La política en femenino Género y poder en la provincia de Buenos Aires Laura Masson Ce ntro de Antropología Social Verónica Trpin E A Foto de tapa: gentileza de Adrián Pérez. ra 1 edición, abril de 2004, Editorial Antropofagia. Laura Masson La política en femenino : género y poder en la provincia de Buenos Aires. - 1ª. ed.– Buenos Aires : Antropología, 2004. 140 p. ; 13x21 cm.- (Etnográfica) ISBN 987-20018-7-1 1. Antropología Social. I. Título Queda hecho el depósito que marca la ley 11 723. No se permite la reproducción parcial o total de este libro ni su almacenamiento ni transmisión por cualquier medio sin el permiso de los editores. Serie Etnográfica Directores: Rosana Guber Es Ph.D. en Antropología, Johns Hopkins University, EE.UU y directora del Centro de Antropología Social del IDES, investigadora CONICET-IDES y Coordinadora Académica de la Maestría de Antropología Social de la Universidad General San Martín, y profesora del Programa de Posgrado en Antropología Social de la Universidad Nacional de Misiones. Ha llevado a cabo investigaciones de campo en identidad étnica (judíos), residencial (“villeros”) y nacional (ex soldados argentinos en el Teatro de Operaciones Atlántico Sur, 1982). Desde 1989 investiga las memorias de los argentinos sobre la guerra de Malvinas (¿Por qué Malvinas? De la causa nacional a la guerra absurda, FCE, 2001; De chicos a veteranos. Memorias argentinas de la guerra de Malvinas, Antropofagia, 2004). También ha publicado artículos y volúmenes sobre el trabajo de campo etnográfico (Etnografía. Método, campo y reflexividad, Norma, 2001; El salvaje metropolitano. 2 ediciones, Paidós, 2004) y sobre la historia de la antropología argentina (con Sergio Visacovsky, comps., Historias y estilos de trabajo de campo en la Argentina, Antropofagia, 2002). Federico Neiburg Doctor en Antropología Social (Museu Nacional, Universidad Federal de Rio de Janeiro), profesor en el Programa de Posgrado en Antropología Social en el Museo Nacional (Rio de Janeiro) e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CNPq, Brasil). Es autor, entre otros, de Identidad y Conflicto en la Sierra Mazateca (ENAH, 1988) y Los intelectuales y la invención del peronismo (Alianza, 1998). Es coeditor del libro Antropologias, Impérios e Estados Nacionais (Relume-Dumará 2002, junto com Benoit de l’Estoile y Lygia Sigaud) e Intelectuales y expertos. La producción del conocimiento sobre la sociedad en Argentina (Paidós 2004, junto con Mariano Plotkin). Ha publicado numerosos artículos en revistas nacionales y extranjeras, tratando específicamente de asuntos relativos a antropología de la política y a la historia social de la antropología. Actualmente desarrolla una investigación comparativa sobre las culturas económicas en Argentina y Brasil con apoyo de la John Simon Guggenheim Foundation. A la memoria de mi mamá Indice Prólogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 Eduardo Archetti Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Capítulo 1: Candidaturas Estratégicas . . . . . . . . . . . . . . . . 29 1. Día Internacional de la Mujer: ¿Mujeres en Campaña? . . . . . . 32 La tentativa de “despolitización” . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 2. La construcción de biografías . . . . . . . . . . “Chiche Duhalde, la Gobernadora” . . . . . . . “Chiche Duhalde. Evita de las manzaneras” . . . “La dama de Duhalde”. . . . . . . . . . . . . . “Vidas paralelas”. . . . . . . . . . . . . . . . . Notas de Opinión: La palabra de los especialistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 40 43 46 49 52 3. Las candidatas por sí mismas . . . . . . . . . Prólogo y presentación. . . . . . . . . . . . . Turning Points: el ingreso a la política . . . . . Razón y emoción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 56 57 58 . . . . Capítulo 2: La institucionalización de una identidad . . . . . . . . . 71 1. Consejo Provincial de la Mujer: el lugar de las “profesionales” . . 72 2. La acción social en manos de mujeres. . . . . . . Un cambio de imagen: la mujer junto al hombre . . Las mujeres como mediadoras . . . . . . . . . . . La legitimidad simbólica de las nuevas tareas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 79 80 84 3. Devolverle el poder a la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86 Consejo Provincial de la Familia y Desarrollo Humano. . . . . . . 91 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas. . . . . . . . . . . . . 99 1. Las Manzaneras . . . . . . . . . . . . . . . . . . ¿Qué es una manzanera? . . . . . . . . . . . . . . ¿Cómo una mujer se convierte en manzanera?. . . . ¿Cuál es la función destinada a las manzaneras? . . . ¿Por qué las manzaneras deben ser de sexo femenino? Las manzaneras y la política. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 104 105 106 112 113 2. Las Consejeras Ejecutivas: un grupo de mujeres amigas de la Señora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116 9 3. Las referentes municipales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122 Las Consejeras Consultivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 Alajuela: un caso particular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125 Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 Otras Fuentes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 10 Prólogo La política social y las manzaneras E l libro de Laura Masson se inscribe, sólidamente, en una tradición etnográfica que llamaría de las ‘sociedades complejas’ y que ha sido cultivada con gran plasticidad en las universidades brasileñas en donde la autora se formó. En contextos sociales y culturales usualmente dominados por las prácticas discursivas orales la reconstrucción y la escritura antropológica siguen de cerca el habla cotidiana, los cantos, los relatos y las oraciones. En contextos embebidos por las ‘grandes tradiciones’ los discursos se articulan o, mejor, se expresan en buena parte a través de lo escrito (y la lectura). Antropólogos trabajando en sociedades complejas con una vasta tradición literaria están expuestos al dilema de la elección de una variedad de textos escritos para una mejor comprensión de la realidad. Confrontados a una jungla densa de productos textuales las estrategias pueden variar ya que el énfasis puede estar en el consumo y el impacto de la lectura en los informantes o, simplemente, en la lectura que el observador hace de textos escogidos a los efectos de entender las implicaciones de lo escrito en la construcción de fenómenos culturales. Para entender los vericuetos de la política bonaerense y el rol determinante de Hilda Duhalde, Masson, con pericia, nos lleva, primero, a un viaje por la prensa escrita, los ensayos políticos y las autobiografías. Paulatinamente vemos cómo la esposa del gobernador Duhalde se transforma en ‘Chiche’ y se define como hija, hermana, esposa, madre y pronto abuela. Al mismo tiempo es, antes que nada, una mujer de afecto y convicciones sociales fuertes. Su condición femenina hace posible la enumeración de todos los roles que ponen en el centro de su mundo social y simbólico a la familia. La política necesita de la sensibilidad femenina y es lo que une a Chiche con las manzaneras. El poder desnudo de la política se desdibuja y aparecen como dimensiones imprescindibles el amor, la comprensión y la entrega por la gente necesitada. Sin la Chiche y sus manzaneras parece que no hubiera espacio para la moral cristiana en la política. Eduardo Duhalde y su mujer no son un ‘matrimonio peronista’ más sino casi un ‘matrimonio perfecto’: muchos hijos, creyentes, generosos, considerados y preocupados por los dramas sociales de la Argentina de la década menemista. Hubo en el peronismo otros matrimonios más famosos pero sin hijos, como el de Perón y Evita, y otros en disolución como el de Menem y su esposa. Masson, de un modo brillante, muestra el modo en que la política se convierte en un paradigma de la consagración de lo doméstico en la esfera de lo público. El Estado convierte a las ‘madres y esposas’ en ejes de la política social y el ícono ideal es la vida ejemplar de Chiche Duhalde. La lectura atenta y crítica de los documentos, leyes y decretos que están por detrás de la política social implementada por el Consejo Provincial de la 11 Familia y Desarrollo Humano a partir de 1995 es otra de las grandes virtudes de este libro. Masson define, con certeza, este proceso investigativo como la producción de una ‘etnografía de los documentos’ que permite ver cómo las modificaciones del ámbito legislativo y burocrático se corresponden con la propaganda política de la facción gobernante y con el ingreso de un nuevo grupo de mujeres portadoras de un determinado tipo de capital social. Es un gran logro del libro demostrar que las leyes fueron la forma en que se cristalizaron intereses y, al mismo tiempo, impusieron a través de la definición de ‘problemas sociales’, una visión del mundo. Ahora bien, podríamos aceptar que, tradicionalmente, no hay antropología social sin una inmersión en la vida social, o sea, que parte del trabajo esté basado en la observación participante. Esta es también otra de las bondades indudables de la obra de Masson. El Plan Vida de la provincia de Buenos Aires se hizo a través de las manzaneras. ¿Quién es manzanera? Masson muestra que una manzanera es una mujer ‘pobre’ o ‘humilde’ que tiene vocación de servicio, es aceptada por sus vecinos, no trabaja fuera del hogar y en su casa no hay un comercio o funciona como lugar de reunión de partidos políticos. Las manzaneras son el eje de una red de distribución de alimentos pero también controlan los embarazos y participan activamente en la lucha contra la violencia doméstica. La etnografía cuidadosa de la autora nos enseña que la particularidad del Plan Vida reside no sólo en la incorporación efectiva de miles de mujeres a la política provincial, sino también en la inversión en la producción simbólica dedicada a reivindicar el trabajo de las mujeres manzaneras. Actos, premios, regalos, diplomas y festejos articulan la constante relación entre las manzaneras y los burócratas y políticos provinciales. Las políticas permanentes de capacitación son, en ese sentido, importantes para que ellas adquieran un capital social y de conocimiento que realce la posición de poder local que obtienen. Las observaciones de Masson en la municipalidad de Alajuela son ricas y permiten entender por qué fue posible poner a las mujeres en el centro de la escena social al enfatizar la importancia de la familia y de los valores morales asociados a ella. Este libro es imprescindible para entender un capítulo importante en la historia social y política de la provincia de Buenos Aires durante el reinado del matrimonio Duhalde. Es también ejemplar ya que ilustra los vericuetos de las formas de integración de la mujer en las políticas estatales. Masson, con maestría, demuestra que la propuesta de Chiche Duhalde es una respuesta al feminismo en boga. Ella intenta convertir su trabajo social en una actividad apolítica, que por encima de todo interés sectorial partidario incorpora lo universal femenino. Convocar a las mujeres bonaerenses pobres a luchar por sus hijos, por su familia es afirmar valores tradicionales y reconocerles virtudes morales excepcionales. La etnografía de las manzaneras merece ser aplaudida y su lectura especialmente recomendada. Eduardo P. Archetti 12 Agradecimientos E ste libro es la reelaboración de mi tesis de maestría presentada en el Programa de Posgrado en Antropología Social (PPGAS/Museu Nacional) de la Universidad Nacional de Río de Janeiro, Brasil. Quiero agradecer el apoyo de las personas que forman parte de esta institución. Especialmente a mi orientador, Federico Neiburg, por la comprensión, atención y entusiasmo por mi trabajo, que hicieron posible llegar hasta el final de esta ardua tarea que es escribir. A los profesores por su cordialidad, estímulo intelectual y los diálogos que han enriquecido mi tarea. Particularmente quiero mencionar a Luis Fernando Dias Duarte, Ligya Sigaud, Marcio Goldman, Moacir Palmeira y Beatriz Heredia. También debo mi gratitud a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNCPBA) donde cursé mis estudios de grado. Las personas que allí conocí, muchos de ellos hoy mis amigos, hicieron posible de una manera u otra que la idea, en principio lejana, de realizar un posgrado se haya convertido en realidad. Este trabajo fue posible con el apoyo financiero del Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq) y de la UNCPBA y la Facultad de Ciencias Sociales en el marco del Programa FOMEC. Mis compañeros de “turma” siempre fueron una grata compañía y en muchos casos una inestimable ayuda. Tuve la suerte de compartir la experiencia de un país nuevo con dos compañeros, Jorge y Hernán, que acabaron convirtiéndose en mis “hermanos”. Quiero agradecer a Anabela, por haberme recibido en su casa y en su ciudad. A los funcionarios del Consejo Provincial de la Familia y Desarrollo Humano por su tiempo, su buena disposición y por su confianza, especialmente a mis “informantes”, Alicia, Diana y Julián, que lograron que muchas veces me sienta como “en casa”. A Adrián Pérez, por la excepcional foto de tapa que dice más que muchas palabras, a Alejandro Elias, Agustín Maurin y Hernán Di Menna por facilitarme el acceso a imágenes y a numerosas notas de diarios y revistas. A mis amigos Cristina Patriota, João Felipe Gonçalves, Arimatheia Alvarenga de Moura, María Lucia Macedo Cardoso, Kaori Kodama y Gabriela Scotto que estuvieron muy cerca en todo momento. A Virginia Vecchioli, Sabina Frederic, Horacio Sívori y Laura Zapata, mis amigos e interlocutores de los últimos años. A Lili, Silvia y Vivi por las interminables conversaciones telefónicas. A Marcelo por acompañarme incondicionalmente y con mucha paciencia en mis proyectos. A mi familia por hacerme sentir cerca de ellos a pesar de las distancias, especialmente a mi papá, mis hermanos y a Marianela, Julieta, Agustín, Luciano y Bautista. Cuando escribí estas páginas todavía estaba tratando de habituarme a la au13 sencia irremediable de mi mamá. Este libro está dedicado a su memoria por haber sido siempre mi principal fuente de estímulo. La idea de un libro que forme parte de una colección fue posible gracias a la iniciativa y el empuje de un proyecto conjunto. Quiero agradecer a todos los colegas que se comprometieron en esta tarea, con los que he compartido objetivos y preocupaciones. Finalmente, a los directores de la colección por promover la difusión de la etnografía y haber hecho posible que los proyectos individuales se conviertan en una apuesta colectiva. 14 Introducción E ste libro trata sobre la construcción de las identidades de género desde tres espacios específicos de poder: los medios masivos de comunicación, la creación de leyes y organismos estatales, y la implementación de políticas sociales desde la administración pública. La provincia de Buenos Aires durante el período de gobierno 1995-1999 constituyó un espacio privilegiado para analizar estos temas. En las elecciones legislativas de 1997 fue la primera vez que dos mujeres encabezaron las listas de candidatos a diputados nacionales de los principales partidos políticos. Por otra parte, el estado provincial nunca antes había incorporado una cantidad tan importante de mujeres en la participación y ejecución de las políticas sociales como a partir de 1996. La forma en que esta nueva iniciativa fue llevada adelante también resultó absolutamente novedosa: combinó lo más moderno en materia de políticas sociales, incorporando profesionales que se legitimaban a través de sus títulos universitarios, con las imágenes más tradicionales asociadas a la identidad femenina. Si bien los temas de los que me ocupo en estas páginas hacen referencia a un momento y lugar específicos de un pasado reciente -aunque por la velocidad de los cambios pareciera remoto-, esta investigación trata sobre una dimensión de la sociedad y la cultura política argentina de profunda raíz histórica. Ciertamente, los eventos analizados poseen una vigencia que va más allá de la efervescencia adquirida en circunstancias delimitadas temporal y espacialmente y permiten comprender aspectos centrales de las relaciones entre género y política en la historia y en la sociedad argentina. A diferencia de las acusaciones a la política y a los políticos que abundan en la prensa, y también en textos académicos, mi objetivo no es presentar juicios sobre las formas “correctas” de hacer política. Tampoco pretendo desnudar posibles “manipulaciones” mediáticas ni calificar la pertinencia y/o transparencia de las políticas sociales implementadas en la provincia de Buenos Aires para paliar la pobreza. En términos generales puede decirse que, por los temas tratados, este libro se sitúa en la intersección de la Antropología de la política y de la Antropología del Estado. A grandes rasgos, se trata de utilizar las herramientas que la Antropología social ha desarrollado durante años en el análisis de sociedades, a nuestros ojos exóticas, para estudiar nuestra propia sociedad con una mirada distanciada a fin de permitirnos comprender los hechos sociales más allá de la valoración que como partícipes podamos tener de los mismos. La Antropología de la política busca comprender la política y el estado a través de los términos en que éstos son concebidos y sentidos por quienes en ellos participan. También busca mostrar que la política y los políticos no perte15 Introducción necen a dominios sociales aislados, sino que su existencia y sus prácticas están impregnadas en el tejido social. En el examen acerca del Estado busco estar atenta a las dos dimensiones de la existencia del mismo. Una en la que el Estado se presenta como una entidad que actúa a través del reconocimiento de derechos, la implementación de políticas, la creación de leyes, etc. La otra en la que se revela como un universo social donde agentes diversos mantienen relaciones de competencia e interdependencia. Mientras que en la primera dimensión, aparece como una entidad con fronteras definidas, en la segunda, el Estado no tiene fronteras claras, sino ambiguas y porosas (L’Estoile, Benoit de et al., 2000). La heterogeneidad que caracteriza la construcción del objeto de estudio de este trabajo es producto de una toma de posición consciente acerca de las formas de hacer investigación social y una consecuencia de las perspectivas arriba mencionadas. Supone privilegiar el análisis de eventos diversos como una forma de mostrar que la política y el estado se construyen en ámbitos que superan aquellos que les son tradicionalmente asignados, y que las fronteras entre dominios sociales merecen ser problematizadas. Por otra parte, cada uno de los eventos descriptos en este libro posee características que permiten reflexionar sobre principios y mecanismos que exceden la coyuntura de los mismos y permean la política y la cultura en Argentina. *** En 1998 36.000 mujeres de barrios pobres trabajaban en forma voluntaria en la provincia de Buenos Aires para el programa alimentario más grande del país destinado a mujeres embarazadas y niños de hasta 5 años de edad1. Este programa fue denominado Plan Vida. La distribución de los alimentos a cada uno de sus destinatarios estuvo a cargo de mujeres de los barrios, que por ser responsables del control de 10 manzanas recibieron el nombre de manzaneras. En sus precarias viviendas recibían los alimentos que llevaban los camiones del Consejo Provincial de la Familia y Desarrollo Humano (de ahora en adelante CPFDH), organismo responsable por las políticas sociales de la provincia. Así, una vez por semana, cada manzanera, distribuía desde su domicilio una ración compuesta de huevos, cereales y azúcar y diariamente 1 16 Los barrios en los que se aplicaba el Plan Vida eran seleccionados por el gobierno provincial en función de la medición de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) de la población. El NBI es un índice que se convirtió en el instrumento de medición para determinar niveles de pobreza a partir del acceso o no a una serie de servicios considerados básicos por su incidencia en el bienestar de una población. Esta modalidad parte de la utilización de los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda y de una serie de indicadores de insatisfacción habitacional, educacional y ocupacional. Por ejemplo: condiciones de precariedad en la vivienda (sin piso, sin baño o conexión de agua), niños en edad escolar sin asistencia a la escuela, etc. No se tienen en cuenta indicadores de nutrición, salud, ingresos y equipamiento de los hogares. Laura Masson entregaban leche fresca a las/os beneficiarias/os. Según una definición oficial está dentro de sus funciones “acompañar a los/as beneficiarios/as en lo relacionado a la salud, emprender la búsqueda de una relación fluida, constante y cotidiana con sus vecinos y las instituciones que los representan”. Un folleto de presentación del Plan destaca que “Nuestras mujeres han estado siempre presentes, voluntariamente, en toda la iniciativa de asistencia, promoción y organización de la comunidad. Movilizadas por la salud de sus hijos, por lo general provienen de los barrios más humildes. El Estado Provincial comprende la importancia de coordinar con ellas, acciones conjuntas que contemplen sus necesidades básicas y a la vez desarrollen sus potencialidades y extiendan su profunda sabiduría hacia la comunidad.” Quien convocó oficialmente a estas mujeres para trabajar en las políticas de acción social del gobierno provincial fue una voz femenina. El Plan Vida fue impulsado por la Presidenta Honoraria del CPFDH, Hilda “Chiche” González de Duhalde. Su esposo, Eduardo Duhalde, es uno de los más importantes representantes del Partido Justicialista desde hace más de una década. En ese momento era el gobernador de la provincia de Buenos Aires, cargo que ocupó 2 durante dos períodos consecutivos (1991-1995 y 1995-1999) . En 1999 fue candidato a Presidente de la Nación por el Partido Justicialista y perdió las elecciones ante Fernando De la Rúa. En diciembre de 2001 el gobierno de De la Rúa cayó en medio de una profunda crisis política y social. En las semanas siguientes se sucedieron varios presidentes hasta que asumió Eduardo Duhalde y continuó en el cargo hasta mayo de 2003, momento en que fue reemplazado por Néstor Kirchner, presidente electo en abril de ese mismo año. En 1996 los programas del CPFDH, particularmente el Plan Vida, comenzaron a ser publicitados, especialmente por la prensa escrita. Se habló de las manzaneras, de la esposa del gobernador y en menor medida de la Liga Femenina Bonaerense (LiFe), rama femenina del Partido Justicialista que fue fundada en 1993 y en 1996 se convirtió en una línea interna dentro del pero3 nismo conducida por Hilda González . Esta publicidad, a veces interpretada como propaganda oficial, fue sobre todo consecuencia del interés de la prensa -especialmente los diarios y revistas nacionales- por la política social que el gobernador estaba implementando en la provincia, y por el lugar estra2 Después de cumplir su primer mandato, Eduardo Duhalde es reelecto gobernador de la provincia de Buenos Aires en 1995. La reelección no estaba contemplada dentro de la Constitución Provincial, por lo tanto fue necesaria una reforma, que se llevó a cabo en 1994. En ese momento también era el presidente del Partido Justicialista provincial. 3 La LiFe, inspirada en el Partido Peronista Femenino fundado en 1949 por Eva Perón, comenzó como Liga Femenina Peronista. La mesa fundadora que se reunió el 22 de octubre de 1993, estuvo integrada por legisladoras nacionales, provinciales y dirigentes del justicialismo bonaerense. En mayo de l994 la convocatoria se amplió a todas las mujeres, sin distinción partidaria, y se la denominó Liga Femenina Bonaerense. En el momento en que fue realizada esta investigación la conducción de la LiFe había sido delegada en la diputada Mabel Müller y la Directora General de Escuelas Graciela Giannettasio. 17 Introducción tégico que allí ocupaba su esposa. A fines de 1995, Hilda González era la responsable por la administración del área de “acción social” del gobierno provincial disponiendo de un presupuesto que, según las estimaciones de la 4 prensa, le permitía gastar medio millón de pesos diarios . Las acusaciones de “clientelismo político” y de utilización de fondos del estado para hacer “política” no tardaron en aparecer. El cargo que ocupó Hilda González como Presidenta Honoraria del CPFDH fue el resultado de un complejo proceso de modificaciones burocrático-administrativas que comenzaron en 1991, año en que ingresó a la función pública como Presidenta Honoraria del Consejo Provincial de la Mujer (CPM). Junto con ella se incorporó un grupo de mujeres, amigas y allegadas a la familia Duhalde, docentes y catequistas, que la acompañaron en su trabajo, ocupando los cargos de Consejeras Ejecutivas del CPFDH. A su vez, para implementar los programas sociales el CPFDH necesitó articular sus políticas con los municipios. Así, los funcionarios del organismo entraban en contacto con los/as “referentes municipales” -de los cuales tenían un detallado registro con sus datos-, que también eran en su mayoría mujeres, muchas de ellas esposas de los intendentes. De esta manera se creó una “red” mayoritariamente femenina, formada por mujeres con experiencias muy diversas, que articulaba la política social desde su centro, el CPFDH, hasta las “bases” donde actuaban las manzaneras. Tal como lo declaró el gobernador en un acto oficial el día 8 de marzo de 1994, Día Internacional de la Mujer: “Todo lo que sea acción social de la provincia de Buenos Aires pasa, desde este momento, a ser coordinado por las mujeres bonaerenses”. *** La importante visibilidad que adquirió a partir de 1996 el CPFDH muestra que los principales medios vincularon en forma directa la política social de la provincia de Buenos Aires dirigida por Hilda González con las intenciones de su esposo a la candidatura presidencial para las elecciones de 1999. Se hicieron referencias explícitas a los posibles usos político-partidarios de los programas del organismo: “[Hilda González] conduce a Las Manzaneras, un ejército de 10 mil mujeres que trabajan gratis para el plan social más grande de la Argentina y que constituyen una envidiable red política para las aspiraciones presidenciales de su marido”, destacaba una nota titulada “El ambicioso plan social [Plan Vida] con el que Duhalde organiza la tropa femenina” (Página 12, 30 de agosto, 1996). En octubre del mismo año, después de un acto de la Liga Femenina, y apoyándose en declaraciones del gobernador 4 18 Revista Noticias, abril, 1997 y Diario Clarín, Segunda Sección, “Los números de la asistencia social”, 4 de mayo, 1997. En la época la cotización del peso equivalía a un dólar. Sobre el presupuesto destinado a políticas sociales ver también capítulo 2. Laura Masson acerca de su esposa y otras dirigentes, la prensa especuló sobre la posibilidad de la inserción de Hilda González en la política institucional y partidaria como candidata a gobernadora o vicegobernadora en 1999. Pero los presagios periodísticos se vieron precipitados por la exigencia de los tiempos políticos. En 1997, año de elecciones legislativas para diputados nacionales, ante la necesidad de hacer frente a la candidata del partido opositor -la senadora Graciela Fernández Meijide-, se presentó una buena oportunidad para probar el potencial político de la esposa del gobernador. Hilda González, después de algunos meses de “dudas” que fueron publicadas paso a paso en los diarios, se postuló finalmente como candidata a diputada nacional por el Partido Justicialista en la provincia de Buenos Aires. En parte fue este hecho y sus repercusiones en la prensa lo que me motivó inicialmente a interesarme por el tema de este libro. ¿Por qué la esposa del gobernador suscitó un interés especial que se manifestó en juicios de valor e interpretaciones diversas sobre su lugar en la política? ¿Por qué la candidatura de estas dos mujeres a diputadas nacionales interesó tanto a la prensa? ¿Por qué las candidatas de la provincia de Buenos Aires se convirtieron en un asunto de interés nacional? Para responder a estas preguntas es necesario hacer explícitas algunas particularidades de la política en la Argentina que ayudarán a entender y dimensionar cada uno de los hechos que analizaré en este trabajo. La provincia de Buenos Aires, por ser la más poblada de la República Argentina, es también un importante sector electoral, ya que concentra alrededor del 37% de los electores del país. Al mismo tiempo, solamente el conurbano bonaerense suma aproximadamente el 62% del electorado de la provincia que, debido a su composición social predominantemente de “clase popular”, es considerado históricamente un “bastión del peronismo”. Estas características hacen que Buenos Aires tenga mayor peso que las otras provincias a la hora de definir una elección en el ámbito nacional. Y las elecciones legislativas de octubre de 1997 fueron consideradas un test que definiría la posición de los diferentes partidos políticos con relación a las elecciones pre5 sidenciales de 1999 . Por otra parte, la modalidad de las elecciones de diputados presenta características que merecen ser destacadas. Una pregunta que sería lógica en el contexto político de otros países es por qué una senadora abandonaría su cargo para postularse a diputada, como sucedió con Graciela Fernández Meijide. En 5 La provincia de Buenos Aires fue el escenario donde surgió el Partido Peronista y se definieron las grandes luchas electorales de la segunda mitad del siglo. Fue donde Juan Domingo Perón derrotó a la Unión Democrática en 1946 con casi el 50% de los votos, obtuvo el 62,3% en 1951 y alcanzó el insuperable 64,6% en septiembre de 1973. También fue el lugar que otorgó a Raúl Alfonsín (Unión Cívica Radical) el 50% de los votos en octubre de 1983, cuando derrotó al peronismo en las primeras elecciones democráticas después de la dictadura militar (1976-1983). 19 Introducción el caso argentino, el Senado es una representación federal, existen tres senadores por cada provincia independientemente de la cantidad de habitantes, por lo cual políticamente pasa a ser un órgano menos representativo del conjunto de la población. En cambio, la Cámara de Diputados se convierte en el escenario clásico de la confrontación partidaria, especialmente en la provincia de Buenos Aires por ser la más poblada del país. Es el lugar donde el juego de fuerzas de los partidos políticos adquiere una dimensión nacional. Esta demostración de fuerzas se explica también por el sistema que define el voto a diputados. Cuando un ciudadano elige a los diputados no vota un candidato, sino una lista cerrada o plurinominal, donde figuran en orden numérico todos los candidatos. La lista es encabezada por una figura importante y conocida que representa al partido. El/la “cabeza de lista”, como es denominado, es el que aparece con el perfil de candidato/a alrededor del cual se construye la campaña electoral. De acuerdo al porcentaje de votos obtenidos el/la candidato/a, “arrastrará” tras de sí un número “x” de diputados. Por esta razón, a pesar de que generalmente quienes son “cabeza de lista” ocupan su sillón en la Cámara de Diputados -por estar en el primer lugar-, si el porcentaje de votos no es significativo la elección va ser considerada una derrota, que será adjudicada al partido y no sólo al candidato. En octubre de 1997 Hilda González encabezó la lista del Partido Justicialista (PJ) y Graciela Fernández Meijide fue cabeza de lista de la Alianza de los partidos Frente del País Solidario (Frepaso) y la Unión Cívica Radical (UCR). Por primera vez en la historia de la provincia de Buenos Aires dos mujeres encabezaron las listas de aspirantes a diputados nacionales. El resultado de las elecciones favoreció a la Alianza UCR-Frepaso con un 49,93 % de los votos, mientras que el Frente Justicialista Bonaerense (Par6 tido Justicialista) obtuvo 39,61 % . Significativamente, una vez establecidos los resultados, Eduardo Duhalde en conferencia de prensa, acompañado por Hilda González, se autodenominó “el padre de la derrota”. Algunos meses más tarde el diario Página 12 publicó una nota especulando sobre el destino de las manzaneras y, haciendo una referencia irónica a las palabras del gobernador, la tituló “Las hijas de la derrota. ¿Qué hará el gobernador Eduardo Duhalde con las manzaneras que dirige su esposa Chiche?” (Página 12, 4 de enero, 1998). *** La incorporación de Hilda González a la estructura partidaria, analizada en su contexto político más inmediato, puede ser interpretada como la necesi6 20 Traduciendo estos porcentajes en números de diputados corresponde el ingreso de los veinte primeros de la lista encabezada por Graciela Fernández Meijide y de los quince primeros de la lista encabezada por Hilda González. Laura Masson dad de una candidata capaz de competir con Graciela Fernández Meijide y, por otro lado, como un intento de reforzar la facción duhaldista dentro del peronismo. Si bien ambos motivos son plausibles, los datos sugieren que su incorporación a la política no es solamente el resultado de una estrategia ac7 cionada a partir de una coyuntura específica que exige diferenciación , sino más bien un elemento clave que se integró a una forma de hacer política construida sobre los valores más “tradicionales” del peronismo. En más de una oportunidad Duhalde, en un intento de demostrar la “autenticidad” de su filiación partidaria, se definió como un “peronista biológico”. Su forma de hacer política se destaca por una importante inversión en la ritualización, donde la figura de la mujer, la mujer asociada a la familia y la reinvención de los mitos peronistas ocupan un lugar central. Creación de símbolos, festejo de fechas especiales como el aniversario de nacimiento y muerte de Eva Perón, declaración del 8 de marzo -Día Internacional de la Mujer- Día de la Solidaridad Bonaerense y la utilización de términos como “Co-Madre” y “Familia Propietaria Bonaerense” para denominar los programas sociales, son algunos de los varios ejemplos que podrían ser citados. Si bien estos rasgos distinguen a la facción duhaldista de la rama en ese momento oficialista del peronismo, el menemismo, muchos de ellos pueden ser encontrados en declaraciones a la prensa realizadas por Duhalde en los años 1988 y 1989, cuando era candidato a vicepresidente en la fórmula 8 Menem-Duhalde . Y, retrocediendo aún más en el tiempo, en las políticas aplicadas durante sus gestiones como intendente de Lomas de Zamora -uno de los distritos más poblados del conurbano bonaerense- (1973-1976, 1983-1987), tal como lo describe en su libro El Pensamiento de Duhalde. Familia, Sociedad, Política y Drogas, cuya presentación escribe el obispo de Lomas de Zamora, Monseñor Desiderio Collino (Duhalde, 1997). 7 Esta fue la interpretación más común de los diarios acerca de la autopresentación del gobernador Duhalde. En 1996, una nota titulada “La patria y la bandera” interpreta de esta forma las declaraciones de Duhalde: “Cada día, Eduardo Duhalde elige una nueva manera de diferenciarse del gobierno nacional. Ayer, por ejemplo, se volvió nacionalista: cuestionó ‘a los que están demasiado ocupados con la globalización pero se olvidaron hasta de la bandera y encima imaginan un país que es en realidad otro y creen que somos todos iguales. Duhalde agregó: ‘Nuestra patria es distinta y es, precisamente, nuestra. Además, esto tiene que ver con los ancestros, con una manera de ser y de sentir’.” (Página 12, 26 de octubre, 1999). En 1997, después de un acto realizado por la esposa del gobernador para lanzar el “Evitismo”, el diario Clarín publica una nota titulada “Hay que recuperar las banderas del peronismo” y continúa: “La candidata y esposa del gobernador lo dijo al lanzar el ‘evitismo’. Es parte de la estrategia para diferenciarse del menemismo” (Clarín, 27 de julio, 1997). 8 Las luchas de poder entre Menem y Duhalde a fines de los 90 se extendieron con muchas marchas y contramarchas hasta el último momento en que se definió en 1999 la fórmula Duhalde-Ortega para representar al Partido Justicialista en las elecciones presidenciales. Las disputas se manifestaron nuevamente y con mayor énfasis a comienzos de 2003 cuando se llamó a elecciones para regularizar la situación política del país luego de la caída del gobierno de Fernando De la Rúa. 21 Introducción Durante la campaña presidencial, en los años 1988 y 1989, Duhalde declaró que “La moralización y reforma integral del Estado es un eje fundamental del proyecto justicialista” (Clarín, 17 de noviembre, 1988). “Duhalde felicitó a la Iglesia Católica”, se titula una nota en la que aparece resaltada la siguiente frase del entonces candidato a vicepresidente: “[…] la corrupción no es un delito privativo de un gobierno o de un partido político, sino que es el resultado de un proceso de decadencia moral que ha arrastrado a todos los sectores sociales” (El Cronista Comercial, 1º de noviembre, 1988. 9 Destacado mío) . Una de las propuestas más importantes en aquel momento fue producir una “Revolución productiva”, que Duhalde definió como “una gran movilización de las fuerzas morales y materiales del país para regenerar a la Argentina […] Trabajo, producción, moralización: he allí los principios sencillos de nuestra Revolución Productiva” (Duhalde, 1989). Ideas similares fueron mencionadas diez años después, el 17 de Octubre de 1998, fecha en la que lanzó formalmente su precandidatura presidencial en un acto realizado en la simbólica Plaza de Mayo. En sus frases más importantes resaltó el valor de la patria, el origen humano y cristiano del peronismo, su intención de consolidar una nueva moral de estado y la necesidad de salvar al hombre y 10 a la familia argentina después de haber salvado la economía . Crisis, decadencia moral y revolución, palabras que nos llevan a comparar -salvando las distancias históricas y políticas-, la propuesta duhaldista con la del gobierno de Vichy, analizada por Francine Muel-Dreyfus, quien comienza su libro Vichy et l’Eternel Féminin con la siguiente frase: “En 1940, Francia ha sido el único país occidental ocupado que no se conformó con administrar, sino que condujo una revolución interior de sus instituciones y sus valores morales”. Más adelante agrega: “En esta ‘revolución’ anunciada, cele9 Este diario destacó con especial énfasis el aspecto moral de la propuesta política de Duhalde. Es posible percibir esto en los títulos, y en las preguntas formuladas por los periodistas que insisten sobre el tema. En una nota titulada “La suerte de un hombre común. Eduardo Duhalde” aparece un destaque con una de sus declaraciones: “No hay otro partido popular de raíz cristiana y humanista como el nuestro. Toda la concepción del peronismo es tan parecida a la de la Iglesia que Perón decía que el peronismo tenía 2000 años” (El Cronista Comercial, 11 de noviembre 1988). En forma más explícita, una nota titulada “La mente alta, los pies en la tierra” afirma “La campaña electoral, asimismo, permitió categorizar a Duhalde en un rubro en el que quedó virtualmente sin compañías: el de los políticos cuyo discurso colocó el núcleo en la faz moral y hasta espiritual de la crisis argentina. Sus detractores señalaban a veces que parecía un predicador televisivo, pero el cargo resultaba gratuito. El futuro vicepresidente no se despegaba en ningún momento de la realidad, y enmarcaba una serie de principios -en primer lugar la defensa irrestricta de la familia- la visión descarnada de aquella, en clave de sentido común” (El Cronista Comercial, 4 de junio, 1989). 10 Esta vez los diarios interpretaron su mensaje como “muy preocupado en conciliar posiciones dentro del justicialismo”, al mismo tiempo que la presencia de unas 80.000 personas definió, según la prensa, las disputas al interior del partido a su favor. En un palco de espaldas a la Casa Rosada, montado sobre un fondo con los colores de la bandera argentina, Duhalde pronunció su discurso escoltado por las imágenes de Perón y Evita que descansaban sobre dos atriles. 22 Laura Masson brada en el corazón de la derrota como una victoria, la construcción política de lo femenino alrededor de la idea de un ‘eterno femenino’ ocupa un lugar 11 central” (Muel-Dreyfus, 1996:9. Mi traducción). La creación y el refuerzo de una identidad femenina legítima, muy similar al “eterno femenino” descripto por Muel-Dreyfus, aunque menos cargado de violencia simbólica, fue la aglutinadora de valores ligados a religión, iden12 tidad, tradición, familia, arraigo . De alguna manera, la incorporación de la esposa del gobernador al gobierno provincial, y la convocatoria dentro de sectores pobres a “mujeres solidarias”, como son definidas las manzaneras, sirvió para articular muchos de los valores ideológicos que eran parte constitutiva de la propuesta de moralización que siempre estuvo presente en la política duhaldista. Y, fundamentada en el esencialismo de estos valores, aquella identidad femenina fue presentada como una forma “apolítica” de hacer política social. Una política que, no reconociéndose como tal, se ejerce desde la acción de un organismo estatal y nos permite examinar las relaciones entre política y estado y género y política en Argentina. A diferencia de L’éternel féminin de Vichy, que se dio en el contexto de un estado totalitario, las mujeres que “participaban” en la política social provincial, se confrontaron con un escenario donde sus acciones pretendidamente “apolíticas y solidarias” entraron en conflicto con las redes ya establecidas de los partidos políticos, incluidos los propios militantes del peronismo. Aquí, la imagen tradicional de mujer fue combinada con el argumento de autoridad de los especialistas de lo social, novedoso y casi futurista, que ayudó a reforzar la pretendida “despolitización” de las políticas sociales. Guiados por los lineamientos de la “gerencia social del año 2000”, antropólogos, historiadores, psicólogos, pedagogos, constituyeron el equipo “técnico” del CPFDH. Eran los detentores del saber y los responsables por la implementación “correcta” de las políticas sociales. Su saber fue respaldado por la presencia de agencias financiadoras internacionales que brindaban cursos de formación superior -cursos de posgrado- a los funcionarios que ocupaban cargos jerárquicos. El paradigma del “Desarrollo Humano”, tal como fue definido, se basó en la participación de los destinatarios de las políticas sociales, los “sec11 El objetivo de la autora en su libro es reconstruir los procesos sociales de producción de la ideología del eterno femenino donde las mujeres ocupan un lugar preponderante. Esta ideología se basa en una división sexual del mundo social fundada en la idea de una eterna diferencia de “naturaleza” entre los sexos, donde las aptitudes “naturales” masculinas y femeninas son el fundamento de las jerarquías sociales “legítimas” y el retorno de las mujeres al hogar es el retorno al tiempo cíclico de las estaciones, de lo biológico y de la naturaleza. El eterno femenino es puesto al servicio de la redención (Muel-Dreyfus, 1996:12-13). 12 Muel-Dreyfus se refiere a la violencia de la banalidad a la hora de estudiar aquellos discursos oficiales repetitivos a tal punto que la investigación misma se congela y se paraliza. Según la autora, violencia de una explosión brutal, de un acuerdo profundo, que deja surgir aquellas visiones del mundo social que separan en forma absoluta las pertenencias masculina y femenina al mundo (Muel-Dreyfus, 1996:17). 23 Introducción tores excluidos”, y en “una nueva relación entre Estado y sociedad civil”, erigiéndose como la forma adecuada de hacer política social frente a los considerados métodos “antiguos” propios de una práctica “clientelista”. Esta propuesta coincidía con la definición “apolítica” de las políticas del CPFDH, precisamente porque en la provincia de Buenos Aires las mujeres ocupaban lugares estratégicos en la administración y ejecución de las políticas sociales y sus espacios y funciones fueron asociadas a roles naturalizados. *** El intento de “despolitizar” la política mediante una “nueva” forma de hacer política social puso en relación diversos actores e instituciones. La interrelación de los mismos formó una configuración cuyo eje fue el intento de consolidación de una facción política que se basó en la propaganda e institucionalización de valores morales asociados a una identidad femenina 13 legítima . Para mostrar las relaciones de interdependencia entre los diferentes puntos de vista opté, a la hora de definir el objeto de investigación, por privilegiar la heterogeneidad del material de análisis, la cual se refleja en la estructura del libro. Cada uno de los capítulos posee una independencia relativa. El estilo de construcción del texto se inspira en la propuesta de Veena Das en su libro Critical Events. An Anthropological Perspective on Contemporary India (Das, 1996). Los eventos críticos, escogidos sobre la base de su heterogeneidad proveen, según la autora, diferentes formas de espejos en la cual se refleja la problemática y práctica de la antropología social en la India. En este caso la elección del objeto de cada capítulo fue motivada por su interés sociológico y por la intención de mostrar la interdependencia entre diferentes ámbitos y cubrir, al menos en parte, la amplitud del tema. Por otra parte, el hecho de analizar los espacios políticos, mediáticos y estatales permite ofrecer al lector una visión integrada de la política y las políticas sociales en la provincia de Buenos Aires. Para abordar estos temas fueron utilizadas diferentes estrategias de investigación. En 1996 acompañé la implementación del Plan Vida en un distrito del interior de la provincia de Buenos Aires como parte de las actividades de un grupo de investigación sobre crisis económica y espacios de participación de las mujeres de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. En enero de 1998 realicé investigación de archivo a fin de relevar información periodística, publicada por los principales diarios nacionales, sobre la trayectoria de Eduardo Duhalde, de su esposa Hilda González y del CPFDH, sobre todo lo relacionado con el polémico Plan Vida implementado por las manzaneras. En esa oportunidad aproveché también para adquirir más información sobre las elecciones legislativas de 1997, que había 13 24 Sobre los conceptos de configuración e interdependencia ver Elias, 1997. Laura Masson acompañado en su momento desde la lectura de los principales diarios nacionales. Desde mediados de septiembre a mediados de noviembre del mismo año, participé en actividades de los programas sociales del CPFDH y realicé observaciones y entrevistas en la propia institución. En esos meses también recolecté todo el material informativo gráfico que el organismo producía, incluidas publicaciones mensuales del Plan Vida (Diario Vida) y publicaciones bimestrales del organismo (Revista Codo a Codo). El relevamiento de las leyes y decretos, que dan existencia institucional a las modificaciones burocrático-administrativas de las políticas sociales también fue realizado en ese período. Como forma de complementar los datos recabados realicé entrevistas a periodistas especializados en política y asesores de prensa de una de las candidatas. En el capítulo uno analizo la construcción de las identidades femeninas que caracterizaron a las candidaturas de Hilda González y Graciela Fernández Meijide y la participación de la prensa en la construcción del campo político. La estrategia de presentación de la candidata Hilda González estuvo basada en la combinación de elementos emblemáticos del Partido Justicialista y la reivindicación de roles femeninos “tradicionales”. Este modelo mostraba una mujer preocupada por el cuidado de otros (hijos, familia, esposo, discapacitados, etc.), portadora de valores morales y alejada de los intereses “políticos”. El caso de Graciela Fernández Meijide es utilizado para mostrar una presentación pública que reivindicaba una forma de hacer política con origen en su rol de madre, pero cuya estrategia de presentación estuvo centrada en la reivindicación de una identidad femenina diferente y en otro modelo de familia. En la construcción de las candidaturas de ambas mujeres la prensa ocupó un lugar insoslayable, no sólo por la posibilidad de hacer conocido el nombre de las candidatas entre millones de personas, sino por la imposición de una visión y un ordenamiento del mundo social a través de la producción misma de las noticias. El capítulo dos está dedicado a las transformaciones de los organismos estatales que administraron las políticas de acción social durante el gobierno duhaldista. Comienzo mostrando las características originales del Consejo Provincial de la Mujer y los cambios producidos cuando Hilda González asumió la Presidencia Honoraria hasta llegar finalmente a la creación del CPFDH. Así es posible ver como la nueva gestión impuso un estilo de trabajo que promovía una identidad femenina vinculada a una supuesta vocación solidaria y de servicio y con un alto grado de emotividad, la cual era constantemente diferenciada de las funcionarias de la gestión anterior consideradas “muy feministas” y egoístas. Siguiendo los lineamientos del denominado paradigma del Desarrollo Humano, cuya propuesta es una “nueva relación entre Estado y sociedad civil”, el CPFDH incorporó también profesionales del área social que, cumpliendo una tarea “técnica” se combinaron con la forma 25 Introducción “despolitizada” de hacer política que caracterizó al nuevo grupo de mujeres que administró la política social de la provincia durante la gobernación de 14 Eduardo Duhalde . En el capítulo tres examino cada una de las figuras femeninas que constituyeron la red que articuló las políticas sociales provinciales desde el CPFDH en la ciudad de La Plata, hasta cada uno de los municipios. Estos nuevos actores que pusieron en marcha la “nueva forma de hacer política social” eran las Consejeras Ejecutivas, los/as referentes municipales y las manzaneras. Cada uno de ellos muestra la complejidad de las relaciones políticas en el intento, desde el estado provincial y de la facción duhaldista, de imponer una forma de hacer política “despolitizada” en un contexto con agentes políticos ya establecidos. Hago especial hincapié en la forma en que funcionarios del CPFDH, a través de una “capacitación” para “dar sin recibir”, ayudaron a construir la identidad de las manzaneras e instituyeron un modelo legítimo de participación femenina. Este libro es la reelaboración de mi tesis de maestría presentada en septiembre de 1999 en el Programa de Posgrado en Antropología Social (PPGAS/Museu Nacional) de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Desde ese momento hasta ahora, a pesar de mediar solamente cuatro años, muchas cosas han pasado en la política Argentina. El final abrupto a fines de 2001 del gobierno del presidente electo Fernando De la Rúa en medio de una profunda crisis social y económica y la posterior asunción de Eduardo Duhalde, apenas dos años después de haber perdido las elecciones presidenciales a las que se había postulado, es uno de los hechos que modificó de manera considerable el mapa político del país. Con relación a lo sucedido, y sin saberlo cuando escribí mi tesis, este trabajo se convirtió en un capítulo sobre la construcción del poder de uno de los matrimonios más importantes de la política argentina actual, mostrando de esta manera las particularidades de las formas de hacer política dentro del Partido Justicialista. En la reelaboración del texto he actualizado información básica especialmente la referida a los personajes que permanecieron en escena y he modificado parcialmente el primer capítulo. Es importante que el/la lector/a de este libro tenga presente la configuración de fuerzas políticas en el momento en que el trabajo fue escrito, cuando la Alianza de los partidos Frente del País 14 Lo “técnico” y lo “político” es una de las grandes divisiones a través de las cuales los funcionarios del CPFDH definen su posición dentro de la institución. Ambas categorías pueden ser consideradas como formas de identificación positivas o negativas dependiendo de quién las enuncie y a quién estén dirigidas. El término político sobre todo posee un amplio espectro de significados, a tal punto que quienes son identificados como “políticos” se autodefinen como “no políticos”. En principio, la lógica que organiza esta oposición supone la existencia de un modo de actuar “profesional”, guiado por los conocimientos adquiridos mediante la educación formal, y un modo de actuar “político” asociado a prácticas consideradas por los técnicos como “viejas”, “clientelísticas”, “corruptas”, etc. La relación entre ambas categorías es compleja y cambia conforme a la posición de los funcionarios en la institución. 26 Laura Masson Solidario (Frepaso) y la Unión Cívica Radical (UCR) era considerada por muchos, incluyendo los medios de comunicación, como una gran esperanza de cambio después de los diez años de gobierno del justicialista Carlos Menem (1989-1999). En ese entonces pocos podían imaginar que Eduardo Duhalde sería Presidente de la Nación y Graciela Fernández Meijide, quien fue candidata a presidenta de la nación en elecciones internas y candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires –con altas probabilidades de ganar-, estaría hoy prácticamente ausente del escenario de la política argentina. Es necesario advertir que a lo largo del trabajo los nombres de las personas y en algunos casos sus funciones dentro de los organismos estatales han sido alterados para preservar el anonimato de los/as informantes. El distrito identificado como Alajuela corresponde a un nombre ficticio. Sólo los nombres de personas públicas y de los organismos de estado analizados en este trabajo son reales. 27 Capítulo 1: Candidaturas Estratégicas E l tratamiento que la prensa dio a las elecciones legislativas de octubre de 1997 convirtió a las dos candidatas que encabezaban las listas de los diputados nacionales de los principales partidos en el centro del escenario político nacional de ese momento. La atención que recibieron, inusual para una candidatura de diputadas, es comparable con la que la prensa da habitualmente a los “presidenciables”. La relevancia adquirida se debió en parte a que se trataba de candidatas y no de candidatos. Era la primera vez en la historia de la provincia de Buenos Aires que las listas de diputados nacionales de los principales partidos políticos eran encabezadas por mujeres. La construcción 1 de gran parte de las noticias giró alrededor del género de las candidatas . Lo que caracterizaba a ambas era que su experiencia de participación no estaba ligada a las estructuras de poder político-partidarias, un aspecto importante en momentos de descrédito de los partidos políticos. Esta característica “apartidaria” de las candidatas fue resaltada por los principales diarios nacionales, su ingreso a la política fue explicado desde roles femeninos ampliamente legitimados por la sociedad: una como “esposa”, otra como “madre”. Pero, a pesar de estas supuestas coincidencias, cada una de ellas personificó un paradigma diferente que evoca dos momentos definitorios en la historia del país y en particular en la historia de las mujeres. En la corta, pero conturbada vida política de nuestro país, la participación de las mujeres en la escena pública irrumpió con mayor fuerza y visibilidad en dos momentos específicos. El primero fue con el inusitado y original lugar que ocupó en la política nacional la esposa de uno de los presidentes argentinos más populares. Eva Perón, con su trabajo de asistencia social desde la Fundación que llevaba su nombre, contribuyó al sostén y la popularidad del gobierno de Juan Perón y se convirtió en una especie de mito y un modelo político en el que se referencian muchas mujeres peronistas y al que apelan insistentemente los medios de comunicación cuando una mujer justicialista se destaca en la política nacional o provincial2. El segundo momento, más re1 Muel Dreyfus muestra en su libro que “hablar de mujeres es también hablar de otras cosas”, como por ejemplo del orden y las jerarquías sociales (Muel Dreyfus op. cit.). 2 El trabajo de Eva no se restringió a la asistencia social de la fundación, en 1949 Eva Perón fundó el Partido Peronista Femenino que fue presidido por ella misma. La organización de una estructura partidaria compuesta solamente por mujeres y funcionando en forma 29 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas ciente y con características bien diferentes, es el surgimiento de organizaciones de familiares de personas secuestradas y desaparecidas durante la última dictadura militar, para reclamar por la aparición con vida de sus parientes. Entre ellas se destacan la Asociación de Madres de Plaza de Mayo cuya importancia política tuvo repercusión en el ámbito internacional y continúa hasta hoy, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y la Comisión de Familiares de Desaparecidos y Presos por Razones Políticas y 3 Gremiales . Estos dos modelos se replican en las pequeñas biografías de una y otra que detallo a continuación y que fueron construidas a partir de los datos publicados en los diarios nacionales y en libros publicados por las candidatas. La representante del primer modelo es Hilda Beatriz González de Duhalde. Su esposo era entonces gobernador y presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires. Conocida popularmente con el apodo “Chiche”, nació en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, en octubre de 4 1948 . Su madre era costurera y su padre trabajaba en una jabonería, donde era delegado gremial. Estudió magisterio y ejerció la docencia hasta 1976. En 1971 se casó con el abogado Eduardo Alberto Duhalde, con quien tuvo cinco hijos. Durante las gestiones de su marido como intendente de Lomas de Zamora por el Partido Justicialista realizó tareas de “beneficencia social”. Fue la creadora y presidenta de una fundación denominada Pueblos de Paz. En 1976, cuando su esposo fue destituido de su cargo por el golpe militar, realizó un curso de martillera pública y estuvo al frente de una inmobiliaria. En 1992, siendo su esposo gobernador de la provincia de Buenos Aires, fue nombrada Presidenta Honoraria del Consejo Provincial de la Mujer. Desde 1995 hasta 1999, como presidenta honoraria del Consejo Provincial de la Familia y Desarrrollo Humano, administró las políticas de acción social del gobierno de la provincia. Fue diputada nacional desde 1997 al 2001. En el 2003 encabezó nuevamente la lista de diputados nacionales del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires y fue electa en el mes de septiembre de ese año. paralela a una estructura masculina no tenía antecedentes en Argentina. Según Marisa Navarro el discurso de Evita “no dejaba lugar a dudas: el Partido Peronista Femenino tendría un solo líder, Perón, y una sola doctrina, el peronismo, pero también tendría una sola dirección: la de Evita” (Navarro, 1997:219). Según la autora: “Ocasionalmente, el Partido Peronista Masculino no aceptaba la independencia de acción de las delegadas censistas, pues sólo acataban órdenes de Evita” (op.cit.). 3 Una de las versiones sobre el origen de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo es que surge a partir de un grupo de integrantes de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, de la cual Graciela Fernández Meijide comenzó a formar parte desde 1977. Más tarde se constituyeron otros grupos alrededor de la figura de los desaparecidos, también identificados por lazos de parentesco: Abuelas de Plaza de Mayo e HIJOS. 4 Los datos acerca del lugar y fecha de nacimiento publicados en varios artículos de diarios y revistas y, en la pequeña biografía que aparece en su libro Pobreza y Estado. Hacia un nuevo pacto social, no coinciden entre sí. Las fechas de su año de nacimiento oscilan entre 1945 y 1948. 30 Laura Masson Graciela Castagnola de Fernández Meijide, quien puede ser identificada con el segundo modelo, es madre de un joven secuestrado y desaparecido durante el denominado Proceso de Reorganización Nacional. También nació en Avellaneda en febrero de 1931. Su madre era maestra y su padre era médico. Estudió profesorado de francés. A los 25 años se casó con el arquitecto Enrique Fernández Meijide con quién tuvo tres hijos. En esa época se mudó a la Capital Federal. Fue profesora en colegios secundarios y más tarde instaló su propio instituto de enseñanza de idiomas. En octubre de 1976, durante el gobierno militar, fuerzas armadas nacionales secuestraron a su hijo Pablo de 17 años. En 1977 comenzó a trabajar en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, que funcionaba desde 1975, uniéndose a otras personas en la búsqueda de su hijo “desaparecido”. En la Asamblea se encargaba de recibir las denuncias sobre desaparición de personas. Más tarde fue secretaria de denuncias de la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) creada con la llegada del gobierno democrático de Raúl Alfonsín (UCR). Fue Senadora por el Frente del País Solidario (Frepaso) por la Ciudad de Buenos Aires en 1995 y diputada nacional en 1997. Fue candidata a presidente de la nación en elecciones internas y en 1999 candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires re5 presentando a la Alianza de los partidos Unión Cívica Radical (UCR) y Frepaso . Considero el período de elecciones como un tiempo especial en el cual un/a candidato/a elabora una estrategia de presentación pública, valiéndose 6 de diferentes instrumentos para construir su biografía . Uno de estos instru5 Debido a que en este capítulo uno de los puntos que analizo es la manera en que la prensa nombra a las candidatas, para distinguir mi denominación del habla nativa, en todos los casos haré referencia a ellas como Hilda González y Graciela Fernández Meijide. 6 Utilizo la expresión “tiempo especial” inspirándome en el concepto “tiempo de la política” utilizado por Heredia y Palmeira (1995). El caso que analizo tiene dos características claves que lo diferencian del contexto analizado por los autores, y que hacen que la distinción “tiempo de la política” no sea aplicable en este caso. En primer lugar el análisis no está circunscripto al ámbito rural. La interacción de las personas con “lo político” está fuertemente marcada por los medios de comunicación. En este sentido considero que no solamente las “campañas políticas” propiamente dichas son parte de la propaganda electoral, sino que las noticias publicadas en los diarios actúan de alguna manera como propaganda política bajo la forma de publicidad. Por otro lado es interesante pensar la utilidad del concepto “tiempo de la política” en el presente caso, donde la forma de hacer política se define precisamente como “apolítica”. Así, aún antes del lanzamiento oficial de la candidatura de la esposa del gobernador se realizaron actos masivos cuya noticia fue tapa de los diarios más importantes. Los actos y la publicidad de los mismos funcionó como una demostración del alcance y la fuerza política del peronismo (y de la facción duhaldista dentro del partido), pero definiéndose por oposición a actos proselitistas se reivindicaba el carácter despolitizado de la convocatoria. Hilda González como funcionaria provincial y esposa del gobernador y su esposo como representante máximo del gobierno provincial poseen la legitimidad necesaria para convocar a un acto masivo sin que el mismo pueda ser calificado de “político”. Así, las relaciones de parentesco (alianza en este caso) y el lugar del gobernador como representante formalmente reconocido de la provincia permiten relativizar los límites impuestos por la ley en la realización de las campañas políticas. Sobre el concepto “tiempo de la política” ver Frederic, 2004. 31 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas mentos son los medios masivos de comunicación. Analizo aquí noticias periodísticas y entrevistas extensas, publicadas en diarios y revistas desde marzo 7 de 1997 hasta octubre del mismo año . Para un análisis más exhaustivo seleccioné las noticias del Día Internacional de la Mujer y cuatro notas que se destacaban por la cantidad de páginas y fotos dedicadas a las candidatas, además de dos libros donde cada una cuenta “su experiencia”. Comparto con Collovald la idea de que “Estas herramientas, más o menos especializadas en un objetivo biográfico, se diferencian por su modo de selección de los datos y por el tratamiento que se hace de ellos. Más que un instrumento que modificaría desde el exterior la ‘biografía’, las instancias de publicación donde esas informaciones aparecen, funcionan según reglas y según una visión del mundo social y político que les son propias. De manera que la representación del hombre político resulta del encuentro entre estos principios de construcción y las propiedades específicas que lo caracterizan” (Collovald, 1988:29. Mi traducción). Así, la cobertura de la campaña electoral por la prensa no sólo sirvió para presentar a ambas mujeres, sino que puso de manifiesto también el encuentro de las propiedades de diversos grupos sociales: los políticos de ambos bandos y sus candidatas, y los periodistas de los distintos diarios. Del diálogo entre ellos, del encuentro de las categorías de percepción de estos grupos sociales, de sus intereses y de su influencia relativa, surgieron las imágenes de las candidatas (Champagne, 1984). A pesar de no ser el punto principal de análisis, se vislumbró en los relatos de la prensa lo que denomino una “forma peronista” de construir biografías políticas femeninas, que aparecieron con mayor fuerza en el caso de Hilda González, pero que curiosamente también se hizo extensiva a Graciela Fernández Meijide. Los tres diarios elegidos para el análisis fueron La Nación, fundado en 1870, el más tradicional de los diarios argentinos; Clarín, fundado en 1945 es el más leído en el país, considerado como un diario moderado y poco crítico; Página 12, fundado en 1987, el más reciente de los tres y el de menor circulación, caracterizado como un diario de “izquierda”, dirigido a sectores intelectualizados y con un alto contenido crítico. 1. Día Internacional de la Mujer: ¿Mujeres en Campaña? L a celebración del Día Internacional de la Mujer tuvo un significado importante durante el gobierno de Eduardo Duhalde en la provincia de Buenos Aires, quien lo convirtió a través de los actos oficiales, en una especie de asunto de Estado. En 1996 el Día Internacional de la Mujer fue celebrado 7 32 En marzo de 1997 la Alianza anuncia la candidatura de Graciela Fernández Meijide y, a partir de ese momento, también comenzaron a aparecer en los diarios comentarios sobre la posible candidatura de Hilda González. El 26 de octubre fue la fecha de las elecciones. Laura Masson en el Teatro Argentino de la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires. La figura principal fue Hilda González, a su lado aparecían políticos del gobierno provincial y municipal. Fueron pronunciados algunos discursos y se hizo entrega de premios a las mujeres ganadoras de un concurso de arte, ya que el acto coincidió con la inauguración del IV Salón Provin8 cial “La Mujer y su protagonismo Cultural” . El 8 de marzo de 1994, en un acto realizado en la ciudad de La Plata, el gobernador había anunciado las modificaciones de la estructura burocrática que ponía la acción social de la provincia “en manos de las mujeres bonaerenses” quienes, según sus palabras, tienen una predisposición especial para todo lo vinculado con el bienestar de la gente y la asistencia social. Mujer y acción social aparecían unidas no sólo en las leyes correspondientes, sino también en la celebración de un ritual político, juntas en el espacio simbólico y reivindicadas, tanto una como la otra, en la esencia de esa unión. Cuando en marzo de 1997 la Alianza oficializó la candidatura de la senadora Graciela Fernández Meijide para encabezar la lista de diputados nacionales en las elecciones legislativas, las encuestas realizadas hasta ese momento daban una diferencia a favor de la senadora frente a los candidatos disponibles del Partido Justicialista. Esto preocupó a sus dirigentes que comenzaron a deliberar acerca de posibles estrategias para revertir estos resultados hipotéticos. A fines de 1996, dada la importancia creciente del CPFDH y la popularidad mediática de su presidenta, los diarios especularon con la posibilidad de que Hilda González se conviertiera, en el futuro, en candidata a gobernadora o bien en compañera de fórmula presidencial de su esposo, reactualizando en el imaginario nacional el acuerdo político-matrimonial de Perón y 9 su esposa Eva, que tanto marcó la historia Argentina . Pero la exigencia de los tiempos políticos provocó la precipitación de los presagios de la prensa. Ese mismo mes los diarios publicaron que “Duhalde pensó en su esposa” para ocupar el primer lugar en la lista de diputados. Como otros años, el 8 de marzo de 1997 Hilda González organizó un acto para celebrar el Día Internacional de la Mujer. Las invitadas especiales fueron las manzaneras. A través de una carta personalizada Hilda González les explicaba que no se trataba de un acto político, sino de un homenaje al trabajo so8 Fragmentos del discurso de la esposa del gobernador revelan el esfuerzo por reforzar la imagen de que el gobierno provincial está cerca de la gente: “Estamos muy orgullosos de las artistas plásticas de nuestra Provincia, a las que venimos acompañando en cada muestra; cada día hay una participación más amplia. El Consejo de la Mujer se ha convertido en el Consejo Provincial de la Familia y Desarrollo Humano, desde donde seguiremos acompañándolas, en este caso también desde el arte” (Diario Clarín, Suplemento de Publicidad, 14 de marzo, 1996). 9 Según la consultora Germano & Giacobbe, las menciones periodísticas sobre Hilda González se multiplicaron por ocho: de 115 referencias en marzo de 1996, pasó a 941 para el mismo período en 1997 (Revista Noticias, Abril, 1997). 33 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas lidario que ellas realizaban. Pero, a pesar de la invitación apolítica, la prensa especuló con la posibilidad de que ese día se produjera un “operativo clamor” cuando las manzaneras de diferentes lugares de la provincia de Buenos Aires viajaran a La Plata para conmemorar el Día Internacional de la Mujer: en ese acto podrían ‘pedirle’ a Hilda González que encabece la lista del peronismo 10 bonaerense . La convocatoria fue para agasajar a las mujeres en su día, sin embrago, la noticia del acto ocupó un lugar en la Sección Política de los tres diarios principales. Estos fueron los titulares de las noticias sobre el acto del 8 de marzo: Diario La Nación: “Chiche” Duhalde midió su convocatoria. La esposa del gobernador bonaerense logró gran adhesión; el acto con sus manzaneras fue una demostración de fuerza; no lanzó su hipotética candidatura, a la que se resiste; en un clima festivo se procuró bajar el tono político de la reunión. Diario Clarín: “Acto con 20000 manzaneras en La Plata. Chiche, con poder de convocatoria. La esposa de Duhalde descartó otra vez su posible candidatura. Pero igual exhibió su estructura social”. Diario Página 12: “Chiche dijo que no quiere ser diputada, Eduardo la apoyó y juntos probaron si son populares. Un test bien cargado para Duhalde. La conmemoración del Día Internacional de la Mujer por otros grupos no recibió la misma atención que el acto duhaldista, incluso algunos diarios ni 11 siquiera lo mencionaron . La contribución del periodismo para la definición de qué es y qué no es política y su influencia para dar origen a una opinión se muestra de forma clara en la construcción de dos noticias orientadas a “informar” sobre la conmemoración de la misma fecha por diferentes grupos. Tomaré como ejemplo el caso de Clarín. Los actos organizados por motivo de este día en la Capital Federal fueron publicados en la sección del diario denominada “Sociedad”. La nota, titulada “Actos porteños con claveles, pinturas y ruido de cacerolas”, es notablemente más breve que la dedicada al acto organizado por Hilda González. El relato del evento menciona la participa10 Con el presidente Juan Domingo Perón, ex integrante de las Fuerzas Armadas, se produce una “militarización” del lenguaje político en Argentina. La expresión “operativo clamor” es uno de los ejemplos. En el desarrollo de este trabajo aparecerán otros como “operativo amor”, “invasión [de territorio político]”, “ejército de manzaneras”, “ejército de amor” y “tropa femenina”. 11 En 1996 en la ciudad de Buenos Aires se realizó el X Encuentro Nacional de Mujeres al que asistieron 10000 mujeres provenientes de diferentes puntos del país. El encuentro finalizó con una marcha por algunas de las principales calles de la ciudad. El acto fue prácticamente ignorado por los medios de comunicación, solamente un canal de televisión hizo mención del mismo y los diarios estuvieron lejos de darle la atención que se le dio al acto organizado por el matrimonio Duhalde. 34 Laura Masson ción del Partido Socialista Democrático, de dirigentes de la Unión Cívica Radical y cita las palabras de un concejal frepasista. A pesar de que tres partidos políticos participaron de la manifestación, la noticia no fue publicada en la sección del diario denominada Política, y no hay ninguna mención que haga referencia a que se trató de un acto “político”. Junto a esa nota aparece otra referida al carácter internacional de esta fecha: Día Internacional de la Mujer: concentraciones multitudinarias Se conmemoró en todo el mundo con actos y protestas. Contra la discriminación social y laboral de las mujeres · En Buenos Aires hubo varias manifestaciones callejeras, incluido un “ruidazo” · Las palestinas homenajearon a sus muertos en total silencio. Y otra nota menor titulada “Qué se recuerda el 8 de marzo” con relación al hecho que dio origen a la designación de la fecha acompañada por una breve referencia a cómo se festeja en la Argentina: En 1975, la Asamblea General de las Naciones Unidas dispuso la celebración del primer Año Internacional de la Mujer. En los años siguientes, el tema de los derechos de las mujeres en diferentes ámbitos fue debatido mundialmente. Pero en la Argentina, las celebraciones del Día de la Mujer recién pudieron hacerse tras la dictadura. Así, desde el 83, las argentinas pudieron celebrar cada 8 de marzo, como una de las tantas formas de seguir luchando por los derechos de la mujer (Clarín, 9 de marzo,1997). Según el registro de la prensa pareciera que una fue una conmemoración de “manzaneras” y la otra de “mujeres”. En el acto de las primeras, llama la atención que sus organizadores insistan en el aspecto no político de la conmemoración cuando la noticia es publicada en la sección política del diario. La identificación por parte de la prensa de la celebración del Día de la Mujer, organizada por Hilda González, con un acto político partidario, contrariando el discurso que pretendía presentarlo como un homenaje al trabajo social de las “mujeres bonaerenses”, muestra la disputa entre la manera en que un grupo desea mostrarse y la interpretación que los periodistas hacen según sus categorías de percepción y la forma de construcción y presentación del relato. El diario no vincula la noticia de este acto con otras noticias que hacen hincapié en “el Día Internacional de la Mujer” y el “8 de marzo”. Aunque en ambos casos se conmemoró la misma fecha, queda claro que se trata de dos cosas distintas. El Día Internacional de la Mujer nunca había sido celebrado en forma masiva desde una convocatoria del estado provincial, sino más bien conmemorado por grupos feministas, formados en su mayoría por mujeres profesionales de clase media, y actuando principalmente desde Organizaciones no 35 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas Gubernamentales. En este caso la celebración perdió en gran parte su carácter internacional y fue adaptada a la realidad y necesidades de la política de la provincia. Se manifiesta claramente la apropiación por parte de un grupo, que actúa desde el Estado, de una fecha simbólica de gran importancia para el denominado movimiento de mujeres, en su intento de “despolitizar” una convocatoria considerada por gran parte de la sociedad como “política”. La apelación a una identidad exclusivamente femenina, adjudicando a las mujeres cualidades morales que las sitúan por encima de intereses particulares y como representantes de intereses generales, manifiesta la tentativa de este grupo por imponer una imagen social del evento, que no fue la misma que transmitieron los diarios. A pesar de las diferencias ideológicas los tres diarios coincidieron en varios puntos: asumieron con naturalidad el carácter político del acto, se refirieron a Hilda González como “Chiche” y todos mencionaron a Eduardo Duhalde. La Nación y Clarín destacaron la relación de parentesco y mencionaron a Hilda González como “la esposa de”. Página 12, en tono irónico, usó la expresión “Eduardo la apoyó” utilizando el nombre propio del gobernador, lo que pone de manifiesto la relación íntima que une a estas dos figuras de la política argentina. El perfil de candidata de Hilda González comenzaba a construirse antes del anuncio oficial de su candidatura. La primera característica fue el trato íntimo y cotidiano que le dieron los diarios al llamarla por su apodo. A diferencia, por ejemplo, de la prensa brasileña en la que los políticos suelen ser reconocidos más fácilmente por sus nombres que por su apellido, la prensa argentina difícilmente se dirige a un político por su nombre 12 de pila; pero esto no es lo que sucede con las mujeres . Es importante destacar que en el caso de Graciela Fernández Meijide la prensa optó por nombrarla de diversas maneras. Pocas veces se dirigió a ella simplemente como “Graciela”, la mayoría de las veces utilizaba sólo su apellido o su nombre y 13 apellido como en el caso de los candidatos de sexo masculino . Esta forma cotidiana de referirse a Hilda González puede ser considerada desde dos puntos de vista. Por un lado, refuerza la imagen de su participación política en tanto “esposa de”. La forma en que los diarios redactan las noticias recrea un clima doméstico donde las discusiones sobre decisiones políticas parecen no diferenciarse del tratamiento que puede ser dado a un problema familiar o matrimonial. Por otro lado, dirigirse a alguien que ocupa un importante espacio en las estructuras de poder, por un apelativo que es propio 12 Otros ejemplos de políticas argentinas llamadas por sus nombres serían Isabel Perón “Isabelita”, María Julia Alsogaray, Adelina D’Alessio de Viola y la propia Eva Perón, que sugerentemente es más conocida como “Evita”, al igual que Hilda González es más conocida como “Chiche”. 13 Otro detalle que vale la pena destacar es que, en conversaciones cotidianas, las personas se refieren a ella como “la vieja”. Entre los funcionarios del CPFDH, Graciela Fernández Meijide representa a “la vieja”, mientras que Hilda González es “la Señora”. 36 Laura Masson de las relaciones familiares introduce y legitima, en el ámbito político, un aspecto afectivo vinculado habitualmente a la figura de la mujer. Pero, el apodo “Chiche” –propio de las clases populares- también revela el esfuerzo por mostrar la pertenencia a una determinada clase social y a una familia sencilla, simple, de barrio, donde la mujer se destaca no por su saber profesional, sino 14 por el saber adquirido en el quehacer doméstico . Hilda González no se presenta a través de títulos universitarios o de experiencias de militancia y participación política, sino como “la Chiche”, aquella mujer de barrio que conoce la cotidianeidad de las mujeres por experiencia propia. O como “la Señora”, la esposa del gobernador que se ocupa de los necesitados, porque sabe de sus vicisitudes y la cercanía al poder no la ha alejado de “la gente”. A pesar que ambas candidatas fueron tratadas por la prensa con un grado de intimidad no habitual en el caso de las candidaturas masculinas, el significado 15 de esta cercanía fue variando en un caso y en otro . Este cambio dependió en gran parte de las propiedades del grupo de periodistas y de sus estructuras de percepción políticas y sociales. Tanto periodistas como asesores de prensa manifestaron que hubo una corriente de simpatía e identificación entre Graciela Fernández Meijide y la prensa. El día posterior a las elecciones fue fotografiada en su cuarto en pijamas cuando recién se levantaba (Página 12, Clarín) y en el baño mientras se fijaba su peinado (Clarín); esta cercanía denota el acceso casi irrestricto del periodismo a su ámbito. Se muestra el cotidiano de una mujer retratada como independiente y ética. Página 12 reproduce una declaración donde ella aclara: “No soy una señora que salió de atrás de las cacerolas”, reafirmando su identidad política y oponiéndose a la imagen de su contrincante de madre, esposa y mujer común. Cuando la prensa muestra a Hilda González como madre y esposa, hace de ella una presentación ideal. Pero cuando hace referencia a su rol político la considera una “herramienta de su esposo”, y este rol es adjudicado en algunos casos con un tono ridiculizante. Es una identidad femenina con la que el público de lectores de estos diarios no se identificaría. La ironía escasas veces fue utilizada para referirse a Graciela Fernández Meijide quien recibió elogios y buenos augurios como “mujer independiente” que se jugaba sola –es decir, sin su marido- en política. En la misma nota de Página 12 la periodista describe una situación hipotética al relatar cómo amanecería cada una de las 14 Uno de los afiches de campaña muestra una foto de los rostros del gobernador y su esposa. Él aparece de perfil en un segundo plano, logrado con una foto en blanco y negro. Al lado la imagen en colores de su esposa, en un ángulo de ¾ perfil, sonriendo y con un slogan que dice: Gente de Provincia. En varios de sus discursos y en sus libros, tanto el gobernador como su esposa, han destacado los valores morales de la “gente del interior”, de las “personas simples”. 15 Sólo cuando se trata de candidatos a presidente la prensa avanza más sobre el ámbito doméstico mostrándolos con su familia, o contando sus hábitos cotidianos. Pero en ningún caso el grado de “intimidad” suele ser tan grande como en el caso de las candidatas aquí presentadas. 37 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas candidatas: Hilda Duhalde “le sirve el té con leche a su marido en la cama”, mientras que, “es probable que un hombre, el arquitecto Fernández Meijide, sea el encargado de batir el café con leche” (Página 12, 26 de octubre, 1997). La tentativa de “despolitización” Las declaraciones del gobernador y su esposa durante el acto del Día Internacional de la Mujer, reproducidas por la prensa, estuvieron dirigidas a rescatar y ponderar la acción social de las mujeres presentes y al uso de esa reivindicación para responder, según La Nación, a las críticas de la oposición sobre el uso político de los programas sociales del CPFDH: “Todo lo quieren mezclar con política, declaró el gobernador, señalando su bronca”. Aunque ese mensaje también puede ser interpretado como una confrontación con la prensa que hizo eco de esas acusaciones, las declaraciones publicadas en los diarios mostraban el esfuerzo por despolitizar el encuentro, oponiendo el trabajo social al interés político. El diario La Nación destacó las palabras que Hilda González dedicó para defender la acción social de las manzaneras que, según ella, la oposición ponía en duda. Esto, según el cronista, provocó la explosión favorable del público, que demostró la adhesión de las mujeres a la defensa de su trabajo por parte de los líderes políticos. Todas las reivindicaciones giraron en torno de la ayuda social: “Esto no es un acto político. No quiero ningún cargo electoral. Mi inten16 ción es seguir trabajando en la ayuda social”, dijo Hilda González . Otra de sus declaraciones, que según Página 12 y La Nación recibió la mayor ovación de la tarde, fue que habría 40.000 manzaneras en la provincia para fin de año porque “estamos peleando por nuestra cría”. De forma similar a la caracterización de su cargo como trabajo de ayuda social, el trabajo de las manzaneras era considerado una extensión natural de la función biológica de reproducción de la especie de las mujeres, por lo tanto ninguno de los dos entraban en la esfera de lo 17 público . Como plantean Rosaldo y Lamphere, el relegamiento de la mujer a la esfera doméstica (o privada) es auxiliado por la biología. Y, avanzando un poco más en su análisis, ambas proponen la existencia de una relación directa entre el grado de subordinación de las mujeres y el grado de separación de las esferas pública y privada (Rosaldo y Lamphere, 1979). 16 La expresión “ayuda social” desconoce su lugar de funcionaria y la institucionalización de su tarea. Ayuda puede ser considerado lo opuesto de trabajo, en tanto no presupone el pago de un salario. Es importante, entonces, ver cómo en la frase de Hilda González estas cosas se mezclan: “trabajar en la ayuda social”, al igual que las manzaneras, con las que intenta identificarse a través del uso de “nosotras” en sus discursos. 17 Según Nancy Fraser la expresión “esfera pública” de Habermas ha llevado a algunas confusiones. Por ejemplo, fue usada por algunas feministas para referirse a todo aquello que está fuera de la esfera doméstica o familiar. En este uso de esfera pública confluirían tres custiones analíticamente distintas: el estado, la economía oficial de empleo pago y las arenas del discurso público. En este caso me refiero al Estado y a la economía oficial de empleo pago que debería estar garantizada por el mismo debido a que los programas sociales en los que estas mujeres trabajan son estatales (Fraser, N. 1993). 38 Laura Masson El matrimonio Duhalde salió de este modo a desarticular las críticas que le hacía la oposición de intentar hacer un uso político de los programas sociales. Al aclarar que las mujeres que en ellos intervenían “peleaban por su cría” ponían de manifiesto que el interés que movía a las manzaneras estaba por encima de meras aspiraciones políticas y que su accionar era desinteresado. Lo que se reivindicaba de su trabajo era el sacrificio, la entrega y el desinterés: ellas no cobraban nada y trabajaban diariamente en pos de los necesitados. Después de estas declaraciones, cualquier interés “político” de estas mujeres 18 aparecería como ilegítimo. El supuesto aspecto no político, explotado por los oradores, estuvo representado por la presencia de miles de mujeres que trabajaban en forma voluntaria, reivindicando el rol materno y la actitud solidaria, y con la introducción de elementos religiosos que dieron un sentido de misión espiritual al trabajo de las manzaneras. El cierre del acto fue la oración católica ‘el Padre Nuestro’, a pesar de la ausencia inesperada de un representante religioso de esa congregación. Otra característica que marcó el encuentro fue la música folclórica que se utilizó para animar el acto: danzas tradicionales como cumbias y chamamés, el “chamamecito ‘e la buena leche” compuesto especialmente en referencia al Plan Vida, y la canción de una conocida folclorista argentina que relata las desdichas de una chica de provincia. La presencia de representantes de la Iglesia Católica en actos políticos duhaldistas de “homenaje” a mujeres tiene otros an19 tecedentes. En 1996 se realizó un acto en Los Toldos , para conmemorar el nacimiento de Eva Perón. Durante el acto fue oficiada una misa por un padre 20 católico en memoria de Eva Perón (El Bonaerense) . 2. La construcción de biografías L os principales diarios nacionales dedicaron durante meses varias páginas a las elecciones legislativas de 1997 y entre ellas hubo un espacio especial 18 Hilda González manifestó su incomodidad ante la aparición de afiches en las calles de Buenos Aires, apenas unos días antes del acto del Día de la Mujer, que mostraban una foto del matrimonio Duhalde y la inscripción ‘Duhalde Presidente’: “Me enojé por esa publicidad, pero esta manifestación de mujeres es solo una muestra de solidaridad. No el comienzo de una campaña”. (Clarín, 9 marzo, 1997). 19 Pequeña localidad de la Provincia de Buenos Aires donde Eva Perón nació y pasó parte de su infancia. 20 El Bonaerense es una publicación del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires de distribuición gratuita. El primer y único número apareció en Agosto de 1996. No se indica la frecuencia de su publicación, pero debido a que posee numeración (Año 1, Número1) evidentemente fue pensada para ser publicada en forma sistemática. Al pie de la primera página aparece una franja colorida con las fotos de Perón y Eva en los extremos y en el medio la siguiente inscripción: Para mantener viva la memoria. Se incluyen en este número fotos del General Perón y la compañera Evita, como una forma de mantener vivo el legado para la constitución de una Patria Justa, Libre y Soberana. 39 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas para las dos mujeres que estaban en campaña electoral. Pero quien tuvo mucho más prensa fue, sin duda, la esposa del gobernador. A continuación son analizadas en orden cronológico cuatro notas que aparecieron en forma de dossier, suplementos o entrevistas extensas en los principales diarios nacionales. Tres de ellas tratan sobre Hilda González. Una apareció tres meses antes que se definiera su candidatura; las otras dos fueron publicadas en el momento en que su postulación estaba siendo decidida -los meses de abril y mayo- y la última, que apareció un mes antes de las elecciones, estuvo dedicada a ambas candidatas. Estas notas tienen un estilo de presentación del personaje que no es común cuando se trata de un candidato de sexo masculino, lo que podría suponerse más o menos lógico teniendo en cuenta que estas mujeres provienen por fuera de las estructuras partidarias. Pero no considero que sea éste el punto que define la diferencia. La presencia de figuras femeninas en un mundo tradicionalmente masculino, supone desde ellas mismas y desde la prensa, una forma diferente de hacer política. A ambas mujeres les es atribuida la capacidad de introducir valores morales positivos en el ámbito político: en el caso de Graciela Fernández Meijide el valor de la ética, capital adquirido en su participación en organismos defensores de los Derechos Humanos y reconocido por algunos periodistas e intelectuales; en el caso de Hilda González el valor de la solidaridad, fruto del tipo de política que ella reivindica, reconocido por algunos periodistas y, en forma explícita, por la Iglesia Católica. Nota 1 Chiche Duhalde, La Gobernadora (Diario Clarín, Revista Viva, 2 de Febrero, 1997, 5 páginas). La nota comienza con una descripción del escenario donde se llevará a cabo un acto de inauguración de un “Centro Asistencial” en una localidad bonaerense. La descripción que el periodista hace de la gente y la música, hablan claramente del tipo de público que está presente: se trata de un barrio de clase popular. Su relato muestra un cierto romanticismo de la pobreza y crea un clima de emoción, esperanza y salvación inspirado por la presencia de la esposa del gobernador: “Por fin, en una combi llega ella y su esposo, el gobernador. ‘Parece Evita’ dice emocionada una mujer de curtidos sesenta y pico. […] Sus manos desnudas se van llenando de ruegos en forma de cartas que le acercan chiquitos, madres y viejos […].” 40 Laura Masson La comparación con Eva Perón es puesta en boca de los que la esperan produciendo cierta naturalización e imparcialidad en esta semejanza. Luego, el periodista relata el origen de Hilda González y acentúa las características que la acercan al personaje mitológico de Evita creando lo que podría denominarse una forma peronista de narrar historias de vida: nació en un hogar 21 peronista (destacado mío). Al contrario de la famosa frase de Simone de Beauvoir “mujer no se nace, sino se hace”, que alude a la construcción social de los roles sexuales, se puede afirmar que en la mayor parte de los casos las personas no se hacen peronistas, sino que nacen. Nacer en un “hogar pero22 nista” significa ser peronista . Al igual que la madre de Eva, la de Hilda González cosía “para afuera”. Su padre era delegado gremial como sus tíos. Ella estudió magisterio en un pueblo y, para una chica de familia humilde, la docencia era la mejor salida, confiesa. Conoció a su esposo en la pileta del 23 gremio de los ceramistas (destacado mío). Vivió en Avellaneda y luego en Lomas de Zamora, siempre en la provincia de Buenos Aires. Este último detalle de su vida es utilizado en repetidas ocasiones, tanto por Hilda González como por su esposo, para diferenciarse de su rival que vive en la Capital. Tuvo cinco hijos: Juliana, Analía, María Eva, Agustina y Tomás. 21 No sólo pertenecer a una “familia peronista” es un dato definitorio en la identidad política de un militante, sino también la relación entre su fecha de nacimiento y el “nacimiento” del peronismo. Una de mis informantes relata así su historia: “Mi papá era sastre y mi abuelo Rodolfo también era sastre. El obrero de la aguja decía que era. Pero él, por ejemplo, en el caso de papá, yo siempre me crié desde chiquita en un ambiente… Claro, yo nací en el 44, el peronismo, digamos el fuerte, comienza en el 45. Digamos me crié en un ambiente peronista”. En dos testimonios citados por Javier Auyero aparecen los siguientes relatos: “ I was born with Peronism” on 24 February 1946, the same day Perón won his first general elections …” “Matilde was also born in 1946, ‘Peronism from the crib… born in the house of a [peronist] activist’.” (Auyero, 1999). 22 Aunque, paradójicamente, ése no sea el caso del gobernador Eduardo Duhalde. Su madre, María Esther Maldonado Aguirre era militante del Partido Radical (Unión Cívica Radical). Su padre Tomás Duhalde era simpatizante del Partido Socialista. 23 Los sindicatos o gremios tienen una importancia crucial en el imaginario peronista. La movilización de las organizaciones sindicales tuvieron una participación protagónica en la manifestación popular del 17 de Octubre. A pesar de que al comienzo la actitud de los sindicatos fue ambigua en su apoyo al gobierno, acabaron convirtiéndose en uno de los puntos de apoyo estratégicos para el gobierno de Perón. En 1950 la CGT (Confederación General del Trabajo), que agrupaba a la mayoría de los trabajadores sindicalizados, se declara oficialmente como una de las ramas del movimiento peronista (Murmis y Portantiero, 1984). Por otro lado, la importancia de los sindicatos consistía en esa época en la administración de los beneficios sociales de los trabajadores que incluían salud, seguros contra accidentes, vacaciones, licencias, actividades recreativas, etc. Lo que los convirtió también en un importante lugar de socialización para los obreros peronistas y sus familias. El gobierno peronista nunca instituyó un sistema de seguridad social unificado, según Plotkin, para quienes estaban fuera de la estructura de los sindicatos la Fundación Eva Perón era una alternativa (Plotkin, 1994). 41 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas El momento en que Hilda González comenzó a formar parte del gobierno de la provincia fue definido en oposición a un modo de vida anterior. Pero esta oposición no aparece como una ruptura, sino como el final de una importante etapa de su vida ya cumplida: “El salto de ama de casa a la actividad pública se produjo en 1991. ‘Cuando sentí que los hijos ya no me necesitaban tanto’”. Su primer cargo “público” proviene claramente de una decisión tomada por su esposo: “Aceptó el ofrecimiento de Duhalde de hacerse cargo del Consejo Provincial de la Mujer, un puesto más honorífico que efectivo. Pero desde hace casi tres años es la titular del Consejo de la Familia y Desarrollo Humano, una especie de Ministerio de Bienestar Social. ‘La mejor manera de estar en contacto con la gente y sus necesidades’, dice ella”. De esta manera su discurso destaca la importancia de la proximidad, tarea reservada a las mujeres dentro de la concepción legítima del gobierno duhaldista. Hilda González esgrime su teoría de que existe una esencia femenina que convierte a las mujeres en más aptas que los hombres para realizar tareas sociales, lo que legitima su lugar y el de tantas mujeres que la acompañan: “Chiche explica su teoría de por qué confía más en las mujeres: porque la mujer como generadora de vida, tiene una mayor sensibilidad por la protección de la vida. Después de la dictadura militar fueron las madres y no los padres quienes salieron a la Plaza de Mayo a pedir por sus hijos.” Los tópicos sobre los que fue consultada muestran los temas considerados importantes por la prensa para describir a Hilda González: Evita: “Recuerdo el día en que falleció. Tenía seis años y ya me habían acostado. […] De pronto entró mamá con los ojos enrojecidos. En la radio habían dado la noticia de la muerte de Eva.” Evangelina [Salazar, esposa de Ramón Ortega, ex gobernador de Tucumán y compañero de fórmula de Eduardo Duhalde en las elecciones presidenciales de 1999]: “le tengo simpatía […] una buena madre, una buena compañera. […] Evangelina y Palito [Ramón Ortega] tienen un perfil familiar muy pare24 cido al nuestro” . 24 Los Ortega son un matrimonio con muchos años de casados y seis hijos. Ramón “Palito” Ortega nació en Tucumán, en un hogar numeroso y muy humilde. En su juventud emigró a Buenos Aires para iniciar su carrera artística. Se convirtió en un conocido cantor popular y actor, que tuvo mucho éxito en las décadas del 60 y 70. Se casó con la actriz Evangelina Salazar, conocida por la interpretación del personaje de una dulce maestra en una telenovela llamada “Señorita Maestra”. Rubia y de aire angelical, acompañó a su esposo en su trayectoria política cuando éste fue gobernador de la provincia de Tucumán. 42 Laura Masson Política: “Siempre tuve una vocación hacia la ayuda social, pero donde me siento como verdaderamente soy, Chiche, es en mi casa, con mis hijos.” Feminismo: “No soy feminista ni lo quiero ser. No me pida nombres, pero veo muchas mujeres que al hacer política se masculinizan y pierden así la sensibilidad femenina.” Demagogia: “El Consejo de la Familia y Desarrollo Humano a mi cargo no es una herramienta proselitista. Ellos [la gente humilde] saben votar y eligen a los que siempre se ocupan de ellos.” Familia: “Si uno de mis hijos tuviera un problema, dejaría todo. Y si fuera necesario, le diría a Eduardo: ‘Pará, te precisamos’.” Evita, un tema ineludible para una mujer peronista que actúa en política, aparece ligada al contexto familiar y a la emoción: el sufrimiento de la madre de Hilda González. Su opinión ayuda a entender aquella expresión “nació en un hogar peronista”. El justicialismo se define en términos emocionales -según sus adeptos, lo que caracteriza al justicialismo y lo diferencia de otros partidos políticos es el “sentimiento”- y ese elemento emotivo aparece con mayor fuerza en la figura femenina que lo representa: Eva Perón. Evangelina Salazar fue otra de las mujeres rubias que despertó en el imaginario nacional la evocación de la figura de Eva. La política, para la esposa del gobernador, es sinónimo de “ayuda social” y está ligada a una vocación, esta opinión la sitúa en oposición al feminismo, que aparece como aquello que atenta contra la naturaleza femenina y asociado a una forma de hacer política que no corresponde a las mujeres y les quita aquello que las define: “…veo muchas mujeres 25 que al hacer política se masculinizan y pierden así la sensibilidad femenina” . Nota 2 Hilda “Chiche” González. La Evita de Duhalde Maneja un presupuesto de 180 millones. Su discurso ortodoxo, la aversión hacia las clases altas y el comando de un movimiento asistencialista de 20 mil mujeres, les hace recordar a peronistas y opositores lo mejor y lo peor 25 El riesgo de la “masculinización” de las mujeres al hacer política también era una “preocupación” de Evita. En 1949, cuando crea el Partido Peronista Femenino, consideraba que mantener a las mujeres separadas de los hombres era una manera de evitar que se masculinicen y se vuelvan egoístas como ellos (Navarro, 1997:227). Por otra parte, en coincidencia con la opinión de su esposa, el gobernador Duhalde se refirió a Graciela Fernández Meijide como “Alfonsín con polleras”, descalificando el estilo político de la candidata y denunciando la ausencia de sus características femeninas. 43 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas de Eva Perón”. Título de la nota: “‘Chiche’ Duhalde. Evita de las manzaneras” (Revista Noticias, Abril, 1997, 7 páginas). La tapa de la revista muestra el montaje de una foto en blanco y negro de Eva Perón, con su clásico gesto con los brazos en alto, combinada con un recuadro en colores que muestra el rostro de Hilda González en lugar del rostro de Eva (ver foto Nº1). La nota está dividida en varias partes que incluyen un relato periodístico donde se abordan diferentes tópicos, informaciones sobre los programas sociales, notas de opinión, resultados de encuestas y un reportaje corto a Hilda González. El relato periodístico comienza, íntimo y emotivo, narrando una escena de la época en que Hilda González y Eduardo Duhalde eran novios, para compararla con el momento en que el gobernador, como 27 años atrás, volvería a “golpear la puerta para buscar a la misma mujer”, esta vez para que sea candidata a diputada y lo acompañe en su labor política. Los tópicos abordados están marcados por subtítulos: “Intención de voto”; “Voto, poder, dinero”; “Éramos tan pobres”; “Vidas paralelas”; “La fama”; “Cal y arena”; “Si Evita viviera” y “El futuro”. Nuevamente las comparaciones con Eva Perón son obvias, como lo indica el título. En el relato aparecen detalles cotidianos que muestran a los Duhalde como un matrimonio unido. Se hace referencia al apoyo de los sectores populares, lo que crea un punto de coincidencia con Eva: “Mientras que en la franja de consultados con estudios primarios la imagen positiva es de 46,8%, entre los egresados universitarios desciende al 23%”. En “Votos, poder y dinero” los periodistas explican que “Eduardo y ‘Chiche’ Duhalde repiten así un esquema que medio siglo atrás le dio buenos resultados electorales al peronismo: un discurso popular, fondos frescos y acción social”. Según la nota “Desde que su marido la colocó al frente de la Acción Social, las comparaciones no tardaron en llegar. La imagen de Eva Perón sobrevuela cada uno de los actos y de los gestos de Hilda Duhalde”. Entre las comparaciones aparece la pobreza en la infancia, su vocación casamentera oficiando de madrina en casamientos masivos organizados por el Estado, ser eje de la crítica en el manejo de altos presupuestos para la acción social y en la Liga Femenina Bonaerense26 (ver foto Nº 3). 26 El CPFDH contaba en ese momento con un programa llamado “Programa de Regularización de la Familia Bonaerense” cuyo objetivo era “Acompañar a las familias para que ejerzan plenamente su rol, como célula básica de la sociedad, garantizar el derecho a la identidad, evitar el desarraigo y cooperar para que cumpla sus funciones de formación, integración y realización de sus miembros”. Entre sus “beneficios” estaba la “regularización del vínculo matrimonial (civil y/o religioso) con amplia participación comunitaria” (Documento del CPFDH). Esto dio origen a los denominados “casamientos comunitarios” donde se reúne a varias parejas -a veces más de cien- y se realizan el mismo día y en el mismo lugar la ceremonia civil y religiosa (Iglesia Católica). En estos eventos Hilda González ha oficiado 44 Laura Masson La muestran como una mujer fuerte “[…] la señora que desde marzo de 1994 comanda con mano de hierro el ex Ministerio de Acción Social”, pero fiel a los intereses de su marido “[…] también le oprime el pecho la responsabilidad de saberse necesaria para allanarle el camino a la presidencia a su esposo”; “Desde siempre supo que la imagen de Duhalde dependía en gran parte de la eficacia de su organización social […] Hasta ahora, su vocación frustrada de asistente social congeniaba con la necesidad de transparencia requerida al entorno duhaldista”; “[…] Fueron segundos de incertidumbre porque sonó el celular y oyó la voz tranquilizadora de su jefe político: ‘Estuviste perfecta querida’ ”. La nota finaliza con el siguiente párrafo: “Mano dura, poder, pasión e ironía. La fórmula de esta mujer visceral que genera por igual odios y amores. ‘La Señora’, ‘la Chiche’, ‘la esposa de…’, la misma que ambiciona ser la primera dama del país en 1999 y pasar a la historia como la Evita de la Argentina posmenemista.” Dentro del relato son incluidos una crítica y un reconocimiento donde se pone de manifiesto la oposición entre dos formas de hacer política. La crítica proviene de su contrincante, Graciela Fernández Meijide, que reconoce su persistencia en el trabajo social pero, continúa, “Habría que saber si está donde está por su trabajo social o por ser la mujer de Duhalde”. Como un ejemplo de mujer que accede al mundo político independientemente de cualquier figura masculina vinculada a ella por lazos de parentesco, Graciela Fernández Meijide deslegitima con su comentario el lugar ocupado por la esposa del gobernador, no por su trabajo social, sino por ocupar su lugar como “esposa de”, cuestionando de esta manera la división sexual del trabajo político que se da dentro del Partido Justicialista. El reconocimiento viene por parte de un politólogo: “Hay pragmatismo para resolver problemas puntuales de la gente”, y de un sociólogo: “La gente percibe que no tiene interés político y que sus acciones están alejadas del poder formal que representa su marido”. En estos dos casos los profesionales legitiman, y de esta manera reafirman, la participación de las mujeres cuando está relacionada con el contacto con la gente y, supuestamente, alejada de de “madrina” de los contrayentes. Estos eventos fueron publicados por diversos diarios: Clarín (18 de abril de 1993); La Nación (27 de abril de 1997); Crónica (16 de marzo y 1 y 22 de junio de 1997); Algunos con sugerentes títulos como: “La familia se fortalece. ‘Multiboda’ con el apoyo del gobierno bonaerense. Consolidación del vínculo para casi ciento cincuenta parejas”. Un importante antecedente de esta modalidad de intervención del Estado en la estructura familiar aparece en una nota del diario Clarín titulada: “Operativo amor: 80 parejas de una villa se casaron en una ceremonia colectiva”. Fue durante un gobierno peronista y los padrinos de la boda múltiple fueron la presidenta María Estela Martínez de Perón y el Ministro de Bienestar Social José López Rega. Es interesante destacar que tanto en éste como en otros antecedentes estos procedimientos eran organizados por comisarías (Clarín, 14 de junio, 1975). 45 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas “intereses políticos”, tal como aparece en la construcción de la figura de las manzaneras que será tratada en el capítulo 3. La nota también incluye un “Álbum Familiar”, donde nuevamente se repite la construcción de una historia de vida que cobra sentido en función de hechos relevantes y mitos que construyen la historia del peronismo. El “Álbum Familiar” muestra cinco fotos, dos sobre la infancia de la candidata, una tercera cuando era maestra posando junto a su grupo de alumnos, otra donde aparece sola con un vestido de fiesta blanco y zapatos de taco alto y la última de su casamiento, junto a su esposo en el momento en que ambos reciben la bendición de un padre católico. Un pequeño texto acompaña el “álbum”. Allí se mencionan los tres elementos imprescindibles para construir el modelo de mujer con el cual Hilda González se identifica: la estrecha relación de su nacimiento con el del peronismo -referencia al 17 de octubre-, ser maestra -una profesión tradicionalmente femenina y considerada una extensión del rol materno-, y compañera de un hombre (ver foto Nº 2). En un pequeño recuadro aparece una breve referencia a Graciela Fernández Meijide, comparándola con Hilda González. Las similitudes son el lugar de nacimiento, la profesión y el arribo a la política por fuera de las estructuras partidarias. La diferencia, la filiación político-familiar: “La senadora viene de una familia antiperonista de clase media. La funcionaria, de un hogar obrero y peronista”. Esto marca una gran diferencia entre ambas. Nota 3 La Dama de Duhalde (Diario Clarín, Segunda Sección, 4 de Mayo, 1997, 7 páginas) Bajo el título “La Dama de Duhalde” el diario Clarín publicó un suplemento de 7 páginas con notas firmadas por diferentes periodistas. “Yo no soy una tibia”; “¿Dama de beneficencia o primera espada de Duhalde?” donde opinan 5 profesionales; “Los números de la asistencia”; “Una Eva de los 90” y “Un ejército de manzaneras”. La primera nota comienza con una descripción de la importante función de la dama en el juego de ajedrez, utilizada luego para describir la estrategia política de Eduardo Duhalde en las elecciones de 1999, “[…] haciendo correr a su esposa por los ásperos casilleros del ajedrez político”. Como mencioné anteriormente, la ironía de la prensa para referirse a Hilda González fue una constante durante este período, especialmente en las notas publicadas por Página 12 y Clarín. Continúa con una breve introducción que sitúa al lector en la actualidad política inmediata con declaraciones cortas de Hilda González en las que se define en cuestiones personales: 46 Laura Masson “Pero yo soy bonaerense […] Nunca fui un ama de casa. Ni soy tampoco una intelectual. Soy peronista por sentimiento, por convicción, porque me tocó vivir la gloria y decadencia después del peronismo. Y vivo al lado de un hombre peronista que hace esencialmente lo que tiene que hacer el peronismo […], estar al lado de la gente” (destacado mío). En estas pocas palabras Hilda González define los valores sobre los que se construyó su imagen y la de su esposo. Definirse como “bonaerense” equivale a oponerse a la Capital Federal -lugar donde vive Graciela Fernández Meijide-, y ser “gente de provincia” que mantiene sus valores en oposición a la corrupción de las grandes ciudades. Reivindica un regionalismo folclórico, que significa también identidad y arraigo, pilares del estilo político duhal27 dista reflejado en varios programas sociales y organismos oficiales . Su filiación política no se define por militancia, sino por sentimiento y experiencia de vida. El lugar de compañera de su esposo, también peronista, y la proximidad con la gente la acercan a una noción relacional de mujer a la vez que la distancian del individualismo, un verdadero defecto en un ámbito cuya tarea 28 es definida por las necesidades de los demás . 27 Programas del CPFDH, como “Mujer Isleña” y “Mujer de Campo”, tenían como objetivo incentivar el “arraigo a la tierra”. La Secretaría de Tierras y Urbanismo, a través de sus delegaciones municipales denominadas “Casa de Tierras”, implementaba el programa “Familia Propietaria Bonaerense”. La asociación de la mujer con la tierra, y la oposición entre la capital y el interior, la ciudad y el campo, fueron una de las representaciones recurrentes en las políticas del gobierno de Vichy en Francia, a través de las cuales se construyó la imagen de “l’éternel féminin” (Muel Dreyfus, 1996). Sobre este tema ver también capítulo 2. 28 Lo que denomino “noción relacional de mujer” está inspirado en el texto de Seyla Benhabib O outro generalizado e o outro concreto: A controvérsia Kohlberg-Gilligan e a teoria feminista” (Benhabib, 1987). En este texto se definen dos cuestiones que están relacionadas con este trabajo. Primero la distinción de Gilligan entre una “ética del cuidado y la responsabilidad” y una “ética de la justicia y de los derechos”. Gilligan discute los resultados de un estudio realizado por Kohlberg sobre “el desarrollo del juicio moral”, que muestra una diferencia de grado en favor del sexo masculino. La “ética del cuidado y la responsabilidad” le permite a la autora explicar el desarrollo moral de las mujeres y la capacitación cognitiva que ellas muestran de un modo nuevo. El juicio moral de las mujeres sería más contextual, más inmerso en los pormenores de las relaciones y las narrativas, demostraría una mayor propensión a asumir el punto de vista del “otro particular”. En segundo lugar, es importante la distinción de Benhabib entre el “yo generalizado” y el “yo concreto” que señala las limitaciones de la teoría moral formalista de universalidad y de reversibilidad perfecta. Ambas distinciones tienden a hacer visible un mundo excluido, tanto de la “ética de la justicia y los derechos” como de la visión del “otro generalizado”, y por lo tanto también del dominio “moral” y “público”. La “noción relacional de mujer” surge asociada a estas distinciones debido a que se piensa a la mujer en función de sus relaciones. Su definición es contextual, en oposición a la definición del yo autónomo propia de la ética de la justicia y los derechos y del yo generalizado. En el capítulo 2 las propuestas asociadas a cada uno de los grupos de mujeres que administraron el CPM pueden ser identificadas con la distinción de Gilligan entre las dos “éticas”. 47 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas La nota continúa en forma de preguntas y respuestas. A las preguntas acerca de los efectos políticos de su trabajo, Hilda González responde argumentando que tiene consecuencias políticas, pero por el reconocimiento de la gente, “[…] no porque busco un rédito”, y cuando se cuestiona la honestidad es “porque no se sabe cuánto amor ponen las manzaneras en su trabajo”. La política es reconocida sólo como una consecuencia del trabajo social; lo social y lo político aparecen como esferas separadas y, en un punto, opuestas. Cuando la política es identificada con el interés personal, es negada; la única política posible es la derivada del trabajo social, del desinterés, del reconocimiento de los otros. En cuanto al dinero invertido en los programas sociales, declara que “[…] yo no he visto a ninguna mujer gobernante ponerse las pilas, patear los barrios, hablar con la gente y llevarle soluciones”. En “Una Eva de los 90” se destaca su rol de intermediación entre el poder y los más humildes a través de la ayuda social. “[Hilda González] se encuentra en situación de jugar un papel clave en el máximo nivel del poder, con un contenido político largamente más preciso que el de una formal ‘primera dama’.” Y se la considera un “elemento estructural del proyecto presidencial de su marido” para 1999. Se menciona su similitud, en el plano de lo simbólico, al “paradigma Evita” intentando generar consenso personal a partir del trabajo social y preocupada por diferenciarse del “asistencialismo tradicional”, mostrando un interés organizativo. En “Un ejército de manzaneras”, nuevamente se plantea la dicotomía entre lo político y lo social en términos de interés/desinterés. Las manzaneras “Están diseminadas por toda la provincia. Constituyen una red que enlaza cada municipio con el despacho de su conductora Chiche Duhalde”, la autora de la nota las compara con abejas y dice que “Son un silencioso y efectivo ejército de 20.000 mujeres que reparte leche y huevos […]”. ¿Pero, “Cuánto le costaría a cualquier empresario pagar un salario mínimo […] por seis horas de trabajo, cinco días a la semana?” ¿“Las manzaneras son rentadas?” ¿Son “un ejército social vinculado al apoyo político de Eduardo Duhalde?”29. 29 El 26 de julio de 1997, aniversario de la muerte de Evita, ocurrida en 1952, los Duhalde organizaron un acto multitudinario (alrededor de 20.000 personas), la mayoría mujeres, donde Hilda González lanzó el “Evitismo”. En su discurso aparecen frases tales como: “No somos feministas, sino evitistas” y “No queremos competir con los hombres, sino trabajar junto a ellos”. En 1949, fue también un 26 julio, cuando el Partido Peronista Masculino se reunió para sentar las bases de su organización definitiva en el Luna Park. Ese día mil mujeres delegadas de todo el país se reunieron en el Teatro Nacional Cervantes para escuchar el discurso de Evita y “nombrarla” presidenta del Partido Peronista Femenino (Bianchi y Sanchís, 1988:68). 48 Laura Masson Nota 4 Vidas paralelas. Dos mujeres en pugna por los votos de octubre. Sus estilos, sus historias (Diario Clarín, Segunda Sección, 21 de Septiembre, 1997, 6 páginas) Este pequeño dossier, cuya tapa muestra fotos de ambas mujeres en su más tierna infancia, contiene tres notas (ver foto Nº 4). La primera, lleva como título “Mujeres al pie de la campaña” (ver foto Nº 5) y comienza haciendo una referencia al origen social de Graciela Fernández Meijide “Nenuca Castañola nunca conoció la pobreza”. Y continúa con una referencia a la ocupación de los padres de ambas y en qué momento de sus vidas ellas estaban cuando “nació” el peronismo. A pesar de que la trayectoria de la senadora Graciela Fernández Meijide es muy diferente a la de Hilda González, es narrada usando el mismo modelo con el que se cuenta la historia de las mujeres peronistas, haciendo referencia a su relación con la pobreza y el paralelo entre su vida y el surgimiento del peronismo: “Tenía apenas 14 años cuando los obreros de su barrio dejaron las fábricas al grito de ‘Perón, Perón’ y coparon la Plaza de Mayo el 17 de octubre del 45”. Es importante destacar cómo ante la irrupción de dos figuras femeninas en un espacio eminentemente masculino los diarios recurren a la historia para dar sentido a la presencia de estas mujeres en la política. Por un lado, la historia del país con un marcado énfasis en el peronismo. Por otro, la historia personal incluyendo detalles “íntimos” de sus vidas, como fotos de su infancia y de sus familias, que crean cierta relación de accesibilidad a las candidatas. También se resaltan similitudes y diferencias. Entre las primeras contaría “La marca de un pasado en el que la política ni siquiera había rozado sus sueños […]”; ambas son parte de elecciones consideradas un test para las elecciones presidenciales de 1999: “Las dos pelean de manera curiosa, con un estilo casi desconocido en la política argentina: eludiendo nombrarse”; “Por distintas razones Graciela y Chiche entraron a la política por la ventana y hoy están paradas frente a la puerta grande”. También aparecen acusaciones, Hilda González opina de Graciela Fernández Meijide: “Yo creía que por ser mujer, por no provenir de la política tradicional iba a tener un estilo diferente, pero la verdad es que cada día sus acusaciones son mayores […].” Y Graciela responde: “Sé que tuvo un trabajo de martillera en una inmobiliaria, que le fue muy bien y que después acompañó todo el proyecto de su marido desde las 49 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas intendencias. Y lo acompañó hasta tal punto que no queriendo ser candidata lo terminó siendo. […] Por eso, ahora es su propio marido el que la corre a un costado de la campaña. No sé como se puede sentir pero me parece que tiene toda una confusión de lo que es la política […].” La nota intenta situarlas nuevamente en la historia, esta vez con los datos necesarios para justificar la participación política de Graciela Fernández Meijide. Un breve recorrido por los diferentes golpes de Estado en Argentina -1955, cuando ocurrió la denominada Revolución Libertadora que derrocó a Perón, el derrocamiento del radical Arturo Illia en 1966- hasta llegar finalmente al golpe militar de marzo de 1976 “que a Graciela le arrebató un hijo, Pablo, desaparecido el 22 de octubre de ese año”. Seguidamente definen sus posiciones frente a determinados temas. Sobre la política, Hilda González declara que descree “Tal vez porque he visto, a través de los años, políticos de todos los partidos que no han trabajado para la gente”. Graciela Fernández Meijide por su parte opina: “Hoy parecería que alguna gente se confunde y cree que es bueno decir que no proviene de la política. […] Y lo hace también la señora de Duhalde, a quien respetuosamente yo tengo que decirle: ‘Sí, señora. Usted es política. Primero porque ha trabajado políticamente al lado de su marido. Segundo, porque va a reuniones de gabinete donde se discute la política. Tercero, porque usted maneja dinero público, lo destina para hacer trabajos, para hacer lo que sea. Y eso es hacer política porque es incidir desde el poder para cambiar determinadas cosas’.” Sobre la pobreza Hilda González reconoce que el ejercicio de la política la ha vuelto mucho más vulnerable: “La Chiche de hoy tiene mucha más sensibilidad porque se ha ido conectando cada vez más con los problemas de la gente.” Graciela Fernández Meijide considera que “Es cierto que uno siente más presión, pero hay que controlar la emoción más rápida, inmediata, para transformarla […], como un cirujano que no puede ponerse a llorar durante una operación.” La nota incluye dos pequeños textos firmados por los esposos de ambas candidatas, donde opinabn sobre sus mujeres. Hasta ese momento el esposo de la senadora no había aparecido en escena, contrariamente al matrimonio Duhalde. Lo que muestra una vez más cómo la prensa construye la biografía de estas mujeres en función de un esquema, aquel que se diseñó a partir de la figura de Eva Perón. La nota firmada por Enrique Fernández Meijide se titula “Una mujer inteligente”. Enrique Fernández Meijide destaca el interés de su esposa, desde siempre, por la política. Considera que “su ingreso a la política fue una decisión familiar” y declara que “La vida con ella siempre fue muy intensa”. Por su parte, el gobernador define a su mujer como “Una tí50 Laura Masson pica bonaerense”, frase que sirve de título a la nota. Reconoce que “La política nunca la motivó para actuar. Lo suyo ha sido siempre lo social, la gente y sus cosas; seguramente por el influjo cristiano de su hogar y por su formación docente.” Y que ella le había dado lo más importante que puede desear un hombre: “una familia unida, hijos sanos y portadores de valores trascendentes y, sobre todo, lo que uno más necesita: amor.” Ambas notas están acompañadas por una foto. Una, muestra al matrimonio Duhalde con cuatro de sus cinco hijos en una casa de campo. El epígrafe dice: “Chiche en familia. Los Duhalde rodeados por sus hijos, una prioridad del matrimonio, a pesar de las campañas políticas”. La otra, muestra a Graciela Fernández Meijide con sus tres hijos -sin su esposo-, al pie de la foto se lee: Graciela con sus hijos. La senadora Fernández Meijide, junto a sus tres hijos. En el centro, Pablo, desaparecido en 1976” (ver fotos Nº 6 y 7). ¿Cómo se resuelve en el discurso de ambos esposos la relación entre la política y la familia? Duhalde define a su esposa como no interesada por la política, a pesar de ser candidata a diputada, lo que estaría compensado por su interés constante por lo social, el cual proviene, según él, de su formación docente y la influencia cristiana de su hogar. Este perfil define también al grupo de Consejeras Ejecutivas que trabajan junto a ella en el CPFDH. Una identidad provinciana representativa resume la personalidad de su esposa: una típica bonaerense. Buena esposa, buena madre, hijos sanos, valores trascendentes y amor, son las características con las que el gobernador define a la candidata Hilda González. En oposición, Enrique Fernández Meijide define a su esposa como “una mujer inteligente” y “siempre interesada por la política”. La relación entre política y familia no se apoya en el desempeño doméstico de Graciela Fernández Meijide, sino en el hecho de que su ingreso a la política fue una “decisión familiar”. En el primer caso se trata de extender valores considerados femeninos, domésticos y propios de las relaciones familiares al espacio político, no para politizarlos sino para “neutralizar” acciones políticas -despolitizarlas- asociándolas a valores e instituciones pretendidamente “naturales”. Se produce una “domesticación” de lo público. El segundo caso parte de una experiencia diferente y opuesta. Es el avance del Estado sobre el espacio privado, cuando se produce el secuestro de su hijo, lo que politiza a la familia (Filc, 1997). Ambos movimientos desdibujan y redefinen los límites entre lo público y lo privado, al mismo tiempo que cuestionan la función de la mujer en la sociedad, tan íntimamente ligada a esta gran división que crea una representación dualista de la vida social. La segunda nota, “Sin pelos en la lengua”, comienza así: “Primero hubo silencios, luego cautela, en el cruce político entre Chiche y Graciela. Con el avance de la campaña hubo un estilo más agresivo y directo en el discurso de ambas”, el relato periodístico se centra en: 51 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas – (Chiche) hace campaña repartiendo huevos. – (Graciela) es de esos políticos que hablan con la heladera llena; nunca sufrieron la pobreza, pero a la hora de hacer critican. – (Chiche) es un simple instrumento de su esposo. Duhalde usa electoralmente a su mujer como antes lo hizo con Cafiero. – Graciela Fernández Meijide no tiene llegada a los pobres (Clarín, 21 de septiembre, 1997). La tercera y última nota del dossier se titula “Bajo el fervor de Buenos Aires” y tras una breve caracterización de la compleja composición social de la provincia de Buenos Aires, arriesga que “Chiche Duhalde es la que se desplaza más cómoda. Criada en Lomas de Zamora, educada en el peronismo, la esposa del gobernador camina desde hace años el Buenos Aires indigente […].” Considera a Graciela Fernández Meijide una figura política poco habitual y que “[…] comenzó a crecer y se terminó convirtiendo en un desafío inesperado para el peronismo cuando se conformó la alianza radical-frepasista”. La misma idea transmite cuando declara que “Los retazos de la clase media del conurbano bonaerense aceptaron el romance con la figura poco tradicional que la Meijide les acercó en esta campaña”. De Graciela Fernández Meijide dice que les recuerda a quienes la ven demasiado porteña [haciendo referencia a las acusaciones de Hilda González de que su rival no conoce la provincia], que ella fue bonaerense y que “pasea su estampa de madre castigada con el peor de los dolores -la desaparición de su hijo Pablo-”. Mientras, Hilda González estaría convencida de la esencia peronista que se esconde en el interior de cada pobre bonaerense y declara “Somos peronistas de toda la vida; ustedes ya nos conocen bien”. Notas de Opinión: La palabra de los especialistas Antes y después de las elecciones legislativas de 1997 en las que triunfó, tal vez inesperadamente, Graciela Fernández Meijide, los diarios y revistas incluyeron junto a los reportajes notas de opinión de especialistas como sociólogos, politólogos, historiadores y escritores. Las notas del “antes” intentaban interpretar el fenómeno de la competencia de las dos mujeres en las elecciones y lo que cada una representaba. Las del “después” pretendieron explicar cuáles habían sido las características que otorgaron el triunfo a una y no a la otra. Como en toda comparación, semejanzas y diferencias aparecen, en las opiniones de quienes toman la palabra, ante la necesidad de analizar una situación novedosa en el escenario político. Las semejanzas podrían resumirse en que ambas son consideradas “nuevas”, “figuras diferentes” para el descrei52 Laura Masson miento general que circunda el ámbito político. A esto se suma que esa novedad viene acompañada de valores: “Pero hay asignaturas pendientes en el camino que lleva al desarrollo. Graciela encarna una de ellas: la ética, el desafío a la corrupción. Chiche es portadora de otra: la acción social de sus manzaneras, porque el mercado no alcanza” (La Nación, 9 de marzo, 1997). Hilda González, a su vez, es invariablemente comparada con Evita, al tiempo que se reconoce -incluso ella misma lo dice- que no hay comparación posible, ya que Evita sería única e irrepetible, sea por las condiciones históricas en que se desarrolló su acción política, como por haber inaugurado su propio modelo. Entonces la referencia a Eva cada vez que se habla de Hilda González debe ser entendida como una referencia a un modelo de mujer, “la mujer peronista”. Según el periodista Orlando Barone, “Las mujeres peronistas, igual que Eva de Adán, nacen de un hombre”. Según él el súbito estrellato de Hilda González pone luz a la paradoja de dos modelos de mujer: “La mujer del gobernador exaltando el lugar de compañía incondicional de ‘su esposo’ y de repartidora indiscriminada sin pagar ningún costo; y la otra mujer, solitaria, y jugándose la suya sin red” (Revista Noticias, Abril, 1997). Bajo el título “Dama de beneficencia o primera espada de Duhalde”, cinco especialistas intentaron definir qué tipo de fenómeno encarnaba exactamente la figura de Hilda González. Para algunos acercaba la política a la gente, representaba en la política el creciente rol de la mujer, la tradición justicialista de la presencia de la mujer del líder político y mostraba la imagen de la familia tipo trabajando en equipo. También, al estar identificada con el trabajo social y por el hecho de ser mujer, representaría la honestidad y la sensibilidad social. En un plano de análisis más individual María del Carmen Feijóo, reconocida investigadora sobre temas de pobreza en Argentina, opinaba que “la asistencia social no es una actividad prepolítica de Hilda González. Creo que esa fue su opción dentro de la multiplicidad de acciones que propone la política”. Beatriz Sarlo, historiadora de la cultura, la consideraba “el emblema del socorro a los desocupados que reciben asistencialismo como política pública”, mientras que José Pablo Feinmann -escritor, filósofo, periodista y autor del guión de la película Eva Perón- creía que “no es un fenómeno en sí misma, sino un producto del aparato Duhaldista”. Es importante destacar el esfuerzo por intentar “explicar”, a través de la palabra de intelectuales ligados al tema, y siempre dentro de referencias peronistas -dama de beneficencia o primera espada de Duhalde son las opciones del título de la nota- qué “significa” o qué “representa” la esposa del gobernador en su nueva función. Además de destacar cómo la construcción de las “historias” de las candidatas tiene como particularidad un “estilo peronista” que relaciona sus vidas con hechos y conceptos de la historia del partido, 53 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas también es necesario tener en cuenta la centralidad que adquirió la candidatura de la esposa del gobernador, a quien la prensa dedicó numerosas y extensas notas intentando comprender el “nuevo fenómeno” en función de referencias históricas. Esto no sucedió de la misma forma con la candidatura 30 de Graciela Fernández Meijide . Solamente en las notas posteriores a las elecciones, donde la Alianza UCR-Frepaso venció al Partido Justicialista, la atención se centró sobre Graciela Fernández Meijide. Una editorial del diario La Nación se refirió a “su estilo familiar”, resaltando algunas de las características propias de la estrategia de presentación de Hilda González. Sobre todo intentando alejar la imagen de la ex senadora de la de una mujer independiente y acercándola a una concepción más relacional: “La figura de Graciela Fernández Meijide incorporó a la escena política bonaerense y nacional un tipo político distinto del que los argentinos estamos acostumbrados. Graciela, es una de esas personas que no necesitan apellido para identificarse, despertó en el ciudadano de todas las clases sociales, pero fundamentalmente en los estratos medios, la imagen de un ama de casa común, como la que se encuentra en cualquier hogar de cualquier barrio. […] No es ella una profesional sofisticada que se ahoga en guarismos y explicaciones incomprensibles para los sectores más perjudicados, y a ello le suma una ventaja competitiva incuestionable: su imagen es la de una mujer honesta, comprensible y accesible” (La Nación, 28 de octubre, 1997). Ante todo son dos los valores que se resaltan en Graciela Fernández Meijide: la participación política con su posible candidatura a la presidencia de la nación independiente de cualquier filiación masculina, y valores éticos asociados a su desempeño en organismos de Derechos Humanos. El diario Clarín, un día después de la elección, le dedicó una nota titulada “Una mujer 30 Esta insistencia de la prensa sobre la figura de la esposa del gobernador nos lleva a pensar en un abordaje y una manera de entender la política argentina donde las referencias al peronismo son, aún hoy, ineludibles. En su libro Los Intelectuales y la invención del peronismo, Neiburg analiza las innumerables discusiones que tuvieron lugar en los más variados escenarios, después del golpe militar que derrocó el segundo gobierno de Perón en 1955, a fin de debatir el futuro de Argentina, tomando como punto de partida las distintas evaluaciones sobre los orígenes y la naturaleza del llamado fenómeno peronista (Neiburg, 1998). La necesidad de discutir acerca del “fenómeno peronista”, clasificarlo e interpretarlo continúa como lo muestran las editoriales que acompañan las extensas notas sobre Hilda González. Esta tendencia también se refleja en el ámbito académico entre quienes trabajan con temas afines. Auyero en su artículo “Performing Evita. A tale of two Peronist Woman”, considera que “Menemismo (as President Menem’s version of peronism is known) does not embody, as many seem to believe, another death of Peronism but a third phase of the life of a party that persists in demostrating its resilience. As Jelin puts it, “Peronism transformed itself but continued as the single most important political force in the country” (Auyero, op. cit.). 54 Laura Masson inesperada”, donde al igual que en la nota de La Nación, se destaca su perfil doméstico, aunque combinado con su imagen política: “Nenuca volvió a la casa de los padres y caminó por los pasillos de la escuela que la vio crecer. Una vez más debía votarse a sí misma, pero ella ya no es la misma que vestía guardapolvo blanco y jugaba al tenis con sus hermanas. Porque la candidata se enfrentó ayer a la batalla más increíble que soportó desde que todos la conocen como Graciela Fernández Meijide. Ahora que sólo en el recuerdo de sus íntimos sobrevive aquel apodo, la misma Nenuca que creció en una familia de clase media de Avellaneda se para en el escenario político como una de las candidatas de la Alianza para disputar la presidencia en 1999” (destacado en el original). Bajo el título “Las dos caras de la candidata”, agrega: “Es que en la misma mujer conviven las caras de Nenuca y de Graciela Fernández Meijide: la que disfruta cocinando para su familia y pide tiempo libre para jugar con sus nietos, y la dama de hierro que no temió enfrentarse con uno de los aparatos políticos más poderosos. En el paso entre una y otra circunstancia, se conjugan un carácter que no disimula enojos con un discurso forjado en el sentido común. Pero también, una mujer que conoce de cerca el dolor” (Clarín, 27 de octubre, 1997. Destacado en el original). Nuevamente esto se refleja en la manera en que la candidata es nombrada. Sólo en comparación con Hilda González, y después de su triunfo en las elecciones, fue llamada “Nenuca”. Ambas notas, una más que la otra, realizan un esfuerzo por mostrar el lado doméstico, femenino, relacional de la nueva diputada. 3. Las candidatas por sí mismas E n 1998 fue publicado el libro Pobreza y Estado. Hacia un nuevo pacto social, cuya autora es Hilda González. En él cuenta su experiencia de trabajo en el área de acción social desde que ocupó los cargos de presidenta honoraria del CPM y del CPFDH. El mismo año apareció Orígenes de una lucha. Diálogo con Graciela Fernández Meijide, entrevista realizada y publicada por dos escritores argentinos donde Fernández Meijide narra la experiencia de la detención y desaparición de su hijo, su participación en organismos de Derechos Humanos a partir de la búsqueda, y sus opiniones sobre el autoritarismo. Este libro ya había sido publicado en 1986 bajo el título Después de la noche por otra editorial. 55 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas Cada uno de los relatos nos permite profundizar sobre la experiencia de estas mujeres en la participación de los hechos que las ligaron a la política institucional, la manera de contar su propia historia y cómo justifican el acceso a la política. Es necesario tener en cuenta que, a pesar de haber sido publicados en 1998, ambos libros fueron escritos con una diferencia de doce años. Graciela Fernández Meijide relataba su experiencia tres años después de finalizado el régimen militar (1986), en un intento de revelar una historia de violencia que había sido silenciada mientras los militares ocuparon el poder. Hilda González escribió su libro después de la derrota del Partido Justicialista en las elecciones legislativas, como una forma de demostrar que su tarea social continuaba y, por lo tanto, superaba los intereses políticos. Para sistematizar la comparación de los dos volúmenes, parto de diferentes puntos, examinando sus características en cada caso. Prólogo y presentación ¿Quiénes son las voces autorizadas para presentar públicamente a estas mujeres? ¿Con quién se sienten identificadas a fin de confiarles el uso de la palabra que las definirá? ¿Cuáles son los términos elegidos para condensar en esas pocas líneas el contenido y el objetivo de cada libro? Los textos que ocupan la contratapa resumen las diferencias básicas entre ambas mujeres que, presentadas en pares de oposiciones, serían en términos generales las siguientes: acción/diálogo, tarea social/diálogo político, mujer al lado de su marido/mujer en el espacio público, esposa/identidad femenina: “Hilda González de Duhalde es una mujer de acción. Al lado de su marido, a lo largo de toda su carrera política, ha desarrollado una tarea social comprometida y persistente, orientada a atender los problemas de la gente humilde […].” “Del diálogo social de los derechos humanos, Graciela Fernández Meijide ha pasado al diálogo político. La construcción de la identidad de mujer que surge de este libro, se concreta hoy con el cumplimiento de las funciones de la mujer en el espacio público.” Monseñor Rafael Rey, obispo y presidente de Cáritas Argentina, organización católica dedicada a la beneficencia social, escribió el prólogo del libro de Hilda González. “En estos días son muchos los que siguen discutiendo cuántos son los pobres y con qué indicadores identificar sus diversos niveles. […] No fue este el camino elegido por la Señora Hilda Beatriz González de Duhalde. Su libro ha sido escrito con pasión y en sus páginas están unidos el amor y la cercanía. […] Fue escrito en medio de la gente […].” 56 Laura Masson El libro de Graciela Fernández Meijide tiene dos prólogos escritos por los entrevistadores. El de la primera edición invita al diálogo como una forma de “evocación reflexiva y participación”. “Esta es la palabra de una madre, la integrante de una familia que en 1976 sintió de pronto quebrada la existencia, el relato de una mujer, de una educadora que ha salido a desafiar la tristeza y la impotencia, en la compañía de tantos otros afectados por la desaparición de sus familiares, que necesitaron fortalecer su debilidad y hacer racional y solidaria su búsqueda” (Ulla y Echave, 1998:10). El relato de Graciela es presentado como “no ejemplar” en un intento de no individualizar y dar un sentido social al testimonio para que sea leído como representativo de miles de personas que padecieron igual pérdida. El prólogo a la segunda edición incorporó otra perspectiva después del triunfo de Graciela Fernández Meijide en las elecciones legislativas: “Creemos que la personalidad de Graciela Fernández Meijide que aquí se despliega está en estrecha relación con la personalidad política del presente. La solidez de su condición ética que ha merecido la aprobación de una parte importante de la sociedad está también afirmada en el trabajo social que venía desarrollando y organizando durante su actuación en los derechos humanos” (op. cit., 13). Ambas candidatas partían de una experiencia que no cuestionaba los roles femeninos tradicionales. En el caso de Hilda González ese rol fue reforzado como una forma de legitimar ese poder y despolitizar ese lugar. En el otro, invocar a la identidad de madre es lo que moviliza, pero luego hay un esfuerzo por transformar la experiencia íntima y socializarla, sacándola del ámbito de lo privado y tornándola pública y política. A pesar de que el secuestro y la posterior desaparición de un hijo supone un costo emocional muy alto para una madre o una familia, el discurso de la emoción no fue utilizado de una forma tradicional para legitimar la acción de estos movimientos sociales. Se trató más bien de “racionalizar y hacer solidaria la búsqueda”, revirtiendo la imagen de mujer emotiva y reivindicando su acción a partir de una exigencia de justicia. Turning Points: el ingreso a la política Los relatos personales e historias de vida siempre parten de un hecho significativo que el narrador utiliza para dar sentido a la historia que ha de contar. En este caso, tratándose de figuras políticas no provenientes de las estructuras partidarias, nos interesa analizar cómo fue concebido y narrado el ingreso a la política. Según el relato de Hilda González el poder para ella no era algo nuevo, ya que antes de ser la esposa del gobernador por dos gestiones, fue la esposa del concejal, del intendente, del vicepresidente de la Cámara y Vicepresi57 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas dente de la Nación. Ser la esposa del gobernador, para ella, implicaba un espacio de poder naturalmente reservado y ese poder está para usarlo o dejarlo. Y si se decide usarlo, se puede usar bien o se puede usar mal: “Yo decidí hacerlo de la forma que creo mejor: intentar transferir ese poder a la gente colaborando a que se organicen no para vivir de la asistencia, sino para poder vivir con independencia” (González de Duhalde, 1998:19). El poder político en este caso proviene de una relación de parentesco por alianza, “la esposa de”, y se accede a él mediante una decisión que puede prescindir del proceso de acumulación de capital simbólico necesario para lograr la legitimidad que proviene de la militancia. En el libro Orígenes de una lucha, la entrevista a Graciela Fernández Meijide comienza con el pedido de los periodistas de que elija un día especial, muy feliz de su vida. A lo que responde: “Cuando dijiste ‘un día especial de tu vida’ inmediatamente pensé ‘el día que se llevaron a Pablo’, cuando agregaste ‘un día feliz’, me cambió el esquema. Un día feliz fue cuando nació mi hija María Alejandra […] En un caso había alegría, felicidad, orgullo, vanidad, todo eso por Alejandra, en el otro caso había estupor, cómo se podía seguir viviendo? Creo que a partir de ese dolor comencé a confundir, mezclar lo que era felicidad, con la tristeza, la angustia. Mi casamiento, el nacimiento de los chicos, el haberme recibido, el primer trabajo, todas las cosas buenas que a uno le pasan, quedaron como empañadas para mí cuando ocurrió la desaparición de Pablito. Fue como si me hubieran cortado en dos; a partir de allí mi vida cambió completamente” (Ulla y Echave, 1998:15-16). El secuestro de su hijo fue lo que la obligó a tomar conciencia de forma más clara de las condiciones políticas del país. A partir de allí, guiada por el objetivo de encontrar a su hijo, Graciela Fernández Meijide comienza a trabajar en 1977 como voluntaria en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, que se había formado en 1975. Fue a partir de la participación en este movimiento y en organismos como la CONADEP, experiencia que ella considera muy intensa y el trabajo más importante que realizó, que adquiere el capital simbólico y la legitimidad necesarias para acceder a la política institucional. Razón y emoción Hilda González se define de la siguiente manera: “Soy hija, hermana, esposa, madre y pronto seré abuela. Estudié, fui docente, profesional independiente, funcionaria y ahora diputada. Soy antes que nada una mujer de afecto y convicciones sociales fuertes” (González de Duhalde 1998:18). Según el obispo Rey, su libro está escrito con pasión y en sus páginas están unidos el amor y la 58 Laura Masson cercanía. Más adelante la autora declara: “Nosotros creemos firmemente en la mujer, en su capacidad, su sensibilidad y su compromiso con la familia” (op. cit., 25). Como veremos en el análisis de capítulos posteriores la sensibilidad femenina es constantemente invocada para justificar la presencia de las mujeres en la política, desde la esposa del gobernador, los referentes municipales hasta las manzaneras. En una nota publicada en Clarín, Hilda González declara: “Lo que no sabe [la oposición] es que las mujeres lo hacen exclusiva31 mente por amor, por la gente” (Clarín, 4 de mayo, 1997) . En el relato de Graciela Fernández Meijide, a pesar de que la emoción está muy presente, la reconstrucción de su experiencia muestra un alto grado de reflexión sobre la propia vida basado en experiencias y prácticas de conocimiento introspectivo vinculadas al psicoanálisis y psicodrama. Uno de los capítulos del libro lleva el título “Búsqueda de sí” y es allí donde cuenta qué significó para ella la desaparición de su hijo. Lo interesante de este punto es que lo coloca como algo que afectó su inteligencia y no su corazón, órgano que habitualmente representa las emociones: “Todo estaba como trabado, y lo peor era que yo tenía la impresión de que nunca más me iba a poner bien, que todo eso se había ido con Pablo, que lo que me había quedado era lo mecánico: seguía caminando, sabía masticar, seguía viviendo. No podría haber dicho ‘siento como que me hubieran quitado el corazón’, no: era la inteligencia” (Ulla y Echave, 1998:59). Aunque considere que la falta de su hijo le haya quitado la inteligencia, también reivindica la relación de afecto que aún la une a él y reconoce, al igual que las Madres de Plaza de Mayo, que su lucha continúa: “Y yo diría que por eso sigo en esta pelea, aunque no lo piense todos los días, porque lo tengo totalmente incorporado hasta la última gota de sangre, como si Pablo estuviera adentro mío; por eso puedo seguir peleando […] Con respecto al pasado creo que además debemos exigir que no se detenga la acción de la justicia para condenar los hechos de la dictadura. En el presente y en el futuro tenemos que defender, en nombre de esa misma justicia, a cada individuo o a cada grupo social cuyos derechos no sean respetados” (op. cit., 125). Un punto para destacar, y que marca las diferencias entre ambas mujeres, es cómo una función biológica propia de la condición femenina, la reproducción, es significada de formas totalmente diferentes dependiendo de las circunstancias históricas y sociales a las que hacen referencia. En el caso de Hilda González es utilizada para crear una imagen dotada de cualidades consideradas propias de su condición como el amor, el afecto, la vocación por el 31 En la revista del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, El Bonaerense, aparece un reportaje a la esposa del gobernador donde habla del trabajo realizado desde el CPFDH, titulado “Todo por amor”. (El Bonaerense, Año 1, Nº 1, agosto de 1996). 59 Capítulo 1: Candidaturas estratégicas cuidado de otros, la solidaridad. La naturalización de estas características es usada para mostrar una mujer simple, tal como ella es, preocupada por la resolución de problemas concretos y cotidianos -mujer de acción-, alejada de los intereses políticos. La imagen relacional que la ubica junto a sus hijos, su familia, su marido y los necesitados es utilizada como una estrategia que subordina el interés particular -identificado con el interés político- en función de un interés general -identificado con el trabajo social-: ser para los otros. Graciela Fernández Meijide apela a una identidad femenina politizada para referirse a su participación en los organismos de Derechos Humanos. A pesar de que en el prólogo a la primera edición su relato es definido como “la palabra de una madre”, existe un esfuerzo por “politizar” esa experiencia personal. Esto es característico también de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. En su libro Las mujeres en los discursos militares, Laudano analiza el discurso de miembros de dicha asociación. Refiriéndose al testimonio de una de estas mujeres, la autora relata: “A su vez, interpreta que al principio ellas decían que no hacían política pero ‘después nos dimos cuenta que sí hacíamos política, que estaba bien hacer política, haber enfrentado a la dictadura’. Y señala el secuestro de las tres Madres, Azucena Villaflor, Mary Ponce y Esther Balestrino de Cariada, como el elemento clave que las hizo reflexionar y las ayudó a pasar ‘de lo personal a lo colectivo’” (Laudano 1997:77). Lo que resulta sumamente interesante en el análisis de este testimonio es que marca el salto a la política a través de la búsqueda de los hijos. La experiencia de las Madres de Plaza de Mayo y de Graciela Fernández Meijide particularmente, remite a un uso social y político de la maternidad diferente. Se pasa de una experiencia individual a un hecho social, con la intención explícita de socializar y politizar el sufrimiento personal y la búsqueda de sus hijos. Este pasaje fue mediado y posible por la participación en movimientos sociales donde se gestó la experiencia común y surgió la reflexión acerca del potencial “político” de sus demandas. La “socialización” de la maternidad fue lo que permitió que una situación definida como personal y “doméstica” sea llevada al ámbito de la moral institucionalizada de las leyes estatales y reclamar por sus hijos en términos de justicia y de derechos ciudadanos. En las próximas páginas analizaré, cómo la identidad femenina que caracterizó la candidatura de Hilda González durante la campaña electoral se institucionalizó mediante un proceso de transformaciones burocrático-administrativas de las políticas sociales de la provincia. 60 1. Tapa de la revista Noticias, abril, 1997. 61 2. Álbum de la familia. Revista Noticias, abril, 1997. 62 3. Revista Noticias, abril, 1997. 63 4. Fotos de infancia de las candidatas. Publicadas en la tapa del Suplemento Informativo del Diario Clarín, domingo 21 de septiembre, 1997. 64 5. Fotos actuales de las candidatas. A la izquierda Graciela Fernandez Meijide, a la derecha Hilda González. Diario Clarin, domingo 21 de septiembre, 1997. 65 6. Hilda González junto a su esposo y sus hijos. Diario Clarín, 21 de septiembre, 1997. 66 7. Graciela Fernández Meijide junto a sus tres hijos. Diario Clarín, 21 de septiembre, 1997. 67 8. Logotipo del Consejo Nacional de la Mujer durante el gobierno de Duhalde. 68 9. Logotipo del Programa VIDA. Folleto de CPFDH. 69 10. Tapa del nº cero del diario Vida. 70 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad A partir de 1995 el CPFDH fue el órgano gubernamental que administró las políticas de acción social en la provincia de Buenos Aires. A menudo era confundido con el Consejo Provincial de la Mujer (CPM), tanto por quienes allí se dirigen para solicitar ayuda como por funcionarios de otras reparticiones. Por tal razón, sobre todo en los primeros años, la institución asumió una especie de nominación suplementaria que aparecía junto a su nombre oficial. Así, en folletos explicativos que promocionaban los programas sociales se podía leer: Consejo Provincial de la Familia y Desarrollo Humano (Ex Consejo de la Mujer). En el diseño de las políticas sociales del gobierno duhaldista mujer, familia y acción social fueron términos que aparecían naturalmente ligados y por un acto de nominación oficial la relación entre ellos quedaba legitimada. ¿Cuál fue el proceso que llevó a relacionar estos términos entre sí? ¿Bajo qué premisas la relación entre ellos fue justificada? ¿Qué presupuestos subyacían a estas asociaciones? Parte de estas preguntas puede responderse a partir de un seguimiento de las transformaciones de las políticas sociales con base en el análisis de los textos de las leyes y decretos que las institucionalizaron y en los testimonios de quienes experimentaron estos cambios. Centrar la atención en una etnografía de documentos, permite ver cómo las modificaciones del ámbito legislativo y burocrático se corresponden con la propaganda política de la facción gobernante y con el ingreso de un nuevo grupo de mujeres portadoras de un determinado tipo de capital social. Estas leyes fueron la expresión jurídica de determinados intereses e impusieron, a través de la creación de “problemas 1 sociales” y categorías a ellos ligados, una visión de mundo . Leyes y decretos son una forma de objetivar intereses y creencias y de regular un determinado orden social. El Estado garantiza su legitimidad a 1 Según Remi Lenoir, el objetivo esencialmente natalista de la “política familiar” en Francia en los años 70 está relacionado sobre todo con la consagración, bajo la forma de normas jurídicas garantizadas, de modelos considerados “normales” y “legítimos”. Muestra así cómo el derecho de familia es el resultado de las luchas entre diferentes especialistas. Mientras la definición dominante de familia ha sido por mucho tiempo la del Código Civil, otras definiciones se imponen y toman fuerza de ley con el desarrollo de instituciones especializadas en el “sector social” (Lenoir, 1985:6-7). 71 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad través de actos institucionalizados -actos oficiales-, que pueden ser la firma de documentos por agentes autorizados -funcionarios de Estado- hasta la realización de ceremonias públicas. En este sentido, el Estado tiene un verdadero poder creador al cual deben apelar todos aquellos que deseen un reconocimiento oficial (Bourdieu, 1993). La importancia de su poder de nominación reside en que, al mismo tiempo que agentes sociales y problemas sociales logran reconocimiento oficial, la manera en que son definidos crea una existencia socialmente legítima. En los casos analizados los fundamentos de las leyes muestran bajo qué argumentos una política dirigida a la mujer o a la familia es aprobada. Los diferentes artículos hacen referencia a los objetivos y forma de funcionamiento del organismo, es decir, cuál es la estrategia que el gobierno propone para ejecutar esa política. Y los decretos reglamentarios determinan cómo será la aplicación de esta ley, definiendo los organigramas y objetivos específicos de cada área 2 particular del organismo donde se distribuyen y asocian los temas a resolver , mientras que los programas a aplicar dan cuenta de la forma de intervención concreta. De esta forma, aparece en las leyes tanto como en sus decretos reglamentarios la definición legítima de lo que es una mujer, de lo que es una familia y del lugar que, en términos oficiales, le es asignado en la sociedad. 1. Consejo Provincial de la Mujer: el lugar de las “profesionales” E l 11 de diciembre de 1987, primer día de gobierno de Antonio Cafiero en la provincia se creó el Consejo Provincial de la Mujer por decreto nú3 mero 17 . La diferencia de este organismo, comparado con otros que administraban -y aún administran- políticas dirigidas a mujeres, es que se 2 En los documentos analizados percibimos que la formalidad del lenguaje privilegia la utilización de expresiones abstractas que, aunque cargadas de sentido, el contenido concreto del mismo nunca es explicitado. Así, en la mayoría de los casos analizados, los objetivos se construyen con una retórica vacía donde los conceptos adquieren existencia propia, independientemente de la situación empírica a la que supuestamente hacen referencia. Esto facilita de alguna manera la inclusión de valores trascendentales e intereses presentados como generales, a los que difícilmente alguna persona se opondría. Así, por ejemplo encontramos expresiones tales como: Fortalecimiento familiar, protección a la infancia, reforzar la modalidad vincular familiar, problemática de la mujer y la familia, mujeres en riesgo social, promoción del vínculo materno-paterno-filial, atención adecuada e integral a niños y adolescentes en situación de calle. 3 Es importante destacar que Antonio Cafiero pertenece, al igual que Eduardo Duhalde, al Partido Justicialista. Después de la derrota del partido en las elecciones presidenciales de 1983, Cafiero lideró una corriente interna dentro del Justicialismo denominada Renovación Peronista y en 1987 fue electo gobernador de la provincia de Buenos Aires. Este dato es importante para comparar los dos grupos de mujeres que administraron el organismo y mostrar que no necesariamente todas las mujeres peronistas tienen la misma forma de hacer política, ni justifican su lugar en la política invocando el nombre de Evita. 72 Laura Masson constituye como un espacio burocrático independiente de las políticas de acción social donde habitualmente se ubican los denominados “temas de muje4 res” (Ministerios de Acción social o de Bienestar Social) . El CPM, al desvincularse de los organismos de acción social, redefine las políticas destinadas a las mujeres y se orienta a revertir una situación de “discriminación de la mujer”. Lo que antes era considerado dentro de las políticas sociales un “problema de la mujer”, a partir de este momento, pasa a ser definido en términos de una “situación social injusta” que debe ser resuelta en los planos políticos, jurídicos y económicos, que quedaban excluidos cuando el tema 5 era monopolizado por la “acción social” . Con la creación del CPM, las políticas hacia las mujeres formalmente se universalizan y sus destinatarias adquieren un estatus especial dentro de la es4 Antecedentes de organismos gubernamentales nacionales destinados a políticas dirigidas a las mujeres: 1955: Creación de la Dirección Nacional de la Mujer y Comisión Nacional de la Mujer dependientes del Ministerio de Trabajo y Previsión (Decreto 7897/55), 1958: Dentro del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social se establece la Dirección Nacional de Seguridad y Protección Social de la Mujer (Decreto 4073/58), 1961: Esta Dirección pasó a depender de la Subsecretaría de Seguridad Social (Decreto 5561/61), 1964: La Dirección fue disminuida a la categoría de Departamento de la Mujer (Decreto 5073/64), 1968: El Departamento queda dentro de la Dirección Nacional de Recursos Humanos de la Secretaría de Trabajo con el nombre de Oficina Nacional de la Mujer (Decreto 5373/68), 5 En un documento de UNICEF Argentina (Julio 1994), titulado “Compromiso para el desarrollo igualitario de la mujer. Metas hacia el año 2000”, se muestra, a través de una sistematización de los cambios en la teoría general del desarrollo y los ajustes estructurales, las grandes líneas conceptuales seguidas por distintos organismos y sus objetivos de incorporar a la mujer en el desarrollo. Son identificados cinco enfoques y cada uno de ellos revela una concepción diferente de cuál debería ser el lugar de la mujer en la sociedad y en qué casos la mujer es valorizada como individuo o en función de su contexto familiar. A continuación citamos la definición de cada uno: a- Enfoque del bienestar: “[…] Se basa en el supuesto de que las mujeres son receptoras pasivas del desarrollo, su papel de madres es el más importantes y la crianza de los hijos lo mejor que pueden aportar al desarrollo económico. Se trata de una perspectiva centrada en la familia como unidad en la que la mujer es considerada elemento de reproducción y el hombre como elemento de producción.” b- Enfoque de la igualdad de oportunidades: destinado a la integración de las mujeres “[…] Su finalidad es reducir la desigualdad entre hombres y mujeres, sobre todo en lo que respecta a la división del trabajo basada en el sexo, aumentando la autonomía política y económica de las mujeres.” c- Enfoque de la lucha contra la pobreza: alejado de los problemas de igualdad de oportunidades, este enfoque se dedica a los problemas de desarrollo buscando los medios para aumentar la producción de las mujeres pobres. d- Enfoque de la eficacia: valora el desarrollo y considera a las mujeres como recursos poco utilizados. e- Enfoque del empoderamiento (empowerment) de las mujeres: Pretende conferir poder a las mujeres a partir de la confianza en sí mismas. Distingue estrategias a corto y largo plazo basadas en el género. (UNICEF, Argentina, julio 1994:10-11). 73 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad tructura burocrática. En este caso las mujeres no aparecen relacionadas con otros actores sociales -familia, hijos, discapacitados, menores -, ni con ningún otro problema social -violencia, desnutrición, vejez-, sino que son definidas en su individualidad, con “derechos” propios, acercándose de esta 6 manera a la categoría de “ciudadanía” . Su imagen deja de estar asociada a problemas de pobreza, desempleo, desnutrición, y se hace extensiva a grupos de mujeres que, por no formar parte de la población a la que habitualmente son destinadas las políticas de acción social, no estaban contempladas dentro de las incumbencias del Ministerio de Acción Social. El CPM fue creado con el propósito de revertir una “forma de inserción injusta y discriminatoria” que afecta a las mujeres y no para resolver “problemas de mujeres”. En el libro Mujeres Bonaerenses, donde se cuenta la experiencia del CPM durante el gobierno de Cafiero, son citadas palabras del gobernador que fueron pronunciadas durante la campaña proselitista como prueba del reconocimiento a las mujeres: “A todas las quiero ver participando en la planificación de la acción de gobierno. Las quiero gobierno”. En el documento del Fundamento de la creación del CPM se propone un cambio en las formas de participación que las mujeres han experimentado hasta ese momento en la sociedad y el reconocimiento de las tareas llevadas a cabo por ellas: “La transformación de las condiciones sociales en que desarrollan su accionar las mujeres de la Provincia exige profundas transformaciones legales, institucionales y culturales que permitan incorporar el enorme aporte de trabajo que las mujeres pueden brindar, como parte de su realización como personas y para el beneficio de la comunidad en su conjunto” (Fundamento de la creación del Consejo Provincial de la Mujer, Ley 11.097). Dos puntos deben ser destacados aquí. En primer lugar, el fundamento de creación de la ley supone la existencia de un ideal de justicia basado en la igualdad, que no estaría siendo respetado por el conjunto de la sociedad, lo cual justificaría la intervención gubernamental. En segundo lugar, se proponen transformaciones legales, institucionales y culturales. Las políticas están dirigidas a la integración plena de las mujeres en la sociedad, y la propuesta de acción abarca niveles que superan aquello que es definido como un “problema de la mujer”. Lo que podría ser considerado un problema, no está directamente identificado con un grupo, en este caso las mujeres, sino con una configuración social injusta que afecta el desarrollo de las potenciali6 74 Cómo señala Da Matta, el concepto de ciudadanía posee una dimensión sociológica, que al ser naturalizado por nuestra percepción, fácilmente olvidamos. En este sentido, el autor resalta que ser ciudadano (y ser individuo) es algo que se aprende y está demarcado por expectativas de comportamiento singulares, es algo socialmente institucionalizado y moralmente construido (Da Matta, 1997:86). Laura Masson dades de la totalidad de la población. Este reconocimiento se refleja en que las propuestas de acción del CPM proponen una transformación de la burocracia estatal en los planos jurídico, económico, político, etc. Otro punto importante, e íntimamente relacionado con el anterior, es el que hace referencia a la diversidad dentro del genérico “mujer”. La definición del grupo, según características biológicas, no presupone políticas destinadas a resolver cuestiones relacionadas con esa definición y reconoce a las mujeres como actores sociales que desempeñan diversas funciones en la sociedad: “Para ello, el Consejo estará integrado por mujeres provenientes de diversas actividades de diferentes lugares del territorio bonaerense e integrantes de distintos partidos políticos, movimientos y organizaciones sociales a fin de que la composición del Consejo replique la multiplicidad y diversidad del accionar femenino en la Provincia” (Ibid.). Ni en los fundamentos, ni en la redacción de los diferentes artículos de la ley la figura de la mujer es asociada a la familia, como aparecerá en las modificaciones llevadas a cabo durante la gestión duhaldista. Se construye una identidad femenina individualizada e independiente de los roles que tradicionalmente le son asignados. Sólo se hace mención a la “madre soltera”, pero el concepto no aparece como una categoría, sino que se refiere a la necesidad de “Priorizar la elaboración de programas que atiendan a la situación específica de la mujer en los regímenes penal y penitenciario, mujeres de la tercera edad, madres solteras […].” Como contrapartida se menciona la realización de las mujeres como personas y el artículo segundo de la ley hace referencia explícita a la finalidad del Consejo de lograr la plena igualdad jurídica, laboral, política, económica y social de la mujer. El modelo de mujer implícito supone mujeres reconocidas en su individualidad y en su diversidad que participan en política u otros movimientos sociales, mujeres que trabajan, profesionales, intelectuales, etc. La ley 11.097 de creación del CPM propone la siguiente estructura. El Consejo estaría compuesto por dos órganos, uno ejecutivo y otro consultivo. El primero formado por 14 miembros uno de los cuales ocuparía la Secretaría Ejecutiva. El último tendría como función asistir al Consejo en carácter honorario y estaría integrado por representantes del Poder Legislativo, las Organizaciones de la Mujer, Partidos Políticos, Sindicatos, Asociaciones Culturales, Profesionales o intelectuales vinculadas al tema, que participan en la formulación de políticas a su cargo, debiendo constituirse en Comisiones de Trabajo. Las integrantes del Órgano Ejecutivo en aquel período, a pesar de tener acceso a los cargos políticos por sus relaciones próximas con los gobernantes, eran reconocidas como portadoras de un capital simbólico acumulado por su 75 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad acceso a la educación superior. Las Consejeras Ejecutivas en ese momento 7 eran todas “profesionales” con formación universitaria . Como comenta una funcionaria administrativa: “Y bueno, antes también [las integrantes del CPM] eran amigas de Ani 8 Cafiero , profesionales, antropólogas, psicólogas, sociólogas… P: ¿Todas? R: Sí, sí…todas profesionales, una arquitecta había que estaba en la parte de vivienda, emergencia habitacional, en el tema de los barrios.” Con la creación de este organismo el Estado establece, en términos formales, la autonomía y legitimidad de los reclamos de un grupo social. Y facilita, argumentando desde el lenguaje de la justicia y los derechos ciudadanos, el acceso a espacios de poder de un grupo de mujeres cuya posición se contrapone a las propuestas del grupo sucesor. Este organismo se convierte también en un lugar desde donde es posible -al menos en términos formales- gestar otro tipo de cambios tendientes a lograr los objetivos propuestos. Hasta el momento describí al CPM como organismo independiente de políticas de acción social. También llamo la atención sobre la definición de políticas destinadas a las mujeres definidas como individuos o ciudadanas, sin apelar a sus relaciones dentro del ámbito doméstico y sin adjudicarle problemas considerados inherentes a su condición biológica. Ahora quisiera remarcar otra característica de este organismo que fue claramente destacada por una de las pocas funcionarias que participó de ambas gestiones: 9 la no atención de casos personales . Después de la creación del CPM, la Dirección de la Mujer -dependiente del Ministerio de Acción Social- continúa existiendo, pero las funciones de cada uno de estos organismos estarán bien diferenciadas: 7 El Consejo Ejecutivo estaba compuesto por: Lic. Irene González, Lic. Ana Cafiero, Arq. María Élida Mesutti, Prof. Inés Williams, Lic. Norma Sanchís, Lic. Susana Demaría, Lic. María del Carmen Feijoo, Dra. Ethel Díaz, Lic. Yolanda Zurbano, Lic. Blanca Kiguel, Sra. Leticia Bianculli, Dra. Susana Salerno, Lic. Elisa Schoijet, Sra. Clide Chiapara. 8 Ana Cafiero es socióloga y es la hija del entonces Gobernador de la provincia de Buenos Aires. Fue la responsable máxima del CPM, o como dicen los funcionarios, era quién “tenía firma”. Es interesante ver que tanto en el caso de Cafiero como en el de Duhalde quienes están a cargo del CPM son miembros de su familia. Pero los lazos de parentesco son diferentes, en el primer caso se trata de la hija y en el otro de la esposa. 9 La “atención de casos personales” está basada en la demanda particular de alguien que “necesita”. Esta demanda tiene dos variantes. Una es el envío de una carta destinada generalmente al gobernador o a su esposa pidiendo su intervención para resolver o iniciar un trámite burocrático (por ej. una pensión por invalidez o una jubilación), o solicitando algún bien material. La otra es la demanda cara a cara, donde las personas se dirigen a alguna oficina donde los políticos, o sus representantes, atienden los “problemas”. 76 Laura Masson “[…] toda la problemática de la mujer estaba a cargo de la Dirección de la Mujer dependiente de Acción Social, cuando Cafiero crea el Consejo Provincial de la Mujer, lo que se generaba de ahí eran los programas de capacitación y se planificaban los programas, y la Dirección de la Mujer pasó a atender casos personales. Consejo Provincial de la Mujer no atendía casos personales. La Dirección de la Mujer atendía los casos personales. […]” (Secretaria de Consejera Ejecutiva). Esta medida se contrapone a una imagen tradicional de la mujer ligada a la beneficencia pública. En este caso, esta función es delegada al Ministerio de Acción Social y a la esposa del gobernador que, según la misma funcionaria, dos veces por semana recibía en los salones de la casa de gobierno pedidos personales. Lo que se reivindica en este caso es el reconocimiento de las mujeres como profesionales, promoviendo en diferentes niveles la igualdad de derechos con relación al hombre, apelando a una lógica estatal que declara la igualdad de derechos de todos sus ciudadanos. Pero, el reconocimiento oficial de los derechos de las mujeres como “ciudadanas” y la voluntad explícita de promover los mismos tal como aparece en la ley 11.097, no es suficiente para que se instale en la sociedad una preocupación real sobre la definición de un problema como la “discriminación femenina”. Para imponer un nuevo modo legítimo de representación de la organización del mundo social, y de la función de la mujer en la sociedad, es necesario que la creación de una ley esté acompañada de un proceso de gestión material y simbólica de las nuevas propuestas. La consecución de estos fines generalmente requiere de una estructura burocrática organizada, con agentes especializados encargados de materializar las nuevas transformaciones y de la “voluntad política” de quienes ocupen en ese momento los puestos estratégicos del poder gubernamental, sobre todo en lo que se refiere a la liberación de recursos financieros. Así, a pesar de que el CPM tuvo cierta visibilidad durante la gestión del gobernador Cafiero, su importancia en nada se asemeja al crecimiento que tuvo con la “nueva” propuesta de la gestión gubernamental de Duhalde que relacionaba nuevamente a las mujeres con la acción social y les otorgaba oficial y simbólicamente un lugar preponderante. 2. La acción social en manos de mujeres Uno de los pilares básicos de la propuesta política de Eduardo Duhalde para gobernar la provincia de Buenos Aires fue fomentar la acción social. Cuando asumió la gobernación por primera vez en 1991 argumentó que Buenos Aires, particularmente el Gran Buenos Aires, era un lugar ‘postergado’ históricamente y que albergaba la mayor cantidad de pobres del país que no eran 77 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad sólo bonaerenses, sino que originariamente pertenecían a diferentes provincias argentinas. Partiendo de este argumento y reforzándolo con datos estadísticos que demostraban fehacientemente las condiciones precarias de la población del Gran Buenos Aires, el gobernador dispuso las condiciones necesarias para que el Congreso Nacional aprobara la creación de un fondo es10 pecial de ayuda para el conurbano . El “Fondo del Conurbano Bonaerense” o “Fondo de Reparación Histórica” se formó con el 10% del impuesto a las ganancias y aseguraba a la provincia una cifra cercana a los quinientos millo11 nes de pesos anuales . Según el gobernador, la decisión “Es una auténtica reparación, que surge de la convicción de que la seria problemática del Gran Buenos Aires constituye una cuestión social de carácter nacional” (Crónica, 9 de julio, 1992). El destino del dinero correspondiente al Fondo del Conurbano Bonaerense fue establecido por medio de una ley provincial -Ley 11.247-. Ese presupuesto sería utilizado para financiar: “[...] los estudios, proyectos, obras, mantenimientos y suministros que se requieran para la ejecución de programas sociales de saneamiento, infraestructura urbana, salud, educación, seguridad, empleo y todos aquellos compatibles con la reparación y garantía de los derechos humanos básicos” (Crónica, 9 de julio, 1992). Otro de los pilares de la propuesta política duhaldista fue colocar a las mujeres en el centro de las políticas sociales. Existió, a partir de ese momento, una destacada valoración de una imagen de mujer semejante a l’éternel feminin definido por Muel-Dreyfus. Desde este momento la mujer dejaba de ser pensada sola y pasaba a ser compañera del hombre, movilizada por la salud de sus hijos, a estar siempre presente en las iniciativas de asistencia, promoción y organización de la comunidad. A estos dos pilares se sumó una explícita promoción y protección de la familia por parte del Estado. 10 Según la investigación periodística realizada por Hernán López Echagüe, “Las estadísticas, sin duda veraces, que el oficialismo ofreció durante el debate, hacían inútil toda oposición: el 28% de la población carecía de vivienda; los principales cursos de agua estaban contaminados; más de un millón y medio de personas debían alumbrarse con velas o faroles; el 30% de los habitantes carecía de gas natural, el 68% de agua potable y el 85% de cloacas. Por último, un dato que buena parte de los legisladores conocía pero que el oficialismo se ocupó de traer a la memoria con énfaisis: el 27% de las plantas industriales del país estaba asentado en el conurbano bonaerense” (López Echagüe, 1995:162). 11 Aprobado por la ley 24.073 (art.40), votada el 2 de abril de 1992. Los gastos del Fondo fueron en 1993 de 442 millones, en 1994 ascendieron a 643 millones. Entre mayo de 1992 y junio de 1995 las inversiones fueron de 1.581.405.789 pesos (más de un millón y medio por día). 78 Laura Masson Un cambio de imagen: la mujer junto al hombre Un cambio significativo e inmediato dentro del CPM fue el del logotipo que lo identificaba. Durante el gobierno anterior, el CPM estuvo representado por la figura esquemática de varias mujeres tomadas de la mano, lo que reflejaba la imagen de mujer que orientó su política: mujeres en tanto individuos, definidas independientemente de los valores que puedan adquirir en su relación con otros, privilegiando la universalización y la igualdad. Una de las primeras medidas que tomó el nuevo grupo de gobernantes fue cambiar el logotipo que identificaba al organismo. Esta fue considerada una decisión estratégica: “Cambiamos también un poquito la visión que se tenía de lo que era el Consejo, porque era un Consejo con características de feminismo, nosotros si bien trabajamos siempre desde la mujer, trabajamos conjuntamente con el hombre. Por eso nuestro logo fue inmediatamente la cara del hombre y la de la mujer. Y bueno, ahí fue donde incorporamos acción social y familia y trabajamos con todos los programas que hacen a la familia, siempre cuidando el desarrollo humano y sobre todo en el campo de las mujeres” (Consejera Ejecutiva). El nuevo logotipo mostraba a la mujer como compañera -el rostro de la mujer incluido dentro del rostro del hombre- y al mismo tiempo la base para una “familia” en potencia. Junto al diseño de ambos perfiles, aparecía la figura de la provincia de Buenos Aires, agregando una identidad regional al símbolo que representaba la institución (ver ilustración Nº 8). Se definía a la mujer en función de las relaciones y valores atribuidos, la solidaridad que implicaba el hecho de estar “junto a”, el ser “compañera de”, oponiéndose al “individualismo” y “egoísmo” de las mujeres “solas”, identificadas como “feministas”. Las relaciones de género era un tema que movilizaba a quienes trabajan en el Consejo. Las opiniones sobre este tema se convertían para muchos en posibles acusaciones. Algunas mujeres con temor de ser consideradas feministas, lo que en ese contexto adquiría una connotación negativa, se disculpaban. Otras, para distinguirse, apelaban directamente a acusaciones, marcando las diferencias del Consejo antes y después del cambio de gobierno. Una funcionaria expresaba: “Sí, sí eran mucho más feministas.[…] Y eran todas divorciadas… bueno no se puede decir divorciada, era feminista porque todo el mundo se puede llegar a divorciar y no hay drama, pero… ¿viste? es así, más exagerado el tema de odio al hombre, este… incluso había ahí unas dos o tres que eran bastante raras [lesbianas]… ¡Qué se yo! Se notaba. Incluso el logo del 79 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad Consejo, eran mujeres todas tomaditas de la mano, pero mujeres que no tenían ni cara…!” (Secretaria de Consejera Ejecutiva). La manera en que esta funcionaria describe el logotipo del Consejo de la gestión anterior de gobierno marca claramente las diferencias en las concepciones de mujer. El CPM, durante el gobierno de Duhalde, define a la mujer junto al hombre, a sus hijos, a la familia y a la comunidad. El referente real de esta imagen femenina fue la propia esposa del gobernador, que sirvió de inspiración a otras mujeres que trabajaban junto a ella y a las manzaneras. Las mujeres como mediadoras “El asistencialismo de Duhalde es positivo. Hace mucho con poca plata. Gracias a su esposa, que hace un trabajo admirable, usa los recursos en forma eficiente. Por eso, sería perjudicial que ella fuera diputada, es mucho más útil ayudando a los humildes” (J. Alemann, economista, Revista Noticias, abril, 1997). Cuando Eduardo Duhalde asumió como gobernador, su esposa fue designada Presidenta Honoraria del Consejo Provincial de la Mujer y su imagen pública y su poder político fueron creciendo gradualmente hasta convertirse en el referente central de las políticas sociales de la provincia. A partir de ese momento, muchas modificaciones se realizaron en la institución. En una nota publicada en el diario Clarín, en un suplemento de publicidad oficial denominado “Cultura”, Hilda González explicaba: “El Consejo Provincial de la Mujer, que nació tímidamente pero con mucho empuje en 1992, se desarrolló con criterio integrador de programas que apuntaban a la mujer12. Fue así como poco a poco, fue abriéndose caminos más amplios, al abarcar problemáticas femeninas que atendían a la mujer-empresa, la mujer-madre, la mujer-trabajadora vecinal, la mujer-arraigo: en definitiva, la mujer-familia. El Consejo de la Mujer tuvo dos etapas. Primero fueron políticas para la mujer en sí. A los dos años ya teníamos lo que era el Ministerio de Acción Social incorporado a nuestro cargo. Dos años más y se sumó el Ministerio del Menor y la Familia. Se dejó en un consejo especial el tema del 12 Como ya fue mencionado, el CPM existe desde 1987. Hilda González omite en su discurso el trabajo realizado anteriormente por otro grupo de mujeres que fueron las fundadoras del organismo que ella preside. Y considera las políticas dirigidas a promover la igualdad de la mujer como un primer paso a partir del cual el Consejo fue creciendo y ampliando sus responsabilidades. Relacionado con este punto, Muel-Dreyfus cita a Joan Scott quien hace referencia a la amnesia de los conflictos y de las luchas ideológicas que caracteriza el punto de vista normativo, convertido en dominante, sobre la naturaleza de lo masculino y lo femenino (Muel-Dreyfus, F. 1996:203). 80 Laura Masson menor tutelado, pero se nos pasó toda la responsabilidad sobre tercera edad, discapacitados y jóvenes” (Clarín, 30 de mayo, 1998). Las nuevas funciones que el gobernador destinó al CPM son sistematizadas y oficialmente legitimadas poco después de asumir su cargo. El decreto 1467/92 da cuenta de la primera modificación al aprobar la estructura orgánica del Consejo Provincial de la Mujer y definir los objetivos, metas y acciones de dicho organismo. Allí ya aparecían enunciados aquellos caminos “más amplios” a los que se refiere la esposa del gobernador en sus declaraciones a la prensa. Mujer y familia son asociadas formando parte de una misma realidad y en algunos casos de un mismo “problema”. El decreto incluye ocho anexos. Los seis puntos del anexo 2 hacen referencia a la mujer y en el último aparece una mención a la mujer y a su núcleo familiar. En los anexos siguientes, en todos los casos, el término mujer aparece junto al término familia y se explicitan objetivos tales como: – Promover en la Jurisdicción Provincial y municipal y en el ámbito de las asociaciones y organizaciones intermedias, la creación y consolidación de las actividades que se relacionen con la mujer y la familia . – Suministrar información y orientación a las instituciones responsables de la atención de la problemática “mujer y familia”. A diferencia del artículo 3 del decreto reglamentario 2506/91, correspondiente a la creación del CPM, no se explicitaba que los miembros del Órgano Ejecutivo debían ser designados “procurando una representación regional, multipartidaria y multisectorial”. Tampoco estaba contemplada la existencia de un Órgano Consultivo con el fin de garantizar la representación de la diversidad de las mujeres. Ante la diversidad se priorizaba una imagen esencializada de mujer que resaltaba su función reproductora. Más allá de estas modificaciones legislativas, que se dirigían a una mujer definida por sus vínculos, ciertas funciones cumplidas hasta ese momento por el CPM, como los programas de capacitación comunitaria dirigidos exclusivamente a mujeres, continuaban. En los comienzos de la gestión duhaldista el Consejo parece haber funcionado con dos lógicas diferentes. Por un lado se continuó con los lineamientos originales del CPM y por otro se agregó la atención de casos personales, cuya ausencia era definitoria de la gestión anterior. Esta tarea estuvo a cargo del nuevo grupo de Consejeras Ejecutivas que asumieron junto con Hilda González y reemplazaron al grupo de mujeres “profesionales” que había administrado el CPM durante el gobierno de Antonio Cafiero. Una funcionaria lo explica de la siguiente manera: “Era como la acción social, por eso después cuando se separó [el Ministerio de Acción Social del Ministerio de Salud], lo primero que se tomó fue 81 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad acción social porque no podíamos tener una en el Consejo y otra en el Ministerio de Acción Social. Entonces se unió todo.” (Responsable Ejecutiva del Área Tercera Edad). Las nuevas integrantes se dedicaron a la “acción social directa” conviertiéndose en mediadoras entre el Estado y “la gente”, en una tarea filantrópica de corte oficial. Esta diferencia está asociada a las características del nuevo grupo que administra el Consejo -al cual haré referencia en el capítulo 3-, y fue un punto clave en la estructuración de toda la política social de la provincia. Para las nuevas funcionarias la atención de casos personales aparece como un hecho natural que se sumó a la continuidad de tareas ya realizadas por ellas: “Bueno, empezamos por ser, yo empecé a ser parte de lo que era la secretaría privada de la Señora donde éramos tres personas que recibíamos todas las demandas que la gente hacía directamente a ella. Pasó un tiempito y empezamos a recibir también lo que le llegaba al doctor a través de las cartas y, bueno, a través de la derivación a los distintos organismos empezamos a tratar de dar respuesta a todas esas demandas. […] Es lógico y es natural. Un gobernante y sobre todo cuando la esposa se involucra en la parte social, la ven como que fuera la protectora, la madre un poco ¿no? Y bueno, cuando ya veían todas las puertas cerradas ¿a quién recurren? A la Señora del gobernador (con tono de obviedad). Entonces divididos por áreas había una que se ocupaba de salud, otra que se ocupaba de subsidios, yo me ocupaba de pensiones… Y bueno, empezamos a mandar la carta como llegaba. Esto te lo cuento como una experiencia linda, porque empezamos mandando la carta que llegaba con el pedido al instituto y el instituto tenía que hacer todo. O darle la respuesta o no darle…” (Consejera Ejecutiva, ex catequista). La mayor parte de las mujeres que estaban al frente del organismo provenían del ámbito educativo. Maestras, directoras de escuela y/o profesoras, también conocidas del barrio o de la familia Duhalde que trabajaron en forma voluntaria junto a Hilda González en una fundación de beneficencia en uno de los distritos bonaerenses donde el gobernador había sido intendente. A través de este tipo de tarea estas mujeres alcanzaron un lugar privilegiado en la estructura burocrática del gobierno de la provincia, y de este modo las tareas que hasta ese momento habían realizado desde organizaciones no gubernamentales tuvieron reconocimiento oficial. Determinadas propiedades sociales construidas en sus trayectorias personales (docentes y catequistas), a falta de diplomas universitarios, sirvieron de argumento para justificar su nuevo lugar. El nuevo tipo de relación entre funcionarios y destinatarios de las políticas del CPM es un punto estratégico en las transformaciones de la política social 82 Laura Masson de la provincia y en la identidad femenina que presentan. Podría, tal vez, pensarse que la formulación de políticas destinadas a la mujer en términos de “mujer-familia” como parte de una única realidad y de un mismo problema contiene en sí misma la posibilidad de generar esta mediación debido a que la definición de la mujer está centrada en los vínculos. No solamente en la atención de casos personales el tema del vínculo y la proximidad es importante, sino también en la forma en que el CPM se presenta y es representado. Como dice una de las Consejeras Ejecutivas: “[…] sí, se nos abrieron algunas puertas porque nosotros no llevamos un discurso netamente feminista, sino que consideramos que la mujer era la generadora, el eje fundamental de la familia, que generaba principios éticos morales, temas todos que tenían que ver con su familia.” El organismo que había sido creado como un espacio burocrático independiente de otros asuntos de gobierno, incorpora nuevamente problemas asociados a “acción social” desde el momento en que asume su administración un grupo de mujeres con “experiencia en lo social”. Las políticas gubernamentales provinciales destinadas a “las mujeres” pasaron de un intento de revertir lo que fue definido como una “situación social injusta” a colocar una imagen femenina esencializada en el centro de las políticas sociales y consagrar a un grupo de mujeres como las administradoras de la “acción social” con la tarea de resolver los problemas de asistencia de los sectores vulnerables. Según el entonces gobernador Duhalde: “[…] [las mujeres] tienen una predisposición especial para todo lo vinculado con el bienestar de la gente y la 13 asistencia social, y de esto tenemos ejemplos permanentes” . La asociación de las mujeres con los “problemas sociales” está vinculada a la idea de que existe una capacidad natural de las mismas para resolverlos. El 30 de mayo de 1994 es sancionado el Decreto 1384/94 que aprueba una nueva estructura del Consejo de la Mujer. El Consejo Provincial de la Mujer se dividía en cuatro Unidades Área, cuyas denominaciones y sus respectivas Direcciones incorporan en forma explícita los temas “mujer” y “acción social” y muestran también la asociación directa entre ellos, como es el caso de la “Dirección de Desarrollo de Programas Mujer-Acción Social”, que depende de la Unidad Área de Integración y Coordinación de Programas. Según el relato de una de las funcionarias, que formó parte del CPM desde el comienzo de la gestión duhaldista, esta división en áreas estaba relacionada con la organización del trabajo de lectura y respuesta a las cartas que llegaban a la esposa del gobernador pidiendo ayuda: 13 Fragmento del discurso pronunciado por el Gobernador Eduardo Duhalde, el 8 de marzo de 1994, Día Internacional de la Mujer, con motivo del traspaso de la Subsecretaría de Organización Comunitaria al Consejo Provincial de la Mujer. 83 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad “En ese momento hasta la Señora leía cartas… las Consejeras, todos leíamos las cartas […]. En un momento empezamos a agrandarnos un poquito y empezaron a dividirse las tareas las Consejeras o las directoras de áreas, o Coordinadoras. Entonces una se dedicaba a vivienda, otra a pensiones, otra a salud. […] Un equipo de gente leía las cartas y las seleccionaba y las enviaba a las áreas. Cuando vos veías que la carta venía para vos y vos, por ej. no le podías dar una pensión, íbamos con la misma carta a las otras áreas y decías: ‘Mirá, yo pensión no le puedo dar porque no le alcanza la edad o no tiene el porcentaje de discapacidad, pero sí le podemos dar remedios…o hay que hacerle una visita a ver lo que necesita [...]’” (Responsable Ejecutiva de Programa). En el Anexo IV del decreto, donde se definen las “acciones” de las diferentes Unidades Áreas, existe una naturalización de los problemas sociales, los problemas que atañen a la población femenina y del rol mediador y asistencial de la mujer en expresiones que dan por sentado lo que significa cada una de ellas no explicitando en ningún caso a qué hacen referencia: “problemática de la mujer”, “temática social”, “problemáticas inherentes a la mujer y a la acción social”, “tema mujer”, “el quehacer de la mujer”, “temáticas que hacen a la mujer”, “situación social bonaerense”, “campo de la acción social”, “temas mujer-acción social”. Los cambios del CPM otorgaron un lugar preponderante a la mujer dentro de la estructura familiar en detrimento del rol masculino. La legitimidad simbólica de las nuevas tareas “[…] El 8 de marzo de 1994, me acuerdo porque fue un día de la mujer, donde lo que fue la Subsecretaría de Acción social pasa en su mayoría a depender del Consejo de la Mujer […] así que el 8 de marzo del 94 acción social pasó a depender del Consejo”. (Funcionaria del CPFDH) La transformación más importante en el CPM se produjo cuando Eduardo Duhalde transfirió la Subsecretaría de Organización Comunitaria, antes dependiente del Ministerio de Acción Social, al Consejo Provincial de la Mujer. A continuación cito algunos de los argumentos del decreto 473/94, por medio del cual se oficializó esta reforma: “[…] atento a la amplitud y complejidad de las tareas que viene llevando a cabo el MINISTERIO DE SALUD Y ACCION SOCIAL, ha surgido la necesidad de efectuar modificaciones a la estructura orgánico funcional del mismo.” [Considerando: ] 84 Laura Masson “Que en tal sentido, resulta oportuno e imprescindible asignar los objetivos de la temática ya indicada a otra área gubernamental con cometidos afines y con capacidad para desarrollarlos, en forma dinámica y efectiva. Que atento a que la mujer constituye el eje fundamental en que se asienta la organización familiar, basamento de todo ordenamiento social, resulta necesaria su participación activa en los programas comunitarios de asistencia directa. Que, consecuentemente, y frente a la valiosa y concreta acción que desarrolla el CONSEJO PROVINCIAL DE LA MUJER, surge adecuado transferirle los objetivos asignados a la SUBSECRETARIA DE ORGANIZACION COMUNITARIA.” La asociación de la imagen de la mujer con la asistencia social y la familia tal como aparece en los decretos tuvo su correlato simbólico en la celebración del acto oficial con motivo del Día Internacional de la Mujer. En tal ocasión, en la ciudad de La Plata, el gobernador acompañado por su esposa y otros funcionarios provinciales, anunció públicamente el traspaso de la Subsecretaría de Organización Comunitaria al CPM. En su discurso destacó la trayectoria del organismo y la relevancia de la actuación de la mujer en la historia del país y su vocación para el trabajo. Sus palabras fueron: “[…] hemos tomado una iniciativa que considero histórica: todo lo que sea acción social de la provincia de Buenos Aires pasa a ser coordinado por 14 las mujeres bonaerenses, nucleadas en el Consejo Provincial de la Mujer.” El peso simbólico de aquel acto se reflejaba en la memoria de los funcionarios del Consejo Provincial de la Familia y Desarrollo Humano: “[El CPM] Cambió, creció muchísimo, hace como 3 años, en un día de la mujer, el actual gobernador, entiende que este organismo tiene la plataforma suficiente para hacerse cargo de otras áreas que estaban subsumidas en otros ministerios y que no ejecutaban ninguna acción, política pública” (Directora de Programa, psicóloga). Otros recordaban esa fecha como la propia creación del CPFDH, que en realidad fue creado formalmente en diciembre de 1995: “y en el año…el 8 de marzo de 1994, me acuerdo porque fue un día de la mujer, donde lo que fue la subsecretaría de Acción social pasa en su mayoría a 14 El hecho fue publicado en una revista perteneciente al CPM denominada CODO A CODO, Consejo Provincial de la Mujer. Año 1, Nro. 2, Agosto de 1994, bajo el título: “La Acción Social es un tema que ahora coordinan las mujeres”. 85 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad depender del Consejo de la Mujer y Consejo de la Familia y Desarrollo Humano se crea a partir de todo esto unificado, después de la salida de menores del ámbito de salud” (Técnica Programa Co-Madres, Asistente Social). En este acto, el gobernador de la provincia, trasladó la responsabilidad sobre las políticas de acción social a su esposa consecuente con su ideología acerca de la necesidad de “devolver el poder a la familia”, de considerar a la mujer como el eje fundamental en que se asienta la organización familiar y 15 hacer de la ética una verdadera cuestión de Estado . 3. Devolverle el poder a la familia L as políticas sociales, no sólo se legitiman a través de la sanción de leyes y de la creación de organismos burocráticos que desarrollan programas sociales. Desde discursos pronunciados en épocas de campaña política o haciendo uso oficial de la palabra, el gobernador Duhalde, en repetidas ocasiones destacó la importancia de la familia para solucionar la “crisis por la que atraviesa el país”. En el año 1988, cuando era candidato a vicepresidente, consideraba a la familia como uno de los resortes que había que activar para solucionar los problemas políticos del país: “Una de mis mayores preocupaciones es el tema de la desestructuración de la familia, que si bien en mí es sólo un sentimiento, creo que desde una perspectiva nacional es el problema más grave que debe enfrentar la República.” (El Cronista Comercial, noviembre, 1988). En una declaración al mismo diario en el mes de diciembre expresa: “[…] la familia que tradicionalmente era la transmisora de cultura, que brindaba afecto y contribuía a la seguridad individual hoy está en plena crisis, con un agravante, y es la competencia instalada en los hogares: el televisor.” Luego agrega: “Por otro lado el Estado debería garantizar a todas las familias constituidas un lote de terreno. […] Finalmente […] debemos elaborar el “derecho de arraigo”, que va a permitir que cada argentino pueda estudiar, trabajar, casarse, tener hijos y morir 16 en el lugar en que nació” (El Cronista Comercial, diciembre, 1988). 15 Como mencioné en la Introducción, las declaraciones de Eduardo Duhalde acerca de su intención de “moralizar el Estado” datan desde la época en que era candidato a vicepresidente de la Nación. En 1990, desde la Vicepresidencia, constituye una comisión especial para la Recuperación Etica de la Sociedad y el Estado, según sus palabras, primer intento de tratamiento sistemático del tema en el país. El coordinador de esta comisión fue en su momento nombrado Ministro de la Familia y Desarrollo Humano. Durante su candidatura a presidente de la nación continuó reafirmando esta posición (ver “Carta abierta a De la Rúa”, Página 12, 6 de junio, 1999). 16 El 5 de enero de 1996, por decisión del gobernador Duhalde, se creó la Secretaría de Tierras y Urbanismo de la Provincia de Buenos Aires. En un folleto oficial de información y promoción de las actividades llevadas a cabo por esta secretaría aparece la siguiente frase: “Trabajamos para que no quede ninguna familia bonaerense sin su escritura”. La misma 86 Laura Masson A su vez, en su libro El pensamiento de Duhalde. Familia, Sociedad, Política y Drogas, el gobernador hace explícito su convencimiento de que: “Es imprescindible que las familias, sin resignar su integridad bio-psicológica y ética se proyecten a la sociedad, la informen, la penetren e impregnen a todos sus ámbitos y a todas sus instituciones con sus valores esen17 ciales. La ‘privatización de la familia’ aparece entonces como causa y efecto, a la par que sinónimo, de la llamada ‘desfamiliarización de la sociedad’. […] Para mi manera de ver, la forma más segura y efectiva de movilizar al pueblo en defensa de sus intereses en cualquier época o circunstancia, es movilizar a las familias, porque es la única institución que conserva su capacidad de actuar en cualquier situación social. […] No tengamos dudas: ‘las familias unidas y en acción’ constituyen una fuerza moral, económica y operativa de enorme magnitud” (Duhalde, 1997). Una de las primeras medidas del gobierno de Duhalde fue la unificación de los Ministerios de Salud y Acción Social, mediante la ley 11.175 de diciembre de 1991. Así se modificó la estructura del ex Ministerio de Acción Social, extinguiendo la Dirección de la Mujer que atendía casos personales durante el gobierno anterior. Durante el tiempo que Salud y Acción Social funcionaron en forma conjunta, el Ministerio estaba compuesto por tres Subsecretarías, de las cuales dos eran la Subsecretaría de Infancia, Familia y Medio Ambiente y la Subsecretaría de Organización Comunitaria. La primera estaba dividida en tres direcciones cuyos nombres se corresponden con Secretaría publicó una revista donde aparece su historia, sus objetivos y realizaciones. En un artículo titulado “Un derecho garantizado a todos los bonaerenses”, Duhalde afirma: “Al derecho de propiedad se lo afirma consolidando una sociedad de propietarios. En la escala, la propiedad de un terreno, de una vivienda, constituye el factor fundamental para una plena realización familiar”. Otro de los artículos menciona que “La clave para el funcionamiento de la Secretaría se gestó en el concepto de “La Familia”. Una sociedad estable y con capacidad de progreso tiene como base familias sólidas. La solidez de este núcleo requiere, entre otras cosas importantes, el arraigo que da la propiedad de la tierra y la vivienda donde se habita, obtenidas con esfuerzo y dignidad.” Bajo el título “Por el Arraigo y la Salud” se hace mención al convenio firmado entre el Secretario de Tierras y Urbanismo y el Secretario de Prevención y Asistencia de las Adicciones: “La problemática de la drogadicción acorrala hoy a un amplio sector de las familias bonaerenses, incrementando el vacío que genera el no poder satisfacer sus necesidades básicas. […] La Secretaría de Prevención y Asistencia de las Adicciones está llevando a cabo el Programa ‘10.000 líderes para el cambio. Formación de Formadores’, en todo el ámbito provincial, en el marco de un proceso de transformación social. Por su parte, la Secretaría de Tierras y Urbanismo busca generar el arraigo de las familias a sus propios terrenos, bajo el ‘Programa de Regularización Dominial Ley Nacional 24.374’, con el objetivo de afianzar y fortalecer los lazos familiares. Es así que ambas Secretarías colaborarán en forma conjunta con los programas que en cada una de ellas se desarrollan, en el marco de una política de prevención y asistencia social para la familia bonaerense”. (Revista de la Secretaría de Tierras y Urbanismo: Buenos Aires, Tierra Firme). 17 “Privatización de la Familia” es un término que Duhalde toma del Cardenal López Trujillo, Ministro de la Familia del Vaticano (Duhalde, 1997). 87 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad cada uno de los “problemas” enunciados en su denominación: Dirección de Infancia, Dirección de Familia, Dirección de Medio Ambiente. La Dirección Provincial de la Familia tenía a su cargo otras dos direcciones: Dirección de Fortalecimiento Familiar y Dirección de Promoción de la Familia. El decreto reglamentario 26/91 determina los objetivos y metas de las Subsecretarías y de las diferentes direcciones. Entre los objetivos de la Subsecretaría de Infancia, Familia y Medio Ambiente aparecen: – Rescatar la consideración de los valores esenciales intrínsecos de la familia para el desarrollo de la persona; teniendo en cuenta las nuevas realidades que nos distancian del concepto tradicional, esquemático y rígido de familia. – Proveer acciones de promoción general y fortalecimiento familiar para familias en situación de crisis. Con la escisión del Ministerio de Salud y Acción Social en 1994 la Subsecretaría de Infancia, Familia y Medio Ambiente pasó a formar parte del futuro Ministerio de la Familia y Desarrollo Humano. El 21 de marzo el gobernador Duhalde envía a la Honorable Legislatura un proyecto de ley donde propone la creación del Ministerio de la Familia y Desarrollo Humano. En la fundamentación del proyecto considera que: “En el nuevo Ministerio, como lo expresa su nombre, se complementan funcionalmente el valor esencial de nuestra cultura humanista y la familia, elemento básico de la sociedad, capaz de protegerla y ayudarla a crecer, modelando y perfilando al hombre, su producto más valioso y la razón de ser de aquella. De tal manera, se considera a la familia como eje conceptual, ético y operativo apto para comprender, abordar y solucionar problemas sociales de individuos o grupos de individuos; refortaleciendo el núcleo original, integrándolos a otra familia, o creando nuevos ámbitos familiares; evolucionando hacia algunas formas nuevas de ‘función familiar’, cuando sea necesario y posible. Se trata entonces de revalorizar en el terreno del trabajo social cotidiano al más importante de los agentes socializadores y aprovecharlo como medio para la transformación de la realidad.” En abril del mismo año se aprueba el proyecto y es sancionada la Ley 11.519 de creación del Ministerio de la Familia y Desarrollo Humano, que según el artículo cuarto: “Le corresponde al Ministerio de la Familia y Desarrollo Humano asistir al Gobernador de la Provincia en la determinación de las políticas 88 Laura Masson necesarias para la protección de la familia, el desarrollo humano, el acceso a la vivienda digna y el bienestar y la seguridad social, incentivando la acción solidaria, individual o colectiva […].” La familia está en el corazón de las políticas sociales. Se convierte en el eje moral y operativo capaz de transformar la sociedad. No es sólo incorporada a la acción social en tanto relais entre el estado y los individuos, una institución a través de la cual es posible administrar los beneficios sociales, sino que es considerada un lugar que posee “valores esenciales intrínsecos para el desarrollo de la persona” y la sociedad. Se convierte en un verdadero asunto de Estado, una institución que debe ser preservada bajo una forma específica -“concepto tradicional, esquemático y rígido de familia”- para el buen funcionamiento de la sociedad. Los Programas de la Subsecretaría de Infancia, Familia y Desarrollo Humano muestran cómo el ministerio desarrolló una verdadera política, donde se institucionalizaron formas de intervención en las que actuaban agentes especializados. Los medios y los fines de los programas estaban claramente definidos, cada uno organizado sobre la base de objetivos, destinatarios, modalidad operativa, prestaciones y cobertura. Esta última haciendo referencia a los partidos de la provincia donde los programas serían aplicados, distinguiendo entre conurbano bonaerense e interior de la provincia de Buenos Aires. En la mayoría de los programas los objetivos mencionados son el fortalecimiento de la familia y la asistencia a personas con problemas o en situación de riesgo. En cuanto a los destinatarios, la Secretaría desarrolló veintidós programas dirigidos a ancianos, adolescentes, discapacitados, madres adolescentes, fortalecimiento familiar, protección de la infancia, capacitación juvenil, identificación, documentación y fortalecimiento vincular del recién nacido, redes de servicio a la comunidad y subsidios a la familia natural. La modalidad operativa varía de acuerdo a los destinatarios. En los casos de personas (niños, ancianos, jóvenes) se basa en la creación de instituciones con sedes físicas que, dependiendo de los objetivos, serán denominadas hogares de tránsito (para albergar a cualquier persona en “situación de riesgo”), casas solidarias, centros de día, casas del niño, jardín maternal, casa juvenil, etc. Otra forma de asistencia son los subsidios otorgados en forma de becas a instituciones que trabajen con los problemas de los que se ocupa la Subsecretaría: discapacitados, ancianos, etc. En general, son convenios realizados entre el Estado e instituciones religiosas o privadas sin fines de lucro. Algunos programas operaban con la modalidad de “promotores comunitarios”, como es el caso del Programa de Protección a la Madre Adolescente y el Programa de Prevención Familiar y Comunitaria de Problemáticas Socio-Familiares. Este último tiene como característica principal: 89 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad “enfrentar los problemas a través de la actividad de los propios grupos familiares actuando solidariamente, conformando una auténtica comunidad […]. Los promotores comunitarios viven en el mismo barrio donde actúan, tienen muchas veces una amplia y reconocida trayectoria de trabajo social, se capacitan para tratar con los grupos familiares los problemas que estos presentan, orientándolos en el camino más adecuado a seguir. Los promotores no actúan aislados. Son respaldados por sus respectivos Municipios.” Otro programa que define su modalidad de intervención por su inserción en la comunidad, y que sobrevivió a la disolución del Ministerio de la Familia, fue la creación de las Unidades Centrales de Fortalecimiento Familiar (U.Ce.F.F). En ese momento funcionaban 50 instituciones en 42 municipios de la provincia. La previsión era realizar un abordaje “interdisciplinario e interinstitucional” bajo tres modalidades de implementación: 1 2 3 Unidades Centrales de Fortalecimiento Familiar (U.Ce.F.F): servicio ubicado en la zona céntrica del Municipio, implementado por éste a través de un convenio de asistencia técnico-financiera celebrado con la Subsecretaría. Unidades Barriales de Fortalecimiento Familiar (U.Ba.F.F): igual que las anteriores pero ubicadas descentralizadamente en barrios de un municipio. Centros de Fortalecimiento Familiar (C.e.F.F.): servicio implementado por una organización de la comunidad con la cual la Subsecretaría celebra un convenio de asistencia técnico-financiera para la ejecución del Programa. A través de la descentralización, con la creación de estas diversas instituciones se creó una red de control. El gobierno de la provincia realizó convenios con los municipios, instituciones religiosas o instituciones no gubernamentales voluntarias para llegar de una forma más directa a los destinatarios, que eran controlados en la “participación” de los programas por personas pertenecientes a su propia comunidad y su propio barrio. Estas personas eran “capacitadas” por el gobierno y habilitadas a actuar en su nombre bajo la denominación de “promotores comunitarios”. La definición de los objetivos y la aplicación concreta de las políticas estaba orientada a modificar hábitos co18 tidianos en una especie de re-educación . 18 Uno de los programas que evidencia formas de intervención invasivas del Estado al grupo familiar es el “Programa de identificación, documentación y fortalecimiento vincular del recién nacido”, en el que participan numerosas instituciones. Está articulado con diversos Organismos gubernamentales, ministerios de salud y de gobierno, secretaría de seguridad, comisiones de minoridad y familia de ambas cámaras de la Legislatura Provincial, Juzgado y asesoría de menores y con los municipios de la provincia de Buenos Aires. También se relaciona con distintos colegios profesionales e instancias académicas. 90 Laura Masson En la imposición de categorías que denominan “lo social” la existencia de la familia se institucionaliza y se definen las relaciones entre sus miembros. Una vez establecidas las categorías oficiales que trazan el mapa de problemas sociales, cada uno de los programas propuestos aparecen como la solución natural amparada en su reconocimiento político. La transformación de Acción Social en Ministerio de la Familia muestra a la unidad doméstica, como el grupo primario y natural que debe resolver los problemas sociales. Un doble juego en el cual la acción social se privatiza y las acciones estatales se confunden con el espacio supuestamente privado de la familia. Consejo Provincial de la Familia y Desarrollo Humano En 1994 el personal del CPM se trasladó de la casa de gobierno a un edificio de diez pisos que sería la sede del CPFDH. En diciembre de 1995 se sancionó la ley 11.737 que creó el CPFDH, órgano que, al igual que el CPM, pasó a de19 pender directamente de gobernación . En los fundamentos de creación de esta ley, cuyo proyecto es presentado por el gobernador de la provincia, se menciona el intento de: “[…] desconcentrar del Ministerio de la Familia y Desarrollo Humano la multiplicidad de funciones relativas al menor y la familia, desplazando esas competencias hacia un nuevo Consejo provincial con atribuciones específicas en materia de menores y ejercicio del patronato, con descentralización jerárquica, y hacia el ex-consejo de la mujer al que se revaloriza y amplía al acordársele las atribuciones en esa materia y en lo concerniente a la familia, el discapacitado y la tercera edad, procurando una respuesta integradora a cuestiones, sin duda, coligadas”. Con la creación del CPFDH se explicitó la necesidad de un cambio, una forma diferente de hacer política social inspirada en los lineamientos del “Desarrollo Social” y la “Gerencia Social Eficiente”. Ante la perspectiva de esta nueva modalidad los diferentes funcionarios que reunía el nuevo organismo, creado a partir de la unificación de partes de otros organismos, se confrontaron con la redefinición de sus antiguas funciones. Por un lado, el personal perteneciente al ex Consejo de la Mujer y, por otro, los funcionarios que formaban parte de los Ministerios. Entre ellos se creó una oposición entre quienes eran funcionarios de planta, es decir, el personal estable de los Ministerios y quienes eran los nuevos técnicos “contratados”, profesionales de lo “social” -antropólogos, historiadores, psicólogos, pedagogos-, que for- 19 La Ley 11.737 modifica las leyes 11.175 (Ley orgánica de los Ministerios), 11.519 (de creación del Ministerio de la Familia y Desarrollo Humano) y la Ley 11.097 (Creación del Consejo de la Mujer). 91 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad maban parte del CPM, altamente valorizados dentro de la nueva propuesta de 20 trabajo de la “nueva gerencia social” . La creación del CPFDH también relacionó dos formas de intervención social que hasta ese momento funcionaban en forma relativamente autónoma: por un lado, los programas de capacitación comunitaria, y por otro, la “asistencia social directa”. La primera estaba organizada por el personal “técnico” del CPM, y la segunda por Hilda González y un grupo de amigas y allegadas a 21 la familia Duhalde . Así, parece ser que en los comienzos, las actividades de capacitación, a la que se dedicaban exclusivamente los técnicos, y la atención de casos personales, de la que se ocupaban las Consejeras Ejecutivas, coexis22 tían sin interferir una con la otra . La manera en que se fueron combinando ambas formas de hacer política social puede ser evaluada a través de la transformación del programa de capacitación “Trabajadoras Vecinales” en programa alimentario Vida, conside23 rado la “columna vertebral” del CPFDH . Analizar cómo se combinan dos formas de hacer política social que en principio se consideran excluyentes, es esencial para avanzar en el análisis y entender las percepciones y justifica20 La renovación de la “gerencia social” es considerada una transformación clave para llevar adelante la “reforma social” que proponen los representantes del BM y BID para los países de América Latina. La misma consiste en preparar “gerentes que puedan lidiar con la complejidad y la incertidumbre propias de los actuales contextos ” y superar las “deficiencias y debilidades institucionales y gerenciales” (léase prácticas “clientelísticas”). Para tal fin se propone el trabajo en “red”, donde deben participar diversas instituciones (organismos públicos, ONGs, empresas, etc). La gerencia de la política social debe ser de carácter adaptativo, requiere la participación de los “asistidos”, la profesionalización de los “gerentes” y evitar los “lobbies locales de poder” (Kliksberg, Bernardo, “Gerencia social eficiente: un problema estratégico para el futuro de América Latina”. págs. 167-172, s/f. Extracto de un texto sin referencias que integra, junto con otros, un cuadernillo titulado “Planes y Objetivos del CPFDH”). 21 En el comienzo de la gestión de Duhalde existían sólo tres programas en el CPM: Violencia, Trabajadoras Vecinales -programa de organización comunitaria-, y Microempresas. Por otra parte, existía el área de Acción Social Directa. Los técnicos que ingresaron en aquella época se refieren a “los buenos tiempos” en los cuales tenían libertad para actuar profesionalmente sin ningún tipo de control y sobre todo sin “presiones políticas”. Es decir, sin las presiones que exigen una respuesta que debe traducirse en votos. 22 Cuando los Técnicos hablan de las Consejeras Ejecutivas durante aquella época, que eran quienes se ocupaban de los casos personales, tienen un recuerdo poco claro de cuál era su función en ese momento, lo que puede ser considerado un indicador de que ambos grupos realizaban sus tareas en forma independiente. 23 Fue una de las funcionarias del Plan Vida que lo definió de esta manera. Ante la pregunta de por qué ese programa sería considerado la Columna Vertebral del CPFDH, respondió: “Porque es el único programa masivo y tan focalizado que llega directamente a la comunidad. Porque vos con una mujer “x” de un barrio, una vecina, con el título de manzanera, tenés una radiografía de todo lo que pasa en ese barrio. Podés saber si trabajan, no trabajan, si estudian. No solamente lo del programa, sino que ellas como hablan con la gente y la ven todos los días se enteran de las cosas que pasan […] Vos pensá que saltás prácticamente todos los niveles, directamente de acá, nosotros tenemos acá el domicilio concreto de las personas y como está constituido cada grupo familiar[…].” 92 Laura Masson ciones de los actores que en ellas participan. “Trabajadoras Vecinales” era un programa con una orientación metodológica específica y destinado a la capacitación de mujeres para cualquier tipo de tarea comunitaria. El objetivo principal del Vida era garantizar la entrega de alimentos a mujeres embarazadas y niños de hasta 5 años de edad. En palabras de uno de los técnicos, que en ese momento trabajaba en el programa Vida: “La capacitación del Vida la hicimos tomando muchos elementos de la capacitación que dábamos en Trabajadoras Vecinales (TV). Además había circundando una crítica, se le criticaba al programa de TV que no dejaba nada a la gente, nada material. Decían tal programa lleva comida, Co-madre entrega ajuares, otros entregan pensiones, medicamentos, ¿El programa TV, qué da? Parecía como que la capacitación en sí no se valoraba. P: ¿Ése era un reclamo de la gente? R: No, de acá del Consejo, no nuestra, sino de más arriba, de la dirección del Consejo y como que había una crítica de eso. Y a medida que [el Plan Vida] iba creciendo nos fue absorbiendo. En el medio de todo este proceso, que fue como lo vivimos nosotros, imaginate es un cambio de mentalidad. Antes era un programa de capacitación a mujeres para tareas comunitarias “x” y con una orientación metodológica, a un programa que es un programa básicamente de asistencia. Que se trata por lo menos desde acá, desde la faz técnica que no sea asistencialista, pero eso es algo que no está en las manos de uno, ni de la planificación” (Técnico, antropólogo. Destacado mío). Entre los argumentos utilizados para fundamentar una forma diferente de hacer política fueron citados los organismos internacionales que financian la “capacitación” de los funcionarios responsables de programas -“responsables 24 ejecutivos” o “directores”- del CPFDH en la aplicación de políticas sociales . Los nuevos especialistas de lo social encuentran en las instituciones internacionales la autoridad suficiente y necesaria para respaldar sus acciones y oponerlas a las prácticas ya existentes: “[…]de hecho estamos trabajando con el BID [Banco Interamericano de Desarrollo] y con otros organismos internacionales como para que también, bueno, ahora vamos a traer un monitoreo externo del 24 El Banco Interamericano de Desarrollo otorgó un crédito para la capacitación de lo que se denomina el “equipo técnico” del CPFDH. En general los funcionarios se resistían a hablar sobre el origen de los fondos con los que se implementaban los programas. Pero debemos recordar que desde la asunción del gobernador Eduardo Duhalde, la provincia de Buenos Aires contó con una partida presupuestaria especial para ser destinada a las políticas de acción social, denominada “Fondo de Reparación Histórica” o “Fondo del Conurbano Bonaerense”. 93 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad Banco Interamericano de Desarrollo. Porque queremos mostrar que alguien de afuera, no importa la persona, diga esto pueden cambiarlo. Pero acá hay transparencia, no hay una bolsa negra donde no se sabe dónde van las cosas. […] Creo que cuando terminemos en el ‘99 vamos a tener un programa transparente, vamos a tener una ruptura con una vieja forma de hacer política en líneas generales. Lo que no quiere decir que alguien no haga clientelismo en esta barbaridad de números y vamos a tener avances significativos puntuales” (Directora del Programa Vida. Destacado mío). Los encuentros entre los representantes del BID y funcionarios del gobierno, denominados “Jornadas de Trabajo” o “Jornadas de Capacitación”, eran los lugares donde los profesionales técnicos del CPFDH “aprendían” los lineamientos básicos de la “gerencia social eficiente”. Las nuevas propuestas estaban imbuidas de un lenguaje cuasi futurista, mezclado con términos tecnológicos que daban, al mismo tiempo, un aire novedoso y eficiente a prácticas ya conocidas: “Existen amplias posibilidades para un enfoque muy diferente. Por una parte, vienen dadas por la ‘revolución gerencial’ que se está produciendo a nivel mundial. Las organizaciones exitosas públicas y privadas de fin de siglo XX manejan agendas y tecnologías muy distantes de las concepciones gerenciales predominantes en el medio latinoamericano. Hay un cambio de paradigma en gerencia en curso internacionalmente y las organizaciones inmersas en él toman claras ventajas competitivas. Entre otros aspectos, el nuevo paradigma emergente prepara gerentes que puedan lidiar con la complejidad y la incertidumbre propias de los actuales contextos, con un mundo internacionalizado, que sean capaces de armar redes, negociar; […] La gerencia, políticas y programas sociales 25 pueden beneficiarse mucho del ‘cruce’ con la gerencia del año 2000” (destacado mío). La propuesta de agencias financiadoras internacionales, como el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), partía de la declaración de la crisis del llamado Estado de Bienestar. Y consideraba las prácticas generadas por aquella modalidad, “clientelismo político” o “asistencialismo”, como obstáculos para llevar adelante una gestión social eficiente. Como alternativa a los “problemas” que el “Estado de Bienestar” demostró no ser capaz de solucionar, propusieron para América Latina llevar adelante una “reforma social”, basada en la implementación de “políticas fo25 Bernardo Kliksberg, “Gerencia Social eficiente: un problema estratégico para el futuro de América Latina”, op. cit. 94 Laura Masson 26 calizadas” . El diagnóstico que estas instituciones hacen para los países latinoamericanos es alarmante. En 1993, el presidente del BID declara que: “No cabe duda que la situación social de América Latina constituye un peligroso detonante que alimenta inestabilidades sociales y políticas que po27 drían minar los resultados mismos de las reformas económicas.” Según otro de los portavoces de estas nuevas políticas, la magnitud y profundidad de la pobreza latinoamericana tiende a crear una realidad que va más allá de ella, amplios sectores de la población se hallan en situación de 28 “exclusión” . Esta categoría se convirtió en el eje sobre el cual se articularon las propuestas de la “nueva gerencia social”, basada en la descentralización de las funciones estatales y la participación de la comunidad. Esto generaría un “nuevo tipo de relación entre Estado y Sociedad Civil” que colocaría a ambos en un vínculo de mayor co-responsabilidad. La participación requerida, al igual que las políticas sociales a ser aplicadas, no tuvieron como objetivo toda la sociedad, sino que convocaron a los “grupos excluidos”: “Reconozcamos que la participación no es un hecho nuevo, participación tenemos desde que hay Estado moderno, en donde los partidos, los grupos económicos y los gremios son canales u organizaciones de participación. Pero de la participación que estamos hablando en este nuevo contexto -reitero-, es de la participación de los grupos tradicionalmente excluidos, de los sin voz, de los que no están organizados” (Discurso pronunciado por Isabel Licha, Representante del BID en Jornadas de Capacitación con funcionarios del CPFDH. Destacado mío). 26 Antes de la Segunda Guerra Mundial, en Europa, la resolución de los problemas sociales, denominados “servicios sociales”, estaban destinados a ser una ayuda a los pobres. Después de la Segunda Guerra, especialmente Gran Bretaña, organizó los servicios sociales bajo una óptica explícita de lo que se llamó “Welfare State”. Los servicios sociales se convirtieron en “derechos sociales” y las políticas ya no estaban destinadas a remediar algunos problemas, sino a garantizar a toda la población -sin ningún tipo de distinción- un mínimo básico de seguridad en relación a salud, educación, empleo, etc. De una cierta manera los problemas sociales dejaron de existir en tanto categorías que designaban grupos sociales -niños, mujeres, ancianos, desempleados, etc-. Lo que en otras situaciones constituía un problema, estaba ahora garantizado como un derecho del ciudadano. Theda Skocpol analiza las diferencias entre el estilo del Estado de Bienestar en Europa, sobre todo en Gran Bretaña, y en Estados Unidos (Skocpol, 1988). 27 Enrique Iglesias, “Una agencia social para la región” en Reforma Social y Pobreza, BID, PNUD, 1993. 28 Bernardo Klisksberg, “Participación Popular: Algunos problemas estratégicos”. Documento preparado para el panel internacional sobre “Desarrollo de estratégias sociales” desarrollado por las Naciones Unidas, Nueva York, 25 de enero 1995. Este artículo es parte de una publicación interna del CPFDH titulada “Planes y Objetivos del CPFDH”. 95 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad Según los lineamientos del paradigma del desarrollo humano, “una forma de superar los enfoques clásicos es organizar la acción a partir de la identificación de grupos de población específicos dentro del universo de los pobres”, su “participación” es la estrategia para la inclusión. Pero, según Kliksberg, lograr la participación de las comunidades pobres no es algo fácil. Uno de los obstáculos claves es la destrucción del tejido social, “Una institución totalmente central, la familia, principal fuerza de socialización, protección y cé29 lula básica para la participación está siendo destruida” . Se sitúa de esta manera en la preservación de los lazos familiares el problema y al mismo tiempo la oportunidad para la integración de los sectores excluidos. Según el autor, la participación también enfrenta otro tipo de problemas, “la comunidad siente que puede estar siendo utilizada por quienes quieren obtener beneficios personales de los proyectos”. En este sentido, los funcionarios del CPFDH dijeron estar trabajando el tema del no-poder: “Entonces, este año hemos trabajado otra vez el tema de lo vincular, el tema de la horizontalidad de las relaciones, mucho el tema del no poder. Lo que pasa es que a veces como esto lleva una estructura administrativa, porque la manzanera le hace firmar a su beneficiario lo que le da, hay todo un sistema de controles que termina en la municipalidad que, a veces, como no tiene gente busca una coordinación en cada barrio, de las mismas manzaneras. Y ahí se arman estructuras intermedias burocráticas con poder, que revertirlo es una cosa difícil” (Directora del Programa Vida). Las autoridades del Consejo incentivaron en forma clara la apropiación de esta nueva propuesta de tratamiento de lo social. Según el relato de un técnico: “[…] la Señora de Duhalde estuvo regalando el libro de Kliksberg a los directivos del Consejo. Como que les estaba diciendo: ‘esta es la orientación que vamos a seguir de ahora en más’. Y después todo el proceso, no recuerdo bien en qué fecha se cambia el nombre del Consejo, de Consejo de la Mujer a Consejo de la Familia y Desarrollo Humano” (Técnico del Plan Vida). La profesionalización de la “gerencia social”, lograda con la capacitación tanto de los funcionarios del gobierno como de los sectores designados para “participar”, fue considerada la clave de las políticas sociales del momento y lo que las diferenciaba de las viejas formas de hacer política. Esta “nueva modalidad” justificó la implementación del Plan Vida, el plan alimentario materno-infantil más grande del país. Se cumplió de esa manera con la propuesta de “identificar grupos específicos dentro de los pobres” para orga29 Bernardo Kliksberg, op. cit. 96 Laura Masson 30 nizar la acción, en este caso, las mujeres . A partir de ese momento, el CPFDH recibió todo el apoyo del gobierno provincial, tanto financiero como polí31 tico . Con la creación del Plan Vida las Trabajadoras Vecinales se convierten en manzaneras. De ser capacitadas para la organización comunitaria pasaron a ser capacitadas para organizar la implementación del Plan: censar la población, recibir y organizar demandas y entregar los alimentos, todo esto en un radio que varía, de acuerdo a la densidad poblacional, entre cuatro y diez manzanas. El Plan Vida y su red de manzaneras, condensan las características del cara a cara de la acción social directa, la organización comunitaria y la apoliticidad requeridas por la nueva “gestión social”. Focalización, eficacia, participación, descentralización, capacitación, sistemas de información, provisión de servicios integrados, son las premisas de las agencias financiadoras, y sobre ellas se articularon los programas más importantes del CPFDH. En la perspectiva de las nuevas políticas sociales la sociedad está dividida en una parte económica y una parte social. La parte económica tiene sus propias leyes, las leyes del mercado. La parte social es la que corresponde a esos nuevos actores sociales: los excluidos. Para ellos fue diseñada la “gerencia social de avanzada”. Las leyes que regirán el mundo social de los pobres también son de oferta y de demanda. Pero es la demanda de “servicios” -servicios sociales-, a la cual deben estar atentos los gerenciadores de lo social para a través de ella ofrecer lo que el Estado pueda dar. O más bien, organizar a los propios integrantes de la sociedad civil para tal fin. En esta “nueva relación entre Estado y sociedad civil” las mujeres desempeñan un rol clave. Sólo que la sociedad civil, en este caso, es sinónimo de comunidades pobres. Y lo social se constituye en una esfera que es presentada como teniendo una existencia autónoma de cuestiones económicas y políticas. La participación, es de alguna manera, la denominación que el Estado da al trabajo que ciertos sectores de la sociedad llevan a cabo para resolver sus problemas de subsistencia. En el próximo capítulo me propongo mostrar cómo la imagen legítima de mujer y familia, que aparecía en los documentos jurídicos que instituciona30 Esta propuesta aparece en la publicación interna del CPFDH antes mencionada. En un punto dedicado a “Política de gasto público social” se menciona que “Una forma de superar los enfoques clásicos es organizar la acción a partir de la identificación de grupos de población específicos dentro del universo de los pobres: las mujeres y las madres; los niños y los jóvenes; los activos; los ancianos. […] Otra, es redefinir las políticas sectoriales adaptándolas a formas básicas de organización social: la familia y la comunidad. En este caso la política social permitirá recomponer la integralidad de las necesidades familiares y comunitarias, más alla de la de cada uno de sus miembros” (Reforma Social y Pobreza. Hacia una agenda integrada del desarrollo. Trabajos del Foro sobre Reforma Social y Pobreza, 1993. BID. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Sin autor identificado). 31 El presupuesto del CPFDH fue en 1995 de 93 millones de pesos y en 1997, momento electoral donde la esposa del gobernador encabezó la lista de candidatos a diputados por la provincia de Buenos Aires, fue de 180 millones, casi el doble que en 1995. 97 Capítulo 2: La institucionalización de una identidad lizan las políticas sociales, se tradujo en la implementación de las mismas, especialmente en el caso del Plan Vida. Y cómo la visión de mundo que emergía de los documentos jurídicos se efectivizó en la participación de las mujeres en diferentes niveles de administración de las políticas sociales de la provincia, y coincidió con otros textos no jurídicos como los cuadernillos y folletos de presentación de los programas sociales y el Diario Vida, publicación del CPFDH que se distribuía entre las manzaneras. 98 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas “Yo quiero contarles un poco cómo nace este programa y por qué nace este programa. Era mi esposo intendente municipal allá por el año 74’ y un día ve, en su partida presupuestaria, una partida que se llamaba “angelitos”, era muy joven por aquel entonces, recién intendente. Y llama al contador y le dice: Dígame qué es esto “angelitos” por lo que pagamos tanto. Y entonces el contador le dijo: son los cajoncitos de muertos que el municipio entrega a las familias pobres cuando se les muere un hijo. […] Las partidas de defunción decían: se mueren de bronqueopatía, de diarrea estival. En realidad, las mamás y los papás sabemos que ningún chico se puede morir por esas causas, si se mueren es porque su cuerpo no estaba lo suficientemente fortalecido. Y viendo qué se hacía en el mundo para combatir la desnutrición, Chile llevaba adelante un programa de estas características, y entonces lo empezó a implementar en Lomas de Zamora […] En aquel entonces lo llevaban adelante mujeres, igual que ahora. ¿Por qué mujeres? Porque, supuestamente, la mujer está más cerca de estas cosas que tienen que ver con las necesidades básicas de nuestros hijos, está más preocupada por su salud, se angustia más por todo lo que tiene que ver con la vida y, en una sociedad con menos dificultades tal vez que la nuestra, tiene que tener teóricamente un poquito más de tiempo para poder llevar adelante esta tarea solidaria. […] Hasta ahora, en dos años de llevarlo adelante lo único que nos ha dado son satisfacciones. Yo espero que aquí suceda lo mismo, que realmente comprendan el sentido del programa y qué nos ha movido a realizarlo. Que ha sido, nada más y nada menos, que luchar por lo que más queremos, que son nuestros hijos.” E l fragmento de discurso transcripto relata el “mito de origen” del Plan Vida que, repetido en otras ocasiones, esta vez fue pronunciado por Hilda González en Alajuela, municipio del interior de la provincia de Buenos Aires, con 1 motivo del lanzamiento oficial del Plan en esa ciudad . El acto se hizo en una escuela pública, en septiembre de 1996, donde se reunió a todas las manzane1 En el acto de celebración del Día Internacional de la Mujer del 8 de Marzo de 1997, el gobernador hizo referencia a su juventud y a su “primera aproximación con la realidad” cuando se enteró de los “angelitos”, los cajones blancos para enterrar a los chicos (Página 12, 9 de marzo, 1997). 99 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas ras que habían sido previamente capacitadas por funcionarios del CPFDH. Los oradores fueron, en el orden en que son nombrados, Silvia Méndez (Consejera Ejecutiva, responsable por el Plan Vida), el intendente municipal, perteneciente al Partido Unión Cívica Radical y la esposa del gobernador. En este capítulo me propongo examinar la red mayoritariamente femenina, formada por mujeres con experiencias diversas, que articuló la política social desde su centro, el CPFDH, hasta las “bases” donde actuaban las manzaneras. En nombre de una forma despolitizada de hacer política social, las Consejeras Ejecutivas que trabajaban junto a Hilda González en la sede central del Consejo, los/as referentes municipales que “bajan” los programas de la provincia al municipio, y las manzaneras “capacitadas” por funcionarios del gobierno provincial para “dar sin recibir”, amenazaban en convertirse en nuevos profesionales de la política disputando los espacios de los políticos establecidos. Los discursos que instituyeron formalmente el Plan Vida en Alajuela estuvieron dirigidos a las manzaneras y fueron claros a la hora de definir el rol que cabe a esta nueva figura que aparece en la política social de la provincia. El “mito de origen”, relatado por la esposa del gobernador, apela en forma directa a la emoción refiriéndose a la muerte de niños inocentes y a la conciencia cuando mencionó la responsabilidad que, como padres, las personas tienen de alimentar debidamente a sus hijos. Hilda González instala, de esta manera, rápidamente el problema en el ámbito de la familia y de las responsabilidades personales. Pero, su presencia en ese acto significa que el Estado tiene algo que decir y hacer para revertir esa situación de muerte, y la propuesta es la que da nombre al plan: Vida. La responsabilidad sobre esas “vidas” cabe a las mujeres, como lo evidencia la presencia de la esposa del gobernador, de la Consejera, de las manzaneras y del ícono que caracteriza al Plan: una mujer con un niño en brazos, cuya silueta se asemeja a una virgen (ver ilustración Nº 9). Las manzaneras, a pesar de no ocupar los lugares destacados -no tener acceso al palco, ni tampoco al uso de la palabra-, fueron el personaje principal alrededor del cual se organizó el acto oficial. Ellas fueron reconocidas y legitimadas en las palabras de cada uno de los representantes del gobierno. Los discursos estuvieron dirigidos a destacar, al mismo tiempo que normativizar, la actividad de esas mujeres. Hubo líneas de significado insistentes: los valores repetidos en todos los discursos. Fue mencionado y positivamente valorizado todo lo que ellas eran. Según las palabras de la Consejera Silvia Méndez: “[…] el reconocimiento mayor es para ustedes, para las trabajadoras vecinales. Para las mujeres, para las 85 manzaneras, para las mujeres que hoy van a integrar la red solidaria que tiene este programa en toda la provincia de Buenos Aires. Realmente ustedes han puesto esfuerzo, han puesto tiempo 100 Laura Masson y han puesto dedicación. Y han sumado, al rol que tenemos todas las mujeres, que es mucho en la sociedad actual, de mamá, de esposa, de abuela, de ama de casa y de trabajadora, una noble tarea más, una tarea solidaria, voluntaria, ad honorem. Realmente guiadas por el amor hacia los demás, por el bien común y por mejorar la calidad de vida de los vecinos de su mismo barrio” (Silvia Méndez, Consejera Ejecutiva, Responsable por el Plan Vida). El discurso del intendente municipal además de reforzar lo dicho por la funcionaria del CPFDH, agregó otro elemento a la acción voluntaria de las mujeres que aparece en diversas situaciones y en varios niveles dentro de la política social provincial: la relación con la religión católica: “Ustedes, como manzaneras, van a tener una tarea importante. Silvia destacaba el desinterés, el trabajo, el sumar sin retribución alguna algo más a la tarea que tienen todos ustedes. Creo que también tienen una excelente oportunidad para llegar a toda la gente, todos tenemos que compartir las dificultades que tenemos, o que tienen junto a las familias o toda la sociedad. Todos, con ese mensaje evangélico, tenemos que ser solidarios” (Intendente Municipal. Destacado mío). Alajuela fue el primer municipio del interior de la provincia donde se puso en marcha el Plan. Su inicio formal fue en agosto de 1994, en Florencio 2 Varela, uno de los distritos del conurbano bonaerense . Según el director del Plan, comenzaron con alrededor de 30.000 beneficiarios y para noviembre 3 de 1998 la cifra era un poco más de un millón . El Plan Vida en principio fue creado para ser aplicado en el conurbano bonaerense, y no en el interior de la provincia de Buenos Aires. Hasta que a partir de 1996 comenzó a crecer y a implementarse en municipios del interior con una población superior a los 50.000 habitantes. La esposa del gobernador explica que: 2 Según una nota publicada en el diario Página 12 hubo un antecedente del Plan Vida, en General Sarmiento, en 1993. Según la crónica “Chiche” habría “invadido” el territorio del intendente Luis Ortega sin respetar la estructura de “punteros políticos” justicialistas. “[…] acompañada de sus consejeras y varios centenares de mujeres reclutadas en los barrios del mismo partido, realizó miles de entrevistas en diez días de atención continua. La operación tuvo como objetivo inmediato y visible voltear al intendente -quien vivía en constante indisciplina respecto al gobernador- y, de paso, hacer escarmentar en cabeza ajena al resto de los gobiernos comunales, justicialistas o no: tras el desembarco del Consejo, entonces un organismo incipiente, y basándose en las denuncias que éste recolectó, General Sarmiento fue intervenido y desmembrado en tres partidos relativamente pequeños, Presidente Perón, Malvinas y San Miguel.” (Página 12, 4 de enero, 1998). 3 Según otra funcionaria del Plan Vida a fin del ‘96 faltaba más del 60% [para llegar al millón de beneficiarios] o sea que en dos años hubo un crecimiento de más de 600.000 beneficiarios. 101 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas “[…] teníamos que poner un corte y entendimos que en los distritos más pequeños, si bien hay sectores con dificultades y con problemas, hay una cercanía tal entre las autoridades municipales y la gente que es muy fácil que el intendente conozca cada una de las familias que tienen problemas” (Hilda González, discurso de lanzamiento del Plan en la ciudad de Alajuela). A comienzos de 1998 el Plan Vida se había instrumentado en todos los municipios del conurbano bonaerense y en algunos distritos del interior de 4 la provincia sumando un total de 51 municipios . Acompañando las acciones del Plan Vida fueron diseñados dos programas menores asociados al primero, que también tenían como eje de su implementación el trabajo de mujeres del barrio. Estos son el Programa Co-madres y el Programa de Capacitación Comunitaria en Desarrollo Infantil. Ambos son de “capacitación” y su implementación se realiza en base a la estructura del Plan Vida. En un documento del CPFDH, donde se explican los lineamientos generales de los tres programas, la comadre es definida como: “Una figura reconocida en nuestra cultura popular, muy ligada al acompañamiento de la embarazada y el recién nacido es, en términos familiares, la comadre (de cum-juntamente y mater-madre). Comadre puede ser cualquier vecina elegida por las instituciones del barrio cuya tarea social es de carácter solidario.” Su función es oficiar de articuladora entre la embarazada y el sistema de salud. Es interesante destacar el uso de términos alusivos a relaciones de parentesco, que connotan también vínculos de lealtad y confianza, para nominar los programas sociales. El surgimiento del programa de Capacitación Comunitaria en Desarrollo Infantil es presentado como una nueva etapa del CPFDH: “en el camino ya emprendido basado en el mejoramiento de la calidad de vida de la familia bonaerense, en este caso particular centrando su atención en los niños” (destacado mío). La capacitación en Desarrollo Infantil estaba destinada a las comadres y comenzó con una experiencia piloto en La Plata, Berisso y Ensenada. En noviembre de 1998, durante el período de investigación, estaba siendo implementado también en Alajuela. La implementación del Plan Vida requiere de la participación de varios actores: funcionarios del CPFDH, “referentes municipales”, algunos integrados formalmente al organismo y otros que aparecen como figuras sui ge4 El Gran Buenos Aires o conurbano bonaerense está compuesto por 25 distritos, mientras que el interior de la provincia de Buenos Aires por 109. O sea que el Plan Vida fue implementado en 26 municipios del interior bonaerense. Siendo que el criterio de implementación del Plan es el número de habitantes, es importante tener en cuenta que muchos de los distritos del interior de la provincia no superan los 50.000 habitantes. 102 Laura Masson neris ligados a la burocracia estatal de manera informal, el intendente y funcionarios municipales pertenecientes al área de acción social, las denominadas organizaciones intermedias que pueden ser estatales, como escuelas o centros de atención de salud, o no gubernamentales como sociedades de fomento o instituciones religiosas y, finalmente, las manzaneras, figuras centrales que posibilitan el funcionamiento efectivo del mismo. ¿Cuál es el rol que les corresponde a las manzaneras y cuál su relación con las estructuras burocráticas del Estado provincial y con la política partidaria? ¿Qué es lo que las diferencia de integrantes de otro tipo de organizaciones civiles que podrían llevar a cabo estas tareas? 1. Las Manzaneras Las políticas sociales de la provincia de Buenos Aires fueron adaptadas a las propuestas de la nueva gerencia social del BID y el BM ubicando a gran cantidad de mujeres como administradoras y ejecutoras de los planes y reivindicando una imagen esencializada de mujer como propuesta ética y moral. En diciembre de 1995, fecha en que se crea el CPFDH, el gobierno de la provincia de Salta también decreta la creación de un nuevo tipo de “relación entre el 5 Estado y la Sociedad Civil” . Allí se menciona la necesidad de apelar a la “sociedad civil” ante la ausencia de figuras que contengan las cualidades necesarias para implementar el “desarrollo social”: “ […] en tal sentido, la respuesta auténticamente justicialista a las exigencias de solidaridad fue la labor de la señora Eva Perón, esto es, el compromiso personal con los carentes. En defecto de personalidades como la indicada, debe ser la sociedad la que asuma tal labor, canalizando y dirigiendo los aportes del Estado […] La norma constituye, por cierto, un intento de alcanzar fines públicos, a través de la utilización de fines no gubernamentales. Se trata, en definitiva, de considerar que la sociedad civil, por medio de sus organizaciones, asignará mejor que la burocracia gubernamental los recursos en beneficio de los carentes, o el estímulo y la pre6 servación de la cultura.” 5 Es interesante observar cómo al mismo tiempo que la influencia de los organismos internacionales tiende a homogeneizar (y en cierta forma homogeiniza) las políticas sociales, cada provincia se las apropia de una manera particular adaptándolas a su realidad local. En la provincia de Buenos Aires, referente clave para la política nacional, la función de la esposa del gobernador de administradora de la política social, fue asociada rápidammente con las figuras míticas de Juan Domingo Perón y Eva Perón, logrando de esta manera una primera proyección nacional para un gobernador que planeaba ser candidato a presidente de la nación. 6 Decreto de Necesidad y Urgencia Nro. 53, 12 de Diciembre de 1995, Gobierno de la provincia de Salta. Citado en Pantaleón, Jorge: 1999. 103 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas La política social llevada a cabo por Eva Perón durante el gobierno de su esposo desde la Fundación Eva Perón, y la marca particular y personalista de su trabajo, son aún hoy un referente ineludible para la política argentina, sobre todo cuando se trata de “lo social”. La provincia de Buenos Aires, a diferencia de Salta, encontró la “personalidad” indicada para llevar adelante las políticas sociales de la provincia: la esposa del gobernador, como mujer que acompaña a su marido en forma desinteresada y por el bien de la gente, es el modelo que se multiplicó por miles en toda la provincia de Buenos Aires. En cada distrito y en cada barrio hubo varias mujeres que asumieron “el compromiso personal con los carentes”: fue el “ejército de manzaneras” como lo denominó la prensa o “el ejército de amor” como lo llamó Hilda González en uno de los actos multitudinarios para celebrar el Día Internacional de la Mujer. Las manzaneras garantizaron una de las premisas básicas del Partido Justicialista y de la lógica política en general, que es estar cerca de la gente. Otras características propias de su figura son compartir con los beneficiarios las mismas necesidades, tener vocación de servicio y otras cualidades que analizaré a continuación. ¿Qué es una manzanera? 7 Una manzanera es una mujer . Pero no cualquier mujer puede ser manzanera. En líneas generales, las manzaneras son mujeres que viven en barrios que los funcionarios del gobierno provincial designan como “pobres” a través de mediciones técnico-estadísticas como el índice NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas). Entonces la manzanera es una mujer “pobre” o “humilde”. Este último calificativo, al que el discurso oficial ha apelado en algunas ocasiones para referirse a estas mujeres, también significa sumisión, virtud opuesta al orgullo y la vanidad. Pero no cualquier mujer pobre puede ser manzanera. La manzanera también tiene que ser solidaria, aunque eso tampoco es condición suficiente. Para cumplir tal tarea el CPFDH exige un determinado perfil. En 1996, presencié las reuniones en uno de los barrios de Alajuela, donde el Plan iba a ser aplicado, entre los técnicos del CPFDH y las “organizaciones intermedias” (escuela, centro de salud del barrio, sociedad de fomento). Allí se explicitó el perfil de las vecinas que podían cumplir con el rol de manzaneras: – Mujeres que tengan vocación de servicio – Mujeres reconocidas por sus vecinos – Mujeres no conflictivas – Mujeres que no trabajen fuera del hogar – Buenas vecinas 7 Según los directores del Plan Vida también hay “manzaneras hombres”, pero los casos son muy pocos y la convocatoria y los mensajes siempre estuvieron dirigidos a las mujeres. 104 Laura Masson – En su casa no puede funcionar un comercio, ni ser lugar de reunión de partidos políticos El folleto de presentación del programa dice lo siguiente: “Nuestras mujeres han estado siempre presentes, voluntariamente, en toda iniciativa de asistencia, promoción y organización de la comunidad. Movilizadas por la salud de sus hijos, por lo general provienen de los barrios más humildes. El Estado Provincial comprende la importancia de coordinar con ellas, acciones conjuntas que contemplen sus necesidades básicas y a la vez extiendan su profunda sabiduría hacia la comunidad” (destacado mío). En un documento del CPFDH, donde se exponen las diferentes etapas del Plan, se hace referencia al perfil de la manzanera acentuando que debe ser una persona reconocida por sus vecinos, que garantice la transparencia del Plan y evite la utilización del mismo con fines políticos. Se traza un perfil normativo cuyas características son consideradas en muchos casos como inherentemente femeninas y cuyo modelo, algunas veces implícito y otras explícito, está inspirado en la tradición de asistencia social a los pobres inaugurada dentro del partido por Eva Perón. ¿Cómo una mujer se convierte en manzanera? Para adquirir tal identidad debían cumplir todas las etapas previstas por el gobierno provincial. Primero, era necesario que la persona viviera en un lugar incluido en el área de cobertura del Plan Vida, lo cual en teoría, se decidía en una reunión entre representantes del CPFDH y autoridades del Municipio. En una segunda reunión se convocaban a las denominadas instituciones intermedias -escuela, iglesia, centros de salud- de los barrios seleccionados. Allí responsables técnicos del CPFDH y personal del Municipio explicaban los fundamentos y alcances del Plan haciendo hincapié en el perfil que debían 8 tener las “trabajadoras vecinales” . Las instituciones intermedias proponían los nombres de las manzaneras de acuerdo a dicho perfil. Una vez hecha la propuesta, realizaban la convocatoria de estas mujeres, siempre en reuniones coordinadas por los técnicos del CPFDH. Junto con ellas, se decidía quién sería la “manzanera titular” -aquella que recibiría los alimentos en su casa- y quién la “manzanera suplente”, encargada de ayudar en la tarea de repartir los alimentos o de hacer el reemplazo en caso de enfermedad o cualquier otro 8 En principio las “manzaneras” eran denominadas “trabajadoras vecinales”, ya que el Plan Vida deriva de un programa de capacitación que llevaba ese nombre. Pero como el trabajo de cada una de estas mujeres se delimita teniendo en cuenta un determinado número de manzanas acabaron siendo más conocidas como “manzaneras”. 105 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas tipo de impedimento. En este encuentro también se les explicaba cuál era el rol que les correspondía en el Plan. El paso siguiente era la “capacitación” de las mujeres seleccionadas que se habían comprometido a trabajar. La misma se hacía en dos jornadas consecutivas. En la primera, se explicaba los alcances del plan, tipo de alimentos que recibirían para repartir, quiénes serían los beneficiarios, cómo seleccionarlos, etc. Y en el segundo día se confeccionaban los mapas donde se marcaba la casa de la manzanera titular y su radio de acción. Se les explicaba cómo utilizar la “planilla de control” y la del “registro de beneficiarios”. Estas mujeres ya eran manzaneras, elegidas y reconocidas por las instituciones del barrio y avaladas por el gobierno provincial. Después de realizar su primera tarea, que consistía en registrar a los beneficiarios a través de un censo, debían entregar los datos al referente municipal, y una vez cumplidos todos los requisitos administrativos por funcionarios del Municipio y del CPFDH, las manzaneras eran invitadas a participar del lanzamiento oficial del Plan, donde la esposa del gobernador pronunciaba un discurso reivindicativo de su trabajo voluntario y su solidaridad. ¿Cuál es la función destinada a las manzaneras? Existían funciones específicas que una manzanera debía cumplir y para las cuales había sido capacitada por los técnicos del CPFDH. Sus responsabilidades eran: – Confeccionar los listados de los beneficiarios – Recibir los alimentos en su domicilio – Organizar las raciones y entregarlas a los destinatarios – Rendir las entregas de alimentos – Participar en el sistema de capacitación – Interactuar con los programas vigentes en el distrito Cada ración alimentaria estaba compuesta de: – ½ litro de leche diaria (para el caso del conurbano bonaerense los beneficiarios recibían leche fluida lo que significaba recepción y entrega diaria. En el interior de la provincia se decidió reemplazarla por ½ Kg de leche en polvo y la recepción y entrega era semanal al igual que las otras mercaderías) – 3 huevos de gallina (semanal) – 1 Kg de cereal (en forma rotativa avena, arroz, harina de trigo y de maíz) – Fideos secos (semanal) – 1 Kg de azúcar (mensual) 106 Laura Masson Las manzaneras también debían detectar casos de embarazos, tratar que las embarazadas realicen los controles periódicos en el centro de salud del barrio, identificar y comunicar casos de violencia doméstica y “emprender la búsqueda de una relación fluida, constante y cotidiana con sus vecinos y las instituciones que los representan”. La particularidad del Plan Vida residió no solo en la incorporación efectiva de miles de mujeres a la política provincial, sino también en la inversión en la producción simbólica dedicada a reivindicar el trabajo de las manzaneras. Actos, premios, regalos, diplomas y festejos fueron una constante en la relación entre las manzaneras y los burócratas y políticos del Estado provincial. En una oportunidad, Hilda González hizo mención a la entrega de los premios “Manzanita de oro” y “Manzanita de Plata” para aquellas mujeres que mejor desempeñaran su tarea. El perfil requerido en la selección de estas mujeres y su trabajo “solidario” fueron continuamente destacados en una publicación bimestral de 9 distribución gratuita, denominada Diario del Plan Vida . El primer ejemplar fue publicado en noviembre de 1996, año en que el programa comenzó a expandirse con mayor rapidez. Según Hilda González, esta publicación había sido concebida como un espacio para las manzaneras. Estaba diseñado a partir de un lenguaje emotivo, sencillo y coloquial que intentaba crear un clima de confianza y proximidad. En la tapa de cada periódico aparecía, al final de la página, una foto de la esposa del gobernador y un mensaje dirigido a las manzaneras, firmado con su apodo “Chiche Duhalde”. En el número cero Hilda González definía el propósito del diario (ver ilustración Nº 10). El Diario del Plan Vida presentaba tres aspectos relevantes. Por un lado, se transformó en un órgano oficial de propaganda política en tanto publicitaba los diferentes programas sociales del CPFDH y los actos oficiales de inauguración o cierre de algún evento, actividades recreativas (campamentos, campeonatos deportivos, etc.) que eran publicadas en las páginas centrales con una diagramación que privilegiaba las fotos en detrimento del texto. Otro aspecto importante era aquello que los técnicos y los folletos de los programas denominaron “capacitación”. En todos los periódicos, salvo alguna excepción, las tres últimas páginas estaban reservadas a las siguientes sesiones: “Cocinando”, “Estimulación Temprana” y “Programa de Educación de la Provincia de Buenos Aires”. Allí se publicaban recetas culinarias, consejos de puericultura y de nutrición e “higiene alimentaria”, destinados a enseñar a las manzaneras a resolver sus problemas domésticos. La “capacitación” puede ser interpretada como una forma de reemplazo de la caridad humillante por el consejo eficaz y la norma preservadora, representativos del polo médico-higie9 El diario del Plan Vida era publicado por la Secretaría de Prensa del CPFDH que funcionaba en el quinto piso del edificio del CPFDH. 107 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas nista de la filantropía del siglo XIX. En ese momento representados por el estilo “novedoso y eficiente” que generaba la presencia de los técnicos del CPFDH y el 10 lenguaje tecnológico y empresarial de la “gerencia social” . El tercer aspecto estaba claramente destinado a construir y sostener la imagen de las manzaneras, y de las mujeres en general, basada en valores morales como la solidaridad, el voluntariado y el afecto. Desde su inicio hasta agosto de 1998 aparecieron once números. En todos se publicaba una carta o una poesía de las manzaneras donde expresaban su agradecimiento a la “Señora” y su satisfacción por servir a los demás a pesar de las dificultades que día a día aparecían en “su camino”. El número uno es particularmente revelador en cuanto a la insistencia en la “solidaridad” y el voluntariado, y la renuncia implícita que estos valores suponían a aspiraciones políticas. En la página uno fue publicada la siguiente poesía, firmada por el Ministro de Salud y dedicada a las manzaneras. Además de sobredimensionar el aspecto emotivo, el estilo “gauchesco” de la poesía hace referencia a valores asociados a la “tradi11 ción” dentro del amplio espectro de la literatura argentina . La manzanera Te llamarán manzanera o quizás trabajadora que estarás a toda hora con tu pueblo que te espera sin desear altas esferas tenés tu rara sapiencia si le basta a tu conciencia que los humildes te quieran… En cualquier lado estarás del difícil Conurbano de quién te pida una mano vos nunca te olvidarás 10 Es interesante remarcar la similitud entre la situación social descripta por Donzelot en el siglo XIX y la situación de los países latinoamericanos reseñada por los dirigentes del BID y el BM, en cuanto a la amenaza del orden social y del Estado Liberal, y la familia -y la mujercomo elementos centrales del debate político en un intento de resolver a través de ella estos problemas (Donzelot, 1986). 11 Durante el gobierno de Duhalde en la provincia de Buenos Aires existió una “Dirección de Folclore, Patrimonio Cultural y Tradiciones Bonaerenses” dependiente de la Subsecretaría de Cultura. No fue posible establecer a través de documentos oficiales si fue creada durante su gestión, pero en conversación con personas que participaban de programas dependientes de tal Dirección declararon que la Dirección de Flolclore existía desde hacía poco tiempo. La preocupación por reivindicar un pasado y consolidar una “tradición” se revelan también en la apelación reiterado a conceptos como “identidad bonaerense”, la provincia, la tierra, la familia y el arraigo que en los programas del CPFDH son asociados a la figura femenina. 108 Laura Masson que tu misión cumplirás por el cariño a tu gente y dirás siempre presente por amor a los demás. No sabrás de liberales, de izquierdas, ni peronistas, no conocerás las listas, de frentes, ni radicales, Sí, a los principios leales de los más necesitados a quienes habrás brindado los más firmes ideales… Te lo digo con franqueza yo te conocí en un barrio para vos el calendario a cada instante comienza jamás le pedís licencia a quien más te necesita cada instante es una cita con quién pide tu presencia… Lo mejor has de entregar a quien tenga una desdicha sin pedir votos ni fichas siempre lo habrás de ayudar y no dudes en cruzar a la vereda de enfrente si es vereda de la gente a quien te debés brindar… Dios te ha dado la misión de dar amor, de dar “VIDA” nuestra provincia querida requiere tu vocación llevarás la protección que genere la confianza y despierte la esperanza en una nueva Nación… Dr. Juan José Mussi Ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires Publicado en el Periódico Mensual del Plan Vida, Año 1, Nro. 1/Diciembre de 1996. 109 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas En esas palabras hay un esfuerzo por construir un actor social capaz de estar en contacto íntimo con “la gente” pero que, a pesar de estar ligado directamente al gobierno provincial, no sea percibido como portador de intereses partidarios. Su tarea es cuidadosamente delimitada, relacionada con el trabajo doméstico y asociada a funciones biológicas. Así, se trata de que simbólicamente la tarea de las manzaneras sea concebida como una función natural, propia del sexo femenino, o como una misión religiosa. Por lo tanto se supone que la manzanera debe estar siempre disponible; no puede ni debe aspirar a recompensas que no sean el agradecimiento o el amor de la gente. Y lo más importante es crear agentes sociales que, actuando en nombre de intereses “apolíticos”, pasan a ocupar lugares estratégicos convirtiendo en algunos casos su “participación” en una especie de colaboración política. La manzanera no debe intentar acceder a lugares de poder, expresado en la poesía con el eufemismo “sin desear altas esferas”. Tampoco es bueno que adquiera algún “saber” sobre partidos políticos; ella debe limitarse a utilizar “su rara sapiencia”. Los valores morales construidos en base a la imagen de mujer solidaria se consideran excluyentes del mundo de la política. Quien da por amor, solidaridad, sensibilidad, no puede ni debe participar del mundo de la política. También se plantea aquí la oposición excluyente amor-solidaridad/corrupción-clientelismo. La expresión “rara sapiencia” nos remite al folleto oficial de promoción del Plan Vida donde el gobierno provincial, que aparece como emisor en tercera persona, hace referencia a la “profunda sabiduría” de nuestras mujeres. Si bien las mujeres son capacitadas para ser manzaneras, el saber transmitido está destinado a reforzar un saber intuitivo y emocional que les es atribuido naturalmente a las mujeres: la preparación de alimentos, la crianza de los niños y la educación. En cada uno de los diarios del Plan Vida las emociones son puestas de manifiesto. En el primer número se publica una nota titulada: “Manzaneras ciudadanas solidarias: Manzaneras de Mar del Plata se reunieron en un almuerzo, en donde fueron reconocidas como Ciudadanas solidarias”. En la misma página una nota menor se titula: “Se entregaron diplomas a manzaneras en Florencio Varela”. La nota no explica qué tipo de diplomas y si tenían alguna relación con el reconocimiento de las manzaneras como “ciudadanas solidarias”. Pero la noción de diploma es la de un reconocimiento oficial que se otorga a alguien por haber adquirido algún tipo de saber y está íntimamente relacionada con la idea de capacitación. El texto relata lo siguiente: “Una manzanera cuenta que según su experiencia es importante tener paciencia y transmitir esperanza y energía para salir adelante. Ella nos dice que ser manzanera es ser voluntaria, es tener un proyecto social” (destacado mío). 110 Laura Masson El diario número cuatro publicó un “Poema recitado en homenaje a las ciudadanas solidarias de la provincia de Buenos Aires”. En el número cinco aparece un poema escrito por una señora del barrio “X” dedicado a las manza12 neras de su zona . Transcribo a continuación un fragmento: “No somos profesionales damos sin recibir. No cobramos por hacerlo, se nos trata injustamente, pero con orgullo decimos: Adelante manzaneras! Es el amor que nos mueve, a hacerlo de esta manera.” El diario número siete publicó una carta de las manzaneras de Pergamino, encabezada de la siguiente manera: “Querida amiga y compañera Chiche:...”, lo cual aparece como una testificación de la relación de afecto, confianza y proximidad entre Hilda González y las manzaneras. El diario número ocho contiene las siguientes notas “Poema de las manzaneras de San Carlos”, “Una comadre cuenta su experiencia” y “Carta de las manzaneras del barrio ‘X’”. El número nueve difundió dos poemas firmados por manzaneras -uno de ellos es un acróstico que forma la palabra MANZANERA-, y un poema de un manzanero acompañado de su foto. El número diez presentaba “Un poema para festejar”, también de una manzanera. El número once publicó una página con dos poemas y una carta. Esta última se titula “Mi gran vida” y es el relato escueto de una mujer que se recuperó de una depresión participando del Plan. Uno de los poemas se titula “VIDA” y es el reciclaje de un poema publicado en el diario número cinco del cual se seleccionaron algunos párrafos y se cambió el lugar de origen del autor/a y se omitió su nombre. Uno de los párrafos elegidos fue el que cito más arriba cuando me refiero al diario cinco, donde se resalta el trabajo gratuito, la incomprensión, y el amor como motivo que lleva a la acción. La preocupación por sostener y valorizar esa imagen de solidaridad, desinterés, amor y transparencia que se les adjudica a las manzaneras se pone de manifiesto también en un aviso -diario número once- donde el CPFDH se responsabiliza por algunas irregularidades en la entrega de alimentos y reconfirma su apoyo y agradecimiento a las “trabajadoras vecinales”. Así como se refuerza una imagen solidaria, se le adjudican a la mujer valores morales que 12 En este número también aparece una nota titulada Consejos por la tele anunciando un programa televisivo donde un reconocido médico argentino se dirigiría a las manzaneras “el Dr. Cormillot en su programa que se transmite por el canal 9, hablará los viernes para las mujeres del Vida, de las Unidades de Desarrollo Infantil y del Servicio Alimentario Escolar, todo lo relacionado con estos temas de la capacitación (Diario Vida Nro. 5). 111 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas supuestamente estarían ausentes en el hombre. Esto las ubicaría en un plano moral superior que, según lo declarado por varios funcionarios del CPFDH, habría sido el motivo de la elección de mujeres para llevar adelante el Plan. ¿Por qué las manzaneras deben ser de sexo femenino? La justificación de incluir exclusivamente mujeres para llevar adelante el Plan alimentario Vida se dio a partir de la mención en los discursos oficiales de valores biologizados considerados propios del sexo femenino y de una invocación constante a los sentimientos. La mujer como reproductora de la especie ha sido comúnmente asociada a la naturaleza. A los supuestos instintos y virtudes “naturales” de las mujeres les fueron asociados valores que por ser naturales también serían universales. Por ejemplo, la solidaridad adjudicada a las mujeres bonaerenses es claramente un valor social, pero al estar relacionada con “la lucha por nuestra cría”, adquiere una fuerza argumentativa que proviene de una supuesta universalidad de ese sentimiento y de la certeza producida por lo dado, aquello que está fuera de discusión. La lucha por nuestra cría se exhibe no solamente como algo que comparten todas las mujeres, sino todas las hembras. En otras palabras, se trata de la descripción en términos biológicos de un problema social. Esto deshistoriza y descontextualiza los valores y los sitúa en el plano de lo incuestionable adquiriendo de esta manera un significado cercano a lo sagrado. En entrevistas con los técnicos aparecen respuestas que combinan cuestiones prácticas, representaciones previas de lo que es una mujer y también valores morales como la honestidad, que se consideran más propios de las mujeres que de los hombres. Cada una de estas justificaciones al mismo tiempo que crean una determinada imagen de mujer, refuerzan la importancia adquirida por las mujeres en esta experiencia inédita en la provincia de Buenos Aires: “Se eligieron mujeres porque [...] se sabía que iba a ser incuestionable eso. Hay varones, pero es un porcentaje más pequeño y porque además entendíamos que la mujer iba a ser más honesta, iba a transparentar mejor el recurso” (Directora del Plan Vida, profesional de las ciencias sociales. Destacado mío). “[…] digamos es a mujeres por diversos criterios. Por un lado porque estamos trabajando con población materno-infantil. […] Por otro lado también el hombre a veces no tiene intención de hacer este trabajo, no te olvides que es un trabajo absolutamente voluntario, el camión con la leche todos los días, le llega a las 5, 5:30 de la mañana[...]” (Director del Plan Vida, profesional de las ciencias sociales. Destacado mío). 112 Laura Masson “Y el haber optado por esto, porque el articulador sea una mujer, […] del barrio, una vecina, da transparencia, honestidad. No se va a quemar, porque además no se lo permitirían los vecinos, nunca, yo nunca vi un programa así. […] O sea el valor económico es la leche, pero en realidad cómo cohesiona socialmente, ¿no? Y ellas son un vínculo fuerte. Difícil, eh, difícil porque ese rol se construyó casi solo, nosotros le dimos el puntapié, pero después ellas siguieron como pudieron” (Técnica Plan Vida, profesional de las ciencias sociales. Destacado mío). “No, no es que se eligen [mujeres], hay también trabajadores vecinales le llamamos nosotros, trabajadoras, y trabajadores hombres menos cantidad. Lo que pasa es que normalmente han sido mujeres porque son quienes tienen más tiempo y quienes de por sí tienen otra vocación para lo social, ¿no? […] se han propuesto ellas para trabajar en esto que es una tarea que si bien es solidaria y es ad honoren, es una tarea que requiere un esfuerzo porque la persona pone su casa y entrega desde su casa los alimentos. Entonces deben todas las mañanas recibir al lechero y repartirlo. La mujer en realidad tiene esa vocación hacia la caridad social y aparte la mayoría tiene más tiempo, en general” (Consejera Ejecutiva, maestra. Destacado mío). Desde el discurso oficial se consideraba que el “éxito” de los programas sociales fue debido a que partían de una concepción de la mujer como eje de la familia y generadora de principios éticos y morales. Pensar a las mujeres como las destinatarias naturales de este trabajo se desprendía como una consecuencia lógica de esta visión. Las manzaneras y la política Hasta el momento he mostrado cómo se construye una determinada imagen de mujer a través de la implementación de los programas sociales de la provincia, quiénes son las mujeres que en ellos participan y qué roles les son oficialmente asignados. Una de las constantes es la oposición de valores positivos a “lo político” en tanto portador de valores negativos: no político/político, solidario/político, desinteresado/político. Examiné también cómo desde los discursos estatales, actos políticos y desde los programas del CPFDH, se instituyó una imagen despolitizada de las mujeres. Pero en el día a día de las manzaneras, en la interacción concreta con sus vecinos y otros agentes políticos que inevitablemente aparecen, la pretendida figura solidaria y no conflictiva de la manza13 nera revela otros contenidos . 13 Esta red de mujeres solidarias no nace en un contexto social totalmente desarticulado tal como lo consideran las nuevas teorías sobre política social del BID y el BM, sino que se superpone a redes político partidarias ya existentes, que si bien pueden estar debilitadas por un des- 113 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas Toda la publicidad gubernamental, el fortalecimiento de la figura de las manzaneras que los propios técnicos del CPFDH generaron y el apoyo concreto que desde este organismo se les dio, logró la identificación de muchas de estas mujeres con aquel estereotipo idealizado de mujer voluntaria. Así, muchas de ellas comenzaron a hacer uso efectivo de las facultades que su “título” de manzaneras les otorgaba. Una de las técnicas del Plan Vida cuenta un episodio donde estas mujeres realizaron un reclamo directo a las autoridades municipales, entrando de esta manera en el terreno prohibido de la política: “[…] pero, por otro lado se crea un espacio de micropoder, lo acepten los funcionarios o no, ese poder está, entonces en esa práctica las mujeres se van transformando y empiezan a reclamar. Suponete, algo que, yo por lo menos nunca lo había visto, desde el programa se hacían evaluaciones donde en el frente estaba el intendente, todos los secretarios de la producción, de acción social. Las mujeres se paraban y les decían: - En el barrio nuestro falta tal y tal cosa, la salita está para la miércoles, etc. - No, pero si ahí hay un pediatra que hace seis horas por día… - Mentira, le decían y se lo decían en la cara. O sea, esa interpelación tan directa al poder; está bien, por ahí la mujer volvía y seguía sin tener el pediatra las horas que tenía que estar, pero empezaba a hacerse un uso de su ciudadanía, entendés. Tampoco es que ellas sean conscientes…. Pero a la larga se va produciendo” (Técnica, profesional de las ciencias sociales. Destacado mío). Éste es uno de los casos donde las oposiciones alrededor de las cuales se construye la imagen de la manzanera, muestra que en la práctica los términos solidario/político no son necesariamente excluyentes en tanto las manzaneras son parte, aunque de forma ambigua, de la estructura gubernamental. Amparadas bajo las normas que instituyeron su función, el apoyo técnico por parte de los funcionarios del CPFDH y la legitimación simbólica de la propaganda oficial, su participación se hace efectiva. Pero, cuando se rompe con la concepción de “participación” de los programas sociales, e intentan intervenir en el creimiento generalizado sobre los partidos políticos -sobre todo si se compara con otros momentos de la historia argentina-, continúan funcionando como una forma de participación de la “sociedad civil”. El problema de este enfoque radica principalmente en que considera este tipo de participación, controlado por los partidos políticos, que en forma acusatoria se denomina clientelística, como un obstáculo para el “verdadero” ejercicio de la participación ciudadana. El Partido Justicialista en particular posee un sólido contacto con las clases populares -una de sus premisas principales es precisamente “estar cerca de la gente”- y así se organiza. Cada barrio, cada municipio, posee un agente articulador entre los diferentes niveles de la política formal (provincial y municipal) que los funcionarios del CPFDH denominan “referentes naturales” o “referentes municipales”. Este aspecto se torna particularmente revelador en el intento del gobierno duhaldista de instaurar en cada municipio un referente femenino denominado “Consejera Consultiva”, iniciativa que poco tiempo después fue abandonada por generar conflictos con las redes de participación política existentes. 114 Laura Masson espacio público politizado se enfrentan con la estructura política del partido y con la estructura burocrática oficial que marca los roles de cada uno creando nuevamente los límites desdibujados que separan lo público de lo privado. Las manzaneras tienen acceso a un espacio público que se agota en “lo social”, con dificultades para acceder al público que incluye “lo político”. Otro caso que muestra las luchas generadas por el pretendido apartidismo fue el reclamo de los dirigentes del Partido Justicialista después de la derrota electoral de la lista encabezada por Hilda González. Mientras el gobernador Duhalde declaró públicamente que ninguna manzanera tenía derecho a hacer uso político del Plan Vida, calificando de “hijas de mala madre” a aquellas que así lo hicieran, según información publicada en diarios nacionales, hubo manzaneras que fueron amenazadas de ser separadas de sus cargos después de los resultados de los comicios. Se les adjudicó la responsabilidad de la derrota, acusándolas de no haber sabido hacer uso político del programa. Esto fue confirmado por personal del CPFDH: “[…] después se sorprenden que pierden las elecciones, pero en muchos lados se las culpó a las manzaneras… fue horrible para ellas. P: ¿Quién culpó a las manzaneras? R: Y en general los dirigentes, los militantes, los punteros” (Técnico Plan Vida, profesional de las ciencias sociales).” “… y las hicieron hasta responsables de la derrota del oficialismo en las legislativas del año pasado y ellas estaban, se sentían mal, muyyy mal” (Técnica del Plan Vida, psicóloga). En la provincia de Buenos Aires profesionales técnicos formados en ciencias sociales instruyeron a mujeres de los barrios, donde los programas sociales iban a ser aplicados, para distribuir los alimentos y hacer un trabajo básico de asistentes sociales, controlando la salud de la población, casos de violencia, etc. El énfasis en la solidaridad, la presencia de especialistas de lo social y la naturalización de las tareas femeninas en los discursos del gobernador y del nuevo grupo de mujeres que se desempeñaba en “lo social” estaba destinado a la “despolitización” de las políticas sociales. Pero con la esperanza de que este trabajo, supuestamente no contaminado con intereses partidarios, se refleje en algún momento en la cantidad de votos14. Cuando la “despolitización” no se tradujo en votos esta forma de hacer política fue duramente criticada. Las manzaneras representaron el intento de despolitiza14 En una entrevista con el diario Página 12 el gobernador declaró que quería despartidizar programas como el de las manzaneras, reconociendo luego que “Para que me voten a mí lo que más me conviene es que el plan funcione y no que lo maneje el partido” (Página 12, 30 de Agosto, 1996). 115 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas ción de una parte de la red política del Partido Justicialista como una forma de convertir necesidades específicas en intereses generales con base en el concepto de solidaridad y de participación. Su inclusión en la política junto con la producción simbólica de una imagen de mujer vinculada a mandatos biológicos, portadora de una misión espiritual y asociada a los valores más tradicionales -como la tierra, la familia, el arraigo, la identidad provinciana- fue utilizada para oponerse a los intereses considerados mezquinos y personalizados del mundo de la política. 2. Las Consejeras Ejecutivas: un grupo de mujeres amigas de la Señora “… digamos que son de niveles sociales más humildes estas, porque aquellas eran todas “Señoras de…”. Ahora también acá hay algunas, las esposas de, pero son las menos, la mayoría son…maestras. Yo rescato mucho que hayan progresado tanto en este gobierno” (Secretaria de Consejera Ejecutiva). Todo comenzó en un lugar y en un tiempo relativamente remotos. Fue en Lomas de Zamora y por los años 70 cuando Hilda González ya era la esposa del intendente del distrito. En aquel entonces las Consejeras, según cuentan, estaban trabajando en “lo social”: maestras, catequistas, amigas de la Señora que trabajaban ad honorem en la Fundación de Lomas de Zamora. Pero, a través de la esposa del gobernador tuvieron la posibilidad de trabajar en “lo social” desde las oficinas del CPFDH. Las Consejeras Ejecutivas representaban, al igual que las manzaneras, otro de los casos donde la oposición político/no político se pone de manifiesto. En este caso lo no político era justificado por una trayectoria de trabajo social voluntario, muchos años de docencia y una amistad personal con la esposa del gobernador basada en la “lealtad”. Esto les impedía tener aspiraciones políticas propias sin correr el 15 riesgo de ser separadas de sus cargos . Las Consejeras Ejecutivas ocuparon un lugar muy diferente al de las manzaneras. Ellas eran “las amigas de la Señora” y, según la mirada de los técnicos y funcionarios de planta del CPFDH eran las figuras políticas del organismo. Su relación de amistad con Hilda González las colocaba como políticas ante los ojos de los demás, y como no políticas -en el sentido de no aspirar a ascender políticamente y no poseer un pasado de militancia- ante sí mismas. Aunque en oposición a las manzaneras ellas ocuparon altas esferas, el poder que detentaban no les pertenecía totalmente, estaban allí para colaborar con 15 Lealtad es un término caro al peronismo. La falta de lealtad es considerada una traición. El significado de la palabra dentro del partido tiene su origen en la manifestación popular del 17 de octubre de 1945, que Perón declaró más tarde Día de la Lealtad. Lealtad del pueblo hacia Perón y hacia la patria. 116 Laura Masson el proyecto “del gobernador y su esposa”. Fueron elegidas de acuerdo al grado de confianza que Hilda González tenía en ellas y durante su gestión de16 bieron mostrar lealtad . Igualmente hay algunos puntos que las acercaban al ideal de manzanera y estaba relacionado con sus antecedentes de trabajo social voluntario y al hecho de haber sido convocadas para “participar” en un proyecto donde su rol era establecer contacto con los municipios pero, siendo fieles al proyecto del cual formaban parte. Ellas se consideraban “no políticas”. La confianza y la incondicionalidad, características de la amistad y la relación próxima que las unía a Hilda González, eran las actitudes que les garantizaban el lugar que ocuparon: “Ella es la que idea todo, y nosotras creemos en lo que ella quiere hacer y en el proyecto de él, que por supuesto es de ella también. Nosotras los ejemplos los recibimos de ella, somos de la misma manera que es ella. Tratamos de transmitir, cuando nos reunimos con las manzaneras, el mensaje de ella. […] Yo estoy trabajando para ellos, yo soy incondicional” (Consejera Ejecutiva, ama de casa). “Vos notás mucha sencillez, mucho afecto en una tarea que casi es tomada como una tarea a compartir, a eso voy. Y rodearse, bueno, de las Consejeras que son las que llevan adelante esto, digamos. Las políticas del Consejo, entre comillas, también vienen de esa estructura, no vienen elegidas de una estructura partidaria y eso también ha provocado bastante. […] Yo creo que funciona como se puede. Chiche lo que tiene es ese grupo de personas a las que les tiene absoluta confianza y que un poco le ponen la oreja en cada distrito para ver qué es lo que está pasando…” (Directora de Programa, profesional de las ciencias sociales. Destacado mío). Entre las catorce Consejeras que tenía el organismo, había trayectorias variadas. Algunas de esas mujeres tenían mayor independencia en sus decisiones por haber transitado otros caminos o por ser las esposas de algún funcionario importante. Pero, la mayoría eran docentes y, como ellas mismas declararon, 17 estaban allí por ser amigas de la esposa del gobernador . Si bien por un lado 16 En una entrevista Hilda González declara que tiene catorce manos derecha, una funcionaria en cada área del Consejo. Revista Viva, diario Clarín, febrero, 1997. 17 Es importante reflexionar sobre el sentido que tiene la “amistad” que une a Hilda González con las Consejeras Ejecutivas. Esta “amistad” se acerca a lo que Wolf denomina instrumental friendship (Wolf, 1966). La característica más importante de este tipo de relación es que a pesar de ser instrumental debe permanecer un mínimo de afecto, que si no está presente debe ser “simulado”. En caso contrario el vínculo amenaza con disolverse. El afecto es un recurso que posibilita mantener una relación de “confianza” y balancear una situación asimétrica que puede disolver el vínculo. Las Consejeras Ejecutivas, además de mencionar su amistad con Hilda González, se refieren a ella como “la Señora”, lo que muestra que lejos de ser una relación de iguales, una de las partes ocupa una importante posición de poder en relación a la otra. 117 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas consideraban su lugar en el CPFDH como un cambio significativo en sus vidas, por otro trazaban una continuidad con sus experiencias anteriores, y era ese el argumento que la mayoría de ellas utilizaba para justificar el hecho inédito de estar ocupando un lugar absolutamente relevante en el escenario de la política provincial. Algunas lo consideraban como un simple cambio de lugar de trabajo y situaban su tarea en el plano de un compromiso personal con la esposa del gobernador: “[…] cuando el gobernador asume, la Señora me propone venir a trabajar a La Plata con ella. Bueno, primero fue un poco de miedo ¿no?, porque una cosa es trabajar a través de una fundación ad honorem, tres años trabajé ad honorem para ella, pero son experiencias distintas porque uno ahí se siente ligada moralmente, pero no hay otro tipo de presiones, ¿no? Pero venir acá, ya con un sueldo, trabajar para la provincia, era todo una experiencia que para mí era inédita, puesto que yo nunca lo había conocido antes” (Consejera Ejecutiva, ex catequista. Destacado mío). El compromiso personal con “la Señora” aparece más claramente en otro de los testimonios: “Soy de Lomas. No, yo no soy una persona política. Vivo cerca de la casa de la Señora. Cuando Duhalde era intendente, éramos un grupo de amigas. La Señora quería hacer un jardín de infantes que sea gratis. Entre las amigas que teníamos chicos decidimos crear un jardín de infantes municipal. Un grupo de mujeres amigas de la Señora” (Consejera Ejecutiva, ama de casa. Destacado mío). Cuando comenzaron a trabajar en la ciudad de La Plata, en el CPM, su tarea era recibir las cartas con pedidos dirigidos al gobernador o a su esposa y atender los casos personales. Luego fueron responsables por programas sociales específicos. La implementación de los programas provinciales exigía un acuerdo con el municipio. Así, pasaron a ser las encargadas de realizar los “contactos” y negociaciones político-partidarias en los distritos donde los programas iban a ser implementados. Después de la derrota del Partido Justicialista en las elecciones legislativas de 1997, hubo una crisis interna y una gran discusión acerca de por qué se habían perdido las elecciones. Esto se reflejó en modificaciones dentro del CPFDH, y la función de las Consejeras Ejecutivas vuelve a cambiar. De esa fecha en adelante tuvieron a su cargo distritos y no programas, asegurando de esta manera la continuidad de los contactos y una referencia política fija en cada municipio. A cada Consejera le correspondía un determinado número de distritos con los cuales debían asegurar una buena relación política y un 118 Laura Masson contacto constante. Eran las representantes oficiales del CPFDH y se consideraban las representantes de “la Señora”. Una breve trayectoria de algunas de las Consejeras es importante para conocer características de sus vidas que ayuden a entender cómo el CPFDH integró una forma de hacer política que reivindicaba una práctica social moderna y gerencial con la trayectoria filantrópica llevada a cabo por estas mujeres nucleadas por la esposa del gobernador. No me fue posible entrevistar a todas las Consejeras que trabajaban con Hilda González. Debido a las críticas que recibió el organismo durante el período electoral y a las sospechas permanentes que esto generó en ciertos espacios del CPFDH, el acceso a las Consejeras resultó difícil. De hecho solo fue posible en los casos en que fui recomendada por una persona “de confianza”; aun así la entrevistada medía cada una de sus palabras antes de pronunciarlas. La información sobre estas mujeres también pudo ser rescatada de notas publicadas en los diarios, que incluían detalles sobre sus vidas. Así, los siguientes extractos combinan datos que surgieron de las entrevistas y de notas periodísticas. Cristina Duhalde, hermana menor del gobernador. Su lugar de trabajo en el momento de realizar mi investigación era el Instituto Provincial del Empleo (IPE) que dependía del CPFDH. No me fue posible conocer con exactitud su función. Era la responsable en el “aspecto político” por los distritos de José C. Paz, La Matanza, Malvinas Argentinas y Trenque Lauquen. Cristina Lamari, ama de casa, conoció a “la Señora” porque sus hijos iban a la misma escuela. “Nos conocimos como mamás”, “Cuando Duhalde era intendente éramos un grupo de amigas”. Trabajó en la Fundación de Lomas de Zamora. En ese momento tenía a su cargo los distritos de Zárate, Campana, Pilar, 9 de Julio, General Rodríguez, Luján, Escobar, Salto, Roque Pérez, 25 de Mayo, General Alvear, Tapalqué. Estado civil: separada. Lidia Lynch de Tempone, docente, compañera de trabajo de Hilda González. Esposa del entonces secretario privado de Eduardo Duhalde, Carlos Tempone. A cargo de los distritos de Florencio Varela, Tigre, San Fernando. Estado civil: casada. Susana Rafetti, docente. Ex esposa del Secretario de Gobierno de Duhalde en ese momento. Estado civil: separada. Silvia Méndez, docente. “Trabajé durante mucho tiempo con la diputada nacional Chiche Duhalde, primero por una cuestión de amistad y después cuando tenía su fundación. Trabajé mucho en todo lo que hace al área social de la fundación”. Estado civil: separada. 119 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas Teresa Loyola, docente, esposa del entonces Secretario Administrativo de la Cámara de Diputados de la Nación, Ángel Estrada. Responsable por los distritos de La Plata, Quilmes, San Martín, Vicente López y San Isidro. 18 María Teresa Castrillo, docente, laica consagrada . Era considerada impulsora de la vocación religiosa de una de las hijas del matrimonio Duhalde, que había decidido consagrarse a la religión católica. En ese entonces era la Responsable Ejecutiva del Área de Discapacidad. Dora Ruano, docente, compañera de trabajo de Hilda González. Estuvo afiliada a la Unión Cívica Radical. Es madrina de otra de las hijas de Duhalde. Responsable por los distritos de San Vicente, Laprida, Coronel Suárez, Coronel Brandsen, Coronel Pringles. Élida Sorrentino, docente. Entró al Consejo como Secretaria de Actas, luego pasó a ser Coordinadora de las “Consejeras Consultivas”. Responsable por los distritos de Hurlingam, Morón y Ezeiza. Ana de Paggi, catequista. “Yo tenía un conocimiento previo de la señora de Duhalde porque soy amiga de la hermana del gobernador hace muchos años, y en una reunión familiar cuando el doctor asumió la Vicepresidencia de la Nación me entero que la señora piensa abrir una fundación en Lomas de Zamora”. Se ofreció para trabajar ad honorem y luego fue convocada para ingresar al CPM como integrante de la secretaría privada de la Señora. Era responsable por el Área de la Tercera Edad. Estado civil: casada. A pesar de que las informaciones sobre la trayectoria de las Consejeras es heterogénea y fragmentada, es posible establecer algunas de las propiedades sociales de este grupo. Una característica importante común a todas estas mujeres es que eran de Lomas de Zamora, es decir, del Gran Buenos Aires. Una de ellas opinaba que los habitantes de ese distrito poseen cualidades que los distinguen: “[…] vos sabés que los lomenses somos tradicionalistas, costumbristas y muy enraizados a lo que hace a la historia del distrito […].” Es importante destacar la oposición que existe entre la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Estas mujeres tenían una característica común que las diferenciaba y las oponía a las primeras Consejeras Ejecutivas del CPM, cuyo lugar de trabajo era la Casa de la Provincia en la Ciudad de Buenos Aires, en lugar de estar en la ciudad de La Plata. Algunos de los principios que organizaban esta red de mujeres eran: profesión, lugar de residencia, participación en tareas de beneficencia, amistad y 18 Consagrada a la religión católica, pero exenta del uso de hábitos y de la permanencia en instituciones religiosas (conventos). 120 Laura Masson 19 lealtad al gobernador y a su esposa . A pesar de no haber realizado una recolección exhaustiva de datos en este sentido, los principios organizadores de la red, al estar presentes en la mayor parte de los miembros, muestran una alta densidad de la misma producto de la relación entre ellos, más allá de que la red posea un punto central, Hilda González, a partir del cual las relaciones irradian o convergen. Igualmente, este centro no debe ser subestimado ya que es el que activa las relaciones para alcanzar objetivos específicos. Otro punto importante, pero que no analizaré aquí, es que la mayor o menor distancia de cada punto de la red con relación al centro modifica las relaciones con los demás miembros. Las Consejeras, a pesar de que su práctica estaba guiada por la lógica política de los cuadros partidarios, defendían desde su discurso una forma de hacer política social, según la cual las mujeres serían más aptas por su sensibilidad. Sus experiencias las instalaban, desde su punto de vista, en un lugar privilegiado porque la “educación está relacionada con lo social”, y “es una forma de capacitar a la gente”, que es lo que marcaba la diferencia con las prácticas políticas consideradas “clientelísticas”. Al ser la mayor parte de ellas docentes y mujeres, todas tenían de este modo experiencia en “lo social”: “[…] le ponemos un poco ese ingrediente que tenemos las mujeres de la transparencia, del tesón, del esfuerzo, del sentimiento, recuperamos la mística en muchos aspectos. Yo creo que se puede gerenciar la política de una forma diferente, sobre todo con la participación de la gente. Yo creo que el tema de la solidaridad y la participación tienen que ser ejes importantes para que la gente vaya teniendo en cuenta y basar todo en la capacitación. Nosotros a pesar de tener la asistencia social directa de correr ante una prótesis, un medicamento, un techo que se cae a una familia, también tenemos el desarrollo humano” (Consejera Ejecutiva, maestra. Destacado mío). Aquellas mujeres que provenían de un ámbito religioso citaron su caso como una prueba de que la acción social nada tiene que ver con la política, sino con servir a los demás, con una misión y con el valor de la solidaridad: “Con mis antecedentes vos te darás cuenta que yo no podría haber aceptado nunca una orden de ‘dale a éste porque es de nuestro lado y a éste no le des, y si se tiene que morir que se muera’. Yo no hubiera podido trabajar para ellos [para el matrimonio Duhalde]. Pero hoy honestamente, con la sinceridad de una persona que se declara católica, y que sigue pensando que el único que mueve nuestros destinos es Dios, puedo decir que creo y que nunca realmente recibí de ellos una orden que no fuera correcta, ho19 El concepto de “red social” es útil para analizar estos niveles de política no especializada o transinstitucional (Barnes, 1969). 121 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas nesta y que lo que dicen hacia afuera es lo que nos bajan como línea hacia adentro” (Consejera Ejecutiva, catequista. Destacado mío). Con la esposa del gobernador como presidenta del CPFDH, las Consejeras Ejecutivas controlando cada uno de los distritos de la provincia, con referentes femeninos en la mayor parte de los municipios y las manzaneras como protagonistas del Plan articulador de todas las políticas sociales, la acción social en la provincia de Buenos Aires se convirtió literalmente en un asunto de mujeres. 3. Las referentes municipales20 U na de las tareas de las Consejeras Ejecutivas fue hacer los contactos con el/la referente del distrito para la implementación de los programas del CPFDH en los municipios y garantizar el buen funcionamiento político de las 21 políticas del organismo . Siempre era necesario pasar por el municipio. Los/as referentes municipales actuaban como articuladores entre el gobierno provincial y el gobierno municipal. Eran también los que dentro de su radio de acción tenían contacto directo con las personas. Por ejemplo, en el caso del Plan Vida los/as referentes municipales eran quienes recibían los datos del censo realizados por las manzaneras antes del inicio del plan. En algunos casos esa articulación era realizada por la esposa del intendente que ocupaba el cargo de Secretaria de Acción Social, imitando el esquema organizativo del gobierno provincial. Estos casos se dieron efectivamente en los distritos de Zárate, Campana y Avellaneda, supuestamente, había muchos más. Según una técnica del Plan Vida: “[…] en la provincia se da mucho de que está el intendente y la esposa del intendente es la Secretaria de Acción Social. Hay miles de Evitas repartidas en la provincia de Buenos Aires. ¿El modelo baja de dónde? Baja de acá, gobernador, señora del gobernador, presidenta del Consejo que es la que se ocupa de la Acción Social en la provincia de Buenos Aires. Esto se reproduce en los municipios y diría que debe haber un 80% […].” 20 Referente y puntero político son dos formas de denominar a los mediadores entre la figura del candidato y la del elector, aunque ambos no tienen exactamente el mismo significado. Esta relación política de mediación es nombrada en términos acusatorios como “clientelística”. 21 Según uno de los Directores Ejecutivos de Programa, ellos nunca hacían contactos con los referentes municipales, “ni siquiera con el portero de la intendencia”. Lo técnico y lo político son estrictamente delimitados. Pero en el caso de directores de programas de mayor importancia, como el Vida, ellos también resolvían algunas veces problemas “políticos”, desdibujándose así el límite que para otros funcionarios era definitivo. 122 Laura Masson Los/as referentes municipales eran en su gran mayoría mujeres, pudiendo ser en algunos casos las esposas de los intendentes. Existía en ese momento un programa del CPFDH que tenía contactos con diversos municipios con el objetivo de crear organizaciones comunitarias en aquellos lugares donde no existieran, u organizar a la población donde las organizaciones existentes no estuvieran funcionando. También trabajaba en colaboración con otros programas combinando objetivos de organización comunitaria con alguna tarea concreta. De los veintiocho municipios con los cuales estaba contactado, veinte de esos contactos eran exclusivamente con mujeres. En cuatro casos aparecía el nombre de una mujer y un hombre, y sólo en los cuatro restantes el referente era un hombre. Según una de las directoras del Plan Vida: “[…] un agente municipal, según el distrito puede ser la esposa del intendente, la Directora o Subsecretaria de Acción Social o de Salud, según por donde se decida que va a entrar el programa, pero generalmente es Acción Social o Salud, o las dos cosas”. Había casos de municipios que poseían un Consejo de la Mujer o un Consejo de la Familia, al igual que el gobierno provincial, por ejemplo Avellaneda y Mar del Plata. En cambio, en Alajuela, el municipio elegido en esta investigación para observar la figura del referente municipal, no se daba esta situación, ya que el intendente pertenecía a un partido político opuesto al que gobernaba en la provincia. Para este caso particular el CPFDH tenía una referente, a la que denominaré “Susana”, encargada de negociar políticamente la articulación de los programas provinciales. La misma circunstancia se repetía en otros municipios cuyo intendente no era del Partido Justicialista. Las Consejeras Consultivas La tarea que en el momento de la investigación cumplían las “referentes municipales” fue realizada durante los años 1995, 1996 y 1997 por mujeres denominadas “Consejeras Consultivas”. Cada distrito poseía una o más Consultivas que, según una Consejera Ejecutiva eran las “mujeres políticas” de los municipios, y fue ella misma quien durante un tiempo cumplió el rol de “Coordinadora de las Consejeras Consultivas” de los distritos de la provincia. Su tarea era, en sus propias palabras, organizarlas y darles pautas de trabajo coordinado por el Consejo 22 para que sus trámites tuvieran un encuadre . “Las Consultivas”, como son más comúnmente llamadas, representaban su municipio ante el CPFDH. Otra mane22 Durante el tiempo que la figura de la consultiva funcionó, el CPFDH contaba con una oficina que era el lugar de trabajo de las Consultivas de toda la provincia cuando estas viajaban a La Plata. En sus paredes se exhibía las fotos de cada una de ellas con un epígrafe que indicaba su nombre y el distrito que representaba. 123 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas ra de definirlas era “referentes locales”. Paradójicamente a la definición de “mujeres políticas” que da la Consejera Ejecutiva, en el año 1997 la figura de las Consultivas se eliminó porque, en palabras de Susana, el gobernador Duhalde: “no quiere que la política interfiera en la acción social y las Consultivas habían tenido problemas con los intendentes. Si eran del mismo signo político que el intendente disputaban espacios de poder, y si eran de signos diferentes se enfrentaban. Y para ser Consultiva hay que llevarse bien con el intendente” (destacado mío). ¿Qué significa en este contexto que la política no debe interferir en la acción social, cuando las Consultivas fueron consideradas “mujeres políticas”? La oposición político/no político, asociada a la acción social, vuelve a aparecer en torno a otra de las figuras femeninas que conforma la red que articula las políticas sociales provinciales. Al igual que el perfil ideal diseñado para instituir la figura de la manzanera, la “Consejera Consultiva” debía cumplir con ciertos requisitos. Y los requisitos no cumplidos, que provocaron su destitución, coincidían con algunas de las características propias de las manzaneras: no conflictivas y no disputar espacios de poder. En este caso, ser política significa obedecer a las directivas del partido y no disputar espacios de poder. La tarea de estas mujeres que ingresaron a las estructuras burocrático-partidarias desde el Estado, desafió poderes y redes ya establecidos, aduciendo una nueva forma de hacer política. En 1997, junto con la supresión de la figura de las Consultivas, las Consejeras Ejecutivas dejaron de ser responsables de programas sociales para estar a cargo de distritos. Estos cambios se introdujeron después de la derrota del Partido Justicialista en las elecciones legislativas de ese año. Una Consejera Ejecutiva justificaba de esta manera la desaparición de la figura de las Consejeras Consultivas: “[…] No en este momento no funciona. Estamos trabajando directamente con los intendentes. O algunos referentes de la zona. Pero no […] eran nombradas por decreto que cesaron el 31 de diciembre. P: ¿Por qué dejó de funcionar? R: No, simplemente, esteee, naturalmente hay referentes en cada distrito. Trabajamos mucho con Consejeras Escolares, Concejales, con Directoras de Acción Social y en muchos casos ... hubo unas que trabajaron muy bien, pero hubo otras que generaron conflictos. Se enfrentaban con los intendentes o dentro del mismo partido, entonces nos pareció que… Aparte teniendo la red armada de mujeres es como que esto va fácil […]” (destacado mío). A pesar de haber desaparecido formalmente o no ser reconocidas con ese nombre hay municipios donde existen referentes que se asemejan en mucho 124 Laura Masson a aquellas Consultivas destituidas. En el próximo punto analizaré cuál es el perfil de Consejera Consultiva que le permite continuar ocupando ese cargo provincial y ser el vínculo entre el municipio y la provincia. Alajuela: un caso particular El primer contacto en mi trabajo de investigación fue “Susana” la referente municipal, o como ella se autodenominaba “representante del CPFDH en Alajuela”. La conocía desde hacía varios años, lo cual facilitó mucho mi inser23 ción en el CPFDH cuando comencé la investigación en la ciudad de La Plata . En las entrevistas con ella fui adquiriendo las primeras nociones sobre la política del Consejo. Era difícil para mí entender cuál era exactamente su función. Sabía, por haber conversado con otras personas, que “Susana tiene contacto casi directo con la Chiche, ella es la que baja todos los programas de la provincia”. Susana tenía un cargo oficial, pero no un lugar físico desde 24 donde realizar su trabajo . Me contó que, a pesar de que todos los programas “se bajan” por el municipio, nada podía hacerse sin haber sido previamente consultado con ella. ¿Era así que el gobierno provincial organizaba su política social en todos los municipios? No, ese era el caso de Alajuela. En otros lugares se organizaba de manera diferente; según Susana, es como que las cosas están hechas “a medida”. Luego me aseguró que el cargo de ella es provincial, pero con una fuerte relación con el municipio. Diferente de otros lugares donde los referentes municipales ocupaban un cargo municipal. En 1986, cuenta Susana, “[…] me empiezan a pedir cosas para la plataforma electoral […] Llegó el 87, ganó el intendente del partido y me ofrecen la Secretaría de Educación sobre la base de lo que yo había preparado. Y ahí sí, ya entro a militar, pero desde lo técnico, no la militancia esa … lo que se entiende o lo que se entendía por militancia; hoy ya sabemos que es otra cosa, que ya no es solamente ir a la casa de los barrios, que no es repartir la boleta; la militancia es mucho más profunda, ¿no? Es una tarea de servir realmente desde el lugar donde estás y teniendo claro cuál es el objetivo de la ideología, ¿no?” 23 “Susana” es hija de descendientes de inmigrantes españoles e italianos. Su madre, al igual que sus tías, fueron maestras. Su padre era sastre. Ella también estudió magisterio. Trabajó en escuelas primarias y luego en “escuelas profesionales”, donde se enseñaba la práctica de oficios. También se desempeñó como profesora en escuelas de nivel terciario y estuvo al frente del Centro de Investigaciones Educativas de su ciudad. En 1973 comenzó a participar en actividades gremiales. Fue Secretaria General del gremio de docentes de Alajuela. En 1987 asume como Directora de Educación del Gobierno Municipal, finalizado su mandato se convierte en asesora de un diputado provincial. En 1993 asume como Concejal, desde este cargo realiza los primeros contactos con el CPM. “Susana” está casada y tiene cuatro hijos. Su esposo es periodista y también participa en actividades políticas dentro del Partido Justicialista. 24 A principios del mes de noviembre de 1998 el CPFDH instaló una oficina en Alajuela. 125 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas Ella concibe este momento como decisivo en su participación dentro de la política: “Yo creo que mi salto a la política fue como Directora de Educación, yo creo que la gente vio, ahí estabas en la vidriera…” Terminada su gestión en el área de Educación, que evaluaba como muy positiva, comenzó a desempeñarse como asesora en la Cámara de Diputados de la provincia, a pedido del ex intendente. Esta última tarea también la consideraba positiva y a eso atribuía el ofrecimiento posterior para ser concejal. Según su relato, en un principio Susana rechazó tal ofrecimiento argumentando que no le gustaba ser concejal. El contraargumento de quienes intentaron convencerla, era que ocuparía el sexto lugar de la lista y no iban a entrar más que cinco. Entonces asintió, “pero no convencida, porque no quería ser concejal, me gustaba más lo que hacía…” El resultado de las elecciones determinó que correspondían seis concejales al Partido Justicialista y Susana debió ocupar su cargo. Los primeros meses no se encontraba cómoda. Al principio estuvo esperando el momento en que “iban a comenzar a hacer algo, pero debía esperar a que lleguen los expedientes”, hasta que “decidió no esperar más” y comenzar a realizar las cosas que estaban a su alcance porque ésas “son instituciones en las que nadie quiere que el otro sobresalga”. Comenzó a ver que la gente presentaba muchos problemas que desde el lugar de concejal no podría resolver y así fue como decidió acudir a otros organismos y comenzar a “golpear puertas”. Su primer contacto con el Consejo -en ese momento Consejo de la Mujer- fue en diciembre de 1993 cuando era concejal: “Mi fuerte siempre fue la educación y la educación tiene que ver con lo social. En ese momento se me empezó a acercar gente y me era difícil encontrar respuestas a las demandas. Entonces me acerqué al Consejo de la Mujer y hablé con Silvia Méndez [Consejera]. Quería encontrar respuestas para la gente que no tenía respuestas desde la municipalidad. Entonces empiezo a gestionar cosas, en esa época, bajo el Programa de Violencia Familiar” (destacado mío). La personalización de las relaciones en materia de política social, entre el municipio y la provincia, centradas en su figura, se hacía evidente a medida que avanzaba nuestra conversación. Ella “llevó” el Plan Vida a la ciudad pidiéndoselo a Hilda González. Como en principio la respuesta fue negativa, le pidió a Cáritas (institución de beneficiencia perteneciente a la Iglesia Católica) que fundamente su pedido con un informe sobre los sectores pobres de 126 Laura Masson 25 la ciudad . Alajuela fue el primer municipio con pocos habitantes (alrededor de 90.000 en el casco urbano) en el cual se implementó el Plan Vida. Y de esta manera, según su versión, llegó el Plan y demás programas a la ciudad de Alajuela. Esto lo confirma en otra entrevista: “Y entonces, después cuando termino en el ‘97 el mandato [como Concejal] me ofrecen no sólo coordinar el Plan Vida sino todos los proyectos sociales de la Provincia”. P: Pero esto es algo que no se ha dado en otro momento desde la municipalidad, ni se da en otros municipios, ni tal vez tampoco desde la provincia. R: No, no, no. Esto es, diríamos, es algo que ya lo veníamos haciendo como concejal que vieron que daba resultado pero que tal vez es un poco, es como que están hechos a medida me da la impresión.” La relación con cada municipio se organiza de manera diferente. Alajuela parece ser bastante particular, primero por la presencia de Susana que articulaba las políticas de la Provincia con las de la Municipalidad a pesar de ser de “signos políticos diferentes”, y segundo porque casi todo estaba organizado y destinado a mujeres y, según ella, eso lo hace explícito porque los hombres consiguen trabajo más fácil. También era ella quién, en combinación con el municipio, contrataba personas para operativizar la implementación de los programas, lo cual era útil para el crecimiento de su imagen política. En el curso de una de nuestras conversaciones hubo varias interrupciones, dos llamadas telefónicas y dos timbres. En una de esas ocasiones, una mujer entró y reclamó por la pensión de “X”; Susana le respondió que no tenía el caso en mente, pero que se ocuparía y le informaría cuanto antes. Una de las llamadas telefónicas era de una de las “chicas” del “Equipo de Distribución” de alimentos del Plan Vida. Susana me explicó que esas también son todas mujeres y funcionan muy bien: “Si querés mañana las podés acompañar”. A la mañana siguiente participé del recorrido en el que se entregaron las raciones en el domicilio de cada una de las manzaneras. Le pregunté cómo había seleccionado a las mujeres del “equipo de distribución”: “Eran mujeres que yo conocía y que me habían pedido trabajo”. En concordancia con el discurso del CPFDH, Susana declaró que ella nunca conseguiría hacer política de la manera tradicional, haciendo referencia al intercambio de favores personales por votos. Dijo no estar de acuerdo con la acción social directa: “Cuando es necesario hay que hacerlo, pero eso solo no basta, a la gente hay que capacitarla. Y ahí es donde entré a pensar en el Plan Vida que te hablaba el otro día. A mí me parece que con el Plan Vida se puede lograr 25 La denominación Cáritas hace referencia a la caridad. 127 Capítulo 3: Una red femenina, miles de Evitas otra cosa, porque vos bajás con la asistencia, pero a la vez bajás con una promoción del ser humano desde chiquitito, de la madre embarazada. Ya bajás con todo un programa.” Hay varias características de Susana que le permitieron permanecer como referente municipal representando al CPFDH: su buena relación con el intendente, su forma de hacer política y su apuesta a la “capacitación”. Para ella hacer política es “servir desde el lugar donde estás, desde allí hacer lo mejor posible”: “Digamos yo no hago política a la manera tradicional, no voy a ir a golpear a la casa, pedirle el voto. […] A mí me parece que el reconocimiento viene cuando vos hacés un trabajo serio y cada vez lo complejizás más, les llevás más cosas, pero desde el punto de vista de que lo estás promocionando, no porque a escaso tiempo de las elecciones empezás a llevarles cosas. Eso a mí me parece nefasto, y no es hacer política, alta política.” Susana no tuvo dificultades con las autoridades del CPFDH ni con el intendente, pero sí con otros militantes del Partido Justicialista que la consideraban una mujer que no sabía hacer política ni usar su capacidad para dar. El término utilizado para la “acusación” fue que era una “técnica”y no una política. La demostración de que eso era realmente así, ocurrió en las elecciones legislativas de 1997: toda esa política social no se tradujo en votos. Fue acusada dentro de su propio partido de armar una red solidaria para que el partido opositor (UCR) ganase las elecciones. La opinión de Susana, en cambio, es que técnico y político son cosas que no pueden estar separadas y se respalda en la imagen que tiene de la esposa del gobernador. Considera que Hilda González hace política desde la promoción, no desde grandes discursos, sino llevando el tema a la práctica cotidiana. A su juicio, el CPFDH ha sido reorganizado sobre la base del concepto de capacitación y es por eso que, según ella, ni siquiera la oposición podía cuestionarlo. La oposición político/no político está presente en forma constante en la configuración de las relaciones entre los agentes que integran el CPFDH. Se desdibujan los límites y se agudiza el conflicto a la hora de disputar espacios de poder y de tomar decisiones, cuando la “participación” involucra aspectos relevantes. Allí, según la posición de cada uno de los agentes, técnico/político, solidario/político, desinteresado/político, político/no político, van a adquirir significados diferentes y van a ser utilizados para acusar o defender formas de hacer políticas definidas como correctas o erróneas. La introducción de numerosas mujeres en las redes ya existentes de la política provincial, con una propuesta de hacer política “despolitizando” centrada en una imagen naturalizada y mitificada de la mujer, pone en discusión y cuestiona 128 Laura Masson el funcionamiento de formas, hasta ese momento legítimas, y permite el crecimiento de figuras políticas por otras vías, como el caso de Susana, que fue electa candidata a diputada en las elecciones internas del Partido Justicialista en 1999. 129 Conclusiones A lo largo de las páginas precedentes analicé tres espacios diferentes desde donde burócratas, políticos/as y periodistas ejercieron una fuerte influencia en la construcción de las identidades de género. Políticos/as y burócratas, al tiempo que construyeron e institucionalizaron una identidad femenina legítima, inauguraron una “nueva” forma de hacer política social, o una forma de “despolitizar” la política intentando despolitizar lo social. En este juego, las mujeres ocuparon la escena central y estuvieron del lado de lo social como opuesto a lo político. Para que estas identificaciones y oposiciones sean posibles, se invocaron varios argumentos. Por un lado, se apeló a la imagen de un “eterno femenino”, manifestado en las asociaciones de la mujer con una identidad biologizada y funciones sociales naturalizadas que la situaron como eje de la familia y generadora y sostenedora de los valores morales de la sociedad. Por otro, se invocó la imagen de la mujer compañera del hombre, con sensibilidad social y vocación de servicio consolidada en la figura mitificada de Eva Perón. Y también fueron expuestos los argumentos de las agencias financiadoras internacionales que proponían una nueva relación entre Estado y Sociedad Civil con la participación de los grupos a los que se dirigieron las políticas focalizadas. La combinación y síntesis de estos argumentos en las políticas sociales del gobierno duhaldista reforzaron dentro del Partido Justicialista una línea interna y crearon las condiciones de posibilidad necesarias para la proyección política, en el ámbito nacional, del matrimonio Duhalde. Pero, los valores morales en nombre de los cuales estas políticas intentaron presentarse como “despolitizadas” no deben interpretarse solamente como el resultado de una estrategia coyuntural puesta en marcha por una necesidad de diferenciación. La forma de hacer política, ligada a esa imagen femenina, estaba en concordancia con la trayectoria del grupo de mujeres que asumió la administración de las políticas sociales del gobierno provincial, y muestra una de las maneras posibles de incorporar a las mujeres en la política en nuestro país. Otro de los argumentos viables de incorporación de las mujeres, que se diferenció del anterior y compitió con él, fue el de la igualdad y los derechos que hizo efectiva la creación del Consejo Provincial de la Mujer durante el gobierno de Antonio Cafiero. Aquellas mujeres, portadoras de un capital simbólico adquirido por su acceso a la educación superior, lejos de reivindicar a la mujer como compañera del hombre y portadora de “sensibilidad social”, propusieron la igualdad de la mujer en los planos económico, político, jurídico y cultural. En ese sentido, la descripción y 131 Conclusiones comparación de los dos grupos muestra que no hay una única forma de hacer política para las mujeres y ni siquiera para las mujeres peronistas, a las que a menudo se las engloba en una denominación única que hace perder de vista importantes diferencias. En ese sentido, la referencia del título de este libro, “la política en femenino” (en oposición a lo que podría llamarse una política de mujeres), propone discutir la idea de la existencia de una forma de hacer política que podría ser considerada propia de un determinado sexo y mostrar cómo lo femenino y ser mujer son construcciones que ciertamente tienen mucho que ver con categorías biológicas, pero que están lejos de poder ser explicadas a partir de ellas. El grupo de “amigas de la Señora”, que comenzó a participar de las políticas provinciales durante el gobierno duhaldista, justificó su nuevo lugar en el ámbito político y estatal desde una vocación por lo social y una sensibilidad que describieron como características “femeninas” innatas. Este argumento también sirvió para vindicar la pertinencia de la incorporación de las manzaneras. Así, este trabajo al resaltar lo “femenino” de la política revela uno de los opuestos del par masculino-femenino para poder mostrar la manera en que estas identidades son construidas en lugares y contextos definidos. El análisis de los argumentos, las leyes, los símbolos y las justificaciones que le dieron sentido a una forma de hacer política a partir de la construcción de una identidad femenina sirve como estrategia para cuestionar la utilidad de “la mujer” como categoría de análisis. Henrietta Moore (1991) llama la atención acerca del peligro de utilizar este concepto como una categoría analítica de investigación antropológica y niega el potencial de expresiones como “situación de la mujer”, “subordinación de la mujer” o “hegemonía del hombre”. La autora cita a Marilyn Strathern y Sherry Ortner, entre otras autoras, para afirmar que “Las imágenes, características y conductas normalmente asociadas a la mujer tienen siempre una especificidad cultural e histórica. El significado en un contexto determinado de la categoría ‘mujer’ o, lo que es lo mismo, de la categoría ‘hombre’, no puede darse por sabido sino que debe ser investigado.” (Moore, 1991:19-20). En otras palabras, para demostrar la existencia de un grupo social es necesario explicar los procesos sociales que lo hacen posible. *** Si el sexo es una categoría a partir de la cual no es posible explicar por qué las mujeres harían política de una determinada manera, tampoco es posible decir que la historia por sí sola determina esas diferencias. Pero, a pesar de considerar que no existe una forma femenina ni una forma peronista de hacer política, la oposición mencionada entre lo político y lo social en este nuevo 132 Laura Masson grupo de mujeres, la estrecha convivencia de ambas categorías y la recurrente mención a “Evita” cada vez que se habla de “mujeres y política” obliga a tomar en cuenta su figura. Eva Perón inauguró una situación en la política argentina que resignificó en forma notable la participación de las mujeres en el espacio público. Este hecho dejó marcas que influenciaron a toda la sociedad, pero repercutió particularmente en la vida de las mujeres peronistas. Las mujeres que acompañaron a Hilda González en las funciones burocráticas, ante la necesidad de dotar de sentido un lugar que no respondía a ninguna de las formas tradicionales de acceso a la política, apelaron a su “experiencia en lo social”, a la “sensibilidad femenina” y a su oposición a la política y al feminismo. Opusieron a las funcionarias anteriores –a quienes consideraban “feministas”- una propuesta de lo que debe ser y hacer una mujer en la política y en la sociedad que les habilitó un acceso y una inclusión legítimas. Medio siglo atrás, Evita también se enfrentó con las “feministas”, mujeres que pretendían tener acceso al mundo político, pero legitimando su lucha con una trayectoria diferente, ligada a la militancia y a la acumulación de capital inte1 lectual . Esto aparece claramente en la siguiente frase de su libro La Razón de mi vida: “Confieso que el día que me vi ante la posibilidad del camino ‘feminista’ me dio un poco de miedo. Qué podía hacer yo, humilde mujer del pueblo, allí donde otras mujeres, más preparadas que yo, habían fracasado rotundamente?” (Perón, 1951:265). En el caso de Eva Perón la justificación de su lugar en la política se produce a través de una transubstanciación de su imagen con la de Perón y la de ambos con el “pueblo”. A través del discurso de la emoción, con un fuerte énfasis en el amor y en el sufrimiento, Eva hizo de ella misma una dirigente política “natural” (Masson, 1998). Si bien también apeló a una imagen tradicional de mujer, desafió todos los roles femeninos legítimos de la época y creó una figura y un lugar propios e inéditos. Al contrario de Eva, cuyo trabajo social tenía una traducción política inmediata al declararse incondicional a Perón, su proyecto y su pueblo, Hilda González intentó convertir su trabajo social en una actividad “apolítica”, que por encima de todo interés partidario representaría intereses universales, incorporados en figuras femeninas. Para tal fin convocó a las “mujeres bonaerenses” a “luchar por su cría”, a “pelear por lo que más les interesa: sus hijos” 1 Entre las mujeres que se destacaban en ese momento podemos mencionar a Alicia Moreau de Justo, militante del Partido Socialista, quien en las primeras elecciones en que las mujeres argentinas votaron, no acudió a las urnas porque había una orden de detención contra ella del gobierno peronista (ver Cichero, M., 1994) ; Victoria Ocampo, miembro de una tradicional familia argentina, se destacó por su labor en el ámbito literario y su influencia en la sociedad argentina. En 1936 fue elegida presidenta de la Unión de Mujeres Argentinas, cuyo objetivo inmediato era luchar contra la reforma, propuesta por la Acción Católica Argentina, de una ley sancionada en 1926 referente a los derechos de las mujeres casadas. Fue detenida y presa en 1953 durante el gobierno peronista (Ayerza de Castillo y Felgine: 1993); Julieta Lanteri, primera médica argentina, en 1919 fundó el simbólico Partido Feminista Nacional y en dos oportunidades se presentó como candidata a diputada nacional. 133 Conclusiones y les reconoció aptitudes especiales: sensibilidad, solidaridad, vocación de servicio y preocupaciones concretas. La identidad femenina legítima que aparecía en los discursos del matrimonio Duhalde logró su objetivación jurídica bajo la forma de las leyes que crearon los organismos estatales (CPM y CPFDH), y de decretos que reglamentaron sus formas de funcionamiento. Con la incorporación de las nuevas responsables por las políticas sociales al CPFDH la participación de estas mujeres se burocratizó y la política, bajo la consigna de la “despolitización” y en nombre de valores morales, se ejerció desde un organismo estatal. La creación del Plan Vida y la institucionalización de las manzaneras no fue con certeza la primera experiencia de trabajo comunitario femenino en la provincia de Buenos Aires. Un antecedente inmediato fue el programa Trabajadoras Vecinales del Consejo Provincial de la Mujer durante el gobierno de Antonio Cafiero y existen otros similares, incluso durante gobiernos de la Unión Cívica Radical. Pero sí fue la primera vez que las mujeres se incorporaron en forma masiva a la implementación de las políticas sociales del gobierno, tuvieron un reconocimiento oficial explícito a través de la construcción de una identidad femenina legítima de participación y, en muchos casos, tuvieron contactos directos con los/as funcionarios/as del Consejo Provincial de la Familia y Desarrollo Humano. Las manzaneras son un ejemplo de cómo una determinada imagen de mujer, producida desde la legitimidad de la ley, la burocracia estatal y la propaganda política encuentra su implementación concreta y su reinterpretación práctica. Este momento inédito en la política provincial despertó conflictos al interior del peronismo suscitados por la reacción de los políticos establecidos que sintieron amenazados sus espacios de poder por la participación de agentes sociales hasta ese momento outsiders y que ahora actuaban legítimamente bajo la protección (¿política?) de la “despolitización”. Las manzaneras se convirtieron en mujeres con pequeñas cuotas de poder, garantizada por su responsabilidad de distribuir alimentos y controlar a otras mujeres, su capacitación y su contacto con el organismo administrador de las políticas sociales, y amparadas en el argumento biológico del instinto de protección de sus hijos y el argumento histórico de la vocación por lo social. La “nueva forma de hacer política” puso en relación a personas que, en algunos casos perteneciendo al mismo partido político, se enfrentaron en una disputa por espacios de decisión y por la legitimidad de su accionar. La “red de mujeres” que se gestó se superpuso a una red existente en la que participaban actores ya establecidos y con una trayectoria más amplia en la militancia partidaria (concejales, intendentes, punteros políticos). Estos conflictos revelan que lo que podría considerarse como una forma femenina de hacer política también está sujeta a los condicionamientos de una lógica política más amplia y que las posibilidades reales de “participación” de las 134 Laura Masson mujeres en la política están distribuidas en forma desigual de acuerdo a sus posiciones en la red. En el capítulo 3 registré la diversidad que existe en el espacio de intermediación entre Hilda González y las manzaneras. A pesar de que todas las mujeres se identifican simbólicamente con la misma imagen femenina de sensibilidad social, vocación de servicio y solidaridad en general, son las que se encuentran en posiciones altas o intermedias quienes tienen mayores posibilidades de generar espacios independientes de participación política, sobre todo cuando logran combinar capital simbólico ligado a experiencias políticas previas con las ventajas de la posición que ocupan en la burocracia estatal. La consigna de la “despolitización” de las políticas sociales tiene significados diferentes según el nivel en que las mujeres “participan”. Mientras las Consejeras Ejecutivas y las referentes municipales están insertas dentro de la estructura burocrática, reciben dinero por su trabajo y logran convertir en varios casos su experiencia política en capital político, la posibilidad de las manzaneras de capitalizar sus experiencias tiene los límites propios de su contexto. La preocupación desde el CPFDH por “capacitarlas” en una tarea solidaria y legitimar su tarea desde esta perspectiva facilita su participación en la comunidad donde viven, pero esta participación encuentra barreras cuando se enfrenta al establishment político. *** En el caso de los medios de comunicación, es importante reflexionar sobre qué sucede cuando una figura política femenina entra en escena en la política nacional. A pesar de las diferencias ideológicas y de las estrategias opuestas de presentación de cada una de las candidatas, la forma en que se construyeron las noticias durante la campaña electoral de 1997 se corresponde con visiones de mundo anteriores al ámbito político y consagradas en el sentido común de los/as argentinos/as. Los diarios buscaron a estas mujeres en lugares clasificados socialmente como femeninos, aunque esto no aporte una información trascendente a la noticia para iluminar el escenario político: lo doméstico (su familia), al lado de un hombre (sus maridos), vinculadas a la infancia (fotos de cuando eran niñas). Las notas de la Revista Noticias y del diario Clarín (y también Página 12), a través de la forma en que son construidas, remiten a las mujeres a lugares similares a los que son vinculadas en los decretos y las leyes del CPFDH. Es difícil imaginar por ejemplo, o al menos lo era en ese momento, que un diario publique dos fotos de infancia para tematizar la candidatura de dos políticos a diputados nacionales. Así como el sentido común, la historia es otro de los recursos de los medios de comunicación para explicar el hecho inaugural donde las mujeres ocuparon espacios tradicionalmente masculinos. Es necesario, no sólo para las candidatas en su estrategia de presentación, sino también para quienes 135 Conclusiones producen las noticias, reconstruir la génesis de este “nuevo fenómeno”. La pregunta más habitual es ¿dónde empezó todo? Aquí aparece el despliegue de la simbología peronista a través de la cual es posible lograr que la más insólita de las candidaturas sea naturalizada al situarla con relación al 17 de Octubre del 45, la fábrica, los obreros, los humildes, Perón y Evita. Incluso la historia de Graciela Fernández Meijide, la candidata que rivalizó con Hilda González, es narrada dentro de los íconos históricos de la leyenda peronista. Aunque la historia relativamente reciente de nuestro país obligó luego a la prensa a hacer referencia a otras “mujeres” que irrumpieron en el espacio público: las Madres de Plaza de Mayo. Allí, fue necesario ubicar a Graciela Fernández Meijide en 1977, cuando su hijo fue secuestrado, porque la legitimación de su participación política no provenía de la “sensibilidad por lo social”, sino de la “ética” vinculada a la participación en los organismos defensores de los Derechos Humanos. Pero, actualmente es habitual ver, en especial en los medios gráficos, una incansable insistencia en comparar a todas las mujeres peronistas (y, a veces, también, a las no peronistas) con Eva Perón. Pareciera que cada candidato del Partido Justicialista estaría obligado a tener a su lado a su propia Eva y que todas las mujeres peronistas indefectiblemente deberían parecerse entre sí por imitación al modelo. Así, la presencia de hombres y mujeres en el poder vinculados a través de “matrimonios políticos” adquirieron en este contexto una naturalidad poco común en otros escenarios políticos. Lo biológico, en tanto “natural”, y el pasado (especialmente las narrativas sobre el pasado) parecieran ser los argumentos disponibles para construir explicaciones inteligibles a la hora de legitimar y legitimarse en las disputas por el poder. 136 Bibliografía AUYERO, Javier. 1999. “Performing Evita. A Tale of Two Peronist Women”. Mimeo. (Publicado en Journal of Contemporary Ethnography, (27-4): 461-493. AYERZA DE CASTILLO, Laura y FELGINE, Odile. 1993. Victoria Ocampo, Barcelona, CIRCE. BARNES, J.A. 1969. “Networks and political process”. En: Social networks in urban situacions. Mitchell, J. Clyde, ed. Manchester: Manchester University Press. BENHABIB, Seyla. 1987. “O outro generalizado e o outro concreto: A controvérsia Kohlberg-Gilligan e a teoria feminista”. En: Feminismo como Crítica da Modernidade. Seyla Benhabib e Drucilla Cornell (Coordenadoras), Ed. Rosa dos Tempos, Rio de Janeiro. BOURDIEU, Pierre. 1993. “Esprits d’État. Genèse et structure du champ bureaucratique”. 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