SANTIDAD POSICIONAL Y PROGRESIVA. BOSQUEJO INTRODUCCIÓN El concepto de santidad es uno complicado de entender, la razón es porque al llegar a los pies de Cristo hemos sido santificados por medio de su obra redentora, pero al mismo tiempo y sin excepciones en la regla seguimos pecando. La santidad se refiere a separación, a ser apartados y consagrados para Dios, y de la misma manera purificados para ser presentados aptos para cualquier obra. En términos bíblicos y doctrinales existe lo que se conoce como el “sí pero no” o como yo lo llamo, el “ya pero todavía no”. Para entender mejor este concepto veamos lo que nos dice, Romanos 8:29-30. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. La santificación es sinónimo de santidad, la palabra griega para ambos significa “una separación.” Primero, una separación posicional definitiva en Cristo al momento de nuestra salvación. Segundo, una separación práctica progresiva en la vida de un creyente mientras aguarda el regreso de Cristo. Y finalmente, una separación eterna del pecado cuando lleguemos al cielo. ¿PORQUE DEBEMOS SER SANTOS? 1. ES UN MANDAMIENTO Levítico 20:26. Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos. 1 Pedro 1:15-16. Si no, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. 2. ES UN REQUISITO Hebreos 12:14. Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 3. AGRADECIMIENTO A SU OBRA REDENTORA La prueba verdadera de nuestra conversión reposa en la perseverancia en el proceso de santificación. Efesios 2:19-22. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. EL PROBLEMA CON LA SANTIDAD. No es un esfuerzo del hombre. “No por obras para que nadie se gloríe”. El principal problema con la santidad es que es algo que tratamos de alcanzar por nosotros mismos y es por ello que se suele confundir con la salvación por obras. Esta confusión, desmerita la GRACIA por la cual hemos sido hecho salvos. La gran diferencia entre ambas radica en la obra del Espíritu Santo en aquellos que han sido regenerados. La santificación no debe verse como la imposición y obligación hacia las buenas obras sino más bien como el desarrollo espontáneo y natural del fruto del Espíritu. Es una obra del Espíritu Santo. Romanos 6:22. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 1Pedro 1:1-2. Yo, Pedro, apóstol de Jesucristo, escribo esta carta a los elegidos por Dios que viven como extranjeros en las provincias de Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. Dios Padre los conocía y los eligió desde hace mucho tiempo, y su Espíritu los ha hecho santos. Como resultado, ustedes lo obedecieron y fueron limpiados por la sangre de Jesucristo. Que Dios les conceda cada vez más gracia y paz. El rey David es considerado el hombre en la Biblia con el corazón conforme al corazón de Dios, veamos cual era su actitud ante la pureza y la santificación, Salmo 139:23-24. Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno. “Os conviene que yo me vaya” La función de Espíritu Santo queda retratada en Juan 16, Juan 16:7-13. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado*. Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El Señor estaba por separarse de sus discípulos y tiene una oración de intercesión por ellos. La santificación ocurre en medio de un contexto de separación FISICA con el Señor. Es el resultado de la obediencia a la Palabra de Dios y ha de ser buscada fervientemente por el creyente (1 Pedro 1:15. 15 si no, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; y Hebreos 12:14. 14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.) Analicemos el siguiente capitulo, Juan 17: … 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. 20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. NUEVA VIDA EN CRISTO. LA OBRA DEL ESPIRITU SANTO. La santificación es progresiva, es un proceso y un trato constante de Dios en nuestras vidas hasta ser hecho perfectos delante de Él. Filipenses 1:6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; 2 Corintios 7. Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. Colosenses 3:10-14. y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. El amor a nuestros hermanos, es decir a nuestro prójimo, así como el amor a Dios son los ingredientes secretos para obtener la santidad tan necesaria para ver a Dios. Es quizá por esto que el Señor Jesús resumió en estos 2 mandamientos la ley necesaria para alcanzar la vida eterna.