Sacrificio de los Niños Héroes de Chapultepec Aniversario 13 de septiembre de 1847 Invasión de Estados Unidos de Norteamérica a México En 1845, los ciudadanos texanos querían integrarse a los Estados Unidos de Norteamérica y decidieron delimitar su frontera más al sur: del Río Nueces al Río Bravo. México protestó por la ocupación ilegítima de su territorio, y a raíz de esos acontecimientos, aunado al pretexto de la deuda externa, se sucedieron diversos actos de armas que culminaron con la ocupación de nuestro país por las tropas norteamericanas. A través de un decreto firmado el 13 de mayo de 1846, y respaldado por la mayoría del Congreso norteamericano, el Presidente James Polk declaró el estado de guerra entre su país y México. Sin embargo, fue hasta el 7 de julio del mismo año cuando nuestro país declaró la guerra a Estados Unidos de Norteamérica, con base en el decreto emanado por el Congreso, publicado por bando el 2 de julio anterior. Formalizada la guerra, el objetivo del gobierno norteamericano era evidente: apoderarse de las provincias mexicanas de Alta California, Nuevo México y, en caso conveniente, de Chihuahua; así, el siguiente sería forzar a México a reconocer esas conquistas territoriales. Durante el tiempo que duró el conflicto (del 8 de marzo de 1846 al 30 de mayo de 1848), en México reinaba la anarquía: en ese periodo hubo siete presidentes y sólo siete de los 19 estados o provincias que en esa época formaban la federación mexicana participaron en la defensa de la soberanía nacional. En junio de 1846 California fue invadida y Nuevo México fue tomado en febrero de 1847. Después de que los invasores ganaron algunas posiciones, llevaron a cabo dos campañas para imponer reconocimiento: Río Bravo-Saltillo y Veracruz-México. La primera campaña fue dirigida por Zacarías Taylor, la cual dio lugar a cuatro importantes batallas en Palo Alto, en La Resaca, en Monterrey y en La Angostura; esta última tuvo como propósito distraer a las tropas mexicanas, mientras que una parte del ejército norteamericano, a las órdenes de Winfield Scott, avanzaba desde Veracruz hacia la capital del país. La segunda campaña se llevó a cabo de marzo a octubre de 1847 y en su transcurso se escenificaron cinco importantes batallas en Veracruz, Cerro Gordo, Churubusco, Molino del Rey y Chapultepec. Como el avance norteamericano hacia la capital del país era inminente, los efectivos nacionales reforzaron su defensa en los cuatro puntos cardinales sin que ello pudiera evitar que en la ciudad de México se desarrollaran tres batallas: una en Churubusco, otra en Molino del Rey y una última en Chapultepec. Batalla de Churubusco El 28 de mayo, las tropas de Winfield Scott ocuparon la ciudad de Puebla y permanecieron ahí dos meses en espera de refuerzos; al obtenerlos, inició el avance hacia la capital con 10 mil 738 hombres. El 20 de agosto chocaron los bandos en el Convento de Churubusco; el combate se libró en tres puntos: El Puente, Portales y el Convento de San Mateo; sin embargo, las tropas mexicanas sucumbieron. Con esta victoria, los invasores lograron avanzar hasta Tacubaya, pero suspendieron sus operaciones militares por un armisticio que duró hasta el 7 de septiembre. Batalla de Molino del Rey El 7 de septiembre, creyendo que las tropas mexicanas hacían movimientos para defender una fundidora de cañones en los alrededores de Chapultepec, Scott decidió atacar Molino del Rey. El día 8 se lanzó sobre el supuesto arsenal –que en realidad no existía– y se reanudaron las hostilidades. El teniente coronel Miguel M. Echegaray, con 700 hombres, se unió a los generales Antonio León y Francisco Pérez; aunque por ambos bandos se registraron considerables bajas, la victoria fue para los extranjeros; no obstante, el arrojo y el valor de los mexicanos siempre estuvo presente. Batalla de Chapultepec Después de una junta de guerra realizada el 11 de septiembre, Scott determinó llevar a cabo el asalto a la capital por Chapultepec, en cuyo cerro se encontraba el Colegio Militar; a partir de ese momento, comenzó un intenso bombardeo de artillería, ocasionando graves estragos al edificio y a la infantería que lo defendía, que poco pudo hacer ante el alcance de los cañones. El 13 de septiembre, muy temprano, los atacantes, con sus baterías, empezaron de nueva cuenta a hostigar el objetivo. A las nueve de la mañana, el enemigo lanzó sobre el bosque tres columnas de asalto: una por la parte occidental y las otras por la derecha e izquierda, llevando a su frente secciones de zapadores con palas, barretas, hachas y escalas. La defensa de Chapultepec estuvo bajo la responsabilidad del general Nicolás Bravo, quien disponía de 200 cadetes del Colegio Militar y 632 soldados del Batallón de San Blas, al mando del teniente coronel Felipe Santiago Xicoténcatl, que trató de contener a los invasores en el bosque; además, Antonio López de Santa Anna llevó al pie del cerro a 450 hombres, entre las calzadas de La Verónica y Chapultepec. Aniquilado el batallón de San Blas, los norteamericanos embistieron por el poniente y el sur del Colegio Militar, donde fueron detenidos durante algunas horas por los cadetes; pero más tarde las divisiones de Quitman y Pillow lograron escalar el cerro a costa de muchas bajas mortales. En el interior del inmueble la lucha fue cuerpo a cuerpo; finalmente, la heroica resistencia de sus defensores cedió ante la superioridad numérica y material de los norteamericanos quienes tomaron el edificio e hicieron prisioneros al general Nicolás Bravo, Mariano Monterde –director del Colegio– y varios alumnos sobrevivientes. En la refriega heroica, murieron defendiendo el último reducto de la resistencia a la invasión extranjera los jóvenes: teniente Juan de la Barrera y los alumnos Agustín Melgar, Fernando Montes de Oca, Vicente Suárez, Juan Escutia y Francisco Márquez. Tratado de Guadalupe Hidalgo Ocupada la ciudad de México y otras poblaciones por las tropas norteamericanas, en el interior de la provincia permanecieron algunos focos de resistencia que pocos logros obtuvieron. El 2 de febrero de 1848, en la sacristía de la Basílica de Guadalupe fue firmado el convenio con el que se dio fin a la guerra entre nuestro país y los Estados Unidos de Norteamérica. Con el Tratado de Guadalupe Hidalgo, México perdió gran parte de su territorio. Reconocía al Río Bravo como límite meridional de Texas; además, cedía a los Estados Unidos norteamericanos los territorios de Nuevo México y Alta California. Por su parte, el gobierno norteamericano se comprometía a pagar las reclamaciones de sus ciudadanos contra México, a no exigir compensaciones por los gastos de guerra y a pagar 15 millones de pesos por los territorios cedidos. Firmaron el tratado: Bernardo Couto, Miguel Atristain y Luis G. Cuevas, por México; mientras que por los norteamericanos lo hizo el comisionado Nicholas P. Trist. Reconocimiento a los Niños Héroes Como muestra de respeto al sacrificio de los jóvenes cadetes del Colegio Militar, desde 1884 a la fecha se les viene pasando revista de comisario como vivos, poniéndose en las listas del Colegio Militar la nota Muertos en defensa de la Patria. El 25 de marzo de 1947, dentro del bosque de Chapultepec, fueron colocados los restos de los cadetes que el pueblo mexicano llama respetuosamente Niños Héroes. El 9 de septiembre del mismo año, el Congreso de la Unión reconoció oficialmente que dichos restos pertenecían a los mártires, y fueron guardados en la Sala de Banderas del Colegio Militar, en urnas de cristal con armazón de plata. En la actualidad, desde el 27 de septiembre de 1952, descansan en el Monumento a los Niños Héroes, al pie del cerro de Chapultepec.