ASERTIVA CON S: ASÍ DEBERÍA SER SIEMPRE LA COMUNICACIÓN Por: Néstor Antonio Pardo Rodríguez Terapeuta del Lenguaje / Fonoaudiólogo teracomunicologo@gmail.com A través de los «Discursos pitagóricos» y a una tradición recogida por Aristóteles, se considera a Empédocles de Agrigento, filósofo y poeta con fama de mago, como el verdadero fundador de la Retórica. A su vez Córax de Siracusa se anuncia como el autor del primer manual de Retórica. Su obra apareció aproximadamente el año 476 a. C. Podría definirse una competencia como la capacidad que tienen las personas para apropiarse del mundo que las rodea, articulando lo interno (cognitivo) y lo externo (sociocultural). Todos los seres humanos tienen la potencialidad de comunicarse desde que nacen, pero deben aprender a hacerlo. Cuando lo hacen bien, son competentes. Además de un saber hacer, aplican un hacer sabiendo con base en los múltiples conocimientos e informaciones que se van adquiriendo en el transcurso de la vida y los aplican progresivamente a nuevas y diversas situaciones y objetivos. Comunicarse no es solo gramática. El proceso de la comunicación consiste en la transmisión, hombre a hombre, de significados con cierto contenido intelectual o cognitivo, para evocar en otra persona el mismo contenido, lo cual implica que no es un simple envío de información con destino a una masa amorfa, sino el intercambio conceptual entre dos o más interlocutores conscientes, fundamentado en el análisis y orientado a la aparición o modificación de una conducta, conocimiento o manera de pensar. Habermas (1984, p. 393) complementa esto diciendo que un hablante escoge una expresión lingüística inteligible es para entenderse con un oyente sobre algo y a la vez darse a entender a sí mismo. La intención comunicativa del hablante comprende, pues, a) el realizar un acto de habla que sea correcto en relación con el contexto normativo dado, para poder con ello establecer una relación interpersonal con el oyente, que pueda considerarse legítima; b) el hacer un enunciado verdadero (o presuposiciones de existencia ajustadas a la realidad) para asumir que el oyente pueda asumir y compartir el saber del hablante; y c) el expresar verazmente opiniones, intenciones, sentimientos, deseos, etc., para que el oyente pueda fiarse de lo que oye. Para comunicarse se requiere el Lenguaje, el cual podría definirse como esa función neuropsicológica o neuropsicosociolingüística, si se considera ampliamente, que nos permite el aprendizaje y uso de una lengua determinada, o la codificación y descodificación de mensajes, basada en una superestructura neurológica de amplia complejidad, producto del desarrollo de nuestro cerebro y la adquisición de experiencias, lo cual permite la organización de redes neurológicas especializadas con tal propósito. La comunicación asertiva es un estilo de comunicación en el que se expresan ideas, sentimientos y necesidades de forma directa, segura, tranquila y honesta, al mismo tiempo que se es empático y respetuoso con las otras personas. Se produce una comunicación asertiva cuando se expresa un mensaje en el que lo verbal y lo no verbal demuestran sincronía y claridad, y al mismo tiempo, una actitud de empatía hacia el interlocutor, e implica conciencia de la propia valía, seguridad en uno mismo, firmeza en las propias concepciones, sentimientos y pensamientos y expresión del propio Yo. Para la Universidad de Saskatchewan: “La comunicación asertiva se caracteriza por la capacidad de escuchar la perspectiva de los demás. y expresarse honesta y respetuosamente. Implica expresar claramente peticiones o ideas y con confianza, sin sentirme culpable ni disculparme. Los comunicadores asertivos son autoconsciente (es decir, conocer sus propios sentimientos, metas, etc.), responsable (por sus propios pensamientos), comportamiento, etc.) y honestos (es decir, proporcionar mensajes verbales y no verbales consistentes)”. Con base en lo tratado anteriormente, se supone que tanto el emisor como el receptor son individuos con un sustrato idéntico para la codificación o descodificación (lenguaje). El emisor demuestra la intención de expresar sus sentimientos, pensamientos, ideas o conceptos, y se supone que el receptor está en disposición para reaccionar y apropiarse de los mismos, descifrándolos y comparándolos con las experiencias previas que puedan concordar. El primero codifica su mensaje, el cual es enviado por medio de un canal, y el segundo, lo descodifica. Si se da este proceso ideal, el receptor podrá comprender lo que esperaba transmitirle su interlocutor, para invertirse posteriormente los papeles, convirtiéndose éste último en emisor. El profesional de Terapia del Lenguaje / Fonoaudiología es un acompañante fundamental de este importante proceso de aprender a comunicarse asertivamente en los ámbitos familiar, educativo, profesional y social, lo cual permita un nivel de excelencia comunicativa entre todos los actores sociales. REFERENCIAS BACH, Eva y FORÉS, Anna. La Asertividad, Plataforma Editorial. 2008. BUSTAMANTE, Borys y GUEVARA, Carlos. Comunidad de aprendizaje como comunidad de lenguaje. Universidad Francisco José de Caldas, Bogotá, 2003. CASTANYER, Olga "La asertividad: la expresión de una sana autoestima. 3 Ed Bilbao. 1996. FABRA, María. "Asertividad para muchas mujeres y algunos hombres. Ed. Octaedro. 2009. FAJARDO, Luz y MOYA, Constanza. Fundamentos neuropsicológicos del lenguaje. Ediciones Universidad de Salamanca e Instituto caro y Cuervo, Salamanca, 1999. FENSTERHEIM, Herbert y BAER Jean. No diga sí cuando quiera decir no, Ediciones Grijalbo. 2003. HABERMAS, Jürgen. Teoría de la acción comunicativa. Taurus Ediciones, Barcelona, 1984. SMITH, Manuel J.. Cuando digo no, me siento culpable, Nuevas ediciones de bolsillo, 2003. MCCRONE, Walter "Asertivity ground", editorial Noel, 1992. https://www.cervantesvirtual.com/portales/retorica_y_poetica/empedocles_de_agrigento/