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En que consiste la homeopatia. Sept2018

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¿En qué consiste la homeopatía?
José E. Eizayaga, médico
Departamento de Homeopatía
Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Maimónides
Buenos Aires
http://homeos.org/
E-mail: dr.jose.eizayaga@gmail.com
3ª edición, septiembre de 2018
Contenido
¿Son compatibles el tratamiento
homeopático y el convencional? ........... 8
Prefacio a la 3ª edición ............................... 2
¿Cuál es el campo de acción de la
homeopatía?........................................... 9
Medicamentos homeopáticos ..................... 3
¿Qué es un medicamento homeopático? 3
¿Quién hace y quién receta los
medicamentos homeopáticos? ............... 3
Los medicamentos homeopáticos ¿tienen
toxicidad? ............................................... 3
¿Es científica la homeopatía? ¿Cuáles son
las evidencias? ......................................... 10
Otras preguntas frecuentes ....................... 12
¿Qué piensan los médicos homeópatas
de las vacunas? .................................... 12
¿Qué pasa con la cirugía? .................... 13
¿Tienen efectos adversos?...................... 3
¿Con qué se confunde la homeopatía? 13
¿Qué hay en un medicamento
homeopático y cómo funcionan? ........... 4
¿Sirve la homeopatía para bajar de peso?
............................................................. 13
¿Qué aspecto tiene un medicamento
homeopático? ¿Cómo se toman? ........... 5
¿Cuánto dura un tratamiento
homeopático?....................................... 13
Tipos de medicamentos homeopáticos:
unitarios y compuestos........................... 5
¿Cuánto cuesta un tratamiento
homeopático?....................................... 13
Diferentes formas de usar la homeopatía:
unicismo, pluralismo y complejismo ..... 5
¿Existen especialistas entre los
homeópatas? ........................................ 14
El tratamiento homeopático ....................... 6
La homeopatía en el mundo ..................... 14
¿Cómo es una consulta homeopática? ... 6
Conclusiones ............................................ 15
¿Qué se puede esperar de un tratamiento
homeopático? ......................................... 7
Agradecimientos ...................................... 16
¿Qué diferencias hay entre el tratamiento
homeopático y el convencional? ............ 7
Referencias .............................................. 16
2
Prefacio a la 3ª edición
Los pocos años que han transcurrido
desde la edición anterior de este documento
nos han permitido ser testigos de una serie
de avances considerables y significativos en
el conocimiento científico que tenemos de la
homeopatía.
Ha comenzado a develarse la estructura fisicoquímica de las diluciones homeopáticas y nuevas investigaciones han sacado
a la luz mecanismos de acción insospechados, como es el de la activación de grupos
específicos de genes.
Gracias al apoyo de organizaciones
sin fines de lucro como la Fundación Carstens, de Alemania, se ha logrado centralizar
la información científica disponible en bases
de datos de libre acceso.
Varias investigaciones clínicas de
alto rigor metodológico y gran tamaño que
comparan los tratamientos homeopático y
convencional, han mostrado qué sucede en el
mediano y largo plazo con los pacientes que
utilizan la homeopatía en el mundo real (Estudios Epi 3).
En conjunto, los avances han consolidado a la homeopatía como una disciplina
médica y científica valiosa, en un contexto
de popularidad creciente entre los pacientes
y, paradójicamente, de fuertes ataques mediáticos que repiten las desinformadas o falsas consignas de que en homeopatía no hay
investigación y que no es más que placebo.
A todos estos temas hace referencia
este escrito. Comenzó hace muchos años
como un simple y nada pretencioso folleto
de divulgación para pacientes, pero con el
paso del tiempo ha ido adquiriendo volumen
y fundamentación creciente y actualizada.
Casi todo lo expresado se encuentra sustentado en investigaciones publicadas en revistas científicas indexadas en bases de datos
biomédicos como PubMed, con sus correspondientes citas bibliográficas y enlaces de
Internet.
Se dirige principalmente al público
general que quiera saber más sobre homeopatía, pero también a la comunidad médica y
de todos los profesionales de la salud, en
quienes tal vez despierte la curiosidad que
los lleve a profundizar su conocimiento. Si
en el texto aparecen numerosas referencias a
la República Argentina, se debe a que las
ediciones anteriores estaban exclusivamente
enfocadas al público de este país. En esta
nueva versión se procuró universalizar el
texto, teniendo en consideración la terminología y las particularidades que la homeopatía adquiere en otros países.
Introducción
La homeopatía es una rama de las
ciencias médicas y es una forma concreta y
bien definida de tratamiento. Como herramienta terapéutica, enriquece las opciones
que el médico puede ofrecer a sus pacientes.
Está basada en el llamado fenómeno de la similitud y en la utilización de sustancias medicinales en pequeñas dosis. Si una sustancia
es capaz de producir determinados síntomas
y desórdenes en un individuo sano, cuando
se la administra en pequeñas dosis en un sujeto enfermo desencadena reacciones reguladoras, reparadoras y, en definitiva, curativas,
aliviando síntomas y corrigiendo desórdenes
similares a los que genera en el sano.
De esta manera, el tratamiento homeopático no busca restablecer el orden o
suprimir las manifestaciones de la enfermedad de manera directa, sino que tiene como
objetivo estimular la reacción curativa del
enfermo.
Esta acción restauradora del orden
vital de las pequeñas dosis de sustancias, administradas de acuerdo con el fenómeno de
similitud, se verifica en la clínica con seres
humanos, en veterinaria, en plantas, en cultivos y también en modelos experimentales
de animales de laboratorio, tejidos o células.
Las primeras investigaciones en
homeopatía fueron hechas y
sus bases fundamentales
establecidas por el médico e
investigador sajón Christian
Samuel Hahnemann a fines
del siglo XVIII (Meissen 1755
– París 1843). Una publicación suya de 1796
en una reconocida revista médica de su
época, el Journal der praktischen
Azneikunde und Wundarzneykuns, es
considerada como la piedra angular de la
homeopatía.[1]
Debido a que la homeopatía se
puede definir de una manera simple por la
utilización de medicamentos homeopáticos,
se comenzará por la descripción de estos
últimos.
3
Medicamentos homeopáticos
¿Qué es un medicamento homeopático?
Los medicamentos homeopáticos se elaboran a partir de extractos de plantas, como la
Belladonna, la Pulsatilla o el Arnica; de sustancias minerales como el
fósforo o el azufre; de sustancias de origen animal
como la abeja o la cantárida.
Con mucha menor frecuencia, de algunas sustancias
químicas de síntesis. También se utilizan en homeopatía medicamentos llamados bioterápicos, hechos a
partir de cultivos microbianos u otras sustancias de origen microbiológico.
A partir estas materias primas se sigue un procedimiento específico de pasos
sucesivos de dilución y agitación, que lleva
las concentraciones iniciales de principios
activos a niveles muy bajos en el producto
terminado.
La forma de preparación de los medicamentos homeopáticos se
encuentra establecida, definida y descripta en diversas
farmacopeas. Estas consisten
en formularios oficiales que
reglamentan cuáles son las
sustancias que cada país autoriza para su uso en medicina.
Ejemplos de farmacopeas homeopáticas son
The Homoeopathic Pharmacopoeia of the
United States (HPUS) [2], la Pharmacopée
Française, la sección correspondiente de la
European Pharmacopoeia y la Farmacopeia
Homeopática Brasileira (FHB III).[3]
¿Quién hace y quién receta los medicamentos homeopáticos?
Los medicamentos homeopáticos
pueden ser fabricados por farmacéuticos especializados o, de manera industrial a gran
escala, por laboratorios farmacéuticos. En la
Argentina, los farmacéuticos son los únicos
autorizados a preparar productos homeopáticos, siempre por indicación de un médico.
En la mayoría de los países latinos
de América y Europa sólo los médicos, los
odontólogos y los veterinarios se encuentran
legalmente autorizados a prescribir
medicamentos homeopáticos. En los países
de habla inglesa y alemana, otros profesionales de la salud están también autorizados a
emplearlos.
Los medicamentos homeopáticos ¿tienen toxicidad?
Los medicamentos homeopáticos
carecen de toxicidad, porque la cantidad de
sustancia que poseen es suficientemente baja
como para que esta no sea posible. Esto permite su administración segura en todas las
edades de la vida a partir del nacimiento y
durante el embarazo. Para asegurar esta ausencia de toxicidad, el Homeopathic Medicinal Products Working Group, parte de la red
de agencias europeas de medicamentos, establece las diluciones mínimas que resultan
seguras para el uso humano.
¿Tienen efectos adversos?
Aunque en la práctica no haya posibilidad de toxicidad directa, al igual que en
toda intervención médica, también en homeopatía se puede hablar de efectos adversos, entendiéndolos en su significado más
amplio y actual de cualquier reacción indeseada o desfavorable que sigue a la administración del tratamiento, tenga o no relación
causal evidente con el medicamento. Es importante recalcarlo: no siempre resulta claro
que los efectos adversos atribuidos a un medicamento sean efectivamente causados por
él. A veces son de aparición meramente
coincidente y casual, ya sea por un agravamiento o exacerbación espontáneos de los
problemas de salud del paciente, o por la
aparición de trastornos que nada tienen que
ver ni con la enfermedad de base ni con el
tratamiento y que pueden ser generados por
factores externos o internos de diverso tipo.
Otras veces, estas reacciones adversas son
desencadenadas por la interrupción inadecuada en tiempo y forma de otro tratamiento
que el paciente estaba recibiendo.
La cuestión de los efectos adversos
en homeopatía ha sido extensamente estudiada y se puede afirmar que son poco frecuentes y habitualmente banales. Esta información se ha recabado tanto de la investigación clínica [4], como de la farmacovigilancia. Una revisión extensa publicada en 2012
detectó que en los 33 años previos habían
sido reportados sólo 1159 casos de
4
reacciones adversas a medicamentos homeopáticos a nivel mundial, 90% de ellas leves,
incluyendo algunas causadas por la suspensión de otros tratamientos y otras provocadas
por medicamentos que no eran genuinamente homeopáticos.[5] Esta cifra es insignificante cuando se la compara con la incidencia y magnitud de los efectos adversos de
los medicamentos convencionales.
En una investigación hecha en Suiza
se comparó a pacientes que recibieron tratamiento homeopático con pacientes que recibieron tratamiento convencional. Los primeros tuvieron menos de la mitad de la incidencia de efectos adversos que los segundos (7,3
vs 16,1% de los pacientes).[6]
Otras investigaciones estiman que
con tratamiento homeopático se observan
efectos adversos en 3 a 8% de los pacientes.
La mayoría de estas reacciones son leves.[7,
8, 9]
Un hecho muy conocido que puede
ocurrir al iniciar un tratamiento homeopático
es que los síntomas que tiene el enfermo se
intensifiquen pasajeramente. Este fenómeno
es habitualmente leve y breve, y puede ser
indicativo de que el paciente esté respondiendo al tratamiento. De acuerdo con investigaciones, se observa en un 10 a 24% de los
pacientes.[10, 11, 12, 13]
Cuando tiene lugar, es suficiente con
suspender el tratamiento durante 3 a 5 días
para después retomarlo. Es prudente notificar al médico, quien podrá corroborar si lo
que acontece es atribuible o no al tratamiento
y dar otras indicaciones. Es conveniente que
los pacientes conozcan este fenómeno para
que, si les ocurre, no se preocupen, conserven la confianza en el tratamiento y consulten a su médico.
En resumen, el tratamiento homeopático es seguro. Los medicamentos homeopáticos no son tóxicos, pero pueden provocar
efectos adversos o una intensificación de los
síntomas, generalmente banales y pasajeros.
¿Qué hay en un medicamento homeopático y cómo funcionan?
Hoy hay evidencias científicas de
que las sustancias con las que se preparan los
medicamentos homeopáticos persisten en
los productos terminados en forma de nanopartículas del material de origen.[14, 15] Estas consisten en una suerte de aglomerados
de sustancias, la mayoría de ellos de menos
de 15 nm de diámetro (1nm o nanómetro = 1
millonésimo de milímetro). Este descubrimiento debe ser considerado en el contexto
de una emergente ciencia de la nanotecnología y tiene importancia en la explicación del
mecanismo de acción de los medicamentos
homeopáticos.[16]
Nanopartículas de Pulsatilla en una dilución 15ch
Gracias igualmente a la investigación básica, sabemos que la estructura y el
comportamiento físico de las diluciones homeopáticas son específicos de las mismas
[17, 18] y que emiten radiación electromagnética de baja frecuencia.[19]
También hay que considerar las estrechas vinculaciones existentes entre la homeopatía y el muy conocido y estudiado fenómeno de hormesis. Según esta línea de investigación, muchas sustancias químicas y
físicas invierten su acción biológica al disminuir sus dosis de administración.[20, 21]
Este mismo fenómeno explica también que
“una dosis baja o subletal de un agente o estímulo estresante es capaz de activar una
respuesta adaptativa que incrementa la resistencia de una célula u organismo frente a
un estrés más severo”. Como dice el dicho
popular y el título de una revisión de este fenómeno, lo que no mata, fortalece.[22]
Otra línea de investigación novedosa ha podido demostrar, en los medicamentos homeopáticos estudiados, la capacidad de activar grupos de genes del ADN con
funciones específicas. Un par de ejemplos:
las diluciones homeopáticas de Arnica montana, un medicamento homeopático muy popular, que es utilizado ampliamente en
5
traumatismos con el objeto de disminuir el
dolor y acelerar la recuperación, son capaces
de activar los genes encargados del proceso
de reparación tisular en los macrófagos, un
tipo de célula que tiene, entre otras, esa función. Un fenómeno que se correlaciona en el
laboratorio con una mayor actividad de estas
últimas.[23]
Las diluciones homeopáticas de
Gelsemium sempervirens, utilizado en homeopatía en trastornos de ansiedad y algunos problemas neurológicos, modifican la
expresión génica de las células neuronales.[24] Esto explica el efecto sedante que el
Gelsemium tiene en ratas de laboratorio sometidas a estímulos estresantes.[25]
Se puede leer más sobre estos temas
aquí y ver estos videos del médico homeópata español Gualberto Díaz [26] y del premio Nobel de medicina francés, Luc Montagnier.[27]
¿Qué aspecto tiene un medicamento
homeopático? ¿Cómo se toman?
Los medicamentos homeopáticos
pueden administrarse de maneras diversas.
La forma más común y tradicional es la de pequeños
glóbulos o gránulos de sacarosa o de una combinación de sacarosa y lactosa,
impregnados con el medicamento. También se usan
gotas con diferentes contenidos de alcohol (5 a 20%),
gotas sin alcohol, pequeños
sobres (llamados papeles)
conteniendo 0,5 gramos de lactosa en polvo
o tabletas de lactosa impregnados. Todas las
formas anteriores se disuelven rápidamente
en la boca.
En principio, no hay formas farmacéuticas mejores que otras, sino que el uso
depende de la preferencia de médicos y pacientes y de situaciones particulares.
Existen también medicamentos homeopáticos en cremas, pomadas, lociones,
óvulos y colirios.
A los lactantes en los primeros meses de vida, se les suelen administrar glóbulos diluidos en un poco de agua mineral o
hervida, o se les da gotas sin alcohol.
Los medicamentos homeopáticos
nunca vienen en forma de cápsulas o
comprimidos de colores, como los fármacos
convencionales.
Tipos de medicamentos homeopáticos:
unitarios y compuestos
Los medicamentos hechos a partir
de una sola sustancia, llamados unitarios,
tienen en su etiqueta el nombre en latín claramente identificable de la sustancia original
a partir de la cual fueron preparados y la especificación de la dilución. Estos nombres
son universales y genéricos. No están acompañados de un folleto explicativo de para qué
se utilizan. Esto se debe a que un mismo medicamento puede estar indicado en patologías o situaciones muy diversas y, a su vez,
cada enfermedad puede ser tratada con medicamentos diferentes, según cómo ésta se
presente en el enfermo y cuáles sean las características del paciente.
Distinta es la situación de los llamados compuestos (o complejos), productos
que combinan varios medicamentos homeopáticos con un objetivo terapéutico determinado y que a veces poseen nombre de fantasía (ver abajo).
Diferentes formas de usar la homeopatía: unicismo, pluralismo y complejismo
El ideal tradicional del tratamiento
homeopático es el de administrar al paciente
un solo medicamento unitario por vez. Esta
manera de usar la homeopatía recibe el nombre de homeopatía unicista. Ponerla en práctica exige del médico una investigación minuciosa de las características de los problemas de salud, así como de las peculiaridades
generales y anímicas del paciente, además de
requerir de una excelente colaboración y disposición de este último, en un complejo proceso de individualización del tratamiento. El
unicismo apela a cuestiones esenciales de un
tratamiento médico, como son la simplicidad
y la economía, que aumentan la adherencia
de los pacientes.
Hay situaciones en las que, de
acuerdo con la preferencia, formación y experiencia de cada médico, y según sea la gravedad y diversidad de las afecciones del paciente, se usan más de un medicamento simultáneamente. Esta forma de utilización de
la homeopatía se ha dado en llamar pluralista.
6
Finalmente, se pueden combinar varios medicamentos homeopáticos en un
mismo preparado, con un fin terapéutico determinado, práctica denominada homeopatía
no individualizada o complejismo. Estos medicamentos homeopáticos complejos o compuestos son los más utilizados por los médicos sin formación homeopática estricta, son
recomendados por farmacéuticos o constituyen productos de venta libre destinados a la
automedicación.
temperaturas y otros factores externos; la
función digestiva, deseo, aversión e intolerancia a diversos alimentos; agravaciones
horarias; cambios generales y anímicos relacionados con las menstruaciones. Finalmente, el homeópata preguntará al paciente
acerca de sus estado de ánimo actual, de
cómo son su forma de ser y su carácter o personalidad, y acerca de acontecimientos traumáticos del pasado que pudieran haber sido
desencadenantes o estar relacionados con la
enfermedad y padecimientos actuales.
El tratamiento homeopático
A continuación, el homeópata examina al paciente de la misma manera que
cualquier otro médico y evalúa los estudios
de laboratorio e imágenes que el paciente
haya realizado. Con toda esta información
intentará hacer un diagnóstico clínico y sugerir un tratamiento. Si lo considera necesario, solicitará nuevos estudios o interconsultas. Es habitual que una primera consulta con
un médico homeópata insuma entre 40 y 60
minutos.
¿Cómo es una consulta homeopática?
En un consultorio médico se atienden dos tipos de pacientes, los crónicos y los
agudos. Los primeros tienen síntomas o problemas de larga duración (semanas, meses, o
años). Los segundos llevan horas o días enfermos.
Cuando un paciente acude por problemas crónicos, la primera parte de una
consulta homeopática es similar a la de una
consulta clínica convencional. El médico interroga al paciente por los motivos de la consulta, por las características detalladas de sus
problemas, su historia y sus posibles desencadenantes. También inquiere acerca de los
tratamientos realizados, los medicamentos
que el paciente recibe y todos los antecedentes de salud personales y familiares pertinentes.
La principal diferencia reside aquí
en la importancia que el homeópata da a detalles acerca de qué factores agravan o alivian los síntomas, elementos semiológicos
llamados modalidades, las sensaciones y los
síntomas accesorios que acompañan a los
principales. Así, por ejemplo, un dolor puede
ser punzante, agravarse por el movimiento,
mejorarse por la presión y las aplicaciones
frías, y estar acompañado de náuseas, cara
roja e irritabilidad. Otro dolor es ardoroso y
paradójicamente mejora por aplicaciones calientes, aparece a medianoche y se acompaña
de inquietud que saca al paciente de la cama.
Toda esta información resulta decisiva para
la elección de un tratamiento adecuado.
En una segunda parte, propiamente
homeopática, el médico pregunta por una serie de características personales, tanto generales como psíquicas. Entre otras cosas, se
indagan minuciosamente detalles del sueño,
la transpiración, la sensibilidad al clima, las
Cuando se trata de un problema de
salud agudo, la consulta homeopática es más
breve. El interrogatorio se limita al problema
actual y sus antecedentes inmediatos. El examen físico es esencial para un correcto diagnóstico y tratamiento.
Desde el punto de vista homeopático, lo que el médico busca son indicadores
del tratamiento más adecuado. Para la investigación más precisa de estos indicadores,
hoy se recurre a las herramientas que provee
un tipo especial de estadística, llamada bayesiana. La información proveniente de esta investigación es más útil para el homeópata
que la que se obtiene de los ensayos clínicos
tradicionales.[28]
El homeópata necesita del diagnóstico clínico de la misma manera que cualquier otro médico. Este es el principal motivo del porqué la homeopatía debe ser utilizada sólo por médicos, odontólogos y veterinarios. Un buen diagnóstico permite establecer un pronóstico y decidir cuáles son los
abordajes más apropiados para cada caso:
cambios en los hábitos de vida, dieta, ejercicio, fármacos convencionales, cirugía, tratamiento psicológico, etc., incluyendo la homeopatía, que es compatible y puede complementarse con los anteriores.
7
¿Qué se puede esperar de un tratamiento homeopático?
La respuesta al tratamiento homeopático tiene algunas características distintivas. En primer lugar, necesita de un tiempo
para manifestarse, que es variable dependiendo de la gravedad y el tiempo de desarrollo de la enfermedad, y de la capacidad
del organismo del paciente para reaccionar.
En afecciones crónicas el tiempo de respuesta se mide en días o semanas. En problemas agudos, en minutos u horas.
Otra característica importante es que
la respuesta es habitualmente gradual y con
altibajos. En enfermedades de larga duración, más tiempo de tratamiento permite obtener mejorías más profundas y estables, y el
paciente suele percibir simultáneamente un
aumento progresivo del bienestar global.
La suspensión del tratamiento homeopático no es seguida de una reaparición
rápida de los síntomas, fenómeno conocido
como efecto rebote. Si el paciente ha respondido favorablemente, lo habitual es que siga
bien por períodos de tiempo a veces prolongados, dependiendo de la naturaleza del problema.
Los estudios observacionales muestran que se puede obtener mejoría clínica
significativa en un porcentaje elevado de pacientes en un tiempo relativamente corto.
Una investigación llevada a cabo de
manera conjunta por 5 hospitales homeopáticos del sistema de salud británico evaluó la
evolución de unos 1800 pacientes que consultaron por 235 afecciones clínicas diferentes. En la segunda consulta se observó una
mejoría clínica significativa en un 35% de
los casos, mientras que en la sexta consulta
lo manifestaba un 59%.[29] Esta publicación
pone en evidencia lo mencionado arriba: mayor tiempo de tratamiento aumenta las chances de un resultado positivo. Además, interacción progresiva entre médico y paciente
permite al primero una mejor comprensión
de la situación. A veces se necesitan más de
una consulta para encontrar la estrategia más
efectiva en cada caso. Por otro lado, el tratamiento homeopático a veces requiere cambios de acuerdo con como varían las manifestaciones del paciente.
Otro estudio observacional hecho
por el Bristol Homeopathic Hospital (Gran
Bretaña) durante 6 años en 6544 pacientes
consecutivos, mostró cambios beneficiosos
para la salud en 71% de los mismos. Las
afecciones con mayor incidencia de buenas
respuestas fueron el eccema, el asma bronquial, la migraña, el colon irritable, las enfermedades inflamatorias del intestino y los
problemas de la menopausia.[30]
Una encuesta a casi 500 pacientes
del Royal London Homeopathic Hospital
mostró que la mayoría de ellos había consultado por problemas de salud de más de 5
años de duración (un tercio por afecciones
musculoesqueléticas) y que las principales
motivaciones habían sido la falta de respuesta a otros tratamientos y el temor a los
efectos adversos de los medicamentos convencionales. El 90% de los pacientes se sintió satisfecho con el resultado del tratamiento homeopático, 81% dijo haber tenido
una mejoría marcada, moderada o leve, un
tercio había logrado abandonar la medicación convencional y otro tercio reducirla.[31]
Una encuesta no publicada del Departamento de Homeopatía de la Universidad Maimónides a 262 pacientes con afecciones crónicas, muestra que en la segunda
consulta el 76% de los pacientes refirió haber tenido una mejoría clínicamente significativa.[32]
Como dato curioso, la Arctic University (Noruega) posee una base de datos
que reúne información bien documentada de
pacientes con enfermedades serias que han
tenido una evolución excepcional e inesperada a partir de un tratamiento con medicinas
complementarias, entre ellas la homeopatía.[33]
¿Qué diferencias hay entre el tratamiento homeopático y el convencional?
Algunos tratamientos convencionales buscan, por medio de fármacos de acción
química, aliviar o suprimir los síntomas y
manifestaciones patológicas del enfermo de
manera directa, corrigiendo las anomalías fisiopatológicas presentes. De allí por ejemplo
el uso de laxantes en la constipación y de antinflamatorios en la inflamación. Pero, de la
misma manera en que los seres vivos reaccionan oponiéndose a todos los estímulos
que reciben del exterior, se resisten también
a la acción de estas sustancias medicinales,
dando lugar a los fenómenos de tolerancia,
consistente en una disminución del efecto
8
farmacológico de los medicamentos en el
tiempo, y del efecto rebote, un retorno más o
menos rápido y a veces intenso de los síntomas tras la suspensión del tratamiento.
Como dato interesante, se cree que este
efecto rebote es una evidencia indirecta a favor del fenómeno de similitud utilizado por
la homeopatía. Por el mismo motivo que la
inflamación puede volver con más fuerza
tras la suspensión de un antinflamatorio convencional (efecto rebote), la inflamación
cede tras la administración de pequeñas dosis de una sustancia capaz de producir inflamación (fenómeno de similitud homeopático).[34, 35, 36]
Otras formas de tratamiento convencional, como los antibióticos, los antivirales
o los antiparasitarios, están dirigidos a destruir o inhibir el desarrollo de agentes infecciosos. Los antineoplásicos están destinados
a la destrucción de células malignas.
En otros casos de tratamiento convencional, se busca sustituir un déficit endógeno del paciente (por ejemplo, hormona tiroidea en el hipotiroideo o insulina en el diabético), o reparar una deficiencia nutricional.
Con las vacunas se busca inmunizar a las
personas para prevenir determinadas enfermedades infecciosas y sus complicaciones.
Por su parte, el tratamiento homeopático no suprime las manifestaciones patológicas de manera directa, sino que estimula
la reacción curativa del enfermo. Todos los
seres vivos tienen capacidad de autorreparación y la homeopatía busca incentivarla.
Esto lo realiza valiéndose de la misma oposición que los seres vivos tienen a los estímulos externos. Es la reacción del paciente
enfermo, desencadenada o intensificada por
la medicación homeopática, la que conduce
al restablecimiento del orden y el consecuente alivio o curación. No hay una mejoría
artificial de los síntomas con el tratamiento
homeopático. Esto explica la ausencia de
efecto rebote luego del abandono del tratamiento homeopático. Porque recurre a la capacidad curativa de los seres vivos, y no por
otro motivo, es que el tratamiento homeopático puede considerarse como más natural.
Otra diferencia entre los tratamientos convencional y homeopático reside en el
modo de abordar al paciente. El primero, por
su propia naturaleza, tiende a fragmentar al
individuo enfermo en órganos y aparatos.
Esto se debe a que la elección del
tratamiento está basada casi exclusivamente
en los diagnósticos clínico y fisiopatológico.
Una consecuencia, sobre todo en la clínica
de adultos, es una visión excesivamente biologicista que hace que el paciente se sienta
poco comprendido como tal y tironeado entre especialistas. Esto no se debe de atribuir
de ninguna manera a un menor interés del
médico por el paciente, sino a características
propias de la medicina, difíciles de evitar.
En cambio, el tratamiento homeopático considera primariamente al paciente en
su totalidad e individualidad, sin descuidar
los aspectos biológicos. Si bien el viejo aforismo no hay enfermedades sino enfermos es
sólo parcialmente cierto, la observación
muestra que una misma enfermedad se presenta en diferentes sujetos de formas muy
variadas, de acuerdo con sus características
individuales, su constitución física y psíquica, y el medio en que se desenvuelve.
También son importantes los conflictos profundos o las situaciones emocionalmente
traumáticas, ya que son capaces de desencadenar enfermedades que son a veces graves.
La investigación de todas las características
individuales de las manifestaciones patológicas, de todos los rasgos de la constitución
y la personalidad del enfermo y de los posibles desencadenantes emocionales de su enfermedad actual forman parte esencial del
método homeopático. Es el conjunto de toda
esta información lo que conduce a la elección de un medicamento homeopático en pacientes con problemas de salud crónicos.
Es propio del tratamiento homeopático buscar no sólo el alivio de las manifestaciones patológicas concretas del paciente,
sino también el de promover además una
sensación de bienestar general y mejoría del
estado anímico. Estas acompañan al alivio
de los síntomas físicos y a veces las preceden
en el tiempo.
¿Son compatibles el tratamiento homeopático y el convencional?
Los dos tipos de tratamiento son habitualmente perfectamente compatibles.
Aún más, en algunas situaciones resultan
complementarios y puede resultar ventajoso
combinarlos. Cada modalidad terapéutica
tiene sus indicaciones y sus limitaciones, y
son importantes el juicio clínico del médico
9
y las preferencias de los pacientes para decidir la mejor estrategia en cada caso.
Si bien los médicos homeópatas prefieren recurrir en primera instancia a medicamentos homeopáticos, utilizan también
medicamentos convencionales cuando los
consideran necesarios o se encuentran frente
a una limitación propia del tratamiento homeopático. Hay situaciones en las que resulta imposible suspender la medicación
convencional que el paciente ya está recibiendo.
Es importante que los pacientes que
inician un tratamiento homeopático sepan
que no deben suspender abruptamente los
medicamentos de otro tipo que están recibiendo sin adecuado consejo médico, ya que
esto podría ocasionarles trastornos a veces
importantes. La medicación convencional
debe ser interrumpida sólo cuando esto sea
médicamente factible, siempre gradualmente y de acuerdo con un esquema adaptado a cada situación individual.
¿Cuál es el campo de acción de la homeopatía?
El campo de acción de la homeopatía es amplio y difícil de delimitar con precisión. El uso de medicamentos homeopáticos
es especialmente útil en las ramas más generales de la medicina, como la clínica de adultos, la pediatría y la medicina de familia.
Para estudiar esta cuestión se ha recurrido a diferentes tipos de investigaciones.
Un primer grupo entra dentro de la llamada
investigación observacional. Esta nos muestra cuáles son los problemas de salud por los
que con mayor frecuencia los pacientes consultan al homeópata y qué diferencias tienen
con respecto a los pacientes que concurren a
médicos convencionales. Una investigación
hecha en la Universidad de Berna y financiada por el gobierno suizo, muestra que
comparando estos dos grupos, pacientes de
médicos homeópatas y pacientes de médicos
convencionales, son similares los porcentajes de los que consultan por problemas reumáticos (17 vs 18%), enfermedades respiratorias (11 vs 10%), desórdenes mentales y de
comportamiento (6 vs 8%) y enfermedades
digestivas (6% en ambos grupos). Mientras
que los pacientes prefieren la homeopatía en
enfermedades de la piel (5 vs 3%), enfermedades del sistema genitourinario (6 vs 3%) y
para síntomas no clasificables (en general
problemas atípicos o sin diagnóstico) (8 vs
4%). Prefieren en cambio a los médicos convencionales en enfermedades del sistema
circulatorio (6 vs 18%) y en traumatismos y
envenenamientos (4 vs 8%).
Es interesante que, en este estudio,
los pacientes que eligieron la homeopatía tenían enfermedades de mayor duración y percibida como más severa, y tenían con mayor
frecuencia más de una enfermedad crónica
simultáneamente. Esta observación se correlaciona bien con la experiencia de los consultorios. Muchos pacientes consultan al homeópata porque tienen varios problemas de
salud al mismo tiempo y de larga data, para
los que toman muchos fármacos simultáneamente.
En esta investigación suiza, más pacientes homeopáticos que convencionales
tuvieron satisfacción completa con el tratamiento (53 vs 43%). Un dato adicional no
menor y que es muy característico de lo que
ocurre con el tratamiento homeopático, es
que los pacientes homeopáticos refirieron
con mayor frecuencia haber tenido “otros
efectos positivos” no esperados (41 vs 17%).
Estos efectos positivos hacen referencia a la
mejoría anímica y general que comúnmente
experimentan los pacientes con la homeopatía.[6]
Una investigación observacional
multicéntrica del Charité Univesity Medical
Center de Berlín en la que participaron casi
4.000 pacientes con cualquier afección y médicos homeópatas alemanes y suizos, concluye que “hubo una mejoría marcada y sostenida de la severidad de la enfermedad y la
calidad de vida de los pacientes durante el
tratamiento. Los hallazgos indican que el
tratamiento homeopático podría tener un rol
beneficioso en el cuidado a largo plazo de
pacientes con enfermedades crónicas.” [37]
Una evaluación de los mismos pacientes 8
años más tarde mostró que la mejoría obtenida se mantenía, sin importar si el tratamiento homeopático había sido continuado o
abandonado y a pesar de que, en el momento
de consultar al homeópata, 1 de cada 4 pacientes llevaba 10 o más años de enfermedad
y la mitad tomaba medicamentos convencionales. Ocho años después de la primera consulta, el 33% de los pacientes continuaba con
el tratamiento, el 30% lo había abandonado
por haber sufrido una mejoría mayor y ya no
10
lo necesitaba y el 26% había abandonado por
falta de resultados positivos.[38]
Las investigaciones observacionales
más extensas que comparan los resultados de
los tratamientos homeopático y convencional, los estudios EPI3, fueron hechas en
Francia, coordinadas por el Departamento de
Farmacoepidemiología de la Universidad de
Burdeos. Involucraron a 6.400 pacientes y
800 médicos homeópatas y convencionales.
Los resultados muestran que los médicos homeópatas utilizaron 46% menos fármacos
antinflamatorios en los pacientes con afecciones musculoesqueléticas, 71% menos
psicofármacos en pacientes con trastornos de
ansiedad y depresión, 75% menos hipnóticos
en los pacientes con trastornos del sueño y
67% menos antibióticos y 46% menos antifebriles en pacientes con infecciones agudas
del aparato respiratorio superior. En todos
los casos, con una evolución promedio similar de los pacientes. Aunque no fue investigado, es de esperar que esta reducción muy
significativa del uso de medicamentos convencionales tenga por consecuencia una menor incidencia de efectos adversos graves y
menor incidencia de resistencia antibiótica,
dos problemas de salud pública actualmente
muy serios.[39-42]
Un nivel más elevado y complejo de
investigación clínica se basa en los llamados
ensayos clínicos controlados y aleatorizados
o RCTs, por su sigla en inglés. Este tipo de
experimento es considerado el “estándar dorado” (gold standard) de la investigación
clínica moderna. Básicamente, consiste en
dividir al azar un conjunto de enfermos con
una determinada afección en dos grupos,
para luego administrar a uno de los grupos el
tratamiento que se está evaluando y al otro
un placebo indistinguible del tratamiento
verdadero. Ni los pacientes ni sus médicos
saben quién está recibiendo tratamiento y
quién placebo, con el propósito de evitar la
influencia de la subjetividad. Para que una
droga sea considerada efectiva tiene que demostrar ser superior al placebo en los resultados. El mismo método se utiliza también
para comparar dos o más tratamientos diferentes. La fortaleza de un RCT reside en que
permite determinar cuál es la eficacia de un
tratamiento, aislándolo de muchos otros factores del contexto. Su debilidad, en que las
conclusiones son válidas en el contexto del
propio experimento, pero difícilmente extrapolables al mundo real.
En homeopatía se ha recurrido a esta
forma de investigación con frecuencia creciente. A septiembre de 2018, la Fundación
Carstens, de Alemania, ha podido reunir y
listar en su base de datos de libre acceso
CORE-Hom, 1.240 ensayos clínicos homeopáticos.[43]
Un nivel aún más alto de calidad de
evidencia es el que se obtiene de los llamados metanálisis. Estos consisten en una revisión sistemática de todos los ensayos clínicos publicados acerca de un determinado tratamiento, a la que se le aplica procedimientos estadísticos de análisis que aumentan la
validez de sus conclusiones. Un metanálisis
positivo da cierta seguridad acerca de la eficacia de un tratamiento en una determinada
afección. En los últimos años se han publicado metanálisis con resultado favorable a la
homeopatía en el tratamiento de la rinitis
alérgica, alergia respiratoria e infecciones
del aparato respiratorio superior [44, 45, 46,
47, 48]; Arnica en la cirugía de rodilla [49];
la diarrea infantil [50]; el íleo posquirúrgico
[51]; las enfermedades reumáticas [52]; la
artrosis [53]; el vértigo [54] y de algunos
efectos adversos de los tratamientos oncológicos.[55]
En resumen, los pacientes suelen
consultar por varios problemas de salud simultáneos, acompañados de trastornos o malestares generales y anímicos. El homeópata
intenta abordar esta combinación compleja
en su totalidad, obteniendo a veces resultados positivos en todos los problemas y otras,
sólo en algunos. Por esto, puede afirmarse
que hay tratamiento homeopático para la
mayoría de los pacientes que se presentan en
un consultorio de medicina general.
¿Es científica la homeopatía? ¿Cuáles son las evidencias?
Dada la publicación de numerosos
estudios observacionales, ensayos clínicos
(RCTs), metanálisis, estudios comparativos
con otros tratamientos, estudios de costoefectividad e investigaciones básicas, algunos de ellos de alto impacto y mencionados
más arriba, la respuesta es evidentemente
que sí: la homeopatía es científica.
¿Desde cuándo? La homeopatía
debe ser considerada con justicia como una
11
farmacología experimental y científica
desde sus mismos inicios. Hahnemann propuso y llevó a cabo la experimentación sistemática en sí mismo y en voluntarios sanos
de las sustancias medicinales con el objeto
de conocer sus efectos.1
El primer RCT homeopático publicado data de 1943,[56] 5 años antes que el
primer RCT de la medicina convencional.[57] En aquel estudio, llevado a cabo durante la 2ª guerra mundial, se evaluó una pre-
paración homeopática de gas mostaza como
posible tratamiento de las quemaduras producidas por ese mismo tóxico en voluntarios
sanos. El medicamento resultó ser claramente superior al placebo. El contexto interesante de este experimento es que el Ministerio de Guerra británico estaba preocupado por el posible uso de gas mostaza por
el ejército alemán y los voluntarios fueron
los mismos médicos homeópatas de los hospitales homeopáticos de Londres y Glasgow.
En 1991, epidemiólogos independientes de la Universidad de Limburgo, Holanda, llevaron a cabo la primera revisión
sistemática de la investigación clínica homeopática, publicado por el British Medical
Journal. Evaluaron 106 RCTs homeopáticos, encontrando 81 con resultado positivo a
favor de la homeopatía. De los 23 RCTs con
mayor rigor metodológico, 15 arrojaron resultado positivo. Los autores de la revisión
concluyeron: “La cantidad de evidencia positiva aun entre los mejores trabajos fue una
sorpresa para nosotros. Basados en esta evidencia estaríamos listos para aceptar que la
homeopatía puede ser eficaz si sólo el mecanismo de acción fuera más plausible.”[58]
El primer metanálisis general de
RCTs homeopáticos fue publicado en The
Lancet en 1997. Allí fueron analizados 89
RCTs que cumplían con los criterios de inclusión predeterminados por los autores. El
tratamiento homeopático resultó 2,45 veces
superior al placebo. Incluso limitando el análisis a los 26 RCTs de la más alta calidad metodológica, el tratamiento homeopático era
1,66 veces superior al placebo. La conclusión de los autores fue: “los resultados no
son compatibles con la hipótesis de que los
efectos clínicos de la homeopatía son enteramente placebo.”[59]
En una nueva revisión de RCTs de
homeopatía individualizada publicada en
2014 y que restringe el análisis a aquellas investigaciones de extremadamente buena calidad metodológica, la homeopatía continúa
resultando superior al placebo.[60] Esto es
de una importancia mayúscula, porque la
mala calidad metodológica introduce incertidumbre en la confiabilidad de las conclusiones.
Sin embargo, en un metanálisis publicado también en The Lancet en 2005, se
compararon 110 RCTs homeopáticos apareados con 110 RCTs de tratamientos convencionales para las mismas afecciones. Una
primera, inesperada y llamativa observación
de los autores, es que los RCTs homeopáticos resultaron ser de mejor calidad metodológica que sus pares convencionales y de eficacia terapéutica comparable. Pero, aplicando a posteriori una serie de filtros arbitrarios no predefinidos, una grave falla metodológica que invalida las conclusiones, los investigadores seleccionaron sólo 8 RCTs homeopáticos y los compararon con 6 RCTs
convencionales, llegando a la conclusión de
que “los efectos clínicos de la homeopatía
son compatibles con efecto placebo.”[61]
Una comparación cuestionable porque se
trata de estudios para afecciones diferentes
en lugar de iguales, alterando así el protocolo, la intención original de la investigación
y atentando incluso contra el título de la publicación. Revisiones posteriores detectaron
y señalaron hasta qué punto los investigadores seleccionaron de manera sesgada el material, ocultaron información crucial y manipularon la metodología para poder seleccionar arbitrariamente 8 publicaciones que les
permitieran llegar a la conclusión de que la
homeopatía es placebo.[62, 63, 64] Según
afirma un investigador médico sueco, “para
concluir que la homeopatía carece de efecto
clínico, es necesario ignorar más del 90% de
los ensayos clínicos disponibles”.[65]
Más recientemente, un reporte del
National Health and Medical Research
Council (NHMRC) del gobierno australiano,
concluye que, después de “evaluar rigurosamente más de 1800 investigaciones
12
homeopáticas, no encontraron evidencias
confiables de que la homeopatía sea efectiva
en ningún problema de salud particular.”[66] Lo llamativo es que este estudio
utilizó una metodología nunca antes aplicada
en las revisiones de este tipo, definida a posteriori de la obtención de los datos y basó finalmente sus conclusiones en sólo 5 investigaciones, después de descartar las 1795 restantes. Peor aún y según se descubrió después, el NHMRC encargó dos veces la
misma investigación y ocultó sospechosamente los resultados del primer informe.
En notable contraste con lo anterior,
el llamado “informe suizo”, encargado por la
Oficina de Salud Pública del gobierno federal ese país a investigadores alemanes y suizos, concluye: “En los estudios clínicos, teniendo en cuenta los criterios de validez interna y externa, la efectividad de la homeopatía puede ser vista como clínicamente evidente, y segura cuando es aplicada por profesionales certificados.” Los resultados de
este informe y un referéndum llevado a cabo
en 2009 llevaron al gobierno suizo a incluir
la homeopatía en la seguridad social a partir
de 2011.[67, 68, 69]
Además de la investigación clínica,
en homeopatía también existe investigación
científica básica o de laboratorio, en los
campos de la física, la fisicoquímica y la biología. A quien le interese profundizar, dos
números de la publicación británica Homeopathy, los de octubre de 2009 y enero de
2010, están íntegramente dedicados a los
modelos biológicos utilizados en la investigación homeopática.[70, 71]
La Fundación Carstens mencionada
más arriba, ofrece la base de datos HomBRex,[43] con 2.410 experimentos básicos
indexados. Una revisión de estos experimentos mostró que el 90% tuvo por lo menos un
resultado positivo a favor de la acción biológica de las diluciones homeopáticas.[72]
Otra revisión encontró que 28 modelos experimentales habían sido replicados en 98
experimentos y que 70% de estos últimos tuvieron resultados comparables a la de los experimentos originales.[73] La replicación de
los experimentos con obtención de resultados comparables es un requisito fundamental de la investigación científica, porque aumenta la confiabilidad de los descubrimientos.
Otros campos de investigación creciente en homeopatía son la veterinaria y la
agronomía. La base de datos HomVetCR registra, a la fecha de este documento, 467 experimentos veterinarios.[43]
A quien le interese profundizar, en
2016 la Sociedad Científica por la Homeopatía (WissHom), de Alemania, publicó el
documento Estado actual de la Investigación en Homeopatía.[74] Un dossier de 2017
de la Revista de Homeopatía, de la Asociación Paulista de Homeopatía (Brasil), se encuentra íntegramente dedicado al estado actual de la investigación científica. Puede
consultarse en portugués [75] y en inglés.[76]
No deja de ser llamativo que del análisis del mismo conjunto de evidencias científicas se obtengan conclusiones opuestas y
contradictorias. Pero, muchas veces, los investigadores que afirman que la homeopatía
no funciona han dicho y escrito que no funciona porque no puede funcionar. Esta
creencia es en realidad un prejuicio anticientífico que lleva a mirar la evidencia científica
de manera sesgada, apelando a la noción de
plausibilidad. Pero la plausibilidad no es un
fenómeno real, sino una idea que está en la
mente de las personas.[77]
En conclusión, la homeopatía es una
disciplina con base científica, con evidencias
a su favor en todos los niveles de la investigación médica.
Otras preguntas frecuentes
¿Qué piensan los médicos homeópatas
de las vacunas?
Casi el 76% de los médicos homeópatas de hablas castellana y portuguesa está
a favor de las vacunas.[78] Al igual que sus
colegas, consideran que hay vacunas más necesarias, efectivas y seguras que otras. Este
dato es de importancia decisiva en el contexto actual de los movimientos antivacunas,
que erróneamente se atribuyen como vinculados a la homeopatía.
En toda vacuna se debe considerar la
relación entre su potencial beneficio y su potencial daño. Esta ecuación cambia de una
vacuna a otra y cambia también con el
tiempo, con la incidencia de las enfermedades y su potencial gravedad, de un país a otro
y con características de los pacientes como
su edad, el riesgo de padecer la enfermedad
13
que se quiere prevenir y el riesgo de sufrir
complicaciones en caso de padecerla. Debido a todos estos factores, no es posible hacer afirmaciones generales y mucho menos,
definitivas. Cuando el beneficio de una vacuna sobrepasa con creces el riesgo de su utilización, es natural inclinarse a su favor. Es
un hecho incontrastable que varias enfermedades gravísimas han sido erradicadas o casi
erradicadas, en gran medida gracias a las vacunaciones masivas. Ejemplos paradigmáticos son la viruela, la difteria, la poliomielitis,
el tétanos y el sarampión.
¿Qué pasa con la cirugía?
La cirugía es el tratamiento de elección en muchas enfermedades y problemas
de salud. Aunque existen algunas situaciones en las que a pesar de que la cirugía sea el
tratamiento convencional indicado, el tratamiento homeopático puede eventualmente
resolver el problema. Ejemplos de esto son
el tratamiento homeopático de las amigdalitis bacterianas a repetición [79] y las otitis a
repetición del niño. El buen resultado terapéutico en esta última patología fue en su
momento, el motivo más frecuente por el
cual las familias francesas se volcaban al tratamiento homeopático, según una encuesta
oficial hecha en ese país.[80]
¿Con qué se confunde la homeopatía?
Muchas veces se vincula erróneamente la homeopatía con otras formas de terapéutica complementaria con las que en
sentido estricto no tiene relación. Sin abrir
juicio sobre ellas, la homeopatía debe diferenciarse de la acupuntura, el naturismo, la
fitoterapia (tratamiento con plantas medicinales), el iridodiagnóstico (diagnóstico de
enfermedades a través de la observación de
alteraciones en el iris), la osteopatía, la quiropraxia, el ayurveda, la macrobiótica o la
terapéutica con extractos florales. La medicina antroposófica mantiene con la homeopatía una vinculación lejana.
¿Sirve la homeopatía para bajar de
peso?
En este tema conviene ser taxativo:
el tratamiento homeopático no hace bajar de
peso.
Engañosamente, en algunos ambientes y países, se pretende llamar tratamiento
homeopático a la utilización de preparados
farmacéuticos que contienen distintas combinaciones de anorexígenos (anfetaminas),
sedantes, laxantes, diuréticos y hormonas.
Esta es una práctica fraudulenta, ilegal y
riesgosa. Con el
mismo proceder,
también se promocionan falsos tratamientos homeopáticos destinados a
tratar enfermedades
de diversa índole. Los medicamentos usados
en estas prácticas se conforman de combinaciones diversas de fármacos convencionales
y son fáciles de reconocer, ya que contienen
una lista de sustancias químicas de nombres
difícilmente legibles o en clave y son presentados en forma de comprimidos o en cápsulas.
¿Cuánto dura un tratamiento homeopático?
Esto depende de las características
de la afección, de su gravedad y su antigüedad, de la vitalidad y capacidad de reacción
del enfermo, de sus hábitos y condiciones de
vida, de la coexistencia de otras enfermedades y de los tratamientos previos que este
haya efectuado. La respuesta terapéutica
suele ser mejor en niños y en pacientes vírgenes de tratamientos previos.[37]
Es importante el concepto de que el
tratamiento no produce mejoría de los síntomas sólo mientras es administrado el medicamento, sino que desencadena una reacción
curativa tanto más rápida y profunda cuanto
mayor es la vitalidad del paciente y al revés,
más lenta cuanto más tórpida, crónica, antigua y grave sea la enfermedad. En las afecciones agudas la respuesta favorable es observable en minutos u horas. En cambio, en
las enfermedades crónicas la respuesta
puede comenzar a observarse de manera gradual en días o semanas. La mencionada reacción curativa persiste habitualmente luego
de la suspensión del tratamiento, a veces por
largos períodos.[38]
¿Cuánto cuesta un tratamiento homeopático?
El precio de venta de los medicamentos homeopáticos es históricamente
bajo, menor que el de sus "equivalentes"
14
convencionales. En los países iberoamericanos, el costo mensual de tratamiento con un
medicamento homeopático varía, en dólares
norteamericanos, entre aproximadamente $3
en México, Chile y Colombia, $5 en la Argentina, $6 en Brasil, $7 en Perú y $10 en
España. Los honorarios de los médicos homeópatas en su práctica privada no difieren
de los del resto de sus colegas. Debe considerarse que el tiempo que el médico homeópata dedica a sus pacientes en la consulta
suele ser mayor, probablemente el doble.[6]
Una investigación hecha en Francia
y publicada recientemente demostró que,
comparativamente, el costo global del tratamiento hecho por médicos homeópatas resultó 20% inferior al recomendado por médicos convencionales. Por costo global debe
entenderse el gasto total en que incurren el
sistema sanitario y los pacientes. Los investigadores concluyen: “El manejo de pacientes por médicos generalistas homeópatas
podría ser menos costoso desde una
perspectiva global y podría resultar de interés para la salud pública.”[81]
¿Existen especialistas entre los homeópatas?
La homeopatía se aplica mejor a las
grandes especialidades clínicas de la medicina, como son la clínica de adultos, la pediatría, la medicina de familia y la atención
primaria. Pero debido a que la homeopatía es
fundamentalmente una modalidad terapéutica, como tal puede ser utilizada en cualquier especialidad de la medicina y, de hecho, el número de especialistas que utilizan
medicamentos homeopáticos es creciente.
Por otro lado, las características intrínsecas de la homeopatía, que permiten
considerar al enfermo en su totalidad, terminan muchas veces llevando al médico que recurre regularmente a ella más allá de su especialidad. Es muy frecuente que los médicos homeópatas actúen como médicos de familia.
La homeopatía en el mundo
Uso de la homeopatía en el mundo, de acuerdo con la OMS (2004)
La homeopatía se encuentra muy difundida en el mundo entero. De acuerdo con
un documento de la OMS de 2004, es la
forma de tratamiento no convencional más
popular en los países con ingreso per cápita
anual superior a los USD15.000.[82] En Europa, continente en el que la homeopatía alcanza la máxima popularidad, de acuerdo
con un informe comisionado por el
15
Parlamento Europeo, 3 de cada cuatro habitantes la conocen y un 29% la utilizan.[83]
En la Argentina, según una encuesta
encargada por el diario Clarín, 93% de los
encuestados la conocen, 40% la han utilizado alguna vez y 16% la usan regularmente.[84]
En Francia, el 36% de la población
recurre regularmente a la homeopatía y el
44% de los profesionales de la salud la utiliza, incluyendo el 95% de los médicos generales, dermatólogos y pediatras.[85]
En España, un tercio de la población
utiliza o ha utilizado la homeopatía y 82% de
éstos afirman encontrarse satisfechos o muy
satisfechos con los resultados obtenidos.[86]
En los Estados Unidos, de acuerdo a
las estadísticas oficiales, 5 millones de adultos y 1 millón de niños utilizan homeopatía.[87, 88]
En la India, 100 millones de personas (10% de la población) dependen de la
homeopatía como único recurso de atención
médica. Hay 200.000 homeópatas registrados con formación universitaria de 6 años,
aunque no son estrictamente médicos en el
sentido occidental. Los hospitales públicos
homeopáticos cuentan con un total de 11.000
camas.[89, 90, 91] Un ministerio del gobierno se ocupa directamente de las cuestiones vinculadas con la homeopatía.[92]
Ocho países incorporan la homeopatía en sus sistemas públicos de salud: Francia, la región de Toscana (Italia), Alemania,
Suiza, India, Pakistán, Brasil y México.[93]
La homeopatía es especialidad de la
medicina en Brasil (desde 1980), México,
Colombia, Costa Rica y Ecuador. En la India
los homeópatas son reconocidos como tales.
En el Uruguay ha sido declarada acto médico
por decreto del Poder Ejecutivo.
Los productos homeopáticos tienen
estatus legal de medicamentos en la mayoría
de los países del globo. La Argentina es en
esto una excepción. En los Estados Unidos
la elaboración y comercialización de los medicamentos homeopáticos se encuentra regulada por la Food and Drug Administration
desde 1938.[94]
La homeopatía se utiliza en hospitales públicos. Destacan por su importancia el
Royal London Hospital for Integrated Medicine (anteriormente llamado Royal London
Homoeopathic Hospital), que en la actualidad brinda sólo consultas externas, y el
Hospital Nacional Homeopático de la ciudad
de México, además de la existencia de
11.000 camas en hospitales públicos homeopáticos en la India.
Los médicos homeópatas se nuclean
en sociedades científicas y organizaciones
profesionales de orden nacional e internacional, para la promoción de la investigación, la
formación y la divulgación de la homeopatía.
Se enseña en muchas universidades
del mundo. En la Argentina, las Facultades
de Medicina de la Universidad Maimónides
y de la Universidad Nacional de Rosario
ofrecen enseñanza de homeopatía de posgrado para médicos.
Puede consultarse la situación legal
de la homeopatía en la Comunidad Europea
y en cada país europeo en particular en el sitio del European Committee for Homeopathy.[95]
Conclusiones
La homeopatía es una forma de tratamiento médico con más de 200 años de
historia. Está basada en la experimentación
de las sustancias medicinales en sujetos sanos, el fenómeno de la similitud, la utilización de pequeñas dosis y los principios de
individualización y totalidad del caso clínico.
Permite un abordaje global del paciente y funciona activando los mecanismos
de reparación y regulación. Es efectiva para
el tratamiento de numerosas dolencias y mejorar el bienestar y la salud general del paciente. Es muy segura y bien tolerada en todas las edades de la vida y en todas las situaciones clínicas, cuando es utilizada por
16
profesionales calificados. Es compatible con
otras formas de tratamiento.
Se sustenta en una amplia y creciente evidencia científica, tanto básica
como clínica, acreditada por miles de publicaciones en revistas científicas.
Su uso está extendido, es muy popular en casi todos los países del globo y cuenta
con un elevado nivel de satisfacción de los
pacientes. La utilizan unos 300 millones de
personas en el mundo entero.
Los médicos que la ejercen tienden
a integrarla con el tratamiento convencional
y su incorporación permite una sustancial reducción de utilización de medicamentos
convencionales y del costo de la atención
médica.
La homeopatía se enseña en universidades y se encuentra integrada a los sistemas de salud de varios países.
Agradecimientos
Se agradecen la lectura crítica y los
valiosos aportes y sugerencias de mejoras de
este documento efectuados por los médicos
homeópatas Silvia Waisse y Flávio Dantas,
del Brasil; Gualberto Díaz Sáez, de España
y Pedro B. Scala, de la Argentina, y a Támar
Salazar, por sus agudas e inestimables observaciones estilísticas y gramaticales.
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