Avance sustancial en la comprensión de los mecanismos naturales de defensa contra el cáncer Madrid, 14 septiembre 2006.- El Grupo de Supresión Tumoral del CNIO, dirigido por Manuel Serrano, aclara cómo se activan las defensas anticancerosas en un artículo publicado en la prestigiosa revista británica Nature (Vol 443, pág. 159) Los nuevos hallazgos indican que la función clave del gen anti-canceroso p53 es la de detectar la presencia de oncogenes, y no la de daños en el ADN, como hasta ahora se creía. Estas investigaciones avalan la idoneidad de unas nuevas estrategias quimioterapéuticas, ya en desarrollo. p53, la estrella de la investigación oncológica En el campo de la investigación oncológica, el gen p53 es la estrella indiscutible. Este gen es nuestra mejor y más potente defensa anti-cancerosa, y prueba de ello es que una buena parte de los tumores surgen y se convierten en malignos únicamente si el gen p53 ha sido previamente inactivado por algún accidente molecular o mutación. La propiedad más conocida de la proteína p53 (el producto del gen p53) es la de detectar diversas alteraciones que pueden ocurrir en el ADN de los cromosomas de las células, tales como las roturas en las cadenas del ácido nucleico, o las modificaciones químicas aberrantes. La respuesta de p53 a estas alteraciones es impedir la multiplicación celular para evitar así la propagación de las células defectuosas. Esta propiedad de p53 hizo que desde hace tiempo se conozca a este gen como el guardián del genoma. Existían, sin embargo, indicios de que la historia bien podría ser algo más complicada. Hace ocho años, el grupo de Manuel Serrano publicó, igualmente en Nature, que el gen p53 se activa no sólo por la existencia de lesiones en el ADN, sino que también por la presencia de oncogenes. Los oncogenes surgen precisamente por la existencia de daños en el ADN; son unas versiones alteradas de ciertos genes, que han adquirido la propiedad de inducir la multiplicación incontrolada de las células. De este modo p53 además de ser el guardián del genoma es también el policía de los oncogenes. “En cualquier proceso tumoral siempre coexisten los daños en el ADN y la activación de los oncogenes”, cuenta Manuel Serrano, “de modo que los dos funciones de p53 entran en acción, la de guardián del genoma y la de policía de oncogenes, y esto nos enfrentaba con la pregunta de cuál de las dos era más importante, o si ambas lo eran por igual”. De guardián del genoma a policía de oncogenes Dos trabajos dan respuesta a la pregunta anterior, el del grupo de Manuel Serrano y también el del grupo de Gerard Evan (Universidad de California en San Francisco). Estos dos grupos han generado unos ratones modificados genéticamente con los que los investigadores pueden medir la actividad de p53 y su capacidad de proteger del cáncer. Los dos grupos emplearon estrategias experimentales distintas, pero ambos llegaron a la misma conclusión: la función importante de p53 para protegernos del cáncer es la de policía de oncogenes. “Es muy reconfortante ver que por caminos diferentes hemos llegado a las mismas conclusiones y además al mismo tiempo”, afirma Serrano. Nuevas estrategias quimioterapéuticas en el horizonte Los nuevos resultados obtenidos imponen una nueva manera de mirar a p53, lo que a su vez tiene un efecto directo en el diseño de nuevas estrategias para el tratamiento farmacológico del cáncer. “La quimioterapia actual explota la mayor sensibilidad de las células cancerosas al daño en el ADN, pero se sospechaba, y nuestros resultados lo corroboran, que este tipo de quimioterapia funciona con independencia de que el tumor mantenga o haya perdido el gen p53”, sostiene Alejo Efeyan, investigador del equipo de Manuel Serrano y primer firmante del artículo publicado en Nature. “Hay nuevos fármacos con un potencial quimioterapeútico cuya misión es la de activar p53 de la misma manera en la que lo hacen los oncogenes”, continúa Efeyan, “de esta forma, esperamos obtener beneficios terapéuticos para aquellos cánceres que conservan p53, y precisamente en esto estamos trabajando ahora”.