UN MODELO EDUCATIVO PARA EL DISTRITO LASALLISTA DE MÉXICO NORTE COMISIÓN PARA LA MISIÓN EDUCATIVA LASALLISTA EL QUÉ Y EL POR QUÉ DEL MODELO EDUCATIVO Un modelo, en el sentido que aquí interesa, es una descripción o representación esquemática, sistemática y conscientemente simplificado, de una parte de la realidad. Todo modelo nos proporciona una representación simplificada de un tipo de fenómeno en particular, ello con la finalidad de facilitar su comprensión. ¿Podemos tener un modelo que describa el tipo de educación que ofrecemos?, ¿es posible que algo tan complejo como el servicio educativo que nuestro Distrito ofrece, pueda ser esquematizado? ¿Es posible representar de manera simplificada dicho fenómeno y con ello mejorar su comprensión? La respuesta es afirmativa, desde luego que tratar de aprehender la realidad educativa hasta su último detalle es imposible, pero no es ello lo que se quiere. Lo que se pretende es el precisar los componentes esenciales del fenómeno, hacerlos explícitos, delimitarlos, destacar sus relaciones y sus implicaciones para que cada centro, cada unidad del Distrito, cada docente tengan un marco que facilite la toma de decisiones y favorezca el cumplimiento de los fines últimos que se pretenden. Con base a las necesidades detectadas en las demandas de la sociedad, se concibe entonces al modelo educativo como una guía básica del trabajo académico y de las funciones sustantivas que en él se realizan. LOS COMPONENTES DEL MODELO Un modelo educativo, con base a la propuesta del Consejo Nacional Técnico de la Educación (CONALTE, 1991), consiste en la representación de la organización dinámica de la educabilidad de los individuos y la sociedad, en función de sus relaciones. Concebir a la educación dentro de un esquema de relaciones nos lleva a comprender que un modelo educativo se integra por diferentes elementos que, al funcionalizarse, consiguen efectos, los cuales deben de estar de acuerdo con los Fines y con la idea originaria (en este caso nuestro Carisma Fundador) que le fundamentan. En un modelo educativo encontramos los siguientes elementos orientadores: Componente Filosófico, que exprese sus Fines últimos. Componente Teórico, referido a su ordenamiento interno. Componente Político, referido a su orientación práctica. Por otra parte el modelo comprende dos aspectos que implican un desdoblamiento de la fase operativa en sí: Proceso educativo: su puesta en operación, precisando las características de proceso y prácticas educativos. Evaluación: todos los procesos encaminados a retro-informar respecto al funcionamiento del modelo en la práctica. EL COMPONENTE FILOSÓFICO La educación se caracteriza por ser un proceso intencional, ello la diferencia de la simple socialización, este componente nos muestra el ideal que pretendemos con nuestra intervención educativa; implica los Fines últimos, muestra lo que verdaderamente entendemos por educación, al mismo tiempo que expresa una manera de ver a la sociedad mexicana en el momento histórico que nos toca vivir. En este componente debemos explicitar nuestra identidad, quiere ser una expresión que nos haga reflexionar ¿Quiénes somos? y a partir de lo cual podamos responder ¿a qué estamos llamados? También se deben precisar nuestra Misión, expresión que debe sintetizar cuál es nuestra razón de ser, y la Visión, expresión que explicita la forma en que queremos –debemos- caminar durante un determinado tiempo para lograr la misión. En este componente se especifican principios y valores que nos dan unidad para la acción y sintetizan nuestra orientación de la labor educativa. EL COMPONENTE TEÓRICO Este componente debe configurar una comprensión sistemática y fundamentada de una porción de la realidad de los procesos educativos; por ello nos apoyamos en las diferentes teorías de las llamadas ciencias de la educación. Es la psicología de la educación la que nos señala que el conocimiento es una construcción; la sociología y la economía de la educación nos ayudan a comprender las demandas de la sociedad del siglo XXI y cómo responder, desde la educación a las mismas; la antropología filosófica nos ayuda a entender, junto con la psicología, al alumno al que nos corresponde formar. Así, desde diversas ciencias, recibimos teorías que nos guían en la interpretación de la realidad educativa. La teoría no es el conocimiento; permite el conocimiento, no es la llegada; es la posibilidad de una partida. Tampoco es la solución, sino la posibilidad de tratar un problema dentro del proceso educativo a través de una retroalimentación del conocimiento. EL COMPONENTE POLÍTICO Este componente se presenta como una fusión de los dos anteriores, con base a ellos se toman decisiones para garantizar que, con la orientación de la teoría, se logren los fines propuestos. Este componente informa sobre la totalidad de los procesos, define estrategias para que, filosofía y teoría, incidan sobre la realidad educativa. Marca líneas de acción orientadas a garantizar el ofrecer a todos nuestros alumnos una educación de calidad. Debemos contar con políticas claras respecto a cuestiones como la rendición de cuentas de los centros educativos; la contratación de docentes y su desarrollo profesional; cuestiones de gestión organizacional; de administración de recursos, etc. Dos componentes más de todo el modelo desdoblan en la práctica lo establecido por los tres componentes anteriores, en dos componentes más: EL PROCESO EDUCATIVO El CONALTE establece que “refiere a la operación del modelo en la escuela y en la sociedad”, aquí se deben de precisar aquellas competencias o habilidades que se quieren desarrollar en el alumno. En el caso de la educación básica respetando planes y programas oficiales. EVALUACIÓN En esta etapa se refiere la manera de evaluar el éxito del esfuerzo educativo implementado, de verificar el éxito del modelo implementado. Tanto en lo que respecta hacia lo interno del Distrito como hacia lo externo, investigando cómo se integran nuestros egresados a la realidad nacional. LA IMPLEMENTACIÓN DEL MODELO La implementación de un modelo educativo es su ejecución, la operación y constante evaluación del modelo a través de los resultados que su operación nos brinda, así como del contraste con sus Fines, objetivos y metas. La implementación exige, como un primer paso, la precisa y clara definición de los componentes del modelo, con el mayor detalle posible – con la suficiente indefinición para favorecer la autonomía necesaria – y con la mejor consistencia metodológica y práctica. En un segundo momento se habrá de diseñar e integrar la organización de respaldo al funcionamiento del modelo: modificación organizacional cuando sea necesario, el cambio de procedimientos y procesos; esto requiere en muchos de los casos de un proceso de formación que permita, a quienes realizan las funciones a modificar, comprender las nuevas exigencias y responder inteligentemente a las mismas. Los cambios no se pueden dar de la noche a la mañana, no se trata de eventos que transforman la realidad, sino de procesos que tienen una lógica a respetar, si no queremos que el devenir del Distrito pierda su carril. Finalmente se deberán prever los medios y procedimientos que aseguren la constante evaluación, que proporcionen la información necesaria que mantenga actualizado y funcionando al modelo. En todo el proceso de implementación (implantación nos atreveríamos a decir) se requiere fundamentalmente de la cooperación de todos los agentes directa o indirectamente relacionados: directivos, docentes, alumnos, padres de familia, etc. El modelo se debe entender como un sistema abierto al intercambio, no como una fría maquinaria de producción en serie; sin embargo esto no implica que su aceptación y seguimiento dependa del libre albedrío de los componentes del Distrito. COMISIÓN PARA LA MISIÓN EDUCATIVA LASALLISTA