El Populismo en Bolivia En Bolivia, la Gran Depresión y la derrota de la guerra del Chaco tuvieron efectos profundos. La posición boliviana en el mercado mundial del estaño se había deteriorado y el presidente Daniel Salamanca fue a la guerra esperando distraer al país de sus graves problemas. Tras la derrota, con sus 80.000 muertos, se produjo un golpe en 1936, favorable al socialismo militar, encabezado por el general José David Toro, que sería sucedido por el coronel Germán Busch. Se abría un período de diez años de inestabilidad política, con algunas reformas económicas y sociales, como la nacionalización de los pozos petroleros. En 1938 Busch convocó a una Asamblea Constituyente, dominada por los izquierdistas pero que elaboró un producto moderado. Tras el suicidio de Busch en 1939, que había roto de forma alternativa con la izquierda y con la derecha, el ejército se inclinó por los partidos tradicionales y permitió el acceso del general Enrique Peñaranda al poder. La oposición, con nuevos actores políticos, se hizo más activa. El Partido Comunista (PCB) se presentó a las elecciones en el Frente de Izquierda, que obtuvo el 20 por 100 de los votos. En la región minera destacaba el trotskista Partido Obrero Boliviano (POR). En 1941 se creó el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), que unía posturas de distinto signo, desde las apristas a otras más ortodoxamente marxistas e inclusive algunas pro nazis. El prestigio de sus líderes, entre los que destacaba Víctor Paz Estenssoro, posibilitó una gran implantación en los sectores medios. La ocupación japonesa de vastos territorios asiáticos convirtió a Bolivia en el único proveedor de estaño a los aliados, pero el gobierno se negó a aumentar su precio. La tensión aumentó en la región minera por los bajos salarios, lo que condujo a una gran huelga en 1942, duramente reprimida por el ejército, siendo la masacre de Catavi un ejemplo de barbarie. En 1943 un nuevo golpe condujo a la presidencia al mayor Gualberto Villarroel, con el apoyo del MNR y del POR, que incorporó a su gobierno a Paz Estenssoro como ministro de Hacienda. La posterior exclusión de los ministros del MNR y la represión sobre los líderes de la izquierda culminó con una fuerte huelga en 1946 y con el asesinato a manos de las masas de Villarroel. La unión del MNR y de los líderes mineros, entre ellos Juan Lechín, se disponía a ocupar el gobierno. En 1946 se derrumbó el régimen militar nacionalista. Las fuerzas tradicionales y la oligarquía junto al PCB, que participó activamente en el derrocamiento de Villarroel, aparecían con buenas perspectivas, pero el frente liberal-comunista fue derrotado por una coalición antiliberal. El descontento y la mala situación económica favorecieron el resurgir del MNR. Las elecciones de 1951 fueron ganadas por Paz Estenssoro, con el apoyo del POR y de Lechín, que no obtuvo la mayoría absoluta. La fragilidad institucional favoreció un nuevo golpe y el general Hugo Ballivián se hizo con el poder. Una sublevación civil, apoyada en las zonas mineras, derrotó a los militares y controló la capital. En abril de 1952 Paz Estenssoro recuperó la presidencia. Entre sus primeras reformas figuraron la extensión del sufragio a los analfabetos y la nacionalización del estaño. La ampliación de la base electoral se buscó a través de la reforma agraria. Las posturas más pro-oligárquicas fueron defendidas por la Falange Socialista Boliviana, de influencias fascistas. En 1956 Hernán Siles Suazo reemplazó a Paz Estenssoro y dio un tono más pragmático a su gobierno. Y si bien estabilizó la economía, no respondió a los retos de la acelerada urbanización ni a los problemas generados por una minería de estaño en plena decadencia. En 1960 retornó Paz Estenssoro a la presidencia, esta vez acompañado por el dirigente minero Juan Lechín. Fuente bibliográfica: http://www.artehistoria.jcyl.es