i.- situaciones administrativas de los funcionarios públicos.

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TEMA 26
SITUACIONES ADMINISTRATIVAS DE LOS FUNCIONARIOS PUBLICOS.
DEBERES E INCOMPATIBILIDADES DE LOS FUNCIONARIOS PUBLICOS.
REGIMEN DISCIPLINARIO. REGIMEN RETRIBUTIVO DE LOS FUNCIONARIOS.
RETRIBUCIONES BASICAS Y COMPLEMENTARIAS. INDEMNIZACIONES POR
RAZON DEL SERVICIO EN CASTILLA-LA MANCHA.
SUMARIO:
I.- SITUACIONES ADMINISTRATIVAS DE LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS
I.1.- Servicio activo
I.1.1.- Concepto
I.1.2.- Situaciones asimiladas
I.2.- Servicios especiales
I.2.1.- Por servicios internacionales
I.2.2.- Cargos de necesaria elección o designación política
I.2.3.- Personal de apoyo a Órganos constitucionales y cargos políticos (personal eventual)
I.2.4.- Otros supuestos
I.3.- Servicio en Comunidades Autónomas (y en otras Administraciones)
I.3.1.- Servicio en Comunidades Autónomas
I.3.2.- Servicio en otras Administraciones Públicas
I.4.- Expectativa de destino
I.5.- Excedencia forzosa
I.6.- Excedencia para el cuidado de hijos y familiares
I.7.- Excedencia voluntaria
I.7.1.- Por prestación de servicios en el sector público
I.7.2.- Por interés particular
I.7.3.- Por agrupación familiar
I.7.4.- Incentivada
I.8.- Suspensión de funciones
I.8.1.- Suspensión provisional
I.8.2.- Suspensión firme
II.- DEBERES E INCOMPATIBILIDADES DE LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS.
II.1.- Deberes de los funcionarios públicos.
II.1.1.- El deber de fidelidad a la Constitución (y a los Estatutos de Autonomía)
II.1.2.- El deber de imparcialidad.
II.1.3.- El deber de obediencia.
II.1.4.- El deber de adecuación al Ordenamiento Jurídico.
II.1.5.- Deberes funcionales.
II.2.- Incompatibilidades de los funcionarios.
II.2.1.- Normativa reguladora.
II.2.2.- Principios y reglas generales.
II.2.3.- Actividades excluidas del régimen de incompatibilidades.
III.- RÉGIMEN DISCIPLINARIO.
III.1.- Principios inspiradores del régimen disciplinario.
III.2.- Faltas y sanciones.
III.2.1.- Las faltas.
III.2.2.- Las sanciones.
IV.- RÉGIMEN RETRIBUTIVO DE LOS FUNCIONARIOS: RETRIBUCIONES BÁSICAS Y COMPLEMENTARIAS.
IV.1.- Consideraciones generales
IV.2.- Las retribuciones básicas.
IV.2.1.- El sueldo.
IV.2.2.- Los trienios.
IV.2.3.- Las pagas extraordinarias.
IV.3.- Las retribuciones complementarias.
IV.3.1.- El complemento de destino.
IV.3.2.- El complemento específico.
IV.3.3.- El complemento de productividad.
IV.3.4.- Las gratificaciones.
IV.3.5.- El complemento personal transitorio.
V.- INDEMNIZACIONES POR RAZÓN DEL SERVICIO EN CASTILLA-LA MANCHA.
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V.1.- Comisiones de servicio.
V.2.- Traslados de residencia.
V.3.- Asistencias.
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I.- SITUACIONES ADMINISTRATIVAS DE LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS.
La relación de servicio del funcionario con la Administración, que se concibe como
una relación de permanente en el tiempo, puede experimentar diversas vicisitudes a
lo largo de su existencia; normalmente, el funcionario desempeñará el puesto de
trabajo que le corresponda en la Administración que lo seleccionó – se dice
entonces que se encuentra en situación de servicio activo -, pero otras veces esa
situación normal se altera o se interrumpe, sin extinguirse, por diversas causas, ya
sea porque el funcionario es nombrado para desempeñar un cargo de carácter
político – situación de servicios especiales -, ya sea porque se traslada a prestar sus
servicios a otras Administración – situación de servicio en otras Administraciones
Públicas -, ya sea porque se va aprestar sus servicios a la empresa privada –
situación de excedencia voluntaria por interés particular -, etc., etc., pues bien, con
el nombre de situaciones administrativas se conocen todos los estados de
relación en los que se encuentra un funcionario, respecto de su Administración, a lo
largo de su vida administrativa.
La regulación de las situaciones administrativas de los funcionarios públicos se
encuentra recogida en el artículo 29 de la LMRFP, que tiene carácter de básico y es
de aplicación a todas las Administraciones Públicas, el artículo 41 de la LFC y en el
Reglamento de Situaciones Administrativas (en adelante RSA) aprobado por el Real
Decreto 365/1995, de 10 de marzo, que sería de aplicación supletoria a las
Comunidades Autónomas, en ausencia de normativa reglamentaria propia. Así
pues, en el caso de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha serán de
aplicación las normas antes mencionadas, así como lo dispuesto en la Disposición
Adicional Sexta de la Ley 3/1988, de 13 de diciembre, de Ordenación de la Función
Pública autonómica, que adapta, dos supuestos específicos a los que
posteriormente haremos mención, a las peculiaridades propias de esta
Administración.
I.1.- Servicio activo.
I.1.1.- Concepto.
El concepto de servicio activo se deduce de lo dispuesto en el artículo 3,a) del RSA
y el artículo 41 de la LFC. En atención a lo anterior, podemos decir que un
funcionario se encuentra en situación de servicio activo cuando ocupa o desempeña
un puesto que, conforme a la correspondiente relación de puestos de trabajo, está
adscrito al cuerpo o escala de su pertenencia, y al que ha accedido, bien por alguno
de los procedimientos de provisión de puestos legalmente previstos – concurso de
méritos o libre designación -, o por nombramiento provisional.
Los funcionarios que se encuentren en servicio activo tienen todos lo derechos,
prerrogativas, deberes y responsabilidades inherentes a su condición de funcionario.
I.1.2.- Situaciones asimiladas.
Junto con la situación prototípica de servicio activo, anteriormente descrita, el
artículo 3 del RSA enuncia, de forma muy prolija, otra serie de supuestos asimilados
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al servicio activo, de entre los que conviene destacar, por ser los más comunes, los
siguientes:





Los funcionarios que se encuentren en comisión de servicios, es decir, aquellos
que ostentando un puesto de trabajo con carácter definitivo, temporalmente
desempeñan otro por un período que, con carácter general, no podrá exceder de
dos años.
Los funcionarios que presten sus servicios en los Gabinetes de la Presidencia
del Gobierno, Ministros, Secretarios de Estado y Delegados y Subdelegados del
Gobierno (en el caso de la Administración de la Junta los Gabinetes serán los del
Presidente, Vicepresidente y Consejeros – D.A. Sexta Ley 3/1988-), salvo que
puedan optar o les corresponda pasar a la situación de servicios especiales.
Los funcionarios que accedan a la condición de miembros de las Asambleas
legislativas de las Comunidades Autónomas y no perciban retribuciones
periódicas, y opten por permanecer en situación de servicio activo.
Los funcionarios que accedan a la condición de miembros de Corporaciones
Locales, salvo que desempeñen cargo retribuido y de dedicación exclusiva.
Los funcionarios que, removidos de su puesto de trabajo por alguna causa legal,
estén a disposición de la autoridad competente.
I.2.- Servicios especiales.
La situación de servicios especiales es aquella en la que se encuentran los
funcionarios que, temporalmente, desempeñan cargos de especial responsabilidad,
ya sean de elección o de confianza política y personal o de otra naturaleza (siempre
que así se prevea en norma con rango de ley).
El funcionario que se encuentre en servicios especiales percibirá las retribuciones
del cargo que ostente, si bien, el tiempo que permanezca en esa situación, se le
computará a efectos de ascensos, consolidación del grado personal, trienios y
derechos pasivos.
Por otra parte, la ventaja esencial de esta situación administrativa, es, salvo
excepciones, la reserva de puesto de trabajo a que tiene derecho el funcionario,
para su reingreso al servicio activo:


Si el funcionario accedió a la situación de servicios especiales, desde un puesto
obtenido por concurso, tendrá derecho a que se le adjudique definitivamente un
puesto de trabajo de igual nivel y similares retribuciones en el mismo Ministerio o
Consejería y Municipio.
Si el funcionario accedió a la situación de servicios especiales, desde un puesto
obtenido por libre designación, tendrá derecho a que se le adjudique
provisionalmente un puesto de trabajo de igual nivel y similares retribuciones en
el mismo Municipio.
La regulación de esta situación administrativa se contiene en el artículo 29.2 LMRFP
y en los artículos 4 a 9 del RSA. Los supuestos en que corresponde la situación de
servicios especiales pueden sistematizarse como sigue:
I.2.1.- Por servicios internacionales.
398
Los funcionarios públicos pasarán a la situación de servicios especiales cuando
sean autorizados para realizar una misión por período determinando superior a seis
meses, en Organismos internacionales, Gobiernos o Entidades públicas extranjeras
o en programas de cooperación internacional (art. 29.2.a), y cuando adquieran la
condición de funcionarios de Organizaciones Internacionales (p.ej. la ONU) o de
carácter supranacional (p.ej. la Unión Europea).
I.2.2.- Cargos de necesaria elección o designación política.
Los supuestos de este tipo que contempla la Ley, en los que el funcionario pasa a la
situación de servicios especiales, son muy variados, pudiendo destacarse, a título
de ejemplo, los siguientes:





Cuando accedan a la condición de Diputado o Senador (art. 29.2.f) o miembros
del Parlamento Europeo (art. 4.1 RSA).
Cuando accedan a la condición de miembros de las Asambleas legislativas de
las Comunidades Autónomas y perciban retribuciones periódicas o, aún no
percibiéndolas, deseen permanecer en esta situación en vez de la de servicio
activo (art. 29.2.g).
Cuando ostenten cargos electos – Alcalde, Concejal, etc. - retribuidos y con
dedicación exclusiva en las Corporaciones Locales (art. 29.2.h).
Cuando sean nombrados miembros del Gobierno –Presidente o Ministros - o de
los Órganos de Gobierno de las Comunidades Autónomas –Presidente,
Vicepresidente o Consejeros- o altos cargos de dichos Gobiernos (en la
Administración de la Junta de Comunidades esos altos cargos pueden ser
Viceconsejero, Secretario General, Secretario General Técnico, Director General
y Delegado de la Junta) (art. 29.2.c).
Cuando sean nombrados para cualquier cargo político del que se derive
incompatibilidad para ejercer la función pública (art. 29.2. j)
I.2.3.- Personal de apoyo de Órganos Constitucionales y cargos políticos (personal
eventual).
Los supuestos que se pueden destacar son los siguientes:


Cuando sean nombrados funcionarios adscritos al Tribunal Constitucional,
Defensor del Pueblo y Tribunal de Cuentas (art. 29.2.e).
Cuando presten servicios en los Gabinetes de la Presidencia del Gobierno,
Ministros o Secretarios de Estado y no opten por permanecer en la situación de
servicio activo (art. 29.2.i). Esto mismo es aplicable a los funcionarios que
presten servicios como personal eventual en los Gabinetes del Presidente de la
Junta, Vicepresidente y de los Consejeros (Disposición Adicional Sexta de la Ley
3/1988).
I.2.4.- Otros supuestos.
Además de todos los supuestos anteriormente mencionados, el artículo 4.n del RSA
establece, como cláusula residual, que los funcionarios pasarán a la situación de
servicio especiales cuando así lo determine una norma con rango de Ley.
399
En atención a lo anterior, y por lo que respecta a la Comunidad Autónoma de
Castilla-La Mancha, pasarán a la situación de servicios especiales los funcionarios
que sean nombrados:





Consejeros de Consejo Consultivo: Ley 7/1997, de 5 de septiembre.
Presidente y Secretario del Consejo Económico y Social: Ley 2/1994, de 26 de
julio.
Síndico, Auditores y Secretario General de la Sindicatura de Cuentas: Ley
5/1993, de 27 de diciembre.
Defensor del Pueblo y Adjuntos al Defensor del Pueblo de Castilla-La Mancha:
Ley 16/2001, de 20 de diciembre.
En general, para todos aquellos cargos cuyo nombramiento se efectúe por
Decreto del Consejo de Gobierno – p.ej. Delegados de las Consejerías,
Presidentes de Organismos Autónomos, etc.- (Disposición Adicional Sexta de la
Ley 3/1988.
I.3.- Servicio en Comunidades Autónomas (y en otras Administraciones).
La situación administrativa de servicio en Comunidades Autónomas está prevista
exclusivamente para los funcionarios de la Administración General del Estado que
pasan a prestar servicios en las Comunidades Autónomas; paralelamente, las
Comunidades Autónomas crearon la figura de servicio en otras Administraciones
Públicas para aquellos de sus propios funcionarios que pasaban a prestar servicios
bien a la Administración General del Estado, bien a otras Comunidades o bien a las
Corporaciones locales.
I.3.1.- Servicio en Comunidades Autónomas.
El Reglamento de Situaciones Administrativas en sus artículos 10 y 11, establece
una doble distinción:
a) Funcionarios del Estado transferidos a las Comunidades Autónomas en virtud de
los Reales Decretos de traspasos de funciones y competencias:
Los funcionarios transferidos a las Comunidades Autónomas se integran
plenamente en la organización de las mismas, es decir, adquieren asimismo la
condición de funcionarios autonómicos, y su situación administrativa es la de
servicio activo en ellas, sometiéndose a la disciplina de la Administración
autonómica, de la que reciben órdenes y retribuciones, la cual puede llegar
incluso a aplicarles, en su caso, la sanción de separación del servicio, previo
dictamen del Consejo de Estado. En los cuerpos o escalas de la Administración
del Estado, de los que procedieran, quedarán en la situación de Servicio en
Comunidades Autónomas, que les permitirá mantener todos sus derechos.
b) Funcionarios del Estado destinados en las Comunidades Autónomas por otros
procedimientos:
Los funcionarios del Estado que, mediante los sistemas de concurso, libre
designación o reasignación de efectivos, pasen a ocupar puestos de trabajo en la
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Comunidades Autónomas, en nuestro caso, a Castilla-La Mancha, se someterán
a la normativa de función pública de éstas en las que se encontrarán en servicio
activo, si bien, en este caso no se produce una integración sino una mera
asimilación a los funcionarios autonómicos (Disposición Adicional Segunda,
apartado 4, de la Ley 3/1988 de Ordenación de la Función Pública autonómica);
eso sí, conservando su condición de funcionarios del Estado en situación de
Servicio en Comunidades Autónomas.
En todo caso les serán aplicables las normas autonómicas relativas a promoción
profesional e interna, régimen retributivo y, en general, los derechos y deberes
de los funcionarios autonómicos, a excepción de la sanción de separación de
servicio que habrá de ser acordada por la Administración del Estado.
I.3.2.- Servicio en otras Administraciones Públicas.
Esta es la situación en que quedan, respecto de su propia Administración, en
nuestro caso la de Castilla-La Mancha, los funcionarios autonómicos que pasan a
prestar servicios a otra Administración distinta – Estado, otras Comunidades o
Corporaciones locales -.
La regulación de esta situación se contiene en la Disposición Adicional Sexta,
apartado 2, de la Ley 3/1988 de Ordenación de la Función Pública autonómica que
viene a establecer que los funcionarios de carrera en situación de Servicio en otras
Administraciones Públicas, continuarán perteneciendo a los cuerpos o escalas de la
Administración de la Junta y, en tanto se hallen destinados en la otra Administración,
les será de aplicación la normativa de función pública de éstas, con la única
excepción de la imposición de la sanción de separación del servicio que
corresponderá, en todo caso, a la Administración de la Junta de Comunidades.
I.4.- Expectativa de destino.
La situación administrativa de expectativa de destino, es una situación que tiene su
origen en la Ley 22/1993, por la que se dio nueva redacción al artículo 20.1.g) de la
LMRFP que regula los Planes de Empleo, que no son otra cosa que la mera
supresión de los puestos de trabajo que se consideran innecesarios, y la
reasignación de efectivos (funcionarios sin puesto) que el mismo comporta,
conteniéndose su regulación en el artículo 29.5 de la LMRFP y 12 del RSA.
Pues bien, cuando tras un proceso de reasignación de efectivos, el funcionario no
obtuviese un nuevo puesto de trabajo (cosa harto difícil), quedará adscrito al
Ministerio de Administraciones Públicas - en nuestro caso habría que entender que
esa adscripción se produciría a la Consejería de Administraciones Públicas, dicho
esto con todas las cautelas por cuanto que la reasignación de efectivos no ha sido
regulada aún en la Administración autonómica -, a través de unas relaciones
específicas de puestos de trabajo denominadas en reasignación y en situación
administrativa de expectativa de destino, que puede durar como máximo un año,
transcurrido el cual, sin haber obtenido un puesto, pasaría a la situación de
excedencia forzosa.
401
El funcionario en dicha situación, está obligado a aceptar los puestos de trabajo que
se le ofrezcan, similares al suprimido que desempeñaba en origen, dentro de la
misma Provincia, a participar en concursos de traslados a cualquier puesto de su
cuerpo o escala, dentro de su misma Provincia, así como a participar en los cursos
de capacitación a que se les convoque. El incumplimiento de estas obligaciones
determinaría su pase automático a la situación de excedencia forzosa.
Durante el tiempo en que se encuentre en situación de expectativa de destino, el
funcionario percibirá las retribuciones básicas, el complemento de destino de su
grado personal y el 50 por ciento del complemento específico del puesto suprimido
que desempeñaba. A los restantes efectos, incluido el régimen de
incompatibilidades, su situación se equipara a la de servicio activo.
I.5.- Excedencia forzosa.
La excedencia forzosa es una situación administrativa, de larga tradición en nuestro
derecho, aplicable a supuestos en los que el funcionario queda sin puesto de trabajo
o no puede reingresar en ninguno de ellos, por causas objetivas independientes de
su voluntad. Su regulación se contiene en los artículos 29.6 de la LMRFP, 42 y 44
de la LFCE y 13 del RSA.
Actualmente los supuestos de excedencia forzosa son solo dos:
A) La excedencia forzosa aplicable a los funcionarios en expectativa de destino: los
funcionarios en situación de expectativa de destino pasan a la de excedencia
forzosa, bien por el transcurso del período máximo (un año), bien por incumplir
las obligaciones que la ley fija para los funcionarios que se encuentren en dicha
situación. Los funcionarios en expectativa de destino, que son declarados en
excedencia forzosa, están obligados a participar en todos los concursos de
traslados que les notifiquen a puestos adecuados a su Cuerpo o Escala, a
participar en los cursos de capacitación que se les ofrezcan y a aceptar, en su
caso, el reingreso obligatorio al servicio activo a los puestos que les ofrezcan de
características similares a los que tenían.
B) La excedencia forzosa aplicable a los funcionarios que tras un periodo en
suspensión firme, derivado de un procedimiento disciplinario, solicitan el
reingreso y no lo obtienen en el plazo de seis meses desde la extinción de la
suspensión. Los funcionarios declarados en excedencia forzosa están obligados
a participar en todos los concursos de traslados que les notifiquen a puestos
adecuados a su Cuerpo o Escala y a aceptar, en su caso, el reingreso obligatorio
al servicio activo a los puestos que les ofrezcan de características similares a los
que tenían.
La situación de excedencia forzosa no tiene un límite en el tiempo, si bien, los
funcionarios en dicha situación que incumplan las obligaciones mencionadas
anteriormente, pasarán a la situación de excedencia voluntaria por interés particular.
Quienes se encuentren en excedencia forzosa tendrán derecho a percibir las
retribuciones básicas y, en su caso, las prestaciones familiares por hijo a cargo, así
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como el cómputo del tiempo en dicha situación a efectos de derechos pasivos y
trienios.
I.6.- Excedencia para el cuidado de hijos y familiares.
Esta situación administrativa se encuentra regulada en el artículo 23.4 LMRFP, y
contempla dos supuestos distintos:
a) Por cuidado de hijos: los funcionarios tendrán derecho a un período de
excedencia no superior a tres años, para atender al cuidado de cada hijo, tanto
si es por naturaleza como por adopción o acogimiento permanente o
preadoptivo, a contar desde la fecha de nacimiento o de la resolución judicial o
administrativa.
b) Por cuidado de familiares: los funcionarios tendrán derecho a un período de
excedencia no superior a un año para atender al cuidado de un familiar, hasta el
2º grado de consanguinidad o afinidad, que se encuentre a su cargo, que por
razón de edad, accidente o enfermedad no pueda valerse por sí mismo y no
desempeñe actividad retribuida.
En ambos casos, el período de excedencia es único por sujeto causante (hijo o
familiar); cuando un nuevo sujeto causante diera origen a una nueva excedencia, el
inicio del período de la misma dará fin al que se viniera disfrutando.
Durante el tiempo de permanencia en esta situación, el funcionario no percibe
retribuciones, si bien dicho período se el computará a efectos de trienios,
consolidación del grado personal y derechos pasivos. Igualmente, durante el primer
año, tiene derecho a la reserva del puesto de trabajo que desempeñaba;
transcurrido este período, dicha reserva lo será a un puesto en la misma localidad y
de igual nivel o retribución.
I.7.- Excedencia voluntaria.
La excedencia voluntaria se regula en los artículos 29.3 y 29.7 de la LMRFP y en los
artículos 15 a 19 del RSA.
Son cuatro los supuestos de excedencia voluntaria que se contemplan en la norma y
que a continuación analizaremos, si bien todos ellos tienen en común el hecho de
que no producen, en ningún caso, reserva del puesto de trabajo, ni los funcionarios
devengarán retribuciones, ni ese tiempo les será computable a efectos de ascensos
(promoción interna), trienios y derechos pasivos.
I.7.1.- Por prestación de servicios en el sector público.
A esta situación administrativa también se la conoce por el nombre de excedencia
por incompatibilidad y en ella se declarará, de oficio o a instancia de parte, al
funcionario que estando en servicio activo en un Cuerpo o Escala, pase a prestar
sus servicios en otro Cuerpo o Escala, de su misma o de distinta Administración
(p.ej. funcionario del Cuerpo Auxiliar que aprueba unas oposiciones del Cuerpo
Ejecutivo y toma posesión en un puesto de trabajo de éste nuevo Cuerpo), o pase a
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prestar servicios en Organismos o Entidades del sector público y no le corresponda
quedar en otra situación.
I.7.2.- Por interés particular.
A los funcionarios se les podrá conceder la excedencia voluntaria cuando lo soliciten
por interés particular, siempre que hayan prestado servicios efectivos durante los
cinco años inmediatamente anteriores. Igualmente, procederá declarar de oficio en
excedencia voluntaria a los funcionarios cuando, finalizada la causa que determinó
el pase a una situación distinta a la de servicio activo –p.ej. servicios especiales,
excedencia por cuidado de hijo, etc. – incumplan la obligación de solicitar el
reingreso.
Una vez concedida la excedencia voluntaria por interés particular, o declarada ésta
de oficio, el funcionario deberá permanecer en la misma un período mínimo de dos
años continuados.
I.7.3.- Por agrupación familiar.
Podrá concederse la excedencia voluntaria por agrupación familiar a los funcionarios
cuyo cónyuge resida en otro municipio por haber obtenido y estar desempeñando un
puesto de trabajo de carácter definitivo como funcionario de carrera o personal
laboral (hemos de entender que en condición de fijo) en cualquier Administración
Pública, Organismo autónomo, etc.
Para la obtención de esta excedencia, no será preciso tener un período mínimo de
servicios efectivos. Su duración será de un mínimo de dos años y un máximo de
quince.
I.7.4.- Incentivada.
Los funcionarios afectados por un proceso de reasignación de efectivos o, se
encuentren en las situaciones de expectativa de destino o excedencia forzosa,
podrán solicitar el ser declarados en situación de excedencia voluntaria incentivada,
teniendo derecho a una indemnización económica de una mensualidad de las
retribuciones de carácter periódico (sueldo, trienios Complemento de destino y
Complemento Específico) devengadas en el último puesto de trabajo desempeñado,
por cada año de servicios efectivos, con un máximo de doce mensualidades.
Esta situación tendrá una duración de cinco años, durante la cual no podrán
desempeñar ningún puesto de trabajo en el sector público. Concluido ese plazo, si
no se solicita el reingreso, se pasará automáticamente a la situación de excedencia
voluntaria por interés particular.
I.8.- Suspensión de funciones.
La suspensión es una situación que se declara de oficio por la propia Administración
a consecuencia de un procedimiento sancionador, administrativo o penal, incoado
contra el funcionario, que comporta que éste queda privado temporalmente del
ejercicio de sus funciones. Puede ser provisional o firme.
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La regulación de estas situaciones se encuentra en los artículos 47 a 50 de la LFC y
artículos 20 a 22 del RSA.
I.8.1.- Suspensión provisional.
La suspensión provisional es una medida cautelar a la que se somete al funcionario
durante la tramitación de un proceso judicial o un procedimiento administrativo
disciplinario. Durante el tiempo de duración, el funcionario tiene derecho a percibir el
75 por ciento de su sueldo, trienios y pagas extra.
Si ultimado el procedimiento, no hubiera lugar a sanción penal o administrativa, el
funcionario tendrá derecho a que ese tiempo de suspensión se le compute como de
servicio activo con su reincorporación inmediata al puesto de trabajo,
reconociéndole todos los derechos económicos y demás que procedan.
I.8.2.- Suspensión firme.
La suspensión firme es consecuencia de sentencia penal condenatoria o sanción
disciplinaria, también firmes, es decir, no sujetas a posterior recurso. Durante el
tiempo que dure la suspensión, el funcionario no devenga retribuciones ni tiene
derecho a que se le compute el mismo a efectos administrativos (trienios, derechos
pasivos, etc.).
La duración de la suspensión no podrá exceder de seis años si se impusiese como
sanción por una falta muy grave, o más de tres si lo fuera por falta grave; en ambos
casos se computará como tal el tiempo que el funcionario hubiese estado
suspendido provisionalmente.
Si la suspensión firme excediese de seis meses, el funcionario perdería su puesto
de trabajo, de tal manera que su reingreso al servicio a un nuevo puesto lo sería con
carácter provisional. Si solicitado el reingreso, no hubiese puesto vacante que
adjudicarle con carácter provisional, pasaría a la situación de excedencia forzosa.
II.- DEBERES E INCOMPATIBILIDADES DE LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS.
II.1.- Los deberes de los Funcionarios.
En nuestro derecho no existe un listado actualizado de los deberes de los
funcionarios públicos, pues el que se contiene en los artículos 76 a 81 de la LFC de
1964, vigentes en su mayor parte, ha quedado obsoleto y, sobre todo, es deficitario,
de ahí que la doctrina, a efectos de su sistematización, haya extraído buena parte
del catálogo de deberes, de las normas que tipifican las conductas sancionables. De
todo lo anterior, resulta un conjunto numeroso y heterogéneo de deberes de los que
a continuación se expondrán, sin pretensiones de exahustividad, los más
significativos.
II.1.1.- El deber de fidelidad a la Constitución (y a los Estatutos de Autonomía).
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El deber de fidelidad a la Constitución se señala de manera expresa en el artículo
31.1.a) LMRFP a efectos de calificar su incumplimiento como falta disciplinaria muy
grave. Este deber implica la obligación del funcionario de abstenerse de cualquier
actuación que ponga en peligro o menoscabe los valores y principios democráticos
sobre los que se asienta la Constitución, así como la obligación de adecuar a dichos
valores y principios su actuación profesional, en el ámbito de sus funciones.
En las Comunidades Autónomas, ese deber de fidelidad se extiende también a los
respectivos Estatutos de Autonomía.
II.1.2.- El deber de imparcialidad.
El deber de imparcialidad se deduce directamente del artículo 103.3 de la
Constitución, en conexión con la finalidad institucional de la Administración Pública
de servir con objetividad los intereses generales.
La primera y más importante manifestación de este deber es la obligación de
neutralidad política del funcionario, es decir, lo que en su momento denominaba la
doctrina como principio de “eficacia indiferente”. En estos términos, el funcionario
debe también fidelidad institucional al Gobierno democrático de turno, pero solo en
estos términos, de manera que no puede ni obstaculizar el desarrollo de la política
gubernativa, ni olvidar, en aras de ella, su obligación de prestar servicios sin
favoritismos ni discriminaciones.
Igualmente, la imparcialidad se ha de manifestar en las relaciones del funcionario
con la sociedad en general, guardándose también de toda actuación que suponga
favorecer ilegalmente a personas, organizaciones sociales o grupos privados.
II.1.3.- El deber de obediencia.
Conforme a lo dispuesto en el artículo 79 LFC, el funcionario debe respeto y
obediencia a las autoridades y superiores jerárquicos y ha de acatar sus órdenes
con exacta disciplina. Este es, pues, un deber vinculado directamente al principio de
jerarquía proclamado en el artículo 103.1 de la Constitución, e indirectamente a los
principios de fidelidad y eficacia.
Ahora bien, este deber tiene un límite que no es otro que el estricto cumplimiento de
la legalidad vigente, es decir, el funcionario debe obedecer todas las órdenes que se
le den, salvo aquellas que constituyan una infracción manifiesta de la legalidad y
cuya ejecución implique la realización de un hecho delictivo o sancionable
disciplinariamente.
II.1.4.- El deber de adecuación al Ordenamiento Jurídico.
Este deber contempla la obligación del funcionario de cumplir las leyes y demás
disposiciones jurídicas vigentes, siendo manifestación directa de la vinculación
constitucional de la Administración a la Ley y al Derecho, suponiendo, a su vez, un
límite al deber de obediencia a que antes nos referimos.
II.1.5.- Deberes funcionales.
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Los deberes funcionales son aquellos que tiene el funcionario como cualquier
trabajador, que se traducen en el cumplimiento, de manera exacta y puntual, de las
funciones de su cargo respetando la jornada y horario establecidos. Este deber, al
que hace referencia expresa el artículo 76 LFC, entronca con el principio
constitucional de eficacia administrativa y se traduce en la tipificación, como
infracciones disciplinarias, de una serie de conductas que lo desconocen, vulneran o
menoscaban, tales como el abandono del servicio, la notoria falta de rendimiento, el
descuido o negligencia en el ejercicio de las funciones, el incumplimiento
injustificado de la jornada de trabajo, la evasión de los sistemas de control horario,
etc.
II.2.- Incompatibilidades de los funcionarios.
Quienes ostentan la condición de empleados públicos, no solo tienen la obligación
de cumplir con los deberes anteriormente mencionados, sino que además, no
pueden ejercer otras actividades profesionales o lucrativas, ya sea en el sector
público o en el privado, más que en los casos y con las condiciones previstas en la
ley. Estas limitaciones, tradicionales en el régimen de la función pública, se conocen
con el nombre de incompatibilidades.
II.2.1.- Normativa reguladora.
La regulación de las incompatibilidades del personal al servicio de las
Administraciones Públicas se contiene en la Ley 53/1984, de 26 de diciembre (en
adelante L.I.) que tiene carácter básico y es de aplicación a todos los empleados de
las diferentes Administraciones Públicas, cualquiera que sea la naturaleza jurídica
de su relación de empleo – tanto funcionarial como laboral -. En el caso de la
Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, la aplicación de esta ley al personal a
su servicio, se regula por el Decreto 25/1985, de 5 de marzo, en el que se
establecen, principalmente, cuestiones competenciales referidas a los órganos
encargados de autorizar o denegar las compatibilidades.
Quedan al margen de esta normativa general, los miembros del Gobierno y los Altos
Cargos de la Administración regional, que se rigen en esta materia por lo dispuesto
en la Ley 2/1984, de 28 de marzo.
II.2.2.- Principios y reglas generales.
La L.I. establece una serie de principios o reglas generales de incompatibilidad que
trataremos de resumir a continuación:
A) .- Que el personal comprendido en su ámbito de aplicación, no pueda
compatibilizar sus actividades profesionales con el desempeño de un segundo
puesto de trabajo, cargo o actividad en el sector público, salvo que esté
expresamente contemplado en la propia ley – por lo general las actividades
compatibles suelen ser docentes o investigadoras, de carácter no permanente,
compatibles con el régimen de jornada y horario del puesto principal.
407
B) .- Se establece, también dentro del sector público, una incompatibilidad
económica que prohibe percibir, salvo las excepciones contempladas en la
propia ley, más de una remuneración económica de los presupuestos del sector
público, incluyendo los de toda las Administraciones Públicas, entes, organismos
y empresas públicas.
C) .- Se protege la independencia e imparcialidad de los empleados públicos y la
efectividad de sus obligaciones, disponiendo que son incompatibles con el
desempeño de un puesto de trabajo en el sector público, el ejercicio de cargos,
profesiones o actividades, tanto públicas como privadas, que puedan impedir o
menoscabar el estricto cumplimiento de sus deberes o comprometer su
imparcialidad o independencia.
D) .- Respecto del ejercicio de actividades privadas, se establece el criterio de
incompatibilidad económica parcial, pues la ley establece la prohibición de
reconocer compatibilidad a quienes desempeñen puestos de trabajo con
percepción de complemento específico, salvo que la cuantía de éste no supere el
30 por ciento de sus retribuciones básicas.
La compatibilidad, cuando sea posible, con una actividad pública o privada, distinta
del puesto principal, requiere una resolución expresa del órgano competente (en
nuestro caso, de la Dirección General de la Función Pública). Esta resolución se
denomina:
 Autorización: cuando se trata de la compatibilidad con otras actividades públicas.
 Reconocimiento: cuando se trata de actividades privadas.
Por último destacar que el incumplimiento de las normas sobre incompatibilidad,
puede constituir una falta disciplinaria muy grave, o cuando menos, una falta grave,
si afecta a los plazos u otras disposiciones de procedimiento y no supone el
mantenimiento de una situación de incompatibilidad.
II.2.3.- Actividades excluidas del régimen de incompatibilidades.
La propia LI en su artículo 19 establece una serie de actividades que están
excluidas del régimen de incompatibilidades y pueden realizarse libremente, sin
necesidad de autorización o reconocimiento; entre ellas podemos destacar las
siguientes:





Las derivadas de la administración del patrimonio personal o familiar, siempre
que no guarden relación con las tareas encomendadas al empleado público.
La dirección de seminarios y la impartición de cursos de formación, hasta un
máximo de 75 horas al año, así como la preparación de opositores.
La participación en Tribunales o Comisiones de selección.
La producción literaria, artística, científica y técnica y las publicaciones derivadas,
siempre que no impliquen relación de empleo o prestación de servicios.
La participación ocasional en coloquios y programas de los medios de
comunicación.
III.- RÉGIMEN DISCIPLINARIO.
408
El fundamento de la existencia de un régimen disciplinario reside en la necesidad
que la Administración tiene, como organización prestadora de servicios, de
mantener la disciplina interna y de asegurar que sus agentes cumplan las
obligaciones de su cargo, asegurándose el buen funcionamiento, tanto interno como
externo, de la organización.
La regulación general del régimen disciplinario se contiene en los artículos 87 a 93
de la LFC, modificada por el artículo 31 de la LMRFP en cuanto a las faltas muy
graves, y el Reglamento de Régimen Disciplinario aprobado por Real Decreto
33/1986, de 10 de enero (en adelante RRD). Esta normativa es de aplicación en la
Administración de la Junta de Comunidades.
III.1.- Principios inspiradores del régimen disciplinario.
La aplicación del régimen disciplinario ha de ser acorde con una serie de principios
generales del derecho que se deducen de la propia Constitución.
a) Principio de legalidad: se deduce del artículo 25.1 CE y significa que nadie
puede ser sancionado por hechos que en el momento de producirse no
constituyan infracción administrativa con arreglo a la normativa vigente.
b) Principio de tipicidad: deriva del principio de legalidad, e implica que para que
un funcionario pueda ser sancionado por la comisión de unos hechos, o por
una omisión, éstos deben estar tipificados (identificados con suficiente grado
de certeza) como falta disciplinaria.
c) Irretroactividad de las normas sancionadoras no favorables: se deduce del
artículo 9.3 CE y significa que las normas sancionadoras no pueden ser
aplicadas, en la medida en que sean desfavorables al funcionario, a hechos o
conductas anteriores a su entrada en vigor.
d) Non bis in ídem: es un principio clásico del derecho sancionador deducible
del artículo 25.1 CE que significa que no pueden imponerse dos sanciones
por un mismo hecho.
e) Principio de proporcionalidad: implica que la sanción que se imponga debe
guardar una adecuada relación con la gravedad de la falta cometida.
III.2.- Faltas y sanciones.
III.2.1.- Las faltas.
La regulación de las faltas se contiene en el art. 31 de la LMRFP y en el RRD,
clasificándolas en: muy graves, graves y leves.
a) Faltas muy graves: se regulan en el artículo 31 LMRFP que enuncia hasta quince
supuestos que tienen la consideración de faltas muy graves. A título indicativo
destacaremos las siguientes:
- El incumplimiento del deber de fidelidad a la Constitución en el ejercicio de la
función pública.
- Toda actuación que suponga discriminación por razón de raza, sexo, religión…o
cualquiera otra condición o circunstancia personal o social.
- El abandono del servicio.
409
-
La adopción de acuerdos manifiestamente ilegales que causen perjuicios graves
a la Administración o a los ciudadanos.
El incumplimiento de las normas sobre incompatibilidades,
Etc…
b) Faltas graves: se regulan en el art. 7.1 RRD, y entre ellas podemos destacar las
siguientes:
- La falta de obediencia a los superiores y autoridades.
- El abuso de autoridad en el ejercicio del cargo.
- Intervenir en un procedimiento administrativo cuando se dé alguna de las causas
de abstención legalmente señaladas.
- Etc…
c)
-
Faltas leves: Se regulan en el art. 8 RRD, pudiendo destacarse las siguientes:
Falta de asistencia injustificada de un día.
La incorrección con el público, superiores, compañeros o subordinados.
El descuido o negligencia en el ejercicio de sus funciones.
Etc..
III.2.2.- Las sanciones.
Las sanciones que se pueden derivar por la comisión de faltas pueden ser la
separación del servicio, la suspensión de funciones, el traslado con cambio de
residencia y el apercibimiento. En atención a la falta cometida la sanción que le
correspondería podría ser:
a)
-
Por faltas muy graves:
Separación del servicio, que implica la perdida de la condición de funcionario.
Suspensión de funciones entre tres y seis años.
Traslado con cambio de residencia, con imposibilidad de volver a prestar
servicios en el municipio del que fue trasladado, durante un período de tres años.
b) Por faltas graves:
- Suspensión de funciones, por un período no superior a tres años.
- Traslado con cambio de residencia, con imposibilidad de volver a prestar
servicios en el municipio del que fue trasladado, durante un período de un año.
c) Por faltas leves:
- Apercibimiento.
IV.- RÉGIMEN RETRIBUTIVO DE LOS FUNCIONARIOS: RETRIBUCIONES
BÁSICAS Y COMPLEMENTARIAS.
IV.1.- Consideraciones generales.
Uno de los aspectos fundamentales del régimen de la función pública, en el que se
condensan las claves del modelo vigente en cada momento y lugar, es el que hace
referencia al régimen retributivo.
410
En un sistema de carrera tradicional el componente más importante de los haberes
de un funcionario es el que hace referencia a su pertenencia a un Grupo de
Titulación y dentro de éste, a un Cuerpo o Escala determinado, y por su antigüedad
fundamentalmente. Por el contrario, en un sistema de empleo lo que más cuenta es
la valoración del puesto de trabajo que se desempeña y el esfuerzo personal del
funcionario, su productividad, tratando, en teoría, de retribuir al empleado público de
manera semejante a como pudiera serlo en la empresa privada.
El sistema retributivo diseñado por la Ley 30/1984, de 2 de agosto (LMRFP) trata de
ser una síntesis de los dos modelos antes mencionados pues viene configurado, por
un lado, por unas retribuciones básicas que se determinan en atención al Grupo de
Titulación, e indirectamente al Cuerpo o Escala, de pertenencia del funcionario
(sistema de carrera) y, por otro, por unas retribuciones complementarias fijadas en
atención al puesto de trabajo desempeñado y al modo y manera en que éste se
desempeña (sistema de empleo).
IV.2.- Las retribuciones básicas.
Las retribuciones básicas de los funcionarios vienen reguladas en el artículo 23.2 de
la L.M.R.F.P., que las clasifica en sueldo, trienios y pagas extraordinarias, y son
aquellas retribuciones que perciben los funcionarios, en atención al grupo de
clasificación al que se adscriba el Cuerpo o Escala a que pertenezcan.
En definitiva, se puede decir que son aquellas retribuciones vinculadas
inexorablemente con el hecho de ostentar la condición de funcionario de un Cuerpo
o Escala determinado, y la adscripción de éste a alguno de los grupos de
clasificación, de tal manera que, todos los funcionarios de todas las
Administraciones Públicas que pertenezcan a Cuerpos o Escalas del mismo grupo,
percibirán las mismas retribuciones básicas en los términos que a continuación
veremos.
IV.2.1.- El sueldo.
Se trata de una cantidad correspondiente a cada grupo de titulación en los que se
clasifican los Cuerpos o Escalas de funcionarios según el artículo 25 de la ley, es
decir, grupos A, B, C, D y E.
La cuantía del sueldo correspondiente a cada grupo se fija anualmente en la Ley de
Presupuestos Generales del Estado y será igual en todas las Administraciones
Públicas.
Es necesario destacar dos aspectos relevantes de la actual regulación del sueldo,
respecto del régimen retributivo anterior:

Al fijar el sueldo de manera homogénea por grupos, se evitaron las enormes
diferencias de cuantía que se producían cuando dicha fijación se establecía por
Cuerpos o Escalas, para cuyo acceso se exigía similar nivel de titulación,
eliminándose las presiones corporativas y desigualdades carentes de lógica.
411

Otro aspecto a resaltar es que la propia ley (art. 24.1) establece una limitación a
las diferencias de cuantía que puedan existir entre el sueldo del grupo superior
respecto del inferior, de tal manera que la cuantía del sueldo del grupo A no
podrá exceder en más de tres veces a la de los funcionarios del grupo E; con ello
la ley pretendió dignificar y homogeneizar un concepto retributivo que responde
al hecho de ostentar la condición de funcionario.
IV.2.2.- Los trienios.
Los trienios pueden ser considerados como la forma de retribuir la antigüedad en la
Administración y consisten en una cantidad igual para cada grupo de clasificación
(A,B,C,D y E) que devengan, con carácter general los funcionarios de carrera, por
cada tres años de servicios en el grupo a que pertenezca su Cuerpo o Escala.
La cuantía económica del trienio se establece anualmente en la Ley de
Presupuestos Generales del Estado para cada grupo y es igual en todas las
Administraciones Públicas.
Los trienios se van acumulando sucesivamente en el tiempo en la medida en que se
perfeccionan por el transcurso de cada tres años de servicios. Cuando un
funcionario, a lo largo de su carrera, preste sus servicios sucesivamente en
diferentes Cuerpos o Escalas de distinto grupo, tiene derecho a seguir percibiendo,
en su cuantía, los trienios devengados en el grupo o grupos anteriores; cuando el
cambio se produzca antes de completar un trienio en el grupo anterior, la fracción de
tiempo transcurrido se considerará como tiempo de servicios prestados en el nuevo
grupo.
IV.2.3.- Las pagas extraordinarias.
Las pagas extraordinarias son dos cantidades que se devengarán en los meses de
junio y diciembre.
El importe mínimo de cada paga extraordinaria viene dado por la suma de una
mensualidad del sueldo y los trienios que tenga reconocidos el funcionario. Es
importante destacar que la ley hace referencia a una cuantía mínima garantizada –
una mensualidad del sueldo y trienios -, de ahí que, a través de la negociación
colectiva, se puedan establecer, como integrantes de las pagas extraordinarias,
otros complementos retributivos.
IV.3.- Las retribuciones complementarias.
Las retribuciones complementarias de los funcionarios vienen reguladas en el
artículo 23.3 de la LMRFP, que las clasifica en complemento de destino,
complemento específico, complemento de productividad y gratificaciones.
Al contrario de lo que sucede con las retribuciones básicas, las complementarias
están íntimamente vinculadas, tanto al desempeño del puesto de trabajo concreto –
complemento de destino y complemento específico -, como a la forma o intensidad
de dicho desempeño – complemento de productividad y gratificaciones por servicios
extraordinarios -, de tal manera que, funcionarios que pertenezcan a un Cuerpo o
412
Escala de un mismo grupo de clasificación, podrán devengar retribuciones
complementarias distintas y, a la vez, funcionarios de distintos Grupos, Cuerpos y
Escalas, podrán desempeñar idénticos puestos y percibir, en consecuencia,
retribuciones complementarias iguales.
IV.3.1.- El complemento de destino.
Como ya se dijo en el tema anterior al hablar de la carrera y la promoción
profesional de los funcionarios, los puestos de trabajo pueden clasificarse en 30
niveles, dentro de los cuales, cada Administración fija los intervalos de nivel que
corresponden a cada Cuerpo o Escala en atención al grupo de clasificación al que
se adscriban; así, en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha tendremos
que los puestos de trabajo del grupo A se encuentran entre los niveles 22 a 30, los
del B entre los niveles 19 a 26, los del C entre los niveles 16 a 22, los del D entre los
niveles 14 a 18 y los del E entre los niveles 12 a 14.
Pues bien, el complemento de destino es aquel que retribuye el nivel que tenga
asignado el puesto de trabajo concreto que se desempeñe, o el que pueda
corresponder al funcionario en atención a su grado personal consolidado, cuando el
del puesto sea inferior a éste; en definitiva, este complemento viene a retribuir, tanto
la ubicación del puesto de trabajo dentro de la estructura jerárquica de la
organización – nivel del puesto -, como la posición que, a título personal o garantía,
ostenta el funcionario en la organización – grado consolidado -.
El valor económico de cada nivel se establece anualmente en la Ley de
Presupuestos Generales del Estado y es igual en todas las Administraciones
Públicas.
IV.3.2.- El complemento específico.
El complemento específico está destinado a retribuir las condiciones particulares de
algunos puestos de trabajo (en la práctica, la tendencia de todas las
Administraciones Públicas ha sido la de asignar complemento específico a todos los
puestos de trabajo), en atención a su especial dificultad técnica, dedicación,
responsabilidad, incompatibilidad, peligrosidad o penosidad (art. 23.3.b LMRFP).
En atención a la concurrencia de las anteriores circunstancias en los puestos de
trabajo, y previa la valoración o cuantificación de las mismas, cada Administración
fija la cuantía del complemento específico, que es único por puesto y que ha de
quedar reflejado en las correspondientes relaciones de puestos de trabajo.
Como es lógico, el complemento específico no tiene por qué ser el mismo para
todos los puestos del mismo nivel y menos aún para todos los asignados a un
mismo Cuerpo o Escala o grupo de titulación, pero tampoco se trata de un
complemento personal, sino objetivo, de manera que todos los puestos en que
concurran las mismas circunstancias determinantes de este tipo de complemento,
han de tenerlo en la misma cuantía.
IV.3.3.- El complemento de productividad.
413
El complemento de productividad es un complemento subjetivo o individual que está
destinado a retribuir el especial rendimiento, la actividad extraordinaria y el interés o
iniciativa con que el funcionario desempeñe su trabajo (art. 23.3.c LMRFP).
La cuantía global de este complemento no puede exceder de un determinado
porcentaje sobre los costes totales de personal de cada programa y de cada órgano,
que se fijará en la correspondiente Ley de Presupuestos. Dentro de esas dotaciones
globales y de acuerdo con la normativa que establezca la Ley de Presupuestos, el
responsable de cada Departamento o Consejería debe determinar los criterios de
distribución y la cuantía del complemento individual que corresponda a cada
funcionario.
En todo caso, las cantidades que perciba cada funcionario por este concepto serán
de conocimiento público de los demás funcionarios y de las Juntas de Personal, las
cuales habrán de ser informadas y tiene derecho a ser oídas en la distribución
individual de este complemento.
IV.3.4.- Las gratificaciones.
Las gratificaciones, según lo previsto en el artículo 23.3.d) de la LMRFP, retribuyen
los servicios extraordinarios y ocasionales, prestados fuera de la jornada normal; a
título de ejemplo, cabe decir que las gratificaciones son para los funcionarios, lo que
las horas extraordinarias para el personal laboral.
En ningún caso las gratificaciones pueden ser fijas en su cuantía ni periódicas en su
devengo, y aún cuando su concesión es discrecional, debe estar motivada en la
prestación efectiva de un servicio en el que concurran, de un lado, un exceso de
jornada y en su carácter extraordinario u ocasional.
IV.3.5.- El complemento personal transitorio.
El complemento personal transitorio (en adelante CPT), es un concepto retributivo
regulado en la Disposición Transitoria 10ª de la LMRFP, pensado para compensar a
los funcionarios que, en aplicación del régimen retributivo que la ley estableció,
experimentaron una disminución en el total de sus retribuciones anuales, en
comparación con las que venían percibiendo en aplicación del anterior sistema
retributivo.
Esta técnica del CPT se utiliza en la Administración de la Junta de Comunidades
para compensar detrimentos retributivos que, en cómputo anual y a título personal,
pueda experimentar un funcionario transferido, como consecuencia de la
equiparación del puesto de trabajo de origen, al equivalente de la Administración
regional (Disposición Adicional Octava de la Ley 3/1988 de Ordenación de la
Función Pública regional).
La característica esencial del CPT es su condición de absorbible, es decir, irá
disminuyendo paulatinamente en el tiempo, a costa de los incrementos retributivos
anuales fijados en las sucesivas leyes de presupuestos, hasta su total desaparición.
414
V.- INDEMNIZACIONES POR RAZÓN DEL SERVICIO EN CASTILLA-LA
MANCHA.
El derecho de los funcionarios públicos a percibir las indemnizaciones
correspondientes por razón del servicio, se establece en el artículo 29.4 de la
LMRFP, si bien, la regulación específica de tales indemnizaciones corresponde a
cada una de las Administraciones Públicas.
En la Administración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la
regulación de esta materia, aplicable a todos los empleados públicos, tanto
funcionarios como laborales, se contiene en el Decreto 85/1998, de 28 de julio,
sobre Indemnizaciones por razón de Servicio, cuyas cuantías económicas, según lo
dispuesto en la Disposición Final Segunda, se actualizarán anualmente según la
variación del Indice de Precios al Consumo. La última actualización se ha realizado
en virtud de Resolución de 15 de enero de 2002.
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1 del Decreto 85/1998, el funcionario
tiene derecho a indemnizaciones por las siguientes causas: comisiones de servicio,
traslados de residencia y asistencias.
V.1.- Comisiones de servicio.
Se entiende por comisiones de servicio con derecho a indemnización (salvo
renuncia expresa a la misma), aquellos cometidos especiales que,
circunstancialmente, se ordenen a los funcionarios y que deban desempeñarse
fuera de la localidad donde radique su puesto de trabajo.
Las indemnizaciones a que dan lugar las comisiones de servicio se dividen en:
a) Dieta: cantidad que se abona diariamente para satisfacer los gastos de
alojamiento y manutención que origina la estancia fuera de la localidad del
puesto de trabajo, producida a consecuencia de una Comisión de Servicio.
Con carácter general, se percibirán dietas por los gastos realmente realizados y
justificados mediante la presentación de factura, con el límite máximo establecido
en el Anexo I del Decreto: alojamiento y desayuno, hasta 59,39 Euros;
manutención (almuerzo y cena), hasta 38,28 euros y dieta entera, hasta 97,67
euros. No obstante, en casos excepcionales debidamente justificados y previo
informe favorable de la Consejería de Economía y Hacienda, se podrá autorizar
el abono de hasta el 60 por ciento de las cuantías antes mencionadas por gastos
de manutención sin necesidad de justificación.
b) Gastos de viaje: es la cantidad que se abona por la utilización de cualquier medio
de transporte para el desplazamiento que supone el cumplimiento de la comisión
de servicio.
En estos casos la indemnización comprenderá la totalidad de los gastos
justificados cuando el medio de transporte sea público (billetes de autobús, tren,
avión, etc., e incluso, los taxis desde las estaciones hasta el destino) o una
cantidad fijada en 0,16 euros/km., cuando se utilice el vehículo particular.
415
Igualmente, a efectos de percepción de dietas y gastos de viaje, se asimilan a las
Comisiones de Servicio, la asistencia a cursos de formación, capacitación o
especialización, convocados por las Administraciones Públicas, que se celebren
fuera de la localidad de destino de los funcionarios asistentes, siempre que cuenten
con autorización oficial y así se exprese en la misma.
V.2.- Traslados de residencia.
Cuando se produzcan traslados forzosos de carácter definitivo que impliquen
cambio de residencia, salvo que obedezcan a sanción disciplinaria, el funcionario
tendrá derecho al abono de las siguientes indemnizaciones:
-
El valor de ocho dietas enteras por cada miembro de la unidad familiar.
El importe de los gastos de viaje, de transporte de mobiliario y enseres
debidamente justificados con factura.
Una indemnización de 1.056.735 pesetas (6351,11 euros) (esta cantidad,
reflejada en el artículo 12 del Decreto 85/1998, debe de ser actualizada con los
diferentes incrementos del I.P.C.) incrementadas en el 20 por ciento por cada
miembro de la unidad familiar que conviva y se traslade con el funcionario.
V.3.- Asistencias.
Por asistencias se entiende las indemnizaciones a que tendrá derecho el funcionario
por los siguientes motivos:
A) Por la concurrencia a las reuniones de Consejos, Comisiones u Órganos
similares y a los Consejos de Administración, en representación de la
Administración de la Junta de Comunidades, siempre que así se autorice por la
Consejería de Economía y Hacienda, la cual fijará las cantidades a percibir.
B) Por la participación en Tribunales y Comisiones de Selección de personal,
cuando así lo autorice la Consejería de Administraciones Públicas. A estos
efectos, los tribunales se clasificarán en alguna de las cinco categorías previstas
en el Decreto, a las que corresponderá las indemnizaciones establecidas en el
Anexo III de mismo, según que el funcionario participe como Presidente/
Secretario o Vocal, las cuales se incrementarán en un 50 por ciento cuando las
asistencias tengan lugar en sábado o festivo.
C) Por la participación como personal colaborador de los Tribunales o Comisiones
de Selección, en el desarrollo de los procesos selectivos del personal para la
realización de las siguientes tareas:
 Asesoramiento especializado.
 Vigilancia para la realización de los respectivos ejercicios.
 Labores auxiliares.
Las cuantías a percibir en estos casos serán las establecidas en el Anexo IV del
Decreto para las labores de Vigilancia y Auxiliares, y en el Anexo III (vocales)
para los Asesores Especialistas.
D) Por la colaboración, con carácter no permanente, en las actividades de la
Escuela de Administración Regional o de otros Centros de Formación de la
Administración, en los que se impartan conferencias, cursos, ponencias,
seminarios y actividades análogas, siempre que el número de horas que el
416
funcionario dedique a estas actividades no supere el máximo de 75 al año. Las
remuneraciones a percibir en estos casos, se ajustarán a los baremos aprobados
por la Consejería de Administraciones Públicas.
E) Por la participación en las Comisiones de Valoración encargadas del desarrollo
de los sistemas de provisión de puestos de trabajo para el personal al servicio de
la Administración, siempre que así se determine expresamente por la Consejería
de Administraciones Públicas. En estos casos, la cuantía de las asistencias
serán las establecidas en el Anexo V del Decreto, según que la participación lo
sea a título de Presidente/Secretario o Vocal.
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