¿Cuál es el plan? “La planeación estratégica es inútil, a menos que haya primero una visión estratégica”. John Naisbitt1 Algunos ejecutivos han despreciado la planeación estratégica al afirmar que es muy poco su beneficio por cuanto en las empresas es común encontrar que los colaboradores han olvidado los objetivos finales corporativos. Vale decir, la visión, la misión y los valores corporativos. Esto es lo mismo que decir que el azadón es una herramienta de poca utilidad para arar la tierra porque la mayoría de las personas no le dan uso adecuadamente. El punto clave radica en saber en manos de quién está el azadón. De la misma manera, en las empresas debemos preguntarnos en manos de quién está la planeación estratégica. Si está en manos de un directivo que desconoce su importancia como base para darle una directriz adecuada a la empresa mediante la articulación de los objetivos finales con las metas macro, las estrategias y los objetivos de los procesos, evidentemente la planeación estratégica no tendrá ninguna utilidad y será una herramienta baladí. Por el contrario, si el directivo reconoce la importancia de esta herramienta será tan útil como el azadón en manos del agricultor que sabe cómo utilizarlo. Y aquí cabe recordar una vieja historia: “Alguna vez dos presidentes de compañías competidoras entre sí en la misma industria decidieron ir a acampar juntos, con el objetivo de discutir la posibilidad de formar una empresa conjunta. Caminaron y se adentraron bastante en la espesura del bosque. Súbitamente se encontraron con un gran oso pardo que, erguido sobre sus patas traseras, les lanzó un sonoro gruñido. Con sorprendente rapidez, el primer presidente se quitó la mochila del hombro y comenzó a sacar un par de zapatos para carreras. El segundo exclamó: - Oye, tú no puedes ganarle corriendo a ese oso. Le contestó entonces el primero: - 1 Tal vez no pueda correr más que ese oso, pero con seguridad puedo correr más que tú.” Escritor estadounidense y orador en el ámbito de los estudios futuros. Autor del libro Megatendencias publicado en 1982 convirtiéndose en bestsellers del New York Times durante dos años Así de sencillo, puede ser que esta herramienta administrativa no nos libre completamente de las embestidas agresivas del entorno, ni siquiera de los imprevistos que puedan surgir. Pero de lo que sí podemos estar absolutamente seguros, es que sin ella quedaríamos sometidos completamente al azar y con muy pocas alternativas de salvar estos difíciles obstáculos. Peter Drucker, considerado el mayor filósofo de la administración del siglo XX, afirmaba que la tarea primordial en una empresa consiste en pensar detenidamente sobre cuál es la misión real del negocio y a dónde se quiere llegar. Esto conduce a la fijación de metas macro, al desarrollo de estrategias y planes, y a la toma de decisiones hoy para los resultados de mañana. Debe recordarse que las decisiones estratégicas se basan mucho más en criterios y análisis objetivos que en las experiencias pasadas propias o en juicios del pasado, por cuanto hoy el ritmo de cambio es tal que difícilmente las condiciones del mercado se repiten como sucedía en épocas anteriores. La empresa debe verificar de manera permanente los hechos y las tendencias tanto internas como externas, para hacer los ajustes pertinentes en los planes y en las estrategias para lograr su supervivencia en el torbellino del mercado actual, independiente del producto o servicio que fabrique y que preste, el sector al cual pertenezca o el tamaño de la misma. Pero para hacer esto de manera eficiente, efectiva y eficaz, el directivo debe tener clara la respuesta a la pregunta: ¿Cuál es el plan?