lOMoARcPSD|4320843 Resumen Safford - Política, Ideología y Sociedad Historia Latinoamericana (Universidad de Buenos Aires) Studocu no está patrocinado ni avalado por ningún colegio o universidad. Descargado por Javiera Natalia (javieranataliamartinez@gmail.com) lOMoARcPSD|4320843 SAFFORD – CAPÍTULO II - POLÍTICA, IDEOLOGÍA Y SOCIEDAD (1810 – 1850) En 1825, terminada la guerra de independencia con España, que perdió casi todos sus territorios, excepto Cuba y algunas islas de las Antillas menores, se abre un periodo de gran inestabilidad política en Hispanoamérica, que no está bien claro cuando concluye, pero se comienza a acomodar a partir de 1850. La incógnita de cómo construir un orden político estable es la que marca este período. Safford dice que existen un grupo de dificultades que hay que tener en cuenta para pensar a nivel regional este proceso. El autor define las dificultades para trazar las líneas generales que caracterizaron la política hispanoamericana: diferencias en la composición étnica, geográficas, etc. Diferencias étnicas entre regiones: los países no tenían una composición étnica igual. México, Bolivia, Perú, Ecuador, Guatemala tenían mucha población india, asimilada sólo en parte por la cultura hispánica dominante. En resto de los países predominaban mestizos y casi toda la población estaba culturalmente integrada en la sociedad hispánica. Esto repercutía en la vida política (menos participación activa donde la clase más baja era distinta culturalmente a la hispánica). Diferencias geográficas: los países eran muy distintos geográficamente. Mientras que las poblaciones nativas normalmente habitaban las tierras altas del interior (México, Guatemala y países andinos), una proporción importante en la región costera (Río de la Plata, Venezuela y Chile). Consecuencias en la economía y vida política. Los países con población y recursos en la costa, tenían desde hace años relaciones comerciales con Europa y gracias a los ingresos aduaneros, tenían bases financieras más firmes y mayor estabilidad política. Diferente herencia colonial: Por un lado, principalmente en las zonas centrales históricas del Imperio, México, Perú y América Central, la presencia de la cultura y de las instituciones españolas era mucho más fuerte, principalmente el peso que tenían dos actores que serán claves en este período, como el Ejército y la Iglesia, mientras que, en zonas históricamente más periféricas, como Venezuela o el Río de La Plata, su peso era mucho menor. En México la Iglesia tenía una preponderancia institucional y económica no comparable con otras regiones. Cómo afectaron las guerras de independencia: mientras que en América Central casi no afectaron, en territorios como Colombia, Venezuela y el Río de La Plata fueron muy importantes. En México y Perú, oficiales criollos instruidos en la carrera militar por los españoles, antes de la independencia, continuó casi intacto luego de la misma militares profesionales se conformaron como un grupo de interés (grupo corporativo) más o menos coherente con peso en la vida política. En los otros países, la organización militar de fines del período colonial, fue liquidada luego de las guerras de la independencia. El aspecto más importante de la historia política fue la dificultad para establecer nuevos estados una vez lograda la separación de España. Establecimiento de nuevos Estados El común denominador del período es la dificultad que encontraron, a partir de 1825, para establecer nuevos Estados. Existen dos cuestiones centrales para esta dificultad: Descargado por Javiera Natalia (javieranataliamartinez@gmail.com) lOMoARcPSD|4320843 - Desorganización de las estructuras coloniales españolas (sociales, políticas o económicas). En términos políticos, no hubo un paso de la monarquía a una república, sino más bien un colapso de estructuras de control centralizadas bajo la forma de sistemas federales, Se produjo así un debilitamiento de un poder central que, a su vez, quedó minado del poder de grupos corporativos y distinciones de castas. - Desintegración de las estructuras coloniales fueron consecuencia de las guerras de la independencia pero también de la ideología liberal dominante, importada de Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Las élites liberales aceptaron de forma generalizada aspectos de la concepción liberal individualista de la sociedad, economía y de los ideales liberales de igualdad jurídica. Procedieron a abolir o debilitar estructuras coloniales de las corporaciones y castas ya que entraban en contradicción con los principios liberales. Abolición jurídica de la diferencia entre castas Abolición de la esclavitud concluida en 1850 En lo económico, la propiedad comunal se consideraba incompatible con la concepción liberal individualista de la sociedad. División de tierras comunales (muchas en manos de los pueblos originarios) en parcelas individuales privadas para su aprovechamiento (en este punto también se discutirán las tierras eclesiásticas, que tampoco estaban siendo aprovechadas por el mercado). Proceso de apropiación de tierras de indios y destrucción de comunidades, culminó después de 1850. Tres fases o períodos de la liberalización en Hispanoamérica 1- Primer período reformista (1810-1827): principalmente en el Río de La Plata, Nueva Granada y Venezuela. Bolivia década del 20. México y Guatemala primeros años de la década del 30. Reformas políticas, jurídicas, sociales, económicas, fiscales y educativas. Esta fase se puede enmarcar en cómo instaurar una autoridad legítima sin el rey como cabeza del Estado y controlar los resabios del poder colonial, materializados en la Iglesia y el Ejército. Por un lado era necesario construir sistemas políticos que ejercieran autoridad duradera, y que permitieran reconciliar la cultura política española, conservadora, centralista, estamental con la ideología anglo francesa liberal, constitucionalista, individualista y científica. A su vez, poder controlar a los grupos corporativos de la sociedad hispanoamericana como la Iglesia y el ejército ya que en el sistema español, el rey podía exigir lealtad y obediencia, pero en ausencia del rey, se presentaba el problema de cómo se ejercería una autoridad efectiva sobre los mismos. Las élites van a buscar crear constituciones liberales limitadas (inspiradas en los modelos republicanos de EEUU y de la Revolución Francesa) creyendo que la sola instalación de normativas produciría un cambio en la sociedad y el respeto hacia ellas. En este sentido, la Descargado por Javiera Natalia (javieranataliamartinez@gmail.com) lOMoARcPSD|4320843 instalación de las primeras constituciones, sumamente liberales y progresistas fue un fracaso porque no se pudieron adaptar a las estructuras existentes en América. Por los fracasos que se producen, a partir de 1815 hubo una tendencia general a crear gobiernos con poderes ejecutivos más fuertes que puedan de algún modo asegurar el orden social para luchar contra España y, para que las economías europeas se viesen tentadas de invertir en el país. En algunas ocasiones se llegó a plantear la instalación de monarquías constitucionales (Argentina 1814-1818 y Chile 1818) para lograr la estabilidad interna, pero fueron propuestas con muy poco sustento. Luego de las revoluciones norteamericanas y francesa, el republicanismo era la única opción consensuable y que parecía representar el futuro y no el atraso del sistema monárquico. La influencia del liberalismo constitucional moderado europeo constituía la base intelectual de las elites entre 1820 a 1845. Modelos constitucionales En el período 1819-1845 se implantaron dos tipos de constituciones: la de las Repúblicas centralizadas parecidas a la Constitución de Cádiz (1812) y la del estado napoleónico que defendía Simón Bolívar. Constituciones de Cádiz (1812): Influencia entre los años 1820-1830. Gran Colombia (1821), Nueva Granada (1830 y 1832), Venezuela (1830), Perú (1823 y 1828), Argentina (1826), Uruguay (1830) y Chile (1828), México (1824). Era el tipo de constituciones defendidas por las elites liberales y letradas, ya que representaba una aplicación de la ideología liberal a la cultura y la sociedad española. Tenían como inspiración el escrito que se había sancionado en esa misma ciudad, aunque la de Cádiz tenía como uno de sus objetivos primordiales limitar el poder del rey en España; por el contrario, en América, y luego de los fracasos de las primeras constituciones, el objetivo era reforzar el poder y la legitimidad del ejecutivo, para intentar lograr el orden social. Sistema centralista con adornos del constitucionalismo. Argumentos centralistas: la gente no tenía experiencia político para adoptar un tipo de gobierno democrático y republicano externo, las masas populares no tenían instrucción y responsabilidad cívica. Se debía sacrificar un poco de libertad para poder tener orden y las libertades cívicas se protegerían por la división de poderes. Establecieron el derecho a participar en la vida política en base a la propiedad. Excepción, la Constitución federalista de Chile (1826-1828). Constituciones napoleónicas (1799 y 1802): Influencia entre los años 1820-1845. De gran influencia entre la élite política, sobre todo militares. Simón Bolívar es su máximo exponente. Coincidían en el peligro de la anarquía y la inexperiencia política de las masas, pero consideraban que mientras no se pudiera confiar en la población, había una élite lo suficientemente amplia e ilustrada como para establecer repúblicas centralizadas. Trataban de establecer una república de tipo paternalista (monarquía constitucional con apariencia de república). Si bien establecían elecciones, una vez en los cargos lo estaban sujetos a elecciones (presidente vitalicio y senado hereditario o vitalicio). En décadas de 1830 y 1840, este modelo volvió a aparecer en manos de generales, aunque fracasó porque para muchos componentes de la élite civil, se parecía demasiado a la monarquía y violaba principios liberales de alternancia en los cargos como medio para evitar la tiranía. Descargado por Javiera Natalia (javieranataliamartinez@gmail.com) lOMoARcPSD|4320843 En lo que respecta a la cuestión de federalismo y centralismo, queda claro que el liberalismo apoyaba la primera opción, ya que lo consideraban como el único camino contra la tiranía del poder central. 2- Segundo período pesimista conservador (1830-1840): periodo de pesimismo y de conservadurismo debido a las crisis económicas, los rebrotes de inestabilidad política y, en algunos lugares, las reacciones sociales contra las reformas. Durante todo el proceso desde el fin de las guerras de independencia hasta la consolidación de los Estados modernos, aparecen en la escena social, política y económica nuevos actores, americanos y criollos. Estos son los militares, caudillos regionales, comerciantes y propietarios. Militarización y ruralización del poder: Para Tulio Halperín Donghi, durante las guerras de independencia, aparecieron, principalmente en el interior, muchos militares criollos que ganaron importancia durante estos conflictos, mientras que las élites civiles que habían dominado en el régimen colonial (funcionarios civiles y alto clero), sufrieron la decadencia de su poder, así como la Iglesia sufrió la pérdida de sus recursos financieros requisados en tiempo de guerra. Por lo que si bien en muchos sitios las élites urbanas influyeron de forma dominante en la política nacional, los gobiernos nacionales eran débiles y su control sobre las provincias era incompleto. Por ello las élites urbanas dirigían un aparato cuyas decisiones a menudo podían frustrarse a nivel provincial por los propietarios y comerciantes locales importantes. Paralelamente, durante la guerra, los lugares más golpeados y que más riquezas y fortunas perdieron fueron las grandes ciudades (normalmente portuarias), por lo que el interior de los territorios serían los lugares donde fue más sencillo mantener el orden y las riquezas de los propietarios, ya que no fueron centros críticos de lucha. Esto produce que las diferentes regiones ganen importancia y que el poder real recaiga en los caudillos provinciales. En este sentido, Halperín sostiene que se produjo a la vez una militarización y una ruralización del poder. Safford amplía la interpretación de Halperín y sostiene que se puede pensar en dos modelos de militarización de la política: México y Perú: países donde España deja una fuerte estructura militar y eclesiástica. Por esto los caudillos tenían su base de apoyo en las unidades del ejército regular y logran aliarse con la clase alta civil. En algunos casos gracias a estas relaciones llegan a ocupar lugares de importancia y controlar el gobierno nacional. Se combina así la ambición individual con el interés corporativo y la instigación de la clase alta civil. Provincias de Río de la Plata: los caudillos tenían su principal apoyo en la milicia local y contaban con el respaldo de los propietarios y comerciantes de la región. Se plantea una relación entre clientes entre caudillo y las grandes oligarquías, basadas en acuerdos para que uno gobernase el territorio manteniendo el orden de la región, de esta manera, la clase alta podía ocuparse de sus negocios. En términos weberianos, se puede aplicar el concepto de dominación carismática para los caudillos de la época, pero también por el temor y el autoritarismo que practicaban. Descargado por Javiera Natalia (javieranataliamartinez@gmail.com) lOMoARcPSD|4320843 Caudillos La autoridad se encarnaba más bien en personas concretas antes que en las instituciones formales establecidas en las constituciones. De esta manera, esta autoridad estuvo en manos de líderes fuertes que tendían a ponerse por encima de las leyes. Eran hombres cuya fuerza personal les permitía obtener la lealtad de un importante número de seguidores a los cuales movilizaba para enfrentarse a la autoridad constituida o para hacerse con el poder por medio de la violencia o la amenaza de violencia. Hasta 1840, la mayoría de los caudillos, sobre todo en las primeras décadas de este periodo, eran líderes militares que habían alcanzado renombre durante las guerras de la independencia. Luego de esta fecha, este papel fue asumido en parte por hombres que habían empezado su carrera política como civiles (abogados, periodistas, comerciantes y propietarios) y que fueron empujados al liderazgo militar debido a la violencia política de aquel entonces. La mayoría de los enfrentamientos luego de romper con España fueron por el control del Estado y sus recursos, además de si el Estado debía ser centralista o federalista. Este conflicto quedó sumergido entre 1835 y 1845 cuando las fuerzas centralistas triunfaron definitivamente (incluye a Rosas como centralizador de poder dentro de una estructura federalista). En general en la región hubo una tendencia al consenso en los proyectos de reedificación de la sociedad y en materia económica entre los grupos políticos bajo los principios liberales. Esto se hizo aún más fuerte después de 1845, cuando la mayor parte de Hispanoamérica se incorporó más estrechamente al sistema comercial atlántico por lo que hubo casi unanimidad en los aspectos comerciales del liberalismo económico. La creciente demanda europea y norteamericana de materias primas hispanoamericanas permitió que la mayoría de estos países pudieran equilibrar su comercio con el exterior, por lo que parecía justificada la fe económica liberal en el libre comercio. 3- Tercer período del nuevo reformismo o Nueva Generación (1840-1860) : Nueva generación llena de optimismo y empujada por circunstancias económicas más favorables, reemprendió el proceso de liberalización con renovado vigor. Después de 1845 el consenso de la élite empezó a fracturarse ya que apareció una nueva generación de políticos que se enfrentó a las personas y a la política de los que habían ocupado el poder desde finales de la década del 20. Esta fase de renovación liberal es principalmente fuerte en México, Nueva Granada, Venezuela y Perú. Aunque la dinámica del periodo se puede entender como el resultado de la presión de una nueva generación dentro de la clase alta, el enfrentamiento también tuvo carácter de lucha de clases en varios lugares por el nuevo origen social de la nueva generación. La composición de la nueva generación de liberales estaba formada mayoritariamente por hombres ambiciosos de provincia que no había participado en las guerras contra España y que más ilustradas. Venían, por decirlo de algún modo, a terminar la tarea que se había iniciado hace décadas en lo que respecta a la aplicación de la ciencia en la sociedad, al ataque sistemático a los privilegios de la Iglesia y a la insistencia de la democracia social (menos en Argentina). Empezó también a figurar otro grupo social: el de los artesanos urbanos. La expansión del comercio exterior hispanoamericano significó la llegada masiva de productos de consumo que Descargado por Javiera Natalia (javieranataliamartinez@gmail.com) lOMoARcPSD|4320843 amenazó con hundirlos. Perjudicados por el aumento de las importaciones que se produjo entre 1845 y 1855. En algunos países de Hispanoamérica la nueva generación tendió hacia la retórica democrática (no necesariamente hacía la práctica democrática), por el contrario en Argentina, tras el derrocamiento de Rosas en 1852, la nueva élite intelectual dominante se inclinó hacia actitudes más conservadoras en cuanto a la democracia política por lo que el conservadurismo se desarrolló de forma más articulada en este periodo. Los reformadores de 1845-1870 (al igual que los liberales de los años 20), defendían concepciones individualistas del Estado, la sociedad y la economía, fueron constitucionalistas libertarios. - - - Reclamaron las libertades individuales, también libertad de conciencia, prensa, educación y comercio. Sistema judicial de tribunales y la abolición de la pena de muerte, sino también que la constitución reconociera el derecho a la insurrección. En la política económica y social, insistieron en el individualismo liberal y en el ideal de la igualdad ante la ley. Buscaron racionalizar la economía de sus países de acuerdo a las concepciones liberales decimonónicas. Se opusieron de forma bastante dogmática a la intervención del gobierno en la economía ya fuera mediante empresas públicas, otorgando privilegios monopolísticos a empresas privadas o bien decretando tarifas aduaneras proteccionistas. Defensa de la igualdad ante la ley significó eliminar los privilegios jurídicos de la Iglesia y el ejército. Abolición de la esclavitud y de la incorporación de las comunidades indias en la sociedad dominante y capitalista. Lo que caracterizó a los reformadores de 1810-1825 fue su intención de racionalizar el sistema que habían heredado. En cambio, la generación de 1845-1870 (en Nueva Granada, Perú y Chile) se concibió a sí misma como realizadora de una revolución. O, tal como Echeverría prefería decir en Río de la Plata, de una «regeneración». Al final del texto problematiza el grado en que los grupos americanos podían llamarse partidos según las regiones. Antes de 1870, el grado en que los grupos se podían llamar partidos variaba de una región a otra. En general, partidos entendidos como aquellas organizaciones que reúnen individuos de similar ideología, clase social o intereses en general, no se los puede encontrar específicamente. En los países en los que dominaban los caudillos (Provincias Unidas de Río de la Plata, Bolivia o Perú), no había lugar para que se desarrollaran los partidos cuya finalidad era ganar las elecciones. Pero, en las repúblicas donde las elecciones jugaban un papel importante en la vida política, los partidos, entendidos como grupos políticos organizados con el propósito de ganar las elecciones, se desarrollaron bastante temprano (1825 Nueva Granada, 1826 México, 1830 Uruguay). Las facciones políticas se formaban para lograr el control del gobierno y los cargos que emanaban de ese control, lo que generaba que los individuos se adherían a los líderes o grupos políticos que con más probabilidad les iban a recompensar. Esto implicaba vincularse a líderes o grupos con quienes compartían un origen regional u otro tipo de conexión personal. En este período, hay muchos grupos políticos que parecen tener como eje de su existencia este tipo de vinculación personal, más que una consistencia ideológica, principalmente en los grupos formados en torno a los caudillos o de otros líderes políticos Descargado por Javiera Natalia (javieranataliamartinez@gmail.com) lOMoARcPSD|4320843 dominantes. Estas redes regionales, o de otro tipo de asociación personal, también fueron importantes para cimentar grupos políticos conformados por convicciones ideológicas. ¿Qué puede decirse sobre las características de la diferenciación social de los grupos políticos enfrentados? Se puede asociar a los conservadores con los tradicionales grupos poderosos de la economía y a los liberales como las nuevas clases económicas en ascenso. El análisis de dividir a las facciones por posición social o su función económica es impreciso y poco claro. Sí es posible apreciar divisiones políticas donde la distribución del poder y el status juega un importante papel. Un individuo se inclinaba a ser conservador si, en términos sociales, ocupaba una ubicación centra que podía deberse a cuestiones de tipo institucional, esto es haber nacido y crecido en ciudades que funcionaron como centros administrativos o universitarias en la colonia. Tenían un ethos más aristocrático, una jerarquía social más rígida que las ciudades provinciales de menor importancia. También procedían de ciudades donde el poder económico estaba concentrado o bien pertenecían a familias de propietarios o económicamente importantes. Profesionales de la capital o provincia, a menudo eran captados por las filas conservadoras donde servían como agentes políticos (periodistas, legisladores, etc.) Por su parte, los liberales solían ocupar una posición social más periférica y procedían de ciudades provinciales que en la colonia habían tenido menos importancia económica, administrativa o cultural donde la estratificación era menos pronunciada. Se trasladaban de las provincias a las ciudades a estudiar. Pasaron a formar parte de la élite política gracias a su talento, más que a su nacimiento, es probable que se inclinara por las ideas liberales de igualdad ante la ley y la capacidad individual y que no tuvieran interés en proteger estructuras coloniales del poder y privilegio. También había comerciantes y propietarios de posición social secundaria que se deberían ver a sí mismos luchando para acabar con la estructura comercial oligopolista, a menudo estaban en peor situación que los provincianos que iban a los centros a estudiar. Dos interpretaciones sobre la inestabilidad política hispanoamericana entre 1810 y 1870: 1- Visión de los modelos culturalistas de Richard Morse. 2- Las variables sociales y económicas de Halperín Donghi y J. Bazant. La visión tradicional o visión culturista: Le otorga una gran importancia a los modelos culturales e institucionales coloniales que estaban fuertemente enraizados en américa. More sostiene que el peso de la tradición monárquica en la época republicana conduce a la dictadura presidencial, a la tiranía, y que esto lleva inexorablemente a la rebelión. Considera que esta tendencia al autoritarismo y al anarquismo son características inherentes al legado español y que se reforzaron con las ideas liberales constitucionalistas importadas del extranjero, el proceso de la independencia reforzaba estas tendencias. Sitúa la clave de su explicación en el Estado patrimonial que existía en España donde los diferentes grupos de intereses no formaron núcleos de poder autónomo sino que dependían del Estado, el cual estaba corporizado en el poder patrimonial del rey como fuente de patronazgo y árbitro de disputas. La organización del poder dependía del rey y en ausencia del mismo, el sistema se deshizo. Al no existir en América grupos de intereses económicos desarrollados que participaran en el proceso constitucional, los nuevos países quedaron en Descargado por Javiera Natalia (javieranataliamartinez@gmail.com) lOMoARcPSD|4320843 lucha para hacerse el Estado patrimonial (imperio original fragmentado). Los líderes hispanoamericanos del siglo XIX trataron de reconstruir la autoridad patrimonial pero los caudillos fueron incapaces de institucionalizar su poder en una legitimidad suprapersonal aceptada por la mayoría. (A excepción de Chile con Portales). Las ideas constitucionalistas liberales occidentales (anglo-francés) con énfasis en la división de poderes, controles sobre la autoridad fue una contradicción con los valores y formas de vida que se encontraban. De esta manera, la estabilidad sólo se podía conseguir cuando se lograra una síntesis donde el modelo tradicional dominara y los principios constitucionales quedaran como fachada. Esto fue lo que ocurrió de manera excepcional en Chile. Esta interpretación tiene un par de problemas que se señalan, entre ellos que toma a la cultura como algo demasiado estático que no tuvo modificaciones; le da poca importancia a los que profesaron sinceramente las ideas liberales importadas de la época y, por último, no toma en cuenta factores sociales, económicos, políticos y estructurales geográficos. La visión económico social estructural: Esta visión, que comparten tanto Halperin Dongui como Safford, ligan la inestabilidad política a causas sociales y económicas. Esta interpretación subraya la no existencia de una clase fuerte y unida dedicada a sostener al Estado junto con una debilidad financiera de los nuevos gobiernos. La falta de fondos hizo difícil conseguir la fidelidad del ejército. México tenía una inmensa deuda extranjera (1920) y tuvo que escoger entre cobrar impuestos para pagar deuda (alentando la rebelión interna), o pagar evitando una intervención externa. Halperín atribuye la debilidad financiera de los nuevos estados en parte a las consecuencias de la relación de Hispanoamérica con la economía atlántica y los desequilibrios mercantiles, y sostiene que, al mismo tiempo, la burguesía urbana quedó debilitada por la invasión de comerciantes extranjeros. Durante estos años, la escasa integración internacional en la economía mundial evitó la aparición de una burguesía dominante que pudiese tejer alianzas hacia el interior y el exterior del territorio para garantizar el orden. A partir de 1870, cuando la creciente demanda europea aumentó el volumen de las exportaciones y comienza a equilibrar su balanza de pagos con el de las potencias, es posible sostener una mayor estabilidad política, ya que eran gobiernos económicamente más fuertes. Entre 1870-1910 se dan los años de consolidación y centralización política bajo gobiernos de tipos seculares y modernizadores pero más o menos autoritarios y no democráticos. Se tendieron a poner de relieve las bases económicas del nuevo orden ya que la creciente demanda de materias primas latinoamericanas conllevó a una afluencia de prestamos e inversiones extranjeras en ferrocarriles, minas y sector agrícola de exportación, así como la llegada de inmigrantes europeos. Los ingresos aduaneros suministraron recursos para cooptar a posibles opositores con puestos en el gobierno o con concesiones o contratos. A su vez permitió mantener un ejército nacional moderno con el que reprimir. Estos gobiernos centrales eran más fuertes en lo fiscal y, por lo tanto, más capaces de contener a los disidentes. Para los sectores altos de la sociedad esta etapa se caracterizaba por la posibilidad de hacer dinero más que por la conflictividad política. Descargado por Javiera Natalia (javieranataliamartinez@gmail.com) lOMoARcPSD|4320843 Descargado por Javiera Natalia (javieranataliamartinez@gmail.com)