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Revista de la Facultad de Ingeniería de la U.C.V., Vol. 18, N° 3, pp.5-14, 2003
PARADIGMA CIENTÍFICO Y LENGUAJE ESPECIALIZADO
G. I. MOGOLLÓN M.
Universidad Central de Venezuela. Facultad de Ingeniería. Escuela Básica. Departamento de Enseñanzas Generales.
mogollog@camelot.rect.ucv.ve
Recibido: Noviembre de 2002
Recibido en forma final revisado: Agosto de 2003
RESUMEN
El estudiante de ingeniería se enfrenta a situaciones comunicativas muy particulares, dada su especificidad
profesional y laboral. Su discurso natural es el científico y el técnico. Por tanto, desarrollar habilidades específicas
para procesar información, tanto para el consumo como para la generación, implica una acción docente orientada
hacia el perfil del profesional que se está formando. Para ese desarrollo es fundamental crear un marco conceptual de
referencia que resulte útil en el estudio, producción, manipulación y entrenamiento en los diversos tipos de textos
científicos y técnicos. Primero, se definen las nociones de racionalidad, objetividad, y rigor metodológico y formal
propias del paradigma tradicional de la ciencia. En relación a estas nociones, se describen, tanto en el nivel
lingüístico-formal como en el semántico y el retórico, los rasgos básicos de lo que se ha llamado lenguaje
especializado de la ciencia. Tres artículos de investigación publicados en números recientes de la Revista de la
Facultad de Ingeniería muestran cómo se presentan estos rasgos en prácticas discursivas típicas de la comunidad.
Para finalizar se plantea una interrogante que puede ser respondida en un posterior estudio: dado el actual y
pertinente cuestionamiento del paradigma científico ¿se podría también cuestionar conceptos y descripciones tan
extendidas en torno al lenguaje especializado?
Palabras claves: paradigma científico, texto especializado, lenguaje especializado, discurso científico
SCIENTIFIC PARADIGM AND SPECIALIZED LANGUAGE
ABSTRACT
Engineering students face very peculiar communicative situations, given their professional and working specificity.
Their natural discourse is the scientific and technical. Therefore, the development of specific skills to process
information both for its consumption and its generation requires teaching oriented towards the profile of the future
professional. For this development, it is fundamental to create a conceptual framework of reference that could be
useful for the study, production, manipulation and training in the different types of scientific and technical texts.
First, the notions of rationality, objectivity and methodological and formal rigor of the traditional science paradigm
are defined. In relation to these notions, the basic traits of the so-called specialized science language are described
both at linguistic-formal and semantic and rhetorical levels. Three research articles published in recent issues of the
Revista de la Facultad de Ingeniería show how these traits occur in typical discourse practices of the community.
Finally, issues are raised that may be answered through further research: given the current and pertinent questioning
of the scientific paradigm, could concepts and descriptions so generally accepted concerning specialized language
also be questioned?
Key words: scientific paradigm, specialized text, specialized language, scientific discourse
INTRODUCCIÓN
El profesional de la ingeniería se enfrenta a prácticas
comunicativas muy específicas e ineludibles. Esas
prácticas ocurren en lugares también muy específicos
que, indudablemente, están vinculados al ámbito de la
ciencia y la tecnología: universidades, institutos o
centros de investigación, congresos, campos de
aplicación. Además, responden a diversas funciones,
situaciones, tipos de información y géneros discursivos.
Ello, a su vez, genera diversos tipos de textos científicos
y tecnológicos, tanto orales como escritos. En referencia
a éstos, hablamos del lenguaje especializado de la
ciencia y la tecnología1.
1
Se suele confundir la comunicación técnica y la
comunicación científica. Ciertamente, es difícil trazar la
frontera entre ambas, puesto que hay muchas
interferencias y similitudes. Pareciera que lo técnico se
refiere más al consumo, mientras que lo científico a la
generación de saberes. Se puede revisar, por ejemplo el
libro de Philip Rubens: Science and Technical Writing
(1992).
5
Las nociones de texto científico y lenguaje especializado
remiten directamente a un tipo de saber que se produce
de acuerdo con los procedimientos de la ciencia. La
manera como, por un lado, concebimos la ciencia y su
relación con la realidad, y por otro lado, describimos su
proceder y la acción de quienes se entregan a ella,
determinan lo que entendemos por texto científico y
lenguaje especializado. Así, de acuerdo con un
paradigma científico específico, tenemos un lenguaje
científico también específico.
La intención de este trabajo es ofrecer, tanto a
profesores como a estudiantes de la Facultad de
Ingeniería, un marco conceptual y descriptivo en torno
al lenguaje especializado, de acuerdo con los parámetros
de la ciencia. Éste servirá de referencia para el estudio,
producción, manipulación y entrenamiento en los
diversos tipos de texto científico. Pero, dado el
cuestionamiento del paradigma científico tradicional y el
surgimiento de un nuevo paradigma, también se
pretende plantear interrogantes sobre la validez de las
descripciones canónicas del lenguaje especializado.
(Martínez Miguélez, 2000)
PARADIGMA CIENTÍFICO
Se entiende por paradigma el modelo a seguir, el marco
de referencia a partir del cual un grupo social realiza
acciones para que sean aceptadas como adecuadas, el
patrón de actividades del cual los sujetos se apropian
para dirigir sus actos. Un paradigma científico implica
una concepción de realidad y de verdad que da como
resultado la creación de conceptos, métodos y técnicas
de trabajo e investigación compartidos por las personas
que se dedican a la ciencia. De acuerdo al paradigma
científico se determina qué metodología de trabajo, qué
objeto de estudio, qué tipo de resultado, qué tipo de
texto y qué forma de lenguaje pueden ser considerados
científicos.
Pero, indudablemente, se puede hablar, como en todas
las esferas del quehacer social, de paradigma científico
dominante; esto es, el aceptado por la comunidad
científica. Nos interesan algunos rasgos de ese
paradigma científico dominante para describir
posteriormente los rasgos del lenguaje científico
canónico. Martínez Miguélez (2000) se refiere al
“modelo especular” del conocimiento, y afirma que es el
que ha sido adoptado por los autores de orientación
positivista. En los tres últimos siglos éstos han
pretendido lograr plena objetividad, absoluta certeza y
una verdad incuestionable (p. 19).
a) Concepción de realidad. La realidad existe fuera del
sujeto que la estudia y, por tanto, es separada, externa,
objetiva. En esa medida, la realidad es cognoscible y se
6
convierte en objeto de estudio en tanto que comprobable
y verificable.
b) La verdad y la objetividad. Si la realidad es un
objeto externo al sujeto que la estudia, éste puede
alcanzar la verdad en la medida que elabora
descripciones y explicaciones objetivas, fieles y literales
de esa realidad. Para ello, no hay más que ser objetivo;
es decir, no permitir que la subjetividad intervenga en el
estudio, interpretación ni elaboración de hipótesis o
leyes. La objetividad es pues la búsqueda de la verdad
separada del sujeto, quien se convierte en un ser pasivo.
c) La racionalidad y el método. La racionalidad es el
fundamento del método científico. La búsqueda de la
verdad objetiva supone que el sujeto investigador actúe
de acuerdo a un plan establecido racional y lógicamente.
Se plantea un problema, se formulan diversas hipótesis,
se verifican de acuerdo a la experimentación,
recolección, cuantificación y, análisis de datos, para
llegar a conclusiones y establecer reglas generales. Así,
la ciencia elabora una reconstrucción formal, racional y
objetiva de la realidad.
Una clara y amplia descripción de los rasgos y
fundamentos de la ciencia, de acuerdo al paradigma
tradicional que apuntamos, puede encontrarse en el
conocido libro de Mario Bunge: La ciencia su método
y su filosofía (1981)
TEXTO CIENTÍFICO
Cuando el científico estudia la realidad, y llega a
analizarla,
a
interpretarla
y
a
elaborar
conceptualizaciones, está produciendo conocimiento
científico. El saber producido por las diversas
disciplinas científicas, se representa, se hace manifiesto
en textos, orales o escritos, que son divulgados en
diversas instancias de consumo. Los lugares prototípicos
de producción y consumo de los textos de la ciencia son
las universidades, los centros de investigación, los
congresos, los centros de aplicación tecnológica. Por
ello, es el campo lo que hace que un texto sea científico:
el conocimiento científico generado por el trabajo
científico en una esfera asociada con las prácticas
científicas.
De esto se desprende que el texto científico hace
referencia a un objeto específico de estudio, a un
conocimiento especial. El tema aparece ordenado
lógicamente, de acuerdo a conceptos, teorías e ideas; es
decir, se maneja en el plano de lo teórico. Para ello
construye un sistema conceptual propio, lo que nos lleva
a afirmar que estamos frente a un discurso especializado.
En tanto que discurso especializado, el científico es
cerrado. Los miembros de la comunidad científica
poseen una estructura de conocimientos e información
que les permite procesar con propiedad el saber
superespecializado. Además, la metodología, los
criterios, los procedimientos para lograr el
conocimiento, así como los formatos para presentarlos
en textos perfectamente estructurados, son compartidos
por esos miembros que, por otro lado, tienen un nivel de
educación científica elevado y peculiar.
Pero no sólo el tema y el tipo de conocimientos que en
él se representan hacen que un texto sea científico.
También está el asunto de la sujeción a normas formales
estrictas que lo apartan de los otros textos en general.
Además, encontramos una serie de géneros discursivos
absolutamente estereotipados, con esquemas rígidos e
institucionalizados, que excluyen cualquier rasgo no
establecido. Parecieran incuestionables los formatos
para presentaciones y ponencias en congresos, artículos
de investigación, resúmenes de artículos, trabajos
doctorales, informes de investigación, reportes de
laboratorio, proyectos, libros.
Ahora bien, aparte de diferenciar los textos científicos
de acuerdo a su adecuación al formato de determinado
género discursivo, también podemos clasificarlos de
acuerdo a la situación de enunciación. Calsamiglia
(1997) afirma que hay un texto o discurso primario, que
nosotros podríamos llamar matriz. Es el texto en que el
científico, de las distintas disciplinas, hace manifiesto el
resultado de la producción de saber. A partir de la matriz
se pueden generar textos o discursos secundarios. Éstos
responden a cambios realizados al texto primario. Así,
tenemos textos científico especializado, científico
pedagógico, científico oficial, científico de divulgación.
También podemos determinar tipos de textos científicos
de acuerdo al interlocutor para el cual se producen. El
texto puede ir de experto a experto, de experto a profano
en formación, de experto a profano, de profano en
formación a experto. La intención de cada uno de estos
tipos de textos es diversa, pero en cualquiera caso, el
texto supone un lector ideal, con el que comparte ciertos
conocimientos, con el que establece un nivel específico
de complicidad y para el cual determina el número de
presupuestos e implícitos.
Cassany (2000) también habla de la instancia de
producción del discurso científico, lo cual resulta en
diferenciaciones. Es necesario diferenciar, en primer
lugar, la ciencia como actividad privada, que produce
actas, protocolos de laboratorio, diarios de trabajo,
donde se produce material (tanto oral como escrito) para
el equipo de producción. Luego, tenemos la ciencia
como actividad pública, donde el saber alcanzado genera
una red conceptual susceptible de ser compartida por la
comunidad científica a través de artículos en revistas
especializadas o ponencias en congresos de
especialistas. Incluso, hay una tercera instancia en la que
la red conceptual se transforma para producir textos de
divulgación a ser compartidos fuera de los marcos
especializados.
Finalmente, podríamos decir que los textos científicos se
clasifican, siguiendo a María Cristina Martínez (1994),
de acuerdo a la manera como se relacionan los
elementos constituyentes de la información. La autora
habla de prototextos de estructura física, de
funcionamiento o de mecanismo, de proceso, de
procesamiento. Podríamos agregar los textos con
estructura de secuencia de datos, de tesis, de problemasolución.
LENGUAJE ESPECIALIZADO
Todos esos tipos de texto, independientemente del
criterio con el que hayan sido clasificados, tienen algo
en común que los identifica como científicos:
comunican el saber, el conocimiento alcanzado por el
trabajo científico. Observemos cómo esta “primera”
condición no está aislada, sino que habita junto a otras
características que definen al texto científico como tal.
Varios son los términos que nos encontramos al indagar
sobre los lenguajes especializados: lenguajes para
propósitos específicos, lenguajes especiales, lenguajes
con orientación a un tema; se habla incluso de
sublenguajes, aunque este último es más una
categorización que una denominación. Es aceptada la
idea de que hay un lenguaje común o lenguaje general, y
que el lenguaje especializado sería un tipo de
sublenguaje utilizado en un específico ámbito de
comunicación, la cual tiene sus fronteras bien definidas
por líneas temáticas de una especialidad específica. Son
útiles las observaciones de Lerat (1997) al hablar de
lenguas de especialidad:
La idea según la cual son meros
«subsistemas» no es menos falsa por estar
muy extendida: no puede tratarse de
«sublenguas» porque entonces serían
dialectos con una fonética y una flexión
propias, lo que no es el caso. (...). Tanto
el francés “langue spécialisée” como el
español «lengua especializada» presentan
la ventaja de reunir en esa denominación
la unicidad del idioma y los
particularismos de los universos de
conocimientos, es decir, remitir al sistema
lingüístico por lo que respecta a la
expresión y a las profesiones por lo que
respecta a los saberes.(p. 7)
7
Así pues, cuando se habla de lenguaje especializado se
hace referencia al uso de una determinada lengua,
entendida como un sistema de signos, para transmitir
información y conocimientos de una materia en especial.
En el caso de la ciencia, se utiliza y domina una lengua
para transmitir conocimientos rigurosa, racional y
objetivamente obtenidos, en una situación específica,
con una intención determinada y con unos interlocutores
ideales. Se supone que el lenguaje científico proporciona
una descripción precisa de un mundo objetivo,
respondiendo a exigencias formales y conceptuales
paradigmáticas.
PROCEDIMIENTO
En la Introducción de este trabajo se aclaró que el
objetivo del mismo es, precisamente, caracterizar el
lenguaje especializado. Para ello, enunciaremos y
describiremos las diversas características que se
atribuyen al lenguaje científico, en función de separarlo
del lenguaje general. Las características del lenguaje
especializado de la ciencia y la tecnología son casi
consideradas como conocimiento universal. No es muy
difícil observar que ellas constituyen un bloque de
información que se transmite tácitamente en el ámbito
académico. Se puede revisar el texto de P. Rubens
Science and Technical Writing (1992) para tener un
marco más amplio y sistmemático. En el presente
trabajo hablaremos de transmisión de conocimientos
especiales; modalidad escrita; uso de sistemas de
representación no verbales; expresión de racionalidad,
búsqueda de precisión, claridad y concisión; búsqueda
de neutralidad e impersonalidad, vocabulario técnico.
Para ilustrar cada una de las características, se
tomaron muestras de algunos de los siguientes tres
artículos publicados en la Revista de la Facultad de
Ingeniería2, de la Universidad Central de Venezuela:
• “Comportamiento de las mezclas de polipropileno
con diferentes poliestirenos”, de R. Sciamanna y
otros (2000).
• “Estudio de lantano manganitas sustituidas por
estroncio”, de R. Bisbal y otros (2001).
2
Se hará referencia a estos artículos de la siguiente
manera: A1: “Comportamiento de las mezclas de
polipropileno con diferentes poliestirenos”; A2:
“Estudio de lantano manganitas sustituidas por
estroncio”; A3: “Aplicación del método de Holzer-Van
den Dungen en el cálculo de deflexiones estáticas de
vigas elásticas de eje recto”. El número de página se
indicará entre paréntesis, después de la referencia y dos
puntos, por ejemplo: (A1:34). Los datos completos de
los artículos aparecen al final del trabajo.
8
•
“Aplicación del método de Holzer-Van den
Dungen en el cálculo de deflexiones estáticas de
vigas elásticas de eje recto”, de J. Cruz (2002).
CARACTERÍSTICAS
ESPECIALIZADO
DEL
LENGUAJE
a) Transmite conocimientos especiales. Como hemos
ya indicado, es extendida la idea de que lo que hace que
un texto sea científico es la temática tratada. Se
transmiten conocimientos adquiridos sobre el mundo
objetivo, se hace referencia a un objeto, a una realidad
que está fuera del sujeto que conoce. Usualmente, se
aborda un único tema, para cuyo desarrollo predomina
la función referencial (en la medida que lo relevante del
proceso comunicativo es el mensaje y no su emisor ni su
receptor) y la denotación (puesto que importa lo que la
palabra explícita y directamente dice, y no lo que el
emisor o el receptor quieran pasar por sus filtros
personales). El objeto de estudio se puede verificar. Las
deflexiones estáticas de vigas, el lantano manganitas, el
estancio, el prolipropileno, los poliestirenos son, pues,
objetos estables que el estudioso puede pacientemente
observar.
Este sentido de inamovilidad del objeto real se logra con
un
recurso
lingüístico
muy
específico:
la
nominalización, de manera que lo que es característico o
activo, y en esa medida cambiante, se convierte en
pasivo y estable y, por tanto, observable.
(...) se puede observar que ocurre
una disminución drástica del tamaño de la
partícula de la fase dispersa (...) (A1:94)
[El subrayado no aparece en el original]
Así, no se estudia la partícula que disminuye su tamaño,
sino la disminución del mismo. La acción expresable por
el verbo “disminuir” se convierte en un objeto expresado
por el sustantivo “disminución”. Al ser objeto se vuelve
estático y observable, susceptible de estudio.
Por la misma razón, hay un predominio del modo
indicativo en tanto que modo de expresión en el plano
de lo real. Podemos observar como ejemplo de esto los
resúmenes de los tres artículos donde la relación verbos
indicativos: verbos subjuntivos es la siguiente:
A1→10:1; A2→9:0: A3→6:1.
b) Es fundamentalmente escrito. En tanto que
manifestación de conocimientos especializados, las
prácticas de comunicación en la ciencia tienen su canal
natural en el discurso escrito. Éste permite la posibilidad
de transmisión que necesita la ciencia para su progreso,
además de que es el más adecuado para el registro
estrictamente formal y normado del campo. Esto podría
cuestionarse, porque se cuenta con una gran cantidad de
prácticas orales en el ámbito científico, por ejemplo, las
conferencias, las clases magistrales, los informes orales,
los discursos de reconocimiento. Sin embargo, se afirma
que estas prácticas tienen rasgos que se acercan a la
escritura y que, incluso en muchos casos, corresponden
a experiencias previas de escritura. Creo que hay por lo
menos un caso en el que no es así, y es el señalado por
Cassany (2000) cuando hablaba de las instancias de
producción del discurso científico. Podría suponerse que
en la primera instancia, por ejemplo, hay prácticas orales
de comunicación que no se rigen por las pautas del
discurso escrito. En todo caso, se ha supuesto que el
lenguaje de la ciencia es fundamentalmente escrito
porque sería el que permitiría un discurrir más riguroso,
lógico, planificado y objetivo.
c) Usa sistemas de representación no verbales.
Tanto en la práctica oral como en la escrita del discurso
científico, se insertan otros códigos además del verbal;
encontramos sistemas de representación del pensamiento
como
fórmulas químicas, ecuaciones físicas,
recreaciones virtuales, representaciones matemáticas,
símbolos.
Supongamos que en el nodo 1 el vector de
estado es:
Z1 = [y1 θ1 M1 V1] (A3:48)
Además, se presentan disposiciones iconográficas de la
información, tales como gráficos, tablas, figuras,
esquemas. Se afirma que estos sistemas no verbales
remiten a sistemas verbales; incluso, en la mayoría de
los casos, van acompañados de explicitaciones verbales.
Véase la figura Nº1. Así la viga tiene n-1
elementos
de
sección
transversal
constante y n nodos, puntos o planos que
definen el comienzo y el final de cada
elemento.
Figura Nº 1. Viga simplemente apoyada de
rigidez variable. (A3:48)
d) Es expresión de racionalidad. El conocimiento es
de fundamentación lógica. Se plantea un problema, se
formulan hipótesis, se experimenta, y se alcanza una
conclusión cercana a la Verdad. La racionalidad dirige,
pues, el método científico. De tal forma, se cuantifica, se
generaliza y se ordena y clasifican datos lógicamente.
De allí que en el discurso científico las oraciones
predominantes sean las declarativas.
En este trabajo se abordó la síntesis en
polvo y en pastillas sinterizadas de la
serie
de
perovskitas
de
La1xSrxMnO3+8.(x_o-o,3), con el objeto de
investigar la influencia de la sustitución
parcial del catión La3+ por Sr2 en las
propiedades
del
material
másico
(estructura, textura y no estequiometría de
oxígeno), y en las propiedades de
sinterización, microestructura y dureza de
pastillas sinterizadas.(A2: 63)
El método de análisis utilizado permitió
preparar a bajas temperaturas materiales
en polvo monofásicos, homogéneos de
tamaño de partícula sub-micrométrico,
con relativamente alta área superficial
específica, que pueden ser utilizados como
catalizadores másicos en reacciones de
oxidación de hidrocarburos y de
compuestos orgánicos volátiles. (A2: 66).
e) Busca precisión, concisión y claridad. Si el
discurso científico busca centrarse en la descripción del
objeto de referencia y busca el conocimiento de lo
verdadero, se hace necesario que la información se
transmita de forma precisa, sin posibilidad de errores en
los datos y con exactitud en la selección de información.
En el siguiente ejemplo observamos datos precisos en
cuanto materiales y condiciones de cantidad,
temperatura, procedencia y método de análisis.
Los materiales usados en el presente
trabajo fueron: poliestireno cristal (IF:
2.3g/10 min a 200˚C y 5 kg de carga),
poliestireno de alto impacto (IF: 8.1g/10
min a 200˚C y 5 kg de carga) ambos
suministrados por Estizulia de Venezuela,
polipropileno (IF: 1.4g/10 min a 200˚C y
5 kg de carga) suministrado por Propilven
y un copolímero tribloque del tipo SBS:
Stereon 840A (IF: 11.5g/10 min a 200˚C y
5 kg de carga) suministrado por la BASF,
el cual fue analizado por Resonancia
Magnética Nuclear (RMN).˚ (A1:90).
Es imperioso que ese conocimiento objetivo se transmita
con claridad, evitando ambigüedades e interpretaciones
erróneas. Para ello, generalmente se organiza la
información con un modelo específico y se apoya en
recursos visuales.
Con el fin de analizar las mezclas de
PS/PP y PSA/PP sin compatibilizar,
primero se mezclaron los homopolímeros
base en una extrusora de doble tornillo
9
contrarrotante (Perfil de temperatura:
150, 190, 210, 215, 210˚C), a diferentes
proporciones en peso de PS con PP y
PSAI con PP: Luego, se hicieron las
probetas de tracción e impacto por
comprensión en una prensa de moldeo
Carver (P: 5000psi) y se efectuaron los
respectivos ensayos mecánicos, según las
normas ASTM. Los ensayos de tracción se
realizaron en una máquina de ensayos
universales Instron (Velocidad de
máquina de impacto Zwick (Péndulo: 2
Joule). Por último se realizaron estudios
morfológicos
en
un
Microscopio
Electrónico de Barrido (MEB, Hitachi, S2400). Para ello, las muestras fueron
fracturadas en nitrógeno líquido y
cubiertas con platino-paladio para su
mejor observación. (A1:90)
Claramente observamos en este ejemplo cómo la
información sobre el análisis de muestras es dada de
forma progresiva, diferenciando los pasos del proceso.
Se utilizan marcadores apropiados para ello, tales como
“primero”, “luego” y “por último”; además de utilizar el
marcador de finalidad “para ello”.
Además, es necesaria la economía de palabras, la
eliminación de redundancia, la eliminación de
repeticiones, la ausencia de adjetivos vacíos para lograr
concisión. Se mantiene un sintaxis controlada, en su
orden habitual o canónico; y se evita la coordinación y
subordinación de proposiciones, la expansión de
sintagmas nominales, las construcciones insertadas. Se
prefieren las frases y los párrafos cortos.
La calcinación posterior del precursor
amorfo en un horno tubular a 650˚ por 12
horas, en flujo de oxígeno, permitió la
obtención del material en polvo con
estructura perovskita. Los contenidos de
lantano, estroncio y manganeso de los
polvos obtenidos se determinaron por la
técnica de plasma inductivamente
acoplado. El contenido de los iones
manganeso Mn(III) y Mn(IV) y, por tanto,
el contenido de oxígeno, fue determinado
por titulación redo,. Las muestras se
disuelven en una solución estándar de
sulfato ferroso en exceso y por titulación
con permanganato de potasio se
determina el exceso de Fe(II). La
titulación fue realizada dos veces para
cada muestra con una reproducibilidad en
los resultados del 2%. La caracterización
primaria de los productos de síntesis se
realizó por difracción de rayos X (DRX).
10
No observamos en el ejemplo precedente ningún
adjetivo prescindible en la información ni repeticiones
innecesarias. Se mantiene el orden sintáctico tradicional
en las oraciones: sujeto + verbo + complementos. Por
otra parte, estas oraciones son simples, sin
subordinación ni inserción de cláusulas. De las seis
oraciones, sólo la cuarta tiene relación de coordinación a
través de la conjunción “y”, la cual implica mera
yuxtaposición.
f) Busca neutralidad e impersonalidad. Si el
conocimiento científico es de fundamentación lógica, la
objetividad es inherente a la ciencia. Pretende centrarse
en la descripción del objeto de estudio; por tanto, es
necesario bloquear la presencia del sujeto que conoce.
Indudablemente, esto genera en primer lugar el
predominio de construcciones impersonales y el uso de
la voz pasiva sin agente explícito
[Los polvos de los óxidos mixtos] se
compactaron en forma de pastillas de 13
mm de diámetro y 2,4 mm de espesor,
aplicando una presión uniaxial de 268
Mpa por 90 s, en una prensa mecánica. Se
realizó [el tratamiento térmico de
sinterización] a 882˚C durante 5 horas,
en flujo de oxígeno. Se determinó [la
densidad aparente] por el método directo,
y [las superficies] fueron observadas en
detalle en un microscopio electrónico de
barrido (MEB), Hitachi S-2400. [Medidas
de la dureza del material sinterizado]
fueron determinadas por el método de
dureza Vickers, en una máquina de
ensayos de dureza, Leco M-400-H. Se
utilizó [una carga de indentación de 200
g], con un tiempo de residencia de 15 s.
Se hicieron [cinco indentaciones] a lo
largo de una línea central sobre la
superficie de cada muestra. (A2:63) (Los
corchetes y subrayados no aparecen en el
original)
Los polvos de los óxidos mixtos, el tratamiento térmico
de sinterización, la densidad aparente, la carga de
indentación de 200g, las cinco indentaciones se
compactaron, se realizó, se determinó, se utilizó, se
hicieron; mientras que las superficies y las medidas de la
dureza del material sinterizado fueron observadas y
fueron determinadas. No se indica quién realizó todas
estas acciones, el “se” impersonal borra el sujetoinvestigador, y la voz pasiva sin el complemento agente
encabezado por la preposición “por” presenta los objetos
como elementos estáticos que son modificados por un
sujeto intangible.
También es necesaria la utilización de la tercera persona,
dado que es la natural para referirse al objeto de estudio
y observación.
(...) [ la adición de PS cristal al PP]
origina una disminución del esfuerzo y la
elongación a la fluencia. (...).[el esfuerzo
a la fluencia] decrece ligeramente en la
medida que [la composición de Stereon]
aumenta, mientras que [la elongación a la
fluencia] se mantiene aproximadamente
constante en todo el rango de
concentraciones estudiadas. (A1:91). (Los
corchetes y subrayados no están en el
original).
La impersonalidad implica también, sin lugar a dudas, la
ausencia de segundas personas de singular y plural,
puesto que se supone que la información no está dirigida
a ningún sujeto en particular, sino que es conocimiento
universal y verdadero de consumo así mismo
impersonal. Es negado el uso de la primera persona del
singular; y la del plural es usada como indicador de
modestia más que de presencia del equipo de trabajo.
De estas variables conocemos el
desplazamiento y del extremo derecho
(sic) por ser el valor nulo impuesto por el
rodillo, y siempre son incógnitas las otras
variables de este extremo por la
continuidad del sistema. (A3:52).
g) El vocabulario es de carácter técnico. El
conocimiento científico se representa en discursos con
una terminología especial o específica del campo
disciplinario, que corresponde a una elaboración
conceptual extremadamente fijada y precisa. Se habla
incluso de tecnolectos en cuanto que derivación de una
lengua natural, pero para uso exclusivo de la comunidad
científica que produce y consume el conocimiento
especializado. El sentido de los términos, frases y
definiciones especializados está contextualizado en el
discurso que, como vemos en el ejemplo siguiente, es
propiedad de la comunidad:
Se han propuesto dos tipos de procesos
catalíticos de oxidación diferentes para
explicar el papel de la química de
defectos de las perovskitas sobre su
actividad:
(i) Intrafaciales, el catalizador participa
como
reactivo,
consumiéndose
parcialmente y regenerándose en un ciclo
continuo. La reacción estaría controlada
principalmente por la termodinámica de
la reducción y oxidación másica del
óxido;
(ii) Suprafaciales, en los que la superficie
del catalizador proporciona orbitales
atómicos de simetría y energía adecuados
para activar los reactivos. (A2:62) (La
disposición gráfica no es la original)
Un término denomina unívocamente –con poca, por no
decir nula, variación sinonímica- a un determinado
concepto (por ejemplo, el estireno y el butadieno son el
estireno y el butadieno), el cual queda definido a partir
de sus relaciones con otros conceptos con los que
conforma una amplia red semántica previamente
elaborada y definida (por ejemplo, el polipropileno y el
poliestireno se pueden mezclar y hay una polimezcla).
En muchos casos la morfología de la terminología
científica acude a préstamos de otras lenguas, a raíces y
desinencias grecolatinas (por ejemplo, interfacial y
suprafacial). También es frecuente la redefinición de
vocablos comunes (por ejemplo, polímero de
comportamiento frágil), el bautizo de fenómenos o
procesos con el nombre de su descubridor o inventor
(por ejemplo, método Holzer por método de matriz de
transferencia), y el uso de siglas (por ejemplo, las
normas ASTM), símbolos (por ejemplo, los contenidos
de La, Sr y Mn de las muestras), abreviaturas, fórmulas
(por ejemplo, para el equilibrio de fuerzas verticales se
cumple Vr = Vl + F).
NUEVO PARADIGMA
LENGUAJE?
CIENTÍFICO
¿Y
EL
El Nº 11 de la Revista Latinoamericana de Estudios
Avanzados anuncia su carácter monográfico con el
título “La ciencia sin método y sin filosofía”, en clara
alusión al ya mencionado libro de Mario Bunge La
ciencia: su método y su filosofía (1981), cuyo masivo
consumo es conocido por todos. La confrontación al
modo tradicional de entender la ciencia y el trabajo
científico del primer título es obvia. Ciertamente,
asistimos a una revisión del modelo científico que había
o ha dominado el quehacer de la ciencia en los últimos
siglos. A partir de los descubrimientos de la física
cuántica se propone una otra visión que implica un
nuevo paradigma para el trabajo científico.
Lo primero que se cuestiona es la noción de realidad. El
mundo ya no es un hecho externo al sujeto que lo
observa. Una maravillosa novela del mexicano Jorge
Volpi, En busca de Klingsor (1999), inicia su capítulo
“Los peligros de la observación” con los siguientes
párrafos:
Uno de los más extravagantes
problemas derivados de la aplicación de
la teoría cuántica es la nueva relación
que se establece entre el científico que
observa la realidad y la propia realidad
observada. Para la física clásica, éste
nunca había sido un conflicto: en un lado
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de la barda estaba el mundo con todos sus
misterios y, en el otro, el meticuloso físico
que trataba de desvelarlos. ¿Qué podía
salir mal? Mientras la misión de uno era
medir, calcular, predecir, remediar, la del
otro –es decir, la del universo- era
básicamente
pasiva:
permitir
las
mediciones, los cálculos, las predicciones
y los remedios. E tutti contenti.
A partir de 1925, este esquema comenzó
a desplomarse. De acuerdo con los
descubrimientos de la teoría cuántica, era
necesario formular algo en apariencia tan
poco conflictivo como la medición de la
realidad. Según la nueva física, la
relación entre el observador y lo
observado no seguía las normas de
independencia
de
la
mecánica
newtoniana. En vez de que el físico se
limitase a admirar el mundo subatómico,
se
descubrió
que
su
medición
transformaba lo medido. En otras
palabras, cuando un científico exploraba
la realidad, ésta se modificaba, de modo
que era muy distinta después de haber
sido medida. ¡Horror de horrores! El
científico había dejado de ser inocente: su
visión bastaba para alterar el orden del
universo.(p. 255)
Se desmonta, pues, la estabilidad del mundo objetivo y
con ello la supuesta objetividad del trabajo científico y
del discurso científico. ¿De qué verdad se habla, de cuál
objetividad si entendemos que el sujeto modifica la
realidad observada? Indudablemente alguien, siempre un
ser humano, plantea las hipótesis, realiza los
experimentos, elabora conclusiones. Y sucede que ese
alguien tiene perspectivas, modos de entender el mundo
y las relaciones sociales; además, representa
instituciones o instancias de tomas de decisión.
Si entendemos que la objetividad de la ciencia no es del
todo verdadera, se vuelve absurdo creer que el lenguaje
de la ciencia es, o debería ser, objetivo sólo porque eso
sea lo que suponga a la propia ciencia, ya que la
objetividad aparente de ese lenguaje es el resultado de
una discusión tomada por su uso y no la causa de éste
(Gutiérrez, 2000: p. 136).
Habíamos visto anteriormente que esa objetividad se
traduce en un lenguaje impersonal, neutro, que borra la
presencia del sujeto investigador o científico. Lejos de la
idea extendida de que el científico se expresa en un
registro neutro, objetivo, sin marcas de su presencia en
los enunciados, el protagonista de la investigación
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generalmente muestra una inscripción de sí mismo en el
texto. De hecho, el enunciador tiene identidad, es un
miembro de la comunidad científica. Tiene una imagen:
investigador profesional, miembro de un equipo,
pendiente de la aprobación política de un proyecto de
investigación. La “Aplicación del método de HolzerVan den Dungen en el cálculo de deflexiones estáticas
de vigas elásticas de eje recto” es una propuesta que
realizó un hombre con nombre y apellido, que trabaja en
el Departamento de Diseño, de la Escuela de Ingeniería
Mecánica, de una de las universidades más importantes
de un país latinoamericano; con todo lo que implica
hacer ciencia y aplicación tecnológica allí. Además,
tiene una intención: crear saber, lograr avance científico,
más otras intenciones subyacentes. Incluso en los textos
científicos se explicita la intención de las
investigaciones, lo cual dirige, sin lugar a dudas, la
orientación de los mismos.
Los óxidos mixtos con estructura
perovskita de composición (LaSr)MnO3,
tienen gran importancia tecnológica para
su uso como cátodo de las celdas de
combustible de electrolito sólido, en la
fabricación de sensores de oxígeno, en
electrocatálisis y como catalizadores para
la oxidación de hidrocarburos ligeros.
(A2:61)
(...), el estudio de las polimezclas
es de gran interés en el campo de la
investigación y en el de las aplicaciones
industriales. Además, está el factor
económico ya que pueden combinarse
polímeros de diferentes costos dando
como resultado una mezcla que podría ser
un nuevo producto más versátil, con
propiedades mecánicas, físicas y térmicas
aceptables, a un costo accesible al
usuario final. (A1:89-90) [El subrayado
no aparece en el original]
Por otra parte, no es absolutamente cierto que el sujeto
desaparece, hay un enunciador que se inscribe en el
texto, que se involucra personalmente con lo que dice a
través, por ejemplo, de marcas de atenuación epistémica.
Podría ser explicado a través de la
morfología presentada en la figura 1
(A1:91)
Se podría concluir que esta concentración
reprseentaría el valor crítico (A1:93)
La reacción estaría controlada
principalmente por la termodinámica de
la reducción (A2:62) [Los subrayados no
aparecen en el original]
El uso de los condicionales “podría” y “estaría” indica la
presencia de duda, de posibilidad, de un sujeto que cuida
cautelosamente sus aseveraciones y, por tanto, se
presenta un diálogo implícito con otro que es aprobador.
Además, la huella del sujeto de la investigación, del otro
y del diálogo es clara en la presencia de citas de autores
o equipos:
Del Giudice et al (1985)
reportaron que (...)
Bosh & Mateo (1993) detectaron
un aumento en (...)
Hlavata et al (1996) realizaron
estudios de (...)
Por lo tanto, el objetivo de esta
investigación es (...) (A1:90) [Los
subrayados no aparecen en el original]
La ciencia implica discusión; por tanto, las
estrategias retóricas son fundamentales. El
escritor científico intenta convencer a sus lectores
de lo que en su trabajo se postula. El discurso
científico no es pasivo. Es un discurso que
participa en la formación y mantenimiento de
estereotipos y modos de pensar.
Uno de los grandes retos (A2:62)
El cátodo va a estar sujeto a
significativos esfuerzos (...) (A2:62)
Esta clasificación es muy útil, ya
que (...) (A2:63)
Estos
resultados
muestran
claramente el gran potencial de los
métodos de síntesis (A2:66) [Los
subrayados no aparecen en el original]
Lo segundo que se cuestiona es la idea de que el
discurso científico cumpla una mera función referencial.
De hecho, es posible hablar de su función apelativa o
conativa. También se observa esto en la primera persona
del plural. Habíamos dicho que ésta se usa para indicar
modestia, más que aparición del esfuerzo del equipo de
trabajo. Sin embargo, observamos las siguientes frases:
Supongamos una vieja viga simplemente
apoyada formada por n-l elementos
diferentes (...) (A3:48)
Para describir completamente la situación
de cada nodo, necesitamos conocer cuatro
cantidades (...) (A3:48)
Si encontramos otro apoyo a la
derecha del anterior, (...), tenemos la
posibilidad de elaborar un nuevo DCL
(...) (A3:52) [Los subrayados no aparecen
en el original]
El carácter dialogal de esta tres frases es obvio; incluso
en la primera tenemos el verbo en modo imperativo:
“supongamos”, con lo que es evidente la presencia de un
uno que apela a otro. Esto quiere decir que el discurso
científico no sólo transmite información, no sólo cumple
una función referencial, sino que también supone la
relevancia del receptor como elemento clave del proceso
comunicativo.
CONCLUSIÓN
Cuando Swales (1990: p.112) se refiere a las bases del
conocimiento científico establecidas en 1665 en The
Philosophical Transactions of Royal Society observa
que allí Robert Boyle establece estrategias para alcanzar
la transformación del conocimiento, y esto contribuye a
crear una “retórica de la ciencia”. Es decir, si tenemos
una ciencia de por sí racional, objetiva, neutra ¿por qué
tenemos que crear una retórica de la racionalidad, la
objetividad y la neutralidad? El discurso científico
debería ser uno con el trabajo científico, o por lo menos
la consecuencia natural de éste. Pero, no sólo no es así,
sino que por más que intente responder al estereotipo no
puede lograrlo.
Por último, podríamos observar cómo Edgar Morín
(1989) cuestiona el mismo carácter experimental de la
ciencia. El método experimental extrae un cuerpo de su
entorno natural. Lo coloca en un entorno artificial que
es controlado por el experimentador, lo que le permite
someter este cuerpo a pruebas que determinen sus
reacciones bajo diversas condiciones. ¿Es esto
objetividad? ¿Cuál es la garantía de racionalidad
detrás de esta intervención?
Sería interesante hacer con el lenguaje científico lo que
apunta Martínez Miguélez (2000) para el viejo
paradigma científico en general. No es posible evaluar
el nivel de certeza de las conclusiones de una
investigación por el simple correcto uso de las reglas
metodológicas preestablecidas, sin entrar a examinar la
lógica, el significado y las implicaciones de e sas mismas
conclusiones. (p. 17)
No podemos observar como objetivo, racional y neutro
un discurso que se nos presenta como tal simplemente
porque sigue los rasgos canónicos (resumidos en el
cuarto apartado de este trabajo) del lenguaje científico.
Es necesario sondear otra dimensión, ubicarnos en otra
perspectiva, tomar rutas críticas para el recibimiento del
“saber” producido por la ciencia. Es el texto, el discurso,
el lenguaje la manifestación de ese “saber”. Observarlo
sin inocencia es la propuesta.
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