S e r ie : H I S T O R I A Y S O C IE D A D , n054 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA L A B U R G U E S ÍA EN LA EDAD M ODERNA ACTAS DEL CO NG RESO CELEBRADO L O S D ÍA S ESPAÑO LA IN T E R N A C IO N A L E N M A D R ID Y S O R IA 16 A 18 D E D IC IE M B R E DE 1991 C O O R D IN A D O R : L U IS M IG U E L E N C IS O R E C IO TOMO I CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE LA BURGUESÍA ESPAÑOLA EN LA EDAD MODERNA (1991. Madrid. Soria) La burguesía española en la Edad Moderna: actas del Congreso Internacional celebrado en Madrid y Soria los días 15 a 18 de diciembre de 1991 / coordinador, Luis Miguel Enciso Recio; organizadores, Departamento de Historia Moderna de la Universidad Complutense de Madrid, Fundación Duques de Seria ; patrocinadores, Rectorado de la Universidad Complutense de Madrid ... [et al.]. Valladolid: 5° Centenario del Tratado de tordesillas ; Secretariado de Publicaciones e Intercambio Científico. Universidad de Valladolid; [Madrid] : Fundación Duques de Soria, [1996] 3 Y. (1734 p.) ; 24 cm. - (HistoriaAy Sociedad; 54) ISBN 84-7762-681-2 1.BURGUESÍA-España-Historia-1474-1700 (Edad Moderna)-Congresos LEnciso Recio, Luis Miguel, coord. ILUniversidad Complutense de Madrid. Departamento de Historia Moderna. col.ill.Fundación Duques de Soria. col. IV.Universidad Complutense de Madrid. Rectorado, patrocinador V'Sociedad V Centenario del Tratado de Tordesillas, ed. VI.Universidad de Valladolid, ed. VILSerie: Historia y sociedad (Universidad de Valladolid) ; 54 323.32(460) "15/19" (063) SECRETARIADO DE PUBLICACIONES E INTERCAMBIO CIENTÍFICO UNIVERSIDAD DE VALLADOLID FUNDACiÓN DUQUES DESORIA Los eclesiásticos del siglo XVIII ante la mentalidad burguesa zyxwvutsrqponmlk M" Jesús Fernández Cordero «y ano cree nadie -escribía atinadamenteAJ . Saugnieux- en el mito decimonónico de un siglo XVIII caracterizado por la oposición entre Ilustración y Fe, Razón y Superstición, Inteligencia y Oscurantismo. El fenómeno de descristianización existió, la incredulidad existió también. Pero no se puede negar que, a pesar de todo, el XVIII fue un siglo de renovación religiosa, de aggiornamento ... La Ilustración, lejos de ser globalmente antireligiosa, se presenta mas bien, y en España más que en otros países europeos, como voluntad de adaptación de la fe a las nuevas exigencias intelectuales>'. Estas palabras son un claro reflejo de la complejidad que ofrece al historiador el panorama del setecientos. Nuestro propósito al retomarlas, como punto de partida de esta breve exposición, es mostrar que tal renovación religiosa no se produjo en nuestro país sin quiebras ni dificultades. No fue una integración armónica de todos los elementos que iban configurando el universo mental y las formas de vida del hombre de este siglo, como si no planteasen ningún tipo de conflicto al cristianismo. Por el contrario, es posible detectar los puntos de fricción, las luchas, los acercamientos, todo ello enmarcado en el deseo, por parte de las instancias eclesiásticas, de reafirmar o de situar al hombre frente a la realidad de su tiempo desde una perspectiva cristiana, y, por parte de quienes encarnaban la mentalidad ilustrada, de defender y asumir sus concepciones del mundo y de la vida como compatibles con la profesión católica'. Una de las facetas más interesantes en este sentido es la problemática presentada por la mentalidad burguesa, con sus valores y comportamientos, ante la cual los representantes de la Iglesia tuvieron que clarificar posiciones y matizar actitudes. El estudio ya clásico de Bernhard Groethuysen para la Francia del siglo Cit. por ENCISO RECIO, L.M., «La Ilustración en España», Coloquio Internacional Carlos 111y su siglo. Actas, Madrid, Universidad Complutense, Departamento de Historia Moderna, 1990, t.1, p. 654. La cita corresponde a una ponencia titulada «Ilustración y fe», presentada al Congreso del Centro de Estudios Históricos de Oviedo, 1985 (copia mecanografiada). 2 Para la bibliografia más significativa sobre la Ilustración en relación con la problemática religiosa remitimos aENCISO RECIO, L.M., artocit., pp. 653-655, ya EGIDO, T., «La religiosidad de los españoles (siglo XVIII)>>,Coloquio Internacional Carlos 111y su siglo, pp. 767-792. Destacamos el estudio del mismo autor: «La religiosidad de los ilustrados» en Historia de España de M enéndez Pidal-Jover Zamora, t. XXXI: La época de la Ilustración, vol. 1: El Estado y la cultura (1759-1808), Madrid, Espasa-Calpe, 1987, pp. 395-435 Y especialmente pp. 398-401. 344 M' Jesús Femández Cordero XVIII es una buena prueba de ello', así como las líneas que han señalado para nuestro país autores como A. Martínez Albiach, V. Palacio Atard o J.M. Herrero". Pero falta aún un análisis detenido y sistemático de estas relaciones. Unos pequeños apuntes de lo que éstas pudieron haber sido es lo que vamos a exponer a continuación, tomando como base una particular fuente eclesiástica: los sermonarios del siglo XVIIP, en cuyas densas páginas se refleja buena parte de la vida de la época, interpretada, claro está, según la visión de quienes ejercían entonces un ministerio eminentemente pastoral, atento a encauzar la vida de los fieles por entre los diversos derroteros que, cada vez más, se ofrecían a su elección. Estas fueron algunas de las realidades a las que hubieron de enfrentarse.rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA El mundo laico y su presencia en la Iglesia El modo en que la predicación enfoca los temas referidos específicamente a los fieles laicos está condicionado por la noción de Iglesia, por la conciencia sobre la propia identidad como miembros de ella que dicha noción imprime y por la relación ) GROETHUYSEN, B., La formacián de la conciencia burguesa en Francia durante el siglo XVIII México-Madrid-Buenos Aires, FCE, 1981. ' , MARTINEZ ALBIACH, A., Etica socio-religiosa de la España del siglo XVIII, Burgos 1960 y Religios!~ad hispana y sociedad .borbónica, Burgos, 1969. PALACIO AT ARD, V., Los españ;les de'la Ilustracián, Madrid, 1964, especialmente el capítulo titulado «Estilo de vida aristocrático y mentalidad burguesa», pp, 41 ~I 13, HE~RO, Los eclesiásticos del siglo XVII! ante la mentalidad burguesa 345 que se establece entre unos y otros a partir de ese fundamento. Los estudiosos de la historia de la eclesiología han señalado que los siglos XVII y XVIII se caracterizan por una progresiva «exteriorización y secularización del concepto de Iglesia»: en aras de la controversia y la apologética, la idea de sentido «místico y sacramental» que se afirmó en torno a Trento, y sobre todo en el Catecismo Romano, fue cediendo en favor de una conciencia centrada en la realidad externa y los rasgos institucionales", Elementos de este proceso serían una cada vez más acentuada tendencia moralizadora, la prioridad dada a lo doctrinal y, en conexión con esto, el deslizamiento hacia una identificación de la Iglesia, «al menos en la práctica, con los ministros del magisterio en ella», quienes serían presentados como aquellos que «enseñan al hombre las normas de una conducta cristiana y le aseguran la consecución de la vida eterna»'. Nuestro país, al hilo de las tentaciones apologéticas, del peso social de la institución eclesiástica y del avance del individualismo en el sentimiento religioso, participó también de este fondo de mentalidad que se perfiló en occidente. Y consecuencia de este clericalismo es que la Iglesia aparezca cada vez más como una realidad externa al fiel laico. No podemos afirmar que así se propusiera, pero sí que la pastoral, en buena medida, estaba imbuída de esta actitud, en la cual coincidieron la línea heredera de las posturas contrarreformistas y aquella otra que se esforzó en dar respuestas al racionalismo de la Ilustración. Cuando Francisco Armañá, desde la sede episcopal de Lugo, se pronuncia en la polémica del siglo entre fe y razón, establece la autoridad divina como principio originario y conservador de la verdadera religión; su noción de Iglesia parte, pues, de la autoridad con que Jesús revistió a los apóstoles, y se expresa de modo significativo: J.M., «Notas sobre la ideología del burgués español del siglo XVIII», Anuario de Estudios Americanos, IX (1952), pp. 297-326. Para la situación del clero en el contexto de la I1us~ación, la~ ~áginas qu: le dedica Francois LOPEZ: «La resistencia a la Ilustración: bases sociales y medios de accron», en el citado lo XXXI de la Historia de España de M enéndez Pidal, pp. 769-812, cuyo pano~a se c~mplementa con el mencionado estudio de T. EGIDO. Sobre la siguiente centuria, la obra de Jose Antonio PORTERO, Púlpito e ideología en la España del siglo XIX, Zaragoza, 1978. , • Como recopilaciones bibliográficas de estas fuentes: HERRERO SALGADO, F., Aportación bibliográfica a/a oratoria sagrada española, Madrid, 1971. PLACER, G., «Oratoria rnercedaria», Estudios, L XXVI, num. 90-91 (1970), pp. 61 1-660. HERRERO GARCIA, M., Sermonario clásico. Con un ensayo sobre la Oratoria Sagrada, Madrid-Buenos Aires, 1942. MARTIN ABAD, J., Contribución a la bibliografia salmantina del siglo XVIII: la Oratoria Sagrada, Salamanca, 1982. Como estudios, destacamos, entre otros: SAUGNIEUX, J., Les jansénistes et le renouveau de la prédication dans I 'Espa~ne de la seconde ,,:O!tiédu XVIIIe siécle, Lyon, 1976. MESTRE, A., «La reforma de la predicación en el sígto XVIII (A proposito de un tratado de Bolifón)», Anales Valentinos, t.ll, núm. 3 (1976), pp. 79I 19. FERNA~DEZ RODRlGUEZ, C., ROSADO MARTIN, D.AY MARIN BARRIGUETE, F., «La SOCIedaddel SIglo XVIII a través del sermonario. Aproximación a su estudio», Cuadernos de Historia M odernayContemporánea, 4 (1 983), pp. 35-57. En la obra colectiva dirigida por AL VAREZ SANT ALO, ~., BUXO, M.J. y RO~RIGUEZ BECERRA, S., La religiosidad popular, Barcelona, 1989, 3 vols., se Incluyen AGUILAR PINAL, F., «Predicación y mentalidad popular en la Andalucía del siglo XVlll», t. I1, pp. 57-71, y GAL~ G/MENEZ, P., «El sermón y el confesionario, formadores de la conciencia popular», lo 11,pp. I 11-124, entre otros estudios de interés. También basada en la predicación, la obra de LEON NA.V~~"V'" LUIS de Granada!, I~ tradición erasmista en Valencia (siglo XVIII), Alicante, 1986. Por último, Sin pretender agota; ~~bíbliograña surgida recientemente por el interés despertado en tomo al tema, completamos esta visten con LEBRUN, F., «La prédication au XVlIIe siécle» en DELUMEAU, J. (dir.), Histoire vécue du peuple chrétien, Toulouse, 1979,1. Il, pp. 43-66. ' ANTON, A. (S.J.),EI misterio de la Iglesia. Evolución histórica de las ideas eclesiológicas, MadridToledo, BAC, 1987, 2 vols., especia/mente los capítulos I y 1I del segundo tomo: «La eclesiología apologética de los siglos XVII y XVIII» y «La nueva imagen de la Iglesia bajo el influjo de la Ilustración, revolución y restauración en los siglos XVIII y XIX». Al estudiar la noción de Iglesia en los catecismos de esta época, concluye con una cita de M. Ramsauer que sería interesante contrastar: «Estos dos siglos [XV!l y XVIII] están caracterizados por la lucha de la Contrarreforma. Los católicos se ven obligados a defender su Iglesiacontra el peligro del espiritualismo. Como más de mil años atrás fue necesario defender la verdadera e íntegra humanidad de Cristo contra el docetismo, así también ahora hay que defender la visibilidad humana de la Iglesia en sus varias formas de existencia y en su actividad. Pero esta actitud de lucha reduce el campo de visión de los autores: en la Iglesia es objeto de consideración solamente aquello que más en peligro está a causa de las doctrinas de los disidentes, y esta imagen polémica acaba por ser presentada como la única auténtica. Esta insistencia unilateral en su realidad visible llevó a un cambio en el concepto de Iglesia: ésta no son ya todos los bautizados en su totalidad, en su unidad en Cristo, principio de santificación yde salvación, sino los sujetos del ministerio jerárquico, quienes con su doctrina y medios de santificación guía a los hombres a la salvación. El resultado es una separación total en la conciencia de los fieles, a causa de esta actitud defensiva, de la realidad visible de la Iglesia de su realización esencial e invisible, de modo que se llegó a una exteriorización y secularización del concepto de Iglesia, un proceso que ayudó a que la Ilustración penetrara en los catecismos» (1. Il, p. 40). La cita pertenece al estudio «Die Kirche in den Katechisrnen», Zeitschrift für Katholische Teologie, 73 (lnnsbruck, 1951), pp. 168-169. En este aspecto es significativo el contraste entre el estudio de este periodo (lo 11,pp. 36-40) y el apartado dedicado a «La imagen de la Iglesia en el Catecismo Romano» (1. 1,pp. 772-784) así como la introducción de los elementos más exteriorizadores en los «catecismos de índole apologética» (U, pp. 787-791). 7 Ibid., t. Il, pp. 134-141. Los eclesiásticos del siglo XVlIl ante la mentalidad burguesa M' Jesús Femández Cordero 346 De las obligaciones de los maridos para con sus mujeres. De las obligaciones de las mujeres para con sus maridos. De la obligación de los padres para con sus hijos. De la obligación de los padres de familia. De la obligación de los hijos para con los padres. De las obligaciones de los amos para con los criados. De las obligaciones de los criados para con sus amos. De la obligación de los que dan los empleos. Del modo de pretender los empleos. Contra la ociosidad y la vida inútil del mundo. Contra el juego. Contra la embriaguez. Contra las injusticias y usuras que se cometen en los contratos, especialmente en los granos". «Quando les embió Aa bautizar y predicar, les dixo expresamente, que hasta el fin del mundo estaria con ellos. ¿Con quienes havía de estar en los siglos venideros, sino con los sucesores de los mismos Apóstoles que embiaba? ¿con el cuerpo de los Pastores y Ministros de la Iglesia, donde se conservase perpetuamente su mision, y con ella su autoridad? Si no subsistiera esta autoridad infalible, ¿como se pudiera prescrivir la doctrina que han de recibir los fieles para su segura direccion'oi", Sin embargo, paralelamente, el fiel laico va adquiriendo 10 menos entidad, para la misma pastoral. predicación, no ya como especificidad. cristiano, sino como cristiano laico, eran hombres cultos, juristas, en la reforma diaristas, miembros Amigos del País, «gentes de la administración superior, peculiar del funcionariado liberales», y de las profesiones terreno «revela la conciencia explícitada o por reconociendo Este proceso no es ajeno al ascenso social de la burguesía: XVIII las élites seglares que se comprometieron religiosidad protagonismo, A él se tiene que dirigir la catequesis en el siglo de las Sociedades ideólogos de de que la Iglesia no se compone en este sólo del de de una presencia en ascenso del mundo laico, cuya realidad ha de ser tenida en cuenta en su diferencia con el ministerio jerárquico. Así, no es casualidad que los moralistas eclesiásticos Ante esta realidad del mundo laico, que reclamaba de una burguesía y su participación su papel en ella, es sólo la avanzadilla la su de la Iglesia y de la elemento clerícab-". Esta minoria, que toma una actitud activa ante los problemas la Iglesia y que reivindica y 347 hayan de abordar temas de su legitimidad aceptación, dentro del ámbito cristiano, pero con limitaciones: un mayor reconocimiento los eclesiásticos abrieron paso a una puesto que el acento se ponía en la diferencia, la especificidad, más que en la vinculación con Cristo, ello implicaba restrictiva de su participación en la misión de la Iglesia. De modo unánime se afmnaba tanto, la posibilidad la diversidad en una visión de «las vocaciones de Dios» y, por de salvarse en todas ellas, siendo propio de la religión cristiana «abrazar sin excepcion todos los estados, todas las condiciones y oficios de la humana ejemplo, la obrarqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Lafamilia regulada, del franciscano Fr. Antonio Arbiol, alcanzó 17 sociedad, con el cierto conocimiento, de que en todos se puede servir á Dios, entrar en su reino, y merecer la gloria del cielo»!', Pero, en el fondo, el clericalismo que ediciones entre 1715 y 1805 10• Y los predicadores doctrinas la problemática seglar: de las 31 doctrinas impregna la mentalidad eclesiástica de la época se superpone a esta amplia aceptación para relegar al mundo laico a una segunda categoría. Así vemos cómo en el jesuita que forman parte de la vida laica, alcanzando en ello una difusión considerable: por incluyen en sus sermones y que Fr. Miguel de Santander recoge en el primer tomo de su obra, 15 están dedicadas a estos asuntos: De las obligaciones del christiano y las del ciudadano. De las disposiciones para entrar debidamente en el estado del matrimonio. ARMAÑA, F., Pastoral!. en que se demuestra la infalible verdad de la religion christiana: y se promueve la debida instruccton en su doctrina, en Pastorales del Ilustrísimo Señor D. Fr. -, Obispo quefue de Lugo, actual Arzobispo de Tarragona, Tarragona, Pedro Canals, MDCCXCIV, t . 1,pp. 97-98. Señala A. ANTON: «fue un imperativo de la época insistir, contra el racionalismo y el liberalismo, en el principio de autoridad en la Iglesia. El centro de gravedad se desplaza de la congregatio fidelium a la jerarquía. El simple fiel se contrapone a los ministros (papa-obispos-sacerdotes), los cuales imparten al pueblo cristiano la doctrina de la fe y administran los medios de salvación. La Iglesiase presenta al hombre como la institución en la cual el hombre halla guía y protección en su camino hacia Dios (institutum salutis)» (ob. cit., t. Il, p. 135). , EGIDO, T., «Lareligiosidad de los ilustrados», ob. cit., p. 401. 10 ARBIOL, Fr. Antonio, Lafamilia regulada. Con doctrina de la Sagrada Escritura y Santos Padres de la Iglesia Catholtca, para todos los que regularmente componen una casa seglar, afin de que cada uno en su estado, y en su grado sirva a Dios nuestro Señor con toda perfección y salve su alma, Zaragoza, Herederos de Manuel Román, 1715. Ediciones reseñadas en AGUILAR PIÑAL, F., Bibliografia de autores españoles del sigloXVIJI, Madrid, CSIC, 1981, t.1, pp. 338-339, núms. 2.188 a 2.204. Antonio Codorniú, quien defiende decididamente el respeto a los distintos estados y condiciones de vida en la práctica de la dirección espiritual y el confesonario", se desliza, no obstante, la idea de que la exigencia de santidad es mayor en la vida consagrada que en la secular". El padre Calatayud enfoca esta misma multiplicidad Fr. MIGUEL DE SANT ANDER, Doctrinas y sermones para mision, Madrid, Imp. de Don Josef del Collado, 1808, tercera edición, t. 1. La primera edición es de 1800. " ARMAÑA, F., Sermones, Madrid, Ferrnín VilIalpando, 1818, segunda edición, vol. 1, t. 1,p. 142. La primera edición apareció entre 1796 y 1803. CODORNIU, A., El M inistro deJesu-Christo theologicamente delineado sobre el capítulo cuarto de la primera del Apostol a los Corinthios, Barcelona, María Angela Martí, 1765, pp. 154-158. « . . . no se ha de dirigir un Principe como un Monge, ni un Caballero como un Solitario, ni un Hombre de negocio como un Cartujo. Por la misma razon no se ha de gobernar una Casada como una Monja, ni una Doncella como una Viuda, ni una Señora de distincion como una Muger de la plebe» (p. 155). 14 En un «Serrnon de S. Francisco Xavier» dice: «Mucho mas cuesta arribará la perfeccion, que observar precisamente los Mandamientos. Sin embargo, el Salvador, para una, y otra cosa, no nos pide mas del querer. ( ...) Luego quiera de veras el Secular, quiera de veras el Religioso, quiera de veras el Sacerdote; la perfeccion». que el primero cumplirá con los Mandamientos, y los demás caminaran sin falta CODORNIU, A., Practica de la Palabra de Dios en varios sermones panegyricos ..., Barcelona, Pablo Nadal, 1756, p. 211. 1 1 1 3 á 348 M' Jesús desde una perspectiva firmes en definir circunstancia Fernández Cordero Los eclesiásticos muy propia de la ascética jesuítica' s y es uno de los autores más el cristianismo como «estado de perfección», sea cual sea la ante la mentalidad conduce a una valoración 349 burguesa un Dios un estado mas sublime» y «las almas que no profesáron tanta perfecciono", de los estilos de vida según la cual el seguimiento se traduce en la observación en que se viva". del siglo XVIll de unos preceptos, no todos igualmente de Cristo necesarios. En el fondo, la vida laica se proyecta como una elección negativa, aunque se presente en «Por esto todo Christiano, obligado debajo ora sea casado, ora viudo, Militar, de pecado mortal a aspirar a una Juez, Mercader, vida perfecta, &c. esta compatible, términos con el estado, y oficio, en que Dios le ha puesto»!", correspondiente de respeto: y «Tampoco digo, que para seguir el camino todos observar Pero también en él la valoración acentuada diferencia de la exigencia, del compromiso, la mayor perfeccion: contiene una para esta dijo que se han de renunciar que se ha de guardar virginidad de grado o nivel: del cielo, sea necesario absolutamente todo lo que dictó Cristo. Sé muy bien que dictó muchas otras resoluciones perpétua: verdaderamente No pretendo, á para todos los bienes terrenos; para la misma propuso heroicas. máximas el Maestro celestial vuelvo á decir, obligaros á tanto»?'. «No ay duda, que esta obligado mas el Sacerdote; proceder el Lego, o Seglar a aspirar a la perfeccion, porque el Lego, como hijo adoptivo, de su Padre Celestial, que le adopto: Imitatores deve aspirar a una vida perfecta, Seglar es en sus operaciones funciones [Corn. in. c. M a-lach.]. El dice Comelio y empleo, profano. es como un hombre El Sacerdote divino, en las segun aquello [Levit. c. 20.] (...) Sereis Santos, porque Yo el Señor soy Santo, y os he del Levitico de la demas porcion de mi pueblo, Con este tipo de planteamientos, similar, se acogiesen para que seais mis dornesticosx". compromiso caían a veces en considerar demás-, respondiesen sustentan a los de la vida consagrada: como modelo válido para los que les había definido: «¿No ha de su divergencia su modo de estar en el mundo, su relación con los bienes terrenos, su postura frente al modelo de cristianismo que se les predica, todo ello es objeto de debate en busca de una redefinición adecuada a los tiempos. Por su parte, los eclesiásticos adoptan dos líneas de interpretación ante esta realidad, oscilan entre ellas: una subraya lo común a todos los cristianos en el pueblo dePONMLKJIHGFEDCBA de la moral evangélica, los que han abrazado propio de -que todos han de ir por un sendero'o-". frecuencia entre «las almas perfectas, lo característico desde la misma negatividad grado de los eclesiásticos Hay varios matices en los laicos cuando afirman y defienden de sentido negativo: «los Seglares, estériles por lo que mira a hacer fruto en las almas, Ministros de Dios, que trabajan»!". como un menor haber varios caminos por las varias condiciones y estados de los mortales? ¿El seglar, y el eclesiástico: el que ha de vivir en el bullicio del mundo, y el que se ha retirado en respecto La distinción de su estado en la vida cristiana, y que ante las propuestas el cláustro, E incluso, de vez en cuando, surgen expresiones es lógico que los fieles, desde un clericalismo a la peculiaridad de Dios:rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Sunt enim primo de mundo, como un hombre propias de su caracter, segregado mei estote. Pero el Sacerdote como hijo primogenito dicati, consecrati, et quasi ejusfamiliares, pero mucho deve aspirar a imitar la Vida, y y con en el plano la otra prolonga en este mismo plano las diferencias con el fin de que la idea de la santidad sea aceptada. CALATAYUD, 15 complexiones, Missiones y sermones ... , P ., dece maravillosamente la providencia y genios; por tanto solo pretendo a las obligaciones M a d r id , E u g e n io del Señor en la variedad B ie c o , de estados, que practiqueis 1754, t. y oficios, II, p . 528: la virtud, y perfeccion del estado, y oficio en que Dios os ha puesto, y que amoldeis de las de vida, acomodada vuestros genios a la virtud, ya la gracia». i6 A « . . . es bien gravar en el corazon la perfeccion christiana las maximas correspondiente siguientes: 1'. Qualquier a el y que la divina sabiduria para cada vno y si no se logra la culpa es de quien tiene tal estado. ser con seguir la perfeccion con qualquier 2'. el principal de su estado y para este fin le es conveniente otra perfeccion contraria ala de su estado estado de esta vida es capaz de y providencia 6 6 impertinente». presiso le prescribe cuidado debe ni arostrar B.N., Mss. 6.313, fol. 412 v. 17 CALATA YUD, P., Juicio de los Sacerdotes. doctrina practica, y anatomía de sus conciencias, dispuesta en seis pláticas, que suele hazer al Gremio Eclesiastico en sus M isiones ... , Valencia, Joseph Estevan Doz, 1736, p . 165. 18 Ibid., pp. 165-166. " CALATAYUD, sustentacion precisa pero en sus ramas P., M issiones y sermones ... , de los Missioneros», sustenta y compara la vid, que se le arrima t. 1. p. 32. Se trata a los seglares de un epígrafe con el sauce, con sus racimos». compromiso de estas dos vertientes irrenunciable del cristiano, tiende a destacar lo que considera sea cual sea su condición. el Este compromiso se identifica con la cruz. Es la espiritualidad del «camino estrecho», propuesto sin ambages ni sutilezas, que encontramos en la réplica de Francisco Armañá a los fieles que se refugiaban en no haber hecho profesión de perfección: 6 quiere del hombre (sic) no atender La primera « ... r e s p l a n - y en lo diverso titulado «De la «un arbol que no da fruto, Ibid., p. 318. Desde una argumentación siguiente v o l. no es solamente diferencia: 1, t. 1 1 , pp. 3 1 7 - 3 1 8 . ARM AÑA, 21 que «la santidad F ., Sermones, 20 propia «hay dos especies preceptiva, y consiste la segunda es de consejo, en el exacto y consiste más doctrinal, de santidad: cumplimiento Así lo explica Santo Tomás. condenacion: la accidental 22 n , pp. 360-361 ARMAÑA, y sino esencial; 362). F., Sermones, vol. 1, t.1l, p. 317. y otra accidental. La primera de Dios, gravemente ó perfeccion á procurarla» tras afirmar los christianos», establece reglas y amonestaciones, La santidad obliga DE SANTANDER, de todos de los mandamientos nos llevan á la perfecciono mision, t. una en el uso de las máximas, tenerla, so pena de eterna Fr. MIGUEL de los claustros, la es obligatorios: que como medios esencial debemos todos (Doctrinas y sermones para M' Jesús Fernández Cordero 350 Los eclesiásticos del siglo XVlll ante la mentalidad burguesa 351 «Cuando dijo Cristo, que los hombres debian negarse á sí mismos, y llevar cada día la Estas dos opciones, sin embargo, no eran tan opuestas como pudiera parecer, cruz de la mortificacion ¿con quienes hablaba? ¿Por ventura solo con los apóstoles, ó pues la segunda, como veremos, se planteaba como una estrategia pastoral y no con los que habian de ser perfectos por su estado? Con todos, dice S. Lucas [Luc. IX.rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA suponía una verdadera divergencia respecto al modelo de cristianismo ni a sus 23.]: Dicebatad omnes. ¿Habeis acaso leido en e1evangelio dos caminos para el cielo, exigencias. En ambos casos se trataba de que el laico acogiese el camino de la uno estrecho y penoso para los perfectos; otro espacioso y apacible para los imperfectos: salvación, en el cual adquiria especial relevancia la santidad moral. La incidencia en uno áspero para los religiosos y eclesiásticos; otro suave para los seglares? Cristo señaló este punto marca toda la predicación del Siglo de las Luces" y permite unificar bajo dos caminos realmente, uno estrecho y otro ancho; pero el ancho para la eterna la imitación de Cristo -de sus virtudes- toda la multiplicidad de situaciones: «porque perdicion,Ay solo el estrecho para la vida eterna [Matt. VII. 13. 14.]. Por este, pues, han la vida exterior de Jesuchristo -decía Fr. Miguel de Santander- es adaptable á la de de ir todos los que de veras quieren salvarse, sean eclesiásticos ó seglares; vivan en el todos los christianos de qualquier estado y condición que sean»:", retiro de los claustros, ó entre los negocios del mundo; profesen ó no profesen el estado de perfecciona". Si el hombre no renuncia a su carácter de cristiano ni a su deseo de alcanzar la vida eterna, ha de aceptar en su realización cotidiana, en su desenvolvimiento en el mundo, las reglas de la moral evangélica. Es esto lo que el eclesiástico le propone cuando él reivindica su papel de laico, y a ello nos referiremos más adelante. Pero la dimensión eclesial de este cristiano laico también comenzaba a irrumpir. Y del mismo modo que al tema de la presencia del laico en el mundo se respondió con una visión reduccionista, que no supuso una comprensión total desde la fe, sino sólo la conservación de una ética, a su presencia en la Iglesia no se le dio cauce, más que para la recepción pasiva de la acción de los ministros jerárquicos. La segunda línea, por el contrario, propone establecer un pacto con el mundo para atraerlo a la santidad. Y así, mientras Armañá acusaba al amor propio de «inventar camínos mas fáciles, que pueden llamarse de la moda, para ir al cielo con toda comodidadx", el franciscano Fr. Antonio Andrés centraba su panegírico de san Felipe Neri precisamente en haber logrado «una santidad a lo moderno», o «una moda nueva de santidads", pues partía del reconocimiento de que «ninguna otra cosa tiene mayor numero de amigos, y parciales, que la modas": El presbítero Nicolás Gallo, que abrió sin duda una renovación, no sólo en la oratoria sagrada, sino también hacia la religiosidad interior", cuando trataba de «Si esto es assi, havrá de tener paciencia la misma santidad, pues sino comparece tambien a la moda no tendrá sequito, ni aun havrá quien por curiosidad quiera atenderIa. Si viste de saco, y comparece con el adorno de rallos, y cilicios, el mundo no la quiere, y la destierra a los desiertos de Egipto, y Palestina. Si viste de purpura a los Martires, el mundo no la acepta, y como a robadora de coronas la condena a una prision con Herrnenegildo. Si viste de blanco a las Virgines, el mundo la aborrece como esteril, y la destina a una rec1usion perpetua: Si a sus seguidores les intima un silencio riguroso; es tenida como insulsa; si les manda un cauteloso retiro, es calumniada de intratable. Si los precisa a una abstinencia rigida, es intitulada avara. Que arbitrio? Si la santidad quiere tener credito, y parciales, sea mas civil, sea mas suave, sea mas culta, sea mas genial. Si ha de tener sequito, es preciso desnudarse de la apariencia espantosa, y vestir a la moda, condescendiendo con el mundo en aquello, que no hace oposicion a la misma santidads". á lbid., p. 319. Teófanes EGlDO ha señalado esta insistencia en «el camino estrecho» como uno de los rasgos de la espiritual idad ilustrada, que «potencia la ascesis», y ha advertido contra la atribución excl usiva del mismo a la corriente jansenista: «El rigorismo, por tanto, es lo que cualifica a esta espiritualidad sin matices, sin que ello permita establecer una relación de dependencia estricta, y mucho menos de causalidad, con el jansenismo. El propio Saugnieux se ve forzado a confesar el escaso eco que en España hallaron Pascal y Arnauld. Se trata, mejor, de la asunción, a su modo, de la vieja teología de la cruz, con expresiones vibrantes en los clásicos españoles; de la prolongación natural de interpretaciones, muy anteriores al jansenismo, de la eficacia de la gracia en su encuentro con la cooperación humana; o de privilegiar las posiciones dogmático-morales de una escuela sobre otra» (<<Lareligiosidad de los ilustrados», arto cit., p . 416). " ARMAÑA, F.; Sermones, vol. 1, t. I1, p. 319. as ANDRES, A., Sermones panegíricos, Valencia, Benito Monfort, MDCCLXII. t. 1, p. 193.PONMLKJIHGFEDCBA 2J l 26 27 Ibid.,p.190-19l. Ibid.,p.192-193. Joel SAUGNIEUX escribía: «Le XVIlle siécle n'est pas un siécle d'hérésie mais de perte du sens religieux. La pensée se 'larcise', se 'naturalise' chez ceux-lárnéme qui croient resterfidéles a l' enseignement de l'Eglise. Certaines esprits éclairés prennent l'habitude de considérer l'Eglise comme une société humaine et ils réduisent peu a peu la religion a une simple morale ( ...). Le Jansénisme ne demeure pas étranger a cette tendance générale» (Le Jansénisme espagno/ du XVIlle siécle: ses composantes et ses sources, Oviedo, Cátedra Feíjoo, 1975, p. 35). La interpretación en clave moral de la encarnación y de la obra de redención, incluso de la figura de Jesucristo, es muy significativa en este sentido. En un sermón de laNatividad del Señor, Francisco Armañá extraía esta conclusión: «Era, pues, necesario, que el maestro y reformador del mundo, no solo fuese divino, sino que con sus propias obras ensefiase á los hombres el constante desprecio de las honras, riquezas y placeres, para que con su exemplo la vista se hiciera mas agradable y suave al corazon humano la celestial doctrina que habia de seguir». (Sermones, vol. 2, t. 1lI, p. 10). Se diría que es en esta dimensión moral en la que radica la redención: «¿Quién se afanará por las riquezas perecederas, viendo á un Dios pobre; desnudo, desamparado? ( ...) Quién se dexará fácilmente arrastrar de los gustos y deleytes, viendo á un Dios que nace llorando, que ya desde su nacimiento, abrazándose con la cruz de la mortificacion, padece las mas graves incomodidades en un cuerpo tierno y delicado?» (Ibid., p. 9). Esta misma vertiente ha sido subrayada por A. ANTON: «La doctrina cristologica de los catecismos del periodo de la Ilustración está penetrada por las tendencias moralizadoras de la época. Más que la persona de Cristo es su obra redentora la que estimula la atención de los autores de dichos catecismos. En virtud de la redención de Cristo adquiere el hombre fuerzas para obrar el bien. Cuando hablan de la necesidad de un Redentor, dan a su obra redentora un sentido moral. La trama histórica del VT y del NT evoca no tanto la fe en Cristo cuanto la necesidad de una renovación moral. De aquí que sus eventos, más que del Hijo de Dios hecho hombre, hablen del Reformador moral y Fundador de una religión que renueva la humanidad con su doctrina y con su ejemplo» (ob. cit., t.1I, p. \38). 29 Fr. MIGUEL DE SANTANDER, Doctrinas y sermones para mis ion, t. 1, p. 294. 30 J. SAUGNIEUX dice de él: «Comme prédicateur, le P. Gallo peut étre considéré comme le premier réformateurde la chaire». Recordando que la fecha de su muerte fue 1757, reflexiona: «il n 'est pas question de voir en lui un véritable janséniste puisque nous ne savons pas quel parti il aurait pris s'il avait vécu jusqu'á la fin du siécle. Mais ses affinités avec le milieu sont assez nombreuses et évidentes pour qu'on 21 I M' Jesús Femández Cordero 352 inculcar el amor de Dios como obligación continua Los eclesiásticos del siglo XVIII ante la mentalidad burguesa del sacerdote, lo hacía por abarcando el clero en sus funciones, y que cualquier contraste con el seglar, a quien «le basta aparecer de quando en quando en el Templo, del laico fuese interpretada para cumplir con mis Leyes»? J; Y cuando instruía a los sacerdotes asentaba la estructura de los beneficios en el agradecimiento lo que encontramos de Dios, añadía: «( ...) beneficios á la verdad que pueden ser, y acaso son comunes á otros muchos hombres; pero cuyo conocimiento, cuya meditacion, cuya penetracion y gratitud está encargada á los Sacerdotes por la ignorancia, por la ocupacion, por la desidia de los seglares. Somos hombres como ellos, es así; pero somos, á distincion de ellos, hombres llenos de luz, dotados de unarazonmas cultivada y mas perspicaz: somos unos hombres que debemos suplir los defectos de la gratitud del pueblo en la oracion, en la salmodia, en los sacrificios; somos al fin unos hombres pagados por los fieles á costa de sus diezmos, de sus memorias y de sus fundaciones, no para otro fin que para dar continuas gracias á Dios de los muchos y grandes beneficios que ellos y nosotros recibimos á todas horas de sus manoss". ó es, más bien, el latido de una sensación a la minoría de edad. Por eso, no tiene nada de extraño la acción común a «una incumbencia Se comprende cleri- cualquier otra ciencia y no necesitase se considerase vinculado en el carácter mismo del ministerio hizo que a él, de modo esencial, todo lo que hasta entonces había ido del laico de la tutela clerical puede afectar esta actitud desde el momento en que la tendencia moralizadora influyó en la noción de la predicación riesgo, no ya para el prótagonismo del clero, sino para el propio sentido del ministerio en los de su tiempo, más cultivados. de la predicación: posible La falta de profundización así: el eco que Arrnañá cuando percibe que la intención cal»", las múltiples facetas de la vida de la Iglesia habían sido absorbidas por los eclesiásticos. Hasta tal punto que la emergencia del laico se sintió como un grave sacerdotal. de inseguridad, ó que cuando éste exclusivamente sobre los que se «Los mas presumidos de sabios dirán, que nada explican los predicadores, que no se sepa, no pueda saberse fácilmente con la lectura de buenos libros: que quanto les pueden decir, se reduce á los dogmas y preceptos de nuestra sagrada religion, y esto ya lo tienen sabido. ¡Arrogante presuncion! ¿Lo tienes ya sabido? ¿y cómo? Acaso tan superficialmente, que no podreis explicar bien un solo misterio: acaso ignorais gran parte del catecismo que saben los niños: acaso esa gran ciencia, de que os jactais tanto, está mezclada con muchos y graves errores, que vuestra imaginacion tiene por verdades. (...) Mas demos que tengais bien sabidas las verdades cristianas: ¿por ventura las tendreis siempre presentes para dirigir vuestras acciones? ¿No será utilísimo su frecuente recuerdo ?»34. comience a afirmar su personalidad, aquél se resienta. Así como en la celebración litúrgica se venía padeciendo desde hacía siglos la «desintegración de la asamblea», por haberse reducido de Francisco de procurarse una formación personal independiente a la necesidad de madurez por parte de la propia identidad, y se advierte, precisamente, más atentos, más sensibles ala experiencia He aquí las palabras De esta forma, la recuperación de la figura del sacerdote, de su misión eclesial y de su vida espiritual, parece haberse realizado sobre un menoscabo del laico, casi destinado pretensión de los principios de la Iglesia. Esto, por supuesto, pocas veces se manifestaba produce el cuestionamiento eclesiásticos como socavadora 353 que el laico se plantease Arrnañá recordó que Jesucristo y sus contenidos, secularizándola. el acceso a la formación cristiana Por eso fue como a la de vínculo alguno con un testigo de la fe. Por eso no dijo a sus apóstoles: «dad libros á los pueblos, haced que lean lo que les conviene; sino, enseñad a todas las gentes: predicad el evangelio», y resolvió esta alternativa con el único apoyo de la institución del ministerio á todos divina de la palabra, sin entender muy bien por qué la fe se plantó «por la viva un hornme du 'Tiers-parti'» rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA (Les jansénistes et le renouveau de la voz de los ministros de Jesucristo»". prédication dans l 'Espagne de la seconde moitié du XVIlIe siécle, Lyon, Presses Universitaires, 1976, p. 155).A En general, la postura de los eclesiásticos fue defender su monopolio de la GALLO, N., Sermones, t.lV que lleva el título de Pláticas, Madrid, Manuel Martín, MDCCLXXVlll, reflexión teológica contra cualquier intento de formulación en este terreno procedente p. 33. A partir del capítulo 5 del Levítico, pone en boca de Dios estas palabras: «En mi Altar siempre ha de los laicos. En un Sermón al Supremo Consejo de la Inquisición, pronunciado en de arde[r] el fuego, y el Sacerdote debe ser el que continuamente ha de estar la vista para subministrarle la cuaresma de 1751, el padre Nicolás Gallo hacía una dura crítica en este sentido: materia. Al seglar le es permitido, y puede licitamente irse con descuido su casa, fiado en el cuidado, que debe tener en esto el Sacerdote: Puede sin escrupulo incluirse en negocios seculares: Puede aplicarse á aumentar su hacienda, mejorar su estimacion, aventajar su familia». «(...) no acabo de admirarme de ver (...) la facilidad, con que el dia de hoi muchos J2 Ibid., t . V, p . 234. voit au moins en lui un 'jansénisant', J I á á á á J) KLAUSER, T., Breve historia de la liturgia occidental. Informe y reflexión, Barcelona, 1968, pp. 7596. Esta desintegración de la asamblea litúrgica fue una de las causas de que la piedad popular no se alimentase en la liturgia, y buscase el cauce devocional: «Así, mientras elliturgo, de espaldas al pueblo, 'leía su misa', los fieles se ocupaban con otras devociones subjetivas, cantaban en lengua vulgar cantos cuyo contenido nada tenía que ver con la liturgia; o totalmente abstraídos de cuanto ocurría en su derredor, se entregaban a una.tmeditación sobre la misa' o rezaban para sí las Avemarías del rosario. Sólo en tres momentos de la misa -ofertorio, consagración y comunión- dirigían la mirada hacia el altar, alarmados por el campanilleo de los acólitos, y recitaban ciertas jaculatorias. La participación activa en el sacrificio de la misa mediante un co-ofrecimiento íntimo y una real con-comunión eran poco frecuentes» (p. 95). Seglares, y gentes de todos estados, enteramente desnudos de los principios elementales de la Theología, y de las ciencias, que preceden á su estudio: y aún tal vez sin saber la Gramatica, con todo eso, por no sé qué erudicion, que han mendigado de quatro libros nuevos, escritos en lengua vulgar: por no se que monton de hechos, y noticias sueltas, sin orden, y sin digestion acerca de las Letras humanas, de la Historia Profana, y " ARMAÑA, F., Sermones, vol. 1, t.l, pp. 207-208. ]S Ibid., pp. 208-209. 354 M' Jesús Femández Cordero Los eclesiásticos del siglo XVIII ante la mentalidad burguesa y moderna de la Iglesia (...) se graduan ellos mismos Sagrada, de la disciplina antigüa,A de Doctores y Maestros: se creen capaces de decidir, y de dar su voto, y aún de formar partido en las qüestiones de Religion: se erigen en censores de la creencia pública: desprecian á los Autores mas c1asicos; y con una osadía intolerable se introducen á hablar, y disputar de las materias mas arduas del Christianismo: de la inmutabilidad de Dios: de su libertad: de la gracia: de la predestinacion (...)>>J6. a la segura dirección participación una apologética. por ilusión» eran socialmente identificables: se le anima a una a las cuestiones religiosas, sino Este es el caso de Fr. José Marín, que dentro de la orden franciscana se sitúa en una cierta renovación; el derecho natural, «Sabios Sólo en algunas ocasiones una aportación sin ser rigorista, presenta influencias jansenistas y erasmianas, pero esta línea queda absorbida por su lucha contra la filosofia naturalista, destacado Estos que él llamaba de sus pastores. que no es, en realidad, 355 el ateísmo y el libertinaje, lo que constituye de sus piezas oratorias". En 1775 protestaba a sus oyentes «la moderacion el elemento más que siempre había inculcado que deben observar en puntos de Dogmas y de Doctrina» «este, que no ha tenido mas oficio, ni volado mas alto que su pluma», «aquel, que no y «aquella sumision, respeto, y veneracion, que es devida a los arcanos de la Religion ha rebuelto mas hojas que la de su espada», «el otro, que no ha estudiado sin meterse en disputar lo que no entienden, ni hacer critica de unos asuntos que jamas mas libros que los de sus cuentas, de su comercio, ó su oficina», «esotro, que jamás seha aplicado han estudiado, á otra cosa, que á el negocio, y á la hacienda»; principios, y sin rudimentos»?". para los Prelados, y Doctores, y otros mui poquitos sabios del primer orden». Añadía Quizá poco después, el padre Calatayud, todos ellos hablan «sin estudios, sin aquellos puntos arduos, y sublimes, una sentencia de santo Tomás de Villanueva: una Philosofia en un rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Sermon Doctrinal al Ssmo. Sacramento en las quarenta horas, asociaba el tratamiento el marco de la vida social con el progreso de la indiferencia corrosión producida por los libros peligrosos: de los temas teológicos en y la incredulidad, bajo la curiosa se pone a peligro siguiente, al dirigirse a los catedráticos que están justamente «quien no aborrece el nimio prurito de de perder la fe Catholica»'". y doctores de la universidad apoya en la intención del rey al encomendarles Pero al año de Salamanca, la enseñanza de lajuventud sugetos, que con el tiempo sirvan de honor y provecho recaba su colaboración reservados se -«para criar á la Iglesia y al Estado»- y en este sentido: «( ... ) tanta es (...) la libertad de hablar opinar y conversar en materias de Religion Christiana que en varios combites, tertulias y juntas se trata de las verdades de Fee que les punzan y penetran, con tan poca surnrnission del juicio y con tanta indiferencia de animo, como si no fueran verdades infalibles y eternas, que pronunciasteis por la boca de vuestra Esposa la Yglesia: (...) es tal la relaxacion de su vida y la indiferencia de sus animos que en el fondo de su mente las descreen ó dudan con espiritu de incredulidad; se sorbe el veneno desleído en libros curiosos i i la vista, que malignamente guisan los Hereges, incredulos y Atheistas de estos tiempos; se leen, se retienen sin licencia los libros prohibidos, libelos infamatorios con tan estupida serenidad de su conciencia, como sino les atara la excomunion y la censuras". Se perfilan todos los peligros de apartamiento de la fe, se vislumbra la libertad de pensamiento y de conciencia como atentatoria contra la religión y se adopta una postura defensiva. El fiel laico debe mantenerse alejado de tales riesgos, vivir acogido " GALLO, N., Sermones, t. 1, pp. 72-73. J1 Ibid., p. 75. " B.N., Mss. 6313, fol. 104 r. y v. El manuscrito contiene sólo dos alusiones cronológicas: 1759 (fol. 28 r.) y 1760 (fol. 239). Recientemente, Francisco SANCHEZ-BLANCO PARODY, al señalar la presencia del hedonismo materialista en la España dieciochesca, escribe: «A principios de la década de los setenta, cuando florecen las tertulias filosófico-literarias, existe de hecho una ruptura entre la cultura oficial, tanto universitaria como eclesiástica, y el espíritu de estas tertulias abierto a cualquier doctrina nueva y sorprendente lo mismo que dispuesto siempre a marcar su distancia con la doctrina eclesiástica tradicional en el dogma y en las costumbres» (Europa y el pensamiento español del siglo XVIll, Madrid, 1991, p. 239). Y más adelante afirma: «La cultura española 'ilustrada' es fundamentalmente una manifestación oral, junto con una lectura a escondidas, basada en un trasiego clandestino de libros y de manuscritos, que pasan de mano en mano yque no pueden exponerse ni siquiera en las bibliotecas privadas a la vista de cualquier visitante inesperado» (lbid., p. 247). «Si esta Universidad es la Catolica por antonomasia: ¿por que su primera leccion en todas sus Cathedras no ha de ser sobre la materia de Religion? Si la impugnan los que no son Theologos: ¿será menester el serIo, paradefenderla? Vivimos en un siglo, en que todos se introducen como quieren a escudriñar, y profanar el Santuario: O Salmantinos! Sed vosotros los Querubines que le defendaíss". " La carrera intelectual y eclesiástica de Fr. José MARIN (1734-1789) se inició bajo la protección de Fr. Pedro Otero y Mallón, de quien arrancaría la preocupación por formar buenos predicadores en la Provincia de Santiago que regentaba. El padre Marín llegaría, como él, a ser guardián de San Francisco el Grande de Salamanca y en 1785 fue elegido Ministro Provincial de Santiago. En 1786 elaboró y promulgó un Plan de Estudios para los colegios provinciales que estuvo vigente casi hasta la exclaustración y cuyo significado y texto pueden consultarse en la obra de M.R. PAZOS, Los estudios en la Provincia Franciscana de Santiago (Tratado histórico), Madrid, 1967. Paralelamente, su predicación en las honras fúnebres celebradas en la universidad salmantina indica una línea que se revela en los propios títulos: La sabiduría del siglo convencida de necedad, o elogio de un sabio en lo mismo que ignoro ... , Salamanca, Oficina de la Santa Cruz, [1777], Y La debilidad de los espíritus fuertes, y solida fortaleza de la mansedumbre christiana ... , Salamanca, Oficina de la Santa Cruz, [1779]. " MARIN, J., Satisfaccion que da el Pe. Fr. - Lector Jubilado de la Provincia de Santiago, y Doctor Theologo salmantino. En respuesta a la censura presentada en el Supremo Consejo sobre el Sermon, que predico a la M Ille. y Real Congregacion de Naturales, y Originarios del Reino de Galicia el dia 2 5 . de Julio del año pasado de 1774, en la Iglesia de Sn. Felipe el Real de la Villa, y Corte de M adrid. B.N., Mss. 4.517, fols. 123 v.-124 r. En el fol. 148 v. está la data: «De este Rl. Convento de N.P.S. Francisco el Grande de Salamanca, y Abril 15 de 1775». " MARIN, J., El Juez incorrupto, y hombre de buen corazon. Elogio funebre, que en las exequias celebradas por la Universidad de Salamanca el dia 30. de M arzo de 1776. a la buena memoria de su mui llustre Hijo el Señor Doctor Don Pedro M anuel Fernandez de Villegas ..., Salamanca, Oficina de la Santa Cruz, [1776], pp. 12-13. 356 M' Jesús Femández Cordero Los eclesiásticos del siglo XVIIl ante la mentalidad burguesa Esta defensa consistiría en inculcar a los alumnos, «en ciertos momentos preciosos» que tienen «todos los Cathedraticos», algunos principios de formación cristiana: pueden «excurrirse diestramente a asunto de Dogma, o de virtud» e inspirar hacia ello el «amor, y veneración». El mismo testimonia la «impresion» que le causaban «las proposiciones sueltas de este genero, que al descuido con cuidado se dejaban caer los Maestros», mayor que «los grandes discursos que 'ola a muchos Predicadoress". 357 plantea interrogante s al discurso tradicional de los ministros de la Iglesia. Con frecuencia, sus planteamientos dan la impresión de asimilarse a una completa negativa a todo lo que suponga goce del mundo, disfrute de los bienes terrenos, ansia de serya feliz en esta vida. Sin embargo, nos equivocaríamos si viéramos en este punto la radicalidad de su postura. En primer lugar, entre las manifestaciones negativas es posible encontrar también valoraciones de signo contrario. Cuando Fr. Miguel de Santander enseña que «el mismo Dios nos manda pretender lo bueno, y no lo malo», establece una escala de valores que comienza en Dios y termina en «todas las demas cosas lícitas, en su tiempo, con el debido modo, y con el recto [m que en todo debe acompañarnosx". Al hablar de la amistad cristiana, la alaba como «el placer mas inocente, mas delicado, mas puro y razonable que se puede buscar en el mundo», y la sitúa por encima de la «amistad natural», «la mas necesaria», y de la «humana», fundada por la razón sobre los «bienes útiles, bienes deleytables, y bienes honestoss". Y en otro lugar afirma: Así, lo que se pide al laico no es la participación en la elaboración del pensamiento religioso o los debates teológicos, ni la colaboración en la reforma de la Iglesia, ni el impulso para la dinámica interna de la misma Iglesia, sino su ayuda para conservar y transmitir entre los seglares los elementos necesarios para el sostenimiento o pervivencia social del cristianismo. En este sentido hay que entender la importancia de la enseñanza y, más aún, de la familia. Este último ámbito -la iglesia doméstica- concentra el mayor número de llamadas a la responsabilidad laica. Para despertarla, Francisco Armañá afirma sin inconvenientes que la instrucción de los fieles no es «tan privativa de los ministros eclesiásticos, que no puedan y no deban en «Dios nuestro Señor no nos habia de haber dado este deseo tan vivo y tan innato en ciertos casos dedicarse á ella otros cristianos de todos estados y de ambos sexos»:", nuestras almas, para tenemos mortificados con él toda la vida. No, señores. Podemos palabras que encierran el reconocimiento de una participación de los laicos en la y debemos ser felices, lo seremos, infaliblemente si constituimos la felicidad en lo que misión de la Iglesia, en una tarea de la misma naturaleza que la de los ministros nos enseña el Evangelíoa". jerárquicos. Sin embargo, esta idea de corresponsabilidad no se desarrolla, diríamos que apenas asoma. Se produce, más bien, la noción de que el laico prolonga la acción En estas últimas palabras, más que en el tema de la felicidad sobre la tierra, eclesiástica -¿eclesial?- en el mundo: se le proyecta hacia afuera, sin plantear una consiste la divergencia con lo que podríamos llamar e! espíritu o la mentalidad profundización ni una ampliación de su papel en la vida interna de la Iglesia. burguesa. Si aceptamos la distinción, indicada por Juan Manue! Herrero, entre el Ciertamente, el individualismo religioso tampoco favorecía otra cosa.rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA «burgués moderado» de los dos primeros tercios del siglo, para quien «el [m supremo de las acciones humanas» es «la práctica de la religión y la gloria de Dios» y ello «debe presidir todas las manifestaciones del espíritu», y un «burgués innovador», que sigue siendo creyente, pero a quien le interesa la religión «más como medio al servicio de La búsqueda de la felicidad la utilidad común»:", pondríamos la clave en que para éste la fe habría dejado de ser el principio director de su vida". José Luis Romero ha escrito que la mentalidad «Buscais la vida dichosa en la region de la muerte, dice San Agustin, y no está burguesa supone el «triunfo de la profanidad», un acercamiento al mundo inmediato allí. Porque como es posible, que haya vida bienaventurada, donde no hay vidarw", «como si fuera una realidad última, sin preguntarse qué hay detrás o más allá de ella», Así iniciaba el padre Codorniú una doctrina titulada Camino de la verdadera felicidad, representativa de la actitud mantenida por los eclesiásticos al percibir las nuevas •• Fr. MIGUEL DE SANT ANDER, Doctrinas y sermones para mision, t. 1, pp. 246-247. inquietudes características de una mentalidad abierta a lo terreno. En efecto, desde " Ibid., t. I l , pp. 144-146. mediados de siglo, la idea de felicidad, tal y como se difunde en Europa, es una noción •• Fr. MIGUEL DE SANT ANDER, Sermones panegíricos de varios misterios, festividades y santos, secularizada que incluso para los creyentes significa «buscarla aquí abajos", y esto Madrid, Viuda de Aznar, 1814, 3'. edición, t. I l , pp. 6-7. La 1'. edición es de 1801. El texto corresponde l' " Ibid.,A p . 13. " ARMAÑA, F., Sermones, vol 1, t. 1, p. 191. •• CODORNIU, A . , Practica de la Palabra de Dios en una Quaresma entera ... , Gerona, Antonio Oliva, 1753, t. Il, p. 300. La cita pertenece al libro IV, capítulo 12 de las Confesiones. " MARA VALL, J.A., «La idea de la felicidad en el programa de la Ilustración», Estudios de la historia del pensamiento español (siglo XVIII), Introducción y compilación de M'. Carmen Iglesias, Madrid, 199 1, pp. 162-189. al Sermon primero de San Cayetano, predicado en la Iglesia de Villamayor de Campos el año de 1790. " HERRERO, J.M., arto cit., pp. 19-23. se Herrero se refiere a los planteamientos sociales cuando afirma sobre el burgués innovador: «no sabe ni quiere prescindir de la religión y cree necesario que ella sea principio director, no el principal, pero sí muy importante, en la marcha de la vida pública española. Su postura es, sin embargo, totalmente diferente de ladel burgués moderado. A éste le preocupa la religión como fin y norma social, al innovador le interesa más como medio al servicio de la utilidad común. ( ...) La religión, es, pues, un elemento al servicio de la utilidad común, tan importante como la ilustración o la filantropía. La formación que proporciona al individuo le convertirá en un buen ciudadano» (pp. 20-21). T M' Jesús Femández Cordero 358 una separación entre la realidad natural y la sobrenatural'A Desde el campo filosófico l. a la vida práctica cotidiana, es esto lo que va detectando el eclesiástico: que el hombre se detiene en las criaturas sin llegar al creador, se conforma con ellas sin aspirar a nada más, pone en ellas su vida y su felicidad, siendo creyente, su vida transcurre y a ellas se entrega. Incluso Por eso, frente al tema de la felicidad, el fin último del hombre. «Necios, de quién es. inspirados en los salmos, sanAgustín ponen el horizonte mientras en creen O con un lenguaje no violento y de tonos de todas las ansias de qualquierahumano corazon. ( ... ) Como Dios es, al decir del Apostol, por quien vivimos, en quien nos movemos, ser, por esto es naturalmente el centro absolver todos los movimientos y por quien tenemos de donde empezamos, y donde hemos de de la vida»>. No se culpa al hombre por ocuparse de lo terreno, pues de hecho siempre se insiste en el cumplimiento sino que se denuncia el convertir poner en su adquisición la felicidad de las obligaciones, las cosas de este mundo en realidad la meta para ser felices; lo que podríamos de idolatría en la práctica. conquistas, empleos, honores, definitiva, el llamar el pecado Se critica «creer que la felicidad consiste en ... » las riquezas, en ... » o «poner glorias, placeres, pasiones ... «Quien es el que en este mundo infeliz no sacrifica algun Idolo?»55. ciencias, su corazon ataque directo a la fe, significaba este pecado -que si bien no era un en la práctica vivir como si Dios no existiera, por cuanto la conformidad con lo terreno suponía la no-búsqueda de la trascendencia- se recurrió a la desvalorización de este mundo". Aquí las afirmaciones más rotundas proceden tanto de los autores renovadores más ligados en la línea del rigorismo. a la mentalidad barroca Si para Antonio Codorniú, ROMERO, J.L.,rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Estudio de la mentalidad burguesa, Madrid, 1987, pp. 61-72. 52 ANDRES, A., Quaresma, Valencia, Benito Monfort, 1768, t.1, p. 259. 53 CODORNIU, A., Practica de la Palabra de Dios en una Quaresma entera ... , t. 11,p. 303. 54 ANDRES, A., Quaresma, t. 1,p. 262. ss EGUILETA, J.A., Sermones para todas las Dominicas del 0/10 ... , Madrid, Gerónimo Ortega, Hijos de Ibarra y Compañía, 1788, t. 1, p. 266. En este mismo sentido ha indicado Robert MAUZI cómo los burgueses aparecen para el hombre de Iglesia incluso más culpables' que los mundanos entregados a la frivolidad, pues su empeño en la conquista de los bienes temporales «laisse entendre qu'ils croient avoir trouvé l'absolu sur terre», L 'idée du bonheur dans la littérature et la pensée francaises au XVIlle siécle, Geneve-Paris-Gex, 1979, p. 212. En relación con lo aquí expuesto merecen especial atención los capítulos V y VII: «Bonheur mondain et vie chrétienne», y «Le bonheur bourgeois». 56 Sobre este tema, mi artículo «Concepción del mundo y de la vida en los eclesiásticos del siglo XVIII a través de la predicación. Ilustración, pensamiento cristiano y herencia barroca», Cuadernos de Historia M oderna, 10 (1989:90), pp. 81-1 O l. Muy significativo eneste sentido el análisis de Joaquín RODRlGUEZ MA TEOS, «La disciplina pública como fenómeno penitencial barroco», La religiosidad popular, t.1I, pp. 528-539. También MARA VALL, l.A., La cultura del Barroco, Barcelona, 1986,4'. ed., en su tercera parte: «Elementos de unacosmovisión barroca». La visión de esta problemática desde el arte en OROZCO, E., M anierismo y Barroco, Madrid, 1988. " la trascendencia, sobre nos mas debe la base de la ( ... ) en esta vida gozar de la verdadera podemos merecer alcanzarla del deseo del hombre es transferido en la otra»>". El al más allá: «no es este mundo el el noble fin para que somos criadoss'". ¿Por qué ocurrió esto? ¿Por la insistencia perdiendo, en la referencia a lo absoluto? remitió al centro mismo del cristianismo? en aquello que se veía que se estaba ¿O más bien porque esta referencia no En toda la reforma religiosa del siglo XVIII hay sin duda un intento de volver a las fuentes: Iglesia primitiva, Biblia, cristocentrismo. Pero estamos ante un proceso, y, por tanto, no ante un objetivo logrado. De ahí que si el cristocentrismo empieza a aparecer, no ha alimentado tes de la vida. Por eso, si Antonio Codorniú vida», cuando invita al «deseo de nuestra todavía facetas importan- afirma a Cristo como «camino, verdad y salvacion, en la qual consiste nuestra Felicidad»!', está poniendo la felicidad en una salvación eterna más allá: ni Cristo se identifica con la salvación -aunque «es el Salvador»-, ni ésta es actual. Es decir, en los eclesiásticos se produjo un desplazamiento en el sentido mismo de la felicidad: ésta no residía tanto en Cristo como en la gloria, en el cielo; por tanto, más allá de la muerte. si esto ya significó des encarnar la noción de felicidad, con una especie de ¿idolatría? hacia la salvación institucionalización personal, cuanto más si la falta de referencias de la Iglesia, de que hablábamos al principio- comunitarias -la ha desencarnado a Cristo y lo ha relegado también al más allá: no hay nexo alguno entre la noción de felicidad y la presencia como de los con la luz de Cristo solamente engañoso con el Criador, propio lugar de la verdadera felicidad, sino el cielo: sabemos que la gloria celestial es y para poner de manifiesto de esta manera 359 de este mundo comparadas del mundo, se dijo: «No podemos cumplimiento á Sin embargo, de lo que en el theatro Pero al reivindicar negatividad o san Pablo: «En solo Dios descansa mi corazon, porque solo Dios es la heredad, y gozo del alma, que para siempre ha de durar»:". «Es Dios elobgeto la falsedad deslumbras", para Climent «las criaturas decirse que no son, que no que son»:". felicidad ó bienaventuranza: los eclesiásticos y mas que necios los mundanos hallar la verdadera felicidad fuera de Dios»". «penetramos aunque siga así al margen de Dios. El hombre se ha olvidado de para qué ha sido creado, se ha olvidado Los eclesiásticos del siglo XVl\l ante la mentalidad burguesa actual del Espíritu de Cristo en su Iglesia. Aunque en actitudes radicales el eclesiástico algunas posturas penetración, ministros posibilidad de transición, se opusiera al burgués, existieron que más que tender un puente, significaban en cierta medida, de algo del espíritu burgués en la perspectiva de la Iglesia. Lo más destacado en esta línea consistió la de los en admitir una de felicidad en la tierra. El modelo que se nos propone entonces no es la actualización de la salvación, sino la práctica expone Fr. Miguel de Santander: de la moral evangélica, tal y como «Sin embargo, aunque no podamos ser perfectamente felices en la tierra, podemos y debemos todos aspirar un cierto grado de felicidad compatible con las miserias que nos rodean, y que nos constituya en la clase de viadores bienaventurados, como los llama David, por la observancia de los mandamientos del Señor. Un hombre, pues, que á 57 " " 60 6 1 CODORNIU, A., Practica de la Palabra de Dios en una Quaresma entera ... , t. 11,p. 302. CLIMENT, L, Pláticas dominicales ... , Madrid, Benito Cano, MDCCXClII, t. II, p. 25. Ibid., p . 22. ARMAÑA, F., Sermones, vol. 1, t. 11,p. 330. CODORNIU, A., Practica de la Palabra de Dios en una Quaresma entera .. , t.1I, pp. 301 Y 304. Los eclesiásticos del siglo XVIII ante la mentalidad burguesa M' Jesús Femández Cordero 360 sometido á las disposiciones de Dios, y observando igualdad de espíritu las dichas y las desgracias: siempre tranquilo entre las alternativas de los gustos hombre que con un alma limpia de pecado recibiese y la riqueza, la enfermedad sus mandamientos, un hombre y la salud, las alabanzas que mantuviese y pesares mirase «( ... ) como en todo el mundo no hay quien les pueda despojar con gozo, que es la Divina Gracia, no consintiendolo su corazon sobre la tierra que nos cercan: un con un mismo semblante y los vituperios, quietud la pobreza deleytes, sería verdadera- Por otra parte, la felicidad identificada con la santidad moral permitió aceptar las virtudes humanas, un primer eslabón que produce un gozo ya verdadero. Fr. Antonio Andrés ponía como ejemplo el discurso de Séneca: solo gozo contenta, y satisface el apetito de la naturaleza y colmo de la felicidad, que se toma de la honestidad de las costumbres, de la entereza del trato, y de la practica racional, tomar como enemigo, posseen a nadie «Mostrando de la virtud»?', un rostro risueño y agradable, disolutos, mejora reciben de todos consuelo, y que por muchos a este a aquel con sagacidad se introduce los abrasados en las conversacio- mas sucios, se entraña con los jovenes compunge con un dicho gracioso, otro le santifica siglos havia de los sutilissimos con una expresion sido un engañador ardides mas a aquel le cordialx". de los mortales, debia de Felípes". y esto es así porque la gente se ha acomodado y «el mundo ha llegado a estado, que la virtud no se le puede proponer sino con algun disfraz para que la ame»?". No obstante, es posible interpretar que este tipo de planteamientos suponen ya, en sí mismos, una cierta permeabilidad al espíritu burgués: la moralización del cristianismo se acerca a un ideal humanista de la virtud, y aunque se conserva la «unión con Dios» como expresión de la felicidad, recordemos que «la Divina Gracia» a que se refiere tiene más connotaciones morales -estado de gracia, por contraposición al de pecado- que místicas; por otra parte, la estrategia para conectar con un mundo que se desliza hacia el hedonismo, aunque pretenda no ceder en nada, implica una 62 •• 69 Fr. MIGUEL DE SANTANDER,rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Doctrinas y sermones para mis ion, t. ll, pp. 9- I O. MAUZI, R., ob. cit., pp. 282-283: «Résoluement attachéAa un ordre humain aussi longtemps qu'il le peut, iI sait se ressouvenir de I'ordre sumaturel, des que le premier se trouve en péril. De cette facon, il ne perd jamais. La folie des gens du monde consiste justement a ne pas penser a Dieu, mérne dans le temps de l'épreuve, et a s'obstiner dans une vertu stoique, qui n'est d'aucun prix pour le salut. A tout prendre, le bourgeois préfére la résignation chrétienne ala résistance heroíque». " ANDRES, A., 'Quaresma, t. IlI, p. 153. La cita pertenece a las Epístolas a Lucilio. Ibid., pp. 154-155. con una mirada atenta, «El Mundo, 63 Ibid., p. 152. con los pecadores y con un santo engaño, alguna vez ser engañado Hay, pues, una espiritualización de una moral que incluso para los profanos ha tenido sentido, y el ideal de su realización tampoco estaría tan lejano de lo que podría desear un honesto burgués: '6 y disimulando de su espiritu con un cierto ayre de mundano, nes libres, se domestica 67 benefician, gozan una espirituales y es el Sobre esta base se puede comparar «quán digno de celebrar ser a el gozo, que sienten los Justos, no solo con la practica de las Virtudes Theologicas, y Morales, si mucho mas por la dulce gracia del Cie10»65.A sí, arrancando de que «la naturaleza humana ha sido criada para gozarse», se descubre que Dios, para atraemos a sí, «promete un gozo perpetuo, y ofrece de presente un deleyte sinceros'". Este último, cuya vertiente de efecto del logro moral se acentúa mucho, recibe su sello cristiano, o sobrenatural, al encontrar su raíz en «la Divina Gracia». Así, ser feliz en la tierra consiste para los justos en «mantener su comercio con el Cielo por medio de la estrecha union con Dios»; si consiguen esto, «están en el lleno de su delicia», «reciben gozo de los trabajos» y alcanzan la santa indiferencia que más arriba hemos descrito". Ibid. gozan con hartura de las obras, del reforme fervores 6S y a todos a algunos". de su por esto no tienen y assi viven una vida tranquila, un bien sin mudanza, ofenden, de temer del fundamento ellos [los Justos], Se nota aquí una cierta prolongación del senequismo cristiano del barroco", pero lo que impulsa al autor es el deseo de mostrar el rostro alegre y gozoso del cristianismo frente a la imagen de severidad y sufrimiento. Por eso, su modelo de «embiado al Mundo», san Felipe Neri, hace ver a todos «en su trato, que la virtud se puede practicar solidamente con la risa en los labios, y en el centro de los amigos, y familiares» 70, siendo así un apóstol que «cumple con las funciones de un Apostolado moderno»?'. El eclesiástico puede tender todos estos puentes para acercarse al laico burgués, pero no aceptará una mundanización consciente y de fondo: es estrategia para la evangelización. A esta idea se podrían adaptar los burgueses cristianos que, asegurados de su salvación por medio del cumplimiento religioso, mantienen un espíritu de sacrificio procedente del amor al orden y al deber que les es característico, y recurren al plano sobrenatural cuando el terreno no responde a sus expectativas". «Aquel y como viven sin la pension mente felizs". principio, a quien sin alteracion, 361 Ibid., p. 156. ABELLAN, J.L., Historia crítica del pensamiento español, t. IlI: Del Barroco a la Ilustración (Siglos 1981, pp. 209-215. Apunta como una de las razones de la importancia del neoestoicismo en la España del XVII su calidad de refugio en «la doctrina de la imperturbabilidad del ánimo», y señala también sus relaciones con el erasmismo. 70 ANDRES, A., Sermones panegíricos, t. 1, p. 194. XVII y XVIII), Madrid, Espasa-Calpe, 71 72 I -\ 13 74 Ibid,p.197. Ibid., p . 201. Ibid., pp. 199-200. Ibid., p . 199. M' Jesús Fernández Cordero 362 adaptación, la misma Iglesia sea la propuesta como indicio de secularización de de una vida laica que no recibe ya su desde la fe. El mensaje pastoral hace renuncia -aunque no explícita- valor totalizador de la fe: puesto que el modelo de vida cristiana desde hacía siglos características adecuación y aceptación propias de la vida consagrada al estado seglar, en este momento cual la vida cristiana del venía arrastrando que impedían su forma parte de la vida del laico, pero no es la vida del laico. la idea, o la mentalidad, de que la religión, o la fe, es una parte de la vida, con lo cuál, desde los mismos medios eclesiásticos acabó por asentarse la división entre fe y vida. Esto, a su vez, no hubiera podido producirse sin una reducción -tampoco las creencias y a las formas religiosas. Veámoslo Gallo, perteneciente En otros casos el tema se plantea como una cuestión de medida, prudencia moderación. «No pido que dejeis el mundo, conveniente de vida», exhortaba explicitada- de la experiencia en una exhortación Pero todas del padre Nicolás a un rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Sermón de la Encarnación del Señor: á Andrés; su propuesta estas posiciones intermedias acaban y modo consistía en y retirarse, vivir por resultar indefinidas, es un choque de valores con respecto al mundo. «Sin salir corporalmente del mundo, podemos y debemos dejarle, abominando sus costumbres, detestando sus máximas, guardándonos de sus perversos ejemplos: apartándonos como el piadoso Tobías, de las compaiiías y juntas perniciosas: retirándonos con frecuencia, como el profeta Daniel, para levantar el pensamiento Dios y á las cosas celestiales, y poner en ellas nuestro afecto: teniendo como la santa viuda Judith en nuestras propias casas un místico desierto (...) para dedicamos con fervor los ejercicios de piedad y penitencia. Esto es propiamente dejar el mundo con el corazon: esto es vivir en el mundo sin que seamos del mundo: esto es en suma ser solitarios sin habitar los horrorosos desiertosx". de fe a «Se os habrá dicho mil veces, que junteis el cuidado prudente de vuestra fortuna y de vuestra hacienda con el zelo que debeis tener porIas prácticas de la Religion: el tumulto del mundo con un poco de silencio y de retiro: el uso moderado de las delicias de la vida con la necesidad indispensable de la penitencia: las obligaciones de vuestros empleos con las promesas de vuestro Bautismo: en una palabra, se os dice que unais el hombre de mundo con el hombre Christiano; porque la virtud, Cathólicos, es de todos los estados; y no os quiero yo persuadir á que lo que sois lo dexeis de ser, sino es que santifiqueis lo que sois. No pretendo, ni lo imagino, que dexeis ese empleo quien debeis dar su tiempo, su cuidado y su aplicacion; sino es que os dividais entre el Cielo y entre él: quiero decir, que entre la abundancia de vuestras riquezas, entre la alegria de vuestras diversiones, entre el resplandor de vuestros honores y dignidades, no olvideis que sois como uno de aquellos Dioses de la tierra, de que hablaba David, para pensar alguna vez á los pies de los Altares, que al fin habeis de morir como el resto de los hombres. Todo esto, Christianos, se os dice, y se os repite muchas veces en los Púlpitos, en los Confesonarios, en las conversaciones, en los consejos; pero se os dice en vano, porque nada sabeis quando se trata de vuestra salvacion, y todo lo sabeis quando se trata de vuestro establecimiento temporal. (...) No sabeis concordar vuestro estado con vuestra salvacion: todo lo dais á la hacienda, á la honra, la ventaja; nada Dios, nada la conciencia, nada la Religion, nada la gloria»75. Fr. Antonio a confusas, cuando 10 que se produce Entonces, Armañá aconseja: a cierto sino que os reduzcais «retiros sin dejar el mundo»: «Saber un mismo tiempo comunicarse, en las Ciudades, y en los Desiertos»?", de crisis se aceptó un modelo según el Quizás por miedo a perderlo todo, se fue introduciendo 363 cristiana. en algún grado, a los modos y maneras de vivir. Respecto a esto, quizá lo más significativo integración Los eclesiásticos del siglo XVIll ante la mentalidad burguesa á á Un sentido de la felicidad desarraigado de la vida en la tierra condujo a modelos que oscilaban entre un cierto aburguesamiento o una «separación del á á á á mundo» efectiva, aunque no fisica, y así, a la ausencia de un compromiso De ello es expresión cristiano. del «reino de Dios» por el «reino de los cielos». La condición socio-económica «Sed hombres de bien, hombres desinteresados, enemigos de toda ganancia injusta, de todo emolumento sospechoso, humildes en vuestro trato, moderados en vuestros deseos, pacientes en las adversidades, hijos obedientes, esposos amables, padres vigilantes, amos edificativos, amigos fieles, vasaIlos útiles, christianos irreprehensibles, y sereis santos» 79. á á á la sustitución Esta división asoma incluso en autores rigoristas. José Climent, en una plática para la dominica de sexagésima, predicada en 1742 y en 1744, tras criticar «el demasiado apego á las cosas terrenas», no quería que los oyentes entendiesen «ser los cuidados temporales invencible estorbo vuestra salvacion», pero sí les decía: «no En la medida en que el burgués español del siglo XVIII se ajuste a los esquemas de santidad moral propuestos por los eclesiásticos, encontrará acogida como parte á debeis sacrificaros á los negocios del mundo, de suerte que os falte libertad y tiempo para pensar err los del cielo, que son los mas importantesx". realidad, la actuación en el mundo va quedando ASÍ, sin pretenderlo en integrante de un sistema social admitido. no choca con el cristianismo: 16 GALLO, N., Sermones, t. 11,pp. 21-23. CLIMENT, J., Pláticas dominicales,At . 1, p . 295. «Le bonheur bourgeois en algo que en sí est le bonheur sans histoire du al margen de 10 que se considera vida 77 1S Puede hallar la felicidad " 79 ANDRES, A., Sermones panegíricos, t. 1, p. 14. ARMAÑA, F., Sermones, vol. 1, t. 11,pp. 308-309. Fr. MIGUEL DE SANTANDER, Doctrinas y sermones para mis ion, t. 11,p. 370. Los eclesiásticos del siglo XY1I1 ante la mentalidad burguesa M' Jesús Fernández Cordero 364 devoir facilement accomplb-". Lo que hacen los predicadores moral que en principio puede ser profana, poniéndola es cristianizar en concordancia una con el sentido ción". No es la vida burguesa en sí misma lo que el eclesiástico no puede admitir, sino la conculcación económico de la Providencia: de los principios mundo y la vida cristiana. soslayada La división en el sentido de establecer la religión seguir cumpliendo la posible crisis entre la vida en el entre fe y vida de que hemos hablado fue un vínculo de carácter ético, el cual permitió a el papel de principio director de la vida del individuo y de la sociedad: de unos [mes de ascenso las gentes se apartan cada vez más y se saltan los colectivo, Por eso Fr. Antonio solapadamente desviaciones pero además aprecia en la sociedad y que, al abrigo límites establecidos. introduce en función carta de naturaleza del comportamiento Andrés, bajo la cobertura en tópicos que denomina para descubrir de lo admitido, «máximas cómo este mal se concentra todas estas políticas del mundos": «Lo que se usa, no se escusa»: expresa el imperativo de la costumbre y de la moda, por el cual se difunden ostentación, las diversiones la emulación en las apariencias, de clases, disipación Es en el plano moral en el que se resuelve cristianos y social. Esto es lo que observa en casos concretos, que tales actitudes van adquiriendo «Estos [los verdaderos devotos] son unas personas que hacen de su obligacion su mérito para con Dios, el mayor gusto para sí mismos, y su honor para con el mundo. Hacen digo su mérito para con Dios, porque lo que Dios les pide singularmente, y sobre todas las cosas, es el cumplimiento de sus obligaciones. (...) Por este medio se conforman tambien con los decretos de su sabiduría en el gobierno del mundo: porque ¿qué es lo que hace subsistir la sociedad humana, sino el buen órden que reyna en ella? ¿Y qué es lo que establece este buen órden que reyna en ellaA y la conserva, sino el que cada uno cumpla exactamente con el empleo en que se halla, y las funciones que son propias de él segun su clase y profesion?»!'. 365 de caudales e injusticia peligrosas, con la consiguiente el lujo, la confusión social. «Quien el buen arbol se acoge, buena sombra le cubre»: justifica búsqueda de influencias y de la protección arribismo social que se convierte de los poderosos; luego en opresión de los más débiles (concreta su denuncia en la actuación de los abogados, escribanos, radores y otros empleados en la ciudad de Valencia). «Es menester ingeniarse para buscar la vida»: justificación muchos, desde los comerciantes la encubre un procu- con la que a las mujeres, «estudian medios ilicitos, «¿Eres juez, á cuyo cargo está puesto el gobierno del pueblo, la conservacion de la paz, para usurpar la hacienda agena, y meditan artes iniquas, para adelantarse, la administracion de la justicia, el amparo de la viuda, la defensa del huérfano?rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA a sus competidores, en las pretensiones». M inisterium tuum imple [Epist. D. Paul. I l , ad Timo!. c. IV. v. 5.] Trata de llenar dignamente las graves obligaciones de tu ministerio con rectitud, con entereza, con imparcialidad, con prudencia, con desinteres, y serás santo. ¿Eres comerciante, eres La movilidad social y económica es uno de los factores que más perturban la artesano, eresjornalero? M inisterium tuum imple. Aplícate al trabajo, vive contento con concepción del mundo que tiene el eclesiástico de esta época. En efecto, tal y como tujomal, no hagas mal á nadie, no engañes con pesos defectuosos, con medidas falsas, ha señalado Bernhard Groethuysen para el caso de Francia", los clérigos españoles con géneros ilegítimos, con precios exhorbitantes: compra y vende con equidad y interpretan la desigualdad en la distribución de la riqueza como un designio de Dios: justicia. ¿Eres hombre de negocios, abogado, escribano, procurador? M inisterium tuum imple. No admitas causas injustas, desengaña con caridad a los Iitigantes, no embrolles los procesos, no retardes sus despachos, no ocultes lo que se debe aclarar, no declares «Pudo hacemos ricos á todos; pero con un fin superior, digno del Padre universal de los lo que se debe omitirs". hombres, hizo á unos ricos, y á otros pobres, para que con esta desigualdad se exerciten Por eso, las polémicas a cuestiones corrupciones, entre el burgués y el eclesiástico morales. Con frecuencia abusos, influencias, dos, de quienes son protagonistas el predicador engaños, afectaron se lanza a corregir usuras, ostentación, asiduos las gentes del comercio y sobre todo a denunciar: lujo ... faltas, pecay de la administra- MAUZI, R., ob. cit., p. 274. Y añade: «Le bourgeois est spontanément vertueux. Faire ce qu'il doit ne lui coüte ríen. C'est son mode d'existence habituel, le style de vie qui lui est destiné. La vertu est pour lui de l'ordre de la nature. C'est dire qu'il est un étre simple: aucune dualité ne le divise; il est également préservé du déchirernent des passions et de la contrainte des devoirs. Chacun de ses sentiments se confond avec un lien sociallégitime, un lien familial sacré». 81 Fr. MIGUEL DE SANTANDER, Doctrinas y sermones para mision, t. n , p. 199. 82 Ibid., p. 369. 80 mas facilmente las virtudes, que son las prendas mas estimables de la naturaleza humana. El pobre debe con su pobreza ejercitar la paciencia y la humildad: el rico debe ejercitar la caridad y misericordia con su abundanciax". " PALACIO AT ARO, Y., ob. cit., pp. 94-105, recoge los episodios más sonados de las polémicas sobre la usura, indicando que ellas mismas «son un testimonio elocuente de las preocupaciones burguesas, y, a la vez, de la fidelidad de aquellos hombres a la disciplina moral de la Iglesia» (pp. 95-96). MARTINEZ ALBIACH, A., Etica socio-religiosa ... , señala el choque de valores en la ideología y en las costumbres. •• ANDRES, A., Quaresma, t. 11, pp. 249-267. es GROETHUYSEN, 8 . , ob. cit. Desarrolla este tema en la segunda parte de la obra: «Las doctrinas sociales de la iglesia católica y la burguesía». 86 ARMAÑA, F., Sermones, vol. 1, t. Il, p. 420. Los eclesiásticos del siglo XVIII ante la mentalidad burguesa M' Jesús Femández Cordero 366 De manera bastante generalizada, se entiende que la desigualdad económica es consecuencia del pecado, pero el eclesiástico original-en sentido histórico-, y con ello evita las connotaciones lo remonta socio- al pecado de un pecado actual. Antonio Andrés que la «beneficencia» era «la cadena preciosa» a para «unir los hombres en una civil sociedad»; que «lareciproca a todos a ser «beneficiosos». La justificación es clara: 367 dispuesta por Dios necessidad» obliga y aún más: el «orden» nacido de este pecado se considera querido por Dios para el estado del hombre en esta vida. Así, José Climent dice que «la primera intencion de Dios» fue que todos los bienes temporales fuesen «comunes «No penseis, que los Poderosos pueden vivir sin dependencia de los mas pobres. Corno un pobrecito no pudiera subsistir, sin los socorros de un Grande, ni este pudiera comer, sino hubiesse pobres, que trabajassen en los campos. Corno los hombres, pues, tienen entre si esta dependencia, y conexion, el que entre ellos cumple mejor las partes de beneficioso, y util, es mas amado»". á todos», pero por el pecado de Adán «perdió él y perdimos todos el dominio de los bienes terrenos que el Señor le dió». «Despues acá nada es propiedad nuestro». Así se deduce que Dios ha retirado al hombre ese dominio; sólo El puede decir «mio es el oro, mia es la plata» (Ageo, 2, 9), Y El es quien lo distribuye" De modo similar, Fr. Miguel de Santander argumenta que si el hombre hubiese mantenido su inocencia, «todos hubiéramos iguales (oo.) tambien en las riquezas y honores que se encuentran el pecado «introduxo la subordinacion y dependencia»; sido en el mundo»; pero y continúa diciendo: «Apareció Jesuchristo Dios y Hombre verdadero en la plenitud de los tiempos para reparar los desórdenes del pecado, y restituir todas las cosas al buen órden con que salieron de sus manos corno criador: y no obstante, no obligó á los Reyes á descender del trono, y ponerse al nivel de los vasallos: no precisó á los ricos á despojarse de sus bienes, y partidos igualmente con los pobres: no mandó á los que estaban constituidos en grandeza y autoridad renunciar las dignidades, para ponerse ~n igualdad con los que no las tenian. El Señor dexó los diferentes estados de los hombres en aquella subordinación en que los halló á su venida al mundo; pero con una sabiduría admirable estableció entre los christianos una excelente igualdad que subsiste en medio de la misma desigualdad y diferencia de estados y condiciones que en ellos vemos. Esta igualdad que estableció el Hijo de Dios, es la caridad divina, que hace que los ricos no poniendo su corazon en las riquezas, socorran con ellas á los pobres, á quienes miran corno hermanos; y obliga álos pobres á servir á los ricos en aquellas cosas de que tienen necesidads", Al marco providencialista nes teleológicas en que se sitúa la desigualdad, y morales que lo completan, con las interpretacio- se añade otra consideración más propia de la época: «Para mas estrechar los vinculas de la sociedad humana, ordena Dios con suavísima providencia la varia suerte de los hombres»; los humildes han de «recurrir», los elevados han de «socorrerx". por los ilustrados, El eclesiástico de la necesidad y utilidad da así cobertura a la idea, desarrollada social de la desigualdad". Decía Fr. CLIMENT, J.,rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Pláticas dominicales, t. 1, p. 274. Fr. MIGUEL DE SANTANDER, Doctrinas y sermones para mis ion, t. 1,pp. 203-204. Este argumento pertenece al exordio de la «Doctrina XVI. De las obligaciones de los amos para con los criados». Por esta «mutua dependencia» establecida por Jesucristo, (mi los amos pueden subsistir sin criados, ni los criados pasarlo bien sin amos: áestos conduce Dios á la felicidad eterna por el caminode la misericordia: á aquellos por el de la paciencia y hurnillacion». •• ARMAÑ,(A F . , Sermones, vol. 1, t. 1, p. 106. .0 MAUZI, R., ob. cit., pp. 153-157. «L'inégalité sociale, au XVllle siécle, n 'apparait plus, comme au siécle précédent, dans la-perspective d'une finalité providentielle. Mais elle releve d'une autre finalité, dans la mesure o ú elle estjugée nécessaire I'équilibre de la société et son bien-étre. Bien loin d'étre 87 88 á á Incluso se abre a una perspectiva reprehensible», condenable, muy burguesa: pues todos «naturalmente al contrario, se encuentra deseamos, incluso el «deseo interessado, en las relaciones religiosas: Magestad no se desagrada de nosotros, quando le amamos, y servimos, su gloria, sino por la recompensa, que esperamos de su manos". En este esquema social, donde los protagonistas burgués puede encontrar un puesto. Si la perspectiva no es que se nos haga bien»; no es «su no solo por son los ricos y los pobres, el religiosa se centra en el tema de la salvación personal, la condición del burgués parece especialmente apropiada para alcanzarla, al estar al abrigo de las grandes tentaciones de pecado que asaltan en los extremos de la escala social y no constituir de la justicia divina". El eclesiástico tampoco un singular objeto de actuación nunca afirma que las riquezas en sí mismas sean malas, ni, por tanto, tampoco su posesión. La mayoría de los autores las consideran buenas, como dones de Dios, o indiferentes". Sin embargo, «tal es su alhago, y tan grande atractivo, disqualifiée comme une injuste sur-vivance, I'inégalité est proclarnée facteur de progreso Le bonheur de la cornrnunauté exige la dépendance de toute une catégorie d'Individus» (p. 153). " ANDRES, A., Quaresma, t. 1,p. l 14. 92 Ibid. " MAUZI indica esta interpretación al analizar la obra de Benique Lordelot (1639-1720), un abogado autor de tratados de moral y de piedad, titulada Les devoirs de la vie domestique par un pére de famille (1706). En tomo a ello escribe: «les vicissitudes providentielles ne concement que les puissants et les humbles. Situé entre les deux, le bourgeois n'est jamais menacé. 11n'a ni a expier le scandale de la 'grandeur', ni quitter une condition heureuse en elle-mérne. Unique élément stable du plan divin, il échappe la fois au chátirnent etau miracle. 11esttrop modeste pourque sachutesoit édifiante, trop satisfait de lui pour demander it Dieu d' intervenir en sa faveur. Le bourgeois se résigne d'autant mieux aux fluctuations de la vie humaine et au bouleversement des destins, qu'il est bien assuré qu'ils ne sauraient I'atteindre. Les 'grands' et les 'misérables' sont moins des hornmes que des syrnboles. lis n'existent que pour jouer un róle dans le grand scénario du monde. Le bourgeois,lui, est un étre bien réel. Ce n'est pas pour signifier qu'il est sur terre, mais pour vivre, pour travailler, pour étre efficace, pour assurer la permanence d'un univers auquel il communique sa paisible énergie» (ob. cit., pp. 281-282). •• F. ARMAÑA decía: «estoy muy lejos de condenar las riquezas absolutamente; ántes bien las reconozco corno beneficios de Dios, concedidas para ejercitar con ellas la virtud, y conseguir mas premio en el cielo. Si fuesen en sí malas, no las hubiera dispensado el Criador con tanta liberalidad á los antiguos patriarcas, y á otros servidores suyos muy fieles: no las hubiera prometido al pueblo de Israel por premio de la exacta observancia de sus leyes: no hubiera hecho al primer hombre señor de todos los tesoros de la tierra, para mas exaltar al que habia formado á su imágen y semejanza» (Sermones, vol. 1, t. 11,p. 418). á á M' Jesús 368 Fernández ' Cordero Los eclesiásticos que con mucha facilidad se mueven los hombres con ellas á pecar»?'. La adquisición que pertenece injusta, el poner el corazón en el dinero, la codicia, la vanidad y el lujo son los pecados Padres, del rico más frecuentemente Villanueva, denunciados por los predicadores". La relación con Dios se ve afectada: «a la verdad, dice San Agustin, es muy dificultoso y los ejemplos modernos avalan este tipo de afmnaciones. de san Bernardo: a nosotros athesorais) á lo menos de ser soberbio»?', 369 burguesa al pobre todo aquello que le sobra al rico: la tradición desde san Basilio, palabras el que un rico dexe del siglo XV[[[ ante la mentalidad «Nuestro de santidad, de los Santos como Tomás de Y se recoge el clamor de los pobres con es lo que derramais, se nos quita con crueldad, (pudiera tambien lo que vosotros decir, sacrificais á la vanidad»!". El socorro de los pobres y el sostenimiento «Rara vez ó nunca, decia San Bernardo, se junta la humildad con las riquezas y con las honras, siendo entrambas como dos alas con que los que las poseen pretenden elevarse sobre el resto de los hombres, y aun apostarlas con Dios. ¿Quien es el que en medio de la abundancia de los bienes temporales se mantiene pobre de espiritu? (...). podía ser utilizado por los m undanos como una justificación mantener El mundo para pervertir el espiritu de los grandes pone el mayor cuidado en deslumbrarles con los esplendores de la vana gloria, para que no vean la grandeza de Dios,A y la pequeñez ó la nada de sí mismos. (...) preocupados (...) de la vana idea que forman de sí mismos, ni ven á Dios, ni le oyen, ni piensan en que su mano poderosa les sacó del polvo y de la nada. Y aun hubo soberbio que se atrevió á preguntar: ¿Quién es Dios, para que yo me pare á escuchar sus voces? [Exód. V. v. 2.]»98. su avaricia, y así fue también establecía que estas palabras el nexo con la incredulidad: de Climent, un sermón «de su riqueza nace la soberbia, ser menos tomado en consideración, testimonio que se resuelve en el atheísmo», pues al lograr todo por medio del dinero, impiedad, la transgresion incluso de las diferencias los autores sociales. rigoristas Cuando admiten critican inciden qualquiera que sea zeloso debe declamar los pobres las puertas las sobras de la mesa, con que debieran en una temporales nada tienen esta valoración: de malo por su naturaleza, es bueno, ni es malo el poseerlas» os Ibid. " EGUILET ventura A planteaba pecado adquirido, el tener ni tengas pegado enfermo, dice San Agustin y que son del orden, el fausto, pompa á este miserable 97 Ibid., p. 248.; de mis Pobres, no CL/MENT, CODORNIU, 100 «Es verdad ellos baxeza de aquellas cosas, para de los fieles: «Pues, Padre, que así se reprehenda? no será pecado; [August. me dirán muchos O católico! suelen y vanidad, ser causa de muchisimas ya tambien porque es por á contrario ofensas, pública ya porque con ellas solo se cuida lo que en otros es humildad. para no son daílosas, Una legítima Estuviera costumbre ha introducido practican. Fuera en que la suntuosidad sean pero para los perros ¿Ha de ser lícito que se apolillen pase á de mundanos en un ser fiereza su ambicion, públicos; dedica a hacer desnudez, inciensos, a hacer Esto seria caer nuestro de los necios, si buscasse panegíricos, t. 1, pp. 138-139). era contundente afligir á sus pretensiones justas los deleites riquezas de San Pasqual, honor, amigos; sensuales, á la fábrica ó injustas, describía del templo Santo la honra salida, los vicios. la tentación de las riquezas en estos términos: para cumplir fingen hallarla la con «Las riquezas aplicar á las paños, para con todos los deberes yno temas dar el consentimiento en el error de los mundanos, donde Al á (Sermones, vol. a hacer balsamos de las riquezas, para a Dios devotos sacrificios, a hacer riquezas, como un corazon de Dios: Abrahan para ofrecer a las á de los miserables, de todas las necesidades» pero también Los corromper sirven y casi todos del Se flor, al socorro dice ó malas. los desvalidos, sino del oro. En fin las riquezas Job al remedio en el se ven las riquezas pero no está el vicio en las riquezas, todas las cosas necessarias este empleo ARMAÑA á los inocentes, sus grandes en un Sermón consignadlas uso es el que las hace buenas al culto y honra de ganar posición, Hace YUD, telas tan ricas, aquellos negar que frecuentemente afianzando su vanidad, las destinan de los peregrinos: piedad. Proponles Pero que Señores? numero oprimir de la razon, «aquellas CALATA que con tacto de nieve, hacen no pocas vezes musica su maldad; sino al que las usa mal. ( ... ) Disponte agena, estas palabras: También traed las para adorno de mis Imagenes, uso: su diferente á sus pasiones, los ministros corazones y consuelo la vergonzosa una christiana muy mal que los reyes que sus vasallo s y criados del semblante esta costumbre; ser lícito que la gravedad en las pp. 346-351. «No podemos y que fomentan El santo rey David llagas de la pobreza cubrir señas de humildad. sumisiones, fomentar los buenos utilidad. á los argumentos deliciosa- 'A., Practica de la Palabra de Dios en una Quaresma entera ... , t. Il, p. 190. aquellas ¿Puede (Quaresma, t. 1Il, p. 63). Francisco no en la fuerza de obsequiar ! . que no deben dar todos unas mismas y seducir con ella solo se trata de y abuso de él. (lb id. , pp. 250-251). de la tierra executaran culpar darse por lícito que estén cerradas los Lazaros? a los dedos, manos, y del bien común: 1, t. u , p. 419). 10) El mismo padre ANDRES, sino su codicia, á los desnudos? sino en su desarreglado ellos mismos, á la hospitalidad fieles mios, en el rico su dinero, a las de los mas perversos, los jueces, depravado Tienes y aun tienes sed? Señal de que estás el Cielo, alimentar ¿Puede la gravedad puede de asilo? ¿Ha de ser lícito, que se coman joyas de tanta estima, las usan para satisfacer blasonan ( ... ) assí el pecado sino en su amor desordenado. ser. 5. de Verbo Dom.]. No se condena, el mas eficáz para lograr y muchas, á servirles cuerdo social al tratar de la limosna, de infierno» mi P. S. Agustin, no sea injustamente pero aquí está la dificultad, no está en tener hacienda, de medio Como y fuego e incluía el sentido en las manos que ni J., Pláticas dominicales, t. Il, p. 112. " " y los grandes ó clase contraste ó bienes viciosos él tu corazon, cuerpo» que las riquezas, Il, en salvarse, servirle Lo cierto es que las riquezas mente auditorio, para esta triste vida, y deseas mas? Estás lleno de hacienda, que antes bien puede aumentar á católico rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA (Sermones para todas las Dominicas del año, t. p. 247). esta pregunta dinero, de los ricos, y su dificultad lo bastante «Confieso, de esta doctrina anillos de tanto precio, aquellas de fuego, hacía contra el abuso. que debiera cubrir del vestido, hombre en M issionesysermones, t. 11, pp. 378-381. 102 Fr. Antonio ANDRES ponía en boca de Jesucristo al socorro EGUILETA que debieran una exposición cuestión de medida, aunque se levantan sobre todo contra la riqueza que convive con el desvalimiento del pobre'?', En este sentido, los jesuitas difundieron la doctrina de El padre del palacio en todo lo que en este punto, sino sólo reivindicar la preciosidad Ningun las que espante?» (CL/MENT, J., Pláticas dominicales, t. Il, p. 115). 101 CODORNIU, A., Practica de la Palabra de Dios en una Quaresma entera ... , t. 1, p. 349-350. las manifestaciones su «abuso», alude al sentido de independencia de la mesa, de las personas. arca los vestidos de todos los diez preceptoss". Sin embargo, externas a superior la esplendidez de la calidad de su riqueza, especialmente de Dios. Este último aspecto, que suele atañe a la vida material. No se suele profundizar y de esta la el hombre no se siente criatura y corre el riesgo de perder la fe, «perdida del acrecentamiento de este tipo de diatribas de los eclesiásticos, referidas a la ambición, el lujo y el alejamiento de Codorniú entre las que ponían para en alguna ocasión'?", denunciado En cuanto el burgués entra en la dinámica puede ser destinatario los palacios, Con más claridad del culto son los dos destinos según los predicadores'?', aunque incluso este uso correctos de la riqueza acumulada, de que se te pide. y ser comprendido en el los hijos de este siglo» (Sermones 370 M' Jesús Fernández Cordero Los eclesiásticos del siglo XVIll ante la mentalidad burguesa la tradición providencialista frente al humanismo a que tiende el burgués, cuyo primer . síntoma es la idea de que él se ha construido a sí mismo: 371 adelantar la industria, y sacar á gran parte de mi nacion del adormecimiento en que se halla» 1 0 7 • El ideal tradicional de austeridad y entrega a los pobres, junto con el ilustrado «( ... ) inventó el demonio los nombres de fortunaé industria, y los propuso como medios únicos para gozar de la felicidad y de la abundancia. Y lo peor es que lo llegó á persuadir de utilidad pública o bien común, se unen frente al sentido individualista que podría á los hombres. (...). Y aun ahora mismo entre los christianos no se oye otra cosa, sino rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA propiciar la búsqueda del propio interés. Al mismo tiempo, la dinámica de ascenso á mifortuna, á mi industria debo las honras y riquezas que poseo. socioeconómico choca, tanto por su impulso -el deseo de bienes temporales-, como ¡O engaño del demonio! ¡O ceguedad de los hombres! ¿Acaso Dios por el pecado de por sus consecuencias de orden moral-la disolución de las costumbres y e! olvido de Adan se desprendió del dominio de las criaturas? ¿No es su sabia providencia la que Dios-, con la mentalidad que se intenta difundir desde e! púlpito. Para el eclesiástico, distribuye los bienes y los males? ¿No son aquellos efectos de su liberalidad? ¿No son la imagen del cristiano es Jesucristo pobre y humilde, y sólo admite al burgués en estos castigos de su justicia?»!". cuanto su posición no le desprenda de un comportamiento modesto. Ello, además del carácter estático de su interpretación Esta mentalidad «adquirir hacienda», impide al eclesiástico línea de los preceptos divinos: es «penitencia mas sea como en penitencia, bienes temporales»!". cristiano en al declamar afirma: contra las fiestas de toros y novillos, que suelen «Apénas se encuentra quien dé un maravedí quando se trata de recoger los niños vagos, y darles educacion, y de fomentar un diestro artista, un laborioso cultivador de la tierra: apénas se halla quien dé un quarto quando se propone el establecimiento de escuelas de buenas costumbres, de leer, escribir y contar, de aplicar los niños y niñas sin destino á hilar lino, lana y cáñamo, á fabricar paños, texer lienzos y otras estofas: apénas se halla quien dé,:u n quarto para recoger las malas mugeres, para dar una ocupacion honesta á los encm;celados, para componer caminos, limpiar calles, y en una palabra, para lO. lOS 1 0 6 CLlMENT, J., Pláticas dominicales, t . 11,p. 111. EGUILETA, J.A., Sermones para todas las Dominicas del año, t . 11, p. 249. Fr. MIGUEL DE SANT ANDER., Doctrinas y sermones para mision, t . 1, p. 239. son «Vuelve (...) los ojos á tu vida pasada, y verás que quando te hallabas en un estado mediano, precisado á trabajar, y guardar economía para tener el alimento necesario, entónces parecias cuerdo, de buenas costumbres, sencillo, modesto en el porte y vestido, cortés y afable con todos, conociendo que de todos tenias necesidad;jamas te acompañabas con los que podian alterar tu porte honesto; estabas lleno de respeto á los Superiores; eras dulce y paciente con los inferiores, observante de los ayunos de la Iglesia, freqüente en recibir los Santos Sacramentos, y en asistir á los devotos exercicios; en suma, tu vida era verdaderamente christiana, pues para mí es sin duda que la virtud se halla regularmente en los pobrecitos. Pero despues que has mejorado de fortuna, como el mundo dice; despues que has enriquecido con aquella herencia, con aquel trato, con aquel empleo, ninguno te conoce, ni aun tú te conoces á tí mismo: con las riquezas entró la soberbia, por lo que mudaste luego el tono de la voz, el porte y aun el ayre del rostro: ellas te han vendado los ojos para no conocer á tus parientes, aunque sean muy cercanos, si viven en miseria, ó en algun oficio humilde: ellas-te han hecho olvidar que tu padre se mantenia con el trabajo de sus manos: ellas te han hecho perder el juicio, pues no adviertes que tu modo de vestir, el de tu mujer y tus hijos no corresponde á tu clase: ellas han corrompido tu corazon, pues has cometido algunos desórdenes que ignorarias, si no hubieras enriquecido: esta mudanza de estado te ha hecho altanero e intratable: si alguno te desagrada ó falta en algo, te montas en cólera, y prorrumpes en amenazas; piensas que todos se te deben someter: aun en la Iglesia quieres tener un sitio distinguido. (...) La pureza de costumbres, la sencillez, modestia y templanza, el temor de Dios y todas las virtudes se han desvanecido con las riquezas? La arrogancia y altaneria, el espiritu de independencia, la sensualidad y delicadeza, la impiedad y vida licenciosa, todos los vicios han acarreado el oro y la plata?»!". fiera y bárbara», se lamenta de la pérdida de horas de trabajo y de los gastos para las economías domésticas, junto con los bailes, juegos y pendencias rodear tales acontecimientos. Y el contraste es muy significativo: lo burgués y lo cristiano. de aristocratización, el sentido Así, Fr. Miguel de Santander Pero esto le lleva también a críticar, en nombre de! bien común, el dispendio en que incurren tanto las clases populares como las burguesas. En una Doctrina para vivir y morir christianamente, así como la tentación del enriquecimiento: «Basta tener alguna idea de los primeros elementos del christianismo para conocer que por el precepto de la caridad estamos obligados á ser útiles al próximo, especialmente al público, cuyos miembros somos, y cuyos intereses nos deben ser tanto mas apreciables, quanto son mas universalesAy extendídos»!". «diversion única capaz de compaginar burgués, Así se dirigía el padre Eguileta al cristiano que había entrado en la dinámica por obedecer á Dios, no por la codicia de los ilustradas. de la sociedad y de la distribu- desechados. forzosa, que impuso Dios á los hombres Sólo existe una mayor apertura cuando confluyen y las nuevas inquietudes Pero lo excesivamente de la moral, el trabajo se sitúa en la por el pecado»; salirse de esto supone entrar en el terreno de la codicia: «trabájese horabuena, clase media sin pretensiones, «tener, y mas tener». Esto sería para él un objetivo materialista. Por el contrario, y de acuerdo con el predominio providencialista ción de la riqueza, forma todo un contexto en el cual aparece como modelo el de una aceptar que el trabajo tenga como fm I ·1 107 Ibid., p. 369. '" EGUILETA, J.A., Sermones para todas las Dominicas del año, t. 11,pp. 254-255. 1 M' Jesús Femández Cordero 372 del ideal aristocrático A La pervivencia son, como podemos cristiano. observar, Pero el bienestar eclesiástica 1 0 9 dos atractivos sí es asumible la noción de una sociedad y las modas de la sociedad Armañá, en un discurso a laSociedad temporal de un pueblo conduce «¿ Quántas ruinas espirituales ¿Qué discordias, recurso?». aunque santidad moral, se les presenta, en último término, predomina en la mentalidad en pobres y ricos, y se insiste sobre Económica con las aspiraciones los de la pobreza, austeridad, Así, Francisco pretensión: de las actitudes burguesas. Y continúa: qué vilezas que la demasiada no suele ocasionar una pobreza sin «no es ménos capaz la miseria de opulencia de corromperle». Por eso «el obispo debe por su oficio precaver en quanto pueda la pobreza de su diócesi», procurar el alivio «permanente y sólido de sus feligreses» con los medios oportunos: sin disputa los felices progresos de la agricultura, del oficio pastoral que fomentar estos ramos» compromiso con los problemas cristiana por su repercusión I lO. «siéndolo industria y artes, nada es mas propio De este modo, la colaboración de este mundo se comprenden y el y se cogen en la vida en la moral y, por tanto, en la consecución Junto a las consideraciones 109 Groethuysen para Francia!". no tanto a una coincidencia cuyo seguimiento compatibles exige, al menos, con cualquier Sin embargo, entre lo peculiar burgués que los eclesiásticos forma de podían formar y exponer respecto a su visión del mundo y de la sociedad, el espiritu burgués tropezaba Pero la moderación está siempre presente. Los ministros de la Iglesia española estarían dispuestos a admitir a «un determinado tipo burgués» de mediana posición, correspondería hacia la un ejemplo que no tiene relación de la vida eterna por parte de los fieles. tal y como ha señalado o apariencia, son dificilmente un laicado al que a los que se trata de encauzar «Mirad, si es imaginable una hwnildad como ésta: un Dios hacerse hombre, el inmortal pasible, el eterno temporal, y el riquísimo y poderosísimo verse desnudo; y afrentado en una cruz. ¡O Dios eterno! ¿que nos quereis decir con una humildad tan asombrosa? (...) Aprended de mí, almas redimidas con mi sangre, dice el Señor: aprended de mí, no á criar los cielos y la tierra con la fuerza de una palabra omnipotente (...) sino á ser mansos y hwnildes de corazon. Mirad qué penitente se presenta el inculpable, el inocente, el impecable Jesus, el Santo por esencia. (...) Miradle encarcelado, abofeteado, escupido, azotado, escarnecido, coronado de espinas, con una pesadísima cruz sobre sus hombros, y últimamente crucificado y muerto en ella. (...) ¡O Dios de caridad infinita, que tanto me amais! ¿hasta quándo mi ceguedad?»!". causa la miseria? ¿ Qué vicios no aborta la mendicidad? qué maldades, de ascenso y cuyas virtudes 373 de Lugo, afirma que «la prosperidad mucho al mayor bien de las almas». La virtud peligra en los dos extremos: abatir el corazon humano, cristianos, cuanto al hecho de que una clase media va constituyendo se han de dirigir. A estos fieles cristianos, dividida positiva opulenta a los cuales no ha de ceder el modelo todo en los males de la riqueza, también en ocasiones se reconocen lo cual permite una valoración Los eclesiásticos del siglo XVIII ante la mentalidad burguesa I tal aceptación contradicción también fue un factor en contra del aburguesamiento de la mentalidad eclesiástica, pues, con todas las oscilaciones que se quiera, siempre estuvo presente. y los valores PALACIO AT ARD, V., «El atractivo nobiliario sobre la burguesía española del Antiguo Régimen»,rqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Homenaje a Johannes Vincke para el l l de mayo 1962, Madrid, 1962-1963, t. 11,pp. 641-646. Asimismo, el apartado «Estilo de vida aristocrático y mentalidad burguesa», en Los españoles de la Ilustración, ob. cit. Sobre la burguesía de Cádiz escribe José Luis COMELLAS: «El derroche, el lujo, la búsqueda de las formas más refinadas de vida, el recelo del riesgo, o del tipo de negocio que exige largos y perseverantes esfuerzos, y la falta de espíritu de ahorro, parecen ser la clave mental de esta burguesla próspera sin llegar a potentada, que gasta cuanto gana, sin problemas ni sobresaltos, y sin otras ambiciones que la de destacar y sobresalir» (<<Dinámicay mentalidad de la burguesía gaditana en el siglo XVIII», La burguesía mercantil gaditana (1650-1868). Ponencias presentadas en el XXXI Congreso Luso-Español para el progreso de las ciencias, celebrado en Cádiz. Cádiz, 1976, p. 23; El arto en pp. 13-40). 110 ARMAÑA, F., Discurso que pronunció el Ilmo. Señor D. Fr.-, Obispo de Lugo, Director de la Sociedad Economica de Amigos del Pais de la misma Ciudad y Provincia en la Junta General que se celebró en primero de M arzo del año de 1784. En Pastorales, t.1, p p , 350-351. 111 «Cuando la iglesia muestra su simpatía a la clase media, en el fondo se limita a sancionar un determinado tipo burgués. La iglesia quiere que aquí abajo reine el orden; el burgués tal como ella lo concibe, es un amigo del orden. La iglesia quiere que la vida se ajuste a principios firmes; ese burgués ama los principios firmes. Para él la vida no es una aventura, sino un todo bien ordenado. La lealtad al deber que se revela en todos los detalles de la vida, la actividad regular, la perseverancia en lo habitual, la uniformidaden el curso de la vida, son valores comunes a la burguesía y a la iglesia, y que no son frecuentes de encontrar, corno reconocen los predicadores, ni entre los poderosos de la Tierra, ni entre los pobres. Mas los representantes.de la iglesia quisieran que el probo y honrado burgués se contentase con esto, que fuese modesto y se diese por satisfecho con el papel que le señala su puesto entre los poderosos de la Tierra y los pobres. El burgués disfruta de cierto acomodo y es ello perfectamente justo; es inherente asu naturaleza. Pero no debe pedir mas. No debe aspirar a ser más de lo que es. Y sus hijos deben aprender a ser modestos». GROETHUYSEN, B., ob. cit., pp. 301-302. con esta imagen: un cristocentrismo radical pasa por el crucificado, y si bien no se llegó a una tal radicalidad, y en algunos aspectos hubo coincidencias y asimilaciones, tal \ -l 112 Fr. MIGUEL DE SANTANDER, Doctrinas y sermones para mision, t.1I, p. 380.