ÍNDICE 04 Anablépo (G308) 11 05 Apeído (G542) 06 Theoreo (G2334) 19 12 Idou (G2400) 20 Blépo (G991) 13 Historéo (G2477) 21 Phantazo (G5324) 07 Diablépo (G1227) 14 Katanoéo (G2657) 22 Recordar las maravillas de Dios 08 Eído (G1492) 23 Bibliografía 09 10 Mateo 11:5 RV1960 Filipenses 2:23 LBLA Mateo 15:31 LBLA Lucas 6:42 BTX3 Mateo 28:1 LBLA Mateo 24:23 LBLA Gálatas 1:18 RV1960 Hechos 7:31 LBLA 15 Optomai u Optanomai (G3700) Emblépo (G1689) 17 Juan 1:18 LBLA Theaomai (G2300) 18 Mateo 11:8 - 9 LBLA Mateo 6:26 LBLA Mateo 11:7 LBLA Juan 3:36 LBLA Skopeo (G4648) Lucas 11:35 LBLA Phaíno (G5316) Mateo 6:5,18 LBLA Hebreos 12:21 RV1960 Pablo Arana Horao (G3708) Prooráo (G4308) Hechos 2:25 LBLA EQUIPO DE TRABAJO Presidente y Fundador Apóstol Dr. Sergio Enríquez Directora Editorial Lcda. Paola Enríquez Coordinador Editorial Diego Figueroa Directora de Diseño y Contenido Luisa Barreda Diseño y Arte Steve Rompich Alfredo Ríos Rafael Cruz Analu Valenzuela Fotografía Analu Valenzuela Ligia Ávila María José de Morales Diseño de Portada Alfredo Ríos Steve Rompich Corrección de Artículos Ligia Ávila Gustavo Salguero Tamara de Salguero Xiomara Fajardo Ester Aragón Apoyo Coordinación Heidy de Molina Coordinadora Elizabeth de Pérez App para móviles iPhone / iPad / Android Links Audiovisuales Daniel Figueroa Ministerios Ebenezer revistarhema@ebenezer.org.gt www.ebenezer.org.gt Fotografías Las fotografías interiores en esta edición cuentan con la licencia: www.freepick.es Subscription ID: 8888cbba- 53f1-4094-9afb-8901743dbe53** EDICIÓN 148 JULIO 2022 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN 4 ANABLÉPO (G308) P OR ABRAHAM D E LA CRUZ C UANDO CRISTO ESTUVO en esta tierra manifestó la unción por medio del Espíritu Santo y nuestro Señor Jesús. El Espíritu Santo habitó entre su pueblo, pero el Señor les dio la promesa que cuando se fuera de la tierra lo enviaría para que ellos no estuvieran solos ya que estaría dentro de ellos, así como estuvo con Cristo. Esta promesa no fue solamente para ellos sino también para aquellos que creyeran en la salvación que viene por el sacrificio de nuestro Señor. En Juan 14:17 Cristo explica la promesa del Espíritu Santo dejando implícito que se le puede ver, pero para ello tiene que existir una ministración por medio del Espíritu de Dios y que nuestros ojos sean abiertos. Espiritualmente hablando es importante estudiar cómo es que se abren los ojos en el contexto bíblico, entendiendo que esa es una operación que permite avanzar para conocer al Espíritu Santo y poder así llegar a verle en sus diferentes funciones para percibirlo por medio de las Escrituras. En el Diccionario Strong la palabra G308 Anablépo se traduce mirar, mirar arriba, recuperar la vista. Esta la encontramos en Mateo 11:3-5 cuando Juan el Bautista envía a sus discípulos a preguntarle al Señor Jesús lo siguiente: “…¿Eres tú el que ha de venir, o esperaremos a otro?”. Una de las respuestas del Señor a esos discípulos fue: “…Id y contad a Juan lo que oís y veis: los CIEGOS RECIBEN LA VISTA …”. Estas palabras “reciben la vista” son Anablépo y se le envían a decir a Juan quien había visto descender al Espíritu Santo en forma de paloma sobre Jesús, Juan se encontraba encarcelado y en una condición espiritual en la que había perdido la visión de quien era Jesús. Pero al enviarle el testimonio de la manifestación de la unción por medio del Espíritu Santo —devolviendo la vista— el Señor quería que Juan levantara su vista y recuperara la visión de quién era Cristo y comprender que era Él a quien esperaban. Entonces, la manifestación de la unción del Espíritu Santo hace que miremos hacia arriba, sabiendo que de ahí viene nuestro socorro. Considerando que en Cristo se manifestó la unción por medio del Espíritu Santo es necesario ver las veces que el Espíritu de Dios operó en Él cuando recuperó la vista de los ciegos y dónde se utilizó esta palabra Anablépo. Una de las ciudades en donde Jesús realizó varios milagros fue en Betsaida. Este nombre se traduce casa de pesca o casa de frutos (Diccionario Bíblico de Nombres Hitchcock), pero a pesar de su nombre, esa ciudad no dio frutos de arrepentimiento. Pero según Marcos 8:23, el Señor en esa ciudad tomó de la mano a un ciego y lo sacó de allí, o sea, del ambiente de incredulidad, del lugar donde no se había aprovechado la unción que por el Espíritu Santo estaba operando en Cristo. Después le escupió en sus ojos y puso sus manos sobre él y le preguntó: ¿Ves algo? El ciego levantó la vista (Anablépo) pero su visión no estaba de acorde a esta dimensión, entonces el Señor puso sus manos de nuevo sobre sus ojos y le hizo mirar hacia arriba (Anablépo). Este ciego recibió una doble ministración por el Espíritu que le hizo ver, pero no solamente a nivel tierra, sino que se le ministró que su mirada estuviera puesta en lo alto para que por el Espíritu de Dios pudiera ahora ver el mundo espiritual. Por otro lado, Dios realizó en la vida de Saulo un sorprendente milagro de conversión mientras viajaba a Damasco con el propósito de llevar presos a hombres y mujeres que fueran cristianos, en donde el Señor se le manifestó como Jesús y lo dejó ciego para mostrarle que entrara a una ciudad donde se le diría que hacer (ver Hechos 9:3-5). Mientras tanto, el Señor le habló a Ananías —nombre que significa Dios se ha revelado (Nuevo Diccionario de la Biblia Alfonso Lockward)— para que fuera a donde estaba Saulo ya que había visto en una visión a un hombre que ponía sus manos sobre él para que recobrara la vista (Anablépo). Ananías fue y puso sus manos sobre él y le dijo que el Señor Jesús lo había enviado para que recobrara la vista y ser lleno del Espíritu Santo, entonces cayeron de sus ojos como escamas y recobró la visión (Anablépo). La manifestación del Espíritu Santo a favor de un varón de Dios que tenía revelación (Ananías) hace que la costra en los ojos provocada por la religiosidad caiga a causa de la unción y se abran los ojos para tener una visión proveniente de la revelación acerca de quién es el Señor Jesucristo y la manifestación del poder del Espíritu Santo. Debemos avanzar en el conocimiento del Espíritu Santo y las formas en que se manifiesta para poder verle en sus funciones en la Biblia con el propósito de dejar que Él sea también Señor de nuestras vidas, porque en su infinito poder puede hacer que se recupere la visión espiritual y hacer ver a aquel que nunca ha tenido una vista espiritual. También con su poder puede quitar la ceguera que proviene a causa de la religiosidad, así como le sucedió a Saulo quien consideraba que encarcelar a los cristianos era agradable a Dios, pero al ser ministrado por el Espíritu Santo le fue dada una nueva visión que hizo que su mirada fuera levantada hacia arriba (Anablépo); una visión espiritual que no dependería de lo que hay en la tierra, sino de lo que proviene de arriba y esto fue el derramamiento del Espíritu Santo (Hechos 2:2). Este es el tiempo actual en que debemos conocer y ver las manifestaciones y funciones que se operan por el Espíritu Santo. CITAS BÍBLICAS de estudio Génesis 13:14 Mateo 11:21 Mateo 20:34 Marcos 10:51 Juan 9:11 Hechos 22:13 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN EDICIÓN 148 JULIO 2022 5 APEÍD O (G542) P OR RAMIRO Y A NA J ULI A SAG ASTUM E E STAMOS VIVIENDO EN un año proclamado de Reivindicación y del Espíritu Santo, un tiempo en donde la comunión con el Espíritu Santo se ha fortalecido y la revelación de la Palabra ha ido en aumento. Comprendemos a la luz de las Escrituras que podemos ver al Espíritu Santo en las distintas manifestaciones con las cuales somos ministrados, una de las palabras que en griego significa “ver” es la descrita en el Diccionario Strong G542 Apeído que se traduce: 1) Ver plenamente, 2) Apartar la mirada de una cosa y mirar a otra 3) Mirar desde algún lugar, ya sea desde la distancia o desde cierto estado actual de las cosas 4) Percibir. Cuando nos llenamos del Espíritu Santo vamos a poder ver plenamente su obra en nosotros, debemos de dejar como prioridad ver las cosas materiales y las cosas terrenales, debemos dirigir nuestra mirada a las cosas espirituales para que el Espíritu Santo vaya abriendo nuestros ojos. Vemos en la Biblia que cuando llegaron los ángeles a sacar a Lot y a su familia de Sodoma, —que iba a ser destruida—, la indicación principal fue “no mires atrás”, es decir aparta tu mirada de Sodoma, “Y aconteció que cuando los habían llevado fuera, uno le dijo: Huye por tu vida. No mires detrás de ti y no te detengas en ninguna parte del valle; escapa al monte, no sea que perezcas” (Génesis 19:17 LBLA). Entonces, si aplicamos la palabra griega Apeído, los ángeles le dijeron a Lot: “deja de ver las cosas que representan Sodoma y entonces podrás fijar tu mirada en las manifestaciones del Espíritu Santo”. Vemos cómo aún con esta orden de los ángeles, la esposa de Lot volvió su mirada atrás para ver a Sodoma, “La esposa de Lot, que corría detrás de él, miró hacia atrás y quedó convertida en una estatua de sal” (Génesis 19:26 BAD). Sin lugar a duda ella había salido de Sodoma, pero Sodoma no había salido de su corazón. La palabra que se utiliza cuando ella miró significa: Ver detenidamente, ver con añoranza y ver con deseo. Por ello la importancia de la llenura del Espíritu Santo porque viéndolo a Él dejaremos de ver lo que representa Sodoma; como por ejemplo el aspecto sexual. El ver (Apeído) al Espíritu Santo, nos ayudará a sojuzgar el problema de tipo sexual que podamos tener, “He aquí, ésta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: arrogancia, abundancia de pan y completa ociosidad tuvieron ella y sus hijas; pero no ayudaron al pobre ni al necesitado” (Ezequiel 16:49 LBLA). Cuando vemos (Apeído) al Espíritu Santo, nos ayuda a dejar la arrogancia, es decir, a las personas que se creen tener una superioridad sobre otras, ser alguien altivo. “El sabio teme y se aparta del mal, pero el necio es arrogante y descuidado” (Proverbios 14:16 LBLA). Por eso el Espíritu Santo con su fruto de amor sobre nosotros nos ayuda a quitar la arrogancia: “El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante” (1 Corintios 13:4 LBLA). Debemos ser agradecidos sabiendo que el pueblo de Israel nacional fue desgajado para que nosotros fuéramos injertados en la Vid; “no seas arrogante para con las ramas; pero si eres arrogante, recuerda que tú no eres el que sustenta la raíz, sino la raíz la que te sustenta a ti” (Romanos 11:18 LBLA). Cuando vemos (Apeído) al Espíritu Santo nos quita la ociosidad, que era uno de los pecados de Sodoma, “La pereza hace caer en profundo sueño, y el alma ociosa sufrirá hambre” (Proverbios 19:15 LBLA). Además, uno de los pecados de Sodoma fue que cuando tuvieron abundancia de pan no lo compartieron ni ayudaron al necesitado; cuando tenemos la llenura del Espíritu Santo pondrá en nuestro corazón a quién ayudar y ser generosos con otros para compartir de la abundancia que el Señor nos da. Otra de las acepciones de la palabra “Apeído” es ver desde un lugar hacia otro, por ejemplo, en la Biblia leemos que el Profeta Elías le dijo a su siervo que subiera a un monte y que le dijera al bajar qué había visto, lo hizo seis veces, pero no miraba nada, hasta que en la séptima vez se quedó viendo detenidamente; podemos aplicar de que vio (Apeído). Lo que observó fue una nube en forma de puño: “Y sucedió que a la séptima vez, él dijo: He aquí, una nube tan pequeña como la mano de un hombre sube del mar. Y dijo: Sube, y di a Acab: “Prepara tu carro y desciende, para que la fuerte lluvia no te detenga” (1 Reyes 18:44 LBLA). Cuando vemos derramamientos de agua en la Biblia generalmente nos hablará del derramamiento del Espíritu Santo. Acá se estaba poniendo fin a más de tres años de sequía; sin lugar a duda vemos (Apeído) al Espíritu Santo subidos en el monte de Dios; será como esa nube cargada de agua que vendrá a saciar la sed de una tierra seca (nuestro corazón) y la semilla de la Palabra que ha sido sembrada brotará y dará fruto en nosotros. Por eso, cuando llegue el momento de la ministración de la llenura del Espíritu Santo debemos aprovechar, debemos pedir la llenura, la impartición de los 18 dones y el hablar en nuevas lenguas. CITAS BÍBLICAS de estudio Salmo 101:5 Proverbios 21:14 Jeremías 50:31 Romanos 11:18 Deuteronomio 15:9 EDICIÓN 148 JULIO 2022 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN 6 BLÉPO (G991) P OR WIL LY Y PIE DAD G O NZÁLEZ M ATEO 15:31: “DE MODO que la muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados, los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel”. Este pasaje hace referencia a un milagro que maravillaba a las multitudes y era que los ciegos podían ver. Para entender la dimensión de ese milagro debemos saber que existen en griego varias palabras que se pueden traducir “ver” y una de ellas es Blépo, la cual tiene varios significados y aplicaciones que veremos en el presente artículo. Ver al Cordero: “Al día siguiente vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29 LBLA). Juan el Bautista era primo de Jesús, lo que significa que lo había visto muchas veces, prácticamente crecieron juntos, pero llegó el día en el que lo vio y entendió quién era realmente Jesús, lo vio como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, como aquel que debía padecer por la humanidad. Esto nos ha pasado cuando vemos a Jesús no cómo un personaje histórico sino como aquel cordero sacrificado al que necesitamos para poder ser salvos, para cambiar nuestra vida y ser hijos de Dios. Esto es por medio de la obra del Espíritu Santo que nos lleva al arrepentimiento, es decir, al cambio de manera de ver y pensar. Ver es un proceso: “Tomando de la mano al ciego, lo sacó fuera de la aldea; y después de escupir en sus ojos y de poner las manos sobre él, le preguntó: ¿Ves algo?” (Marcos 8:23). Cuando el Señor le pregunta al ciego que había sanado si veía, usa la palabra Blépo. El ciego le dice que ve a los hombres cómo árboles y nuevamente le pone las manos en sus ojos y ve claramente. Entonces el ver implica un proceso que va en aumento para que podemos ver de una forma diferente y ya no en un plano material como el mundo ve, sino en un nivel espiritual. Ver y guardarnos: “Y les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes” (Marcos 8:15). En este pasaje de la Biblia la palabra “guardaos” es Blépo y quiere decir que al mirar atentamente nos podemos guardar o cuidar del algo, en este caso, de la levadura de los fariseos que es la hipocresía, entonces deberíamos mirar en nuestro interior la intención de aquello que hacemos, si hay sinceridad en nuestros actos o no. La levadura de Herodes se refiere entre otras cosas a introducir la política a la iglesia, por eso veamos y cuidemos que esto no entre a nuestro corazón ni a la iglesia por medio de la ayuda del Espíritu Santo que nos muestra nuestro interior como una lámpara que alumbra una habitación. También en Filipenses 3:2 dice que nos debemos guardar (Blépo) de los perros, de los malos obreros y de los de la falsa circuncisión. Esto se refiere que al ver a personas que hablan de la Biblia y se dicen ser cristianos, al tener nuestros ojos abiertos podremos ver si son falsos ministros o son parte de movimientos heréticos como el judaísmo, y esto es a través del Espíritu Santo que nos guía a toda verdad y nos permite ver y discernir lo que oímos. Ver y aprender: “Y Jesús le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra que no sea derribada” (Marcos 13:2). El Señor Jesús pide a los discípulos que vean los edificios —lo material— de una forma más intensa y más profunda porque iba a suceder algo en esos edificios, serían destruidos, y esto significa ver de una forma escatológica cosas que para otras personas pasan desapercibidas. De la misma manera el Señor manda a sus discípulos a ver a una mujer que lo había ungido con aceite (Lucas 7:44), y en un pasaje paralelo dice que lo ungió para su muerte, o sea que al observar atentamente esta acción vieron cómo el Espíritu Santo manifestado en el aceite iba a preparar al Señor para ir a la cruz, enseñándonos que así necesitamos ser ungidos para morir día a día a nosotros mismos. Ver y el estanque de Siloé: “y le dijo: Ve y lávate en el estanque de Siloé (que quiere decir, Enviado). Él fue, pues, y se lavó y regresó viendo” (Juan 9:7). Este hombre debió lavar sus ojos para poder ver y tener todos los beneficios que esto implica y lo hizo en el estanque que significa enviado (Siloé). Esto está íntimamente relacionado con el ministerio apostólico, o sea, estar bajo la sombra de este ministerio abre nuestros ojos, lo mismo que en el discipulado, ya que los que oían las parábolas del Señor miraban y no discernían, pero a los discípulos les enseñaba, porque ellos si podían ver y entender. Por eso, la mano de Dios (los cinco ministerios) abre los ojos. Ver al resucitado: Pedro vio el sepulcro vacío, y esto es ver, ya no a un Jesús histórico, ni religioso, sino a un Cristo vivo, al Hijo de Dios que cambia la vida. Pedro también lo vio resucitado y eso significó una nueva oportunidad, ya que, después de verlo así, su vida cambió para siempre, entendió su vida y ejerció su ministerio. Ver de esta forma es algo extraordinario ya que de cierta manera vemos las manifestaciones del Espíritu Santo en nuestras vidas. CITAS BÍBLICAS de estudio Marcos 4:24 OSO Colosenses 2:8 LBLA Marcos 12:38 Jünemann 2 Juan 1:8 SA Mateo 12:22 LBLA Lucas 24:12 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN EDICIÓN 148 JULIO 2022 7 DIABLÉPO (G1227) P OR HIL MAR OCHO A L UCAS 6:42 BTX: “¿Cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, deja que saque la brizna que está en tu ojo, no viendo tú mismo la viga que está en el tuyo? ¡Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claramente para sacar la brizna que está en el ojo de tu hermano!”. El Señor Jesucristo vino a recuperar lo que se había perdido y dentro de esta salvación tan grande trajo la recuperación de la vista a los ciegos. Durante su ministerio, Cristo sanó a varios ciegos, algunos habían nacido así y otros habían perdido la vista. Lo que ocurrió en lo físico es figura de la sanidad espiritual que el Señor nos concede para que recuperemos la visión, es decir que podamos ver claramente. Para poder ver con claridad es necesario remover las cosas que obstruyen la visión, como podemos leer en el texto base de este tema, por lo que entenderemos que llegar a ver plenamente será un proceso de limpieza y purificación de nuestros ojos espirituales. En este artículo estudiaremos aquellas cosas que deben ser removidas o apartadas de nuestros ojos para poder ver con claridad. Estas cosas representan la viga que impide que podamos quitar la brizna en el ojo de nuestro hermano, es decir que, al purificar nuestros ojos podremos ayudar a otros a purificar los suyos. Veamos las vigas qué hay que quitar de los ojos: Cargas en los ojos: “Al regresar, los halló otra vez durmiendo, porque sus ojos estaban cargados” (Mateo 26:43 BTX). La mayoría de las versiones, por deducción añaden en este versículo la palabra sueño, aunque en el idioma original no aparece. Por lo que, los ojos podrían estar cargados de diferentes cosas, entre ellas el sueño. El término que se emplea en este versículo y que se tradujo cargados es G916 Baréo, el cual significa pesar, figurativamente rendido de sueño, pero se puede traducir estar abrumado, atribulado y cargado de preocupaciones. Por lo que, en este caso la viga qué hay que quitar de nuestro ojo para ver con claridad son las preocupaciones que nos impiden tener una visión clara. Esto lo que significa es que las cargas nublan el juicio, e impiden tener una clara percepción de las cosas, en otras palabras, el que está cargado o atribulado no puede ver claramente, por lo que corre el riesgo de tropezar. Velo en los ojos: “Mientras iban hablando y discutiendo, Jesús mismo en persona se les acercó y fue caminando en su compañía; pero tenían ellos como un velo en los ojos y no podían reconocer a Jesús” (Lucas 24:15-16 LBN). En varias versiones dice que sus ojos estaban velados o que tenían algo en los ojos que les impedía ver. Los ojos espirituales están relacionados al entendimiento, de hecho, la Escritura habla de los ojos del entendimiento, por eso el Apóstol Pablo refiriéndose a quienes permanecen aún en la ley, dice que cuando leen el antiguo pacto un velo les impide entender, hasta que se vuelvan a Cristo el velo les será quitado (2 Corintios 3:14-16). Por lo que la viga en el ojo en este sentido es la falta de entendimiento que también nubla la visión de las cosas espirituales. Adulterio en los ojos: “Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. Han dejado el camino recto, y se han extraviado…” (2 Pedro 2:14-15 RV1960). Aunque se puede aplicar en un sentido literal el hecho de que los ojos físicos estén contaminados con adulterio o inmoralidad sexual, el Apóstol Pedro también se refiere al adulterio espiritual del cual habla el Apóstol Santiago cuando dice “almas adúlteras” refiriéndose a quienes siendo creyentes se hacen amigos del mundo. Por esta razón, el Apóstol Pedro dice que estas personas que tienen adulterio en sus ojos no se sacian de pecar y por eso su corazón está habituado a la codicia, por lo que terminan extraviándose. En este caso la viga en el ojo que impide ver con claridad es la infidelidad producida por la codicia y los deseos mundanales. La medicina y/o solución para quitar la viga del ojo es una ministración adecuada en nuestros ojos espirituales, sabiendo qué hay remedio para aclarar la visión, dentro de esta ministración está: Colirio en los ojos: “te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver” (Apocalipsis 3:18 LBLA). Ungir los ojos significa permitir que la unción del Espíritu Santo ministre los ojos para quitar los estorbos que nublan la visión. Miel que da claridad: “…y alargó la punta de una vara que traía en su mano, y la mojó en un panal de miel, y llevó su mano a la boca; y fueron aclarados sus ojos” (1 Samuel 14:27 LBLA). La miel representa la revelación, la cual interesantemente significa quitar el velo. Es decir que por medio de la miel (revelación) es quitado todo velo que nubla el entendimiento. Que el Señor unja tus ojos y te de revelación para que puedas ver con claridad. CITAS BÍBLICAS de estudio 1 Reyes 14:4 1 Juan 2:11 Salmo 119:37 Salmo 101:3 Job 17:7 EDICIÓN 148 JULIO 2022 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN 8 EÍD O (G1492) P OR JUAL L UIS ELÍ AS J UAN 14:17 LBLA: “Es decir, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni le ve ni le conoce, pero vosotros sí le conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros” . En el versículo anterior podemos ver que hay dos grupos, el primero, el mundo que no puede recibir al Espíritu Santo porque no le ve ni le conoce y el segundo, los discípulos del Señor en el cual mora con ellos el Espíritu y que en un futuro estará en ellos ya que sí le conocen. Además de la diferencia obvia entre ambos grupos en su relación con el Espíritu Santo, vemos que hay otra diferencia importante la cual es que el mundo no le ve ni le conoce, mientras que los discípulos solamente dice que sí le conocen, no haciendo referencia a verle, dejando implícito que lo han visto. Ahora bien, por medio de la Palabra podemos entender que Dios el Padre se ha dejado ver, un ejemplo claro es cuando dice que hablaba cara a cara con Moisés, Isaías lo vio sentado en su trono, el Hijo se dejó ver por medio de nuestro Señor Jesucristo y al Espíritu Santo lo vio Juan el Bautista en forma de una paloma (Mateo 3:16). Pero esta forma de ver con nuestros ojos ya sea naturales o espirituales no es la única manera que el cristiano tiene como oportunidad para ver al Espíritu Santo. Cuando estudiamos la Palabra vemos por lo menos diecisiete palabras en el hebreo y griego bíblico que nos enseñan como podemos verlo. Una de estas palabras es la G1492 Eído, la cual encontramos en el siguiente versículo: “Mas, ¿qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas? Mirad, los que usan ropas finas están en los palacios de los reyes. Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y uno que es más que un profeta” (Mateo 11:8-9 LBLA). La traducción de la palabra Eído además de ver, es comprender, conocer plenamente, percibir; si aplicamos estos significados al versículo anterior podemos comprender de una mejor manera la pregunta que está haciendo nuestro Señor, ¿qué saliste a tratar de comprender?, ¿a un profeta? Sí, implícitamente les dice que deben comprender que Juan es un profeta que tiene características que lo hacen tener una función mayor que los anteriores profetas. Esta palabra Eído la encontramos en diversos versículos de la Biblia, en uno de ellos relacionada directamente con el Espíritu de Dios: “Respondió Jesús y le dijo: Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva” (Juan 4:10 LBLA). Utilizando el significado de la palabra Eído podemos entonces ver el propósito de esta afirmación, “Si tú Eído, comprendieras, pudieras ver el don de Dios, el don del Espíritu Santo y quien te dice: “Dame de beber”, tu le habrías pedido a Él y Él te hubiera dado agua viva” (Espíritu Santo). Una forma en la cual nosotros podemos ver al Espíritu de Dios es comprendiendo cómo es, cómo actúa, cuál es su función, cuál es su propósito, esto lo podemos hacer a través de la Palabra, de la oración y de la comunión con los santos. La mujer samaritana no le pidió de beber al Señor porque desconocía y no comprendía el regalo de Dios, no comprendía que ese regalo era agua para su sed, la sed que la hacía ir a sacar agua al pozo de Jacob, el pozo del engañador que no la satisfacía sino por un momento, si ella hubiese comprendido, hubiese visto ese don de Dios, el Espíritu Santo, entonces lo hubiese pedido al Señor Jesucristo y habría saciado la sed de su alma, sed que había tratado de satisfacer también en cada uno de los maridos que tuvo, pero como no lo comprendió, no lo vio, no supo que debía pedirlo. “Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: “Aquel sobre quien veas al Espíritu descender y posarse sobre El, éste es el que bautiza en el Espíritu Santo” (Juan 1:33). En este versículo la palabra Eído se usa en “yo no lo conocía” y en “sobre quien veas al Espíritu”, de esto podemos aprender que para poder conocer al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo es necesario ver y comprender qué es por medio de la revelación que trae el Espíritu Santo. Además de esto podemos inferir que aquellos ministros domas dejados por el Señor Jesucristo van a evidenciar en su ministerio al Espíritu de verdad (2 Corintios 3:6). CITAS BÍBLICAS de estudio Isaías 44:3 Juan 1:29 Efesios 4:11 Éxodo 3:11 Mateo 3:16 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN EDICIÓN 148 JULIO 2022 9 EMBLÉPO (G1689) P OR OSWAL DO Y RI TA G UTI ÉRREZ M ATEO 6:26 LBLA: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?”. La manifestación del Espíritu Santo es vital para la vida de todo creyente y conocemos según la Palabra de Dios que el Señor Jesús cuando ascendía al cielo les daba la esperanza a sus discípulos que al partir dejaría al otro Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviaría en su Nombre, Él enseñaría todas las cosas y recordaría todo lo que el Señor había dicho (Juan 14:26 LBLA). En el culto racional al Señor existen manifestaciones del Espíritu Santo y la mayoría de cristianos no logran verlas, es por ello que la mayoría no conoce al Espíritu del Señor (Juan 14:17). El Espíritu Santo se deja ver y mostrar de diferentes formas: Agua, fuego, aceite, viento, paloma, entre otras; debemos anhelar, pedir, buscar y ver al Espíritu Santo y en consecuencia, conocerle. En el Nuevo Testamento se encuentran por lo menos 18 palabras que se pueden traducir o están relacionadas con el término ver, dentro de estas se encuentra el término Emblépo, el cual es objeto de estudio en el presente artículo. Emblépo El término G1689 Emblépo —que en Mateo 6:26 se traduce como mirad— la Nueva Concordancia Strong Exhaustiva la traduce como mirar a, observar fijamente, discernir claramente, mirar y ver; a su vez el Diccionario Swanson dice mirar con detenimiento; y el Diccionario Vine define esta palabra como una intensa contemplación. La descripción anterior nos deja entender que para conocer al Espíritu Santo no solo se deben ver sus manifestaciones sino que se le debe mirar, es decir, observar fijamente en una intensa contemplación. La mayoría de personas se enfocan muchas veces solamente en ver y el que únicamente ve tiene una percepción ambigua de lo que observa y no se detiene a mirar los detalles, las formas y por qué una cosa en particular es así, pero el que mira es aquella persona que dirige su mirada hacia algo y fija la atención en ello, que profundiza en buscar información o hace gestiones sobre un tema que le interesa. La Palabra del Señor nos enseña que debemos de mirar detenidamente como lo hacía el rey Salomón quien contemplaba la naturaleza y aprendía de ella (Proverbios 6:6 LBLA), tal como se describe en el evangelio de Mateo que nos enseña a mirar las aves del cielo para comprender que la naturaleza misma nos da lecciones de fe (Mateo 6:26 LBLA). Un ejemplo lo podemos ver cuando Jesús pone sus manos sobre los ojos de un ciego y él logró mirar con atención y quedó sano, porque ya miraba todo claramente pero era tan clara su forma de mirar que veía a los hombres como árboles (Marcos 8:25 DHH), lo que quiere decir que tenía una visión espiritual. En este mismo sentido, al Apóstol Pablo y a algunos acompañantes se les presenta el Señor cuando iba de camino a Damasco, todos vieron el resplandor del Señor pero únicamente al Apóstol Pablo se le abrieron los ojos espirituales y pudo mirar al Señor (Hechos 22:11-13 LBLA). Cuando el Señor Jesús llama a sus discípulos, mira a Simón y le dice: Tú eres Simón hijo de Juan, pero ahora serás llamado Pedro [nombre que significa piedra], es decir, el Señor lo estaba viendo en otra estatura, la de piedra, un fragmento de roca que le iba a ser útil para edificar la Iglesia, asimismo, en esta estatura le entregó las llaves del Reino de los cielos para que atara y desatara en los cielos y en la tierra (Mateo 16:18-19 LBLA). Encontramos otro ejemplo cuando el Señor mira (Emblépo) enamorado al joven rico quién había guardado la ley (Marcos 10:20), esta mirada habilitó al joven para discernir su corazón cuando el Señor le da la orden de ir y vender todo lo que tenía y luego compartir de lo suyo con los pobres, el Señor vio lo profundo de su corazón y discernió que no sería capaz de renunciar a las riquezas terrenales ya que tenía puesta su mirada en ellas pero si hubiese escuchado atentamente al Señor, mirándolo (Emblépo), hubiese entendido que necesitaba despojarse del amor a las riquezas terrenales a cambio de la búsqueda de los tesoros celestiales —la riqueza verdadera— (Marcos 10:21 LBLA). Lo anterior es una enseñanza para nosotros ya que si miramos a la raíz de todos los males, el amor al dinero, algunos se extraviaron de la fe por codiciar este amor (1 Timoteo 6:10 LBLA). Todos los cristianos deberíamos mirar con detenimiento en una intensa contemplación, por ejemplo, en situaciones difíciles, adversas, de peligro o riesgo, si se mira detenidamente se puede llegar a la conclusión que los que aman al Señor tienen un mayor valor que el que tienen las aves del campo y que si el Señor cuida de ellas, también cuidará de nosotros (Mateo 6:26 LBLA). CITAS BÍBLICAS de estudio Proverbios 6:7 Mateo 19:26 Marcos 10:22, 8:25 Hechos 11:13 Lucas 22:61 Juan 1:42, 11:37 EDICIÓN 148 JULIO 2022 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN 10 THEAOMAI (G2300) P OR FERNANDO ÁLVAREZ S ABEMOS QUE LA Biblia fue escrita en varios idiomas y dentro de ellos está el griego. Este fue el idioma universal para la época en la que se escribió el Nuevo Testamento. Por esta razón existen diversas formas para escribir el verbo “mirar”, una de ellas es G2300 Theaomai identificada en la Nueva Concordancia Strong Exhaustiva, cuya traducción al español incluye: Mirar de cerca, percibir, notar y contemplar; sin embargo, esta palabra está relacionada con otra cuya traducción es discernir claramente (G3708 Joráo). El concepto general es discernir con claridad, distinguir algo de cualquier otra cosa con certeza y convicción. Al respecto solamente existe una manera de hacerlo y es acercándonos para ver de cerca y para percibir por el Espíritu la gloria de Dios; en tal sentido, no hay mejor forma de explicarlo que mediante el mensaje apostólico cuya explicación ilustrará de mejor manera el significado de lo que hoy nos ocupa. El Apóstol Juan en su primera epístola dice: “Os escribimos estas cosas para que vuestro gozo sea completo”. ¿Qué cosas? Las que menciona en los tres versículos que anteceden a este anuncio en donde repite tres veces “lo que hemos visto” (ver 1 Juan 1:1-4). El primero es precedido por lo que han escuchado y tiene que ver con lo que existía desde el principio, es decir el Verbo de vida, lo cual constituye una de las mayores afirmaciones en la Biblia por ser una declaración clara y precisa de la verdad, lo cual es corroborado cuando el escritor de la Carta a los Hebreos dice: “Dios habiendo hablado hace mucho tiempo y de muchas maneras, en estos últimos días nos ha hablado por Su Hijo …” (Hebreos 1:1-2). Entonces, para poder ser capaces de contemplar y palpar el Verbo de vida, que es Jesucristo, debemos primero conocerlo por medio de la fe (Hebreos 11:6). El segundo, continúa explicando lo que han oído respecto a lo que existía desde el principio, pero en esta ocasión va más allá porque se refiere a la vida manifiesta y dice que la han visto. Tal afirmación no hace más que corroborar que se trata de nuestro Señor Jesús, de la experiencia de verlo en medio de ellos, aquí nos valemos de la explicación del Apóstol Juan cuando lo identifica como Dios (Juan 1:1-4) y dice que en Él estaba la vida la cual era la luz de los hombres. Mas adelante aclara de qué se trata esa manifestación, cuando dice: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre” (Juan 1:11-12). La tercera vez que dice “lo que hemos visto” antecede a lo que hemos oído, nótese que es un cambio importante en el orden de las cosas, porque es una conclusión y, ¿en qué consiste dicha conclusión? Vemos porque primero oímos, —por oír la Palabra de Dios viene la fe—, así que se cumple la Palabra cuando dice que el que cree verá (Juan 11:40), lo cual contiene la siguiente explicación apostólica, la doctrina, referente al propósito de llegar a mirar de cerca. Dicho propósito es que todos lleguemos a tener comunión en cuanto a esto, porque los que ya la han alcanzado tienen comunión con el Padre y con el Hijo. En síntesis, el oír es la clave para acceder a la certeza y convicción (fe), lo cual nos permite mirar la vida manifiesta, la que a su vez nos habilita para tener comunión con el Padre y con el Hijo; con el propósito que nuestro gozo sea completo. Esta debería ser entonces una de las señales de la Iglesia del Señor Jesús en los tiempos finales, una Iglesia que lo mire y sea capaz de anunciar su regreso con la convicción que proviene de la fe, —como cuando María Magdalena anunció haberlo visto resucitado (Marcos 16:8-11). Una Iglesia que no se mira a sí misma sino que refleje la imagen de aquel que la compró con su sangre (Ezequiel 16:6-8), que no predica o ministra conforme a sus propios propósitos o para ser vista (Mateo 6:1), que se une al Espíritu Santo en el anhelo por la pronta venida de nuestro Señor (Apocalipsis 22:17) y que no se distrae mirando su propia gloria (Mateo 23:5), porque su mirada está puesta en los cielos, sabiendo y comprendiendo que, así como el Señor ascendió a los cielos, así regresará. El Señor Jesús nos ve de cerca, con ojos de misericordia y conforme a su justicia, no conforme a nuestras obras, porque Él escogió lo vil y menospreciado, a lo que no era (1 Corintios 1:28), así miró de cerca al publicano, al pescador, a gente despreciada por lo que hacía o representaba y los hizo sus discípulos (Lucas 5:27 OSO; Juan 1:38 LBLA), de la misma forma miró de cerca la necesidad de un pecador, por encima de lo que puedan hacer o decir sus acusadores; como lo hizo con la mujer que estaba a punto de ser apedreada. Dice la Palabra que cuando Él se levantó no viendo a nadie más le preguntó, ¿dónde están los que te acusaban?. Que el Señor nos ayude a mirar como Él mira. CITAS BÍBLICAS de estudio Juan 8:10 Mateo 22:10 Juan 1:14 Juan 1:32 Juan 4:35 Hechos 22:9 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN EDICIÓN 148 JULIO 2022 11 THEOREO (G2334) P OR HARI CHAC Ó N E STAMOS VIVIENDO UN tiempo en donde el Espíritu Santo está completando su tarea en nosotros para guiarnos en el camino de regreso al Padre, ataviándonos de vestiduras de realeza para estar con Él por siempre, pero para esto, es necesario que podamos ver al Espíritu Santo en nuestra vida por medio de sus distintas manifestaciones y obtener los beneficios de estas. Hay varias palabras griegas que se traducen “ver” y una de ellas es G2334 Theōréō que se traduce ser un espectador, discernir, etc. Si nos enfocamos en “discernir” y recordamos el versículo que dice: “Por eso va cautivo mi pueblo por falta de discernimiento; sus notables están muertos de hambre y su multitud reseca de sed” (Isaías 5:13 LBLA), podemos darnos cuenta de la suprema necesidad de tener discernimiento en nuestro corazón por medio de ser llenos y ver al Espíritu Santo de Dios. Discernir su resurrección: A pesar de que el Señor Jesucristo había anunciado su muerte y resurrección podemos notar que no fueron sus discípulos los que verían de primera mano el magno evento que estaba por suceder, sino que fueron esas mujeres que le servían y amaban las que pudieron discernir en sus corazones la veracidad de lo dicho; “Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro” (Mateo 28:1 LBLA). En ese preciso momento el ángel del Señor desciende y removiendo la piedra les deja ver el cumplimiento del plan glorioso de Dios para todos nosotros, y tan solo un momento después la Biblia dice: “Y he aquí que Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán” (Mateo 28:9-10 LBLA). Ver al Espíritu Santo es contemplar en su plenitud la resurrección del Señor Jesús en nuestros corazones. Discernir el estado espiritual: Debemos pedir la misericordia de Dios por medio del Espíritu Santo para poder discernir el estado espiritual de los nuestros tal y cómo el Señor discernió: “Fueron a la casa del oficial de la sinagoga, y Jesús vio el alboroto, y a los que lloraban y se lamentaban mucho. Y entrando les dijo: ¿Por qué hacéis alboroto y lloráis? La niña no ha muerto, sino que está dormida” (Marcos 5:38-39 LBLA). Estos versículos nos dejan ver la necesidad del discernimiento que debemos tener hacia nuestra familia, pues muchas veces simplemente aceptamos cuando alguno de ellos cae “muerto” en delitos y pecados y nos dedicamos a lamentarnos o a culpar sin recordar que tenemos la posibilidad de ver ese milagro de resurrección por medio de ver al Santo Espíritu actuar en las vidas de nuestros familiares. Discernir la ofrenda: Otra manera importante en la que tenemos que ver al Espíritu Santo es en el precioso pero delicado momento en que nos acercamos al alfolí a entregar nuestros diezmos y ofrendas en donde el Señor ve la intención de nuestro corazón: “Jesús se sentó frente al arca del tesoro, y observaba cómo la multitud echaba dinero en el arca del tesoro; y muchos ricos echaban grandes cantidades” (Marcos 12:41 LBLA). El Señor discierne la mala intención del corazón de las personas que tenían los recursos abundantes y nos invita a ver al Espíritu Santo para discernir qué hay en nuestro corazón al acercarnos a su presencia al dar, “porque todos ellos echaron de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza echó todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir” (Marcos 12:44 LBLA). Discernimiento de la venida del Señor: Así como le fue anunciada la resurrección a los discípulos del tiempo de Jesús, a nosotros nos ha sido anunciada la venida del Señor Jesucristo en el rapto de la Novia y es allí donde debemos tener discernimiento, viendo al Espíritu de Dios y sabiendo que hay señales para eventos íntimamente relacionados a nuestra salida de esta tierra: “En cuanto a estas cosas que estáis mirando, vendrán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada” (Lucas 21:6 LBLA). El contexto de ese versículo habla de las inminentes señales del inicio de la Tribulación que nos deben dar pauta de que la venida secreta de nuestro Señor está más cerca que nunca; pero el discernimiento debe ser aplicado con mucha diligencia para que no caigamos en el error y el engaño que muchos tratarán de meter en el pueblo de Dios, desacreditando su bendita venida o haciendo ver que no se dará en muchos años. Una manera en la que podemos ver al Espíritu Santo es por medio de ese discernimiento de las cosas que nos da. Si no discernimos las situaciones de nuestra vida corremos el riesgo de tropezar en nuestro camino de regreso al Padre. Estimado lector, este es el tiempo en donde tenemos la oportunidad dada por Dios para reconocer que la obra que empezó Dios Padre, seguida por la obra de Dios Hijo, se está perfeccionando en nuestras vidas con la obra de Dios Espíritu Santo, por lo que debemos rogar, buscar y pedir con todas las fuerzas de nuestro corazón esa llenura del Espíritu Santo que nos hará verlo y discernir toda situación en nuestra vida con la finalidad de ser agradables a nuestro Señor y morar con Él por siempre, que el Señor nos lo conceda. CITAS BÍBLICAS de estudio Juan 14:17 1 Juan 3:17 Marcos 15:40 - 41 Lucas 21:8 EDICIÓN 148 JULIO 2022 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN 12 I D OU (G2400) P OR JULIO L ACÁN E L SEÑOR JESÚS nos dejó escrita una promesa: Darnos al Consolador, es decir al Espíritu Santo (ver Juan 14:16), esta promesa la hizo cuando Felipe quien era uno de sus discípulos le pidió que les mostrara al Padre, a lo cual el Señor respondió: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9), posteriormente también le dejó ver que tenemos la bendición de poder llegar a conocer y ver al Espíritu: “El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros” (Juan 14:17). Para poder ver al Espíritu debemos ir a las Escrituras en donde aprenderemos a ver sus obras e incluso a reconocerlo con nuestra mirada. Existen varias palabras cuya traducción del idioma original al nuestro es ver o mirar, una de ellas es la palabra G2400 Idou que se puede traducir como: He aquí, mirar, presentar suceder y ver. Hoy utilizaremos como base esta palabra para conocer las obras del Espíritu Santo y alcanzar a verlo en nuestra vida. Mirad para no creer, para no ser engañados y no ir al desierto: Una de las maneras en que vemos operar al Espíritu Santo en nuestras vidas es por medio del discernimiento. En estos tiempos finales se escuchan muchas doctrinas y para no ser engañados debemos aprender a mirar al Espíritu Santo y discernir por medio de Él para no creer en todo lo que nos digan, “Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis” (Mateo 24:23), debemos ser muy cuidadosos con las doctrinas que escuchamos, sabiendo que esto puede ser causa de tropiezo en la vida de un cristiano. Esta confusión puede venir como causa de poner la mirada en los hombres y en las obras que hacen, y no en Dios. Este ataque es tan fuerte que puede llegar incluso a apartar a verdaderos hijos de Dios, “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:24). Pero si vemos al Espíritu Santo aprenderemos a rechazar toda invitación que nos hagan para ir a lugares en donde nuestra vida espiritual puede llegar a ser atrapada en un desierto o para caer en un acomodamiento: “Ya os lo he dicho antes. Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis” (Mateo 24:25-26). Mirad para encontrarnos con el Rey: En Juan 16:13 vemos que el Espíritu nos guiará a toda verdad y la verdad es el Señor Jesús quien dijo: “Yo soy el camino la verdad y la vida”. Tomando esto como base, una de las funciones del Espíritu Santo es guiarnos al Señor Jesús. La Escritura nos relata que cuando nuestro Señor nació le fue revelado el acontecimiento a ciertos grupos de personas, dentro de ellos a unos sabios quienes fueron guiados por medio de una estrella: “Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí [G2400] la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño” (Mateo 2:9). Este pasaje contiene una gran enseñanza para nuestras vidas y nos permite ver la operación del Espíritu Santo para guiarnos. Las personas que buscaban genuinamente a Dios tuvieron que seguir la señal de la estrella, esta señal la podemos identificar al estudiar la Biblia pues podemos ver que existe una mujer cuyo nombre era Ester que significa estrella; Ester representa la Iglesia que se presenta delante del Señor guiada por medio del Espíritu Santo. Una Iglesia llena del Espíritu de Dios nos permite ver al Señor y también ver vidas que antes estaban en tinieblas, alejadas de Dios en medio de delitos y pecados ser transformadas y preparadas para llegar ante el Rey de reyes y Señor de señores. Mirar para ser libres: El Espíritu de Dios nos hace libres, “Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y, donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17), y cuando somos libres somos como los que sueñan (Salmo 126:1). Dios por medio del Espíritu Santo utiliza nuestros sueños para que seamos como los que soñaron en la Biblia, por ejemplo, en Génesis 2:21 Dios hizo que Adán cayera en un sueño profundo y en medio del mismo creó a la mujer, José el soñador desde su niñez tuvo sueños en donde iba a ser puesto por cabeza y los mismos se cumplieron por dejarse guiar por Dios, también vemos que en medio de los sueños Dios le habló a José el esposo de María para darle a conocer el nacimiento y el nombre del Salvador del mundo. Vemos de esta manera que el Espíritu Santo se puede presentar en medio de sueños para traer revelación de las cosas que vendrán. Debemos anhelar con todo nuestro corazón poder conocer al Espíritu Santo, poder ver sus obras en nuestra vida para poder incluso llegar a verlo y ser llenos de Él como lo hizo el Señor Jesús: “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí [G2400] los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él” (Mateo 3:16). CITAS BÍBLICAS de estudio 1 Timoteo 4:16 Mateo 3:16 Lucas 19:8 Mateo 8:2 Hechos 8:27 Santiago 5:7 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN EDICIÓN 148 JULIO 2022 13 HISTORÉO (G2477) P OR SERGIO L ICARDI É A LO LARGO de esta revista encontramos varias formas de cómo podemos ver al Espíritu Santo, una de ellas está en el siguiente versículo: “Entonces, tres años después, subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y estuve con él quince días” (Gálatas 1:18 LBLA). La palabra “conocer” es la G2477 Historeo o Jistoreo y se traduce de la siguiente manera en dos diccionarios: 1) Diccionario Strong: Ser conocedor (educado), (i.e. por implicación) visitar para información (entrevista), ver. 2) Diccionario Vine: De Jistor, erudito en alguna materia, denota visitar con el fin de hacer conocimiento de. Esta forma de ver al Espíritu Santo implica entonces una inspección, una visita, una entrevista, un diálogo donde se obtiene información de lo que queremos ver, es decir, esto no es superficial. Tampoco se rige por las reglas humanas, sino bajo las divinas. La entrevista -el diálogo- donde podemos ver al Espíritu Santo, no implica que nosotros hablemos y Él responda únicamente con palabras audibles. La respuesta del Espíritu Santo puede ser una voz al corazón del hombre, una acción a través de otro hombre, un evento donde nos dé respuesta y alimente el diálogo en la conversación íntima con Él. En consonancia con esta explicación es menester entender dos cosas importantes: 1) Las acciones que debe realizar quien quiere ver al Espíritu Santo y 2) La temporalidad asociada. En el primer punto, es muy útil revisar otras versiones bíblicas para ampliar lo que implican las acciones Historeo. En la Biblia BóverCantera, la traducción es “ver y hablar a”, en la Biblia Al Día es “visitar a”, en la Biblia Latinoamericana es “entrevistarme con”. Nuevamente podemos entender que quien quiere ver al Espíritu Santo, necesita conocerlo buscándole, entablando un diálogo, entrevistándolo y conversando con Él. Ahora refirámonos al segundo punto, el de la temporalidad; apliquemos la siguiente figura: Pablo (quién busca a Pedro) es el creyente que quiere ver al Espíritu Santo y Pedro es una semblanza del Espíritu Santo. Bajo esa sombra figurativa, — aunque se menciona que el creyente estuvo quince días “entrevistando” al Espíritu Santo—, entendamos esa cantidad no como una medida literal de tiempo, sino como una figura espiritual, es decir, los quince días nos hablan de un lapso de plenitud de misericordia (15), donde debemos permanecer enfocados viendo al Espíritu Santo, buscando, inquiriendo, dialogando con Él. Ese tiempo amado hermano, es hoy (continuamente), la pregunta consecuente en este momento de la explicación es: ¿Cómo puedo entonces ver al Espíritu Santo? La respuesta está en la Biblia, encriptada en todas las veces que el hombre inquirió a Dios para conocer más de Él. Veamos dos ejemplos importantes: A través de un sacerdote: Cuando Dios le instruye a Moisés que Josué sería su sucesor para guiar al pueblo de Israel, no solamente le ordena que imparta de su autoridad sobre Josué, sino que también lo presente delante del sacerdote Eleazar, para que él sea quien pregunte al Señor ante los asuntos donde Josué quiera “entrevistar” a Dios (Números 27:21). Recordemos que los sacerdotes tipifican a los ministros de esta dispensación, es decir que cuando queremos ver al Espíritu Santo debemos recordar que Él también nos habla a través de la cobertura que ha puesto sobre nuestra cabeza; este ejemplo se puede encontrar muy claramente cuando una ovejita pide ministración o consejería de su pastor o ministro, ese siervo de Dios, lleno del Espíritu Santo, guiará a la ovejita de parte de Dios y será como si la ovejita estuviera hablando directamente con el Espíritu Santo, podrá verlo, solamente que lo estará haciendo a través de un vaso con cuerpo terrenal. Por eso es sumamente importante recordar que cuando nos presentamos delante de un ministro lo hagamos con temor de Dios, pues él será utilizado por el Espíritu Santo para que conversemos y lo veamos a Él. Es imprescindible no menospreciar a esos ministros, pues son vasos utilizados por el Señor para nuestra bendición y son el medio que el Espíritu Santo utilizará para que lo veamos y platiquemos con Él. A través de sus veredictos: En algún momento de nuestra vida todos hemos estado al pendiente del resultado de una decisión o veredicto sobre algún tema en particular, sobre todo en los casos difíciles, la orden para Israel era preguntar al sacerdote y acatar el fallo (Deuteronomio 17:9), es decir, en consonancia con lo explicado hasta ahora, a través de la entrevista se obtendría una respuesta divina que nos dejará ver la naturaleza del Espíritu Santo. Nosotros amado hermano podemos ver al Espíritu Santo a través de los veredictos que da para los temas que le consultamos, allí es donde deja ver su naturaleza extraordinaria, allí es donde nuestros ojos se abren para conocerle en facetas que no habíamos visto antes. Cuán hermoso es poder ver al Espíritu Santo a través de sus ministros y de los veredictos que nos hace conocer. ¡Recibámoslos siempre con gratitud y certeza que Él se deja ver y conocer a través de ellos! CITAS BÍBLICAS de estudio Salmo 101:5 Proverbios 21:14 Jeremías 50:31 Romanos 11:18 Deuteronomio 15:9 EDICIÓN 148 JULIO 2022 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN 14 KATANOÉO (G2657) P OR L OUISETTE M O SCO SO Y G I O VANNI SAN D O VA L J UAN 14:17: “Es decir, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni le ve ni le conoce, pero vosotros sí le conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros”. El Señor Jesucristo antes de irse de la tierra les dijo a sus discípulos que no los dejaría huérfanos porque enviaría al otro Consolador, —al Espíritu Santo—, para que estuviera con ellos para siempre ya que el mundo no podría recibirlo porque no lo veía ni le conocía. En cambio, ellos sí lo conocían, porque moraba dentro de ellos, pero cuando decimos ver al Espíritu Santo es necesario que expliquemos que al menos 18 palabras en el griego han sido traducidas como “ver” en nuestras Biblias, y una de ellas es la palabra G2657 Katanoéo que según el Diccionario Expositivo Vine significa: Entender plenamente, considerar cuidadosamente, echar de ver, percibir con claridad, discernir claramente, descubrir, observar, mirar, comprender, ver. Al analizar estos significados entendemos que esta palabra no significa ver literalmente al Espíritu Santo con nuestros ojos naturales ni percibirlo con una mente natural, sino más bien se refiere a verlo en todos los matices de su significado de una manera espiritual — que obviamente el mundo no puede experimentar porque no lo tiene. De esta manera podemos entender mejor lo que el Apóstol Pablo nos dice: “al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven. Porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Corintios 4:18 NBLH). Para entender mejor cómo se puede ver al Espíritu Santo analizaremos algunos versículos que contienen la palabra Katanoéo y en cuya traducción al español se utilizó la palabra ver: “¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y dejas de ver la viga que está en tu ojo?” (Mateo 7:3 RV1990). Otras versiones lo tradujeron: ¿No consideras, no echas de ver, no reparas en la viga que está en tu propio ojo? Cuando podemos considerar nuestra condición delante de Dios, entonces estamos viendo al Espíritu Santo. “Jesús vio su astucia y les dijo: “Muéstrenme una moneda” (Lucas 20:23 BLA2005). En otras versiones se tradujo percibiendo, entendiendo, dándose cuenta de su astucia, entre otras. Esto quiere decir que ver al Espíritu Santo se puede percibir con la intención con la que alguien se nos acerca porque nos ayudará a discernirlo. “Pues, si escuchas la Palabra pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo; te ves a ti mismo, luego te alejas y te olvidas cómo eres” (Santiago 1:23-24 NTV). Otras versiones tradujeron contempla, considera su rostro en un espejo. Aplicar la Palabra de Dios a nuestra vida para arreglarnos delante Él es sinónimo de ver al Espíritu Santo. “Y sin debilitarse en la fe contempló su propio cuerpo, que ya estaba como muerto puesto que tenía como cien años, y también la esterilidad de la matriz de Sara; sin embargo, respecto a la promesa de Dios, Abraham no titubeó con incredulidad, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, y estando plenamente convencido de que lo que Dios había prometido, poderoso era también para cumplirlo” (Romanos 4:19-21). El contemplar su cuerpo anciano y la esterilidad de Sara significa que Abraham supo que eso era imposible naturalmente que sucediera, pero su fe le permitió confiar en el poder de Dios para recibir la promesa y decidió no ver con sus ojos naturales, andar por fe y no por vista (ver 2 Corintios 5:7). En la versión Jünemann en el Antiguo Testamento aparecen algunos versículos bíblicos con la misma raíz griega, entre ellos encontramos algunos muy interesantes: “Perece el justo, y no hay quien se preocupe; mueren los piadosos, y no hay quien entienda que el justo es quitado para librarlo del mal” (Isaías 57:1 RV1990). El Espíritu Santo nos abre el entendimiento para comprender los propósitos de Dios en todo lo que permite que suceda, porque no hay despropósitos en Él. “En sus banquetes hay lira y arpa, pandero y flauta, y vino, Pero no contemplan las obras del SEÑOR, Ni ven la obra de Sus manos” (Isaías 5:12 NBLH). El Espíritu Santo nos permite valorar las cosas que el Señor ha hecho, sobre todo en nuestra propia vida para entender que los deleites que el mundo ofrece son efímeros y vanos. “Quiero meditar en tus preceptos y tener los ojos fijos en tus sendas” (Salmo 119:15 MN). En otras versiones se tradujo: Considerar, prestar atención, fijarse en sus caminos. Esto se refiere a considerar cuidadosamente sus preceptos para no perderlos de vista y andar en ellos. Aún debemos conocer más del Espíritu Santo que es el Dios no conocido de muchos cristianos, porque Él es el cumplimiento de la promesa del Señor cuando dijo en Mateo 28:20 “…y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Él es la presencia y el poder del Cristo resucitado en nuestra vida, y aunque nuestros ojos físicos no puedan verlo, nuestros ojos espirituales lo ven continuamente porque el Espíritu Santo nos capacita para hacerlo. CITAS BÍBLICAS de estudio Lucas 6:41 Lucas 12:24,27 Hechos 7:31-32 Hechos11:6,27:39 Hebreos 3:1, 10:24 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN EDICIÓN 148 JULIO 2022 15 OPTOMAI U OPTANOMAI (G3700) P OR EDWIN CAS TAÑEDA Y LUI S M ÉNDEZ D IOS HA DISPUESTO que para quienes le busquen, más allá de solamente escuchar, quienes caminen como discípulos buscando estudiar y conocer más sobre Él, que se les conceda el conocer misterios que para otros serán ocultos y para ellos manifiestos (Mateo 13:11). La Palabra del Señor nos dice: “es decir, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni le ve ni le conoce, pero vosotros sí le conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros” (Juan 14:17 LBLA). Cuando le ponemos atención al versículo anterior apreciamos que el conocimiento del Espíritu Santo no es para todos ya que la mayor parte del mundo lo pasa desapercibido y muchos creyentes del pueblo de Dios lo tienen como la manifestación de Dios no conocida porque no le reconocen ni buscan, pero para quienes van más allá, hay una esperanza, que es la de verle y conocerle. El ver y conocer al Espíritu Santo no es algo que esté vedado, el versículo describe que es posible verle por eso este estudio se hará bajo la perspectiva de la palabra G3700 Optomai, que según el Diccionario Strong se traduce: Mirar fijamente, con ojos bien abiertos, como a algo asombroso. Esta definición nos expresa una sobrenaturalidad, deja conocer que es fuera de lo normal y es ahí, fuera de ello, donde Dios quiere que le veamos. La Iglesia del inicio estaba esperando la promesa que el Señor Jesucristo les instruyó que debía de venir, conocieron al Espíritu Santo viéndolo Optomai, posando sobre ellos con forma de fuego, “y se les aparecieron [Optomai] lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos” (Hechos 2:3). Esto marcó el inicio de una nueva dispensación para la humanidad, donde la Iglesia emerge, conformada primeramente por israelitas a los cuales en breve se le sumaron los gentiles para volverse una sola entidad sin distinción. El Espíritu Santo se manifestó y fue visible como lenguas de fuego, llenando a los discípulos que se encontraban en el aposento alto. A Moisés también se le manifestó Dios con fuego cuando le habló sobre su llamado, “Y pasados cuarenta años, SE LE APARECIÓ [Optomai] UN ANGEL EN EL DESIERTO DEL MONTE Sinaí, EN LA LLAMA DE UNA ZARZA QUE ARDÍA” (Hechos 7:30 LBLA). Esa llenura del Espíritu Santo —el fuego de Dios— es lo que permitirá que sea habilitado en nosotros la visión Optomai. La llenura del Espíritu Santo nos dará un nuevo enfoque de vida donde dejaremos de ser manejados por nuestra alma para dar paso a la guía de Dios y alcanzar una dimensión de visión espiritual diferente, como le sucedió al Apóstol Pablo quien tuvo su encuentro con Dios cuando le botó la ceguera en la que vivía (Hechos 9:17). Luego de ello, el apóstol nunca más fue igual, la dimensión a donde fue llevado le cambió su vida y a pesar de ser formado en el estudio de las Escrituras como fariseo, luego de esta etapa se le reveló no solamente lo ya escrito, sino que se convirtió también en escritor de lo que hoy conocemos como el Nuevo Testamento, siendo autor de 14 escritos. Si incluimos dentro de ellos la Carta a los Hebreos, Pablo tuvo la revelación de ser el perito arquitecto de la Iglesia, así como fue también un apóstol fundador de muchas iglesias, un varón poderoso en obras y palabra. Dios quiere también esa dimensión para nosotros para llenarnos de su Espíritu Santo y botarnos esa ceguera espiritual, pero esto se amplía a otros beneficios como el de tener y mantener un corazón limpio, algo que solamente Dios puede hacer. Pero ¿cómo limpiarnos de todo el pecado que nos envuelve? Dios en su misericordia a través del sacrificio de Jesucristo y como bendición adicional, nos dice, si te mantienes con ese corazón limpio, yo te concedo verme (Mateo 5:8). El ser obedientes a la voluntad del Hijo de Dios también puede habilitarnos esa visión que permita que veamos la vida eterna, “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá [Optomai] la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él” (Juan 3:36 LBLA). Por eso los desobedientes observarán el castigo de Dios en sus vidas. La sobrenaturalidad de la gloria de Dios y de los cielos abiertos también será posible verse cuando avancemos en esa visión al creer y actuar en fe de que ello es posible (Juan 1:51). El buscar la paz, la santidad y mantenerse purificado también son activadores para ver el Espíritu Santo (Hebreos 12:14; 1 Juan 3:2), por eso el Espíritu se dejará ver si buscamos alcanzar esas cosas en nuestro caminar espiritual. La Iglesia está llamada a vivir de manera poderosa, en sobrenaturalidad y en plenitud de vida si deja llenarse por el Espíritu Santo y mantiene una vida en donde el fuego de Dios permanezca ardiendo. Nosotros somos esa última generación, los del último turno a quienes Dios sale a buscar e invitar para participar de la plenitud de su gracia: “sino como está escrito: AQUELLOS A QUIENES NUNCA LES FUE ANUNCIADO ACERCA DE EL, VERAN [Optomai], Y LOS QUE NO HAN OIDO, ENTENDERAN” (Romanos 15:21 LBLA). CITAS BÍBLICAS de estudio Hechos 2:17 Hechos 7:2 Mateo 17:2 Mateo 24:30 Mateo 26:64, 28:7 Juan 1:50 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN EDICIÓN 148 JULIO 2022 17 HORAO (G3708) P OR SAMMY PÉREZ Y W ERNER O CHO A L A BIBLIA NOS enseña en Juan 14:17 que el mundo no puede recibir al Espíritu de verdad, es decir, al Espíritu Santo, porque no lo ve y no lo conoce. También nos explica que nosotros sí lo conocemos porque mora en nosotros. Para ir comprendiendo esto debemos entender cómo aparece y se muestra el Padre y el Hijo a nuestras vidas, y así ir entendiendo también como se nos muestra el Espíritu Santo. Manifestación del Padre: El Apóstol Pablo dice que ahora vemos por un espejo, veladamente, pero llegará el momento que veremos a Dios cara a cara así como Jacob y Moisés lo hicieron (Génesis 32:30; Éxodo 33:11). Esto parecería imposible, sin embargo, es una verdad que todo hijo de Dios debe anhelar que nos lleva a considerar que el Señor se puede presentar a nosotros por medio de un sueño (Génesis 20:3), una visión (Génesis 15:1) o de forma física (Jeremías 31:3). aquellos que le recibieran como Señor y Salvador (Efesios 1:13). Manifestación del Hijo: La Palabra dice que muchos por aquel tiempo observaron la gloria del Unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad (Juan 1:14) y muchos no pudieron verle porque sus ojos estaban llenos de oscuridad (Juan 3:19). Para ver al Señor debemos tener algunos requisitos como buscar la paz y la santidad (Hebreos 12:14). Jesús sanó a muchos ciegos (Juan 9:1-7; Marcos 8:22-25), cumpliendo lo profetizado por Isaías cuando dijo: “…Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y la recuperación de la vista a los ciegos …” (Lucas 4:15-21), es decir que nuestros ojos biológicos y espirituales deben ser sanados para ver la majestad de nuestro Dios. Un ejemplo es Nicodemo quien veía con claridad lo físico pero lo espiritual no lo podía ver porque no había nacido de nuevo, por eso para ver el Reino de Dios es necesario nacer del agua y del Espíritu (Juan 3:1-3). Posteriormente cuando Jesús resucita se presenta a sus discípulos y sopla sobre ellos para recibir al Espíritu Santo (Juan 20:22), esto significa que Jesús es la puerta que nos conduce al Padre y al Espíritu Santo (Juan 14:6, 16-17). Incluso, cuando el Espíritu Santo se manifestó en el bautismo del Señor, nadie lo vio excepto Juan el Bautista quien fue testigo ocular de su manifestación corpórea (Juan 1:32-33). Ahora veamos de qué maneras se puede mostrar el Espíritu Santo: Aparecer o mostrar es tener experiencias con el Espíritu Santo: La Biblia dice que nadie ha visto jamás a Dios, excepto el Unigénito Dios que está en el seno del Padre (ver Juan 1:18). La palabra visto en este versículo es el término G3708 Horao y según el Diccionario BDB Definitions significa: Ver con los ojos, ver con la mente, percibir, saber, ver, experiencia, experimentar, ver, mirar, prestar atención. Al recibir el Espíritu Santo se recibe poder (Hechos 1:8) y la capacidad de tener experiencias con Él, como sus dones para edificación y sus frutos con la ley del Espíritu de vida que ha libertado de la ley del pecado y de la muerte (Romanos 8:2). Todo esto para que se cumpla cuando dice: “irán de poder en poder, hasta ver a Dios en Sión” (Salmo 84:7). Estas nuevas experiencias son figuras de manzanas las cuales reaniman el anhelo de ver al Señor (Cantares 2:5). La promesa del Espíritu Santo morando en nosotros: La Biblia enseña que nuestro Dios utiliza parejas para llevar a cabo su obra divina: Moisés y Aarón (Éxodo 4:27), Josué y Caleb (Números 14:6), Priscila y Aquila (Romanos 16:3). De igual manera en el super plan de salvación el Padre envió a la tierra a su Hijo y al Espíritu Santo para realizar la obra de salvación y redención. El Hijo, es decir, Jesús, se manifestó en forma corporal para salvar a la humanidad (Juan 1:1-4), mientras el Espíritu Santo vendría a morar para siempre en los creyentes. Este privilegio no se había dado en los pactos anteriores, ya que el Espíritu vino a hacer morada por primera vez en la vida de Jesús (Juan 1:32-34) y posteriormente en la vida de todos Ver la gloria del Espíritu Santo a través de la predicación del evangelio: Por eso los profetas que tenían el Espíritu de Cristo escudriñaban diligentemente e inquirían saber en qué tiempo y para quiénes estaba reservada ver la gloria del Espíritu Santo a través de la predicación del evangelio, cosas que los mismos ángeles desean mirar (1 Pedro 1:10-12). Bautismo del Espíritu Santo por imposición de manos: La Biblia enseña que Simón el mago creyó en el Señor estando atónito al ver las señales y estuvo presente cuando los apóstoles imponían manos y los creyentes recibían el Espíritu Santo (Hechos 8:13). En este punto Simón tuvo la capacidad de ver —Horao— cuando los creyentes recibían al Espíritu Santo a través de la imposición de manos, pero lamentablemente después quiso ofrecer dinero para hacer esto (Hechos 8:18). En este contexto podemos entender que una de las formas en que se muestra el Espíritu Santo es cuando los ministros oran e imponen manos en los creyentes y se evidencia que han sido bautizados en el Espíritu Santo. CITAS BÍBLICAS de estudio Génesis 32:30 Éxodo 33:11 Hebreos 12:14 Isaías 6:5 Génesis 20:3, 15:1 Jeremías 31:3 EDICIÓN 148 JULIO 2022 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN 18 PRO ORÁO (G4308) P OR PABLO ORE LLANA H ECHOS 2:25 LBLA: “PORQUE DAVID DICE de Él: VEIA SIEMPRE AL SEÑOR EN MI PRESENCIA; PUES ESTA A MI DIESTRA PARA QUE YO NO SEA CONMOVIDO”. Porque David dice de Él: Veía al Señor siempre delante de mí. El Apóstol Pedro cita el testimonio de David en el Salmo 16:8-11 (LBLA), porque los judíos entendían que este salmo se refería al Mesías (al Hijo de David). David dice “yo” pero no habla de sí mismo, sino de su Hijo (descendiente), el Mesías (Cristo). Por eso, en este salmo Cristo dice al Padre, “veía al Señor,” indicando que el Padre siempre estaba con Él para ayudarle y consolarle, porque el Hijo siempre hacía las cosas que agradaban al Padre. Este salmo revelaba que Cristo iba a morir y resucitar para sentarse en el trono de David, es decir, que no ocuparía su trono antes de morir y resucitar, sino después. Los apóstoles predicaron esto en las sinagogas de los judíos: “...era necesario que el Cristo padeciese...” (Hechos 17:3). La palabra veía se traduce del griego G4308 Proorao que según el Diccionario Tuggy significa: Ver desde antes, no perder de vista, mirar constantemente. Podemos notar que la muerte y resurrección de nuestro Cristo bendito estaba profetizada de antemano como Él mismo lo dijo: “Y les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre mí está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos” (Lucas 24:44 LBLA). Y así también Cristo enviaría la promesa del Padre (Lucas 24:49 LBLA), pero si prestamos atención, el Señor hizo lo siguiente: “les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras” (Lucas 24:45). Esto fue para que entendieran que se estaba cumpliendo a cabalidad lo profetizado en las Escrituras, pero también la promesa de la llenura del Espíritu Santo el cual los investiría de poder de lo alto (Lucas 24:49), y que también les enseñaría y recordaría, “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho” (Juan 14:26 LBLA). Si la palabra Proorao se puede traducir ver desde antes, no perder de vista y mirar constantemente, sin lugar a duda el Señor nos está diciendo que no perdamos de vista las Escrituras, porque ellas dan testimonio de Él (Juan 5:39 RV1960), pero que Él mismo es la Palabra hecha carne (Juan 1:1-4 RVC). Tampoco debemos perder de vista la visitación y llenura del Espíritu Santo que por medio del entendimiento de la Palabra viene sobre nuestras vidas. El Antiguo Testamento contiene la profecía más profunda acerca del derramamiento del Espíritu Santo sobre todos los creyentes, varios versículos del Profeta Joel contribuyeron poderosamente al mensaje del Nuevo Testamento: “…Y después de esto derramaré de mi Espíritu sobre toda carne…” (Joel 2:28-30 LBLA). El comienzo del cumplimiento de esta profecía acerca de la promesa del Espíritu Santo tuvo lugar el día de Pentecostés en el aposento alto, y esto fue lo que el Apóstol Pedro dijo en su predicación en aquel día. Pedro citó este pasaje de la promesa del Espíritu Santo y explicó que su derramamiento en aquel día era el comienzo del cumplimiento de la profecía de Joel (Hechos 2:14-21). La profecía de Joel 2:28-30 es una promesa continua para todos los que acepten a Jesucristo como su Señor hasta el día de hoy, porque todos los que han creído pueden y deben ser llenos del Espíritu Santo: “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos 2:39). El Antiguo Testamento también revela que el Espíritu Santo fue una manifestación de la presencia de Dios, por eso, cuando David confesó su pecado, le suplicó a Dios: “No me alejes de tu presencia ni me quites tu santo Espíritu” (Salmo 51:11). Otros pasajes también notan su rol en el Salmo 139:7 y Hageo 2:4-5. En el Antiguo Testamento también vemos la obra del Espíritu Santo para poder lograr un programa divino, por ejemplo, las obras de Sansón fueron hechas cuando “…el Espíritu del Señor vino con poder sobre él…” (Jueces 14:6, 15:4). Hay muchos más ejemplos, como el trabajo del Espíritu dentro de José (Génesis 31:8), Moisés y los setenta ancianos de Israel (Números 11:17), Gedeón (Jueces 6:34), David (1 Crónicas 28:12) y muchos más. El último rol del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento es su relación con Cristo (Isaías 42:1). Cuando Jesús fue bautizado en el río Jordán leemos: “y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma …” (Lucas 3:22); claramente revelando que Jesús era el Mesías. El mismo Espíritu involucrado en la creación del universo vive con aquellos que siguen a Cristo hoy en día, y por eso los cristianos gozamos de sus beneficios diariamente a causa de una relación personal con Dios por medio de la presencia del Espíritu Santo. El Espíritu quien fortaleció a Sansón y causó que David perdiera la compostura ahora nos fortalece y llena de alegría. “…No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu, dice el Señor Todopoderoso” (Zacarías 4:6). Estemos confiados que a todos los que estén sedientos se les derramará la presencia y llenura del Espíritu Santo para así poder hacer la obra llenos de su poder. ¡Maranatha! CITAS BÍBLICAS de estudio Hechos 2:17 Hechos 7:2 Mateo 17:2 Mateo 24:30 Mateo 26:64, 28:7 Juan 1:50 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN EDICIÓN 148 JULIO 2022 19 SKOPEO (G4648) P OR PABLO ARAN A J UAN 14:17 LBLA: “Es decir, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni le ve ni le conoce, pero vosotros sí le conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros”. Este es un año del Espíritu Santo y hemos sido enseñados que es necesario buscar constantemente ser llenos de Él y ser habilitados en los dones que nos da para seguir avanzando en el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6), sabiendo que el camino es Cristo, la verdad es el Espíritu Santo y la vida es la meta que es el Padre. Podemos llegar a la conclusión que lo que el Señor quiere para nosotros en esta evolución en la etapa de la verdad confluye en el ministerio del Espíritu Santo. Así que por esto sabemos que hemos sido llamados a la comunión con el Espíritu Santo, pero ¿cómo podemos tener comunión si primero no lo conocemos? Vemos en la Biblia que el Señor dice que dejará al Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir porque no le ve ni le conoce (ver Juan 14:17), sin embargo, sí hace la afirmación que nosotros le conocemos, porque mora con nosotros y estará en nosotros, lo cual conlleva una evolución: De conocer a morar a estar en nosotros. Pero también podemos entonces preguntarnos ¿a diferencia de los que están en el mundo, podemos nosotros verlo? Podría ser que haya cristianos que conocen al Espíritu Santo y han sido llenos de Él, así que también está en ellos, pero aún no lo han visto y esa es precisamente la siguiente fase en la evolución de la ministración del Espíritu Santo. Debemos buscar y anhelar ver al Espíritu Santo y para ellos podemos analizar las diferentes palabras en la Biblia que significan “ver”, una de ellas es G4648 Skopeō, que su traducción es: Poner atención a, fijarse bien en, cuidarse de, interesarse por, considerar (implica una consideración mental), apuntar, pensar continuamente en. Estos significados son importantes para descubrir cómo podemos ver al Espíritu Santo, vemos que algunas de las connotaciones tienen que ver con la mente y con lo que pensamos, así que inferimos que vemos al Espíritu Santo dependiendo de lo que hay en nuestra mente y si lo tenemos constantemente en nuestros pensamientos, quizá por eso nos advierten: “Con toda diligencia guarda tu corazón [mente], porque de él brotan los manantiales de la vida” (Proverbios 4:23). Así que el primer paso es cuidar qué hay en nuestra mente y podemos verlo en Lucas 11:35 donde se usa esta palabra: “Mira [G4648], pues, que la luz que en ti hay no sea oscuridad.” Y nos está hablando de que nuestro ojo es la lámpara de nuestro cuerpo, así que debemos preguntarnos ¿qué estamos viendo, o qué es lo que más vemos? Pues lo que pensamos dependerá en gran manera de esto. Por ejemplo, es sabido que la pornografía es una adicción que incluso puede cambiar la estructura del cerebro, que luego experimenta menos placer, lo que puede conducir incluso a la depresión. Así que lo que vemos con nuestros ojos físicos puede estar saturando nuestra mente de cosas que también nos impidan ver en lo espiritual y tampoco alcanzar a ver al Espíritu Santo. Otra de las acepciones importantes de esta palabra que debemos analizar es la de tener cuidado, con la implicación de una respuesta frente al peligro: “Y os ruego hermanos, que miréis [G4648] los que causan disensiones y escándalos contra la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos” (Romanos 16:17). Esto quiere decir que, si queremos ver al Señor, es fundamental tener cuidado de a quiénes estamos oyendo, qué doctrina estamos recibiendo con lo que oímos, ya que esto nos podría inhabilitar para ver al Espíritu Santo. Sobre esta misma línea también vemos qué influencia sí nos puede habilitar para verlo, al analizar esta palabra en su acepción de observar a aquellos que caminaban siguiendo el ejemplo del Apóstol Pablo: “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad [G4648] los que así anduvieren como nos tenéis por ejemplo” (Filipenses 3:17). Finalmente, consideremos la acepción de esta palabra que significa “apuntar a” (relacionado con G4649 Skopos , que se traduce como blanco, marca o meta), y relacionándolo con la connotación de nuestra mente y lo que pensamos, es importante mantener nuestra mente en un objetivo, en una meta que anhelamos alcanzar, ya vimos al inicio que nuestra meta debe ser llegar al Padre y ese es el objetivo que constantemente debería estar en nuestros corazones para que despierte en nosotros la motivación correcta para ir alcanzando los galardones, frutos y dones mientras vamos por el Camino y alcanzamos la Verdad, lo cual desemboca en una forma de ver al Espíritu Santo. CITAS BÍBLICAS de estudio 2 Corintios 4:18 Filipenses 2:4 Gálatas 6:1 EDICIÓN 148 JULIO 2022 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN 20 PHAÍNO (G5316) P OR VIL MA CRUZ E L ESPÍRITU SANTO nos permite percibirlo y verlo por medio de una manifestación llamada Phaíno que según el Diccionario Strong se traduce del griego iluminar (brillar) o mostrar y acorde al Diccionario Vine significa ser “visto”. Es decir que con cada manifestación que el Espíritu Santo tiene hacia nosotros es porque se nos está mostrando (Phaíno). Un ejemplo bíblico de esta palabra la encontramos cuando el Señor Jesucristo enseñaba: “y cuando oréis, no seáis como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos [Phaíno] por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa” (Mateo 6:5 LBLA). Es decir, si el propósito de nuestra oración es ser vistos por las personas como hacían los religiosos hipócritas del tiempo del Señor, nos impedimos ver la manifestación del Espíritu Santo y aunque seamos bien articulados al hablar y nuestra oración se escuche bien, si oramos teniendo como prioridad llamar la atención de los demás y no la atención del Señor, nuestra oración será infructuosa. También es importante que evitemos usar largas repeticiones creyendo que eso nos hace más espirituales (Mateo 6:7). “Y así mismo, también el Espíritu ayuda nuestra debilidad, pues no sabemos qué orar como conviene, pero el mismo Espíritu intercede con gemidos indecibles” (Romanos 8:26 BTX3), por eso cuando nos dirijamos a nuestro Padre celestial hagámoslo sabiendo que el Espíritu Santo es quien va a trasladar esa oración directamente a Dios porque no está en nuestra naturaleza humana saber cómo comunicarnos con Él correctamente ya que Él es Santo, pero su misericordia manifestada por medio de su Santo Espíritu es quien intercede a favor de nosotros, nos enseña cómo acercarnos al trono de la gracia y orar como conviene, entonces tendremos su manifestación (Phaíno) y lo habremos visto. También podemos orar a solas (Marcos 1:35) o en público (Lucas 3:21), lo importante es hacerlo con sinceridad delante de Él, con palabras reales, devoción, respeto y de todo corazón; con amor, sabiendo que si lo hacemos así, el Altísimo Señor nos escuchará y el Señor Espíritu Santo se dejará ver haciendo nuestra oración efectiva. Por otro lado, Jesucristo señaló en varias ocasiones la hipocresía de los escribas y fariseos invitando a hacer lo que ellos decían, pero no lo que hacían (Mateo 23:3). Es muy importante entonces ser transparentes delante del Espíritu Santo y así poder ver su manifestación a nosotros. Este versículo nos confronta y nos invita a reflexionar si algunas veces hemos cometido el error de tener apariencias al orar. Si nuestro corazón no corresponde a las acciones externas nos estamos equivocando y debemos cuidarnos de nosotros mismos para no ser sepulcros blanqueados que por fuera se ven hermosos, pero por dentro están lejos de la fuente de vida (Mateo 23:27), y así es necesario examinarnos y si encontramos en nosotros algo semejante a esto, aprovechemos esta palabra para ser limpios y mejores delante de Dios porque le amamos y queremos verle (Apocalipsis 22:11). Otra forma de experimentar el Phaíno del Espíritu Santo y a su vez ser escuchados por Él es a través de nuestras actitudes al ofrecerle un sacrificio o una ofrenda: “Y cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas; porque desfiguran sus rostros para mostrar [Phaíno] a los hombres que están ayunando. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no hacer ver a los hombres que ayunas, sino tu Padre que está en secreto y tu Padre que ve [Phaíno], en lo secreto te recompensará” (Mateo 6:16-18). Si de corazón sincero le damos algo al Señor hagámoslo a solas, secretamente y sin hacer alarde con nadie, sino guardando en el corazón la satisfacción y el gozo que da el hecho de poder darle o hacer algo para Él (Mateo 6:4). Cuando Él lo recibe es un “Phaíno” en lo secreto a nosotros, es decir, se manifiesta para verlo y nos recompensa. Poder ver y palpar el rostro del Señor por medio del Espíritu Santo debe ser un anhelo en nuestro corazón sobre todas las cosas, incluso, el secreto de Dios es donde lo podremos encontrar, en donde, por así decirlo, lo “Phaíno”. La palabra secreto es la G2927 Kruptos que se traduce oculto, privado, o escondido y recordemos que quién escudriña el secreto del corazón es el Espíritu Santo de Dios (Salmo 44:21): “y aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El Espíritu intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios” (Romanos 8:27). El Espíritu Santo de Dios es quien comunica al Altísimo todas las cosas y por ello es vital para nosotros ser apercibidos de esto para acercarnos con temor y temblor reverente a Él, buscando verle, sentirle, ver su brillo, percibir su gran amor y el cuidado que como consolador nuestro nos tiene (Juan 14:26). ¡Hosanna! CITAS BÍBLICAS de estudio Lucas 14:12-14 2 Reyes 4:33 Isaías 26:20 Hebreos 10:22 2 Corintios 6:6 2 Timoteo 1:14 AÑO DE LA REIVINDICACIÓN EDICIÓN 148 JULIO 2022 21 PHANTAZO (G5324) P OR DIEGO FIGUERO A A LO LARGO de la presente revista hemos aprendido acerca de las diferentes formas en que se puede ver al Espíritu Santo por medio de sus diferentes representaciones bíblicas. Ahora aprenderemos acerca de la palabra griega G5324 Phantazo, que nos habla de aparecer algo y de hacerlo aparente. El Diccionario Vine nos dice que hace visible a algo. En esta ocasión haremos un viaje por el capítulo 12 de la Carta a los Hebreos; en donde hemos entendido que el autor es el Apóstol Pablo y por tal razón él expresa y repite con tal libertad lo que le sucedió a Moisés —quien fue un tipo de apóstol— siendo el guía y enviado de Dios para la libertad del pueblo de Israel, lo mismo que fue Pablo para la Iglesia; por esto, pudo comparar al Monte Sinaí (Israel) con el Monte de Sión (Iglesia). El pueblo de Israel llevaba apenas tres meses de haber sido liberado de la cautividad egipcia y de repente el Señor se muestra poderosamente a ellos con diferentes manifestaciones físicas de su Espíritu para darles instrucciones puntuales acerca de su santidad y lo que exigía para que vivieran una vida de paz y obediencia a Él (ver Éxodo 19, 20). Pero ahora en Hebreos se nos habla a nosotros, la Iglesia del final de los tiempos y se nos dice que de la misma manera que Israel vio señales palpables, nosotros también la veremos: “y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando” (Hebreos 12:21 RV1960). Este texto nos muestra que la magnificencia del Señor hace que una persona quede totalmente impactada a causa del poder que proviene de las señales de Dios; pero, si Moisés e Israel tuvieron estas experiencias impactantes en tan solo tres meses de haber tenido su libertad, ¿no deberíamos nosotros, la Iglesia del Señor Jesucristo que nos encontramos en un pacto mayor que ellos, tener experiencias similares, y me atrevo a decir, mayores? La respuesta es sí, ya que Jesús dijo que mayores cosas veríamos por medio de otra palabra que se dio en esta revista, G3700 Optanomai que se refiere a mirar fijamente (ver Juan 1:50 RV1960). Y así como Moisés quedó impactado por tal poder y manifestación de Dios en el Monte Sinaí, ahora nos toca a nosotros ver cosas mucho más gloriosas, pero en el Monte Sión; donde el Señor Jesucristo se manifiesta hoy en día a sus hijos por medio de su Iglesia para mostrar su poder. De Hebreos 12:22 al 24 se nos habla de varias manifestaciones a las que nos acercamos actualmente: 1) Monte Sión, 2) A la Jerusalén Celestial, la Ciudad del Dios vivo, 3) A miríadas de ángeles (cada miríada son 10,000 ángeles), 4) A la Asamblea General e Iglesia de los primogénitos inscritos en los cielos, 5) A Dios el juez de todos, 6) A los espíritus de los justos hechos ya perfectos, 7) A Jesús el mediador del nuevo pacto, 8) Y a la sangre de Jesús. Lo lindo e impactante es que tenemos 8 manifestaciones del Monte de Sión y el número 8 es número de reinicio. Con esto, nuestro Señor nos dice que la Iglesia manifestada a través del Monte de Sión (1 Pedro 2:6), reinicia nuevamente la libertad con la que Israel comenzó a escuchar a Dios en el Monte Sinaí en donde recibieron los mandamientos (ver Éxodo 20); pero ahora en la nueva etapa de la Iglesia poderosa en donde se verán y se están viendo ya estas 8 manifestaciones. Ahora bien, lo que ahora nos toca es tomarnos de la fe por medio de la palabra Phantazo —que nos habla de aparecer algo y de hacerlo visible— para que se hagan manifiestas en nuestra vida las 8 señales del capítulo 12 de Hebreos. A lo que quiero llegar con esto es que por medio de la fe ahora nos toca escuchar la voz de nuestro pastor; quien digamos que tomaría la batuta de lo que enseñó el Apóstol Pablo y Moisés, para entender y aceptar el mensaje que Dios le da, creer y que sean reales en nuestras vidas las manifestaciones visibles del Espíritu de Dios que se mueve dentro de nosotros y a nuestros alrededores. Entonces, solamente así es que nos hemos acercado al ámbito espiritual de Dios que mueve y maneja nuestros ambientes; ya que, no nos hemos acercado a un monte que no se puede palpar ni realmente experimentar, como era el Monte Sinaí (Éxodo 19:12), sino a la realidad de Dios y su Reino verdadero y visible. Por tanto, si tenemos fe al recibir las predicaciones de nuestro pastor, según Hebreos 12 veremos a Dios, veremos ángeles e incluso podríamos ver a personajes bíblicos que ya son perfectos; asimismo, el Señor Jesucristo podría manifestarse a nuestras vidas de una manera visible. Pero si quisiéramos ser tan literales en lo que se refiere a cosas físicas, nosotros ya nos hemos acercado y palpado el Monte de Sión por medio de la Santa Cena que es la representación de la sangre y el cuerpo de Jesús. Es decir, por medio de participar de ella ya hemos visto con nuestros ojos —por medio de la fe— la sangre del Cordero por ser miembros privilegiados del Monte de la Iglesia. Es como si el Señor nos dijera: “Hijos, entren a mi Reino y vean, ya tienen pagada su membresía ilimitada, mi Hijo ya la pagó”. CITAS BÍBLICAS de estudio Apocalipsis 21:10 Apocalipsis 19:10 Apocalipsis 17:14 Daniel 7:9 Apocalipsis 1:13 Efesios 2:13 Recordar las maravillas de Dios en el pasado, consuelan en el presente ¡Cuán importante es recordar! Así como el salmista decía a su propia alma: “Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios”. Nuestra memoria es como un pegamento que mantiene unidos muchos aspectos de nuestra vida, y en lo espiritual es muy importante porque nos permite tener presente en nuestro corazón las promesas de Dios en los momentos más difíciles. Hoy quiero hacer memoria de la obra y las maravillas que el Señor ha hecho conmigo. En agosto del año 2020 fui diagnosticado con cáncer en la etapa más avanzada en que se cataloga ese cáncer en particular, por lo que tenía un pronóstico muy complicado. Afortunadamente contaba con la juventud, fuerza y recursos para afrontar tan grande prueba (o al menos eso pensaba yo), y es que a veces decimos confiar en Dios, pero realmente estamos confiando principalmente en nuestras propias fuerzas. Lo que yo no sabía es que me quedaría sin esas fortalezas hasta que no me quedara más que aprender a confiar totalmente en Dios. Primero perdería totalmente mi fuerza y vigor. Comencé el tratamiento con dos cirugías y múltiples ciclos de quimioterapia, un proceso arduo que tuvo consecuencias terribles en mi cuerpo, llegando al punto de quebrarme tanto física como emocionalmente. Al fallar estos tratamientos fue necesaria una cirugía de rescate, que fue una cirugía mayor muy complicada, de mucho riesgo y recuperación difícil, lamentablemente esta también falló, entonces lo intentamos con radioterapia, pero también esto falló. En ese momento fue necesario buscar otras opciones y fui recomendado a salir del país para tener una nueva oportunidad de recuperación. Fue entonces cuando también cayó la fortaleza que tenía en mi mente sobre mis recursos, pues mi seguro no cubriría esos nuevos gastos, que para mí afrontarlos parecía una tarea imposible. Sin embargo, los imposibles no aplican para nuestro Dios, porque en su inmensa bondad y misericordia comencé a ver cómo se manifestaba como mi proveedor, me abrió las puertas para ir al hospital adecuado donde realizaron una nueva cirugía, pero esta vez exitosa. Y el Señor también se manifestó a mi vida como mi sanador, revirtió un diagnóstico de un cáncer incurable a una sanidad completa. Finalmente estoy aquí, un año después de esa última cirugía, y no por mí mismo, sino porque nuestro Dios es fiel. Así que hoy lo quiero traer a memoria para darte esperanza, porque, aunque estés pasando por calamidad, aunque todo falle y pierdas todas tus fuerzas, recuerda que no todo está perdido, siempre tenemos esperanza, los que esperamos en el Señor. Pablo Arana BIBLIOTECA DE LAS DE ESTA REVISTA VIENDO AL ESPÍRITU SANTO, PARTE IV VIENDO AL ESPÍRITU SANTO, PARTE II https://bit.ly/3ujIk7A https://bit.ly/3AlIU8x VIENDO AL ESPÍRITU SANTO VIENDO AL ESPÍRITU SANTO https://bit.ly/3Alr9Gv https://bit.ly/3OTNIGV VIENDO AL ESPÍRITU SANTO, PARTE III https://bit.ly/3umHFCf NOTA: haz clic en la dirección de cada video para ver la enseñanza