LISTADO DE PREOCUPACIONES GENERAL

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Comité De Derechos Económicos, Sociales y Culturales – Sesión 46
Ginebra, del 23 al 27 de mayo de 2011.
Listado de Preocupaciones sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Mujeres de Argentina
Las organizaciones firmantes desean hacer llegar a los y las expertos/as del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la siguiente lista de preocupaciones para que sean
analizadas en la sesión del Grupo de Trabajo sobre Argentina a realizarse el próximo mes de
mayo de 2011.
En estos últimos años Argentina ha realizado algunos avances en materia legislativa y en la
implementación de políticas públicas garantizando ciertos derechos económicos, sociales y
culturales a las mujeres y a sectores de la población históricamente excluidos. Sin embargo,
aún persisten vulneraciones graves a los derechos humanos de las mujeres.
Principio de no discriminación (Art. 2, inc. 2)
Mujeres indígenas, afrodescendientes y migrantes.
Nos preocupa que los servicios públicos esenciales, fundamentalmente salud y justicia, no
cuenten con servicios de traducción en lenguas indígenas y minorías étnicas. Los operadores
del sistema de justicia no están capacitados en los derechos reconocidos a pueblos indígenas y
migrantes, cuyo desconocimiento tiene un mayor impacto hacia las mujeres indígenas y migrantes. Las mujeres de estos grupos sociales se ven expuestas a una mayor falta de garantías
legales por el racismo y la xenofobia, razón por la que están en condiciones de mayor vulnerabilidad frente al acoso, abuso sexual, maltrato físicos y sexuales.
Preocupa que el “Plan Nacer”, impulsado por el Ministerio de Salud de la Nación y que tiene
como objetivo brindar una cobertura médica a las mujeres embarazadas y niños/as hasta los 6
años de edad y sin obra social, exija entre los requisitos para acceder al plan poseer documento nacional de identidad. Esto resulta claramente discriminatorio para aquellas mujeres migrantes que se encuentren en situación migratoria irregular.
Mujeres y diversidad sexual.
Si bien la Cámara de Diputados/as de la Nación ha dado media sanción en el año 2010 a la
reforma de la Ley 23.592 sobre Actos Discriminatorios que incluye la discriminación por motivos de “género, identidad y expresión de género, orientación sexual” aún no se ha aprobado
por la Cámara de Senadores/as, evidenciándose sucesivas dilaciones en el tratamiento de dicha ley. Se percibe una mayor visibilización del reconocimiento de los derechos de las mujeres en cuanto a la diversidad sexual, no obstante, nos preocupa la ausencia, en la mayoría de
las provincias y municipios, de iniciativas gubernamentales que refuercen la promoción de los
derechos a la diversidad sexual y de lucha contra la lesbo-transfobia y la discriminación.
Asimismo, el Estado no ejecuta programas que tiendan a garantizar la eliminación de prejuicios y prácticas basadas en conceptos estereotipados sobre hombres y mujeres en los medios
de comunicación, lo cual contribuye a reforzar las actitudes discriminatorias hacia las mujeres
LBT.
1
Igualdad entre mujeres y varones. (Art. 3)
En el año 1999 este Comité encomió al Gobierno de la Argentina que “32 (…) adopte medidas para garantizar la igualdad de hecho y de derecho entre el hombre y la mujer en lo que
respecta al disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales”. Pese a esta recomendación, aún se evidencian desigualdades importantes en el acceso a los derechos.
Asignación universal por hijo/hija
Este beneficio social ha impactado favorablemente en los niveles de educación y acceso a la
salud, sin embargo, nos preocupa que esté diferenciada la persona a quien se otorga el beneficio de acuerdo a la situación laboral - padre o madre- de la persona que, en caso de separación
de la pareja, quede a cargo niños o niñas. Esta distinción perjudica a las mujeres en caso de
separación cuando el beneficio fue acordado al padre, ya que son las madres quienes quedan a
cargo del seguimiento del desarrollo escolar y sanitario de las niñas y niños.
Derecho al trabajo. (Art. 6 y 7)
Se observa un mercado laboral muy segmentado verticalmente, lo que hace que la mujeres se
concentren en puestos de menor jerarquía en cada ocupación, lo que implica puesto de trabajos peor remunerados, más inestables, sobre todo en el sector privado.
Brecha salarial: Se ha constatado que la capacitación técnica de las mujeres es cada vez mayor
y que acceden a cargos y funciones de mayor jerarquía en el mercado del trabajo, sin embargo
persiste la brecha salarial que, de acuerdo a la OIT, es la mayor en la región, alcanzando un
39%. De acuerdo a esta realidad, observamos la falta de campañas sostenidas en el tiempo
para eliminar los estereotipos de género que dificultan el desarrollo laboral y profesional de
las mujeres. Las responsabilidades domésticas y familiares persisten aún como tareas a cargo
exclusivamente de las mujeres.
Licencia por paternidad: Actualmente se está tratando en el Congreso de la Nación un proyecto de reforma de la licencia por paternidad de la Ley de Contrato de Trabajo. Dicha reforma
no equipara la situación de mujeres y hombres frente a las licencias por maternidad/paternidad, vulnerando el principio de igualdad ante la ley.
Acoso sexual: La sanción del acoso sexual en el trabajo sigue siendo un tema de desconocimiento del Estado, ya que no se establece sanciones penales y tampoco se regula uniformemente para el ámbito público y privado. Las mujeres, principales víctimas de acoso, no tienen
recursos que les garanticen efectuar la denuncia y seguir conservando su trabajo ya que deben
permanecer en el mismo ámbito laboral donde se desempeña su acosador, situación que las
lleva en la mayoría de las situaciones a silenciar el acoso o renunciar al trabajo.
Mujeres y diversidad sexual: La condición de lesbiana suele ser objeto de burla y discriminación en los espacios laborales. Si bien se han hecho avances en la materia, no existen campañas sostenidas de prevención y promoción de los derechos de igualdad de trato y de no discriminación en el trabajo por motivo de orientación sexual.
Mujeres migrantes, afrodescendientes y de pueblos indígenas. Resulta preocupante que las
oportunidades de empleo para mujeres migrantes y pertenecientes a pueblos indígenas estén
limitadas al servicio doméstico o sector informal1. Las mujeres de estos grupos padecen discriminación basada en el género, la xenofobia y el racismo. Las niñas migrantes conforman
una buena parte de la población infantil sometida a situaciones de trabajo debido a su participación en actividades económicas de la familia.
Trabajo rural de mujeres. Conforme los últimos datos censales disponibles sobre población
laboral rural activa, surge que un gran número de trabajadores y trabajadoras se encuentran en
el sector de trabajo no registrado, no gozando de seguridad social. La proporción de mujeres
1
En la provincia de Jujuy el 94,1 % de las mujeres indígenas de las comunidades emigran a la ciudad para emplearse como empleadas domesticas.
2
en estas condiciones de trabajo informal es mayor que la de los varones y no se conoce qué
acciones, programas y mecanismos está implementando el Estado para revertir esta situación2.
Derecho a la salud (Art. 12)
Este Comité en el año 1999, recomendó a la República Argentina a que “38 (…) examine sus
políticas de salud y, en particular, a que preste atención a las cuestiones de salud mental, mortalidad materna, embarazos en la adolescencia y VIH/SIDA, y a que le facilite datos estadísticos suficientemente amplios en su próximo informe periódico”. Sin embargo, aún no se han
resuelto graves problemas que afectan la salud de las mujeres.
Derechos reproductivos:
Anticoncepción: Nos preocupa que los esfuerzos que hace el Estado para prevenir embarazos
no deseados, sean escasos y fragmentados. A pesar de la legislación que formalmente garantiza el acceso de la ciudadanía a cualquier tipo de anticoncepción de manera gratuita, incluida
la de emergencia, hay un elevado índice de mujeres que ve limitado su acceso efectivo, así
como de información adecuada.
Embarazo adolescente: Preocupa el crecimiento de las tasas de fecundidad en adolescentes,
evidenciándose una clara diferencia en detrimento de las mujeres migrantes, lo cual repercute
negativamente en su salud sexual y reproductiva. Asimismo, las tasas de embarazo
adolescente de mujeres migrantes son más altas en ciudades del norte del país en comparación
con el resto. Existen muy pocas investigaciones en el ámbito oficial sobre derechos sexuales y
reproductivos en la adolescencia. Preocupa en particular que la escasez de servicios amigables
que garanticen la confidencialidad para la atención de las/los jóvenes, el respeto a las
diversidades y que sean sensibles al género sea un impedimento para la prevención del
embarazo adolescente.
Abortos Inseguros y Abortos No Punibles: Preocupa que las barreras legales de acceso a
servicios de aborto seguro continúan impactando en la vida y la salud de las mujeres, ya que
la penalización del aborto desalienta a las mujeres a acudir a servicios de salud reproductiva
por temor a la denuncia penal y al maltrato del personal de las instituciones públicas de salud,
asimismo la penalización disuade a los médicos a realizar las prácticas en cualquier
circunstancia, aún las legales. A pesar que existen dos casos de abortos no punibles en el
Código Penal, las mujeres que deciden hacer uso de ese derecho ven permanentemente
obstaculizado el acceso a su ejercicio por varias razones: 1) desde los efectores de salud se
tiende a judicializar los casos, sometiendo a las mujeres y niñas a trámites innecesarios,
humillantes y que impiden en concreto el acceso rápido y eficaz al derecho; 2) buena parte de
los/as profesionales de salud se niegan a realizar esas prácticas amparándose en la objeción de
conciencia; 3) no existen protocolos hospitalarios para todo el territorio argentino para la
implementación de los dos casos de abortos no punibles que garantice la realización de ese
derecho para las mujeres.
La violencia y la salud de las mujeres. Si bien este Comité señaló en el año 1999 que Argentina debía “39. (…) intensificar su lucha contra el problema de la violencia contra la mujer, en
particular la violencia doméstica”, el crecimiento de las situaciones de violencia familiar, incluyendo los femicidios, van en aumento. A pesar de la existencia de la Ley de Protección
Integral a las Mujeres, los servicios de atención primaria de la salud no consideran a la violencia de género como un problema de salud - y sí como un hecho de la vida privada. Esta
situación contribuye a la escasa detección, a la falta de comunicación y/o articulación entre
servicios de salud y otras áreas gubernamentales de prevención y asistencia. De esta manera
muchas enfermedades y síntomas3 no son relacionadas con el padecimiento permanente de
2
Ver http://www.indec.mecon.ar/nuevaweb/cuadros/4/cuadro14_4.xls
3
Por ejemplo, asma, tabaquismo, depresión, trastornos alimentarios, de transmisión sexual (con mayor prevalencia
el HPV y HIV), cáncer, problemáticas como pérdidas de embarazo, abortos en condiciones inseguras, violación en la pareja o
impedimentos para la utilización de métodos anticonceptivos, así como síntomas inespecíficos: hipertensión, dolores de cabeza, diarreas, nacimientos prematuros, infecciones urinarias, quemaduras, fracturas, o la interrupción de los tratamientos.
3
situaciones de violencia. En consecuencia, la falta de abordaje integral de la salud de las mujeres conlleva a que los pocos recursos disponibles (programas de prevención y asistencia en
violencia) no llegan a sus destinatarias, perjudicando severamente la salud. Por otra parte, la
falta de formación de los equipos de la salud en la perspectiva de género así como la fragmentación de la atención inciden directamente en la prevención y asistencia de las problemáticas
de salud.
Mujeres indígenas y migrantes. Los bienes y servicios de salud son inaccesibles geográficamente en su mayoría para las comunidades indígenas, no tienen en cuenta singularidades lingüísticas ni étnicas, situación que afecta a las mujeres y niñas que son quienes más concurren
a los servicios de salud. El personal de salud no se encuentra capacitado para responder a las
necesidades concretas de las personas pertenecientes a pueblos indígenas y migrantes, en relación con los cuidados preventivos, prácticas curativas, medicinas tradicionales.
Mujeres y diversidad sexual. No existen datos estadísticos desarrollados por organismos estatales ni investigaciones oficiales que den cuenta de la magnitud, características y modos de
prevención de enfermedades de transmisión sexual específicas de mujeres que desarrollan
prácticas homosexuales. Tampoco hay programas de formación a profesionales de la salud ni
campañas de difusión oficial que contemplen las necesidades de las mujeres lesbianas en relación con la atención en su salud sexual. La atención ginecológica sigue desarrollándose desde
una concepción hegemónica de prácticas heterosexuales por parte de los y las profesionales
excluyendo las prácticas homosexuales o bisexuales y obligando a mujeres lesbianas o bisexuales a silenciar su condición o no regresar más a la consulta por sentirse discriminadas.
Nos preocupa que el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, que impacta a través de los ministerios provinciales de salud, no posea como beneficiarias directas a
las mujeres lesbianas y bisexuales en los servicios de salud que presta. También se observa
que la diversidad sexual no es una de sus prioridades en cuanto a acciones, recursos, proyectos, etc.-
Derecho a la educación. (Art. 13)
El acceso pleno al derecho a la educación continúa siendo en Argentina una asignatura pendiente y su no cumplimiento presenta graves consecuencias para las mujeres. En primer lugar,
resulta difícil encarar una solución a los problemas educativos por la ausencia de un diagnóstico integral de los mismos. Existe un vacío en la legislación respecto de si la educación pública estatal debe ser laica o no confesional, razón por la cual, cada provincia dicta sus propias
leyes. Así el caso de la provincia de Salta que ha sancionado recientemente una ley de enseñanza religiosa en las escuelas públicas. La profunda tradición católica de varias regiones de
nuestro país, sobre todo en el Noroeste y Noreste acarrea en muchos casos, un principio de no
separación clara entre la autoridad de la Iglesia Católica y la del Estado. Esto genera que el
derecho a una educación pública laica se vulnere, tanto en las normas como en las prácticas.
Falta de mantenimiento en el sistema educativo. En general, se percibe un aumento de las
oportunidades de acceso de las mujeres a los sistemas educativos, sin embargo, en el sistema
escolar hay una diferenciación en la progresión educativa, desigualdad en la calidad educativa
por motivos de género. Nos preocupa la situación de las adolescentes madres en materia de
asistencia escolar. El porcentaje de jóvenes de 14 a 17 años que concurre a un establecimiento
educativo desciende notablemente entre quienes han sido madres4. Si bien la brecha es significativa en todas las jurisdicciones, la intensidad es mayor en aquellas provincias con mayores
niveles de pobreza, como Chaco o Misiones, en las cuales menos de un tercio de las jóvenes
que fueron madres están en el sistema educativo.
Ley de Educación Sexual Integral
4
En efecto, la tasa de asistencia promedio para este tramo etáreo es de 84.5%; entre las adolescentes con al menos
un hijo el porcentaje que asiste es solo el 39.7%.
4
En el año 2006 se sancionó la Ley de Educación Sexual Integral, sin embargo, su aplicación
resulta sumamente diferenciada en todo el territorio del país. En muchas provincias, primordialmente en las del Noroeste, todavía se sigue desconociendo y rechazando los lineamientos
para su aplicación. En otras, los contenidos de la ley han sido deformados y enmascarados.
Todo ello perjudica principalmente a las niñas y adolescentes que son quienes padecen situaciones de embarazos no deseados, acoso y abuso sexual, trata, violencia en el noviazgo. En
general, las/los docentes encargadas/dos de la aplicación de la ley desconocen las normativas
que protegen los derechos de las mujeres, fundamentalmente las relativas a la salud sexual y
salud reproductiva, aborto no punible, etc. No hay estrategias diferenciales que contemplen
las necesidades de las distintas jurisdicciones, las pautas culturales y sociales de la comunidad, las percepciones y actitudes de la comunidad educativa y las necesidades diferenciales de
varones y mujeres. Asimismo, la ausencia de recursos presupuestarios y la inexistencia de
diagnóstico resaltan la fragmentación y desarticulación del sistema. Esto se ve profundizado
por la falta de mecanismos que obliguen a los gobiernos locales a la aplicación de la ley. Al
mismo tiempo, nos preocupa que desde la mayoría de los cultos religiosos, principalmente la
Iglesia Católica, se promueve explícitamente una fuerte negación de la perspectiva de género,
reforzando los mandatos biologicistas, androcéntricos y homofóbicos y, esta tendencia no es
contrarrestada por programas de educación laica estatal.
Mujeres indígenas, afrodescendientes y migrantes. Las desigualdades en las oportunidades
educativas se manifiestan de manera más intensa en niñas y mujeres adultas pertenecientes a
estos grupos sufriendo mayor discriminación y exclusión en los distintos niveles educativos.
Las cifras de analfabetismo de mujeres y niñas de pueblos indígenas, afrodescendientes, migrantes y sectores socioeconómicos desfavorecidos continúan en aumento y/o persisten en su
número.
Mujeres y diversidad sexual. No hay campañas educativas ni iniciativas en medios masivos de
comunicación que transmitan un sentido respetuoso de la diversidad afectivo sexual y la expresión e identidad de género. Tampoco existen políticas educativas para proteger a las niñas
del abuso y la discriminación por su orientación sexual y / o identidad y expresión de género.
Organizaciones firmantes:

Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer
(Cladem)

Instituto de Género, Derecho y Desarrollo (Insgenar)

Casa de la Mujer, Puerto Madryn

Diversx – Chubut

Grupo Desde el pie, Rosario.

Católicas por el Derecho a Decidir

Cero en Conducta, Santiago del Estero.
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