Noviembre, 2013 El Límite a las Ganancias, y sus Incentivos Perversos

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Noviembre, 2013
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Coyuntura Legislativa
La
acción
e
intervención
regulatoria no es un objetivo per
se. Una acción regulatoria sobre
rentabilidades y precios debe
encontrarse
motivada
y
justificada, además de bien
diseñada.
La rentabilidad por depender de
los costos y de los precios, puede
ser producto de, eficiencias, de
acciones competitivas, beneficios
temporales en el caso de un first
mover o incluso estacionales,
reconocimiento y aceptación por
parte de los consumidores, alta
valoración del producto por parte
de los demandantes, eficiencias de
escala y alcance, vinculación con
otros mercados en el caso de
mercados de dos lados o
multimercados
(two-sided
markets) y por tanto subsidios
cruzados socialmente deseables,
la necesidad de recuperar costos
fijos y hundidos, la necesidad de
cubrir o remunerar los costos de
reposición del capital instalado,
financiar inversiones de capacidad
incremental para atender la
demanda residual o creciente,
financiar
actividades
de
innovación,
desarrollo,
mantenimiento,
formación
y
adiestramiento,
financiar
la
inversión en la formación de
activos
intangibles
(personal
especializado, sistemas de IT, valor
reputacional y de marca, etc.), etc.
El problema de la inflación o de la
relativa baja capacidad de pago de
ciertos grupos socioeconómicos
no tiene por qué responder a
conductas por parte de todos los
El Límite a las Ganancias, y sus
Incentivos Perversos
empresarios vía precios; sino que
puede responder al deterioro del
poder de compra de bolívar, y de
la relación entre una baja
remuneración y una baja
productividad que responde más
a un problema estructural que de
corto plazo y de precios de los
bienes y servicios.
Adicionalmente, el objetivo de
equidad encuentra en la política
fiscal y en sus instrumentos,
mecanismos más eficientes para
ser tutelada. De hecho, los
controles
de
precios
no
garantizan el acceso a los bienes
por parte de los grupos target de
interés o a tutelar, aunado al
hecho que generan distorsiones
como lesión a los incentivos a la
oferta, y fomento y creación de
mercados negros, paralelos e
informales.
En este orden de ideas, surgen
preocupaciones sobre el eventual
régimen
de
control
de
rentabilidades que se podría
instrumentar a la economía
Venezolana.
La
primera
preocupación como se ha
manifestado con anterioridad es
que
la
regulación
de
rentabilidades
(rate-of-return
regulation) suele constituir un
instrumento regulatorio de bajo
poder de incentivos, en la
medida en que consista en
remunerar a un valor base, como
los
activos
directamente
relacionados con la producción,
generación o prestación del
servicio (recordemos que la
regulación de rentabilidad y
precios ha sido tradicionalmente
aplicada a servicios públicos con
estadios de la cadena de valor
caracterizados como monopolio
natural). Se dice que es de bajo
poder de incentivo porque
distorsiona los estímulos a utilizar
eficientemente
los
distintos
factores productivos, inclinándose
a favor de invertir en aquel que
resulta valorado para estimar la
base de remuneración o de
rentabilidad
(Efecto
AverchJohnson).
Por otra parte, el segundo efecto,
consistiría en los incentivos a favor
o no, de aplanar la estructura de
costos
u
operar
más
eficientemente. Tradicionalmente
la regulación de rentabilidades
había sido instrumentada en UK y
en USA sobre servicios públicos de
red, por medio de la determinación
de los precios que permitirían
satisfacer o cumplir con el nivel de
rentabilidad aceptado sobre la
base de cálculo (supongamos
activos fijos o directamente
relacionados en la generación y
prestación del servicios público).
Tal cálculo de precios que satisfaga
la restricción de participación de la
empresa, una vez se fija el nivel de
rentabilidad
por
parte
del
regulador, constituiría una especie
de snapshot de los precios, que
permanecerán fijos a lo largo del
horizonte
temporal
de
la
regulación (dependiendo de la
capacidad de incentivos que quiere
imprimírsele a la regulación, el
periodo de vigencia de la
regulación
será directamente
proporcional a los incentivos a
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Elaborado por Rafael González
Economista. Master in Industrial
Organization
and
Markets.
Master in Competition and
Market Regulation. Especialización en Economía de los
Sectores Telecomunicaciones,
Energía, Transporte, Farmacia,
Agua y Banca. Profesor universitario de Regulación Económica y
Regulación de Competencia.
Investigador del Observatorio
Economico
Legislativo
de
CEDICE
Noviembre, 2013
El Límite a las Ganancias, y sus Incentivos Perversos
apropiarse de las rentas de
eficiencias que pueda generar el
oferente. Lo anterior significa que
mientras mayor sea el horizonte
temporal de vigencia de los precios
de snapshot, más poder de
incentivos tendrá el mecanismo de
trade-off eficiencia renta). Aun así,
habría que aclarar que en
economías inflacionarias resulta
más eficiente mecanismos del tipo
price-caps, aunado que suelen ser
instrumentos regulatorios de mayor
poder de incentivos. De hecho, una
elevada inflación podría minimizar y
destruir márgenes y condenar la
oferta, en el caso de la regulación
de rentabilidad basada en cost-plus.
En este orden de ideas, preocupa
que si, como ha asomado el
Ejecutivo Nacional, la fijación,
congelamiento o snapshot es sobre
el nivel de rentabilidad y se utiliza
un enfoque basado en costos,
contable o del tipo cost-plus; se
destruirá cualquier incentivo a ser
eficiente. Lo anterior ocurriría
porque al existir un congelamiento
de la rentabilidad, sancionándose si
se sobrepasa esta rentabilidad, así
sea producto de reducir costos y ser
más eficiente, y no por descremar
mercado vía incremento de precios;
no habrá despliegue de esfuerzo
alguno a favor de eficiencias. En
este caso, la regulación estará
sancionando a la eficiencia y producto de
la regulación se estará creando un
problema de riesgo moral.
Adicionalmente, imponer niveles de
rentabilidad, determinados vía cost-plus, si
bien imprime certidumbre en comparación
a las actuaciones de hecho actuales; hacen
al nivel de rentabilidad un objetivo per se,
lo cual es absurdo y contrario al interés
público. Tal visión de imponerse dejaría de
un lado la preocupación por los precios
como catastróficos o generadores de
ineficiencia asignativa. Podría presentarse
el caso de incremento de precios, ante
incrementos de costos, para mantener el
nivel de rentabilidad regulada, aun cuando
se encuentre limitada la posibilidad de
pass-through al precio ante una demanda
elástica, no permitiendo asumir el costo al
oferente, pinzando sus márgenes sin
lesionar el acceso a los bienes.
Por cierto, esta instrumentación violenta el
bienestar social, el interés público y
obviamente los derechos y libertades
económicas, no solo de los oferentes sino
igualmente de los consumidores.
Las acciones de hecho y la “doctrina” no
escrita, bien porque ya han sancionado o
impuesto descuentos en el mismo sector a
algún competidor, asomando que “hasta
un 30% de rentabilidad” sería “tolerable”;
puede efectivamente estar creando una
reputación de fuerte (tough reputation) al
Gobierno.
Así las cosas, se puede observar sectores y
comercios que “voluntariamente” o ante el riesgo
que le representa una inspección y una eventual
sanción, toman esta decisión. Sin embargo, hay que
tener mucho cuidado cuando se hace lectura de
estas acciones, porque puede tender a creerse que
efectivamente existía ejercicio de poder de mercado
por parte de las empresas comercializadoras
(erróneamente haciendo pensar que estarían
justificadas las acciones hasta la fecha adelantada
sin mayor soporte en el ordenamiento legal
vigente). En una primera instancia el efecto
amenaza o terror podría parecer un éxito, pero tal
miopía es la que no suele permitir prever los
impactos de mediano plazo, especialmente sobre las
expectativas futuras, la necesaria seguridad jurídica
y la eficiencia dinámica.
Es así como podemos ver por un lado en el portal
Web de la SUNDECOP declaraciones de la
Superintendente que asegura y califica como
“positivo que comerciantes ajusten precios sin ser
fiscalizados” y por el otro, al ministro Menéndez
advirtiendo que tales descuentos son engañosos y
no constituyen precios justos. Mayor falta de
predictibilidad sobre los negocios en Venezuela
imposible. Lo anterior crea riesgos ex ante y
expectativas que elevan el costo de acometer,
permanecer, invertir y ampliar las operaciones
económica en el país. Estas acciones podrían
resultar pan hoy, hambre para mañana. Se requiere
urgente
e
imperativamente
una
reinstitucionalización, especialmente del marco
institucional y regulatorio en materia económica y
de ilícitos económicos en Venezuela.
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