Jorge Mansur SERVICIO CÍVICO VOLUNTARIO Los diarios y noticieros, dieron a conocer la media sanción que el Senado de la Nación otorgó al Proyecto de Servicio Cívico Voluntario. La iniciativa habría partido de los bloques del radicalismo mendocino (Ernesto Sanz y Laura Montero), el saadismo puntano y el oficialista José Pampuro. El Servicio Cívico Voluntario fue votado por 33 senadores (UCR y PJ disidente), contra 31 votos en contra (el oficialismo y sus aliados). Las abstenciones fueron presentadas por Norma Morandini y Eugenia Estenssoro y las ausencias protagonizadas por Pampuro, Roxana Latorre y el socialista Rubén Giustiniani, que si se presento a votar la ley de salideras bancarias. El Servicio Cívico Voluntario, tiene su antecedente más cercano en la experiencia llevada a cabo en Mendoza, por iniciativa del gobernador en ese momento, hoy vicepresidente de la Nación, Julio Cobos. La misma contempla un programa de capacitación en oficios para jóvenes de entre 14 y 24 años, que se encuentran en “situación de riesgo”, y a cambio percibirían una beca equivalente a tres asignaciones universales pudiendo finalizar sus estudios formales, nada menos que en cuarteles militares. Sin embargo, fue tratado por las comisiones de Justicia y Seguridad Interior y Narcotráfico, dentro de un paquete de seguridad (salideras bancarias y desaparición forzada de personas), y no fue enviado a la Comisión de Educación. El diario Página 12, publicó algunos detalles al respecto. “El dictamen por mayoría fue votado el 21 en un plenario de las comisiones antes mencionadas, impulsado por la presidenta de Justicia y Asuntos Penales, la opositora salteña Sonia Escudero, y la representante eclesiástica Liliana Negre de Alonso, entre otros. Pero también el de la oficialista díscola Adriana Bortolozzi de Bogado.” “…está dirigida a jóvenes de entre 14 y 24 años que no estudian ni trabajan, a quienes se les “proporcionará cursos de formación teórico-práctica en temas de defensa civil y capacitación técnica de oficios”. El entrenamiento “se desarrollará en instalaciones de las Fuerzas Armadas”, recibiendo los alumnos “alimentación y vestimenta”, además de “alojamiento en la unidad que se afecte al Servicio”. Se puntualiza expresamente que los participantes “deberán respetar los reglamentos de las Fuerzas Armadas, referidos a normas de convivencia”. El primer objetivo, que consta en el artículo 2º del proyecto aprobado, es “otorgar espacios de contención a jóvenes en situación de riesgo”. Además que el ejército rechazó la idea de recepcionar y contener a jóvenes en un proyecto de bachillerato para pobres, aduciendo no estar preparados para la actividad docente, se insiste en maquillar como novedoso algo que es propio de una etapa de la modernidad que en el mundo se busca superar y que es conocido como sociedades de encierro. Responde a la misma lógica de los cuarteles, las cárceles, los conventos, los manicomios, las escuelas y otras instituciones disciplinarias que hoy experimentan un cambio de paradigma. Un ejemplo, de los nuevos aires que soplan en algunos lugares del mundo, fue la nueva ley de Salud Mental sancionada el año pasado en la provincia de Buenos Aires, que busca externalizar a los pacientes psiquiátricos y, con ello, acabar con la concepción del manicomio. En primer lugar, el tratamiento del proyecto desconoció a la Comisión de Educación como apropiada para tratar la preocupación por la cual justifica la implementación del mismo: “el futuro de los jóvenes que no trabajan ni estudian”. En segundo lugar, fue tratada en comisiones de seguridad y sin contemplar la situación de complejidad y de “múltiples pobrezas” que afecta a una gran mayoría de los habitantes de nuestro país. De manera simple y determinante, el abordaje del tema de “la inseguridad” que da pie a este tipo de proyectos, es reducido a episodios aislados de violencia que se vive en las calles de las grandes ciudades. Un dispositivo estratégico de fuerte puesta en marcha por quienes fomentan la pobrefobía, inmediatamente asociada a la amenaza de la pérdida – de todo lo material-, está siendo implementado desde los medios de comunicación hegemónicos. Al mejor estilo Hollywoodense, todo es reducido a un cuerpo oscuro de vinarios: pibe pobre/pibe chorro. Una genealogía del delincuente, llevada a las artes visuales con todo el aporte de los saberes científico/técnico: médicos, criminalistas, psicólogos, etc. Evidentemente, la concepción de seguridad a la que apelan los legisladores no contempla la desprotección que ejerce el Estado y las “múltiples pobrezas” causada por la lógica neoliberal que imponen las corporaciones económicas hegemónicas, desde mediado de los años ´70. Afectando de forma negativa al ciudadano en su derecho al trabajo digno, alimentación y educación adecuada; que se traduce en los miedos e inseguridades que se pretende exorcizar condenando a las víctimas, a los pobres. Los bloques mencionados, promovieron una ley sumamente conservadora y simplificadora, con maquillajes de políticas sociales dirigidas a los “jóvenes pobres”, que estigmatiza y excluye, al mejor estilo de la derecha más dura, en su variante “demoliberal”, y cuyos referentes más visibles son Cobos, Blumberg, Duhalde y Sra., Macri, Olmedo, Bergoglio, Scioli, el Grupo Clarín, etc. En algunos casos, quedó expuesta la matriz ideológica que los moviliza en el tratamiento de otros proyectos como la lamentable y siempre retornable baja de la imputabilidad de menores y las políticas de tolerancia cero, la ley 125/08, el matrimonio igualitario y la ley de medios. También se puede rastrear vínculos con la pasada dictadura en quienes apoyan este proyecto. Duhalde sostuvo junto a Menem los indultos que beneficiaron a Videla, Massera, Suarez Mason, Galtieri y cientos de represores. Cabe añadir que en 1990, cuando ocupó la presidencia como vice del riojano cuando este partió de viaje al exterior, indultó a varios miembros de la Triple A. Su trayectoria durante la década del ’90, ya sea desde el ejecutivo menemista o ya sea desde la gobernación de la provincia de Bs. As., estuvo signada por los planes neoliberales de hambre y represión que empujaron a millones de personas a la miseria y la desocupación. En cuanto al cardenal Jorge Mario Bergoglio, allegado a Videla y Massera, estuvo implicado en el secuestro de los sacerdotes Yorio y Jalics, además, de persuadir a los familiares de las víctimas de desaparecidos a desistir de la denuncia y la búsqueda de sus seres queridos. Se puede agregar a la lista, al ex funcionario de la dictadura en la capital santafesina, al actual senador y precandidato a gobernador por el reutemanismo Juan Carlos Mercier quién encabeza el proyecto para refuncionalizar las instalaciones del ex Liceo Militar General Belgrano en Recreo, como centro educativo, y que fue precandidato a ocupar la dirección del Banco Central durante la presidencia de Duhalde. En medio de una dura batalla por el poder del aparato del Estado, parece convulsionarse el interior del aparato partidario del peronismo. La derecha retrograda busca seducir al electorado con propuestas ligadas a un Estado-Nación que ha dejado de existir y que utiliza como slogan para revivir en los nostálgicos los tiempos de seguridad y certidumbre de la modernidad sólida, agonizante. Para ello, en palabras de la Diputada Puiggrós, la lucha por la “…apropiación de un término que tiene connotaciones reivindicativas produciendo su vaciamiento, lo que no es un inocente juego lingüístico, porque los juegos lingüísticos son actos de ejercicio del poder. Así ocurre con la palabra “inclusión”, hoy de moda”. La ley Nº 26.206 de educación nacional establece la obligatoriedad de los estudios secundarios, y en nuestro país existen instituciones públicas y privadas que brindan estos servicios – con todas sus contradicciones y errores- desde larga data. Por lo que no sería necesario ni conveniente prodigar sistema de educación complementaria alguna. Por lo que debe exigírsele al Estado Nacional que implemente las medidas y reformas necesarias para garantizar éste derecho, cuyo valor principal radica en la igualdad de oportunidades para todos los niños y adolescentes. También está vigente la ley de prohibición del trabajo infantil que prohíbe el trabajo hasta los 16 años. Este será el legado que tendrán que llevar adelante los movimientos sociales.