Dios en la tormenta IBV Amor en el corazón de nuestras tormentas — Jonás 1:3-4 «3 Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová. 4 Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave» – Jonás 1:3-4 Dios misionero. Orden de profetizar. Jonás se levanta y huye. Está huyendo de su forma de ver a Dios. Sus razones se interpusieron al camino de la obediencia. El profeta intentó huir de sí mismo, construyendo «un relato», porque «sabía» que de Dios era imposible huir. Dios y Jonás Dios lo iba a seguir, y lo iba alcanzar fuera donde él fuera. Jonás dejo de ser guiado por sus convicciones doctrinarias (Amitai), para ser dirigido por sus sentimientos. Su huida raya lo absurdo (descendió a Jope, sótano del barco, mar, gran pez… ¡CAÍDA LIBRE!) Frente a lo absurdo, 3 soluciones: el suicidio, la religión o la simple aceptación del absurdo. Dios no iba a permitir que Jonás continuará con «su relato». Entonces, interviene con su amor extravagante y se mete en su historia. Cuando renunciamos a nuestro llamado «Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis... entró en ella (una nave) para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová. Cuando un profeta habla de huir de la presencia de Dios, está renunciando a su vocación. No era una simple renuncia. Le decía a Dios que no estaba de acuerdo con su criterio (Nínive). Huyó porque se negó a revisar su teología. «Su idea» de Dios Pretender alejarnos de la lógica de Dios es la antesala de una tormenta que nos advertirá que nuestra lógica no solo es absurda, sino opuesta a la de Dios. Cuando nos persigue Su poder «Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar,» Hay una tormenta adosada para cada acto de desobediencia a Dios. Cada dificultad NO es resultado del pecado. Dios tiene un plan. Cuando nos vamos en sentido contrario nos perseguirá. «hizo levantar»: lanzar una lanza. El amor impetuoso y celoso de Dios en busca de su hijo. Cuando estamos alejados de Dios o lejos de su voluntad, el poderoso amor extravagante de Dios nos perseguirá y nos alcanzará en forma de una tormenta. Un detalle: un «gran» viento una «gran» ciudad Si Jonás se niega a ir a una «gran ciudad», entonces irá a una «gran tormenta». Cuando nos alcanza Su amor ««y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave.» Cuando las tormentas llegan, tenemos una promesa de parte de Dios: Romanos 8:28. Cada dificultad puede ayudar a reducir el poder del pecado y despertarnos a verdades que de otra manera nunca veríamos. «¿se partiría la nave?» Dios puede salvar a través de la debilidad, el sufrimiento y el fracaso. Si tú estabas en un momento de desobediencia (fuera de la lógica de Dios), y hoy estás en una circunstancia compleja… Dios ya lanzó su lanza de amor y te alcanzó. Los que vieron morir a Jesús no vieron más que pérdida y tragedia. Pero, en el corazón de esa oscuridad, la misericordia de Dios estaba trabajando poderosamente, produciendo perdón para nosotros. La salvación de Dios vino al mundo a través del sufrimiento. • Hay misericordia en lo profundo de nuestros fracasos por el pecado. • Hay amor en el corazón de nuestras tormentas. • Hay un amor extravagante de Dios que nos persigue y nos alcanza. Amor en el corazón de nuestras tormentas — Jonás 1:3-4