MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mt 11,29) “…Propaguen cuanto puedan la devoción al Sagrado Corazón de Jesús” (El alma de Santa Vicenta María, pg 56)… Estas palabras, recogidas con cariño y fidelidad por las que rodeaban el lecho donde, por minutos, iba extinguiéndose la vida física de Santa Vicenta María, resuenan en nuestros corazones hoy, víspera del comienzo del mes de junio, que la liturgia dedica a reavivar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Nuestra Santa recomendaba un culto especial al Sagrado Corazón durante todo el mes de junio… “Ella misma parece que compuso una práctica para fomentar entre sus discípulas la reparación al Corazón de Cristo, durante todo el mes. De cinco en cinco días se renovaba el motivo de la reparación: la impiedad y la indiferencia de los cristianos; las blasfemias; el abuso de los sacramentos; las faltas contra los votos religiosos; especialmente las faltas de observancia contra las reglas o contra la unión y caridad fraterna. Para reparar cada uno de estos pecados, sugería algunas prácticas piadosas, como por ejemplo, acerca del último punto, mirar en todas las Hermanas la imagen de Dios, evitar cualquier menoscabo en la fama de una Hermana, la afabilidad sin parcialidades, agradecer la corrección fraterna, comulgar para pedir la perfecta unión entre otras” (Ecos de una Vida, La devoción de Santa Vicenta María al Corazón de Jesús, Luis González S.J. pg 34). Su devoción al Corazón de Jesús es expresión de la centralidad de Jesucristo en su vida, y del amor entrañable que la une a su Corazón. Nos basta recordar cómo “aconsejaba a sus Hijas que, para santificar la Cuaresma, buscasen especialmente durante este tiempo «su morada» en las llagas de Cristo. Ella explicaba, brevemente, las gracias que deben obtener al permanecer escondidas en cada una de las llagas. Ahora nos interesa resaltar lo que aconseja, para el jueves de cada semana en que se han de esconder en la llaga del Costado de Cristo: «Entrarás como en un horno encendido de amor». El efecto de este contacto con el amor vivo de Jesucristo será que desaparezca como paja «todo amor propio» y «amar lo que ama Dios», lo cual se debe mostrar, especialmente, en «el amor que tengas a tus hermanas». Pero el efecto de este contacto debe ser más profundo: «Vivo ya no yo, más que Jesús viva en mí y yo viva en su amor». Así se conformarán «tu intención y tu deseo» con «los movimientos del Corazón Divino». De estos textos parece deducirse que para Vicenta María la devoción al Corazón de Jesús consistía en dejarse penetrar íntimamente de los sentimientos del Corazón de Jesucristo” (ib. pg 38). Ofrecemos, para cada día del mes, una breve reflexión, partiendo de la Palabra de Dios… sugiriendo tener presente cada día, antes de la breve oración, la petición de la Segunda Semana de Ejercicios: “conocimiento interno del Señor, que por mí se ha hecho hombre, para que más le ame y le siga”… [104] Día 1. "…y en principio estaba el Verbo" (Jn 1,1-14) Señor Jesús... Señor de todo el universo... Señor que estabas con el Padre... Tu presencia está viva en todo... "en principio" en lo no creado todavía... tu CORAZÓN latía en el del Padre por el amor hecho persona en el Espíritu... Señor Jesús estabas en el principio y eras Dios... y vivías en vida eterna... y el latir de tu vida que brotaba de tu corazón animaba la vida de la Trinidad y recibía aliento de la Vida de la Trinidad... Señor Jesús, Verbo de Dios, afianza en nosotras la experiencia de tu Vida la que es alimentada por tu corazón divino, la que Dios Padre te comunica... la que alimentaría la creación... Haz que ante este misterio que nos atrevemos a balbucear, nosotras vivamos en actitud de adoración y agradecimiento. Verbo de Dios, confiamos en el poder y amor de TU CORAZÓN DIVINO. Día 2. "Por El todo fue hecho" (Jn.1,1-14) Señor Jesús, Verbo de Dios, que dejas tu huella en todo lo creado, que derrochas tu amor en esta huella, porque Dios crea por amor y todo existe porque es fruto de amor. Tú has dejado también en nosotras tu huella, mejor aún, las sigues dejando... Ayúdanos a descubrirla... Es la huella de tu Corazón lleno de amor por el hombre, ya en el momento de la creación... Señor Jesús, somos conscientes de la infinitud de este misterio que nos sobrepasa... Pero sentimos, creemos que esto es algo así... Sentimos que en la huella que Dios deja en nosotras están tus huellas, las huellas de tu Corazón... Pero todo nos sobrepasa, nos hace sentir lejos de algo tan difícilmente comprensible para la mente humana... Señor Jesús, creemos y acogemos el misterio de tu Corazón divino que deja su rastro en la creación, en nosotras... Señor Jesús, Verbo de Dios CONFIAMOS en el amor creador que alienta tu Corazón, expresión del amor del Padre y del Espíritu. Día 3. "Y el Verbo se hizo carne y acampó entre nosotros" (Jn.1,1-14) Señor Jesús, en la plenitud de los tiempos, tu bajaste a la humanidad, te encarnaste, entraste en la carne, la que Dios creó y que llevaba tu huella... Pero tú la hiciste tuya... Tu Corazón divino empezó a latir en el mundo como corazón humano, sin perder tu divinidad... Ante este misterio insondable no cabe más que la adoración, el asombro y el agradecimiento... Tú estás entre nosotros... los latidos de tu Corazón humano se perciben en el mundo... Es increíble pero... debe ser así... Nosotras lo sentimos así... en el ruido ensordecedor de los coches, de los golpes de martillo en las construcciones del chillido de las máquinas trituradoras de cemento, TÚ, SEÑOR JESÚS, VIVES, porque donde hay un hombre estás TÚ, VERBO ENCARNADO del Padre, DIOS CON NOSOTROS... Señor Jesús, deja que en el silencio de nuestros corazones percibamos tu presencia, los latidos de un Corazón que ama hasta entregarse por nosotras... porque es TU CORAZÓN que sostiene alimenta e impulsa el amor... Corazón de Jesús ¡en Ti CONFIAMOS... para aprender a escuchar TU AMOR! Día 4. "Y los suyos no le recibieron" (Jn 1,1-14) Señor Jesús, los tuyos... los que tenían tu huella en su ser, no te recibieron... sin embargo ellos siguieron recibiendo de Ti una creación continua por amor... TU CORAZÓN, lleno de amor, el mismo amor del Padre que sigue creando con el soplo del Espíritu, sigue dando amor y los hombres no lo saben... y ¿acaso nosotras lo recibimos? Y no solo cuando te damos la espalda en el pecado sino cuando no creemos en ese amor que TU nos tienes personalmente... Señor Jesús, nosotras deseamos acoger el amor de TU CORAZÓN, acoger el amor que tu manifiestas eligiéndonos... y responder con amor al AMOR de TU CORAZÓN... Sagrado Corazón de Jesús, confiamos en Ti... Confiamos en que Tú nos hagas capaces de dejarnos amar por Ti, de recibirte en nuestra vida, de acogerte... María préstanos tu corazón para acoger el amor que Tu Hijo nos tiene... y así vivir nuestra entrega a Él con radicalidad. Día 5. "a los que le recibieron les dio el poder de ser hijos de Dios" (Jn 1,1-14) Señor Jesús, Tú has hecho hijos de Dios a quienes te recibieron... Nosotras creemos en Ti, Señor Jesús, y nos atrevemos a decir que te hemos recibido, que creemos en tu “ser Hijo de Dios”, que por tu entrega nos has hecho hijas de Dios... Pero, Señor, ¿hasta cuando nuestra fe será tan tibia o tan de cabeza para no experimentar lo que realmente significa este “ser hija de Dios en Ti?” Significa tener la misma sangre, la misma herencia, ser de "tu familia"... Esto debería llevarnos a mirarte para identificarnos contigo, para beber de las riquezas de tu corazón... Señor Jesús, Tu por tu amor has entregado tu vida por nosotras... El amor de tu Corazón se ha derramado en aquellos por los que te has entregado... Sagrado Corazón de Jesús, confiamos en Ti... Confiamos en que TU nos lleves a experimentar lo que de tuyo hay en nosotras... lo que Tu dejas en nuestra vida de tuyo al hacernos hijas de Dios... Confiamos, Corazón Santo, amable, bueno, en tu amor... confiamos que nosotras lo lleguemos a experimentar, lleguemos a experimentar sus frutos y a sentirnos INSERTAS en Ti... Día 6. Y el Verbo se hizo PAN… “Yo soy el Pan de Vida” (Jn 6,48) Señor Jesús, te hiciste carne anonadándote en el seno de la mujer más BELLA, obra maestra de Dios... te hiciste pan anonadándote en la materia... Cosa más sorprendente aún... para que nosotras no estuviéramos físicamente solas... Porque tu ser pan hace que nosotras podamos tocarte en nosotras, ser tocadas por ti... sentir latir tu Corazón de carne, el Corazón del Verbo crucificado-resucitado, en nosotras... Porque en la Eucaristía está tu misterio entero... y en ella podemos percibir tú vivir real... Corazón de Jesús en Ti confiamos... ayúdanos a entrar en este misterio, dejarnos tocar y empaparnos de él. Señor Jesús, gracias por hacerte PAN por nosotros Gracias por romper tu vida en el PAN por nosotros Gracias por habernos amado así Gracias porque nos amas con tu Corazón humano-divino Gracias porque tu Corazón late en nosotros, en el mundo…allí donde hay una sola persona, allí tu corazón late… Día 7. "En el Verbo estaba la Vida" (Jn 1,4a) Señor Jesús, en ti estaba la Vida, esta Vida que, como Verbo eterno del Padre, engendrado, no creado, de la misma sustancia del Padre, has comunicado y comunicas a cada persona, nos comunicas a nosotras... Esta vida que late en nosotras, y que nosotras no siempre percibimos, porque no entramos en lo más profundo de nosotras mismas para experimentar allí esta PRESENCIA de Vida que alimenta todo lo que hay en nosotras de Bien, Belleza y SANTIDAD, que hace florecer en nosotras lo que en nosotras hay de amor. Señor Jesús, haznos experimentar tu vida, la que haces brotar en nosotras, la que derramas en nosotras y que es gracia, es amor... Señor Jesús, esta vida sale a borbotones de tu Corazón de Verbo amado del Padre, de tu Corazón de Verbo encarnado del Padre: tu Corazón divino y humano que late desde siempre y para siempre, que llena todo... Corazón de Jesús, en ti confiamos... Confiamos para que nos des la capacidad de experimentar tu Vida en nosotras... Día 8. "Y la Vida era la luz de los hombres" (Jn 1,4b) Señor Jesús, Verbo de Dios, eres la luz, eres mi luz... "están nuestros ojos cansados de tanto ver luz sin ver y por la oscuridad del mundo vamos como un ciego que ve..." Señor, eres luz que ilumina, y nosotras nos refugiamos en la oscuridad, no porque nos dé más seguridad sino porque no resistimos el brillo de tu luz... Haznos capaces de salir de la oscuridad para ponernos bajo tu luz y ver en tus ojos nuestra realidad, la de los demás, la del mundo... para seguir el camino que la luz aclara... para sentir el calor que la luz infunde a nuestro alrededor. Señor Jesús, a veces sentimos que somos oscuridad... Aún cuando nos movemos en tu verdad, es como si fuera a tientas... Señor Jesús, Verbo de Dios, ilumínanos con la luz que trajiste al mundo, la que sale de tu Corazón... Corazón de Jesús, confiamos en ti, para dejarnos iluminar por tu luz, para convertirnos en luz... Si no somos luz, ¿cómo dar luz?... Día 9. "La luz brilla en la tiniebla y la tiniebla no la recibió" (Jn 1,5) Señor Jesús, Verbo eterno del Padre, vienes al mundo... Tu vida es luz, tu luz rompe las tinieblas... pero las tinieblas te rechazan... Es como si encontrara un frontón y rebotara... Pero Tú sigues iluminando... De tu Corazón, núcleo de tu SER, se desprende la Vida que es luz... Hay destellos de tu Vida en el mundo, en cada hombre... y los hombres, muchos, la inmensa mayoría, no saben que VIVEN por ti, que su corazón se alimenta del tuyo... literalmente así... Porque tu Corazón de Verbo encarnado del Padre late, el hombre vive... Porque tu Corazón es hogar de santidad, belleza, bondad, amor, misericordia… en cada hombre hay algo de esto, en cada rincón del mundo hay un corazón, una vida que recibe algo de TU CORAZÓN. Señor Jesús, ¿cómo hacer llegar este mensaje a los hombres? ¿Cómo hacer para que ellos descansen en ti, hogar de vida que es luz, amor, verdad...? Corazón de Jesús, en ti confiamos para CREER en esta realidad... Tu Corazón es vida y luz para nosotras... es el hogar donde nuestra vida encuentra el alimento para ser de verdad VIDA... LUZ… AMOR... BONDAD… MANSEDUMDRE... BELLEZA... Día 10. “Vosotros sois la luz del mundo” (Mt 5, 13-16) Vosotros sois la luz del mundo... luz refleja, luz cogida de la LUZ, la tuya, Jesús... Nos llamas a ser luz... a no ocultar "nuestra ciudad"... es decir, no ocultar lo que es tuyo en nosotras, no poner debajo del celemín la vela que TÚ enciendes... y ponerla más bien en el candelabro para que alumbre a todos... Nos pides que alumbremos con nuestra luz, para que nuestras buenas obras se vean... las obras "de la fe", las obras que llevan tu sello, las obras que por eso mismo dan gloria a Dios, las obras que reflejan una sincera búsqueda de Dios, único y verdadero Bien… un deseo de andar en la verdad. Tu LUZ, Señor, es la que enciende nuestra luz... así es como nuestra luz permanece siempre... Envuelve nuestra vida con tu luz... Día 11.” Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre” (Flp 2,11) Sagrado Corazón de Jesús, en ti confiamos... para dejar que el Padre contigo y el Espíritu ocupen nuestro corazón... para que nuestro corazón sea realmente lugar de tu descanso, lugar donde Tú reinas como Aquel que Dios ha constituido “SEÑOR para gloria de Dios Padre”. Nuestra verdadera grandeza consiste en sujetarnos completamente a Dios. Solamente Dios tiene derecho de soberanía sobre nuestros corazones. Ningún poder puede extender hasta allí su dominio. Únicamente Tú, Señor Dios, eres allí el Rey. Allí está tu Reino... allí estableces el trono de tu gracia. Nuestra perfección y felicidad dependen de la sujeción de nuestro corazón al imperio de Dios. Cuanto más sumisos a Él más felices... María, ayúdanos a vivir así, dejando que en nuestro corazón viva Dios... Sagrado Corazón de Jesús, en ti reinó tu Padre... tu Corazón fue el lugar del dominio de Dios... ¡Qué nosotras podamos imitarte!... Corazón de Jesús, en ti confiamos... para dejar a Dios ser soberano de nuestro corazón. Día 12. "Estos han nacido de Dios" (Jn 1,13b) Corazón de Jesús, confiamos en ti... para crecer en esta verdad que revela la identidad de nuestro ser. Hemos nacido de Dios... somos de la familia de Dios... heredamos lo que es suyo... Pero, Señor... como malgastamos esta herencia, los dones de naturaleza y gracia que Tú nos da... Señor Jesús, ¡qué grande eres!... ¡Qué grande eres Padre, Hijo y Espíritu Santo!... Y ¡qué grande es tu amor!... Danos la posibilidad y la capacidad de vivir como hijas... y danos la libertad para elegir el modo mejor de hacerlo... Señor Jesús, tu Corazón abrió sus puertas de par en par para que de allí saliera la fuente de la gracia... Ayúdanos, como lo hiciste con Tomás, a tocar esta apertura o rendija que me hace vislumbrar las riquezas de tu amor. Que nuestros ojos, hoy y siempre, estén fijos en ese lugar de gozo infinito; que nuestros labios pronuncien tus alabanzas, que nuestro corazón haga caer los asideros que nos impiden vaciarnos para llenarnos. Corazón de Jesús, en ti confiamos para dejarnos alcanzar por tu amor... Día 13. “Mirarán al que traspasaron" (Jn 19,37) María estaba al pié de la Cruz, cuando Jesús entregó su Espíritu, cuando la lanzada traspasó su costado. La lanzada no hizo sufrir a Jesús muerto, sí alcanzó a su Madre... Ella fue la primera "salpicada" por el agua y la sangre que salieron de la herida... en Ella, llena de gracia, se volcó más gracia. Es como una confirmación o ratificación de que su privilegio de inmaculada es fruto del sacrificio del Hijo... Y nosotras estamos con María... Vemos fluir de la herida del costado de Jesús agua y sangre y nos ponemos bajo la cruz para que nos llegue... hoy y aquí... para que nos llegue como nuevo bautismo... Jesús, estás muerto, pero aún así sigues llegando a nosotras, llegas desde el costado abierto... Estamos a los pies de la cruz con tu Madre... Purifícanos, lávanos, fortalécenos... que llegue a nosotras tu Espíritu... Tú quieres que nosotras entremos en tu Corazón... "Ven a mí, tú que estás cansada y agobiada y yo te aliviaré". Jesús, que nosotras sepamos responder a tu invitación... y que entendamos que tu alivio nos viene a través de la humildad y mansedumbre de TU CORAZÓN. Tú nos alivias en nuestras luchas, y el remedio que nos das es la humildad y mansedumbre de TU CORAZÓN de donde nosotras tenemos que beber... Jesús, gracias porque nos sigues hablando del amor del Padre por nosotras. Día 14. “Estaba María al pié de la Cruz” (Jn 19,25) Seguimos en contemplación al pié de la cruz... Jesús ha sido alcanzado por la lanzada... su costado se ha abierto... María nos acompaña y nos invita a entrar en ese Corazón abierto... El Corazón del Verbo de Dios sigue latiendo... el Corazón de Jesús ha dejado de latir... Es su ofrenda consumada, su vida entregada... El Corazón del Verbo sigue latiendo en la huella de la creación: la naturaleza, el hombre... el Corazón del Hijo hecho carne, duerme en el sueño de la muerte... Ante este misterio sólo podemos agradecer el AMOR que ha llevado a nuestro Dios a tal extremo... "Adhiérete a Cristo" dice Santo Tomás... Quizás es lo único que puede decirnos María... Entrad en este misterio de amor, como he hecho yo... pero acoged lo que este misterio tiene de humillación, pobreza, despojo, obediencia... Corazón de Jesús, confiamos en ti... para que podamos adherirnos a tu amor, a tu modo de amar... "Adhiérete a Cristo"... Señor Jesús, tú has consumado tu sacrificio... Tu Corazón traspasado parece rubricar el "¡todo está cumplido!" Pero por la hendidura de tu corazón vislumbramos el triunfo de la verdad, de la vida, de la luz... de todo lo que has predicado de ti mismo... Nosotras queremos ADORAR tu Corazón traspasado como lugar del AMOR que ha gritado a la verdad, a la luz, a la vida... Corazón traspasado de Jesús, te adoramos. Día 15. "Tu fe te ha salvado, vete en paz" (Lc 7,50) Corazón de Jesús, la fe en ti nos justifica... Vivimos en la fe en ti que nos amaste y te entregaste por nosotras... No somos nosotras que vivimos, sino Tú quien vive en nosotras... En nosotras, Señor Jesús, late tu Corazón, vive tu vida... y nosotras vivimos en y por la fe en ti... Es la fe que nos hace gozar de esta realidad... es la fe que construye esta realidad... Esto es un hecho que se da por la fe, aun cuando se vive en la oscuridad... Creemos, Señor, que Tú nos das vida... y nuestra fe en ti nos justifica... nos perdona... "Tu fe te ha salvado"... Nuestra fe en ti, Jesús, que has muerto y resucitado por nosotros... Corazón de Jesús, en ti confiamos... para que nuestra fe se fortalezca... sea caldeada por el amor... para que nuestra fe genere obras de fe... para que nuestro amor se manifieste más en obras que en palabras... Corazón de Jesús, en ti confiamos... para creer en tu perdón incondicional... para creer que TÚ das sentido a nuestra vida y a lo que hacemos... Día 16. "A quien te pida, dale" (Mt 5,42) Corazón de Jesús, Tú nos invitas a ir más allá de la ley. No “ojo por ojo”, sino no hacer frente a quien nos agravia... Tú nos pides lo que viviste: olvidar ofensas... dar la otra mejilla... ¡Qué duro se nos hace esto!... Si nos quitan la túnica dar la capa... Es tu Corazón manso y humilde que habla así... y Tú expresamente nos invitas a aprender de él... Señor, sentimos latir tu Corazón allí donde hay bondad, donde hay verdad, justicia... Pero Tú, el camino de la bondad, de la verdad, de la justicia, lo has hecho "descendiendo", despojándote... Tú eres amor que desciende... y nosotras, amado Señor, nos decidiremos a recorrer este camino por ti, como Tú lo recorriste por nosotras... ¡Cuándo aprenderemos, Señor, a encontrarte en nosotras, donde Tú pacientemente esperas para mostrarnos lo que haces en nosotras, lo que puedes hacer en nosotras si te dejamos!... Corazón de Jesús, en ti confiamos... para aprender a dar a quien pida, a dar la capa a quien nos quita la túnica... a dar la otra mejilla... Confiamos para ser capaces nosotras de bajar a nuestro yo interior, para buscar allí tu imagen y dejarnos configurar por ella. Día 17. "Amad a vuestros enemigos" (Mt 5, 44) Corazón de Jesús, contágianos los sentimientos de TU CORAZÓN. No podemos por nosotras mismas seguir tu invitación a amar a nuestros enemigos, a los que nos hacen algún daño... Porque nuestro yo superficial que domina en nosotras nos enrosca en nuestros resentimientos... Deseamos tocar aquel punto de nuestro ser... punto de “nulidad” donde nosotras no podemos llegar a dañarnos a nosotras mismas, porque es el punto de “filiación” donde TÚ ESTÁS... Tocar y dejarnos tocar por ti, más íntimo a nosotras que nosotras mismas... Deseamos experimentar allí la justificación que TÚ, Señor, realizas en nosotras... y tocar el amor y la entrega tuya por nosotras... gritar desde la experiencia de presencia: "Vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí"… Y dejar que brote el amor que Tú nos das para que con él nosotras podamos cumplir lo que nos pides... Corazón de Jesús, confiamos en TI... para amar a los que nos hacen daño... para rezar por los que nos persiguen y calumnian... en definitiva, para amar como TÚ AMAS y AMARTE a TI, Señor, nuestro Dios, nuestro refugio... AMARTE como el absoluto de nuestra vida. Día 18. "Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto" (Mt 5,48) Corazón de Jesús, nos pides algo que nosotras consideramos y experimentamos muy por encima de nuestras capacidades y de nuestras fuerzas. Pero si nos lo pides, si nos invitas a vivir la perfección del amor -porque ésta es la perfección que nos pides- es que Tú en nosotras puedes y quieres realizar este milagro... Sólo quieres que nosotras creamos en ti, en TU PODER... Tú realizas en nosotras el milagro de la transformación del egoísmo en amor, en entrega... Nosotras creemos esto... creemos en TU AMOR por nosotras, en la fuerza transformadora de ese amor... Ilumina nuestro camino, que es la disponibilidad a TU AMOR... Dinos, Señor, qué debemos hacer para dejar que tu AMOR fluya en nosotras sin obstáculos que lo bloqueen... Dinos qué debemos cuidar, qué debemos evitar, qué debemos cultivar... Ayúdanos a bajar a nuestro interior para encontrarte, mendigo de amor, allí donde esperas nuestra entrega. Corazón de Jesús, confiamos en ti... para vivir la perfección del amor... para asomarnos al Corazón del Padre que derrocha en nuestra vida su perdón, el más grande de los dones... para bajar a lo secreto de nuestro corazón, dónde estás con el Padre y el Espíritu. Día 19. "Y vosotros decid: Padre nuestro" (Mt 6,9) Corazón de Jesús, Verbo eterno del Padre, tu vida late en la nuestra desde toda la eternidad y en cada momento... Por eso vivimos, y vivimos en ti… y nosotras no nos hemos apercibido ni nos apercibimos -quizás- de esto… Gracias, Corazón de Jesús, porque hoy te sentimos como la Persona que, en el Padre y por el Espíritu, ha alentado y alienta nuestra vida, independientemente de lo que nosotras hagamos; la persona por quien vivimos, aunque no la veamos; Aquel que unifica nuestra vida, da sentido a nuestra existencia… Corazón de Jesús... te pedimos que podamos sentirte así, dentro de nosotras desde siempre y para siempre... Gracias porque experimentamos nuestra vida, la que Tú sólo sostienes, pese a nuestros fallos y pecados, como unidad, como lugar de tu presencia reveladora de caridad y de sentido... Corazón de Jesús, Corazón del Hijo del Dios, vivo y resucitado, que vive en nosotras, contágianos tu amor por el Padre, ayúdanos a dejarnos hacer por el Espíritu... Corazón de Jesús, que infundes vida en nosotras... que tu vida en nosotras sea luz, luz para nuestra mente, nuestro corazón, nuestro cuerpo. Que nosotras podamos ver, como TÚ LO VES, las personas, los hechos, las cosas... Corazón de Jesús, en ti confiamos, para vivir UNIDAS al Padre, para dejarnos iluminar por Él… Día 20. "Donde está tu tesoro allí está tu corazón" (Mt 6,21) Corazón de Jesús, haz que nosotras no busquemos más tesoros ni más riquezas que el amor de tu Corazón... y que experimentemos también la certeza de que "somos tesoro para ti". ¡Qué difícil nos resulta abandonar nuestra lógica humana!... esa lógica que se cierra a la acogida de lo inesperado, de lo asombroso... Sin embargo Tú, Señor, en tu palabra te cansas de decirnos, o más bien, no te cansas de decirnos que te has hecho carne por nosotras, has vivido como un hombre cualquiera por nosotras, has sufrido y muerto por nosotras, por tu resurrección vives por nosotras... y nosotras, sin creérnoslo todavía. Corazón de Jesús, confiamos en ti, y sólo en ti, para salir de esta fe fría o excesivamente racional, para creer en tu amor, para admitir que, por más absurdo que nos parezca, nosotras somos un tesoro para ti... y tesoro que Tú buscas y por el que vendes todo para comprarlo... Corazón de Jesús, confiamos en ti y sólo en ti, para poder llegar a amarte con todo nuestro corazón, para apoyar en ti y sólo en ti nuestra felicidad, para encontrar en ti nuestra paz, nuestro consuelo, nuestro gozo, para saber contagiar nuestra fe -aunque pobre- a nuestras jóvenes y a cuantos nos rodean... Día 21. "¿No valéis vosotros más que ellos?" (Mt 6,26) Corazón de Jesús, confiamos en tu providencia, en tu amor... Jesús ¡con cuánta ternura hablarías a la gente! Con tu Corazón de hombre les ofrecías la certeza del amor de Dios… Les hablabas de los lirios del campo, las aves del cielo, la hierba del campo, realidades que son parte de la obra de Dios. Sin embargo... ¡qué poco son comparados con el hombre que para el Corazón de Dios vale mucho más que todo!... Jesús, Tú hablas así a nosotras también... Nos quieres poner en sintonía con el Corazón del Padre que nos ama más que todo, que provee a nuestra vida... Y Tú, con tus palabras, te haces eco tangible del amor del Padre... Nosotras valemos más que todo, nos dices... Valemos más para el Padre y para ti, que nos amas hasta entregarte por nosotras. Corazón de Jesús, en ti confiamos… para saber y poder VIVIR el abandono total en ti, para vivir una confianza absoluta, para decirte a cada momento: sea como sea nos fiamos de TI... sabemos de quien nos fiamos... Corazón de Jesús, en ti confiamos… “para CONFIAR” como Tú pides que lo hagamos. Día 22. "El que pierda su vida por mi causa la salvará" (Lc 9,24) Corazón de Jesús, confiamos en la fuerza de tu amor que, al entregarse por nosotras, nos muestra un camino. Jesús, tu amor por el hombre te lleva a entregarte hasta dar la vida por nosotras... y Tú quieres que nosotras sigamos tu camino. Tú sabes que este camino se nos hace cuesta arriba... Es un camino que pide silencio, silencio de la mente, del corazón; que pide palabra cuando está en juego la verdad, la justicia... pero una palabra pasada por el amor... Es un camino que pide salir de sí para acoger, en el vacío del corazón, toda tu palabra, sin ningún recorte... Es un camino hecho de pequeñas muertes, que son vida si se insertan en tu muerte... Es un camino hecho de esfuerzos de liberación de apegos para vivir tu libertad... Es un camino donde, para aprender tu estilo de amor, hay que morir al yo; porque TÚ, Señor Jesús, nos enseñas que sólo viviendo con, por y para el Padre, realizas tu tarea de salvación que es amor. Corazón de Jesús, confiamos en ti… para vivir como TÚ, de entrega en entrega… para vivir a la luz de tu Palabra y ver claro cómo construir nuestra respuesta a tu amor. Corazón de Jesús, CONFIAMOS en ti...