EPISTEMOLOGÍA (TEORÍA DEL CONOCIMIENTO) EN ARISTÓTELES Para entender el pensamiento aristotélico, tenemos que saber que este pensador pertenece a la etapa ontológica de la filosofía griega. Así, como su maestro Platón, estudiará tanto el origen del Universo como el del hombre. Sin embargo, la epistemología de Aristóteles negará muchos aspectos de la de su maestro. Los filósofos presocráticos desvalorizaron la sensibilidad por proporcionar un conocimiento engañoso, y para Platón el conocimiento verdadero versa tan solo sobre las Ideas, por lo que los sentidos son un estorbo. Para Aristóteles, sin embargo, “nihil est in intellectu quod prius non fuerit in sensu”, nada hay en el intelecto que no haya estado en los sentidos. Aristóteles niega así la preexistencia del alma que su maestro había llevado por bandera en su teoría de la transmigración de las almas y, por tanto, defiende una filosofía epistemológica netamente empirista. Aristóteles distingue varios niveles de conocimiento, de más bajo a más alto: sensación (“aisthesis”), imaginación (“phantasía”) y pensamiento (“nóesis”, “diánoia”). En cuanto a la sensación, es un nivel de conocimiento que comparte el hombre con el animal. Sin embargo, en el hombre Aristóteles distingue no cinco sino seis sentidos, siendo el sexto el sentido común. Este se encarga de organizar los datos que provienen de los demás, dando lugar a la percepción de los objetos. Esta percepción será la que posteriormente se reproduzca mentalmente mediante la imaginación, el segundo nivel de conocimiento, sin necesidad de que físicamente esté el objeto. Así la imaginación, junto con la memoria, posibilita pensar y juzgar. El más alto nivel de conocimiento es el conocimiento intelectual o pensamiento. Así, mientras que los sentidos son facultades de lo individual, el entendimiento es la facultad que piensa lo universal. Para Aristóteles, existen dos clases de entendimiento: el “intelecto agente” y el “intelecto paciente”. Aristóteles aplica también aquí su teoría hilemórfica identificando el intelecto agente con la forma y el paciente con la materia. Siendo esto así, encontraremos entre intelecto agente y paciente las mismas relaciones de acto y potencia. Sin embargo, mientras el intelecto paciente muere con el hombre, el intelecto agente es considerado “separado, inmortal y eterno”. Así, en toda su epistemología vemos el característico empirismo de Aristóteles: es preciso partir de la sensación y llegar con la experiencia (ayudados de la imaginación y la memoria) al pensamiento y, en consecuencia, al entendimiento. 1