III. La Indignidad El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el cual define la indignidad como “el carácter de una persona o cosa. Deriva del latín indignatis, que significa indigno. En derecho sucesorio es la exclusión de un heredero capaz de suceder por la ley en ciertos casos, como sanción de una falta grave cometida contra el difunto durante su vida o después de su muerte. Para garantizar que una persona pueda suceder a otra se requiere la existencia que esta posea dos cualidades esenciales, en primer término, la capacidad y en segundo término que dicha persona no esté afectada de indignidad. En este apartado, nos referiremos exclusivamente a las características y al ámbito de aplicación de la indignidad. Este concepto es definido por el profesor Artagnan Pérez Méndez como una sanción civil que permite que una persona pueda ser excluida en una sucesión sin testamento (ab intest). En cuanto a las causas que originan la indignidad podemos afirmar que estas se encuentran enunciadas de forma limitativa en el artículo 727 del Código Civil Dominicano, que fue modificada por la Ley 1097 de 1946. Este reza de la siguiente manera:” Articulo727. Se consideran indignos de suceder, y como tales, se excluyen de la sucesión. Primero, el que hubiere sido sentenciado por haber asesinado o intentar asesinar a la persona de cuya sucesión se trate; segundo, El que hubiere dirigido contra este, una acusación que hubiere considerado calumniosa; y tercero, El heredero mayor de edad que, enterado de la muerte violenta de su causahabiente, no la hubiere denunciado a la justicia”. Atendiendo a la primera causa, que consiste en haber sido sentenciado por asesinar o intentar asesinar a la persona de cuya sucesión se trate, podemos presumir que para que la indignidad tenga vigencia se requiere que previamente los tribunales hayan pronunciado una sentencia irrevocable ;pues entendemos que si se admitiera la posibilidad de que por una sentencia de un tribunal de Primera Instancia o de una Corte de Apelación que aún es susceptible de un recurso implicara la validez de la indignidad, y por tanto. se excluyera de la sucesión a esa persona acusada, se estaría cometiendo una flagrante violación a sus derechos consagrados, tanto por la Constitución Dominicana como por las s leyes adjetivas, pues en nuestro Ordenamiento Jurídico se reconoce la facultad que tiene una persona de recurrir las sentencias que le sean desfavorables , por consiguiente, sostenemos que la indignidad no puede ser declarada teniendo como único sustento, una decisión que aún no se encuentra definitivamente juzgada .Otro aspecto, que es relevante considerar, es el hecho de que el Código Civil, en francés, se refiere al homicidio y al intento de homicidio como la primera causa para declarar la indignidad. Sin embargo, en la traducción elaborada en la República Dominicana se emplea la palabra asesinato, que indica la existencia de circunstancias distintas a la que rodean al homicidio, pues el artículo 296 del Código Penal expresa que para que un hecho pueda considerarse como un asesinato debe haber sido realizado con acechanza y premeditación; por lo que podría inferirse, que el homicidio no corresponde a la primera causa de indignidad . Sin embargo, hacer esta inferencia podría constituir un grave error pues, lo que se pretende con la indignidad es impedir que una persona que haya intentado o le haya causado la muerte a otra, pueda acceder a sus bienes, por lo que parecería un tecnicismo negar la declaratoria de indignidad a una persona que haya producido la muerte de otra. Tampoco podría ser declarada indigna, una persona que haya sido descargada, en razón de su capacidad de discernimiento o por la existencia de causas justificativas, como la legítima defensa Si ha sido declarada amnistía previa a la emisión de una sentencia condenatoria, no podrá , por supuesto, declarada la indignidad .El Profesor Pérez Méndez, sostiene que de ello se deriva que una persona que haya sido condenada, no podrá ser favorecida en cuanto a la revocación de la indignidad por una amnistía. Mas esta afirmación nos origina una interrogante. La constitución Dominicana prevé que la ley no es retroactiva, salvo para leyes que favorezcan aquellos que se encuentran subjúdices o condenados , en virtud de ello, no podría entenderse que una persona condenada podría ser favorecida y revocada su declaratoria de indignidad en razón de la nueva ley de amnistía . No poseemos elementos suficientes para abocarnos a emitir una opinión debidamente sustentada, mas entendemos prudente poner esta interrogante a disposición del lector. Atendiendo a la segunda causa, que implica dirigir una acusación que se hubiese considerado calumniosa, el profesor Pérez Méndez destaca tres condiciones esenciales para que dicha causa se verifique, en primer lugar, que el heredero afectado por la eventual indignidad haya realizado una acusación , testimonio o querella, que pueda ser debidamente comprobada por los tribunales; en segundo lugar, que la acusación sea grave , es decir, que implique la reclusión mayor por 30 años y la tercera condición, es que la acusación debe ser calumniosa y por ende, el heredero deben ser condenado por los tribunales en razón de sus falsos testimonios. Atendiendo a la tercera causa, que consiste en no denunciar a la justica la muerte violenta del causante. Para la materialización de esta causa es necesario: a) Que el heredero sea mayor de edad , b)Que no haya denunciado la muerte, aunque no es necesario denunciar a los autores y c ) Que la persona no encuentre excusa de realizar dicha denuncia en virtud de lo dispuesto en el artículo727 donde se señala las personas que no están obligadas a hacer la denuncia y el mismo expresa lo siguiente: “Articulo 728 no incurren en la exclusión a que se refiere el párrafo tercero del artículo anterior , los ascendentes y descendientes , los afines en el mismo grado o cónyuges, hermanos, hermanas, tíos , tías, sobrinos y sobrinas del autor de la muerte”. 1. Efectos de la Indignación La doctrina ha establecido tres principales efectos de la Indignidad dirigidos a distintas perspectivas: En primer orden, efectos en contra del indigno; segundo, efectos con respecto a los hijos del indigno; y por último, con respecto a terceros. Con relación al primer efecto, los hermanos Mazeaud establecen que la indignidad significa “impedir al que ha sido declarado indigno que haga suyos los bienes que ha dejado el de cujus”. De esto resulta, que una vez la indignación haya sido declarada como tal, el afecto por ella queda excluido de la sucesión desde el día de la apertura de la misma. Cuando la causal de indignidad es por la falta de denuncia de la muerte del de cuya sucesión se trate, los efectos surgirán posteriores a la muerte. De esto podemos inferir que la figura de la indignación tiene un efecto retroactivo, pues el indignado deja de ser ajeno a la sucesión desde el momento en que la misma se abra, aunque los bienes del de cujus hayan entrado a su patrimonio y este haciendo uso y disfrute de la cosa. Por lo tanto, considerando el artículo 729 de Código Civil, una vez se declara indigna la persona, este se trata como un poseedor de mala fe, por lo que está obligado a restituir los bienes, frutos y rentas que haya percibido. El segundo efecto que pertenece a esta figura es el que se dirige a los hijos del indigno. Toda vez que los descendientes del indignado estén llamados a la sucesión, estos, según nuestra legislación, no deben correr la suerte de su progenitor. De esto se infiere, que si los hijos acuden a ella en ejercicio de su propio derecho, y no en representación, están incluidos en la sucesión. Esto último es dispuesto así, con la finalidad de que la indignidad no pierda su esencia, y el indigno no pueda beneficiarse de los bienes provenientes de la sucesión a través de sus hijos. Además, se justifica este efecto en virtud de la existencia del principio fundamental de la personalidad de las penas. En caso de que se juzgara a los hijos por los hechos o conductas de su padre estaríamos vulnerando esta máxima que reina en nuestro Estado de Derecho. Con relación a los terceros, es pertinente aclarar que los efectos que a estos atañen tienen su base cuando el indigno haya sido declarado como tal, posterior a la apertura de la sucesión, y toda vez que los bienes del de cujus hayan sido transmitidos al patrimonio del excluido. Los efectos en cuestión comienzan a surgir cuando el indigno ha celebrado contratos poniendo como objetos los bienes adquiridos por la sucesión. Como la indignidad tiene un efecto que se retrotrae al día de la muerte del de cujus, las obligaciones ya contraídas se encuentran invalidadas. Sin embargo, a raíz del amparo que contiene el artículo 2279 del Código Civil Dominicano, los terceros de buena fe no pueden ser perjudicados y sus actos, por tanto, no pueden ser invalidados. Ahora bien, cuando los terceros hayan contrato por un error común, el derecho no puede proteger la negligencia o las actuaciones estúpidas de los terceros, por tal razón, cuando los terceros de buena fe contratan bajo estas situaciones, sus actos jurídicos se encuentran invalidados por el efecto retroactivo de la figura objeto de análisis. Por otro lado, refiriéndonos a las personas facultadas para alegar esta figura, los hermanos Mazeud afirman que pueden hacerlo “los coherederos del indigno pueden alegar indignidad, a falta de ellos el heredero subsiguiente. Así mismo un legatario universal al que la presencia del indigno, único sucesible, reduzca la parte de libre disposición” Transportándonos a la legislación italiana, esta afirma que dentro de su estudio del acto jurídico, algunos tratadistas estiman que “su regulación es escasa frente a su importancia” . Sin embargo, respecto al criterio y procedimiento, el conjunto de las normas que contiene su ordenamiento, regula de forma clara la figura de la Indignación. Según Alberto Trabucchi, la incapacidad es análoga a la indignidad. “Es indigno y como tal, será excluido de la sucesión, el llamado a la herencia que haya incurrido en algunos de los supuestos fijados por el artículo 463 del Código Civil Italiano. Según el ordenamiento italiano, las causas de exclusión por indignación son: hipótesis de actividades graves contra la persona del de cujus; casos que impliquen graves atentados contra la libertad testamentaria o el propio testamento. Como podemos observar las causas de indignidad en la legislación italiana son distintas a las nuestras, aunque a simple vista pretenden encontrar su justificación en la situación de cuando una persona llamada a suceder, hace o intenta ofender gravemente la memoria del de cujus. Ambas legislaciones encuentran su similitud en que tanto el ordenamiento italiano como el dominicano es que establecen el carácter relativo de la esta figura: que en ningún caso la indignidad tenga un efecto general, sino que sólo se pierde el derecho respecto a la persona a quien se ha ofendido de manera grave, y de quien se desea recibir la herencia. 2. Desheredación de hijos Como hemos establecido anteriormente, solo por los casos establecidos expresamente en el Código Civil es que se puede declarar la indignidad de una persona. Sin embargo, en 1946 se promulga en la Republica Dominicana la ley 1097 sobre desheredación de hijos. Esta dispone que podrán ser declarados, aparte de por las causales establecidas por el Código Civil en su artículo 327, “aquellos hijos que hubieren realizado repetidamente acciones perjudiciales o engañosas para sus padres o que los afecten en su reputación y dignidad; de igual manera aquellos que lo hubieren maltratado o injuriado gravemente con hechos, palabras o de cualquier otra manera a sus progenitores o les hubieren negado su protección o asistencia.” Un autor dominicano incluso hace un señalamiento sobre esta ley indicando lo siguiente: “la Ley 1097 del 31 de agosto de 1945 sobre Desheredación de Hijos se creó especialmente para excluir del orden sucesoral a Flor de Oro Trujillo Ledesma, hija mayor del Dictador. Se estableció por cierto tiempo en virtud de ley especial la igualdad de los hijos legítimos y los llamados entonces naturales para favorecer la situación del hijo del Dictador, Ramfis, que había nacido fuera del matrimonio” En este sentido vemos como esta nueva ley vino a ampliar la causal para declarar a una persona indigna. Consideramos que el legislador debió de ser un poco más cauteloso al agregar esta disposición, observando y previendo las posibles consecuencias que pudiera ocasionar. Lo anterior en el sentido de que dicha disposición legal abre una brecha a que posibles herederos sean declarados indignos por ciertas acciones que analizadas desde puntos de vista muy amplios y subjetivos, sean consideradas como causales de indignidad. Por otro cabe mencionar uno de los factores que trae como consecuencia la declaratoria de indignidad de más peso. Este es el hecho de que los hijos del indigno no podrán actuar en representación de este último. Estos hijos, o sea los nietos del de cujus,” tendrán que soportar el peso de la indignidad de su autor y serán descartados de la sucesión” . El hecho de considerarse la declaratoria de indignidad y por consiguiente la desheredación de una persona como un hecho excepcional y muy grave, el legislador ha sido muy cauteloso a la hora de regular. Es por eso que ha dispuesto que la indignidad deba de ser declarada por los Juzgados de Primera Instancia. “Es a estos tribunales donde deberán de dirigirse las personas con calidad para interponer dicha demanda, dígase los padres o uno de éstos, o en el caso de que hayan muertos, los coherederos. Para interponer dicha acción, los demandantes deberán de depositar pruebas contundentes y pertinentes como en cualquier otro proceso. Sobre el hecho de las pruebas nuestra Suprema, aunque en una jurisprudencia un poco vieja, pero que sigue siendo de utilidad, se pronunció de la siguiente manera: que en la sentencia impugnada no hay constancia alguna de que el demandante aportase ningún medio de prueba para justificar los hechos que él invocaba como fundamento para desheredar a su hija y excluirla, como indigna de la sucesión de su padre; que por otra parte, la referida sentencia viola también las disposiciones de los artículos 3 y 4 de la ley 1097 de 1946 que facultan a las partes a hacer avalar todos los medios de prueba para el establecimiento de los hechos y determinar su la gravedad de los mismos justifica la exclusión sucesoral solicitada… La ley 1097 muy curiosamente por el contrario de lo que conocemos hoy en día con relación al rol del juez, otorga a éste último la facultad de tomar un papel activo en el proceso y proceder a investigar por su cuenta. De esta manera decidiendo al final si los hechos y pruebas que contiene el caso son susceptibles y ameritan la desheredación de una persona. Otro dato muy importante a señalar en cuanto a este procedimiento, es el hecho de que no es imprescindible el ministerio de abogados. Conociéndose esto como una excepción a lo que usualmente vemos en materia civil. De igual manera debemos de resaltar que el legislador mediante esta ley pretende proteger la intimidad de los procesos familiares. Así mismo también como mencionábamos que el tribunal competente sería el de primera instancia. Como en la actualidad tenemos algunas divisiones de atribuciones en los tribunales de primera instancia, debemos de aclarar que para conocer sobre la demanda en desheredación en contra de un menor, el tribunal competente sería el de Niños Niñas y Adolescentes. Con relación a los adultos y en lo que respecta al Distrito Nacional o cualquier otro municipio que posea salas de familia, sería entonces este tribunal el competente para conocer de la demanda. En lo que respecta a la sentencia en declaratoria de indigno, esta sentencia no podría ser apelada. Como toda sentencia deberá de ser notificada. Y remitiéndonos al derecho común, ya que no están abiertas las vías de apelación, dicha sentencia siempre será susceptible de un recurso en oposición, tomando en cuenta el plazo de los 15 días posteriores a la notificación de dicho acto. La parte hereditaria que hubiere podido corresponder al hijo que haya sido declarado indigno, acrecentará a todos por la porción disponible y no la reservataria. Esto para hacer una mayor protección del patrimonio. De igual manera el o los padres que hubieren obtenido sentencia de exclusión sucesoral contra sus hijos, podrán revocar dicha decisión por acto auténtico o disposición testamentaria. Una vez esta disposición viene a de una manera u otra tratar de proteger al hijo que en principio le corresponde su herencia ab intestato. Con relación al procedimiento, Artagnan Pérez Méndez señala que los procedimientos establecidos en la ley 1097 solo rigen para los casos previstos en el artículo uno de dicha ley, porque para la aplicación de los casos previstos en el artículo 727 del Código Civil, rige el derecho común, conforme a los que expresamente dice la ley 1097.