Subido por Arturo Emmanuel Vega Salinas

148Rhema Revista Español

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ÍNDICE
04
Anablépo (G308)
11
05
Apeído (G542)
06
Theoreo (G2334)
19
12
Idou (G2400)
20
Blépo (G991)
13
Historéo (G2477)
21
Phantazo (G5324)
07
Diablépo (G1227)
14
Katanoéo (G2657)
22
Recordar las
maravillas de Dios
08
Eído (G1492)
23
Bibliografía
09
10
Mateo 11:5 RV1960
Filipenses 2:23 LBLA
Mateo 15:31 LBLA
Lucas 6:42 BTX3
Mateo 28:1 LBLA
Mateo 24:23 LBLA
Gálatas 1:18 RV1960
Hechos 7:31 LBLA
15
Optomai u
Optanomai (G3700)
Emblépo (G1689)
17
Juan 1:18 LBLA
Theaomai (G2300)
18
Mateo 11:8 - 9 LBLA
Mateo 6:26 LBLA
Mateo 11:7 LBLA
Juan 3:36 LBLA
Skopeo (G4648)
Lucas 11:35 LBLA
Phaíno (G5316)
Mateo 6:5,18 LBLA
Hebreos 12:21 RV1960
Pablo Arana
Horao (G3708)
Prooráo (G4308)
Hechos 2:25 LBLA
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EDICIÓN 148 JULIO 2022
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
4
ANABLÉPO
(G308)
P OR ABRAHAM D E LA CRUZ
C
UANDO CRISTO ESTUVO en esta tierra manifestó
la unción por medio del Espíritu Santo y nuestro
Señor Jesús. El Espíritu Santo habitó entre su
pueblo, pero el Señor les dio la promesa que cuando se
fuera de la tierra lo enviaría para que ellos no estuvieran
solos ya que estaría dentro de ellos, así como estuvo con
Cristo. Esta promesa no fue solamente para ellos sino
también para aquellos que creyeran en la salvación que
viene por el sacrificio de nuestro Señor. En Juan 14:17
Cristo explica la promesa del Espíritu Santo dejando
implícito que se le puede ver, pero para ello tiene que
existir una ministración por medio del Espíritu de Dios
y que nuestros ojos sean abiertos. Espiritualmente
hablando es importante estudiar cómo es que se abren
los ojos en el contexto bíblico, entendiendo que esa
es una operación que permite avanzar para conocer al
Espíritu Santo y poder así llegar a verle en sus diferentes
funciones para percibirlo por medio de las Escrituras.
En el Diccionario Strong la palabra G308 Anablépo se
traduce mirar, mirar arriba, recuperar la vista. Esta la
encontramos en Mateo 11:3-5 cuando Juan el Bautista
envía a sus discípulos a preguntarle al Señor Jesús lo
siguiente: “…¿Eres tú el que ha de venir, o esperaremos
a otro?”. Una de las respuestas del Señor a esos
discípulos fue: “…Id y contad a Juan lo que oís y veis:
los CIEGOS RECIBEN LA VISTA …”. Estas palabras
“reciben la vista” son Anablépo y se le envían a decir
a Juan quien había visto descender al Espíritu Santo
en forma de paloma sobre Jesús, Juan se encontraba
encarcelado y en una condición espiritual en la que
había perdido la visión de quien era Jesús. Pero al
enviarle el testimonio de la manifestación de la unción
por medio del Espíritu Santo —devolviendo la vista— el
Señor quería que Juan levantara su vista y recuperara
la visión de quién era Cristo y comprender que era Él
a quien esperaban. Entonces, la manifestación de la
unción del Espíritu Santo hace que miremos hacia
arriba, sabiendo que de ahí viene nuestro socorro.
Considerando que en Cristo se manifestó la unción por
medio del Espíritu Santo es necesario ver las veces que
el Espíritu de Dios operó en Él cuando recuperó la vista
de los ciegos y dónde se utilizó esta palabra Anablépo.
Una de las ciudades en donde Jesús realizó varios
milagros fue en Betsaida. Este nombre se traduce casa de
pesca o casa de frutos (Diccionario Bíblico de Nombres
Hitchcock), pero a pesar de su nombre, esa ciudad no
dio frutos de arrepentimiento. Pero según Marcos 8:23,
el Señor en esa ciudad tomó de la mano a un ciego y
lo sacó de allí, o sea, del ambiente de incredulidad, del
lugar donde no se había aprovechado la unción que por
el Espíritu Santo estaba operando en Cristo. Después
le escupió en sus ojos y puso sus manos sobre él y le
preguntó: ¿Ves algo? El ciego levantó la vista (Anablépo)
pero su visión no estaba de acorde a esta dimensión,
entonces el Señor puso sus manos de nuevo sobre sus
ojos y le hizo mirar hacia arriba (Anablépo). Este ciego
recibió una doble ministración por el Espíritu que le hizo
ver, pero no solamente a nivel tierra, sino que se le ministró
que su mirada estuviera puesta en lo alto para que por el
Espíritu de Dios pudiera ahora ver el mundo espiritual.
Por otro lado, Dios realizó en la vida de Saulo un
sorprendente milagro de conversión mientras viajaba a
Damasco con el propósito de llevar presos a hombres
y mujeres que fueran cristianos, en donde el Señor se
le manifestó como Jesús y lo dejó ciego para mostrarle
que entrara a una ciudad donde se le diría que hacer
(ver Hechos 9:3-5). Mientras tanto, el Señor le habló a
Ananías —nombre que significa Dios se ha revelado
(Nuevo Diccionario de la Biblia Alfonso Lockward)—
para que fuera a donde estaba Saulo ya que había
visto en una visión a un hombre que ponía sus manos
sobre él para que recobrara la vista (Anablépo). Ananías
fue y puso sus manos sobre él y le dijo que el Señor
Jesús lo había enviado para que recobrara la vista y
ser lleno del Espíritu Santo, entonces cayeron de sus
ojos como escamas y recobró la visión (Anablépo). La
manifestación del Espíritu Santo a favor de un varón de
Dios que tenía revelación (Ananías) hace que la costra
en los ojos provocada por la religiosidad caiga a causa
de la unción y se abran los ojos para tener una visión
proveniente de la revelación acerca de quién es el Señor
Jesucristo y la manifestación del poder del Espíritu Santo.
Debemos avanzar en el conocimiento del Espíritu Santo
y las formas en que se manifiesta para poder verle en
sus funciones en la Biblia con el propósito de dejar que
Él sea también Señor de nuestras vidas, porque en su
infinito poder puede hacer que se recupere la visión
espiritual y hacer ver a aquel que nunca ha tenido una
vista espiritual. También con su poder puede quitar
la ceguera que proviene a causa de la religiosidad,
así como le sucedió a Saulo quien consideraba que
encarcelar a los cristianos era agradable a Dios, pero
al ser ministrado por el Espíritu Santo le fue dada una
nueva visión que hizo que su mirada fuera levantada
hacia arriba (Anablépo); una visión espiritual que no
dependería de lo que hay en la tierra, sino de lo que
proviene de arriba y esto fue el derramamiento del
Espíritu Santo (Hechos 2:2). Este es el tiempo actual
en que debemos conocer y ver las manifestaciones
y funciones que se operan por el Espíritu Santo.
CITAS BÍBLICAS
de estudio
Génesis 13:14
Mateo 11:21
Mateo 20:34
Marcos 10:51
Juan 9:11
Hechos 22:13
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
EDICIÓN 148 JULIO 2022
5
APEÍD O
(G542)
P OR RAMIRO Y A NA J ULI A SAG ASTUM E
E
STAMOS VIVIENDO EN un año proclamado de
Reivindicación y del Espíritu Santo, un tiempo
en donde la comunión con el Espíritu Santo se
ha fortalecido y la revelación de la Palabra ha ido en
aumento. Comprendemos a la luz de las Escrituras
que podemos ver al Espíritu Santo en las distintas
manifestaciones con las cuales somos ministrados, una
de las palabras que en griego significa “ver” es la descrita
en el Diccionario Strong G542 Apeído que se traduce: 1)
Ver plenamente, 2) Apartar la mirada de una cosa y mirar
a otra 3) Mirar desde algún lugar, ya sea desde la distancia
o desde cierto estado actual de las cosas 4) Percibir.
Cuando nos llenamos del Espíritu Santo vamos a poder
ver plenamente su obra en nosotros, debemos de dejar
como prioridad ver las cosas materiales y las cosas
terrenales, debemos dirigir nuestra mirada a las cosas
espirituales para que el Espíritu Santo vaya abriendo
nuestros ojos. Vemos en la Biblia que cuando llegaron
los ángeles a sacar a Lot y a su familia de Sodoma, —que
iba a ser destruida—, la indicación principal fue “no mires
atrás”, es decir aparta tu mirada de Sodoma, “Y aconteció
que cuando los habían llevado fuera, uno le dijo: Huye por
tu vida. No mires detrás de ti y no te detengas en ninguna
parte del valle; escapa al monte, no sea que perezcas”
(Génesis 19:17 LBLA). Entonces, si aplicamos la palabra
griega Apeído, los ángeles le dijeron a Lot: “deja de ver
las cosas que representan Sodoma y entonces podrás
fijar tu mirada en las manifestaciones del Espíritu Santo”.
Vemos cómo aún con esta orden de los ángeles,
la esposa de Lot volvió su mirada atrás para ver a
Sodoma, “La esposa de Lot, que corría detrás de él, miró
hacia atrás y quedó convertida en una estatua de sal”
(Génesis 19:26 BAD). Sin lugar a duda ella había salido
de Sodoma, pero Sodoma no había salido de su corazón.
La palabra que se utiliza cuando ella miró significa: Ver
detenidamente, ver con añoranza y ver con deseo. Por
ello la importancia de la llenura del Espíritu Santo porque
viéndolo a Él dejaremos de ver lo que representa Sodoma;
como por ejemplo el aspecto sexual. El ver (Apeído) al
Espíritu Santo, nos ayudará a sojuzgar el problema de tipo
sexual que podamos tener, “He aquí, ésta fue la iniquidad
de tu hermana Sodoma: arrogancia, abundancia de pan
y completa ociosidad tuvieron ella y sus hijas; pero no
ayudaron al pobre ni al necesitado” (Ezequiel 16:49 LBLA).
Cuando vemos (Apeído) al Espíritu Santo, nos ayuda a
dejar la arrogancia, es decir, a las personas que se creen
tener una superioridad sobre otras, ser alguien altivo. “El
sabio teme y se aparta del mal, pero el necio es arrogante y
descuidado” (Proverbios 14:16 LBLA). Por eso el Espíritu
Santo con su fruto de amor sobre nosotros nos ayuda a
quitar la arrogancia: “El amor es paciente, es bondadoso;
el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no
es arrogante” (1 Corintios 13:4 LBLA). Debemos ser
agradecidos sabiendo que el pueblo de Israel nacional
fue desgajado para que nosotros fuéramos injertados en
la Vid; “no seas arrogante para con las ramas; pero si eres
arrogante, recuerda que tú no eres el que sustenta la raíz,
sino la raíz la que te sustenta a ti” (Romanos 11:18 LBLA).
Cuando vemos (Apeído) al Espíritu Santo nos quita la
ociosidad, que era uno de los pecados de Sodoma, “La
pereza hace caer en profundo sueño, y el alma ociosa sufrirá
hambre” (Proverbios 19:15 LBLA). Además, uno de los
pecados de Sodoma fue que cuando tuvieron abundancia
de pan no lo compartieron ni ayudaron al necesitado;
cuando tenemos la llenura del Espíritu Santo pondrá en
nuestro corazón a quién ayudar y ser generosos con otros
para compartir de la abundancia que el Señor nos da.
Otra de las acepciones de la palabra “Apeído” es ver
desde un lugar hacia otro, por ejemplo, en la Biblia
leemos que el Profeta Elías le dijo a su siervo que subiera
a un monte y que le dijera al bajar qué había visto, lo
hizo seis veces, pero no miraba nada, hasta que en la
séptima vez se quedó viendo detenidamente; podemos
aplicar de que vio (Apeído). Lo que observó fue una
nube en forma de puño: “Y sucedió que a la séptima vez,
él dijo: He aquí, una nube tan pequeña como la mano
de un hombre sube del mar. Y dijo: Sube, y di a Acab:
“Prepara tu carro y desciende, para que la fuerte lluvia
no te detenga” (1 Reyes 18:44 LBLA). Cuando vemos
derramamientos de agua en la Biblia generalmente nos
hablará del derramamiento del Espíritu Santo. Acá se
estaba poniendo fin a más de tres años de sequía; sin
lugar a duda vemos (Apeído) al Espíritu Santo subidos en
el monte de Dios; será como esa nube cargada de agua
que vendrá a saciar la sed de una tierra seca (nuestro
corazón) y la semilla de la Palabra que ha sido sembrada
brotará y dará fruto en nosotros. Por eso, cuando llegue
el momento de la ministración de la llenura del Espíritu
Santo debemos aprovechar, debemos pedir la llenura, la
impartición de los 18 dones y el hablar en nuevas lenguas.
CITAS BÍBLICAS
de estudio
Salmo 101:5
Proverbios 21:14
Jeremías 50:31
Romanos 11:18
Deuteronomio 15:9
EDICIÓN 148 JULIO 2022
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
6
BLÉPO
(G991)
P OR WIL LY Y PIE DAD G O NZÁLEZ
M
ATEO 15:31: “DE MODO que la muchedumbre se
maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados
quedaban restaurados, los cojos caminaban y
los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel”. Este
pasaje hace referencia a un milagro que maravillaba a las
multitudes y era que los ciegos podían ver. Para entender
la dimensión de ese milagro debemos saber que existen
en griego varias palabras que se pueden traducir “ver”
y una de ellas es Blépo, la cual tiene varios significados
y aplicaciones que veremos en el presente artículo.
Ver al Cordero: “Al día siguiente vio a Jesús que venía
hacia él, y dijo: He ahí el Cordero de Dios que quita el
pecado del mundo” (Juan 1:29 LBLA). Juan el Bautista era
primo de Jesús, lo que significa que lo había visto muchas
veces, prácticamente crecieron juntos, pero llegó el día
en el que lo vio y entendió quién era realmente Jesús,
lo vio como el Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo, como aquel que debía padecer por la humanidad.
Esto nos ha pasado cuando vemos a Jesús no cómo un
personaje histórico sino como aquel cordero sacrificado
al que necesitamos para poder ser salvos, para cambiar
nuestra vida y ser hijos de Dios. Esto es por medio de la
obra del Espíritu Santo que nos lleva al arrepentimiento,
es decir, al cambio de manera de ver y pensar.
Ver es un proceso: “Tomando de la mano al ciego, lo
sacó fuera de la aldea; y después de escupir en sus ojos
y de poner las manos sobre él, le preguntó: ¿Ves algo?”
(Marcos 8:23). Cuando el Señor le pregunta al ciego que
había sanado si veía, usa la palabra Blépo. El ciego le
dice que ve a los hombres cómo árboles y nuevamente
le pone las manos en sus ojos y ve claramente. Entonces
el ver implica un proceso que va en aumento para que
podemos ver de una forma diferente y ya no en un plano
material como el mundo ve, sino en un nivel espiritual.
Ver y guardarnos: “Y les mandó, diciendo: Mirad,
guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura
de Herodes” (Marcos 8:15). En este pasaje de la Biblia la
palabra “guardaos” es Blépo y quiere decir que al mirar
atentamente nos podemos guardar o cuidar del algo,
en este caso, de la levadura de los fariseos que es la
hipocresía, entonces deberíamos mirar en nuestro interior
la intención de aquello que hacemos, si hay sinceridad en
nuestros actos o no. La levadura de Herodes se refiere
entre otras cosas a introducir la política a la iglesia, por
eso veamos y cuidemos que esto no entre a nuestro
corazón ni a la iglesia por medio de la ayuda del Espíritu
Santo que nos muestra nuestro interior como una lámpara
que alumbra una habitación. También en Filipenses 3:2
dice que nos debemos guardar (Blépo) de los perros,
de los malos obreros y de los de la falsa circuncisión.
Esto se refiere que al ver a personas que hablan de la
Biblia y se dicen ser cristianos, al tener nuestros ojos
abiertos podremos ver si son falsos ministros o son
parte de movimientos heréticos como el judaísmo,
y esto es a través del Espíritu Santo que nos guía a
toda verdad y nos permite ver y discernir lo que oímos.
Ver y aprender: “Y Jesús le dijo: ¿Ves estos grandes
edificios? No quedará piedra sobre piedra que no sea
derribada” (Marcos 13:2). El Señor Jesús pide a los
discípulos que vean los edificios —lo material— de una
forma más intensa y más profunda porque iba a suceder
algo en esos edificios, serían destruidos, y esto significa
ver de una forma escatológica cosas que para otras
personas pasan desapercibidas. De la misma manera
el Señor manda a sus discípulos a ver a una mujer que
lo había ungido con aceite (Lucas 7:44), y en un pasaje
paralelo dice que lo ungió para su muerte, o sea que al
observar atentamente esta acción vieron cómo el Espíritu
Santo manifestado en el aceite iba a preparar al Señor
para ir a la cruz, enseñándonos que así necesitamos
ser ungidos para morir día a día a nosotros mismos.
Ver y el estanque de Siloé: “y le dijo: Ve y lávate en
el estanque de Siloé (que quiere decir, Enviado). Él
fue, pues, y se lavó y regresó viendo” (Juan 9:7). Este
hombre debió lavar sus ojos para poder ver y tener todos
los beneficios que esto implica y lo hizo en el estanque
que significa enviado (Siloé). Esto está íntimamente
relacionado con el ministerio apostólico, o sea, estar bajo
la sombra de este ministerio abre nuestros ojos, lo mismo
que en el discipulado, ya que los que oían las parábolas
del Señor miraban y no discernían, pero a los discípulos
les enseñaba, porque ellos si podían ver y entender. Por
eso, la mano de Dios (los cinco ministerios) abre los ojos.
Ver al resucitado: Pedro vio el sepulcro vacío, y esto es
ver, ya no a un Jesús histórico, ni religioso, sino a un Cristo
vivo, al Hijo de Dios que cambia la vida. Pedro también lo
vio resucitado y eso significó una nueva oportunidad, ya
que, después de verlo así, su vida cambió para siempre,
entendió su vida y ejerció su ministerio. Ver de esta forma
es algo extraordinario ya que de cierta manera vemos
las manifestaciones del Espíritu Santo en nuestras vidas.
CITAS BÍBLICAS
de estudio
Marcos 4:24 OSO
Colosenses 2:8 LBLA
Marcos 12:38 Jünemann
2 Juan 1:8 SA
Mateo 12:22 LBLA
Lucas 24:12
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
EDICIÓN 148 JULIO 2022
7
DIABLÉPO
(G1227)
P OR HIL MAR OCHO A
L
UCAS 6:42 BTX: “¿Cómo puedes decir a tu hermano:
Hermano, deja que saque la brizna que está en tu
ojo, no viendo tú mismo la viga que está en el tuyo?
¡Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás
claramente para sacar la brizna que está en el ojo de tu
hermano!”. El Señor Jesucristo vino a recuperar lo que
se había perdido y dentro de esta salvación tan grande
trajo la recuperación de la vista a los ciegos. Durante
su ministerio, Cristo sanó a varios ciegos, algunos
habían nacido así y otros habían perdido la vista. Lo
que ocurrió en lo físico es figura de la sanidad espiritual
que el Señor nos concede para que recuperemos
la visión, es decir que podamos ver claramente.
Para poder ver con claridad es necesario remover las
cosas que obstruyen la visión, como podemos leer en el
texto base de este tema, por lo que entenderemos que
llegar a ver plenamente será un proceso de limpieza
y purificación de nuestros ojos espirituales. En este
artículo estudiaremos aquellas cosas que deben ser
removidas o apartadas de nuestros ojos para poder
ver con claridad. Estas cosas representan la viga
que impide que podamos quitar la brizna en el ojo de
nuestro hermano, es decir que, al purificar nuestros
ojos podremos ayudar a otros a purificar los suyos.
Veamos las vigas qué hay que quitar de los ojos:
Cargas en los ojos: “Al regresar, los halló otra vez
durmiendo, porque sus ojos estaban cargados”
(Mateo 26:43 BTX). La mayoría de las versiones, por
deducción añaden en este versículo la palabra sueño,
aunque en el idioma original no aparece. Por lo que,
los ojos podrían estar cargados de diferentes cosas,
entre ellas el sueño. El término que se emplea en este
versículo y que se tradujo cargados es G916 Baréo, el
cual significa pesar, figurativamente rendido de sueño,
pero se puede traducir estar abrumado, atribulado y
cargado de preocupaciones. Por lo que, en este caso
la viga qué hay que quitar de nuestro ojo para ver con
claridad son las preocupaciones que nos impiden tener
una visión clara. Esto lo que significa es que las cargas
nublan el juicio, e impiden tener una clara percepción
de las cosas, en otras palabras, el que está cargado o
atribulado no puede ver claramente, por lo que corre el
riesgo de tropezar.
Velo en los ojos: “Mientras iban hablando y
discutiendo, Jesús mismo en persona se les acercó y
fue caminando en su compañía; pero tenían ellos como
un velo en los ojos y no podían reconocer a Jesús”
(Lucas 24:15-16 LBN). En varias versiones dice que sus
ojos estaban velados o que tenían algo en los ojos que
les impedía ver. Los ojos espirituales están relacionados
al entendimiento, de hecho, la Escritura habla de los ojos
del entendimiento, por eso el Apóstol Pablo refiriéndose
a quienes permanecen aún en la ley, dice que cuando
leen el antiguo pacto un velo les impide entender,
hasta que se vuelvan a Cristo el velo les será quitado
(2 Corintios 3:14-16). Por lo que la viga en el ojo en este
sentido es la falta de entendimiento que también nubla la
visión de las cosas espirituales.
Adulterio en los ojos: “Tienen los ojos llenos de
adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas
inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y
son hijos de maldición. Han dejado el camino recto, y se
han extraviado…” (2 Pedro 2:14-15 RV1960). Aunque se
puede aplicar en un sentido literal el hecho de que los ojos
físicos estén contaminados con adulterio o inmoralidad
sexual, el Apóstol Pedro también se refiere al adulterio
espiritual del cual habla el Apóstol Santiago cuando
dice “almas adúlteras” refiriéndose a quienes siendo
creyentes se hacen amigos del mundo. Por esta razón,
el Apóstol Pedro dice que estas personas que tienen
adulterio en sus ojos no se sacian de pecar y por eso su
corazón está habituado a la codicia, por lo que terminan
extraviándose. En este caso la viga en el ojo que impide
ver con claridad es la infidelidad producida por la codicia
y los deseos mundanales. La medicina y/o solución para
quitar la viga del ojo es una ministración adecuada en
nuestros ojos espirituales, sabiendo qué hay remedio
para aclarar la visión, dentro de esta ministración está:
Colirio en los ojos: “te aconsejo que de mí compres oro
refinado por fuego para que te hagas rico, y vestiduras
blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza
de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que
puedas ver” (Apocalipsis 3:18 LBLA). Ungir los ojos
significa permitir que la unción del Espíritu Santo ministre
los ojos para quitar los estorbos que nublan la visión.
Miel que da claridad: “…y alargó la punta de una vara
que traía en su mano, y la mojó en un panal de miel, y
llevó su mano a la boca; y fueron aclarados sus ojos”
(1 Samuel 14:27 LBLA). La miel representa la revelación,
la cual interesantemente significa quitar el velo. Es decir
que por medio de la miel (revelación) es quitado todo velo
que nubla el entendimiento.
Que el Señor unja tus ojos y te de revelación para que
puedas ver con claridad.
CITAS BÍBLICAS
de estudio
1 Reyes 14:4
1 Juan 2:11
Salmo 119:37
Salmo 101:3
Job 17:7
EDICIÓN 148 JULIO 2022
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
8
EÍD O
(G1492)
P OR JUAL L UIS ELÍ AS
J
UAN 14:17 LBLA: “Es decir, el Espíritu de verdad,
a quien el mundo no puede recibir, porque ni le ve
ni le conoce, pero vosotros sí le conocéis porque
mora con vosotros y estará en vosotros” . En el versículo
anterior podemos ver que hay dos grupos, el primero, el
mundo que no puede recibir al Espíritu Santo porque no le
ve ni le conoce y el segundo, los discípulos del Señor en
el cual mora con ellos el Espíritu y que en un futuro estará
en ellos ya que sí le conocen. Además de la diferencia
obvia entre ambos grupos en su relación con el Espíritu
Santo, vemos que hay otra diferencia importante la cual
es que el mundo no le ve ni le conoce, mientras que los
discípulos solamente dice que sí le conocen, no haciendo
referencia a verle, dejando implícito que lo han visto.
Ahora bien, por medio de la Palabra podemos entender
que Dios el Padre se ha dejado ver, un ejemplo claro
es cuando dice que hablaba cara a cara con Moisés,
Isaías lo vio sentado en su trono, el Hijo se dejó ver
por medio de nuestro Señor Jesucristo y al Espíritu
Santo lo vio Juan el Bautista en forma de una paloma
(Mateo 3:16). Pero esta forma de ver con nuestros
ojos ya sea naturales o espirituales no es la única
manera que el cristiano tiene como oportunidad para
ver al Espíritu Santo. Cuando estudiamos la Palabra
vemos por lo menos diecisiete palabras en el hebreo y
griego bíblico que nos enseñan como podemos verlo.
Una de estas palabras es la G1492 Eído, la cual
encontramos en el siguiente versículo: “Mas, ¿qué
salisteis a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas?
Mirad, los que usan ropas finas están en los palacios
de los reyes. Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un
profeta? Sí, os digo, y uno que es más que un profeta”
(Mateo 11:8-9 LBLA). La traducción de la palabra Eído
además de ver, es comprender, conocer plenamente,
percibir; si aplicamos estos significados al versículo
anterior podemos comprender de una mejor manera
la pregunta que está haciendo nuestro Señor, ¿qué
saliste a tratar de comprender?, ¿a un profeta? Sí,
implícitamente les dice que deben comprender que Juan
es un profeta que tiene características que lo hacen
tener una función mayor que los anteriores profetas.
Esta palabra Eído la encontramos en diversos versículos
de la Biblia, en uno de ellos relacionada directamente
con el Espíritu de Dios: “Respondió Jesús y le dijo: Si tú
conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame
de beber”, tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado
agua viva” (Juan 4:10 LBLA). Utilizando el significado de
la palabra Eído podemos entonces ver el propósito de
esta afirmación, “Si tú Eído, comprendieras, pudieras
ver el don de Dios, el don del Espíritu Santo y quien te
dice: “Dame de beber”, tu le habrías pedido a Él y Él
te hubiera dado agua viva” (Espíritu Santo). Una forma
en la cual nosotros podemos ver al Espíritu de Dios es
comprendiendo cómo es, cómo actúa, cuál es su función,
cuál es su propósito, esto lo podemos hacer a través de
la Palabra, de la oración y de la comunión con los santos.
La mujer samaritana no le pidió de beber al Señor
porque desconocía y no comprendía el regalo de Dios,
no comprendía que ese regalo era agua para su sed,
la sed que la hacía ir a sacar agua al pozo de Jacob,
el pozo del engañador que no la satisfacía sino por un
momento, si ella hubiese comprendido, hubiese visto
ese don de Dios, el Espíritu Santo, entonces lo hubiese
pedido al Señor Jesucristo y habría saciado la sed de
su alma, sed que había tratado de satisfacer también
en cada uno de los maridos que tuvo, pero como no
lo comprendió, no lo vio, no supo que debía pedirlo.
“Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar
en agua me dijo: “Aquel sobre quien veas al Espíritu
descender y posarse sobre El, éste es el que bautiza
en el Espíritu Santo” (Juan 1:33). En este versículo la
palabra Eído se usa en “yo no lo conocía” y en “sobre
quien veas al Espíritu”, de esto podemos aprender que
para poder conocer al Cordero de Dios que quita el
pecado del mundo es necesario ver y comprender qué
es por medio de la revelación que trae el Espíritu Santo.
Además de esto podemos inferir que aquellos ministros
domas dejados por el Señor Jesucristo van a evidenciar
en su ministerio al Espíritu de verdad (2 Corintios 3:6).
CITAS BÍBLICAS
de estudio
Isaías 44:3
Juan 1:29
Efesios 4:11
Éxodo 3:11
Mateo 3:16
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
EDICIÓN 148 JULIO 2022
9
EMBLÉPO
(G1689)
P OR OSWAL DO Y RI TA G UTI ÉRREZ
M
ATEO 6:26 LBLA: “Mirad las aves del cielo, que
no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y
sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta.
¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?”. La
manifestación del Espíritu Santo es vital para la vida de
todo creyente y conocemos según la Palabra de Dios
que el Señor Jesús cuando ascendía al cielo les daba la
esperanza a sus discípulos que al partir dejaría al otro
Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviaría
en su Nombre, Él enseñaría todas las cosas y recordaría
todo lo que el Señor había dicho (Juan 14:26 LBLA). En
el culto racional al Señor existen manifestaciones del
Espíritu Santo y la mayoría de cristianos no logran verlas,
es por ello que la mayoría no conoce al Espíritu del Señor
(Juan 14:17). El Espíritu Santo se deja ver y mostrar de
diferentes formas: Agua, fuego, aceite, viento, paloma,
entre otras; debemos anhelar, pedir, buscar y ver al
Espíritu Santo y en consecuencia, conocerle. En el Nuevo
Testamento se encuentran por lo menos 18 palabras que
se pueden traducir o están relacionadas con el término
ver, dentro de estas se encuentra el término Emblépo,
el cual es objeto de estudio en el presente artículo.
Emblépo
El término G1689 Emblépo —que en Mateo 6:26
se traduce como mirad— la Nueva Concordancia
Strong Exhaustiva la traduce como mirar a, observar
fijamente, discernir claramente, mirar y ver; a su vez
el Diccionario Swanson dice mirar con detenimiento;
y el Diccionario Vine define esta palabra como una
intensa contemplación. La descripción anterior nos
deja entender que para conocer al Espíritu Santo no
solo se deben ver sus manifestaciones sino que se le
debe mirar, es decir, observar fijamente en una intensa
contemplación. La mayoría de personas se enfocan
muchas veces solamente en ver y el que únicamente
ve tiene una percepción ambigua de lo que observa
y no se detiene a mirar los detalles, las formas y por
qué una cosa en particular es así, pero el que mira es
aquella persona que dirige su mirada hacia algo y fija la
atención en ello, que profundiza en buscar información
o hace gestiones sobre un tema que le interesa.
La Palabra del Señor nos enseña que debemos de
mirar detenidamente como lo hacía el rey Salomón
quien contemplaba la naturaleza y aprendía de ella
(Proverbios 6:6 LBLA), tal como se describe en el
evangelio de Mateo que nos enseña a mirar las aves
del cielo para comprender que la naturaleza misma nos
da lecciones de fe (Mateo 6:26 LBLA). Un ejemplo lo
podemos ver cuando Jesús pone sus manos sobre los
ojos de un ciego y él logró mirar con atención y quedó
sano, porque ya miraba todo claramente pero era tan clara
su forma de mirar que veía a los hombres como árboles
(Marcos 8:25 DHH), lo que quiere decir que tenía una
visión espiritual. En este mismo sentido, al Apóstol
Pablo y a algunos acompañantes se les presenta
el Señor cuando iba de camino a Damasco, todos
vieron el resplandor del Señor pero únicamente al
Apóstol Pablo se le abrieron los ojos espirituales
y pudo mirar al Señor (Hechos 22:11-13 LBLA).
Cuando el Señor Jesús llama a sus discípulos, mira a
Simón y le dice: Tú eres Simón hijo de Juan, pero ahora
serás llamado Pedro [nombre que significa piedra], es
decir, el Señor lo estaba viendo en otra estatura, la de
piedra, un fragmento de roca que le iba a ser útil para
edificar la Iglesia, asimismo, en esta estatura le entregó
las llaves del Reino de los cielos para que atara y desatara
en los cielos y en la tierra (Mateo 16:18-19 LBLA).
Encontramos otro ejemplo cuando el Señor mira
(Emblépo) enamorado al joven rico quién había
guardado la ley (Marcos 10:20), esta mirada habilitó al
joven para discernir su corazón cuando el Señor le da la
orden de ir y vender todo lo que tenía y luego compartir
de lo suyo con los pobres, el Señor vio lo profundo de su
corazón y discernió que no sería capaz de renunciar a
las riquezas terrenales ya que tenía puesta su mirada en
ellas pero si hubiese escuchado atentamente al Señor,
mirándolo (Emblépo), hubiese entendido que necesitaba
despojarse del amor a las riquezas terrenales a cambio
de la búsqueda de los tesoros celestiales —la riqueza
verdadera— (Marcos 10:21 LBLA). Lo anterior es una
enseñanza para nosotros ya que si miramos a la raíz de
todos los males, el amor al dinero, algunos se extraviaron
de la fe por codiciar este amor (1 Timoteo 6:10 LBLA).
Todos los cristianos deberíamos mirar con detenimiento
en una intensa contemplación, por ejemplo, en
situaciones difíciles, adversas, de peligro o riesgo, si se
mira detenidamente se puede llegar a la conclusión que
los que aman al Señor tienen un mayor valor que el que
tienen las aves del campo y que si el Señor cuida de
ellas, también cuidará de nosotros (Mateo 6:26 LBLA).
CITAS BÍBLICAS
de estudio
Proverbios 6:7
Mateo 19:26
Marcos 10:22, 8:25
Hechos 11:13
Lucas 22:61
Juan 1:42, 11:37
EDICIÓN 148 JULIO 2022
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
10
THEAOMAI
(G2300)
P OR FERNANDO ÁLVAREZ
S
ABEMOS QUE LA Biblia fue escrita en varios
idiomas y dentro de ellos está el griego. Este fue
el idioma universal para la época en la que se
escribió el Nuevo Testamento. Por esta razón existen
diversas formas para escribir el verbo “mirar”, una de
ellas es G2300 Theaomai identificada en la Nueva
Concordancia Strong Exhaustiva, cuya traducción
al español incluye: Mirar de cerca, percibir, notar y
contemplar; sin embargo, esta palabra está relacionada
con otra cuya traducción es discernir claramente
(G3708 Joráo). El concepto general es discernir con
claridad, distinguir algo de cualquier otra cosa con
certeza y convicción. Al respecto solamente existe una
manera de hacerlo y es acercándonos para ver de cerca
y para percibir por el Espíritu la gloria de Dios; en tal
sentido, no hay mejor forma de explicarlo que mediante
el mensaje apostólico cuya explicación ilustrará de
mejor manera el significado de lo que hoy nos ocupa.
El Apóstol Juan en su primera epístola dice: “Os
escribimos estas cosas para que vuestro gozo sea
completo”. ¿Qué cosas? Las que menciona en los tres
versículos que anteceden a este anuncio en donde repite
tres veces “lo que hemos visto” (ver 1 Juan 1:1-4). El
primero es precedido por lo que han escuchado y tiene
que ver con lo que existía desde el principio, es decir
el Verbo de vida, lo cual constituye una de las mayores
afirmaciones en la Biblia por ser una declaración clara y
precisa de la verdad, lo cual es corroborado cuando el
escritor de la Carta a los Hebreos dice: “Dios habiendo
hablado hace mucho tiempo y de muchas maneras,
en estos últimos días nos ha hablado por Su Hijo …”
(Hebreos 1:1-2). Entonces, para poder ser capaces de
contemplar y palpar el Verbo de vida, que es Jesucristo,
debemos primero conocerlo por medio de la fe
(Hebreos 11:6).
El segundo, continúa explicando lo que han oído
respecto a lo que existía desde el principio, pero en esta
ocasión va más allá porque se refiere a la vida manifiesta
y dice que la han visto. Tal afirmación no hace más que
corroborar que se trata de nuestro Señor Jesús, de la
experiencia de verlo en medio de ellos, aquí nos valemos
de la explicación del Apóstol Juan cuando lo identifica
como Dios (Juan 1:1-4) y dice que en Él estaba la vida la
cual era la luz de los hombres. Mas adelante aclara de
qué se trata esa manifestación, cuando dice: “A lo suyo
vino, y los suyos no le recibieron. Pero a todos los que le
recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios,
es decir, a los que creen en su nombre” (Juan 1:11-12).
La tercera vez que dice “lo que hemos visto” antecede a
lo que hemos oído, nótese que es un cambio importante
en el orden de las cosas, porque es una conclusión y, ¿en
qué consiste dicha conclusión? Vemos porque primero
oímos, —por oír la Palabra de Dios viene la fe—, así que
se cumple la Palabra cuando dice que el que cree verá
(Juan 11:40), lo cual contiene la siguiente explicación
apostólica, la doctrina, referente al propósito de llegar a
mirar de cerca. Dicho propósito es que todos lleguemos
a tener comunión en cuanto a esto, porque los que ya la
han alcanzado tienen comunión con el Padre y con el Hijo.
En síntesis, el oír es la clave para acceder a la certeza y
convicción (fe), lo cual nos permite mirar la vida manifiesta,
la que a su vez nos habilita para tener comunión con el
Padre y con el Hijo; con el propósito que nuestro gozo sea
completo. Esta debería ser entonces una de las señales
de la Iglesia del Señor Jesús en los tiempos finales, una
Iglesia que lo mire y sea capaz de anunciar su regreso
con la convicción que proviene de la fe, —como cuando
María Magdalena anunció haberlo visto resucitado
(Marcos 16:8-11). Una Iglesia que no se mira a sí
misma sino que refleje la imagen de aquel que la
compró con su sangre (Ezequiel 16:6-8), que no
predica o ministra conforme a sus propios propósitos
o para ser vista (Mateo 6:1), que se une al Espíritu
Santo en el anhelo por la pronta venida de nuestro
Señor (Apocalipsis 22:17) y que no se distrae mirando
su propia gloria (Mateo 23:5), porque su mirada está
puesta en los cielos, sabiendo y comprendiendo que,
así como el Señor ascendió a los cielos, así regresará.
El Señor Jesús nos ve de cerca, con ojos de misericordia
y conforme a su justicia, no conforme a nuestras
obras, porque Él escogió lo vil y menospreciado, a
lo que no era (1 Corintios 1:28), así miró de cerca al
publicano, al pescador, a gente despreciada por lo
que hacía o representaba y los hizo sus discípulos
(Lucas 5:27 OSO; Juan 1:38 LBLA), de la misma forma
miró de cerca la necesidad de un pecador, por encima de
lo que puedan hacer o decir sus acusadores; como lo hizo
con la mujer que estaba a punto de ser apedreada. Dice
la Palabra que cuando Él se levantó no viendo a nadie
más le preguntó, ¿dónde están los que te acusaban?.
Que el Señor nos ayude a mirar como Él mira.
CITAS BÍBLICAS
de estudio
Juan 8:10
Mateo 22:10
Juan 1:14
Juan 1:32
Juan 4:35
Hechos 22:9
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
EDICIÓN 148 JULIO 2022
11
THEOREO
(G2334)
P OR HARI CHAC Ó N
E
STAMOS VIVIENDO UN tiempo en donde el
Espíritu Santo está completando su tarea en
nosotros para guiarnos en el camino de regreso
al Padre, ataviándonos de vestiduras de realeza para
estar con Él por siempre, pero para esto, es necesario
que podamos ver al Espíritu Santo en nuestra vida
por medio de sus distintas manifestaciones y obtener
los beneficios de estas. Hay varias palabras griegas
que se traducen “ver” y una de ellas es G2334
Theōréō que se traduce ser un espectador, discernir,
etc. Si nos enfocamos en “discernir” y recordamos
el versículo que dice: “Por eso va cautivo mi pueblo
por falta de discernimiento; sus notables están
muertos de hambre y su multitud reseca de sed”
(Isaías 5:13 LBLA), podemos darnos cuenta de la suprema
necesidad de tener discernimiento en nuestro corazón
por medio de ser llenos y ver al Espíritu Santo de Dios.
Discernir su resurrección: A pesar de que el Señor
Jesucristo había anunciado su muerte y resurrección
podemos notar que no fueron sus discípulos los que
verían de primera mano el magno evento que estaba
por suceder, sino que fueron esas mujeres que le
servían y amaban las que pudieron discernir en sus
corazones la veracidad de lo dicho; “Pasado el día de
reposo, al amanecer del primer día de la semana, María
Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro”
(Mateo 28:1 LBLA). En ese preciso momento el
ángel del Señor desciende y removiendo la piedra
les deja ver el cumplimiento del plan glorioso de
Dios para todos nosotros, y tan solo un momento
después la Biblia dice: “Y he aquí que Jesús les salió
al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose,
abrazaron sus pies y le adoraron. Entonces Jesús les
dijo: No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan
a Galilea, y allí me verán” (Mateo 28:9-10 LBLA).
Ver al Espíritu Santo es contemplar en su plenitud la
resurrección del Señor Jesús en nuestros corazones.
Discernir el estado espiritual: Debemos pedir la
misericordia de Dios por medio del Espíritu Santo
para poder discernir el estado espiritual de los
nuestros tal y cómo el Señor discernió: “Fueron
a la casa del oficial de la sinagoga, y Jesús vio el
alboroto, y a los que lloraban y se lamentaban mucho.
Y entrando les dijo: ¿Por qué hacéis alboroto y
lloráis? La niña no ha muerto, sino que está dormida”
(Marcos 5:38-39 LBLA). Estos versículos nos dejan ver
la necesidad del discernimiento que debemos tener
hacia nuestra familia, pues muchas veces simplemente
aceptamos cuando alguno de ellos cae “muerto” en
delitos y pecados y nos dedicamos a lamentarnos o a
culpar sin recordar que tenemos la posibilidad de ver
ese milagro de resurrección por medio de ver al Santo
Espíritu actuar en las vidas de nuestros familiares.
Discernir la ofrenda: Otra manera importante en
la que tenemos que ver al Espíritu Santo es en el
precioso pero delicado momento en que nos acercamos
al alfolí a entregar nuestros diezmos y ofrendas en
donde el Señor ve la intención de nuestro corazón:
“Jesús se sentó frente al arca del tesoro, y observaba
cómo la multitud echaba dinero en el arca del
tesoro; y muchos ricos echaban grandes cantidades”
(Marcos 12:41 LBLA). El Señor discierne la mala
intención del corazón de las personas que tenían los
recursos abundantes y nos invita a ver al Espíritu
Santo para discernir qué hay en nuestro corazón al
acercarnos a su presencia al dar, “porque todos ellos
echaron de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza
echó todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir”
(Marcos 12:44 LBLA).
Discernimiento de la venida del Señor: Así como
le fue anunciada la resurrección a los discípulos del
tiempo de Jesús, a nosotros nos ha sido anunciada
la venida del Señor Jesucristo en el rapto de la Novia
y es allí donde debemos tener discernimiento, viendo
al Espíritu de Dios y sabiendo que hay señales para
eventos íntimamente relacionados a nuestra salida
de esta tierra: “En cuanto a estas cosas que estáis
mirando, vendrán días en que no quedará piedra sobre
piedra que no sea derribada” (Lucas 21:6 LBLA). El
contexto de ese versículo habla de las inminentes
señales del inicio de la Tribulación que nos deben
dar pauta de que la venida secreta de nuestro Señor
está más cerca que nunca; pero el discernimiento
debe ser aplicado con mucha diligencia para que no
caigamos en el error y el engaño que muchos tratarán
de meter en el pueblo de Dios, desacreditando su
bendita venida o haciendo ver que no se dará en
muchos años. Una manera en la que podemos ver
al Espíritu Santo es por medio de ese discernimiento
de las cosas que nos da. Si no discernimos las
situaciones de nuestra vida corremos el riesgo de
tropezar en nuestro camino de regreso al Padre.
Estimado lector, este es el tiempo en donde tenemos
la oportunidad dada por Dios para reconocer que la
obra que empezó Dios Padre, seguida por la obra de
Dios Hijo, se está perfeccionando en nuestras vidas
con la obra de Dios Espíritu Santo, por lo que debemos
rogar, buscar y pedir con todas las fuerzas de nuestro
corazón esa llenura del Espíritu Santo que nos hará
verlo y discernir toda situación en nuestra vida con la
finalidad de ser agradables a nuestro Señor y morar
con Él por siempre, que el Señor nos lo conceda.
CITAS BÍBLICAS
de estudio
Juan 14:17
1 Juan 3:17
Marcos 15:40 - 41
Lucas 21:8
EDICIÓN 148 JULIO 2022
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
12
I D OU
(G2400)
P OR JULIO L ACÁN
E
L SEÑOR JESÚS nos dejó escrita una promesa:
Darnos al Consolador, es decir al Espíritu Santo
(ver Juan 14:16), esta promesa la hizo cuando
Felipe quien era uno de sus discípulos le pidió que les
mostrara al Padre, a lo cual el Señor respondió: “El
que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9),
posteriormente también le dejó ver que tenemos la
bendición de poder llegar a conocer y ver al Espíritu:
“El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros
le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en
vosotros” (Juan 14:17). Para poder ver al Espíritu
debemos ir a las Escrituras en donde aprenderemos
a ver sus obras e incluso a reconocerlo con nuestra
mirada. Existen varias palabras cuya traducción del
idioma original al nuestro es ver o mirar, una de ellas es
la palabra G2400 Idou que se puede traducir como: He
aquí, mirar, presentar suceder y ver. Hoy utilizaremos
como base esta palabra para conocer las obras del
Espíritu Santo y alcanzar a verlo en nuestra vida.
Mirad para no creer, para no ser engañados y no ir
al desierto: Una de las maneras en que vemos operar
al Espíritu Santo en nuestras vidas es por medio del
discernimiento. En estos tiempos finales se escuchan
muchas doctrinas y para no ser engañados debemos
aprender a mirar al Espíritu Santo y discernir por medio
de Él para no creer en todo lo que nos digan, “Entonces,
si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad,
allí está, no lo creáis” (Mateo 24:23), debemos ser
muy cuidadosos con las doctrinas que escuchamos,
sabiendo que esto puede ser causa de tropiezo en
la vida de un cristiano. Esta confusión puede venir
como causa de poner la mirada en los hombres y en
las obras que hacen, y no en Dios. Este ataque es tan
fuerte que puede llegar incluso a apartar a verdaderos
hijos de Dios, “Porque se levantarán falsos Cristos, y
falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios,
de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a
los escogidos” (Mateo 24:24). Pero si vemos al Espíritu
Santo aprenderemos a rechazar toda invitación que nos
hagan para ir a lugares en donde nuestra vida espiritual
puede llegar a ser atrapada en un desierto o para caer en
un acomodamiento: “Ya os lo he dicho antes. Así que, si
os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad,
está en los aposentos, no lo creáis” (Mateo 24:25-26).
Mirad para encontrarnos con el Rey: En Juan 16:13
vemos que el Espíritu nos guiará a toda verdad y la
verdad es el Señor Jesús quien dijo: “Yo soy el camino la
verdad y la vida”. Tomando esto como base, una de las
funciones del Espíritu Santo es guiarnos al Señor Jesús.
La Escritura nos relata que cuando nuestro Señor nació
le fue revelado el acontecimiento a ciertos grupos de
personas, dentro de ellos a unos sabios quienes fueron
guiados por medio de una estrella: “Ellos, habiendo
oído al rey, se fueron; y he aquí [G2400] la estrella que
habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta
que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño”
(Mateo 2:9). Este pasaje contiene una gran enseñanza
para nuestras vidas y nos permite ver la operación del
Espíritu Santo para guiarnos. Las personas que buscaban
genuinamente a Dios tuvieron que seguir la señal de
la estrella, esta señal la podemos identificar al estudiar
la Biblia pues podemos ver que existe una mujer cuyo
nombre era Ester que significa estrella; Ester representa
la Iglesia que se presenta delante del Señor guiada por
medio del Espíritu Santo. Una Iglesia llena del Espíritu
de Dios nos permite ver al Señor y también ver vidas que
antes estaban en tinieblas, alejadas de Dios en medio
de delitos y pecados ser transformadas y preparadas
para llegar ante el Rey de reyes y Señor de señores.
Mirar para ser libres: El Espíritu de Dios nos hace
libres, “Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y, donde está
el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17),
y cuando somos libres somos como los que sueñan
(Salmo 126:1). Dios por medio del Espíritu Santo utiliza
nuestros sueños para que seamos como los que soñaron
en la Biblia, por ejemplo, en Génesis 2:21 Dios hizo
que Adán cayera en un sueño profundo y en medio del
mismo creó a la mujer, José el soñador desde su niñez
tuvo sueños en donde iba a ser puesto por cabeza y los
mismos se cumplieron por dejarse guiar por Dios, también
vemos que en medio de los sueños Dios le habló a José el
esposo de María para darle a conocer el nacimiento y el
nombre del Salvador del mundo. Vemos de esta manera
que el Espíritu Santo se puede presentar en medio de
sueños para traer revelación de las cosas que vendrán.
Debemos anhelar con todo nuestro corazón poder
conocer al Espíritu Santo, poder ver sus obras en nuestra
vida para poder incluso llegar a verlo y ser llenos de Él
como lo hizo el Señor Jesús: “Y Jesús, después que fue
bautizado, subió luego del agua; y he aquí [G2400] los
cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que
descendía como paloma, y venía sobre él” (Mateo 3:16).
CITAS BÍBLICAS
de estudio
1 Timoteo 4:16
Mateo 3:16
Lucas 19:8
Mateo 8:2
Hechos 8:27
Santiago 5:7
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
EDICIÓN 148 JULIO 2022
13
HISTORÉO
(G2477)
P OR SERGIO L ICARDI É
A
LO LARGO de esta revista encontramos
varias formas de cómo podemos ver al
Espíritu Santo, una de ellas está en el
siguiente versículo: “Entonces, tres años después,
subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y estuve con él
quince días” (Gálatas 1:18 LBLA). La palabra “conocer”
es la G2477 Historeo o Jistoreo y se traduce de la
siguiente manera en dos diccionarios: 1) Diccionario
Strong: Ser conocedor (educado), (i.e. por implicación)
visitar para información (entrevista), ver. 2) Diccionario
Vine: De Jistor, erudito en alguna materia, denota visitar
con el fin de hacer conocimiento de. Esta forma de ver
al Espíritu Santo implica entonces una inspección, una
visita, una entrevista, un diálogo donde se obtiene
información de lo que queremos ver, es decir, esto no
es superficial. Tampoco se rige por las reglas humanas,
sino bajo las divinas. La entrevista -el diálogo- donde
podemos ver al Espíritu Santo, no implica que nosotros
hablemos y Él responda únicamente con palabras
audibles. La respuesta del Espíritu Santo puede ser
una voz al corazón del hombre, una acción a través
de otro hombre, un evento donde nos dé respuesta y
alimente el diálogo en la conversación íntima con Él.
En consonancia con esta explicación es menester
entender dos cosas importantes: 1) Las acciones que
debe realizar quien quiere ver al Espíritu Santo y 2)
La temporalidad asociada. En el primer punto, es muy
útil revisar otras versiones bíblicas para ampliar lo que
implican las acciones Historeo. En la Biblia BóverCantera, la traducción es “ver y hablar a”, en la Biblia
Al Día es “visitar a”, en la Biblia Latinoamericana es
“entrevistarme con”. Nuevamente podemos entender
que quien quiere ver al Espíritu Santo, necesita conocerlo
buscándole, entablando un diálogo, entrevistándolo
y conversando con Él. Ahora refirámonos al segundo
punto, el de la temporalidad; apliquemos la siguiente
figura: Pablo (quién busca a Pedro) es el creyente que
quiere ver al Espíritu Santo y Pedro es una semblanza
del Espíritu Santo. Bajo esa sombra figurativa, —
aunque se menciona que el creyente estuvo quince
días “entrevistando” al Espíritu Santo—, entendamos
esa cantidad no como una medida literal de tiempo,
sino como una figura espiritual, es decir, los quince
días nos hablan de un lapso de plenitud de misericordia
(15), donde debemos permanecer enfocados viendo al
Espíritu Santo, buscando, inquiriendo, dialogando con
Él. Ese tiempo amado hermano, es hoy (continuamente),
la pregunta consecuente en este momento de la
explicación es: ¿Cómo puedo entonces ver al Espíritu
Santo? La respuesta está en la Biblia, encriptada en
todas las veces que el hombre inquirió a Dios para
conocer más de Él. Veamos dos ejemplos importantes:
A través de un sacerdote: Cuando Dios le instruye a
Moisés que Josué sería su sucesor para guiar al pueblo
de Israel, no solamente le ordena que imparta de su
autoridad sobre Josué, sino que también lo presente
delante del sacerdote Eleazar, para que él sea quien
pregunte al Señor ante los asuntos donde Josué quiera
“entrevistar” a Dios (Números 27:21). Recordemos
que los sacerdotes tipifican a los ministros de esta
dispensación, es decir que cuando queremos ver al
Espíritu Santo debemos recordar que Él también nos
habla a través de la cobertura que ha puesto sobre
nuestra cabeza; este ejemplo se puede encontrar muy
claramente cuando una ovejita pide ministración o
consejería de su pastor o ministro, ese siervo de Dios,
lleno del Espíritu Santo, guiará a la ovejita de parte
de Dios y será como si la ovejita estuviera hablando
directamente con el Espíritu Santo, podrá verlo,
solamente que lo estará haciendo a través de un vaso
con cuerpo terrenal. Por eso es sumamente importante
recordar que cuando nos presentamos delante de un
ministro lo hagamos con temor de Dios, pues él será
utilizado por el Espíritu Santo para que conversemos y
lo veamos a Él. Es imprescindible no menospreciar a
esos ministros, pues son vasos utilizados por el Señor
para nuestra bendición y son el medio que el Espíritu
Santo utilizará para que lo veamos y platiquemos con Él.
A través de sus veredictos: En algún momento de
nuestra vida todos hemos estado al pendiente del
resultado de una decisión o veredicto sobre algún tema
en particular, sobre todo en los casos difíciles, la orden
para Israel era preguntar al sacerdote y acatar el fallo
(Deuteronomio 17:9), es decir, en consonancia con
lo explicado hasta ahora, a través de la entrevista se
obtendría una respuesta divina que nos dejará ver
la naturaleza del Espíritu Santo. Nosotros amado
hermano podemos ver al Espíritu Santo a través
de los veredictos que da para los temas que le
consultamos, allí es donde deja ver su naturaleza
extraordinaria, allí es donde nuestros ojos se abren
para conocerle en facetas que no habíamos visto antes.
Cuán hermoso es poder ver al Espíritu Santo a
través de sus ministros y de los veredictos que nos
hace conocer. ¡Recibámoslos siempre con gratitud y
certeza que Él se deja ver y conocer a través de ellos!
CITAS BÍBLICAS
de estudio
Salmo 101:5
Proverbios 21:14
Jeremías 50:31
Romanos 11:18
Deuteronomio 15:9
EDICIÓN 148 JULIO 2022
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
14
KATANOÉO
(G2657)
P OR L OUISETTE M O SCO SO Y G I O VANNI SAN D O VA L
J
UAN 14:17: “Es decir, el Espíritu de verdad, a quien
el mundo no puede recibir, porque ni le ve ni le
conoce, pero vosotros sí le conocéis porque mora
con vosotros y estará en vosotros”. El Señor Jesucristo
antes de irse de la tierra les dijo a sus discípulos que no
los dejaría huérfanos porque enviaría al otro Consolador,
—al Espíritu Santo—, para que estuviera con ellos para
siempre ya que el mundo no podría recibirlo porque no
lo veía ni le conocía. En cambio, ellos sí lo conocían,
porque moraba dentro de ellos, pero cuando decimos
ver al Espíritu Santo es necesario que expliquemos que
al menos 18 palabras en el griego han sido traducidas
como “ver” en nuestras Biblias, y una de ellas es la
palabra G2657 Katanoéo que según el Diccionario
Expositivo Vine significa: Entender plenamente,
considerar cuidadosamente, echar de ver, percibir con
claridad, discernir claramente, descubrir, observar, mirar,
comprender, ver. Al analizar estos significados entendemos
que esta palabra no significa ver literalmente al Espíritu
Santo con nuestros ojos naturales ni percibirlo con una
mente natural, sino más bien se refiere a verlo en todos
los matices de su significado de una manera espiritual —
que obviamente el mundo no puede experimentar porque
no lo tiene. De esta manera podemos entender mejor
lo que el Apóstol Pablo nos dice: “al no poner nuestra
vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven.
Porque las cosas que se ven son temporales, pero las
que no se ven son eternas” (2 Corintios 4:18 NBLH).
Para entender mejor cómo se puede ver al Espíritu
Santo analizaremos algunos versículos que contienen
la palabra Katanoéo y en cuya traducción al español se
utilizó la palabra ver:
“¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu
hermano, y dejas de ver la viga que está en tu ojo?”
(Mateo 7:3 RV1990). Otras versiones lo tradujeron: ¿No
consideras, no echas de ver, no reparas en la viga que
está en tu propio ojo? Cuando podemos considerar
nuestra condición delante de Dios, entonces estamos
viendo al Espíritu Santo.
“Jesús vio su astucia y les dijo: “Muéstrenme una moneda”
(Lucas 20:23 BLA2005). En otras versiones se tradujo
percibiendo, entendiendo, dándose cuenta de su astucia,
entre otras. Esto quiere decir que ver al Espíritu Santo se
puede percibir con la intención con la que alguien se nos
acerca porque nos ayudará a discernirlo.
“Pues, si escuchas la Palabra pero no la obedeces, sería
como ver tu cara en un espejo; te ves a ti mismo, luego
te alejas y te olvidas cómo eres” (Santiago 1:23-24 NTV).
Otras versiones tradujeron contempla, considera su
rostro en un espejo. Aplicar la Palabra de Dios a nuestra
vida para arreglarnos delante Él es sinónimo de ver al
Espíritu Santo.
“Y sin debilitarse en la fe contempló su propio cuerpo,
que ya estaba como muerto puesto que tenía como cien
años, y también la esterilidad de la matriz de Sara; sin
embargo, respecto a la promesa de Dios, Abraham no
titubeó con incredulidad, sino que se fortaleció en fe,
dando gloria a Dios, y estando plenamente convencido de
que lo que Dios había prometido, poderoso era también
para cumplirlo” (Romanos 4:19-21). El contemplar su
cuerpo anciano y la esterilidad de Sara significa que
Abraham supo que eso era imposible naturalmente que
sucediera, pero su fe le permitió confiar en el poder
de Dios para recibir la promesa y decidió no ver con
sus ojos naturales, andar por fe y no por vista (ver 2
Corintios 5:7).
En la versión Jünemann en el Antiguo Testamento
aparecen algunos versículos bíblicos con la misma
raíz griega, entre ellos encontramos algunos muy
interesantes: “Perece el justo, y no hay quien se
preocupe; mueren los piadosos, y no hay quien
entienda que el justo es quitado para librarlo del mal”
(Isaías 57:1 RV1990). El Espíritu Santo nos abre el
entendimiento para comprender los propósitos de Dios
en todo lo que permite que suceda, porque no hay
despropósitos en Él.
“En sus banquetes hay lira y arpa, pandero y flauta, y
vino, Pero no contemplan las obras del SEÑOR, Ni ven
la obra de Sus manos” (Isaías 5:12 NBLH). El Espíritu
Santo nos permite valorar las cosas que el Señor ha
hecho, sobre todo en nuestra propia vida para entender
que los deleites que el mundo ofrece son efímeros y
vanos.
“Quiero meditar en tus preceptos y tener los ojos fijos
en tus sendas” (Salmo 119:15 MN). En otras versiones
se tradujo: Considerar, prestar atención, fijarse en sus
caminos. Esto se refiere a considerar cuidadosamente
sus preceptos para no perderlos de vista y andar en ellos.
Aún debemos conocer más del Espíritu Santo que es
el Dios no conocido de muchos cristianos, porque Él
es el cumplimiento de la promesa del Señor cuando
dijo en Mateo 28:20 “…y he aquí, yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Él
es la presencia y el poder del Cristo resucitado en
nuestra vida, y aunque nuestros ojos físicos no puedan
verlo, nuestros ojos espirituales lo ven continuamente
porque el Espíritu Santo nos capacita para hacerlo.
CITAS BÍBLICAS
de estudio
Lucas 6:41
Lucas 12:24,27
Hechos 7:31-32
Hechos11:6,27:39
Hebreos 3:1, 10:24
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
EDICIÓN 148 JULIO 2022
15
OPTOMAI U
OPTANOMAI
(G3700)
P OR EDWIN CAS TAÑEDA Y LUI S M ÉNDEZ
D
IOS HA DISPUESTO que para quienes le busquen,
más allá de solamente escuchar, quienes caminen
como discípulos buscando estudiar y conocer
más sobre Él, que se les conceda el conocer misterios
que para otros serán ocultos y para ellos manifiestos
(Mateo 13:11). La Palabra del Señor nos dice: “es
decir, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede
recibir, porque ni le ve ni le conoce, pero vosotros sí le
conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros”
(Juan 14:17 LBLA). Cuando le ponemos atención al
versículo anterior apreciamos que el conocimiento del
Espíritu Santo no es para todos ya que la mayor parte
del mundo lo pasa desapercibido y muchos creyentes del
pueblo de Dios lo tienen como la manifestación de Dios
no conocida porque no le reconocen ni buscan, pero para
quienes van más allá, hay una esperanza, que es la de
verle y conocerle.
El ver y conocer al Espíritu Santo no es algo que esté
vedado, el versículo describe que es posible verle por
eso este estudio se hará bajo la perspectiva de la palabra
G3700 Optomai, que según el Diccionario Strong se
traduce: Mirar fijamente, con ojos bien abiertos, como
a algo asombroso. Esta definición nos expresa una
sobrenaturalidad, deja conocer que es fuera de lo normal
y es ahí, fuera de ello, donde Dios quiere que le veamos.
La Iglesia del inicio estaba esperando la promesa que
el Señor Jesucristo les instruyó que debía de venir,
conocieron al Espíritu Santo viéndolo Optomai, posando
sobre ellos con forma de fuego, “y se les aparecieron
[Optomai] lenguas como de fuego que, repartiéndose,
se posaron sobre cada uno de ellos” (Hechos 2:3).
Esto marcó el inicio de una nueva dispensación para
la humanidad, donde la Iglesia emerge, conformada
primeramente por israelitas a los cuales en breve se le
sumaron los gentiles para volverse una sola entidad sin
distinción. El Espíritu Santo se manifestó y fue visible
como lenguas de fuego, llenando a los discípulos que
se encontraban en el aposento alto. A Moisés también
se le manifestó Dios con fuego cuando le habló sobre su
llamado, “Y pasados cuarenta años, SE LE APARECIÓ
[Optomai] UN ANGEL EN EL DESIERTO DEL MONTE
Sinaí, EN LA LLAMA DE UNA ZARZA QUE ARDÍA”
(Hechos 7:30 LBLA). Esa llenura del Espíritu Santo —el
fuego de Dios— es lo que permitirá que sea habilitado en
nosotros la visión Optomai. La llenura del Espíritu Santo
nos dará un nuevo enfoque de vida donde dejaremos de
ser manejados por nuestra alma para dar paso a la guía
de Dios y alcanzar una dimensión de visión espiritual
diferente, como le sucedió al Apóstol Pablo quien tuvo
su encuentro con Dios cuando le botó la ceguera en
la que vivía (Hechos 9:17). Luego de ello, el apóstol
nunca más fue igual, la dimensión a donde fue llevado
le cambió su vida y a pesar de ser formado en el estudio
de las Escrituras como fariseo, luego de esta etapa
se le reveló no solamente lo ya escrito, sino que se
convirtió también en escritor de lo que hoy conocemos
como el Nuevo Testamento, siendo autor de 14 escritos.
Si incluimos dentro de ellos la Carta a los Hebreos,
Pablo tuvo la revelación de ser el perito arquitecto de
la Iglesia, así como fue también un apóstol fundador de
muchas iglesias, un varón poderoso en obras y palabra.
Dios quiere también esa dimensión para nosotros para
llenarnos de su Espíritu Santo y botarnos esa ceguera
espiritual, pero esto se amplía a otros beneficios como
el de tener y mantener un corazón limpio, algo que
solamente Dios puede hacer. Pero ¿cómo limpiarnos
de todo el pecado que nos envuelve? Dios en su
misericordia a través del sacrificio de Jesucristo y como
bendición adicional, nos dice, si te mantienes con ese
corazón limpio, yo te concedo verme (Mateo 5:8). El ser
obedientes a la voluntad del Hijo de Dios también puede
habilitarnos esa visión que permita que veamos la vida
eterna, “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero
el que no obedece al Hijo no verá [Optomai] la vida,
sino que la ira de Dios permanece sobre él” (Juan 3:36
LBLA). Por eso los desobedientes observarán el castigo
de Dios en sus vidas.
La sobrenaturalidad de la gloria de Dios y de los cielos
abiertos también será posible verse cuando avancemos
en esa visión al creer y actuar en fe de que ello es posible
(Juan 1:51). El buscar la paz, la santidad y mantenerse
purificado también son activadores para ver el Espíritu
Santo (Hebreos 12:14; 1 Juan 3:2), por eso el Espíritu se
dejará ver si buscamos alcanzar esas cosas en nuestro
caminar espiritual. La Iglesia está llamada a vivir de
manera poderosa, en sobrenaturalidad y en plenitud de
vida si deja llenarse por el Espíritu Santo y mantiene
una vida en donde el fuego de Dios permanezca
ardiendo. Nosotros somos esa última generación,
los del último turno a quienes Dios sale a buscar e
invitar para participar de la plenitud de su gracia: “sino
como está escrito: AQUELLOS A QUIENES NUNCA
LES FUE ANUNCIADO ACERCA DE EL, VERAN
[Optomai], Y LOS QUE NO HAN OIDO, ENTENDERAN”
(Romanos 15:21 LBLA).
CITAS BÍBLICAS
de estudio
Hechos 2:17
Hechos 7:2
Mateo 17:2
Mateo 24:30
Mateo 26:64, 28:7
Juan 1:50
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
EDICIÓN 148 JULIO 2022
17
HORAO
(G3708)
P OR SAMMY PÉREZ Y W ERNER O CHO A
L
A BIBLIA NOS enseña en Juan 14:17 que el mundo
no puede recibir al Espíritu de verdad, es decir,
al Espíritu Santo, porque no lo ve y no lo conoce.
También nos explica que nosotros sí lo conocemos
porque mora en nosotros. Para ir comprendiendo esto
debemos entender cómo aparece y se muestra el Padre
y el Hijo a nuestras vidas, y así ir entendiendo también
como se nos muestra el Espíritu Santo.
Manifestación del Padre: El Apóstol Pablo dice
que ahora vemos por un espejo, veladamente,
pero llegará el momento que veremos a Dios
cara a cara así como Jacob y Moisés lo hicieron
(Génesis 32:30; Éxodo 33:11). Esto parecería imposible,
sin embargo, es una verdad que todo hijo de Dios debe
anhelar que nos lleva a considerar que el Señor se
puede presentar a nosotros por medio de un sueño
(Génesis 20:3), una visión (Génesis 15:1) o de forma
física (Jeremías 31:3).
aquellos que le recibieran como Señor y Salvador
(Efesios 1:13).
Manifestación del Hijo: La Palabra dice que muchos
por aquel tiempo observaron la gloria del Unigénito del
Padre, lleno de gracia y verdad (Juan 1:14) y muchos
no pudieron verle porque sus ojos estaban llenos de
oscuridad (Juan 3:19). Para ver al Señor debemos
tener algunos requisitos como buscar la paz y la
santidad (Hebreos 12:14). Jesús sanó a muchos ciegos
(Juan 9:1-7; Marcos 8:22-25), cumpliendo lo profetizado
por Isaías cuando dijo: “…Me ha enviado para proclamar
libertad a los cautivos, y la recuperación de la vista a los
ciegos …” (Lucas 4:15-21), es decir que nuestros ojos
biológicos y espirituales deben ser sanados para ver la
majestad de nuestro Dios. Un ejemplo es Nicodemo quien
veía con claridad lo físico pero lo espiritual no lo podía ver
porque no había nacido de nuevo, por eso para ver el
Reino de Dios es necesario nacer del agua y del Espíritu
(Juan 3:1-3). Posteriormente cuando Jesús resucita se
presenta a sus discípulos y sopla sobre ellos para recibir
al Espíritu Santo (Juan 20:22), esto significa que Jesús
es la puerta que nos conduce al Padre y al Espíritu
Santo (Juan 14:6, 16-17). Incluso, cuando el Espíritu
Santo se manifestó en el bautismo del Señor, nadie lo
vio excepto Juan el Bautista quien fue testigo ocular de
su manifestación corpórea (Juan 1:32-33). Ahora veamos
de qué maneras se puede mostrar el Espíritu Santo:
Aparecer o mostrar es tener experiencias con el
Espíritu Santo: La Biblia dice que nadie ha visto jamás
a Dios, excepto el Unigénito Dios que está en el seno del
Padre (ver Juan 1:18). La palabra visto en este versículo
es el término G3708 Horao y según el Diccionario BDB
Definitions significa: Ver con los ojos, ver con la mente,
percibir, saber, ver, experiencia, experimentar, ver, mirar,
prestar atención. Al recibir el Espíritu Santo se recibe
poder (Hechos 1:8) y la capacidad de tener experiencias
con Él, como sus dones para edificación y sus frutos con
la ley del Espíritu de vida que ha libertado de la ley del
pecado y de la muerte (Romanos 8:2). Todo esto para que
se cumpla cuando dice: “irán de poder en poder, hasta ver
a Dios en Sión” (Salmo 84:7). Estas nuevas experiencias
son figuras de manzanas las cuales reaniman el anhelo
de ver al Señor (Cantares 2:5).
La promesa del Espíritu Santo morando en nosotros:
La Biblia enseña que nuestro Dios utiliza parejas
para llevar a cabo su obra divina: Moisés y Aarón
(Éxodo 4:27), Josué y Caleb (Números 14:6), Priscila
y Aquila (Romanos 16:3). De igual manera en el
super plan de salvación el Padre envió a la tierra a
su Hijo y al Espíritu Santo para realizar la obra de
salvación y redención. El Hijo, es decir, Jesús, se
manifestó en forma corporal para salvar a la humanidad
(Juan 1:1-4), mientras el Espíritu Santo vendría a morar
para siempre en los creyentes. Este privilegio no se
había dado en los pactos anteriores, ya que el Espíritu
vino a hacer morada por primera vez en la vida de Jesús
(Juan 1:32-34) y posteriormente en la vida de todos
Ver la gloria del Espíritu Santo a través de la
predicación del evangelio: Por eso los profetas que
tenían el Espíritu de Cristo escudriñaban diligentemente
e inquirían saber en qué tiempo y para quiénes estaba
reservada ver la gloria del Espíritu Santo a través de la
predicación del evangelio, cosas que los mismos ángeles
desean mirar (1 Pedro 1:10-12).
Bautismo del Espíritu Santo por imposición de
manos: La Biblia enseña que Simón el mago creyó
en el Señor estando atónito al ver las señales y estuvo
presente cuando los apóstoles imponían manos y los
creyentes recibían el Espíritu Santo (Hechos 8:13). En
este punto Simón tuvo la capacidad de ver —Horao—
cuando los creyentes recibían al Espíritu Santo a través
de la imposición de manos, pero lamentablemente
después quiso ofrecer dinero para hacer esto
(Hechos 8:18). En este contexto podemos entender que
una de las formas en que se muestra el Espíritu Santo
es cuando los ministros oran e imponen manos en los
creyentes y se evidencia que han sido bautizados en el
Espíritu Santo.
CITAS BÍBLICAS
de estudio
Génesis 32:30
Éxodo 33:11
Hebreos 12:14
Isaías 6:5
Génesis 20:3, 15:1
Jeremías 31:3
EDICIÓN 148 JULIO 2022
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
18
PRO ORÁO
(G4308)
P OR PABLO ORE LLANA
H
ECHOS 2:25 LBLA: “PORQUE DAVID DICE de Él:
VEIA SIEMPRE AL SEÑOR EN MI PRESENCIA;
PUES ESTA A MI DIESTRA PARA QUE YO NO
SEA CONMOVIDO”. Porque David dice de Él: Veía al
Señor siempre delante de mí. El Apóstol Pedro cita
el testimonio de David en el Salmo 16:8-11 (LBLA),
porque los judíos entendían que este salmo se refería al
Mesías (al Hijo de David). David dice “yo” pero no habla
de sí mismo, sino de su Hijo (descendiente), el Mesías
(Cristo). Por eso, en este salmo Cristo dice al Padre,
“veía al Señor,” indicando que el Padre siempre estaba
con Él para ayudarle y consolarle, porque el Hijo siempre
hacía las cosas que agradaban al Padre. Este salmo
revelaba que Cristo iba a morir y resucitar para sentarse
en el trono de David, es decir, que no ocuparía su trono
antes de morir y resucitar, sino después. Los apóstoles
predicaron esto en las sinagogas de los judíos: “...era
necesario que el Cristo padeciese...” (Hechos 17:3).
La palabra veía se traduce del griego G4308 Proorao que
según el Diccionario Tuggy significa: Ver desde antes, no
perder de vista, mirar constantemente. Podemos notar
que la muerte y resurrección de nuestro Cristo bendito
estaba profetizada de antemano como Él mismo lo dijo:
“Y les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía
estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera
todo lo que sobre mí está escrito en la ley de Moisés,
en los profetas y en los salmos” (Lucas 24:44 LBLA).
Y así también Cristo enviaría la promesa del Padre
(Lucas 24:49 LBLA), pero si prestamos atención, el
Señor hizo lo siguiente: “les abrió la mente para que
comprendieran las Escrituras” (Lucas 24:45). Esto fue
para que entendieran que se estaba cumpliendo a
cabalidad lo profetizado en las Escrituras, pero también
la promesa de la llenura del Espíritu Santo el cual
los investiría de poder de lo alto (Lucas 24:49), y que
también les enseñaría y recordaría, “Pero el Consolador,
el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre,
Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo
lo que os he dicho” (Juan 14:26 LBLA). Si la palabra
Proorao se puede traducir ver desde antes, no perder
de vista y mirar constantemente, sin lugar a duda el
Señor nos está diciendo que no perdamos de vista las
Escrituras, porque ellas dan testimonio de Él (Juan 5:39
RV1960), pero que Él mismo es la Palabra hecha carne
(Juan 1:1-4 RVC). Tampoco debemos perder de vista la
visitación y llenura del Espíritu Santo que por medio del
entendimiento de la Palabra viene sobre nuestras vidas.
El Antiguo Testamento contiene la profecía más
profunda acerca del derramamiento del Espíritu
Santo sobre todos los creyentes, varios versículos
del Profeta Joel contribuyeron poderosamente al
mensaje del Nuevo Testamento: “…Y después de
esto derramaré de mi Espíritu sobre toda carne…”
(Joel 2:28-30 LBLA). El comienzo del cumplimiento de
esta profecía acerca de la promesa del Espíritu Santo
tuvo lugar el día de Pentecostés en el aposento alto, y
esto fue lo que el Apóstol Pedro dijo en su predicación
en aquel día. Pedro citó este pasaje de la promesa
del Espíritu Santo y explicó que su derramamiento
en aquel día era el comienzo del cumplimiento de la
profecía de Joel (Hechos 2:14-21). La profecía de Joel
2:28-30 es una promesa continua para todos los que
acepten a Jesucristo como su Señor hasta el día de hoy,
porque todos los que han creído pueden y deben ser
llenos del Espíritu Santo: “Porque para vosotros es la
promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que
están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare”
(Hechos 2:39). El Antiguo Testamento también revela
que el Espíritu Santo fue una manifestación de la
presencia de Dios, por eso, cuando David confesó su
pecado, le suplicó a Dios: “No me alejes de tu presencia
ni me quites tu santo Espíritu” (Salmo 51:11). Otros
pasajes también notan su rol en el Salmo 139:7 y
Hageo 2:4-5. En el Antiguo Testamento también
vemos la obra del Espíritu Santo para poder lograr
un programa divino, por ejemplo, las obras de
Sansón fueron hechas cuando “…el Espíritu del
Señor vino con poder sobre él…” (Jueces 14:6, 15:4).
Hay muchos más ejemplos, como el trabajo del
Espíritu dentro de José (Génesis 31:8), Moisés y los
setenta ancianos de Israel (Números 11:17), Gedeón
(Jueces 6:34), David (1 Crónicas 28:12) y muchos más.
El último rol del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento
es su relación con Cristo (Isaías 42:1). Cuando
Jesús fue bautizado en el río Jordán leemos: “y el
Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma …”
(Lucas 3:22); claramente revelando que Jesús era el
Mesías. El mismo Espíritu involucrado en la creación del
universo vive con aquellos que siguen a Cristo hoy en
día, y por eso los cristianos gozamos de sus beneficios
diariamente a causa de una relación personal con Dios
por medio de la presencia del Espíritu Santo. El Espíritu
quien fortaleció a Sansón y causó que David perdiera
la compostura ahora nos fortalece y llena de alegría.
“…No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por
mi Espíritu, dice el Señor Todopoderoso” (Zacarías 4:6).
Estemos confiados que a todos los que estén sedientos
se les derramará la presencia y llenura del Espíritu
Santo para así poder hacer la obra llenos de su poder.
¡Maranatha!
CITAS BÍBLICAS
de estudio
Hechos 2:17
Hechos 7:2
Mateo 17:2
Mateo 24:30
Mateo 26:64, 28:7
Juan 1:50
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
EDICIÓN 148 JULIO 2022
19
SKOPEO
(G4648)
P OR PABLO ARAN A
J
UAN 14:17 LBLA: “Es decir, el Espíritu de verdad, a
quien el mundo no puede recibir, porque ni le ve ni
le conoce, pero vosotros sí le conocéis porque mora
con vosotros y estará en vosotros”. Este es un año del
Espíritu Santo y hemos sido enseñados que es necesario
buscar constantemente ser llenos de Él y ser habilitados
en los dones que nos da para seguir avanzando en el
camino, la verdad y la vida (Juan 14:6), sabiendo que
el camino es Cristo, la verdad es el Espíritu Santo y la
vida es la meta que es el Padre. Podemos llegar a la
conclusión que lo que el Señor quiere para nosotros
en esta evolución en la etapa de la verdad confluye
en el ministerio del Espíritu Santo. Así que por esto
sabemos que hemos sido llamados a la comunión con
el Espíritu Santo, pero ¿cómo podemos tener comunión
si primero no lo conocemos? Vemos en la Biblia que el
Señor dice que dejará al Espíritu de verdad, a quien el
mundo no puede recibir porque no le ve ni le conoce
(ver Juan 14:17), sin embargo, sí hace la afirmación
que nosotros le conocemos, porque mora con nosotros
y estará en nosotros, lo cual conlleva una evolución:
De conocer a morar a estar en nosotros. Pero también
podemos entonces preguntarnos ¿a diferencia de los
que están en el mundo, podemos nosotros verlo? Podría
ser que haya cristianos que conocen al Espíritu Santo y
han sido llenos de Él, así que también está en ellos, pero
aún no lo han visto y esa es precisamente la siguiente
fase en la evolución de la ministración del Espíritu Santo.
Debemos buscar y anhelar ver al Espíritu Santo y para
ellos podemos analizar las diferentes palabras en la
Biblia que significan “ver”, una de ellas es G4648 Skopeō,
que su traducción es: Poner atención a, fijarse bien en,
cuidarse de, interesarse por, considerar (implica una
consideración mental), apuntar, pensar continuamente
en. Estos significados son importantes para descubrir
cómo podemos ver al Espíritu Santo, vemos que algunas
de las connotaciones tienen que ver con la mente y
con lo que pensamos, así que inferimos que vemos al
Espíritu Santo dependiendo de lo que hay en nuestra
mente y si lo tenemos constantemente en nuestros
pensamientos, quizá por eso nos advierten: “Con toda
diligencia guarda tu corazón [mente], porque de él
brotan los manantiales de la vida” (Proverbios 4:23).
Así que el primer paso es cuidar qué hay en nuestra
mente y podemos verlo en Lucas 11:35 donde se usa
esta palabra: “Mira [G4648], pues, que la luz que en ti hay
no sea oscuridad.” Y nos está hablando de que nuestro
ojo es la lámpara de nuestro cuerpo, así que debemos
preguntarnos ¿qué estamos viendo, o qué es lo que
más vemos? Pues lo que pensamos dependerá en gran
manera de esto. Por ejemplo, es sabido que la pornografía
es una adicción que incluso puede cambiar la estructura
del cerebro, que luego experimenta menos placer, lo que
puede conducir incluso a la depresión. Así que lo que
vemos con nuestros ojos físicos puede estar saturando
nuestra mente de cosas que también nos impidan ver en
lo espiritual y tampoco alcanzar a ver al Espíritu Santo.
Otra de las acepciones importantes de esta palabra
que debemos analizar es la de tener cuidado, con la
implicación de una respuesta frente al peligro: “Y os
ruego hermanos, que miréis [G4648] los que causan
disensiones y escándalos contra la doctrina que vosotros
habéis aprendido; y apartaos de ellos” (Romanos 16:17).
Esto quiere decir que, si queremos ver al Señor, es
fundamental tener cuidado de a quiénes estamos oyendo,
qué doctrina estamos recibiendo con lo que oímos, ya
que esto nos podría inhabilitar para ver al Espíritu Santo.
Sobre esta misma línea también vemos qué influencia sí
nos puede habilitar para verlo, al analizar esta palabra
en su acepción de observar a aquellos que caminaban
siguiendo el ejemplo del Apóstol Pablo: “Hermanos, sed
imitadores de mí, y mirad [G4648] los que así anduvieren
como nos tenéis por ejemplo” (Filipenses 3:17).
Finalmente, consideremos la acepción de esta palabra que
significa “apuntar a” (relacionado con G4649 Skopos , que
se traduce como blanco, marca o meta), y relacionándolo
con la connotación de nuestra mente y lo que pensamos,
es importante mantener nuestra mente en un objetivo,
en una meta que anhelamos alcanzar, ya vimos al inicio
que nuestra meta debe ser llegar al Padre y ese es el
objetivo que constantemente debería estar en nuestros
corazones para que despierte en nosotros la motivación
correcta para ir alcanzando los galardones, frutos y dones
mientras vamos por el Camino y alcanzamos la Verdad,
lo cual desemboca en una forma de ver al Espíritu Santo.
CITAS BÍBLICAS
de estudio
2 Corintios 4:18
Filipenses 2:4
Gálatas 6:1
EDICIÓN 148 JULIO 2022
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
20
PHAÍNO
(G5316)
P OR VIL MA CRUZ
E
L ESPÍRITU SANTO nos permite percibirlo y verlo
por medio de una manifestación llamada Phaíno
que según el Diccionario Strong se traduce del
griego iluminar (brillar) o mostrar y acorde al Diccionario
Vine significa ser “visto”. Es decir que con cada
manifestación que el Espíritu Santo tiene hacia nosotros
es porque se nos está mostrando (Phaíno). Un ejemplo
bíblico de esta palabra la encontramos cuando el Señor
Jesucristo enseñaba: “y cuando oréis, no seáis como
los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie
y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles,
para ser vistos [Phaíno] por los hombres. En verdad os
digo que ya han recibido su recompensa” (Mateo 6:5
LBLA). Es decir, si el propósito de nuestra oración es
ser vistos por las personas como hacían los religiosos
hipócritas del tiempo del Señor, nos impedimos ver la
manifestación del Espíritu Santo y aunque seamos bien
articulados al hablar y nuestra oración se escuche bien,
si oramos teniendo como prioridad llamar la atención de
los demás y no la atención del Señor, nuestra oración
será infructuosa.
También es importante que evitemos usar largas
repeticiones creyendo que eso nos hace más espirituales
(Mateo 6:7). “Y así mismo, también el Espíritu ayuda
nuestra debilidad, pues no sabemos qué orar como
conviene, pero el mismo Espíritu intercede con gemidos
indecibles” (Romanos 8:26 BTX3), por eso cuando nos
dirijamos a nuestro Padre celestial hagámoslo sabiendo
que el Espíritu Santo es quien va a trasladar esa oración
directamente a Dios porque no está en nuestra naturaleza
humana saber cómo comunicarnos con Él correctamente
ya que Él es Santo, pero su misericordia manifestada
por medio de su Santo Espíritu es quien intercede a
favor de nosotros, nos enseña cómo acercarnos al trono
de la gracia y orar como conviene, entonces tendremos
su manifestación (Phaíno) y lo habremos visto. También
podemos orar a solas (Marcos 1:35) o en público
(Lucas 3:21), lo importante es hacerlo con sinceridad
delante de Él, con palabras reales, devoción, respeto y
de todo corazón; con amor, sabiendo que si lo hacemos
así, el Altísimo Señor nos escuchará y el Señor Espíritu
Santo se dejará ver haciendo nuestra oración efectiva.
Por otro lado, Jesucristo señaló en varias ocasiones la
hipocresía de los escribas y fariseos invitando a hacer
lo que ellos decían, pero no lo que hacían (Mateo 23:3).
Es muy importante entonces ser transparentes delante
del Espíritu Santo y así poder ver su manifestación a
nosotros. Este versículo nos confronta y nos invita
a reflexionar si algunas veces hemos cometido el
error de tener apariencias al orar. Si nuestro corazón
no corresponde a las acciones externas nos estamos
equivocando y debemos cuidarnos de nosotros mismos
para no ser sepulcros blanqueados que por fuera se ven
hermosos, pero por dentro están lejos de la fuente de vida
(Mateo 23:27), y así es necesario examinarnos y si
encontramos en nosotros algo semejante a esto,
aprovechemos esta palabra para ser limpios y mejores
delante de Dios porque le amamos y queremos verle
(Apocalipsis 22:11).
Otra forma de experimentar el Phaíno del Espíritu Santo
y a su vez ser escuchados por Él es a través de nuestras
actitudes al ofrecerle un sacrificio o una ofrenda: “Y
cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los
hipócritas; porque desfiguran sus rostros para mostrar
[Phaíno] a los hombres que están ayunando. En verdad
os digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú,
cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no
hacer ver a los hombres que ayunas, sino tu Padre que
está en secreto y tu Padre que ve [Phaíno], en lo secreto
te recompensará” (Mateo 6:16-18). Si de corazón sincero
le damos algo al Señor hagámoslo a solas, secretamente
y sin hacer alarde con nadie, sino guardando en el
corazón la satisfacción y el gozo que da el hecho de
poder darle o hacer algo para Él (Mateo 6:4). Cuando
Él lo recibe es un “Phaíno” en lo secreto a nosotros,
es decir, se manifiesta para verlo y nos recompensa.
Poder ver y palpar el rostro del Señor por medio del
Espíritu Santo debe ser un anhelo en nuestro corazón
sobre todas las cosas, incluso, el secreto de Dios
es donde lo podremos encontrar, en donde, por así
decirlo, lo “Phaíno”. La palabra secreto es la G2927
Kruptos que se traduce oculto, privado, o escondido
y recordemos que quién escudriña el secreto del
corazón es el Espíritu Santo de Dios (Salmo 44:21):
“y aquel que escudriña los corazones sabe cuál es
el sentir del Espíritu, porque El Espíritu intercede
por los santos conforme a la voluntad de Dios”
(Romanos 8:27). El Espíritu Santo de Dios es quien
comunica al Altísimo todas las cosas y por ello es vital
para nosotros ser apercibidos de esto para acercarnos
con temor y temblor reverente a Él, buscando verle,
sentirle, ver su brillo, percibir su gran amor y el cuidado
que como consolador nuestro nos tiene (Juan 14:26).
¡Hosanna!
CITAS BÍBLICAS
de estudio
Lucas 14:12-14
2 Reyes 4:33
Isaías 26:20
Hebreos 10:22
2 Corintios 6:6
2 Timoteo 1:14
AÑO DE LA REIVINDICACIÓN
EDICIÓN 148 JULIO 2022
21
PHANTAZO
(G5324)
P OR DIEGO FIGUERO A
A
LO LARGO de la presente revista hemos
aprendido acerca de las diferentes formas
en que se puede ver al Espíritu Santo por
medio de sus diferentes representaciones bíblicas.
Ahora aprenderemos acerca de la palabra griega
G5324 Phantazo, que nos habla de aparecer algo y
de hacerlo aparente. El Diccionario Vine nos dice
que hace visible a algo. En esta ocasión haremos un
viaje por el capítulo 12 de la Carta a los Hebreos; en
donde hemos entendido que el autor es el Apóstol
Pablo y por tal razón él expresa y repite con tal
libertad lo que le sucedió a Moisés —quien fue un
tipo de apóstol— siendo el guía y enviado de Dios
para la libertad del pueblo de Israel, lo mismo que
fue Pablo para la Iglesia; por esto, pudo comparar al
Monte Sinaí (Israel) con el Monte de Sión (Iglesia).
El pueblo de Israel llevaba apenas tres meses de haber
sido liberado de la cautividad egipcia y de repente el
Señor se muestra poderosamente a ellos con diferentes
manifestaciones físicas de su Espíritu para darles
instrucciones puntuales acerca de su santidad y lo que
exigía para que vivieran una vida de paz y obediencia
a Él (ver Éxodo 19, 20). Pero ahora en Hebreos se nos
habla a nosotros, la Iglesia del final de los tiempos y
se nos dice que de la misma manera que Israel vio
señales palpables, nosotros también la veremos: “y
tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy
espantado y temblando” (Hebreos 12:21 RV1960).
Este texto nos muestra que la magnificencia del Señor
hace que una persona quede totalmente impactada a
causa del poder que proviene de las señales de Dios;
pero, si Moisés e Israel tuvieron estas experiencias
impactantes en tan solo tres meses de haber tenido su
libertad, ¿no deberíamos nosotros, la Iglesia del Señor
Jesucristo que nos encontramos en un pacto mayor que
ellos, tener experiencias similares, y me atrevo a decir,
mayores? La respuesta es sí, ya que Jesús dijo que
mayores cosas veríamos por medio de otra palabra que
se dio en esta revista, G3700 Optanomai que se refiere
a mirar fijamente (ver Juan 1:50 RV1960). Y así como
Moisés quedó impactado por tal poder y manifestación
de Dios en el Monte Sinaí, ahora nos toca a nosotros
ver cosas mucho más gloriosas, pero en el Monte Sión;
donde el Señor Jesucristo se manifiesta hoy en día a
sus hijos por medio de su Iglesia para mostrar su poder.
De Hebreos 12:22 al 24 se nos habla de varias
manifestaciones a las que nos acercamos actualmente:
1) Monte Sión, 2) A la Jerusalén Celestial, la Ciudad del
Dios vivo, 3) A miríadas de ángeles (cada miríada son
10,000 ángeles), 4) A la Asamblea General e Iglesia
de los primogénitos inscritos en los cielos, 5) A Dios el
juez de todos, 6) A los espíritus de los justos hechos
ya perfectos, 7) A Jesús el mediador del nuevo pacto,
8) Y a la sangre de Jesús. Lo lindo e impactante es
que tenemos 8 manifestaciones del Monte de Sión y
el número 8 es número de reinicio. Con esto, nuestro
Señor nos dice que la Iglesia manifestada a través del
Monte de Sión (1 Pedro 2:6), reinicia nuevamente la
libertad con la que Israel comenzó a escuchar a Dios en
el Monte Sinaí en donde recibieron los mandamientos
(ver Éxodo 20); pero ahora en la nueva etapa de la
Iglesia poderosa en donde se verán y se están viendo
ya estas 8 manifestaciones. Ahora bien, lo que ahora
nos toca es tomarnos de la fe por medio de la palabra
Phantazo —que nos habla de aparecer algo y de hacerlo
visible— para que se hagan manifiestas en nuestra vida
las 8 señales del capítulo 12 de Hebreos. A lo que quiero
llegar con esto es que por medio de la fe ahora nos toca
escuchar la voz de nuestro pastor; quien digamos que
tomaría la batuta de lo que enseñó el Apóstol Pablo y
Moisés, para entender y aceptar el mensaje que Dios
le da, creer y que sean reales en nuestras vidas las
manifestaciones visibles del Espíritu de Dios que se
mueve dentro de nosotros y a nuestros alrededores.
Entonces, solamente así es que nos hemos acercado
al ámbito espiritual de Dios que mueve y maneja
nuestros ambientes; ya que, no nos hemos acercado
a un monte que no se puede palpar ni realmente
experimentar, como era el Monte Sinaí (Éxodo 19:12),
sino a la realidad de Dios y su Reino verdadero y visible.
Por tanto, si tenemos fe al recibir las predicaciones de
nuestro pastor, según Hebreos 12 veremos a Dios,
veremos ángeles e incluso podríamos ver a personajes
bíblicos que ya son perfectos; asimismo, el Señor
Jesucristo podría manifestarse a nuestras vidas de una
manera visible. Pero si quisiéramos ser tan literales en
lo que se refiere a cosas físicas, nosotros ya nos hemos
acercado y palpado el Monte de Sión por medio de la
Santa Cena que es la representación de la sangre y
el cuerpo de Jesús. Es decir, por medio de participar
de ella ya hemos visto con nuestros ojos —por medio
de la fe— la sangre del Cordero por ser miembros
privilegiados del Monte de la Iglesia. Es como si el Señor
nos dijera: “Hijos, entren a mi Reino y vean, ya tienen
pagada su membresía ilimitada, mi Hijo ya la pagó”.
CITAS BÍBLICAS
de estudio
Apocalipsis 21:10
Apocalipsis 19:10
Apocalipsis 17:14
Daniel 7:9
Apocalipsis 1:13
Efesios 2:13
Recordar las maravillas de Dios
en el pasado, consuelan
en el presente
¡Cuán importante es recordar! Así como el salmista decía a su propia alma: “Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides ninguno de sus beneficios”. Nuestra memoria es como un pegamento que mantiene unidos
muchos aspectos de nuestra vida, y en lo espiritual es muy importante porque nos permite tener presente
en nuestro corazón las promesas de Dios en los momentos más difíciles. Hoy quiero hacer memoria
de la obra y las maravillas que el Señor ha hecho conmigo. En agosto del año 2020 fui diagnosticado
con cáncer en la etapa más avanzada en que se cataloga ese cáncer en particular, por lo que tenía un
pronóstico muy complicado. Afortunadamente contaba con la juventud, fuerza y recursos para afrontar
tan grande prueba (o al menos eso pensaba yo), y es que a veces decimos confiar en Dios, pero
realmente estamos confiando principalmente en nuestras propias fuerzas. Lo que yo no sabía es que me
quedaría sin esas fortalezas hasta que no me quedara más que aprender a confiar totalmente en Dios.
Primero perdería totalmente mi fuerza y vigor. Comencé el tratamiento con dos cirugías y múltiples ciclos
de quimioterapia, un proceso arduo que tuvo consecuencias terribles en mi cuerpo, llegando al punto de
quebrarme tanto física como emocionalmente. Al fallar estos tratamientos fue necesaria una cirugía
de rescate, que fue una cirugía mayor muy complicada, de mucho riesgo y recuperación difícil,
lamentablemente esta también falló, entonces lo intentamos con radioterapia, pero también esto falló.
En ese momento fue necesario buscar otras opciones y fui recomendado a salir del país para tener una
nueva oportunidad de recuperación. Fue entonces cuando también cayó la fortaleza que tenía en mi
mente sobre mis recursos, pues mi seguro no cubriría esos nuevos gastos, que
para mí afrontarlos parecía una tarea imposible. Sin embargo, los imposibles
no aplican para nuestro Dios, porque en su inmensa bondad y misericordia
comencé a ver cómo se manifestaba como mi proveedor, me abrió las
puertas para ir al hospital adecuado donde realizaron una nueva
cirugía, pero esta vez exitosa. Y el Señor también se manifestó
a mi vida como mi sanador, revirtió un diagnóstico de un
cáncer incurable a una sanidad completa.
Finalmente estoy aquí, un año después de
esa última cirugía, y no por mí mismo,
sino porque nuestro Dios es fiel. Así
que hoy lo quiero traer a memoria para
darte esperanza, porque, aunque estés
pasando por calamidad, aunque todo falle
y pierdas todas tus fuerzas, recuerda que
no todo está perdido, siempre tenemos
esperanza, los que esperamos en el Señor.
Pablo Arana
BIBLIOTECA DE LAS
DE ESTA REVISTA
VIENDO AL
ESPÍRITU SANTO,
PARTE IV
VIENDO AL
ESPÍRITU SANTO,
PARTE II
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VIENDO AL
ESPÍRITU SANTO
VIENDO AL
ESPÍRITU SANTO
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https://bit.ly/3OTNIGV
VIENDO AL
ESPÍRITU SANTO,
PARTE III
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NOTA: haz clic en la dirección de cada video para ver la enseñanza
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