Obispos en caso de niña "sana": Eugenesia no cura ni es avance sanitario MADRID, 28 Jul. 06 / 04:02 pm (ACI).- Los obispos españoles salieron al frente de la desinformación de algunos medios periodísticos que presentaron un caso de eugenesia como "victoria de la ciencia", y recordaron que seleccionar embriones para evitar el nacimiento de niños sin problemas genéticos atenta contra el derecho a la vida. El caso en cuestión ocurrió en Sevilla, donde esta semana nació una niña identificada solo como Carmen. Sus padres tienen un perfil genético que hace altamente probable que sus hijos desarrollen una degeneración muscular progresiva conocida como "enfermedad de Duchenne", que supone la muerte del paciente antes de alcanzar los 25 años de edad. La menor nació libre de esta enfermedad genética hereditaria, debido a que sus padres se sometieron a un tratamiento de reproducción artificial con Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP). El DGP consiste en examinar los embriones fecundados in vitro para comprobar si todos son portadores del factor genético que puede dar lugar al desarrollo de la enfermedad heredada o si hay alguno sano. Si todos están enfermos, todos son destruidos o congelados. Si hay alguno sano, ése será elegido para vivir, transfiriéndolo al útero materno para su gestación. El Episcopado Español emitió una nota en la que tras aclarar que los obispos "no pretenden, en modo alguno, juzgar la conciencia de las personas implicadas en este caso", explican que con el DGP "no se cura a nadie, lo que se hace es seleccionar a los enfermos para la muerte y a algún sano para que viva. La ética reserva para esta práctica el nombre de eugenesia. Eliminar embriones (enfermos o sanos) es atentar muy gravemente contra el derecho fundamental a la vida de seres humanos en las primeras fases de su desarrollo vital". La CEE explicó que la menor "no ha sido curada de nada, ni librada de ninguna enfermedad. Ella ha estado sana desde el principio y por eso ha sido seleccionada para vivir. En cambio, algunos de sus hermanos, en su fase de embriones, han sido destruidos o congelados para un destino incierto". Después de resaltar la exigibilidad de una información veraz, completa y "no mediatizada por elementos sentimentales", más aún cuando se trata del derecho a la vida, el Episcopado indica que "el hecho feliz del nacimiento de un bebé sano no basta para presentar como progreso unas prácticas que no tienen en cuenta el derecho a la vida de sus hermanos generados in vitro".