Fundamentos de la ingeniería industrial. NRC. 50337 - Cristian Alexander Rincón G. Integrantes: Pablo Velasco Yesica Gutiérrez Jaqueline Muñoz Jesús Ortega Sócrates Páez ID 000929255 ID 000929279 ID 000931051 ID 000929152 ID 000931063 La Teoría de Sistemas, también conocida como Teoría General de Sistemas, se refiere al examen interdisciplinario de sistemas en su conjunto. Su objetivo es identificar los componentes y tendencias de sistemas, que son entidades claramente definidas cuyas partes tienen relaciones e interdependencias, y cuya totalidad es más que la suma de sus partes. para que algo sea considerado un sistema, debemos ser capaces de identificar sus partes y cómo están conectadas, de manera que cualquier cambio en una parte afecte a las demás, generando comportamientos predecibles. Además, cada sistema está relacionado con su entorno y se ajusta de alguna manera a él, y esta relación debe ser distinguible. Estos principios se pueden aplicar en una variedad de campos, como biología, medicina, sociología y administración de empresas, entre otros. Sin embargo, la Teoría General de Sistemas, busca mantener una perspectiva general de los sistemas sin proponer detalles específicos. Por ejemplo, clasifica los tipos de sistemas según sus características fundamentales, pero no se ocupa de qué objetos concretos componen un sistema específico. Los sistemas se componen de entradas, procesos y salidas. Las entradas corresponden a aquellos elementos que incorporan información, energía o materia al sistema desde el exterior. Los procesos son las transformaciones que tienen lugar dentro del sistema y que permiten la conversión de las entradas en salidas. Las salidas, por su parte, representan los resultados generados por el funcionamiento del sistema y, en general, se dirigen hacia el entorno externo. Principios de la Teoría de Sistemas La teoría de sistemas en relación con la ecología de los seres vivos sostiene que estos organismos son sistemas que intercambian información y materia con su entorno. Según esta teoría, cualquier sistema consta de los siguientes elementos: Entradas, también conocidas como insumos o inputs: Estos son los procesos que incorporan información, energía o materia al sistema, y provienen del entorno exterior. Salidas, también llamadas productos o outputs: Representan los resultados generados por el funcionamiento del sistema y, en general, se dirigen hacia el entorno externo. Transformadores, procesadores o throughput: Estos son los mecanismos dentro del sistema que generan cambios o transforman las entradas en salidas. Retroalimentación: Se refiere a situaciones en las que el sistema convierte sus salidas en entradas, retroalimentándose de su propio funcionamiento. Medio ambiente: Engloba todo lo que rodea al sistema y existe fuera de él. A su vez, el entorno exterior también es considerado un sistema, y esto puede continuar indefinidamente. A partir de esta última característica, podemos identificar tres tipos de sistemas: a) Sistemas abiertos: Aquellos que intercambian información libremente con su entorno. b) Sistemas cerrados: Estos sistemas no comparten información de ningún tipo con su entorno, y son considerados como sistemas ideales en teoría. c) Sistemas semiabiertos o semicerrados: Son sistemas que comparten la mínima cantidad de información posible con su entorno, sin llegar a ser completamente cerrados. El enfoque sistémico implica examinar un objeto, una situación o un tema siguiendo los principios de un sistema, es decir, manteniendo una perspectiva que considera cómo se compone, las relaciones entre sus componentes y cómo interactúa con su entorno, incluyendo el flujo de información hacia dentro y hacia fuera del sistema. Este tipo de enfoque se basa en la distinción entre aspectos generales y particulares, y ofrece dos enfoques fundamentales: Estructural: Se centra en la identificación de los componentes internos del sistema, detallando su estructura y las funciones que desempeñan entre sí. Este enfoque se asemeja a realizar una especie de "radiografía" del sistema. Integral: Implica la evaluación del funcionamiento del sistema y la relevancia de sus componentes, considerando aspectos como el rendimiento, la entropía y la efectividad del sistema en su conjunto. Características de los sistemas Propósito u objetivo: El propósito o meta que se busca lograr se define a través de la disposición de las unidades o elementos, así como las relaciones entre ellos. Globalismo: En todo sistema de naturaleza orgánica, cualquier estímulo aplicado a una unidad del sistema tendrá un impacto en todas las demás unidades debido a las interconexiones que existen entre ellas. Entropía: Este término se refiere a la tendencia de los sistemas a experimentar desgaste o desintegración con el tiempo. En otras palabras, a medida que la entropía aumenta, los sistemas tienden a descomponerse en estados más simples. Homeostasis: Se trata del equilibrio dinámico que se mantiene entre las partes del sistema, lo que implica que los sistemas tienen una tendencia a adaptarse y mantener el equilibrio en respuesta a los cambios tanto internos como externos en su entorno. Equifinalidad: Este concepto indica que un sistema vivo puede llegar al mismo estado final a pesar de tener condiciones iniciales diferentes y seguir trayectorias diversas. En otras palabras, el resultado es el mismo, independientemente del proceso que lo haya llevado allí. Dividiéndose y Clasificándose en un aspecto unico: 1. Sistemas naturales: Se encuentran en el entorno sin intervención humana. 2. Sistemas artificiales: Son creados por el ser humano. 3. Sistemas sociales: Comprenden individuos con un objetivo común. 4. Sistemas hombre-máquina: Utilizan equipos u otros objetos, a veces con el propósito de lograr autonomía. 5. Sistemas abiertos: Mantienen un flujo constante de materia y energía con el entorno. 6. Sistemas cerrados: No intercambian con su entorno y son inmunes a influencias externas. 7. Sistemas temporales: Tienen una duración limitada y luego desaparecen. 8. Sistemas permanentes: Persisten más allá de las operaciones humanas, con una constancia en el tiempo. 9. Sistemas estables: Mantienen propiedades y operaciones constantes o cíclicas. 10. Sistemas no estables: Experimentan cambios o ajustes en respuesta al tiempo y los recursos. 11. Sistemas adaptativos: Se ajustan y mejoran en respuesta al entorno para lograr su supervivencia y funcionamiento. 12. Sistemas no adaptativos: Tienen dificultades en su adaptación y pueden fracasar o ser eliminados. 13. Sistemas determinísticos: Sus interacciones son predecibles. 14. Sistemas probabilísticos: Involucran incertidumbre en sus resultados. 15. Subsistemas: Componentes más pequeños dentro del sistema principal. 16. Supersistemas: Son sistemas extremadamente grandes y complejos que pueden referirse a una parte del sistema original. Referencias "Teoría de sistemas". Autor: Equipo editorial, Etecé. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/teoriadesistemas/. Última edición: 5 de agosto de 2021. Consultado: 30 de septiembre de 2023 Fuente: https://concepto.de/teoriadesistemas/#ixzz8EoFqyk2L Zamudio Mata Ramón Michael. (2021, marzo 17). Teoría de sistemas. Qué es, características, clasificación, elementos. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/teoria-de-sistemas/