Por el olor cautivado

Anuncio
Por el olor cautivado
El olfato. Artificiales o corporales, los olores constituyen la esencia del deseo
sexual. Husmeamos en el perfume.
Inspiración de perfumistas por un lado, arma de seducción por otro: amor y
perfume mantienen relaciones íntimas, casi inherentes. Basta pasar revista a los
nombres de las fragancias para ver que apelan a toda una gama de sentimientos
amorosos: De la turbación del reconocimiento ( Trouble de Boucheron), al Sí o No
(Oui-Non de Kookaï), del juego de la seducción a la declaración (Declaration de
Cartier), pasando por el corazón que, de emoción, se sale del pecho (Chamade de
Guerlain) para acabar en tus brazos (Dans tes bras de Frédéric Malle), por un beso
tan solo (Juste un baiser de Fragonnard), o sin más disimulos La noche de amor
(La Nuit d’Amour de Yves Saint Laurent)
Todos los aspectos de esta relación son los que se examinan en la obra le Parfum et
l’Amour. Bajo la dirección de Philippe Brénot, psiquiatra y terapeuta, filósofos,
historiadores, antropólogos, pero también expertos en marketing, ahondan en las
relaciones entre sentimientos, emociones, y olfato. Lo que se exalta a lo largo de
sus páginas es el poder erótico del perfume. Porque él abre una puerta, una
invitación implícita a la intimidad; las fragancias y otras esencias despiertan e
invitan a la sensualidad, participan en la embriaguez de los sentidos. « En la India.
recuerda filosofa Chantal Jacquet, la elaboración de perfumes y la manera de
ponérselos forman parte de las 64 formas de deleite que todo hombre y toda mujer
deberían conocer y practicar, conforme al Kama Sutra» He aquí una pequeña
muestra del abecedario erótico de los efluvios
A de Adonis
Desde la antigüedad, se ha otorgado virtudes mágicas al perfume. Se cuenta que
Afrodita, la diosa del amor, huele divinamente a mirra. Su amante, Adonis, es, por
otra parte el dios de los perfumes. Los olores, su invisibilidad, han preservado esta
imagen un poco oculta, que se impregnan sin que nos demos cuenta en nuestros
cuerpos. «A imagen y semejanza de los filtros de amor medievales, muchos
perfumes se presentan como un arma secreta que permite a una mujer volver loco
de amor a un hombre y de asegurar su amarre», escribe también Jean-Louis Heintz,
manager marketing de Parfums Beauté. Entre las fragancias que juegan con esta
idea: Magia Negra (Magie noir de Lancôme,), Hipnosis y Filtro de amor (Hypnose y
«Philtre d’amou de Guerlain), Hechizado o embrujado ( Spellbound de Estée
Lauder) o yendo más lejos Veneno (Poison de Dior. El olor puede convertirse en
obsesión en ausencia del ser amado. La persistencia del perfume entonces
mantiene la llama. No es de extrañar así que mientras la Primera Guerra Mundial
los soldados franceses ofrecieran a sus amadas el perfume N’aimez que moi (No
ames a nadie sino a mí)
A de almizcle
Pero se podría hablar también de algalia, de verbena, de cantaridina, de arrayán…
hasta en su composición, los perfumes se revelan endemoniados. El almizcle, que
proporciona un olor amaderado, proviene de una glándula que se desarrolla en los
ciervos en su período de celo. En 1886, el mal denominado Doctor Augustin
Galopin, consagra parte de su libro le Parfum de la femme al sentido olfativo en el
amor a este escandaloso ingrediente. « Este olor gusta a muchos enamorados;
despierta la atención olfativa, pero no se detiene sus conquistas. La clientela de
este perfume es infiel y veleidosa, poco delicada en sus amores y busca los
escándalos» Respecto al mirto o arrayán, un arbusto oloroso utilizado en
perfumería, su nombre sirve para designar tanto al clítoris como al sexo de la
mujer.
C de carnal
En el pecho, entre los senos, detrás de la nuca… Gabrielle Chanel lo decía:
«perfúmese allí donde la vayan a besar». Porque, generalmente, se aplica a flor de
piel allí donde se va a cobijar la nariz de los y de las amantes, y que su percepción
implica una cierta proximidad, el perfume es una invitación sutil al amor. «Oler al
otro o sentirse oído por el otro, es descubrir la parte íntima de un ser y penetrar en
su interioridad», escribe la filósofa Chantal Jaquet. «Ante la insistencia
inconveniente de la vista, o la intrusión brutal del tacto, la aspiración del olor lo
sustituye con una forma de aproximación sutil y refinada que anticipa el gozo, la
difiere y por ello mismo lo exacerba».
F de fantasma
Junto a los olores, cada fragancia invita a adentrarse en un universo, un imaginario.
Y el del erotismo, el del gozo, el del fantasma inspira, en particular, a los
perfumistas. Para contar la concepción de Tierra (Terre de Hermès) Jean-Claude
Ellena, director de perfumes de la marca explica: «he partido de un paisaje, pero
también de la piel humana, del cuerpo después del amor». Ciertos perfumes
evocan la noche de los amantes. Midnight Poison (Veneno de media noche) de Dior
2007. Nocturnes (Nocturnos) de Caron en 1981 , La Nuit ( la Noche) de Paco
Rabanne 1987. Otros expresan el aumento del deseo (Rush de Gucci), Desire
(Deseo) de Dunhill, pero también la fiebre (Fever de Céline Dion). La publicidad
toma, a veces, el relevo: la de Opium» de Yves Saint Laurent, muestra a una mujer
en pleno éxtasis, poseída por su perfume. Para Euphoria, Clavin Klein ensalza el
último abandono al placer y la embriaguez de los sentidos que provee su fragancia
mientras que la colección de los elixires carnales (Les élixirs charnels» de
Guerlain) invita a las mujeres a penetrar en sus fantasmas gracias a una sola gota
de su perfume. En fin, ¿ Qué decir de Gaultier2 , perfume unisex que se publicita
como frascos imantados?
P de puta
En el siglo XIX, la síntesis química permite la creación de nuevos perfumes. Más
enloquecedores, más penetrantes, estas nuevas fragancias causan recelo en la
sociedad. Se teme que la difusión en la piel de estas fragancias haga resurgir la
«animalidad de la mujer». Resumiendo: «para la prostituta el uso de perfumes
artificiales; para la mujer de sociedad, el olor natural realzado por el perfume de
flores», anota la historiadora Véronique Bui. La palabra puta tendría su origen, por
otra parte, en putida, la que apesta. En los hombres, los que se perfuman con estas
fragancias artificiales son los dandis o los homosexuales. Autores del siglo como
Balzac, Baudelaire, Huysmans, Flaubert Maupassant, que convocan y exaltan los
perfumes en sus novelas o en sus poemas, van a contribuir a su rehabilitación.
«Poco a poco, a pesar de los consejos alarmistas de médicos y otros higienistas, la
difusión de sus obras ha actuado en sus lectores, estableciendo nuevos códigos
que han definido una nueva estética», escribe Véronique Bui. El ideal de una mujer
desdibujada para único adorno de su esposo o padre, ha sido quebrantado y ha
dejado progresivamente su lugar a una mujer que se afirma y que recurre a lo que
va a revelar su cuerpo y su belleza».
S como secreciones
«Los olores corporales, matizados con el aroma cutáneo y las secreciones sexuales,
son en sí poderosos afrodisiacos que la naturaleza nos ha otorgado para gran
alegría de la atracción de cuerpos», escribe Philippe Brenot. Si la existencia de
feromonas (esas moléculas químicas capaces de atraer a animales a kilómetros a
distancia) en la especie humana aún suscita controversia, nuestros olores han sido
durante mucho tiempo los primeros afrodisíacos. Este travieso emperador llamado
Napoleón escribía a Josefina: « No te laves. Ya estoy en camino, y en ocho días ya
estoy allí». Pero con el tiempo, los imperativos higiénicos y las nuevas modas de
depilación han desodorizado y vuelto asépticos nuestras cebos olorosos que son
las axilas, el pubis o la nuca. Los aromas del sexo ha caído en desuso. « Hemos
perdido nuestra facultad de aspirar estos olores y de extraer placer de ellos. No
proporcionan ya ninguna señal de identificación y no intervienen sino más tarde
cuando la atracción ya se ha producido». Los perfumes artificiales han sustituido
los olores corporales para provocar la atracción. ¿Esto va a cambiar? En 2006, el
perfumista del estado libre de Orange ha sacado un perfume con el delicioso
nombre de Secrétions magnifiques, (secreciones magníficas) mezcla de sangre,
sudor, esperma, salida, saliva, y haciendo gala de un verdadero coito olfativo.
Autora: ANNE-CLAIRE GENTHIALON
Fuente original: http://next.liberation.fr/sexe/2013/02/18/par-l-odeuralleche_882727
Traducido del francés por JCG
Descargar