Analizando el “Evangelio de Juan” Por: Robidio Zeceña Introducción Al preguntarnos acerca de los evangelios, lo primero que nos viene a la mente es la vida de Jesús. Si le preguntamos a las personas para ellos que son los evangelios, no importa la religión que tenga. Siempre nos contestara que los escritos hablan del nacimiento, vida, ministerio, muerte y resurrección de Jesús. Pero ¿qué son los evangelios? Si lo queremos decir de manera resumida los evangelios son “La Vida de Jesús”. El comienzo de los evangelios escritos, coincide con la terminación de la primera generación cristiana. Los cuatro evangelios canónicos encierran importantísima información acerca de la vida y ministerio de Jesús, y pueden distinguirse en los cuatro evangelios. En este sentido, como en algunos otros, Juan ocupa un lugar aparte de los tres restantes evangelios, y es mejor considerarlo independientemente. Ya que los otros tres evangelios, están interrelacionados, hasta el punto de que se prestan muy adecuadamente para el estudio “sinóptico”. Los evangelios sinópticos Un estudio comparativo de Mateo, Marcos, y Lucas lleva a reconocer que existe un considerable cuerpo de material que es común a los tres, o a dos de ellos. Lo sustancial de 606 de los 661 versículos de Marcos (sin contar Marcos 16:9–20) reaparece en forma abreviada en Mateo; unos 380 de los 661 versículos de Marcos reaparecen en Lucas. Esto puede afirmarse de otro modo, manifestando que, de los 1.068 versículos de Mateo, alrededor de 500 contienen lo sustancial de 606 versículos de Marcos, mientras que de los 1.149 versículos de Lucas unos 380 tienen paralelos en Marcos. Sólo 31 versículos de Marcos no tienen ningún paralelo en Mateo ni en Lucas. Mateo y Lucas tienen ambos hasta 250 versículos que contienen material en común que no aparece en Marcos; a veces este material en común aparece en Mateo y en Lucas en lenguaje prácticamente idéntico, mientras en otros casos la divergencia verbal es considerable. Alrededor de 300 versículos de Mateo no tienen paralelo en ninguno de los otros evangelios; lo mismo vale para unos 520 versículos de Lucas. Si bien es cierto que los evangelios sinópticos, parecieran ser iguales, cada evangelio encierra un mensaje y presenta a Cristo de diferente manera, por ejemplo: Mateo: presenta a Jesús el Rey. Marcos: Jesús el Siervo. Lucas: Jesús, el Hijo del hombre. Juan: Jesús, el Hijo de Dios. El cuarto evangelio Juan representa una buena tradición primitiva que se conservó independientemente de las líneas de tradición de los sinópticos, no sólo en la memoria del discípulo amado, sino en una comunidad cristiana viviente. La comparación del Evangelio de Juan con los tres sinópticos, muestra importantes diferencias. Por ejemplo: Jesús es consciente de haber preexistido junto a Dios antes de venir al mundo. Su ministerio se sitúa sobre todo en Jerusalén más que en Galilea. Hay largos discursos y diálogos más que parábolas. Se presenta un número restringido de milagros. Milagros registrados solo en el evangelio de Juan: El agua transformada en vino (2:1-11). La sanidad del hijo de funcionario del rey (4:46 - 54). La sanidad del hombre del estanque (5:1 - 9). El ciego de nacimiento (9:1 - 7). La resurrección de Lázaro (Cap. 11). La segunda pesca milagrosa (21:1 - 6)