Subido por Catalina Martínez

5-Informe-plantilla (Coemtario bíblico Adventista del Séptimo Día)DEFI

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UNIVERSIDAD ADVENTISTA DEL PLATA
FACULTAD DE TEOLOGÍA | FUENTES BÍBLICAS
Nombre y apellido: Catalina Martínez
“MANUSCRITOS BÍBLICOS”
(COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA)
Resumen
(entre 700 y 1000 palabras)
Antiguo material de escritura:
En tiempos antiguos, se utilizaban diversos materiales de escritura, como arcilla, madera, piedra
caliza, alfarería, cuero y papiro. El papiro era extraído de una planta que crecía en los pantanos
y se convirtió en el material de escritura más antiguo utilizado en Egipto. Los papiros más
antiguos datan de la quinta dinastía egipcia. Según Jeremías, los textos se guardaban en vasijas,
y esto se ha corroborado mediante el hallazgo de antiguos textos en excavaciones realizadas en
vasijas. En casos en los que se necesitaba un material de escritura más duradero, se utilizaban
rollos de cuero, que eran uno de los materiales más costosos y se reservaban solo para textos
importantes. Las plumas se fabricaban a partir de cañas golpeadas para convertirlas en pinceles,
y la tinta se hacía mezclando hollín con goma y hierro.
Los manuscritos del Mar Muerto:
En 1947, unos beduinos descubrieron varios rollos de cuero y fragmentos en una cueva al
noroeste del Mar Muerto. Debido a que nunca se habían encontrado textos como estos, hubo
dificultades para venderlos, pero finalmente parte de los rollos llegó a manos de la Universidad
Hebrea. El Dr. John Trever reconoció su antigüedad y llamó la atención sobre la importancia de
estudiar estos textos. Se iniciaron nuevas excavaciones para encontrar más rollos cuando se
comprendió que el clima seco del desierto de Judea había preservado materiales antiguos.
En estos textos, conocidos como los Rollos de Qumrán, se encontraron fragmentos de Isaías,
Habacuc, Génesis, Deuteronomio, Jueces, Daniel y Levítico. Posteriormente, en otras cuevas, se
descubrieron más fragmentos de libros del Antiguo Testamento. El descubrimiento de estos
rollos dio origen a una nueva rama de las ciencias bíblicas, y hasta ahora solo se ha publicado
una parte de los hallazgos. Toda la información obtenida en este descubrimiento nos ha
brindado manuscritos que tienen una antigüedad de mil años más que los textos bíblicos hebreos
conocidos anteriormente. Estos fragmentos dan testimonio de la fiel transmisión del texto de la
Biblia hebrea a lo largo de los siglos.
La labor de los masoretas:
Los eruditos judíos desempeñaron la tarea de organizar y dividir la Biblia en párrafos grandes y
pequeños. Introdujeron una serie de marcas didácticas para señalar la ubicación de pasajes
complicados en el texto. Estos eruditos, conocidos como masoretas, se dieron cuenta de que el
hebreo, que había dejado de ser hablado siglos atrás y había sido reemplazado por el arameo,
corría el riesgo de perder su pronunciación a lo largo del tiempo. Por esta razón, inventaron un
sistema de signos vocálicos que se añadieron a las consonantes hebreas, así como un sistema
complicado de acentuación. Los masoretas propusieron estos cambios, pero no alteraron el texto
original en sí. Además de estos sistemas, establecieron reglas detalladas y precisas que debían
seguirse al realizar nuevas copias de la Biblia. Contaban las palabras de cada libro y fijaban la
palabra que estaba en el centro para comprobar la exactitud de las copias.
Manuscritos existentes del texto masorético:
La mayoría de los manuscritos más antiguos del Antiguo Testamento hebreo pertenecen al
período masorético. El manuscrito considerado el más antiguo es una copia de los "profetas
posteriores". A excepción de los rollos de Qumrán, la mayoría de los manuscritos más antiguos
que se han encontrado pertenecen a la parte final del período masorético. La mayor parte de
estos manuscritos se encuentra en colecciones rusas y en la Universidad de Cambridge.
La necesidad de un estudio textual detallado:
Los libros del Nuevo Testamento fueron escritos unos 14 siglos antes de la invención de la
imprenta, por lo que el único método disponible para reproducir la Biblia era copiar el texto a
mano. El Nuevo Testamento que tenemos en la actualidad se basa en copias, ninguna de las
cuales es original, sino copias de otras copias. La precisión de estas copias solo se puede
comprobar si se dispone de los manuscritos originales de los autores, lo cual requiere un
minucioso estudio comparativo antes de que el erudito pueda considerar que ha alcanzado una
traducción literal del pasaje. Corresponde al erudito estudiar detenidamente los manuscritos del
Nuevo Testamento para restablecer un texto que se acerque lo más posible al original. Este
proceso se conoce como "crítica textual" y se esfuerza por descubrir y eliminar los errores de los
copistas para obtener un texto bíblico que sea lo más similar posible al original.
La naturaleza de las variantes textuales:
La mayoría de los manuscritos bíblicos no fueron escritos por escribas profesionales, sino por
cristianos con escasa educación, lo que ha resultado en una caligrafía deficiente, faltas de
ortografía y errores de copia. Un error típico es el intercambio de sinónimos en los escritos. En
muchos casos, la secuencia de palabras difiere de un manuscrito a otro, aunque el pensamiento
sea idéntico. También se producen omisiones de palabras, frases e incluso líneas, lo que se
conoce como "homoioteleuto", un error que ocurre debido a la similitud entre palabras. Además,
los manuscritos más antiguos se escribieron solo con letras mayúsculas, sin espacios,
puntuación ni acentos, lo que facilitaba que un lector inexperto malinterpretara ciertas palabras.
La restauración del texto original:
Lo anterior muestra la naturaleza de las variantes que se encuentran al estudiar los manuscritos
del Nuevo Testamento. Para reconstruir un texto que se asemeje lo más posible al original, el
investigador debe clasificar y seleccionar las variantes. Al comparar los manuscritos antiguos
con los más recientes, se revelan errores que pueden reconocerse y eliminarse. Utilizando el
arquetipo (un manuscrito considerado como la referencia principal), se pueden descartar las
copias posteriores basadas en ese arquetipo si carecen de importancia para el estudio. Al
comparar los textos con el arquetipo, es posible llegar a lo que probablemente sea el texto
original de todos los manuscritos. El trabajo de la crítica textual es más difícil de lo que parece,
ya que la relación mutua entre varios manuscritos no siempre se reconoce fácilmente. Se estima
que hay más de 5,200 manuscritos del Nuevo Testamento en griego, lo que ayuda a obtener
resultados más confiables y satisfactorios que si tuviéramos pocos manuscritos.
Principales escritos del Nuevo Testamento:
Los papiros son uno de los tipos de manuscritos más antiguos. Por lo general, se utiliza el
símbolo "P" seguido de un número para identificar los papiros del Nuevo Testamento. La
mayoría de las copias del Nuevo Testamento escritas durante los primeros tres siglos de la era
cristiana probablemente fueron en papiro. En la provincia egipcia de Fayún, se descubrieron
varios códices de papiro en 1930. Entre los manuscritos se encontraban tres códices del Nuevo
Testamento:
P45: Consiste en 30 hojas incompletas con partes importantes de los cuatro evangelios y 14
capítulos de Hechos.
P46: Son 86 hojas ligeramente dañadas que contienen las epístolas de Pablo.
P47: Consiste en 10 hojas dañadas que contienen porciones de Apocalipsis del capítulo 9 al 17.
Estos tres códices son importantes y tienen un alto valor, ya que al compararlos con otros
manuscritos bíblicos, es posible determinar qué tipo de Nuevo Testamento usaba la iglesia
cristiana de Egipto durante el siglo III.
Otros manuscritos significativos y de gran importancia para la investigación de los manuscritos
antiguos son el Papiro Rylands y los Papiros de Bodmer. Los eruditos especializados han
establecido sistemas de números y símbolos para los manuscritos unciales en pergamino,
utilizando letras, números y códigos para organizar, dividir y comprender los papiros antiguos.
Algunos de los principales códices unciales incluyen el Códice Vaticano, el Códice Sinaitico, el
Códice Alejandrino, el Códice de Efrén, el Códice Freeriano, el Códice de Beza Cantabrigense,
el Códice Claromontano y el Códice Koridetiano.
Las traducciones antiguas del Nuevo Testamento:
Cuando las enseñanzas cristianas se difundieron en países donde no se hablaba griego, fue
necesario escribir traducciones de los escritos sagrados de la iglesia. En ese momento se
realizaron traducciones al latín para los cristianos de Italia y del norte de África, y al copto para
los creyentes de Alto Egipto. Las versiones más antiguas en siríaco, latín y copto son de gran
valor para la investigación textual, ya que se realizaron antes que cualquier manuscrito griego
conocido en la actualidad, por lo que sirven como testimonios de los tipos de texto que existían
en ese momento. Algunas de las traducciones antiguas más conocidas son la Vetus Latina
(Antigua Versión Latina), la Peshitta (versión siríaca) y la Sahídica (versión copta).
En resumen, el estudio de los manuscritos del Nuevo Testamento es un campo complejo y
fascinante. Los eruditos utilizan técnicas de crítica textual para comparar y analizar los diversos
manuscritos con el objetivo de reconstruir el texto original lo más fielmente posible. Los
descubrimientos de antiguos manuscritos, como los Rollos del Mar Muerto, han arrojado luz
sobre la preservación y transmisión de los textos bíblicos a lo largo de los siglos. Estos
esfuerzos continúan en la actualidad para proporcionar una base sólida para el estudio y la
interpretación de la Biblia.
El estudio de los manuscritos del Nuevo Testamento es un campo complejo y fascinante que
involucra la crítica textual. La crítica textual se ocupa de analizar y comparar los diferentes
manuscritos para determinar el texto original lo más precisamente posible. Al examinar los
numerosos manuscritos existentes, los eruditos buscan identificar variantes y descartar las
copias posteriores que carecen de importancia para el estudio.
Comparando los textos con un arquetipo, es posible reconstruir el texto original de todos los
manuscritos. Sin embargo, este trabajo no es tan sencillo, ya que la relación entre varios
manuscritos no siempre es fácil de establecer. Afortunadamente, existen más de 5,200
manuscritos del Nuevo Testamento en griego, lo que proporciona una base más sólida y
confiable para este proceso de reconstrucción.
Entre los tipos de manuscritos más antiguos se encuentran los papiros. Estos se identifican con
el símbolo "P" seguido de un número. Durante los primeros siglos de la era cristiana, la mayoría
de las copias del Nuevo Testamento se realizaron en papiro. Algunos de los papiros más
importantes descubiertos en la provincia egipcia de Fayún son:
P45: Consta de 30 hojas incompletas que contienen partes importantes de los cuatro evangelios
y 14 capítulos de Hechos.
P46: Son 86 hojas ligeramente dañadas que contienen las epístolas de Pablo.
P47: Consta de 10 hojas dañadas que contienen porciones del Apocalipsis del capítulo 9 al 17.
Estos tres códices de papiro son valiosos para determinar qué tipo de Nuevo Testamento usaba
la iglesia cristiana en Egipto durante el siglo III.
Además de los papiros, otros manuscritos relevantes son el Papiro Rylands y los Papiros de
Bodmer. Los estudiosos han desarrollado sistemas de numeración y símbolos para los
manuscritos unciales en pergamino, utilizando letras, números y códigos para organizar, dividir
y comprender los antiguos papiros. Algunos de los códices unciales más importantes incluyen el
Códice Vaticano, el Códice Sinaitico, el Códice Alejandrino, el Códice de Efrén, el Códice
Freeriano, el Códice de Beza Cantabrigense, el Códice Claromontano y el Códice Koridetiano.
Además de los manuscritos en griego, también son relevantes las traducciones antiguas del
Nuevo Testamento. Cuando el cristianismo se extendió a regiones donde no se hablaba griego,
fue necesario traducir los escritos sagrados. Las traducciones al latín (Vetus Latina), al siríaco
(Peshitta) y al copto (Sahídica) son de gran valor para la investigación textual, ya que se
realizaron antes que cualquier manuscrito griego conocido en la actualidad. Estas traducciones
son testimonios de los tipos de texto que existían en ese momento.
En resumen, el estudio de los manuscritos del Nuevo Testamento implica la crítica textual, que
busca reconstruir el texto original a partir de los diferentes manuscritos disponibles. Los
eruditos analizan los manuscritos antiguos, como los papiros, y utilizan sistemas de numeración
y símbolos para organizarlos. Además, las traducciones antiguas también desempeñan un papel
importante en la investigación textual. Los continuos descubrimientos de antiguos manuscritos,
como los Rollos del Mar Muerto, contribuyen a nuestra comprensión de la preservación y
transmisión de los textos bíblicos a lo largo de los siglos.
Las citas de los Padres de la Iglesia:
Las citas de los Padres de la Iglesia desempeñan un papel significativo en el estudio textual del
Nuevo Testamento. Estas citas, presentes en la literatura cristiana antigua, tienen un valor
equiparable al de las traducciones antiguas. Cuando se encuentran citas de los Padres de la
Iglesia que concuerdan con manuscritos del Nuevo Testamento, se puede concluir que
representan un texto que era común en el tiempo y lugar en que los Padres escribieron.
Sin embargo, es importante tener en cuenta algunas consideraciones. En su mayoría, las citas de
los Padres de la Iglesia son breves y no abarcan todos los pasajes importantes del Nuevo
Testamento. Además, existe incertidumbre acerca de si estas citas fueron realizadas de memoria
o copiadas directamente de los manuscritos. También es relevante señalar que los manuscritos
que contienen las obras de los Padres de la Iglesia han tenido su propia historia de transmisión a
lo largo de los años, lo que puede resultar en una representación no siempre fiel de lo que
originalmente se escribió.
En resumen, las citas de los Padres de la Iglesia son valiosas para el estudio textual del Nuevo
Testamento, ya que ofrecen evidencia de un texto común en su época. Sin embargo, es necesario
considerar cuidadosamente su contexto y la posible influencia de la transmisión posterior en los
manuscritos que contienen estas citas.
Valoración personal
(entre 100 y 300 palabras)
Mi valoración personal acerca de este estudio del comentario bíblico es que me resulta muy
impresionante la magnitud, extensión y arduo trabajo que los eruditos han tenido que realizar
para proporcionar copias y críticas textuales lo más precisas y cercanas al texto original en sus
investigaciones y estudios. También es importante destacar todo el recorrido que han seguido
los escritos de la Biblia, desde el papiro hasta la Biblia que tenemos hoy en nuestras manos, tan
accesible para todos.
Es relevante conocer todas las pruebas y evidencias encontradas en la comparación y
descubrimiento de manuscritos, que han demostrado la veracidad de la Palabra de Dios y cómo
los eruditos, escribas y traductores han sido guiados por el Espíritu Santo.
Recuerda que la revisión de la gramática y la redacción puede ser subjetiva, así que, si tienes
alguna preferencia específica o alguna otra pregunta, no dudes en hacérmela
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