Agosto, 2013 LA CULTURA COMO MATERIA DE TRIBUTACIÓN: INCENTIVOS VS CONTRIBUCIONES.

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Agosto, 2013
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Coyuntura Legislativa
Los últimos años la discusión de la
regulación de los aspectos más
íntimos
de
la
ciudadanía,
importantes a su dignidad y
libertad como premisas básicas
del uso y goce pleno de sus
derechos fundamentales han
estado impactados por la diatriba
política excluyente y exclusiva.
Tenemos leyes que son el
resultado de la imposición y no del
consenso, de la visión particular e
interesada de subsectores de otro
mayor, que esa dinámica lleva a
calificar como oficialista y que no
necesariamente conforman un
engranaje con lo que el gobierno
desea en materias, por ejemplo,
de
reducción
del
desabastecimiento,
escasez,
inflación y pleno empleo.
Los objetivos en materia de
financiamiento de la cultura, en
una ley marco, o “cuadro” como
también se le denomina, son
incrementar
los
recursos
destinados al sector y coadyuvar al
desarrollo de una política cultural,
tal cual la política económica, la
política
fiscal,
la
política
monetaria, la política social o
internacional.
En relación a la cultura el
constituyente de 1999 la consagra
como un derecho y una obligación
del Estado asegurarla dentro de la
nueva Ley Fundamental.
En lo que al financiamiento se
refiere y teniendo como causa el
deber de protección de ese
derecho,
el
constituyente
estableció “que la ley establecerá
incentivos y estímulos para las
LA CULTURA COMO MATERIA DE
TRIBUTACIÓN: INCENTIVOS VS
CONTRIBUCIONES.
personas,
instituciones
y
comunidades que promuevan,
apoyen, desarrollen o financien
planes, programas y actividades
culturales en el país, así como la
cultura
venezolana
en
el
exterior”.
Este aspecto relativo a contar con
recursos para la cultura, conduce
a la determinación de la
provisión de los recursos de los
propios del Estado federal y
descentralizado y la mejor forma
de generar incentivos y estímulos
para que el empresariado,
profesionales y sector privado en
general aumenten su interés al
financiamiento de la cultura.
Hay necesidades que solo el
Estado puede prestar la defensa,
impartir justica, seguridad; en
otras
es
“el
Estado
conjuntamente con la iniciativa
privada” que realiza el servicio
prestacional
(artículo
299
constitucional).
La previsión constitucional de
financiamiento a la cultura, es un
modelo
mixto
en
cuya
conformación concurre el Estado
con asignaciones presupuestarias
generales, directas o especificas a
un proyecto o instituciones
(museos,
teatros,
escuelas,
grupos musicales, etc.), apoyo
financiero, dotaciones de equipos
o entregas de inmuebles,
financiamiento privilegiado a
través de la banca oficial y, por el
otro lado, el incentivo al sector
privado para incrementar sus
aportes a la cultura.
En el caso de la LOC, el Estado no
solo
abandono
las
formas
participativas libres de la sociedad
civil y lo sectores afectos en el
diseño de la política cultural al
circunscribirlas
a
formas
intervenidas del poder comunal, la
exclusión de los municipios y de los
estados sino que adicionó en
forma asistemática y sin tener en
cuenta los efectos en el consumo y
la realidad de las empresas con las
consecuencias en la caída de la
productividad,
rentabilidad
y
generación de empleos, una
contribución o aporte a las
personas naturales y empresas.
La ley aprobada en segunda
discusión establece en su artículo
31 lo siguiente:
Artículo 31. Las personas jurídicas
que
realicen
actividades
económicas en el país con fines de
lucro, cuya utilidad neta o ganancia
contable anual supere las veinte
mil unidades tributarias (20.000
U.T) aportará el uno por ciento
(1%) de sus ganancias netas al
Fondo. El aporte de las personas
naturales y jurídicas de carácter
privado cuyo objeto sea la
realización de actividades artísticas
y culturales con fines de lucro, será
del uno por ciento (1%) sobre la
utilidad neta o ganancia contable
de cada evento o actividad. Este
aporte
no
constituirá
un
desgravamen al Impuesto Sobre la
Renta.
De la lectura del referido artículo
se desprende un pretendido
“aporte”, un verdadero impuesto
sin retribución, y no un incentivo
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Elaborado por Leonardo
Palacios
Abogado. Miembro de la
Asociación de Derecho
Tributario. Directivo de la
Cámara de Caracas.
Miembro
de
la
Asociación Venezolana
de Derecho Financiero.
Colaborador
del
Observatorio Económico
Legislativo de CEDICE.
Agosto, 2013
Criminalización de los Derechos Económicos
voluntario
a
las
empresas,
cualquiera sea su naturaleza. Es un
golpe
duro
al
movimiento
fundacional serio y de trayectoria
en el país que se nutría de la acción
protectora de figuras y empresas
con recursos para con ellas,
músicos, creadores, escultores,
pintores y otros artistas.
Estas formas de mecenazgo y
patrocinio, que son conceptos con
distintas intensidades y variaciones,
son
formas
volitivas
de
responsabilidad social, de búsqueda
positiva de impactar el entorno de
las empresas, formas de iniciativa
de colaboración de los particulares
con el Estado.
La definición de un régimen
tributario que se traduce en cargas
distorsivas
como
el
aporte
mencionado no deducible del
impuesto sobre la renta, no solo
desestimulará al empresario que
tradicionalmente colabora con el
sector cultural de manera individual
a proyectos específicos o a las
fundaciones y asociaciones sin fines
de lucro pues con la obligación del
pago del aporte del 1% sobre su
utilidad neta o ganancia contable
anual, independientemente la
actividad que desarrolle, preferirá
pagar al Fondo Nacional de la
Cultura ,por la presión de exigencias
compulsivas de solvencias administrativas
que no garantizan verdadero y efectivo
destino al sector en lugar de colaborar
como lo venía haciendo.
Por otra parte, con la vigencia de la LOC un
artista, un cultor, un creador, un artesano,
un trabajador de la cultura independiente
o una empresa por la realización de
actividades artísticas y culturales con fines
de lucro tendrá que pagar un impuesto a
las actividades económicas culturales
disfrazado de aporte del 1% sobre su
utilidad neta o ganancia contable de cada
evento o actividad.
Un impuesto a la cultura complementario
a las exacciones locales como el impuesto
a las actividades económicas (antes
patente de industria y comercio), más
distorsivo y mayor costo de cumplimiento
pues su base de cálculo es sobre la utilidad
neta o ganancia contable de cada evento o
actividad; el impuesto a los espectáculos
públicos al cual debe agregársele el IVA
que recae sobre los mismos.
Esto no es estimulo esto es un obstáculo;
esto no es un incentivo esto es la
penalización, concepción feudal del tributo
que resulta inaceptable en los tiempos
modernos pero que cuando se dicta en
contrariedad a la Constitución se
transforma en una carga irracional
contraria al interés público.
¿Quién
destinara
elementos
empresariales
(organización, capital y trabajo) para realizar una
actividad económica lucrativa artística y cultural,
independiente del Estado, sin exclusiones e
intervenciones que afectan la libertad creativa?
¿Qué empresa o particular aportará financiamiento
a los excluidos del Fondo Nacional de la Cultura?
¿Habrá disponibilidad de renta para hacer el aporte
al FNC o efectuar liberalidades o donaciones,
mecenazgo o patrocinio a la cultura de manera
voluntaria?
Estamos seguros que el Ministro del Poder Popular
para las Finanzas y otros miembros del gabinete
están conscientes del escollo que representan las
contribuciones parafiscales para lidiar con los
índices macroeconómicos.
Negar financiamiento seguro y efectivo a la cultura
es un golpe contra el ciudadano, el artista, el cultor
y la cultura en general y no únicamente para el
empresario.
En momentos de crisis financiera, una rigidez
presupuestaria enorme, la inexistencia de controles,
la ausencia de políticas tributarias y de
administración tributaria hará más comprometida la
situación de la cultura, se convertirá en una nueva
cenicienta.
Este golpe lo que se pretende es la uniformidad del
pensamiento, la exclusión a lo que tenga efluvios de
disidencia; de contrarrestar la fuerza inherente de la
cultura “como única forma de salvación a la que
puede aspirar los pueblos pequeños”, al decir de
Picón Salas.
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