“La motivación: Constructo eficaz en el proceso de enseñanza - aprendizaje de los alumnos” AUTOR: Josabeth Vázquez Velázquez Correo electrónico: docjosh89@hotmail.com Campus: Universidad valle del Grijalva Comitán Área: Doctorado en educación La motivación: Constructo eficaz en el proceso de enseñanza aprendizaje de los alumnos. “Haced al niño atento a los fenómenos de la naturaleza y pronto despertará en él la curiosidad. Planteadle interrogantes a su alcance y dejad que los resuelva de forma que no sepa nada por lo que le digáis, sino por lo que comprenda por sí mismo: no que aprenda la ciencia, sino que la invente” (J. J Rousseau) Resumen La motivación intrínseca, permite al educando poseer esa fuerza de voluntad y creencia positiva de éxito en relación a la materia o clase en el que interactuará, elementos como la pasión, emoción, interés y ganas de estudiar, producen en el interior del alumno la fortaleza y fuerza de moverse e incursionar en el proceso de la parcela de la escolaridad, obteniendo así un aprendizaje satisfactorio. La motivación extrínseca tiene su existencia ontológica en el momento cuando en el niño no existe una creencia positiva, sino un pensamiento de fracaso, aunado a la ausencia de voluntad afectiva de un quehacer escolar sobre alguna asignatura, luego entonces, es cuando el docente debe crear y construir una situación motivacional que incentive, mediante los recursos pedagógicos y didácticos necesarios para lograr establecer el logro del aprendizaje en el alumno. PALABRAS CLAVES. Motivación, motivación intrínseca, motivación extrínseca, aprendizaje eficaz, situación motivacional. INTRODUCCION El presente artículo aborda la importancia de la motivación en el proceso enseñanza aprendizaje en el estudiante. En esta visión, el educando logra su aprendizaje bajo la armonización de dos tipos de motivación: intrínseca y extrínseca. El lector comprenderá que existen factores que inciden en el dinamismo de dichas motivaciones, ponderando el papel fundamental del docente en el terreno de la escolaridad, los recursos que coadyuvan en la incentivación del individuo, los contextos de aprendizaje, los instrumentos gestores y los medios físicos y psicológicos que permiten la germinación del conocimiento. DESARROLLO El aprendizaje se llega a través de la vertiente cognitiva en el que yace en el alumno una motivación intrínseca y por el otro lado a través de la vertiente motivacional, que sería la motivación extrínseca. El docente necesita y debe considerar los dos ejes de motivación en el aprendizaje, intrínseco y extrínseco, observando al alumno con anticipación y preparando el correcto camino pedagógico para él. La motivación intrínseca se refiere a la motivación inicial, cuya definición según, Gálvez (2007) como aquella que “procede del propio sujeto, que está bajo su control y tiene capacidad para auto reforzarse”. En la motivación intrínseca el querer o la voluntad puede conducirnos y es un éxodo, es decir, una salida o camino para nuestros propósitos o metas que queremos alcanzar según nuestro ser conductual. Por esta razón, la motivación desde el campo de la psicología: “Es el conjunto de procesos implicados en la activación, dirección y persistencia de la conducta” (Beltrán, 1983, Gonzales, Valle, Núñez y Gonzales- Pineda, 1996); y esta conducta esta encausada a una meta. Según Coleto (2009), desde la psicología conductista, “la conducta está regida por el reforzamiento previo y las contingencias actuales del ambiente (incentivos y hábitos)”. Así pues, la motivación escolar intrínseca obra desde la acción biológica, y psíquica-emocional del individuo, cuyo vigor, se inicia desde el interior y que con interés lo encamina a querer aprender. Es una acción del “ser” para poder comprender el “hacer” en el aprendizaje. La motivación, es como un súbito arranque que depende de la situación incentivadora que provoca en el sujeto (alumno) la fuerza de moverse como una necesidad que lo posibilite a interactuar e incursionar en el contexto del aprendizaje, respondiendo así a la etimología del término “fuerza de movimiento”; por tanto, el docente necesita darle al alumno la disposición natural de aprender, no se debe imponer totalmente, se necesita darle las facilidades y los instrumentos contextualizados según el interés del educando y no únicamente el interés del docente o la escuela. Hay alumnos que traen la motivación desde adentro en relación a la asignatura que se les será impartida, existe dentro de ellos, un anhelo, emoción, curiosidad y atracción, lo que permite crear vínculos de relaciones con el profesor, la asignatura y la escuela. Sin embargo, hay otros que desde el inicio no existe en ellos dicha motivación, por razones personales, familiares u otros aspectos; entonces, es cuando el docente necesita crear y configurar un contexto incentivador para abrirles en ellos el interés por el aprendizaje, convirtiéndose en el catalizador motivacional. Por lo anterior, si el alumno aprende desde un medio extrínseco, entonces se debe labrar dicho terreno. En un primer momento, se debe tener claro que la motivación extrínseca es la incentivación de la situación motivadora. Se conceptualiza como aquella que procede de afuera y que conduce a la ejecución de una tarea. Toda clase de emociones relacionadas con resultados, tienen influencia de la motivación extrínseca. Existen tres tipos de motivación: “Las motivaciones incidentales: son las que se imponen por sí mismas o provienen del medio exterior. Las motivaciones provocadas: son las que se desencadenan gracias al arte del profesor y al aparato didáctico que ha sabido movilizar, y las motivaciones intencionales: son las que resultan de la voluntad de los niños por la preocupación personal de mejora y de búsqueda de éxito” (Junco 2010) Basado en la afirmación anterior, el docente tiene como una de sus tareas centrales, provocar el aprendizaje y la construcción del conocimiento, para ello, es necesario el dominio de contenidos, la implementación de recursos que generen climas de convivencia e interacción gestores del interés de los alumnos, y que permitan originar expectativas motivacionales. El docente no debe crear ambientes de sumisión, sino situaciones incentivadoras que permitan al alumno aprender en base a sus intereses y alcancen la satisfacción del bien personal. La motivación extrínseca comienza a tener existencia desde el momento en el que el estudiante no tiene mucha fuerza de voluntad en el desarrollo de la clase o ya sea que desde el hogar ya traen problemas de motivación para el éxito o para el fracaso, según Boekaerts (2002) “los estudiantes necesitan estímulos y retroalimentación para desarrollar la fuerza de voluntad”, por ello, es necesario crear una atmosfera de interés para incentivar al educando, mediante el perfil de un docente, que prepara bien y adecuadamente su material para la clase y sugiere a su alumno que es lo que le gustaría hacer en el terreno de una determinada asignatura. “Las creencias de un estudiante respecto a una asignatura pueden ser predominantemente favorables (optimistas) o desfavorables (pesimistas), lo que propicia un contexto positivo o negativo de enseñanza. Una vez que las creencias motivadoras favorables o desfavorables se han formado, es muy difícil que se modifiquen” (Boekaerts, 2002) Los estudiantes crean en su interior un ideal acerca de la asignatura o el tema de la clase, ya sea favorable o peyorativa, así pues, el trabajo de todo docente que necesita hacer, es conocer de manera previa las creencias motivacionales para que tenga un referente y así pueda preparar y planear sus actividades pertinentes según sea el caso, si se considera que es una creencia favorable comúnmente ya no requiere de retroalimentación o no esperara el alumno alguna remuneración, empero, si es peyorativa la creencia de alumno, el docente necesita preparar a priori e interactuar desde un contexto o situación incentivador (motivación extrínseca) con los recursos pedagógicos necesarios para reconsiderar, redimir y reestablecer esas creencias desfavorables. El docente debe tener consigo un plan A y plan B para enfrentar el ideal del éxito o del fracaso del estudiante y de esta manera lograr redimir y restaurar dicha motivación. Por ejemplo, si Ana tiene una creencia favorable sobre las matemáticas, en el que dice: “saldré bien en matemáticas porque practiqué los ejercicios muchas veces y además, me gusta y me apasiona hacerlo”, existe alta posibilidad de que saldrá bien en tal examen. Situación contraria sería la de Luis, quien afirma: “no entiendo las matemáticas y cada vez que hago un examen me atemorizo y me considero pésimo para resolverlo”, al escuchar esta segunda confesión, el docente debe anticipar un programa y contexto incentivador, necesita trabajar desde el ser intrínseco del estudiante que aunado a la dialéctica de su método pedagógico como medio extrínseco, crean en el aprendiz el interés de interactuar en la parcela de la escolaridad que obtenga como fruto un aprendizaje eficaz, conocido también como “Exocerebro”. El docente debe fungir como coaching y no como semidios según la crítica de Pestalozzi. No basta la vertiente cognitiva para el aprendizaje, sino que aunado a eso se requiere de variables motivacionales como cauce eficiente para el aprendizaje escolar y académico en el alumno, es decir, que el niño aprenda naturalmente y no bajo una imposición dogmática ya que en el sistema educativo mexicano se tiene una educación con matices de alienación, debido a que obedecen a las exigencias políticas de un sistema capitalista. Estamos frente a una educación en riesgo, debido a que los niños y niñas son vistos como objetos, no como sujetos que se motivan y aprenden a construir el objeto, son considerados como instrumentos de producción. Según Richard (1997): La enseñanza y el aprendizaje son prácticas profundamente políticas. Son políticas en todos los momentos del circuito: en las condiciones de producción (¿quién produce el saber?, ¿para quién?), en los saberes y en las formas mismas del saber (¿saber de acuerdo con qué plan?, ¿útil para qué?), en su publicación, circulación y accesibilidad, en sus usos profesionales y populares y en sus impactos en la vida cotidiana. En esta hermenéutica crítica sobre el currículo educativo, pareciera que está orientado más a los intereses del mercado y no a rehumanizar al niño y prepararlo para su futuro, con un plan curricular que se preocupa por la adquisición epistémica y se aleja de la visión de amar y proteger la vida, donde la niña y el niño viven motivados por y para la vida misma. De acuerdo a García (2006) interpreta a la motivación extrínseca como “el efecto de acción o impulso que producen en las personas determinados hechos, objetos o eventos que las llevan a la realización de actividades”. Y este impulso lo hace el profesor en el terreno de la enseñanza y el aprendizaje, así pues, la personalidad de docente juega un papel importante en esta esfera, con destrezas, habilidades y virtudes que permitan acompañar y guiar al aprendiz en su sendero educativo, en este camino el docente debe y es necesario que tenga las herramientas que incentiven y desarrollen la motivación que sus alumnos van generando día a día. Según Peters (1971), con respecto a esta perspectiva, en su obra "Ética y educación", establece: "muchas veces se afirma que la admiración que un alumno experimenta, hacia su profesor es uno de los incentivos más potentes para aprender." El docente debe generar y presentar credenciales auténticas que desafié a su oficio y vocación. El docente cuando fija expectativas de éxito para sus alumnos, logra en ellos, un mejor rendimiento y realización personal en sus materias escolares, tomando en cuenta el perfil de una buena preparación de parte del profesor, un rostro alegre, un trato amable, una actitud pertinente, un lenguaje y vocabulario incentivador, y una pasión por ensenar. En una investigación que Skinner realizo en su obra “La ciencia del comportamiento Humano” respecto a las tareas o trabajos que los alumnos debían entregar al profesor y este debía revisarlo; llego a la conclusión que “el niño se hallará motivado para seguir trabajando, toda vez que tiene el conocimiento que su profesor revisa su trabajo con demasiado empeño e interés”. El profesor es menester que tenga la devoción y la inquietud por saber que escribió el alumno o la alumna, debe hacerlo con empeño interés y cariño. El docente debe tomar en cuenta las condiciones de trabajo, las técnicas aplicadas en la enseñanza sus cualidades de contenido, estrategias e instrucciones, el material de apoyo y el recurso pedagógico y didáctico. Existen perfiles docentes gestores de la motivación extrínseca: el docente incentivador, el docente problematizador, el docente humanista, el docente lúdico, el docente paternal, el docente constructor, el docente – docente; todos encaminados a provocar y no alienar. El diálogo y las preguntas, son formas muy importantes para entrar en el mundo de los alumnos, con una pregunta el docente puede en los alumnos generar conocimientos que están ahí latentes, con las preguntas detonantes, solo se necesita relacionar objetos o cosas para que el alumno o alumna pueda responder a planteamientos. Los mecanismos de evaluación, son también agentes de motivación, siempre y cuando se construyan en consenso y se establezcan prioridades en conjunto, donde docente y alumnos conozcan desde un principio que conocimiento se quiere construir y la utilidad en el contexto del ser. Existen, además, otros recursos que el docente puede utilizar para motivar el aprendizaje, como, por ejemplo: la implementación de las Tic’s, las visitas a los centros culturales, el uso de laboratorios, entre otros; buscando atender las formas de aprendizaje de cada alumno, visual, kinestésico y auditivito y considerando el respeto sobre la diversidad de inteligencias múltiples en ellos. Es necesario entender que la situación motivadora es el contexto, ubicación o lugar, en el que el sujeto que aprende recibe el estímulo para acrecentar su motivación para un aprendizaje efectivo y eficaz. Esto lugares se pueden ubicar en la escuela, y pueden ser el patio del salón para ejercicios generales, la cancha para dinámicas, la biblioteca para alguna investigación de interés, los pastos verdes de la escuela para jugar, pero también, puede ser el hogar y todos aquellos espacios que permitan al alumno mantener el interés por aprender. El hogar juega un papel importante para la motivación de los alumnos. Que la casa cuente con medios y materiales que provoquen e incentiven al proceso de aprender, desde medios tradicionales hasta equipos convencionales, desde objetos e instrumentos muy sencillos, hasta una biblioteca básica o internet. Una familia estable en términos integrales. Un espacio recreativo para la realización de las actividades extra clases del alumno. Una comunidad o grupo de estudiantes, un círculo de amigos o compañeros de la clase, que sean factor de motivación en el proceso de aprendizaje. Según Junco, son tres las fuentes de motivación para el aprendizaje eficaz: La actividad interna, constituida por un cumulo de fenómenos motivacionales, el contexto de la actividad, en el que juega un papel importante la naturaleza de la tarea y el contexto externo a la actividad del alumnado, en que se incluyen como esenciales las actuaciones del maestro la influencia de los compañeros y compañeras y el papel de la familia.” Junco (2010) Estos tres deben trabajar de manera coordinada y dinámica para crear una esfera de motivación en la vida de los educandos para que logre un aprendizaje eficaz. CONCLUSION. La motivación es un factor primordial en el desarrollo de la enseñanza y aprendizaje del sujeto que aprende. ¿Porque motivar? Porque la motivación es la otra parte principal que complementa juntamente con la parte cognitiva del alumno o alumna, el aprendizaje eficaz. Sin motivación no hay aprendizaje eficaz, sin motivación el aprendizaje no logra su verdadero propósito en la psique del aprendiz. Teniendo en cuenta que la motivación inicial es interior y el incentivo es el exterior. Motivar es básicamente suscitar un motivo, incentivar es resucitar y reforzar ese motivo, motivar es crear situaciones o contextos en el que alumno o alumna tenga el interés de aprender e incentivar es hacer que esta motivación no colapse, sino que se mantenga en su estado de vigor e interés. La motivación debe perseguir muchos fines, pero sobre todo: alcanzar un mejor aprendizaje en el alumno que aprende, alcanzar un mayor aprendizaje significativo en el estudiante, crear en el alumno la visión de seguir acrecentando su visión y proyecto de vida, que el estudiante se convierta en un artesano de sus ideas, que el estudiante se convierta en un creador e inventor, motivar al estudiante para la vida, alcanzar la satisfacción del docente en su papel de incentivador y cumplir con las formalidades del programa de estudios establecidos. La cuestión interesante en esta visión seria la dialéctica intersubjetiva y objetiva entre la situación - incentivadora y la motivación inicial del aprendiz, ¿Cómo crear una situación o contexto motivador-incentivador que dé fuerza y vigor y pueda recrearse esa motivación latente en el interior del estudiante para que sienta la necesidad y el interés de aprender la lección escolar en este siglo XXI, donde el alumno se enfrenta ante una sociedad liquida y deshumanizadora? ¿Cómo motivar e incentivar al alumno ante, esta era colonizado y alienado por diversos instrumentos que imponen la clase dominante, el capitalismo y la globalización?? La meta es mantener la dinámica epistémica entre la motivación intrínseca y la motivación extrínseca, en el que la motivación provocada pueda resucitar y ser un catalizador fortuito y así pueda darle vida a la motivación incidental para que este último se integre y se consuma una motivación eficaz en el aprendizaje escolar y educacional. ¿Cuáles son los medios para predisponer al estudiante para el logro de su aprendizaje, como conducirlo motivacionalmente para que participe en sus trabajos y actividades escolares en medio de una cultura mediática globalizada? El alumno está motivado cuando realmente siente la necesidad de aprender, por esta razón el docente debe crear ese contexto incentivador para que en el estudiante manifieste las fuerzas de aprender con base al contexto motivador, es decir, considerando al docente con las herramientas pertinentes y la preparación adecuada para ensenar. El profesor no debe conformarse con su investidura, sino que se requiere legitimarlo en el terreno del proceso de enseñanza y aprendizaje, es decir, que el docente sea un Dicere junto al mathetes, es decir, aquel que guía y camina a lado de su aprendiz o alumno. Uno de los grandes motivos de un estudiante para aprender es la identidad de la vocación de su profesor, el desafío más grande es que este último cumpla con su oficio de la docencia y lo legitime en la parcela de la enseñanza aprendizaje, sin embargo, cual es la teleología del docente actualmente, ¿cuál es su visión de vida frente a sus alumnos?, ¿que persigue el profesor cuando esta frente a sus aprendices? ¿Qué le mueve enseñar al docente en estos tiempos tan posmodernos? ¿Considera y honra su oficio y vocación de docente ante este sistema lleno de ruidos y ante una era hedonista y lleno de interés personales, que obstaculizan su visión pedagógica? Se espera que esta visión de considerar la importancia y necesidad de la motivación, pueda reflexionar la pedagogía de cada docente y hacerlo consiente de la urgencia de reconstruir dicha pedagogía desde este horizonte, y así implementar estos recursos en el proceso de enseñanza y aprendizaje con el propósito de mejorar y lograr un aprendizaje satisfactorio y eficaz. FUENTES CONSULTADAS Boekaerts M. (2002). Motivar para aprender. Revista: series prácticas educativas. Academia internacional de educación. Boylan G. (2005). La importancia de la motivación en el proceso de aprendizaje. Revista digital. E. U. T.I. Universidad de las palmas. Coleto R.C. (2009). Motivación y aprendizaje. Innovación y experiencias. Número 16. Revista educativa. Sevilla. García F. (2006). Factores que influyen en el aprendizaje. En: Taller de estrategias didácticas para la enseñanza de la biología. Guessa G. M. (2007). Estrategias educativas para la motivación profesional de los estudiantes que ingresan en la carrera de agronomía en las facultades de montaña de Escambray. Tesis doctoral. Universidad de Girona. Juno H. I. (2010). Motivación en el proceso enseñanza- aprendizaje. Temas para la educación. Revista digital para profesionales. Núñez J. C. (2009). Motivación, aprendizaje y rendimiento académico. X congreso internacional de psicología. Universidad de Oviedo. Rodríguez J. (2006). La motivación, motor del aprendizaje. Artículo de reflexión. Bogotá Colombia. Skinner, B.F (l953). Ciencia y conducta humana. New York, Macmillan. Tapia J. (1997). Motiva para aprender. Teoría y estrategias. Editorial: Edebe. España.