1. Concepto de Autoestima La autoestima es un constructo psicológico que se refiere a la valoración que una persona hace de sí misma. Diversos autores han explorado la autoestima desde distintas perspectivas, que ayudan a comprender su importancia y sus implicaciones. 1. Nathaniel Branden (1994), un pionero en el estudio de la autoestima, la define como la “confianza en nuestra capacidad de pensar y enfrentar los desafíos de la vida y en nuestro derecho a ser felices”. Según Branden, la autoestima es fundamental para el bienestar, ya que se relaciona con la confianza y la aceptación personal. 2. Morris Rosenberg (1965), conocido por su escala de medición de la autoestima, define la autoestima como una actitud positiva o negativa hacia uno mismo. Rosenberg considera que la autoestima es esencial para el desarrollo social y emocional y que se forma a partir de la autovaloración en el contexto social. 3. Carl Rogers (1959), un referente en la psicología humanista, postula que la autoestima surge de la autoaceptación incondicional. Según Rogers, la valoración positiva de uno mismo, sin condiciones, es clave para desarrollar una autoestima sólida, ya que permite afrontar desafíos sin el temor al rechazo. 2. Tipos de Autoestima y Opinión Existen varias clasificaciones sobre los tipos de autoestima. Las principales son: ● Autoestima Alta o Positiva: Las personas con alta autoestima suelen valorarse de manera equilibrada, aceptando tanto sus fortalezas como sus debilidades. Esta autoestima es flexible y no depende excesivamente de la validación externa. ● Autoestima Baja o Negativa: Se caracteriza por una autovaloración negativa, que lleva a una autocrítica excesiva y a una dependencia de la aprobación externa. Las personas con baja autoestima tienden a subestimar sus logros y magnificar sus errores. ● Autoestima Inflada o Narcisista: Aquellos con autoestima inflada se valoran de forma exagerada y suelen tener dificultades para aceptar críticas. Este tipo de autoestima, aunque parece alto, es frágil y depende de la validación constante de los demás. Criterio: La autoestima alta y equilibrada es la más saludable, ya que permite a la persona enfrentar dificultades con seguridad y aceptar sus imperfecciones. En cambio, la autoestima baja y la inflada afectan el desarrollo emocional, ya sea por un temor constante a no ser aceptado o por la incapacidad de reconocer errores. 3. Características de una Autoestima Sana Una autoestima saludable implica una autovaloración equilibrada. Las características de una autoestima sana incluyen: ● Aceptación de uno mismo: La persona es consciente de sus virtudes y defectos y los acepta sin juzgarse de forma severa. ● Seguridad en la toma de decisiones: Las personas con autoestima sana suelen confiar en sus propias decisiones y enfrentan las consecuencias con responsabilidad. ● Resiliencia ante la adversidad: Tienen una actitud positiva frente a los desafíos y ven los errores como oportunidades de aprendizaje. ● Relaciones saludables: Son capaces de establecer relaciones en las que pueden expresar sus necesidades y respetar las de los demás. ● Autonomía emocional: No dependen de la aprobación constante de los demás y tienen una autoimagen estable. ¿Afectan las opiniones de los demás en la percepción de mí mismo? Argumente Sí, las opiniones de los demás pueden afectar la percepción de uno mismo, especialmente si la autoestima es baja. Según Rosenberg, la autoestima se construye en parte a través de la interacción social, y la valoración externa puede influir en cómo nos percibimos. No obstante, en personas con una autoestima sana y bien desarrollada, esta influencia es menor, ya que tienen una autovaloración más independiente. Por tanto, la dependencia de la opinión ajena puede ser un signo de autoestima frágil o insegura. ¿Mi reacción cuando no cumplo con mis propias expectativas tiene que ver con mi autoestima? Argumente Sí, la reacción frente al incumplimiento de expectativas personales está profundamente ligada a la autoestima. Las personas con autoestima alta y equilibrada suelen ver los errores como oportunidades para mejorar, en lugar de castigarse o juzgarse severamente. Por otro lado, quienes tienen una autoestima baja pueden reaccionar de forma negativa, sintiendo vergüenza o frustración ante sus fallos, ya que se autoevalúan de forma crítica y poco compasiva, como indica Branden. ¿Cómo reaccionar ante los desafíos que me parecen difíciles? Ante desafíos difíciles, es importante abordarlos con una mentalidad de crecimiento y autocompasión. Las personas con autoestima saludable, según Branden, entienden que el esfuerzo y la persistencia son necesarios para superarse. Adoptar una postura resiliente y dividir el desafío en pequeños pasos puede hacer que la meta sea más alcanzable. Además, aceptar que no todo es perfecto y que los fallos son parte del proceso de aprendizaje ayuda a mantener la motivación y la autoestima intacta. ¿Cómo debería sentirme al aceptar mis imperfecciones? Aceptar las imperfecciones debe generar sentimientos de paz y autoaceptación. Rogers sugiere que, al reconocer nuestras limitaciones sin juzgarnos de forma severa, cultivamos una autoestima incondicional. Este proceso de aceptación permite vivir sin una carga de perfeccionismo y nos ayuda a relacionarnos mejor con los demás y con nosotros mismos, fortaleciendo la autocompasión y el bienestar. ¿Qué cualidades debo buscar en mis amistades y relaciones? Para una autoestima saludable, es fundamental rodearse de personas que valoren la autenticidad, el respeto mutuo y el apoyo emocional. Amigos y parejas que brindan apoyo positivo y que no juzgan ayudan a reforzar la autoestima y la autoconfianza. Según los principios de Rogers y Branden, relaciones basadas en la comprensión y el respeto permiten que la persona se sienta aceptada tal y como es, contribuyendo a su bienestar emocional. Bibliografía ● Branden, N. (1994). The Six Pillars of Self-Esteem. Bantam. ● Rosenberg, M. (1965). Society and the Adolescent Self-Image. Princeton University Press. ● Rogers, C. (1959). A Theory of Therapy, Personality, and Interpersonal Relationships as Developed in the Client-Centered Framework. In S. Koch (Ed.), Psychology: A Study of a Science. Vol. 3: Formulations of the Person and the Social Context.