SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0335/2013 Sucre, 18 de marzo de 2013 SALA PRIMERA ESPECIALIZADA Magistrada Relatora: Soraida Rosario ChánezChire Acción de amparo constitucional Expediente: Departamento: 01873-2012-04-AAC La Paz En revisión la Resolución 02/2013 de 16 de enero, cursante de fs.126 a 129, pronunciada dentro de la acción de amparo constitucionalpresentada por Francisco Orellana Blas contra Alfredo Marquina Lozada, Gerente General, John Willams. de la Barra Sanjinés, Gerente de Finanzas, José Iván García Terceros, Gerente de Seguros y Fidel Edmundo Vargas Caballero, Gerente de Vivienda, todos de la Corporación del Seguro Social Militar (COSSMIL). I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA I.1.Contenido de la demanda Por memorial presentado el 19 de septiembre de 2012, que cursa de fs. 17 a 21, el accionante expone los siguientes fundamentos de hecho y de derecho: I.1.1. Hechos que motivan la acción Después de haber servido por treinta y cinco años en las Fuerzas Armadas (FFAA) y encontrándose en el sector pasivo, al amparo de lo establecido en el art. 141 del Decreto Ley (DL) 11901 de 21 de octubre de 1974 (Ley de Seguridad Social de COSSMIL), inició los trámites para el pago de su capital de cesantía, presentando toda la documentación requerida sin que mereciera observación alguna, emitiéndose la Resolución 185 de 5 de marzo de 2012, que calificó el monto del capital de cesantía que le corresponde. En virtud de ello, el 19 del referido mes y año dirigió nota a la Gerencia de Finanzas en la que manifestó su conformidad con la liquidación efectuada y solicitó la cancelación respectiva, pidiendo que el cheque sea remitido a la Regional de Cochabamba, ciudad en la que tiene constituido su domicilio. Refiere que en lugar de procederse a la cancelación, el Gerente de Vivienda de COSSMIL, mediante carta 135/2012 de 11 de abril, solicitó a la Gerencia de Finanzas mantener pendiente el pago del capital de cesantía hasta nueva orden, bajo el argumento de ser “presunto autor de apropiación indebida de lotes de propiedad de `COSSMIL´( La Chimba- Pilihuachana) en la ciudad de Cochabamba” (sic). Ante esta retención de pago del beneficio calificado a su favor, el 16 de mayo de 2012 ,remitió una nota al Gerente de Vivienda de COSSMIL, aclarándole que con su decisión estaba usurpando funciones de las autoridades judiciales y porque el Fiscal de Materia asignado al caso emitió resolución de sobreseimiento a su favor, solicitándole deje sin efecto la prohibición de pago establecida en su contra y disponga el pago de su capital de cesantía. Al no tener respuesta, mediante notas de 25 y 31 del mismo mes y año, reiteró a la misma autoridad su solicitud, indicándole que este beneficio goza de la garantía constitucional de inembargabilidad e imprescriptibilidad, pero tampoco tuvo respuesta. Agrega que el 13 de junio del mismo año, mediante nota dirigida al Gerente General de COSSMIL codemandado- reiteró solicitud de viabilización de su trámite y se emita la orden de pago del capital de cesantía que por derecho le corresponde; solicitud que fue respondida el 18 de julio de 2012, con el cite STRIA. DGAJ 545/12 de la Dirección Jurídica, indicándole que previo a pronunciarse respecto a su petición, debía presentar certificación delsobreseimiento de los supuestos delitos que le fueron atribuidos, así como fotocopias del título de propiedad y folio real del bien inmueble de propiedad de la institución adquirido en la zona de Pilihuachana de la ciudad de Cochabamba. Documentación que fue entregada de manera oportuna, reiterando la solicitud de pago, pero tampoco obtuvo respuesta. Finaliza señalando que el último reclamo lo realizó el 21 de agosto de 2012, amparado en las disposiciones legales aplicables a la materia, pero su pedido fue derivado a distintas instancias de la institución militar, sin merecer ninguna respuesta, postergándole así el reconocimiento del derecho a percibir el capital de cesantía que emana de los aportes de los descuentos realizados por los años de servicio que prestó en la institución. El art. 141 de la Ley de Seguro Social Militar, no fija ninguna clase de condición jurídica técnica o económica para que se limite el pago de cesantía; por el contrario establece que es un derecho, que se solventa con los propios aportes del asegurado, precisamente para afrontar las contingencias de quien se encuentra en el sector pasivo, en razón a que el pago del capital de cesantía constituye la devolución de los descuentos efectuados al trabajador o dependiente como una compensación por su desgaste físico y emocional para enfrentar las contingencia de la cesación de servicios. I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados El accionante, alega la vulneración del derecho a la seguridad social previsto en los artículos 45.III y 245 de la Constitución Política del Estado (CPE). I.1.3. Petitorio Con dichos antecedentes, solicita se conceda la tutela respecto de sus derechos y se disponga el inmediato reconocimiento del derecho que tiene de percibir el capital de cesantía por parte de la Corporación del Seguro Social Militar y se proceda al pago inmediato del mismo. I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías Celebrada la audiencia pública de consideración de esta acción, el 16 de enero de 2013, en presencia del accionante asistido de su abogado, el Gerente de COSSMIL y el Gerente de Seguros, en rebeldía de los otros codemandados conforme consta en el acta cursante de fs. 121 a 123, se produjeron los siguientes actuados: I.2.1. Ratificación de la acción El accionante ratificó en forma íntegra el contenido de la demanda, y pide se le otorgue la tutela solicitada. I.2.2. Informe de las autoridades demandadas El Gerente General de COSSMIL, a través de sus abogados manifestó que: a) el accionante aprovechó de su destino en la ciudad Cochabamba para conocer los predios de COSSMIL, y aparecer como dueño de varios lotes de dicha institución; b) El accionante presentó el 17 de mayo de 2012, memorial por el no pago del capital de cesantía que se le reconoció mediante la Resolución 185, emitida por la Comisión de la Gerencia de Seguros. En aplicación del principio del informalismo, se entendería que se trata de un reclamo formal concretamente de un recurso de reclamación. Posteriormente el 28 de mayo de 2012, presentó un segundo memorial, que se entendería como un recurso de revocatoria, que fue presentado sin haber dejado transcurrir el plazo que tiene la autoridad administrativa para resolver el petitorio, no obstante presentó un tercer memorial asumiendo el silencio administrativo negativo para plantear el recurso jerárquico, pero el tercer memorial no reúne los requisitos de temporalidad; lo que demuestra que el accionante no ha agotado los recursos de forma idónea, no estando habilitado para la presente acción, porque la jurisprudencia constitucional ha entendido que debe usarse las vías idóneas; c) Las notas de reclamo presentadas por el accionante no guardan relación con el reclamo principal, pues de acuerdo a su última nota debió plantear un recurso directo de nulidad; d) Los reclamos presentados por el accionante fueron dirigidos a autoridades incompetentes, porque el Gerente de Vivienda no tiene competencia para ordenar el pago; e) El accionante Francisco Orellana Blas, no cumplió con los requisitos de inmediatez y subsidiaridad para la interposición de la presente acción, porque la resolución de pago es de 5 de marzo de 2012; y, f) El accionante tiene abierta la judicatura laboral y de seguridad social para reclamar los supuestos derechos demandados.. Por todo lo expresado solicitó se deniegue la tutela. En el informe que cursa de fs. 119 a 120, el Gerente General de COSSMIL, señaló que la entidad que representa se rige por el DL 11901, la Ley de Administración y Control Gubernamentales 1178 y la Ley de Procedimiento Administrativo y su Reglamento, por tanto sus actuaciones tienen que adecuarse a dicha normativa, y que en ese marco se emitió la Resolución 185, de 5 de marzo de 2012, que califica el capital de cesantía a favor del accionante, cuyo cheque se encuentra en trámite administrativo; sin embargo, éste no solicitó el pago sino se deje sin efecto una supuesta prohibición de pago ordenada por una autoridad incompetente al caso, debido a que realizó los reclamos ante el Gerente de Vivienda y no ante el Gerente de Finanzas, por tanto el accionante no realizó el reclamo oportuno y en la forma y procedimiento exigido. I.2.3. Resolución La Sala Civil y Comercial Cuarta del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, constituida en Tribunal de garantías, pronunció la Resolución 02/2013 de 16 de enero, cursante de fs. 126 a 129, por la que concedió la tutela solicitada, bajo los siguientes fundamentos: 1) Mediante Resolución 185, la Comisión Nacional de Prestaciones del Área de Seguros de la Corporación del Seguro Social Militar, otorgó a favor del accionante el pago de su capital de cesantía, por jubilación; 2) Existe reconocimiento por parte de las autoridades demandadas del derecho del accionante al pago del capital por cesantía, quienes no han desvirtuado la vulneración de los derechos denunciados 3) El accionante formuló esta acción tutelar antes de cumplirse los seis meses; y 4) Los demandados no acreditaron ninguna justificación para disponer la suspensión del trámite de pago del capital de cesantía que corresponde al accionante; por el contrario, la SC 0782/2010-R de 2 de agosto, se ha referido a la inembargabilidad de los bienes sociales, siendo ilegal la suspensión de pago dispuesta por los demandados. II. CONCLUSIONES Hecha la revisión y compulsa de los antecedentes del caso y del análisis de la documentación adjunta al expediente, se llega a las siguientes conclusiones: II.1. El Ministerio de Defensa a través de la Corporación del Seguro Social Militar, emitió la Resolución 185 del 5 de marzo de 2012, a través de la cual la Comisión Nacional de Prestaciones del Área de Seguros, resolvió otorgar el pago de capital de cesantía por jubilación a favor de Francisco Orellana Blas -ahora accionante- con un monto a pagarse de Bs. 253.575 (doscientos cincuenta y tres mil quinientos setenta y cinco 00/100 bolivianos) (fs.10 a 11); cálculo aceptado por el accionante mediante nota de 19 de marzo de 2012, en la que solicitó que el pago sea enviado a la Regional de Cochabamba (fs. 12). II.2. El Gerente de Vivienda de COSSMIL -codemandado- mediante nota G.V. Stria. DPA. 135/2012 del 11 de abril, dirigida al Gerente de Finanzas de dicha institución, ordenó la suspensión del pago de cesantía a favor del accionante hasta nuevo aviso, bajo el argumento de ser presunto autor del delito de apropiación indebida de los lotes de propiedad de COSSMIL, sector La ChimbaPilihuachana de la ciudad de Cochabamba (fs. 9). II.3. El accionante, mediante nota de 16 de mayo de 2012, solicitó a la Gerencia de Vivienda de COSSMIL, se deje sin efecto la prohibición de pago de su capital de cesantía, y se le certifique la existencia o no de obligación que hubiera contraído con la institución (fs. 1), solicitud que fue reiterada con notas del 25 y 31 de igual mes y año (fs. 2 y 3). II.4. Mediante nota de 13 de junio de 2012, dirigida a la Gerencia General al Gerente codemandado-, el accionante solicitó se viabilice su trámite de pago de cesantía, aclarando que en la acción penal presentada en su contra por COSSMIL, seguida de oficio por el Ministerio Público, existe resolución de sobreseimiento (fs. 4). II.5. El 18 de julio de 2012, la Dirección General de Asuntos Jurídicos de COSSMIL, mediante nota STRIA DGAJ. 545/12, indicó al accionante que previo a la emisión de criterio respecto de la solicitud de dejar sin efecto la suspensión del pago de su cesantía, presente certificación de la resolución de sobreseimiento de los delitos atribuidos en su contra, así como el título de propiedad y folio real del inmueble que adquirió en Pilihuachana (fs. 5). El accionante mediante nota de 27 de julio de 2012, cumplió con lo solicitado (fs. 6). II.6. Por memorial presentado el 21 de agosto de 2012, dirigido al Gerente General de COSSMIL codemandado, el accionante reiteró su solicitud de pago del capital de cesantía (fs. 7 a 8) Solicitud que no mereció respuesta. II.7. El 19 de septiembre de 2012, el accionante presentó esta acción de tutela, siendo declarada improcedente por el Tribunal de garantías (fs. 23 a 25), Resolución que mediante Auto Constitucional 0189/2012 de 5 de noviembre fue revocada ordenándose su admisión (fs. 34 a 38). III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO El accionante denuncia la lesión de su derecho a la seguridad social por parte de los representantes de COSSMIL, que ordenaron se mantenga pendiente el pago de capital de cesantía calificado a su favor mediante Resolución 185 de 5 marzo de 2012, que le corresponde por haberse retirado del Servicio Activo de las FFAA, pago que se mantiene pendiente por orden de los demandados a pesar de haber presentado varias solicitudes de cancelación. En consecuencia, corresponde en revisión, determinar si es posible otorgar la tutela solicitada. III.1. El control tutelar de constitucionalidad y el resguardo a derechos fundamentales a través de la acción de amparo constitucional La consolidación del Estado Plurinacional de Bolivia, como Estado Constitucional de Derecho, mantiene el quiebre de concepción sobre la funcionalidad de la propia norma fundamental, la Constitución es concebida como fuente primaria del ordenamiento jurídico y a la vez Norma Suprema directamente justiciable, dotada de un contenido material (principios, valores supremos y derechos fundamentales), que condicionan la validez de las demás normas infraconstitucionales, y que exigen a los operadores del derecho ingresar en la tarea de su consecución. Bajo este nuevo enfoque se encomienda el control de constitucionalidad a un órgano independiente -el Tribunal Constitucional Plurinacional- encargado de ejercitar un control de constitucionalidad de carácter jurisdiccional para el resguardo de una Constitución abierta que contiene y fundamenta los valores y principios supremos de carácter plural que irradian de contenido y orientan el funcionamiento del Estado y la sociedad boliviana, donde los valores y principios plurales supremos convergen como guías y pautas de interpretación para la materialización del nuevo modelo de Estado que proyecta la Constitución, sustentado en la plurinacionalidad, la interculturalidad, el pluralismo en sus diversas facetas proyectados hacia la descolonización, como nuevos ejes fundacionalesque permitan consolidar una sociedad inclusiva, justa y armoniosa, cimentada en la descolonización, sin discriminación ni explotación, con plena justicia social, para consolidar las identidades plurinacionales estructuradas bajo un proceso que articule la pluralidad en la unidad. En este escenario, conforme determinó la SCP 1714/2012 de 1 de octubre, la funcionalidad de la Constitución también sufre un giro trascendental, pues no sólo se erige para limitar el ejercicio de poder político y organizar las estructuras estatales, sino también en defensa de los derechos fundamentales, concebidos como valores supremos a ser materializados. En efecto, uno de los pilares esenciales del Estado Constitucional de Derecho, es el respeto a los derechos fundamentales, los cuales, de acuerdo con lo previsto en el art. 109.I de la CPE, concordante con el art. 13.III de la misma norma fundamental, gozan de igual jerarquía y son directamente aplicables y justiciables. En este orden, el constituyente ha previsto que la directa justiciabilidad de los derechos y garantías fundamentales se operativice a través de las acciones de defensa diseñadas constitucionalmente, entre ellas, la acción de amparo constitucional, consagrada para la defensa de los actos y omisiones que lesionen derechos y garantías fundamentales, cuyo ámbito de protección se encuentra delimitado por los arts. 128 y 129 de la CPE. Bajo la perspectiva señalada, la acción de amparo constitucional se configura como una verdadera garantía jurisdiccional destinada, a través de un procedimiento rápido y oportuno, a resguardar los derechos fundamentales expresados en la Constitución Política del Estado y en el bloque de constitucionalidad, con excepción de aquellos que encuentren resguardo en otros mecanismos específicos de defensa. Así lo estableció la SCP 002/2012 de 13 de marzo, al señalar que: “Del contenido del texto constitucional de referencia puede inferirse que la acción de amparo constitucional es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de protección de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de protección se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y garantías que no se encuentran resguardados por los otros mecanismos de protección especializada que el mismo orden constitucional brinda a los bolivianos, como la acción de libertad, de protección de privacidad, popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos contra los que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos provenientes no sólo de los servidores públicos sino también de las personas individuales o colectivas que restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección”. Asimismo, la citada Sentencia al desarrollar los alcances de este mecanismo de defensa señaló que: “El término de acción no debe ser entendido como un simple cambio de nomenclatura, que no incide en su naturaleza jurídica, pues se trata de una verdadera acción de defensa inmediata, oportuna y eficaz para la reparación y restablecimiento de los derechos y garantías fundamentales, y dada su configuración, el amparo constitucional se constituye en un proceso constitucional, de carácter autónomo e independiente con partes procesales diferentes a las del proceso ordinario o por lo menos con una postura procesal distinta, con un objeto específico y diferente, cual es la protección y restitución de derechos fundamentales y con una causa distinta a la proveniente del proceso ordinario, esto es, la vulneración concreta o inminente de derechos fundamentales a raíz actos y omisiones ilegales o indebidos y con un régimen jurídico procesal propio”. Por lo señalado, la acción de amparo constitucional es un medio eficaz para asegurar el respeto a derechos fundamentales y garantías constitucionales no tutelados por otros mecanismos de defensa, siendo un medio idóneo de protección oponible no sólo respecto del Estado, sino también de manera horizontal, es decir, contra actos y omisiones provenientes de particulares que lesionen o amenacen lesionar los derechos fundamentales que se encuentran bajo su resguardo. En el marco de lo referido, cabe subrayar que el diseño constitucional del amparo constitucional responde a las normas del sistema interamericano de protección de derechos humanos, concretamente en el marco de los alcances y preceptos contenidos en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, cuyo art. 25.1, establece que: “Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención…”. En efecto la regulación efectuada por el constituyente respecto al amparo constitucional, estructura esta acción sobre la base de los principios de sumatoriedad, inmediatez, eficacia, idoneidad y oportunidad,a partir de los cuales se consagra la vigencia en este nuevo modelo de Estado, de un mecanismo de tutela pronta y oportuna, para el resguardo de derechos fundamentales y garantías constitucionales contra actos u omisiones lesivos provocados por servidores públicos o particulares. En armonía con lo expuesto, debe señalarse que la acción de amparo constitucional, en su dimensión procesal, es un verdadero proceso de naturaleza constitucional regido por las normas y principios procesales propios de la justicia constitucional, que guiado bajo el principio de eficacia su protección se orienta siempre a dar efectiva protección a los derechos fundamentales y garantías constitucionales que tutela. Es por ello, que para la consecución de su objeto y finalidad -tutela efectiva- se encuentra regida por los criterios y principios de interpretación constitucional y los propios que rigen de manera concreta a los derechos humanos, entre ellos, los principios pro persona o comúnmente conocido como el pro homine, el pro actione, favor debilis, de progresividad, de favorabilidad, de prevalencia del derecho sustancial sobre el formal, de preferencia y eficacia de los derechos humanos, entre otros, los mismos que han sido aplicados por la jurisprudencia constitucional. Ahora bien, este mecanismo de máxima protección se rige al mismo tiempo por dos principios configuradores que hacen a su naturaleza: la subsidiariedad y la inmediatez; el primero, entendido como el agotamiento previo o la constatación de la inexistencia de otras vías o recursos legales para la protección inmediata de los derechos denunciados como conculcados, por cuanto, no sustituye o remplaza a los recursos o instancias ordinarias prestablecidas en el ordenamiento jurídico. El segundo, instituye al amparo constitucional como un mecanismo inmediato en la protección de los derechos y garantías fundamentales, lo que permite percibir que este mecanismo de tutela, brinda una reparación inmediata frente a los actos y omisiones arbitrarias de los servidores públicos y/o personas particulares; de ahí su naturaleza regida por los principios de sumariedad, celeridad y eficacia. En el marco de lo señalado, la acción de amparo forma parte del control reforzado de constitucionalidad o control tutelar de los derechos y garantías, al constituirse en un mecanismo constitucional inmediato de carácter preventivo y reparador destinado a lograr la vigencia y respeto de los derechos fundamentales y garantías constitucionales. Este ámbito tutelar queda abierto siempre que no exista otro medio de protección inmediata para la protección de los derechos y garantías fundamentales o cuando las vías idóneas pertinentes una vez agotadas no han restablecido el derecho lesionado, lo que significa que de no cumplirse con este requisito, no se puede analizar el fondo del problema planteado y, por tanto, tampoco otorgar la tutela. III.2. Sobre la supuesta falta de inmediatez Previo a ingresar al análisis de fondo de la causa emergente de esta acción tutelar, corresponde referirse a la supuesta falta de inmediatez aducida por los demandados, quienes alegan que la acción fue presentada fuera del plazo de los seis meses previstos por el orden constitucional, aduciendo que la Resolución 185 fue pronunciada el 5 de marzo de 2012. Al respecto, cabe establecer que el accionante denuncia la vulneración de su derecho a la seguridad social a raíz de la orden de suspensión del pago del capital de cesantía, que le fue otorgado por Resolución 185, orden de suspensión que fue efectuada por el Gerente de Vivienda de COSSMIL codemandado- mediante nota G.V. Stria. DPA. Nº 135/2012 de 11 de abril, dirigida al Gerente de Finanzas de COSSMIL, hasta nuevo aviso, bajo el argumento de ser presunto autor de apropiación indebida de los lotes de propiedad de dicha institución, sector La Chimba-Pilihuachana de la ciudad de Cochabamba, vale decir, que no dirige la acción contra la Resolución 185, siendo esta resolución la que le reconoció el derecho al pago del capital de cesantía. La acción de amparo se la dirige contra la orden efectuada para que se suspenda la cancelación de dicho beneficio; por consiguiente, el cómputo de la inmediatez, conforme manda la Constitución Política del Estado en su art. 129, debe efectuárselo a partir de la comisión de la vulneración alegada, y en su caso, a partir del último reclamo realizado por el accionante. En el presente caso, el acto denunciado de ilegal data de 11abril de 2012 -fecha en la que se ordenó la suspensión de pago- iniciando el accionante el primer reclamoante losdemandados el 16 de mayo de 2012, reclamos que culminaron el 15 de agosto del mismo año, interponiéndose esta acción el 19 de septiembre de 2012, por lo que se constata que la acción fue presentada dentro del plazo de los seis meses. III.3. Normativa constitucional, instrumentos internacionales y disposiciones especiales aplicables al caso Para resolver adecuadamente la problemática planteada corresponde referirse a los preceptos constitucionales, instrumentos internacionales y normativa especial aplicable al caso. III.3.1 Marco constitucional y del bloque de constitucionalidad En este cometido es necesario partir de la premisa que la seguridad social goza de especial protección constitucional, se consagra como un derecho primordial que tiene su fundamento en el derecho a la vida y a la salud. Es así que el Capítulo Quinto, del Título II de la Primera Parte de la Constitución Política del Estado, referido a los Derechos Sociales y Económicos, Sección II, desarrolla los derechos a la salud y a la seguridad social. Así sobre este último derecho, el art. 45 de la CPE, señala que todas las bolivianas y los bolivianos tienen derecho a acceder a la seguridad social, y que ésta se presta bajo los principios de universalidad, integralidad, equidad, solidaridad, unidad de gestión, economía, oportunidad, interculturalidad y eficacia. Su parágrafo III, refiriéndose al régimen de seguridad social determina que éste cubre atención por enfermedad, epidemias y enfermedades catastróficas; maternidad y paternidad; riesgos profesionales, laborales y riesgos por labores de campo; discapacidad y necesidades especiales; desempleo y pérdida de empleo; orfandad, invalidez, viudez, vejez y muerte; vivienda, asignaciones familiares y otras previsiones sociales. En el parágrafo IV del mismo artículo, de manera específica se regula el derecho a la jubilación, señalando que: “El Estado garantiza el derecho a la jubilación con carácter universal, solidario y equitativo”. A su vez, los instrumentos internacionales que prevalecen en el orden interno según prevé el art. 13.IV de la CPE, consagran este derecho de prioritaria atención para los Estados partes. En efecto, el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su art. 2.1 señala que cada uno de los Estados parte se compromete a adoptar medidaspara lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, la plena efectividad de los derechos por él reconocidos. En coherencia con lo anterior, su art. 9 prevé en forma expresa que:"Los Estados Parte en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a la seguridad social, incluso al seguro social". Del mismo modo, el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales "Protocolo de San Salvador", en su art. 1 establece la obligación de los Estados partes de adoptar disposiciones de derecho interno para hacer efectivos tales derechos, previendo su art. 4 que “No podrá restringirse o menoscabarse ninguno de los derechos reconocidos o vigentes en un Estado en virtud de su legislación interna o de convenciones internacionales, a pretexto de que el presente Protocolo no los reconoce o los reconoce en menor grado”.(las negrillas son nuestras). Delimitando en su art. 9 como contenido esencial del derecho a la seguridad social, que: “1. Toda persona tiene derecho a la seguridad social que la proteja contra las consecuencias de la vejez y de la incapacidad que la imposibilite física o mentalmente para obtener los medios para llevar una vida digna y decorosa. En caso de muerte del beneficiario, las prestaciones de seguridad social serán aplicadas a sus dependientes. 2. Cuando se trate de personas que se encuentran trabajando, el derecho a la seguridad social cubrirá al menos la atención médica y el subsidio o jubilación en casos de accidentes de trabajo o de enfermedad profesional y, cuando se trate de mujeres, licencia retribuida por maternidad antes y después del parto”. En la misma línea, la Declaración Universal de Derechos Humanos, en su art. 22 prevé que “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad” (las negrillas son nuestras). Por su lado, la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, en el art. XVI, señala que: "Toda persona tiene derecho a la seguridad social que la proteja contra las consecuencias de la desocupación, de la vejez y de la incapacidad que, proveniente de cualquier otra causa ajena a su voluntad, la imposibilite física o mentalmente para obtener los medios de subsistencia". En coherencia con el orden normativo constitucional y el bloque de constitucionalidad, el art. 48 de la CPE, señala que: “I. Las disposiciones sociales y laborales son de cumplimiento obligatorio. II. Las normas laborales se interpretarán y aplicarán bajo los principios de protección de las trabajadoras y de los trabajadores como principal fuerza productiva de la sociedad; de primacía de la relación laboral, de continuidad y estabilidad laboral; de no discriminación y de inversión de la prueba a favor de la trabajadora y del trabajador. III. Los derechos y beneficios reconocidos a favor de las trabajadoras y los trabajadores no pueden renunciarse, y son nulas las convenciones contrarias o que tiendan a burlar sus efectos. IV. Los salarios o sueldos devengados, derechos laborales, beneficios sociales y aportes a la seguridad social no pagados tienen privilegio y preferencia sobre cualquier otra acreencia y son inembargables e imprescriptibles(…)”. (las negrillas y subrayado son nuestras). Ahora bien,tanto las normas constitucionales precedentes como las que provienen de los instrumentos internacionales constituyen para el intérprete constitucional pautas de interpretación orientadas a aplicar las normas laborales y sociales bajo los principios de favoralibilidad y máxima eficacia de los derechos económico sociales y culturales, en el entendido que el ejercicio de estos derechos deben estar garantizados respecto de todos sin menoscabo alguno, descartando cualquier limitación o restricción arbitraria o irrazonable que tienda a desconocerlos. III.3.2. Disposiciones especiales aplicables En desarrollo de las citadas normas constitucionales, la regulación especial de las FFAA, concretamente, la Ley de Seguridad Social Militar, aprobada por DL 11901, de 21 de octubre de 1974, establece que: “El objeto de la seguridad social militar, es la protección de la salud de los miembros de las Fuerzas Armadas de la Nación, sus esposas, hijos y demás familiares y dependientes, preservar la continuidad de sus medios de subsistencia y su equilibrio presupuestario cuando se vean afectados por las contingencias sociales y económicas previstas en la presente Ley; dotarles de vivienda compatible con la dignidad humana y, en general promover el mejoramiento permanente de su nivel de vida”. A ese efecto, el art. 3 de la citada disposición legal, señala como sujetos de la seguridad social a: “…los miembros activos de las Fuerzas Armadas, los pensionistas temporales y permanentes, las esposas o convivientes, los padres, hijos y hermanos que viven en su hogar a sus expensas y los derechohabientes de los asegurados fallecidos…”. En correspondencia con dicha norma, el art. 4 prevé que el Seguro Social Militar, administrará prestaciones básicas y complementarias. Entre las primeras se encuentran el régimen de salud, régimen de vejez, invalidez, riesgos profesionales, régimen de sobrevivencia y régimen de vivienda. Entre las segundas, se encuentran el régimen de cesantía y el régimen de capital asegurado. En el caso del régimen de cesantía, el Capítulo I del Libro Tercero, Del Sistema de Prestaciones” desarrolla su regulación, estableciendo en el art. 141 que: “El capital de cesantía es un pago global que se concede al asegurado, que cesa en la función activa dentro de las Fuerzas Armadas o pasa a la situación pasiva en proporción a su tiempo de servicios para permitirle adaptarse a una nueva actividad, sea o no rentada”. Tendrá derecho a este pago, el asegurado que pasare a la situación pasiva o que cesare de servir a las Fuerzas Armadas, voluntaria o forzosamente, cualquiera que fue la causa, y siempre que hubiera aportado a COSSMIL durante más de sesenta mensualidades, correspondiéndole por concepto de capital de cesantía un pago global equivalente a un sueldo mensual por cada dieciocho meses cotizados (art. 142). Para efectos del pago del capital de cesantía se computará como sueldo, el promedio de los salarios percibidos y cotizados en los últimos doce meses (art. 143). Consiguientemente, en el marco del nuevo orden constitucional y en observancia con los Tratados y Convenios Internacionales, en materia de Derechos Humanos, ratificados por el país y las normas de seguridad social, entre ellas la Ley de Seguridad Social Militar, es posible concluir que la seguridad social, es un derecho fundamental, que asegura la protección integral de la persona, para que ésta tenga los ingresos indispensables para vivir con dignidad, asegurando la protección y preservación de su vida, salud física y mental, continuidad de su seguridad económica, descanso y protección de su núcleo familiar. En virtud de ello, es que la seguridad social cubre las contingencias de enfermedad, maternidad, riesgos profesionales, invalidez, vejez, muerte, paro forzoso, asignaciones familiares, vivienda de interés social entre otros. De ahí que la seguridad social es un instrumento de justicia social, y que en el marco de la Ley de Seguridad Social Militar, el capital de cesantía tiene por finalidad asegurar la continuidad de la satisfacción de las necesidades a quien no se encuentra en el servicio activo de las FFAA, capital que proviene de las aportaciones individuales que realizan los aseguradoscon los descuentos a sus salarios para enfrentar las contingencias de la cesación de servicios en la que se encuentran. III.4. Análisis del caso concreto De la documentación que informa los antecedentes arrimados a esta acción se evidencia que COSSMIL, emitió el 5 de marzo de 2012, la Resolución Nº 185, a través de la cual la Comisión Nacional de Prestaciones del Área de Seguros, resolvió otorgar el pago de capital de cesantía por jubilación a favor del ahora accionante con un monto a pagarse de Bs. 253.575 (doscientos cincuenta y tres mil quinientos setenta y cinco bolivianos) (fs.10 a 11), cancelación que no fue efectuada a raíz de la orden de suspensión pago realizada por el Gerente de Vivienda de COSSMIL -codemandadomediante nota G.V. Stria. DPA. 135/2012 del 11 de abril, dirigida al Gerente de Finanzas de COSSMIL hasta nuevo aviso, bajo el argumento de ser presunto autor de apropiación indebida de los lotes de propiedad de COSSMIL, sector La Chimba-Pilihuachana de la ciudad de Cochabamba. Ante esta determinación el accionante, mediante nota de 16 de mayo de 2012, solicitó a la Gerencia de Vivienda de COSSMIL, se deje sin efecto la prohibición de pago de su capital de cesantía, y se le certifique la existencia o no de obligación que hubiera contraído con la institución, solicitud que fue reiterada con notas de 25 y 31 de mayo de 2012, que no merecieron respuesta alguna por el codemandado. Asimismo, se constata que el accionante acudió al Gerente General de COSSMIL autoridad codemandada-, mediante nota de 13 de junio de 2012, solicitó se viabilice su trámite de pago de cesantía, aclarando que en la acción penal presentada en su contra por COSSMIL seguida de oficio por el Ministerio Público, existe resolución de sobreseimiento. Recién el 18 de julio de 2012, recibió respuesta de parte de la Dirección General de Asuntos Jurídicos de COSSMIL, en la que se le indicó que previo a emitir criterio sobre su solicitud de pago del capital de cesantía debía acompañar al accionante certificación de la resolución de sobreseimiento de los delitos atribuidos en su contra, así como el título de propiedad y folio real del inmueble que adquirió en Pilihuachana, documentación que fue entregada el 27 de julio de 2012; sin embargo, no se efectuó ningún pronunciamiento respecto a la solicitud de continuar con el pago del capital de cesantía; por el contrario, el accionante nuevamente mediante memorial de 15 de agosto de 2012, reiteró al Gerente General de la citada institución, su solicitud de pago del capital de cesantía, sin que hasta la fecha de presentación de esta acción tutelar -19 de septiembre de 2012-, exista pronunciamiento por parte de las autoridades demandadas. Los antecedentes referidos permiten establecer que la orden de suspensión del pago de capital de cesantía a favor del accionante por ser presunto autor del delito de apropiación indebida de lotes de propiedad de COSSMIL, del sector La Chimba-Pilihuachana de la ciudad de Cochabamba, constituye un acto ilegal que desconoció la garantía normativa constitucional contenida en el art. 48.IV de la CPE, referida a que los salarios o sueldos devengados, derechos laborales, beneficios sociales y aportes a la seguridad social no pagados son inembargables e imprescriptibles y tienen privilegio y preferencia sobre cualquier otra acreencia. En cuyo mérito, las autoridades demandadas -Gerente General, Gerente de Vivienda y Gerente de Finanzas, todos de COSSMIL- lesionaron el derecho a la seguridad social del accionante, en el entendido que coartaron indebida e ilegalmente el pago de un beneficio social correspondiente a una prestación de la seguridad social, que resulta inembargable e imprescriptible; existiendo, en todo caso, las vías legales pertinentes a efectos de lograr la reparación de cualquier daño civil como emergencia de la comisión de delitos; máxime si en el caso, presente el accionante demostró que respecto al delito atribuido mereció una resolución de sobreseimiento. Consecuentemente, de acuerdo con lo señalado en el Fundamento Jurídico III.3.1, corresponde al intérprete constitucional descartar cualquier limitación o restricción arbitraria o irrazonable que lesione o ponga en riesgo un derecho fundamental o garantía constitucional; en el caso que nos ocupa, los demandados incurrieron en una vulneración del derecho a la seguridad social del accionante entendido como: “... la potestad o facultad que tiene toda persona a la cobertura integral de sus contingencias y a que se le garanticen los medios materiales que le aseguren una existencia humana digna, preservando su vida y salud física y mental, su seguridad económica, el descanso y la protección de su núcleo familiar”, definido así por las SSCC 0054/2004, 1186/2006-R, 0673/2006-R, 0610/2011-R, entre otras, derecho vulnerado por la negativa a cancelar al accionante el pago del capital de cesantía que le corresponde a través de una orden de suspensión de pago, no obstante que éste cumplió con los requisitos exigidos para hacerse beneficiario del mismo, en virtud de la Resolución 185, pronunciada por COSSMIL, que le reconoció el referido pago. A lo señalado debe agregarse que los demandados, persistieron en la ilegal determinación sin haber emitido pronunciamiento alguno a las reiteradas solicitudes que efectuó el accionante para que se le efectúe el pago que le correspondía, manteniendo un estado de indefinición sobre su situación del accionante hasta el momento en que se activó la presente acción tutelar, pues desde mayo de 2012, en que éste efectuó su primera solicitud de dejarse sin efecto la orden de suspensión de pago, los demandados no efectuaron pronunciamiento de fondo sobre su pedido. En suma, desconocieron que toda solicitud lleva implícito el deber de la administración para con el administrado de dictar una resolución que resuelva y defina su situación jurídica; toda vez que es obligación de la administración pública dictar resolución expresa en todos los procedimientos, cualquiera que sea su forma de iniciación que resuelva de manera clara y concreta la solicitud planteada, mandato del que no puede sustraerse discrecionalmente, generando un estado de incertidumbre contrario al Estado de Derecho, careciendo de total sustento lo aseverado por los demandados en sentido que el accionante presentó sus reclamos sin esperar los plazos de resolución a su solicitud. Un entendimiento contrario implicaría consentir ese estado de incertidumbre al que se vería sujeto toda persona y dentro del cual las actuaciones de la administración ingresarían en un proceso de desconocimiento del principio fundamental de sometimiento al Estado de Derecho. Por lo expuesto, corresponde a este Tribunal, en atención a las normas constitucionales y del bloque de constitucionalidad analizados en el Fundamento Jurídico III.3.1reparar los actos y omisiones constatados por parte de los demandados que en forma indebida e ilegal lesionaron un derecho fundamental de carácter social que merece la protección inmediata que brinda la acción de amparo constitucional, con el advertido de no constatarse participación alguna del codemandado José Iván García Terceros, Gerente de Seguros de COSSMIL, en los actos y omisiones evidenciados, careciendo en consecuencia de legitimación pasiva, la misma que se adquiere por la coincidencia que se da entre la autoridad que presuntamente causó la vulneración a los derechos y aquélla contra quien se dirige la acción, conforme ha entendido la jurisprudencia constitucional en las SSCC 0264/2004-R, 0383/2012, entre otras. Por los fundamentos expresados, se concluye que el Tribunal de garantías, al haber concedido la acción tutelar respecto de todos los demandados, ha realizado, aunque de manera parcial, una concreta valoración de los hechos denunciados. POR TANTO El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada; en virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución 02/2013 de 16 de enero, cursante de fs.126 a 129, pronunciada por la Sala Civil Comercial Cuarta del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, y en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada, únicamente con relación a los demandados: Alfredo Marquina Lozada, Gerente General, John Williams. de la Barra Sanjinés, Gerente de Finanzas y Fidel Edmundo Vargas Caballero, Gerente de Vivienda, todos de COSSMIL. Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional. Fdo. Soraida Rosario Chánez Chire MAGISTRADA Fdo. Efren Choque Capuma MAGISTRADO