Subido por Conejomanso

L.A. - Exilio en la Serra - DM 20 05 20

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Diario de Mallorca
Cultura Sociedad
El músico Luis Alberto Segura, con sus tres hijos, en la casa-refugio de la Serra de Tramuntana en la que se ha instalado.
GABI RODAS. PALMA
n L.A., el proyecto con el que Luis
Alberto Segura (Palma, 1978) se erigió en un tótem del rock, está de
vuelta. Dos años después de su disolución, el músico anunciaba hace
unos días en Instagram el regreso
del grupo con Evergreen Oak, un
disco que ya está cocinando, a fuego lento, en una casa-refugio de un
lugar de la Serra de Tramuntana
cuyo nombre prefiere no desvelar.
Las reacciones en redes se han multiplicado en los últimos días y la expectación ante el nuevo trabajo de
este brillante compositor no deja de
crecer.
El silencio ejerce de anfitrión en
el encuentro entre Luis Alberto Segura y Diario de Mallorca. La mañana es fría y la charla con el músico para saber de qué va lo nuevo de
L.A. transcurre en lo alto de una colina, rodeados de bosques, envueltos por el humo que desprende una
quema de rastrojos cercana, enmedio de la naturaleza. «Necesitaba
huir. Los últimos brotes de septiembre en Palma me hicieron tomar la
decisión. Me voy a la montaña, me
dije. Necesitaba salir de la realidad
absurda, de la desinformación informativa y la locura genérica»,
confiesa.
L.A. se exilia en la Serra
u Luis Alberto Segura se instala en una casa-refugio para componer un
nuevo disco que supondrá el regreso del grupo que le ha dado fama
Para entender la reinvención de
Segura hay que remontarse a 2018,
cuando L.A. ofreció el último de sus
conciertos. «Necesitaba un descanso. Los últimos diez años fueron de
«Necesitaba salir de la
realidad absurda, de la
desinformación
informativa y la locura
genérica», confiesa
El disco se titula, de
momento, ‘Evergreen
Oak’, y tendrá a la
naturaleza como
protagonista
no parar, literalmente. Primero porque me gustaba; segundo, porque
era mi sustento mensual; y tercero,
porque la inercia de ir captando
personal dentro de una empresa
que fue creciendo y creciendo hacía que en el fondo todo dependiese de mí, de lo que iba generando.
Había mucha gente detrás: discográfica, editorial, management, publicidad… Para alguien sencillo
como yo, que empezó seriamente
en esto a los 30, aquello fue too
much. Me agotó mentalmente de
un modo absoluto. Diez años se
dice pronto pero son diez años,
cada uno con sus 365 días, con giras, grabaciones, ensayos... Y luego
tuve a mis hijos. Y los niños, ya se
sabe, son una locura, una locura
maravillosa», reflexiona en voz alta.
La aventura de Luis Albert Segura, el proyecto que sucedió a L.A. y
que le mantuvo en los escenarios
hasta principios de 2020, le ayudó a
coger perspectiva, a desprederse
«del traje de L.A. y verlo desde otro
ángulo», y en esas estaba cuando
llegó la pandemia. A finales de marzo fichó por Emerge, la empresa de
management de Leon Benavente y
Sidonie, entre otros, que dirige Tomás Heredero, una persona clave
en su carrera. «Hablé con él y le dije:
tengo ideas de hacer cosas con lo de
Luis Albert Segura. Pero todo fue girando, hubo como tres proyectos y
nos confinaron, hasta que decidí
venirme a la montaña y hacer, no lo
nuevo de Luis Albert Segura, sino lo
nuevo de L.A.», relata.
Instalarse en la Serra, adonde
llegó el 1 de octubre y donde piensa quedarse hasta el mes de enero,
le supone una mezcla de «trabajo,
vida familiar, salud y desconexión».
La presión quedó atrás. «Me he desprendido de ella», reconoce un artista que no sigue método alguno.
«No soy de horarios ni mecanismos
MARTES, 20 DE OCTUBRE DE 2020 | 41
PATRICIA DE LOS ÁNGELES
ni seguir un patrón. Voy según me
pide el cuerpo, a salto de mata»,
sonríe.
Siempre original, Segura decidió
divertirse ante este nuevo reto, que
será «muy orgánico, maleable», y en
el que «lo verde, la naturaleza», será
protagonista. Antes ni siquiera de
tener una canción, lo primero que
hizo fue la portada del disco, en el
que aparece un pino enorme, y la
mostró en Instagram, con unos títulos, de la primera a la última, que
por cierto se llamará Judy. «Construyo este disco con la gente, haciendo que participe», subraya.
Todo lo que va creando lo va mostrando en redes, herramientas a las
que hasta no había prestado mucha
atención. «He decidido abrir las
puertas en mi exilio personal para
que quien me sigue me pueda comentar lo que quiera. Me escriben
a diario, y yo comparto vivencias a
través de imágenes y vídeos, intento hacer una conexión semanal larga. Incluso muestro ideas de canciones, algo que antes tenía totalmente hermético». El juego, de momento, funciona: en sus 19 días de
exilio voluntario ha dado ya con siete canciones, cuyos detalles podrás
conocer en @icomefromanisland,
@latheband y @meatisover.
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