Yacimientos ortomagmáticos Los yacimientos ortomagmáticos están originados por la concentración de minerales durante la consolidación por enfriamiento de un magma. Se trata de minerales que cristalizan a más de 600ºC que cristalizan y que, por su mayor densidad, caen al fondo de la cámara magmática, como silicatos y algunos minerales de hierro, níquel o cromo. Los minerales que solidifican en la fase ortomagmática son los más densos y oscuros, los que tienen punto de fusión más alto. En algunas ocasiones, los minerales formados tienen menor o igual peso específico que el magma, por lo que quedan flotando en él, y al solidificar, aparecen diseminados dentro de la roca magmática. Normalmente, estos yacimientos originados por diseminación no tienen interés económico, aunque sí lo tiene en el caso del diamante, donde cristales de diamante aparecen diseminados en kimberlitas. Yacimientos neumatolíticos Los yacimientos neumatolíticos se produce cuando los gases magmáticos, sometidos a altas presiones y temperaturas entre 400 y 600ºC, entran en las fisuras de las rocas encajantes provocando reacciones que, por metasomatismo, generan concentraciones importantes de un mineral que pueden ser explotadas. En la fase pegmatítico-neumatolítica cristaliza la ortosa y el cuarzo. Yacimientos hidrotermales Los yacimientos hidrotermales proceden de la actividad de soluciones acuosas que están a temperaturas de entre 100 y 400ºC. El vapor de agua y otros volátiles forman disoluciones acuosas que ascienden rellenando las fisuras de las rocas encajantes y depositando filones de la mayor parte de los minerales metálicos.