LA IMPORTANCIA DEL EJERCICIO FÍSICO EN LA VIDA DIARIA. Los estudios respaldan los efectos negativos del sedentarismo y los grandes beneficios de la actividad física regular tanto en el cuerpo como en la mente. Nuevas investigaciones siguen reafirmando la repercusión del sedentarismo en la esperanza de vida. la única investigación llevada Sobre la cantidad de calorías ingeridas, las dietas sanas y la cantidad de calorías que hay que quemar. Según un estudio realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Girona, la actividad física moderada durante al menos media hora durante 5 días a la semana, o incluso el ejercicio intenso durante al menos 20 minutos realizado 3 veces por semana, reducen casi un tercio el riesgo de mortalidad. Si se conocen los beneficios de la actividad física y las dietas equilibradas y saludables, ¿cómo puede ser que cada vez seamos más sedentarios? ¿Qué ha provocado este cambio de conducta en la sociedad? Como indicaba el Doctor Rafael Urrialde, responsable del área de Salud y Nutrición de Coca-Cola Iberia, durante su intervención en el XIV Seminario de Nutrición “Controversias, Debates y Avances en Nutrición” (2013) organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, “ El incremento sustancial del sedentarismo y la inactividad física está motivado por los cambios en los hábitos de vida de la población, tanto en los patrones alimentarios como de actividad física, y el descenso en el gasto energético en la vida cotidiana. Vivimos en un entorno que hace que las personas sean inactivas porque, entre otros factores, las nuevas tecnologías contribuyen a que todo resulte más fácil, moverse sea cada vez menos necesario y además las actividades de ocio sean cada vez más sedentarias”. La alimentación y el ejercicio físico van íntimamente ligados. Como demostró un equipo de la Universidad de Harvard, el ejercicio físico aumentaba la sensibilidad a ciertas señales de nuestro cuerpo, como la saciedad, y modificaba las respuestas del placer frente a la comida. Una de las herramientas de salud pública con mayor potencial para poner freno a la epidemia de la obesidad es la prevención mediante la práctica habitual de actividad física”.