Instituto Tecnológico De Culiacán. Ingeniería en Gestión Empresarial. ENSAYO “La quinta disciplina” (The Fifth Discipline) TAREA 1 Diseño Organizacional 14:00 – 15:00 pm Docente: Lizbeth Dagnino López. Alumna: Parra Alarcón Arlethe Dayana (19170649) Culiacán, Sinaloa. 27/08/2023 Peter Senge propuso el pensamiento sistémico que es “la quinta disciplina”, la cual ofrece un lenguaje que comienza por la reestructuración de nuestro pensamiento y se constituye, entonces, en la piedra angular para abordar el aprendizaje dentro de la organización inteligente. La aplicación del pensamiento sistémico es contemplar la empresa desde un punto de vista multidisciplinar y transdisciplinar, esto nos permitirá hacer un análisis profundo, definiendo de forma clara los puntos fuertes y débiles en todos los aspectos que abarca la empresa. La base del pensamiento sistémico da un razonamiento claro y una buena comunicación, una forma de profundizar y ampliar nuestro punto de vista. El pensamiento sistémico tiene muchos beneficios, nos ayuda a entender la complejidad de un problema sin simplificaciones, teniendo en cuenta cómo los diferentes elementos se afectan entre sí, ayuda a ver la realidad en partes que interaccionan y a aumentar la conciencia de las consecuencias de nuestras acciones a corto y largo plazo, permite adquirir una comprensión más profunda de la dinámica de los acontecimientos llevando a la superficie los mecanismos y las interacciones que los subyacen, gobiernan y definen, exalta las capacidades de recombinación de nuestra mente, permitiéndole revelar los mecanismos intrínsecos del funcionamiento de las cosas, de parcial a total, leyendo la secuencia completa de interrelaciones. Las organizaciones operan como sistemas completos, lo que les permite determinar su identidad, pero además lo hacen formando parte de otros sistemas a los que pertenecen y a los que se agrega valor y de los que se consumen recursos. Pero la forma en que pensamos podría limitar la comprensión de este comportamiento sistémico. Tal vez, nos hemos educado de manera que, para comprender el comportamiento de un sistema, es suficiente con entender las partes más representativas o evidentes para el que observa y esto puede ser muy delicado en la operación global de un sistema y en el impacto que esta operación genera para los sistemas en los que se desempeña. Por ejemplo, creer que mi departamento es lo único relevante para mi responsabilidad y, por tanto, para mi acción, puede fragmentar la comprensión de mis aportaciones al desempeño completo del sistema. Podemos observar en reuniones de trabajo la forma en que los responsables de las distintas áreas fragmentan la comprensión del comportamiento global de la empresa como un todo, buscando beneficios y resultados exitosos sólo para la parte de la cual son responsables, limitando la coordinación con las demás que son partes del mismo sistema. Y no es sólo un tema de fragmentación departamental o funcional, sino que, al no percibir el comportamiento sistémico de la organización, dejamos de percibir consecuencias que puedan generarse por el operar de nuestras áreas e inclusive de la empresa, en el comportamiento del sistema en general. Un enfoque reducido a las partes puede impedirnos observar consecuencia no previstas porque no son evidentes cuando se toma una decisión. El pensamiento sistémico nos invita a construir conocimiento con base en causas raíz y sus interrelaciones. Nos invita a comprender que el comportamiento de los sistemas tiene su origen en la estructura del sistema y en las intenciones y formas de pensar de los diseñadores y tomadores de decisiones. Si queremos lograr cambios profundos, será importante voltear hacia estas estructuras y modelos mentales para diseñar e implementar nuevas estrategias y acciones alineadas a las demandas del ambiente, las intenciones y las capacidades del sistema. Existe una “Sexta disciplina” que es la negociación, supone un proceso de diálogo entre dos o más personas o partes entre las cuales se ha suscitado un conflicto, por lo general motivado a que las partes involucradas tienen algunos intereses en común y otros opuestos. De modo que las conversaciones que se llevan a cabo con la finalidad de lograr un arreglo satisfactorio para ambas partes, independientemente de que el acuerdo se alcance o no, se denominan negociación. El objetivo de una negociación es lograr un acuerdo que resulte satisfactorio para ambas partes. En este sentido, la negociación es el camino más aconsejable para la resolución de conflictos, pues supone la alternativa más civilizada al uso de la fuerza. Las negociaciones forman parte de la vida cotidiana de las personas y de las relaciones sociales en general. Por ejemplo, cuando una madre quiere que su hijo acabe de comerse el plato principal, negocia el esfuerzo con el chico sugiriéndole que se ganará un postre estupendo. Del mismo modo, otros ámbitos de las relaciones sociales se ven determinadas por la dinámica de las negociaciones a la hora de llegar a acuerdos y encontrar soluciones. En este sentido, se producen negociaciones en los ámbitos comerciales, mercantiles, empresariales, laborales, políticos, etc. Asimismo, la negociación es práctica habitual en las relaciones diplomáticas entre los países para tratar asuntos económicos, políticos o militares.