LA ÉTICA DEL DISCURSO ALUMNO: MARCO ANTONIO MENESES PLASCENCIA PROFESORA: BLANCA EVELIA MORALES ZARATE MATERIA: ÉTICA • Nacida en Alemania a comienzos de los años setenta. • Sus creadores, K. O. Apel y J. Habermas, entienden esa teoría como una adaptación o prolongación de la ética kantiana. • Surge como decidido intento de oponerse al cientificismo dominante. • Para sacar adelante este proyecto, la ética del discurso se vale del método trascendental, que consiste en la identificación de las condiciones de posibilidad de algún hecho descrito. • Tanto Habermans como Apel toman como punto de partida los actos de habla: la comunicación humana. LOS ACTOS DE HABLA • En los actos de habla están implícitas estas cuatro “pretensiones de validez”: 1. Inteligibilidad 2. Sinceridad 3. Verdad 4. Corrección. • Sin la aceptación tácita de estas pretensiones por parte de los interlocutores, la comunicación es imposible. EL DISCURSO • La comunicación humana presupone una “situación ideal de habla” (Habermas) o “comunidad ideal de comunicación” (Apel) en la que el consenso finalmente alcanzado por los interlocutores tras un diálogo abierto, desarrollado sin presión de tiempo y en condiciones de simetría, obedezca únicamente a la fuerza de los argumentos mencionados. • A este tipo de diálogo orientado al logro de un consenso enteramente racional se le da el nombre técnico de “discurso” COMPARACIÓN CON LA ÉTICA KANTIANA • Ambas son “éticas de la razón”: la validez de las normas depende exclusivamente del peso de las razones citadas. • Validez universal: el discurso no se da por concluido en tanto no se alcance unanimidad entre los participantes. • Reconoce el derecho de todo ser humano – basado en su dignidad y autonomía moral– a participar en igualdad de condiciones en la discusión sobre las normas por la que se ve afectado. • Formalismo: la ética del discurso no enuncia normas concretas, sino que remite a un procedimiento discursivo para su identificación. • Ambas se ocupan del deber y renuncian en cambio a proponer una doctrina de la felicidad válida para todo hombre. • Se adhiere al rechazo ilustrado de toda forma de dogmatismo o paternalismo. DIFERENCIAS (CON LA ÉTICA KANTIANA) • El uso monológico de la razón práctica es sustituido en la ética del discurso por un uso dialógico de esa facultad. • Para la ética del discurso, la expresión “verdaderos intereses” no responde a un conocimiento privilegiado de una pretendida “naturaleza humana”, sino que oculta intereses ideológicos. • Son los propios afectados por las normas quienes han de erigirse en únicos intérpretes legítimos de sus propios intereses. • La verdad práctica no se encuentra “allí fuera” a la espera de ser encontrada, sino que la construyen los hombres mediante el proceso discursivo. • Por último, la ética del discurso toma en consideración las consecuencias previsibles de la observación de las normas cuya validez se discute, mientras que Kant proscribía, por su naturaleza empírica, este tipo de consideraciones a la hora de fundamentar el principio moral.