El arte de curar En lugares como Australia, África, Asia, Europa y en las Américas, el/la curandero(a) se respeta por ser una persona con sabiduría y conocimientos curativos y goza de una posición elevada en la comunidad. Los curanderos son personas que saben curar sin haber cursado estudios de medicina en un programa universitario tradicional. La tradición de curanderismo en las Américas es muy antigua. En los códices de los aztecas, en las pinturas al fresco de los mayas, en los dibujos de la cerámica o alfarería de los incas encontramos evidencia de la importancia que los curanderos tenían en tiempos precolombinos. La gente de aquellas épocas creía que la condición humana estaba estrechamente unida a la naturaleza y a los dioses que la representaban. Por eso, los curanderos se preocupaban tanto por el bienestar espiritual como por el físico. Su conocimiento era impresionante. Los españoles, al tener contacto con esas avanzadas civilizaciones, se dieron cuenta de su alto conocimiento científico. Descubrieron que ¡Hasta hacían cirugía del cerebro con éxito. El curanderismo continúa hoy día en el mundo hispano. El/La curandero(a) moderno(a) aún mantiene afinidad con los poderes de la naturaleza y ha heredado el conocimiento de las oraciones, los talismanes y los remedios para ciertas enfermedades. En la medicina actual se aceptan y se respetan más que antes esos conocimientos tradicionales. Los profesionales médicos han empezado a aceptar que las creencias del paciente, su estado mental y la confianza que inspira la persona que lo cura tienen mucho que ver con el éxito del tratamiento. Hay hospitales y facultades de medicina que invitan la participación de los curanderos al formular o abarcar una estrategia médica holística. Es una manera de reconocer la sabiduría de nuestros antepasados.