Sed puros de corazón por el élder Bruce McConkie del Consejo de los Doce Sesión General de la mañana H e decidido dejarme guiar por el poder del Espíritu Santo, para decir aquellas cosas que el Señor desea que diga en esta ocasión. Me gustaría hablaros de la visión que tengo para el pueblo chileno. Puedo prever el día en que la séptima estaca en este país, sea setenta veces siete; puedo prever el día en que los 250 misioneros chilenos lleguen a ser miles; puedo prever el día en que los 30.000 miembros de la Iglesia en esta gran nación, lleguen a ser los miles de Efraín y los miles de Manases de los cuales hablan las Escrituras; puedo prever el día en que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días sea la mayor influencia de esta nación. Puedo ver el día en que el Señor derrame abundantemente sus bendiciones sobre Chile, debido al gran número de miembros justos de la Iglesia que viven aquí. Sois bendecidos por pertenecer a una gran nación. El Señor ha preparado a las naciones de Norte y Sudamérica para poder establecer la Iglesia en esta dispensación. Ya nos hemos establecido. eficientemente en Norteamérica y ahora ha llegado el día en que esta misma habilidad y fortaleza espiritual se esparza por todas las naciones de Sudamérica. El Señor está levantando un selecto número de líderes en cada nación. Aquí mismo tenemos aquellos que tienen la capacidad para ser Representantes Regionales, presidentes de estaca y presidentes de misión. Aquí tenemos aquellos que tienen la habilidad para dirigir y guiar la Iglesia en esta parte de la viña del Señor, y esto continuará. El gran Profeta del Libro de Mormón, Nefi, cuyos pies quizás hayan p¡- 50 sado las tierras de Chile, vio en visión lo que habría de ser en los últimos días. El vio que la Iglesia del Cordero de Dios estaría en toda la superficie de la tierra; vio que los Santos del Cordero estarían en todas las naciones hablando todas las lenguas; vio que el pueblo del convenio se reuniría en cada nación; vio que habrían de encontrar oposición y resistencia por parte de las fuerzas del maligno; vio que habrían de tener la oposición del mal y la iniquidad. Pero también vio que estarían armados con el poder y la justicia de Dios, porque el Señor preservaría a su pueblo. Ese día está ahora amaneciendo; la Iglesia se está estableciendo en las naciones de la tierra; se están organizando estacas en los confines de la tierra. El profeta José Smith dijo que todo el norte y el sur del continente americano es Sión. No podéis tener una estaca de Sión a menos que esa parte de la tierra se haya convertido, y se convierta en una parte de Sión. Nuestras revelaciones nos dicen que Sión es "los puros de corazón," lo que significa que los puros de corazón de esta nación, los que buscan la verdad y la justicia, se reunirán en las estacas que se establecerán aquí. Ellos se ajustarán a los principios del evangelio sempiterno, lo que los hará puros de corazón. Y cuando un individuo llega a ser puro de corazón, adquiere el derecho de morar en Sión y la meta principal del puro de corazón, es llegar a morar con el Señor Dios del cielo. "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios." (Mateo 5:8.) Esta es una tierra bendita; este es un lugar donde el Señor quiere que su reino crezca; este es un lugar donde crecerá. En un grado pequeño, vosotros habéis sentido la efusión del Espíritu del Señor; esto es tan sólo un pequeño ejemplo, de lo que ha de ser. En el mes de abril de 1976, dije públicamente en Santiago que el día habría de llegar cuando haya un templo en Santiago, y hoy, os repito lo mismo. Podéis escribirlo en vuestros diarios íntimos puesto que ha de acontecer. No puedo deciros cuándo, pero ha de suceder. Antes de que se logre esta gran meta, tenemos una importante tarea que llevar a cabo: debemos llegar a ser puros de corazón en forma individual; debemos vencer al mundo; debemos seguir cuidadosamente el consejo que el presidente Kimball nos ha dejado hoy. Si permitimos que el evangelio de Jesucristo viva en nuestro corazón, nuestra alma se limpiará y perfeccionará, tendremos gozo y felicidad en esta vida, y seremos herederos de la vida eterna. Es en este día cuando hemos de establecer los cimientos de la obra que el Señor tiene preparada para este país. Recordad mis hermanos, que esta obra es verdadera; que es la obra del Señor y no de ningún hombre. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es el reino de Dios en la tierra, y como tal ha sido designada para prepararnos y calificarnos para poder llegar al otro reino de Dios, el Reino Celestial. El Señor; nos da |a sabiduría para saber lo que debemos hacer. Ruego para que Dios nuestro Padre, en su amor y misericordia, y de acuerdo con lo que El decida, derrame su Espíritu abundantemente sobre esta nación y su Iglesia. Y esto ha de suceder si nosotros hacemos aquellas cosas que sabemos debemos hacer. Y en el futuro, habrá miembros de la Iglesia que dirán a otros: "Quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es" (Éxodo 3:5). En el nombre de Jesucristo. Amén. bibliotecasud.blogspot.com