Silencio, de John Cage FERNANDO MILLÁN https://loslibrosdefernandomillan.wordpress.com/2009/12/01/silencio-de-johncage/ 1 diciembre 2009 En el año 2002, Ediciones Ardora, de Madrid, publicó la traducción del libro de John Cage «Silencio», editado por primera vez por la Wesleyan University Press (Connecticut) en 1961. «Silence» como el resto de sus libros, es una recopilación de artículos y conferencias. Con todo el conjunto tiene una coherencia interna que ya ninguno de sus siguientes libros alcanzará. Seguramente porque esos artículos, y sobre todo las conferencias, corresponden al periodo vital en el que Cage formó su pensamiento en el más amplio sentido de la palabra, y no solo sus ideas como compositor. Lo cual no quiere dec ir que en estos textos no esté en todo momento el Cage músico. Pero seguramente Cage es más conocido por su papel como innovador y defensor de los planteamientos experimentales, y como maestro de varias generaciones de artistas, y en ese sentido «Silencio» es el libro clave. Para el lector español, posiblemente sea Juan Hidalgo la figura del siglo XX que más recuerde a Cage. El mismo Hidalgo le ha calificado de «padre», y en esta edición es autor de un breve epílogo señala una de sus conexiones: El budismo zen. Sin embargo esa coincidencia no va acompañada en el caso de Hidalgo de nada más. Mientras Cage es un músico intelectual, Hidalgo es el ejemplo más destacado de artista anti-intelectual que se ha dado en España, cabeza de línea de lo que podemos denominar el «arte sin ideas». Las influencias de Cage en España deben buscarse más entre músicos como Luis de Pablo, Ramón Barce y Tomás Marco, en algunas de sus producciones aleatorias y en la música verbal. Junto con Marcel Duchamp, Cage fue una figura decisiva en la recuperación de dada en los años cincuenta. De ahí que en Alemania se buatizara a sus producciones como «dada pobre». Pero él no se quedó en esa recuperación, y superando la pura transgresión nihilista, edificó un cuerpo teórico para su música que, por sus dimensiones y coherencia, ha terminado por ser el edificio de la estética progresista del siglo XX. La estructura de ese edificio es la autoreferencia de todo lo estético, y por lo tanto su independencia y liberación, después de miles de años de dependencia (por no decir esclavitud) de la religión, de la política, de las urgencias sociales e individuales, de los distintos poderes en suma. La funcionalidad de ese edificio es la indeterminación, que se convierte en el campo de juego de una autoreferencia que puede escapar de la trascendencia, la sacralización, y la dependencia de los poderes establecidos. (Aunque tal vez no de los poderes por establecer, aunque esa es otra cuestión). FERNANDO MILLÁN. Silencio, de John Cage En este libro están, como ya he señalado, los textos que definen a Cage, y por extensión al siglo XX. Véase «Conferencia sobre nada», de 1959. En el comienzo Cage afirma: «No tengo nada que decir, y lo estoy diciendo, y eso es poesía». ¿Se puede encontrar una definición mejor para la poesía del siglo XX?. Este es Cage, quien lo lea lo sabrá. Como individuo, Cage destaca sobre todo por su autenticidad. Por eso, sin pretenderlo (y a veces sin tener conciencia de ello) ha llegado a ser considerado como el padre del arte del acción, y como poeta visual, además de como gurú y músico. Edición española de "Silencio" de John Cage