LA JEFATURA DEL ESTADO: LA CORONA. FUNCIONES CONSTITUCIONALES DEL REY. SUCESION Y REGENCIA. LA JEFATURA DEL ESTADO: LA CORONA El art. 56 establece las características fundamentales de esta institución: “El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.” La Corona se configura en la Constitución sobre los siguientes principios generales: La Constitución mantiene la Monarquía Parlamentaria en la que los poderes del Rey son más simbólicos y moderados arbitrando los tres poderes del Estado. El Título II tiene una protección especial en relación con la posible reforma constitucional, estableciéndose la obligación de seguir -el procedimiento de máxima rigidez previsto en el art. 168. La Corona es el órgano constitucional que encarna la Jefatura del Estado, representada por su Majestad D. Felipe VI. FUNCIONES CONSTITUCIONALES DEL REY Funciones Genéricas. Del artículo 56 se deducen las siguientes funciones. Función simbólica: es símbolo de la integridad del Estado en dos perspectivas: 1) frente a la división orgánica de poderes. 2) La corona simboliza igualmente al Estado español uno, en relación con la Comunidades Autónomas. Función representativa en las relaciones internacionales. Función arbitral y moderadora: A través de la capacidad de influencia que posee arbitra y modera el funcionamiento de las instituciones. Las otras funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes. Funciones concretas. El Monarca cuenta con una serie de atribuciones concretas para llevar a cabo las funciones genéricas antes enumeradas. Se recogen principalmente en los arts. 62 y 63 de la Constitución, aunque pueden citarse otros preceptos, y pueden estudiarse en torno a estos cuatro bloques: 1. Competencias en relación con la función legislativa: o Sancionar y promulgar las leyes. Prevista en el art. 62.1 y art. 91 de la Constitución, según el cual: 'El Rey sancionará en el plazo de quince días las leyes aprobadas por las Cortes Generales, y las promulgará y ordenará su inmediata publicación’. No puede negarse, debiendo sancionar toda ley que se le presente como aprobada por el Parlamento, aunque estime que pueda ser inconstitucional. Convocar y disolver las Cortes Generales y convocar elecciones en los términos previstos por la Constitución. Así, respecto de la convocatoria del Congreso el art. 68 de la Constitución establece que 'el Congreso electo deberá ser convocado dentro de los veinticinco días siguientes a la celebración de las elecciones’. Y aunque nada se establece respecto del Senado, ha de entenderse que el plazo es también válido para la Cámara Alta. Por lo que se refiere a la disolución de las Cortes Generales, el Rey ha de decretarla únicamente en los supuestos constitucionalmente previstos, debiéndose fijar la fecha de celebración de elecciones. Y en los casos en que éstas hayan de producirse por expiración del mandato de las Cámaras, tendrán lugar entre los 30 y 60 días desde la terminación del mandato (art. 68.6). Convocar a Referéndum en los casos previstos en la Constitución. o Constituyentes (de reforma de la Constitución): previstos en los procedimientos del art. 167 (ordinario) y art. 168 (agravado). o Autonómicos: previstos en los arts. 151 y 152.2. o Sobre una decisión política de especial trascendencia: previstos en el art. 92: que será convocado por el Rey, a propuesta del Presidente del Gobierno, previa autorización del Congreso, debiendo regularse por Ley Orgánica las condiciones y modalidades de referéndum. 2. Competencias relativas a la función ejecutiva: Proponer al candidato a la Presidencia del Gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución. Nombrar y separar a los miembros del Gobierno a propuesta de su Presidente. Expedir los Decretos acordados en Consejo de ministros; conferir los empleos civiles y militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes. Ser informado de los asuntos de Estado y presidir, a estos efectos, las sesiones del Consejo de Ministros cuando lo estime oportuno, a petición del Presidente del Gobierno. El mando supremo de las Fuerzas Armadas. Se trata de una función formal y honorífica pues no hay que olvidar que es el Gobierno a quien corresponde dirigir la Administración militar y la defensa del Estado. El Alto Patronazgo de las Reales Academias. Vinculación del monarca con la cultura. 3. Competencias en relación con la función judicial: La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey (art. 117.1) Ejerce el derecho de gracia, con arreglo a la ley, sin que pueda autorizar indultos generales. Corresponde al Rey nombrar a los 20 miembros del Consejo General del Poder Judicial, así como al Presidente del Tribunal Supremo, al Fiscal General del Estado, a los 12 miembros del Tribunal Constitucional y a su Presidente. 4. Competencias en materia de relaciones Internacionales: El Rey es la más alta representación del Estado en las relaciones internacionales (art. 63). Le corresponde acreditar a los embajadores y otros representantes diplomáticos, estando acreditados los representantes extranjeros en España ante él. Manifestar el consentimiento del Estado para obligarse internacionalmente por medio de tratados, de conformidad con la Constitución y las leyes. Previa autorización de las Cortes Generales, le corresponde declarar la guerra y hacer la paz. SUCESIÓN De conformidad con este principio, el art. 57 de la Constitución establece que: “La Corona de España es hereditaria en los sucesores de Su Majestad Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos”. LA REGENCIA Artículo 59. Supuestos de Regencia 1. Cuando el Rey fuere menor de edad, el padre o la madre del Rey y, en su defecto, el pariente mayor de edad más próximo a suceder en la Corona, según el orden establecido en la Constitución, entrará a ejercer inmediatamente la Regencia y la ejercerá durante el tiempo de la minoría de edad del Rey. 2. Si el Rey se inhabilitare para el ejercicio de su autoridad y la imposibilidad fuere reconocida por las Cortes Generales, entrará a ejercer inmediatamente la Regencia el Príncipe heredero de la Corona, si fuere mayor de edad. Si no lo fuere, se procederá de la manera prevista en el apartado anterior, hasta que el Príncipe heredero alcance la mayoría de edad. 3. Si no hubiere ninguna persona a quien corresponda la Regencia, ésta será nombrada por las Cortes Generales, y se compondrá de una, tres o cinco personas. 4. Para ejercer la Regencia es preciso ser español y mayor de edad. 5. La Regencia se ejercerá por mandato constitucional y siempre en nombre del Rey. EL REFRENDO Los actos del rey estarán siempre refrendados en la forma establecida en el art. 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el art. 65.2. No necesitan refrendo los actos relacionados con la Casa Real y la distribución del Presupuesto de la misma. Son refrendados por el Presidente de Gobierno y ministros competentes. La propuesta y nombramiento del Presidente de Gobierno y la disolución prevista en el artículo 99 son refrendados por el Presidente del Congreso.
