MIRIAM EVELIA PÉREZ VÁZQUEZ 14 DE OCTUBRE 2023 EL HOMBRE QUE PLANTABA ÁRBOLES A LA LUZ DE UN ECLIPSE A través de las eras, la naturaleza ha estado en constante cambio, pasando ciclo tras ciclo sin descanso. Sin embargo, con la aparición del homo y sus procesos evolutivos, la tierra ha comenzado un nuevo ciclo, uno, en el cual sus habitantes ya no sólo se adaptan para existir en ella, sino que ahora, el homo, ha aprendido a modificar su alrededor para hacerlo habitable y cómodo. Ésta sorprendente capacidad del homo, lo ha llevado a habitar (durante miles de años) en lugares que su biología dictaría inimaginables. Pero las consecuencias se hacen notar, existe un proceso de consumo excesivo y degradación, agotando los recursos de la madre tierra y limitando cada vez más las posibilidades de vida en sus espacios. Y es así, como la absolutamente magnifica y casi divina habilidad del homo para modificar sus espacios, se vio contaminada con avaricia y egoísmo, ensombreciendo la naturaleza de su origen, y olvidando la realidad de que él también está íntimamente vinculado con la tierra que lo vio surgir. A pesar de todo, hay algunos pocos, un grupo selecto de seres sensibles, con la visión limpia de nubes y determinación valerosa, para saber exactamente qué tipo de cambio quieren ser, cuál es el hogar que desean crear, a pesar, de que probablemente ni siquiera lleguen a contemplar su obra, y en su lugar, su profunda generosidad los hace pensar en las futuras generaciones. Aquellos pocos que conservan el vinculo estrecho con la naturaleza de su entorno, son seres que profesan paz y ligereza de vida, ya que su percepción va más allá de la estética, y son capaces de comprender el beneficio a corto y largo plazo de su perseverancia. Son quienes han encontrado “Una estupenda manera de ser felices”. Ser conscientes del poder de cambiar la realidad, del poder para crear un bosque, lleno de vida y venas vibrantes de agua, sin perder de vista las necesidades habitacionales del homo, es saber que lograron el clímax del don divino de la creación, logrando el equilibrio, sin eclipsar a alguno de los elementos.