Subido por marcelo torres

VÍA CRUCIS 2023

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1ª JESÚS ES CONDENADO A MUERTE
Te adoramos, OH CRISTO, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lectura del Evangelio según San Marcos 15,15
Pilato, decidido a dejar contenta a la gente, les soltó a
Barrabás y a Jesús lo entregó para que lo azotaran y lo
crucificaran.
Reflexión:
Jesús quiere conocernos y amarnos. Pero también
escuchamos otras voces. Satanás susurra: “No confíes en
él. Solo quiere limitarte. Las multitudes exigen que nos pongamos del lado de ellos,
contra él. Como Eva, como Pilato, nos rendimos con demasiada facilidad. Oídos sordos
a las voces del mal, oídos abiertos a la voz del Padre Misericordioso y de nuestro
hermano que clama justicia.
Concédenos Señor ser valientes, para actuar con justicia y caridad, y así seamos una
sola familia e Iglesia en comunión. Ayúdanos a defender el amor contra los poderes de
este mundo.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Señor Jesús, enséñanos a reconocer el rostro de nuestro prójimo.
2ª JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS
Te adoramos, OH CRISTO, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lectura del Evangelio según San Juan 19, 17
Y Jesús salió cargando él mismo con la Cruz, hacia un
lugar llamado La Calavera, en hebreo Gólgota.
Reflexión:
El verdadero amor no cuenta el costo, lo hace todo por el
amado. Si el que ama comienza a preguntar: “¿Por qué
debería ayudarte? ¿Por qué debería aceptarte? ¿Cómo podría hacer eso por ti?” El
amor ha comenzado a morir. El amor no pregunta el desafío, sino encuentra el sabor
en cada acción, el amor es comunión y comunión es reconocer que el otro es distinto y
darle un espacio en nuestra vida.
Jesús, una vez que comenzamos a preguntar el precio del amor, nos hemos vuelto
míseros de amor. Cuando nos llegue el momento de llevar nuestra cruz, danos la gracia
de llevarla con alegría y no nos rindamos ante el desafío del amor.
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Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Señor Jesús, acompáñanos en el camino de la Cruz.
3ª JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
Te adoramos, OH CRISTO, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lectura del Salmo 118, 13-14
Me empujaban con fuerza para derribarme, pero el
Señor fue mi auxilio El Señor es mi fortaleza y
protección, Él fue mi Salvador.
Reflexión:
“¿Renuncias al pecado para vivir en la libertad de los hijos
de Dios?” y dijimos sí en nuestro bautismo, en el momento
de la prueba cuantas veces nos olvidamos y negamos a nuestro prójimo y apartamos
de nuestra vista a los que sufren, lanzamos la piedra y escondemos la mano. Elegimos
nuestra vieja familia, el pecado. Derribamos a Jesús hasta el polvo, y pasamos por
encima de él. Es fácil engañarse y pensar que son los pecados de otros, y no los míos,
los que llevaron a Jesús al patíbulo.
Jesús, el pecado no podemos evitarlo. Nuestra gracia bautismal nos hace libres para
amarte frente a la tentación. Si damos los primeros pasos tentativos hacia el pecado,
danos la gracia de la libertad: la libertad para amarte y amar a nuestro prójimo.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Señor Jesús, lléname de tu Misericordia y sepa dar Misericordia
4ª JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE MARÍA
Te adoramos, OH CRISTO, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lectura del Evangelio según san Lucas 2,34-35.51b
Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: “Éste ha
sido puesto para que muchos en Israel caigan y se
levanten; y será como un signo de contradicción, y a ti
misma una espada te traspasará el alma, para que se
pongan de manifiesto los pensamientos de muchos
corazones”. Su madre conservaba todo esto en su
corazón.
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Reflexión:
Cada caída nuestra encuentra una respuesta amorosa de Dios. María es Madre de la
esperanza y nos busca en los momentos de Cruz, María no se rinde en el miedo, la
duda, el desprecio o el dolor, ella sale a nuestro encuentro, nos consuela y nos da
fuerzas en el camino para ser discípulo fiel.
Nuestra Señora, Refugio de los pecadores, sácanos de la miseria del pecado, conduce
nuestros pasos hacia Jesús, ayúdanos a orar con perseverancia y así el Espíritu Santo
renueve nuestra vida
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Oh María, Madre nuestra ayúdanos a caminar juntos como Iglesia.
5ª SIMÓN EL CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ
Te adoramos, OH CRISTO, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lectura del Evangelio según San Lucas 23, 26
Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto
Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron
la cruz, para que la llevase detrás de Jesús.
Reflexión:
Tan fácil es delegar, huir o renunciar responsabilidades,
pero la virtud del ser cristiano es asumir retos, es dar
nuestras fuerzas a los más necesitados; es hoy que necesitamos regalar espacios de
escucha activa, regalar palabras de ánimo, ofrecer perdón y oportunidades que
transformen corazones, compartir un poco del pan diario con los pobres.
Jesús, enséñanos a amar a los que nos rodean como tú lo haces, abrazándolos y
ayudándolos. Danos la gracia de construir un mundo fraterno y nuestra vida sea
testimonio de tu misericordia y compasión.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Señor Jesús, concédenos reconocerte en los débiles y podamos ayudarte.
6ª VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS
Te adoramos, OH CRISTO, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lectura del libro de los Salmos 27,8-9
Oigo en mi corazón: “Buscad mi rostro”. Tu rostro
buscaré, Señor. No me escondas tu rostro. No rechaces
con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me
deseches, no me abandones, Dios de mi salvación.
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Reflexión:
Tu rostro quedó grabado en una tela para conocerte y amarte mejor, hoy podemos
encontrar tu rostro, en los enfermos, en los pobres que no tiene pan, en los niños
abandonados, en los países que están en guerra; danos la gracia de buscarte, amarte
y consolarte, y ellos también encuentren tu rostro de misericordia y paz.
Que los míos sean generosos y deseen, como la Verónica, salir al encuentro de ese
Dios escondido, y grabar en nuestra memoria tu rostro de Misericordia.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Señor Jesús, muéstranos tu rostro de Misericordia.
7ª JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ
Te adoramos, OH CRISTO, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lectura del libro de las Lamentaciones 3, 1-2. 9. 16
Yo soy un hombre que ha probado el dolor bajo el látigo
de su cólera, porque me ha llevado y conducido a las
tinieblas y no a la luz. Me ha cerrado el paso con una
muralla, y entorpecido mis senderos. Mis dientes
rechinan mordiendo piedras, y me revuelco en el polvo.
Reflexión:
El peso aplastante de nuestra indiferencia, envidia, orgullo, injusticia aún hoy nos hace
contemplar tus caídas; nos deslumbramos fácilmente con las cosas resbaladizas y
brillantes que sabemos que no son para nosotros. El espejismo del mal parece mucho
más tentador que el sufrimiento sacrificial de Jesús.
Señor Jesús, danos la gracia de valorar la belleza y el valor del amor sacrificial por
encima de la atracción resbaladiza y superficial de los pecados con los que pasamos
nuestro tiempo.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Señor Jesús, danos la gracia de elegir lo bueno.
8ª JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES
QUE LLORAN POR ÉL
Te adoramos, OH CRISTO, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lectura del Evangelio según San Lucas 23, 27-28
Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se
golpeaban el pecho y lanzaban lamentos por él. Jesús se
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volvió hacia ellas y les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por
vosotras y por vuestros hijos”.
Reflexión:
Las lagrimas y el dolor siempre tienen una causa. Cuántas veces podemos consolar y
marcar propósitos, pero triste es si estos propósitos son estériles “a fuerza de gratitudes
la tierra se vuelve estéril”. Jesús nos advierte la gravedad del pecado y la seriedad del
juicio, acojámonos antes a su misericordia y bondad, y ser asistidos por el Buen
Samaritano, Jesús.
Señor Jesús alimenta nuestra fe con tu misericordia, de este modo en nuestra familia e
Iglesia de nuestras zonas se muestre la ternura de Dios, y que así podamos consolar a
los tristes y afligidos.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Señor Jesús, que nuestro arrepentimiento tenga frutos en virtudes.
9ª JESÚS CAE POR TERCERA VEZ
Te adoramos, OH CRISTO, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lectura de la 2ª carta del apóstol Pablo a los
Corintios 5, 14-15
Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si
uno murió por todos, todos murieron. Y Cristo murió
por todos, para que los que viven, ya no vivan para
sí, sino para el que murió y resucitó por ellos.
Reflexión:
No bastaron dos caídas, hubo necesidad de la tercera,
no tanto por el peso de nuestros pecados, sino para levantarnos de nuestras infinitas
caídas. Es Jesús el Buen Samaritano que se arrodilla para asistir al herido y hoy se
postra para enseñarnos la magna dignidad de ser hijos de Dios, por eso consideremos
a no despreciar, ni criticar, ni deshonrar a nadie en nuestra vida.
Oh Dios, enséñanos a ser humildes que con facilidad podamos ayudar al que sufre,
seamos nosotros portadores de tu justicia y misericordia.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Señor Jesús, ayúdanos a ser Iglesia unida y fraterna.
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10ª JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
Te adoramos, OH CRISTO, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lectura del libro de los Salmos 22, 19
Se reparten mi ropa, echan a suerte mi túnica.
Reflexión:
El pecado destruye nuestra identidad y al no saber quiénes
somos, nos aislamos y hasta nos escondemos de Dios. Es
Jesús quien comparte nuestra desnudez para darnos la
vestidura del amor. Creer en Jesús y ser discípulo suyo es
no estar más escondido, sino salir a su encuentro.
Señor Jesús, cuando finalmente te veamos por lo que eres, nos avergonzaremos de
nuestro pecado. Estamos humillados, pero a veces eso es bueno: acaba con nuestro
orgullo. Que el Espíritu nos mueva a que podamos buscarte y ser revestidos de tu amor.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Señor Jesús, que tu misericordia nos encuentre cuando nos hemos alejado.
11ª JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ
Te adoramos, OH CRISTO, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lectura del Evangelio según San Juan 19, 16a.19
Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Y
Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz;
en él estaba escrito: “Jesús, el Nazareno, el rey de los
judíos”.
Reflexión:
“Maltratado, aguantaba, no abría la boca; como cordero
llevado al matadero, como oveja muda ante el esquilador, no abría la boca” Is. 53, 7. El
profeta nos refiere la realidad del sufrimiento, y Jesús sufre la consecuencia de nuestros
pecados. Hasta una muerte de Cruz le llevaron, y Él hasta el fondo de la Misericordia
nos llevó.
Señor Jesús, te amamos. Lamentamos mucho hacerte pasar por tanto dolor. Cuánta
gracia mana de ti y nos respondes con la sonrisa del amor. Que podamos clavar nuestro
viejo yo en la cruz contigo, y tener una vida renovada para caminar juntos. Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
Señor Jesús, danos tu sabiduría para poder obrar mejor.
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12ª JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Te adoramos, OH CRISTO, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lectura del Evangelio según San Lucas 23,46
Y Jesús, clamando con voz potente, dijo: “Padre, a
tus manos encomiendo mi espíritu”. Y, dicho esto,
expiró.
Reflexión:
“Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” Rm. 5,
20. El mal siempre tiene un fin, el cual se originó en un
árbol y un árbol es testigo de la muerte del mal. La muerte
de Cristo es redentora y con ello ganarnos la Vida eterna. El cielo se rasga y tiembla la
tierra, mientras los hombres apenas nos damos por enterados.
Señor Jesús, tanto amarnos te llevó a morir para rescatarnos de la muerte, el lugar del
castigo, la Cruz, se ha convertido en fuente de vida, cuando me sienta desfallecido con
hambre y sed, retorne mi mirada hacia ti y se sacie mi vida.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Señor Jesús, tú moriste para que yo pudiera vivir.
13ª JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y PUESTO EN BRAZOS DE MARÍA, SU
MADRE
Te adoramos, OH CRISTO, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lectura del Evangelio según San Juan 19,26-27ª
Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al
que amaba, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu
hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”.
Reflexión:
El corazón y la cabeza traspasado, sangre y agua manan
del cordero inmolado, es el Bautismo y la Eucaristía que
reposa en brazos de una Madre, la Virgen María. María
es Madre de la Fe, la Esperanza y el Amor, principios que nos hacen caminar juntos
como hermanos.
Señor Jesús, el regalo de tu madre nos haga nacer y renacer, nos ayude a responder
con generosidad a tu llamado, que seamos valientes en el camino de la Cruz, que
transmitamos esperanza a quiénes lo han perdido.
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Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Gracias Señor Jesús por regalarnos una Madre valiente y llena de fe.
14ª JESÚS ES SEPULTADO
Te adoramos, OH CRISTO, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Lectura del Evangelio según San Juan 19,39-40
Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de
noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de
mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo
envolvieron en los lienzos con los aromas, según se
acostumbra a enterrar entre los judíos.
Reflexión:
En el silencio del Sábado Santo baja Jesús a los
infiernos y nos abre las puertas del Cielo. Tres veces cayó a la tierra y tres días bastará
para rescatar al hombre perdido y curar al hombre herido por el pecado. Jesús con su
muerte ha dado fin a todo tipo de pecado y ha colocado al hombre de nuevo en el jardín
del paraíso con su Resurrección.
Oh Dios has amado tanto al hombre que has descendido hasta el borde de la nada y
has restaurado su vida. Este camino de Cruz nos haga reflexionar y nos comprometa a
orar juntos en familia, en grupos parroquiales y recapacitar y tomar un rumbo nuevo
para ser testimonio de tu amor en nuestras comunidades y la creación entera.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Señor Jesús, permítenos siempre contemplar el misterio de Pasión, Muerte y
Resurrección.
ORACIÓN FINAL
Señor Jesucristo,
tu nos has concedido acompañarte,
con la Virgen María tu Madre,
en los misterios de tu pasión, muerte y sepultura,
para que te acompañemos también en tu resurrección;
concédenos caminar contigo
por los nuevos caminos del amor
y de la paz que nos has enseñado.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
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