artículo del proceso de paz en Colombia El proceso de paz en Colombia ha sido un tema de gran importancia y complejidad. Desde finales de la década de 1950, el país ha enfrentado un conflicto armado interno que involucra a guerrillas, paramilitares, fuerzas estatales y otros actores armados. A lo largo de los años, se han realizado varios procesos de negociación y acuerdos de paz , pero fue a partir de 2012 que se iniciaron conversaciones formales entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), . El proceso de paz con las FARC culminó en un histórico acuerdo firmado en septiembre de 2016, tras más de cuatro años de negociaciones en La Habana, Cuba y sin embargo, la guerra fratricida continuó en Colombia y hoy el presidente Petro lo sigue impulsando a pesar de: el asesinato de guerrilleros acogidos a este proceso de paz, el asesinato de lideres sociales, el acomodamiento de otros grupos armados en los lugares desocupados por las FARC., la consolidación de La Nueva Marquetalia y del Estado Mayor (guerrilleros que no se acogieron al proceso de paz de Santos), y el negocio de la cocaína permaneció y permanece intacto. También se debe tomar en la cuenta la corrupción heredada y enquistada en el Estado, que se agazapa y amenaza constantemente con un golpe de Estado ¿Entonces que es lo que le dará paz a nuestro país? ¿Negarse a los procesos de paz por ineficientes o aceptarles a pesar de conocer que no han logrado sus objetivos fundamentales? En pocas palabras: Colombia transita por un proceso de paz que se niega a morir (el de Santos) y presencia el nacimiento de otro a la cabeza del presidente Petro y que espera eclipsar a la nación con la idea de la “Paz Total”. Iniciativa que es atacada por una oligarquía paquidérmica y una burguesía que no le ha interesa promover la idea de una nación soberana y por ende nunca intentará romper los lazos de dependencia económica con otros países. Las propuesta de procesos de paz en un país pobre es de lideres de talla mayor, pero pasar de lo escrito a los hechos es lo complejo. Dentro de este orden de ideas miremos tangencialmente el cumplimientos de los puntos fundamentales de estos procesos de paz: Reforma rural integral: La meta inicial era comprar 3 millones de hectáreas, sin embargo, se dan cuenta que es imposible y deciden bajar a 1.5 millones y según la exministra de agricultura Jhenifer Mojica en el primer año de gobierno de Petro se han formalizado 240.555 hectáreas de tierras, a través de títulos expedidos por el Ejecutivo y se han aprobado cuatro Zonas de Reserva Campesina: Sumapaz, La Tuna, Güejar-Cafre y Losada-Guayabero. A pesar de que las intenciones son excelentes el proceso va extremadamente lento. Participación política: Sinceramente lo que veo en en estas personas que se acogieron al proceso de paz liderado por el presidente Santos y, que en su momento hablaron en nombre de todo un país de 52 millones de habitantes, es simple y llanamente un acomodamiento económico. Esta afirmación se puede sostener cuando revisamos las votaciones donde la ciudadanía les iba a dar el reconocimiento de partido político, desgraciadamente sólo obtuvieron 50 mil votos. En conclusión, la participación política no es ser elegido a dedo por la misma oligarquía para que ocupe un asiento en el Congreso (2022 hasta 2026) sino, que sean reconocido por el primer constituyente como sujetos de valor para la transformación del país desde el Estado. Fin del conflicto armado: Sin decirnos mentiras o usar estúpidos eufemismos, es evidente que para que halla fin del conflicto armado se debe realizar el 100 % de la Reforma Agraria y debe ser una realidad el Derecho a la salud, a la educación, a la vivienda y a la alimentación, entre otros. Esto quiere decir que la pobreza debe ser erradicada del país. Pero mientras esto no sea un hecho los conflictos armados seguirán existiendo. De este modo, todo proceso de paz que no solucione estos puntos será una anestesia que alargara el sufrimiento de un pueblo. Lucha contra el narcotráfico: En el mundo antes de disminuir el consumo de cocaína, esta aumentando, resulta lógico que la oferta esta creciendo y Colombia, en cuanto a la exportación del alcaloide sigue ocupando uno de los primeros lugares, entonces ¿Qué está pasando? Justicia transicional: Creación de un sistema especial de justicia para la paz, que busca la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición de los crímenes cometidos durante el conflicto. El pueblo colombiano necesita verdad, justicia, reparación y la no repetición, sin embargo son soluciones coyunturales, es decir, partamos del supuesto que todas las familias o personas que han sido victimas de esta guerra logren hallar a sus seres queridos, logren ser indemnizados y luego perdonen a sus victimarios. Pero esto no toca las bases que hace que estos depravados sigan borbotando, inclusive Se podrán meter a la cárcel a todos, no obstante, la repetición de estos hechos seguirá, como hoy lo constatamos. Entonces si permanecen intactos los mecanismos que hacen que la desigualdad social se profundice estaremos engañando al pueblo con soluciones efímeras. Los actuales procesos de paz lo que hacen es pacificar el país por un momento y en consecuencia la critica armada y política o sólo política se congela ante un sistema que se diseña para que la riqueza se concentre y la pobreza se extienda. En tal sentido el pueblo es como si fuera anestesiado cual enfermo terminal. Así la pregunta que se dejo planteada en párrafos anteriores cobra más fuerza ¿Qué es lo que dará la paz a Colombia? En esta perspectiva se queda entre la espada y la pared dado que los procesos de paz no es la solución, es razonable entonces, tomar la frase de Álvaro Gómez “lo que necesita Colombia es un cambio de Sistema” pero al otro día lo asesinaron. Esta frase suena tan ideal como escuchar lo de “Paz Total” no obstante hay que tomar una de las dos: seguir anestesiado, seguir resistiendo, seguir aguantando o recuperar el sentido de la lucha social, y si apelamos a un ejemplo de vida, si usamos su legado como sur de Lucha, entonces, nos organizaremos y gritaremos como él lo hizo “A la Carga” y apoyar el proceso de paz del presidente Petro en tanto cuestione los fundamentos que enriquecen a una clase social y los que producen la rebeldía del pueblo colombiano. Ahora bien, no es que los procesos de paz sean una falacia, sino que hay que llenarlos de contenido político, de verdad y no sólo de reformas coyunturales, quejas, reconciliaciones y perdones. Esto significa que al pueblo se lo va respetar, se le va a dar la categoría de Primer Constituyente, por tanto se le va a decir quién esta matando a sus lideres sociales y porque; se les va a decir porque quieren al pueblo ignorante; porque la salud, la educación, la vivienda, la comida, la explotación de los recursos naturales ha caído en las manos de la burguesía; hay que decirles que deben organizarse porque construir una nación donde la Justicia sea la que gobierne se necesita fuerza.