forward to help her. In the moment when he had seen her fall on the bandaged arm, it had been as though he felt the pain in his own body. Una curiosa emoción conmovió a Winston. Frente a él tenía a la enemiga que procuraba su muerte. Frente a él, también, había una criatura humana que sufría y que quizás se hubiera partido el hueso de la nariz. Se acercó a ella instintivamente, para ayudarla. Winston había sentido el dolor de ella en su propio cuerpo al verla caer con el brazo vendado. 'You're hurt?' he said. — ¿Estás herida? — le dijo. 'It's nothing. My arm. It'll be all right in a second.' — No es nada. El brazo. Estaré bien en seguida. George Orwell 1984 129 She spoke as though her heart were fluttering. She Hablaba como si le saltara el corazón. Estaba had certainly turned very pale. temblando y palidísima. 'You haven't broken anything?' — ¿No te has roto nada? 'No, I'm all right. It hurt for a moment, that's all.' — No, estoy bien. Me dolió un momento nada más. She held out her free hand to him, and he helped her up. She had regained some of her colour, and appeared very much better. Le tendió a Winston su mano libre y él la ayudó a levantarse. Le había vuelto algo de color y parecía hallarse mucho mejor. 'It's nothing,' she repeated shortly. 'I only gave my — No ha sido nada —repitió poco después—. Lo wrist a bit of a bang. Thanks, comrade!' que me dolió fue la muñeca. ¡Gracias, camarada? And with that she walked on in the direction in which she had been going, as briskly as though it had really been nothing. The whole incident could not have taken as much as half a minute. Not to let one's feelings appear in one's face was a habit that had acquired the status of an instinct, and in any case they had been standing straight in front of a telescreen when the thing happened. Nevertheless it had been very difficult not to betray a momentary surprise, for in the two or three seconds while he was helping her up the girl had slipped something into his hand. There was no question that she had done it intentionally. It was something small and flat. As he passed through the lavatory door he transferred it to his pocket and felt it with the tips of his fingers. It was a scrap of paper folded into a square. Y sin más, continuó en la dirección que traía con paso tan vivo como si realmente no le hubiera sucedido nada. El incidente no había durado más de medio minuto. Era un hábito adquirido por instinto ocultar los sentimientos, y además cuando ocurrió aquello se hallaban exactamente delante de una telepantalla. Sin embargo, a Winston le había sido muy difícil no traicionarse y manifestar una sorpresa momentánea, pues en los dos o tres segundos en que ayudó a la joven a levantarse, ésta le había deslizado algo en la mano. Evidentemente, lo había hecho a propósito. Era un pequeño papel doblado. Al pasar por la puerta de los lavabos, se lo metió en el bolsillo. While he stood at the urinal he managed, with a little more fingering, to get it unfolded. Obviously there must be a message of some kind written on it. For a moment he was tempted to take it into one of the water-closets and read it at once. But that would be shocking folly, as he well knew. There was no place where you could be more certain that the telescreens were watched continuously. Mientras estuvo en el urinario, se las arregló para desdoblarlo dentro del bolsillo. Desde luego, tenía que haber algún mensaje en ese papel. Estuvo tentado de entrar en uno de los waters y leerlo allí. Pero eso habría sido una locura. En ningún sitio vigilaban las telepantallas con más interés que en los retretes. He went back to his cubicle, sat down, threw the Volvió a su cabina —, sentóse, arrojó el pedazo de George Orwell 1984 130 fragment of paper casually among the other papers on the desk, put on his spectacles and hitched the speakwrite towards him. 'Five minutes,' he told himself, 'five minutes at the very least!' His heart bumped in his breast with frightening loudness. Fortunately the piece of work he was engaged on was mere routine, the rectification of a long list of figures, not needing close attention. papel entre los demás de encima de la mesa, se puso las gafas y se acercó al hablescribe. «¡Todavía cinco minutos! se dijo a sí mismo —, ¡por lo menos cinco minutos!». Le galopaba el corazón en el pecho con aterradora velocidad. Afortunadamente, el trabajo que estaba realizando era de simple rutina — la rectificación de una larga lista de números — y no necesitaba fijar la atención. Whatever was written on the paper, it must have some kind of political meaning. So far as he could see there were two possibilities. One, much the more likely, was that the girl was an agent of the Thought Police, just as he had feared. He did not know why the Thought Police should choose to deliver their messages in such a fashion, but perhaps they had their reasons. The thing that was written on the paper might be a threat, a summons, an order to commit suicide, a trap of some description. But there was another, wilder possibility that kept raising its head, though he tried vainly to suppress it. This was, that the message did not come from the Thought Police at all, but from some kind of underground organization. Perhaps the Brotherhood existed after all! Perhaps the girl was part of it! No doubt the idea was absurd, but it had sprung into his mind in the very instant of feeling the scrap of paper in his hand. It was not till a couple of minutes later that the other, more probable explanation had occurred to him. And even now, though his intellect told him that the message probably meant death—still, that was not what he believed, and the unreasonable hope persisted, and his heart banged, and it was with difficulty that he kept his voice from trembling as he murmured his figures into the speakwrite. Las palabras contenidas en el papel tendrían con toda seguridad un significado político. Había dos posibilidades. calculaba Winston. Una, la más probable, era que la chica fuera un agente de la Policía del Pensamiento, como él temía. No sabía por qué empleaba la Policía del Pensamiento ese procedimiento para entregar sus mensajes, pero podía tener sus razones para ello. Lo escrito en el papel podía ser una amenaza, una orden de suicidarse, una trampa... Pero había otra posibilidad, aunque Winston trataba de convencerse de que era una locura: que este mensaje no viniera de la Policía del Pensamiento, sino de alguna organización clandestina. ¡Quizás existiera una Hermandad! ¡Quizás fuera aquella muchacha uno de sus miembros! La idea era absurda, pero se le había ocurrido en el mismo instante en que sintió el roce del papel en su mano. Hasta unos minutos después no pensó en la otra posibilidad, mucho más sensata. E incluso ahora, aunque su cabeza le decía que el mensaje significaría probablemente la muerte, no acababa de creerlo y persistía en él la disparatada esperanza. Le latía el corazón y le costaba un gran esfuerzo conseguir que no le temblara la voz mientras murmuraba las cantidades en el hablescribe. He rolled up the completed bundle of work and slid it into the pneumatic tube. Eight minutes had gone by. He re-adjusted his spectacles on his nose, sighed, and drew the next batch of work towards him, with the scrap of paper on top of it. He flattened it out. On it was written, in a large unformed handwriting: Cuando terminó, hizo un rollo con sus papeles y los introdujo en el tubo neumático. Habían pasado ocho minutos. Se ajustó las gafas sobre la nariz, suspiró y se acercó el otro montón de hojas que había de examinar. Encima estaba el papelito doblado. Lo desdobló; en él había escritas estas palabras con letra impersonal: I LOVE YOU. Te quiero. George Orwell 1984 131 For several seconds he was too stunned even to throw the incriminating thing into the memory hole. When he did so, although he knew very well the danger of showing too much interest, he could not resist reading it once again, just to make sure that the words were really there. Winston se quedó tan estupefacto que ni siquiera tiró aquella prueba delictiva en el «agujero de la memoria». Cuando por fin, reaccionando, se dispuso a hacerlo, aunque sabía muy bien cuánto peligro había en manifestar demasiado interés por algún papel escrito, volvió a leerlo antes para convencerse de que no había soñado. For the rest of the morning it was very difficult to work. What was even worse than having to focus his mind on a series of niggling jobs was the need to conceal his agitation from the telescreen. He felt as though a fire were burning in his belly. Lunch in the hot, crowded, noise-filled canteen was torment. He had hoped to be alone for a little while during the lunch hour, but as bad luck would have it the imbecile Parsons flopped down beside him, the tang of his sweat almost defeating the tinny smell of stew, and kept up a stream of talk about the preparations for Hate Week. He was particularly enthusiastic about a papier-mache model of Big Brother's head, two metres wide, which was being made for the occasion by his daughter's troop of Spies. The irritating thing was that in the racket of voices Winston could hardly hear what Parsons was saying, and was constantly having to ask for some fatuous remark to be repeated. Just once he caught a glimpse of the girl, at a table with two other girls at the far end of the room. She appeared not to have seen him, and he did not look in that direction again. Durante el resto de la mañana, le fue muy difícil trabajar. Peor aún que fijar su mente sobre las tareas habituales, era la necesidad de ocultarle a la telepantalla su agitación interior. Sintió como si le quemara un fuego en el estómago. La comida en la atestada y ruidosa cantina le resultó un tormento. Había esperado hallarse un rato solo durante el almuerzo, pero tuvo la mala suerte de que el imbécil de Parsons se le colocara a su lado y le soltara una interminable sarta de tonterías sobre los preparativos para la Semana del Odio. Lo que más le entusiasmaba a aquel simple era un modelo en cartón de la cabeza del Gran Hermano, de dos metros de anchura, que estaban preparando en el grupo de espías al que pertenecía la niña de Parsons. Lo más irritante era que Winston apenas podía oír lo que decía Parsons y tenía que rogarle constantemente que repitiera las estupideces que acababa de decir. Por un momento, divisó a la chica morena, que estaba en una mesa con otras dos compañeras al otro extremo de la estancia. Pareció no verle y él no volvió a mirar en aquella dirección. The afternoon was more bearable. Immediately after lunch there arrived a delicate, difficult piece of work which would take several hours and necessitated putting everything else aside. It consisted in falsifying a series of production reports of two years ago, in such a way as to cast discredit on a prominent member of the Inner Party, who was now under a cloud. This was the kind of thing that Winston was good at, and for more than two hours he succeeded in shutting the girl out of his mind altogether. Then the memory of her face came back, and with it a raging, intolerable desire to be alone. Until he could be alone it was impossible to think this new development out. Tonight was one of his nights at the Community Centre. He wolfed another tasteless meal in the La tarde fue más soportable. Después de comer recibió un delicado y difícil trabajo que le había de ocupar varias horas y acaparar su atención. Consistía en falsificar una serie de informes de producción de dos años antes con objeto de desacreditar a un prominente miembro del Partido Interior que empezaba a estar mal — visto. Winston servía para estas cosas y durante más de dos horas logró apartar a la joven de su mente. Entonces le volvió el recuerdo de su cara y sintió un rabioso e intolerable deseo de estar solo. Porque necesitaba la soledad para pensar a fondo en sus nuevas circunstancias. Aquella noche era una de las elegidas por el Centro Comunal para sus reuniones. Tomó una cena temprana — otra George Orwell 1984 132 canteen, hurried off to the Centre, took part in the solemn foolery of a 'discussion group', played two games of table tennis, swallowed several glasses of gin, and sat for half an hour through a lecture entitled 'Ingsoc in relation to chess'. His soul writhed with boredom, but for once he had had no impulse to shirk his evening at the Centre. At the sight of the words I LOVE YOU the desire to stay alive had welled up in him, and the taking of minor risks suddenly seemed stupid. It was not till twenty-three hours, when he was home and in bed—in the darkness, where you were safe even from the telescreen so long as you kept silent—that he was able to think continuously. insípida comida — en la cantina, se marchó al Centro a toda prisa, participó en las solemnes tonterías de un «grupo de polemistas», jugó dos veces al tenis de mesa, se tragó varios vasos de ginebra y soportó durante una hora la conferencia titulada «Los principios de Ingsoc en el juego de ajedrez». Su alma se retorcía de puro aburrimiento, pero por primera vez no sintió el menor impulso de evitarse una tarde en el Centro. A la vista de las palabras Te quiero, el deseo de seguir viviendo le dominaba y parecía tonto exponerse a correr unos riesgos que podían evitarse tan fácilmente. Hasta las veintitrés, cuando ya estaba acostado en la oscuridad, donde estaba uno libre hasta de la telepantalla con tal de no hacer ningún ruido — no pudo dejar fluir libremente sus pensamientos. It was a physical problem that had to be solved: how to get in touch with the girl and arrange a meeting. He did not consider any longer the possibility that she might be laying some kind of trap for him. He knew that it was not so, because of her unmistakable agitation when she handed him the note. Obviously she had been frightened out of her wits, as well she might be. Nor did the idea of refusing her advances even cross his mind. Only five nights ago he had contemplated smashing her skull in with a cobblestone, but that was of no importance. He thought of her naked, youthful body, as he had seen it in his dream. He had imagined her a fool like all the rest of them, her head stuffed with lies and hatred, her belly full of ice. A kind of fever seized him at the thought that he might lose her, the white youthful body might slip away from him! What he feared more than anything else was that she would simply change her mind if he did not get in touch with her quickly. But the physical difficulty of meeting was enormous. It was like trying to make a move at chess when you were already mated. Whichever way you turned, the telescreen faced you. Actually, all the possible ways of communicating with her had occurred to him within five minutes of reading the note; but now, with time to think, he went over them one by one, as though laying out a row of instruments on a table. Se trataba de un problema físico que había de ser resuelta, cómo ponerse en relación con la muchacha y preparar una cita. No creía ya posible que la joven le estuviera tendiendo una trampa. Estaba seguro de que no era así por la inconfundible agitación que ella no había podido ocultar al entregarle el papelito. Era evidente que estaba asustadísima, y con motivo sobrado. A Winston no le pasó siquiera por la cabeza la idea de rechazar a la muchacha. Sólo hacía cinco noches que se había propuesto romperle el cráneo con una piedra. Pero lo mismo daba. Ahora se la imaginaba desnuda como la había visto en su ensueño. Se la había figurado idiota como las demás, con la cabeza llena de mentiras y de odios y el vientre helado. Una angustia febril se apoderó de él al pensar que pudiera perderla, que aquel cuerpo blanco y juvenil se le escapara. Lo que más temía era que la muchacha cambiase de idea si no se ponía en relación con ella rápidamente. Pero la dificultad física de esta aproximación era enorme. Resultaba tan difícil como intentar un movimiento en el juego de ajedrez cuando ya le han dado a uno el mate. Adondequiera que fuera uno, allí estaba la telepantalla. Todos los medios posibles para comunicarse con la joven se le ocurrieron a Winston a los cinco minutos de leer la nota; pero una vez acostado y con tiempo para pensar bien, los fue analizando uno a uno como si tuviera esparcidas en una mesa una fila de herramientas para probarlas. George Orwell 1984 133 Obviously the kind of encounter that had happened this morning could not be repeated. If she had worked in the Records Department it might have been comparatively simple, but he had only a very dim idea whereabouts in the building the Fiction Department lay, and he had no pretext for going there. If he had known where she lived, and at what time she left work, he could have contrived to meet her somewhere on her way home; but to try to follow her home was not safe, because it would mean loitering about outside the Ministry, which was bound to be noticed. As for sending a letter through the mails, it was out of the question. By a routine that was not even secret, all letters were opened in transit. Actually, few people ever wrote letters. For the messages that it was occasionally necessary to send, there were printed postcards with long lists of phrases, and you struck out the ones that were inapplicable. In any case he did not know the girl's name, let alone her address. Finally he decided that the safest place was the canteen. If he could get her at a table by herself, somewhere in the middle of the room, not too near the telescreens, and with a sufficient buzz of conversation all round—if these conditions endured for, say, thirty seconds, it might be possible to exchange a few words. Desde luego, la clase de encuentro de aquella mañana no podía repetirse. Si ella hubiera trabajado en el Departamento de Registro, habría sido muy sencillo, pero Winston tenía una idea muy remota de dónde estaba el Departamento de Novela en el edificio del Ministerio y no tenía pretexto alguno para ir allí. Si hubiera sabido dónde vivía y a qué hora salía del trabajo, se las habría arreglado para hacerse el encontradizo; pero no era prudente seguirla a casa ya que esto suponía esperarla delante del Ministerio a la salida, lo cual llamaría la atención indefectiblemente. En cuanto a mandar una carta por correo, sería una locura. Ni siquiera se ocultaba que todas las cartas se abrían, por lo cual casi nadie escribía ya cartas. Para los mensajes que se necesitaba mandar, había tarjetas impresas con largas listas de frases y se escogía la más adecuada borrando las demás. En todo caso, no sólo ignoraba la dirección de la muchacha, sino incluso su nombre. Finalmente, decidió que el sitio más seguro era la cantina. Si pudiera ocupar una mesa junto a la de ella hacia la mitad del local, no demasiado cerca de la telepantalla y con el zumbido de las conversaciones alrededor, le bastaba con treinta segundos para ponerse de acuerdo con ella. For a week after this, life was like a restless dream. On the next day she did not appear in the canteen until he was leaving it, the whistle having already blown. Presumably she had been changed on to a later shift. They passed each other without a glance. On the day after that she was in the canteen at the usual time, but with three other girls and immediately under a telescreen. Then for three dreadful days she did not appear at all. His whole mind and body seemed to be afflicted with an unbearable sensitivity, a sort of transparency, which made every movement, every sound, every contact, every word that he had to speak or listen to, an agony. Even in sleep he could not altogether escape from her image. He did not touch the diary during those days. If there was any relief, it was in his work, in which he could sometimes forget himself for ten minutes at a stretch. He had absolutely no clue as to what had happened to her. There was no enquiry he could make. She might have been vaporized, she might have committed suicide, she might have been transferred to the other end of Oceania: worst and likeliest of all, she might simply have changed her Durante una semana después, la vida fue para Winston como una pesadilla. Al día siguiente, la joven no apareció por la cantina hasta el momento en que él se marchaba cuando ya había sonado la sirena. Seguramente, la habían cambiado a otro turno. Se cruzaron sin mirarse. Al día siguiente, estuvo ella en la cantina a la hora de costumbre, pero con otras tres chicas y debajo de una telepantalla. Pasaron tres días insoportables para Winston, en que no la vio en la cantina. Tanto su espíritu como su cuerpo habían adquirido una hipersensibilidad que casi le imposibilitaba para hablar y moverse. Incluso en sueños no podía librarse por completo de aquella imagen. Durante aquellos días no abrió su Diario. El único alivio lo encontraba en el trabajo; entonces conseguía olvidarla durante diez minutos seguidos. No tenía ni la menor idea de lo que pudiera haberle ocurrido y no había que pensar en hacer una investigación. Quizá. la hubieran vaporizado, quizá se hubiera suicidado o, a lo mejor, la habían trasladado al otro extremo de Oceanía. La posibilidad a la vez mejor y peor de todas era que la joven, sencillamente, George Orwell 1984 134 mind and decided to avoid him. hubiera cambiado de idea y le rehuyera. The next day she reappeared. Her arm was out of the sling and she had a band of sticking-plaster round her wrist. The relief of seeing her was so great that he could not resist staring directly at her for several seconds. On the following day he very nearly succeeded in speaking to her. When he came into the canteen she was sitting at a table well out from the wall, and was quite alone. It was early, and the place was not very full. The queue edged forward till Winston was almost at the counter, then was held up for two minutes because someone in front was complaining that he had not received his tablet of saccharine. But the girl was still alone when Winston secured his tray and began to make for her table. He walked casually towards her, his eyes searching for a place at some table beyond her. She was perhaps three metres away from him. Another two seconds would do it. Then a voice behind him called, 'Smith!' He pretended not to hear. 'Smith!' repeated the voice, more loudly. It was no use. He turned round. A blond-headed, silly-faced young man named Wilsher, whom he barely knew, was inviting him with a smile to a vacant place at his table. It was not safe to refuse. After having been recognized, he could not go and sit at a table with an unattended girl. It was too noticeable. He sat down with a friendly smile. The silly blond face beamed into his. Winston had a hallucination of himself smashing a pick-axe right into the middle of it. The girl's table filled up a few minutes later. Pero al día siguiente reapareció. Ya no traía el brazo en cabestrillo; sólo una protección de yeso alrededor de la muñeca. El alivio que sintió al verla de nuevo fue tan grande que no pudo evitar mirarla directamente durante varios segundos. Al día siguiente, casi logró hablar con ella. Cuando Winston llegó a la cantina, la encontró sentada a una mesa muy alejada de la pared. Estaba completamente sola. Era temprano y había poca gente. La cola avanzó hasta que Winston se encontró casi junto al mostrador, pero se detuvo allí unos dos minutos a causa de que alguien se quejaba de no haber recibido su pastilla de sacarina. Pero la muchacha seguía sola cuando Winston tuvo ya servida su bandeja y avanzaba hacia ella. Lo hizo como por casualidad fingiendo que buscaba un sitio más allá de donde se encontraba la joven. Estaban separados todavía unos tres metros. Bastaban dos segundos para reunirse, pero entonces sonó una voz detrás de él: «¡Smith!». Winston hizo como que no oía. Entonces la voz repitió más alto: «¡Smith!». Era inútil hacerse el tonto. Se volvió. Un muchacho llamado Wilsher, a quien apenas conocía Winston, le invitaba sonriente a sentarse en un sitio vacío junto a él. No era prudente rechazar esta invitación. Después de haber sido reconocido, no podía ir a sentarse junto a una muchacha sola. Quedaría demasiado en evidencia. Haciendo de tripas corazón, le sonrió amablemente al muchacho, que le miraba con un rostro beatífico. Winston, como en una alucinación, se veía a sí mismo partiéndole la cara a aquel estúpido con un hacha. La mesa donde estaba ella se llenó a los pocos minutos. But she must have seen him coming towards her, and perhaps she would take the hint. Next day he took care to arrive early. Surely enough, she was at a table in about the same place, and again alone. The person immediately ahead of him in the queue was a small, swiftly-moving, beetle-like man with a flat face and tiny, suspicious eyes. As Winston turned away from the counter with his tray, he saw that the little man was making straight for the girl's table. His hopes sank again. There was a vacant place at a table further away, but something in the little man's appearance suggested that he would be sufficiently Por lo menos, la joven tenía que haberlo visto ir hacia ella y se habría dado cuenta de su intención. Al día siguiente, tuvo buen cuidado de llegar temprano. Allí estaba ella, exactamente, en la misma mesa y otra vez sola. La persona que precedía a Winston en la cola era un hombrecillo nervioso con una cara aplastada y ojos suspicaces. Al alejarse Winston del mostrador, vio que aquel hombre se dirigía hacia la mesa de ella. Sus esperanzas se vinieron abajo. Había un sitio vacío una mesa más allá, pero algo en el aspecto de aquel tipejo le convenció a Winston de que éste no se George Orwell 1984 135 attentive to his own comfort to choose the emptiest table. With ice at his heart Winston followed. It was no use unless he could get the girl alone. At this moment there was a tremendous crash. The little man was sprawling on all fours, his tray had gone flying, two streams of soup and coffee were flowing across the floor. He started to his feet with a malignant glance at Winston, whom he evidently suspected of having tripped him up. But it was all right. Five seconds later, with a thundering heart, Winston was sitting at the girl's table. instalaría en la mesa donde no había nadie para evitarse la molestia de verse obligado a soportar a los desconocidos que luego se quisieran sentar allí. Con verdadera angustia, lo siguió Winston. De nada le serviría sentarse con ella si alguien más los acompañaba. En aquel momento, hubo un ruido tremendo. El hombrecillo se había caído de bruces y la bandeja salió volando derramándose la sopa y el café. Se puso en pie y miró ferozmente a Winston. Evidentemente, sospechaba que éste le había puesto la zancadilla. Pero daba lo mismo porque poco después, con el corazón galopándole, se instalaba Winston junto a la muchacha. He did not look at her. He unpacked his tray and promptly began eating. It was all-important to speak at once, before anyone else came, but now a terrible fear had taken possession of him. A week had gone by since she had first approached him. She would have changed her mind, she must have changed her mind! It was impossible that this affair should end successfully; such things did not happen in real life. He might have flinched altogether from speaking if at this moment he had not seen Ampleforth, the hairy-eared poet, wandering limply round the room with a tray, looking for a place to sit down. In his vague way Ampleforth was attached to Winston, and would certainly sit down at his table if he caught sight of him. There was perhaps a minute in which to act. Both Winston and the girl were eating steadily. The stuff they were eating was a thin stew, actually a soup, of haricot beans. In a low murmur Winston began speaking. Neither of them looked up; steadily they spooned the watery stuff into their mouths, and between spoonfuls exchanged the few necessary words in low expressionless voices. No la miró. Colocó en la mesa el contenido de su bandeja y empezó a comer. Era importantísimo hablar en seguida antes de que alguna otra persona se uniera a ellos. Pero le invadía un miedo terrible. Había pasado una semana desde que la joven se había acercado a él. Podía haber cambiado de idea, es decir, tenía que haber cambiado de idea. Era imposible que este asunto terminara felizmente; estas cosas no suceden en la vida real, y probablemente no habría llegado a hablarle si en aquel momento no hubiera visto a Ampleforth, el poeta de orejas velludas, que andaba de un lado a otro buscando sitio. Era seguro que Ampleforth, que conocía bastante a Winston, se sentaría en su mesa en cuanto lo viera. Tenía, pues, un minuto para actuar. Tanto él como la muchacha comían rápidamente. Era una especie de guiso muy caldoso de habas. En voz muy baja, empezó Winston a hablar. No se miraban. Se llevaban a la boca la comida y entre cucharada y cucharada se decían las palabras indispensables en voz baja e inexpresivo. 'What time do you leave work?' — ¿A qué hora sales del trabajo? 'Eighteen-thirty.' — Dieciocho treinta. 'Where can we meet?' — ¿Dónde podemos vernos? 'Victory Square, near the monument.' — En la Plaza de la Victoria, cerca del Monumento. George Orwell 1984 136 'It's full of telescreens.' — Hay muchas telepantallas allí. 'It doesn't matter if there's a crowd.' — No importa, porque hay mucha circulación. 'Any signal?' — ¿Alguna señal? 'No. Don't come up to me until you see me among a lot of people. And don't look at me. Just keep somewhere near me.' — No. No te acerques hasta que no me veas entre mucha gente. Y no me mires. Sigue andando cerca de mí. 'What time?' — ¿A qué hora? 'Nineteen hours.' — A las diecinueve. 'All right.' — Muy bien. Ampleforth failed to see Winston and sat down at another table. They did not speak again, and, so far as it was possible for two people sitting on opposite sides of the same table, they did not look at one another. The girl finished her lunch quickly and made off, while Winston stayed to smoke a cigarette. Ampleforth no vio a Winston y se sentó en otra mesa. No volvieron a hablar y, en lo humanamente posible entre dos personas sentadas una frente a otra y en la misma mesa, no se miraban. La joven acabó de comer a toda velocidad y se marchó. Winston se quedó fumando un cigarrillo. Winston was in Victory Square before the appointed time. He wandered round the base of the enormous fluted column, at the top of which Big Brother's statue gazed southward towards the skies where he had vanquished the Eurasian aeroplanes (the Eastasian aeroplanes, it had been, a few years ago) in the Battle of Airstrip One. In the street in front of it there was a statue of a man on horseback which was supposed to represent Oliver Cromwell. At five minutes past the hour the girl had still not appeared. Antes de la hora convenida estaba Winston en la Plaza de la Victoria. Dio vueltas en torno a la enorme columna en lo alto de la cual la estatua del Gran Hermano miraba hacia el Sur, hacia los cielos donde había vencido a los aviones eurasiáticos (pocos años antes, los vencidos fueron los aviones de Asia Oriental), en la batalla de la Primera Franja Aérea. En la calle de enfrente había una estatua ecuestre cuyo jinete representaba, según decían, a Oliver Cromwell. Cinco minutos después de la hora que fijaron, aún no se había presentado la muchacha. Again the terrible fear seized upon Winston. She was not coming, she had changed her mind! He walked slowly up to the north side of the square and got a sort of pale-coloured pleasure from identifying St Martin's Church, whose bells, when it had bells, had chimed 'You owe me three farthings.' Then he saw Otra vez le entró a Winston un gran pánico. ¡No venía! ¡Había cambiado de idea! Se dirigió lentamente hacia el norte de la plaza y tuvo el placer de identificar la iglesia de San Martín, cuyas campanas — cuando existían — habían cantado aquello de «me debes tres peniques». Entonces vio George Orwell 1984 137 the girl standing at the base of the monument, reading or pretending to read a poster which ran spirally up the column. It was not safe to go near her until some more people had accumulated. There were telescreens all round the pediment. But at this moment there was a din of shouting and a zoom of heavy vehicles from somewhere to the left. Suddenly everyone seemed to be running across the square. The girl nipped nimbly round the lions at the base of the monument and joined in the rush. Winston followed. As he ran, he gathered from some shouted remarks that a convoy of Eurasian prisoners was passing. a la chica parada al pie del monumento, leyendo o fingiendo que leía un cartel arrollado a la columna en espiral. No era prudente acercarse a ella hasta que se hubiera acumulado más gente. Había telepantallas en todo el contorno del monumento. Pero en aquel mismo momento se produjo una gran gritería y el ruido de unos vehículos pesados que venían por la izquierda. De pronto, todos cruzaron corriendo la plaza. La joven dio la vuelta ágilmente junto a los leones que formaban la base del monumento y se unió a la desbandada. Winston la siguió. Al correr, le oyó decir a alguien que un convoy de prisioneros eurasiáticos pasaba por allí cerca. Already a dense mass of people was blocking the south side of the square. Winston, at normal times the kind of person who gravitates to the outer edge of any kind of scrimmage, shoved, butted, squirmed his way forward into the heart of the crowd. Soon he was within arm's length of the girl, but the way was blocked by an enormous prole and an almost equally enormous woman, presumably his wife, who seemed to form an impenetrable wall of flesh. Winston wriggled himself sideways, and with a violent lunge managed to drive his shoulder between them. For a moment it felt as though his entrails were being ground to pulp between the two muscular hips, then he had broken through, sweating a little. He was next to the girl. They were shoulder to shoulder, both staring fixedly in front of them. Una densa masa de gente. bloqueaba el lado sur de la plaza. Winston, que normalmente era de esas personas que rehuyen todas las aglomeraciones, se esforzaba esta vez, a codazos y empujones, en abrirse paso hasta el centro de la multitud. Pronto estuvo a un paso de la joven, pero entre los dos había un corpulento prole y una mujer casi tan enorme como él, seguramente su esposa. Entre los dos parecían formar un impenetrable muro de carne. Winston se fue metiendo de lado y, con un violento empujón, logró meter entre la pareja su hombro. Por un instante creyó que se le deshacían las entrañas aplastadas entre las dos caderas forzudas. Pero, con un esfuerzo supremo, sudoroso, consiguió hallarse por fin junto a la chica. Estaban hombro con hombro y ambos miraban fijamente frente a ellos. A long line of trucks, with wooden-faced guards armed with sub-machine guns standing upright in each corner, was passing slowly down the street. In the trucks little yellow men in shabby greenish uniforms were squatting, jammed close together. Their sad, Mongolian faces gazed out over the sides of the trucks utterly incurious. Occasionally when a truck jolted there was a clank-clank of metal: all the prisoners were wearing leg-irons. Truck-load after truck-load of the sad faces passed. Winston knew they were there but he saw them only intermittently. The girl's shoulder, and her arm right down to the elbow, were pressed against his. Her cheek was almost near enough for him to feel its warmth. She had immediately taken charge of the situation, just as she had done in the canteen. She began speaking in Una caravana de camiones, con soldados de cara pétrea armados con fusiles ametralladoras, pasaban calle abajo. En los camiones, unos hombres pequeños de tez amarilla y harapientos uniformes verdosos formaban una masa compacta tan apretados como iban. Sus tristes caras mongólicas miraban a la gente sin la menor curiosidad. De vez en cuando se oían ruidos metálicos al dar un brinco alguno de los camiones. Este ruido lo producían los grilletes que llevaban los prisioneros en los pies. Pasaron muchos camiones con la misma carga y los mismos rostros indiferentes. Winston conocía de sobra el contenido, pero sólo podía verlos intermitentemente. La muchacha apoyaba el hombro y el brazo derecho, hasta el codo, contra el costado de Winston. Sus mejillas estaban tan George Orwell 1984 138 the same expressionless voice as before, with lips próximas que casi se tocaban. Ella se había puesto barely moving, a mere murmur easily drowned by inmediatamente a tono con la situación lo mismo the din of voices and the rumbling of the trucks. que lo había hecho en la cantina. Empezó a hablar con la misma voz inexpresivo, moviendo apenas los labios. Era un leve murmullo apagado por las voces y el estruendo del desfile. 'Can you hear me?' — ¿Me oyes? 'Yes.' — Sí. 'Can you get Sunday afternoon off?' — ¿Puedes salir el domingo? 'Yes.' — Sí. 'Then listen carefully. You'll have to remember this. Go to Paddington Station—' — Entonces escucha bien. No lo olvides. Irás a la estación de Paddington... With a sort of military precision that astonished him, she outlined the route that he was to follow. A halfhour railway journey; turn left outside the station; two kilometres along the road; a gate with the top bar missing; a path across a field; a grass-grown lane; a track between bushes; a dead tree with moss on it. It was as though she had a map inside her head. 'Can you remember all that?' she murmured finally. Con una precisión casi militar que asombró a Winston, la chica le fue describiendo la ruta que había de seguir: un viaje de media hora en tren; torcer luego a la izquierda al salir de la estación; después de dos kilómetros por carretera y, al llegar a un portillo al que le faltaba una barra, entrar por él y seguir por aquel sendero cruzando hasta una extensión de césped; de allí partía una vereda entre arbustos; por fin, un árbol derribado y cubierto de musgo. Era como si tuviese un mapa dentro de la cabeza. — ¿Te acordarás? — murmuró al terminar sus indicaciones. 'Yes.' — Sí. 'You turn left, then right, then left again. And the — Tuerces a la izquierda, luego a la derecha y otra gate's got no top bar.' vez a la izquierda. Y al portillo le falta una barra. 'Yes. What time?' — Sí. ¿A qué hora? 'About fifteen. You may have to wait. I'll get there by — Hacia las quince. A lo mejor tienes que esperar. another way. Are you sure you remember Yo llegaré por otro camino. ¿Te acordarás bien de George Orwell 1984 139 everything?' todo? 'Yes.' — Sí. 'Then get away from me as quick as you can.' — Entonces, márchate de mi lado lo más pronto que puedas. She need not have told him that. But for the moment they could not extricate themselves from the crowd. The trucks were still filing past, the people still insatiably gaping. At the start there had been a few boos and hisses, but it came only from the Party members among the crowd, and had soon stopped. The prevailing emotion was simply curiosity. Foreigners, whether from Eurasia or from Eastasia, were a kind of strange animal. One literally never saw them except in the guise of prisoners, and even as prisoners one never got more than a momentary glimpse of them. Nor did one know what became of them, apart from the few who were hanged as warcriminals: the others simply vanished, presumably into forced-labour camps. The round Mogol faces had given way to faces of a more European type, dirty, bearded and exhausted. From over scrubby cheekbones eyes looked into Winston's, sometimes with strange intensity, and flashed away again. The convoy was drawing to an end. In the last truck he could see an aged man, his face a mass of grizzled hair, standing upright with wrists crossed in front of him, as though he were used to having them bound together. It was almost time for Winston and the girl to part. But at the last moment, while the crowd still hemmed them in, her hand felt for his and gave it a fleeting squeeze. No necesitaba habérselo dicho. Pero, por lo pronto, no se podía mover. Los camiones no dejaban de pasar y la gente no se cansaba de expresar su entusiasmo. Aunque es verdad que solamente lo expresaban abriendo la boca en señal de estupefacción. Al Principio había habido algunos abucheos y silbidos, pero procedían sólo de los miembros del Partido y pronto cesaron. La emoción dominante era sólo la curiosidad. Los extranjeros, ya fueran de Eurasia o de Asia Oriental, eran como animales raros. No había manera de verlos, sino como prisioneros; e incluso como prisioneros no era posible verlos más que unos segundos. Tampoco se sabía qué hacían con ellos aparte de los ejecutados públicamente como criminales de guerra. Los demás se esfumaban, seguramente en los campos de trabajos forzados. Los redondos rostros mongólicos habían dejado paso a los de tipo más europeo, sucios, barbudos y exhaustos. Por encima de los salientes pómulos, los ojos de algunos miraban a los de Winston con una extraña intensidad y pasaban al instante. El convoy se estaba terminando. En el último camión vio Winston a un anciano con la cara casi oculta por una masa de cabello, muy erguido y con los puños cruzados sobre el pecho. Daba la sensación de estar acostumbrado a que lo ataran. Era imprescindible que Winston y la chica se separaran ya. Pero en el último momento, mientras que la multitud los seguía apretando el uno contra el otro, ella le cogió la mano y se la estrechó. It could not have been ten seconds, and yet it seemed a long time that their hands were clasped together. He had time to learn every detail of her hand. He explored the long fingers, the shapely nails, the work-hardened palm with its row of callouses, the smooth flesh under the wrist. Merely from feeling it he would have known it by sight. In the same instant it occurred to him that he did not know what colour No habría durado aquello más de diez segundos y, sin embargo, parecía que sus manos habían estado unidas durante una eternidad. Por lo menos, tuvo Winston tiempo sobrado para aprenderse de memoria todos los detalles de aquella mano de mujer. Exploró sus largos dedos, sus uñas bien formadas, la palma endurecida por el trabajo con varios callos y la suavidad de la carne junto a la George Orwell the girl's eyes were. They were probably brown, but people with dark hair sometimes had blue eyes. To turn his head and look at her would have been inconceivable folly. With hands locked together, invisible among the press of bodies, they stared steadily in front of them, and instead of the eyes of the girl, the eyes of the aged prisoner gazed mournfully at Winston out of nests of hair. 1984 140 muñeca. Sólo con verla la habría reconocido, entre todas las manos. En ese instante se le ocurrió que no sabía de qué color tenía ella los ojos. Probablemente, castaños, pero también es verdad que mucha gente de cabello negro tienen ojos azules. Volver la cabeza y mirarla hubiera sido una imperdonable locura. Mientras había durado aquel apretón de manos invisible entre la presión de tanta gente, miraban ambos impasibles adelante y Winston, en vez de los ojos de ella, contempló los del anciano prisionero que lo miraban con tristeza por entre sus greñas de pelo. George Orwell 1984 141 Chapter 2 CAPÍTULO II Winston picked his way up the lane through dappled light and shade, stepping out into pools of gold wherever the boughs parted. Under the trees to the left of him the ground was misty with bluebells. The air seemed to kiss one's skin. It was the second of May. From somewhere deeper in the heart of the wood came the droning of ring-doves. Winston emprendió la marcha por el campo. El aire parecía besar la piel. Era el segundo día de mayo. Del corazón del bosque venía el arrullo de las palomas. He was a bit early. There had been no difficulties about the journey, and the girl was so evidently experienced that he was less frightened than he would normally have been. Presumably she could be trusted to find a safe place. In general you could not assume that you were much safer in the country than in London. There were no telescreens, of course, but there was always the danger of concealed microphones by which your voice might be picked up and recognized; besides, it was not easy to make a journey by yourself without attracting attention. For distances of less than 100 kilometres it was not necessary to get your passport endorsed, but sometimes there were patrols hanging about the railway stations, who examined the papers of any Party member they found there and asked awkward questions. However, no patrols had appeared, and on the walk from the station he had made sure by cautious backward glances that he was not being followed. The train was full of proles, in holiday mood because of the summery weather. The wooden-seated carriage in which he travelled was filled to overflowing by a single enormous family, ranging from a toothless greatgrandmother to a month-old baby, going out to spend an afternoon with 'in-laws' in the country, and, as they freely explained to Winston, to get hold of a little black-market butter. Era un poco pronto. El viaje no le había presentado dificultades y la muchacha era tan experimentada que le infundía a Winston una gran seguridad. Confiaba en que ella sabría escoger un sitio seguro. En general, no podía decirse que se estuviera más seguro en el campo que en Londres. Desde luego, no había telepantallas, pero siempre quedaba el peligro de los micrófonos ocultos que recogían vuestra voz y la reconocían. Además, no era fácil viajar individualmente sin llamar la atención. Para distancias de menos de cien kilómetros no se exigía visar los pasaportes, pero a veces vigilaban patrullas alrededor de la estaciones de ferrocarril y examinaban los documentos de todo miembro del Partido al que encontraran y le hacían difíciles preguntas. Sin embargo, Winston tuvo la suerte de no encontrar patrullas y desde que salió de la estación se aseguró, mirando de vez en cuando cautamente hacia atrás, de que no lo seguían. El tren iba lleno de proles con aire de vacaciones, quizá porque el tiempo parecía de verano. El vagón en que viajaba Winston llevaba asientos de madera y su compartimiento estaba ocupado casi por completo con una única familia, desde la abuela, muy vieja y sin dientes, hasta un niño de un mes. Iban a pasar la tarde con unos parientes en el campo y, como le explicaron con toda libertad a Winston, para adquirir un poco de mantequilla en el mercado negro. The lane widened, and in a minute he came to the footpath she had told him of, a mere cattle-track which plunged between the bushes. He had no watch, but it could not be fifteen yet. The bluebells were so thick underfoot that it was impossible not to tread on them. He knelt down and began picking some partly to pass the time away, but also from a Por fin, llegó a la vereda que le había dicho ella y siguió por allí entre los arbustos. No tenía reloj, pero no podían ser todavía las quince. Había tantas flores silvestres, que le era imposible no pisarlas. Se arrodilló y empezó a coger algunas, en parte por echar algún tiempo fuera y también con la vaga idea de reunir un ramillete para ofrecérselo a la George Orwell 1984 142 vague idea that he would like to have a bunch of flowers to offer to the girl when they met. He had got together a big bunch and was smelling their faint sickly scent when a sound at his back froze him, the unmistakable crackle of a foot on twigs. He went on picking bluebells. It was the best thing to do. It might be the girl, or he might have been followed after all. To look round was to show guilt. He picked another and another. A hand fell lightly on his shoulder. muchacha. Pronto formó un gran ramo y estaba oliendo su enfermizo aroma cuando se quedó helado al oír el inconfundible crujido de unos pasos tras él sobre las ramas secas. Siguió cogiendo florecillas. Era lo mejor que podía hacer. Quizá fuese la chica, pero también pudieran haberío seguido. Mirar para atrás era mostrarse culpable. Todavía le dio tiempo de coger dos flores más. Una mano se le posó levemente sobre el hombro. He looked up. It was the girl. She shook her head, evidently as a warning that he must keep silent, then parted the bushes and quickly led the way along the narrow track into the wood. Obviously she had been that way before, for she dodged the boggy bits as though by habit. Winston followed, still clasping his bunch of flowers. His first feeling was relief, but as he watched the strong slender body moving in front of him, with the scarlet sash that was just tight enough to bring out the curve of her hips, the sense of his own inferiority was heavy upon him. Even now it seemed quite likely that when she turned round and looked at him she would draw back after all. The sweetness of the air and the greenness of the leaves daunted him. Already on the walk from the station the May sunshine had made him feel dirty and etiolated, a creature of indoors, with the sooty dust of London in the pores of his skin. It occurred to him that till now she had probably never seen him in broad daylight in the open. They came to the fallen tree that she had spoken of. The girl hopped over and forced apart the bushes, in which there did not seem to be an opening. When Winston followed her, he found that they were in a natural clearing, a tiny grassy knoll surrounded by tall saplings that shut it in completely. The girl stopped and turned. Levantó la cabeza. Era la muchacha. Ésta volvió la cabeza para prevenirle de que siguiera callado, luego apartó las ramas de los arbustos para abrir paso hacia el bosque. Era evidente que había estado allí antes, pues sus movimientos eran los de una persona que tiene la costumbre de ir siempre por el mismo sitio. Winston la siguió sin soltar su ramo de flores. Su primera sensación fue de alivio, pero mientras contemplaba el cuerpo femenino, esbelto y fuerte a la vez, que se movía ante él, y se fijaba en el ancho cinturón rojo, lo bastante apretado para hacer resaltar la curva de sus caderas, empezó a sentir su propia inferioridad. Incluso ahora le parecía muy probable que cuando ella se volviera y lo mirara, lo abandonaría. La dulzura del aire y el verdor de las hojas lo hechizaban. Ya cuando venía de la estación, el sol de mayo le había hecho sentirse sucio y gastado, una criatura de puertas adentro que llevaba pegado a la piel el polvo de Londres. Se le ocurrió pensar que hasta ahora no lo había visto ella de cara a plena luz. Llegaron al árbol derribado del que la joven había hablado. Esta saltó por encima del tronco y, separando las grandes matas que lo rodeaban, pasó a un pequeño claro. Winston, al seguirla, vio que el pequeño espacio estaba rodeado todo por arbustos y oculto por ellos. La muchacha se detuvo y, volviéndose hacia él, le dijo: 'Here we are,' she said. — Ya hemos llegado. He was facing her at several paces' distance. As yet he did not dare move nearer to her. Winston se hallaba a varios pasos de ella. Aún no se atrevía a acercársela más. 'I didn't want to say anything in the lane,' she went — No quise hablar en la vereda — prosiguió ella George Orwell 1984 143 on, 'in case there's a mike hidden there. I don't suppose there is, but there could be. There's always the chance of one of those swine recognizing your voice. We're all right here.' — por si acaso había algún micrófono escondido. No creo que lo haya, pero no es imposible. Siempre cabe la posibilidad de que uno de esos cerdos te reconozcan la voz. Aquí estamos bien. He still had not the courage to approach her. 'We're all right here?' he repeated stupidly. Todavía le faltaba valor a Winston para acercarse a ella. Por eso, se limitó a repetir tontamente: — Estamos bien aquí. 'Yes. Look at the trees.' They were small ashes, which at some time had been cut down and had sprouted up again into a forest of poles, none of them thicker than one's wrist. 'There's nothing big enough to hide a mikein. Besides, I've been here before.' — Sí. Mira los árboles eran unos arbolillos de ramas finísimas —. No hay nada lo bastante grande para ocultar un micro. Además, ya he estado aquí antes. They were only making conversation. He had managed to move closer to her now. She stood before him very upright, with a smile on her face that looked faintly ironical, as though she were wondering why he was so slow to act. The bluebells had cascaded on to the ground. They seemed to havefallen of their own accord. He took her hand. Sólo hablaban. Él se había decidido ya a acercarse más a ella. Sonriente, con cierta ironía en la expresión, la joven estaba muy derecha ante él como preguntándose por qué tardaba tanto en empezar. El ramo de flores silvestre se había caído al suelo. Winston le cogió la mano. 'Would you believe,' he said, 'that till this moment I didn't know what colour your eyes were?' They were brown, he noted, a rather light shade of brown, with dark lashes. 'Now that you've seen what I'm really like, can you still bear to look at me?' — ¿Quieres creer —dijo — que hasta este momento no sabía de qué color tienes los ojos? — Eran castaños, bastante claros, con pestañas negras —. Ahora que me has visto a plena luz y cara a cara, ¿puedes soportar mi presencia? 'Yes, easily.' — Sí, bastante bien. 'I'm thirty-nine years old. I've got a wife that I can't get rid of. I've got varicose veins. I've got five false teeth.' — Tengo treinta y nueve años. Estoy casado y no me puedo librar de mi mujer. Tengo varices y cinco dientes postizos. 'I couldn't care less,' said the girl. — Todo eso no me importa en absoluto —dijo la muchacha. The next moment, it was hard to say by whose act, she was in his his arms. At the beginning he had no Un instante después, sin saber cómo, se la encontró Winston en sus brazos. Al principio, su única George Orwell 1984 144 feeling except sheer incredulity. The youthful body was strained against his own, the mass of dark hair was against his face, and yes! actually she had turned her face up and he was kissing the wide red mouth. She had clasped her arms about his neck, she was calling him darling, precious one, loved one. He had pulled her down on to the ground, she was utterly unresisting, he could do what he liked with her. sensación era de incredulidad. El juvenil cuerpo se apretaba contra el suyo y la masa de cabello negro le daba en la cara y, aunque le pareciera increíble, le acercaba su boca y él la besaba. Sí, estaba besando aquella boca grande y roja. Ella le echó los brazos al cuello y empezó a llamarle «querido, amor mío, precioso...». Winston la tendió en el suelo. Ella no se resistió; podía hacer con ella lo que quisiera. But the truth was that he had no physical sensation, except that of mere contact. All he felt was incredulity and pride. He was glad that this was happening, but he had no physical desire. It was too soon, her youth and prettiness had frightened him, he was too much used to living without women —he did not know the reason. The girl picked herself up and pulled a bluebell out of her hair. She sat against him, putting her arm round his waist. Pero la verdad era que no sentía ningún impulso físico, ninguna sensación aparte de la del abrazo. Le dominaban la incredulidad y el orgullo. Se alegraba de que esto ocurriera, pero no tenía deseo físico alguno. Era demasiado pronto. La juventud y la belleza de aquel cuerpo le habían asustado; estaba demasiado acostumbrado a vivir sin mujeres. Quizá fuera por alguna de estas razones o quizá por alguna otra desconocida. La joven se levantó y se sacudió del cabello una florecilla que se le había quedado prendida en él. Sentóse junto a él y le rodeó la cintura con su brazo. 'Never mind, dear. There's no hurry. We've got the whole afternoon. Isn't this a splendid hide-out? I found it when I got lost once on a community hike. If anyone was coming you could hear them a hundred metres away.' — No te preocupes, querido, no hay prisa. Tenemos toda la tarde. ¿Verdad que es un escondite magnífico? Me perdí una vez en una excursión colectiva y descubrí este lugar. Si viniera alguien, lo oiríamos a cien metros. 'What is your name?' said Winston. — ¿Cómo te llamas? —dijo Winston. 'Julia. I know yours. It's Winston—Winston Smith.' — Julia. Tu nombre ya lo conozco. Winston... Winston Smith. 'How did you find that out?' — ¿Cómo te enteraste? 'I expect I'm better at finding things out than you are, dear. Tell me, what did you think of me before that day I gave you the note?' — Creo que tengo más habilidad que tú para descubrir cosas, querido. Dime, ¿qué pensaste de mí antes de darte aquel papelito? He did not feel any temptation to tell lies to her. It was even a sort of love-offering to start off by telling the worst. Winston no tuvo ni la menor tentación de mentirle. Era una especie de ofrenda amorosa empezar confesando lo peor. George Orwell 1984 145 'I hated the sight of you,' he said. 'I wanted to rape you and then murder you afterwards. Two weeks ago I thought seriously of smashing your head in with a cobblestone. If you really want to know, I imagined that you had something to do with the Thought Police.' — Te odiaba. Quería abusar de ti y luego asesinarle. Hace dos semanas pensé seriamente romperte la cabeza con una piedra. Si quieres saberlo, te diré que te creía en relación con la Policía del Pensamiento. The girl laughed delightedly, evidently taking this as a tribute to the excellence of her disguise. La muchacha se reía encantada, tomando aquello como un piropo por lo bien que se había disfrazado. 'Not the Thought Police! You didn't honestly think that?' — ¡La Policía del Pensamiento!, qué ocurrencias. No es posible que lo creyeras. 'Well, perhaps not exactly that. But from your general appearance—merely because you're young and fresh and healthy, you understand—I thought that probably—' — Bueno, quizá no fuera exactamente eso. Pero, por tu aspecto... quizá por tu juventud y por lo saludable que eres; en fin, ya comprendes, creí que probablemente... 'You thought I was a good Party member. Pure in word and deed. Banners, processions, slogans, games, community hikes all that stuff. And you thought that if I had a quarter of a chance I'd denounce you as a thought-criminal and get you killed off?' — Pensaste que era una excelente afiliada. Pura en palabras y en hechos. Estandartes, desfiles, consignas, excursiones colectivas y todo eso. Y creíste que a las primeras de cambio te denunciaría como criminal mental y haría que te mataran. 'Yes, something of that kind. A great many young girls are like that, you know.' — Sí, algo así... Ya sabes que muchas chicas son de ese modo. 'It's this bloody thing that does it,' she said, ripping off the scarlet sash of the Junior Anti-Sex League and flinging it on to a bough. Then, as though touching her waist had reminded her of something, she felt in the pocket of her overalls and produced a small slab of chocolate. She broke it in half and gave one of the pieces to Winston. Even before he had taken it he knew by the smell that it was very unusual chocolate. It was dark and shiny, and was wrapped in silver paper. Chocolate normally was dull-brown crumbly stuff that tasted, as nearly as one could describe it, like the smoke of a rubbish fire. But at some time or another he had tasted chocolate like the piece she had given him. The first whiff of its scent had stirred up some memory which he could not pin down, but which was — La culpa la tiene esa porquería —dijo Julia quitándose el cinturón rojo de la liga Anti—Sex y tirándolo a una rama, donde quedó colgado. Luego, como si el tocarse la cintura le hubiera recordado algo, sacó del bolsillo de su «mono» una tableta de chocolate. La partió por la mitad y le dio a Winston uno de los pedazos. Antes de probarlo, ya sabía él por el olor que era un chocolate muy poco frecuente. Era oscuro y brillante, envuelto en papel de plata. El chocolate, corrientemente, era de un color castaño claro y desmigajaba con gran facilidad; y en cuanto a su sabor, era algo así como el del humo de la goma quemada. Pero alguna vez había probado chocolate como el que ella le daba ahora. Su aroma le había despertado recuerdos que no podía localizar, pero que lo turbaban George Orwell 1984 146 powerful and troubling. intensamente. 'Where did you get this stuff?' he said. — ¿Dónde encontraste esto? —dijo. 'Black market,' she said indifferently. 'Actually I am that sort of girl, to look at. I'm good at games. I was a troop-leader in the Spies. I do voluntary work three evenings a week for the Junior Anti-Sex League. Hours and hours I've spent pasting their bloody rot all over London. I always carry one end of a banner in the processions. I always look cheerful and I never shirk anything. Always yell with the crowd, that's what I say. It's the only way to be safe.' — En el mercado negro —dijo ella con indiferencia. Yo me las arreglo bastante bien. Fui jefe de sección en los Espías. Trabajo voluntariamente tres tardes a la semana en la Liga juvenil Anti—Sex. Me he pasado horas y horas desfilando por Londres. Siempre soy yo la que lleva uno de los estandartes. Pongo muy buena cara y nunca intento librarme de una lata. Mi lema es «grita siempre con los demás». Es el único modo de estar seguros. The first fragment of chocolate had melted on Winston's tongue. The taste was delightful. But there was still that memory moving round the edges of his consciousness, something strongly felt but not reducible to definite shape, like an object seen out of the corner of one's eye. He pushed it away from him, aware only that it was the memory of some action which he would have liked to undo but could not. El primer trocito de chocolate se le había derretido a Winston en la lengua. Su sabor era delicioso. Pero le seguía rondando aquel recuerdo que no podía fijar, algo así como un objeto visto por el rabillo del ojo. Hizo por librarse de él quedándole la sensación de que se trataba de algo que él había hecho en tiempos y que hubiera preferido no haber hecho. 'You are very young,' he said. 'You are ten or fifteen years younger than I am. What could you see to attract you in a man like me?' — Eres muy joven —dijo —. Debes de ser unos diez o quince años más joven que yo. ¿Qué has podido ver en un hombre como yo que te haya atraído? 'It was something in your face. I thought I'd take a chance. I'm good at spotting people who don't belong. As soon as I saw you I knew you were against THEM.' — Algo en tu cara. Me decidí a arriesgarme. Conozco en seguida a la gente de la acera de enfrente. En cuanto te vi supe que estabas contra ellos. THEM, it appeared, meant the Party, and above all the Inner Party, about whom she talked with an open jeering hatred which made Winston feel uneasy, although he knew that they were safe here if they could be safe anywhere. A thing that astonished him about her was the coarseness of her language. Party members were supposed not to swear, and Winston himself very seldom did swear, aloud, at any rate. Julia, however, seemed unable to mention the Party, and especially the Inner Party, Ellos, por lo visto, quería decir el Partido, y sobre todo el Partido Interior, sobre el cual hablaba Julia con un odio manifiesto que intranquilizaba a Winston, aunque sabía que aquel sitio en que se hallaban era uno de los poquísimos lugares donde nada tenían que temer. Le asombraba la rudeza con que hablaba Julia. Se suponía que los miembros del Partido no decían palabrotas, y el propio Winston apenas las decía como no fuera entre dientes. Sin embargo, Julia no podía nombrar al Partido, George Orwell 1984 147 without using the kind of words that you saw chalked up in dripping alley-ways. He did not dislike it. It was merely one symptom of her revolt against the Party and all its ways, and somehow it seemed natural and healthy, like the sneeze of a horse that smells bad hay. They had left the clearing and were wandering again through the chequered shade, with their arms round each other's waists whenever it was wide enough to walk two abreast. He noticed how much softer her waist seemed to feel now that the sash was gone. They did not speak above a whisper. Outside the clearing, Julia said, it was better to go quietly. Presently they had reached the edge of the little wood. She stopped him. especialmente al Partido Interior, sin usar palabras de esas que solían aparecer escritas con tiza en los callejones solitarios. A él no le disgustaba eso, puesto que era un síntoma de la rebelión de la joven contra el Partido y sus métodos. Y semejante actitud resultaba natural y saludable, como el estornudo de un caballo que huele mala avena. Habían salido del claro y paseaban por entre los arbustos. Iban cogidos de la cintura siempre que tenían sitio suficiente para pasar los dos juntos. Notó que la cintura de Julia resultaba mucho más suave ahora que se había quitado el cinturón. Seguían hablando en voz muy baja. Fuera del claro, dijo Julia, era mejor ir con prudencia. Llegaron hasta la linde del bosquecillo. Ella lo detuvo. 'Don't go out into the open. There might be someone watching. We're all right if we keep behind the boughs.' — No salgas a campo abierto. Podría haber alguien que nos viera. Estaremos mejor detrás de las ramas. They were standing in the shade of hazel bushes. The sunlight, filtering through innumerable leaves, was still hot on their faces. Winston looked out into the field beyond, and underwent a curious, slow shock of recognition. He knew it by sight. An old, close-bitten pasture, with a footpath wandering across it and a molehill here and there. In the ragged hedge on the opposite side the boughs of the elm trees swayed just perceptibly in the breeze, and their leaves stirred faintly in dense masses like women's hair. Surely somewhere nearby, but out of sight, there must be a stream with green pools where dace were swimming? Y permanecieron a la sombra de los arbustos. La luz del sol, filtrándose por las innumerables hojas, les seguía caldeando el rostro. Winston observó el campo que los rodeaba y experimentó, poco a poco, la curiosa sensación de reconocer aquel lugar. Era tierra de pastos, con un sendero que la cruzaba y alguna pequeña elevación de cuando en cuando. En la valla, medio rota, que se veía al otro lado, se divisaban las ramas de unos olmos que se balanceaban con la brisa, y sus hojas se movían en densas masas como cabelleras femeninas. Seguramente por allí cerca, pero fuera de su vista, habría un arroyuelo. 'Isn't there a stream somewhere near here?' he whispered. — ¿No hay por aquí cerca un arroyo? — murmuró. 'That's right, there is a stream. It's at the edge of the next field, actually. There are fish in it, great big ones. You can watch them lying in the pools under the willow trees, waving their tails.' — Sí lo hay. Está al borde del terreno colindante con éste. Hay peces, muy grandes por cierto. Se puede verlos en las charcas que se forman bajo los sauces. 'It's the Golden Country—almost,' he murmured. — Es el País Dorado... casi — murmuró. George Orwell 1984 148 'The Golden Country?' — ¿El País Dorado? 'It's nothing, really. A landscape I've seen sometimes in a dream.' — No tiene importancia. Es un paisaje que he visto algunas veces en sueños. 'Look!' whispered Julia. — ¡Mira! — susurró Julia. A thrush had alighted on a bough not five metres away, almost at the level of their faces. Perhaps it had not seen them. It was in the sun, they in the shade. It spread out its wings, fitted them carefully into place again, ducked its head for a moment, as though making a sort of obeisance to the sun, and then began to pour forth a torrent of song. In the afternoon hush the volume of sound was startling. Winston and Julia clung together, fascinated. The music went on and on, minute after minute, with astonishing variations, never once repeating itself, almost as though the bird were deliberately showing off its virtuosity. Sometimes it stopped for a few seconds, spread out and resettled its wings, then swelled its speckled breast and again burst into song. Winston watched it with a sort of vague reverence. For whom, for what, was that bird singing? No mate, no rival was watching it. What made it sit at the edge of the lonely wood and pour its music into nothingness? He wondered whether after all there was a microphone hidden somewhere near. He and Julia had spoken only in low whispers, and it would not pick up what they had said, but it would pick up the thrush. Perhaps at the other end of the instrument some small, beetle-like man was listening intently—listening to that. But by degrees the flood of music drove all speculations out of his mind. It was as though it were a kind of liquid stuff that poured all over him and got mixed up with the sunlight that filtered through the leaves. He stopped thinking and merely felt. The girl's waist in the bend of his arm was soft and warm. He pulled her round so that they were breast to breast; her body seemed to melt into his. Wherever his hands moved it was all as yielding as water. Their mouths clung together; it was quite different from the hard kisses they had exchanged earlier. When they moved their faces apart again both of them sighed deeply. The bird took fright and fled with a clatter of wings. Un pájaro se había movido en una rama a unos cinco metros de ellos y casi al nivel de sus caras. Quizá no los hubiera visto. Estaba en el sol y ellos a la sombra. Extendió las alas, volvió a colocárselas cuidadosamente en su sitio, inclinó la cabecita un momento, como si saludara respetuosamente al sol y empezó a cantar torrencialmente. En el silencio de la tarde, sobrecogía el volumen de aquel sonido. Winston y Julia se abrazaron fascinados. La música del ave continuó, minuto tras minuto, con asombrosas variaciones y sin repetirse nunca, casi como si estuviera demostrando a propósito su virtuosismo. A veces se detenía unos segundos, extendía y recogía sus alas, luego hinchaba su pecho moteado y empezaba de nuevo su concierto. Winston lo contemplaba con un vago respeto. ¿Para quién, para qué cantaba aquel pájaro? No tenía pareja ni rival que lo contemplaran. ¿Qué le impulsaba a estarse allí, al borde del bosque solitario, regalándole su música al vacío? Se preguntó si no habría algún micrófono escondido allí cerca. Julia y él habían hablado sólo en murmullo, y ningún aparato podría registrar lo que ellos habían dicho, pero sí el canto del pájaro. Quizás al otro extremo del instrumento algún hombrecillo mecanizado estuviera escuchando con toda atención; sí, escuchando aquello. Gradualmente la música del ave fue despertando en él sus pensamientos. Era como un líquido que saliera de se mezclara con la luz del sol, que se filtraba por entre hojas. Dejó de pensar y se limitó a sentir. La cintura de la muchacha bajo su brazo era suave y cálida. Le dio la vuelta hasta quedar abrazados cara a cara. El cuerpo de Julia parecía fundirse con el suyo. Donde quiera que tocaran sus manos, cedía todo como si fuera agua. Sus bocas se unieron con besos muy distintos de los duros besos que se habían dado antes. Cuando volvieron a apartar sus rostros, suspiraron ambos profundamente. El pájaro se asustó y salió volando con un aleteo alarmado. George Orwell 1984 149 Winston put his lips against her ear. 'NOW,' he whispered. 'Not here,' she whispered back. 'Come back to the hide-out. It's safer.' Quickly, with an occasional crackle of twigs, they threaded their way back to the clearing. When they were once inside the ring of saplings she turned and faced him. They were both breathing fast, but the smile had reappeared round the corners of her mouth. She stood looking at him for an instant, then felt at the zipper of her overalls. And, yes! it was almost as in his dream. Almost as swiftly as he had imagined it, she had torn her clothes off, and when she flung them aside it was with that same magnificent gesture by which a whole civilization seemed to be annihilated. Her body gleamed white in the sun. But for a moment he did not look at her body; his eyes were anchored by the freckled face with its faint, bold smile. He knelt down before her and took her hands in his. Rápidamente, sin poder evitar el crujido de las ramas bajo sus pies, regresaron al claro. Cuando estuvieron ya en su refugio, se volvió Julia hacia él y lo miró fijamente. Los dos respiraban pesadamente, pero la sonrisa había desaparecido en las comisuras de sus labios. Estaban de pie y ella lo miró por un instante y luego tanteó la cremallera de su nono con las manos. ¡Sí! ¡Fue casi como en un sueño! Casi tan velozmente como él se lo había imaginado, ella se arrancó la ropa y cuando la tiró a un lado fue con el mismo magnífico gesto con el cual toda una civilización parecía anihilarse. Su blanco cuerpo brillaba al sol. Por un momento él no miró su cuerpo. Sus ojos habían buscado ancoraje en el pecoso rostro con su débil y franca sonrisa. Se arrodilló ante ella y tomó sus manos entre las suyas. 'Have you done this before?' — ¿Has hecho esto antes? 'Of course. Hundreds of times—well, scores of times, anyway.' — Claro. Cientos de veces. Bueno, muchas veces. 'With Party members?' — ¿Con miembros del Partido? 'Yes, always with Party members.' — Sí, siempre con miembros del Partido. 'With members of the Inner Party?' — ¿Con miembros del Partido del Interior? 'Not with those swine, no. But there's plenty that WOULD if they got half a chance. They're not so holy as they make out.' — No, con esos cerdos no. Pero muchos lo harían si pudieran. No son tan sagrados como pretenden. His heart leapt. Scores of times she had done it: he Su corazón dio un salto. Lo había hecho muchas George Orwell 1984 150 wished it had been hundreds—thousands. Anything that hinted at corruption always filled him with a wild hope. Who knew, perhaps the Party was rotten under the surface, its cult of strenuousness and selfdenial simply a sham concealing iniquity. If he could have infected the whole lot of them with leprosy or syphilis, how gladly he would have done so! Anything to rot, to weaken, to undermine! He pulled her down so that they were kneeling face to face. veces. Todo lo que oliera a corrupción le llenaba de una esperanza salvaje. Quién sabe, tal vez el Partido estaba podrido bajo la superficie, su culto de fuerza y autocontrol no era más que una trampa tapando la iniquidad. Si hubiera podido contagiarlos a todos con la lepra o la sífilis, ¡con qué alegría lo hubiera hecho! Cualquier cosa con tal de podrir, de debilitar, de minar. La atrajo hacia sí, de modo que quedaron de rodillas frente a frente. 'Listen. The more men you've had, the more I love you. Do you understandthat?' — Oye, cuantos más hombres hayas tenido más te quiero yo. ¿Lo comprendes? 'Yes, perfectly.' — Sí, perfectamente. 'I hate purity, I hate goodness! I don't want any virtue to exist anywhere. I want everyone to be corrupt to the bones.' — Odio la pureza, odio la bondad. No quiero que exista ninguna virtud en ninguna parte. Quiero que todo el mundo esté corrompido hasta los huesos. 'Well then, I ought to suit you, dear. I'm corrupt to the bones.' — Pues bien, debo irte bien, cariño. Estoy corrompida hasta los huesos. 'You like doing this? I don't mean simply me: I mean the thing in itself?' — ¿Te gusta hacer esto? No quiero decir simplemente yo, me refiero a la cosa en si. 'I adore it.' — Lo adoro. That was above all what he wanted to hear. Not merely the love of one person but the animal instinct, the simple undifferentiated desire: that was the force that would tear the Party to pieces. He pressed her down upon the grass, among the fallen bluebells. This time there was no difficulty. Presently the rising and falling of their breasts slowed to normal speed, and in a sort of pleasant helplessness they fell apart. The sun seemed to have grown hotter. They were both sleepy. He reached out for the discarded overalls and pulled them partly over her. Almost immediately they fell asleep and slept for about half an hour. Esto era sobre todas las cosas lo que quería oír. No simplemente el amor por una persona sino el instinto animal, el simple indiferenciado deseo. Ésta era la fuerza que destruiría al Partido. La empujó contra la hierba entre las campanillas azules. Esta vez no hubo dificultad. El movimiento de sus pechos fue bajando hasta la velocidad normal y con un movimiento de desamparo se fueron separando. El sol parecía haber intensificado su calor. Los dos estaban adormilados. Él alcanzó su desechado mono y la cubrió parcialmente. Winston woke first. He sat up and watched the Al poco tiempo se durmieron profundamente. Al George Orwell 1984 151 freckled face, still peacefully asleep, pillowed on the palm of her hand. Except for her mouth, you could not call her beautiful. There was a line or two round the eyes, if you looked closely. The short dark hair was extraordinarily thick and soft. It occurred to him that he still did not know her surname or where she lived. cabo de media hora se despertó Winston. Se incorporó y contempló a Julia, que seguía durmiendo tranquilamente con su cara pecosa en la palma de la mano. Aparte de la boca, sus facciones no eran hermosas. Si se miraba con atención, se descubrían unas pequeñas arrugas en torno a los ojos. El cabello negro y corto era extraordinariamente abundante y suave. Pensó entonces que todavía ignoraba el apellido y el domicilio de ella. The young, strong body, now helpless in sleep, awoke in him a pitying, protecting feeling. But the mindless tenderness that he had felt under the hazel tree, while the thrush was singing, had not quite come back. He pulled the overalls aside and studied her smooth white flank. In the old days, he thought, a man looked at a girl's body and saw that it was desirable, and that was the end of the story. But you could not have pure love or pure lust nowadays. No emotion was pure, because everything was mixed up with fear and hatred. Their embrace had been a battle, the climax a victory. It was a blow struck against the Party. It was a political act. Este cuerpo joven y vigoroso, desamparado ahora en el sueño, despertó en él un compasivo y protector sentimiento. Pero la ternura que había sentido mientras escuchaba el canto del pájaro había desaparecido ya. Le apartó el mono a un lado y estudió su cadera. En los viejos tiempos, pensó, un hombre miraba el cuerpo de una muchacha y veía que era deseable y aquí se acababa la historia. Pero ahora no se podía sentir amor puro o deseo puro. Ninguna emoción era pura porque todo estaba mezclado con el miedo y el odio. Su abrazo había sido una batalla, el clímax una victoria. Era un golpe contra el Partido. Era un acto político. George Orwell 1984 152 Chapter 3 CAPÍTULO III 'We can come here once again,' said Julia. 'It's generally safe to use any hide-out twice. But not for another month or two, of course.' — Podemos volver a este sitio — propuso Julia —. En general, puede emplearse dos veces el mismo escondite con tal de que se deje pasar uno o dos meses. As soon as she woke up her demeanour had changed. She became alert and business-like, put her clothes on, knotted the scarlet sash about her waist, and began arranging the details of the journey home. It seemed natural to leave this to her. She obviously had a practical cunning which Winston lacked, and she seemed also to have an exhaustive knowledge of the countryside round London, stored away from innumerable community hikes. The route she gave him was quite different from the one by which he had come, and brought him out at a different railway station. 'Never go home the same way as you went out,' she said, as though enunciating an important general principle. She would leave first, and Winston was to wait half an hour before following her. En cuanto se despertó, la conducta de Julia había cambiado. Tenía ya un aire prevenido y frío. Se vistió, se puso el cinturón rojo y empezó a planear el viaje de regreso. A Winston le parecía natural que ella se encargara de esto. Evidentemente poseía una habilidad para todo lo práctico que Winston carecía y también parecía tener un conocimiento completo del campo que rodeaba a Londres. Lo había aprendido a fuerza de tomar parte en excursiones colectivas. La ruta que le señaló era por completo distinta de la que él había seguido al venir, y le conducía a otra estación. «Nunca hay que regresar por el mismo camino de ida», sentenció ella, como si expresara un importante principio general. Ella partiría antes y Winston esperaría media hora para emprender la marcha a su vez. She had named a place where they could meet after work, four evenings hence. It was a street in one of the poorer quarters, where there was an open market which was generally crowded and noisy. She would be hanging about among the stalls, pretending to be in search of shoelaces or sewingthread. If she judged that the coast was clear she would blow her nose when he approached; otherwise he was to walk past her without recognition. But with luck, in the middle of the crowd, it would be safe to talk for a quarter of an hour and arrange another meeting. Había nombrado Julia un sitio donde podían encontrarse, después de trabajar, cuatro días más tarde. Era una calle en uno de los barrios más pobres donde había un mercado con mucha gente y ruido. Estaría por allí, entre los puestos, como si buscara cordones para los zapatos o hilo de coser. Si le parecía que no había peligro se llevaría el pañuelo a la nariz cuando se acercara Winston. En caso contrario, sacaría el pañuelo. Él pasaría a su lado sin mirarla. Pero con un poco de suerte, en medio de aquel gentío podrían hablar tranquilos durante un cuarto de hora y ponerse de acuerdo para otra cita. 'And now I must go,' she said as soon as he had mastered his instructions. 'I'm due back at nineteenthirty. I've got to put in two hours for the Junior Anti-Sex League, handing out leaflets, or something. Isn't it bloody? Give me a brush-down, would you? Have I got any twigs in my hair? Are you sure? Then good-bye, my love, good-bye!' — Ahora tengo que irme —dijo la muchacha en cuanto vio que él se había enterado bien de sus instrucciones —. Debo estar de vuelta a las diecinueve treinta. Tengo que dedicarme dos horas a la Liga Anti—Sex repartiendo folletos o algo por el estilo. ¿Verdad que es un asco? Sacúdeme con las manos. ¿Estás seguro de que George Orwell 1984 153 no tengo briznas en el cabello? ¡Bueno, adiós, amor mío; adiós! She flung herself into his arms, kissed him almost violently, and a momentl ater pushed her way through the saplings and disappeared into the wood with very little noise. Even now he had not found out her surname or her address. However, it made no difference, for it was inconceivable that they could ever meet indoors or exchange any kind of written communication. Se arrojó en sus brazos, lo besó casi violentamente, poco después desaparecía por el bosque sin hacer apenas ruido. Incluso ahora seguía sin saber cómo se llamaba de apellido ni dónde vivía. Sin embargo, era igual, pues resultaba inconcebible que pudieran citarse en lugar cerrado ni escribirse. As it happened, they never went back to the clearing in the wood. During the month of May there was only one further occasion on which they actually succeeded in making love. That was in another hiding-place known to Julia, the belfry of a ruinous church in an almost-deserted stretch of country where an atomic bomb had fallen thirty years earlier. It was a good hiding-place when once you got there, but the getting there was very dangerous. For the rest they could meet only in the streets, in a different place every evening and never for more than half an hour at a time. In the street it was usually possible to talk, after a fashion. As they drifted down the crowded pavements, not quite abreast and never looking at one another, they carried on a curious, intermittent conversation which flicked on and off like the beams of a lighthouse, suddenly nipped into silence by the approach of a Party uniform or the proximity of a telescreen, then taken up again minutes later in the middle of a sentence, then abruptly cut short as they parted at the agreed spot, then continued almost without introduction on the following day. Julia appeared to be quite used to this kind of conversation, which she called 'talking by instalments'. She was also surprisingly adept at speaking without moving her lips. Just once in almost a month of nightly meetings they managed to exchange a kiss. They were passing in silence down a side-street (Julia would never speak when they were away from the main streets) when there was a deafening roar, the earth heaved, and the air darkened, and Winston found himself lying on his side, bruised and terrified. A rocket bomb must have dropped quite near at hand. Suddenly he became aware of Julia's face a few centimetres from his own, deathly white, as white as chalk. Nunca volvieron al bosquecillo. Durante el mes de marzo sólo tuvieron una ocasión de estar juntos de aquella manera. Fue en otro escondite que conocía Julia, el campanario de una ruinosa iglesia en una zona casi desierta donde una bomba atómica había caído treinta años antes. Era un buen escondite una vez que se llegaba allí, pero era muy peligroso, el viaje. Aparte de eso, se vieron por las calles en un sitio diferente cada tarde y nunca más de media hora cada vez. En la calle era posible hablarse de cierra manera mezclados con la multitud, juntos, pero dando la impresión de que era el movimiento de la masa lo que les hacía estar tan cerca y teniendo buen cuidado de no mirarse nunca, podían sostener una curiosa e intermitente conversación que se encendía y apagaba como los rayos de luz de un faro. En cuanto se aproximaba un uniforme del Partido o caían cerca de una telepantalla, se callaban inmediatamente. Y reanudaban conversación minutos después, empezando a la mitad de una frase que habían dejado sin terminar, y luego volvían a cortar en seco cuando les llegaba el momento de separarse. Y al día, siguiente seguían hablando sin más preliminares. Julia parecía estar muy acostumbrada a esta clase de conversación, que ella llamaba «hablar por folletones». Tenía además una sorprenden habilidad para hablar sin mover los labios, Una sola vez en un mes de encuentros nocturnos consiguieron darse un beso. Pasaban en silencio por una calle. Julia nunca hablaba cuando estaban lejos de las calles principales y en ese momento oyeron un ruido ensordecedor, la tierra tembló y se oscureció la atmósfera. Winston se encontró tendido al lado de Julia — magullado — con un terrible pánico. Una bomba cohete George Orwell 1984 154 Even her lips were white. She was dead! He clasped her against him and found that he was kissing a live warm face. But there was some powdery stuff that got in the way of his lips. Both of their faces were thickly coated with plaster. había estallado muy cerca. De pronto se dio cuenta de que tenía junto a la suya cara de Julia. Estaba palidísima, hasta los labios los tenía blancos. No era palidez, sino una blancura de sal. Winston creyó que estaba muerta. La abrazo en el suelo y se sorprendió de estar besando un rostro vivo y cálido. Es que se le había llenado la cara del yeso pulverizado por la explosión. Tenía la cara completamente blanca. There were evenings when they reached their rendezvous and then had to walk past one another without a sign, because a patrol had just come round the corner or a helicopter was hovering overhead. Even if it had been less dangerous, it would still have been difficult to find time to meet. Winston's working week was sixty hours, Julia's was even longer, and their free days varied according to the pressure of work and did not often coincide. Julia, in any case, seldom had an evening completely free. She spent an astonishing amount of time in attending lectures and demonstrations, distributing literature for the junior Anti-Sex League, preparing banners for Hate Week, making collections for the savings campaign, and such-like activities. It paid, she said, it was camouflage. If you kept the small rules, you could break the big ones. She even induced Winston to mortgage yet another of his evenings by enrolling himself for the part-time munition work which was done voluntarily by zealous Party members. So, one evening every week, Winston spent four hours of paralysing boredom, screwing together small bits of metal which were probably parts of bomb fuses, in a draughty, ill-lit workshop where the knocking of hammers mingled drearily with the music of the telescreens. Algunas tardes, a última hora, llegaban al sitio convenido y tenían que andar a cierta distancia uno del otro sin dar la menor señal de reconocerse porque había aparecido una patrulla por una esquina o volaba sobre ellos un autogiro. Aunque hubiera sido menos peligroso verse, siempre habrían tenido a dificultad del tiempo. Winston trabajaba sesenta horas a la semana y Julia todavía más. Los días libres de ambos variaban según las necesidades del trabajo y no solían coincidir. Desde luego, Julia tenía muy pocas veces una tarde Ubre por completo. Pasaba muchísimo tiempo asistiendo a conferencias y manifestaciones, distribuyendo propaganda para la Liga juvenil Anti-Sex, preparando banderas y estandartes para la Semana del Odio, recogiendo dinero para la Campaña del Ahorro y en actividades semejantes. Aseguraba que merecía la pena darse ese trabajo suplementario; era un camuflaje. Si se observaban las pequeñas reglas se podían infringir las grandes. Julia indujo a Winston a que dedicara otra de sus tardes como voluntario en la fabricación de municiones como solían hacer los más entusiastas miembros del Partido. De manera que una tarde cada semana se pasaba Winston cuatro horas de aburrimiento insoportable atornillando dos pedacitos de metal que probablemente formaban parte de una bomba. Este trabajo en serie lo realizaban en un taller donde los martillazos se mezclaban espantosamente con la música de la telepantalla. El taller estaba lleno de corrientes de aire y muy mal iluminado. When they met in the church tower the gaps in their fragmentary conversation were filled up. It was a blazing afternoon. The air in the little square chamber above the bells was hot and stagnant, and smelt overpoweringly of pigeon dung. They sat Cuando se reunieron en las ruinas del campanario llenaron todos los huecos de sus conversaciones anteriores. Era una tarde achicharrante. El aire del pequeño espacio sobre las campanas era ardiente e irrespirable y olía de George Orwell 1984 155 talking for hours on the dusty, twig-littered floor, one or other of them getting up from time to time to cast a glance through the arrowslits and make sure that no one was coming. un modo insoportable a palomar. Allí permanecieron varias horas, sentados en el polvoriento suelo, levantándose de cuando en cuando uno de ellos para asomarse cautelosamente y asegurarse de que no se acercaba nadie. Julia was twenty-six years old. She lived in a hostel with thirty other girls ('Always in the stink of women! How I hate women!' she said parenthetically), and she worked, as he had guessed, on the novel-writing machines in the Fiction Department. She enjoyed her work, which consisted chiefly in running and servicing a powerful but tricky electric motor. She was 'not clever', but was fond of using her hands and felt at home with machinery. She could describe the whole process of composing a novel, from the general directive issued by the Planning Committee down to the final touching-up by the Rewrite Squad. But she was not interested in the finished product. She 'didn't much care for reading,' she said. Books were just a commodity that had to be produced, like jam or bootlaces. Julia tenía veintiséis años. Vivía en una especie de hotel con otras treinta muchachas («¡Siempre el hedor de las mujeres! ¡Cómo las odio!», comentó; y trabajaba, como él había adivinado, en las máquinas que fabricaban novelas en el departamento dedicado a ello. Le distraía su trabajo, que consistía principalmente en manejar un motor eléctrico poderoso, pero lleno de resabios. No era una mujer muy lista — según su propio juicio —, pero manejaba hábilmente las máquinas. Sabía todo el procedimiento para fabricar una novela, desde las directrices generales del Comité Inventor hasta los toques finales que daba la Brigada de Repaso. Pero no le interesaba el producto terminado. No le interesaba leer. Consideraba los libros como una mercancía, algo así como la mermelada o los cordones para los zapatos. She had no memories of anything before the early sixties and the only person she had ever known who talked frequently of the days before the Revolution was a grandfather who had disappeared when she was eight. At school she had been captain of the hockey team and had won the gymnastics trophy two years running. She had been a troopleader in the Spies and a branch secretary in the Youth League before joining the Junior Anti-Sex League. She had always borne an excellent character. She had even (an infallible mark of good reputation) been picked out to work in Pornosec, the sub-section of the Fiction Department which turned out cheap pornography for distribution among the proles. It was nicknamed Muck House by the people who worked in it, she remarked. There she had remained for a year, helping to produce booklets in sealed packets with titles like 'Spanking Stories' or 'One Night in a Girls' School', to be bought furtively by proletarian youths who were under the impression that they were buying something illegal. Julia no recordaba nada anterior a los años sesenta y tantos y la única persona que había conocido que le hablase de los tiempos anteriores a la Revolución era un abuelo que había desaparecido cuando ella tenía ocho años. En la escuela había sido capitana del equipo de hockey y había ganado durante dos años seguidos el trofeo de gimnasia. Fue jefe de sección en los Espías y secretaria de una rama de la Liga de la juventud antes de afiliarse a la Liga juvenil Anti—Sex. Siempre había sido considerada como persona de absoluta confianza. Incluso (y esto era señal infalible de buena reputación) la habían elegido para trabajar en Pornosec, la subsección del Departamento de Novela encargada de fabricar pornografía barata para los proles. Allí había trabajado un año entero ayudando a la producción de libritos que se enviaban en paquetes sellados y que llevaban títulos como Historias deliciosas, o Una noche en un colegio de chicas, que compraban furtivamente los jóvenes proletarios, con lo cual se les daba la impresión de que adquirían una George Orwell 1984 156 mercancía ilegal. 'What are these books like?' said Winston curiously. — ¿Cómo son esos libros? — le preguntó Winston por curiosidad. 'Oh, ghastly rubbish. They're boring, really. They only have six plots, but they swap them round a bit. Of course I was only on the kaleidoscopes. I was never in the Rewrite Squad. I'm not literary, dear— not even enough for that.' — Pues una porquería. Son de lo más aburrido. Hay sólo seis argumentos. Yo trabajaba únicamente en los calidoscopios. Nunca llegué a formar parte de la Brigada de Repaso. No tengo disposiciones para la literatura. Sí, querido, ni siquiera sirvo para eso. He learned with astonishment that all the workers in Pornosec, except theheads of the departments, were girls. The theory was that men, whose sex instincts were less controllable than those of women, were in greater danger of being corrupted by the filth they handled. Winston se enteró con asombro de que en la Pornosec, excepto el jefe, no había más que chicas. Dominaba la teoría de que los hombres, por ser menos capaces que las mujeres de dominar su instinto sexual, se hallaban en mayor peligro de ser corrompidos por las suciedades que pasaban por sus manos. 'They don't even like having married women there,' she added. Girls are always supposed to be so pure. Here's one who isn't, anyway. — Ni siquiera permiten trabajar allí a las mujeres casadas — añadió —. Se supone que las chicas solteras son siempre muy puras. Aquí tienes por lo pronto una que no lo es. She had had her first love-affair when she was sixteen, with a Party member of sixty who later committed suicide to avoid arrest. 'And a good job too,' said Julia, 'otherwise they'd have had my name out of him when he confessed.' Since then there had been various others. Life as she saw it was quite simple. You wanted a good time; 'they', meaning the Party, wanted to stop you having it; you broke the rules as best you could. She seemed to think it just as natural that 'they' should want to rob you of your pleasures as that you should want to avoid being caught. She hated the Party, and said so in the crudest words, but she made no general criticism of it. Except where it touched upon her own life she had no interest in Party doctrine. He noticed that she never used Newspeak words except the ones that had passed into everyday use. She had never heard of the Brotherhood, and refused to believe in its existence. Any kind of organized revolt against the Party, which was bound to be a failure, struck her as stupid. The Julia había tenido su primer asunto amoroso a los dieciséis años con un miembro del Partido de sesenta años, que después se suicidó para evitar que lo detuvieran. «Fue una gran cosa —dijo Julia —, porque, si no, mi nombre se habría descubierto al confesar él.» Desde entonces se habían sucedido varios otros. Para ella la vida era muy sencilla. Una lo quería pasar bien; ellos es decir, el Partido — trataban de evitarlo por todos los medios; y una procuraba burlar las prohibiciones de la mejor manera posible. A Julia le parecía muy natural que ellos le quisieran evitar el placer y que ella por su parte quisiera librarse de que la detuvieran. Odiaba al Partido y lo decía con las más terribles palabrotas, pero no era capaz de hacer una crítica seria de lo que el Partido representaba. No atacaba más que la parte de la doctrina del Partido que rozaba con su vida. Winston notó que Julia no usaba nunca palabras de neolengua excepto las que habían pasado al habla corriente. Nunca había oído George Orwell 1984 157 clever thing was to break the rules and stay alive all the same. He wondered vaguely how many others like her there might be in the younger generation people who had grown up in the world of the Revolution, knowing nothing else, accepting the Party as something unalterable, like the sky, not rebelling against its authority but simply evading it, as a rabbit dodges a dog. hablar de la Hermandad y se negó a creer en su existencia. Creía estúpido pensar en una sublevación contra el Partido. Cualquier intento en este sentido tenía que fracasar. Lo inteligente le parecía burlar las normas y seguir viviendo a pesar de ello. Se preguntaba cuántas habría como ella en la generación más joven, mujeres educadas en el mundo de la revolución, que no habían oído hablar de nada más, aceptando al Partido como algo de imposible modificación — algo así como el cielo — y que sin rebelarse contra la autoridad estatal la eludían lo mismo que un conejo puede escapar de un perro. They did not discuss the possibility of getting married. It was too remote to be worth thinking about. No imaginable committee would ever sanction such a marriage even if Katharine, Winston's wife, could somehow have been got rid of. It was hopeless even as a daydream. Entre Winston y Julia no se planteó la posibilidad de casarse. Había demasiadas dificultades para ello. No merecía la pena perder tiempo pensando en esto. Ningún comité de Oceanía autorizaría este casamiento, incluso si Winston hubiera podido librarse de su esposa Katharine. 'What was she like, your wife?' said Julia. — ¿Cómo era tu mujer? 'She was—do you know the Newspeak word GOODTHINKFUL? Meaning naturally orthodox, incapable of thinking a bad thought?' — Era..., ¿conoces la palabra piensabien, es decir, ortodoxa por naturaleza, incapaz de un mal pensamiento? 'No, I didn't know the word, but I know the kind of person, right enough.' — No, no conozco esa palabra, pero sí la clase de persona a que te refieres. He began telling her the story of his married life, but curiously enough she appeared to know the essential parts of it already. She described to him, almost as though she had seen or felt it, the stiffening of Katharine's body as soon as he touched her, the way in which she still seemed to be pushing him from her with all her strength, even when her arms were clasped tightly round him. With Julia he felt no difficulty in talking about such things: Katharine, in any case, had long ceased to be a painful memory and became merely a distasteful one. Winston empezó a contarle la historia de su vida conyugal, pero Julia parecía, saber ya todo lo esencial de este asunto. 'I could have stood it if it hadn't been for one thing,' — Lo habría soportado si no hubiera sido por Con Julia no le importaba hablar de esas cosas. Katharine había dejado de ser para él un penoso recuerdo, convirtiéndose en un recuerdo molesto. George Orwell 1984 158 he said. He told her about the frigid little ceremony that Katharine had forced him to go through on the same night every week. 'She hated it, but nothing would make her stop doing it. She used to call it— but you'll never guess.' una cosa — añadió —. Y le contó la pequeña ceremonia frígida que Katharine le había obligado a celebrar la misma noche cada semana. Le repugnaba, pero por nada del mundo lo habría dejado de hacer. No te puedes figurar cómo le llamaba a aquello. 'Our duty to the Party,' said Julia promptly. — «Nuestro deber para con el Partido» —dijo Julia inmediatamente. 'How did you know that?' — ¿Cómo lo sabías? 'I've been at school too, dear. Sex talks once a month for the over-sixteens. And in the Youth Movement. They rub it into you for years. I dare say it works in a lot of cases. But of course you can never tell; people are such hypocrites.' — Querido, también yo he estado en la escuela. A las mayores de dieciséis años les dan conferencias sobre tema, sexuales una vez al mes. Y luego, en el Movimiento juvenil, no dejan de grabarle a una esas estupideces en la cabeza. En muchísimos casos da resultado. Claro que nunca se tiene la seguridad porque la gente es tan hipócrita... She began to enlarge upon the subject. With Julia, everything came back to her own sexuality. As soon as this was touched upon in any way she was capable of great acuteness. Unlike Winston, she had grasped the inner meaning of the Party's sexual puritanism. It was not merely that the sex instinct created a world of its own which was outside the Party's control and which therefore had to be destroyed if possible. What was more important was that sexual privation induced hysteria, which was desirable because it could be transformed into war-fever and leader-worship. The way she put it was: Y Julia se extendió sobre este asunto. Ella lo refería todo a su propia sexualidad. 'When you make love you're using up energy; and afterwards you feel happy and don't give a damn for anything. They can't bear you to feel like that. They want you to be bursting with energy all the time. All this marching up and down and cheering and waving flags is simply sex gone sour. If you're happy inside yourself, why should you get excited about Big Brother and the Three-Year Plans and the Two Minutes Hate and all the rest of their bloody rot?' «Cuando haces el amor gastas energías y después te sientes feliz y no te importa nada. No pueden soportarlo que te sientas así. Quieren que estés a punto de estallar de energía todo el tiempo. Todas estas marchas arriba y abajo vitoreando y agitando banderas no es más que sexo agriado. Si eres feliz dentro de ti mismo, ¿por qué te ibas a excitar por el Gran Hermano y el Plan Trienal y los Dos Minutos de Odio y todo el resto de su porquerías. A diferencia de Winston, entendía perfectamente lo que el Partido se proponía con su puritanismo sexual. Lo más importante era que la represión sexual conducía a la histeria, lo cual era deseable ya que se podía transformar en una fiebre guerrera y en adoración del líder. Ella lo explicaba así: George Orwell 1984 159 That was very true, he thought. There was a direct intimate connexion between chastity and political orthodoxy. For how could the fear, the hatred, and the lunatic credulity which the Party needed in its members be kept at the right pitch, except by bottling down some powerful instinct and using it as a driving force? The sex impulse was dangerous to the Party, and the Party had turned it to account. They had played a similar trick with the instinct of parenthood. The family could not actually be abolished, and, indeed, people were encouraged to be fond of their children, in almost the oldfashioned way. The children, on the other hand, were systematically turned against their parents and taught to spy on them and report their deviations. The family had become in effect an extension of the Thought Police. It was a device by means of which everyone could be surrounded night and day by informers who knew him intimately. Esto era cierto, pensó él. Había una conexión directa entre la castidad y la ortodoxia política. ¿Cómo iban a mantenerse vivos el miedo, y el odio y la insensata incredulidad que el Partido necesitaba si no se embotellaba algún instinto poderoso para usarlo después como combustible? El instinto sexual era peligroso para el Partido y éste lo había utilizado en provecho propio. Habían hecho algo parecido con el instinto familiar. La familia no podía ser abolida; es más, se animaba a la gente a que amase a sus hijos casi al estilo antiguo. Pero, por otra parte, los hijos eran enfrentados sistemáticamente contra sus padres y se les enseñaba a espiarles y a denunciar sus Desviaciones. La familia se había convertido en una ampliación de la Policía del Pensamiento. Era un recurso por medio del cual todos se hallaban rodeados noche y día por delatores que les conocían íntimamente. Abruptly his mind went back to Katharine. Katharine would unquestionably have denounced him to the Thought Police if she had not happened to be too stupid to detect the unorthodoxy of his opinions. But what really recalled her to him at this moment was the stifling heat of the afternoon, which had brought the sweat out on his forehead. He began telling Julia of something that had happened, or rather had failed to happen, on another sweltering summer afternoon, eleven years ago. De pronto se puso a pensar otra vez en Katharine. Ésta lo habría denunciado a la P. del P. con toda seguridad si no hubiera sido demasiado tonta para descubrir lo herético de sus opiniones. Pero lo que se la hacía recordar en este momento era el agobiante calor de la tarde, que le hacía sudar. Empezó a contarle a Julia algo que había ocurrido, o mejor dicho, que había dejado de ocurrir en otra tarde tan calurosa como aquélla, once años antes. It was three or four months after they were married. They had lost their way on a community hike somewhere in Kent. They had only lagged behind the others for a couple of minutes, but they took a wrong turning, and presently found themselves pulled up short by the edge of an old chalk quarry. It was a sheer drop of ten or twenty metres, with boulders at the bottom. There was nobody of whom they could ask the way. As soon as she realized that they were lost Katharine became very uneasy. To be away from the noisy mob of hikers even for a moment gave her a feeling of wrong-doing. She wanted to hurry back by the way they had come and start searching in the other direction. But at this moment Winston noticed some tufts of loosestrife Katharine y Winston se habían extraviado durante una de aquellas excursiones colectivas que organizaba el Partido. Iban retrasados y por equivocación doblaron por un camino que los condujo rápidamente a un lugar solitario. Estaban al borde de un precipicio. Nadie había allí para preguntarle. En cuanto se dieron cuenta de que se habían perdido, Katharine empezó a ponerse nerviosa. Hallarse alejada de la ruidosa multitud de excursionistas, aunque sólo fuese durante un momento, le producía un fuerte sentido de culpabilidad. Quería volver inmediatamente por el camino que George Orwell 1984 160 growing in the cracks of the cliff beneath them. One tuft was of two colours, magenta and brickred, apparently growing on the same root. He had never seen anything of the kind before, and he called to Katharine to come and look at it. habían tomado por error y empezar a buscar en la dirección contraria. Pero en aquel momento Winston descubrió unas plantas que le llamaron la atención. Nunca había visto nada parecido Y llamó a Katharine para que las viera. 'Look, Katharine! Look at those flowers. That clump down near the bottom. Do you see they're two different colours?' — ¡Mira, Katharine; mira esas flores! Allí, al fondo; ¿ves que son de dos colores diferentes? She had already turned to go, but she did rather fretfully come back for a moment. She even leaned out over the cliff face to see where he was pointing. He was standing a little behind her, and he put his hand on her waist to steady her. At this moment it suddenly occurred to him how completely alone they were. There was not a human creature anywhere, not a leaf stirring, not even a bird awake. In a place like this the danger that there would be a hidden microphone was very small, and even if there was a microphone it would only pick up sounds. It was the hottest sleepiest hour of the afternoon. The sun blazed down upon them, the sweat tickled his face. And the thought struck him... Ella había empezado ya a alejarse, pero se acercó un momento, a cada instante más intranquila. Incluso se inclinó sobre el precipicio para ver donde señalaba Winston. Él estaba un poco más atrás y le puso la mano en la cintura para sostenerla. No había nadie en toda la extensión que se abarcaba con la vista, no se movía ni una hoja y ningún pájaro daba señales de presencia. Entonces pensó Winston que estaban completamente solos y que en un sitio como aquél había muy pocas probabilidades de que tuvieran escondido un micrófono, e incluso si lo había, sólo podría captar sonidos. Era la hora más cálida y soñolienta de la tarde. El sol deslumbraba y el sudor perlaba la cara de Winston. Entonces se le ocurrió que... 'Why didn't you give her a good shove?' said Julia. 'I would have.' — ¿Por qué no le diste un buen empujón? —dijo Julia —. Yo lo habría hecho. 'Yes, dear, you would have. I would, if I'd been the — Sí, querida; yo también lo habría hecho si same person then as I am now. Or perhaps I hubiera sido la misma persona que ahora soy. would—I'm not certain.' Bueno, no estoy seguro... 'Are you sorry you didn't?' — ¿Lamentas ahora haber desperdiciado la ocasión? 'Yes. On the whole I'm sorry I didn't.' — Sí. En realidad me arrepiento de ello. They were sitting side by side on the dusty floor. He pulled her closer against him. Her head rested on his shoulder, the pleasant smell of her hair conquering the pigeon dung. She was very young, he thought, she still expected something from life, Estaban sentados muy juntos en el suelo. El la apretó más contra sí. La cabeza de ella descansaba en el hombro de él y el agradable olor de su cabello dominaba el desagradable hedor a palomar. Pensó Winston que Julia era George Orwell 1984 161 she did not understand that to push an inconvenient person over a cliff solves nothing. muy joven, que esperaba todavía bastante de la vida y por tanto no podía comprender que empujar a una persona molesta por un precipicio no resuelve nada. 'Actually it would have made no difference,' he said. — Habría sido lo mismo —dijo. 'Then why are you sorry you didn't do it?' — Entonces, ¿por qué dices que sientes no haberío hecho? 'Only because I prefer a positive to a negative. In this game that we're playing, we can't win. Some kinds of failure are better than other kinds, that's all.' — Sólo porque prefiero lo positivo a lo negativo. Pero en este juego que estamos jugando no podemos ganar. Unas clases de fracaso son quizá mejores que otras, eso es todo. He felt her shoulders give a wriggle of dissent. She always contradicted him when he said anything of this kind. She would not accept it as a law of nature that the individual is always defeated. In a way she realized that she herself was doomed, that sooner or later the Thought Police would catch her and kill her, but with another part of her mind she believed that it was somehow possible to construct a secret world in which you could live as you chose. All you needed was luck and cunning and boldness. She did not understand that there was no such thing as happiness, that the only victory lay in the far future, long after you were dead, that from the moment of declaring war on the Party it was better to think of yourself as a corpse. Notó que los hombros de ella se movían disconformes. Julia siempre lo contradecía cuando él opinaba en este sentido. No estaba dispuesta a aceptar como ley natural que el individuo está siempre vencido. En cierto modo comprendía que también ella estaba condenada de antemano y que más pronto o más tarde la Policía del Pensamiento la detendría y la mataría; pero por otra parte de su cerebro creía firmemente que cabía la posibilidad de construirse un mundo secreto donde vivir a gusto. Sólo se necesitaba suerte, astucia y audacia. No comprendía que la felicidad era un mito, que la única victoria posible estaba en un lejano futuro mucho después de la muerte, y que desde el momento en que mentalmente le declaraba una persona la guerra al Partido, le convenía considerarse como un cadáver ambulante. 'We are the dead,' he said. — Los muertos somos nosotros —dijo Winston. 'We're not dead yet,' said Julia prosaically. — Todavía no hemos muerto — replicó Julia prosaicamente. 'Not physically. Six months, a year—five years, conceivably. I am afraid of death. You are young, so presumably you're more afraid of it than I am. — Físicamente, todavía no. Pero es cuestión de seis meses, un año o quizá cinco. Le temo a la muerte. Tú eres joven y por eso mismo quizá le George Orwell 1984 162 Obviously we shall put it off as long as we can. But it makes very little difference. So long as human beings stay human, death and life are the same thing.' temas a la muerte más que yo. Naturalmente, haremos todo lo posible por evitarla lo más que podamos. Pero la diferencia es insignificante. Mientras que los seres humanos sigan siendo humanos, la muerte y la vida vienen a ser lo mismo. 'Oh, rubbish! Which would you sooner sleep with, me or a skeleton? Don't you enjoy being alive? Don't you like feeling: This is me, this is my hand, this is my leg, I'm real, I'm solid, I'm alive! Don't you like THIS?' — Oh, tonterías. ¿Qué preferirlas: dormir conmigo o con un esqueleto? ¿No disfrutas de estar vivo? ¿No te gusta sentir: esto soy yo, ésta es mi mano, esto mi pierna, soy real, sólida, estoy viva?... ¿No te gusta? She twisted herself round and pressed her bosom against him. He could feel her breasts, ripe yet firm, through her overalls. Her body seemed to be pouring some of its youth and vigour into his. Ella se dio la vuelta y apretó su pecho contra él. Podía sentir sus senos, maduros pero firmes, a través de su mono. Su cuerpo parecía traspasar su juventud y vigor hacia él. 'Yes, I like that,' he said. — Sí, me gusta —dijo Winston. 'Then stop talking about dying. And now listen, dear, we've got to fix up about the next time we meet. We may as well go back to the place in the wood. We've given it a good long rest. But you must get there by a different way this time. I've got it all planned out. You take the train—but look, I'll draw it out for you.' — No hablemos más de la muerte. Y ahora escucha, querido; tenemos que fijar la próxima cita. Si te parece bien, podemos volver a aquel sitio del bosque. Ya hace mucho tiempo que fuimos. Basta con que vayas por un camino distinto. Lo tengo todo preparado. Tomas el tren... Pero lo mejor será que te lo dibuje aquí. And in her practical way she scraped together a small square of dust, and with a twig from a pigeon's nest began drawing a map on the floor. Y tan práctica como siempre amasó primero un cuadrito de polvo y con una ramita de un nido de palomas empezó a dibujar un mapa sobre el suelo. George Orwell 1984 Chapter 4 CAPÍTULO IV Winston looked round the shabby little room above Mr Charrington's shop. Beside the window the enormous bed was made up, with ragged blankets and a coverless bolster. The oldfashioned clock with the twelve-hour face was ticking away on the mantelpiece. In the corner, on the gateleg table, the glass paperweight which he had bought on his last visit gleamed softly out of the half-darkness. Winston examinó la pequeña habitación en la tienda del señor Charrington. junto a la ventana, la enorme cama estaba preparada con viejas mantas y una colcha raquítica. El antiguo reloj, en cuya esfera se marcaban las doce horas, seguía con su tic—tac sobre la repisa de la chimenea. En un rincón, sobre la mesita, el pisapapeles de cristal que había comprado en su visita anterior brillaba suavemente en la semioscuridad. In the fender was a battered tin oilstove, a saucepan, and two cups, provided by Mr Charrington. Winston lit the burner and set a pan of water to boil. He had brought an envelope full of Victory Coffee and some saccharine tablets. The clock's hands said seventeen-twenty: it was nineteen-twenty really. She was coming at nineteen-thirty. En el hogar de la chimenea había una desvencijada estufa de petróleo, una sartén y dos copas, todo ello proporcionado por el señor Charrington. Winston puso un poco de agua a hervir. Había traído un sobre lleno de café de la Victoria y algunas pastillas de sacarina. Las manecillas del reloj marcaban las siete y veinte; pero en realidad eran las diecinueve veinte. Julia llegaría a las diecinueve treinta. Folly, folly, his heart kept saying: conscious, gratuitous, suicidal folly. Of all the crimes that a Party member could commit, this one was the least possible to conceal. Actually the idea had first floated into his head in the form of a vision, of the glass paperweight mirrored by the surface of the gateleg table. As he had foreseen, Mr Charrington had made no difficulty about letting the room. He was obviously glad of the few dollars that it would bring him. Nor did he seem shocked or become offensively knowing when it was made clear that Winston wanted the room for the purpose of a love-affair. Instead he looked into the middle distance and spoke in generalities, with so delicate an air as to give the impression that he had become partly invisible. Privacy, he said, was a very valuable thing. Everyone wanted a place where they could be alone occasionally. And when they had such a place, it was only common courtesy in anyone else who knew of it to keep his knowledge to himself. He even, seeming almost to fade out of existence as he did so, added that there were two entries to the house, one of them through the back yard, which gave on an alley. El corazón le decía a Winston que todo esto era una locura; sí, una locura consciente y suicida. De todos los crímenes que un miembro del Partido podía cometer, éste era el de más imposible ocultación. La idea había flotado en su cabeza en forma de una visión del pisapapeles de cristal reflejado en la brillante superficie de la mesita. Como él lo había previsto, el señor Charrington no opuso ninguna dificultad para alquilarle la habitación. Se alegraba, por lo visto, de los dólares que aquello le proporcionaría. Tampoco parecía ofenderse, ni inclinado a hacer preguntas indiscretas al quedar bien claro que Winston deseaba la habitación para un asunto amoroso. Al contrario, se mantenía siempre a una discreta distancia y con un aire tan delicado que daba la impresión de haberse hecho invisible en parte. Decía que la intimidad era una cosa de valor inapreciable. Que todo el mundo necesitaba un sitio donde poder estar solo de vez en cuando. Y una vez que lo hubiera logrado, era de elemental cortesía, en cualquier otra persona que conociera este refugio, no contárselo a nadie. Y para subrayar en la práctica su teoría, casi desaparecía, añadiendo que la casa tenía dos entradas, una de 163 George Orwell 1984 164 las cuales daba al patio trasero que tenía una salida a un callejón. Under the window somebody was singing. Winston peeped out, secure in the protection of the muslin curtain. The June sun was still high in the sky, and in the sun-filled court below, a monstrous woman, solid as a Norman pillar, with brawny red forearms and a sacking apron strapped about her middle, was stumping to and fro between a washtub and a clothes line, pegging out a series of square white things which Winston recognized as babies' diapers. Whenever her mouth was not corked with clothes pegs she was singing in a powerful contralto: Alguien cantaba bajo la ventana. Winston se asomó por detrás de los visillos. El sol de junio estaba aún muy alto y en el patio central una monstruosa mujer sólida como una columna normanda, con antebrazos de un color moreno rojizo, y un delantal atado a la cintura, iba y venía continuamente desde el barreño donde tenía la ropa lavada hasta el fregadero, colgando cada vez unos pañitos cuadrados que Winston reconoció como pañales. Cuando la boca de la mujer no estaba impedida por pinzas para tender, cantaba con poderosa voz de contralto: It was only an 'opeless fancy. It passed like an Ipril dye, But a look an' a word an' the dreams they stirred! They 'ave stolen my 'eart awye! Era sólo una ilusión sin esperanza que pasó como un día de abril; pero aquella mirada, aquella palabra y los ensueños que despertaron me robaron el corazón. The tune had been haunting London for weeks past. It was one of countless similar songs published for the benefit of the proles by a subsection of the Music Department. The words of these songs were composed without any human intervention whatever on an instrument known as a versificator. But the woman sang so tunefully as to turn the dreadful rubbish into an almost pleasant sound. He could hear the woman singing and the scrape of her shoes on the flagstones, and the cries of the children in the street, and somewhere in the far distance a faint roar of traffic, and yet the room seemed curiously silent, thanks to the absence of a telescreen. Esta canción obsesionaba a Londres desde hacía muchas semanas. Era una de las producciones de una subsección del Departamento de Música con destino a los proles. La letra de estas canciones se componía sin intervención humana en absoluto, valiéndose de un instrumento llamado «versificador». Pero la mujer la cantaba con tan buen oído que el horrible sonsonete se había convertido en unos sonidos casi agradables. Winston oía la voz de la mujer, el ruido de sus zapatos sobre el empedrado del patio, los gritos de los niños en la calle, y a cierta distancia, muy débilmente, el zumbido del tráfico, y sin embargo su habitación parecía impresionantemente silenciosa gracias a la ausencia de telepantalla. Folly, folly, folly! he thought again. It was inconceivable that they could frequent this place for more than a few weeks without being caught. But the temptation of having a hiding-place that was truly their own, indoors and near at hand, had been too much for both of them. For some time after their visit to the church belfry it had «¡Qué locura! ¡Qué locura!», pensó Winston. Era inconcebible que Julia y él pudieran frecuentar este sitio más de unas semanas sin que los cazaran. Pero la tentación de disponer de un escondite verdaderamente suyo bajo techo y en un sitio bastante cercano al lugar de trabajo, había sido demasiado fuerte para él. Durante algún George Orwell 1984 been impossible to arrange meetings. Working hours had been drastically increased in anticipation of Hate Week. It was more than a month distant, but the enormous, complex preparations that it entailed were throwing extra work on to everybody. Finally both of them managed to secure a free afternoon on the same day. They had agreed to go back to the clearing in the wood. On the evening beforehand they met briefly in the street. As usual, Winston hardly looked at Julia as they drifted towards one another in the crowd, but from the short glance he gave her it seemed to him that she was paler than usual. tiempo después de su visita al campanario les había sido por completo imposible arreglar ninguna cita. Las horas de trabajo habían aumentado implacablemente en preparación de la Semana del Odio. Faltaba todavía más de un mes, pero los enormes y complejos preparativos cargaban de trabajo a todos los miembros del Partido. Por fin, ambos pudieron tener la misma tarde libre. Estaban ya de acuerdo en volver a verse en el claro del bosque. La tarde anterior se cruzaron en la calle. Como de costumbre, Winston no miró directamente a Julia y ambos se sumaron a una masa de gente que empujaba en determinada dirección. Winston se fue acercando a ella. Mirándola con el rabillo del ojo notó en seguida que estaba más pálida que de costumbre. 'It's all off,' she murmured as soon as she judged it safe to speak. 'Tomorrow, I mean.' — Lo de mañana es imposible — murmuró Julia en cuanto creyó prudente poder hablar. 'What?' — ¿Qué? 'Tomorrow afternoon. I can't come.' — Que mañana no podré ir. 165 'Why not?' 'Oh, the usual reason. It's started early this time.' For a moment he was violently angry. During the month that he had known her the nature of his desire for her had changed. At the beginning there had been little true sensuality in it. Their first love-making had been simply an act of the will. But after the second time it was different. The smell of her hair, the taste of her mouth, the feeling of her skin seemed to have got inside him, or into the air all round him. She had become a physical necessity, something that he not only wanted but felt that he had a right to. When she said that she could not come, he had the feeling that she was cheating him. But just at this moment the crowd pressed them together and their hands accidentally met. She gave the tips of his fingers a quick squeeze that seemed to invite not desire but affection. It struck him that La primera reacción de Winston fue de violenta irritación. Durante el mes que la había conocido la naturaleza de su deseo por ella había cambiado. Al principio había habido muy poca sensualidad real. Su primer encuentro amoroso había sido un acto de voluntad. Pero después de la segunda vez había sido distinto. El olor de su pelo, el sabor de su boca, el tacto de su piel parecían habérsele metido dentro o estar en el aire que lo rodeaba. Se había convertido en una necesidad física, algo que no solamente quería sino sobre lo que a la vez tenía derecho. Cuando ella dijo que no podía venir, había sentido como si lo estafaran. Pero en aquel momento la multitud los aplastó el uno contra el otro y sus manos se unieron y ella le acarició los dedos de un modo que no despertaba su deseo, sino su afecto. Una honda ternura, que George Orwell 1984 when one lived with a woman this particular disappointment must be a normal, recurring event; and a deep tenderness, such as he had not felt for her before, suddenly took hold of him. He wished that they were a married couple of ten years' standing. He wished that he were walking through the streets with her just as they were doing now but openly and without fear, talking of trivialities and buying odds and ends for the household. He wished above all that they had some place where they could be alone together without feeling the obligation to make love every time they met. It was not actually at that moment, but at some time on the following day, that the idea of renting Mr Charrington's room had occurred to him. When he suggested it to Julia she had agreed with unexpected readiness. Both of them knew that it was lunacy. It was as though they were intentionally stepping nearer to their graves. As he sat waiting on the edge of the bed he thought again of the cellars of the Ministry of Love. It was curious how that predestined horror moved in and out of one's consciousness. There it lay, fixed in future times, preceding death as surely as 99 precedes 100. One could not avoid it, but one could perhaps postpone it: and yet instead, every now and again, by a conscious, wilful act, one chose to shorten the interval before it happened. no había sentido hasta entonces por ella, se apoderó súbitamente de él. Le hubiera gustado en aquel momento llevar ya diez años casado con Julia. Deseaba intensamente poderse pasear con ella por las calles, pero no como ahora lo hacía, sino abiertamente, sin miedo alguno, hablando trivialidades y comprando los pequeños objetos necesarios para la casa. Deseaba sobre todo vivir con ella en un sitio tranquilo sin sentirse obligado a acostarse cada vez que conseguían reunirse. No fue en aquella ocasión precisamente, sino al día siguiente, cuando se le ocurrió la idea de alquilar la habitación del señor Charrington. Cuando se lo propuso a Julia, ésta aceptó inmediatamente. Ambos sabían que era una locura. Era como si avanzaran a propósito hacia sus tumbas. Mientras la esperaba sentado al borde de la cama volvió a pensar en los sótanos del Ministerio del Amor. Era notable cómo entraba y salía en la conciencia de todos aquel predestinado horror. Allí estaba, clavado en el futuro, precediendo a la muerte con tanta inevitabilidad como el 99 precede al 100. No se podía evitar, pero quizá se pudiera aplazar. Y sin embargo, de cuando en cuando, por un consciente acto de voluntad se decidía uno a acortar el intervalo, a precipitar la llegada de la tragedia. At this moment there was a quick step on the stairs. Julia burst into the room. She was carrying a tool-bag of coarse brown canvas, such as he had sometimes seen her carrying to and fro at the Ministry. He started forward to take her in his arms, but she disengaged herself rather hurriedly, partly because she was still holding the tool-bag. En este momento sintió Winston unos pasos rápidos en la escalera. Julia irrumpió en la habitación. Llevaba una bolsa de lona oscura y basta como la que solía llevar al Ministerio. Winston le tendió los brazos, pero ella apartóse nerviosa, en parte porque le estorbaba la bolsa llena de herramientas. 'Half a second,' she said. 'Just let me show you what I've brought. Did you bring some of that filthy Victory Coffee? I thought you would. You can chuck it away again, because we shan't be needing it. Look here.' — Un momento —dijo —. Deja que te enseñe lo que traigo. ¿Trajiste ese asqueroso café de la Victoria? Ya me lo figuré. Puedes tirarlo porque no lo necesitaremos. Mira. She fell on her knees, threw open the bag, and tumbled out some spanners and a screwdriver that filled the top part of it. Underneath were a Se arrodilló, tiró al suelo la bolsa abierta y de ella salieron varias herramientas, entre ellas un destornillador, pero debajo venían varios 166 George Orwell 1984 number of neat paper packets. The first packet that she passed to Winston had a strange and yet vaguely familiar feeling. It was filled with some kind of heavy, sand-like stuff which yielded wherever you touched it. paquetes de papel. El primero que cogió Winston le produjo una sensación familiar y a la vez extraña. Estaba lleno de algo arenoso, pesado, que cedía donde quiera que se le tocaba. 'It isn't sugar?' he said. — No será azúcar, ¿verdad? —dijo, asombrado. 'Real sugar. Not saccharine, sugar. And here's a loaf of bread—proper white bread, not our bloody stuff—and a little pot of jam. And here's a tin of milk—but look! This is the one I'm really proud of. I had to wrap a bit of sacking round it, because—' — Azúcar de verdad. No sacarina, sino verdadero azúcar. Y aquí tienes un magnífico pan blanco, no esas porquerías que nos dan, y un bote de mermelada. Y aquí tienes un bote de leche condensada. Pero fíjate en esto; estoy orgullosísima de haberlo conseguido. Tuve que envolverlo con tela de saco para que no se conociera, porque... But she did not need to tell him why she had wrapped it up. The smell was already filling the room, a rich hot smell which seemed like an emanation from his early childhood, but which one did occasionally meet with even now, blowing down a passage-way before a door slammed, or diffusing itself mysteriously in a crowded street, sniffed for an instant and then lost again. Pero no necesitaba explicarle por qué lo había envuelto con tanto cuidado. El aroma que despedía aquello llenaba la habitación, un olor exquisito que parecía emanado de su primera infancia, el olor que sólo se percibía ya de vez en cuando al pasar por un corredor y antes de que le cerraran a uno la puerta violentamente, ese olor que se difundía misteriosamente por una calle llena de gente y que desaparecía al instante. 'It's coffee,' he murmured, 'real coffee.' — Es café — murmuró Winston —; café de verdad. 'It's Inner Party coffee. There's a whole kilo here,' she said. — Es café del Partido Interior. ¡Un kilo! —dijo Julia. 'How did you manage to get hold of all these things?' — ¿Cómo te las arreglaste para conseguir todo esto? 'It's all Inner Party stuff. There's nothing those swine don't have, nothing. But of course waiters and servants and people pinch things, and— look, I got a little packet of tea as well.' — Son provisiones del Partido Interior. Esos cerdos no se privan de nada. Pero, claro está, los camareros, las criadas y la gente que los rodea cogen cosas de vez en cuando. Y... mira: también te traigo un paquetito de té. Winston had squatted down beside her. He tore Winston se había sentado junto a ella en el suelo. 167 George Orwell 1984 open a corner of the packet. Abrió un pico del paquete y lo olió. 'It's real tea. Not blackberry leaves.' — Es té auténtico. 'There's been a lot of tea about lately. They've captured India, or something,' she said vaguely. 'But listen, dear. I want you to turn your back on me for three minutes. Go and sit on the other side of the bed. Don't go too near the window. And don't turn round till I tell you.' — Últimamente ha habido mucho té. Han conquistado la India o algo así —dijo Julia vagamente. Pero escucha, querido: quiero que te vuelvas de espalda unos minutos. Siéntate en el lado de allá de la cama. No te acerques demasiado a la ventana. Y no te vuelvas hasta que te lo diga. Winston gazed abstractedly through the muslin curtain. Down in the yard the red-armed woman was still marching to and fro between the washtub and the line. She took two more pegs out of her mouth and sang with deep feeling: Winston la obedeció y se puso a mirar abstraído por los visillos de muselina. Abajo en el patio la mujer de los rojos antebrazos seguía yendo y viniendo entre el lavadero y el tendedero. Se quitó dos pinzas más de la boca y cantó con mucho sentimiento: They sye that time 'eals all things, They sye you can always forget; But the smiles an' the tears across the years They twist my 'eart-strings yet! 168 Dicen que el tiempo lo cura todo, dicen que siempre se olvida, pero las sonrisas y lágrimas a lo largo de los años, me retuercen el corazón. She knew the whole drivelling song by heart, it seemed. Her voice floated upward with the sweet summer air, very tuneful, charged with a sort of happy melancholy. One had the feeling that she would have been perfectly content, if the June evening had been endless and the supply of clothes inexhaustible, to remain there for a thousand years, pegging out diapers and singing rubbish. It struck him as a curious fact that he had never heard a member of the Party singing alone and spontaneously. It would even have seemed slightly unorthodox, a dangerous eccentricity, like talking to oneself. Perhaps it was only when people were somewhere near the starvation level that they had anything to sing about. Por lo visto se sabía la canción de memoria. Su voz subía a la habitación en el cálido aire estival, bastante armoniosa y cargada de una especie de feliz melancolía. Se tenía la sensación de que esa mujer habría sido perfectamente feliz si la tarde de junio no hubiera terminado nunca y la ropa lavada para tender no se hubiera agotado; le habría gustado estarse allí mil años tendiendo pañales y cantando tonterías. Le parecía muy curioso a Winston no haber oído nunca a un miembro del Partido cantando espontáneamente y en soledad. Habría parecido una herejía política, una excentricidad peligrosa, algo así como hablar consigo mismo. Quizá la gente sólo cantara cuando estuviera a punto de morirse de hambre. 'You can turn round now,' said Julia. — Ya puedes volverte —dijo Julia. George Orwell 1984 He turned round, and for a second almost failed to recognize her. What he had actually expected was to see her naked. But she was not naked. The transformation that had happened was much more surprising than that. She had painted her face. Se dio la vuelta y por un segundo casi no la reconoció. Había esperado verla desnuda. Pero no lo estaba. La transformación había sido mucho mayor. Se había pintado la cara. Debía de haber comprado el maquillaje en alguna tienda de los barrios proletarios. She must have slipped into some shop in the proletarian quarters and bought herself a complete set of make-up materials. Her lips were deeply reddened, her cheeks rouged, her nose powdered; there was even a touch of something under the eyes to make them brighter. It was not very skilfully done, but Winston's standards in such matters were not high. He had never before seen or imagined a woman of the Party with cosmetics on her face. The improvement in her appearance was startling. With just a few dabs of colour in the right places she had become not only very much prettier, but, above all, far more feminine. Her short hair and boyish overalls merely added to the effect. As he took her in his arms a wave of synthetic violets flooded his nostrils. He remembered the half-darkness of a basement kitchen, and a woman's cavernous mouth. It was the very same scent that she had used; but at the moment it did not seem to matter. Tenía los labios de un rojo intenso, las mejillas rosadas y la nariz con polvos. Incluso se había dado un toquecito debajo de los ojos para hacer resaltar su brillantez. No se había pintado muy bien, pero Winston entendía poco de esto. Nunca había visto ni se había atrevido a imaginar a una mujer del Partido con cosméticos en la cara. Era sorprendente el cambio tan favorable que había experimentado el rostro de Julia. Con unos cuantos toques de color en los sitios adecuados, no sólo estaba mucho más bonita, sino, lo que era más importante, infinitamente más femenina. Su cabello corto y su «mono» juvenil de chico realzaban aún más este efecto. Al abrazarla sintió Winston un perfume a violetas sintéticas. Recordó entonces la semioscuridad de una cocina en un sótano y la boca negra cavernosa de una mujer. Era el mismísimo perfume que aquélla había usado, pero a Winston no le importaba esto por lo pronto. 'Scent too!' he said. — ¡También perfume! —dijo. 'Yes, dear, scent too. And do you know what I'm going to do next? I'm going to get hold of a real woman's frock from somewhere and wear it instead of these bloody trousers. I'll wear silk stockings and high-heeled shoes! In this room I'm going to be a woman, not a Party comrade.' — Sí, querido; también me he puesto perfume. ¿Y sabes lo que voy a hacer ahora? Voy a buscarme en donde sea un verdadero vestido de mujer y me lo pondré en vez de estos asquerosos pantalones. ¡Llevaré medias de seda y zapatos de tacón alto! Estoy dispuesta a ser en esta habitación una mujer y no una camarada del Partido. They flung their clothes off and climbed into the huge mahogany bed. It was the first time that he had stripped himself naked in her presence. Until now he had been too much ashamed of his pale and meagre body, with the varicose veins standing out on his calves and the discoloured patch over his ankle. There were no sheets, but Se sacaron las ropas y se subieron a la gran cama de caoba. Era la primera vez que él se desnudaba por completo en su presencia. Hasta ahora había tenido demasiada vergüenza de su pálido y delgado cuerpo, con las varices saliéndose en las pantorrillas y el trozo descolorido justo encima de su tobillo. No había sábanas pero la manta sobre 169 George Orwell 1984 the blanket they lay on was threadbare and smooth, and the size and springiness of the bed astonished both of them. 'It's sure to be full of bugs, but who cares?' said Julia. One never saw a double bed nowadays, except in the homes of the proles. Winston had occasionally slept in one in his boyhood: Julia had never been in one before, so far as she could remember. la que estaban echados estaba gastada y era suave, y el tamaño y lo blando de la cama los tenía asombrados. — Seguro que está llena de chinches, pero ¿qué importa? —dijo Julia. No se veían camas dobles en aquellos tiempos, excepto en las casas de los proles. Winston había dormido en una ocasionalmente en su niñez. Julia no recordaba haber dormido nunca en una. Presently they fell asleep for a little while. When Winston woke up the hands of the clock had crept round to nearly nine. He did not stir, because Julia was sleeping with her head in the crook of his arm. Most of her make-up had transferred itself to his own face or the bolster, but a light stain of rouge still brought out the beauty of her cheekbone. A yellow ray from the sinking sun fell across the foot of the bed and lighted up the fireplace, where the water in the pan was boiling fast. Down in the yard the woman had stopped singing, but the faint shouts of children floated in from the street. He wondered vaguely whether in the abolished past it had been a normal experience to lie in bed like this, in the cool of a summer evening, a man and a woman with no clothes on, making love when they chose, talking of what they chose, not feeling any compulsion to get up, simply lying there and listening to peaceful sounds outside. Surely there could never have been a time when that seemed ordinary? Julia woke up, rubbed her eyes, and raised herself on her elbow to look at the oil stove. Durmieron después un ratito. Cuando Winston se despertó, el reloj marcaba cerca de las nueve de la noche. No se movieron porque Julia dormía con la cabeza apoyada en el hueco de su brazo. Casi toda su pintura había pasado a la cara de Winston o a la almohada, pero todavía le quedaba un poco de colorete en las mejillas. Un rayo de sol poniente caía sobre el pie de la cama y daba sobre la chimenea donde el agua hervía a borbotones. Ya no cantaba la mujer en el patio, pero seguían oyéndose los gritos de los niños en la calle. 'Half that water's boiled away,' she said. 'I'll get up and make some coffee in another moment. We've got an hour. What time do they cut the lights off at your flats?' — La mitad del agua se ha evaporado —dijo —. Voy a levantarme y a preparar más agua en un momento. Tenemos una hora. ¿Cuándo cortan las luces en tu casa? 'Twenty-three thirty.' — A las veintitrés treinta. 'It's twenty-three at the hostel. But you have to get in earlier than that, because—Hi! Get out, you filthy brute!' — Donde yo vivo apagan a las veintitrés un punto. Pero hay que entrar antes porque... ¡Fuera. de aquí, asquerosa! 170 Julia se despertó, frotándose los ojos, y se incorporó apoyándose en un codo para mirar a la estufa de petróleo. George Orwell 1984 She suddenly twisted herself over in the bed, seized a shoe from the floor, and sent it hurtling into the corner with a boyish jerk of her arm, exactly as he had seen her fling the dictionary at Goldstein, that morning during the Two Minutes Hate. Julia empezó a retorcerse en la cama, logró coger un zapato del suelo y lo tiró a un rincón, igual que Winston la había visto arrojar su diccionario a la cara de Goldstein aquella mañana durante los Dos Minutos de Odio. 'What was it?' he said in surprise. — ¿Qué era eso? — le preguntó Winston, sorprendido. 'A rat. I saw him stick his beastly nose out of the wainscoting. There's a hole down there. I gave him a good fright, anyway.' — Una rata. La vi asomarse por ahí. Se metió por un boquete que hay en aquella pared. De todos modos le he dado un buen susto. 'Rats!' murmured Winston. 'In this room!' — ¡Ratas! — murmuró Winston —. ¿Hay ratas en esta habitación? 'They're all over the place,' said Julia indifferently as she lay down again. 'We've even got them in the kitchen at the hostel. Some parts of London are swarming with them. Did you know they attack children? Yes, they do. In some of these streets a woman daren't leave a baby alone for two minutes. It's the great huge brown ones that do it. And the nasty thing is that the brutes always—' — Todo está lleno de ratas —dijo ella en tono indiferente mientras volvía a tumbarse —. Las tenemos hasta en la cocina de nuestro hotel. Hay partes de Londres en que se encuentran por todos lados. ¿Sabes que atacan a los niños? Sí; en algunas calles de los proles las mujeres no se atreven a dejar a sus hijos solos ni dos minutos. Las más peligrosas son las grandes y oscuras. Y lo más horrible es que siempre... 'DON'T GO ON!' said Winston, with his eyes tightly shut. — ¡No sigas, por favor! —dijo Winston, cerrando los ojos con fuerza. 'Dearest! You've gone quite pale. What's the matter? Do they make you feel sick?' — ¡Querido, te has puesto palidísimo! ¿Qué te pasa? ¿Te dan asco? 'Of all horrors in the world—a rat!' — ¡Una rata! ¡Lo más horrible del mundo! She pressed herself against him and wound her limbs round him, as though to reassure him with the warmth of her body. He did not reopen his eyes immediately. For several moments he had had the feeling of being back in a nightmare which had recurred from time to time throughout his life. It was always very much the same. He was standing in front of a wall of Ella lo tranquilizó con el calor de su cuerpo. Winston no abrió los ojos durante un buen rato. Le había parecido volver a hallarse de lleno en una pesadilla que se le presentaba con frecuencia. Siempre era poco más o menos igual. Se hallaba frente a un muro tenebroso y del otro lado de este muro había algo capaz de enloquecer al más valiente. Algo infinitamente espantoso. En el 171 George Orwell 1984 darkness, and on the other side of it there was something unendurable, something too dreadful to be faced. In the dream his deepest feeling was always one of self-deception, because he did in fact know what was behind the wall of darkness. With a deadly effort, like wrenching a piece out of his own brain, he could even have dragged the thing into the open. He always woke up without discovering what it was: but somehow it was connected with what Julia had been saying when he cut her short. sueño sentíase siempre decepcionado porque sabía perfectamente lo que ocurría detrás del muro de tinieblas. Con un esfuerzo mortal, como si se arrancara un trozo de su cerebro, conseguía siempre despertarse sin llegar a descubrir de qué se trataba concretamente, pero él sabía que era algo relacionado con lo que Julia había estado diciendo y sobre todo con lo que iba a decirle cuando la interrumpió. 'I'm sorry,' he said, 'it's nothing. I don't like rats, that's all.' — Lo siento —dijo —, no es nada. Lo que ocurre es que no puedo soportar las ratas. 'Don't worry, dear, we're not going to have the filthy brutes in here. I'll stuff the hole with a bit of sacking before we go. And next time we come here I'll bring some plaster and bung it up properly.' — No te preocupes, querido. Aquí no entrarán porque voy a tapar ese agujero con tela de saco antes de que nos vayamos. Y la próxima vez que vengamos traeré un poco de yeso y lo taparemos definitivamente. Already the black instant of panic was halfforgotten. Feeling slightly ashamed of himself, he sat up against the bedhead. Julia got out of bed, pulled on her overalls, and made the coffee. The smell that rose from the saucepan was so powerful and exciting that they shut the window lest anybody outside should notice it and become inquisitive. What was even better than the taste of the coffee was the silky texture given to it by the sugar, a thing Winston had almost forgotten after years of saccharine. With one hand in her pocket and a piece of bread and jam in the other, Julia wandered about the room, glancing indifferently at the bookcase, pointing out the best way of repairing the gateleg table, plumping herself down in the ragged arm-chair to see if it was comfortable, and examining the absurd twelve-hour clock with a sort of tolerant amusement. She brought the glass paperweight over to the bed to have a look at it in a better light. He took it out of her hand, fascinated, as always, by the soft, rainwatery appearance of the glass. Ya había olvidado Winston aquellos instantes de pánico. Un poco avergonzado de sí mismo sentóse a la cabecera de la cama. Julia se levantó, se puso el «mono» e hizo el café. El aroma resultaba tan delicioso y fuerte que tuvieron que cerrar la ventana para no alarmar a la vecindad. Pero mejor aún que el sabor del café era la calidad que le daba el azúcar, una finura sedosa que Winston casi había olvidado después de tantos años de sacarina. Con una mano en un bolsillo y un pedazo de pan con mermelada en la otra se paseaba Julia por la habitación mirando con indiferencia la estantería de libros, pensando en la mejor manera de arreglar la mesa, dejándose caer en el viejo sillón para ver si era cómodo y examinando el absurdo reloj de las doce horas con aire divertido y tolerante. Cogió el pisapapeles de cristal y se lo llevó a la cama, donde se sentó para examinarlo con tranquilidad. Winston se lo quitó de las manos, fascinado, como siempre, por el aspecto suave, resbaloso, de agua de lluvia que tenía aquel cristal. 'What is it, do you think?' said Julia. — ¿Qué crees tú que será esto? —dijo Julia. 172 George Orwell 1984 'I don't think it's anything—I mean, I don't think it was ever put to any use. That's what I like about it. It's a little chunk of history that they've forgotten to alter. It's a message from a hundred years ago, if one knew how to read it.' — No creo que sea nada particular... Es decir, no creo que haya servido nunca para nada concreto. Eso es lo que me gusta precisamente de este objeto. Es un pedacito de historia que se han olvidado de cambiar; un mensaje que nos llega de hace un siglo y que nos diría muchas cosas si supiéramos leerlo. 'And that picture over there'—she nodded at the engraving on the opposite wall—'would that be a hundred years old?' — Y aquel cuadro — señaló Julia — ¿también tendrá cien años? 'More. Two hundred, I dare say. One can't tell. It's impossible to discover the age of anything nowadays.' — Más, seguramente doscientos. Es imposible saberlo con seguridad. En realidad hoy no se sabe la edad de nada. She went over to look at it. 'Here's where that brute stuck his nose out,' she said, kicking the wainscoting immediately below the picture. 'What is this place? I've seen it before somewhere.' Julia se acercó a la pared de enfrente para examinar con detenimiento el grabado. Dijo: — ¿Qué sitio es éste? Estoy segura de haber estado aquí alguna vez. 'It's a church, or at least it used to be. St Clement Danes its name was.' The fragment of rhyme that Mr Charrington had taught him came back into his head, and he added half-nostalgically: "Oranges and lemons, say the bells of St Clement's!" — Es una iglesia o, por lo menos, solía serio. Se llamaba San Clemente. —La incompleta canción que el señor Charrington le había enseñado volvió a sonar en la cabeza de Winston, que murmuró con nostalgia: Naranjas y limones, dicen las campanas de San Clemente. To his astonishment she capped the line: Y se quedó estupefacto al oír a Julia continuar: 'You owe me three farthings, say the bells of St Martin's, When will you pay me? say the bells of Old Bailey—' — Me debes tres peniques, dicen las campanas de San Martín. ¿Cuándo me pagarás?, dicen las campanas de Old Baily... 'I can't remember how it goes on after that. But anyway I remember it ends up, "Here comes a candle to light you to bed, here comes a chopper to chop off your head!"' — No puedo recordar cómo sigue. Pero sé que termina así: Aquí tienes una vela para alumbrarte cuando te acuestes. Aquí tienes un hacha para cortarte la cabeza. 173 George Orwell 1984 It was like the two halves of a countersign. But there must be another line after 'the bells of Old Bailey'. Perhaps it could be dug out of Mr Charrington's memory, if he were suitably prompted. Era como las dos mitades de una contraseña. Pero tenía que haber otro verso después de «las campanas de Old Bailey». Quizá el señor Charrington acabaría acordándose de este final. 'Who taught you that?' he said. — ¿Quién te lo enseñó? —dijo Winston. 'My grandfather. He used to say it to me when I was a little girl. He was vaporized when I was eight—at any rate, he disappeared. I wonder what a lemon was,' she added inconsequently. 'I've seen oranges. They're a kind of round yellow fruit with a thick skin.' — Mi abuelo. Solía cantármelo cuando yo era niña. Lo vaporizaron teniendo yo unos ocho años... No estoy segura, pero lo cierto es que desapareció. Lo que no sé, y me lo he preguntado muchas veces, es qué sería un limón —añadió—. He visto naranjas. Es una especie de fruta redonda y amarillenta con una cáscara muy fina. 'I can remember lemons,' said Winston. 'They were quite common in the fifties. They were so sour that it set your teeth on edge even to smell them.' — Yo recuerdo los limones —dijo Winston —. Eran muy frecuentes en los años cincuenta y tantos. Eran unas frutas tan agrias que rechinaban los dientes sólo de olerlas. 'I bet that picture's got bugs behind it,' said Julia. 'I'll take it down and give it a good clean some day. I suppose it's almost time we were leaving. I must start washing this paint off. What a bore! I'll get the lipstick off your face afterwards.' — Estoy segura de que detrás de ese cuadro hay chinches —dijo Julia —. Lo descolgaré cualquier día para limpiarlo bien. Creo que ya es hora de que nos vayamos. ¡Qué fastidio, ahora tengo que quitarme esta pintura! Empezaré por mí y luego te limpiaré a ti la cara. Winston did not get up for a few minutes more. The room was darkening. He turned over towards the light and lay gazing into the glass paperweight. The inexhaustibly interesting thing was not the fragment of coral but the interior of the glass itself. There was such a depth of it, and yet it was almost as transparent as air. It was as though the surface of the glass had been the arch of the sky, enclosing a tiny world with its atmosphere complete. He had the feeling that he could get inside it, and that in fact he was inside it, along with the mahogany bed and the gateleg table, and the clock and the steel engraving and the paperweight itself. The paperweight was the room he was in, and the coral was Julia's life and his own, fixed in a sort of eternity at the heart of the crystal. Winston permaneció unos minutos más en la cama. Oscurecía en la habitación. Volvióse hacia la ventana y fijó la vista en el pisapapeles de cristal. Lo que le interesaba inagotablemente no era el pedacito de coral, sino el interior del cristal mismo. Tenía tanta profundidad, y sin embargo era transparente, como hecho con aire. Como si la superficie cristalina hubiera sido la cubierta del cielo que encerrase un diminuto mundo con toda su atmósfera. Tenía Winston la sensación de que podría penetrar en ese mundo cerrado, que ya estaba dentro de él con la cama de caoba y la mesa rota y el reloj y el grabado e incluso con el mismo pisapapeles. Sí, el pisapapeles era la habitación en que se hallaba Winston, y el coral era la vida de Julia y la suya clavadas eternamente en el corazón del cristal. 174 George Orwell 1984 175 George Orwell 1984 176 Chapter 5 CAPÍTULO V Syme had vanished. A morning came, and he was missing from work: a few thoughtless people commented on his absence. On the next day nobody mentioned him. On the third day Winston went into the vestibule of the Records Department to look at the notice-board. One of the notices carried a printed list of the members of the Chess Committee, of whom Syme had been one. It looked almost exactly as it had looked before—nothing had been crossed out—but it was one name shorter. It was enough. Syme had ceased to exist: he had never existed. Syme había desaparecido. Una mañana no acudió al trabajo: unos cuantos indiferentes comentaron su ausencia, pero al día siguiente nadie habló de él. Al tercer día entró Winston en el vestíbulo del Departamento de Registro para mirar el tablón de anuncios. Uno de éstos era una lista impresa con los miembros del Comité de Ajedrez, al que Syme había pertenecido. La lista era idéntica a la de antes — nada había sido tachado en ella —, pero contenía un nombre menos. Bastaba con eso. Syme había dejado de existir. Es más, nunca había existido. The weather was baking hot. In the labyrinthine Ministry the windowless, air-conditioned rooms kept their normal temperature, but outside the pavements scorched one's feet and the stench of the Tubes at the rush hours was a horror. The preparations for Hate Week were in full swing, and the staffs of all the Ministries were working overtime. Processions, meetings, military parades, lectures, waxworks, displays, film shows, telescreen programmes all had to be organized; stands had to be erected, effigies built, slogans coined, songs written, rumours circulated, photographs faked. Julia's unit in the Fiction Department had been taken off the production of novels and was rushing out a series of atrocity pamphlets. Winston, in addition to his regular work, spent long periods every day in going through back files of 'The Times' and altering and embellishing news items which were to be quoted in speeches. Late at night, when crowds of rowdy proles roamed the streets, the town had a curiously febrile air. The rocket bombs crashed oftener than ever, and sometimes in the far distance there were enormous explosions which no one could explain and about which there were wild rumours. Hacía un calor horrible. En el laberíntico Ministerio las habitaciones sin ventanas y con buena refrigeración mantenían una temperatura normal, pero en la calle el pavimento echaba humo y el ambiente del metro a las horas de aglomeración era espantoso. Seguían en pleno hervor los preparativos para la Semana del Odio y los funcionarios de todos los Ministerios dedicaban a esta tarea horas extraordinarias. Había que organizar los desfiles, manifestaciones, conferencias, exposiciones de figuras de cera, programas cinematográficos y de telepantalla, erigir tribunas, construir efigies, inventar consignas, escribir canciones, extender rumores, falsificar fotografías... La sección de Julia en el Departamento de Novela había interrumpido su tarea habitual y confeccionaba una serie de panfletos de atrocidades. Winston, aparte de su trabajo corriente, pasaba mucho tiempo cada día revisando colecciones del Times y alterando o embelleciendo noticias que iban a ser citadas en los discursos. Hasta última hora de la noche, cuando las multitudes de los incultos proles paseaban por las calles, la ciudad presentaba un aspecto febril. Las bombas cohete caían con más frecuencia que nunca y a veces se percibían allá muy lejos enormes explosiones que nadie podía explicar y sobre las cuales se esparcían insensatos rumores. The new tune which was to be the theme-song of La nueva canción que había de ser el tema de la Hate Week (the Hate Song, it was called) had Semana del Odio (se llamaba la Canción del Odio) George Orwell 1984 177 already been composed and was being endlessly plugged on the telescreens. It had a savage, barking rhythm which could not exactly be called music, but resembled the beating of a drum. Roared out by hundreds of voices to the tramp of marching feet, it was terrifying. The proles had taken a fancy to it, and in the midnight streets it competed with the still-popular 'It was only a hopeless fancy'. The Parsons children played it at all hours of the night and day, unbearably, on a comb and a piece of toilet paper. Winston's evenings were fuller than ever. Squads of volunteers, organized by Parsons, were preparing the street for Hate Week, stitching banners, painting posters, erecting flagstaffs on the roofs, and perilously slinging wires across the street for the reception of streamers. Parsons boasted that Victory Mansions alone would display four hundred metres of bunting. He was in his native element and as happy as a lark. The heat and the manual work had even given him a pretext for reverting to shorts and an open shirt in the evenings. He was everywhere at once, pushing, pulling, sawing, hammering, improvising, jollying everyone along with comradely exhortations and giving out from every fold of his body what seemed an inexhaustible supply of acrid-smelling sweat. había sido ya compuesta y era repetida incansablemente por las telepantallas. Tenía un ritmo salvaje, de ladridos y no podía llamarse con exactitud música. Más bien era como el redoble de un tambor. Centenares de voces rugían con aquellos sones que se mezclaban con el chas-chas de sus renqueantes pies. Era aterrador. Los proles se habían aficionado a la canción, y por las calles, a media noche, competía con la que seguía siendo popular: «Era una ilusión sin esperanza». Los niños de Parsons la tocaban a todas horas, de un modo alucinante, en su peine cubierto de papel higiénico. Winston tenía las tardes más ocupadas que nunca. Brigadas de voluntarios organizadas por Parsons preparaban la calle para la Semana del Odio cosiendo banderas y estandartes, pintando carteles, clavando palos en los tejados para que sirvieran de astas y tendiendo peligrosamente alambres a través de la calle para colgar pancartas. Parsons se jactaba de que las casas de la Victoria era el único grupo que desplegaría cuatrocientos metros de propaganda. Se hallaba en su elemento y era más feliz que una alondra. El calor y el trabajo manual le habían dado pretexto para ponerse otra vez los shorts y la camisa abierta. Estaba en todas partes a la vez, empujaba, tiraba, aserraba, daba tremendos martillazos, improvisaba, aconsejaba a todos y expulsaba pródigamente una inagotable cantidad de sudor. A new poster had suddenly appeared all over London. It had no caption, and represented simply the monstrous figure of a Eurasian soldier, three or four metres high, striding forward with expressionless Mongolian face and enormous boots, a submachine gun pointed from his hip. From whatever angle you looked at the poster, the muzzle of the gun, magnified by the foreshortening, seemed to be pointed straight at you. The thing had been plastered on every blank space on every wall, even outnumbering the portraits of Big Brother. The proles, normally apathetic about the war, were being lashed into one of their periodical frenzies of patriotism. As though to harmonize with the general mood, the rocket bombs had been killing larger numbers of people than usual. One fell on a crowded film theatre in Stepney, burying several hundred victims among the ruins. The whole population of the neighbourhood turned out for a long, trailing funeral which went on for hours and En todo Londres había aparecido de pronto un nuevo cartel que se repetía infinitamente. No tenía palabras. Se limitaba a representar, en una altura de tres o cuatro metros, la monstruosa figura de un soldado eurasiático que parecía avanzar hacia el que lo miraba, una cara mogólica inexpresiva, unas botas enormes y, apoyado en la cadera, un fusil ametralladora a punto de disparar. Desde cualquier parte que mirase uno el cartel, la boca del arma, ampliada por la perspectiva, por el escorzo, parecía apuntarle a uno sin remisión. No había quedado ni un solo hueco en la ciudad sin aprovechar para colocar aquel monstruo. Y lo curioso era que había más retratos de este enemigo simbólico que del propio Gran Hermano. Los proles, que normalmente se mostraban apáticos respecto a la guerra, recibían así un trallazo para que entraran en uno de sus periódicos frenesíes de patriotismo. Como para armonizar con el estado de ánimo general, las bombas cohetes habían George Orwell 1984 178 was in effect an indignation meeting. Another bomb fell on a piece of waste ground which was used as a playground and several dozen children were blown to pieces. There were further angry demonstrations, Goldstein was burned in effigy, hundreds of copies of theposter of the Eurasian soldier were torn down and added to the flames, and a number of shops were looted in the turmoil; then a rumour flew round that spies were directing the rocket bombs by means of wireless waves, and an old couple who were suspected of being of foreign extraction had their house set on fire and perished of suffocation. matado a más gente que de costumbre. Una cayó en un local de cine de Stepney, enterrando en las ruinas a varios centenares de víctimas. Todos los habitantes del barrio asistieron a un imponente entierro que duró muchas horas y que en realidad constituyó un mitin patriótico. Otra bomba cayó en un solar inmenso que utilizaban los niños para jugar y varias docenas de éstos fueron despedazados. Hubo muchas más manifestaciones indignadas, Goldstein fue quemado en efigie, centenares de carteles representando al soldado eurasiático fueron rasgados y arrojados a las llamas y muchas tiendas fueron asaltadas. Luego se esparció el rumor de que unos espías dirigían los cohetes mortíferos por medio de la radio y un anciano matrimonio acusado de extranjería pereció abrasado cuando las turbas incendiaron su casa. In the room over Mr Charrington's shop, when they could get there, Julia and Winston lay side by side on a stripped bed under the open window, naked for the sake of coolness. The rat had never come back, but the bugs had multiplied hideously in the heat. It did not seem to matter. Dirty or clean, the room was paradise. As soon as they arrived they would sprinkle everything with pepper bought on the black market, tear off their clothes, and make love with sweating bodies, then fall asleep and wake to find that the bugs had rallied and were massing for the counter-attack. En la habitación encima de la tienda del señor Charrington, cuando podían ir allí, Julia y Winston se quedaban echados uno junto al otro en la desnuda cama bajo la ventana abierta, desnudos para estar más frescos. La rata no volvió, pero las chinches se multiplicaban odiosamente con ese calor. No importaba. Sucia o limpia, la habitación era un paraíso. Al llegar echaban pimienta comprada en el mercado negro sobre todos los objetos, se sacaban la ropa y hacían el amor con los cuerpos sudorosos, luego se dormían y al despertar se encontraban con que las chinches se estaban formando para el contraataque. Four, five, six-seven times they met during the month of June. Winston had dropped his habit of drinking gin at all hours. He seemed to have lost the need for it. He had grown fatter, his varicose ulcer had subsided, leaving only a brown stain on the skin above his ankle, his fits of coughing in the early morning had stopped. The process of life had ceased to be intolerable, he had no longer any impulse to make faces at the telescreen or shout curses at the top of his voice. Now that they had a secure hiding-place, almost a home, it did not even seem a hardship that they could only meet infrequently and for a couple of hours at a time. What mattered was that the room over the junkshop should exist. To know that it was there, inviolate, was almost the same as being in it. The Cuatro, cinco, seis, hasta siete veces se encontraron allí durante el mes de junio. Winston había dejado de beber ginebra a todas horas. Le parecía que ya no lo necesitaba. Había engordado. Sus varices ya no le molestaban; en realidad casi habían desaparecido y por las mañanas ya no tosía al despertarse. La vida había dejado de serie intolerable, no sentía la necesidad de hacerle muecas a la telepantalla ni el sufrimiento de no poder gritar palabrotas cada vez que oía un discurso. Ahora que casi tenían un hogar, no les parecía mortificante reunirse tan pocas veces y sólo un par de horas cada vez. Lo importante es que existiese aquella habitación; saber que estaba allí era casi lo mismo que hallarse en ella. Aquel dormitorio era un mundo completo, una bolsa del George Orwell 1984 179 room was a world, a pocket of the past where extinct animals could walk. Mr Charrington, thought Winston, was another extinct animal. He usually stopped to talk with Mr Charrington for a few minutes on his way upstairs. The old man seemed seldom or never to go out of doors, and on the other hand to have almost no customers. He led a ghostlike existence between the tiny, dark shop, and an even tinier back kitchen where he prepared his meals and which contained, among other things, an unbelievably ancient gramophone with an enormous horn. He seemed glad of the opportunity to talk. Wandering about among his worthless stock, with his long nose and thick spectacles and his bowed shoulders in the velvet jacket, he had always vaguely the air of being a collector rather than a tradesman. With a sort of faded enthusiasm he would finger this scrap of rubbish or that—a china bottle-stopper, the painted lid of a broken snuffbox, a pinchbeck locket containing a strand of some long-dead baby's hair—never asking that Winston should buy it, merely that he should admire it. To talk to him was like listening to the tinkling of a worn-out musical-box. He had dragged out from the corners of his memory some more fragments of forgotten rhymes. There was one about four and twenty blackbirds, and another about a cow with a crumpled horn, and another about the death of poor Cock Robin. 'It just occurred to me you might be interested,' he would say with a deprecating little laugh whenever he produced a new fragment. But he could never recall more than a few lines of any one rhyme. pasado donde animales de especies extinguidas podían circular. También el señor Charrington, pensó Winston, pertenecía a una especie extinguida. Solía hablar con él un rato antes de subir. El viejo salía poco, por lo visto, y apenas tenía clientes. Llevaba una existencia fantasmal entre la minúscula tienda y la cocina, todavía más pequeña, donde él mismo se guisaba y donde tenía, entre otras cosas raras, un gramófono increíblemente viejo con una enorme bocina. Parecía alegrarse de poder charlar. Entre sus inútiles mercancías, con su larga nariz y gruesos lentes, encorvado bajo su chaqueta de terciopelo, tenía más aire de coleccionista que de mercader. De vez en cuando, con un entusiasmo muy moderado, cogía alguno de los objetos que tenía a la venta, sin preguntarle nunca a Winston si lo quería comprar, sino enseñándoselo sólo para que lo admirase. Hablar con él era como escuchar el tintineo de una desvencijada cajita de música. Algunas veces, se sacaba de los desvanes de su memoria algunos polvorientos retazos de canciones olvidadas. Había una sobre veinticuatro pájaros negros y otra sobre una vaca con un cuerno torcido y otra que relataba la muerte del pobre gallo Robin. «He pensado que podría gustarle a usted» — decía con una risita tímida cuando repetía algunos versos sueltos de aquellas canciones. Pero nunca recordaba ninguna canción completa. Both of them knew—in a way, it was never out of their minds that what was now happening could not last long. There were times when the fact of impending death seemed as palpable as the bed they lay on, and they would cling together with a sort of despairing sensuality, like a damned soul grasping at his last morsel of pleasure when the clock is within five minutes of striking. But there were also times when they had the illusion not only of safety but of permanence. So long as they were actually in this room, they both felt, no harm could come to them. Getting there was difficult and dangerous, but the room itself was sanctuary. It was as when Winston had gazed into the heart of the paperweight, with the feeling that it would be possible to get inside that glassy world, and that Julia y Winston sabían perfectamente — en verdad, ni un solo momento dejaban de tenerlo presente — que aquello no podía durar. A veces la sensación de que la muerte se cernía sobre ellos les resultaba tan sólida como el lecho donde estaban echados y se abrazaban con una desesperada sensualidad, como un alma condenada aferrándose a su último rato de placer cuando faltan cinco minutos para que suene el reloj. Pero también había veces en que no sólo se sentían seguros, sino que tenían una sensación de permanencia. Creían entonces que nada podría ocurrirles mientras estuvieran en su habitación. Llegar hasta allí era difícil y peligroso, pero el refugio era invulnerable. Igualmente, Winston, mirando el corazón del pisapapeles, había sentido George Orwell 1984 180 once inside it time could be arrested. Often they gave themselves up to daydreams of escape. Their luck would hold indefinitely, and they would carry on their intrigue, just like this, for the remainder of their natural lives. Or Katharine would die, and by subtle manoeuvrings Winston and Julia would succeed in getting married. Or they would commit suicide together. Or they would disappear, alter themselves out of recognition, learn to speak with proletarian accents, get jobs in a factory and live out their lives undetected in a back-street. It was all nonsense, as they both knew. In reality there was no escape. Even the one plan that was practicable, suicide, they had no intention of carrying out. To hang on from day to day and from week to week, spinning out a present that had no future, seemed an unconquerable instinct, just as one's lungs will always draw the next breath so long as there is air available. como si fuera posible penetrar en aquel mundo de cristal y que una vez dentro el tiempo se podría detener. Con frecuencia se entregaban ambos a ensueños de fuga. Se imaginaban que tendrían una suerte magnífica por tiempo indefinido y que podrían continuar llevando aquella vida clandestina durante toda su vida natural. O bien Katharine moriría, lo cual les permitiría a Winston y Julia, mediante sutiles maniobras, llegar a casarse. O se suicidarían juntos. O desaparecerían, disfrazándose de tal modo que nadie los reconocería, aprendiendo a hablar con acento proletario, logrando trabajo en una fábrica y viviendo siempre, sin ser descubiertos, en una callejuela como aquélla. Los dos sabían que todo esto eran tonterías. En realidad no había escapatoria. E incluso el único plan posible, el suicidio, no estaban dispuestos a llevarlo a efecto. Dejar pasar los días y las semanas, devanando un presente sin futuro, era lo instintivo, lo mismo que nuestros pulmones ejecutan el movimiento respiratorio siguiente mientras tienen aire disponible. Sometimes, too, they talked of engaging in active rebellion against the Party, but with no notion of how to take the first step. Even if the fabulous Brotherhood was a reality, there still remained the difficulty of finding one's way into it. He told her of the strange intimacy that existed, or seemed to exist, between himself and O'Brien, and of the impulse he sometimes felt, simply to walk into O'Brien's presence, announce that he was the enemy of the Party, and demand his help. Curiously enough, this did not strike her as an impossibly rash thing to do. She was used to judging people by their faces, and it seemed natural to her that Winston should believe O'Brien to be trustworthy on the strength of a single flash of the eyes. Moreover she took it for granted that everyone, or nearly everyone, secretly hated the Party and would break the rules if he thought it safe to do so. But she refused to believe that widespread, organized opposition existed or could exist. The tales about Goldstein and his underground army, she said, were simply a lot of rubbish which the Party had invented for its own purposes and which you had to pretend to believe in. Times beyond number, at Party rallies and spontaneous demonstrations, she had shouted at the top of her voice for the execution of people whose names she Además, a veces hablaban de rebelarse contra el Partido de un modo activo, pero no tenían idea de cómo dar el primer paso. Incluso si la fabulosa Hermandad existía, quedaba la dificultad de entrar en ella. Winston le contó a Julia la extraña intimidad que había, o parecía haber, entre él y O'Brien, y del impulso que sentía a veces de salirle al encuentro a O'Brien y decirle que era enemigo del Partido y pedirle ayuda. Era muy curioso que a Julia no le pareciera una locura semejante proyecto. Estaba acostumbrada a juzgar a las gentes por su cara y le parecía natural que Winston confiase en O'Brien basándose solamente en un destello de sus ojos. Además, Julia daba por cierto que todos, o casi todos, odiaban secretamente al Partido e infringirían sus normas si creían poderlo hacer con impunidad. Pero se negaba a admitir que existiera ni pudiera existir jamás una oposición amplia y organizada. Los cuentos sobre Goldstein y su ejército subterráneo, decía, eran sólo un montón de estupideces que el Partido se había inventado para sus propios fines y en los que todos fingían creer. Innumerables veces, en manifestaciones espontáneas y asambleas del Partido, había gritado Julia con todas sus fuerzas pidiendo la ejecución de George Orwell 1984 181 had never heard and in whose supposed crimes she had not the faintest belief. When public trials were happening she had taken her place in the detachments from the Youth League who surrounded the courts from morning to night, chanting at intervals 'Death to the traitors!' During the Two Minutes Hate she always excelled all others in shouting insults at Goldstein. Yet she had only the dimmest idea of who Goldstein was and what doctrines he was supposed to represent. She had grown up since the Revolution and was too young to remember the ideological battles of the fifties and sixties. Such a thing as an independent political movement was outside her imagination: and in any case the Party was invincible. It would always exist, and it would always be the same. You could only rebel against it by secret disobedience or, at most, by isolated acts of violence such as killing somebody or blowing something up. personas cuyos nombres nunca había oído y en cuyos supuestos crímenes no creía ni mucho menos. Cuando tenían efecto los procesos públicos, Julia acudía entre las jóvenes de la Liga juvenil que rodeaban el edificio de los tribunales noche y día y gritaba con ellas: «¡Muerte a los traidores!». Durante los Dos Minutos de Odio siempre insultaba a Goldstein con más energía que los demás. Sin embargo, no tenía la menor idea de quién era Goldstein ni de las doctrinas que pudiera representar. Había crecido dentro de la Revolución y era demasiado joven para recordar las batallas ideológicas de los años cincuenta y sesenta y tantos. No podía imaginar un movimiento político independiente; y en todo caso el Partido era invencible. Siempre existiría. Y nunca iba a cambiar ni en lo más mínimo. Lo más que podía hacerse era rebelarse secretamente o, en ciertos casos, por actos aislados de violencia como matar a alguien o poner una bomba en cualquier sitio. In some ways she was far more acute than Winston, and far less susceptible to Party propaganda. Once when he happened in some connexion to mention the war against Eurasia, she startled him by saying casually that in her opinion the war was not happening. The rocket bombs which fell daily on London were probably fired by the Government of Oceania itself, 'just to keep people frightened'. This was an idea that had literally never occurred to him. She also stirred a sort of envy in him by telling him that during the Two Minutes Hate her great difficulty was to avoid bursting out laughing. But she only questioned the teachings of the Party when they in some way touched upon her own life. Often she was ready to accept the official mythology, simply because the difference between truth and falsehood did not seem important to her. She believed, for instance, having learnt it at school, that the Party had invented aeroplanes. (In his own schooldays, Winston remembered, in the late fifties, it was only the helicopter that the Party claimed to have invented; a dozen years later, when Julia was at school, it was already claiming the aeroplane; one generation more, and it would be claiming the steam engine.) And when he told her that aeroplanes had been in existence before he was born and long before the Revolution, the fact struck her as totally uninteresting. After all, what did it matter En cierto modo, Julia era menos susceptible que Winston a la propaganda del Partido. Una vez se refirió él a la guerra contra Eurasia y se quedó asombrado cuando ella, sin concederle importancia a la cosa, dio por cierto que no había tal guerra. Casi con toda seguridad, las bombas cohete que caían diariamente sobre Londres eran lanzadas por el mismo Gobierno de Oceanía sólo para que la gente estuviera siempre asustada. A Winston nunca se le había ocurrido esto. También despertó en él Julia una especie de envidia al confesarle que durante los dos Minutos de Odio lo peor para ella era contenerse y no romper a reír a carcajadas, pero Julia nunca discutía las enseñanzas del Partido a no ser que afectaran a su propia vida. Estaba dispuesta a aceptar la mitología oficial, porque no le parecía importante la diferencia entre verdad y falsedad. Creía por ejemplo — porque lo había aprendido en la escuela — que el Partido había inventado los aeroplanos. (En cuanto a Winston, recordaba que en su época escolar, en los años cincuenta y tantos, el Partido no pretendía haber inventado, en el campo de la aviación, más que el autogiro; una docena de años después, cuando Julia iba a la escuela, se trataba ya del aeroplano en general; al cabo de otra generación, asegurarían haber descubierto la máquina de vapor.) Y cuando George Orwell 1984 182 who had invented aeroplanes? It was rather more of a shock to him when he discovered from some chance remark that she did not remember that Oceania, four years ago, had been at war with Eastasia and at peace with Eurasia. It was true that she regarded the whole war as a sham: but apparently she had not even noticed that the name of the enemy had changed. 'I thought we'd always been at war with Eurasia,' she said vaguely. It frightened him a little. The invention of aeroplanes dated from long before her birth, but the switchover in the war had happened only four years ago, well after she was grown up. He argued with her about it for perhaps a quarter of an hour. In the end he succeeded in forcing her memory back until she did dimly recall that at one time Eastasia and not Eurasia had been the enemy. But the issue still struck her as unimportant. 'Who cares?' she said impatiently. 'It's always one bloody war after another, and one knows the news is all lies anyway.' Winston le dijo que los aeroplanos existían ya antes de nacer él y mucho antes de la Revolución, esto le pareció a la joven carecer de todo interés. ¿Qué importaba, después de todo, quién hubiese inventado los aeroplanos? Mucho más le llamó la atención a Winston que Julia no recordaba que Oceanía había estado en guerra, hacía cuatro años, con Asia Oriental y en paz con Eurasia. Desde luego, para ella la guerra era una filfa, pero por lo visto no se había dado cuenta de que el nombre del enemigo había cambiado. «Yo creía que siempre habíamos estado en guerra con Eurasia», dijo en tono vago. Esto le impresionó mucho a Winston. El invento de los aeroplanos era muy anterior a cuando ella nació, pero el cambiazo en la guerra sólo había sucedido cuatro años antes, cuando ya Julia era una muchacha mayor. Estuvo discutiendo con ella sobre esto durante un cuarto de hora. Al final, logró hacerle recordar confusamente que hubo una época en que el enemigo había sido Asia Oriental y no Eurasia. Pero ella seguía sin comprender que esto tuviera importancia. «¿Qué más da?», dijo con impaciencia. «Siempre ha sido una puñetera guerra tras otra y de sobras sabemos que las noticias de guerra son todas una pura mentira.» Sometimes he talked to her of the Records Department and the impudent forgeries that he committed there. Such things did not appear to horrify her. She did not feel the abyss opening beneath her feet at the thought of lies becoming truths. He told her the story of Jones, Aaronson, and Rutherford and the momentous slip of paper which he had once held between his fingers. It did not make much impression on her. At first, indeed, she failed to grasp the point of the story. A veces le hablaba Winston del Departamento de Registro y de las descaradas falsificaciones que él perpetraba allí por encargo del Partido. Todo esto no la escandalizaba. Él le contó la historia de Jones, Aaronson y Rutherford, así como el trascendental papelito que había tenido en su mano casualmente. Nada de esto la impresionaba. Incluso le costaba trabajo comprender el sentido de lo que Winston decía. 'Were they friends of yours?' she said. — ¿Es que eran amigos tuyos? — le preguntó. 'No, I never knew them. They were Inner Party members. Besides, they were far older men than I was. They belonged to the old days, before the Revolution. I barely knew them by sight.' — No, no los conocía personalmente. Eran miembros del Partido Interior. Además, eran mucho mayores que yo. Conocieron la época anterior a la Revolución. Yo sólo los conocía de vista. 'Then what was there to worry about? People are — Entonces ¿por qué te preocupas? Todos los George Orwell 1984 183 being killed off all the time, aren't they?' días matan gente; es lo corriente. Intentó hacerse comprender: He tried to make her understand. 'This was an exceptional case. It wasn't just a question of somebody being killed. Do you realize that the past, starting from yesterday, has been actually abolished? If it survives anywhere, it's in a few solid objects with no words attached to them, like that lump of glass there. Already we know almost literally nothing about the Revolution and the years before the Revolution. Every record has been destroyed or falsified, every book has been rewritten, every picture has been repainted, every statue and street and building has been renamed, every date has been altered. And that process is continuing day by day and minute by minute. History has stopped. Nothing exists except an endless present in which the Party is always right. I know, of course, that the past is falsified, but it would never be possible for me to prove it, even when I did the falsification myself. After the thing is done, no evidence ever remains. The only evidence is inside my own mind, and I don't know with any certainty that any other human being shares my memories. Just in that one instance, in my whole life, I did possess actual concrete evidence after the event—years after it.' — Ése era un caso excepcional. No se trataba sólo de que mataran a alguien. ¿No te das cuenta de que el pasado, incluso el de ayer mismo, ha sido suprimido? Si sobrevive, es únicamente en unos cuantos objetos sólidos, y sin etiquetas que los distingan, como este pedazo de cristal. Y ya apenas conocemos nada de la Revolución y mucho menos de los años anteriores a ella. Todos los documentos han sido destruidos o falsificados, todos los libros han sido otra vez escritos, los cuadros vueltos a pintar, las estatuas, las calles y los edificios tienen nuevos nombres y todas las fechas han sido alteradas. Ese proceso continúa día tras día y minuto tras minuto. La Historia se ha parado en seco. No existe más que un interminable presente en el cual el Partido lleva siempre razón. Naturalmente, yo sé que el pasado está falsificado, pero nunca podría probarlo aunque se trate de falsificaciones realizadas por mí. Una vez que he cometido el hecho, no quedan pruebas. La única evidencia se halla en mi propia mente y no puedo asegurar con certeza que exista otro ser humano con la misma convicción que yo. Solamente en ese ejemplo que te he citado llegué a tener en mis manos una prueba irrefutable de la falsificación del pasado después de haber ocurrido; años después. 'And what good was that?' — Y total, ¿qué interés puede tener eso? ¿De qué te sirve saberlo? 'It was no good, because I threw it away a few minutes later. But if the same thing happened today, I should keep it.' — De nada, porque inmediatamente destruí la prueba. Pero si hoy volviera a tener una ocasión semejante guardaría el papel. 'Well, I wouldn't!' said Julia. 'I'm quite ready to take risks, but only for something worth while, not for bits of old newspaper. What could you have done with it even if you had kept it?' — ¡Pues yo no! —dijo Julia —. Estoy dispuesta a arriesgarme, pero sólo por algo que merezca la pena, no por unos trozos de papel viejo. ¿Qué habrías hecho con esa fotografía si la hubieras guardado? 'Not much, perhaps. But it was evidence. It might have planted a few doubts here and there, supposing — Quizás nada de particular. Pero al fin y al cabo, se trataba de una prueba y habría sembrado George Orwell 1984 184 that I'd dared to show it to anybody. I don't imagine that we can alter anything in our own lifetime. But one can imagine little knots of resistance springing up here and there—small groups of people banding themselves together, and gradually growing, and even leaving a few records behind, so that the next generations can carry on where we leave off.' algunas dudas aquí y allá, suponiendo que me hubiese atrevido a enseñársela a alguien. No creo que podamos cambiar el curso de los acontecimientos mientras vivamos. Pero es posible que se creen algunos centros de resistencia, grupos de descontentos que vayan aumentando e incluso dejando testimonios tras ellos de modo que la generación siguiente pueda recoger la antorcha y continuar nuestra obra. 'I'm not interested in the next generation, dear. I'm interested in US.' — No me interesa la próxima generación, cariño. Me interesa nosotros. 'You're only a rebel from the waist downwards,' he told her. — No eres una rebelde más que de cintura para abajo —dijo él. She thought this brilliantly witty and flung her arms round him in delight. Ella encontró esto muy divertido y le echó los brazos al cuello, complacida. In the ramifications of party doctrine she had not the faintest interest. Whenever he began to talk of the principles of Ingsoc, doublethink, the mutability of the past, and the denial of objective reality, and to use Newspeak words, she became bored and confused and said that she never paid any attention to that kind of thing. One knew that it was all rubbish, so why let oneself be worried by it? She knew when to cheer and when to boo, and that was all one needed. If he persisted in talking of such subjects, she had a disconcerting habit of falling asleep. She was one of those people who can go to sleep at any hour and in any position. Talking to her, he realized how easy it was to present an appearance of orthodoxy while having no grasp whatever of what orthodoxy meant. In a way, the world-view of the Party imposed itself most successfully on people incapable of understanding it. They could be made to accept the most flagrant violations of reality, because they never fully grasped the enormity of what was demanded of them, and were not sufficiently interested in public events to notice what was happening. By lack of understanding they remained sane. They simply swallowed everything, and what they swallowed did them no harm, because it left no residue behind, just as a grain of corn will pass undigested through the body of a bird. Julia no se interesaba en absoluto por las ramificaciones de la doctrina del partido. Cuando Winston hablaba de los principios de Ingsoc, el doblepensar, la mutabilidad del pasado y la degeneración de la realidad objetiva y se ponía a emplear palabras de neolengua, la joven se aburría espantosamente, además de hacerse un lío, y se disculpaba diciendo que nunca se había fijado en esas cosas. Si se sabía que todo ello era un absoluto camelo, ¿para qué preocuparse? Lo único que a ella le interesaba era saber cuándo tenía que vitorear y cuándo le correspondía abuchear. Si Winston persistía en hablar de tales temas, Julia se quedaba dormida del modo más desconcertante. Era una de esas personas que pueden dormirse en cualquier momento y en las posturas más increíbles. Hablándole, comprendía Winston qué fácil era presentar toda la apariencia de la ortodoxia sin tener idea de qué significaba realmente lo ortodoxo. En cierto modo la visión del mundo inventada por el Partido se imponía con excelente éxito a la gente incapaz de comprenderla. Hacía aceptar las violaciones más flagrantes de la realidad porque nadie comprendía del todo la enormidad de lo que se les exigía ni se interesaba lo suficiente por los acontecimientos públicos para darse cuenta de lo que ocurría. Por falta de comprensión, todos eran políticamente George Orwell 1984 185 sanos y fieles. Sencillamente, se lo tragaban todo y lo que se tragaban no les sentaba mal porque no les dejaba residuos lo mismo que un grano de trigo puede pasar, sin ser digerido y sin hacerle daño, por el cuerpecito de un pájaro. George Orwell 1984 186 Chapter 6 CAPÍTULO VI It had happened at last. The expected message had come. All his life, it seemed to him, he had been waiting for this to happen. Por fin, había ocurrido. Había llegado el esperado mensaje. Le parecía a Winston que toda su vida había estado esperando que esto sucediera. He was walking down the long corridor at the Ministry and he was almost at the spot where Julia had slipped the note into his hand when he became aware that someone larger than himself was walking just behind him. The person, whoever it was, gave a small cough, evidently as a prelude to speaking. Winston stopped abruptly and turned. It was O'Brien. Iba por el largo pasillo del Ministerio y casi había llegado al sitio donde Julia le deslizó aquel día en la mano su declaración. La persona, quien quiera que fuese, tosió ligeramente sin duda como preludio para hablar. Winston se detuvo en seco y volvió la cara. Era O'Brien. At last they were face to face, and it seemed that his only impulse was to run away. His heart bounded violently. He would have been incapable of speaking. O'Brien, however, had continued forward in the same movement, laying a friendly hand for a moment on Winston's arm, so that the two of them were walking side by side. He began speaking with the peculiar grave courtesy that differentiated him from the majority of Inner Party members. Por fin, se hallaban cara a cara y el único impulso que sentía Winston era emprender la huida. El corazón le latía a toda velocidad. No habría podido hablar en ese momento. Sin embargo, O'Brien, poniéndole amistosamente una mano en el hombro, siguió andando junto a él. Empezó a hablar con su característica cortesía, seria y suave, que le diferenciaba de la mayor parte de los miembros del Partido Interior. 'I had been hoping for an opportunity of talking to you,' he said. 'I was reading one of your Newspeak articles in 'The Times' the other day. You take a scholarly interest in Newspeak, I believe?' — He estado esperando una oportunidad de hablar contigo — le dijo —; estuve leyendo uno de tus artículos en neolengua publicados en el Times. Tengo entendido que te interesa, desde un punto de vista erudito, la neolengua. Winston had recovered part of his self-possession. 'Hardly scholarly,' he said. 'I'm only an amateur. It's not my subject. I have never had anything to do with the actual construction of the language.' Winston había recobrado ánimos, aunque sólo en parte. — No muy erudito —dijo —. Soy sólo un aficionado. No es mi especialidad. Nunca he tenido que ocuparme de la estructura interna del idioma. 'But you write it very elegantly,' said O'Brien. 'That is not only my own opinion. I was talking recently to a friend of yours who is certainly an expert. His name has slipped my memory for the moment.' — Pero lo escribes con mucha elegancia —dijo O'Brien —. Y ésta no es sólo una opinión mía. Estuve hablando recientemente con un amigo tuyo que es un especialista en cuestiones George Orwell 1984 187 idiomáticas. He olvidado su nombre ahora mismo; que lo tenía en la punta de la lengua. Again Winston's heart stirred painfully. It was inconceivable that this was anything other than a reference to Syme. But Syme was not only dead, he was abolished, an unperson. Any identifiable reference to him would have been mortally dangerous. O'Brien's remark must obviously have been intended as a signal, a codeword. By sharing a small act of thoughtcrime he had turned the two of them into accomplices. They had continued to stroll slowly down the corridor, but now O'Brien halted. With the curious, disarming friendliness that he always managed to put in to the gesture he resettled his spectacles on his nose. Then he went on: Winston sintió un escalofrío. O'Brien no podía referirse más que a Syme. Pero Syme no sólo estaba muerto, sino que había sido abolido. Era una nopersona. Cualquier referencia identificable a aquel vaporizado habría resultado mortalmente peligrosa. De manera que la alusión que acababa de hacer O'Brien debía de significar una señal secreta. Al compartir con él este pequeño acto de crimental, se habían convertido los dos en cómplices. Continuaron recorriendo lentamente el corredor hasta que O'Brien se detuvo. Con la tranquilizadora amabilidad que él infundía siempre a sus gestos, aseguró bien sus gafas sobre la nariz y prosiguió: 'What I had really intended to say was that in your article I noticed you had used two words which have become obsolete. But they have only become so very recently. Have you seen the tenth edition of the Newspeak Dictionary?' — Lo que quise decir fue que noté en tu artículo que habías empleado dos palabras ya anticuadas. En realidad, hace muy poco tiempo que se han quedado anticuadas. ¿Has visto la décima edición del Diccionario de Neolengua? 'No,' said Winston. 'I didn't think it had been issued yet. We are still using the ninth in the Records Department.' — No —dijo Winston —. No creía que estuviese ya publicado. Nosotros seguimos usando la novena edición en el Departamento de Registro. 'The tenth edition is not due to appear for some months, I believe. But a few advance copies have been circulated. I have one myself. It might interest you to look at it, perhaps?' — Bueno, la décima edición tardará varios meses en aparecer, pero ya han circulado algunos ejemplares en pruebas. Yo tengo uno. Quizás te interese verlo, ¿no? 'Very much so,' said Winston, immediately seeing where this tended. — Muchísimo —dijo Winston, comprendiendo inmediatamente la intención del otro. 'Some of the new developments are most ingenious. The reduction in the number of verbs— that is the point that will appeal to you, I think. Let me see, shall I send a messenger to you with the dictionary? But I am afraid I invariably forget anything of that kind. Perhaps you could pick it up at my flat at some time that suited you? Wait. Let me give you my address.' — Algunas de las modificaciones introducidas son muy ingeniosas. Creo que te sorprenderá la reducción del número de verbos. Vamos a ver. ¿Será mejor que te mande un mensajero con el diccionario? Pero temo no acordarme; siempre me pasa igual. Quizás puedas recogerlo en mi piso a una hora que te convenga. Espera. Voy a darte mi dirección. George Orwell 1984 188 They were standing in front of a telescreen. Somewhat absent-mindedly O'Brien felt two of his pockets and then produced a small leather-covered notebook and a gold ink-pencil. Immediately beneath the telescreen, in such a position that anyone who was watching at the other end of the instrument could read what he was writing, he scribbled an address, tore out the page and handed it to Winston. Se hallaban frente a una telepantalla. Como distraído, O'Brien se buscó maquinalmente en los bolsillos y por fin sacó una pequeña agenda forrada en cuero y un lápiz tinta morado. Colocándose respecto a la telepantalla de manera que el observador pudiera leer bien lo que escribía, apuntó la dirección. Arrancó la hoja y se la dio a Winston. 'I am usually at home in the evenings,' he said. 'If not, my servant will give you the dictionary.' — Suelo estar en casa por las tardes —dijo —. Si no, mi criado te dará el diccionario. He was gone, leaving Winston holding the scrap of paper, which this time there was no need to conceal. Nevertheless he carefully memorized what was written on it, and some hours later dropped it into the memory hole along with a mass of other papers. Ya se había marchado dejando a Winston con el papel en la mano. Esta vez no había necesidad de ocultar nada. Sin embargo, grabó en la memoria las palabras escritas, y horas después tiró el papel en el «agujero de la memoria» junto con otros. They had been talking to one another for a couple of minutes at the most. There was only one meaning that the episode could possibly have. It had been contrived as a way of letting Winston know O'Brien's address. This was necessary, because except by direct enquiry it was never possible to discover where anyone lived. There were no directories of any kind. 'If you ever want to see me, this is where I can be found,' was what O'Brien had been saying to him. Perhaps there would even be a message concealed somewhere in the dictionary. But at any rate, one thing was certain. The conspiracy that he had dreamed of did exist, and he had reached the outer edges of it. No habían hablado más de dos minutos. Aquel breve episodio sólo podía tener un significado. Era una manera de que Winston pudiera saber la dirección de O'Brien. Aquel recurso era necesario porque a no ser directamente, nadie podía saber dónde vivía otra persona. No había guías de direcciones. «Si quieres verme, ya sabes dónde estoy», era en resumen lo que O'Brien le había estado diciendo. Quizás se encontrara en el diccionario algún mensaje. De todos modos lo cierto era que la conspiración con que él soñaba existía efectivamente y que había entrado ya en contacto con ella. He knew that sooner or later he would obey O'Brien's summons. Perhaps tomorrow, perhaps after a long delay—he was not certain. What was happening was only the working-out of a process that had started years ago. The first step had been a secret, involuntary thought, the second had been the opening of the diary. He had moved from thoughts to words, and now from words to actions. The last step was something that would happen in the Ministry of Love. He had accepted it. The end Winston sabía que más pronto o más tarde obedecería la indicación de O'Brien. Quizás al día siguiente, quizás al cabo de mucho tiempo, no estaba seguro. Lo que sucedía era sólo la puesta en marcha de un proceso que había empezado a incubarse varios años antes. El primer paso consistió en un pensamiento involuntario y secreto; el segundo fue el acto de abrir el Diario. Aquello había pasado de los pensamientos a las palabras, y ahora, de las George Orwell was contained in the beginning. But it was frightening: or, more exactly, it was like a foretaste of death, like being a little less alive. Even while he was speaking to O'Brien, when the meaning of the words had sunk in, a chilly shuddering feeling had taken possession of his body. He had the sensation of stepping into the dampness of a grave, and it was not much better because he had always known that the grave was there and waiting for him. 1984 189 palabras a la acción. El último paso tendría lugar en el Ministerio del Amor. Pero Winston ya lo había aceptado. El final de aquel asunto estaba implícito en su comienzo. De todos modos, asustaba un poco; o, con más exactitud, era un pregusto de la muerte, como estar ya menos vivo. Incluso mientras hablaba O'Brien y penetraba en él el sentido de sus palabras, le había recorrido un escalofrío. Fue como si avanzara hacia la humedad de una tumba y la impresión no disminuía por el hecho de que él hubiera sabido siempre que la tumba estaba allí esperándole. George Orwell 1984 190 Chapter 7 CAPÍTULO VII Winston had woken up with his eyes full of tears. Julia rolled sleepily against him, murmuring something that might have been 'What's the matter?' Winston se despertó muy emocionado. Le dijo a Julia: 'I dreamt—' he began, and stopped short. It was too complex to be put into words. There was the dream itself, and there was a memory connected with it that had swum into his mind in the few seconds after waking. «He soñado que...», y se detuvo porque no podía explicarlo. Era excesivamente complicado. No sólo se trataba del sueño, sino de unos recuerdos relacionados con él que habían surgido en su mente segundos después de despertarse. He lay back with his eyes shut, still sodden in the atmosphere of the dream. It was a vast, luminous dream in which his whole life seemed to stretch out before him like a landscape on a summer evening after rain. It had all occurred inside the glass paperweight, but the surface of the glass was the dome of the sky, and inside the dome everything was flooded with clear soft light in which one could see into interminable distances. The dream had also been comprehended by— indeed, in some sense it had consisted in—a gesture of the arm made by his mother, and made again thirty years later by the Jewish woman he had seen on the news film, trying to shelter the small boy from the bullets, before the helicopter blew them both to pieces. Siguió tendido, con los ojos cerrados y envuelto aún en la atmósfera del sueño. Era un amplio y luminoso ensueño en el que su vida entera parecía extenderse ante él como un paisaje en una tarde de verano después de la lluvia. Todo había ocurrido dentro del pisapapeles de cristal, pero la superficie de éste era la cúpula del cielo y dentro de la cúpula todo estaba inundado por una luz clara y suave gracias a la cual podían verse interminables distancias. El ensueño había partido de un gesto hecho por su madre con el brazo y vuelto a hacer, treinta años más tarde, por la mujer judía del noticiario cinematográfico cuando trataba de proteger a su niño de las balas antes de que los autogiros los destrozaran a ambos. 'Do you know,' he said, 'that until this moment I — ¿Sabes? —dijo Winston —, hasta ahora mismo he believed I had murdered my mother?' creído que había asesinado a mi madre. 'Why did you murder her?' said Julia, almost asleep. — ¿Por qué la asesinaste? — le preguntó Julia medio dormida. 'I didn't murder her. Not physically.' — No, no la asesiné. Físicamente, no. In the dream he had remembered his last glimpse of his mother, and within a few moments of waking the cluster of small events surrounding it had all come back. It was a memory that he must have deliberately pushed out of his consciousness En el ensueño había recordado su última visión de la madre y, pocos instantes después de despertar, le había vuelto el racimo de pequeños acontecimientos que rodearon aquel hecho. Sin duda, había estado reprimiendo deliberadamente aquel recuerdo durante George Orwell 1984 191 over many years. He was not certain of the date, but he could not have been less than ten years old, possibly twelve, when it had happened. muchos años. No estaba seguro de la fecha, pero debió de ser hacía menos de diez años o, a lo más, doce. His father had disappeared some time earlier, how much earlier he could not remember. He remembered better the rackety, uneasy circumstances of the time: the periodical panics about air-raids and the sheltering in Tube stations, the piles of rubble everywhere, the unintelligible proclamations posted at street corners, the gangs of youths in shirts all the same colour, the enormous queues outside the bakeries, the intermittent machine-gun fire in the distance—above all, the fact that there was never enough to eat. He remembered long afternoons spent with other boys in scrounging round dustbins and rubbish heaps, picking out the ribs of cabbage leaves, potato peelings, sometimes even scraps of stale breadcrust from which they carefully scraped away the cinders; and also in waiting for the passing of trucks which travelled over a certain route and were known to carry cattle feed, and which, when they jolted over the bad patches in the road, sometimes spilt a few fragments of oil-cake. Su padre había desaparecido poco antes. No podía recordar cuánto tiempo antes, pero sí las revueltas circunstancias de aquella época, el pánico periódico causado por las incursiones aéreas y las carreras para refugiarse en las estaciones del Metro, los montones de escombros, las consignas que aparecían por las esquinas en llamativos carteles, las pandillas de jóvenes con camisas del mismo color, las enormes colas en las panaderías, el intermitente crepitar de las ametralladoras a lo lejos... y, sobre todo, el hecho de que nunca había bastante comida. Recordaba las largas tardes pasadas con otros chicos rebuscando en las latas de la basura y en los montones de desperdicios, encontrando a veces hojas de verdura, mondaduras de patata e incluso, con mucha suerte, mendrugos de pan, duros como piedra, que los niños sacaban cuidadosamente de entre la ceniza; y también, la paciente espera de los camiones que llevaban pienso para el ganado y que a veces dejaban caer, al saltar en un bache, bellotas o avena. When his father disappeared, his mother did not show any surprise or any violent grief, but a sudden change came over her. She seemed to have become completely spiritless. It was evident even to Winston that she was waiting for something that she knew must happen. She did everything that was needed—cooked, washed, mended, made the bed, swept the floor, dusted the mantelpiece—always very slowly and with a curious lack of superfluous motion, like an artist's lay-figure moving of its own accord. Her large shapely body seemed to relapse naturally into stillness. For hours at a time she would sit almost immobile on the bed, nursing his young sister, a tiny, ailing, very silent child of two or three, with a face made simian by thinness. Very occasionally she would take Winston in her arms and press him against her for a long time without saying anything. He was aware, in spite of his youthfulness and selfishness, that this was somehow connected with the never-mentioned thing that was about to happen. Cuando su padre desapareció, su madre no se mostró sorprendida ni demasiado apenada, pero se operó en ella un, súbito cambio. Parecía haber perdido por completo los ánimos. Era evidente — incluso para un niño como Winston — que la mujer esperaba algo que ella sabía con toda seguridad que ocurriría. Hacía todo lo necesario — guisaba, lavaba la ropa y la remendaba, arreglaba las camas, barría el suelo, limpiaba el polvo —, todo ello muy despacio y evitándose todos los movimientos inútiles. Su majestuoso cuerpo tenía una tendencia natural a la inmovilidad. Se quedaba las horas muertas casi inmóvil en la cama, con su niñita en los brazos, una criatura muy silenciosa de dos o tres años con un rostro tan delgado que parecía simiesco. De vez en cuando, la madre cogía en brazos a Winston y le estrechaba contra ella, sin decir nada. A pesar de su escasa edad y de su natural egoísmo, Winston sabía que todo esto se relacionaba con lo que había de ocurrir: aquel acontecimiento implícito en todo y del que nadie hablaba. George Orwell 1984 192 He remembered the room where they lived, a dark, close-smelling room that seemed half filled by a bed with a white counterpane. There was a gas ring in the fender, and a shelf where food was kept, and on the landing outside there was a brown earthenware sink, common to several rooms. He remembered his mother's statuesque body bending over the gas ring to stir at something in a saucepan. Above all he remembered his continuous hunger, and the fierce sordid battles at mealtimes. He would ask his mother naggingly, over and over again, why there was not more food, he would shout and storm at her (he even remembered the tones of his voice, which was beginning to break prematurely and sometimes boomed in a peculiar way), or he would attempt a snivelling note of pathos in his efforts to get more than his share. His mother was quite ready to give him more than his share. She took it for granted that he, 'the boy', should have the biggest portion; but however much she gave him he invariably demanded more. At every meal she would beseech him not to be selfish and to remember that his little sister was sick and also needed food, but it was no use. He would cry out with rage when she stopped ladling, he would try to wrench the saucepan and spoon out of her hands, he would grab bits from his sister's plate. He knew that he was starving the other two, but he could not help it; he even felt that he had a right to do it. The clamorous hunger in his belly seemed to justify him. Between meals, if his mother did not stand guard, he was constantly pilfering at the wretched store of food on the shelf. Recordaba la habitación donde vivían, una estancia oscura y siempre cerrada casi totalmente ocupada por la cama. Había un hornillo de gas y un estante donde ponía los alimentos. One day a chocolate ration was issued. There had been no such issue for weeks or months past. He remembered quite clearly that precious little morsel of chocolate. It was a two-ounce slab (they still talked about ounces in those days) between the three of them. It was obvious that it ought to be divided into three equal parts. Suddenly, as though he were listening to somebody else, Winston heard himself demanding in a loud booming voice that he should be given the whole piece. His mother told Un día dieron una ración de chocolate. Hacía mucho tiempo — meses enteros — que no daban chocolate. Winston recordaba con toda claridad aquel cuadrito oscuro y preciadísimo. Era una tableta de dos onzas (por entonces se hablaba todavía de onzas) que les correspondía para los tres. Parecía lógico que la tableta fuera dividida en tres partes iguales. De pronto — en el ensueño —, como si estuviera escuchando a otra persona, Winston se oyó gritar exigiendo que le dieran todo el chocolate. Su madre le dijo que no fuese ansioso. Discutieron mucho; Recordaba el cuerpo estatuario de su madre inclinado sobre el hornillo de gas moviendo algo en la sartén. Sobre todo recordaba su continua hambre y las sórdidas y feroces batallas a las horas de comer. Winston le preguntaba a su madre, con reproche una y otra vez, por qué no había más comida. Gritaba y la fastidiaba, descompuesto en su afán de lograr una parte mayor. Daba por descontado que él, el varón, debía tener la ración mayor. Pero por mucho que la pobre mujer le diera, él pedía invariablemente más. En cada comida la madre le suplicaba que no fuera tan egoísta y recordase que su hermanita estaba enferma y necesitaba alimentarse; pero era inútil. Winston cogía pedazos de comida del plato de su hermanita y trataba de apoderarse de la fuente. Sabía que con su conducta condenaba al hambre a su madre y a su hermana, pero no podía evitarlo. Incluso creía tener derecho a ello. El hambre que le torturaba parecía justificarlo. Entre comidas, si su madre no tenía mucho cuidado, se apoderaba de la escasa cantidad de alimento guardado en la alacena. George Orwell 1984 193 him not to be greedy. There was a long, nagging argument that went round and round, with shouts, whines, tears, remonstrances, bargainings. His tiny sister, clinging to her mother with both hands, exactly like a baby monkey, sat looking over her shoulder at him with large, mournful eyes. In the end his mother broke off threequarters of the chocolate and gave it to Winston, giving the other quarter to his sister. The little girl took hold of it and looked at it dully, perhaps not knowing what it was. Winston stood watching her for a moment. Then with a sudden swift spring he had snatched the piece of chocolate out of his sister's hand and was fleeing for the door. hubo llantos, lloros, reprimendas, regateos... su hermanita agarrándose a la madre con las dos manos — exactamente como una monita — miraba a Winston con ojos muy abiertos y llenos de tristeza. Al final, la madre le dio al niño las tres cuartas partes de la tableta y a la hermanita la otra cuarta parte. La pequeña la cogió y se puso a mirarla con indiferencia, sin saber quizás lo que era. Winston se la quedó mirando un momento. Luego, con un súbito movimiento, le arrancó a la nena el trocito de chocolate y salió huyendo. 'Winston, Winston!' his mother called after him. 'Come back! Give yoursister back her chocolate!' — ¡Winston! ¡Winston! — le gritó su madre. Ven aquí, devuélvele a tu hermana el chocolate. He stopped, but did not come back. His mother's anxious eyes were fixed on his face. Even now he was thinking about the thing, he did not know what it was that was on the point of happening. His sister, conscious of having been robbed of something, had set up a feeble wail. His mother drew her arm round the child and pressed its face against her breast. Something in the gesture told him that his sister was dying. He turned and fled down the stairs, with the chocolate growing sticky in his hand. El niño se detuvo pero no regresó a su sitio. Su madre lo miraba preocupadísima. Incluso en ese momento, pensaba en aquello, en lo que había de suceder de un momento a otro y que Winston ignoraba. La hermanita, consciente de que le habían robado algo, rompió a llorar. Su madre la abrazó con fuerza. Algo había en aquel gesto que le hizo comprender a Winston que su hermana se moría. Salió corriendo escaleras abajo con el chocolate derritiéndosele entre los dedos. He never saw his mother again. After he had devoured the chocolate he felt somewhat ashamed of himself and hung about in the streets for several hours, until hunger drove him home. When he came back his mother had disappeared. This was already becoming normal at that time. Nothing was gone from the room except his mother and his sister. They had not taken any clothes, not even his mother's overcoat. To this day he did not know with any certainty that his mother was dead. It was perfectly possible that she had merely been sent to a forced-labour camp. As for his sister, she might have been removed, like Winston himself, to one of the colonies for homeless children (Reclamation Centres, they were called) which had grown up as a result of the civil war, or she might have Nunca volvió a ver a su madre. Después de comerse el chocolate, se sintió algo avergonzado y corrió por las calles mucho tiempo hasta que el hambre le hizo volver. Pero su madre ya no estaba allí. En aquella época, estas desapariciones eran normales. Todo seguía igual en la habitación. Sólo faltaban la madre y la hermanita. Ni siquiera se había llevado el abrigo. Ni siquiera ahora estaba seguro Winston de que su madre hubiera muerto. Era muy posible que la hubieran mandado a un campo de trabajos forzados. En cuanto a su hermana, quizás se la hubieran llevado — como hicieron con el mismo Winston — a una de las colonias de niños huérfanos (les llamaban Centros de Reclamación) que fueron una de las consecuencias de la guerra civil; o quizás la hubieran enviado con la madre al campo de trabajos forzados o sencillamente la habrían dejado morir en cualquier George Orwell 1984 194 been sent to the labour camp along with his mother, or simply left somewhere or other to die. rincón. The dream was still vivid in his mind, especially the enveloping protecting gesture of the arm in which its whole meaning seemed to be contained. His mind went back to another dream of two months ago. Exactly as his mother had sat on the dingy white-quilted bed, with the child clinging to her, so she had sat in the sunken ship, far underneath him, and drowning deeper every minute, but still looking up at him through the darkening water. El ensueño seguía vivo en su mente, sobre todo el gesto protector de la madre, que parecía contener un profundo significado. Entonces recordó otro ensueño que había tenido dos meses antes, cuando se le había aparecido hundiéndose sin cesar en aquel barco, pero sin dejar de mirarlo a él a través del agua que se oscurecía por momentos. He told Julia the story of his mother's disappearance. Without opening her eyes she rolled over and settled herself into a more comfortable position. Le contó a Julia la historia de la desaparición de su madre. Sin abrir los ojos, la joven dio una vuelta en la cama y se colocó en una posición más cómoda. 'I expect you were a beastly little swine in those days,' she said indistinctly. 'All children are swine.' — Ya me figuro que serías un cerdito en aquel tiempo —dijo indiferente —. Todos los niños son unos cerdos. 'Yes. But the real point of the story—' — Sí, pero el sentido de esa historia... From her breathing it was evident that she was going off to sleep again. He would have liked to continue talking about his mother. He did not suppose, from what he could remember of her, that she had been an unusual woman, still less an intelligent one; and yet she had possessed a kind of nobility, a kind of purity, simply because the standards that she obeyed were private ones. Her feelings were her own, and could not be altered from outside. It would not have occurred to her that an action which is ineffectual thereby becomes meaningless. If you loved someone, you loved him, and when you had nothing else to give, you still gave him love. When the last of the chocolate was gone, his mother had clasped the child in her arms. It was no use, it changed nothing, it did not produce more chocolate, it did not avert the child's death or her own; but it seemed natural to her to do it. The refugee woman in the boat had also covered the little boy with her arm, which was no more use against the Winston comprendió, por la respiración de Julia, que estaba a punto de volverse a dormir. Le habría gustado seguirle contando cosas de su madre. No suponía, basándose en lo que podía recordar de ella, que hubiera sido una mujer extraordinaria, ni siquiera inteligente. Sin embargo, estaba seguro de que su madre poseía una especie de nobleza, de pureza, sólo por el hecho de regirse por normas privadas. Los sentimientos de ella eran realmente suyos y no los que el Estado le mandaba tener. No se le habría ocurrido pensar que una acción ineficaz, sin consecuencias prácticas, careciera por ello de sentido. Cuando se amaba a alguien, se le amaba por él mismo, y si no había nada más que darle, siempre se le podía dar amor. Cuando él se había apoderado de todo el chocolate, su madre abrazó a la niña con inmensa ternura. Aquel acto no cambiaba nada, no servía para producir más chocolate, no podía evitar la muerte de la niña ni la de ella, pero a la madre le parecía natural realizarlo. La mujer refugiada en aquel barco (en el noticiario) también había George Orwell 1984 195 bullets than a sheet of paper. The terrible thing that the Party had done was to persuade you that mere impulses, mere feelings, were of no account, while at the same time robbing you of all power over the material world. When once you were in the grip of the Party, what you felt or did not feel, what you did or refrained from doing, made literally no difference. protegido al niño con sus brazos, con lo cual podía salvarlo de las balas con la misma eficacia que si lo hubiera cubierto con un papel. Lo terrible era que el Partido había persuadido a la gente de que los simples impulsos y sentimientos de nada servían. Cuando se estaba bajo las garras del Partido, nada importaba lo que se sintiera o se dejara de sentir, lo que se hiciera o se dejara de hacer. Whatever happened you vanished, and neither you nor your actions were ever heard of again. You were lifted clean out of the stream of history. And yet to the people of only two generations ago this would not have seemed allimportant, because they were not attempting to alter history. They were governed by private loyalties which they did not question. What mattered were individual relationships, and a completely helpless gesture, an embrace, a tear, a word spoken to a dying man, could have value in itself. The proles, it suddenly occurred to him, had remained in this condition. They were not loyal to a party or a country or an idea, they were loyal to one another. For the first time in his life he did not despise the proles or think of them merely as an inert force which would one day spring to life and regenerate the world. The proles had stayed human. They had not become hardened inside. They had held on to the primitive emotions which he himself had to relearn by conscious effort. And in thinking this he remembered, without apparent relevance, how a few weeks ago he had seen a severed hand lying on the pavement and had kicked it into the gutter as though it had been a cabbage-stalk. Cuanto le sucedía a uno se desvanecía y ni usted ni sus acciones volvían a figurar para nada. Le apartaban a usted, con toda limpieza, del curso de la historia. Sin embargo, hacía sólo dos generaciones, se dejaban gobernar por sentimientos privados que nadie ponía en duda. Lo que importaba eran las relaciones humanas, y un gesto completamente inútil, un abrazo, una lágrima, una palabra cariñosa dirigida a un moribundo, poseían un valor en sí. De pronto pensó Winston que los proles seguían con sus sentimientos y emociones. No eran leales a un Partido, a un país ni a un ideal, sino que se guardaban mutua lealtad unos a otros. Por primera vez en su vida, Winston no despreció a los proles ni los creyó sólo una fuerza inerte. Algún día muy remoto recobrarían sus fuerzas y se lanzarían a la regeneración del mundo. Los proles continuaban siendo humanos. No se habían endurecido por dentro. Se habían atenido a las emociones primitivas que él, Winston, tenía que aprender de nuevo por un esfuerzo consciente. Y al pensar esto, recordó que unas semanas antes había visto sobre el pavimento una mano arrancada en un bombardeo y que la había apartado con el pie tirándola a la alcantarilla como si fuera un inservible troncho de lechuga. 'The proles are human beings,' he said aloud. 'We are not human.' — Los proles son seres humanos —dijo en voz alta —. Nosotros, en cambio, no somos humanos. 'Why not?' said Julia, who had woken up again. — ¿Por qué? —dijo Julia, que había vuelto a despertarse. He thought for a little while. 'Has it ever occurred to you,' he said, 'that the best thing for us to do would be simply to walk out of here before it's too late, and never see each other again?' Winston reflexionó un momento. — ¿No se te ha ocurrido pensar —dijo — que lo mejor que haríamos sería marcharnos de aquí antes de que sea demasiado tarde y no volver a vernos jamás? George Orwell 1984 196 'Yes, dear, it has occurred to me, several times. But I'm not going to do it, all the same.' — Sí, querido, se me ha ocurrido varias veces, pero no estoy dispuesta a hacerlo. 'We've been lucky,' he said 'but it can't last much longer. You're young. You look normal and innocent. If you keep clear of people like me, you might stay alive for another fifty years.' — Hemos tenido suerte —dijo Winston —; pero esto no puede durar mucho tiempo. Somos jóvenes. Tú pareces normal e inocente. Si te alejas de la gente como yo, puedes vivir todavía cincuenta años más. 'No. I've thought it all out. What you do, I'm going to do. And don't be too downhearted. I'm rather good at staying alive.' — ¡No!. Ya he pensado en todo eso. Lo que tú hagas, eso haré yo. Y no te desanimes tanto. Yo sé arreglármelas para seguir viviendo. 'We may be together for another six months—a year—there's no knowing. At the end we're certain to be apart. Do you realize how utterly alone we shall be? When once they get hold of us there will be nothing, literally nothing, that either of us can do for the other. If I confess, they'll shoot you, and if I refuse to confess, they'll shoot you just the same. Nothing that I can do or say, or stop myself from saying, will put off your death for as much as five minutes. Neither of us will even know whether the other is alive or dead. We shall be utterly without power of any kind. The one thing that matters is that we shouldn't betray one another, although even that can't make the slightest difference.' — Quizás podamos seguir juntos otros seis meses, un año... no se sabe. Pero al final es seguro que tendremos que separarnos. ¿Te das cuenta de lo solos que nos encontraremos? Cuando nos hayan cogido, no habrá nada, lo que se dice nada, que podamos hacer el uno por el otro. Si confieso, te fusilarán, y si me niego a confesar, te fusilarán también. Nada de lo que yo pueda hacer o decir, o dejar de decir y hacer, serviría para aplazar tu muerte ni cinco minutos. Ninguno de nosotros dos sabrá siquiera si el otro vive o ha muerto. Sería inútil intentar nada. Lo único importante es que no nos traicionemos, aunque por ello no iban a variar las cosas. 'If you mean confessing,' she said, 'we shall do that, right enough. Everybody always confesses. You can't help it. They torture you.' — Si quieren que confesemos — replicó Julia — lo haremos. Todos confiesan siempre. Es imposible evitarlo. Te torturan. 'I don't mean confessing. Confession is not betrayal. What you say or do doesn't matter: only feelings matter. If they could make me stop loving you—that would be the real betrayal.' — No me refiero a la confesión. Confesar no es traicionar. No importa lo que digas o hagas, sino los sentimientos. Si pueden obligarme a dejarte de amar... esa sería la verdadera traición. Julia reflexionó sobre ello. She thought it over. 'They can't do that,' she said finally. 'It's the one thing they can't do. They can make you say anything—ANYTHING—but they can't make you believe it. They can't get inside you.' — A eso no pueden obligarte —dijo al cabo de un rato —. Es lo único que no pueden hacer. Pueden forzarte a decir cualquier cosa, pero no hay manera de que te lo hagan creer. Dentro de ti no pueden entrar nunca. George Orwell 1984 197 'No,' he said a little more hopefully, 'no; that's quite true. They can't get inside you. If you can FEEL that staying human is worth while, even when it can't have any result whatever, you've beaten them.' — Eso es verdad —dijo Winston con un poco más de esperanza —. No pueden penetrar en nuestra alma. Si podemos sentir que merece la pena seguir siendo humanos, aunque esto no tenga ningún resultado positivo, los habremos derrotado. He thought of the telescreen with its neversleeping ear. They could spy upon you night and day, but if you kept your head you could still outwit them. With all their cleverness they had never mastered the secret of finding out what another human being was thinking. Perhaps that was less true when you were actually in their hands. One did not know what happened inside the Ministry of Love, but it was possible to guess: tortures, drugs, delicate instruments that registered your nervous reactions, gradual wearing-down by sleeplessness and solitude and persistent questioning. Facts, at any rate, could not be kept hidden. They could be tracked down by enquiry, they could be squeezed out of you by torture. But if the object was not to stay alive but to stay human, what difference did it ultimately make? They could not alter your feelings: for that matter you could not alter them yourself, even if you wanted to. They could lay bare in the utmost detail everything that you had done or said or thought; but the inner heart, whose workings were mysterious even to yourself, remained impregnable. Y pensó en la telepantalla, que nunca dormía, que nunca se distraía ni dejaba de oír. Podían espiarle a uno día y noche, pero no perdiendo la cabeza era posible burlarlos. Con toda su habilidad, nunca habían logrado encontrar el procedimiento de saber lo que pensaba otro ser humano. Quizás esto fuera menos cierto cuando le tenían a uno en sus manos. No se sabía lo que pasaba dentro del Ministerio del Amor, pero era fácil figurárselo: torturas, drogas, delicados instrumentos que registraban las reacciones nerviosas, agotamiento progresivo por la falta de sueño, por la soledad y los interrogatorios implacables y persistentes. Los hechos no podían ser ocultados, se los exprimían a uno con la tortura o les seguían la pista con los interrogatorios. Pero si la finalidad que uno se proponía no era salvar la vida sino haber sido humanos hasta el final, ¿qué importaba todo aquello? Los sentimientos no podían cambiarlos; es más, ni uno mismo podría suprimirlos. Sin duda, podrían saber hasta el más pequeño detalle de todo lo que uno hubiera hecho, dicho o pensado; pero el fondo del corazón, cuyo contenido era un misterio incluso para su dueño, se mantendría siempre inexpugnable. George Orwell 1984 198 Chapter 8 CAPÍTULO VIII They had done it, they had done it at last! Lo habían hecho, por fin lo habían hecho. The room they were standing in was long-shaped and softly lit. The telescreen was dimmed to a low murmur; the richness of the dark-blue carpet gave one the impression of treading on velvet. At the far end of the room O'Brien was sitting at a table under a green-shaded lamp, with a mass of papers on either side of him. He had not bothered to look up when the servant showed Julia and Winston in. La habitación donde estaban era alargada y de suave iluminación. La telepantalla había sido amortiguada hasta producir sólo un leve murmullo. La riqueza de la alfombra azul oscuro daba la impresión de andar sobre el terciopelo. En un extremo de la habitación estaba sentado O'Brien ante una mesa, bajo una lámpara de pantalla verde, con un montón de papeles a cada lado. No se molestó en levantar la cabeza cuando el criado hizo pasar a Julia y Winston. Winston's heart was thumping so hard that he doubted whether he would be able to speak. They had done it, they had done it at last, was all he could think. It had been a rash act to come here at all, and sheer folly to arrive together; though it was true that they had come by different routes and only met on O'Brien's doorstep. But merely to walk into such a place needed an effort of the nerve. It was only on very rare occasions that one saw inside the dwelling-places of the Inner Party, or even penetrated into the quarter of the town where they lived. The whole atmosphere of the huge block of flats, the richness and spaciousness of everything, the unfamiliar smells of good food and good tobacco, the silent and incredibly rapid lifts sliding up and down, the white-jacketed servants hurrying to and fro—everything was intimidating. Although he had a good pretext for coming here, he was haunted at every step by the fear that a black-uniformed guard would suddenly appear from round the corner, demand his papers, and order him to get out. O'Brien's servant, however, had admitted the two of them without demur. He was a small, dark-haired man in a white jacket, with a diamond-shaped, completely expressionless face which might have been that of a Chinese. The passage down which he led them was softly carpeted, with cream-papered walls and white wainscoting, all exquisitely clean. That too was intimidating. Winston could not remember ever to have seen a passageway whose walls were not grimy from the contact of human bodies. El corazón de Winston latía tan fuerte que dudaba de poder hablar. Lo habían hecho; por fin lo habían hecho... Esto era lo único que Winston podía pensar. Había sido un acto de inmensa audacia entrar en este despacho, y una locura inconcebible venir juntos; aunque realmente habían llegado por caminos diferentes y sólo se reunieron a la puerta de O'Brien. Pero sólo el hecho de traspasar aquel umbral requería un gran esfuerzo nervioso. En muy raras ocasiones se podía penetrar en las residencias del Partido Interior, ni siquiera en el barrio donde tenían sus domicilios. La atmósfera del inmenso bloque de casas, la riqueza de amplitud de todo lo que allí había, los olores — tan poco familiares — a buena comida y a excelente tabaco, los ascensores silenciosos e increíblemente rápidos, los criados con chaqueta blanca apresurándose de un lado a otro... todo ello era intimidante. Aunque tenía un buen pretexto para ir allí, temblaba a cada paso por miedo a que surgiera de algún rincón un guardia uniformado de negro, le pidiera sus documentos y le mandara salir. Sin embargo, el criado de O'Brien los había hecho entrar a los dos sin demora. Era un hombre sencillo, de pelo negro y chaqueta blanca con un rostro inexpresivo y achinado. El corredor por el que los había conducido, estaba muy bien alfombrado y las paredes cubiertas con papel crema de absoluta limpieza. Winston no recordaba haber visto ningún pasillo cuyas paredes no estuvieran manchadas por el contacto de cuerpos humanos. George Orwell 1984 199 O'Brien had a slip of paper between his fingers and seemed to be studying it intently. His heavy face, bent down so that one could see the line of the nose, looked both formidable and intelligent. For perhaps twenty seconds he sat without stirring. Then he pulled the speakwrite towards him and rapped out a message in the hybrid jargon of the Ministries: O'Brien tenía un pedazo de papel entre los dedos y parecía estarlo estudiando atentamente. Su pesado rostro inclinado tenía un aspecto formidable e inteligente a la vez. Se estuvo unos veinte segundos inmóvil. Luego se acercó el hablescribe y dictó un mensaje en la híbrida jerga de los ministerios. 'Items one comma five comma seven approved fullwise stop suggestion contained item six doubleplus ridiculous verging crimethink cancel stop unproceed constructionwise antegetting plusfull estimates machinery overheads stop end message.' «Ref 1 coma 5 coma 7 aprobado excelente. Sugerencia contenida doc 6 doblemás ridículo rozando crimental destruir. No conviene construir antes conseguir completa información maquinaria puntofinal mensaje.» He rose deliberately from his chair and came towards them across the soundless carpet. A little of the official atmosphere seemed to have fallen away from him with the Newspeak words, but his expression was grimmer than usual, as though he were not pleased at being disturbed. The terror that Winston already felt was suddenly shot through by a streak of ordinary embarrassment. It seemed to him quite possible that he had simply made a stupid mistake. For what evidence had he in reality that O'Brien was any kind of political conspirator? Nothing but a flash of the eyes and a single equivocal remark: beyond that, only his own secret imaginings, founded on a dream. He could not even fall back on the pretence that he had come to borrow the dictionary, because in that case Julia's presence was impossible to explain. As O'Brien passed the telescreen a thought seemed to strike him. He stopped, turned aside and pressed a switch on the wall. There was a sharp snap. The voice had stopped. Se levantó de la silla y se acercó a ellos cruzando parte de la silenciosa alfombra. Algo del ambiente oficial parecía haberse desprendido de él al terminar con las palabras de neolengua, pero su expresión era más severa que de costumbre, como si no le agradara ser interrumpido. El terror que ya sentía Winston se vio aumentado por el azoramiento corriente que se experimenta al serle molesto a alguien. Creía haber cometido una estúpida equivocación. Pues ¿qué prueba tenía él de que O'Brien fuera un conspirador político? Sólo un destello de sus ojos y una observación equívoca. Aparte de eso, todo eran figuraciones suyas fundadas en un ensueño. Ni siquiera podía fingir que habían venido solamente a recoger el diccionario porque en tal caso no podría explicar la presencia de Julia. Al pasar O'Brien frente a la telepantalla, pareció acordarse de algo. Se detuvo, volvióse y giró una llave que había en la pared. Se oyó un chasquido. La voz se había callado de golpe. Julia uttered a tiny sound, a sort of squeak of surprise. Even in the midst of his panic, Winston was too much taken aback to be able to hold his tongue. Julia lanzó una pequeña exclamación, un apagado grito de sorpresa. En medio de su pánico, a Winston le causó aquello una impresión tan fuerte que no pudo evitar estas palabras: 'You can turn it off!' he said. — ¿Puedes cerrarlo? George Orwell 1984 200 'Yes,' said O'Brien, 'we can turn it off. We have that privilege.' — Sí —dijo O'Brien —, podemos cerrarlos. Tenemos ese privilegio. He was opposite them now. His solid form towered over the pair of them, and the expression on his face was still indecipherable. He was waiting, somewhat sternly, for Winston to speak, but about what? Even now it was quite conceivable that he was simply a busy man wondering irritably why he had been interrupted. Nobody spoke. After the stopping of the telescreen the room seemed deadly silent. The seconds marched past, enormous. With difficulty Winston continued to keep his eyes fixed on O'Brien's. Then suddenly the grim face broke down into what might have been the beginnings of a smile. With his characteristic gesture O'Brien resettled his spectacles on his nose. Estaba sentado frente a ellos. Su maciza figura los dominaba y la expresión de su cara continuaba indescifrable. Esperaba a que Winston hablase; pero ¿sobre qué? Incluso ahora podía concebirse perfectamente que no fuese más que un hombre ocupado preguntándose con irritación por qué lo habían interrumpido. Nadie hablaba. Después de cerrar la telepantalla, la habitación parecía mortalmente silenciosa. Los segundos transcurrían enormes. Winston dificultosamente conseguía mantener su mirada fija en los ojos de O'Brien. Luego, de pronto, el sombrío rostro se iluminó con el inicio de una sonrisa. Con su gesto característico, O'Brien se aseguró las gafas sobre la nariz. 'Shall I say it, or will you?' he said. — ¿Lo digo yo o lo dices tú? —preguntó O'Brien. 'I will say it,' said Winston promptly. 'That thing is — Lo diré yo — respondió Winston al instante —. really turned off?' ¿Está eso completamente cerrado? 'Yes, everything is turned off. We are alone.' — Sí —, no funciona ningún aparato en esta habitación. Estamos solos. 'We have come here because—' — Pues vinimos aquí porque... He paused, realizing for the first time the vagueness of his own motives. Since he did not in fact know what kind of help he expected from O'Brien, it was not easy to say why he had come here. He went on, conscious that what he was saying must sound both feeble and pretentious: Se interrumpió dándose cuenta por primera vez de la vaguedad de sus propósitos. No sabía exactamente qué clase de ayuda esperaba de O'Brien. Prosiguió, consciente de que sus palabras sonaban vacilantes y presuntuosas: 'We believe that there is some kind of conspiracy, some kind of secret organization working against the Party, and that you are involved in it. We want to join it and work for it. We are enemies of the Party. We disbelieve in the principles of Ingsoc. We are thought-criminals. We are also adulterers. I tell you this because we want to put ourselves at your mercy. If you want us to incriminate Creemos que existe un movimiento clandestino, una especie de organización secreta que actúa contra el Partido y que tú estás metido en esto. Queremos formar parte de esta organización y trabajar en lo que podamos. Somos enemigos del Partido. No creemos en los principios de Ingsoc. Somos criminales del pensamiento. Además, somos adúlteros. Te digo todo esto porque deseamos George Orwell 1984 201 ourselves in any other way, we are ready.' ponernos a tu merced. Si quieres que nos acusemos de cualquier otra cosa, estamos dispuestos a hacerlo. He stopped and glanced over his shoulder, with the feeling that the door had opened. Sure enough, the little yellow-faced servant had come in without knocking. Winston saw that he was carrying a tray with a decanter and glasses. Winston dejó de hablar al darse cuenta de que la puerta se había abierto. Miró por encima de su hombro. Era el criado de cara amarillenta, que había entrado sin llamar. Traía una bandeja con una botella y vasos. 'Martin is one of us,' said O'Brien impassively. 'Bring the drinks over here, Martin. Put them on the round table. Have we enough chairs? Then we may as well sit down and talk in comfort. Bring a chair for yourself, Martin. This is business. You can stop being a servant for the next ten minutes.' — Martín es uno de los nuestros —dijo O'Brien impasible. Pon aquí las bebidas, Martín. Sí, en la mesa redonda. ¿Tenemos bastantes sillas? Sentémonos para hablar cómodamente. Siéntate tú también, Martín. Ahora puedes dejar de ser criado durante diez minutos. The little man sat down, quite at his ease, and yet still with a servant-like air, the air of a valet enjoying a privilege. Winston regarded him out of the corner of his eye. It struck him that the man's whole life was playing a part, and that he felt it to be dangerous to drop his assumed personality even for a moment. O'Brien took the decanter by the neck and filled up the glasses with a dark-red liquid. It aroused in Winston dim memories of something seen long ago on a wall or a hoarding— a vast bottle composed of electric lights which seemed to move up and down and pour its contents into a glass. Seen from the top the stuff looked almost black, but in the decanter it gleamed like a ruby. It had a sour-sweet smell. He saw Julia pick up her glass and sniff at it with frank curiosity. El hombrecillo se sentó a sus anchas, pero sin abandonar el aire servil. Parecía un lacayo al que le han concedido el privilegio de sentarse con sus amos. Winston lo miraba con el rabillo del ojo. Le admiraba que aquel hombre se pasara la vida representando un papel y que le pareciera peligroso prescindir de su fingida personalidad aunque fuera por unos momentos. O'Brien tomó la botella por el cuello y llenó los vasos de un líquido rojo oscuro. A Winston le recordó algo que desde hacía muchos años no bebía, un anuncio luminoso que representaba una botella que se movía sola y llenaba un vaso incontables veces. Visto desde arriba, el líquido parecía casi negro, pero la botella, de buen cristal, tenía un color rubí. Su sabor era agridulce. Vio que Julia cogía su vaso y lo olía con gran curiosidad. 'It is called wine,' said O'Brien with a faint smile. 'You will have read about it in books, no doubt. Not much of it gets to the Outer Party, I am afraid.' His face grew solemn again, and he raised his glass: 'I think it is fitting that we should begin by drinking a health. To our Leader: To Emmanuel Goldstein.' — Se llama vino —dijo O'Brien con una débil sonrisa —. Seguramente, ustedes lo habrán oído citar en los libros. Creo que a los miembros del Partido Exterior no les llega. — Su cara volvió a ensombrecerse y levantó el vaso —. Creo que debemos empezar brindando por nuestro jefe: por Emmanuel Goldstein. Winston took up his glass with a certain eagerness. Wine was a thing he had read and dreamed about. Like the glass paperweight or Mr Charrington's Winston cogió su vaso titubeando. Había leído referencias del vino y había soñado con él. Como el pisapapeles de cristal o las canciones del señor George Orwell 1984 202 half-remembered rhymes, it belonged to the vanished, romantic past, the olden time as he liked to call it in his secret thoughts. For some reason he had always thought of wine as having an intensely sweet taste, like that of blackberry jam and an immediate intoxicating effect. Actually, when he came to swallow it, the stuff was distinctly disappointing. The truth was that after years of gin-drinking he could barely taste it. He set down the empty glass. Charrington, pertenecía al romántico y desaparecido pasado, la época en que él se recreaba en sus secretas meditaciones. No sabía por qué, siempre había creído que el vino tenía un sabor intensamente dulce, como de mermelada y un efecto intoxicante inmediato. Pero al beberlo ahora por primera vez, le decepcionó. La verdad era que después de tantos años de beber ginebra aquello le parecía insípido. Volvió a dejar el vaso vacío sobre la mesa. 'Then there is such a person as Goldstein?' he said. — Entonces, ¿existe de verdad ese Goldstein? — preguntó. 'Yes, there is such a person, and he is alive. Where, I do not know.' — Sí, esa persona no es ninguna fantasía, y vive. Dónde, no lo sé. 'And the conspiracy—the organization? Is it real? — Y la conspiración..., la organización, ¿es It is not simply an invention of the Thought auténtica?, ¿no es sólo un invento de la Policía del Police?' Pensamiento? 'No, it is real. The Brotherhood, we call it. You will never learn much more about the Brotherhood than that it exists and that you belong to it. I will come back to that presently.' He looked at his wrist-watch. 'It is unwise even for members of the Inner Party to turn off the telescreen for more than half an hour. You ought not to have come here together, and you will have to leave separately. You, comrade'—he bowed his head to Julia—'will leave first. We have about twenty minutes at our disposal. You will understand that I must start by asking you certain questions. In general terms, what are you prepared to do?' — No, es una realidad. La llamamos la Hermandad. Nunca se sabe de la Hermandad, sino que existe y que uno pertenece a ella. En seguida volveré a hablarte de eso. — Miró el reloj de pulsera —. Ni siquiera los miembros del Partido Interior deben mantener cerrada la telepantalla más de media hora. No debíais haber venido aquí juntos; tendréis que marcharos por separado. Tú, camarada — le dijo a Julia —, te marcharás primero. Disponemos de unos veinte minutos. Comprenderéis que debo empezar por haceros algunas preguntas. En términos generales, ¿qué estáis dispuestos a hacer? 'Anything that we are capable of,' said Winston. — Todo aquello de que seamos capaces —dijo Winston. O'Brien had turned himself a little in his chair so that he was facing Winston. He almost ignored Julia, seeming to take it for granted that Winston could speak for her. For a moment the lids flitted down over his eyes. He began asking his questions in a low, expressionless voice, as though this were a routine, a sort of catechism, most of whose O'Brien había ladeado un poco su silla hacia Winston de manera que casi le volvía la espalda a Julia, dando por cierto que, Winston podía hablar a la vez por sí y por ella. Empezó pestañeando un momento y luego inició sus preguntas con voz baja e inexpresivo, como si se tratara de una rutina, una especie de catecismo, la mayoría de cuyas George Orwell 1984 203 answers were known to him already. respuestas le fueran ya conocidas. 'You are prepared to give your lives?' — ¿Estáis dispuestos a dar vuestras vidas? 'Yes.' — Sí. 'You are prepared to commit murder?' — ¿Estáis dispuestos a cometer asesinatos? 'Yes.' — Sí. 'To commit acts of sabotage which may cause the death of hundreds of innocent people?' — ¿A cometer actos de sabotaje que pueden causar la muerte de centenares de personas inocentes? 'Yes.' — Sí. 'To betray your country to foreign powers?' — ¿Vender a vuestro país a las potencias extranjeras? 'Yes.' — Sí. 'You are prepared to cheat, to forge, to blackmail, to corrupt the minds of children, to distribute habit-forming drugs, to encourage prostitution, to disseminate venereal diseases—to do anything which is likely to cause demoralization and weaken the power of the Party?' — ¿Estáis dispuestos a hacer trampas, a falsificar, a hacer chantaje, a corromper a los niños, a distribuir drogas, a fomentar la prostitución, a extender enfermedades venéreas... a hacer todo lo que pueda causar desmoralización y debilitar el poder del Partido? 'Yes.' — Sí. 'If, for example, it would somehow serve our — Si, por ejemplo, sirviera de algún modo a interests to throw sulphuric acid in a child's face— nuestros intereses arrojar ácido sulfúrico a la cara de un niño, ¿estaríais dispuestos a hacerlo? are you prepared to do that?' 'Yes.' — Sí. 'You are prepared to lose your identity and live out — ¿Estáis dispuestos a perder vuestra identidad y a the rest of your life as a waiter or a dock-worker?' vivir el resto de vuestras vidas como camareros, cargadores de puerto, etc.? George Orwell 1984 204 'Yes.' — Sí 'You are prepared to commit suicide, if and when we order you to do so?' — ¿Estáis dispuestos a suicidaros si os lo ordenamos y en el momento en que lo ordenásemos? 'Yes.' — Sí. 'You are prepared, the two of you, to separate and never see one another again?' — ¿Estáis dispuestos, los dos, a separaros y no volveros a ver nunca? 'No!' broke in Julia. — No — interrumpió Julia. It appeared to Winston that a long time passed before he answered. For a moment he seemed even to have been deprived of the power of speech. His tongue worked soundlessly, forming the opening syllables first of one word, then of the other, over and over again. Until he had said it, he did not know which word he was going to say. 'No,' he said finally. A Winston le pareció que había pasado muchísimo tiempo antes de contestar. Durante algunos momentos creyó haber perdido el habla. Se le movía la lengua sin emitir sonidos, formando las primeras sílabas de una palabra y luego de otra. Hasta que lo dijo, no sabía qué palabra iba a decir: — No —dijo por fin. 'You did well to tell me,' said O'Brien. 'It is necessary for us to know everything.' — Hacéis bien en decírmelo — repuso O'Brien —. Es necesario que lo conozcamos todo. He turned himself toward Julia and added in a voice with somewhat more expression in it: Se volvió hacia Julia y añadió con una voz algo más animada: 'Do you understand that even if he survives, it may be as a different person? We may be obliged to give him a new identity. His face, his movements, the shape of his hands, the colour of his hair— even his voice would be different. And you yourself might have become a different person. Our surgeons can alter people beyond recognition. Sometimes it is necessary. Sometimes we even amputate a limb.' — ¿Te das cuenta de que, aunque él sobreviviera, sería una persona diferente? Podríamos vernos obligados a darle una nueva identidad. Le cambiaríamos la cara, los movimientos, la forma de sus manos, el color del pelo... hasta la voz, y tú también podrías convertirte en una persona distinta. Nuestros cirujanos transforman a las personas de manera que es imposible reconocerlas. A veces, es necesario. En ciertos casos, amputamos algún miembro. Winston could not help snatching another sidelong Winston no pudo evitar otra mirada de soslayo a la George Orwell 1984 205 glance at Martin's Mongolian face. There were no scars that he could see. Julia had turned a shade paler, so that her freckles were showing, but she faced O'Brien boldly. She murmured something that seemed to be assent. cara mongólica de Martín. No se le notaban cicatrices. Julia estaba algo más pálida y le resaltaban las pecas, pero miró a O'Brien con valentía. Murmuró algo que parecía conformidad. 'Good. Then that is settled.' — Bueno. Entonces ya está todo arreglado —dijo O'Brien. There was a silver box of cigarettes on the table. With a rather absent-minded air O'Brien pushed them towards the others, took one himself, then stood up and began to pace slowly to and fro, as though he could think better standing. They were very good cigarettes, very thick and well-packed, with an unfamiliar silkiness in the paper. O'Brien looked at his wrist-watch again. Sobre la mesa había una caja de plata con cigarrillos. Con aire distraído, O'Brien la fue acercando a los otros. Tomó él un cigarrillo, se levantó y empezó a pasear por la habitación como si de este modo pudiera pensar mejor. Eran cigarrillos muy buenos; no se les caía el tabaco y el papel era sedoso. O'Brien volvió a mirar su reloj de pulsera. 'You had better go back to your Pantry, Martin,' he said. 'I shall switch on in a quarter of an hour. Take a good look at these comrades' faces before you go. You will be seeing them again. I may not.' — Vuelve a tu servicio, Martín —dijo —. Volveré a poner en marcha la telepantalla dentro de un cuarto de hora. Fíjate bien en las caras de estos camaradas antes de salir. Es posible que los vuelvas a ver. Yo quizá no. Exactly as they had done at the front door, the little man's dark eyes flickered over their faces. There was not a trace of friendliness in his manner. He was memorizing their appearance, but he felt no interest in them, or appeared to feel none. It occurred to Winston that a synthetic face was perhaps incapable of changing its expression. Without speaking or giving any kind of salutation, Martin went out, closing the door silently behind him. O'Brien was strolling up and down, one hand in the pocket of his black overalls, the other holding his cigarette. Exactamente como habían hecho al entrar, los ojos oscuros del hombrecillo recorrieron rápidos los rostros de Julia y Winston. No había en su actitud la menor afabilidad. Estaba registrando unas facciones, grabándoselas, pero no sentía el menor interés por ellos o parecía no sentirlo. Se le ocurrió a Winston que quizás un rostro transformado no fuera capaz de variar de expresión. Sin hablar ni una palabra ni hacer el menor gesto de despedida, salió Martín, cerrando silenciosamente la puerta tras él. O'Brien seguía paseando por la estancia con una mano en el bolsillo de su «mono» negro y en la otra el cigarrillo. 'You understand,' he said, 'that you will be fighting in the dark. You will always be in the dark. You will receive orders and you will obey them, without knowing why. Later I shall send you a book from which you will learn the true nature of the society we live in, and the strategy by which we shall destroy it. When you have read the book, you will be full members of the Brotherhood. But — Ya comprenderéis —dijo — que tendréis que luchar a oscuras. Siempre a oscuras. Recibiréis órdenes y las obedeceréis sin saber por qué. Más adelante os mandaré un libro que os aclarará la verdadera naturaleza de la sociedad en que vivimos y la estrategia que hemos de emplear para destruirla. Cuando hayáis leído el libro, seréis plenamente miembros de la Hermandad. Pero entre George Orwell 1984 206 between the general aims that we are fighting for and the immediate tasks of the moment, you will never know anything. I tell you that the Brotherhood exists, but I cannot tell you whether it numbers a hundred members, or ten million. From your personal knowledge you will never be able to say that it numbers even as many as a dozen. You will have three or four contacts, who will be renewed from time to time as they disappear. As this was your first contact, it will be preserved. When you receive orders, they will come from me. If we find it necessary to communicate with you, it will be through Martin. When you are finally caught, you will confess. That is unavoidable. But you will have very little to confess, other than your own actions. You will not be able to betray more than a handful of unimportant people. Probably you will not even betray me. By that time I may be dead, or I shall have become a different person, with a different face.' los fines generales por los que luchamos y las tareas inmediatas de cada momento habrá un vacío para vosotros sobre el que nada sabréis. Os digo que la Hermandad existe, pero no puedo deciros si la constituyen un centenar de miembros o diez millones. Por vosotros mismos no llegaréis a saber nunca si hay una docena de afiliados. Tendréis sólo tres o cuatro personas en contacto con vosotros que se renovarán de vez en cuando a medida que vayan desapareciendo. Como yo he sido el primero en entrar en contacto con vosotros, seguiremos manteniendo la comunicación. Cuando recibáis órdenes, procederán de mí. Si creemos necesario comunicaras algo, lo haremos por medio de Martín. Cuando, finalmente, os cojan, confesaréis. Esto es inevitable. Pero tendréis muy poco que confesar aparte de vuestra propia actuación. No podéis traicionar más que a unas cuantas personas sin importancia. Quizá ni siquiera os sea posible delatarme. Por entonces, quizá yo haya muerto o seré ya una persona diferente con una cara distinta. He continued to move to and fro over the soft carpet. In spite of the bulkiness of his body there was a remarkable grace in his movements. It came out even in the gesture with which he thrust a hand into his pocket, or manipulated a cigarette. More even than of strength, he gave an impression of confidence and of an understanding tinged by irony. However much in earnest he might be, he had nothing of the single-mindedness that belongs to a fanatic. When he spoke of murder, suicide, venereal disease, amputated limbs, and altered faces, it was with a faint air of persiflage. 'This is unavoidable,' his voice seemed to say; 'this is what we have got to do, unflinchingly. But this is not what we shall be doing when life is worth living again.' A wave of admiration, almost of worship, flowed out from Winston towards O'Brien. For the moment he had forgotten the shadowy figure of Goldstein. When you looked at O'Brien's powerful shoulders and his blunt-featured face, so ugly and yet so civilized, it was impossible to believe that he could be defeated. There was no stratagem that he was not equal to, no danger that he could not foresee. Even Julia seemed to be impressed. She had let her cigarette go out and was listening intently. O'Brien went on: Siguió paseando sobre la suave alfombra. A pesar de su corpulencia, tenía una notable gracia de movimientos. Gracia que aparecía incluso en el gesto de meterse la mano en el bolsillo o de manejar el cigarrillo. Más que de fuerza daba una impresión de confianza y de comprensión irónica. Aunque hablara en serio, nada tenía de la rigidez del fanático. Cuando hablaba de asesinatos, suicidio, enfermedades venéreas, miembros amputados o caras cambiadas, lo hacía en tono de broma. «Esto es inevitable» — parecía decir su voz —; «esto es lo que hemos de hacer queramos o no. Pero ya no tendremos que hacerlo cuando la vida vuelva a ser digna de ser vivida.» Una oleada de admiración, casi de adoración, iba de Winston a O'Brien. Casi había olvidado la sombría figura de Goldstein. Contemplando las vigorosas espaldas de O'Brien y su rostro enérgicamente tallado, tan feo y a la vez tan civilizado, era imposible creer — en la derrota, en que él fuera vencido. No se concebía una estratagema, un peligro a que él no pudiera hacer frente. Hasta Julia parecía impresionada. Había dejado quemarse solo su cigarrillo y escuchaba con intensa atención. O'Brien prosiguió: George Orwell 1984 207 'You will have heard rumours of the existence of the Brotherhood. No doubt you have formed your own picture of it. You have imagined, probably, a huge underworld of conspirators, meeting secretly in cellars, scribbling messages on walls, recognizing one another by codewords or by special movements of the hand. Nothing of the kind exists. The members of the Brotherhood have no way of recognizing one another, and it is impossible for any one member to be aware of the identity of more than a few others. Goldstein himself, if he fell into the hands of the Thought Police, could not give them a complete list of members, or any information that would lead them to a complete list. No such list exists. The Brotherhood cannot be wiped out because it is not an organization in the ordinary sense. Nothing holds it together except an idea which is indestructible. You will never have anything to sustain you, except the idea. You will get no comradeship and no encouragement. When finally you are caught, you will get no help. We never help our members. At most, when it is absolutely necessary that someone should be silenced, we are occasionally able to smuggle a razor blade into a prisoner's cell. You will have to get used to living without results and without hope. You will work for a while, you will be caught, you will confess, and then you will die. Those are the only results that you will ever see. There is no possibility that any perceptible change will happen within our own lifetime. We are the dead. Our only true life is in the future. We shall take part in it as handfuls of dust and splinters of bone. But how far away that future may be, there is no knowing. It might be a thousand years. At present nothing is possible except to extend the area of sanity little by little. We cannot act collectively. We can only spread our knowledge outwards from individual to individual, generation after generation. In the face of the Thought Policethere is no other way.' — Habréis oído rumores sobre la existencia de la Hermandad. Supongo que la habréis imaginado a vuestra manera. Seguramente creeréis que se trata de un mundo subterráneo de conspiradores que se reúnen en sótanos, que escriben mensajes sobre los muros y se reconocen unos a otros por señales secretas, palabras misteriosas o movimientos especiales de las manos. Nada de eso. Los miembros de la Hermandad no tienen modo alguno de reconocerse entre ellos y es imposible que ninguno de los miembros llegue a individualizar sino a muy contados de sus afiliados. El propio Goldstein, si cayera en manos de la Policía del Pensamiento, no podría dar una lista completa de los afiliados ni información alguna que les sirviera para hacer el servicio. En realidad, no hay tal lista. La Hermandad no puede ser barrida porque no es una organización en el sentido corriente de la palabra. Nada mantiene su cohesión a no ser la idea de que es indestructible. No tendréis nada en que apoyaros aparte de esa idea. No encontraréis camaradería ni estímulo. Cuando finalmente seáis detenidos por la Policía, nadie os ayudará. Nunca ayudamos a nuestros afiliados. Todo lo más, cuando es absolutamente necesario que alguien calle, introducimos clandestinamente una hoja de afeitar en la celda del compañero detenido. Es la única ayuda que a veces prestamos. Debéis acostumbraras a la idea de vivir sin esperanza. Trabajaréis algún tiempo, os detendrán, confesaréis y luego os matarán. Esos serán los únicos resultados que podréis ver. No hay posibilidad de que se produzca ningún cambio perceptible durante vuestras vidas. Nosotros somos los muertos. Nuestra única vida verdadera está en el futuro. Tomaremos parte en él como puñados de polvo y astillas de hueso. Pero no se sabe si este futuro está más o menos lejos. Quizá tarde mil años. Por ahora lo único posible es ir extendiendo el área de la cordura poco a poco. No podemos actuar colectivamente. Sólo podemos difundir nuestro conocimiento de individuo en individuo, de generación en generación. Ante la Policía del Pensamiento no hay otro medio. He halted and looked for the third time at his wrist-watch. Se detuvo y miró por tercera vez su reloj. 'It is almost time for you to leave, comrade,' he — Ya es casi la hora de que te vayas, camarada — George Orwell said to Julia. 'Wait. The decanter is still half full.' 1984 208 le dijo a Julia —. Espera. La botella está todavía por la mitad. He filled the glasses and raised his own glass by Llenó los vasos y levantó el suyo. the stem. 'What shall it be this time?' he said, still with the same faint suggestion of irony. 'To the confusion of the Thought Police? To the death of Big Brother? To humanity? To the future?' — ¿Por qué brindaremos esta vez? —dijo, sin perder su tono irónico —. ¿Por el despiste de la Policía del Pensamiento? ¿Por la muerte del Gran Hermano? ¿Por la humanidad? ¿Por el futuro? 'To the past,' said Winston. — Por el pasado —dijo Winston. 'The past is more important,' agreed O'Brien gravely. — Sí, el pasado es más importante — concedió O'Brien seriamente. They emptied their glasses, and a moment later Julia stood up to go. O'Brien took a small box from the top of a cabinet and handed her a flat white tablet which he told her to place on her tongue. It was important, he said, not to go out smelling of wine: the lift attendants were very observant. As soon as the door had shut behind her he appeared to forget her existence. He took another pace or two up and down, then stopped. Vaciaron los vasos y un momento después se levantó Julia para marcharse. O'Brien cogió una cajita que estaba sobre un pequeño armario y le dió a la joven una tableta delgada y blanca para que se la colocara en la lengua. Era muy importante no salir oliendo a vino; los encargados del ascensor eran muy observadores. En cuanto Julia cerró la puerta, O'Brien pareció olvidarse de su existencia. Dio unos cuantos pasos más y se paró. 'There are details to be settled,' he said. 'I assume — Hay que arreglar todavía unos cuantos detalles that you have a hiding-place of some kind?' —dijo —. Supongo que tendrás algún escondite. Winston explained about the room over Mr Winston le explicó lo de la habitación sobre la Charrington's shop. tienda del señor Charrington. 'That will do for the moment. Later we will arrange something else for you. It is important to change one's hiding-place frequently. Meanwhile I shall send you a copy of THE BOOK'—even O'Brien, Winston noticed, seemed to pronounce the words as though they were in italics— 'Goldstein's book, you understand, as soon as possible. It may be some days before I can get hold of one. There are not many in existence, as you can imagine. The Thought Police hunt them down and destroy them almost as fast as we can produce — Por ahora, basta con eso. Más tarde te buscaremos otra cosa. Hay que cambiar de escondite con frecuencia. Mientras tanto, te enviaré una copia del libro. — Winston observó que hasta O'Brien parecía pronunciar esa palabra en cursiva —. Ya supondrás que me refiero al libro de Goldstein. Te lo mandaré lo más pronto posible. Quizá tarde algunos días en lograr el ejemplar. Comprenderás que circulan muy pocos. La Policía del Pensamiento los descubre y destruye casi con la misma rapidez que los imprimimos nosotros. Pero George Orwell 1984 209 them. It makes very little difference. The book is indestructible. If the last copy were gone, we could reproduce it almost word for word. Do you carry a brief-case to work with you?' he added. da lo mismo. Ese libro es indestructible. Si el último ejemplar desapareciera, podríamos reproducirlo de memoria. ¿Sueles llevar una cartera a la oficina? Añadió. 'As a rule, yes.' — Sí. Casi siempre. 'What is it like?' — ¿Cómo es? 'Black, very shabby. With two straps.' — Negra, muy usada. Con dos correas. 'Black, two straps, very shabby—good. One day in the fairly near future—I cannot give a date—one of the messages among your morning's work will contain a misprinted word, and you will have to ask for a repeat. On the following day you will go to work without your brief-case. At some time during the day, in the street, a man will touch you on the arm and say "I think you have dropped your brief-case." The one he gives you will contain a copy of Goldstein's book. You will return it within fourteen days.' — Negra, dos correas, muy usada... Bien. Algún día de éstos, no puedo darte una fecha exacta, uno de los mensajes que te lleguen en tu trabajo de la mañana contendrá una errata y tendrás que pedir que te lo repitan. Al día siguiente irás al trabajo sin la cartera. A cierta hora del día, en la calle, se te acercará un hombre y te tocará en el brazo, diciéndote: «Creo que se te ha caído esta cartera». La que te dé contendrá un ejemplar del libro de Goldstein. Tienes que devolverlo a los catorce días o antes por el mismo procedimiento. They were silent for a moment. Estuvieron callados un momento. 'There are a couple of minutes before you need go,' said O'Brien. 'We shall meet again—if we do meet again—' — Falta un par de minutos para que tengas que irte —dijo O'Brien —. Quizá volvamos a encontrarnos, aunque es muy poco probable, y entonces nos veremos en... Winston looked up at him. 'In the place where Winston lo miró fijamente. there is no darkness?' he said hesitantly. — ... En el sitio donde no hay oscuridad? —dijo vacilando. O'Brien nodded without appearance of surprise. 'In the place where there is no darkness,' he said, as though he had recognized the allusion. 'And in the meantime, is there anything that you wish to say before you leave? Any message? Any question?.' O'Brien asintió con la cabeza, sin dar señales de extrañeza: — En el sitio donde no hay oscuridad — repitió como si hubiera recogido la alusión —. Y mientras tanto, ¿hay algo que quieras decirme antes de salir de aquí ¿Alguna pregunta? Winston thought. There did not seem to be any Winston pensó unos instantes. No creía tener nada George Orwell further question that he wanted to ask: still less did he feel any impulse to utter high-sounding generalities. Instead of anything directly connected with O'Brien or the Brotherhood, there came into his mind a sort of composite picture of the dark bedroom where his mother had spent her last days, and the little room over Mr Charrington's shop, and the glass paperweight, and the steel engraving in its rosewood frame. Almost at random he said: 1984 210 más que preguntar. En vez de cosas relacionadas con O'Brien o la Hermandad, le — acudía a la mente una imagen superpuesta de la oscura habitación donde su madre había pasado los últimos días y el dormitorio en casa del señor Charrington, el pisapapeles de cristal y el grabado con su marco de palo rosa. Entonces dijo: 'Did you ever happen to hear an old rhyme that Oíste alguna vez una vieja canción que empieza: begins "Oranges and lemons, say the bells of St Naranjas y limones, dicen las campanas de San Clement's"?' Clemente. Again O'Brien nodded. With a sort of grave O'Brien, muy serio, continuó la canción: courtesy he completed the stanza: 'Oranges and lemons, say the bells of St Clement's, You owe me three farthings, say the bells of St Martin's, When will you pay me? say the bells of Old Bailey, When I grow rich, say the bells of Shoreditch.' Me debes tres peniques, dicen las campanas de San Martín. ¿Cuándo me pagarás?, dicen las campanas de Old Bailey. Cuando me haga rico, dicen las campanas de Shoreditch 'You knew the last line!' said Winston. — ¡¡Sabías el último verso!! —dijo Winston. 'Yes, I knew the last line. And now, I am afraid, it is time for you to go. But wait. You had better let me give you one of these tablets.' — Sí, lo sé, y ahora creo que es hora de que te vayas. Pero, espera, toma antes una de estas tabletas. As Winston stood up O'Brien held out a hand. His powerful grip crushed the bones of Winston's palm. At the door Winston looked back, but O'Brien seemed already to be in process of putting him out of mind. He was waiting with his hand on the switch that controlled the telescreen. Beyond him Winston could see the writing-table with its green-shaded lamp and the speakwrite and the wire baskets deep-laden with papers. The incident was closed. Within thirty seconds, it occurred to him, O'Brien would be back at his interrupted and important work on behalf of the Party. O'Brien, después de darle la tableta, le estrechó la mano con tanta fuerza que los huesos de Winston casi crujieron. Winston se volvió al llegar a la puerta, pero ya O'Brien empezaba a eliminarlo de sus pensamientos. Esperaba con la mano puesta en la llave que controlaba la telepantalla. Más allá veía Winston la mesa despacho con su lámpara de pantalla verde, el hablescribe y las bandejas de alambre cargadas de papeles. El incidente había terminado. Dentro de treinta segundos — pensó Winston — reanudaría O'Brien su interrumpido e importante trabajo al servicio del Partido. George Orwell 1984 211 Chapter 9 CAPÍTULO IX Winston was gelatinous with fatigue. Gelatinous was the right word. It had come into his head spontaneously. His body seemed to have not only the weakness of a jelly, but its translucency. He felt that if he held up his hand he would be able to see the light through it. All the blood and lymph had been drained out of him by an enormous debauch of work, leaving only a frail structure of nerves, bones, and skin. All sensations seemed to be magnified. His overalls fretted his shoulders, the pavement tickled his feet, even the opening and closing of a hand was an effort that made his joints creak. Winston se encontraba cansadísimo, tan cansado que le parecía estarse convirtiendo en gelatina. Pensó que su cuerpo no sólo tenía la flojedad de la gelatina, sino su transparencia. Era como si al levantar la mano fuera a ver la luz a través de ella. Trabajaba tanto que sólo le quedaba una frágil estructura de nervios, huesos y piel. Todas las sensaciones le parecían ampliadas. Su «mono» le estaba ancho, el suelo le hacía cosquillas en los pies y hasta el simple movimiento de abrir y cerrar la mano constituía para él un esfuerzo que le hacía sonar los huesos. He had worked more than ninety hours in five days. So had everyone else in the Ministry. Now it was all over, and he had literally nothing to do, no Party work of any description, until tomorrow morning. He could spend six hours in the hidingplace and another nine in his own bed. Slowly, in mild afternoon sunshine, he walked up a dingy street in the direction of Mr Charrington's shop, keeping one eye open for the patrols, but irrationally convinced that this afternoon there was no danger of anyone interfering with him. The heavy brief-case that he was carrying bumped against his knee at each step, sending a tingling sensation up and down the skin of his leg. Inside it was the book, which he had now had in his possession for six days and had not yet opened, nor even looked at. Había trabajado más de noventa horas en cinco días, lo mismo que todos los funcionarios del Ministerio. Ahora había terminado todo y nada tenía que hacer hasta el día siguiente por la mañana. Podía pasar seis horas en su refugio y otras nueve en su cama. Bajo el tibio sol de la tarde se dirigió despacio en dirección a la tienda del señor Charrington, sin perder de vista las patrullas, pero convencido, irracionalmente, de que aquella tarde no se cernía sobre él ningún peligro. La pesada cartera que llevaba le golpeaba la rodilla a cada paso. Dentro llevaba el libro, que tenía ya desde seis días antes pero que aún no había abierto. Ni siquiera lo había mirado. On the sixth day of Hate Week, after the processions, the speeches, the shouting, the singing, the banners, the posters, the films, the waxworks, the rolling of drums and squealing of trumpets, the tramp of marching feet, the grinding of the caterpillars of tanks, the roar of massed planes, the booming of guns—after six days of this, when the great orgasm was quivering to its climax and the general hatred of Eurasia had boiled up into such delirium that if the crowd could have got their hands on the 2,000 Eurasian war-criminals who were to be publicly hanged on the last day of the proceedings, they would En el sexto día de la Semana del Odio, después de los desfiles, discursos, gritos, cánticos, banderas, películas, figuras de cera, estruendo de trompetas y tambores, arrastrar de pies cansados, rechinar de tanques, zumbido de las escuadrillas aéreas, salvas de cañonazos..., después de seis días de todo esto, cuando el gran orgasmo político llegaba a su punto culminante y el odio general contra Eurasia era ya un delirio tan exacerbado que si la multitud hubiera podido apoderarse de los dos mil prisioneros de guerra eurasiáticos que habían sido ahorcados públicamente el último día de los festejos, los habría despedazado..., en ese momento George Orwell 1984 212 unquestionably have torn them to pieces—at just this moment it had been announced that Oceania was not after all at war with Eurasia. Oceania was at war with Eastasia. Eurasia was an ally. precisamente se había anunciado que Oceanía no estaba en guerra con Eurasia. Oceanía luchaba ahora contra Asia Oriental. Eurasia era aliada. There was, of course, no admission that any change had taken place. Merely it became known, with extreme suddenness and everywhere at once, that Eastasia and not Eurasia was the enemy. Winston was taking part in a demonstration in one of the central London squares at the moment when it happened. It was night, and the white faces and the scarlet banners were luridly floodlit. The square was packed with several thousand people, including a block of about a thousand schoolchildren in the uniform of the Spies. On a scarlet-draped platform an orator of the Inner Party, a small lean man with disproportionately long arms and a large bald skull over which a few lank locks straggled, was haranguing the crowd. A little Rumpelstiltskin figure, contorted with hatred, he gripped the neck of the microphone with one hand while the other, enormous at the end of a bony arm, clawed the air menacingly above his head. His voice, made metallic by the amplifiers, boomed forth an endless catalogue of atrocities, massacres, deportations, lootings, rapings, torture of prisoners, bombing of civilians, lying propaganda, unjust aggressions, broken treaties. It was almost impossible to listen to him without being first convinced and then maddened. At every few moments the fury of the crowd boiled over and the voice of the speaker was drowned by a wild beast-like roaring that rose uncontrollably from thousands of throats. The most savage yells of all came from the schoolchildren. The speech had been proceeding for perhaps twenty minutes when a messenger hurried on to the platform and a scrap of paper was slipped into the speaker's hand. He unrolled and read it without pausing in his speech. Nothing altered in his voice or manner, or in the content of what he was saying, but suddenly the names were different. Without words said, a wave of understanding rippled through the crowd. Oceania was at war with Eastasia! The next moment there was a tremendous commotion. The banners and posters with which the square was decorated were all wrong! Quite half of them had the wrong faces on them. It was sabotage! The agents of Goldstein had been at work! There was a Desde luego, no se reconoció que se hubiera producido ningún engaño. Sencillamente, se hizo saber del modo más repentino y en todas partes al mismo tiempo que el enemigo no era Eurasia, sino Asia Oriental. Winston tomaba parte en una manifestación que se celebraba en una de las plazas centrales de Londres en el momento del cambiazo. Era de noche y todo estaba cegadoramente iluminado con focos. En la plaza había varios millares de personas, incluyendo mil niños de las escuelas con el uniforme de los Espías. En una plataforma forrada de trapos rojos, un orador del Partido Interior, un hombre delgaducho y bajito con unos brazos desproporcionadamente largos y un cráneo grande y calvo con unos cuantos mechones sueltos atravesados sobre él, arengaba a la multitud. La pequeña figura, retorcida de odio, se agarraba al micrófono con una mano mientras que con la otra, enorme, al final de un brazo huesudo, daba zarpazos amenazadores por encima de su cabeza. Su voz, que los altavoces hacían metálica, soltaba una interminable sarta de atrocidades, matanzas en masa, deportaciones, saqueos, violaciones, torturas de prisioneros, bombardeos de poblaciones civiles, agresiones injustas, propaganda mentirosa y tratados incumplidos. Era casi imposible escucharle sin convencerse primero y luego volverse loco. A cada momento, la furia de la multitud hervía inconteniblemente y la voz del orador era ahogada por una salvaje y bestial gritería que brotaba incontrolablemente de millares de gargantas. Los chillidos más salvajes eran los de los niños de las escuelas. El discurso duraba ya unos veinte minutos cuando un mensajero subió apresuradamente a la plataforma y le entregó a aquel hombre un papelito. Él lo desenrolló y lo leyó sin dejar de hablar. Nada se alteró en su voz ni en su gesto, ni siquiera en el contenido de lo que decía. Pero, de pronto, los nombres eran diferentes. Sin necesidad de comunicárselo por palabras, una oleada de comprensión agitó a la multitud. ¡Oceanía estaba en guerra con Asia Oriental! Pero, inmediatamente, se produjo una tremenda conmoción. Las banderas, los carteles que decoraban la plaza estaban todos equivocados. Aquellos no eran los rostros del George Orwell 1984 213 riotous interlude while posters were ripped from the walls, banners torn to shreds and trampled underfoot. The Spies performed prodigies of activity in clambering over the rooftops and cutting the streamers that fluttered from the chimneys. But within two or three minutes it was all over. The orator, still gripping the neck of the microphone, his shoulders hunched forward, his free hand clawing at the air, had gone straight on with his speech. One minute more, and the feral roars of rage were again bursting from the crowd. The Hate continued exactly as before, except that the target had been changed. enemigo. ¡Sabotaje! ¡Los agentes de Goldstein eran los culpables! Hubo una fenomenal algarabía mientras todos se dedicaban a arrancar carteles y a romper banderas, pisoteando luego los trozos de papel y cartón roto. Los Espías realizaron prodigios de actividad subiéndose a los tejados para cortar las bandas de tela pintada que cruzaban la calle. Pero a los dos o tres minutos se había terminado todo. El orador, que no había soltado el micrófono, seguía vociferando y dando zarpazos al aire. Al minuto siguiente, la masa volvía a gritar su odio exactamente come antes. Sólo que el objetivo había cambiado. The thing that impressed Winston in looking back was that the speaker had switched from one line to the other actually in midsentence, not only without a pause, but without even breaking the syntax. But at the moment he had other things to preoccupy him. It was during the moment of disorder while the posters were being torn down that a man whose face he did not see had tapped him on the shoulder and said, 'Excuse me, I think you've dropped your brief-case.' He took the brief-case abstractedly, without speaking. He knew that it would be days before he had an opportunity to look inside it. The instant that the demonstration was over he went straight to the Ministry of Truth, though the time was now nearly twenty-three hours. The entire staff of the Ministry had done likewise. The orders already issuing from the telescreen, recalling them to their posts, were hardly necessary. Lo que más le impresionó a Winston fue que el orador dio el cambiazo exactamente a la mitad de una frase, no sólo sin detenerse, sino sin cambiar siquiera la construcción de la frase. Pero en aquellos momentos tenía Winston otras cosas de qué preocuparse. Fue entonces, en medio de la gran algarabía, cuando se le acercó un desconocido y, dándole un golpecito en un hombro, le dijo: «Perdone, creo que se le ha caído a usted esta cartera». Winston tomó la cartera sin hablar, como abstraído. Sabía que iban a pasar varios días sin que pudiera abrirla. En cuanto terminó la manifestación, se fue directamente al Ministerio de la Verdad, aunque eran va las veintitrés. Lo mismo hizo todo el personal del Ministerio. En verdad, las órdenes que repetían continuamente las telepantallas ordenándoles reintegrarse a sus puestos apenas eran necesarias. Todos sabían lo que les tocaba hacer en tales casos. Oceania was at war with Eastasia: Oceania had always been at war with Eastasia. A large part of the political literature of five years was now completely obsolete. Reports and records of all kinds, newspapers, books, pamphlets, films, sound-tracks, photographs—all had to be rectified at lightning speed. Although no directive was ever issued, it was known that the chiefs of the Department intended that within one week no reference to the war with Eurasia, or the alliance with Eastasia, should remain in existence anywhere. The work was overwhelming, all the more so because the processes that it involved could not be called by their true names. Everyone in the Records Department worked eighteen hours Oceanía estaba en guerra con Asia Oriental; Oceanía había estado siempre en guerra con Asia Oriental. Una gran parte de la literatura política de aquellos cinco años quedaba anticuada, absolutamente inservible. Documentos e informes de todas clases, periódicos, libros, folletos de propaganda, películas, bandas sonoras, fotografías... todo ello tenía que ser rectificado a la velocidad del rayo. Aunque nunca se daban órdenes en estos casos, se sabía que los jefes de departamento deseaban que dentro de una semana no quedara en toda Oceanía ni una sola referencia a la guerra con Eurasia ni a la afianza con Asia Oriental. El trabajo que esto suponía era aplastante. Sobre todo porque las operaciones necesarias para George Orwell 1984 214 in the twenty-four, with two three-hour snatches of sleep. Mattresses were brought up from the cellars and pitched all over the corridors: meals consisted of sandwiches and Victory Coffee wheeled round on trolleys by attendants from the canteen. Each time that Winston broke off for one of his spells of sleep he tried to leave his desk clear of work, and each time that he crawled back sticky-eyed and aching, it was to find that another shower of paper cylinders had covered the desk like a snowdrift, half-burying the speakwrite and overflowing on to the floor, so that the first job was always to stack them into a neat enough pile to give him room to work. What was worst of all was that the work was by no means purely mechanical. Often it was enough merely to substitute one name for another, but any detailed report of events demanded care and imagination. Even the geographical knowledge that one needed in transferring the war from one part of the world to another was considerable. realizarlo no se llamaban por sus nombres verdaderos. En el Departamento de Registro todos trabajaban dieciocho horas de las veinticuatro con dos turnos de tres horas cada uno para dormir. Bajaron colchones y los pusieron por los pasillos. Las comidas se componían de sandwiches y café de la Victoria traído en carritos por los camareros de la cantina —. Cada vez que Winston interrumpía el trabajo para uno de sus dos descansos diarios, procuraba dejarlo todo terminado y que en su mesa no quedaran papeles. Pero cuando volvía al cabo de tres horas, con el cuerpo dolorido y los ojos hinchados, se encontraba con que otra lluvia de cilindros de papel le había cubierto la mesa como una nevada, casi enterrando el hablescribe y esparciéndose por el suelo, de modo que su primer trabajo consistía en ordenar todo aquello para tener sitio donde moverse. Lo peor de todo era que no se trataba de un trabajo mecánico. A veces bastaba con sustituir un nombre por otro, pero los informes detallados de acontecimientos exigían mucho cuidado e imaginación. Incluso los conocimientos geográficos necesarios para trasladar la guerra de una parte del mundo a otra eran considerables. By the third day his eyes ached unbearably and his spectacles needed wiping every few minutes. It was like struggling with some crushing physical task, something which one had the right to refuse and which one was nevertheless neurotically anxious to accomplish. In so far as he had time to remember it, he was not troubled by the fact that every word he murmured into the speakwrite, every stroke of his ink-pencil, was a deliberate lie. He was as anxious as anyone else in the Department that the forgery should be perfect. On the morning of the sixth day the dribble of cylinders slowed down. For as much as half an hour nothing came out of the tube; then one more cylinder, then nothing. Everywhere at about the same time the work was easing off. A deep and as it were secret sigh went through the Department. A mighty deed, which could never be mentioned, had been achieved. It was now impossible for any human being to prove by documentary evidence that the war with Eurasia had ever happened. At twelve hundred it was unexpectedly announced that all workers in the Ministry were free till tomorrow morning. Winston, still carrying the brief-case containing the book, which had Al tercer día le dolían los ojos insoportablemente y tenía que limpiarse las gafas cada cinco minutos. Era como luchar contra alguna tarea física aplastante, algo que uno tenía derecho a negarse a realizar y que sin embargo se hacía por una impaciencia neurótica de verlo terminado. Es curioso que no le preocupara el hecho de que todas las palabras que iba murmurando en el hablescribe, así como cada línea escrita con su lápiz — pluma, era una mentira deliberada. Lo único que le angustiaba era el temor de que la falsificación no fuera perfecta, y esto mismo les ocurría a todos sus compañeros. En la mañana del sexto día el aluvión de cilindros de papel fue disminuyendo. Pasó media hora sin que saliera ninguno por el tubo; luego salió otro rollo y después nada absolutamente. Por todas partes ocurría igual. Un hondo y secreto suspiro recorrió el Ministerio. Se acababa de realizar una hazaña que nadie podría mencionar nunca. Era imposible ya que ningún ser humano pudiera probar documentalmente que la guerra con Eurasia había sucedido. Inesperadamente, se anunció que todos los trabajadores del Ministerio estaban libres hasta el día siguiente por la mañana. Era mediodía. 1984 George Orwell 215 remained between his feet while he worked and under his body while he slept, went home, shaved himself, and almost fell asleep in his bath, although the water was barely more than tepid. Winston, que llevaba todavía la cartera con el libro, la cual había permanecido entre sus pies — mientras trabajaba — y debajo de su cuerpo mientras dormía. Se fue a casa, se afeitó y casi se quedó dormido en el baño, aunque el agua estaba casi fría. With a sort of voluptuous creaking in his joints he climbed the stair above Mr Charrington's shop. He was tired, but not sleepy any longer. He opened the window, lit the dirty little oilstove and put on a pan of water for coffee. Julia would arrive presently: meanwhile there was the book. He sat down in the sluttish armchair and undid the straps of the briefcase. Luego, con una sensación voluptuosa, subió las escaleras de la tienda del señor Charrington. Por supuesto, estaba cansadísimo, pero se la había pasado el sueño. Abrió la ventana, encendió la pequeña y sucia estufa y puso a calentar un cazo con agua. Julia llegaría en seguida. Mientras la esperaba, tenía el libro. Sentóse en la desvencijada butaca y desprendió las correas de la cartera. A heavy black volume, amateurishly bound, with no name or title on the cover. The print also looked slightly irregular. The pages were worn at the edges, and fell apart, easily, as though the book had passed through many hands. The inscription on the title-page ran: Era un pesado volumen negro, encuadernado por algún aficionado y en cuya cubierta no había nombre ni título alguno. La impresión también era algo irregular. Las páginas estaban muy gastadas por los bordes y el libro se abría con mucha facilidad, como si hubiera pasado por muchas manos. La inscripción de la portada decía: THE THEORY AND PRACTICE OLIGARCHICAL COLLECTIVISM OF by Emmanuel Goldstein TEORÍA Y PRÁCTICA DEL COLECTIVISMO OLIGARQUICO por EMMANUEL GOLDSTEIN Winston began reading: Winston empezó a leer: Chapter I CAPÍTULO PRIMERO Ignorance is Strength La ignorancia es la fuerza Throughout recorded time, and probably since the end of the Neolithic Age, there have been three kinds of people in the world, the High, the Middle, and the Low. They have been subdivided in many ways, they have borne countless different names, and their relative numbers, as well as their attitude towards one another, have varied from age to age: but the essential structure of society has never altered. Even after enormous upheavals and seemingly irrevocable changes, the same pattern »Durante todo el tiempo de que se tiene noticia — probablemente desde fines del periodo neolítico — ha habido en el mundo tres clases de personas: los Altos, los Medianos y los Bajos. Se han subdividido de muchos modos, han llevado muy diversos nombres y su número relativo, así como la actitud que han guardado unos hacia otros, ha variado de época en época; pero la estructura esencial de la sociedad nunca ha cambiado. Incluso después de enormes conmociones y de cambios que 1984 George Orwell 216 has always reasserted itself, just as a gyroscope will always return to equilibrium, however far it is pushed one way or the other. parecían irrevocables, la misma estructura ha vuelto a imponerse, igual que un giroscopio vuelve siempre a la posición de equilibrio por mucho que lo empujemos en un sentido o en otro. The aims of irreconcilable... entirely »Los objetivos de estos tres grupos son por completo inconciliables. Winston stopped reading, chiefly in order to appreciate the fact that he was reading, in comfort and safety. He was alone: no telescreen, no ear at the keyhole, no nervous impulse to glance over his shoulder or cover the page with his hand. The sweet summer air played against his cheek. From somewhere far away there floated the faint shouts of children: in the room itself there was no sound except the insect voice of the clock. He settled deeper into the arm-chair and put his feet up on the fender. It was bliss, it was eternity. Suddenly, as one sometimes does with a book of which one knows that one will ultimately read and re-read every word, he opened it at a different place and found himself at Chapter III. He went on reading: Winston interrumpid la lectura, sobre todo para poder disfrutar bien del hecho asombroso de hallarse leyendo tranquilo y seguro. Estaba solo, sin telepantalla, sin nadie que escuchara por la cerradura, sin sentir el impulso nervioso de mirar por encima del hombro o de cubrir la página con la mano. Un airecillo suave le acariciaba la mejilla. De lejos venían los gritos de los niños que jugaban. En la habitación misma no había más sonido que el débil tic—tac del reloj, un ruido como de insecto. Se arrellanó más cómodamente en la butaca y puso los pies en los hierros de la chimenea. Aquello era una bendición, era la eternidad. De pronto, como suele hacerse cuando sabemos que un libro será leído y releído por nosotros, sintió el deseo de «calarlo» primero. Así, lo abrió por un sitio distinto y se encontró en el capítulo tercero. Siguió leyendo: Chapter III «CAPÍTULO III War is Peace La guerra es la paz The splitting up of the world into three great superstates was an event which could be and indeed was foreseen before the middle of the twentieth century. With the absorption of Europe by Russia and of the British Empire by the United States, two of the three existing powers, Eurasia and Oceania, were already effectively in being. The third, Eastasia, only emerged as a distinct unit after another decade of confused fighting. The frontiers between the three super-states are in some places arbitrary, and in others they fluctuate according to the fortunes of war, but in general they follow geographical lines. Eurasia comprises the whole of the northern part of the European and Asiatic landmass, from Portugal to the Bering Strait. Oceania comprises the Americas, the Atlantic islands including the British Isles, Australasia, and the »La these groups are desintegración del mundo en tres grandes superestados fue un acontecimiento que pudo haber sido previsto, y que en realidad lo fue antes de mediar el siglo XX. Al ser absorbida Europa por Rusia y el Imperio Británico por los Estados Unidos, habían nacido ya en esencia dos de los tres poderes ahora existentes, Eurasia y Oceanía. El tercero, Asia Oriental, sólo surgió como unidad aparte después de otra década de confusa lucha. Las fronteras entre los tres superestados son arbitrarias en algunas zonas y en otras fluctúan según los altibajos de la guerra, pero en general se atienen a líneas geográficas. Eurasia comprende toda la parte norte de la masa terrestre europea y asiática, desde Portugal hasta el Estrecho de Bering. Oceanía comprende las Américas, las islas del Atlántico, incluyendo a las Islas Británicas, Australasia y George Orwell 1984 217 southern portion of Africa. Eastasia, smaller than the others and with a less definite western frontier, comprises China and the countries to the south of it, the Japanese islands and a large but fluctuating portion of Manchuria, Mongolia, and Tibet. África meridional. Asia Oriental, potencia más pequeña que las otras y con una frontera occidental menos definida, abarca China y los países que se hallan al sur de ella, las islas del Japón y una amplia y fluctuante porción de Manchuria, Mongolia y el Tibet. In one combination or another, these three superstates are permanently at war, and have been so for the past twenty-five years. War, however, is no longer the desperate, annihilating struggle that it was in the early decades of the twentieth century. It is a warfare of limited aims between combatants who are unable to destroy one another, have no material cause for fighting and are not divided by any genuine ideological difference. This is not to say that either the conduct of war, or the prevailing attitude towards it, has become less bloodthirsty or more chivalrous. On the contrary, war hysteria is continuous and universal in all countries, and such acts as raping, looting, the slaughter of children, the reduction of whole populations to slavery, and reprisals against prisoners which extend even to boiling and burying alive, are looked upon as normal, and, when they are committed by one's own side and not by the enemy, meritorious. But in a physical sense war involves very small numbers of people, mostly highly-trained specialists, and causes comparatively few casualties. The fighting, when there is any, takes place on the vague frontiers whose whereabouts the average man can only guess at, or round the Floating Fortresses which guard strategic spots on the sea lanes. In the centres of civilization war means no more than a continuous shortage of consumption goods, and the occasional crash of a rocket bomb which may cause a few scores of deaths. War has in fact changed its character. More exactly, the reasons for which war is waged have changed in their order of importance. Motives which were already present to some small extent in the great wars of the early twentieth century have now become dominant and are consciously recognized and acted upon. »Estos tres superestados, en una combinación o en otra, están en guerra permanente y llevan así veinticinco años. Sin embargo, ya no es la guerra aquella lucha desesperada y aniquiladora que era en las primeras décadas del siglo XX. Es una lucha por objetivos limitados entre combatientes incapaces de destruirse unos a otros, sin una causa material para luchar y que no se hallan divididos por diferencias ideológicas claras. Esto no quiere decir que la conducta en la guerra ni la actitud hacia ella sean menos sangrientas ni más caballerosas. Por el contrario, el histerismo bélico es continuo y universal, y las violaciones, los saqueos, la matanza de niños, la esclavización de poblaciones enteras y represalias contra los prisioneros hasta el punto de quemarlos y enterrarlos vivos, se consideran normales, y cuando esto no lo comete el enemigo sino el bando propio, se estima meritorio. Pero en un sentido físico, la guerra afecta a muy pocas personas, la mayoría especialistas muy bien preparados, y causa pocas bajas relativamente. Cuando hay lucha, tiene lugar en confusas fronteras que el hombre medio apenas puede situar en un mapa o en torno a las fortalezas flotantes que guardan los lugares estratégicos en el mar. En los centros de civilización la guerra no significa más que una continua escasez de víveres y alguna que otra bomba cohete que puede causar unas veintenas de víctimas. En realidad, la guerra ha cambiado de carácter. Con más exactitud, puede decirse que ha variado el orden de importancia de las razones que determinaban una guerra. Se han convertido en dominantes y son reconocidos conscientemente motivos que ya estaban latentes en las grandes guerras de la primera mitad del siglo XX. To understand the nature of the present war—for in spite of the regrouping which occurs every few years, it is always the same war—one must realize in the first place that it is impossible for it to be »Para comprender la naturaleza de la guerra actual — pues, a pesar del reagrupamiento que ocurre cada pocos años, siempre es la misma guerra — hay que darse cuenta en primer lugar de que esta George Orwell 1984 218 decisive. None of the three super-states could be definitively conquered even by the other two in combination. They are too evenly matched, and their natural defences are too formidable. Eurasia is protected by its vast land spaces, Oceania by the width of the Atlantic and the Pacific, Eastasia by the fecundity and industriousness of its inhabitants. Secondly, there is no longer, in a material sense, anything to fight about. With the establishment of self-contained economies, in which production and consumption are geared to one another, the scramble for markets which was a main cause of previous wars has come to an end, while the competition for raw materials is no longer a matter of life and death. In any case each of the three super-states is so vast that it can obtain almost all the materials that it needs within its own boundaries. In so far as the war has a direct economic purpose, it is a war for labour power. Between the frontiers of the super-states, and not permanently in the possession of any of them, there lies a rough quadrilateral with its corners at Tangier, Brazzaville, Darwin, and Hong Kong, containing within it about a fifth of the population of the earth. It is for the possession of these thickly-populated regions, and of the northern icecap, that the three powers are constantly struggling. In practice no one power ever controls the whole of the disputed area. Portions of it are constantly changing hands, and it is the chance of seizing this or that fragment by a sudden stroke of treachery that dictates the endless changes of alignment. guerra no puede ser decisiva. Ninguno de los tres superestados podría ser conquistado definitivamente ni siquiera por los otros dos en combinación. Sus fuerzas están demasiado bien equilibradas. Y sus defensas son demasiado poderosas. Eurasia está protegida por sus grandes espacios terrestres, Oceanía por la anchura del Atlántico y del Pacífico, Asia Oriental por la fecundidad y laboriosidad de sus habitantes. Además, ya no hay nada por qué luchar. Con las economías autárquicas, la lucha por los mercados, que era una de las causas principales de las guerras anteriores, ha dejado de tener sentido, y la competencia por las materias primas ya no es una cuestión de vida o muerte. Cada uno de los tres superestados es tan inmenso que puede obtener casi todas las materias que necesita dentro de sus propias fronteras. Si acaso, se propone la guerra el dominio del trabajo. Entre las fronteras de los superestados, y sin pertenecer de un modo permanente a ninguno de ellos, se extiende un cuadrilátero, con sus ángulos en Tánger, Brazzaville, Darwin y Hong Kong, que contiene casi una quinta parte de la población de la Tierra. Las tres potencias luchan constantemente por la posesión de estas regiones densamente pobladas, así como por las zonas polares. En la práctica, ningún poder controla totalmente esa área disputada. Porciones de ella están cambiando a cada momento de manos, y lo que en realidad determina los súbitos y múltiples cambios de afianzas es la posibilidad de apoderarse de uno u otro pedazo de tierra mediante una inesperada traición. All of the disputed territories contain valuable minerals, and some of them yield important vegetable products such as rubber which in colder climates it is necessary to synthesize by comparatively expensive methods. But above all they contain a bottomless reserve of cheap labour. Whichever power controls equatorial Africa, or the countries of the Middle East, or Southern India, or the Indonesian Archipelago, disposes also of the bodies of scores or hundreds of millions of ill-paid and hard-working coolies. The inhabitants of these areas, reduced more or less openly to the status of slaves, pass continually from conqueror to conqueror, and are expended like so much coal or oil in the race to turn out more armaments, to »Todos esos territorios disputados contienen valiosos minerales y algunos de ellos producen ciertas cosas, como la goma, que en los climas fríos es preciso sintetizar por métodos relativamente caros. Pero, sobre todo, proporcionan una inagotable reserva de mano de obra muy barata. La potencia que controle el África Ecuatorial, los países del Oriente Medio, la India Meridional o el Archipiélago Indonesio, dispone también de centenares de millones de trabajadores mal pagados y muy resistentes. Los habitantes de esas regiones, reducidos más o menos abiertamente a la condición de esclavos, pasan continuamente de un conquistador a otro y son empleados como carbón o aceite en la carrera de armamento, armas que George Orwell 1984 219 capture more territory, to control more labour power, to turn out more armaments, to capture more territory, and so on indefinitely. It should be noted that the fighting never really moves beyond the edges of the disputed areas. The frontiers of Eurasia flow back and forth between the basin of the Congo and the northern shore of the Mediterranean; the islands of the Indian Ocean and the Pacific are constantly being captured and recaptured by Oceania or by Eastasia; in Mongolia the dividing line between Eurasia and Eastasia is never stable; round the Pole all three powers lay claim to enormous territories which in fact are largely uninhabited and unexplored: but the balance of power always remains roughly even, and the territory which forms the heartland of each super-state always remains inviolate. Moreover, the labour of the exploited peoples round the Equator is not really necessary to the world's economy. They add nothing to the wealth of the world, since whatever they produce is used for purposes of war, and the object of waging a war is always to be in a better position in which to wage another war. By their labour the slave populations allow the tempo of continuous warfare to be speeded up. But if they did not exist, the structure of world society, and the process by which it maintains itself, would not be essentially different. sirven para capturar más territorios y ganar así más mano de obra, con lo cual se pueden tener más armas que servirán para conquistar más territorios, y así indefinidamente. Es interesante observar que la lucha nunca sobrepasa los límites de las zonas disputadas. Las fronteras de Eurasia avanzan y retroceden entre la cuenca del Congo y la orilla septentrional del Mediterráneo; las islas del Océano Indico y del Pacífico son conquistadas y reconquistadas constantemente por Oceanía y por Asia Oriental; en Mongolia, la línea divisoria entre Eurasia y Asia Oriental nunca es estable; en torno al Polo Norte, las tres potencias reclaman inmensos territorios en su mayor parte inhabitados e inexplorados; pero el equilibrio de poder no se altera apenas con todo ello y el territorio que constituye el suelo patrio de cada uno de los tres superestados nunca pierde su independencia. Además, la mano de obra de los pueblos explotados alrededor del Ecuador no es verdaderamente necesaria para la economía mundial. Nada atañe a la riqueza del mundo, ya que todo lo que produce se dedica a fines de guerra, y el objeto de prepararse para una guerra no es más que ponerse en situación de emprender otra guerra. Las poblaciones esclavizadas permiten, con su trabajo, que se acelere el ritmo de la guerra. Pero si no existiera ese refuerzo de trabajo, la estructura de la sociedad y el proceso por el cual ésta se mantiene no variarían en lo esencial. The primary aim of modern warfare (in accordance with the principles of DOUBLETHINK, this aim is simultaneously recognized and not recognized by the directing brains of the Inner Party) is to use up the products of the machine without raising the general standard of living. Ever since the end of the nineteenth century, the problem of what to do with the surplus of consumption goods has been latent in industrial society. At present, when few human beings even have enough to eat, this problem is obviously not urgent, and it might not have become so, even if no artificial processes of destruction had been at work. The world of today is a bare, hungry, dilapidated place compared with the world that existed before 1914, and still more so if compared with the imaginary future to which the people of that period looked forward. In the early twentieth century, the vision of a future society unbelievably rich, leisured, orderly, and »La finalidad principal de la guerra moderna (de acuerdo con los principios del doblepensar) la reconocen y, a la vez, no la reconocen, los cerebros dirigentes del Partido Interior. Consiste en usar los productos de las máquinas sin elevar por eso el nivel general de la vida. Hasta fines del siglo XIX había sido un problema latente de la sociedad industrial qué había de hacerse con el sobrante de los artículos de consumo. Ahora, aunque son pocos los seres humanos que pueden comer lo suficiente, este problema no es urgente y nunca podría tener caracteres graves aunque no se emplearan procedimientos artificiales para destruir esos productos. El mundo de hoy, si lo comparamos con el anterior a 1914, está desnudo, hambriento y lleno de desolación; y aún más si lo comparamos con el futuro que las gentes de aquella época esperaba. A principios del siglo XX la visión de una sociedad futura increíblemente rica, ordenada, eficaz y con George Orwell 1984 220 efficient—a glittering antiseptic world of glass and steel and snow-white concrete—was part of the consciousness of nearly every literate person. Science and technology were developing at a prodigious speed, and it seemed natural to assume that they would go on developing. This failed to happen, partly because of the impoverishment caused by a long series of wars and revolutions, partly because scientific and technical progress depended on the empirical habit of thought, which could not survive in a strictly regimented society. As a whole the world is more primitive today than it was fifty years ago. Certain backward areas have advanced, and various devices, always in some way connected with warfare and police espionage, have been developed, but experiment and invention have largely stopped, and the ravages of the atomic war of the nineteen-fifties have never been fully repaired. Nevertheless the dangers inherent in the machine are still there. From the moment when the machine first made its appearance it was clear to all thinking people that the need for human drudgery, and therefore to a great extent for human inequality, had disappeared. If the machine were used deliberately for that end, hunger, overwork, dirt, illiteracy, and disease could be eliminated within a few generations. And in fact, without being used for any such purpose, but by a sort of automatic process—by producing wealth which it was sometimes impossible not to distribute—the machine did raise the living standards of the average human being very greatly over a period of about fifty years at the end of the nineteenth and the beginning of the twentieth centuries. tiempo para todo — un reluciente mundo antiséptico de cristal, acero y cemento, un mundo de nívea blancura — era el ideal de casi todas las personas cultas. La ciencia y la tecnología se desarrollaban a una velocidad prodigiosa y parecía natural que este desarrollo no se interrumpiera jamás. Sin embargo, no continuó el perfeccionamiento, en parte por el empobrecimiento causado por una larga serie de guerras y revoluciones, y en parte porque el progreso científico y técnico se basaba en un hábito empírico de pensamiento que no podía existir en una sociedad estrictamente reglamentada. En conjunto, el mundo es hoy más primitivo que hace cincuenta años. Algunas zonas secundarias han progresado y se han realizado algunos perfeccionamientos, ligados siempre a la guerra y al espionaje policíaco, pero los experimentos científicos y los inventos no han seguido su curso y los destrozos causados por la guerra atómica de los años cincuenta y tantos nunca llegaron a ser reparados. No obstante, perduran los peligros del maquinismo. Cuando aparecieron las grandes máquinas, se pensó, lógicamente, que cada vez haría menos falta la servidumbre del trabajo y que esto contribuiría en gran medida a suprimir las desigualdades en la condición humana. Si las máquinas eran empleadas deliberadamente con esa finalidad, entonces el hambre, la suciedad, el analfabetismo, las enfermedades y el cansancio serían necesariamente eliminados al cabo de unas cuantas generaciones. Y, en realidad, sin ser empleada con esa finalidad, sino sólo por un proceso automático — produciendo riqueza que no había más remedio que distribuir —, elevó efectivamente la máquina el nivel de vida de las gentes que vivían a mediados de siglo. Estas gentes vivían muchísimo mejor que las de fines del siglo XIX. But it was also clear that an all-round increase in wealth threatened the destruction—indeed, in some sense was the destruction—of a hierarchical society. In a world in which everyone worked short hours, had enough to eat, lived in a house with a bathroom and a refrigerator, and possessed a motor-car or even an aeroplane, the most obvious and perhaps the most important form of inequality would already have disappeared. If it once became general, wealth would confer no distinction. It was »Pero también resultó claro que un aumento de bienestar tan extraordinario amenazaba con la destrucción — era ya, en sí mismo, la destrucción — de una sociedad jerárquica. En un mundo en que todos trabajaran pocas horas, tuvieran bastante que comer, vivieran en casas cómodas e higiénicas, con cuarto de baño, calefacción y refrigeración, y poseyera cada uno un auto o quizás un aeroplano, habría desaparecido la forma más obvia e hiriente de desigualdad. Si la riqueza llegaba a George Orwell 1984 221 possible, no doubt, to imagine a society in which WEALTH, in the sense of personal possessions and luxuries, should be evenly distributed, while POWER remained in the hands of a small privileged caste. But in practice such a society could not long remain stable. For if leisure and security were enjoyed by all alike, the great mass of human beings who are normally stupefied by poverty would become literate and would learn to think for themselves; and when once they had done this, they would sooner or later realize that the privileged minority had no function, and they would sweep it away. In the long run, a hierarchical society was only possible on a basis of poverty and ignorance. To return to the agricultural past, as some thinkers about the beginning of the twentieth century dreamed of doing, was not a practicable solution. It conflicted with the tendency towards mechanization which had become quasi-instinctive throughout almost the whole world, and moreover, any country which remained industrially backward was helpless in a military sense and was bound to be dominated, directly or indirectly, by its more advanced rivals. generalizarse, no serviría para distinguir a nadie. Sin duda, era posible imaginarse una sociedad en que la riqueza, en el sentido de posesiones y lujos personales, fuera equitativamente distribuida mientras que el poder siguiera en manos de una minoría, de una pequeña casta privilegiada. Pero, en la práctica, semejante sociedad no podría conservarse estable, porque si todos disfrutasen por igual del lujo y del ocio, la gran masa de seres humanos, a quienes la pobreza suele imbecilizar, aprenderían muchas cosas y empezarían a pensar por sí mismos; y si empezaran a reflexionar, se darían cuenta más pronto o más tarde que la minoría privilegiada no tenía derecho alguno a imponerse a los demás y acabarían barriéndoles. A la larga, una sociedad jerárquica sólo sería posible basándose en la pobreza y en la ignorancia. Regresar al pasado agrícola — como querían algunos pensadores de principios de este siglo — no era una solución práctica, puesto que estaría en contra de la tendencia a la mecanización, que se había hecho casi instintiva en el mundo entero, y, además, cualquier país que permaneciera atrasado industrialmente sería inútil en un sentido militar y caería antes o después bajo el dominio de un enemigo bien armado. Nor was it a satisfactory solution to keep the masses in poverty by restricting the output of goods. This happened to a great extent during the final phase of capitalism, roughly between 1920 and 1940. The economy of many countries was allowed to stagnate, land went out of cultivation, capital equipment was not added to, great blocks of the population were prevented from working and kept half alive by State charity. But this, too, entailed military weakness, and since the privations it inflicted were obviously unnecessary, it made opposition inevitable. The problem was how to keep the wheels of industry turning without increasing the real wealth of the world. Goods must be produced, but they must not be distributed. And in practice the only way of achieving this was by continuous warfare. »Tampoco era una buena solución mantener la pobreza de las masas restringiendo la producción. Esto se practicó en gran medida entre 1920 y 1940. Muchos países dejaron que su economía se anquilosara. No se renovaba el material indispensable para la buena marcha de las industrias, quedaban sin cultivar las tierras, y grandes masas de población, sin tener en qué trabajar, vivían de la caridad del Estado. Pero también esto implicaba una debilidad militar, y como las privaciones que infligía eran innecesarias, despertaba inevitablemente una gran oposición. El problema era mantener en marcha las ruedas de la industria sin aumentar la riqueza real del mundo. Los bienes habían de ser producidos, pero no distribuidos. Y, en la práctica, la única manera de lograr esto era la guerra continua. The essential act of war is destruction, not necessarily of human lives, but of the products of human labour. War is a way of shattering to pieces, or pouring into the stratosphere, or sinking »El acto esencial de la guerra es la destrucción, no forzosamente de vidas humanas, sino de los productos del trabajo. La guerra es una manera de pulverizar o de hundir en el fondo del mar los George Orwell 1984 222 in the depths of the sea, materials which might otherwise be used to make the masses too comfortable, and hence, in the long run, too intelligent. Even when weapons of war are not actually destroyed, their manufacture is still a convenient way of expending labour power without producing anything that can be consumed. A Floating Fortress, for example, has locked up in it the labour that would build several hundred cargo-ships. Ultimately it is scrapped as obsolete, never having brought any material benefit to anybody, and with further enormous labours another Floating Fortress is built. In principle the war effort is always so planned as to eat up any surplus that might exist after meeting the bare needs of the population. In practice the needs of the population are always underestimated, with the result that there is a chronic shortage of half the necessities of life; but this is looked on as an advantage. It is deliberate policy to keep even the favoured groups somewhere near the brink of hardship, because a general state of scarcity increases the importance of small privileges and thus magnifies the distinction between one group and another. By the standards of the early twentieth century, even a member of the Inner Party lives an austere, laborious kind of life. Nevertheless, the few luxuries that he does enjoy his large, well-appointed flat, the better texture of his clothes, the better quality of his food and drink and tobacco, his two or three servants, his private motor-car or helicopter—set him in a different world from a member of the Outer Party, and the members of the Outer Party have a similar advantage in comparison with the submerged masses whom we call 'the proles'. The social atmosphere is that of a besieged city, where the possession of a lump of horseflesh makes the difference between wealth and poverty. And at the same time the consciousness of being at war, and therefore in danger, makes the handing-over of all power to a small caste seem the natural, unavoidable condition of survival. materiales que en la paz constante podrían emplearse para que las masas gozaran de excesiva comodidad y, con ello, se hicieran a la larga demasiado inteligentes. Aunque las armas no se destruyeran, su fabricación no deja de ser un método conveniente de gastar trabajo sin producir nada que pueda ser consumido. En una fortaleza flotante, por ejemplo, se emplea el trabajo que hubieran dado varios centenares de barcos de carga. Cuando se queda anticuada, y sin haber producido ningún beneficio material para nadie, se construye una nueva fortaleza flotante mediante un enorme acopio de mano de obra. En principio, el esfuerzo de guerra se planea para consumir todo lo que sobre después de haber cubierto unas mínimas necesidades de la población. Este mínimo se calcula siempre en mucho menos de lo necesario, de manera que hay una escasez crónica de casi todos los artículos necesarios para la vida, lo cual se considera como una ventaja. Constituye una táctica deliberada mantener incluso a los grupos favorecidos al borde de la escasez, porque un estado general de escasez aumenta la importancia de los pequeños privilegios y hace que la distinción entre un grupo y otro resulte más evidente. En comparación con el nivel de vida de principios del siglo XX, incluso los miembros del Partido Interior llevan una vida austera y laboriosa. Sin embargo, los pocos lujos que disfrutan — un buen piso, mejores telas, buena calidad del alimento, bebidas y tabaco, dos o tres criados, un auto o un autogiro privado — los colocan en un mundo diferente del de los miembros del Partido Exterior, y estos últimos poseen una ventaja similar en comparación con las masas sumergidas, a las que llamamos «los proles». La atmósfera social es la de una ciudad sitiada, donde la posesión de un trozo de carne de caballo establece la diferencia entre la riqueza y la pobreza. Y, al mismo tiempo, la idea de que se está en guerra, y por tanto en peligro, hace que la entrega de todo el poder a una reducida casta parezca la condición natural e inevitable para sobrevivir. War, it will be seen, accomplishes the necessary destruction, but accomplishes it in a psychologically acceptable way. In principle it would be quite simple to waste the surplus labour of the world by building temples and pyramids, by digging holes and filling them up again, or even by »Se verá que la guerra no sólo realiza la necesaria distinción, sino que la efectúa de un modo aceptable psicológicamente. En principio, sería muy sencillo derrochar el trabajo sobrante construyendo templos y pirámides, abriendo zanjas y volviéndolas a llenar o incluso produciendo George Orwell 1984 223 producing vast quantities of goods and then setting fire to them. But this would provide only the economic and not the emotional basis for a hierarchical society. What is concerned here is not the morale of masses, whose attitude is unimportant so long as they are kept steadily at work, but the morale of the Party itself. Even the humblest Party member is expected to be competent, industrious, and even intelligent within narrow limits, but it is also necessary that he should be a credulous and ignorant fanatic whose prevailing moods are fear, hatred, adulation, and orgiastic triumph. In other words it is necessary that he should have the mentality appropriate to a state of war. It does not matter whether the war is actually happening, and, since no decisive victory is possible, it does not matter whether the war is going well or badly. All that is needed is that a state of war should exist. The splitting of the intelligence which the Party requires of its members, and which is more easily achieved in an atmosphere of war, is now almost universal, but the higher up the ranks one goes, the more marked it becomes. It is precisely in the Inner Party that war hysteria and hatred of the enemy are strongest. In his capacity as an administrator, it is often necessary for a member of the Inner Party to know that this or that item of war news is untruthful, and he may often be aware that the entire war is spurious and is either not happening or is being waged for purposes quite other than the declared ones: but such knowledge is easily neutralized by the technique of DOUBLETHINK. Meanwhile no Inner Party member wavers for an instant in his mystical belief that the war is real, and that it is bound to end victoriously, with Oceania the undisputed master of the entire world. inmensas cantidades de bienes y prendiéndoles fuego. Pero esto sólo daría la base económica y no la emotiva para una sociedad jerarquizada. Lo que interesa no es la moral de las masas, cuya actitud no importa mientras se hallen absorbidas por su trabajo, sino la moral del Partido mismo. Se espera que hasta el más humilde de los miembros del Partido sea competente, laborioso e incluso inteligente — siempre dentro de límites reducidos, claro está —, pero siempre es preciso que sea un fanático ignorante y crédulo en el que prevalezca el miedo, el odio, la adulación y una continua sensación orgiástico de triunfo. En otras palabras, es necesario que ese hombre posea la mentalidad típica de la guerra. No importa que haya o no haya guerra y, ya que no es posible una victoria decisiva, tampoco importa si la guerra va bien o mal. Lo único preciso es que exista un estado de guerra. La desintegración de la inteligencia especial que el Partido necesita de sus miembros, y que se logra mucho mejor en una atmósfera de guerra, es ya casi universal, pero se nota con más relieve a medida que subimos en la escala jerárquica. Precisamente es en el Partido Interior donde la histeria bélica y el odio al enemigo son más intensos. Para ejercer bien sus funciones administrativas, se ve obligado con frecuencia el miembro del Partido Interior a saber que esta o aquella noticia de guerra es falsa y puede saber muchas veces que una pretendida guerra o no existe o se está realizando con fines completamente distintos a los declarados. Pero ese conocimiento queda neutralizado fácilmente mediante la técnica del doblepensar. De modo que ningún miembro del Partido Interior vacila ni un solo instante en su creencia mística de que la guerra es una realidad y que terminará victoriosamente con el dominio indiscutible de Oceanía sobre el mundo entero. All members of the Inner Party believe in this coming conquest as an article of faith. It is to be achieved either by gradually acquiring more and more territory and so building up an overwhelming preponderance of power, or by the discovery of some new and unanswerable weapon. The search for new weapons continues unceasingly, and is one of the very few remaining activities in which the inventive or speculative type of mind can find any outlet. In Oceania at the present day, Science, in the old sense, has almost ceased to exist. In Newspeak there is no word for 'Science'. The »Todos los miembros del Partido Interior creen en esta futura victoria total como en un artículo de fe. Se conseguirá, o bien paulatinamente mediante la adquisición de más territorios sobre los que se basará una aplastante preponderancia, o bien por el descubrimiento de algún arma secreta. Continúa sin cesar la búsqueda de nuevas armas, y ésta es una de las poquísimas actividades en que todavía pueden encontrar salida la inventiva y las investigaciones científicas. En la Oceanía de hoy la ciencia en su antiguo sentido ha dejado casi de existir. En neolengua no hay palabra para ciencia. El método George Orwell empirical method of thought, on which all the scientific achievements of the past were founded, is opposed to the most fundamental principles of Ingsoc. And even technological progress only happens when its products can in some way be used for the diminution of human liberty. In all the useful arts the world is either standing still or going backwards. The fields are cultivated with horse-ploughs while books are written by machinery. But in matters of vital importance— meaning, in effect, war and police espionage—the empirical approach is still encouraged, or at least tolerated. The two aims of the Party are to conquer the whole surface of the earth and to extinguish once and for all the possibility of independent thought. There are therefore two great problems which the Party is concerned to solve. One is how to discover, against his will, what another human being is thinking, and the other is how to kill several hundred million people in a few seconds without giving warning beforehand. In so far as scientific research still continues, this is its subject matter. The scientist of today is either a mixture of psychologist and inquisitor, studying with real ordinary minuteness the meaning of facial expressions, gestures, and tones of voice, and testing the truth-producing effects of drugs, shock therapy, hypnosis, and physical torture; or he is chemist, physicist, or biologist concerned only with such branches of his special subject as are relevant to the taking of life. In the vast laboratories of the Ministry of Peace, and in the experimental stations hidden in the Brazilian forests, or in the Australian desert, or on lost islands of the Antarctic, the teams of experts are indefatigably at work. Some are concerned simply with planning the logistics of future wars; others devise larger and larger rocket bombs, more and more powerful explosives, and more and more impenetrable armour-plating; others search for new and deadlier gases, or for soluble poisons capable of being produced in such quantities as to destroy the vegetation of whole continents, or for breeds of disease germs immunized against all possible antibodies; others strive to produce a vehicle that shall bore its way under the soil like a submarine under the water, or an aeroplane as independent of its base as a sailing-ship; others explore even remoter possibilities such as focusing the sun's rays through lenses suspended thousands of kilometres away in space, or producing artificial 1984 224 empírico de pensamiento, en el cual se basaron todos los adelantos científicos del pasado, es opuesto a los principios fundamentales de Ingsoc. E incluso el progreso técnico sólo existe cuando sus productos pueden ser empleados para disminuir la libertad humana. »Las dos finalidades del Partido son conquistar toda la superficie de la Tierra y extinguir de una vez para siempre la posibilidad de toda libertad del pensamiento. Hay, por tanto, dos grandes problemas que ha de resolver el Partido. Uno es el de descubrir, contra la voluntad del interesado, lo que está pensando determinado ser humano, y el otro es cómo suprimir, en pocos segundos y sin previo aviso, a varios centenares de millones de personas. Éste es el principal objetivo de las investigaciones científicas. El hombre de ciencia actual es una mezcla de psicólogo y policía que estudia con extraordinaria minuciosidad el significado de las expresiones faciales, gestos y tonos de voz, los efectos de las drogas que obligan a decir la verdad, la terapéutica del shock, del hipnotismo y de la tortura física; y si es un químico, un físico o un biólogo, sólo se preocupará por aquellas ramas que dentro de su especialidad sirvan para matar. En los grandes laboratorios del Ministerio de la Paz, en las estaciones experimentales ocultas en las selvas brasileñas, en el desierto australiano o en las islas perdidas del Atlántico, trabajan incansablemente los equipos técnicos. Unos se dedican sólo a planear la logística de las guerras futuras; otros, a idear bombas cohete cada vez mayores, explosivos cada vez más poderosos y corazas cada vez más impenetrables; otros buscan gases más mortíferos o venenos que puedan ser producidos en cantidades tan inmensas que destruyan la vegetación de todo un continente, o cultivan gérmenes inmunizados contra todos los posibles antibióticos; otros se esfuerzan por producir un vehículo que se abra paso por la tierra como un submarino bajo el agua, o un aeroplano tan independiente de su base como un barco en el mar, otros exploran posibilidades aún más remotas, como la de concentrar los rayos del sol mediante gigantescas lentes suspendidas en el espacio a miles George Orwell 1984 225 earthquakes and tidal waves by tapping the heat at the earth's centre. de kilómetros, o producir terremotos artificiales utilizando el calor del centro de la Tierra. But none of these projects ever comes anywhere near realization, and none of the three super-states ever gains a significant lead on the others. What is more remarkable is that all three powers already possess, in the atomic bomb, a weapon far more powerful than any that their present researches are likely to discover. Although the Party, according to its habit, claims the invention for itself, atomic bombs first appeared as early as the nineteenforties, and were first used on a large scale about ten years later. At that time some hundreds of bombs were dropped on industrial centres, chiefly in European Russia, Western Europe, and North America. The effect was to convince the ruling groups of all countries that a few more atomic bombs would mean the end of organized society, and hence of their own power. Thereafter, although no formal agreement was ever made or hinted at, no more bombs were dropped. All three powers merely continue to produce atomic bombs and store them up against the decisive opportunity which they all believe will come sooner or later. And meanwhile the art of war has remained almost stationary for thirty or forty years. Helicopters are more used than they were formerly, bombing planes have been largely superseded by selfpropelled projectiles, and the fragile movable battleship has given way to the almost unsinkable Floating Fortress; but otherwise there has been little development. The tank, the submarine, the torpedo, the machine gun, even the rifle and the hand grenade are still in use. And in spite of the endless slaughters reported in the Press and on the telescreens, the desperate battles of earlier wars, in which hundreds of thousands or even millions of men were often killed in a few weeks, have never been repeated. »Pero ninguno de estos proyectos se aproxima nunca a su realización, y ninguno de los tres superestados adelanta a los otros dos de un modo definitivo. Lo más notable es que las tres potencias tienen ya, con la bomba atómica, un arma mucho más poderosa que cualquiera de las que ahora tratan de convertir en realidad. Aunque el Partido, según su costumbre, quiere atribuirse el invento, las bombas atómicas aparecieron por primera vez a principios de los años cuarenta y tantos de este siglo y fueron usadas en gran escala unos diez años después. En aquella época cayeron unos centenares de bombas en los centros industriales, principalmente de la Rusia Europea, Europa Occidental y Norteamérica. El objeto perseguido era convencer a los gobernantes de todos los países que unas cuantas bombas más terminarían con la sociedad organizada y por tanto con su poder. A partir de entonces, y aunque no se llegó a ningún acuerdo formal, no se arrojaron más bombas atómicas. Las potencias actuales siguen produciendo bombas atómicas y almacenándolas en espera de la oportunidad decisiva que todos creen llegará algún día. Mientras tanto, el arte de la guerra ha permanecido estacionado durante treinta o cuarenta años. Los autogiros se usan más que antes, los aviones de bombardeo han sido sustituidos en gran parte por los proyectiles autoimpulsados y el frágil tipo de barco de guerra fue reemplazado por las fortalezas flotantes, casi imposibles de hundir. Pero, aparte de ello, apenas ha habido adelantos bélicos. Se siguen usando el tanque, el submarino, el torpedo, la ametralladora e incluso el rifle y la granada de mano. Y, a pesar de las interminables matanzas comunicadas por la Prensa y las telepantallas, las desesperadas batallas de las guerras anteriores en las cuales morían en pocas semanas centenares de miles e incluso millones de hombres — no han vuelto a repetirse. None of the three super-states ever attempts any manoeuvre which involves the risk of serious defeat. When any large operation is undertaken, it is usually a surprise attack against an ally. The strategy that all three powers are following, or pretend to themselves that they are following, is »Ninguno de los tres superestados intenta nunca una maniobra que suponga el riesgo de una seria derrota. Cuando se lleva a cabo una operación de grandes proporciones, suele tratarse de un ataque por sorpresa contra un aliado. La estrategia que siguen los tres superestados — o que pretenden George Orwell the same. The plan is, by a combination of fighting, bargaining, and well-timed strokes of treachery, to acquire a ring of bases completely encircling one or other of the rival states, and then to sign a pact of friendship with that rival and remain on peaceful terms for so many years as to lull suspicion to sleep. During this time rockets loaded with atomic bombs can be assembled at all the strategic spots; finally they will all be fired simultaneously, with effects so devastating as to make retaliation impossible. It will then be time to sign a pact of friendship with the remaining worldpower, in preparation for another attack. This scheme, it is hardly necessary to say, is a mere daydream, impossible of realization. Moreover, no fighting ever occurs except in the disputed areas round the Equator and the Pole: no invasion of enemy territory is ever undertaken. This explains the fact that in some places the frontiers between the super-states are arbitrary. Eurasia, for example, could easily conquer the British Isles, which are geographically part of Europe, or on the other hand it would be possible for Oceania to push its frontiers to the Rhine or even to the Vistula. But this would violate the principle, followed on all sides though never formulated, of cultural integrity. If Oceania were to conquer the areas that used once to be known as France and Germany, it would be necessary either to exterminate the inhabitants, a task of great physical difficulty, or to assimilate a population of about a hundred million people, who, so far as technical development goes, are roughly on the Oceanic level. The problem is the same for all three super-states. It is absolutely necessary to their structure that there should be no contact with foreigners, except, to a limited extent, with war prisoners and coloured slaves. Even the official ally of the moment is always regarded with the darkest suspicion. War prisoners apart, the average citizen of Oceania never sets eyes on a citizen of either Eurasia or Eastasia, and he is forbidden the knowledge of foreign languages. If he were allowed contact with foreigners he would discover that they are creatures similar to himself and that most of what he has been told about them is lies. The sealed world in which he lives would be broken, and the fear, hatred, and selfrighteousness on which his morale depends might evaporate. It is therefore realized on all sides that however often Persia, or Egypt, or Java, or Ceylon may change hands, the main frontiers must never 1984 226 seguir es la misma. Su plan es adquirir, mediante una combinación, un anillo de bases que rodee completamente a uno de los estados rivales para firmar luego un pacto de amistad con ese rival y seguir en relaciones pacíficas con él durante el tiempo que sea preciso para que se confíen. En este tiempo, se almacenan bombas atómicas en los sitios estratégicos. Esas bombas, cargadas en los cohetes, serán disparadas algún día simultáneamente, con efectos tan devastadores que no habrá posibilidad de respuesta. Entonces se firmará un pacto de amistad con la otra potencia, en preparación de un nuevo ataque. No es preciso advertir que este plan es un ensueño de imposible realización. Nunca hay verdadera lucha a no ser en las zonas disputadas en el Ecuador y en los Polos: no hay invasiones del territorio enemigo. Lo cual explica que en algunos sitios sean arbitrarias las fronteras entre los superestados. Por ejemplo, Eurasia podría conquistar fácilmente las Islas Británicas, que forman parte, geográficamente, de Europa, y también sería posible para Oceanía avanzar sus fronteras hasta el Rin e incluso hasta el Vístula. Pero esto violaría el principio — seguido por todos los bandos, aunque nunca formulado — de la integridad cultural. Así, si Oceanía conquistara las áreas que antes se conocían con los nombres de Francia y Alemania, sería necesario exterminar a todos sus habitantes — tarea de gran dificultad física o asimilarse una población de un centenar de millones de personas que, en lo técnico, están a la misma altura que los oceánicos. El problema es el mismo para todos los superestados, siendo absolutamente imprescindible que su estructura no entre en contacto con extranjeros, excepto en reducidas proporciones con prisioneros de guerra y esclavos de color. Incluso el aliado oficial del momento es considerado con mucha suspicacia. El ciudadano medio de Oceanía nunca ve a un ciudadano de Eurasia ni de Asia Oriental — aparte de los prisioneros — y se le prohíbe que aprenda lenguas extranjeras. Si se le permitiera entrar en relación con extranjeros, descubriría que son criaturas iguales a él en lo esencial y que casi todo lo que se le ha dicho sobre ellos es una sarta de mentiras. Se rompería así el mundo cerrado y en que vive y quizá desaparecieran el miedo, el odio y la rigidez fanática en que se basa su moral. Se admite, por tanto, en los tres Estados que por mucho que cambien de manos Persia, Egipto, Java o Ceilán, las fronteras principales nunca podrán ser George Orwell 1984 227 be crossed by anything except bombs. cruzadas más que por las bombas. Under this lies a fact never mentioned aloud, but tacitly understood and acted upon: namely, that the conditions of life in all three super-states are very much the same. In Oceania the prevailing philosophy is called Ingsoc, in Eurasia it is called Neo-Bolshevism, and in Eastasia it is called by a Chinese name usually translated as DeathWorship, but perhaps better rendered as Obliteration of the Self. The citizen of Oceania is not allowed to know anything of the tenets of the other two philosophies, but he is taught to execrate them as barbarous outrages upon morality and common sense. Actually the three philosophies are barely distinguishable, and the social systems which they support are not distinguishable at all. Everywhere there is the same pyramidal structure, the same worship of semi-divine leader, the same economy existing by and for continuous warfare. It follows that the three super-states not only cannot conquer one another, but would gain no advantage by doing so. On the contrary, so long as they remain in conflict they prop one another up, like three sheaves of corn. And, as usual, the ruling groups of all three powers are simultaneously aware and unaware of what they are doing. Their lives are dedicated to world conquest, but they also know that it is necessary that the war should continue everlastingly and without victory. Meanwhile the fact that there IS no danger of conquest makes possible the denial of reality which is the special feature of Ingsoc and its rival systems of thought. Here it is necessary to repeat what has been said earlier, that by becoming continuous war has fundamentally changed its character. »Bajo todo esto hallamos un hecho al que nunca se alude, pero admitido tácitamente y sobre el que se basa toda conducta oficial, a saber: que las condiciones de vida de los tres superestados son casi las mismas. En Oceanía prevalece la ideología llamada Ingsoc, en Eurasia el neobolchevismo y en Asia Oriental lo que se conoce por un nombre chino que suele traducirse por «adoración de la muerte», pero que quizá quedaría mejor expresado como «desaparición del yo». Al ciudadano de Oceanía no se le permite saber nada de las otras dos ideologías, pero se le enseña a condenarlas como bárbaros insultos contra la moralidad y el sentido común. La verdad es que apenas pueden distinguirse las tres ideologías, y los sistemas sociales que ellas soportan son los mismos. En los tres existe la misma estructura piramidal, idéntica adoración a un jefe semidivino, la misma economía orientada hacia una guerra continua. De ahí que no sólo no puedan conquistarse mutuamente los tres superestados, sino que no tendrían ventaja alguna si lo consiguieran. Por el contrario, se ayudan mutuamente manteniéndose en pugna. Y los grupos dirigentes de las tres Potencias saben y no saben, a la vez, lo que están haciendo. Dedican sus vidas a la conquista del mundo, pero están convencidos al mismo tiempo de que es absolutamente necesario que la guerra continúe eternamente sin ninguna victoria definitiva. Mientras tanto, el hecho de que no hay peligro de conquista hace posible la denegación sistemática de la realidad, que es la característica principal del Ingsoc y de sus sistemas rivales. Y aquí hemos de repetir que, al hacerse continua, la guerra ha cambiado fundamentalmente de carácter. In past ages, a war, almost by definition, was something that sooner or later came to an end, usually in unmistakable victory or defeat. In the past, also, war was one of the main instruments by which human societies were kept in touch with physical reality. All rulers in all ages have tried to impose a false view of the world upon their followers, but they could not afford to encourage any illusion that tended to impair military efficiency. So long as defeat meant the loss of independence, or some other result generally held »En tiempos pasados, una guerra, casi por definición, era algo que más pronto o más tarde tenía un final; generalmente, una clara victoria o una derrota indiscutible. Además, en el pasado, la guerra era uno de los principales instrumentos con que se mantenían las sociedades humanas en contacto con la realidad física. Todos los gobernantes de todas las épocas intentaron imponer un falso concepto del mundo a sus súbditos, pero no podían fomentar ilusiones que perjudicasen la eficacia militar. Como quiera que la derrota George Orwell 1984 228 to be undesirable, the precautions against defeat had to be serious. Physical facts could not be ignored. In philosophy, or religion, or ethics, or politics, two and two might make five, but when one was designing a gun or an aeroplane they had to make four. Inefficient nations were always conquered sooner or later, and the struggle for efficiency was inimical to illusions. Moreover, to be efficient it was necessary to be able to learn from the past, which meant having a fairly accurate idea of what had happened in the past. Newspapers and history books were, of course, always coloured and biased, but falsification of the kind that is practised today would have been impossible. War was a sure safeguard of sanity, and so far as the ruling classes were concerned it was probably the most important of all safeguards. While wars could be won or lost, no ruling class could be completely irresponsible. significaba la pérdida de la independencia o cualquier otro resultado indeseable, habían de tomar serias precauciones para evitar la derrota. Estos hechos no podían ser ignorados. Aun admitiendo que en filosofía, en ciencia, en ética o en política dos y dos pudieran ser cinco, cuando se fabricaba un cañón o un aeroplano tenían que ser cuatro. Las naciones mal preparadas acababan siempre siendo conquistadas, y la lucha por una mayor eficacia no admitía ilusiones. Además, para ser eficaces había que aprender del pasado, lo cual suponía estar bien enterado de lo ocurrido en épocas anteriores. Los periódicos y los libros de historia eran parciales, naturalmente, pero habría sido imposible una falsificación como la que hoy se realiza. La guerra era una garantía de cordura. Y respecto a las clases gobernantes, era el freno más seguro. Nadie podía ser, desde el poder, absolutamente irresponsable desde el momento en que una guerra cualquiera podía ser ganada o perdida. But when war becomes literally continuous, it also ceases to be dangerous. When war is continuous there is no such thing as military necessity. Technical progress can cease and the most palpable facts can be denied or disregarded. As we have seen, researches that could be called scientific are still carried out for the purposes of war, but they are essentially a kind of daydreaming, and their failure to show results is not important. Efficiency, even military efficiency, is no longer needed. Nothing is efficient in Oceania except the Thought Police. Since each of the three superstates is unconquerable, each is in effect a separate universe within which almost any perversion of thought can be safely practised. Reality only exerts its pressure through the needs of everyday life— the need to eat and drink, to get shelter and clothing, to avoid swallowing poison or stepping out of top-storey windows, and the like. Between life and death, and between physical pleasure and physical pain, there is still a distinction, but that is all. Cut off from contact with the outer world, and with the past, the citizen of Oceania is like a man in interstellar space, who has no way of knowing which direction is up and which is down. The rulers of such a state are absolute, as the Pharaohs or the Caesars could not be. They are obliged to prevent their followers from starving to death in »Pero cuando una guerra se hace continua, deja de ser peligrosa porque desaparece toda necesidad militar. El progreso técnico puede cesar y los hechos más palpables pueden ser negados o descartados como cosas sin importancia. Lo único eficaz en Oceanía es la Policía del Pensamiento. Como cada uno de los tres superestados es inconquistable, cada uno de ellos es, por tanto, un mundo separado dentro del cual puede ser practicada con toda tranquilidad cualquier perversión mental. La realidad sólo ejerce su presión sobre las necesidades de la vida cotidiana: la necesidad de comer y de beber, de vestirse y tener un techo, de no beber venenos ni caerse de las ventanas, etc... Entre la vida y la muerte, y entre el placer físico y el dolor físico, sigue habiendo una distinción, pero eso es todo. Cortados todos los contactos con el mundo exterior y con el pasado, el ciudadano de Oceanía es como un hombre en el espacio interestelar, que no tiene manera de saber por dónde se va hacia arriba y por dónde hacia abajo. Los gobernantes de un Estado como éste son absolutos como pudieran serlo los faraones o los césares. Se ven obligados a evitar que sus gentes se mueran de hambre en cantidades excesivas, y han de mantenerse al mismo nivel de baja técnica militar que sus rivales. Pero, una vez conseguido ese mínimo, pueden retorcer y deformar la realidad George Orwell 1984 229 numbers large enough to be inconvenient, and they are obliged to remain at the same low level of military technique as their rivals; but once that minimum is achieved, they can twist reality into whatever shape they choose. dándole la forma que se les antoje. The war, therefore, if we judge it by the standards of previous wars, is merely an imposture. It is like the battles between certain ruminant animals whose horns are set at such an angle that they are incapable of hurting one another. But though it is unreal it is not meaningless. It eats up the surplus of consumable goods, and it helps to preserve the special mental atmosphere that a hierarchical society needs. War, it will be seen, is now a purely internal affair. In the past, the ruling groups of all countries, although they might recognize their common interest and therefore limit the destructiveness of war, did fight against one another, and the victor always plundered the vanquished. In our own day they are not fighting against one another at all. The war is waged by each ruling group against its own subjects, and the object of the war is not to make or prevent conquests of territory, but to keep the structure of society intact. The very word ‘war’, therefore, has become misleading. It would probably be accurate to say that by becoming continuous war has ceased to exist. The peculiar pressure that it exerted on human beings between the Neolithic Age and the early twentieth century has disappeared and been replaced by something quite different. The effect would be much the same if the three super-states, instead of fighting one another, should agree to live in perpetual peace, each inviolate within its own boundaries. For in that case each would still be a self-contained universe, freed for ever from the sobering influence of external danger. A peace that was truly permanent would be the same as a permanent war. This—although the vast majority of Party members understand it only in a shallower sense—is the inner meaning of the Party slogan: WAR IS PEACE. »Por tanto, la guerra de ahora, comparada con las antiguas, es una impostura. Se podría comparar esto a las luchas entre ciertos rumiantes cuyos cuernos están colocados de tal manera que no pueden herirse. Pero aunque es una impostura, no deja de tener sentido. Sirve para consumir el sobrante de bienes y ayuda a conservar la atmósfera mental imprescindible para una sociedad jerarquizado. Como se ve, la guerra es ya sólo un asunto de política interna. En el pasado, los grupos dirigentes de todos los países, aunque reconocieran sus propios intereses e incluso los de sus enemigos y gritaran en lo posible la destructividad de la guerra, en definitiva luchaban unos contra otros y el vencedor aplastaba al vencido. En nuestros días no luchan unos contra otros, sino cada grupo dirigente contra sus propios súbditos, y el objeto de la guerra no es conquistar territorio ni defenderlo, sino mantener intacta la estructura de la sociedad. Por lo tanto, la palabra guerra se ha hecho equívoca. Quizá sería acertado decir que la guerra, al hacerse continua, ha dejado de existir. La presión que ejercía sobre los seres humanos entre la Edad neolítica y principios del siglo XX ha desaparecido, siendo sustituida por algo completamente distinto. El efecto sería muy parecido si los tres superestados, en vez de pelear cada uno con los otros, llegaran al acuerdo — respetándole — de vivir en paz perpetua sin traspasar cada uno las fronteras del otro. En ese caso, cada uno de ellos seguiría siendo un mundo cerrado libre de la angustiosa influencia del peligro externo. Una paz que fuera de verdad permanente sería lo mismo que una guerra permanente. Éste es el sentido verdadero (aunque la mayoría de los miembros del Partido lo entienden sólo de un modo superficial) de la consigna del Partido: la guerra es la paz. Winston stopped reading for a moment. Somewhere in remote distance a rocket bomb thundered. The blissful feeling of being alone with the forbidden book, in a room with no telescreen, had not worn off. Solitude and safety were Winston dejó de leer un momento. A una gran distancia había estallado una bomba. La inefable sensación de estar leyendo el libro prohibido, en una habitación sin telepantalla, seguía llenándolo de satisfacción. La soledad y la seguridad eran George Orwell 1984 230 physical sensations, mixed up somehow with the tiredness of his body, the softness of the chair, the touch of the faint breeze from the window that played upon his cheek. The book fascinated him, or more exactly it reassured him. In a sense it told him nothing that was new, but that was part of the attraction. It said what he would have said, if it had been possible for him to set his scattered thoughts in order. It was the product of a mind similar to his own, but enormously more powerful, more systematic, less fear-ridden. The best books, he perceived, are those that tell you what you know already. He had just turned back to Chapter I when he heard Julia’s footstep on the stair and started out of his chair to meet her. She dumped her brown tool-bag on the floor and flung herself into his arms. It was more than a week since they had seen one another. sensaciones físicas, mezcladas por el cansancio de su cuerpo, la suavidad de la alfombra, la caricia de la débil brisa que entraba por la ventana... El libro le fascinaba o, más exactamente, lo tranquilizaba. En cierto sentido, no le enseñaba nada nuevo, pero esto era una parte de su encanto. Decía lo que el propio Winston podía haber dicho, si le hubiera sido posible ordenar sus propios pensamientos y darles una clara expresión. Este libro era el producto de una mente semejante a la suya, pero mucho más poderosa, más sistemática y libre de temores. Pensó Winston que los mejores libros son los que nos dicen lo que ya sabemos. Había vuelto al capítulo I cuando oyó los pasos de Julia en la escalera. Se levantó del sillón para salirle al encuentro. Julia entró en ese momento, tiró su bolsa al suelo y se lanzó a los brazos de él. Hacía más de una semana que no se habían visto. ‘I’ve got THE BOOK,’ he said as they disentangled themselves. — Tengo el libro —dijo Winston en cuanto se apartaron. ‘Oh, you’ve got it? Good,’ she said without much interest, and almost immediately knelt down beside the oil stove to make the coffee. — ¿Ah, sí? Muy bien —dijo ella sin gran interés y casi inmediatamente se arrodilló junto a la estufa para hacer café. They did not return to the subject until they had been in bed for half an hour. The evening was just cool enough to make it worth while to pull up the counterpane. From below came the familiar sound of singing and the scrape of boots on the flagstones. The brawny red-armed woman whom Winston had seen there on his first visit was almost a fixture in the yard. There seemed to be no hour of daylight when she was not marching to and fro between the washtub and the line, alternately gagging herself with clothes pegs and breaking forth into lusty song. Julia had settled down on her side and seemed to be already on the point of falling asleep. He reached out for the book, which was lying on the floor, and sat up against the bedhead. No volvieron a hablar del libro hasta después de media hora de estar en la cama. La tarde era bastante fresca para que mereciera la pena cerrar la ventana. De abajo llegaban las habituales canciones y el ruido de botas sobre el empedrado. La mujer de los brazos rojizos parecía no moverse del patio. A todas horas del día estaba lavando y tendiendo ropa. Julia tenía sueño, Winston volvió a coger el libro, que estaba en el suelo, y se sentó apoyando la espalda en la cabecera de la cama. ‘We must read it,’ he said. ‘You too. All members of the Brotherhood have to read it.’ — Tenemos que leerlo —dijo —. Y tú también. Todos los miembros de la Hermandad deben leerlo. ‘You read it,’ she said with her eyes shut. ‘Read it — Léelo tú —dijo Julia con los ojos cerrados —. George Orwell 1984 231 aloud. That’s the best way. Then you can explain it to me as you go.’ Léelo en voz alta. Así es mejor. Y me puedes explicar los puntos difíciles. The clock’s hands said six, meaning eighteen. They had three or four hours ahead of them. He propped the book against his knees and began reading: El viejo reloj marcaba las seis, o sea, las dieciocho. Disponían de tres o cuatro horas más. Winston se puso el libro abierto sobre las rodillas en ángulo y empezó a leer: Chapter I «CAPÍTULO PRIMERO Ignorance is Strength La ignorancia es la fuerza Throughout recorded time, and probably since the end of the Neolithic Age, there have been three kinds of people in the world, the High, the Middle, and the Low. They have been subdivided in many ways, they have borne countless different names, and their relative numbers, as well as their attitude towards one another, have varied from age to age: but the essential structure of society has never altered. Even after enormous upheavals and seemingly irrevocable changes, the same pattern has always reasserted itself, just as a gyroscope will always return to equilibrium, however far it is pushed one way or the other »Durante todo el tiempo de que se tiene noticia, probablemente desde fines del período neolítico, ha habido en el mundo tres clases de personas: los Altos, los Medianos y los Bajos. Se han subdividido de muchos modos, han llevado muy diversos nombres y su número relativo, así como la actitud que han guardado unos hacia otros, han variado de época en época; pero la estructura esencial de la sociedad nunca ha cambiado. Incluso después de enormes con mociones y de cambios que parecían irrevocables, la misma estructura ha vuelto a imponerse, igual que un giroscopio vuelve siempre a la posición de equilibrio por mucho que lo empujemos en un sentido o en otro. ‘Julia, are you awake?’ said Winston. — Julia, ¿estás despierta? —dijo Winston. ‘Yes, my love, I’m listening. Go on. It’s marvellous.’ — Sí, amor mío, te escucho. Sigue. Es maravilloso. He continued reading: Winston continuó leyendo: The aims of these three groups are entirely irreconcilable. The aim of the High is to remain where they are. The aim of the Middle is to change places with the High. The aim of the Low, when they have an aim—for it is an abiding characteristic of the Low that they are too much crushed by drudgery to be more than intermittently conscious of anything outside their daily lives—is to abolish all distinctions and create a society in «Los fines de estos tres grupos son inconciliables. Los Altos quieren quedarse donde están. Los Medianos tratan de arrebatarles sus puestos a los Altos. La finalidad de los Bajos, cuando la tienen — porque su principal característica es hallarse aplastados por las exigencias de la vida cotidiana —, consiste en abolir todas las distinciones y crear una sociedad en que todos los hombres sean iguales. Así, vuelve a presentarse continuamente la George Orwell 1984 232 which all men shall be equal. Thus throughout history a struggle which is the same in its main outlines recurs over and over again. For long periods the High seem to be securely in power, but sooner or later there always comes a moment when they lose either their belief in themselves or their capacity to govern efficiently, or both. They are then overthrown by the Middle, who enlist the Low on their side by pretending to them that they are fighting for liberty and justice. As soon as they have reached their objective, the Middle thrust the Low back into their old position of servitude, and themselves become the High. Presently a new Middle group splits off from one of the other groups, or from both of them, and the struggle begins over again. Of the three groups, only the Low are never even temporarily successful in achieving their aims. It would be an exaggeration to say that throughout history there has been no progress of a material kind. Even today, in a period of decline, the average human being is physically better off than he was a few centuries ago. But no advance in wealth, no softening of manners, no reform or revolution has ever brought human equality a millimetre nearer. From the point of view of the Low, no historic change has ever meant much more than a change in the name of their masters. misma lucha social. Durante largos períodos, parece que los Altos se encuentran muy seguros en su poder, pero siempre llega un momento en que pierden la confianza en sí mismos o se debilita su capacidad para gobernar, o ambas cosas a la vez. Entonces son derrotados por los Medianos, que llevan junto a ellos a los Bajos porque les han asegurado que ellos representan la libertad y la justicia. En cuanto logran sus objetivos, los Medianos abandonan a los Bajos y los relegan a su antigua posición de servidumbre, convirtiéndose ellos en los Altos. Entonces, un grupo de los Medianos se separa de los demás y empiezan a luchar entre ellos. De los tres grupos, solamente los Bajos no logran sus objetivos ni siquiera transitoriamente. Sería exagerado afirmar que en toda la Historia no ha habido progreso material. Aun hoy, en un período de decadencia, el ser humano se encuentra mejor que hace unos cuantos siglos. Pero ninguna reforma ni revolución alguna han conseguido acercarse ni un milímetro a la igualdad humana. Desde el punto de vista de los Bajos, ningún cambio histórico ha significado mucho más que un cambio en el nombre de sus amos. By the late nineteenth century the recurrence of this pattern had become obvious to many observers. There then rose schools of thinkers who interpreted history as a cyclical process and claimed to show that inequality was the unalterable law of human life. This doctrine, of course, had always had its adherents, but in the manner in which it was now put forward there was a significant change. In the past the need for a hierarchical form of society had been the doctrine specifically of the High. It had been preached by kings and aristocrats and by the priests, lawyers, and the like who were parasitical upon them, and it had generally been softened by promises of compensation in an imaginary world beyond the grave. The Middle, so long as it was struggling for power, had always made use of such terms as freedom, justice, and fraternity. Now, however, the concept of human brotherhood began to be assailed by people who were not yet in positions of command, but merely hoped to be so before long. »A fines del siglo XIX eran muchos los que habían visto claro este juego. De ahí que surgieran escuelas del pensamiento que interpretaban la Historia como un proceso cíclico y aseguraban que la desigualdad era la ley inalterable de la vida humana. Desde luego, esta doctrina ha tenido siempre sus partidarios, pero se había introducido un cambio significativo. En el pasado, la necesidad de una forma jerárquica de la sociedad había sido la doctrina privativa de los Altos. Fue defendida por reyes, aristócratas, jurisconsultos, etc. Los Medianos, mientras luchaban por el poder, utilizaban términos como «libertad», «justicia» y «fraternidad». Sin embargo, el concepto de la fraternidad humana empezó a ser atacado por individuos que todavía no estaban en el Poder, pero que esperaban estarlo pronto. En el pasado, los Medianos hicieron revoluciones bajo la bandera de la igualdad, pero se limitaron a imponer una nueva tiranía apenas desaparecida la anterior. En cambio, los nuevos grupos de Medianos proclamaron de George Orwell 1984 233 In the past the Middle had made revolutions under the banner of equality, and then had established a fresh tyranny as soon as the old one was overthrown. The new Middle groups in effect proclaimed their tyranny beforehand. Socialism, a theory which appeared in the early nineteenth century and was the last link in a chain of thought stretching back to the slave rebellions of antiquity, was still deeply infected by the Utopianism of past ages. But in each variant of Socialism that appeared from about 1900 onwards the aim of establishing liberty and equality was more and more openly abandoned. The new movements which appeared in the middle years of the century, Ingsoc in Oceania, Neo-Bolshevism in Eurasia, Death-Worship, as it is commonly called, in Eastasia, had the conscious aim of perpetuating UNfreedom and INequality. These new movements, of course, grew out of the old ones and tended to keep their names and pay lip-service to their ideology. But the purpose of all of them was to arrest progress and freeze history at a chosen moment. The familiar pendulum swing was to happen once more, and then stop. As usual, the High were to be turned out by the Middle, who would then become the High; but this time, by conscious strategy, the High would be able to maintain their position permanently. antemano su tiranía. El socialismo, teoría que apareció a principios del siglo XIX y que fue el último eslabón de una cadena que se extendía hasta las rebeliones de esclavos en la Antigüedad, seguía profundamente infestado por las viejas utopías. Pero a cada variante de socialismo aparecida a partir de 1900 se abandonaba más abiertamente la pretensión de establecer la libertad y la igualdad. Los nuevos movimientos que surgieron a mediados del siglo, Ingsoc en Oceanía, neobolchevismo en Eurasia y adoración de la muerte en Asia oriental, tenían como finalidad consciente la perpetuación de la falta de libertad y de la desigualdad social. Estos nuevos movimientos, claro está, nacieron de los antiguos y tendieron a conservar sus nombres y aparentaron respetar sus ideologías. Pero el propósito de todos ellos era sólo detener el progreso e inmovilizar a la Historia en un momento dado. El movimiento de péndulo iba a ocurrir una vez más y luego a detenerse. Como de costumbre, los Altos serían desplazados por los Medianos, que entonces se convertirían a su vez en Altos, pero esta vez, por una estrategia consciente, estos últimos Altos conservarían su posición permanentemente. The new doctrines arose partly because of the accumulation of historical knowledge, and the growth of the historical sense, which had hardly existed before the nineteenth century. The cyclical movement of history was now intelligible, or appeared to be so; and if it was intelligible, then it was alterable. But the principal, underlying cause was that, as early as the beginning of the twentieth century, human equality had become technically possible. It was still true that men were not equal in their native talents and that functions had to be specialized in ways that favoured some individuals against others; but there was no longer any real need for class distinctions or for large differences of wealth. In earlier ages, class distinctions had been not only inevitable but desirable. Inequality was the price of civilization. With the development of machine production, however, the case was altered. Even if it was still necessary for human beings to do different kinds of work, it was no longer necessary for them to live at different social »Las nuevas doctrinas surgieron en parte a causa de la acumulación de conocimientos históricos y del aumento del sentido histórico, que apenas había existido antes del siglo XIX. Se entendía ya el movimiento cíclico de la Historia, o parecía entenderse; y al ser comprendido podía ser también alterado. Pero la causa principal y subyacente era que ya a principios del siglo XX era técnicamente posible la igualdad humana. Seguía siendo cierto que los hombres no eran iguales en sus facultades innatas y que las funciones habían de especializarse de modo que favorecían inevitablemente a unos individuos sobre otros; pero ya no eran precisas las diferencias de clase ni las grandes diferencias de riqueza. Antiguamente, las diferencias de clase no sólo habían sido inevitables, sino deseables. La desigualdad era el precio de la civilización. Sin embargo, el desarrollo del maquinismo iba a cambiar esto. Aunque fuera aún necesario que los seres humanos realizaran diferentes clases de trabajo, ya no era preciso que vivieran en diferentes George Orwell 1984 234 or economic levels. Therefore, from the point of view of the new groups who were on the point of seizing power, human equality was no longer an ideal to be striven after, but a danger to be averted. In more primitive ages, when a just and peaceful society was in fact not possible, it had been fairly easy to believe it. The idea of an earthly paradise in which men should live together in a state of brotherhood, without laws and without brute labour, had haunted the human imagination for thousands of years. And this vision had had a certain hold even on the groups who actually profited by each historical change. The heirs of the French, English, and American revolutions had partly believed in their own phrases about the rights of man, freedom of speech, equality before the law, and the like, and have even allowed their conduct to be influenced by them to some extent. But by the fourth decade of the twentieth century all the main currents of political thought were authoritarian. The earthly paradise had been discredited at exactly the moment when it became realizable. Every new political theory, by whatever name it called itself, led back to hierarchy and regimentation. And in the general hardening of outlook that set in round about 1930, practices which had been long abandoned, in some cases for hundreds of years—imprisonment without trial, the use of war prisoners as slaves, public executions, torture to extract confessions, the use of hostages, and the deportation of whole populations—not only became common again, but were tolerated and even defended by people who considered themselves enlightened and progressive. niveles sociales o económicos. Por tanto, desde el punto de vista de los nuevos grupos que estaban a punto de apoderarse del mando, no era ya la igualdad humana un ideal por el que convenía luchar, sino un peligro que había de ser evitado. En épocas más antiguas, cuando una sociedad justa y pacífica no era posible, resultaba muy fácil creer en ella. La idea de un paraíso terrenal en el que los hombres vivirían como hermanos, sin leyes y sin trabajo agotador, estuvo obsesionando a muchas imaginaciones durante miles de años. Y esta visión tuvo una cierta importancia incluso entre los grupos que de hecho se aprovecharon de cada cambio histórico. Los herederos de la Revolución francesa, inglesa y americana habían creído parcialmente en sus frases sobre los derechos humanos, libertad de expresión, igualdad ante la ley y demás, e incluso se dejaron influir en su conducta por algunas de ellas hasta cierto punto. Pero hacia la década cuarta del siglo XX todas las corrientes de pensamiento político eran autoritarias. Pero ese paraíso terrenal quedó desacreditado precisamente cuando podía haber sido realizado, y en el segundo cuarto del siglo XX volvieron a ponerse en práctica procedimientos que ya no se usaban desde hacía siglos: encarcelamiento sin proceso, empleo de los prisioneros de guerra como esclavos, ejecuciones públicas, tortura para extraer confesiones, uso de rehenes y deportación de poblaciones en masa. Todo esto se hizo habitual y fue defendido por individuos considerados como inteligentes y avanzados. Los nuevos sistemas políticos se basaban en la jerarquía y la regimentación. It was only after a decade of national wars, civil wars, revolutions, and counter-revolutions in all parts of the world that Ingsoc and its rivals emerged as fully worked-out political theories. But they had been foreshadowed by the various systems, generally called totalitarian, which had appeared earlier in the century, and the main outlines of the world which would emerge from the prevailing chaos had long been obvious. What kind of people would control this world had been equally obvious. The new aristocracy was made up for the most part of bureaucrats, scientists, technicians, trade-union organizers, publicity experts, sociologists, teachers, journalists, and »Después de una década de guerras nacionales, guerras civiles, revoluciones y contrarrevoluciones en todas partes del mundo, surgieron el Ingsoc y sus rivales como teorías políticas inconmovibles. Pero ya las habían anunciado los varios sistemas, generalmente llamados totalitarios, que aparecieron durante el segundo cuarto de siglo y se veía claramente el perfil que había de tener el mundo futuro. La nueva aristocracia estaba formada en su mayoría por burócratas, hombres de ciencia, técnicos, organizadores sindicales, especialistas en propaganda, sociólogos, educadores, Periodistas y políticos profesionales. Esta gente, cuyo origen estaba en la clase media asalariada y en la capa George Orwell professional politicians. These people, whose origins lay in the salaried middle class and the upper grades of the working class, had been shaped and brought together by the barren world of monopoly industry and centralized government. As compared with their opposite numbers in past ages, they were less avaricious, less tempted by luxury, hungrier for pure power, and, above all, more conscious of what they were doing and more intent on crushing opposition. This last difference was cardinal. By comparison with that existing today, all the tyrannies of the past were halfhearted and inefficient. The ruling groups were always infected to some extent by liberal ideas, and were content to leave loose ends everywhere, to regard only the overt act and to be uninterested in what their subjects were thinking. Even the Catholic Church of the Middle Ages was tolerant by modern standards. Part of the reason for this was that in the past no government had the power to keep its citizens under constant surveillance. The invention of print, however, made it easier to manipulate public opinion, and the film and the radio carried the process further. With the development of television, and the technical advance which made it possible to receive and transmit simultaneously on the same instrument, private life came to an end. Every citizen, or at least every citizen important enough to be worth watching, could be kept for twenty-four hours a day under the eyes of the police and in the sound of official propaganda, with all other channels of communication closed. 1984 235 The possibility of enforcing not only complete obedience to the will of the State, but complete uniformity of opinion on all subjects, now existed for the first time. superior de la clase obrera, había sido formada y agrupada por el mundo inhóspito de la industria monopolizada y el gobierno centralizado. Comparados con los miembros de las clases dirigentes en el pasado, esos hombres eran menos avariciosos, les tentaba menos el lujo y más el placer de mandar, y, sobre todo, tenían más conciencia de lo que estaban haciendo y se dedicaban con mayor intensidad a aplastar a la oposición. Esta última diferencia era esencial. Comparadas con la que hoy existe, todas las tiranías del pasado fueron débiles e ineficaces. Los grupos gobernantes se hallaban contagiados siempre en cierta medida por las ideas liberales y no les importaba dejar cabos sueltos por todas partes. Sólo se preocupaban por los actos realizados y no se interesaban por lo que los súbditos pudieran pensar. En parte, esto se debe a que en el pasado ningún Estado tenía el poder necesario para someter a todos sus ciudadanos a una vigilancia constante. Sin embargo, el invento de la imprenta facilitó mucho el manejo de la opinión pública, y el cine y la radio contribuyeron en gran escala a acentuar este proceso. Con el desarrollo de la televisión y el adelanto técnico que hizo posible recibir y transmitir simultáneamente en el mismo aparato, terminó la vida privada. Todos los ciudadanos, o por lo menos todos aquellos ciudadanos que poseían la suficiente importancia para que mereciese la pena vigilarlos, podían ser tenidos durante las veinticuatro horas del día bajo la constante observación de la policía y rodeados sin cesar por la propaganda oficial, mientras que se les cortaba toda comunicación con el mundo exterior. »Por primera vez en la Historia existía la posibilidad de forzar a los gobernados, no sólo a una completa obediencia a la voluntad del Estado, sino a la completa uniformidad de opinión. After the revolutionary period of the fifties and sixties, society regrouped itself, as always, into High, Middle, and Low. But the new High group, unlike all its forerunners, did not act upon instinct but knew what was needed to safeguard its position. It had long been realized that the only secure basis for oligarchy is collectivism. Wealth and privilege are most easily defended when they are possessed jointly. The so-called ‘abolition of private property’ which took place in the middle »Después del período revolucionario entre los años cincuenta y tantos y setenta, la sociedad volvió a agruparse como siempre, en Altos, Medios y Bajos. Pero el nuevo grupo de Altos, a diferencia de sus predecesores, no actuaba ya por instinto, sino que sabía lo que necesitaba hacer para salvaguardar su posición. Los privilegiados se habían dado cuenta desde hacía bastante tiempo de que la base más segura para la oligarquía es el colectivismo. La riqueza y los privilegios se defienden más George Orwell 1984 236 years of the century meant, in effect, the concentration of property in far fewer hands than before: but with this difference, that the new owners were a group instead of a mass of individuals. Individually, no member of the Party owns anything, except petty personal belongings. Collectively, the Party owns everything in Oceania, because it controls everything, and disposes of the products as it thinks fit. In the years following the Revolution it was able to step into this commanding position almost unopposed, because the whole process was represented as an act of collectivization. It had always been assumed that if the capitalist class were expropriated, Socialism must follow: and unquestionably the capitalists had been expropriated. Factories, mines, land, houses, transport—everything had been taken away from them: and since these things were no longer private property, it followed that they must be public property. Ingsoc, which grew out of the earlier Socialist movement and inherited its phraseology, has in fact carried out the main item in the Socialist programme; with the result, foreseen and intended beforehand, that economic inequality has been made permanent. fácilmente cuando se poseen conjuntamente. La llamada «abolición de la propiedad privada», que ocurrió a mediados de este siglo, quería decir que la propiedad iba a concentrarse en un número mucho menor de manos que anteriormente, pero con esta diferencia: que los nuevos dueños constituirían un grupo en vez de una masa de individuos. Individualmente, ningún miembro del Partido posee nada, excepto insignificantes objetos de uso personal. Colectivamente, el Partido es el dueño de todo lo que hay en Oceanía, porque lo controla todo y dispone de los productos como mejor se le antoja. En los años que siguieron, la Revolución pudo ese grupo tomar el mando sin encontrar apenas oposición porque todo el proceso fue presentado como un acto de colectivización. Siempre se había dado por cierto que si la clase capitalista era expropiada, el socialismo se impondría, y era un hecho que los capitalistas habían sido expropiados. Las fábricas, las minas, las tierras, las casas, los medios de transporte, todo se les había quitado, y como todo ello dejaba de ser propiedad privada, era evidente que pasaba a ser propiedad pública. El Ingsoc, procedente del antiguo socialismo y que había heredado su fraseología, realizó, los principios fundamentales de ese socialismo, con el resultado previsto y deseado, de que la desigualdad económica se hizo permanente. But the problems of perpetuating a hierarchical society go deeper than this. There are only four ways in which a ruling group can fall from power. Either it is conquered from without, or it governs so inefficiently that the masses are stirred to revolt, or it allows a strong and discontented Middle group to come into being, or it loses its own selfconfidence and willingness to govern. These causes do not operate singly, and as a rule all four of them are present in some degree. A ruling class which could guard against all of them would remain in power permanently. Ultimately the determining factor is the mental attitude of the ruling class itself. »Pero los problemas que plantea la perpetuación de una sociedad jerarquizada son mucho más complicados. Sólo hay cuatro medios de que un grupo dirigente sea derribado del Poder. O es vencido desde fuera, o gobierna tan ineficazmente que las masas se le rebelan, o permite la formación de un grupo medio que lo pueda desplazar, o pierde la confianza en sí mismo y la voluntad de mando. Estas causas no operan sueltas, y por lo general se presentan las cuatro combinadas en cierta medida. El factor que decide en última instancia es la actitud mental de la propia clase gobernante. After the middle of the present century, the first danger had in reality disappeared. Each of the three powers which now divide the world is in fact unconquerable, and could only become conquerable through slow demographic changes »Después de mediados del siglo XX, el primer peligro había desaparecido. No había posibilidad de una derrota infligida por una Potencia enemiga. Cada uno de los tres superestados en que ahora se divide el mundo es inconquistable, y sólo podría George Orwell 1984 237 which a government with wide powers can easily avert. The second danger, also, is only a theoretical one. The masses never revolt of their own accord, and they never revolt merely because they are oppressed. Indeed, so long as they are not permitted to have standards of comparison, they never even become aware that they are oppressed. The recurrent economic crises of past times were totally unnecessary and are not now permitted to happen, but other and equally large dislocations can and do happen without having political results, because there is no way in which discontent can become articulate. As for the problem of overproduction, which has been latent in our society since the development of machine technique, it is solved by the device of continuous warfare (see Chapter III), which is also useful in keying up public morale to the necessary pitch. From the point of view of our present rulers, therefore, the only genuine dangers are the splitting-off of a new group of able, under-employed, power-hungry people, and the growth of liberalism and scepticism in their own ranks. The problem, that is to say, is educational. It is a problem of continuously moulding the consciousness both of the directing group and of the larger executive group that lies immediately below it. The consciousness of the masses needs only to be influenced in a negative way. llegar a ser conquistado por lentos cambios demográficos, que un Gobierno con amplios poderes puede evitar muy fácilmente. El segundo peligro es sólo teórico. Las masas nunca se levantan por su propio impulso y nunca lo harán por la sola razón de que están oprimidas. Las crisis económicas del pasado fueron absolutamente innecesarias y ahora no se tolera que ocurran, pero de todos modos ninguna razón de descontento podrá tener ahora resultados políticos, ya que no hay modo de que el descontento se articule. En cuanto al problema de la superproducción, que ha estado latente en nuestra sociedad desde el desarrollo del maquinismo, queda resuelto por el recurso de la guerra continua (véase el capítulo III), que es también necesaria para mantener la moral pública a un elevado nivel. Por tanto, desde el punto de vista de nuestros actuales gobernantes, los únicos peligros auténticos son la aparición de un nuevo grupo de personas muy capacitadas y ávidas de poder o el crecimiento del espíritu liberal y del escepticismo en las propias filas gubernamentales. O sea, todo se reduce a un problema de educación, a moldear continuamente la mentalidad del grupo dirigente y del que se halla inmediatamente debajo de él. En cambio, la conciencia de las masas sólo ha de ser influida de un modo negativo. Given this background, one could infer, if one did not know it already, the general structure of Oceanic society. At the apex of the pyramid comes Big Brother. Big Brother is infallible and allpowerful. Every success, every achievement, every victory, every scientific discovery, all knowledge, all wisdom, all happiness, all virtue, are held to issue directly from his leadership and inspiration. Nobody has ever seen Big Brother. He is a face on the hoardings, a voice on the telescreen. We may be reasonably sure that he will never die, and there is already considerable uncertainty as to when he was born. Big Brother is the guise in which the Party chooses to exhibit itself to the world. His function is to act as a focusing point for love, fear, and reverence, emotions which are more easily felt towards an individual than towards an organization. Below Big Brother comes the Inner Party. Its numbers limited to six millions, or something less than 2 per cent of the population of »Con este fondo se puede deducir la estructura general de la sociedad de Oceanía. En el vértice de la pirámide está el Gran Hermano. Éste es infalible y todopoderoso. Todo triunfo, todo descubrimiento científico, toda sabiduría, toda felicidad, toda virtud, se considera que procede directamente de su inspiración y de su poder. Nadie ha visto nunca al Gran Hermano. Es una cara en los carteles, una voz en la telepantalla. Podemos estar seguros de que nunca morirá y no hay manera de saber cuándo nació. El Gran Hermano es la concreción con que el Partido se presenta al mundo. Su función es actuar como punto de mira para todo amor, miedo o respeto, emociones que se sienten con mucha mayor facilidad hacia un individuo que hacia una organización. Detrás del Gran Hermano se halla el Partido Interior, del cual sólo forman parte seis millones de personas, o sea, menos del seis por ciento de la población de Oceanía. Después del Partido Interior, tenernos el Partido Exterior; y si el George Orwell 1984 238 Oceania. Below the Inner Party comes the Outer Party, which, if the Inner Party is described as the brain of the State, may be justly likened to the hands. Below that come the dumb masses whom we habitually refer to as ‘the proles’, numbering perhaps 85 per cent of the population. In the terms of our earlier classification, the proles are the Low: for the slave population of the equatorial lands who pass constantly from conqueror to conqueror, are not a permanent or necessary part of the structure. primero puede ser descrito como «el cerebro del Estado», el segundo pudiera ser comparado a las manos. Más abajo se encuentra la masa amorfa de los proles, que constituyen quizá el 85 por ciento de la población. En los términos de nuestra anterior clasificación, los proles son los Bajos. Y las masas de esclavos procedentes de las tierras ecuatoriales, que pasan constantemente de vencedor a vencedor (no olvidemos que «vencedor» sólo debe ser tomado de un modo relativo) y no forman parte de la población propiamente dicha. In principle, membership of these three groups is not hereditary. The child of Inner Party parents is in theory not born into the Inner Party. Admission to either branch of the Party is by examination, taken at the age of sixteen. Nor is there any racial discrimination, or any marked domination of one province by another. Jews, Negroes, South Americans of pure Indian blood are to be found in the highest ranks of the Party, and the administrators of any area are always drawn from the inhabitants of that area. In no part of Oceania do the inhabitants have the feeling that they are a colonial population ruled from a distant capital. Oceania has no capital, and its titular head is a person whose whereabouts nobody knows. Except that English is its chief LINGUA FRANCA and Newspeak its official language, it is not centralized in any way. Its rulers are not held together by blood-ties but by adherence to a common doctrine. It is true that our society is stratified, and very rigidly stratified, on what at first sight appear to be hereditary lines. There is far less to-and-fro movement between the different groups than happened under capitalism or even in the preindustrial age. Between the two branches of the Party there is a certain amount of interchange, but only so much as will ensure that weaklings are excluded from the Inner Party and that ambitious members of the Outer Party are made harmless by allowing them to rise. Proletarians, in practice, are not allowed to graduate into the Party. The most gifted among them, who might possibly become nuclei of discontent, are simply marked down by the Thought Police and eliminated. But this state of affairs is not necessarily permanent, nor is it a matter of principle. The Party is not a class in the old sense of the word. It does not aim at transmitting power to its own children, as such; »En principio, la pertenencia a estos tres grupos no es hereditaria. No se considera que un niño nazca dentro del Partido Interior porque sus padres pertenezcan a él. La entrada en cada una de las ramas del Partido se realiza mediante examen a la edad de dieciséis años. Tampoco hay prejuicios raciales ni dominio de una provincia sobre otra. En los más elevados puestos del Partido encontramos judíos, negros, sudamericanos de pura sangre india, y los dirigentes de cualquier — zona proceden siempre de los habitantes de ese área. En ninguna parte de Oceanía tienen sus habitantes la sensación de ser una población colonial regida desde una capital remota. Oceanía no tiene capital y su jefe titular es una persona cuya residencia nadie conoce. No está centralizada en modo alguno, aparte de que el inglés es su principal lingua franca y que la neolengua es su idioma oficial. Sus gobernantes no se hallan ligados por lazos de sangre, sino por la adherencia a una doctrina común. Es verdad que nuestra sociedad se compone de estratos — una división muy rígida en estratos — ateniéndose a lo que a primera vista parecen normas hereditarias. Hay mucho menos intercambio entre los diferentes grupos de lo que había en la época capitalista o en las épocas preindustriales. Entre las dos ramas del Partido se verifica algún intercambio, pero solamente lo necesario para que los débiles sean excluidos del Partido Interior y que los miembros ambiciosos del Partido Exterior pasen a ser inofensivos al subir de categoría. En la práctica, los proletarios no pueden entrar en el Partido. Los más dotados de ellos, que podían quizá constituir un núcleo de descontentos, son fichados por la Policía del Pensamiento y eliminados. Pero semejante estado de cosas no es permanente ni de ello se hace cuestión de principio. El Partido no es una clase en el antiguo sentido de la palabra. No se propone George Orwell 1984 239 and if there were no other way of keeping the ablest people at the top, it would be perfectly prepared to recruit an entire new generation from the ranks of the proletariat. In the crucial years, the fact that the Party was not a hereditary body did a great deal to neutralize opposition. The older kind of Socialist, who had been trained to fight against something called ‘class privilege’ assumed that what is not hereditary cannot be permanent. He did not see that the continuity of an oligarchy need not be physical, nor did he pause to reflect that hereditary aristocracies have always been shortlived, whereas adoptive organizations such as the Catholic Church have sometimes lasted for hundreds or thousands of years. The essence of oligarchical rule is not father-to-son inheritance, but the persistence of a certain world-view and a certain way of life, imposed by the dead upon the living. A ruling group is a ruling group so long as it can nominate its successors. The Party is not concerned with perpetuating its blood but with perpetuating itself. WHO wields power is not important, provided that the hierarchical structure remains always the same. transmitir el poder a sus hijos como tales descendientes directos, y si no hubiera otra manera de mantener en los puestos de mando a los individuos más capaces, estaría dispuesto el Partido a reclutar una generación completamente nueva de entre las filas del proletariado. En los años cruciales, el hecho de que el Partido no fuera un cuerpo hereditario contribuyó muchísimo a neutralizar la oposición. El socialista de la vieja escuela, acostumbrado a luchar contra algo que se llamaba «privilegios de clase», daba por cierto que todo lo que no es hereditario no puede ser permanente. No comprendía que la continuidad de una oligarquía no necesita ser física ni se paraba a pensar que las aristocracias hereditarias han sido siempre de corta vida, mientras que organizaciones basadas en la adopción han durado centenares y miles de años. Lo esencial de la regla oligárquica no es la herencia de padre a hijo, sino la persistencia de una cierta manera de ver el mundo y de un cierto modo de vida impuesto por los muertos a los vivos. Un grupo dirigente es tal grupo dirigente en tanto pueda nombrarla sus sucesores. El Partido no se preocupa de perpetuar su sangre, sino de perpetuarse a sí mismo. No importa quién detenta el Poder con tal de que la estructura jerárquica sea siempre la misma. All the beliefs, habits, tastes, emotions, mental attitudes that characterize our time are really designed to sustain the mystique of the Party and prevent the true nature of present-day society from being perceived. Physical rebellion, or any preliminary move towards rebellion, is at present not possible. From the proletarians nothing is to be feared. Left to themselves, they will continue from generation to generation and from century to century, working, breeding, and dying, not only without any impulse to rebel, but without the power of grasping that the world could be other than it is. They could only become dangerous if the advance of industrial technique made it necessary to educate them more highly; but, since military and commercial rivalry are no longer important, the level of popular education is actually declining. What opinions the masses hold, or do not hold, is looked on as a matter of indifference. They can be granted intellectual liberty because they have no intellect. In a Party member, on the other hand, not even the smallest »Todas las creencias, costumbres, aficiones, emociones y actitudes mentales que caracterizan a nuestro tiempo sirven para sostener la mística del Partido y evitar que la naturaleza de la sociedad actual sea percibido por la masa. La rebelión física o cualquier movimiento preliminar hacia la rebelión no es posible en nuestros días. Nada hay que temer de los proletarios. Dejados aparte, continuarán, de generación en generación y de siglo en siglo, trabajando, procreando y muriendo, no sólo sin sentir impulsos de rebelarse, sino sin la facultad de comprender que el mundo podría ser diferente de lo que es. Sólo podrían convertirse en peligrosos si el progreso de la técnica industrial hiciera necesario educarles mejor; pero como la rivalidad militar y comercial ha perdido toda importancia, el nivel de la educación popular declina continuamente. Las opiniones que tenga o no tenga la masa se consideran con absoluta indiferencia. A los proletarios se les puede conceder la libertad intelectual por la sencilla razón de que no tienen intelecto alguno. En cambio, a un George Orwell 1984 240 deviation of opinion on the most unimportant subject can be tolerated. miembro del Partido no se le puede tolerar ni siquiera la más pequeña desviación ideológica. A Party member lives from birth to death under the eye of the Thought Police. Even when he is alone he can never be sure that he is alone. Wherever he may be, asleep or awake, working or resting, in his bath or in bed, he can be inspected without warning and without knowing that he is being inspected. Nothing that he does is indifferent. His friendships, his relaxations, his behaviour towards his wife and children, the expression of his face when he is alone, the words he mutters in sleep, even the characteristic movements of his body, are all jealously scrutinized. Not only any actual misdemeanour, but any eccentricity, however small, any change of habits, any nervous mannerism that could possibly be the symptom of an inner struggle, is certain to be detected. He has no freedom of choice in any direction whatever. On the other hand his actions are not regulated by law or by any clearly formulated code of behaviour. In Oceania there is no law. Thoughts and actions which, when detected, mean certain death are not formally forbidden, and the endless purges, arrests, tortures, imprisonments, and vaporizations are not inflicted as punishment for crimes which have actually been committed, but are merely the wiping-out of persons who might perhaps commit a crime at some time in the future. A Party member is required to have not only the right opinions, but the right instincts. Many of the beliefs and attitudes demanded of him are never plainly stated, and could not be stated without laying bare the contradictions inherent in Ingsoc. If he is a person naturally orthodox (in Newspeak a GOODTHINKER), he will in all circumstances know, without taking thought, what is the true belief or the desirable emotion. But in any case an elaborate mental training, undergone in childhood and grouping itself round the Newspeak words CRIMESTOP, BLACKWHITE, and DOUBLETHINK, makes him unwilling and unable to think too deeply on any subject whatever. »Todo miembro del Partido vive, desde su nacimiento hasta su muerte, vigilado por la Policía del Pensamiento. Incluso cuando está solo no puede tener la seguridad de hallarse efectivamente solo. Dondequiera que esté, dormido o despierto, trabajando o descansando, en el baño o en la cama, puede ser inspeccionado sin previo aviso y sin que él sepa que lo inspeccionan. Nada de lo que hace es indiferente para la Policía del Pensamiento. Sus amistades, sus distracciones, su conducta con su mujer y sus hijos, la expresión de su rostro cuando se encuentra solo, las palabras que murmura durmiendo, incluso los movimientos característicos de su cuerpo, son analizados escrupulosamente. No sólo una falta efectiva en su conducta, sino cualquier pequeña excentricidad, cualquier cambio de costumbres, cualquier gesto nervioso que pueda ser el síntoma de una lucha interna, será estudiado con todo interés. El miembro del Partido carece de toda libertad para decidirse por una dirección determinada; no puede elegir en modo alguno. Por otra parte, sus actos no están regulados por ninguna ley ni por un código de conducta claramente formulado. En Oceanía no existen leyes. Los pensamientos y actos que, una vez descubiertos, acarrean la muerte segura, no están prohibidos expresamente y las interminables purgas, torturas, detenciones y vaporizaciones no se le aplican al individuo como castigo por crímenes que haya cometido, sino que son sencillamente el barrido de personas que quizás algún día pudieran cometer un crimen político. No sólo se le exige al miembro del Partido que tenga las opiniones que se consideran buenas, sino también los instintos ortodoxos. Muchas de las creencias y actitudes que se le piden no llegan a fijarse nunca en normas estrictas y no podrían ser proclamadas sin incurrir en flagrantes contradicciones con los principios mismos del Ingsoc. Si una persona es ortodoxa por naturaleza (en neolengua se le llama piensabien) sabrá en cualquier circunstancia, sin detenerse a pensarlo, cuál es la creencia acertada o la emoción deseable. Pero en todo caso, un enfrentamiento mental complicado, que comienza en la infancia y se concentra en torno a las palabras neolingüísticas paracrimen, negroblanco y doblepensar, le convierte en un ser incapaz de pensar demasiado George Orwell 1984 241 sobre cualquier tema. A Party member is expected to have no private emotions and no respites from enthusiasm. He is supposed to live in a continuous frenzy of hatred of foreign enemies and internal traitors, triumph over victories, and self-abasement before the power and wisdom of the Party. The discontents produced by his bare, unsatisfying life are deliberately turned outwards and dissipated by such devices as the Two Minutes Hate, and the speculations which might possibly induce a sceptical or rebellious attitude are killed in advance by his early acquired inner discipline. The first and simplest stage in the discipline, which can be taught even to young children, is called, in Newspeak, CRIMESTOP. CRIMESTOP means the faculty of stopping short, as though by instinct, at the threshold of any dangerous thought. It includes the power of not grasping analogies, of failing to perceive logical errors, of misunderstanding the simplest arguments if they are inimical to Ingsoc, and of being bored or repelled by any train of thought which is capable of leading in a heretical direction. CRIMESTOP, in short, means protective stupidity. But stupidity is not enough. On the contrary, orthodoxy in the full sense demands a control over one’s own mental processes as complete as that of a contortionist over his body. Oceanic society rests ultimately on the belief that Big Brother is omnipotent and that the Party is infallible. But since in reality Big Brother is not omnipotent and the party is not infallible, there is need for an unwearying, moment-to-moment flexibility in the treatment of facts. The keyword here is BLACKWHITE. Like so many Newspeak words, this word has two mutually contradictory meanings. Applied to an opponent, it means the habit of impudently claiming that black is white, in contradiction of the plain facts. Applied to a Party member, it means a loyal willingness to say that black is white when Party discipline demands this. But it means also the ability to BELIEVE that black is white, and more, to KNOW that black is white, and to forget that one has ever believed the contrary. This demands a continuous alteration of the past, made possible by the system of thought which really embraces all the rest, and which is known in Newspeak as DOUBLETHINK. »Se espera que todo miembro del Partido carezca de emociones privadas y que su entusiasmo no se enfríe en ningún momento. Se supone que vive en un continuo frenesí de odio contra los enemigos extranjeros y los traidores de su propio país, en una exaltación triunfal de las victorias y en absoluta humildad y entrega ante el Poder y la sabiduría del Partido. Los descontentos producidos por esta vida tan seca y poco satisfactoria son suprimidos de raíz mediante la vibración emocional de los Dos Minutos de Odio, y las especulaciones que podrían quizá llevar a una actitud escéptica o rebelde son aplastadas en sus comienzos o, mejor dicho, antes de asomar a la conciencia, mediante la disciplina interna adquirida desde la niñez. La primera etapa de esta disciplina, que puede ser enseñada incluso a los niños, se llama en neolengua paracrimen. Paracrimen significa la facultad de parar, de cortar en seco, de un modo casi instintivo, todo pensamiento peligroso que pretenda salir a la superficie. Incluye esta facultad la de no percibir las analogías, de no darse cuenta de los errores de lógica, de no comprender los razonamientos más sencillos si son contrarios a los principios del Ingsoc de sentirse fastidiado e incluso asqueado por todo pensamiento orientado en una dirección herética. Paracrimen equivale, pues, a estupidez protectora. Pero no basta con la estupidez. Por el contrario, la ortodoxia en su más completo sentido exige un control sobre nuestros procesos mentales, un autodominio tan completo como el de una contorsionista sobre su cuerpo. La sociedad oceánica se apoya en definitiva sobre la creencia de que el Gran Hermano es omnipotente y que el Partido es infalible. Pero como en realidad el Gran Hermano no es omnipotente y el Partido no es infalible, se requiere una incesante flexibilidad para enfrentarse con los hechos. La palabra clave en esto es negroblanco. Como tantas palabras neolingüísticas, ésta tiene dos significados contradictorios. Aplicada a un contrario, significa la costumbre de asegurar descaradamente que lo negro es blanco en contradicción con la realidad de los hechos. Aplicada a un miembro del Partido significa la buena y leal voluntad de afirmar que lo negro es blanco cuando la disciplina del Partido lo exija. Pero también se designa con esa palabra la facultad de creer que lo negro es blanco, más aún, George Orwell 1984 242 de saber que lo negro es blanco y olvidar que alguna vez se creyó lo contrario. Esto exige una continua alteración del pasado, posible gracias al sistema de pensamiento que abarca a todo lo demás y que se conoce con el nombre de doblepensar. The alteration of the past is necessary for two reasons, one of which is subsidiary and, so to speak, precautionary. The subsidiary reason is that the Party member, like the proletarian, tolerates present-day conditions partly because he has no standards of comparison. He must be cut off from the past, just as he must be cut off from foreign countries, because it is necessary for him to believe that he is better off than his ancestors and that the average level of material comfort is constantly rising. But by far the more important reason for the readjustment of the past is the need to safeguard the infallibility of the Party. It is not merely that speeches, statistics, and records of every kind must be constantly brought up to date in order to show that the predictions of the Party were in all cases right. It is also that no change in doctrine or in political alignment can ever be admitted. For to change one’s mind, or even one’s policy, is a confession of weakness. If, for example, Eurasia or Eastasia (whichever it may be) is the enemy today, then that country must always have been the enemy. And if the facts say otherwise then the facts must be altered. Thus history is continuously rewritten. This day-to-day falsification of the past, carried out by the Ministry of Truth, is as necessary to the stability of the regime as the work of repression and espionage carried out by the Ministry of Love. »La alteración del pasado es necesaria por dos razones, una de las cuales es subsidiaria y, por decirlo así, de precaución. La razón subsidiaria es que el miembro del Partido, lo mismo que el proletario, tolera las condiciones de vida actuales, en gran parte porque no tiene con qué compararlas. Hay que cortarle radicalmente toda relación con el pasado, así como hay que aislarlo de los países extranjeros, porque es necesario que se crea en mejores condiciones que sus antepasados y que se haga la ilusión de que el nivel de comodidades materiales crece sin cesar. Pero la razón más importante para «reformar» el pasado es la necesidad de salvaguardar la infalibilidad del Partido. No solamente es preciso poner al día los discursos, estadísticas y datos de toda clase para demostrar que las predicciones del Partido nunca fallan, sino que no puede admitirse en ningún caso que la doctrina política del Partido haya cambiado lo más mínimo porque cualquier variación de táctica política es una confesión de debilidad. Si, por ejemplo, Eurasia o Asia Orientales la enemiga de hoy, es necesario que ese país (el que sea de los dos, según las circunstancias) figure como el enemigo de siempre. Y si los hechos demuestran otra cosa, habrá que cambiar los hechos. Así, la Historia ha de ser escrita continuamente. Esta falsificación diaria del pasado, realizada por el Ministerio de la Verdad, es tan imprescindible para la estabilidad del régimen como la represión y el espionaje efectuados por el Ministerio del Amor. The mutability of the past is the central tenet of Ingsoc. Past events, it is argued, have no objective existence, but survive only in written records and in human memories. The past is whatever the records and the memories agree upon. And since the Party is in full control of all records and in equally full control of the minds of its members, it follows that the past is whatever the Party chooses to make it. It also follows that though the past is alterable, it never has been altered in any specific instance. For when it has been recreated in »La mutabilidad del pasado es el eje del Ingsoc. Los acontecimientos pretéritos no tienen existencia objetiva, sostiene el Partido, sino que sobreviven sólo en los documentos y en las memorias de los hombres. El pasado es únicamente lo que digan los testimonios escritos y la memoria humana. Pero como quiera que el Partido controla por completo todos los documentos y también la mente de todos sus miembros, resulta que el pasado será lo que el Partido quiera que sea. También resulta que aunque el pasado puede ser cambiado, nunca lo ha sido en George Orwell 1984 243 whatever shape is needed at the moment, then this new version IS the past, and no different past can ever have existed. This holds good even when, as often happens, the same event has to be altered out of recognition several times in the course of a year. At all times the Party is in possession of absolute truth, and clearly the absolute can never have been different from what it is now. It will be seen that the control of the past depends above all on the training of memory. To make sure that all written records agree with the orthodoxy of the moment is merely a mechanical act. But it is also necessary to REMEMBER that events happened in the desired manner. And if it is necessary to rearrange one’s memories or to tamper with written records, then it is necessary to FORGET that one has done so. The trick of doing this can be learned like any other mental technique. It is learned by the majority of Party members, and certainly by all who are intelligent as well as orthodox. In Oldspeak it is called, quite frankly, ‘reality control’. In Newspeak it is called DOUBLETHINK, though DOUBLETHINK comprises much else as well. ningún caso concreto. En efecto, cada vez que ha habido que darle nueva forma por las exigencias del momento, esta nueva versión es ya el pasado y no ha existido ningún pasado diferente. Esto sigue siendo así incluso cuando — como ocurre a menudo — el mismo acontecimiento tenga que ser alterado, hasta hacerse irreconocible, varias veces en el transcurso de un año. En cualquier momento se halla el Partido en posesión de la verdad absoluta y, naturalmente, lo absoluto no puede haber sido diferente de lo que es ahora. Se verá, pues, que el control del pasado depende por completo del entrenamiento de la memoria. La seguridad de que todos los escritos están de acuerdo con el punto de vista ortodoxo que exigen las circunstancias, no es más que una labor mecánica. Pero también es preciso recordar que los acontecimientos ocurrieron de la manera deseada. Y si es necesario adaptar de nuevo nuestros recuerdos o falsificar los documentos, también es necesario olvidar que se ha hecho esto. Este truco puede aprenderse como cualquier otra técnica mental. La mayoría de los miembros del Partido lo aprenden y desde luego lo consiguen muy bien todos aquellos que son inteligentes además de ortodoxos. En el antiguo idioma se conoce esta operación con toda franqueza como «control de la realidad». En neolengua se le llama doblepensar, aunque también es verdad que doblepensar comprende muchas cosas. DOUBLETHINK means the power of holding two contradictory beliefs in one’s mind simultaneously, and accepting both of them. The Party intellectual knows in which direction his memories must be altered; he therefore knows that he is playing tricks with reality; but by the exercise of DOUBLETHINK he also satisfies himself that reality is not violated. The process has to be conscious, or it would not be carried out with sufficient precision, but it also has to be unconscious, or it would bring with it a feeling of falsity and hence of guilt. DOUBLETHINK lies at the very heart of Ingsoc, since the essential act of the Party is to use conscious deception while retaining the firmness of purpose that goes with complete honesty. To tell deliberate lies while genuinely believing in them, to forget any fact that has become inconvenient, and then, when it becomes necessary again, to draw it back from oblivion for just so long as it is needed, to deny the Doblepensar significa el poder, la facultad de sostener dos opiniones contradictorias simultáneamente, dos creencias contrarias albergadas a la vez en la mente. El intelectual del Partido sabe en qué dirección han de ser alterados sus recuerdos; por tanto, sabe que está trucando la realidad; pero al mismo tiempo se satisface a sí mismo por medio del ejercicio del doblepensar en el sentido de que la realidad no queda violada. Este proceso ha de ser consciente, pues, si no, no se verificaría con la suficiente precisión, pero también tiene que ser inconsciente para que no deje un sentimiento de falsedad y, por tanto, de culpabilidad. El doblepensar está arraigando en el corazón mismo del Ingsoc, ya que el acto esencial del Partido es el empleo del engaño consciente, conservando a la vez la firmeza de propósito que caracteriza a la auténtica honradez. Decir mentiras a la vez que se cree sinceramente en ellas, olvidar todo hecho que no convenga recordar, y luego, George Orwell 1984 244 existence of objective reality and all the while to take account of the reality which one denies—all this is indispensably necessary. Even in using the word DOUBLETHINK it is necessary to exercise DOUBLETHINK. For by using the word one admits that one is tampering with reality; by a fresh act of DOUBLETHINK one erases this knowledge; and so on indefinitely, with the lie always one leap ahead of the truth. Ultimately it is by means of DOUBLETHINK that the Party has been able—and may, for all we know, continue to be able for thousands of years—to arrest the course of history. cuando vuelva a ser necesario, sacarlo del olvido sólo por el tiempo que convenga, negar la existencia de la realidad objetiva sin dejar ni por un momento de saber que existe esa realidad que se niega... todo esto es indispensable. Incluso para usar la palabra doblepensar es preciso emplear el doblepensar. Porque para usar la palabra se admite que se están haciendo trampas con la realidad. Mediante un nuevo acto de doblepensar se borra este conocimiento; y así indefinidamente, manteniéndose la mentira siempre unos pasos delante de la verdad. En definitiva, gracias al doblepensar ha sido capaz el Partido — y seguirá siéndolo durante miles de años — de parar el curso de la Historia. All past oligarchies have fallen from power either because they ossified or because they grew soft. Either they became stupid and arrogant, failed to adjust themselves to changing circumstances, and were overthrown; or they became liberal and cowardly, made concessions when they should have used force, and once again were overthrown. They fell, that is to say, either through consciousness or through unconsciousness. It is the achievement of the Party to have produced a system of thought in which both conditions can exist simultaneously. And upon no other intellectual basis could the dominion of the Party be made permanent. If one is to rule, and to continue ruling, one must be able to dislocate the sense of reality. For the secret of rulership is to combine a belief in one’s own infallibility with the Power to learn from past mistakes. »Todas las oligarquías del pasado han perdido el poder porque se anquilosaron o por haberse reblandecido excesivamente. O bien se hacían estúpidas y arrogantes, incapaces de adaptarse a las nuevas circunstancias, y eran vencidas, o bien se volvían liberales y cobardes, haciendo concesiones cuando debieron usar la fuerza, y también fueron derrotadas. Es decir, cayeron por exceso de conciencia o por pura inconsciencia. El gran éxito del Partido es haber logrado un sistema de pensamiento en que tanto la conciencia como la inconsciencia pueden existir simultáneamente. Y ninguna otra base intelectual podría servirle al Partido para asegurar su permanencia. Si uno ha de gobernar, y de seguir gobernando siempre, es imprescindible que desquicie el sentido de la realidad. Porque el secreto del gobierno infalible consiste en combinar la creencia en la propia infalibibdad con la facultad de aprender de los pasados errores. It need hardly be said that the subtlest practitioners of DOUBLETHINK are those who invented DOUBLETHINK and know that it is a vast system of mental cheating. In our society, those who have the best knowledge of what is happening are also those who are furthest from seeing the world as it is. In general, the greater the understanding, the greater the delusion; the more intelligent, the less sane. One clear illustration of this is the fact that war hysteria increases in intensity as one rises in the social scale. Those whose attitude towards the war is most nearly rational are the subject peoples »No es preciso decir que los más sutiles cultivadores del doblepensar son aquellos que lo inventaron y que saben perfectamente que este sistema es la mejor organización del engaño mental. En nuestra sociedad, aquellos que saben mejor lo que está ocurriendo son a la vez los que están más lejos de ver al mundo como realmente es. En general, a mayor comprensión, mayor autoengaño: los más inteligentes son en esto los menos cuerdos. Un claro ejemplo de ello es que la histeria de guerra aumenta en intensidad a medida que subimos en la escala social. Aquellos cuya George Orwell of the disputed territories. To these people the war is simply a continuous calamity which sweeps to and fro over their bodies like a tidal wave. Which side is winning is a matter of complete indifference to them. They are aware that a change of overlordship means simply that they will be doing the same work as before for new masters who treat them in the same manner as the old ones. The slightly more favoured workers whom we call ‘the proles’ are only intermittently conscious of the war. When it is necessary they can be prodded into frenzies of fear and hatred, but when left to themselves they are capable of forgetting for long periods that the war is happening. It is in the ranks of the Party, and above all of the Inner Party, that the true war enthusiasm is found. World-conquest is believed in most firmly by those who know it to be impossible. This peculiar linking-together of opposites—knowledge with ignorance, cynicism with fanaticism—is one of the chief distinguishing marks of Oceanic society. The official ideology abounds with contradictions even when there is no practical reason for them. Thus, the Party rejects and vilifies every principle for which the Socialist movement originally stood, and it chooses to do this in the name of Socialism. It preaches a contempt for the working class unexampled for centuries past, and it dresses its members in a uniform which was at one time peculiar to manual workers and was adopted for that reason. It systematically undermines the solidarity of the family, and it calls its leader by a name which is a direct appeal to the sentiment of family loyalty. Even the names of the four Ministries by which we are governed exhibit a sort of impudence in their deliberate reversal of the facts. The Ministry of Peace concerns itself with war, the Ministry of Truth with lies, the Ministry of Love with torture and the Ministry of Plenty with starvation. These contradictions are not accidental, nor do they result from ordinary hypocrisy; they are deliberate exercises in DOUBLETHINK. For it is only by reconciling contradictions that power can be retained indefinitely. In no other way could the ancient cycle be broken. If human equality is to be for ever averted—if the High, as we have called them, are to keep their places permanently—then the prevailing mental condition must be controlled insanity. 1984 245 actitud hacia la guerra es más racional son los súbditos de los territorios disputados. Para estas gentes, la guerra es sencillamente una calamidad continua que pasa por encima de ellos con movimiento de marca. Para ellos es completamente indiferente cuál de los bandos va a ganar. Saben que un cambio de dueño significa sólo que seguirán haciendo el mismo trabajo que antes, pero sometidos a nuevos amos que los tratarán lo mismo que los anteriores. Los trabajadores algo más favorecidos, a los que llamamos proles, sólo se dan cuenta de un modo intermitente de que hay guerra. Cuando es necesario se les inculca el frenesí de odio y miedo, pero si se les deja tranquilos son capaces de olvidar durante largos períodos que existe una guerra. Y en las filas del Partido sobre todo en las del Partido Interior hallarnos el verdadero entusiasmo bélico. Sólo creen en la conquista del mundo los que saben que es imposible. Esta peculiar trabazón de elementos opuestos — conocimiento con ignorancia, cinismo con fanatismo — es una de las características distintivas de la sociedad oceánica. La ideología oficial abunda en contradicciones incluso cuando no hay razón alguna que las justifique. Así, el Partido rechaza y vilifica todos los principios que defendió en un principio el movimiento socialista, y pronuncia esa condenación precisamente en nombre del socialismo. Predica el desprecio de las clases trabajadoras. Un desprecio al que nunca se había llegado, y a la vez viste a sus miembros con un uniforme que fue en tiempos el distintivo de los obreros manuales y que fue adoptado por esa misma razón. Sistemáticamente socava la solidaridad de la familia y al mismo tiempo llama a su jefe supremo con un nombre que es una evocación de la lealtad familiar. Incluso los nombres de los cuatro ministerios que los gobiernan revelan un gran descaro al tergiversar deliberadamente los hechos. El Ministerio de la Paz se ocupa de la guerra; El Ministerio de la Verdad, de las mentiras; el Ministerio del Amor, de la tortura, y el Ministerio de la Abundancia, del hambre. Estas contradicciones no son accidentales, no resultan de la hipocresía corriente. Son ejercicios de doblepensar. Porque sólo mediante la reconciliación de las contradicciones es posible retener el mando indefinidamente. Si no, se volvería al antiguo ciclo. Si la igualdad humana ha de ser evitada para siempre, si los Altos, como los hemos llamado, han de conservar sus puestos de un George Orwell 1984 246 modo permanente, será imprescindible que el estado mental predominante sea la locura controlada. But there is one question which until this moment we have almost ignored. It is; WHY should human equality be averted? Supposing that the mechanics of the process have been rightly described, what is the motive for this huge, accurately planned effort to freeze history at a particular moment of time? »Pero hay una cuestión que hasta ahora hemos dejado a un lado. A saber: ¿por qué debe ser evitada la igualdad humana? Suponiendo que la mecánica de este proceso haya quedado aquí claramente descrita, debemos preguntamos ¿cuál es el motivo de este enorme y minucioso esfuerzo planeado para congelar la historia de un determinado momento? Here we reach the central secret. As we have seen. the mystique of the Party, and above all of the Inner Party, depends upon DOUBLETHINK But deeper than this lies the original motive, the neverquestioned instinct that first led to the seizure of power and brought DOUBLETHINK, the Thought Police, continuous warfare, and all the other necessary paraphernalia into existence afterwards. This motive really consists... »Llegamos con esto al secreto central. Como hemos visto, la mística del Partido, y sobre todo la del Partido Interior, depende del doblepensar. Pero a más profundidad aún, se halla el motivo central, el instinto nunca puesto en duda, el instinto que los llevó por primera vez a apoderarse de los mandos y que produjo el doblepensar, la Policía del Pensamiento, la guerra continua y todos los demás elementos que se han hecho necesarios para el sostenimiento del Poder. Este motivo consiste realmente en... Winston became aware of silence, as one becomes aware of a new sound. It seemed to him that Julia had been very still for some time past. She was lying on her side, naked from the waist upwards, with her cheek pillowed on her hand and one dark lock tumbling across her eyes. Her breast rose and fell slowly and regularly. Winston se dio cuenta del silencio, lo mismo que se da uno cuenta de un nuevo ruido. Le parecía que Julia había estado completamente inmóvil desde hacia un rato. Estaba echada de lado, desnuda de la cintura para arriba, con su mejilla apoyada en la mano y una sombra oscura atravesándole los ojos. Su seno subía y bajaba poco a poco y con regularidad. ‘Julia.’ — Julia. No answer. No hubo respuesta. ‘Julia, are you awake?’ — Julia, ¿estás despierta? No answer. She was asleep. He shut the book, put it carefully on the floor, lay down, and pulled the coverlet over both of them. Silencio. Estaba dormida. Cerró el libro y lo depositó cuidadosamente en el suelo, se echó y estiró la colcha sobre los dos. George Orwell He had still, he reflected, not learned the ultimate secret. He understood HOW; he did not understand WHY. Chapter I, like Chapter III, had not actually told him anything that he did not know, it had merely systematized the knowledge that he possessed already. But after reading it he knew better than before that he was not mad. Being in a minority, even a minority of one, did not make you mad. There was truth and there was untruth, and if you clung to the truth even against the whole world, you were not mad. A yellow beam from the sinking sun slanted in through the window and fell across the pillow. He shut his eyes. The sun on his face and the girl’s smooth body touching his own gave him a strong, sleepy, confident feeling. He was safe, everything was all right. He fell asleep murmuring ‘Sanity is not statistical,’ with the feeling that this remark contained in it a profound wisdom. 1984 247 Todavía, pensó, no se había enterado de cuál era el último secreto. Entendía el cómo; no entendía el porqué. El capítulo I, como el capítulo III, no le habían enseñado nada que él no supiera. Solamente le habían servido para sistematizar los conocimientos que ya poseía. Pero después de leer aquellas páginas tenía una mayor seguridad de no estar loco. Encontrarse en minoría, incluso en minoría de uno solo, no significaba estar loco. Había la verdad y lo que no era verdad, y si uno se aferraba a la verdad incluso contra el mundo entero, no estaba uno loco. Un rayo amarillento del sol poniente entraba por la ventana y se aplastaba sobre la almohada. Winston cerró los ojos. El sol en sus ojos y el suave cuerpo de la muchacha tocando al suyo le daba una sensación de sueño, fuerza y confianza. Todo estaba bien y él se hallaba completamente seguro allí. Se durmió con el pensamiento «la cordura no depende de las estadísticas», convencido de que esta observación contenía una sabiduría profunda. George Orwell 1984 248 ***** CAPÍTULO X When he woke it was with the sensation of having slept for a long time, but a glance at the oldfashioned clock told him that it was only twentythirty. He lay dozing for a while; then the usual deep-lunged singing struck up from the yard below: Se despertó con la sensación de haber dormido mucho tiempo, pero una mirada al antiguo reloj le dijo que eran sólo las veinte y treinta. Siguió adormilado un rato; le despertó otra vez la habitual canción del patio: ‘It was only an ’opeless fancy, It passed like an Ipril dye, But a look an’ a word an’ the dreams they stirred They ’ave stolen my ’eart awye!’ Era sólo una ilusión sin espera que pasó como un día de abril; pero aquella mirada, aquella palabra y los ensueños que despertaron me robaron el corazón. The drivelling song seemed to have kept its popularity. You still heard it all over the place. It had outlived the Hate Song. Julia woke at the sound, stretched herself luxuriously, and got out of bed. Esta canción conservaba su popularidad. Se oía por todas partes. Había sobrevivido a la Canción del Odio. Julia se despertó al oírla, se estiró con lujuria y se levantó. ‘I’m hungry,’ she said. ‘Let’s make some more coffee. Damn! The stove’s gone out and the water’s cold.’ She picked the stove up and shook it. ‘There’s no oil in it.’ — Tengo hambre —dijo —. Vamos a hacer un poco de café. ¡Caramba! La estufa se ha apagado y el agua está fría. — Cogió la estufa y la sacudió —. No tiene ya gasolina. ‘We can get some from old Charrington, I expect.’ — Supongo que el viejo Charrington podrá dejarnos alguna —dijo Winston. ‘The funny thing is I made sure it was full. I’m going to put my clothes on,’ she added. ‘It seems to have got colder.’ — Lo curioso es que me había asegurado de que estuviera llena — añadió ella —. Parece que se ha enfriado. Winston also got up and dressed himself. The indefatigable voice sang on: Él también se levantó y se vistió. La incansable voz proseguía: ‘They sye that time ’eals all things, They sye you can always forget; But the smiles an’ the tears acrorss the years They twist my ’eart-strings yet!’ Dicen que el tiempo lo cura todo, dicen que siempre se olvida, pero las sonrisas y lágrimas a lo largo de los años me retuercen el corazón George Orwell 1984 249 As he fastened the belt of his overalls he strolled across to the window. The sun must have gone down behind the houses; it was not shining into the yard any longer. The flagstones were wet as though they had just been washed, and he had the feeling that the sky had been washed too, so fresh and pale was the blue between the chimney-pots. Tirelessly the woman marched to and fro, corking and uncorking herself, singing and falling silent, and pegging out more diapers, and more and yet more. He wondered whether she took in washing for a living or was merely the slave of twenty or thirty grandchildren. Julia had come across to his side; together they gazed down with a sort of fascination at the sturdy figure below. As he looked at the woman in her characteristic attitude, her thick arms reaching up for the line, her powerful mare-like buttocks protruded, it struck him for the first time that she was beautiful. It had never before occurred to him that the body of a woman of fifty, blown up to monstrous dimensions by childbearing, then hardened, roughened by work till it was coarse in the grain like an over-ripe turnip, could be beautiful. But it was so, and after all, he thought, why not? The solid, contourless body, like a block of granite, and the rasping red skin, bore the same relation to the body of a girl as the rose-hip to the rose. Why should the fruit be held inferior to the flower? Mientras se apretaba el cinturón del «mono», Winston se asomó a la ventana. El sol debía de haberse ocultado detrás de las casas porque ya no daba en el patio. El cielo estaba tan azul, entre las chimeneas, que parecía recién lavado. Incansablemente, la lavandera seguía yendo del lavadero a las cuerdas, cantando y callándose y no dejaba de colgar pañales. Se preguntó Winston si aquella mujer lavaría ropa como medio de vida, o si era la esclava de veinte o treinta nietos. Julia se acercó a él; juntos contemplaron fascinados el ir y venir de la mujerona. Al mirarla en su actitud característica, alcanzando el tenderero con sus fuertes brazos, o al agacharse sacando sus poderosas ancas, pensó Winston, sorprendido, que era una hermosa mujer. Nunca se le había ocurrido que el cuerpo de una mujer de cincuenta años, deformado hasta adquirir dimensiones monstruosas a causa de los partos y endurecido, embastecido por el trabajo, pudiera ser un hermoso cuerpo. Pero así era, y después de todo, ¿por qué no? El sólido y deformado cuerpo, como un bloque de granito, y la basta piel enrojecida guardaba la misma relación con el cuerpo de una muchacha que un fruto con la flor de su árbol. ¿Y por qué va a ser inferior el fruto a la flor? ‘She’s beautiful,’ he murmured. — Es hermosa — murmuró. ‘She’s a metre across the hips, easily,’ said Julia. — Por lo menos tiene un metro de caderas —dijo Julia. ‘That is her style of beauty,’ said Winston. — Es su estilo de belleza. He held Julia’s supple waist easily encircled by his arm. From the hip to the knee her flank was against his. Out of their bodies no child would ever come. That was the one thing they could never do. Only by word of mouth, from mind to mind, could they pass on the secret. The woman down there had no mind, she had only strong arms, a warm heart, and a fertile belly. He wondered how many Winston abarcó con su brazo derecho el fino talle de Julia, que se apoyó sobre su costado. Nunca podrían permitírselo. La mujer de abajo no se preocupaba con sutilezas mentales; tenía fuertes brazos, un corazón cálido y un vientre fértil. Se preguntó Winston cuántos hijos habría tenido. Seguramente unos quince. Habría florecido momentáneamente — quizá durante un año — y George Orwell 1984 250 children she had given birth to. It might easily be fifteen. She had had her momentary flowering, a year, perhaps, of wild-rose beauty and then she had suddenly swollen like a fertilized fruit and grown hard and red and coarse, and then her life had been laundering, scrubbing, darning, cooking, sweeping, polishing, mending, scrubbing, laundering, first for children, then for grandchildren, over thirty unbroken years. At the end of it she was still singing. The mystical reverence that he felt for her was somehow mixed up with the aspect of the pale, cloudless sky, stretching away behind the chimney-pots into interminable distance. It was curious to think that the sky was the same for everybody, in Eurasia or Eastasia as well as here. And the people under the sky were also very much the same—everywhere, all over the world, hundreds of thousands of millions of people just like this, people ignorant of one another’s existence, held apart by walls of hatred and lies, and yet almost exactly the same— people who had never learned to think but who were storing up in their hearts and bellies and muscles the power that would one day overturn the world. If there was hope, it lay in the proles! Without having read to the end of THE BOOK, he knew that that must be Goldstein’s final message. The future belonged to the proles. And could he be sure that when their time came the world they constructed would not be just as alien to him, Winston Smith, as the world of the Party? Yes, because at the least it would be a world of sanity. Where there is equality there can be sanity. Sooner or later it would happen, strength would change into consciousness. The proles were immortal, you could not doubt it when you looked at that valiant figure in the yard. In the end their awakening would come. And until that happened, though it might be a thousand years, they would stay alive against all the odds, like birds, passing on from body to body the vitality which the Party did not share and could not kill. luego se había hinchado como una fruta fertilizada y se había hecho dura y basta, y a partir de entonces su vida se había reducido a lavar, fregar, remendar, guisar, barrer, sacar brillo, primero para sus hijos y luego para sus nietos durante una continuidad de treinta años. Y al final todavía cantaba. La reverencia mística que Winston sentía hacia ella tenía cierta relación con el aspecto del pálido y limpio cielo que se extendía por entre las chimeneas y los tejados en una distancia infinita. Era curioso pensar que el cielo era el mismo para todo el mundo, lo mismo para los habitantes de Eurasia y de Asia Oriental, que para los de Oceanía. Y en realidad las gentes que vivían bajo ese mismo cielo eran muy parecidas en todas partes, centenares o millares de millones de personas como aquélla, personas que ignoraban mutuamente sus existencias, separadas por muros de odio y mentiras, y sin embargo casi exactamente iguales; gentes que nunca habían aprendido a pensar, pero que almacenaban en sus corazones, en sus vientres y en sus músculos la energía que en el futuro habría de cambiar al mundo. ¡Si había alguna esperanza, radicaba en los proles!.Sin haber leído el final del libro, sabía Winston que ese tenía que ser el mensaje final de Goldstein. El futuro pertenecía a los proles. Y, ¿podía él estar seguro de que cuando llegara el tiempo de los proles, el mundo que éstos construyeran no le resultaría tan extraño a él, a Winston Smith, como le era ahora el mundo del Partido? Sí, porque por lo menos sería un mundo de cordura. Donde hay igualdad puede haber sensatez. Antes o después ocurriría esto, la fuerza almacenada se transmutaría en conciencia. Los proles eran inmortales, no cabía dudarlo cuando se miraba aquella heroica figura del patio. Al final se despertarían. Y hasta que ello ocurriera, aunque tardasen mil años, sobrevivirían a pesar de todos los obstáculos como los pájaros, pasándose de cuerpo a cuerpo la vitalidad que el Partido no poseía y que éste nunca podría aniquilar. ‘Do you remember,’ he said, ‘the thrush that sang to us, that first day, at the edge of the wood?’ — Te acuerdas — le dijo a Julia — de aquel pájaro que cantó para nosotros, el primer día en que estuvimos juntos en el lindero del bosque? ‘He wasn’t singing to us,’ said Julia. ‘He was singing to please himself. Not even that. He was — No cantaba para nosotros — respondió ella —. Cantaba para distraerse, porque le gustaba. George Orwell 1984 251 just singing.’ Tampoco; sencillamente, estaba cantando. The birds sang, the proles sang. the Party did not sing. All round the world, in London and New York, in Africa and Brazil, and in the mysterious, forbidden lands beyond the frontiers, in the streets of Paris and Berlin, in the villages of the endless Russian plain, in the bazaars of China and Japan— everywhere stood the same solid unconquerable figure, made monstrous by work and childbearing, toiling from birth to death and still singing. Out of those mighty loins a race of conscious beings must one day come. You were the dead, theirs was the future. But you could share in that future if you kept alive the mind as they kept alive the body, and passed on the secret doctrine that two plus two make four. Los pájaros cantaban; los proles cantaban también, pero el Partido no cantaba. Por todo el mundo, en Londres y en Nueva York, en África y en el Brasil, así como en las tierras prohibidas más allá de las fronteras, en las calles de París o Berlín, en las aldeas de la interminable llanura rusa, en los bazares de China y del Japón, por todas partes existía la misma figura inconquistable, el mismo cuerpo deformado por el trabajo y por los partos, en lucha permanente desde el nacer al morir, y que sin embargo cantaba. De esas poderosas entrañas nacería antes o después una raza de seres conscientes. «Nosotros somos los muertos; el futuro es de ellos», pensó Winston pero era posible participar de ese futuro si se mantenía alerta la mente como ellos, los proles, mantenían vivos sus cuerpos. Todo el secreto estaba en pasarse de unos a otros la doctrina secreta de que dos y dos son cuatro. ‘We are the dead,’ he said. — Nosotros somos los muertos —dijo Winston. ‘We are the dead,’ echoed Julia dutifully. — Nosotros somos los muertos — repitió Julia con obediencia escolar. ‘You are the dead,’ said an iron voice behind them. — Vosotros sois los muertos —dijo una voz de hierro tras ellos. They sprang apart. Winston’s entrails seemed to have turned into ice. He could see the white all round the irises of Julia’s eyes. Her face had turned a milky yellow. The smear of rouge that was still on each cheekbone stood out sharply, almost as though unconnected with the skin beneath. Winston y Julia se separaron con un violento sobresalto. A Winston parecían habérsele helado las entrañas y, mirando a Julia, observó que se le habían abierto los ojos desmesuradamente y que había empalidecido hasta adquirir su cara un color amarillo lechoso. La mancha del colorete en las mejillas se destacaba violentamente como si fueran parches sobre la piel. ‘You are the dead,’ repeated the iron voice. — Vosotros sois los muertos — repitió la voz de hierro. ‘It was behind the picture,’ breathed Julia. — Ha sido detrás del cuadro — murmuró Julia. George Orwell 1984 252 ‘It was behind the picture,’ said the voice. ‘Remain exactly where you are. Make no movement until you are ordered.’ — Ha sido detrás del cuadro — repitió la voz —. Quedaos exactamente donde estáis. No hagáis ningún movimiento hasta que se os ordene. It was starting, it was starting at last! They could do nothing except stand gazing into one another’s eyes. To run for life, to get out of the house before it was too late—no such thought occurred to them. Unthinkable to disobey the iron voice from the wall. There was a snap as though a catch had been turned back, and a crash of breaking glass. The picture had fallen to the floor uncovering the telescreen behind it. ¡Por fin, aquello había empezado! Nada podían hacer sino mirarse fijamente. Ni siquiera se les ocurrió escaparse, salir de la casa antes de que fuera demasiado tarde. Sabían que era inútil. Era absurdo pensar que la voz de hierro procedente del muro pudiera ser desobedecida. Se oyó un chasquido como si hubiese girado un resorte, y un ruido de cristal roto. El cuadro había caído al suelo descubriendo la telepantalla que ocultaba. ‘Now they can see us,’ said Julia. — Ahora pueden vernos —dijo Julia. ‘Now we can see you,’ said the voice. ‘Stand out in the middle of the room. Stand back to back. Clasp your hands behind your heads. Do not touch one another.’ — Ahora podemos veros —dijo la voz —. Permaneced en el centro de la habitación. Espalda contra espalda. Poneos las manos enlazadas detrás de la cabeza. No os toquéis el uno al otro. They were not touching, but it seemed to him that he could feel Julia’s body shaking. Or perhaps it was merely the shaking of his own. He could just stop his teeth from chattering, but his knees were beyond his control. There was a sound of trampling boots below, inside the house and outside. The yard seemed to be full of men. Something was being dragged across the stones. The woman’s singing had stopped abruptly. There was a long, rolling clang, as though the washtub had been flung across the yard, and then a confusion of angry shouts which ended in a yell of pain. Por supuesto, no se tocaban, pero a Winston le parecía sentir el temblor del cuerpo de Julia. O quizá no fuera más que su propio temblor. Podía evitar que los dientes le castañetearan, pero no podía controlar las rodillas. Se oyeron unos pasos de pesadas botas en el piso bajo dentro y fuera de la casa. El patio parecía estar lleno de hombres; arrastraban algo sobre las piedras. La mujer dejó de cantar súbitamente. Se produjo un resonante ruido, como si algo rodara por el patio. Seguramente, era el barreño de lavar la ropa. Luego, varios gritos de ira que terminaron con un alarido de dolor. ‘The house is surrounded,’ said Winston. — La casa está rodeada —dijo Winston. ‘The house is surrounded,’ said the voice. — La casa está rodeada —dijo la voz. He heard Julia snap her teeth together. ‘I suppose we may as well say good-bye,’ she said. Winston oyó que Julia le decía: — Supongo que podremos decirnos adiós. ‘You may as well say good-bye,’ said the voice. — Podéis deciros adiós —dijo la voz. Y luego, otra George Orwell 1984 253 And then another quite different voice, a thin, cultivated voice which Winston had the impression of having heard before, struck in; ‘And by the way, while we are on the subject, “Here comes a candle to light you to bed, here comes a chopper to chop off your head”!’ voz por completo distinta, una voz fina y culta que Winston creía haber oído alguna vez, dijo: — Y ya que estamos en esto, aquí tenéis una vela para alumbraros mientras os acostáis; aquí tenéis mi hacha para cortaros la cabeza. Something crashed on to the bed behind Winston’s back. The head of a ladder had been thrust through the window and had burst in the frame. Someone was climbing through the window. There was a stampede of boots up the stairs. The room was full of solid men in black uniforms, with iron-shod boots on their feet and truncheons in their hands. Algo cayó con estrépito sobre la cama a espaldas de Winston. Era el marco de la ventana, que había sido derribado por la escalera de mano que habían apoyado allí desde abajo. Por la escalera de la casa subía gente. Pronto se llenó la habitación de hombres corpulentos con uniformes negros, botas fuertes y altas porras en las manos. Winston was not trembling any longer. Even his eyes he barely moved. One thing alone mattered; to keep still, to keep still and not give them an excuse to hit you! A man with a smooth prizefighter’s jowl in which the mouth was only a slit paused opposite him balancing his truncheon meditatively between thumb and forefinger. Winston met his eyes. The feeling of nakedness, with one’s hands behind one’s head and one’s face and body all exposed, was almost unbearable. The man protruded the tip of a white tongue, licked the place where his lips should have been, and then passed on. There was another crash. Someone had picked up the glass paperweight from the table and smashed it to pieces on the hearth-stone. Ya Winston no temblaba. Ni siquiera movía los ojos. Sólo le importaba una cosa: estarse inmóvil y no darles motivo para que le golpearan. Un individuo con aspecto de campeón de lucha libre, cuya boca era sólo una raya, se detuvo frente a él, balanceando la porra entre los dedos pulgar e índice mientras parecía meditar. Winston lo miró a los ojos. Era casi intolerable la sensación de hallarse desnudo, con las manos detrás de la cabeza. El hombre sacó un poco la lengua, una lengua blanquecina, y se lamió el sitio donde debía haber tenido los labios. Dejó de prestarle atención a Winston. Hubo otro ruido violento. Alguien había cogido el pisapapeles de cristal y lo había arrojado contra el hogar de la chimenea, donde se había hecho trizas. The fragment of coral, a tiny crinkle of pink like a sugar rosebud from a cake, rolled across the mat. How small, thought Winston, how small it always was! There was a gasp and a thump behind him, and he received a violent kick on the ankle which nearly flung him off his balance. One of the men had smashed his fist into Julia’s solar plexus, doubling her up like a pocket ruler. She was thrashing about on the floor, fighting for breath. Winston dared not turn his head even by a millimetre, but sometimes her livid, gasping face came within the angle of his vision. Even in his terror it was as though he could feel the pain in his own body, the deadly pain which nevertheless was less urgent than the struggle to get back her breath. He knew what it was like; the terrible, agonizing El fragmento de coral, un pedacito de materia roja como un capullito de los que adornan algunas tartas, rodó por la estera. «¡Qué pequeño es!», pensó Winston. Detrás de él se produjo un ruido sordo y una exclamación contenida, a la vez que recibía un violento golpe en el tobillo que casi le hizo caer al suelo. Uno de los hombres le había dado a Julia un puñetazo en la boca del estómago, haciéndola doblarse como un metro de bolsillo. La joven se retorcía en el suelo esforzándose por respirar. Winston no se atrevió a volver la cabeza ni un milímetro, pero a veces entraba en su radio de visión la lívida y angustiada cara de Julia. A pesar del terror que sentía, era como si el dolor que hacía retorcerse a la joven lo tuviera él dentro de su cuerpo, aquel dolor espantoso que sin embargo era George Orwell 1984 254 pain which was there all the while but could not be suffered yet, because before all else it was necessary to be able to breathe. Then two of the men hoisted her up by knees and shoulders, and carried her out of the room like a sack. Winston had a glimpse of her face, upside down, yellow and contorted, with the eyes shut, and still with a smear of rouge on either cheek; and that was the last he saw of her. menos importante que la lucha por volver a respirar. Winston sabía de qué se trataba: conocía el terrible dolor que ni siquiera puede ser sentido porque antes que nada es necesario volver a respirar. Entonces, dos de los hombres la levantaron por las rodillas y los hombros y se la llevaron de la habitación como un saco. Winston pudo verle la cara amarilla. y contorsionada, con los ojos cerrados y sin haber perdido todavía el colorete de las mejillas. He stood dead still. No one had hit him yet. Thoughts which came of their own accord but seemed totally uninteresting began to flit through his mind. He wondered whether they had got Mr Charrington. He wondered what they had done to the woman in the yard. He noticed that he badly wanted to urinate, and felt a faint surprise, because he had done so only two or three hours ago. He noticed that the clock on the mantelpiece said nine, meaning twenty-one. But the light seemed too strong. Would not the light be fading at twenty-one hours on an August evening? He wondered whether after all he and Julia had mistaken the time—had slept the clock round and thought it was twenty-thirty when really it was nought eightthirty on the following morning. But he did not pursue the thought further. It was not interesting. Siguió inmóvil como una estatua. Aún no le habían pegado. Le acudían a la mente pensamientos de muy poco interés en aquel momento, pero que no podía evitar. Se preguntó qué habría sido del señor Charrington y qué le habrían hecho a la mujer del patio. Sintió urgentes deseos de orinar y se sorprendió de ello porque lo había hecho dos horas antes. Notó que el reloj de la repisa de la chimenea marcaba las nueve, es decir, las veintiuna, pero por la luz parecía ser más temprano. ¿No debía estar oscureciendo a las veintiuna de una tarde de agosto? Pensó que quizás Julia y él se hubieran equivocado de hora. Quizás habían creído que eran las veinte y treinta cuando fueran en realidad las cero treinta de la mañana siguiente, pero no siguió pensando en ello. Aquello no tenía interés. There was another, lighter step in the passage. Mr Charrington came into the room. The demeanour of the black-uniformed men suddenly became more subdued. Something had also changed in Mr Charrington’s appearance. His eye fell on the fragments of the glass paperweight. Se sintieron otros pasos, más leves éstos, en el pasillo. El señor Charrington entró en la habitación. Los hombres de los uniformes negros adoptaron en seguida una actitud más sumisa. También habían cambiado la actitud y el aspecto del señor Charrington. Se fijó en los fragmentos del pisapapeles de cristal. ‘Pick up those pieces,’ he said sharply. — Recoged esos pedazos —dijo con tono severo. A man stooped to obey. The cockney accent had disappeared; Winston suddenly realized whose voice it was that he had heard a few moments ago on the telescreen. Mr Charrington was still wearing his old velvet jacket, but his hair, which had been almost white, had turned black. Also he was not wearing his spectacles. He gave Winston a single sharp glance, Un hombre se agachó para recogerlos. Charrington no hablaba ya con acento cokney. Winston comprendió en seguida que aquélla era la voz que él había oído poco antes en la telepantalla. Charrington llevaba todavía su chaqueta de terciopelo, pero el cabello, que antes tenía casi blanco, se le había vuelto completamente negro. No llevaba ya gafas. Miró a Winston de un modo breve George Orwell as though verifying his identity, and then paid no more attention to him. He was still recognizable, but he was not the same person any longer. His body had straightened, and seemed to have grown bigger. His face had undergone only tiny changes that had nevertheless worked a complete transformation. The black eyebrows were less bushy, the wrinkles were gone, the whole lines of the face seemed to have altered; even the nose seemed shorter. It was the alert, cold face of a man of about five-and-thirty. It occurred to Winston that for the first time in his life he was looking, with knowledge, at a member of the Thought Police. 1984 255 y cortante, como si sólo le interesase comprobar su identidad y no le prestó más atención. Se le reconocía fácilmente, pero ya no era la misma persona. Se le había enderezado el cuerpo y parecía haber crecido. En el rostro sólo se le notaban cambios muy pequeños, pero que sin embargo lo transformaban por completo. Las cejas negras eran menos peludas, no tenía arrugas, e incluso las facciones le habían cambiado algo. Parecía tener ahora la nariz más corta. Era el rostro alerta y frío de un hombre de unos treinta y cinco años. Pensó Winston que por primera vez en su vida contemplaba, sabiendo que era uno de ellos, a un miembro de la Policía del Pensamiento. George Orwell 1984 256 PART THREE TERCERA PARTE Chapter 1 CAPÍTULO I He did not know where he was. Presumably he was in the Ministry of Love, but there was no way of making certain. He was in a high-ceilinged windowless cell with walls of glittering white porcelain. Concealed lamps flooded it with cold light, and there was a low, steady humming sound which he supposed had something to do with the air supply. A bench, or shelf, just wide enough to sit on ran round the wall, broken only by the door and, at the end opposite the door, a lavatory pan with no wooden seat. There were four telescreens, one in each wall. No sabía dónde estaba. Seguramente en el Ministerio del Amor; pero no había manera de comprobarlo. Se encontraba en una celda de alto techo, sin ventanas y con paredes de reluciente porcelana blanca. Lámparas ocultas inundaban el recinto de fría luz y había un sonido bajo y constante, un zumbido que Winston suponía relacionado con la ventilación mecánica. Un banco, o mejor dicho, una especie de estante a lo largo de la pared, le daba la vuelta a la celda, interrumpido sólo por la puerta y, en el extremo opuesto, por un retrete sin asiento de madera. Había cuatro telepantallas, une en cada pared. There was a dull aching in his belly. It had been there ever since they had bundled him into the closed van and driven him away. But he was also hungry, with a gnawing, unwholesome kind of hunger. It might be twenty-four hours since he had eaten, it might be thirty-six. He still did not know, probably never would know, whether it had been morning or evening when they arrested him. Since he was arrested he had not been fed. Winston sentía un sordo dolor en el vientre. Le venía doliendo desde que lo encerraron en el camión para llevarlo allí. Pero también tenía hambre, un hambre roedora, anormal. Aunque estaba justificada, porque por lo menos hacía veinticuatro horas que no había comido; quizá treinta y seis. No sabía, quizá nunca lo sabría, si lo habían detenido de día o de noche. Desde que lo detuvieron no le habían dado nada de comer. He sat as still as he could on the narrow bench, with his hands crossed on his knee. He had already learned to sit still. If you made unexpected movements they yelled at you from the telescreen. But the craving for food was growing upon him. What he longed for above all was a piece of bread. He had an idea that there were a few breadcrumbs in the pocket of his overalls. It was even possible— he thought this because from time to time something seemed to tickle his leg—that there might be a sizeable bit of crust there. In the end the temptation to find out overcame his fear; he slipped a hand into his pocket. Se estuvo lo más quieto que pudo en el estrecho banco, con las manos cruzadas sobre las rodillas. Había aprendido ya a estarse quieto. Si se hacían movimientos inesperados, le chillaban a uno desde la telepantalla, pero la necesidad de comer algo le atenazaba de un modo espantoso. Lo que más le apetecía era un pedazo de pan. Tenía una vaga idea de que en el bolsillo de su «mono» tenía unas cuantas migas de pan. Incluso era posible — lo pensó porque de cuando en cuando algo le hacía cosquillas en la pierna — que tuviera allí guardado un buen mendrugo. Finalmente, pudo más la tentación que el miedo; se metió una mano en el bolsillo. ‘Smith!’ yelled a voice from the telescreen. ‘6079 Smith W.! Hands out of pockets in the cells!’ — ¡Smith! — gritó una voz desde la telepantalla —. ¡6079! ¡Smith W! ¡En las celdas, las manos George Orwell 1984 257 fuera de los bolsillos! He sat still again, his hands crossed on his knee. Before being brought here he had been taken to another place which must have been an ordinary prison or a temporary lock-up used by the patrols. He did not know how long he had been there; some hours at any rate; with no clocks and no daylight it was hard to gauge the time. It was a noisy, evilsmelling place. They had put him into a cell similar to the one he was now in, but filthily dirty and at all times crowded by ten or fifteen people. The majority of them were common criminals, but there were a few political prisoners among them. He had sat silent against the wall, jostled by dirty bodies, too preoccupied by fear and the pain in his belly to take much interest in his surroundings, but still noticing the astonishing difference in demeanour between the Party prisoners and the others. The Party prisoners were always silent and terrified, but the ordinary criminals seemed to care nothing for anybody. They yelled insults at the guards, fought back fiercely when their belongings were impounded, wrote obscene words on the floor, ate smuggled food which they produced from mysterious hiding-places in their clothes, and even shouted down the telescreen when it tried to restore order. On the other hand some of them seemed to be on good terms with the guards, called them by nicknames, and tried to wheedle cigarettes through the spyhole in the door. The guards, too, treated the common criminals with a certain forbearance, even when they had to handle them roughly. There was much talk about the forced-labour camps to which most of the prisoners expected to be sent. It was ‘all right’ in the camps, he gathered, so long as you had good contacts and knew the ropes. There was bribery, favouritism, and racketeering of every kind, there was homosexuality and prostitution, there was even illicit alcohol distilled from potatoes. The positions of trust were given only to the common criminals, especially the gangsters and the murderers, who formed a sort of aristocracy. All the dirty jobs were done by the politicals. Volvió a inmovilizarse v a cruzar las manos sobre las rodillas. Antes de llevarlo allí lo habían dejado algunas horas en otro sitio que debía de ser una cárcel corriente o un calabozo temporal usado por las patrullas. No sabía exactamente cuánto tiempo le habían tenido allí; desde luego varias horas; pero no había relojes ni luz natural y resultaba casi imposible calcular el tiempo. Era un sitio ruidoso y maloliente. Lo habían dejado en una celda parecida a esta en que ahora se hallaba, pero horriblemente sucia y continuamente llena de gente. Por lo menos había a la vez diez o quince personas, la mayoría de las cuales eran criminales comunes, pero también se hallaban entre ellos unos cuantos prisioneros políticos. Winston se había sentado silencioso, apoyado contra la pared, encajado entre unos cuerpos sucios y demasiado preocupado por el miedo y por el dolor que sentía en el vientre para interesarse por lo que le rodeaba. Sin embargo, notó la asombrosa diferencia de conducta entre los prisioneros del Partido y los otros. Los prisioneros del Partido estaban siempre callados y llenos de terror, pero los criminales corrientes parecían no temer a nadie. Insultaban a los guardias, se resistían a que les quitaran los objetos que llevaban, escribían palabras obscenas en el suelo, comían descaradamente alimentos robados que sacaban de misteriosos escondrijos de entre sus ropas e incluso le respondían a gritos a la telepantalla cuando ésta intentaba restablecer el orden. Por otra parte, algunos de ellos parecían hallarse en buenas relaciones con los guardias, los llamaban con apodos y trataban de sacarles cigarrillos. También los guardias trataban a los criminales ordinarios con cierta tolerancia, aunque, naturalmente, tenían que manejarlos con rudeza. Se hablaba mucho allí de los campos de trabajos forzados adonde los presos esperaban ser enviados. Por lo visto, se estaba bien en los campos siempre que se tuvieran ciertos apoyos y se conociera el tejemaneje. Había allí soborno, favoritismo e inmoralidades de toda clase, abundaba la homosexualidad y la prostitución e incluso se fabricaba clandestinamente alcohol destilándolo de las patatas. Los cargos de confianza sólo se los daban a los criminales propiamente dichos, sobre todo a los gansters y a los asesinos de toda clase, que constituían una George Orwell 1984 258 especie de aristocracia. En los campos de trabajos forzados, todas las tareas sucias y viles eran realizadas por los presos políticos. There was a constant come-and-go of prisoners of every description: drug-peddlers, thieves, bandits, black-marketeers, drunks, prostitutes. Some of the drunks were so violent that the other prisoners had to combine to suppress them. An enormous wreck of a woman, aged about sixty, with great tumbling breasts and thick coils of white hair which had come down in her struggles, was carried in, kicking and shouting, by four guards, who had hold of her one at each corner. They wrenched off the boots with which she had been trying to kick them, and dumped her down across Winston’s lap, almost breaking his thigh-bones. The woman hoisted herself upright and followed them out with a yell of ‘F— bastards!’ Then, noticing that she was sitting on something uneven, she slid off Winston’s knees on to the bench. En aquella celda había presenciado Winston un constante entrar y salir de presos de la más variada condición: traficantes de drogas, ladrones, bandidos, gente del mercado negro, borrachos y prostitutas. Algunos de los borrachos eran tan violentos que los demás presos tenían que ponerse de acuerdo para sujetarlos. Una horrible mujer de unos sesenta años, con grandes pechos caídos y greñas de cabello blanco sobre la cara, entró empujada por los guardias. Cuatro de éstos la sujetaban mientras ella daba patadas y chillaba. Tuvieron que quitarle las botas con las que la vieja les castigaba las espinillas y la empujaron haciéndola caer sentada sobre las piernas de Winston. El golpe fue tan violento que Winston creyó que se le habían partido los huesos de los muslos. La mujer les gritó a los guardias, que ya se marchaban: «¡Hijos de perra!». Luego, notando que estaba sentada en las piernas de Winston, se dejó resbalar hasta la madera. ‘Beg pardon, dearie,’ she said. ‘I wouldn’t ’a sat on you, only the buggers put me there. They dono ’ow to treat a lady, do they?’ She paused, patted her breast, and belched. ‘Pardon,’ she said, ‘I ain’t meself, quite.’ — Perdona, querido — le dijo —. No me hubiera sentado encima de ti, pero esos matones me empujaron. No saben tratar a una dama. — Se calló unos momentos y, después de darse unos golpecitos en el pecho, eructó ruidosamente Perdona, chico —dijo —. Yo ya no soy yo. She leant forward and vomited copiously on the Se inclinó hacia delante y vomitó copiosamente floor. sobre el suelo. ‘Thass better,’ she said, leaning back with closed Esto va mejor —dijo, volviendo a apoyar la eyes. ‘Never keep it down, thass what I say. Get it espalda en la pared y cerrando los ojo —. Es lo que yo digo: lo mejor es echarlo fuera mientras up while it’s fresh on your stomach, like.’ esté reciente en el estómago. She revived, turned to have another look at Winston and seemed immediately to take a fancy to him. She put a vast arm round his shoulder and drew him towards her, breathing beer and vomit into his face. Reanimada, volvió a fijarse en Winston y pareció tomarle un súbito cariño. Le pasó uno de sus flácidos brazos por los hombros y lo atrajo hacia ella, echándole encima un pestilente vaho a cerveza y porquería. George Orwell 1984 ‘Wass your name, dearie?’ she said. — ¿Cómo te llamas, cariño? — le dijo. ‘Smith,’ said Winston. — Smith. 259 ‘Smith?’ said the woman. ‘Thass funny. My name’s — ¿Smith? — repetía la mujer —. Tiene gracia. Smith too. Why,’ she added sentimentally, ‘I might Yo también me llamo Smith. Es que — añadió be your mother!’ sentimentalmente — yo podía ser tu madre. She might, thought Winston, be his mother. She was about the right age and physique, and it was probable that people changed somewhat after twenty years in a forced-labour camp. En efecto, podía ser mi madre, pensó Winston. Tenía aproximadamente la misma edad y el mismo aspecto físico y era probable que la gente cambiara algo después de pasar veinte años en un campo de trabajos forzados. No one else had spoken to him. To a surprising extent the ordinary criminals ignored the Party prisoners. ‘The polITS,’ they called them, with a sort of uninterested contempt. The Party prisoners seemed terrified of speaking to anybody, and above all of speaking to one another. Only once, when two Party members, both women, were pressed close together on the bench, he overheard amid the din of voices a few hurriedly-whispered words; and in particular a reference to something called ‘room one-oh-one’, which he did not understand. Nadie más le había hablado. Era sorprendente hasta qué punto despreciaban los criminales ordinarios a los presos del Partido. Los llamaban, despectivamente, los polits, y no sentían ningún interés por lo que hubieran hecho o dejado de hacer. Los presos del Partido parecían tener un miedo atroz a hablar con nadie y, sobre todo, a hablar unos con otros. Sólo una vez, cuando dos miembros del Partido, ambos mujeres, fueron sentadas juntas en el banco, oyó Winston entre la algarabía de voces, unas cuantas palabras murmuradas precipitadamente y, sobre todo, la referencia a algo que llamaban la «habitación unocero-uno». No sabía a qué se podían referir. It might be two or three hours ago that they had brought him here. The dull pain in his belly never went away, but sometimes it grew better and sometimes worse, and his thoughts expanded or contracted accordingly. When it grew worse he thought only of the pain itself, and of his desire for food. When it grew better, panic took hold of him. There were moments when he foresaw the things that would happen to him with such actuality that his heart galloped and his breath stopped. He felt the smash of truncheons on his elbows and ironshod boots on his shins; he saw himself grovelling on the floor, screaming for mercy through broken teeth. He hardly thought of Julia. He could not fix his mind on her. He loved her and would not betray Quizá llevara dos o tres horas en este nuevo sitio. El dolor de vientre no se le pasaba, pero se le aliviaba algo a ratos y entonces sus pensamientos eran un poco menos tétricos. En cambio, cuando aumentaba el dolor, sólo pensaba en el dolor mismo y en su hambre. Al aliviarse, se apoderaba el pánico de él. Había momentos en que se figuraba de modo tan gráfico las cosas que iban a hacerle que el corazón le galopaba y se le cortaba la respiración. Sentía los porrazos que iban a darle en los codos y las patadas que le darían las pesadas botas claveteadas de hierro. Se veía a sí mismo retorciéndose en el suelo, pidiendo a gritos misericordia por entre los dientes partidos. Apenas recordaba a Julia. No podía concentrar en ella su George Orwell 1984 260 her; but that was only a fact, known as he knew the rules of arithmetic. He felt no love for her, and he hardly even wondered what was happening to her. He thought oftener of O’Brien, with a flickering hope. O’Brien might know that he had been arrested. The Brotherhood, he had said, never tried to save its members. But there was the razor blade; they would send the razor blade if they could. There would be perhaps five seconds before the guard could rush into the cell. The blade would bite into him with a sort of burning coldness, and even the fingers that held it would be cut to the bone. Everything came back to his sick body, which shrank trembling from the smallest pain. He was not certain that he would use the razor blade even if he got the chance. It was more natural to exist from moment to moment, accepting another ten minutes’ life even with the certainty that there was torture at the end of it. mente. La amaba y no la traicionaría; pero eso era sólo un hecho, conocido por él como conocía las reglas de aritmética. No sentía amor por ella y ni siquiera se preocupaba por lo que pudiera estarle sucediendo a Julia en ese momento. En cambio pensaba con más frecuencia en O'Brien con cierta esperanza. O'Brien tenía que saber que lo habían detenido. Había dicho que la Hermandad nunca intentaba salvar a sus miembros. Pero la cuchilla de afeitar se la proporcionarían si podían. Quizá pasaran cinco segundos antes de que los guardias pudieran entrar en la celda. La hoja penetraría en su carne con quemadora frialdad e incluso los dedos que la sostuvieran quedarían cortados hasta el hueso. Todo esto se le representaba a él, que en aquellos momentos se encogía ante el más pequeño dolor. No estaba seguro de utilizar la hoja de afeitar incluso si se la llegaban a dar. Lo más natural era seguir existiendo momentáneamente, aceptando otros diez minutos de vida aunque al final de aquellos largos minutos no hubiera más que una tortura insoportable. Sometimes he tried to calculate the number of porcelain bricks in the walls of the cell. It should have been easy, but he always lost count at some point or another. More often he wondered where he was, and what time of day it was. At one moment he felt certain that it was broad daylight outside, and at the next equally certain that it was pitch darkness. In this place, he knew instinctively, the lights would never be turned out. It was the place with no darkness: he saw now why O’Brien had seemed to recognize the allusion. In the Ministry of Love there were no windows. His cell might be at the heart of the building or against its outer wall; it might be ten floors below ground, or thirty above it. He moved himself mentally from place to place, and tried to determine by the feeling of his body whether he was perched high in the air or buried deep underground. A veces procuraba calcular el número de mosaicos de porcelana que cubrían las paredes de la celda. No debía de ser difícil, pero siempre perdía la cuenta. Se preguntaba a cada momento dónde estaría y qué hora sería. Llegó a estar seguro de que afuera hacía sol y poco después estaba igualmente convencido de que era noche cerrada. Sabía instintivamente que en aquel lugar nunca se apagaban las luces. Era el sitio donde no había oscuridad: y ahora sabía por qué O'Brien había reconocido la alusión. En el Ministerio del Amor no había ventanas. Su celda podía hallarse en el centro del edificio o contra la pared trasera, podía estar diez pisos bajo tierra o treinta sobre el nivel del suelo. Winston se fue trasladando mentalmente de sitio y trataba de comprender, por la sensación vaga de su cuerpo, si estaba colgado a gran altura o enterrado a gran profundidad. There was a sound of marching boots outside. The steel door opened with a clang. A young officer, a trim black-uniformed figure who seemed to glitter all over with polished leather, and whose pale, straight-featured face was like a wax mask, stepped smartly through the doorway. He motioned to the guards outside to bring in the prisoner they were Afuera se oía ruido de pesados pasos. La puerta de acero se abrió con estrépito. Entró un joven oficial, con impecable uniforme negro, una figura que parecía brillar por todas partes con reluciente cuero y cuyo pálido y severo rostro era como una máscara de cera. Avanzó unos pasos dentro de la celda y volvió a salir para ordenar a los guardias George Orwell 1984 261 leading. The poet Ampleforth shambled into the que esperaban afuera que hiciesen entrar al preso cell. The door clanged shut again. que traían. El poeta Ampleforth entró dando tumbos en la celda. La puerta volvió a cerrarse de golpe. Ampleforth made one or two uncertain movements from side to side, as though having some idea that there was another door to go out of, and then began to wander up and down the cell. He had not yet noticed Winston’s presence. His troubled eyes were gazing at the wall about a metre above the level of Winston’s head. He was shoeless; large, dirty toes were sticking out of the holes in his socks. He was also several days away from a shave. A scrubby beard covered his face to the cheekbones, giving him an air of ruffianism that went oddly with his large weak frame and nervous movements. Ampleforth hizo dos o tres movimientos inseguros como buscando una salida y luego empezó a pasear arriba y abajo por la celda. Todavía no se había dado cuenta de la presencia de Winston. Sus turbados ojos miraban la pared un metro por encima del nivel de la cabeza de Winston. No llevaba zapatos; por los agujeros de los calcetines le salían los dedos gordos. Llevaba varios días sin afeitarse y la incipiente barba le daba un aire rufianesco que no le iba bien a su aspecto larguirucho y débil ni a sus movimientos nerviosos. Winston roused himself a little from his lethargy. He must speak to Ampleforth, and risk the yell from the telescreen. It was even conceivable that Ampleforth was the bearer of the razor blade. Winston salió un poco de su letargo. Tenía que hablarle a Ampleforth aunque se expusiera al chillido de la telepantalla. Probablemente, Ampleforth era el que le traía la hoja de afeitar. ‘Ampleforth,’ he said. — Ampleforth. There was no yell from the telescreen. Ampleforth paused, mildly startled. His eyes focused themselves slowly on Winston. La telepantalla no dijo nada. Ampleforth se detuvo, sobresaltado. Su mirada se concentró unos momentos sobre Winston. ‘Ah, Smith!’ he said. ‘You too!’ — ¡Ah, Smith! —dijo —. ¡También tú! ‘What are you in for?’ — ¿De qué te acusan? ‘To tell you the truth—’ He sat down awkwardly on the bench opposite Winston. ‘There is only one offence, is there not?’ he said. — Para decirte la verdad... — sentóse embarazosamente en el banco de enfrente a Winston —. Sólo hay un delito, ¿verdad? ‘And have you committed it?’ — ¿Y tú lo has cometido? ‘Apparently I have.’ — Por lo visto. He put a hand to his forehead and pressed his Se llevó una mano a la frente y luego las dos George Orwell 1984 262 temples for a moment, as though trying to remember something. apretándose las sienes en un esfuerzo por recordar algo. ‘These things happen,’ he began vaguely. ‘I have been able to recall one instance—a possible instance. It was an indiscretion, undoubtedly. We were producing a definitive edition of the poems of Kipling. I allowed the word “God” to remain at the end of a line. I could not help it!’ he added almost indignantly, raising his face to look at Winston. ‘It was impossible to change the line. The rhyme was “rod”. Do you realize that there are only twelve rhymes to “rod” in the entire language? For days I had racked my brains. There WAS no other rhyme.’ — Estas cosas suelen ocurrir empezó vagamente. A fuerza de pensar en ello, se me ha ocurrido que pudiera ser... fue desde luego una indiscreción, lo reconozco. Estábamos preparando una edición definitiva de los poemas de Kipling. Dejé la palabra Dios al final de un verso. ¡No pude evitarlo! — añadió casi con indignación, levantando la cara para mirar a Winston —. Era imposible cambiar ese verso. God (Dios) tenía que rimar con rod. ¿Te das cuenta de que sólo hay doce rimas para rod en nuestro idioma? Durante muchos días me he estado arañando el cerebro. Inútil, no había ninguna otra rima posible. The expression on his face changed. The annoyance passed out of it and for a moment he looked almost pleased. A sort of intellectual warmth, the joy of the pedant who has found out some useless fact, shone through the dirt and scrubby hair. Cambió la expresión de su cara. Desapareció de ella la angustia y por unos momentos pareció satisfecho. Era una especie de calor intelectual que lo animaba, la alegría del pedante que ha descubierto algún dato inútil. ‘Has it ever occurred to you,’ he said, ‘that the whole history of English poetry has been determined by the fact that the English language lacks rhymes?’ — ¿Has pensado alguna vez —dijo — que toda la historia de la poesía inglesa ha sido determinada por el hecho de que en el idioma inglés escasean las rimas? No, that particular thought had never occurred to Winston. Nor, in the circumstances, did it strike him as very important or interesting. No, aquello no se le había ocurrido nunca a Winston ni le parecía que en aquellas circunstancias fuera un asunto muy interesante. ‘Do you know what time of day it is?’ he said. — ¿Sabes si es ahora de día o de noche? — le preguntó. Ampleforth looked startled again. ‘I had hardly thought about it. They arrested me—it could be two days ago—perhaps three.’ His eyes flitted round the walls, as though he half expected to find a window somewhere. ‘There is no difference between night and day in this place. I do not see how one can calculate the time.’ Ampleforth se sobresaltó de nuevo: — No había pensado en ello. Me detuvieron hace dos días, quizá tres. —Su mirada recorrió las paredes como si esperase encontrar una ventana—. Aquí no hay diferencia entre el día y la noche. No es posible calcular la hora. They talked desultorily for some minutes, then, Hablaron sin mucho sentido durante unos minutos 1984 George Orwell without apparent reason, a yell from the telescreen bade them be silent. Winston sat quietly, his hands crossed. Ampleforth, too large to sit in comfort on the narrow bench, fidgeted from side to side, clasping his lank hands first round one knee, then round the other. The telescreen barked at him to keep still. Time passed. Twenty minutes, an hour— it was difficult to judge. Once more there was a sound of boots outside. Winston’s entrails contracted. Soon, very soon, perhaps in five minutes, perhaps now, the tramp of boots would mean that his own turn had come. 263 hasta que, sin razón aparente, un alarido de la telepantalla los mandó callar. Winston se inmovilizó como ya sabía hacerlo. En cambio, Ampleforth, demasiado grande para acomodarse en el estrecho banco, no sabía cómo ponerse y se movía nervioso. Unos ladridos de la telepantalla le ordenaron que se estuviera quieto. Pasó el tiempo. Veinte minutos, quizás una hora... Era imposible saberlo. Una vez más se acercaban pasos de botas. A Winston se le contrajo el vientre. Pronto, muy pronto, quizá dentro de cinco minutos, quizás ahora mismo, el ruido de pasos significaría que le había llegado su turno. The door opened. The cold-faced young officer Se abrió la puerta. El joven oficial de antes entró stepped into the cell. With a brief movement of the en la celda. Con un rápido movimiento de la mano hand he indicated Ampleforth. señaló a Ampleforth. ‘Room 101,’ he said. — Habitación uno - cero - uno -dijo. Ampleforth marched clumsily out between the Ampleforth salió conducido por los guardias con guards, his face vaguely perturbed, but las facciones alteradas, pero sin comprender. uncomprehending. What seemed like a long time passed. The pain in Winston’s belly had revived. His mind sagged round and round on the same trick, like a ball falling again and again into the same series of slots. He had only six thoughts. The pain in his belly; a piece of bread; the blood and the screaming; O’Brien; Julia; the razor blade. There was another spasm in his entrails, the heavy boots were approaching. As the door opened, the wave of air that it created brought in a powerful smell of cold sweat. Parsons walked into the cell. He was wearing khaki shorts and a sports-shirt. This time Winston forgetfulness. ‘YOU here!’ he said. was startled into A Winston le pareció que pasaba mucho tiempo. Había vuelto a dolerle atrozmente el estómago. Su mente daba vueltas por el mismo camino. Tenía sólo seis pensamientos: el dolor de vientre; un pedazo de pan; la sangre y los gritos; O'Brien; Julia; la hoja de afeitar. Sintió otra contracción en las entrañas; se acercaban las pesadas botas. Al abrirse la puerta, la oleada de aire trajo un intenso olor a sudor frío. Parsons entró en la celda. Vestía sus shorts caquis y una camisa de sport. self- Esta vez, el asombro de Winston le hizo olvidarse de sus preocupaciones. — ¡Tú aquí! — exclamó. Parsons gave Winston a glance in which there was Parsons dirigió a Winston una mirada que no era neither interest nor surprise, but only misery. He de interés ni de sorpresa, sino sólo de pena. began walking jerkily up and down, evidently Empezó a andar de un lado a otro con George Orwell 1984 264 unable to keep still. Each time he straightened his pudgy knees it was apparent that they were trembling. His eyes had a wide-open, staring look, as though he could not prevent himself from gazing at something in the middle distance. movimientos mecánicos. Luego empezó a temblar, pero se dominaba apretando los puños. Tenía los ojos muy abiertos. ‘What are you in for?’ said Winston. — ¿De qué te acusan? — le preguntó Winston. ‘Thoughtcrime!’ said Parsons, almost blubbering. The tone of his voice implied at once a complete admission of his guilt and a sort of incredulous horror that such a word could be applied to himself. He paused opposite Winston and began eagerly appealing to him: ‘You don’t think they’ll shoot me, do you, old chap? They don’t shoot you if you haven’t actually done anything—only thoughts, which you can’t help? I know they give you a fair hearing. Oh, I trust them for that! They’ll know my record, won’t they? YOU know what kind of chap I was. Not a bad chap in my way. Not brainy, of course, but keen. I tried to do my best for the Party, didn’t I? I’ll get off with five years, don’t you think? Or even ten years? A chap like me could make himself pretty useful in a labour-camp. They wouldn’t shoot me for going off the rails just once?’ — Crimental —dijo Parsons dando a entender con el tono de su voz que reconocía plenamente su culpa y, a la vez, un horror incrédulo de que esa palabra pudiera aplicarse a un hombre como él. Se detuvo frente a Winston y le preguntó con angustia. ¿No me matarán, verdad, amigo? No le matan a uno cuando no ha hecho nada concreto y sólo es culpable de haber tenido pensamientos que no pudo evitar. Sé que le juzgan a uno con todas las garantías. Tengo gran confianza en ellos. Saben perfectamente mi hoja de servicios. También tú sabes cómo he sido yo siempre. No he sido inteligente, pero siempre he tenido la mejor voluntad. He procurado servir lo mejor posible al Partido, ¿no crees? Me castigarán a cinco años, ¿verdad? O quizá diez. Un tipo como yo puede resultar muy útil en un campo de trabajos forzados. Creo que no me fusilarán por una pequeña y única equivocación. ‘Are you guilty?’ said Winston. — ¿Eres culpable de algo? —dijo Winston. ‘Of course I’m guilty!’ cried Parsons with a servile glance at the telescreen. ‘You don’t think the Party would arrest an innocent man, do you?’ His froglike face grew calmer, and even took on a slightly sanctimonious expression. ‘Thoughtcrime is a dreadful thing, old man,’ he said sententiously. ‘It’s insidious. It can get hold of you without your even knowing it. Do you know how it got hold of me? In my sleep! Yes, that’s a fact. There I was, working away, trying to do my bit—never knew I had any bad stuff in my mind at all. And then I started talking in my sleep. Do you know what they heard me saying?’ — ¡Claro que soy culpable! — exclamó Parsons mirando servilmente a la telepantalla —. ¿No creerás que el Partido puede detener a un hombre inocente? — Se le calmó su rostro de rana e incluso tomó una actitud beatífica —. El crimen del pensamiento es una cosa horrible —dijo sentenciosamente —. Es una insidia que se apodera de uno sin que se dé cuenta. ¿Sabes cómo me ocurrió a mí? ¡Mientras dormía! Sí, así fue. Me he pasado la vida trabajando tan contento, cumpliendo con mi deber lo mejor que podía y, ya ves, resulta que tenía un mal pensamiento oculto en la cabeza. ¡Y yo sin saberlo! Una noche, empecé a hablar dormido, y ¿sabes lo que me oyeron decir? George Orwell 1984 265 He sank his voice, like someone who is obliged for medical reasons to utter an obscenity. Bajó la voz, como alguien que por razones médicas tiene que pronunciar unas palabras obscenas. ‘“Down with Big Brother!” Yes, I said that! Said it over and over again, it seems. Between you and me, old man, I’m glad they got me before it went any further. Do you know what I’m going to say to them when I go up before the tribunal? “Thank you,” I’m going to say, “thank you for saving me before it was too late.”’ — ¡Abajo el Gran Hermano! Sí, eso dije. Y parece ser que lo repetí varias veces. Entre nosotros, chico, te confesaré que me alegró que me detuvieran antes de que la cosa pasara a mayores. ¿Sabes lo que voy a decirles cuando me lleven ante el tribunal? «Gracias — les diré —, «gracias por haberme salvado antes de que fuera demasiado tarde». ‘Who denounced you?’ said Winston. — ¿Quién te denunció? —dijo Winston. ‘It was my little daughter,’ said Parsons with a sort of doleful pride. ‘She listened at the keyhole. Heard what I was saying, and nipped off to the patrols the very next day. Pretty smart for a nipper of seven, eh? I don’t bear her any grudge for it. In fact I’m proud of her. It shows I brought her up in the right spirit, anyway.’ — Fue mi niña —dijo Parsons con cierto orgullo dolido —. Estaba escuchando por el agujero de la cerradura. Me oyó decir aquello y llamó a la patrulla al día siguiente. No se le puede pedir más lealtad política a una niña de siete años, ¿no te parece? No le guardo ningún rencor. La verdad es que estoy orgulloso de ella, pues lo que hizo demuestra que la he educado muy bien. He made a few more jerky movements up and Anduvo un poco más por la celda mirando varias down, several times, casting a longing glance at the veces, con deseo contenido, a la taza del retrete. lavatory pan. Then he suddenly ripped down his Luego, se bajó a toda prisa los pantalones. shorts. ‘Excuse me, old man,’ he said. ‘I can’t help it. It’s the waiting.’ — Perdona, chico —dijo —. No puedo evitarlo. Es por la espera; ¿sabes? He plumped his large posterior into the lavatory Asentó su amplio trasero sobre la taza. Winston se pan. Winston covered his face with his hands. cubrió la cara con las manos. ‘Smith!’ yelled the voice from the telescreen. ‘6079 Smith W.! Uncover your face. No faces covered in the cells.’ — ¡Smith! — chilló la voz de la telepantalla —. ¡6079 Smith W! Descúbrete la cara. En las celdas, nada de taparse la cara. Winston uncovered his face. Parsons used the lavatory, loudly and abundantly. It then turned out that the plug was defective and the cell stank abominably for hours afterwards. Winston se descubrió el rostro. Parsons usó el retrete ruidosa y abundantemente. Luego resultó que no funcionaba el agua y la celda estuvo oliendo espantosamente durante varias horas. George Orwell 1984 266 Parsons was removed. More prisoners came and went, mysteriously. One, a woman, was consigned to ‘Room 101’, and, Winston noticed, seemed to shrivel and turn a different colour when she heard the words. A time came when, if it had been morning when he was brought here, it would be afternoon; or if it had been afternoon, then it would be midnight. There were six prisoners in the cell, men and women. All sat very still. Opposite Winston there sat a man with a chinless, toothy face exactly like that of some large, harmless rodent. His fat, mottled cheeks were so pouched at the bottom that it was difficult not to believe that he had little stores of food tucked away there. His pale-grey eyes flitted timorously from face to face and turned quickly away again when he caught anyone’s eye. Se llevaron a Parsons. Entraron y salieron más presos, misteriosamente. Una mujer fue enviada a la «habitación 101» y Winston observó que esas palabras la hicieron cambiar de color. Llegó el momento en que, si hubiera sido de día cuando le llevaron allí, sería ya la última hora de la tarde; y de haber entrado por la tarde, sería ya media noche. Había seis presos en la celda entre hombres y mujeres. Todos estaban sentados muy quietos. Frente a Winston se hallaba un hombre con cara de roedor; apenas tenía barbilla y sus dientes eran afilados y salientes. Los carrillos le formaban bolsones de tal modo que podía pensarse que almacenaba allí comida. Sus ojos gris pálido se movían temerosamente de un lado a otro y se desviaba su mirada en cuanto tropezaba con la de otra persona. The door opened, and another prisoner was brought in whose appearance sent a momentary chill through Winston. He was a commonplace, meanlooking man who might have been an engineer or technician of some kind. But what was startling was the emaciation of his face. It was like a skull. Because of its thinness the mouth and eyes looked disproportionately large, and the eyes seemed filled with a murderous, unappeasable hatred of somebody or something. Se abrió la puerta de nuevo y entró otro preso cuyo aspecto le causó un escalofrío a Winston. Era un hombre de aspecto vulgar, quizás un ingeniero o un técnico. Pero lo sorprendente en él era su figura esquelético. Su delgadez era tan exagerada que la boca y los ojos parecían de un tamaño desproporcionado y en sus ojos se almacenaba un intenso y criminal odio contra algo o contra alguien. The man sat down on the bench at a little distance from Winston. Winston did not look at him again, but the tormented, skull-like face was as vivid in his mind as though it had been straight in front of his eyes. Suddenly he realized what was the matter. The man was dying of starvation. The same thought seemed to occur almost simultaneously to everyone in the cell. There was a very faint stirring all the way round the bench. The eyes of the chinless man kept flitting towards the skull-faced man, then turning guiltily away, then being dragged back by an irresistible attraction. Presently he began to fidget on his seat. At last he stood up, waddled clumsily across the cell, dug down into the pocket of his overalls, and, with an abashed air, held out a grimy piece of bread to the skull-faced man. El individuo se sentó en el banco a poca distancia de Winston. Éste no volvió a mirarle, pero la cara de calavera se le había quedado tan grabada como si la tuviera continuamente frente a sus ojos. De pronto comprendió de qué se trataba. Aquel hombre se moría de hambre. Lo mismo pareció ocurrírseles casi a la vez a cuantos allí se hallaban. Se produjo un leve movimiento por todo el banco. El hombre de la cara de ratón miraba de cuando en cuando al esquelético y desviaba en seguida la mirada con aire culpable para volverse a fijarse en él irresistiblemente atraído. Por fin se levantó, cruzó pesadamente la celda, se rebuscó en el bolsillo del «mono» y con aire tímido sacó un mugriento mendrugo de pan y se lo tendió al hambriento. George Orwell There was a furious, deafening roar from the telescreen. The chinless man jumped in his tracks. The skull-faced man had quickly thrust his hands behind his back, as though demonstrating to all the world that he refused the gift. 1984 267 La telepantalla rugió furiosa. El de la cara de ratón volvió a su sitio de un brinco. El esquelético se había llevado inmediatamente las manos detrás de la espalda como para demostrarle a todo el mundo que se había negado a aceptar el ofrecimiento. ‘Bumstead!’ roared the voice. ‘2713 Bumstead J.! — ¡Bumstead! — gritó la voz de un modo Let fall that piece of bread!’ ensordecedor —. ¡2713 Bumstead! Tira ese pedazo de pan. The chinless man dropped the piece of bread on the floor. El individuo tiró el mendrugo al suelo. ‘Remain standing where you are,’ said the voice. ‘Face the door. Make no movement.’ — Ponte de pie de cara a la puerta y sin hacer ningún movimiento. The chinless man obeyed. His large pouchy cheeks were quivering uncontrollably. The door clanged open. As the young officer entered and stepped aside, there emerged from behind him a short stumpy guard with enormous arms and shoulders. He took his stand opposite the chinless man, and then, at a signal from the officer, let free a frightful blow, with all the weight of his body behind it, full in the chinless man’s mouth. The force of it seemed almost to knock him clear of the floor. His body was flung across the cell and fetched up against the base of the lavatory seat. For a moment he lay as though stunned, with dark blood oozing from his mouth and nose. A very faint whimpering or squeaking, which seemed unconscious, came out of him. Then he rolled over and raised himself unsteadily on hands and knees. Amid a stream of blood and saliva, the two halves of a dental plate fell out of his mouth. El hombre obedeció mientras le temblaban los bolsones de sus mejillas. Se abrió la puerta de golpe y entró el joven oficial, que se apartó para dejar pasar a un guardia achaparrado con enormes brazos y hombros. Se colocó frente al hombre del mendrugo y, a una orden muda del oficial, le lanzó un terrible puñetazo a la boca apoyándolo con todo el peso de su cuerpo. La fuerza del golpe empujó al individuo hasta la otra pared de la celda. Se cayó junto al retrete. Le brotaba una sangre negruzca de la boca y de la nariz. Después, gimiendo débilmente, consiguió ponerse en pie. Entre un chorro de sangre y saliva, se le cayeron de la boca las dos mitades de una dentadura postiza. The prisoners sat very still, their hands crossed on their knees. The chinless man climbed back into his place. Down one side of his face the flesh was darkening. His mouth had swollen into a shapeless cherry-coloured mass with a black hole in the middle of it. Los presos estaban muy quietos, todos ellos con las manos cruzadas sobre las rodillas. El hombre ratonil volvió a su sitio. Se le oscurecía la carne en uno de los lados de la cara. Se le hinchó la boca hasta formar una masa informe con un agujero negro en medio. From time to time a little blood dripped on to the Sus ojos grises seguían moviéndose, sintiéndose breast of his overalls. His grey eyes still flitted from más culpable que nunca y como tratando de George Orwell 1984 268 face to face, more guiltily than ever, as though he averiguar cuánto lo despreciaban los otros por were trying to discover how much the others aquella humillación. despised him for his humiliation. The door opened. With a small gesture the officer indicated the skull-faced man. Se abrió la puerta. Con un pequeño gesto, el oficial señaló al hombre esquelético. ‘Room 101,’ he said. — Habitación 101 —dijo. There was a gasp and a flurry at Winston’s side. The man had actually flung himself on his knees on the floor, with his hand clasped together. Winston oyó a su lado una ahogada exclamación de pánico. El hombre se dejó caer al suelo de rodillas y rogaba con las manos juntas: ‘Comrade! Officer!’ he cried. ‘You don’t have to take me to that place! Haven’t I told you everything already? What else is it you want to know? There’s nothing I wouldn’t confess, nothing! Just tell me what it is and I’ll confess straight off. Write it down and I’ll sign it—anything! Not room 101!’ — ¡Camarada! ¡Oficial! No tienes que llevarme a ese sitio; ¿no te lo he dicho ya todo? ¿Qué más quieres saber? ¡Todo lo confesaría, todo! Dime de qué se trata y lo confesaré. ¡Escribe lo que quieras y lo firmaré! Pero no me lleves a la habitación 101. ‘Room 101,’ said the officer. — Habitación 101 —dijo el oficial. The man’s face, already very pale, turned a colour Winston would not have believed possible. It was definitely, unmistakably, a shade of green. La cara del hombre, ya palidísima, se volvió de un color increíble. Era — no había lugar a dudas — de un tono verde. ‘Do anything to me!’ he yelled. ‘You’ve been starving me for weeks. Finish it off and let me die. Shoot me. Hang me. Sentence me to twenty-five years. Is there somebody else you want me to give away? Just say who it is and I’ll tell you anything you want. I don’t care who it is or what you do to them. I’ve got a wife and three children. The biggest of them isn’t six years old. You can take the whole lot of them and cut their throats in front of my eyes, and I’ll stand by and watch it. But not Room 101!’ — ¡Haz algo por mi — chilló —. Me has estado matando de hambre durante varias semanas. Acaba conmigo de una vez. Dispara contra mí. Ahórcame. Condéname a veinticinco años. ¿Queréis que denuncie a alguien más? Decidme de quién se trata y yo diré todo lo que os convenga. No me importa quién sea ni lo que vayáis a hacerle. Tengo mujer y tres hijos. El mayor de ellos no tiene todavía seis años. Podéis coger a los cuatro y cortarles el cuerpo delante de mí y yo lo contemplaré sin rechistar. Pero no me llevéis a la habitación 101. ‘Room 101,’ said the officer. — Habitación 101 —dijo el oficial. The man looked frantically round at the other prisoners, as though with some idea that he could El hombre del rostro de calavera miró frenéticamente a los demás presos como si George Orwell 1984 269 put another victim in his own place. His eyes esperara encontrar alguno que pudiera poner en su settled on the smashed face of the chinless man. He lugar. Sus ojos se detuvieron en la aporreada cara flung out a lean arm. del que le había ofrecido el mendrugo. Lo señaló con su mano huesuda y temblorosa. ‘That’s the one you ought to be taking, not me!’ he shouted. ‘You didn’t hear what he was saying after they bashed his face. Give me a chance and I’ll tell you every word of it. HE’S the one that’s against the Party, not me.’ The guards stepped forward. The man’s voice rose to a shriek. ‘You didn’t hear him!’ he repeated. ‘Something went wrong with the telescreen. HE’S the one you want. Take him, not me!’ — A ése es al que debíais llevar, no a mí — gritó —. ¿No habéis oído lo que dijo cuando le pegaron? Os lo contaré si queréis oírme. El sí que está contra el Partido y no yo. — Los guardias avanzaron dos pasos. La voz del hombre se elevó histéricamente. ¡No lo habéis oído! — repitió —. La telepantalla no funcionaba bien. Ése es al que debéis llevaros. ¡Sí, él, él; yo no! The two sturdy guards had stooped to take him by the arms. But just at this moment he flung himself across the floor of the cell and grabbed one of the iron legs that supported the bench. He had set up a wordless howling, like an animal. The guards took hold of him to wrench him loose, but he clung on with astonishing strength. For perhaps twenty seconds they were hauling at him. The prisoners sat quiet, their hands crossed on their knees, looking straight in front of them. The howling stopped; the man had no breath left for anything except hanging on. Then there was a different kind of cry. A kick from a guard’s boot had broken the fingers of one of his hands. They dragged him to his feet. Los dos guardias lo sujetaron por el brazo, pero en ese momento el preso se tiró al suelo y se agarró a una de las patas de hierro que sujetaban el banco. Lanzaba un aullido que parecía de algún animal. Los guardias tiraban de él. Pero se aferraba con asombrosa fuerza. Estuvieron forcejeando así quizá unos veinte segundos. Los presos seguían inmóviles con las manos cruzadas sobre las rodillas mirando fijamente frente a ellos. El aullido se cortó; el hombre sólo tenía ya alientos para sujetarse. Entonces se oyó un grito diferente. Un guardia le había roto de una patada los dedos de una mano. Lo pusieron de pie alzándolo como un pelele. ‘Room 101,’ said the officer. — Habitación 101 —dijo el oficial. The man was led out, walking unsteadily, with head sunken, nursing his crushed hand, all the fight had gone out of him. Y se lo llevaron al hombre, que apenas podía apoyarse en el suelo y que se sujetaba con la otra la mano partida. Había perdido por completo los ánimos. A long time passed. If it had been midnight when the skull-faced man was taken away, it was morning: if morning, it was afternoon. Winston was alone, and had been alone for hours. The pain of sitting on the narrow bench was such that often he got up and walked about, unreproved by the telescreen. The piece of bread still lay where the chinless man had dropped it. At the beginning it needed a hard effort not to look at it, but presently Pasó mucho tiempo. Si había sido media noche cuando se llevaron al hombre de la cara de calavera, era ya por la mañana; si había sido por la mañana, ahora sería por la tarde. Winston estaba solo desde hacía varias horas. Le producía tal dolor estarse sentado en el estrecho banco que se atrevió a levantarse de cuando en cuando y dar unos pasos por la celda sin que la telepantalla se lo prohibiera. El mendrugo de pan seguía en el suelo, George Orwell hunger gave way to thirst. His mouth was sticky and evil-tasting. The humming sound and the unvarying white light induced a sort of faintness, an empty feeling inside his head. He would get up because the ache in his bones was no longer bearable, and then would sit down again almost at once because he was too dizzy to make sure of staying on his feet. Whenever his physical sensations were a little under control the terror returned. Sometimes with a fading hope he thought of O’Brien and the razor blade. It was thinkable that the razor blade might arrive concealed in his food, if he were ever fed. More dimly he thought of Julia. Somewhere or other she was suffering perhaps far worse than he. She might be screaming with pain at this moment. He thought: ‘If I could save Julia by doubling my own pain, would I do it? Yes, I would.’ But that was merely an intellectual decision, taken because he knew that he ought to take it. He did not feel it. In this place you could not feel anything, except pain and foreknowledge of pain. Besides, was it possible, when you were actually suffering it, to wish for any reason that your own pain should increase? But that question was not answerable yet. 1984 270 en el mismo sitio donde lo había tirado el individuo de cara ratonil. Al principio, necesitó Winston esforzarse mucho para no mirarlo, pero ya no tenía hambre, sino sed. Se le había puesto la boca pegajosa y de un sabor malísimo. El constante zumbido y la invariable luz blanca le causaban una sensación de mareo y de tener vacía la cabeza. Cuando no podía resistir más el dolor de los huesos, se levantaba, pero volvía a sentarse en seguida porque estaba demasiado mareado para permanecer en pie. En cuanto conseguía dominar sus sensaciones físicas, le volvía el terror. A veces pensaba con leve esperanza en O'Brien y en la hoja de afeitar. Bien pudiera llegar la hoja escondida en el alimento que le dieran, si es que llegaban a darle alguno. En Julia pensaba menos. Estaría sufriendo, quizás más que él. Probablemente estaría chillando de dolor en este mismo instante. Pensó: «Si pudiera salvar a Julia duplicando mi dolor, ¿lo haría? Sí, lo haría». Esto era sólo una decisión intelectual, tomada porque sabía que su deber era ese; pero, en verdad, no lo sentía. En aquel sitio no se podía sentir nada excepto el dolor físico y la anticipación de venideros dolores. Además, ¿era posible, mientras se estaba sufriendo realmente, desear que por una u otra razón le aumentara a uno el dolor? Pero a esa pregunta no estaba él todavía en condiciones de responder The boots were approaching again. The door . Las botas volvieron a acercarse. Se abrió la opened. O’Brien came in. puerta. Entró O'Brien. Winston started to his feet. The shock of the sight had driven all caution out of him. For the first time in many years he forgot the presence of the telescreen. Winston se puso en pie. El choque emocional de ver a aquel hombre le hizo abandonar toda preocupación. Por primera vez en muchos años, olvidó la presencia de la telepantalla. ‘They’ve got you too!’ he cried. — ¡También a ti te han cogido! — exclamó. ‘They got me a long time ago,’ said O’Brien with a mild, almost regretful irony. He stepped aside. From behind him there emerged a broad-chested guard with a long black truncheon in his hand. — Hace mucho tiempo que me han cogido — repuso O'Brien con una ironía suave y como si lo lamentara. Se apartó un poco para que pasara un corpulento guardia que tenía una larga porra negra en la mano. George Orwell 1984 271 ‘You know this, Winston,’ said O’Brien. ‘Don’t deceive yourself. You did know it—you have always known it.’ — Ya sabías que ocurriría esto, Winston —dijo O'Brien —. No te engañes a ti mismo. Lo sabías... Siempre lo has sabido. Yes, he saw now, he had always known it. But there was no time to think of that. All he had eyes for was the truncheon in the guard’s hand. It might fall anywhere; on the crown, on the tip of the ear, on the upper arm, on the elbow— Sí, ahora comprendía que siempre lo había sabido. Pero no había tiempo de pensar en ello. Sólo tenía ojos para la porra que se balanceaba en la mano del guardia. El golpe podía caer en cualquier parte de su cuerpo: en la coronilla, encima de la oreja, en el antebrazo, en el codo... The elbow! He had slumped to his knees, almost paralysed, clasping the stricken elbow with his other hand. Everything had exploded into yellow light. Inconceivable, inconceivable that one blow could cause such pain! The light cleared and he could see the other two looking down at him. The guard was laughing at his contortions. One question at any rate was answered. Never, for any reason on earth, could you wish for an increase of pain. Of pain you could wish only one thing: that it should stop. Nothing in the world was so bad as physical pain. In the face of pain there are no heroes, no heroes, he thought over and over as he writhed on the floor, clutching uselessly at his disabled left arm. ¡En el codo! Dio un brinco y se quedó casi paralizado sujetándose con la otra mano el codo golpeado. Había visto luces amarillas. ¡Era inconcebible que un solo golpe pudiera causar tanto dolor! Cayó al suelo. Volvió a ver claro. Los otros dos lo miraban desde arriba. El guardia se reía de sus contorsiones. Por lo menos, ya sabía una cosa. jamás, por ninguna razón del mundo, puede uno desear un aumento de dolor. Del dolor físico sólo se puede desear una cosa: que cese. Nada en el mundo es tan malo como el dolor físico. Ante eso no hay héroes. No hay héroes, pensó una y otra vez mientras se retorcía en el suelo, sujetándose inútilmente su inutilizado brazo izquierdo. George Orwell 1984 272 Chapter 2 CAPÍTULO II He was lying on something that felt like a camp bed, except that it was higher off the ground and that he was fixed down in some way so that he could not move. Light that seemed stronger than usual was falling on his face. O’Brien was standing at his side, looking down at him intently. At the other side of him stood a man in a white coat, holding a hypodermic syringe. Winston yacía sobre algo que parecía una cama de campaña aunque más elevada sobre el suelo y que estaba sujeta para que no pudiera moverse. Sobre su rostro caía una luz más fuerte que la normal. O'Brien estaba de pie a su lado, mirándole fijamente. Al otro lado se hallaba un hombre con chaqueta blanca en una de cuyas manos tenía preparada una jeringuilla hipodérmico. Even after his eyes were open he took in his surroundings only gradually. He had the impression of swimming up into this room from some quite different world, a sort of underwater world far beneath it. How long he had been down there he did not know. Since the moment when they arrested him he had not seen darkness or daylight. Besides, his memories were not continuous. There had been times when consciousness, even the sort of consciousness that one has in sleep, had stopped dead and started again after a blank interval. But whether the intervals were of days or weeks or only seconds, there was no way of knowing. Aunque ya hacía un rato que había abierto los ojos, no acababa de darse plena cuenta de lo que le rodeaba. Tenía la impresión de haber venido nadando hasta esta habitación desde un mundo muy distinto, una especie de mundo submarino. No sabía cuánto tiempo había estado en aquellas profundidades. Desde el momento en que lo detuvieron no había visto oscuridad ni luz diurna. Además sus recuerdos no eran continuos. A veces la conciencia, incluso esa especie de conciencia que tenemos en los sueños, se le había parado en seco y sólo había vuelto a funcionar después de un rato de absoluto vacío. Pero si esos ratos eran segundos, horas, días, o semanas, no había manera de saberlo. With that first blow on the elbow the nightmare had started. Later he was to realize that all that then happened was merely a preliminary, a routine interrogation to which nearly all prisoners were subjected. There was a long range of crimes— espionage, sabotage, and the like—to which everyone had to confess as a matter of course. The confession was a formality, though the torture was real. How many times he had been beaten, how long the beatings had continued, he could not remember. Always there were five or six men in black uniforms at him simultaneously. Sometimes it was fists, sometimes it was truncheons, sometimes it was steel rods, sometimes it was boots. There were times when he rolled about the floor, as shameless as an animal, writhing his body this way and that in an endless, hopeless effort to dodge the kicks, and simply inviting more and yet more kicks, in his ribs, in his belly, on his elbows, on his shins, in his groin, in his testicles, on the La pesadilla comenzó con aquel primer golpe en el codo. Más tarde se daría cuenta de que todo lo ocurrido entonces había sido sólo una ligera introducción, un interrogatorio rutinario al que eran sometidos casi todos los presos. Todos tenían que confesar, como cuestión de mero trámite, una larga serie de delitos: espionaje, sabotaje y cosas por el estilo. Aunque la tortura era real, la confesión era sólo cuestión de trámite. Winston no podía recordar cuántas veces le habían pegado ni cuánto tiempo habían durado los castigos. Recordaba, en cambio, que en todo momento había en torno suyo cinco o seis individuos con uniformes negros. A veces emplearon los puños, otras las porras, también varas de acero y, por supuesto, las botas. Sabía que había rodado varias veces por el suelo con el impudor de un animal retorciéndose en un inútil esfuerzo por evitar los golpes, pero con aquellos movimientos sólo conseguía que le propinaran más patadas en las George Orwell 1984 273 bone at the base of his spine. There were times when it went on and on until the cruel, wicked, unforgivable thing seemed to him not that the guards continued to beat him but that he could not force himself into losing consciousness. There were times when his nerve so forsook him that he began shouting for mercy even before the beating began, when the mere sight of a fist drawn back for a blow was enough to make him pour forth a confession of real and imaginary crimes. There were other times when he started out with the resolve of confessing nothing, when every word had to be forced out of him between gasps of pain, and there were times when he feebly tried to compromise, when he said to himself: ‘I will confess, but not yet. I must hold out till the pain becomes unbearable. Three more kicks, two more kicks, and then I will tell them what they want.’ Sometimes he was beaten till he could hardly stand, then flung like a sack of potatoes on to the stone floor of a cell, left to recuperate for a few hours, and then taken out and beaten again. There were also longer periods of recovery. He remembered them dimly, because they were spent chiefly in sleep or stupor. He remembered a cell with a plank bed, a sort of shelf sticking out from the wall, and a tin wash-basin, and meals of hot soup and bread and sometimes coffee. He remembered a surly barber arriving to scrape his chin and crop his hair, and businesslike, unsympathetic men in white coats feeling his pulse, tapping his reflexes, turning up his eyelids, running harsh fingers over him in search for broken bones, and shooting needles into his arm to make him sleep. costillas, en el vientre, en los codos, en las espinillas, en los testículos y en la base de la columna vertebral. A veces gritaba pidiendo misericordia incluso antes de que empezaran a pegarle y bastaba con que un puño hiciera el movimiento de retroceso precursor del golpe para que confesara todos los delitos, verdaderos o imaginarios, de que le acusaban. Otras veces, cuando se decidía a no contestar nada, tenían que sacarle las palabras entre alaridos de dolor y en otras ocasiones se decía a sí mismo, dispuesto a transigir: «Confesaré, pero todavía no. Tengo que resistir hasta que el dolor sea insoportable. Tres golpes más, dos golpes más y les diré lo que quieran». Cuando te golpeaban hasta dejarlo tirado como un saco de patatas en el suelo de piedra para que recobrara alguna energía, al cabo de varias horas volvían a buscarlo y le pegaban otra vez. También había períodos más largos de descanso. Los recordaba confusamente porque los pasaba adormilado o con el conocimiento casi perdido. Se acordaba de que un barbero había ido a afeitarle la barba al rape y algunos hombres de actitud profesional, con batas blancas, le tomaban el pulso, le observaban sus movimientos reflejos, le levantaban los párpados y le recorrían el cuerpo con dedos rudos en busca de huesos rotos o le ponían inyecciones en el brazo para hacerle dormir. The beatings grew less frequent, and became mainly a threat, a horror to which he could be sent back at any moment when his answers were unsatisfactory. His questioners now were not ruffians in black uniforms but Party intellectuals, little rotund men with quick movements and flashing spectacles, who worked on him in relays over periods which lasted—he thought, he could not be sure—ten or twelve hours at a stretch. These other questioners saw to it that he was in constant slight pain, but it was not chiefly pain that they relied on. They slapped his face, wrung his ears, pulled his hair, made him stand on one leg, refused him leave to urinate, shone glaring lights in his face until his eyes ran with water; but the aim of this Las palizas se hicieron menos frecuentes y quedaron reducidas casi únicamente a amenazas, a anunciarle un horror al que le enviarían en cuanto sus respuestas no fueran satisfactorias. Los que le interrogaban no eran ya rufianes con uniformes negros, sino intelectuales del Partido, hombrecillos regordetes con movimientos rápidos y gafas brillantes que se relevaban para «trabajarlo» en turnos que duraban — no estaba seguro — diez o doce horas. Estos otros interrogadores procuraban que se hallase sometido a un dolor leve, pero constante, aunque ellos no se basaban en el dolor para hacerle confesar. Le daban bofetadas, le retorcían las orejas, le tiraban del pelo, le hacían sostenerse en una sola pierna, le negaban el George Orwell was simply to humiliate him and destroy his power of arguing and reasoning. Their real weapon was the merciless questioning that went on and on, hour after hour, tripping him up, laying traps for him, twisting everything that he said, convicting him at every step of lies and self-contradiction until he began weeping as much from shame as from nervous fatigue. Sometimes he would weep half a dozen times in a single session. Most of the time they screamed abuse at him and threatened at every hesitation to deliver him over to the guards again; but sometimes they would suddenly change their tune, call him comrade, appeal to him in the name of Ingsoc and Big Brother, and ask him sorrowfully whether even now he had not enough loyalty to the Party left to make him wish to undo the evil he had done. When his nerves were in rags after hours of questioning, even this appeal could reduce him to snivelling tears. In the end the nagging voices broke him down more completely than the boots and fists of the guards. He became simply a mouth that uttered, a hand that signed, whatever was demanded of him. His sole concern was to find out what they wanted him to confess, and then confess it quickly, before the bullying started anew. He confessed to the assassination of eminent Party members, the distribution of seditious pamphlets, embezzlement of public funds, sale of military secrets, sabotage of every kind. He confessed that he had been a spy in the pay of the Eastasian government as far back as 1968. He confessed that he was a religious believer, an admirer of capitalism, and a sexual pervert. He confessed that he had murdered his wife, although he knew, and his questioners must have known, that his wife was still alive. He confessed that for years he had been in personal touch with Goldstein and had been a member of an underground organization which had included almost every human being he had ever known. It was easier to confess everything and implicate everybody. Besides, in a sense it was all true. It was true that he had been the enemy of the Party, and in the eyes of the Party there was no distinction between the thought and the deed. 1984 274 permiso para orinar, le enfocaban la cara con insoportables reflectores hasta que le hacían llorar a lágrima viva... Pero la finalidad de esto era sólo humillarlo y destruir en él la facultad de razonar, de encontrar argumentos. La verdadera arma de aquellos hombres era el despiadado interrogatorio que proseguía hora tras hora, lleno de trampas, deformando todo lo que él había dicho, haciéndole confesar a cada paso mentiras y contradicciones, hasta que empezaba a llorar no sólo de vergüenza sino de cansancio nervioso. A veces lloraba media docena de veces en una sola sesión. Casi todo el tiempo lo estaban insultando y lo amenazaban, a cada vacilación, con volverlo a entregar a los guardias. Pero de pronto cambiaban de tono, lo llamaban camarada, trataban de despertar sus sentimientos en nombre del Ingsoc y del Gran Hermano, y le preguntaban compungidos si no le quedaba la suficiente lealtad hacia el Partido para desear no haber hecho todo el mal que había hecho. Con los nervios destrozados después de tantas horas de interrogatorio, estos amistosos reproches le hacían llorar con más fuerza. Al final se había convertido en un muñeco: una boca que afirmaba lo que le pedían y una mano que firmaba todo lo que le ponían delante. Su única preocupación consistía en descubrir qué deseaban hacerle declarar para confesarlo inmediatamente antes de que empezaran a insultarlo y a amenazarle. Confesó haber asesinado a distinguidos miembros del Partido, haber distribuido propaganda sediciosa, robo de fondos públicos, venta de secretos militares al extranjero, sabotajes de toda clase... Confesó que había sido espía a sueldo de Asia Oriental ya en 1968. Confesó que tenía creencias religiosas, que admiraba el capitalismo y que era un pervertido sexual. Confesó haber asesinado a su esposa, aunque sabía perfectamente — y tenían que saberlo también sus verdugos — que su mujer vivía aún. Confesó que durante muchos años había estado en relación con Goldstein y había sido miembro de una organización clandestina a la que habían pertenecido casi todas las personas que él había conocido en su vida. Lo más fácil era confesarlo todo — fuera verdad o mentira — y comprometer a todo el mundo. Además, en cierto sentido, todo ello era verdad. Era cierto que había sido un enemigo del Partido y a los ojos del Partido no había distinción alguna entre los pensamientos y los actos. George Orwell 1984 275 There were also memories of another kind. They stood out in his mind disconnectedly, like pictures with blackness all round them. También recordaba otras cosas que surgían en su mente de un modo inconexo, como cuadros aislados rodeados de oscuridad. He was in a cell which might have been either dark or light, because he could see nothing except a pair of eyes. Near at hand some kind of instrument was ticking slowly and regularly. The eyes grew larger and more luminous. Suddenly he floated out of his seat, dived into the eyes, and was swallowed up. Estaba en una celda que podía haber estado oscura o con luz, no lo sabía, porque lo único que él veía era un par de ojos. Allí cerca se oía el tic—tac, lento y regular, de un instrumento. Los ojos aumentaron de tamaño y se hicieron más luminosos. De pronto, Winston salió flotando de su asiento y sumergiéndose en los ojos, fue tragado por ellos. He was strapped into a chair surrounded by dials, under dazzling lights. A man in a white coat was reading the dials. There was a tramp of heavy boots outside. The door clanged open. The waxed-faced officer marched in, followed by two guards. Estaba atado a una silla rodeada de esferas graduadas, bajo cegadores focos. Un hombre con bata blanca leía los discos. Fuera se oía que se acercaban pasos. La puerta se abrió de golpe. El oficial de cara de cera entró seguido por dos guardias. ‘Room 101,’ said the officer. — Habitación 101 —dijo el oficial. The man in the white coat did not turn round. He did not look at Winston either; he was looking only at the dials. El hombre de la bata blanca no se volvió. Ni siquiera miró a Winston; se limitaba a observar los discos. He was rolling down a mighty corridor, a kilometre wide, full of glorious, golden light, roaring with laughter and shouting out confessions at the top of his voice. He was confessing everything, even the things he had succeeded in holding back under the torture. He was relating the entire history of his life to an audience who knew it already. With him were the guards, the other questioners, the men in white coats, O’Brien, Julia, Mr Charrington, all rolling down the corridor together and shouting with laughter. Some dreadful thing which had lain embedded in the future had somehow been skipped over and had not happened. Everything was all right, there was no more pain, the last detail of his life was laid bare, understood, forgiven. Winston rodaba por un interminable corredor de un kilómetro de anchura inundado por una luz dorada y deslumbrante. Se reía a carcajadas y gritaba confesiones sin cesar. Lo confesaba todo, hasta lo que había logrado callar bajo las torturas. Le contaba toda la historia de su vida a un público que ya la conocía. Lo rodeaban los guardias, sus otros verdugos de lentes, los hombres de las batas blancas, O'Brien, Julia, el señor Charrington, y todos rodaban alegremente por el pasillo riéndose a carcajadas. Winston se había escapado de algo terrorífico con que le amenazaban y que no había llegado a suceder. Todo estaba muy bien, no había más dolor y hasta los más mínimos detalles de su vida quedaban al descubierto, comprendidos y perdonados. George Orwell He was starting up from the plank bed in the halfcertainty that he had heard O’Brien’s voice. All through his interrogation, although he had never seen him, he had had the feeling that O’Brien was at his elbow, just out of sight. It was O’Brien who was directing everything. It was he who set the guards on to Winston and who prevented them from killing him. It was he who decided when Winston should scream with pain, when he should have a respite, when he should be fed, when he should sleep, when the drugs should be pumped into his arm. It was he who asked the questions and suggested the answers. He was the tormentor, he was the protector, he was the inquisitor, he was the friend. And once—Winston could not remember whether it was in drugged sleep, or in normal sleep, or even in a moment of wakefulness—a voice murmured in his ear: ‘Don’t worry, Winston; you are in my keeping. For seven years I have watched over you. Now the turning-point has come. I shall save you, I shall make you perfect.’ He was not sure whether it was O’Brien’s voice; but it was the same voice that had said to him, ‘We shall meet in the place where there is no darkness,’ in that other dream, seven years ago. He did not remember any ending to his interrogation. There was a period of blackness and then the cell, or room, in which he now was had gradually materialized round him. He was almost flat on his back, and unable to move. His body was held down at every essential point. Even the back of his head was gripped in some manner. O’Brien was looking down at him gravely and rather sadly. His face, seen from below, looked coarse and worn, with pouches under the eyes and tired lines from nose to chin. He was older than Winston had thought him; he was perhaps forty-eight or fifty. Under his hand there was a dial with a lever on top and figures running round the face. ‘I told you,’ said O’Brien, ‘that if we met again it would be here.’ 1984 276 Intentó levantarse, incorporarse en la cama donde lo habían tendido, pues casi tenía la seguridad de haber oído la voz de O'Brien. Durante todos los interrogatorios anteriores, a pesar de no haberío llegado a ver, había tenido la constante sensación de que O'Brien estaba allí cerca, detrás de él. Era O'Brien quien lo había dirigido todo. Él había lanzado a los guardias contra Winston y también él había evitado que lo mataran. Fue él quién decidió cuándo tenía Winston que gritar de dolor, cuándo podía descansar, cuándo lo tenían que alimentar, cuándo habían de dejarlo dormir y cuándo tenían que reanimarlo con inyecciones. Era él quien sugería las preguntas y las respuestas. Era su atormentador, su protector, su inquisidor y su amigo. Y una vez — Winston no podía recordar si esto ocurría mientras dormía bajo el efecto de la droga, o durante el sueño normal o en un momento en que estaba despierto — una voz le había murmurado al oído: «No te preocupes, Winston; estás bajo mi custodia. Te he vigilado durante siete años. Ahora ha llegado el momento decisivo. Te salvaré; te haré perfecto». No estaba seguro si era la voz de O'Brien; pero desde luego era la misma voz que le había dicho en aquel otro sueño, siete años antes: «Nos encontraremos en el sitio donde no hay oscuridad». Ahora no podía moverse. Le habían sujetado bien el cuerpo boca arriba. Incluso la cabeza estaba sujeta por detrás al lecho. O'Brien lo miraba serio, casi triste. Su rostro, visto desde abajo, parecía basto y gastado, y con bolsas bajo los ojos y arrugas de cansancio de la nariz a la barbilla. Era mayor de lo que Winston creía. Quizás tuviera cuarenta y ocho o cincuenta años. Apoyaba la mano en una palanca que hacía mover la aguja de la esfera, en la que se veían unos números. — Te dije — murmuró O'Brien — que, si nos encontrábamos de nuevo, sería aquí. George Orwell 1984 277 ‘Yes,’ said Winston. — Sí —dijo Winston. Without any warning except a slight movement of O’Brien’s hand, a wave of pain flooded his body. It was a frightening pain, because he could not see what was happening, and he had the feeling that some mortal injury was being done to him. He did not know whether the thing was really happening, or whether the effect was electrically produced; but his body was being wrenched out of shape, the joints were being slowly torn apart. Although the pain had brought the sweat out on his forehead, the worst of all was the fear that his backbone was about to snap. He set his teeth and breathed hard through his nose, trying to keep silent as long as possible. Sin advertencia previa excepto un leve movimiento de la mano de O'Brien — le inundó una oleada dolorosa. Era un dolor espantoso porque no sabía de dónde venía y tenía la sensación de que le habían causado un daño mortal. No sabía si era un dolor interno o el efecto de algún recurso eléctrico, pero sentía como si todo el cuerpo se le descoyuntara. Aunque el dolor le hacía sudar por la frente, lo único que le preocupaba es que se le rompiera la columna vertebral. Apretó los dientes y respiró por la nariz tratando de estarse callado lo más posible. ‘You are afraid,’ said O’Brien, watching his face, ‘that in another moment something is going to break. Your especial fear is that it will be your backbone. You have a vivid mental picture of the vertebrae snapping apart and the spinal fluid dripping out of them. That is what you are thinking, is it not, Winston?’ — Tienes miedo —dijo O'Brien observando su cara — de que de un momento a otro se te rompa algo. Sobre todo, temes que se te parta la espina dorsal. Te imaginas ahora mismo las vértebras saltándose y el líquido raquídeo saliéndose. ¿Verdad que lo estás pensando, Winston? Winston did not answer. O’Brien drew back the lever on the dial. The wave of pain receded almost as quickly as it had come. Winston no contestó. O'Brien presionó sobre la palanca. La ola de dolor se retiró con tanta rapidez como había llegado. ‘That was forty,’ said O’Brien. ‘You can see that the numbers on this dial run up to a hundred. Will you please remember, throughout our conversation, that I have it in my power to inflict pain on you at any moment and to whatever degree I choose? If you tell me any lies, or attempt to prevaricate in any way, or even fall below your usual level of intelligence, you will cry out with pain, instantly. Do you understand that?’ — Eso era cuarenta —dijo O'Brien —. Ya ves que los números llegan hasta el ciento. Recuerda, por favor, durante nuestra conversación, que está en mi mano infligirle dolor en el momento y en el grado que yo desee. Si me dices mentiras o si intentas engañarme de alguna manera, o te dejas caer por debajo de tu nivel normal de inteligencia, te haré dar un alarido inmediatamente. ¿Entendido? ‘Yes,’ said Winston. — Sí —dijo Winston. O’Brien’s manner became less severe. He resettled his spectacles thoughtfully, and took a pace or two up and down. When he spoke his voice was gentle and patient. He had the air of a doctor, a teacher, O'Brien adoptó una actitud menos severa. Se ajustó pensativo las gafas y anduvo unos pasos por la habitación. Cuando volvió a hablar, su voz era suave y paciente. Parecía un médico, un maestro, George Orwell 1984 278 even a priest, anxious to explain and persuade rather than to punish. incluso un sacerdote, deseoso de explicar y de persuadir antes que de castigar. ‘I am taking trouble with you, Winston,’ he said, ‘because you are worth trouble. You know perfectly well what is the matter with you. You have known it for years, though you have fought against the knowledge. You are mentally deranged. You suffer from a defective memory. You are unable to remember real events and you persuade yourself that you remember other events which never happened. Fortunately it is curable. You have never cured yourself of it, because you did not choose to. There was a small effort of the will that you were not ready to make. Even now, I am well aware, you are clinging to your disease under the impression that it is a virtue. Now we will take an example. At this moment, which power is Oceania at war with?’ — Me estoy tomando tantas molestias contigo, Winston, porque tú lo mereces. Sabes perfectamente lo que te ocurre. Lo has sabido desde hace muchos años aunque te has esforzado en convencerte de que no lo sabías. Estás trastornado mentalmente. Padeces de una memoria defectuosa. Eres incapaz de recordar los acontecimientos reales y te convences a ti mismo porque estabas decidido a no curarte. No estabas dispuesto a hacer el pequeño esfuerzo de voluntad necesario. Incluso ahora, estoy seguro de ello, te aferras a tu enfermedad por creer que es una virtud. Ahora te pondré un ejemplo y te convencerás de lo que digo. Vamos a ver, en este momento, ¿con qué potencia está en guerra Oceanía? ‘When I was arrested, Oceania was at war with Eastasia.’ — Cuando me detuvieron, Oceanía estaba en guerra con Asia Oriental. ‘With Eastasia. Good. And Oceania has always been at war with Eastasia, has it not?’ — Con Asia Oriental. Muy bien. Y Oceanía ha estado siempre en guerra con Asia Oriental, ¿verdad? Winston drew in his breath. He opened his mouth to speak and then did not speak. He could not take his eyes away from the dial. Winston contuvo la respiración. Abrió la boca para hablar, pero no pudo. Era incapaz de apartar los ojos del disco numerado. ‘The truth, please, Winston. YOUR truth. Tell me what you think you remember.’ — La verdad, por favor, Winston. Tu verdad. Dime lo que creas recordar. ‘I remember that until only a week before I was arrested, we were not at war with Eastasia at all. We were in alliance with them. The war was against Eurasia. That had lasted for four years. Before that—’ — Recuerdo que hasta una semana antes de haber sido yo detenido, no estábamos en guerra con Asia Oriental en absoluto. Éramos aliados de ella. La guerra era contra Eurasia. Una guerra que había durado cuatro años. Y antes de eso... O’Brien stopped him with a movement of the hand. O'Brien lo hizo callar con un movimiento de la mano. George Orwell 1984 279 ‘Another example,’ he said. ‘Some years ago you had a very serious delusion indeed. You believed that three men, three one-time Party members named Jones, Aaronson, and Rutherford—men who were executed for treachery and sabotage after making the fullest possible confession—were not guilty of the crimes they were charged with. You believed that you had seen unmistakable documentary evidence proving that their confessions were false. There was a certain photograph about which you had a hallucination. You believed that you had actually held it in your hands. It was a photograph something like this.’ — Otro ejemplo. Hace algunos años sufriste una obcecación muy seria. Creíste que tres hombres que habían sido miembros del Partido, llamados Jones, Aaronson y Rutherford — unos individuos que fueron ejecutados por traición y sabotaje después de haber confesado todos sus delito —. creíste, repito, que no eran culpables de los delitos de que sé les acusaba. Creíste que habías visto una prueba documental innegable que demostraba que sus confesiones habían sido forzadas y falsas. Sufriste una alucinación que te hizo ver cierta fotografía. Llegaste a creer que la habías tenido en tus manos. Era una foto como ésta. An oblong slip of newspaper had appeared between O’Brien’s fingers. For perhaps five seconds it was within the angle of Winston’s vision. It was a photograph, and there was no question of its identity. It was THE photograph. It was another copy of the photograph of Jones, Aaronson, and Rutherford at the party function in New York, which he had chanced upon eleven years ago and promptly destroyed. For only an instant it was before his eyes, then it was out of sight again. But he had seen it, unquestionably he had seen it! He made a desperate, agonizing effort to wrench the top half of his body free. It was impossible to move so much as a centimetre in any direction. For the moment he had even forgotten the dial. All he wanted was to hold the photograph in his fingers again, or at least to see it. Entre los dedos de O'Brien había aparecido un recorte de periódico que pasó ante la vista de Winston durante unos cinco segundos. Era una foto de periódico y no podía dudarse cuál. Sí, era la fotografía; otro ejemplar del retrato de Jones, Aaronson y Rutherford en el acto del Partido celebrado en Nueva York, aquella foto que Winston había descubierto por casualidad once años antes y había destruido en seguida. Y ahora había vuelto a verla. Sólo unos instantes, pero estaba seguro de haberla visto otra vez. Hizo un desesperado esfuerzo por incorporarse. Pero era imposible moverse ni siquiera un centímetro. Había olvidado hasta la existencia de la amenazadora palanca. Sólo quería volver a coger la fotografía, o por lo menos verla más tiempo. ‘It exists!’ he cried. — ¡Existe! — gritó. ‘No,’ said O’Brien. — No —dijo O'Brien. He stepped across the room. There was a memory hole in the opposite wall. O’Brien lifted the grating. Unseen, the frail slip of paper was whirling away on the current of warm air; it was vanishing in a flash of flame. O’Brien turned away from the wall. Cruzó la estancia. En la pared de enfrente había un «agujero de la memoria». O'Brien levantó la rejilla. El pedazo de papel salió dando vueltas en el torbellino de aire caliente y se deshizo en una fugaz llama. O'Brien volvió junto a Winston. ‘Ashes,’ he said. ‘Not even identifiable ashes. Dust. It does not exist. It never existed.’ — Cenizas —dijo —. Ni siquiera cenizas identificables. Polvo. Nunca ha existido. George Orwell 1984 280 ‘But it did exist! It does exist! It exists in memory. I remember it. You remember it.’ — ¡Pero existió! ¡Existe! Sí, existe en la memoria. Lo recuerdo. Y tú también lo recuerdas. ‘I do not remember it,’ said O’Brien. — Yo no lo recuerdo —dijo O'Brien. Winston’s heart sank. That was doublethink. He had a feeling of deadly helplessness. If he could have been certain that O’Brien was lying, it would not have seemed to matter. But it was perfectly possible that O’Brien had really forgotten the photograph. And if so, then already he would have forgotten his denial of remembering it, and forgotten the act of forgetting. How could one be sure that it was simple trickery? Perhaps that lunatic dislocation in the mind could really happen: that was the thought that defeated him. Winston se desanimó. Aquello era doblepensar. Sintió un mortal desamparo. Si hubiera estado seguro de que O'Brien mentía, se habría quedado tranquilo. Pero era muy posible que O'Brien hubiera olvidado de verdad la fotografía. Y en ese caso habría olvidado ya su negativa de haberla recordado y también habría olvidado el acto de olvidarlo. ¿Cómo podía uno estar seguro de que todo esto no era más que un truco? Quizás aquella demencial dislocación de los pensamientos pudiera tener una realidad efectiva. Eso era lo que más desanimaba a Winston. O’Brien was looking down at him speculatively. More than ever he had the air of a teacher taking pains with a wayward but promising child. O'Brien lo miraba pensativo. Más que nunca, tenía el aire de un profesor esforzándose por llevar por buen camino a un chico descarriado, pero prometedor. ‘There is a Party slogan dealing with the control of the past,’ he said. ‘Repeat it, if you please.’ — Hay una consigna del Partido sobre el control del pasado. Repítela, Winston, por favor. ‘“Who controls the past controls the future: who controls the present controls the past,”’ repeated Winston obediently. — El que controla el pasado controla el futuro; y el que controla el presente controla el pasado — repitió Winston, obediente. ‘“Who controls the present controls the past,”’ said O’Brien, nodding his head with slow approval. ‘Is it your opinion, Winston, that the past has real existence?’ — El que controla el presente controla el pasado —dijo O'Brien moviendo la cabeza con lenta aprobación —. ¿Y crees tú, Winston, que el pasado existe verdaderamente? Again the feeling of helplessness descended upon Winston. His eyes flitted towards the dial. He not only did not know whether ‘yes’ or ‘no’ was the answer that would save him from pain; he did not even know which answer he believed to be the true one. Otra vez invadió a Winston el desamparo. Sus ojos se volvieron hacia el disco. No sólo no sabía si la respuesta que le evitaría el dolor sería sí o no, sino que ni siquiera sabía cuál de estas respuestas era la que él tenía por cierta. O’Brien smiled faintly. ‘You are no metaphysician, O'Brien sonrió débilmente: George Orwell 1984 281 Winston,’ he said. ‘Until this moment you had never considered what is meant by existence. I will put it more precisely. Does the past exist concretely, in space? Is there somewhere or other a place, a world of solid objects, where the past is still happening?’ — No eres metafísico, Winston. Hasta este momento nunca habías pensado en lo que se conoce por existencia. Te lo explicaré con más precisión. ¿Existe el pasado concretamente, en el espacio? ¿Hay algún sitio en alguna parte, hay un mundo de objetos sólidos donde el pasado siga acaeciendo? ‘No.’ — No. ‘Then where does the past exist, if at all?’ — Entonces, ¿dónde existe el pasado? ‘In records. It is written down.’ — En los documentos. Está escrito. ‘In records. And—?’ — En los documentos... Y, ¿dónde más? ‘In the mind. In human memories.’ — En la mente. En la memoria de los hombres. ‘In memory. Very well, then. We, the Party, control all records, and we control all memories. Then we control the past, do we not?’ — En la memoria. Muy bien. Pues nosotros, el Partido, controlamos todos los documentos y controlamos todas las memorias. De manera que controlamos el pasado, ¿no es así?. ‘But how can you stop people remembering things?’ cried Winston again momentarily forgetting the dial. ‘It is involuntary. It is outside oneself. How can you control memory? You have not controlled mine!’ — Pero, ¿cómo van ustedes a evitar que la gente recuerde lo que ha pasado? — exclamó Winston olvidando del nuevo el martirizador eléctrico —. Es un acto involuntario. No puede uno evitarlo. ¿Cómo vais a controlar la memoria? ¡La mía no la habéis controlado! O’Brien’s manner grew stern again. He laid his hand on the dial. O'Brien volvió a ponerse serio. Tocó la palanca con la mano. ‘On the contrary,’ he said, ‘YOU have not controlled it. That is what has brought you here. You are here because you have failed in humility, in self-discipline. You would not make the act of submission which is the price of sanity. You preferred to be a lunatic, a minority of one. Only the disciplined mind can see reality, Winston. You believe that reality is something objective, external, existing in its own right. You also believe that the — Al contrario —dijo por fin —, eres tú el que no la ha controlado y por eso estás aquí. Te han traído porque te han faltado humildad y autodisciplina. No has querido realizar el acto de sumisión que es el precio de la cordura. Has preferido ser un loco, una minoría de uno solo. Convéncete, Winston; solamente el espíritu disciplinado puede ver la realidad. Crees que la realidad es algo objetivo, externo, que existe por derecho propio. Crees George Orwell 1984 282 nature of reality is self-evident. When you delude yourself into thinking that you see something, you assume that everyone else sees the same thing as you. But I tell you, Winston, that reality is not external. Reality exists in the human mind, and nowhere else. Not in the individual mind, which can make mistakes, and in any case soon perishes: only in the mind of the Party, which is collective and immortal. Whatever the Party holds to be the truth, is truth. It is impossible to see reality except by looking through the eyes of the Party. That is the fact that you have got to relearn, Winston. It needs an act of self-destruction, an effort of the will. You must humble yourself before you can become sane.’ también que la naturaleza de la realidad se demuestra por sí misma. Cuando te engañas a ti mismo pensando que ves algo, das por cierto que todos los demás están viendo lo mismo que tú. Pero te aseguro, Winston, que la realidad no es externa. La realidad existe en la mente humana y en ningún otro sitio. No en la mente individual, que puede cometer errores y que, en todo caso, perece pronto. Sólo la mente del Partido, que es colectiva e inmortal, puede captar la realidad. Lo que el Partido sostiene que es verdad es efectivamente verdad. Es imposible ver la realidad sino a través de los ojos del Partido. Éste es el hecho que tienes que volver a aprender, Winston. Para ello se necesita un acto de autodestrucción, un esfuerzo de la voluntad. Tienes que humillarte si quieres volverte cuerdo. He paused for a few moments, as though to allow what he had been saying to sink in. Después de una pausa de unos momentos, prosiguió: ‘Do you remember,’ he went on, ‘writing in your diary, “Freedom is the freedom to say that two plus two make four”?’ ¿Recuerdas haber escrito en tu Diario: «la libertad es poder decir que dos más dos son cuatro?». ‘Yes,’ said Winston. — Sí —dijo Winston. O’Brien held up his left hand, its back towards Winston, with the thumb hidden and the four fingers extended. O'Brien levantó la mano izquierda, con el reverso hacia Winston, y escondiendo el dedo pulgar extendió los otros cuatro. ‘How many fingers am I holding up, Winston?’ — ¿Cuántos dedos hay aquí, Winston? ‘Four.’ — Cuatro. ‘And if the party says that it is not four but five— then how many?’ — ¿Y si el Partido dice que no son cuatro sino cinco? Entonces, ¿cuántos hay? ‘Four.’ — Cuatro. The word ended in a gasp of pain. The needle of the dial had shot up to fifty-five. The sweat had sprung out all over Winston’s body. The air tore into his lungs and issued again in deep groans which even by clenching his teeth he could not stop. O’Brien watched him, the four fingers still La palabra terminó con un espasmo de dolor. La aguja de la esfera había subido a cincuenta y cinco. A Winston le sudaba todo el cuerpo. Aunque apretaba los dientes, no podía evitar los roncos gemidos. O'Brien lo contemplaba, con los cuatro dedos todavía extendidos. Soltó la palanca y el George Orwell 1984 283 extended. He drew back the lever. This time the pain was only slightly eased. dolor, aunque no desapareció del todo, se alivió bastante. ‘How many fingers, Winston?’ — ¿Cuántos dedos, Winston? ‘Four.’ — Cuatro. The needle went up to sixty. La aguja subió a sesenta. ‘How many fingers, Winston?’ — ¿Cuántos dedos, Winston? ‘Four! Four! What else can I say? Four!’ — ¡¡Cuatro!! ¡¡Cuatro!! ¿Qué voy a decirte? ¡Cuatro! The needle must have risen again, but he did not look at it. The heavy, stern face and the four fingers filled his vision. The fingers stood up before his eyes like pillars, enormous, blurry, and seeming to vibrate, but unmistakably four. La aguja debía de marcar más, pero Winston no la miró. El rostro severo y pesado y los cuatro dedos ocupaban por completo su visión. Los dedos, ante sus ojos, parecían columnas, enormes, borrosos y vibrantes, pero seguían siendo cuatro, sin duda alguna. ‘How many fingers, Winston?’ — ¿Cuántos dedos, Winston? ‘Four! Stop it, stop it! How can you go on? Four! Four!’ — ¡¡Cuatro!! ¡Para eso, para eso! ¡No sigas, es inútil! ‘How many fingers, Winston?’ — ¿Cuántos dedos, Winston? ‘Five! Five! Five!’ — ¡Cinco! ¡Cinco! ¡Cinco! ‘No, Winston, that is no use. You are lying. You still think there are four. How many fingers, please?’ — No, Winston; así no vale. Estás mintiendo. Sigues creyendo que son cuatro. Por favor, ¿cuántos dedos? ‘Four! five! Four! Anything you like. Only stop it, stop the pain!’ — ¡¡Cuatro!! ¡¡Cinco!! ¡¡Cuatro!! Lo que quieras, pero termina de una vez. Para este dolor. Abruptly he was sitting up with O’Brien’s arm round his shoulders. He had perhaps lost Ahora estaba sentado en el lecho con el brazo de O'Brien rodeándole los hombros. Quizá hubiera George Orwell 1984 284 consciousness for a few seconds. The bonds that had held his body down were loosened. He felt very cold, he was shaking uncontrollably, his teeth were chattering, the tears were rolling down his cheeks. For a moment he clung to O’Brien like a baby, curiously comforted by the heavy arm round his shoulders. He had the feeling that O’Brien was his protector, that the pain was something that came from outside, from some other source, and that it was O’Brien who would save him from it. perdido el conocimiento durante unos segundos. Se habían aflojado las ligaduras que sujetaban su cuerpo. Sentía mucho frío, temblaba como un azogado, le castañeteaban los dientes y le corrían lágrimas por las mejillas. Durante unos instantes se apretó contra O'Brien como un niño, confortado por el fuerte brazo que le rodeaba los hombros. Tenía la sensación de que O'Brien era su protector, que el dolor venía de fuera, de otra fuente, y que O'Brien le evitaría sufrir. ‘You are a slow learner, Winston,’ said O’Brien gently. — Tardas mucho en aprender, Winston —dijo O'Brien con suavidad. ‘How can I help it?’ he blubbered. ‘How can I help seeing what is in front of my eyes? Two and two are four.’ — No puedo evitarlo — balbuceó Winston —. ¿Cómo puedo evitar ver lo que tengo ante los ojos si no los cierro? Dos y dos son cuatro. ‘Sometimes, Winston. Sometimes they are five. Sometimes they are three. Sometimes they are all of them at once. You must try harder. It is not easy to become sane.’ — Algunas veces sí, Winston; pero otras veces son cinco. Y otras, tres. Y en ocasiones son cuatro, cinco y tres a la vez. Tienes que esforzarte más. No es fácil recobrar la razón. He laid Winston down on the bed. The grip of his limbs tightened again, but the pain had ebbed away and the trembling had stopped, leaving him merely weak and cold. O’Brien motioned with his head to the man in the white coat, who had stood immobile throughout the proceedings. The man in the white coat bent down and looked closely into Winston’s eyes, felt his pulse, laid an ear against his chest, tapped here and there, then he nodded to O’Brien. Volvió a tender a Winston en el lecho. Las ligaduras volvieron a inmovilizarlo, pero ya no sentía dolor y le había desaparecido el temblor. Estaba débil y frío. O'Brien le hizo una señal con la cabeza al hombre de la bata blanca, que había permanecido inmóvil durante la escena anterior y ahora, inclinándose sobre Winston, le examinaba los ojos de cerca, le tomaba el pulso, le acercaba el oído al pecho y le daba golpecitos de reconocimiento. Luego, mirando a O'Brien, movió la cabeza afirmativamente. ‘Again,’ said O’Brien. — Otra vez —dijo O'Brien. The pain flowed into Winston’s body. The needle must be at seventy, seventy-five. He had shut his eyes this time. He knew that the fingers were still there, and still four. All that mattered was somehow to stay alive until the spasm was over. He had ceased to notice whether he was crying out or not. The pain lessened again. He opened his eyes. O’Brien had drawn back the lever. El dolor invadió de nuevo el cuerpo de Winston. La aguja debía de marcar ya setenta o setenta y cinco. Esta vez, había cerrado los ojos. Sabía que los dedos continuaban allí y que seguían siendo cuatro. Lo único importante era conservar la vida hasta que pasaran las sacudidas dolorosas. Ya no tenía idea de si lloraba o no. El dolor disminuyó otra vez. Abrió los ojos. O'Brien había vuelto a George Orwell 1984 285 bajar la palanca. ‘How many fingers, Winston?’ — ¿Cuántos dedos, Winston? ‘Four. I suppose there are four. I would see five if I could. I am trying to see five.’ — ¡¡Cuatro!! Supongo que son cuatro. Quisiera ver cinco. Estoy tratando de ver cinco. ‘Which do you wish: to persuade me that you see five, or really to see them?’ — ¿Qué deseas? ¿Persuadirme de que ves cinco o verlos de verdad? ‘Really to see them.’ — Verlos de verdad. ‘Again,’ said O’Brien. — Otra vez —dijo O'Brien. Perhaps the needle was eighty—ninety. Winston could not intermittently remember why the pain was happening. Behind his screwed-up eyelids a forest of fingers seemed to be moving in a sort of dance, weaving in and out, disappearing behind one another and reappearing again. He was trying to count them, he could not remember why. He knew only that it was impossible to count them, and that this was somehow due to the mysterious identity between five and four. The pain died down again. When he opened his eyes it was to find that he was still seeing the same thing. Innumerable fingers, like moving trees, were still streaming past in either direction, crossing and recrossing. He shut his eyes again. Es probable que la aguja marcase de ochenta a noventa. Sólo de un modo intermitente podía recordar Winston a qué se debía su martirio. Detrás de sus párpados cerrados, un bosque de dedos se movía en una extraña danza, entretejiéndose, desapareci