UNIDAD X LA METAFISICA SEGÚN ARISTOTELES Manuela Durán Ramirez DN-19-10280 El objeto de la metafísica aristotélica es la crítica a la teoría de las Ideas de Platón, ya que, a pesar de que Aristóteles cree en la existencia de universales, no considera que estos se encuentren fuera de las cosas, sino dentro de ellas. Verás que, si bien Aristóteles es contrario a la teoría de las Ideas, lo cierto es que se mantienen los mismos elementos, pero, donde Platón habla de ideas, el de Estagira hablará de formas. Asimismo, le parece innecesaria la división platónica del mundo. Duplicar la realidad es duplicar los problemas, no tiene ningún sentido suponer que existe otro mundo separado del mundo físico donde permanecen las esencias. Además, su mentor, tampoco fue capaz de dar explicación al fenómeno del cambio y del movimiento. La palabra "metafísica" tiene su origen en los escritos de Aristóteles: la investigación sobre lo que existe en general, sin distinguir si se trata de seres vivos, de seres celestes, si cambian o si no, etc. es una investigación máximamente general, máximamente abstracta. A esta investigación Aristóteles la llamó Filosofía Primera. Andrónico de Rodas, un seguidor de Aristóteles, ordenando las obras del maestro, situó sus escritos de Filosofía Primera después de sus escritos de Física, de ahí que fuesen conocidos como Meta-Física (lo que va después de la Física). Crítica a Platón Los problemas del dualismo platónico llevan a Aristóteles a proponer una alternativa que tiene como elemento central el rechazo del dualismo ontológico: no existen por un lado Formas ideales y por otros seres materiales, sino que sólo existen un tipo de seres, los seres materiales. Eso sí, los seres según Aristóteles son una composición o combinación de dos principios: Materia Formas o características Todo ser (sustancia, como llama Aristóteles a cada uno de los seres que existen) es por un lado una cierta cantidad de materia, pero de materia organizada según ciertas formas o características (forma, cantidad, cualidades, etc.) Las formas de una sustancia son muchas, y ellas sólo existen unidas a la materia, nunca separadas de ella como sí lo hacen las Formas platónicas. Tampoco existe materia informe, toda materia tiene algunas características. Con su teoría de que los seres (sustancias) son una unión de materia + formas, Aristóteles quiere superar la oposición entre metafísicas materialistas (como la de Tales) y metafísicas idealistas o formalistas (como la de Platón). Tanto la materia como las formas existen en pie de igualdad, ambas son principios básicos de la realidad. Frente a las sustancias, que existen por sí mismas sin la necesidad de otras sustancias para existir, están los accidentes. Pensemos por ejemplo en el precio de una mesa o en la inteligencia de nuestro perro. Tanto el precio como la inteligencia existen, pero no existen por sí mismos, existen porque existen la mesa o nuestro perro. En general, un accidente es algo que existe en una (o varias) sustancias. Es una característica, una propiedad de las sustancias: sin ellas los accidentes no existen. LA METAFÍSICA DE ARISTÓTELES En lugar de afirmar la existencia de dos mundos, uno material y otro inmaterial, Aristóteles sitúa estos dos elementos en la substancia. No hay, pues, una realidad sensible y otra inteligible, sino que la substancia, que es la forma privilegiada del ser, es un compuesto de materia y forma. Aristóteles dará respuesta a la cuestión del movimiento con su teoría de la potencia y el acto, dando, además, una explicación del porqué del fenómeno. Todo efecto, tiene su causa, dice el filósofo, y para explicar la realidad se necesitan justamente cuatro (material, formal, eficiente y final). TEORÍA HILEMÓRFICA DE ARISTÓTELES La forma privilegiada del ser, que se dice de muchas formas, es la substancia, la cual es definida por el discípulo de Platón como todo aquello que no necesita de nada más para existir. Esta substancia, que es el individuo, la naturaleza, las cosas, es un compuesto de materia (particular) y forma (universal). El ser aristotélico solo es uno, pero admite distintas acepciones. Todas las formas de ser, remiten a la substancia, lo que aseguran la unidad del ser. La substancia primera es la La materia, lo particular, no se puede conocer, pero sí la forma, lo universal. La materia es el modo de ser que hace que el objeto sea aquello que es y no otra cosa y es pasiva. Pero la forma, que es activa, constituye la propia naturaleza del ser y es universal. Así pues, da forma a la materia y en tanto que natural, es la causa del movimiento. El problema puede, de esta forma, explicarse a partir de la substancia. Ser en potencia y ser en acto Parménides aseguraba que el movimiento o el cambio (en la antigua Grecia se empleaba el mismo término para ambos), no podía existir, ya que no es posible el paso del no-ser al ser. Platón, con su teoría de las Ideas no supo dar respuesta a este problema, pero sí Aristóteles, que define el movimiento como el paso de un no-ser relativo, que sería el ser en potencia, al ser en acto. El ser en acto es la substancia en un momento dado, tal y como se presenta al individuo y tal y como la conoce El ser en potencia, se refiere a la capacidad de llegar a ser, de poder ser algo distinto a lo que se es, de cambiar. Ejemplo: una semilla puede llegar a ser un árbol, por lo tanto, la semilla, en acto, es un árbol en potencia, y este, la actualización de ese potencial. LAS CUATRO CAUSAS Y EL PRIMER MOTOR ARISTOTÉLICO En el libro I de la Metafísica, Aristóteles expone su teoría de las cuatro causas del ser, que ya había tratado en la Física. Las dos primeras causas son intrínsecas y las otras dos, extrínsecas al ser. Teoría de las causas En su intento por aunar las explicaciones materialistas y formalistas, Aristóteles propone su teoría de que en todo cambio hay cuatro tipos de causas actuando simultáneamente. En todo cambio intervienen tanto aspectos materiales (propios de las explicaciones materialistas) como formales (propios de las explicaciones formalistas). Es muy importante entender que en todo cambio intervienen múltiples causas: materiales, formales, eficientes y finales. Por ejemplo, en el proceso de crecimiento de una planta intervienen al mismo tiempo: Causas materiales: el agua, los componentes materiales presentes en la planta, etc. Causas formales: la disposición de raíces, tallos y hojas para facilitar la absorción de agua y luz. Causas eficientes: la luz que incide en las hojas, el jardinero que abona el suelo, etc. Causas finales: el programa genético que ordena y controla todo el proceso hasta que la planta alcanza la madurez. Cuatro tipos de causas Pon ejemplos diferentes a los ya vistos de cada uno de los cuatro tipos de causas. Identifica en los siguientes: Teleología Que siempre haya una causa final (un fin o meta) que impulsa el proceso y que cuando se alcanza, finaliza dicho proceso, es una tesis o doctrina que recibe el nombre de teleología. En la metafísica de Aristóteles, todo cambio persigue un fin (todo tiene un porqué) y como resultado el cosmos entero muestra un orden que puede comprenderse racionalmente. Este fin puede ser algo propio o interno al ser o algo ajeno y externo, y esta diferencia permite hacer una distinción fundamental: Seres naturales. En ellos, el fin que persiguen con sus cambios y movimientos es propio o interno a ellos. Pensemos en los cambios que sufre una planta a lo largo de su ciclo vital: vienen marcados por los objetivos (fines) que la planta tiene (crecer, nutrirse, reproducirse, protegerse, etc.). Su existencia se explica por algo que reside en ellos. Seres artificiales. En ellos, el fin es ajeno o externo. Pensemos en un mueble o un vehículo: son como son porque otros seres (nosotros) los hemos hecho así para servir a nuestros fines. Los seres artificiales son seres sin cambio o movimientos propios, son esencialmente inertes y si cambian o se mueven por sí mismos es debido a las sustancias naturales empleadas para construirlos: un coche se oxida por estar hecho de hierro, no por ser un coche. En cambio, el hierro se oxida porque es hierro, por sus propias características. Cosmología El cosmos aristotélico es una esfera en la que los seres compuestos de las materias más pesadas (tierra, agua) tienden a su centro, mientras que las materias más ligeras (aire, fuego, éter) se sitúan en las partes más altas, en esferas concéntricas formadas por éter, una materia transparente de la que están compuestas las estrellas, los planetas, el Sol y (con impurezas) la Luna. El movimiento circular de la esfera más exterior (la de las estrellas), se transmite a las esferas inferiores hasta llegar al aire (los vientos y otros fenómenos atmosféricos) y al agua (las mareas y corrientes). Diagrama del cosmos aristotélico. El cosmos de Aristóteles presenta un marcado dualismo entre dos regiones: la región situada por encima de la esfera lunar (región supralunar) y la situada por debajo de aquella (región sublunar): Región supralunar Los seres del cielo están compuestos de éter (es su materia). El movimiento natural de los seres celestes es circular y uniforme. Los seres celestes no decaen o se degradan. La forma de los seres celestes es la esfera, la forma más perfecta. El movimiento puede comprenderse matemáticamente. Las estrellas trazan círculos perfectos y repiten ciclos con exactitud. El movimiento es eterno, no tiene un final. Región sublunar Los seres están compuestos de tierra, agua, aire y fuego. El movimento natural de los seres es rectilíneo y acelerado Los seres decaen, se degradan, mueren. Los seres adoptan distintas formas más o menos irregulares. El movimiento y los cambios no siguen leyes matemáticas. Los seres se mueven y cambian irregularmente, sin seguir patrones exactos. Los movimientos y cambios tienen un final. Bibliografía https://www.filosofia.org/enc/ros/meta2.htm https://sites.google.com/site/auladefilosofia123/la-realidad/metaf%C3%ADsica-deplat%C3%B3n-y-arist%C3%B3teles https://filosofiaamartillazosblog.wordpress.com/2017/02/06/4-1-la-metafisica-platon-vsaristoteles/