COMUNICADO FINAL DE LAS JORNADAS SOBRE “POLÍTICA, PAZ Y VIDA RELIGIOSA”, celebrado en Madrid del 19 al 21 de marzo por iniciativa del departamento de Justicia y Paz de la CONFER “VIVIMOS EN UNA DEMOCRACIA MÁS FORMAL QUE REAL POR EXCESO DE INFORMACIONES MANIPULADAS Y POR DEFECTO DE CAUCES DE PARTICIPACIÓN” Madrid, 23 marzo 2004 (IVICON).- En el contexto del criminal atentado terrorista del 11 de marzo en Madrid, de las Elecciones Generales del 14 de marzo y del aniversario de la invasión de Irak, que se celebró el sábado pasado, más de un centenar de religiosas, religiosos y laicos celebraron del 19 al 21 de marzo en la sede de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) en Madrid unas Jornadas sobre “Política, Paz y Vida Religiosa” en donde reconocieron, entre otras cosas, “la escasa voz crítica de la vida religiosa ante las situaciones de violencia, pobreza y exclusión de los más empobrecidos”. Al final del encuentro, celebrado por iniciativa del departamento de Justicia y Paz de la CONFER, los participantes emitieron un comunicado pidiendo que los superiores y superioras provinciales de las congregaciones e institutos religiosos lo dieran a conocer “para que las preocupaciones aquí expresadas se extiendan a todas las comunidades”. Por su interés, reproducidos a continuación su contenido íntegro: CREEMOS Que la identidad cristiana, enraizada en el misterio de la Encarnación, implica una praxis política de liberación, ya que praxis liberadora fue la de Jesús. Que la construcción del Reino aquí y ahora pasa por el trabajo a favor del cambio de las estructuras injustas que crean desigualdad, exclusión y violencia, y a favor de otro mundo mejor, que es posible, hacia el que nosotros debemos avanzar y animar también a otros. Que en esa tarea los religiosos y religiosas tenemos una grande e importante responsabilidad: como creyentes, como ciudadanos y ciudadanas, como personas formadas, como educadores, como agentes de transformación social... Que el Dios de Jesús nos urge a desinstalarnos de prejuicios y estructuras que no sirven a la vida y a los pobres. Que el amor y la solidaridad, junto con la denuncia profética, son las fuerzas más transformadoras en el trabajo por la erradicación de la pobreza y las desigualdades. Que es necesario descubrir el significado de la caridad política y fomentar su vivencia. Que el ejercicio de la ciudadanía se realiza no sólo cuando votamos, sino en la convivencia diaria y en la implicación en las organizaciones de todo tipo que buscan la defensa de los pobres, la dignificación de las personas y el bien común. LAMENTAMOS Y condenamos los actos terroristas, como el del 11 M, que por ninguna razón son justificables. La invasión ilegal e inmoral de Irak y todas las guerras conocidas y olvidadas que hay en el mundo, así como la construcción del muro de Cisjordania por parte de Israel. La unilateralización del multilateralismo que está llevando a cabo EE.UU. que hace imposible el ejercicio de la democracia mundial sin el que las democracias local y nacional apenas son efectivas. Que el mundo esté regido por los intereses económicos en vez de por el respeto a los derechos humanos y por el objetivo del desarrollo integral de las personas y pueblos. La proliferación descontrolada del comercio de armas que alimenta guerras, violaciones de los derechos humanos e impacta en la vida de millones de personas. Que los principales vendedores sean los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad EEUU, Gran Bretaña, Rusia, Francia y China-, y que España esté vendiendo armas a países que no respetan los derechos humanos como Colombia o Israel. Vivir en una democracia más formal que real por exceso de informaciones manipuladas y por defecto de cauces de participación. La crispación política de los diferentes partidos, la falta de diálogo, las descalificaciones, la clasificación entre “buenos” y “malos” y la manipulación informativa por parte de los partidos y los medios de comunicación, especialmente durante la campaña electoral y en la jornada de reflexión. La falta de sensibilidad y formación sociopolítica de los/as religiosos/as y la poca capacidad crítica en el uso de los medios de comunicación social. La poca conciencia que tenemos de las estructuras de pecado y de sus enormes consecuencias en el mundo, el poco compromiso socio-político y la poca fuerza profética. La identificación acrítica de muchos religiosos/as con un partido político, así como el que sólo se informen mediante emisoras, cadenas y periódicos que apoyan exclusivamente la propia ideología. La brecha que hay en nuestras comunidades, igual que en la sociedad, entre diferentes visiones del mundo y de la política, la falta de diálogo sobres estos temas y la falta de interés en informarnos y formarnos objetivamente. Eso nos impide discernir las respuestas evangélicas que habría que dar a situaciones concretas. La escasa voz crítica de la Vida Religiosa ante las situaciones de violencia, pobreza y exclusión de los más empobrecidos. QUEREMOS Claridad e información no partidista en los medios de comunicación públicos y en los eclesiales. Reivindicar el papel de la ONU y que se refuercen las instancias multilaterales en la búsqueda de la justicia internacional y de la paz. Ayudar a consolidar los valores del feminismo, la ecología y el pacifismo que están emergiendo en la sociedad civil. Que en nuestras Congregaciones, tanto en la formación permanente como, sobre todo, en los programas de formación inicial, se dé más importancia a la formación sociopolítica, para lo cual es imprescindible la formación en la utilización de los Medios de Comunicación Social y el conocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia. Que la CONFER sea impulsora de ese tipo de formación mediante talleres, jornadas de estudio y otros cauces de reflexión, diálogo y discernimiento de las situaciones políticas que vivimos. Que nuestra implicación en el cambio de estructuras sea más explícita, atendiendo a las raíces de las injusticias y de la falta de paz. Y que por encima de nuestros intereses particulares e institucionales, busquemos el bien de las personas menos favorecidas y con menos voz y poder de influencia. Mayor compromiso de la Iglesia y de la Vida Religiosa por la paz-reconciliación, por un mundo más humano, justo, intercultural y dialogante con los diferentes. Que los religiosos y religiosas nos impliquemos más en las organizaciones sociales y trabajemos a nivel socio-político en grupos y foros sociales Que los religiosos y religiosas unamos nuestras fuerzas en la denuncia de lo que es injusto y en la creación de alternativas. Que los/as Superiores Mayores den a conocer este Comunicado para que las preocupaciones aquí expresadas se extiendan a todas las comunidades