Claudia Carolina Pérez Reyes Teología del Espíritu Santo del evangelio de Lucas DE los cuatro evangelios hemos aprendido que el de Lucas, es el que más pasajes tiene a cerca del Espíritu Santo. Posee una serie de pasajes que nos presentan a la persona del Espíritu Santo obrando de distintas formas, pero sin perder su maravillosa esencia. Lucas menciona no haber sido testigo de lo que relata en su evangelio, pero que si ha hecho una labor de investigación, recopilación y ordenamiento de los relatos con el fin de tener certeza en cuanto a lo que ha creído Teófilo, lo cual se puede desglosar de la siguiente forma: El Espíritu Santo en el periodo de gestación: En Lc. 1:15, leemos que el Espíritu Santo puede llenar a una persona aún antes de nacer, para llevar a cabo un plan específico de Dios tal como ocurrió con Juan el Bautista. Otro ejemplo es el anuncio del ángel a María con respecto al nacimiento de Jesús. Le anuncia que la sombra del Altísimo la va a cubrir y el Espíritu Santo descendería sobre ella y concebiría al Hijo de Dios a Jesús, Lc. 1:35. Ambos relatos ocurrieron en el mismo período de tiempo, por lo que leemos en Lc. 1:41, que al visitar María quien había concebido por obra del Espíritu Santo, a su prima Elizabet la cual también había concebido a un niño lleno del poder del Espíritu Santo, éste saltó en el vientre al escuchar la salutación. El Espíritu Santo llena a las personas para profetizar y recibir revelación: Lc. 1:67 relata que, al nacer Juan, su padre Zacarías fue lleno del Espíritu Santo y comenzó a profetizar. El Espíritu Santo estaba sobre Simeón, el cual había recibido revelación de no ver muerte sin haber visto al Ungido de Dios. Lc. 2:25-32. El Espíritu Santo se recibe por medio de Jesús: Lo declara Juan el Bautista en Lc. 3:16. Cuando todos lo preguntaban si él era el Cristo, Juan les comparte que vendría alguien más poderoso y los bautizaría con el Espíritu Santo y fuego. El Espíritu Santo conforma la Trinidad: Después del bautismo de Jesús, el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal como una paloma, inmediatamente se escuchó una voz del cielo diciendo “Tú eres mi Hijo amado, en ti tengo complacencia”, Lc. 3:21-22. El Espíritu Santo fundamental para el desarrollo del ministerio de Jesús: Regresó Jesús del Jordán lleno del poder del Espíritu Santo según leemos en Lc. 4:1, siendo conducido al desierto y tentado por el diablo, sale victorioso. Jesús vuelve a Galilea lleno del Espíritu Santo Lc. 4:14. Llegó Jesús a Nazaret, donde se había criado. Estando en la sinagoga empezó a leer el pasaje mesiánico de Isaías, atribuyéndose que el Espíritu del Señor estaba sobre él y que era profeta y el Mesías, lo anterior lo encontramos en Lc. 4:18,21. El Espíritu Santo brinda regocijo: Jesús se regocijo en el Espíritu Santo Lc. 10:21, era debido a la victoria de sus seguidores sobre el diablo. El Espíritu Santo es para todo aquel que lo pida: Jesús enseñó a sus discípulos a cerca de la oración y explicó que si el ser humano siendo malo sabe proporcionar el bien a sus hijos, con mayor razón Dios dará el Espíritu Santo a quién se lo pida Lc. 11:13. Blasfemar en contra del Espíritu Santo no tiene perdón: Debido a la resistencia que esto conlleva, se excluye al Espíritu Santo para que redarguya de pecado, lo que deja fuera de perdón Lc. 12:10. El Espíritu Santo brinda palabras apropiadas Si se es apresado o confrontado por la causa de Cristo, el Espíritu Santo enseña las palabras necesarias en defensa propia, Lc. 12:12. En el evangelio de Lucas se puede observar el papel fundamental del Espíritu Santo en el ministerio de Jesús, así como la enseñanza que heredó hasta nuestros días acerca de la doctrina de este. Se puede leer en los diferentes pasajes citados anteriormente, la importancia del rol del Espíritu Santo y como abarca las diferentes etapas del ser humano.