30 Horas Para Salvarme Prólogo

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30 Horas Para Salvarme
Prólogo
Luna es una pequeña de ocho años vive en el campo acompañada de su madre, su
padre falleció en un trágico accidente cuando estaba haciendo viajes de negocios
antes vivían en un pueblo pero se vieron obligadas a abandonar la casa decidieron
mudarse a una hermosa casa cerca de un gran prado. Pasaron los días la chiquita
quería conocer más cosas siguió un largo camino hasta que llegó a un gran muro al
lado estaba un farol, continuo su camino subiendo unas escaleras se detuvo cuando
se encontró un oso de peluche se veía inofensivo aquel muñequito, estaba muy
alegre porque encontró un bello peluche al regresar celebró con té y unas galletas
mamá estaba un poco preocupada nunca vio un oso de peluche tan manchado de
sangre, tuvo la idea de lavarlo para ver si quedaba limpio y valla sorpresa al lavarlo
el osito dijo: no lo hagas, ¡porque te arrepentirás!. Las dos pensaron que era un
peluche que al oprimirle un botón producía voces desde ese día la niñita gritaba
todas las noches pidiendo ayuda pero mamá no la escuchaba porque al igual que
Luna estaban asustadas escuchaban gritos, llantos, lamentaciones fue una noche
horrible, lo peor es que el peluche todas las noches cogía un cuchillo de la cocina y
caminaba por toda la casa dejando huellas de sangre cada día la casa olía peor.
La autora
Bienvenidos, sálvate si puedes
Capítulo 1
Mamá estaba muy preocupada por Luna decido comprobar si era verdad lo que
decía una noche cuando todo estaba apagado era medianoche le quitó el osito
escondiéndolo debajo de su cama pero al esconderlo se le perdió una brillante
medallita. A la mañana Luna se había desaparecido mamá pensó que se fue a
buscar en el jardín el osito decidió ir donde ella pero no estaba, volvió al cuarto se
encontró al peluche con voz escalofriante le dijo: devuélveme mi medallita y yo a
cambio te devolveré a tu hija. Muerta del susto no dijo nada solo busco la medalla
la encontró en una cajita no sabía cómo había parado esa medalla en ese lugar,
regresó como loca temblando le colocó la medalla después de unos segundos
tocaron la puerta era el agente entregándole a su hija, estaba en un río a punto de
ahogarse, un par de gemelos quería aquel muñequito ellas asustadas y librándose
del mal lo entregaron rápidamente sin ningún precio aliviadas volvieron a desayunar
como antes “tranquilas” en la mesa encontraron una nota: «Se arrepentirán de este
día, nos vemos esta noche, como siempre lo hacemos». Mamá con el miedo que
tenía mandó a su hija a un seminario de monjas para que estuviera más segura
estaba contenta la pequeña por fin iba a tener amigos con quien compartir. Desde
que llegó a ese seminario las cosas sólo empeoraron. El fondo de la pantalla del
televisor del cuarto cambió a la mirada de una joven con un cuchillo en la mano que
me observaba desde lo que parecía un cementerio, salían risas, ruidos, toda clase
de alaridos extraños; aunque el sonido estuviera apagado, era inevitable. Eran
imágenes muy reales, sus ojos muertos, su piel arrugada, salía un olor horrible todas
las noches era lo mismo. Luna trató de contarles esto a las hermanas pero ellas no
creían en absoluto. Todo mejoro por un tiempo durante uno o dos meses. Luego
todo fue como antes, las voces y los gritos volvieron, pero con toda su fuerza, a toda
potencia. Estaba muy asustada decidió escaparse por la ventana empezó a
empacar y desconecté el televisor, la luz se fue y muerta del susto busco una
linterna, cuando cruzo por la sala principal vio que algo aún emitía luz. Era la
computadora me senté en la silla, la figura empezó a podrirse y lentamente
desapareció, pero sabía que aún no había acabado. Sabía que aún quedaba algo
más… sin querer vio el reflejo de ella en la poca luz de la pantalla y atrás de ella,
vio a la mujer con un cuchillo ensangrentado. Fue algo rápido, un destello de luz.
De la nada apareció un mensaje en la pantalla: “el miedo no siempre es diversión,
ni mucho menos un juego. Pero claro, nunca me creería ¿por qué deberías
creerme? Solo quiero darte un alivio, decirte que yo seré la mujer que estará en el
fondo de tu pantalla. Como sé que todo esto es demasiado injusto para ti, trataré
que no sufras tanto; pero no te prometo nada, después de todo nunca he matado a
nadie y no sé la forma más práctica de hacerlo” suerte porque esto todavía no ha
terminado.
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