República Bolivariana de Venezuela Universidad Central de Venezuela Facultad de Arquitectura y Urbanismo Asentamientos Humanos Prof. Ana Cecilia Flores Contaminación Sucedánea Zafir Varela C.I 27006918 Caracas 5 de mayo de 2022 Reza un dicho popular que la moneda tiene dos caras, expresión que alude a que todo acto, evento, acción, personaje y demás, poseen, en general, aspectos contrarios, elementos en pro y en contra; características disimiles, de bien por una parte y mal por otra; condiciones diferentes que las hacen favorables o perjudiciales pero que en todo caso conviven y subsisten en una misma realidad. De esa condición surge la práctica milenaria del acontecer humano de resaltar las cualidades de un ente, el que sea, cuando desea promoverlo, ocultando la otra cara que representa los defectos que están presentes en la misma esencia, y viceversa cuando lo que quiere es desaprobar o rechazar el ente en cuestión. Realidad a la que están expuestas las denominadas nuevas energías renovables, que por una parte no son nada nuevas pues sus fuentes son tan viejas o mas que el planeta y por otra, que se pretende relanzar como energías alternas y hasta sustitutas a las generadas por los conocidos materiales fósiles, carbón y petróleo, dados los problemas de contaminación ambiental que estos generan por la introducción de altas cantidades de CO2 en la atmósfera y consecuente calentamiento global, debido a la afirmación reiterada y exaltación de su condición de energía verde, energía limpia. En tal sentido y haciendo abstracción de los interese económicos, y no propiamente ecológicos, y del ansia de poder y dominación que mueven el mundo, lo cierto es que detrás de esas reiteradas manifestaciones de los beneficios del uso de la fuentes primarias de energía para la producción de energía eléctrica, auspiciada y exaltadas por grupos ecologistas, gobiernos del mundo e instituciones privadas, con un despliegue de publicidad y propaganda desatada, conferencia mundiales, simposios, reuniones y eventos y todo un escenario mundial para hacerlas parecer como la panacea del mundo para salvar el planeta, existe la otra cara de la moneda. La cara sucia, la que deforma voluntaria es ignorada, la que se desea pase inadvertida, de la que nadie habla, de la se guarda celoso secreto, la representada por una serie de consecuencias e implicaciones nocivas para el planeta. La realidad radica en que el uso de estas fuentes, principalmente solar y eólica, requiere para su transformación en energía eléctrica, valga destacar como elemento fundamental de la actividad actual de la humanidad, asociada cada vez mas a la acción cotidiana del hombre, del uso de cantidades cada vez mayor de metales y tierras raras, amen del uso creciente de otros metales mas comunes como el cobre. La explotación y extracción de campos inmensos de minerales conllevan una intervención agresiva de la corteza terrestre con la incorporación de residuos estos residuos a las capas inferiores de la tierra y de las fuentes de agua cercanas, a la vez que crean ambientes altamente toxicos que atentan contra la salud de miles de personas que exige la producción masiva de materia prima, emanaciones residuales que también se producen en los elementos transformadores ya sea baterías, paneles solares o generadores eólicos, sin duda una cara oculta que implica cambio de contaminación.