Publikation des Erich-Fromm-Archivs, Tübingen Publication of the Erich Fromm Archive, Tuebingen, Germany Copyright © beim Autor / by the author La clinica, el concepto consciente-inconsciente y la universalidad del ser humano en Erich Fromm Jorge Silva Garcia Curso sobre problemas de técnica en el manejo de la transferencia y de la contratransferencia. Hospital Central Militar. Junio 28 de 1991. Copyright © 1991 and 2009 by Jorge Silva-García M.D., Joaquín Romo 171, Tlalpan, 14410 México, 22 D.F., Mexico; E-Mail: jsilvag82[at-symbol]prodigy.net.mx. El concepto de consciente e inconsciente es fundamental para la teoría y la práctica psicoanalítica; sin él, no podremos describir ni comprender una enorme variedad de fenómenos que surgen en la vida cotidiana. Un mérito indiscutible de Freud fue el estudiar, investigar y su intento de sistematizar este concepto, encontrando así el camino abierto a una vasta región fértil de nuevos horizontes del conocimiento; en su intento, no pudo eludir darle una “topografía psíquica de la dimensión abismal de la mente” (Freud: 1915 p. 173), que plasma en dos esquemas uno en El Ego y el Id (1923 a. p. 24) y otro en sus Nuevas lecciones introductorias (1933 p. 78). Fromm señala, de modo explícito en 1967, que consciente-inconsciente son funciones del saber: se tiene o no se tiene conocimiento de algo, de tal manera que siempre debemos hablar de lo que nos es consciente, de lo que sabemos y de lo que no sabemos, o sea lo que nos es inconsciente. Hay un aspecto común entre los dos autores citados a pesar de sus discrepancias: su humanismo. “Humanismo en el sentido de que cada ser humano representa a toda la humanidad; por lo tanto, que nada de lo humano nos es ajeno. Freud expresó su humanismo principalmente en su concepto de inconsciente; partió del supuesto que todos los seres humanos comparten las mismas tendencias inconscientes y, por lo tanto, pueden entenderse entre sí tan pronto como se atreven a adentrarse en este mundo desconocido. Pudo examinar las fantasías inconscientes de sus pacientes sin sentirse indignado, sin juzgarlos ni sentirse sorprendido y así reconoció su cualidad profundamente universal y humana”. (Fromm: 1962 p. 31). Freud creó el psicoanálisis, a fin de poner al ser humano en condiciones de controlar las irracionalidades de su naturaleza por medio de la toma de consciencia de sí mismo y de la razón; su meta consecuente fue el desenvolvimiento óptimo del ser humano como un ser racional e independiente. Dice Fromm (1967 p. 7): “El concepto de Freud acerca de lo consciente sufrió la influencia del racionalismo y, por lo tanto, lo mismo sucedió con su concepto de lo que nos es inconsciente. A lo consciente le atribuyó una cualidad demasiado racional y a lo inconsciente una demasiado irracional. No percibió, suficientemente, que gran parte de lo que nos es consciente es ficticio y gran parte de lo que nos es inconsciente es verdad, precisamente la verdad (que la sociedad) no permite que llegue a la consciencia, porque lo que se promueve es para el buen funcionamiento y la conservación de esa estructura social particular... debo añadir que el sistema de consciencia de la vigilia, esto es, el sistema de conocimientos que opera mientras el ser humano se ocupa de las tareas de su supervivencia, tiene un esquema prefabricado, Silva Garcia, J., 1991d La clinica page 1 of 5 Publikation des Erich-Fromm-Archivs, Tübingen Publication of the Erich Fromm Archive, Tuebingen, Germany Copyright © beim Autor / by the author categorías de comportamiento y pensamiento determinadas por la estructura específica de su sociedad”. Comprueba así lo que dijo Marx: “No es la conciencia del hombre lo que determina su existencia sino, al contrario, es su existencia social la que determina su conciencia”.1 (Fromm: 1960 pie al calce. p. 114). A Freud le resultó inconcebible que la diferente productividad creadora entre hombres y mujeres, fuese el resultado de la desigualdad que en educación y oportunidades le brindaba, a la mujer, la sociedad patriarcal en que vivió. Resulta consecuente que, a pesar de su humanismo, consideró castrada y con envidia del pene a la mitad del género humano. Nunca pudo concebir la igualdad de mujeres y hombres, en cuanto a su esencia. “Al usar la palabra ‘esencia’ no me refiero”, dice Fromm (1963f) “a una substancia fija que existe en el ser humano y que no se altere en el proceso histórico; me refiero a aquello por virtud de lo cual el ser humano es lo que es —es decir, humano—; no me refiero a una substancia inalterable, sino a las potencialidades y posibilidades que existen en todos los seres humanos... y son ellos, quienes en el proceso histórico pueden y deben desarrollar ese potencial por medio de su propio esfuerzo y de su propia actividad”. (Énfasis en el texto). La igualdad en cuanto a la esencia de la mujer y del hombre es así, a pesar de las diferencias anatomofisiológicas, sus patologías específicas, y las diferencias psicológicas inherentes a su género (Fromm 1963d). Al decir diferencias no se habla de deficiencias, como al hablar de igualdad de manera alguna debemos confundir esta palabra con mismidad, con ser lo mismo. Igualdad y mismidad no son sinónimo, como tampoco lo son diferencias y deficiencias. Freud y muchos pensadores con el prejuicio patriarcal tienden a esta confusión, porque reprimen la noción de la Conciencia con c es la capacidad de distinguir el bien del mal. 1 igualdad entre los dos sexos. La represión es el mecanismo mental mediante el cual impedimos el acceso a la consciencia de todo aquello que amenace el marco de orientación y devoción con que aprendimos a sobrevivir y que se forma a la par que la estructura del carácter individual. “Freud demostró que el motivo principal de la represión... es de carácter afectivo. Supuso que el sentimiento principal que lleva a la represión es el temor... a la castración, pero también temor al superego. Todo esto, en el concepto de Freud, se refiere a las tempranas experiencias del niño en el seno de la familia. Lo anterior es verdad hasta cierto grado, pero yo creo─dice Fromm“─que no tomó en cuenta la causa afectiva más importante de la represión... emerge de temores que toda sociedad en la historia ha engendrado en el ser humano, con excepción tal vez de algunas sociedades (agrícolas, matricentradas) primitivas. Si algún miembro del grupo social intenta desestabilizar la estructura del grupo, éste los amenaza con la muerte, la pérdida de su libertad, el hambre, la pobreza, la vergüenza o el ostracismo”. (Fromm: 1967 p. 5s). Hoy en día, en algunos países, se les quita a los ciudadanos repudiados sus papeles de identidad como pasaportes, etc., convirtiéndolos así en no-personas, sin derecho alguno ni en su propio país, ni en el país en que se refugien. “La familia comunica al niño estas amenazas, explícitas o implícitas, porque es quien debe conocerlas para no fracasar dentro de la sociedad particular que le corresponda una vez que ha crecido”. (Op. cit. p. 6). Como adultos, debemos estar conscientes de que “gran parte de lo que creemos que es verdad no es sino el consenso de la mayoría manipulada por aquellos que detentan el poder... el consenso transforma lo inmoral en moral, lo irracional en racional, lo feo en bello”. (Ibid p. 6). Y podemos agregar, la mentira en verdad. “Freud elaboró no solamente la primera si- Silva Garcia, J., 1991d La clinica page 2 of 5 Publikation des Erich-Fromm-Archivs, Tübingen Publication of the Erich Fromm Archive, Tuebingen, Germany Copyright © beim Autor / by the author no una de las más penetrantes y consistentes teorías del carácter, como un sistema de impulsos que forman la base de la conducta, pero que no son idénticas a ésta”. Es decir, “las fuerzas que motivan al ser humano... la forma en que un individuo actúa, siente y piensa está determinada, en gran medida, por la especificidad de su carácter y no es simplemente el resultado de respuestas racionales a situaciones realistas”. (Fromm 1962: pp 86ss). Ahora bien: “El problema de la estructura de carácter adquiere una importancia que trasciende con mucho lo individual, si se puede demostrar que las naciones o sociedades o las clases dentro de una sociedad dada, poseen una estructura caracterológica que les es específica, aún cuando siempre existirá un cierto número de individuos cuya estructura de carácter no se ajuste a la pauta general, común del grupo como totalidad. A este carácter típico de una sociedad lo he llamado —dice Fromm— carácter social... que sólo podrá comprenderse en referencia a su función... que es moldear y encauzar la energía humana que existe dentro de una sociedad dada con el propósito de mantener a dicha sociedad en su continuo funcionamiento”. Por ejemplo, hoy en día: “El consumo ha llegado a ser no sólo la meta apasionada de la vida para la mayoría, sino que además se ha vuelto una virtud”. (Ibid. p. 91ss). (Énfasis en el texto). En el siglo pasado y a principios de éste, el desarrollo del capitalismo requirió convertir el ahorro en virtud. El concepto consciente-inconsciente es esencial para comprender tanto la dinámica de la estructura del carácter individual como del social, pero este concepto aislado del contexto de una teoría sistematizada, global, del ser humano, resulta de utilidad parcial en la práctica. Uno es el concepto que da la teoría freudiana patriarcal, victoriana, de las mujeres castradas; y otro muy diferente, lo obtenemos si vemos al ser humano bajo la perspectiva de Fromm: del miedo a la soledad, que se refleja no sólo al aislamiento y al confinamiento solitario, donde se percibe con gran claridad el otro lado de la moneda: el miedo a la libertad. Entendemos que el patriarcado ha buscado activamente marginar y sojuzgar a la mujer. A través de la historia le ha ido quitando atributos y posibilidades de desenvolvimiento y creatividad. Sin duda había y hay envidia y resentimiento hacia el varón, pero no por su pene, sino por el mayor horizonte de opciones que el patriarcado les ofrece a éstos. Hombres y mujeres, desde el plano de la igualdad de los sexos, deben buscar una interrelación y colaboración participativa cada vez más armoniosa. La carga psicológica que el patriarcado ha impuesto a mujeres y hombres, es onerosa para ambos. Fromm amplía nuestro horizonte de comprensión e indagación, al mostrar el impacto sobre los individuos de los modos de producción y de las ideologías imperantes, dadas por quienes ostentan el poder, aunque hay una dialéctica continua entre los poderosos y los que no lo son; entre los modos de producción, las necesidades cambiantes del mercado y nuestras necesidades humanas. Establece una clara diferenciación entre lo inconsciente social y lo inconsciente universal cuando dice: “Lo inconsciente social es la parte socialmente reprimida de la psique universal”. (Fromm: 1962 p. 127. Pie de calce 16) (Énfasis agregado). Una parte significativa de lo inconsciente social del patriarcado ha sido la envidia y el miedo a la mujer (Silva: 1966) que inicialmente planteó Karen Horney (1932), miedo que resultó inconcebible para Freud. Con cierta frecuencia se olvida dentro del “concepto freudiano de inconsciente, que la represión significa que la toma de consciencia del impulso mismo ha sido reprimida y no el impulso en sí; en el caso de los impulsos sádicos, por ejemplo, la represión significa que no percibo mi deseo de causar dolor a otros. Ello no implica, necesariamente que no les cause dolor siempre y cuando lo pueda racionalizar como un deber. Ni quiere decir que les produzco dolor sin que me dé cuenta de que sufren a causa de mis ac- Silva Garcia, J., 1991d La clinica page 3 of 5 Publikation des Erich-Fromm-Archivs, Tübingen Publication of the Erich Fromm Archive, Tuebingen, Germany Copyright © beim Autor / by the author guimos el concepto que se ha expuesto... la transformación de lo inconsciente en consciente,2 adquiere un significado más amplio y más profundo: hacer de lo inconsciente tos... En cualquier caso, la represión significa una distorsión en la toma de consciencia y no la eliminación de los impulsos prohibidos; significa que las fuerzas inconscientes de han sumergido, a los niveles más profundos y determinan las acciones del ser humano a espaldas de éste”. (Fromm: Op. cit. p. 105s). “En cuanto al contenido de lo inconsciente — señala Fromm— sólo puedo decir que siempre representa al ser humano total, con todas sus potencialidades tanto para lo oscuro como para lo luminoso; contiene la base para las diversas respuestas que es capaz de dar a la pregunta que la plantea la vida,” (Op. cit. p. 141) a la dicotomía que le impone su existencia: las de progresión, las de la aventura de ser independiente y libre para encontrar una existencia más humana, con amor a la vida y a lo vivo, con bienestar y paz interior, ser su propia madre, su propio padre y criatura de sí mismo (Fromm: 1955). La otra alternativa de esta dicotomía es la de regresión, en busca de seguridad, manteniendo lazos de fijación a la madre y/o de dependencia en el padre (autoridades, estado, sociedad, líderes, etc.) quienes impiden, por esa dependencia, que asuma la propia responsabilidad ante la vida; sólo se anhela la seguridad del útero a la tumba. El ser humano, agrega Fromm (1960 p. 116s) “en cualquiera que sea su cultura es portador de todas las potencialidades (inconsciente universal): es el hombre arcaico, el animal de rapiña, el caníbal, el idólatra y es también el ser con capacidades para razonar, para amar y para la justicia; por ello, el contenido de lo que nos es inconsciente no es ni el bien ni el mal, lo racional ni lo irracional; consiste en ambas posibilidades: es todo lo que es humano... representa al ser universal, arraigado en el Cosmos; la planta y el animal que hay en él, su pasado hasta el alba de la existencia y su futuro hasta el día en que llegue a ser plenamente humano. Alcanzar esta meta es muy difícil y ocurre rara vez; el aproximarnos a ella está al alcance de todos.” “Cuando nos libramos del concepto freudiano limitado del inconsciente y se- consciente, transforma la mera idea de la universalidad del ser humano en la experiencia viva de esa universalidad: es la vivencia del humanismo” (Fromm: 1963f) (Énfasis en el texto) Aquí Fromm va más allá de las ideas de Fliess y Freud acerca de la bisexualidad psicológica del ser humano de que existe una porción femenina en el hombre y una masculina en la mujer. Y también va más allá de la hipótesis de Guntrip (1977) en lo que femenino se puede representar por Ser y Sentir y lo masculino, como Hacer y Pensar, en que todo ser humano maduro debe integrar los cuatro aspectos, es decir, que la mujer integre su porción masculina de hacer y pensar y el hombre la femenina de sentir y de ser. Pero todo ello resulta aún prejuiciado (Brügmann: 1991); lo correcto es la vivencia de nuestra universalidad, la de ser plenamente humanos. Las teorías de Fromm implican el humanismo del psicoanalista, su confrontación continuada con lo que le es inconsciente y, por consecuencia, lo que le es universal. Ser terapeuta significa confrontar, entre otros muchos hechos, el miedo a la soledad de la individuación, el miedo a la libertad para SER; confrontar la ira, la gula no tanto del comer como el hambre del corazón y la cobardía. Significa comunicar la vitalidad propia en la diada, sin necesidad de palabras; es el intercambio vivo de conceptos para encontrar la verdad dialógica, consensual; es el esfuerzo constante e incesante del terapeuta por alcanzar el humanismo que preconiza, para que el analizando vivencíe lo que le ha sido inconsciente y comprenda por qué nada humano es ajeno a nosotros. 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