Prof: Piter Momtejo FILOSOFIA GRUPO 4°9 La filosofía como pensar problematizador La palabra problema viene del griego y etimológicamente significa lanzar o arrojar hacia delante, designando una cuestión oscura, sobre la cual no se tienen sino datos incompletos. Si tomamos el termino problema, en sentido amplio, nos referimos a la necesidad en la cual se encuentra nuestro pensamiento de explicar un hecho cualquiera, real o supuesto. En otras palabras, un problema es un obstáculo. Pero para que algo sea vivido como obstáculo no es suficiente que este presente ante mí. Es indispensable que yo me proponga, que sienta la necesidad de sortearlo, de pasar al otro lado, de salir de esa situación. Es decir, no toda interrogante es vivido como un problema por el hombre. Por lo general, un problema es una cuestión que se trata de aclarar o resolver. El problema puede compararse a un nudo en el que se articulan aspectos contradictorios de una Cuestión. Lo que se trata de hacer con el es resolverlo o disolverlo, o clarificar la dimensión de su carácter problemático. El hombre contemporáneo percibe con claridad que desconoce muchas cosas pero puede habituarse a vivir con su ignorancia sin intranquilizarse por ello. El problema en cambio se caracteriza por su dimensión de problematicidad para alguien. La situación se hace problemática cuando el sujeto siente la necesidad de superarla como una exigencia. La situación adquiere entonces dramatismo. Se pueden dividir los problemas, como las ciencias mismas o las diversas ramas del conocimiento a las cuales se relacionan, en problemas físicos, metafísicos, matemáticos, históricos etc. Todos esos problemas pueden ser examinados de una manera seria con el único interés de buscar la verdad o de una manera superficial, por amor a la inteligencia. Pero los problemas mismos son históricos y esto en dos sentidos: un mismo problema es una realidad variada a lo largo de la historia. Además, permanentemente aparecen problemas nuevos y otros dejan de serlo. Muchos problemas –por ejemplo- se han dejado de lado en el grado en que se descubre que no tienen sentido. El planteamiento de los problemas es una de las tareas filosóficas primordiales. La problematización de todo lo que se le presenta, tanto de la realidad, como de todo aquello que aparece como indudable a primera vista, es misión de la filosofía. La filosofía no trata simplemente cualquier problema sino, por lo menos, reflexiona también sobre el carácter del planteamiento del problema. La actividad de los mayores pensadores en el campo de la filosofía ha consistido sobre todo en cambiar el planteo de los problemas. En última instancia, el concepto de problema ha de entenderse, no como un conocimiento perfecto y concluido, sino más bien, como un conocimiento inventivo, progresivo. Antropología filosófica. La antropología filosófica es la teoría de la esencia del hombre. La antropología filosófica, pues, pregunta por el ser del hombre, por su naturaleza o por su esencia. Prof: Piter Momtejo FILOSOFIA GRUPO 4°9 La antropología filosófica, pese a la identidad formal de su pregunta ¿Que es el hombre y cual es su puesto en el cosmos? con respecto a la pregunta científica, sobrepasa a ésta por considerar al hombre no solo en su ser natural, sino también en su ser esencial, no solo en su puesto dentro de la naturaleza, sino también dentro del espíritu. La antropología filosófica limita y a la vez extiende su problema a la cuestión de la esencia del hombre, de su puesto en el cosmos y de su destino. Las preguntas ¿Quien soy? ¿Quién quiero ser? son propias del modo de existir del hombre. Por eso la antropología filosófica se pregunta por aquello que determina y posibilita la existencia humana (el hombre no es solamente un simple ser, sino que se pregunta y se interpreta a si mismo). En consecuencia, la antropología filosófica no crea ni inventa los problemas del hombre; los encuentra, los reconoce, los asume, los examina criticamente. Algo sobre la historia del problema antropológico. El temor al propio espejo El hombre sabe desde los primeros tiempos que él es el objeto más digno de estudio, pero parece como si no se atreviera a tratar este objeto, a investigarlo auténticamente. A veces inicia la tarea, pero pronto se ve superado por la problemática, y vuelve atrás, ya sea para estudiar todas las cosas del cielo y de la tierra, menos a si mismo. Son varios los filósofos que señalan una especie de evasión inconsciente respecto a su propio ser, cuando éste ha de buscarse en su significado propio y más profundo. El autoconocimiento no se asume fácilmente. Miramos hacia fuera y nos olvidamos de nuestro propio significado en ese “fuera”. A parir del siglo asistimos a una multiplicación de las ciencias que estudian al hombre. La consolidación de las ciencias humanas y el surgimiento de una serie de antropologías (cultural, física, religiosa) puso de manifiesto un interrogante ¿Como hablar del hombre en medio de tantos discursos sobre él ? ¿ Como se articula la antropología filosófica con las otras antropologías y con las ciencias que hablan acerca del hombre?. La antropología filosófica se apoya o auxilia en los demás saberes (psicología, sociología, historia etc). Por ultimo, cabe señalar que aunque la antropología filosófica es de creación reciente, se hallan ya astibos de ella en el pasado filosófico: la meditación de Pascal, por ejemplo, es de índole claramente filosófico_ antropológica.